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Protocolo de Kioto sobre el cambio climático

Posición de los diversos países en 2005 respecto del Protocolo de Kyoto.

El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático es un instrumento


internacional que tiene por objeto reducir las emisiones de seis gases
provocadores del calentamiento global (dióxido de carbono (CO2), metano
(CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados:
hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de
azufre (SF6), en un porcentaje aproximado de un 5%, dentro del periodo que
va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990.
Por ejemplo, si la contaminación de estos gases en el año 1990 alcanzaba el
100%, al término del año 2012 deberá ser del 95%. Es preciso señalar que
esto no significa que cada país deba reducir sus emisiones de gases
regulados en un 5%, sino que este es un porcentaje a nivel global y, por el
contrario, cada país obligado por Kioto tiene sus propios porcentajes de
emisión que debe disminuir.

Este instrumento se encuentra dentro del marco de la Convención Marco de


las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), suscrita en 1992
dentro de lo que se conoció como la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro.
El Protocolo vino a dar fuerza vinculante a lo que en ese entonces no pudo
hacer la UNFCCC.

Antecedentes

El 11 de diciembre de 1997 los países industrializados se comprometieron,


en la ciudad de Kioto, a ejecutar un conjunto de medidas para reducir los
gases de efecto invernadero. Los gobiernos signatarios pactaron reducir en
un 5,2% de media las emisiones contaminantes entre 2008 y 2012, tomando
como referencia los niveles de 1990. El acuerdo entró en vigor el 16 de
febrero de 2005, después de la ratificación por parte de Rusia el 18 de
noviembre de 2004.

El objetivo principal es disminuir el cambio climático de origen


antropogénico cuya base es el efecto invernadero. Según las cifras de la
ONU, se prevé que la temperatura media de la superficie del planeta
aumente entre 1,4 y 5,8 °C de aquí a 2100, a pesar que los inviernos son más
fríos y violentos. Esto se conoce como Calentamiento global. "Estos cambios
repercutirán gravemente en el ecosistema y en nuestras economías ", señala
la Comisión Europea sobre Kioto.

Entrada en vigor

Se estableció que el compromiso sería de obligatorio cumplimiento cuando lo


ratificasen los países industrializados responsables de, al menos, un 55% de
las emisiones de CO2. Con la ratificación de Rusia en Noviembre de 2004,
después de conseguir que la UE pague la reconversión industrial, así como la
modernización de sus instalaciones, en especial las petroleras, el protocolo
ha entrado en vigor.

Además del cumplimiento que estos países hicieron en cuanto a la emisión de


gases de efecto invernadero se promovió también la generación de un
desarrollo sostenible, de tal forma que se utilice también energías no
convencionales y así disminuya el calentamiento global.

El gobierno de Estados Unidos firmó el acuerdo pero no lo ratificó (ni Bill


Clinton, ni George W. Bush), por lo que su adhesión solo fue simbólica hasta
el año 2001 en el cual el gobierno de Bush se retiró del protocolo, no porque
no compartiese su idea de fondo de reducir las emisiones, sino porque
considera que la aplicación del Protocolo es ineficiente e injusta al
involucrar solo a los países industrializados y excluir de las restricciones a
algunos de los mayores emisores de gases en vías de desarrollo (China e
India en particular), lo cual considera que perjudicaría gravemente la
economía estadounidense.

Hasta el 2004 las emisiones de CO2 han subido en España un 45,61%1 frente
al valor del 1990, mientras según el protocolo de Kioto esa subida no
debería haber pasado del 15%. Dentro de la Unión Europea, España es, por
lo tanto, el país que menos cumple el Protocolo de Kioto.
¿QUÉ ES EL PROTOCOLO DE KIOTO?

Los gobiernos acordaron en 1997 el Protocolo de Kioto del Convenio Marco


sobre Cambio Climático de la ONU (UNFCCC). El acuerdo ha entrado en
vigor el pasado 16 de febrero de 2005, sólo después de que 55 naciones
que suman el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero lo han
ratificado. En la actualidad 166 países, lo han ratificado alcanzando el como
indica el barómetro de la UNFCCC
El objetivo del Protocolo de Kioto es conseguir reducir un 5,2% las
emisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990
para el periodo 2008-2012. Este es el único mecanismo internacional para
empezar a hacer frente al cambio climático y minimizar sus impactos. Para
ello contiene objetivos legalmente obligatorios para que los países
industrializados reducan las emisiones de los 6 gases de efecto invernadero
de origen humano como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido
nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados:
hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de
azufre
Seis de los mayores contaminantes del mundo anuncian que no reducirán
producción de combustibles fósiles

Combinados, los Estados Unidos, China, Japón, India, Corea del Sur y
Australia suman cerca de la mitad de los gases de invernadero. Los seis
países convocaron la reunión como un segundo método de enfrentar el
calentamiento global por fuera del Protocolo de Kioto, enfocándose, según
ellos, en la "tecnología de energía limpia".
Bush propone a los quince países más contaminantes un tope de las
emisiones
EEUU ha planteado, antes de la cumbre del G8, que se reduzcan las
emisiones de gases que producen el efecto invernadero a partir de 2008. El
Gobierno de Bush se había negado a aceptar medidas que supusieran
recortes a la contaminación, pero ahora apunta hacia las nuevas tecnologías
como la solución.

EFE, Washington/Bruselas

El presidente de EEUU, George W. Bush, propuso ayer que los quince países
del mundo que más contaminan se reúnan y establezcan para finales de 2008
una meta de emisiones de los gases que producen el efecto invernadero.

El presidente hizo el anuncio en un discurso en vísperas de la cumbre del


G8, que tendrá lugar la próxima semana en Heiligendamm (Alemania), donde
el cambio climático tendrá un papel predominante. El Gobierno
estadounidense de Bush se había negado hasta ahora a aceptar límites a las
emisiones de gases contaminantes, como los marcados por el Protocolo de
Kioto, y en cambio ha apuntado al avance tecnológico como la solución al
problema.

No obstante, por primera vez, el presidente Bush ha hablado de establecer


una meta mundial "a largo plazo", aunque ese acuerdo no llegaría hasta
finales de 2008.

En todo caso, Bush insistió en que "la forma de superar el desafío de la


energía y del cambio climático mundial es mediante la tecnología". El plan
revelado incide en ese aspecto, al proponer la eliminación en los próximos
seis meses de las barreras arancelarias que dificultan la difusión de
tecnologías "limpias".

Para preparar el pacto, la Casa Blanca convocará una serie de reuniones a las
que invitará a catorce países que junto con EEUU son responsables del 80%
de la contaminación del mundo. Bush mencionó específicamente India y
China, aunque en la lista probablemente también estarán Brasil, Australia,
Suráfrica, México, Corea del Sur, Rusia y las mayores economías de Europa.
El primer encuentro tendrá lugar en Washington en el último trimestre del
año, según la Casa Blanca. "Nuestras naciones reunirán a líderes
empresariales de diferentes sectores de nuestras economías, como
generadores de energía, productores de combustibles alternativos y
compañías de transporte", dijo Bush.

A las puertas del cambio

Los participantes formarán grupos de trabajo para promover la distribución


de tecnologías no contaminantes. Además, se creará un sistema "robusto y
transparente" para medir la contaminación que genera cada país, explicó.

El anuncio de ayer refleja un cambio de parecer de la Casa Blanca, que


durante el primer mandato de Bush retiró la firma de EEUU del Protocolo
de Kioto y se negó a hablar del calentamiento global. No obstante, en su
discurso sobre el Estado de la Unión, en enero, el presidente por primera
vez reconoció que el cambio climático era un "desafío serio".

Este asunto ocupará un lugar primordial en el encuentro de Heiligendamm a


insistencia de Alemania, que actualmente preside el Grupo de los Ocho (G8)
y la Unión Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, ha propuesto que
los miembros del G8 (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón, Reino
Unido y Rusia), se comprometan en su reunión del 6 al 8 de junio a limitar el
aumento de la temperatura mundial a dos grados Celsius durante este siglo.

Además, también pretende que en 2050 las emisiones de los gases que
provocan el calentamiento terrestre sean la mitad que el volumen registrado
en 1990.

Sin embargo, la Casa Blanca ha rechazado esas metas, según se ha filtrado a


la prensa, por lo que los negociadores estadounidenses y de los otros países
del G8 aún intentan ponerse de acuerdo en un texto de consenso.

La UE, incrédula

La Unión Europea (UE) cree que "no es realista" pensar que EEUU aceptará
compromisos vinculantes para reducir sus emisiones de CO 2, aunque
considera que la postura de Washington ha evolucionado notablemente en
los últimos años. La cumbre del G8 tratará cuestiones económicas,
comerciales, conflictos internacionales y ayuda al desarrollo, pero el cambio
climático será uno de los protagonistas ante la falta de acuerdo entre EEUU
y la UE sobre la reducción de emisiones.
El debate sobre cambio climático "es una de las negociaciones más difíciles"
registradas en las últimas reuniones de líderes del G8, reconoció una
destacada fuente europea. EEUU ha manifestado ya su oposición a
reducciones vinculantes de CO2 entre los países industrializados.

Con ello Washington se desmarca de la UE, que en marzo se comprometió a


reducir para 2020 sus emisiones en un 20% respecto al nivel de 1990, cifra
que subiría al 30% si otros países industrializados seguían el ejemplo
europeo.

La canciller alemana, Angela Merkel, que es a la vez anfitriona de la cumbre


y presidenta de turno de la UE, ha intentado en los últimos días lograr algún
tipo de compromiso por parte estadounidense de cara a esa cumbre. Sin
embargo, la fuente comunitaria reconoció que "no es realista" esperar a que
en junio se logre un acuerdo sobre una propuesta de marzo, por lo que
Bruselas espera "avanzar lo más posible en la buena dirección".

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