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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE DERECHO

MONOGRAFÍA

Feminicidio en el Perú: La realidad y la Estadística

AUTORES:

De Lucio Monzón Luis Stefano

Cornejo Isla Luis Angel

Marigorda Encalada Guillermo Daniel

Merino Mena Amanda Janis

PROFESOR:

María Salazar Vega

CURSO:

Metodología del Aprendizaje Universitario

PIURA – PERÚ

2017
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DEDICATORIA

A todas aquellas mujeres que sienten la injustica de

género y que no encuentran la respuesta inmediata

de los organismos tutelares de sus derechos.


iii

AGRADECIMIENTO

A quienes con sus sugerencias nos hacen entender la

realidad y aportan su opinión valiosa y sincera.


iv

CONTENIDO

DEDICATORIA ........................................................................................................................ ii

AGRADECIMIENTO............................................................................................................... iii

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1

MARCO TEÓRICO ................................................................................................................... 3

CAPÍTULO I: EL FEMINICIDIO ............................................................................................. 3

1. DEFINICIONES BÁSICAS ......................................................................................... 3

1.1. Breves antecedentes del Feminicidio .................................................................... 3

1.2. El Feminicidio según diversos autores .................................................................. 7

1.3. El Feminicidio como fenómeno social .................................................................. 9

CAPÍTULO II: PENALIZACIÓN DEL FEMINICIDIO ........................................................ 13

2. LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO .......................................... 13

2.1. Retos para su prevención y sanción .................................................................... 14

2.2. El Feminicidio en la Legislación Peruana ........................................................... 15

CAPÍTULO III: EL DEBATE SOBRE LAS SOLUCIONES ................................................. 16

3. ESTADÍSTICA DE ESTE FENÓMENO .................................................................. 16

3.1. Problematizando la tipificación de este problema............................................... 19

3.2. Soluciones y acciones para mitigar este problema .............................................. 21

CONCLUSIONES ................................................................................................................... 23

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..................................................................................... 24


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INTRODUCCIÓN

Lamentablemente, se ha hecho frecuente entre nosotros, el escuchar noticias acerca de la

violencia doméstica y sexual contra la mujer. Hace apenas unos días atrás, una Congresista,

afirmaba que muchas veces, la mujer “sin querer queriendo” propiciaba el abuso contra ella. Es

decir, y al margen del exabrupto parlamentario, se ha convertido en un modus vivendi el tema de

abusar de la mujer, es ya “normal” el aceptar este tipo de conductas e incluso en la calle, nadie se

mete si una mujer es violentada.

En este problema social o anomia se hace necesario hacer uso de la estrecha relación entre lo

que es el problema y los elementos que lo circundan: elementos que se convierten en soluciones

si es que se trata la cuestión de manera sensata e inteligente. Palabras como penalización,

sanción, patriarcado, abuso, estadística, etc se deben tomar en consideración para tener una idea

clara del tema y sus soluciones.

Las comisarías y Ministerio Público reciben muchas denuncias sobre actos de violencia contra

la mujer, pero muchísimas otras quedan en el silencio y el anonimato y esto provoca tal

impunidad que es casi imposible conocer cuántos son en realidad los actos ilícitos contra las

mujeres en un país como el nuestro donde la educación y la coerción social son tan duras que no

permite a la mujer expresar sus abusos.

El presente trabajo intenta acercarse de manera práctica al asunto y reflexionar acerca del

valor del número, a veces frío, de la estadística y lo que se está haciendo con respeto al encuentro

de soluciones reales, formales y duraderas. En un primer capítulo nos referimos al marco teórico
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que implica el Feminicidio, sus antecedentes, definiciones y su explicación como fenómeno

social. En el capítulo dos, afrontamos el asunto de la penalización o castigo contra este crimen, el

asunto del género y su espacio en la legislación nacional. Finalmente, en un tercer capítulo nos

dedicamos a debatir las posibles soluciones y acciones que se deben aplicar para mitigar y

erradicar este penoso asunto de nuestra sociedad.

Esperamos que el presente trabajo monográfico permita colocar sobre el tapete la discusión y

debate con soluciones constructivas y viables.


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MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I: EL FEMINICIDIO

1. DEFINICIONES BÁSICAS

Aproximarse al asunto en reflexión implica definirlo exactamente para darnos una idea

sensata acerca de sus características. De igual manera, el indagar de su historia como fenómeno

humano nos impulsa a escudriñar en sus orígenes y evolución. Entonces, miraremos el

Feminicidio como una anomia social que puede ser conceptualizada y delimitada para su mejor

estudio y comprensión.

1.1.Breves antecedentes del Feminicidio

Los primeros dos países en contemplar el delito de femicidio fueron Suecia en1998 y

España en 2004. También incorporaron en su legislación Costa Rica, México, Guatemala,

Colombia, Chile y otros. Mientras que otros han elaborados proyectos en ese sentido. En

el Perú hasta antes de promulgación de la Ley 29819 – Ley que modifica el artículo 107

del Código Penal, incorpora el feminicidio, se ha creado el Portal de Feminicidio, a cargo

del Ministerio Publico, máximo avance en el tema, que sin duda permite establecer la

data de las muertes violentas de mujeres en nuestro país.

En la mayoría de las legislaciones latinoamericanas, el Feminicidio ha sido reconocido

e incorporado en leyes especiales (que no integran el Código Penal). En Costa Rica, lo

efectúa con la dación de la Ley para la Penalización de la Violencia contra las Mujeres,

ley que penaliza y sanciona diversas formas de violencia contra las mujeres, como

prácticas de discriminación por razón de género específicamente en una relación de

matrimonio, en unión de hecho declarado o no; habiéndose establecido en su artículo 21


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de la referida ley “Se le impondrá pena de prisión de veinte a treinta y cinco años a quien

dé muerte a una mujer con la que mantenga una relación de matrimonio, en unión de

hecho declarada o no”. En esta misma orientación, Guatemala al emitir la Ley Contra el

Feminicidio y otras Formas de Violencia Contra la Mujer, (ley especial) en su artículo 6

estableció: “comete el delito de femicidio quien, en el marco de las relaciones desiguales

de poder entre hombres y mujeres, diere muerte a una mujer, por su condición de mujer,

valiéndose de cualquiera de las siguientes circunstancias:

a) Haber pretendido infructuosamente establecer o restablecer una relación de pareja o

de intimidad con la víctima.

b) Mantener en la época en que se perpetre el hecho, o haber mantenido con la víctima,

relaciones familiares, conyugales, de convivencia, de intimidad o noviazgo, amistad,

compañerismo o relación laboral.

c) Como resultado de la reiterada manifestación de violencia en contra de la víctima.

d) Como resultado de ritos grupales usando o no armas de cualquier tipo.

e) En menosprecio del cuerpo de la víctima para satisfacción de instintos sexuales, o

cometiendo actos de mutilación genital o cualquier otro tipo de mutilación.

f) Por misoginia.

g) Cuando el hecho se cometa en presencia de hijas o hijos de la víctima.

h) Concurriendo cualquiera de las circunstancias de calificación contempladas en el Art.

132 del Código Penal.

Por otro lado, Chile incorpora el feminicidio al Código Penal, a través de la Ley20480,

publicado el 18 de diciembre del 2010, Ley que modifica el Código Penal y la Ley Nº

20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, estableciendo el "femicidio", aumentando las penas


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aplicables a este delito y reforma las normas sobre parricidio, incorporando al artículo

390 del Código Penal, el siguiente texto:

"Si la víctima del delito descrito en el inciso precedente es o ha sido la cónyuge o la

conviviente de su autor, el delito tendrá el nombre de femicidio."

México también incorporo en su Código Penal el feminicidio. En el caso Peruano, el

pasado 27 de diciembre del 2011, se ha publicado en el Diario Oficial el Peruano la Ley

N°29819 – Ley que modifica el artículo 107 del Código Penal, incorporando el

feminicidio, texto legal que quedó como sigue:

“El que a sabiendas, mata a su ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, o a quien

es o ha sido su cónyuge, su conviviente, o con quien esté sosteniendo una relación

análoga, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años. La pena

privativa de libertad será no menor de veinticinco años cuando concurra cualquiera de las

circunstancias agravantes previstas en los numerales 1, 2, 3 y 4 del artículo 108.

Si la víctima del delito descrito es o ha sido la cónyuge o la conviviente del autor, o

estuvo ligada a él por una relación análoga el delito tendrá el nombre de feminicidio”.

Al respecto debemos indicar, que las legislaciones de Chile entre otras, reconocen al

feminicidio como aquellos casos de violencia en ciertas relaciones de pareja como es el

matrimonio, la convivencia y otras donde prevalece la relación sentimental en concreto,

habiendo únicamente nuestros legisladores copia textualmente la legislación Chilena,

legislaciones que excluyen las muertes violentas por misoginia (muertes motivadas por

odio, desprecio, placer o sentimiento de propiedad sobre las mujeres), así como algunas

relaciones privadas y públicas o responsabilidad estatal al favorecer la impunidad de

estos, además del daño grave en la integridad física, síquica o sexual, de gran importancia
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en casos de violencia hacia la mujer, en tanto, conforme a los conceptos amplios de

feminicidio deberían ser incluidos en este rubro la tortura, esclavitud sexual

(particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar,

mutilación genital, operaciones ginecológicas innecesarias (histerectomías gratuitas),

esterilización forzada, maternidad forzada,(por la criminalización de la anticoncepción y

del aborto), siempre que esta forma de actos estén orientados a causar la muerte o tengan

como resultado la muerte de la mujer, entonces ellas se denominaran en feminicidio.

Cabe precisar que el caso peruano, en el texto sustituiros del artículo 107 del Código

Penal, en su primer párrafo no identifica ningún supuesto de feminicidio, en razón, de que

en dicho texto, no se ha establecido género alguno, pudiendo aplicarse la misma, para la

mujer o el varón en iguales condiciones, manteniendo en todo caso, el texto íntegro del

delito de parricidio, que en realidad no ha sufrido modificatoria alguna, a excepción de la

agravantes previsto en el segundo párrafo. En cambio al incluirse el texto:

“Si la víctima del delito descrito es o ha sido cónyuge o la conviviente del autor, o

estuvo ligada a él por una relación análoga el delito tendrá el nombre de feminicidio” se

establece con claridad el género (a favor de la mujer); sin embargo, se encuentra limitado

y restringido a las relaciones de cónyuge y conviviente u otra relación análoga, quiere

decir, que se aplicaran a determinadas categorías de relaciones sentimentales basadas en

relaciones sexuales, quedando de lado algunas relaciones privadas y públicas, como en

las legislaciones de México y Chile. Un claro ejemplo, es la muerte causada por el padre

o la madre a su hija por selección (por no querer tener una hija), circunstancia que no

podrá ser incluido en los supuestos de relación análoga, menos de cónyuge o conviviente,

en razón, de que con ésta, no se mantiene relación sentimental de carácter sexual, por
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ende, no puede ser considerado dentro del supuesto de hecho término genérico de

relación análoga y por ende, no será considerado como feminicidio. También no podrán

considerarse como feminicidio, las muertes causadas a mujeres por misoginia (odio a las

mujeres), que perfectamente lo puede materializar cualquier persona incluso la propias

mujeres, menos se incluye las muertes ocasionadas por discriminación, entre otras; por

tanto, la ley en comento no abarcará el feminicidio en su expresión amplia resultando

insuficiente, pero constituye un avance importante en nuestra legislación. Por ello,

aspiramos que esta ley, en el futuro sea integrada y se oriente a proteger a las mujeres de

todo acto que atente contra su propia vida, basados en motivaciones de género.

1.2.El Feminicidio según diversos autores

La expresión femicidio y feminicidio, proviene de la voz inglesa femicide, expresión

desarrollada inicialmente en áreas de estudios de género y la sociología a principios de la

década de los 90.

La expresión femicide fue usada por primera vez, por Diana Russell en el Tribunal

Internacional sobre Crímenes Contra las Mujeres, celebrado en Bruselas en 1976;

femicide, surge como expresión para evidenciar a la mayoría de los asesinatos de mujeres

por parte de sus maridos, novios, padres, conocidos y también los cometidos por

desconocidos por ser un sustrato común la “misoginia”, crímenes que constituyen el

extremo de la violencia hacia las mujeres.

Es preciso establecer de forma conceptual la diferencia entre Femicidio y Feminicidio,

consistiendo la expresión FEMICIDIO, como la “muerte violenta de mujeres, por el

hecho de ser tales” o asesinato de mujeres por razones asociadas a género, dicha

expresión de muerte violenta enfatiza la violencia como determinante de la muerte.


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Respecto a la expresión FEMINICIDIO debemos señalar, que surge a partir de la

insuficiencia que tendría la voz femicidio, para dar cuenta de dos elementos: La

Misoginia (odio a las mujeres) presente en estos crímenes y la responsabilidad estatal al

favorecer la impunidad de estos, expresión a nuestro criterio más amplio, en tanto,

incluye otras conductas delictivas que no necesariamente conducen a la muerte de la

mujer sino a un daño grave en la integridad física, síquica o sexual.

El estudio del fenómeno del feminicidio nos enfrenta a un primer problema y es que

no hay una definición pacífica del tema. La investigadora de la entidad del gobierno

colombiano encargada del desarrollo de programas de salud sexual y reproductiva

Profamilia, Castillo (2007), define feminicidio como el conjunto de acciones violentas

contra las mujeres, así no terminen en muerte. Por su parte el Observatorio Ciudadano

Nacional de México (2009), lo define como los asesinatos de mujeres que resultan de la

violencia ejercida contra ellas por su condición de género. Lo anterior nos lleva a un

primer problema con importante relevancia al momento de analizar las cifras generadas

en Colombia frente al tema del feminicidio y es el de limitar conceptualmente la

investigación; por lo tanto, desde ya se deben indicar los términos planteados por Russell

(2011), en tanto para el desarrollo de la misma se acogerá la posición mayoritaria sobre el

feminicidio.

Sin embargo, como se observa de la definición conceptual hecha por Russell, es un

punto de partida sobre el cual se ha venido construyendo una elaborada teoría sobre el

feminicidio, al punto como lo ha logrado la investigadora de la organización feminista

colombiana con sede en Bogotá, con más de treinta años de trayectoria, integrante de la

Red de Mujeres, Ruta Pacífica, colectivo de mujeres de Bogotá entre otros denominado la
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Casa de la Mujer. Sánchez (2009), siguiendo a Carcedo (2001), clasificó: Feminicidio en

feminicidio íntimo, feminicidio no íntimo y feminicidio conexo, en términos de la autora

citada el “feminicidio íntimo se presenta cuando el asesinato es cometido por un hombre

contra una mujer con la que tuvo una relación íntima, familiar, de convivencia o afines a

estas” (Carcedo, 2001, p. 18).

El feminicidio no íntimo: “Son aquellos asesinatos cometidos por hombres con quien

la víctima no tiene relación íntima, familiar, de convivencia, o afines a éstas.

Frecuentemente, el feminicidio no íntimo involucra el ataque sexual a la víctima”

(Carcedo, 2001, p.18).

Feminicidio por conexión: Con esta categoría se hace relación “a las mujeres que

fueron asesinadas en la línea de fuego de un hombre tratando de matar a otra mujer. Este

es el caso de las mujeres parientes, niñas u otras mujeres que trataron de intervenir o que

simplemente fueron atrapadas en la acción feminicida” (Carcedo, 2001, p. 19).

Así las cosas, a fin de delimitar aún más el tema de investigación, será el feminicidio

íntimo el que en esta ocasión ocupe las líneas subsiguientes.

El feminicidio íntimo como ha sido definido por Carcedo (2001), tiene unas

características particulares: se debe presentar la muerte de la víctima, el mismo debe ser

cometido por un hombre, y finalmente que exista o haya existido un vínculo afectivo

entre víctima y victimario.

1.3.El Feminicidio como fenómeno social

Pero qué circunstancias encierra el feminicidio: será, como se ha dicho, fruto de una

cultura patriarcal; o como lo ha afirmado Lagarde (2008, p. 216) crímenes de odio contra

la mujer. Sea como sea, la realidad ha desafiado al derecho, al punto que, como se
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revisará más adelante, ha llevado a crear en muchos Estados una legislación penal que

tipifique en forma específica el delito de feminicidio.

Frente a las causas del feminicidio, no se pueden detectar con facilidad los patrones de

conducta que hagan nacer en un esposo, compañero permanente, novio o ex de cualquiera

de las categorías anteriores, la idea criminal de atentar en contra de quien en otrora había

jurado amar y respetar.

Algunos autores como Lagarde (2008, p. 217) y Leonardi (2010, p. 11) coinciden en

afirmar que el problema del feminicidio se inicia con relaciones de poder; de la estructura

patriarcal de la sociedad y de la inoperancia del Estado.

Por otro lado, estudios como el realizado por el Centro de Intervención Conductual

para Hombres de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, con el auspicio del Fondo

de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentó el Primer estudio sobre

indicadores psicosociales en hombres feminicidas en República Dominicana, en el que se

estableció un perfil general del hombre feminicida, según el estudio realizado a 59

hombres detenidos en las cárceles de la República Dominicana, sentenciados por

feminicidio:

En el estudio se obtuvieron las siguientes conclusiones generales, las cuales fueron

publicadas en un evento para tal fin en las instalaciones de la Procuraduría General de la

República Dominicana el 12 de junio de 2012 reveló que dentro de los principales

hallazgos de esta investigación se encuentran la violencia feminicida como resultado de

un proceso de escalada y no como un acto criminal casual de un día. El 70% de las

víctimas había sido objeto de violencia en el último año por parte de sus victimarios. La

subordinación económica en que se encontraban la mayoría de las víctimas en su relación


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con los feminicidas fue otro hallazgo que reforzaba el círculo en que caían atrapadas las

mujeres. El bajo nivel de escolaridad de los victimarios y la superioridad de las víctimas

en este renglón. La escasez de información sobre prevención de violencia presente en los

victimarios. El impacto detonante que marcaban ciertos temas de conflictos en la pareja,

como son: temas relacionados con celos, relaciones sociales, y situaciones relacionadas

con los hijos. El fácil acceso a símbolos de poderes letales como armas de fuego y armas

blancas. La gran cantidad de armas de fuego obtenidas de forma ilegal. La gran cantidad

de armas de fuego legales autorizadas por valoraciones psiquiátricas. El impacto de

eventos distales de niñez como factores predisponentes de la conducta criminal. Entre

estos: disciplina basada en los castigos físicos, normalización de la violencia, trabajos

durante la infancia y niñez. Inicio temprano en acciones violentas por parte de los

victimarios lo que apunta hacia una normalización de la violencia. Se confirmó el poder

predictivo que tiene ser víctima de violencia en la niñez y la adolescencia, variable que es

más fuerte en la predicción de conducta criminal, que solo ser observador de acciones

violentas. La gran cantidad de feminicidas que tenían relaciones extraconyugales fue otro

descubrimiento importante. Este factor junto a la actitud ambivalente que mantenían

hacia las víctimas confirmaron la presencia de una forma de apego inseguro del tipo

ambivalente y desorganizado.

La teoría del apego ha sido validada como muy confiable para predecir. Actores socio

laborales como choferes del transporte y militares fueron los que más abundaron en la

muestra.

Baja presencia de trastornos psiquiátricos en contraposición a los trastornos de

personalidad donde salieron tendencias importantes en: paranoia y personalidad


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antisocial. Los rangos de edades más predominantes en los feminicidas fueron desde 20 a

35 años para un 39% de los casos y de 36 a 50 años para un 37%, lo que confirma

parámetros de investigaciones internacionales. Se confirmó el efecto colateral de la

violencia de género, observándose como secuelas 103 niños, hijos e hijas, tanto de las

víctimas como de los agresores. Se confirmó la gran correlación que existe entre

depresión e intento de suicidio, mas no fue imposible establecer que la depresión llevara a

los feminicidios. El nivel de integración socio laboral que tenían los feminicidas antes de

cometer el crimen hace pensar que los intentos de suicidios se corresponden por lo

planteado por Echeburúa y Paz del Corral (2009) como suicidios evitativos, donde la

culpa y la vergüenza juegan un papel para no afrontar el rechazo y las consecuencias de

sus acciones. El porcentaje de intentos de suicidio coincide con los presentados por los

referidos autores en estudios internacionales. (Centro de Intervención Conductual para

Hombres, 2012).
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CAPÍTULO II: PENALIZACIÓN DEL FEMINICIDIO

Ante lo inmenso que puede implicar el problema tratado en esta monografía, nos toca

referirnos a lo que se ha hecho específicamente en este punto. Si bien, los esfuerzos no son pocos

ni vanos, queda en nosotros acercarnos a su reflexión y aplicación concienzuda.

2. LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Los medios de comunicación se refieren a ellos como “crímenes pasionales”

realizados por hombres con diversos problemas psicológicos; dejándose de lado la

influencia que tiene nuestra sociedad en la constitución de hombres con masculinidades

machistas, quienes considerarían a las mujeres como su “posesión”. Estas mujeres

terminarían siendo el fin último sobre el que descansa la reafirmación de la masculinidad

de los feminicidas. Partimos justamente de esta hipótesis; es decir, el feminicidio

uxoricida es desencadenado por la autoestima herida del hombre por la infidelidad real o

supuesta de su pareja, o por el intento de abandono de la misma, ya que este hecho pone

en cuestionamiento radical la masculinidad patriarcal.

El viernes 21 de enero de 2005, el diario La República publicó que Marco Godínez

había asesinado a su pareja Teresa Áybar Ramos, porque pensó que ella lo engañaba. El

autor del crimen alegó: “No podía permitir que me abandonara, por eso cuando llegó con

el policía sentí que me había traicionado. (…) Era un asunto privado, Teresa era sólo

mía, nadie tenía derecho a interponerse entre nosotros. Si tuviera la oportunidad

volvería a hacer lo mismo”. Tamaño desajuste solo se puede explicar en una sociedad

donde el patriarcado predomina y no es vencido de forma decisiva.


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2.1.Retos para su prevención y sanción

En años recientes, el feminicidio se ha convertido en un asunto de seguridad pública y

notoriedad creciente en varios países de América Latina. El Perú no es la excepción a esta

tendencia. En torno a estos delitos se ha tejido un extendido discurso que advierte sobre

su incremento exponencial y la consiguiente necesidad de llevar adelante políticas

públicas para combatirlo. Este se concentra y es corroborado en reportes anuales que,

expuestos en cifras inapelablemente brutas, no dejan dudas sobre la gravedad del

fenómeno: «407 casos entre el 2004 y el 2007» (Demus, 2006), «alrededor de 406

feminicidios entre el 2007 y el 2010» (Ministerio Público, 2010), «un promedio de diez

mujeres asesinadas, mes a mes, por sus parejas varones» (Cladem, 2011).

Si bien la sociedad civil y el Estado marcan su interés por el tema, aquella precede a

este en años de activismo y luchas de reconocimiento. En el Perú, fueron las

organizaciones de la sociedad civil (Demus, Flora Tristán, Manuela Ramos) las primeras

en hacer seguimiento al feminicidio (en informes elaborados sobre la base de noticias en

diarios de circulación nacional), y abrir el debate sobre la necesidad de una reforma del

sistema de justicia que incluyera, entre otros asuntos, su tipificación penal (Demus,

2006).

En ese sentido, podemos decir que hoy los movimientos feministas convergen en una

perspectiva común con un interés sustantivo del Estado, en la cual el desarrollo de

políticas públicas, el incremento de las penas y una legislación específica sobre la

violencia contra la mujer son aspectos medulares (PNCVHM 2009-2015, 2009; Ley

28983, 2007). En este contexto, desde la sombra de las páginas policiales, pasando por

las agendas particulares de los organismos de defensa hacia las instancias deliberativas
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del Parlamento, la incorporación del feminicidio en el Código Penal se convirtió en una

realidad.

2.2.El Feminicidio en la Legislación Peruana

En nuestro país se han dado grandes pasos, desde la perspectiva legal para combatir

esta lacra social. Como ya se explicó en el primer capítulo, esta lucha se enmarca en

varios dispositivos que no tienen otro fin que encaminar el proceso para hacerlo punible y

rotundamente condenable.

Todo este proceso comenzó de la siguiente forma:

Ley que modifica el Artículo 107 del Código Penal, incorporando el Feminicidio:

LEY Nº 29819 LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 107 DEL CÓDIGO PENAL,

INCORPORANDO EL FEMINICIDIO

Artículo único. Modificación del artículo 107 del Código Penal. Modifícase el artículo

107 del Código Penal, en los términos siguientes:

Artículo 107. Parricidio / Feminicidio: “El que, a sabiendas, mata a su ascendiente,

descendiente, natural o adoptivo, o a quien es o ha sido su cónyuge, su conviviente, o con

quien esté sosteniendo o haya sostenido una relación análoga será reprimido con pena

privativa de libertad no menor de quince años. La pena privativa de libertad será no

menor de veinticinco años, cuando concurran cualquiera de las circunstancias

agravantes previstas en los numerales 1, 2, 3 y 4 del artículo 108. Si la víctima del delito

descrito es o ha sido la cónyuge o la conviviente del autor, o estuvo ligada a él por una

relación análoga el delito tendrá el nombre de feminicidio.”


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CAPÍTULO III: EL DEBATE SOBRE LAS SOLUCIONES

El éxito del vencer este problema pasa por reconocer exactamente cómo nos afecta y la

manera en que le haremos frente, En este último capítulo hablaremos sobre la estadística de este

mal y daremos una explicación rápida de los cuadros estadísticos y datos que hemos logrado

recopilar.

3. ESTADÍSTICA DE ESTE FENÓMENO

Los datos más resaltantes respecto al feminicidio son:


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Como muestra el gráfico, la tasa de homicidios de mujeres en el país es de 1,3 por 100

000 habitantes. Eso ubica al Perú en el puesto 112 de 180 países: por debajo de casi todos

los promedios regionales. En la región latinoamericana, solo Bolivia y Argentina tienen

tasas menores (de 1,0 por 100 000 mujeres cada una), y tomando en cuenta todo el

continente, incluso algunos países con un IDH superior al peruano. Chile y Estados

Unidos presentan tasas mayores (PNUD, 2012; UNODC, 2011). Es evidente entonces

que no hay un incremento exponencial respecto de las cifras comparadas, ni que estas

cifras ubiquen al Perú entre los países con tasas de homicidios de mujeres más altas del

mundo. Pero si esta es la situación de los homicidios de mujeres, ¿cuál es la situación del

feminicidio en el Perú?

El gráfico 2 describe la trayectoria del feminicidio en el Perú, en cifras absolutas, a lo

largo de gran parte de la década. Las cifras correspondientes al período 2004-2009


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provienen de organizaciones de la sociedad civil (y fue un importante ejercicio de

reconstrucción a través de notas de medios de comunicación). Las cifras correspondientes

al período 2009-2011 provienen en cambio del Observatorio de Criminalidad del

Ministerio Público, entidad que se encarga hoy de la tarea oficial de registro, sobre la

base de reportes de la Fiscalía de la Nación.

El gráfico 3 vuelve a cuestionar el supuesto «crecimiento exponencial del

feminicidio». Pero además la conversión de las cifras absolutas a tasas muestra con

claridad lo que el listado comparativo de homicidios de mujeres ya insinuaba, y es

constatación de las cifras oficiales: que el feminicidio en el Perú es un fenómeno

epidemiológicamente no regular.
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El gráfico 4 corrobora, pues, una situación similar a la del comparativo centrado en el

universo total de homicidios de mujeres: la tasa peruana es considerablemente menor que

la del resto de países de la región. El gráfico muestra, además, que precisamente los

países con mayor incidencia de feminicidios- Países centroamericanos y del Caribe

sustancialmente tienen a su vez serios problemas de violencia estructural relacionados

con el narcotráfico y otros fenómenos criminales.

3.1.Problematizando la tipificación de este problema

Al analizar el asunto nos podemos ir quedando con algunos comentarios sobre esta

estadística que resultan importantes para su análisis:

Primero. Existe un problema de registro criminológico del fenómeno «feminicidio» y

del registro de los indicadores criminalísticos. Ello no es un problema de la categoría por

sí misma, sino de forzar un ejercicio por convertirla en elementos operacionalizados para

el registro de la antropología criminal aplicada y del registro delictivo concreto. La

categoría política feminicidio evidencia problemas de «traducción» a categorías de


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registro criminológico, pues sus elementos inherentes no se deben a elementos materiales,

sino a «motivaciones», «misoginia», «sexismo», etcétera, y por lo tanto, presentan

severas dificultades en términos de registro positivo. En consecuencia, el registro

criminológico ha pasado a concentrar gran parte de sus esfuerzos en «el vínculo pareja» y

en «el homicidio de mujeres», pues son elementos de registro concreto y de relativo

acceso para construir una medición del fenómeno.

Segundo. El problema de construcción de elementos criminalísticos operacionalizables

no es el único asunto. Hay severos problemas en el uso de herramientas de sociometría

criminal en los registros oficiales. Como hemos visto, en el Perú se utilizan cifras

absolutas para hacer comparaciones de evolución temporal del fenómeno y no tasas,

como indica la amplia literatura especializada. Esta forma de medición impide un

tratamiento exhaustivo de la problemática del feminicidio y, por el contrario, conduce a

una lectura poco precisa sobre su incidencia y gravedad.

Tercero. Sobre la base de esas cifras y la exposición de esos datos se ha tejido un

extendido discurso público acerca de la expansión del feminicidio que anuncia su

incremento «exponencial» en el Perú, abonado por la prensa, las organizaciones de la

sociedad civil e instituciones del Estado, y un uso de los datos que genera alarma y

preocupación sobre esta supuesta expansión.

Cuarto. Sin embargo, a la luz de la evidencia de las cifras oficiales comparadas, no es

posible indicar que haya un aumento en las tasas de feminicidio. Tampoco es posible

afirmar que las cifras peruanas sean las más altas del mundo, del continente o de la

región. Por el contrario, se puede mostrar con cifras oficiales una tendencia estable y baja

respecto del continente. La conversión de los datos oficiales de cifras absolutas a tasas
21

permite constatar que el feminicidio en el Perú es un fenómeno epidemiológicamente no

regular (al menos según los datos disponibles hasta 2011).

3.2.Soluciones y acciones para mitigar este problema

Esto, sin embargo, no hace menos importante el tema; más bien evidencia un

problema asociado: si bien el feminicidio es epidemiológicamente poco recurrente, la

violencia contra las mujeres a través de otras prácticas es un fenómeno extendido y tiene

tasas muy altas en comparación con el resto del continente y el mundo. Las violaciones

sexuales, por ejemplo, muestran tasas anuales de veintidós por 100 000 habitantes, en

donde el 93% de las víctimas son mujeres, lo que ubica al Perú en el primer lugar de

América del Sur (Mujica, 2011) y entre los países con más altas tasas en el mundo. Así,

es también una evidencia que la violencia contra las mujeres a través de diversas

manifestaciones (violaciones, acoso, violencia doméstica, etcétera) es un fenómeno

extendido y regular, aun cuando el feminicidio no es recurrente en las tasas comparadas.

Lo anterior muestra un asunto fundamental. Se trata de entender el feminicidio como

una práctica no separada de la estructura de la violencia contra las mujeres; es preciso

entenderlo como uno de los elementos de un amplio y extendido sistema de ejercicio de

administración y uso de la violencia. Así, la escasa cifra de feminicidios no puede ser

leída fuera de un contexto de agresiones constantes y de altas tasas de violencia contra las

mujeres, pues obedecería a un continuum de la estructura y no a una excepción a la regla

(Mujica, 2010). Es ahí donde es necesario continuar la investigación en criminología

social y antropología criminal: ¿cuál es la trayectoria de la violencia en casos de

feminicidio? ¿Cuál es la relación de las extendidas formas de la violencia contra las


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mujeres y los pocos casos de feminicidio que aparecen? ¿Cuál es la estructura de estos

casos y cómo construir indicadores de registro que permitan la investigación aplicada?

Preguntas por resolver y cuyas respuestas pasan por tomar cartas en el asunto de forma

definitiva, con políticas de estado efectivas y que busquen la justicia de género, la

igualdad e idoneidad del género en un país como el nuestro cuya índole es muy variada y

sus arraigos patriarcales son gigantescos. Esperemos a ver cómo se soluciona o mejor

dicho: cómo lo solucionamos juntos porque es un problema de todos con alternativas para

todas.
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CONCLUSIONES

Concluida la investigación monográfica podemos afirmar lo siguiente:

1. El fenómeno del feminicidio para su adecuada comprensión debe ser observado y

analizado a la luz de diferentes áreas del saber, como son la psicología, la antropología y

el derecho.

2. Existen diferentes tipos de feminicidio, dentro de los cuales el de mayor impacto es el

feminicidio íntimo.

3. En Europa, de acuerdo con las cifras analizadas, el Estado con mayor cantidad de casos de

feminicidios íntimos es Francia con 135 casos, seguido de Italia, e Inglaterra y Gales.

4. En América Latina el Estado con mayor número de feminicidios íntimos es Guatemala

con 608 casos, seguido por Argentina y República Dominicana.

5. A pesar de las fuertes sanciones contempladas en la normatividad de Perú, la realidad nos

muestra cómo la misma ha sido insuficiente para controlar el fenómeno del feminicidio

íntimo.

6. De la legislación actual, Estados como Colombia y Argentina no tipifican el delito de

feminicidio como tipo penal independiente.


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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intrafamiliar en Colombia. Bogotá: Profamilia.

 CLADEM (2011). Diario El Comercio. 22 de noviembre de 2011. Lima. Disponible en

http://elcomercio.pe/peru/1337634/noticia-feminicidio-10-mujeres-mueren-al-mes-

manos-sus-parejas. Fecha de consulta: 22 de junio de 2012.

 DEMUS (2006). Audiencia temática sobre Feminicidio en América Latina ante la

Comisión Interamericana de Derechos Humanos - CIDH. Estudio para la defensa de los

derechos de la mujer. Editorial DEMUS. Lima - Perú

 LAGARDE DE LOS RÍOS, M. (2008). Antropología feminismo y política violencia

feminicida y derechos humanos. Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Madrid.

Madrid – España.

 LEONARDI, B. (2010). El feminicidio: origen y consecuencias viejas noticias que están

de moda. Observatorio de Equidad y Género. Buenos Aires – Argentina.

 MUJICA, J. (2010). Sobre el feminicidio y el monopolio del uso legítimo de la violencia.

Brújula, 10(20). Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima –

Perú.

 OBSERVATORIO CIUDADANO NACIONAL DEL FEMINICIDIO. (2009). Una

mirada al feminicidio en México. México.

 RUSSELL, D. (2011). The Origin and Importance of the Term Femicide.

 SÁNCHEZ GÓMEZ, O. (2010). ¿Será que a las mujeres nos matan porque nos aman?

Bogotá – Colombia.
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