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INSTITUTO SUPERIOR DEL PROFESORADO PROVINCIAL N° 1

Profesorado en Historia para la Educación Secundaria

La sociedad y la vida cotidiana a orillas del Nilo

Álvarez Milagros, Gonzalez Mauro, Ruiz Matias, San Martín Leandro

Historia Antigua

Profesora Violeta Guggolini

1er año “A” – Turno mañana

2018
LA SOCIEDAD Y LA VIDA COTIDIANA A ORILLAS DEL NILO

Agricultores y Ganaderos

Egipto es primordialmente un país agrícola. La agricultura fue siempre la base de su


economía. Bajo el dominio faraónico, el campesino fue la columna vertebral de la sociedad.
Analfabeta, la población agrícola y ganadera no dejó relación escrita alguna acerca de los
aspectos esenciales de su vida. Ocupaban el último peldaño y morían sin dejar huellas en el
mundo. Sus cuerpos eran abandonados en los bordes de los desiertos y sin la mínima
inscripción que recogiera sus nombres. Lo que sabemos del campesino egipcio se debe a
composiciones literarias de los imperios medio y Nuevo, pero sobre todo de pinturas,
relieves y con los textos de Estrabón, Diodoro y Herodoto. También algunos documentos no
literarios escritos en papiros donde se describen los modos de vida y las actividades de las
tareas en el campo.

Fue en el Imperio Nuevo el periodo que mejor describió a los agricultores, junto a la figura
del peón, cuya actividad y fortuna no debió variar mucho con el tiempo, surgió una clase
media de pequeños propietarios cuyas rentas les permitían vivir con cierto desahogo. El
propietario vendía sus productos en el mercado, utilizando asnos como animales de carga y
transporte. Desde su nacimiento hasta su muerte, el campesino permanecía supeditado de
forma necesaria a la tierra que trabajaba. La crecida anual del Nilo afectaba de manera vital
a todos los trabajadores de la tierra. Una crecida mínima o excesiva podía ser desastrosa y
el campesino los sabía. Las semanas que seguían al retroceso de las aguas eran de
mucho trabajo. Las tareas del campo debían compartirse con otras en los canales, diques y
compuertas que habían sido dañados o arrasados por el agua. No se ha constatado la
utilización de norias ni azudes hasta que estas se adaptaron en Oriente en épocas tardías.

Aparte de los cultivos de cereales o lino, debía reservar una parcela a los cultivos de huerta.
Las orillas del río se cedían a los trigales y campos de cebada, se plantaba igualmente
centeno y trigo, más tardíos que los anteriores. El laboreo debía iniciarse desde el inicio de
la retirada de la inundación. Primero, al revés de lo habitual, se sembraba en la tierra blanda
y suelta para después para el arado y cubrir las semillas.

Otra función importante lo hacía el sembrador, que con un cesto de mimbre colgado al
hombro esparcía la simiente por la tierra húmeda. Los bueyes se situaban delante del arado
para hacer el labor del pisado. En otras ocasiones eran los rebaños de ovejas o cabras
quienes pisaban los campos recién sembrados. A medida que las mies crecía, el campesino
pasaba a estar preocupado por otros problemas, como las tormentas súbitas, de truenos y
granizo que destruían el grano y las espigas, las nubes de langostas y la intromisión del
ganado que podía destrozar el grano con sus pisadas y comiendo parte de la producción.
Para evitarlo, el campesino tenía que vigilar continuamente.

Tras la siembra llegaban los meses secos. En esta época se hacía preciso regar
acarreando el agua hasta las acequias para llevarla hasta el último rincón de los cultivos.
Antes de comenzar la siega, los propietarios calculaban la superficie de cereal ayudados de
escribas e inspectores tributarios, agrimensores y siervos que medían los campos. De este
modo se establecía el tributo que el campesino debía pagar al dueño de los campos que
trabajaba. El tiempo de la cosecha era la época más dura del año. El cereal adquiría una
importancia especial, se utilizaba para hacer pan y cerveza, componentes muy utilizados en
la dieta egipcia y los auténticos pilares de la economía en Egipto. La siega y la trilla eran
operaciones laboriosas para las que se contrataba a peones residentes en los alrededores.
Para las grandes propiedades de la coronó y los templos se utilizaban cuadrillas de
hombres que recorrían grandes regiones del país. Este procedimiento era debido a las
peculiaridades. Cuando el cereal ya descansaba en los silos del Alto Egipto, apenas había
comenzado la siega en las áreas del Delta.

Almacenar el grano a cielo abierto no era de gran riesgo. Era poco frecuente que lloviera
durante la época de las cosechas. El almacenamiento no sólo se realizaba para el consumo
local, sino que con frecuencia se transportaba a otros lugares para pagar impuestos. Se
evaluaba la cosecha total utilizando celemines antes de ser almacenada. De esta forma
podían conocerse los rendimientos de cada superficie y sobre dicha cifra la carga impositiva
que correspondía a cada cultivador.

El otro cultivo era el lino, base de la actividad textil de los egipcios. Para la elaboración de
hilos de buena calidad se debía proceder a su recogida cuando todavía no estaba maduro.
Ello permitía la flexibilidad y suavidad de sus fibras. El proceso de transformación de los
tallos en lino era largo y complejo. El campesino que cultivaba lino no debía cortarlo, sino
arrancarlo del suelo. La cabeza, el tallo y la raíz se limpiaban en los mismos campos donde
se habían cosechado, se reunían en haces y se llevaban a desgranar para su posterior
tratamiento. Para separar las semillas de los tallos, la planta se hacía pasar por un utensilio
hecho con dientes –en forma de peine-, guardándose una parte de las semillas para la
siembra siguiente.
La vid era un cultivo primordial en el Delta, aunque en muchas huertas se plantaban parras
de las que luego se extraían mostos y caldos para el consumo familiar. La vendimia
realizada en agosto y septiembre, no difería de los métodos tradicionales que se mantienen
en práctica en la actualidad. Existen pinturas donde se muestra la elaboración de vino a
base de pisado de unos operarios. El mosto de recogía en unas grandes ánforas que
después se sellaban y almacenaban en bodegas. Sobra decir que la presencia permanente
del escriba y los inspectores era asidua a estas labores.

Mientras los ricos propietarios, incluido el faraón, iban a las marismas y pantanos a practica
la caza por diversión, los campesinos pescaban como ayuda en su alimentación. El
campesino soportaba una vida de trabajo, pobreza y enfermedad, solo el señor de las
tierras podía establecer las condiciones de trabajo y las relaciones entre él y el trabajador.
Los salarios eran entregados en especie, debido al desconocimiento del dinero en Egipto
hasta la llegada de los griegos y su moneda. Debían ser salarios de subsistencia, de los
cuales extraían la cantidad con la que debía tributar. Los recaudadores maltrataban a los
campesinos que no pagaban puntualmente sus impuestos. Sus familias tampoco se
libraban de los malos tratos. Después de los tributos llegaba la corvea, un sistema de
servicio obligatorio y gratuito al que estaba sometido todo campesino y que debía rendir al
Estado. El reclutamiento podía realizarse en cualquier momento y estaba destinado a
tareas concreta: construcción, levantamiento de edificios, trabajo en minas, conservaciones
de canales, caminos o regadíos. La corvea se mantuvo como una obligación hasta su
abolición en 1889.

Las aldeas agrícolas estaban compuestas por casas pobres y miserables, sin orden ni
disposición preconcebidos, e inmersas en calles estrechas y laberínticas. Las viviendas
tenían un pequeño habitáculo y constaban de una única planta. Los techos se fabricaban
con hojas y ramas de palmera, cañas o paja, mientras que los úselos permanecían la
mayoría de las veces con humedad de la región. Los egipcios hacían sus necesidades
dentro de las casas; las mujeres separaban las basuras del estiércol que luego sería
utilizado como combustible.

Las aldeas campesinas tenían al menos una birkat o poza, con el agua turbia y estancada
completamente sucia y contaminada. Se nacía para ser explotado por cuantos tenía a su
alrededor con una mala retribución y sin posibilidad de mejorar su destino.

La perspectiva de los antiguos ganaderos en Egipto estuvo bastante diferenciada de sus


vecinos del campo. Los egipcios decidieron rechazar los rebaños de ovejas en favor de las
cabras, criaron cerdos sobre los que no recayó ningún tabú. Algunos animales como las
gacelas o los ciervos eran capturados para su cría en cautividad, al ser muy apreciada su
carne.

Algunas aves como los gansos, patos o gallinas –conocido en Egipto en época tardía- se
hicieron muy frecuentes en los corrales del valle del Nilo. Alrededor del 1400 a. C., se
introdujo el caballo, pero el animal de tiro por antonomasia fue el asno. Algunos bueyes
llegaron a utilizarse para el arado de las tierras, mientras que las vacas se criaron para
aportar leche.

Los productos del campo se complementaron con la caza y la pesca. Era frecuente la caza
de los codornices con redes en época de migración. Las aves acuáticas eran capturadas en
laguna. Tanto el Nilo como en los canales y lagunas era habitual la pesca con caña, red y
arpón, haciendo de ésta una actividad muy productiva.

Obreros y artesanos

La construcción en el Antiguo Egipto ocupó el mayor número de brazos. Existió un grupo


cuyo esfuerzo estuvo dedicado permanentemente a las distintas especialidades de la
construcción.

Los templos y un número limitado de edificios eran construidos de piedra, la gran mayoría
de construcciones (casas y murallas) eran construidas con ladrillos de adobe.

Explotaron diversos minerales, que se encontraban en el Río Nilo y el Mar Rojo, pero fue sin
duda el oro el que mayor preocupación despertó. La situación de los mineros rayaba la
penalidad, agravada por la climatología del desierto. Los orfebres llegaron a ocupar el nivel
más alto de su gremio en la escala social, el más bajo lo tuvieron los caldeleros.

El salario de los hombre de la construcción varía según sus horas de trabajo y la obra en
construcción. Se les pagaba con raciones de panes y cerveza.

La artesanía representó un papel social importante, ya que sus trabajos iban a los templos
de los faraones y en muchos casos, los artesanos, eran enterrados en las tumbas junto a
los faraones, para que tallaran en el Más Allá. Los carpinteros pertenecieron a una
comunidad de trabajadores selectos, admirados por su magnífica calidad.

En el Imperio Nuevo los carpinteros llegaron a fabricar armas elaboradas (arcos, flechas,
azagayas y lanzas). Otra profesión que derivó de la carpintería son la de los carreteros. Otro
grupo destacado dentro de lo carpinteros son los escultores, que trabajaban cerca de los
lugares donde estaba destinado su trabajo.

También existían huelgas dentro de las profesiones. Probablemente la organización del


trabajo industrial para la extracción y perfección de las materias primas empleadas para la
decoración funeraria, eran condiciones casi militares en cuadrillas de obreros.

El poder de la escritura. Los escribas

Buena parte de la documentación encontrada en el Antiguo Egipto, nos lleva a comprobar la


importancia que tenía la palabra escrita para cualquier propósito de tipo personal, religiosa o
político. Todos los usos de la escritura le conferían una magia singular que de alguna
manera evidenciaba el poder de la misma, no es la misma “magia” si la escritura buscaba
trascender un nombre o un espíritu, que la de una carta personal.

En un principio la escritura era jeroglífica, pero más adelante se realizaba en papiros, que
eran mucho más fáciles de transportar, pero más costoso y no había medidas normalizadas,
variaba según la extensión del mensaje y el ancho del papiro.

Si un escriba oficiaba el títulos de “portador del libro” o “sacerdote lector” era una
competencia superior a la de un escriba común, ya que se emparentaba con la religión.

La formación de un escriba era bastante rigurosa y en muchos casos se llegaba a la


deserción.

Se deja implícito que la formación escribal era requisito para otras especialidades
avanzadas, como medicina, astronomía, arquitectura, etc.

En el Imperio Nuevo, comienza el desuso de la escritura jeroglífica y quedarían como


exigencia sólo para los sacerdotes.

Con la ocupación helénica la forma de comunicación escrita que toma importancia es la


escritura demótica y la labor desempeñada por los escribas durante siglos quedaba
convertida en un tesoro para la cultura Ptolemaica, con la fundación de la biblioteca de
Alejandría.

Mujeres en el Antiguo Egipto


Es posible afirmar que la sociedad del Antiguo Egipto fue regida por la acción de los
hombres sobre las mujeres, lo que hoy determinariamos como sociedad machista. Aunque
esta cultura concedió el desarrollo de muchas actividades a la mujer.

Muchos aspectos y atributos estaban personificados en las mujeres. El ma’at simbolizaba el


principio cósmico que mantenía el equilibrio y la armonía del cosmos. La lengua egipcia
distinguia entre lo masculino y femenino. Las reinas transmitían la sangre solar, era la
verdadera soberana y dueña de la tierra, preservadora de la realeza y guardiana de la
pureza en el linaje. A través del matrimonio con una con una princesa egipcia, quedaba
transmitida la corona y los reyes conseguían su derecho al trono.

Era común relacionar a los descendientes a través de la línea materna y en las tumbas la
madre del difunto era representada junto a la esposa. Los padres eran desconocidos o de
dudosa identidad, de ahí la importancia de la madre.

Sin dudas fue en la monarquía y en instancias altas del Estado donde las mujeres lograron
un papel y poder más destacado. Se conoce la historia de cuatro mujeres que llegaron a
reinar como faraones. En las monarquías que quedan, la mujer parece reinar al lado del
faraón. En el lenguaje egipcio no existe una palabra que se use para la reina o princesa, se
la suele citar como “madre del rey” o “mujer del rey”. Incluso, en monumentos, se representa
a la mujer con rasgos anatómicos del hombre.

Pese a estar deidificada, se veía a la mujer siempre como un complemento de algún dios
central o faraón. En el templo podían tener un lugar como sacerdotisas pudiendo alcanzar la
condición de “mujeres sagradas”. Muchas llegaron a tener un santuario propio. En el
Imperio Antiguo y parte del Medio, tenían el título de sacerdotisa de Hathor. En el Imperio
Nuevo, las esposas de hombres con buena posición social se denominaban Cantariz del
dios de la ciudad donde residían.

Las mujeres que disfrutaban de este cierto estatus social podían, en consecuencia,
comprar, vender o actuar ante la justicia estatal. También existieron mujeres escribas y que
ejercían la medicina pero eran poco frecuentes. En las clases sociales bajas la función de la
mujer quedó relegada a la de ama de casa, sirvienta, obrera en la industria o como objeto
sexual.

Los sacerdotes egipcios podían tener una sola esposa, los hombres tantas como quisieran
mientras que la mujer sólo uno a la vez.
El momento del nacimiento del hijo de una mujer implicaba una especie de ritual para
facilitar al proceso. Todo se preparaba en una habitación conocida como “pabellón de
nacimiento”. Se recogía el pelo de la madre, se le ungía aceites relajantes para el cuerpo y
se invocaba el nombre de algunos dioses. La mujer se sentaba en el “asiento del
nacimiento” o se ponía en cuclillas sobre cuatro ladrillos “mágicos” en representación de las
cuatro diosas principales: Nenut, Tefnut, Isis y Nefits. El primer nombre que el bebé recibía
se conocía como “nombre que le dió la madre”, después se le daba el nombre que usaría
habitualmente.

La mujer tenía trabajos como la molienda del grano, producción de cerveza, cuidado de
niños, etc. No participaban de todo aquello que tuviera que ver con los trabajos de campo y
ganadería.

A pesar de las limitaciones y exclusiones sociales, la mujer de la sociedad egipcia gozó de


igualdad teórica frente a la ley y la economía.

Egipto Antiguo tiene semejanza con la realidad de nuestros días. La sociedad actual
presume del mantenimiento de una igualdad de todos sus ciudadanos ante la ley, pero no
deja de ser una sociedad donde todavía los prejuicios y prácticas sociales dominan las
oportunidades según el género.

La vida diaria en Egipto, casas, gentes y ciudades.

Antes de ser introducida y aceptada la moneda, la base del comercio egipcio era el trueque.
Cabe pensar que incluso después de la introducción del sistema monetario en Egipto el
trueque siguió siendo utilizado, sobre todo en el campo.

El funcionamiento de este sistema de intercambio puede parecernos torpe e ineficaz, para


los egipcios una forma bastante cómoda para resolver Y estimular innumerables
operaciones económicas en el ámbito de las distintas comunidades rurales y urbanas a lo
largo de todo el período faraonico.

Las operaciones de compra y venta resultaban algo más complejas en las grandes ciudades
seguramente porque muchas de las mercancías requeridas por el comprador no eran fáciles
de obtener. Sin embargo en comparación con las otras operaciones que se realizaban en
las pequeñas poblaciones estaba regulada por un sistema mucho más simple y preciso.
Conocemos poco de la forma en que se distribuye los productos así como las posibles
regulaciones de los mercados. Existen los mercaderes que participaban en la distribución
de las mercancías. Esto subían y bajaban por el Nilo a su antojo y con plena libertad
cargando productos para unos y otros compradores.

Dentro de la geografía egipcia la principal forma de distribución de cualquier producto se


realiza por medio de la vía fluvial. Confirmando que se bordeaban más de 800 kilómetros
por franja estrecha de cultivos y un Delta cortado por un sinfín de ramales y pequeñas vías
fluviales.

Este transporte tuvo que realizarse en flotas pertenecientes a las grandes instituciones
estatales aunque los hombres se ocupaban de la entrega y distribución, quizás disfrutarán
de algún nivel de independencia.

Cabe la posibilidad de que se les autorizará a quedarse con una partes de los bienes que
controlaban obteniendo de este modo un beneficio oficial. Los productos ofrecidos en los
mercaderes podían ir desde calzados en especial sandalias hasta ropa y alimento de varias
clases sobre todo pan, pasteles y especias valiosas.

Los tratos muchas veces se cerraban mediante el simple intercambio de unas mercancías o
productos manufacturados por otros de similares características.

Otro aspecto a destacar en la vida diaria era el cuidado personal y el vestido. A orillas del
Nilo el agua abundaba lo que provocó la costumbre de lavarse varias veces al día. Para la
higiene se utilizaba un jabón rudimentario elaborado con cenizas que resultaba muy eficaz
para quitar la grasa y limpiar la piel.

Las mujeres utilizaban multitud de recipientes para su aseo además de perfumes


perfilándose los ojos de negro y sombreandose los párpados de verde con Malaguita
pulverizada.

Existían peluqueros profesionales de la manicura, y de la pedicura, así como masajistas.

Los hombres y las mujeres tenían la costumbre de rasurarse todo el cuerpo y los grandes
sacerdotes o influyentes de la política de Egipto se afeitaban toda la cabeza. La población
masculina egipcia sólo utilizar un tipo de falda corta ofa de Jean y caminaba descalzo. Al
contrario de los hombres influyentes que se han encontrado los calzados que se han
encontrado en las tumbas calzados realizados de oro.

Hay que decir que la indumentaria femenina apenas difería de la masculina.


Era común la utilización Dell faldellín, dejando el torso descubierto. Podían utilizarse
camisas transparentes o túnicas ligeras recogidas en el hombro izquierdo dejando el pecho
del otro lado descubierto. Otro aspecto muy peculiar era que la desnudez era totalmente
corriente y bien admitida al menos hasta la época de ramésida .

A propósito de la enseñanza en el Antiguo Egipto está no era obligatorio en estaba al


alcance de Los Humildes. Lo que podían asistir a una educación eran los hijos de los
funcionarios A quiénes se les animaba u obligaba los mismos pasos de sus padres. Y a los
niños de clase pobre se le enseñaba el oficio que tenía su padre.

Los primeros pasos del aprendizaje se daban en el contorno familiar era el padre encargado
de enseñar a sus hijos lo fundamental de sus conocimientos.

Esto no sucedía con los miembros de la realeza que a los cuales sus hijos eran educados
por preceptores suficientemente cualificados.

Este periodo de preparación no sobrepasaba la edad de 10 años momento en el que daban


comienzo a otras enseñanzas más especializadas, probablemente más por razones
pragmáticas que de oportunidad. Eran las instituciones civiles como el gobierno de los
nomos y de los templos quienes disponían de los centros de formación para escribas y
funcionarios y sacerdotes. Esta segunda etapa de estudio tenía una duración variable
dependiendo de la complejidad de los conocimientos. No hay constancia de que se
utilizarán examenes como la actualidad; antes bien el aprendizaje consistía en recitaciones
de textos que se aprendían de memoria. Así como ejercicio de copia que permitían un
completo dominio de la escritura. Los estudios estaban enfocados al conocimiento de letras,
las ciencias y las matemáticas. No faltaban los festejos destinados a alabar las crecidas del
Nilo la cual era celebrada cada dos meses.

A todas estas celebraciones se unían otras de carácter más extraordinarios: coronaciones


de faraones, jubielos o sed. En los momentos de recuerdo a los difuntos era costumbre que
las familias accedieran a las necrópolis, donde realizaban ofrendas a los que ya no estaban
con ellos.

Algunas de estas celebraciones con carácter nacional o regional convocaban a cientos y


cientos de personas y duraban hasta un mes.

Los egipcios también fueron los primeros en domesticar y criar abejas. La miel era un
alimento muy Preciado hasta el extremo de ser utilizado en pasteles y para endulzar la
cerveza y el vino. Para la elaboración de las cervezas las mujeres mezclaban pan con
levadura dejándola fermentar en grandes tinajas.

La vida familiar comenzaba a diario con la salida del sol lo aprovechaban al máximo para
sus rutinas diarias. Con respecto a la alimentación los más pobres hacían una comida diaria
en cuanto los más chicos hacían dos o tres al día.

Las familias eran nucleares y monógamas, pero si la mujer resultaba ser estéril el marido
podía tomar una concubina esclava para asegurar la continuadas, Y de esto nada si sabe si
el hombre era el esteril. Los matrimonios eran convenidos tal y como sucedía en gran parte
del oriente y existía algún tipo de vinculación con la religión.

A diferencia de muchos pueblos mesopotámicos en Egipto no existían las leyes estrictas


todos los referentes al matrimonio. Es más, se admite el divorcio siempre que el marido
compensará a su esposa.

Por otra parte no podemos saber con exactitud si existen esclavos por las calles o si estos
mismos ejercían como sirvientes de las casas de los grandes señores de Egipto. la figura
del esclavo siguió siendo objeto de debate entre los estudiosos de la historia económica y
social. A menudo El lector moderno tiene a considerar la cultura egipcia estrictamente, en la
que resulta imposible detectar cambios sustanciales en 3000 años de historia Lo cierto es
que socialmente si hubo variaciones considerables dependiendo del período egipcio del que
tratamos.

Es muy posible que la razón por la que la condición de esclavo nunca se llevó a mencionar
explícitamente se daba al hecho que la esclavitud nunca fue considerada por la cultura
egipcia una condición perfectamente definida en la persona.

En ningún caso la esclavitud fue una condición social definida,:sino que los individuos tenía
la posibilidad de superar dicha condición.《dependencia, En definitiva, no significaba en el
mundo egipcio《esclavitud.

De acuerdo con muchos documentos hallados en Egipto, sabemos que existió una
servidumbre forzada, a menudo es realizada a través del reclutamiento abusivo de hombres
y mujeres de diversas aldeas por parte de los funcionarios de la Administración estatal.
Puede decirse que progresivamente fue consolidándose una forma especial de servidumbre
conocida como miembro del servicio que se caracterizó por status de sumisión social.
Para finalizar este bloque correspondiente a la forma de vida de los egipcios no podemos
descuidar un aspecto tan esencial como es el de las viviendas y residencias en las que
habitaban.

La clase campesina vivía en chozas o viviendas de adobe, aisladas o concentradas en


aldeas las ciudades estaban diferenciados en barrios separados por avenidas. Las zonas
correspondientes a la aristocracia y la gente es mejor situadas socialmente contaban con
casas rodeada de jardines construidas en adobe. esta característica se debía en parte a la
climatología ya que pretendía que las viviendas fueron frescas en época de calor. Desde los
palacios de los faraones hasta los templos, salvo excepciones, lo habitual era que se
utilizará este material para su construcción. Algunos ricos egipcios añadían algún estanque
con peces a su residencia.

La residencia de los más privilegiados, tanto en el medio urbano como en el medio rural,
eran espaciosas, con estanques, plantas y acequias alrededores los edificios. Disponían de
patios y en su interior las habitaciones eran amplias, con dormitorios en los que no faltaban
armarios y arcones.

En algunas habitaciones se disponía de baños propios y lavabos, pintándose las paredes,


por lo general, con dibujos alegres y geométricos o con motivos vegetales las ventanas eran
pequeñas con el fín de impedir que entrar al sol.

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