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Elemento de Wikidata 4.4 Último periodo en Cádiz Teniente general de la Armadanota 1
Citar esta página 5 De vuelta a América: Cartagena de Indias Años de servicio 1704-1741
6 Muerte y castigo póstumo Lealtad España
En otros idiomas
6.1 El Puerto de Santa María y Blas de Lezo Mandos Armada Española
Català
7 Su memoria en la actualidad Conflictos Guerra de Sucesión
Čeština
Deutsch 7.1 Novelas históricas Española
English 8 Véase también Batalla de Málaga
Eesti 9 Notas Sitio de Barcelona (1706)
Français Sitio de Tolón
10 Referencias
Italiano Sitio de Barcelona (1713-
11 Bibliografía
Português 1714)
Русский
12 Enlaces externos Guerra hispano-otomana
Conquista de Orán
5 más
Guerra del Asiento
Editar enlaces Orígenes y principios de la carrera como marino [ editar ]
Sitio de Cartagena de
Blas de Lezo y Olavarrieta nació en el distrito de Indias
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privaba prácticamente de heredar bienes, así que optó por emprender la carrera militar, [editar datos en Wikidata]
como marino.9
Se educó en el Colegio de Francia, una institución educativa para niños de la baja nobleza de la zona donde recibió la instrucción
básica.10 nota 4 En aquel entonces la armada francesa era aliada de España en la guerra de Sucesión, que acaba de empezar al morir
Carlos II sin descendencia.12 Dado que Luis XIV deseaba el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y escuadras de
España y Francia, Lezo se embarcó, a sus doce años, en 1702,nota 5 en la escuadra francesa —que, en la práctica, había absorbido a
la española, en estado calamitoso—, enrolándose como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Luis Alejandro de Borbón, hijo
de Luis XIV.13 14 11
La guerra enfrentaba a Felipe de Anjou, apoyado por Francia y nombrado heredero por el difunto rey español, con el archiduque Carlos
de Austria, apoyado por Inglaterra, ya que esta última temía el poderío que alcanzarían los Borbones en el continente en caso de unirse
las dos coronas, española y francesa.15 Para recuperar Gibraltar —tomado por las fuerzas anglo-holandesas— y desbloquear el acceso
al Mediterráneo, franceses y españoles aprestaron una gran armada.16 17 La escuadra francesa había salido de Tolón y en Málaga se
habían unido a ella algunas galeras españolas mandadas por el conde de Fuencalada.16 17 Frente a Vélez-Málaga se produjo el 24 de
agosto de 1704 la batalla naval más importante del conflicto.18 17 En dicho combate se enfrentaron 96 naves de guerra franco-
españolas (51 navíos de línea, seis fragatas, ocho brulotes y doce galeras, que sumaban un total de 3577 cañones y 24 277 hombres) y
la flota anglo-neerlandesa, mandada por el almirante Rooke y compuesta por 53 navíos de línea, seis fragatas, pataches y brulotes con
un total de 3614 cañones y 22 543 hombres, dando como resultado al final de la contienda 1500 y 2719 bajas,nota 6 respectivamente.19
Blas de Lezo participó en aquella batalla batiéndose de manera ejemplar, hasta que, poco después de comenzar el combate, una bala
de cañón le destrozó la pierna izquierda,4 teniéndosela que amputar, sin anestesia, por debajo de la rodilla.20 17 Debido al valor
demostrado tanto en aquel trance como en el propio combate, fue ascendido en 1704 a alférez de bajel de alto bordo por Luis XIV, al
que el comandante francés había notificado la bizarría de Lezo.13 21 22 Felipe V le otorgó también una merced de hábito, que
conllevaba una serie de privilegios similares a los de la baja aristocracia.23
Se le ofreció ser asistente de cámara de la Corte de Felipe V. Rechazó este cargo y, una vez recuperado de la pérdida de la pierna,
siguió su servicio a bordo de diferentes buques, tomando parte en las operaciones que tuvieron lugar para socorrer las plazas de
Peñíscola y Palermo;22 en el ataque al navío inglés Resolution de setenta cañones en la costa genovesa, que terminó con la quema de
este;24 así como en el apresamiento posterior de dos navíos enemigos en el Mediterráneo occidental, que fueron conducidos a Pasajes
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y Bayona, todo ello en 1705.25 El mando de las presas se otorgaba como premio a los oficiales que se habían distinguido en el servicio,
como debió de hacer Lezo en los combates de ese año.26
Pero enseguida es requerido por sus superiores y en 1706 se le ordenó abastecer a los sitiadores de Barcelona al mando de una
pequeña flotilla, parte de la armada que con este fin mandaba un almirante francés.27 Realizó brillantemente su cometido, escapando
una y otra vez de las naves enemigas y facilitando el aprovisionamiento del ejército del mariscal de Tessé.28 Para ello deja flotando y
ardiendo paja húmeda con el fin de crear una densa nube de humo que ocultase los navíos españoles, pero además carga «sus
cañones con unos casquetes de armazón delgada con material incendiario dentro, que, al ser disparados, prenden fuego a los buques
británicos».29 nota 7 Los británicos se ven impotentes ante esta táctica.
Posteriormente se le destacó a la fortaleza de Santa Catalina de Tolón, donde participó en la defensa de la base naval francesa de la
acometida de la flota del príncipe Eugenio de Saboya.31 32 En esta acción y tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una
esquirla le reventó el ojo izquierdo.33 32
Tras una breve convalecencia fue destinado al puerto de Rochefort, en la costa atlántica
francesa, donde le ascendieron a teniente de Guardacostas en 1707.16 Tres años más tarde le
ascendieron nuevamente a capitán de fragata.34 Se afirma, aunque no hay documentación que
respalde esta aseveración, que durante su destino en Rochefort hostigaba el tráfico marítimo
británico capturando algunos barcos.35 36 32 Por estas fechas se supone que tuvo lugar el
combate con el Stanhope mandado por John Combs.37 nota 8 Se mantuvo un cañoneo mutuo
hasta que las maniobras de Lezo dejaron al barco enemigo a distancia de abordaje, momento en
el que ordenó lanzaran los garfios para llevarlo a cabo.
Fragata de Blas de Lezo En 1712, separadas nuevamente las Armadas francesa y española, pasó a servir a las órdenes
remolcando el buque británico
de Andrés de Pes.39 40 Aunque se desconoce en qué acciones participó, se sabe que lo hizo
Stanhope. Se supone que la captura
tuvo lugar durante la época en la que con distinción por los informes favorables de Pes, que permitieron a Lezo ascender a capitán de
estuvo destinado en Rochefort, pero navío algunos meses después de abandonar el servicio de este.41
no hay documentación que confirme el
apresamiento. Posteriormente participó en el asedio de Barcelona al mando del Campanella, buque de setenta
cañones de origen genovés, con el que estorbó el abastecimiento de la ciudad y la
bombardeó.42 40 Durante el bloqueo y muy probablemente en una de las varias operaciones
navales que acaecieron durante ese periodo, recibió un balazo en el antebrazo derecho,40 que quedó sin movilidad hasta el fin de sus
días.43 De esta manera, con tan solo veintiséis años, el joven Blas de Lezo era ya tuerto, manco y cojo.43 40 Pocos días después,
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participó al mando del Nuestra Señora de Begoña en la fallida escolta de la segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, a España;
la reina, después de unas horas en el mar, decidió abandonar la flota y viajar por tierra.44
A continuación, el navío de Lezo formó parte de la flota enviada a conquistar Mallorca, aún leal al pretendiente austriaco al trono, que se
rindió sin resistencia al arribar a Alcudia la flota con veinticinco mil soldados el 15 de junio de 1715.45 46
Terminada la guerra de Sucesión, se le confió el buque Peibo del Primer Lanfranco, barco en calamitoso estado.47 Un año después, en
1716, partió hacia La Habana con la Flota de Galeones, con la misión habitual de escoltar a los barcos mercantes que viajaban a
América y la especial de limpiar de naves corsarias las aguas de la región, que habían realizado algunas presas el año anterior.47
Cumplida la misión, Lezo regresó a Cádiz, donde en 1720 obtuvo el mando de un nuevo Lanfranco, de sesenta y dos cañones y también
genovés, como su homónimo, conocido asimismo como León Franco y Nuestra Señora del Pilar.47 nota 9
Con este nuevo navío se integró en una escuadra hispano-francesa al mando de Jean Nicolas
Martinet —francés al servicio de la Corona española— y Bartolomé de Urdizu —segundo de
Martinet y capitán del único buque real que se unió a los que aportaban los corsarios franceses
—, que partió en diciembre de 1716 a América con el cometido de limpiar de corsarios y piratas
los llamados mares del Sur, o lo que es lo mismo, las costas del Perú.49 50 La escuadra estaba
compuesta por parte española por cuatro buques de guerra y una fragata y, por parte francesa,
por dos navíos de línea.49 nota 10 Tras diversos retrasos, el grueso de la flota alcanzó El Callao
el 27 de septiembre de 1717.48 Urdizu y Lezo, sin embargo, tuvieron problemas para doblar el Lima, capital del Virreinato del
Cabo de Hornos y se retrasaron; alcanzaron El Callao finalmente en enero de 1720, cuando ya Perú, en el que Lezo sirvió de 1720 a
1730, cuando regresó a la península
las autoridades del Perú habían devuelto a Europa a los franceses por las tensiones entre las
ibérica. Entre 1723 y 1729, mandó la
dos partes.51 flota virreinal, que reforzó
temporalmente y con la que acabó con
Las primeras operaciones de los marinos españoles encargados de la reforma de la flota
la piratería y el contrabando en la
virreinal fueron contra los dos barcos, el Success (70) y el Speed Well (70) del corsario inglés región.
John Clipperton, que logró evitar a la flota virreinal durante algún tiempo, pero tuvo finalmente
que abandonar la zona.52 53 La flota pasó entonces a desempeñar labores de vigilancia y
patrulla en la región, que acabaron por minar la salud de Urbizu.54 La mayor parte de las labores de patrulla, dada la mala salud de
este, recayeron en Lezo.53
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Agotado Urbizu, lo sustituyó el 16 de febrero de 1723, Lezo, con el título de general de la Armada de Su Católica Majestad y jefe de la
Escuadra del Mar del Sur, por entonces de escaso tamaño.54 53 Además del Lanfranco de Lezo, la formaban los navíos Conquistador y
Triunfador y la fragata Peregrina.49
En mayo de 1725, se casó con una limeña de la alta sociedad, Josefa Pacheco de Bustos y Solís, veinte años más joven; la boda la
presidió el arzobispo de Lima, fray Diego Morcillo y Rubio de Auñón, que hasta el año anterior había sido virrey del Perú y había
establecido buenas relaciones con Lezo.55 56
Para reforzar la flota que mandaba, hizo reparar los navíos de línea con que contaba, desguazó y vendió la Peregrina, de cara
recuperación y mal adaptada a las aguas de la región e hizo construir otros dos navíos.57 A principios de 1725 zarpó para combatir el
corso y el contrabando de acuerdo a los bandos promulgados el año anterior por el nuevo virrey.57 Tras algunas semanas de patrulla,
Lezo se topó con una escuadra holandesa de cinco barcos, que aventajaban a la suya en artillería.57 Durante la batalla, tras una
denodada lucha logró derribar el palo mayor de la capitana y apresarla, y puso en fuga al resto de buques.58 Más tarde, atacó y se
apoderó de una flota inglesa de seis barcos de guerra, de los que se quedó tres para la escuadra virreinal.59
Estos éxitos y el crecimiento de la flota disuadieron a los enemigos y, paradójicamente, llevaron al enfrentamiento entre el virrey,60
marqués de Castelfuerte, que deseaba reducir la flota para ahorrar gastos una vez que la situación parecía controlada, y Lezo, que se
oponía a ello.59 La relación entre ellos también había empeorado por el nombramiento nepotista del sobrino del virrey para el cargo de
tesorero de los ingresos por comercio marítimo, que contravenía las disposiciones y del que Lezo se quejó.61 Mal avenido con el virrey,
que trató de desacreditarle mediante una inspección —juicio de residencia— de su labor que no encontró falta en el desempeño del
marino, disgustado por el desmantelamiento de la flota —el virrey prefirió armar corsarios que invertir en reforzar la flota—62 y con mala
salud por la larga estancia en la región y las insalubres travesías, en septiembre de 1727 escribió al secretario de Marina, José Patiño
para quejarse y solicitar su retiro.63 Patiño aceptó que dejase el mando de la escuadra del Perú y le llamó a España, pero no permitió
que abandonase la Armada, consciente de su valía.64 El 13 de febrero de 1728, le relevó como jefe de la flota virreinal y le ordenó
regresar a la península ibérica, pero Lezo, enfermo, no pudo hacerlo hasta el año siguiente; el 18 de agosto de 1730 arribó con su
familia a Cádiz.65 62 Tras librarse de una epidemia de vómito negro que aquejaba a la ciudad gracias a haberse inmunizado en América,
acudió a Sevilla a visitar al rey,62 que ya mostraba signos de desequilibrio mental; la audiencia real tuvo lugar a finales de septiembre o
principios de octubre.66
El 5 de mayo de 1725, había contraido matrimonio en Lima con la dama criolla Josefa Pacheco de Bustos, natural de Locumba (actual
Tacna), e hija de los también criollos José Carlos Pacheco y Benavides, y María Nicolasa de Bustos y Palacios.55 El matrimonio tuvo
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siete hijos: Blas67 Fernando, nacido en Lima y primer marqués de Ovieco (1726); Josefa Atanasia, nacida también en Lima (1728);
Cayetano Tomás; Pedro Antonio; Agustina Antonia; Eduvigis Antonia, que profesó como su hermana mayor como agustina recoleta; e
Ignacia, que casó con el marqués de Tabalosos.56 Los cinco hijos menores nacieron en la península ibérica y, de ellos, las dos
hermanas menores, en El Puerto de Santa María.56 68
En el Mediterráneo [ editar ]
Estuvo inactivo en Cádiz un año, hasta que el 3 de noviembre de 1731 se lo nombró jefe de la escuadra naval del Mediterráneo.69 62
Esta contaba con tres navíos de línea, entre ellos el Real Familia, de sesenta cañones y almiranta de Lezo.69 La escuadra tenía un
papel fundamental en las ambiciones políticas del rey, que deseaba recuperar los territorios perdidos en la península itálica en los
tratados de paz de la guerra de sucesión.69 En reconocimiento de sus servicios al rey, este le concedió en 1731 como estandarte para
su capitana la bandera morada con el escudo de armas de Felipe V, la Orden del Espíritu Santo —máxima condecoración francesa— y
la Orden del Toisón de Oro —más alta condecoración española— alrededor y cuatro anclas en sus extremos.70 69
Su primera misión fue participar en diciembre de ese año en la escolta del infante Carlos, que
pasaba a Italia a adueñarse de los ducados de Parma, Toscana y Plasencia.71 72 Lezo
mandaba una escuadra de veinticinco navíos, parte de una flota mayor en la que participaban
los ingleses.71 nota 11
Al demorarse los genoveses en devolver los dos millones de pesos pertenecientes a la Hacienda
española que se hallaban depositados en el Banco de San Jorge, Patiño ordenó a Lezo partir a
la capital de la república para reclamarlos.73 Lezo ancló en aquel puerto con seis navíos y
exigió un inaudito homenaje a la bandera real de España y la devolución inmediata del Génova en 1766. Tres décadas
dinero.74 75 Sus seis buques apuntaban los cañones al palacio Doria, como amenaza al antes Lezo había obligado a las
Senado de la ciudad.76 Mostrando el reloj de las guardias a los comisionados de la ciudad, que autoridades de la ciudad a devolver el
dinero de la Hacienda española que
buscaban el modo de eludir la cuestión del pago, fijó un plazo, transcurrido el cual la escuadra guardaban sus bancos, so pena de
rompería el fuego contra la ciudad.74 De los dos millones de pesos recibidos, medio millón fue bombardearla. Fue una de sus
primeras misiones como jefe de la
Escuadra del Mediterráneo.
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entregado al infante don Carlos y el resto fue remitido a Alicante para sufragar los gastos de la
expedición que se alistaba para la conquista de Orán.77 75
En junio de 1732, volvió de Cádiz a Alicante para sumarse a esta expedición.78 El objetivo de esta era recuperar la plaza, que había
estado en manos españolas desde 1509 hasta 1709, cuando se había perdido durante la guerra de sucesión.78 75 Retomarla era una
cuestión de prestigio para la Corona y un modo de demostrar el renovado poderío militar y naval español con la nueva dinastía.78 Lezo
quedó como lugarteniente del capitán de la flota de la expedición, Francisco Cornejo, mientras que José Carrillo de Albornoz, conde de
Montemar, mandaba las tropas de tierra.79 75 Lezo participó en la operación a bordo del Santiago, parte de la flota de doce navíos de
guerra, dos fragatas, dos bombardas, siete galeras, dieciocho galeotas, doce barcos varios y más de quinientos transportes que
componían la escuadra de la expedición.79
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Decidido a acabar con la amenaza que suponía la flota argelina, decidió perseguirla.83 En febrero de 1733 logró finalmente localizar la
capitana de sesenta cañones, que se refugió en la bahía de Mostagán, defendida por dos castillos fortificados.84 Ello no arredró a Lezo,
que entró en la bahía tras la nave argelina despreciando el fuego de los fuertes, logró poner en fuga una galeaza que surgió
inesperadamente para auxiliar a la galera, abordarla, incendiarla y, a continuación, destruir los castillos.85 Retornó entonces primero a
Orán y luego Barcelona, donde recogió cuatro regimientos de infantería que trasladó a África.85 86 Luego reanudó la patrulla de la zona,
entre Tetuán y Túnez durante dos meses, hasta que una epidemia que se desató en la escuadra lo forzó a regresar a la ciudad de
Cádiz.87 86
Hasta 1737, mantuvo un continuo litigio con el virrey de Perú por el sueldo que se le adeudaba, que este se negó hasta entonces a
pagarle, aduciendo falta de fondos.88 Lezo, empero, no pasó apuros económicos, tanto por la fortuna de su mujer como por los ingresos
que obtuvo de diversos negocios, entre ellos el comercio en plata, oro y esclavos, que había realizado mediante un representante
durante su estancia en el Perú.88 Parte de las ganancias las invertía en rentables pagarés y deuda; a pesar de sus continuos combates
con los ingleses, mantuvo una cuenta en un banco londinense.89
El 6 de junio de 1734 ascendió a teniente general de la Armada y se le nombró comandante general del Departamento de Cádiz.90 86
Tras realizar una visita a Madrid, dos años más tarde, en 1736, se le trasladó a El Puerto de Santa María como comandante general de
los galeones, responsable de la seguridad del comercio transatlántico.91 Se dispuso a preparar la escuadra que escoltó a la última
Armada de los Galeones de la carrera de Indias, la de 1737.91 Los preparativos se retrasaron tanto por las distintas dificultades —
aprestar los buques de guerra, reclutar las tripulaciones, asegurar el matalotaje, etc.—, que Lezo suscitó el disgusto de Patiño, que le
intimó que los acelerará.92 Cuando por fin la flota estuvo lista en noviembre de 1736, tuvo que esperar a que los barcos mercantes
cargasen las mercancías y no pudo partir hasta el 3 de febrero de 1737.93 94 El convoy, formado por ocho mercantes, dos navíos de
registro y los dos navíos de escolta de Lezo, realizó la travesía sin contratiempos y arribó a Cartagena de Indias.91 La familia de Lezo —
por entonces, formada por su esposa y seis hijos, ya que uno había fallecido— permaneció en El Puerto de Santa María y no acompañó
al marino a su nuevo destino en América.94
Regresó a América con los navíos Fuerte y Conquistador en 1737 como comandante general de Cartagena de Indias, plaza que tuvo
que defender de un sitio (1741) al que la había sometido el ataque del almirante inglés Edward Vernon.95 En los primeros años en
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Cartagena, Lezo se encargó de labores de guardacostas, que debían desbaratar el
creciente contrabando, que acabó precipitando la nueva guerra con el Reino Unido.96 Con
este mismo objetivo, creó junto con el gobernador de Cartagena una compañía de
armadores de corso.96 El contrabando británico había crecido aprovechando las
concesiones comerciales que el Reino Unido había obtenido en el Tratado de Utrecht: al
comercio legal —quinientas toneladas ampliadas a mil en 1716—, se unieron pronto los
contrabandistas, que amenazaban el comercio español y trataban de no pagar los derechos
(impuestos) a la Corona.96 A pesar de la renuencia del Gobierno británico a enfrentarse a
Plano de Cartagena de las Indias España y favorecer así su acercamiento a Francia, las quejas de los comerciantes
realizado en 1735 y publicado en la obra afectados por las actividades de los guardacostas y el debilitamiento del gabinete de Robert
Relación histórica del viaje a la América Walpole acabaron por aumentar la tensión entre los dos países y condujeron finalmente a la
meridional, de Jorge Juan y Antonio de Ulloa
guerra.97
La justificación de los británicos para iniciar un conflicto con España —la llamada guerra del
Asiento— fue, entre otros muchos incidentes, el apresamiento de un barco mercante
mandado por Robert Jenkins cerca de la costa de Florida en 1731.98 99 Juan de León
Fandiño apresó el barco y supuestamente cortó la oreja de su capitán al tiempo que le
decía: «Aquí está tu oreja: tómala y llévasela al rey de Inglaterra, para que sepa que aquí
no se contrabandea».98 A la sazón, el tráfico de ultramar con la América española sufría
los efectos del intenso contrabando a manos de holandeses y, fundamentalmente,
británicos.
Plano de la bahía de Cartagena de Rechazado en La Guaira el 22 de octubre de 1739,99 de la que había pensado apoderarse
Indias realizado en 1735 y publicado en la sin encontrar resistencia, Vernon conquistó la plaza de Portobelo (Panamá) en
obra Relación histórica del viaje a la
noviembre99 , y desafió a Lezo por carta en estos términos:
América meridional, de Jorge Juan y Antonio
de Ulloa
Portobelo, 27 de noviembre de 1739.
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inglesa tiene una inclinación natural, vivir bien que discurro es el interés mutuo de ambas Naciones. Habiendo yo mostrado en
esta ocasión tantos favores, y urbanidades, además de lo capitulado, tengo entera confianza del amable carácter de V. E. (aunque
depende de otro) los Factores de la Compañía de la Mar del Sur en Cartagena, estarán remitidos inmediatamente a la Jamaica, a
lo cual V. E. bien sabe tienen derecho indubitable por tratados, aún seis meses después de la declaración de la guerra.
El Capitán Pelanco debe dar gracias a Dios de haber caído por Capitulación en nuestras manos, porque sino, su trato vil, e
indigno, de los ingleses, había tenido de otro un castigo correspondiente.[...]
Exmo. Sor. — Muy Sr mío: He recibido la de V. E. de 27 de Noviembre que me entregó Don Francisco de Abarca y
antecedentemente la que condujo la Valandra que trajo a Don Juan de Armendáriz. Y en inteligencia del contenido de ambas diré,
que bien instruido V. E. por los factores de Portovelo (como no lo ignoro) del estado en que se hallaba aquella Plaza, tomó la
resolución de irla a atacar con su esquadra, aprovechándose de la oportuna ocasión de su imposibilidad (de defenderse), para
conseguir sus fines, los que si hubiera podido penetrar, y creer que las represalias y hostilidades que V. E. intentaba practicar en
esos mares, en satisfacción de las que dicen habían ejecutado los españoles, hubieran llegado hasta insultar las plazas del Rey
mi Amo, puedo asegurar a V. E. me hubiera hallado en Portovelo para impedírselo, y si las cosas hubieran ido a mi satisfacción,
aún para buscarle en otra cualquiera parte, persuadiendome que el ánimo que le faltó a los de Portobelo, me hubiera sobrado
para contener su cobardía.
La manera con que dice V. E. ha tratado a sus Enemigos, es muy propia de la generosidad de V. E. pero rara vez experimentada
en lo general de la nación, y sin duda la que V. E. ahora ha practicado, sería imitando la que yo he ejecutado con los vasallos de
S. M. B. en el tiempo que me hallo en estas costas (y antes de ahora,) y porque V. E. es sabido de ellas, no las refiero, porque en
todos tiempos es sabido practicar las mismas generosidades, y humanidades con todos los desvalidos; y si V. E. lo dudare podrá
preguntárselo al gobernador de esa isla quien enterará a V. E. (le todo lo que llevo expresado, y conocerá V. E. que lo que yo he
ejecutado en beneficio de la nación inglesa excede a lo que V. E. por precisión y en virtud de Capitulaciones debía observar.[...]
A continuación y de acuerdo al plan trazado, que los españoles conocían por los informes de un espía que trabajaba en Jamaica, Vernon
se dirigió en marzo de 1741 contra Cartagena.101 Antes había realizado dos ataques exploratorios, con escasas fuerzas, en marzo y
mayo de 1740, que Lezo rechazó.102
La flota británica sumaba dos mil cañones dispuestos en casi ciento ochenta barcos, entre navíos de tres puentes (ocho), navíos de
línea (veintiocho), fragatas (doce), bombardas (dos) y buques de transporte (ciento treinta), y en torno a treinta mil combatientes entre
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marinos (quince mil), soldados (nueve mil regulares y cuatro mil de las milicias norteamericanas) y esclavos negros macheteros de
Jamaica (cuatro mil).103 Las defensas de Cartagena incluían tres mil hombres entre tropa regular (unos mil setecientos ochenta),
milicianos (quinientos), seiscientos indios flecheros traídos del interior, más la cuantiosa marinería y tropa de desembarco de los seis
navíos de guerra de los que disponía la ciudad (ciento cincuenta hombres): el Galicia, que era la nave capitana, el San Felipe, el San
Carlos, el África, el Dragón y el Conquistador.104 Tras tomar algunas de las defensas de la ciudad, el asalto británico al castillo San
Felipe de Barajas, el último baluarte importante que la defendía, fracasó el 20 de abril; con gran parte de la tropa enferma, grandes bajas
sufridas en los combates y la llegada de la época de lluvias, los británicos optaron por destruir las defensas a su alcance y abandonar el
asedio.105
Las pérdidas británicas fueron graves: unos cuatro mil quinientos muertos, seis barcos perdidos y entre diecisiete y veinte muy
dañados.106 Estas últimas obligaron al Gobierno británico a concentrar sus fuerzas en las defensa de la metrópoli, el Atlántico
septentrional y el Mediterráneo, y a desechar nuevas campañas en las colonias españolas en América.106 La derrota en Cartagena
desbarató los planes británicos para la campaña y permitió que continuase el dominio español en la región durante varias décadas
más.107 Los ingleses, que contaban con la victoria, se habían precipitado a acuñar monedas y medallas para celebrarla.108 Dichas
medallas decían en su anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por
Vernon».109 108
El 4 de abril,110 el día que los británicos habían comenzado el bombardeo sistemático del castillo de San Luis de Bocachica, uno de los
que protegía la ciudad, una bala de cañón había impactado en la mesa del Galicia en torno a la que estaban reunidos los mandos
españoles en junta de guerra.111 Las astillas de la mesa hirieron en el muslo y en una mano a Lezo;110 la infección de estas heridas le
acabó causando la muerte.112 La mala relación entre Lezo y el virrey Sebastián de Eslava,113 jefe de la plaza y responsable de su
defensa, se agudizó una vez levantado el cerco británico.114 110 El primero había abogado constantemente por adoptar medidas más
ofensivas y por acosar al enemigo, mientras que el segundo había mantenido una actitud más prudente y defensiva, que para el marino
pareció inactividad y desidia en la defensa.115
Lezo, cada vez más enfermo, apenas abandonó su residencia a partir del 20 de mayo y mantuvo una guerra epistolar con el virrey,
tratando de defender su actuación durante el asedio, por la que el virrey llegó a solicitar y obtener el castigo del rey para el marino.116
Lezo intentó que se reconociese su carrera mediante la obtención de un título nobiliario, petición para la que recabó el apoyo de José
Patiño y de parte de sus compañeros de armas de la Armada, pero que el rey, que había recibido los informes desfavorables del virrey y
de otros adversarios de Lezo, rechazó.117 Blas de Lezo falleció en Cartagena de Indias de «unas calenturas, que en breves días se le
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declaró tabardillo» a las ocho de la mañana del 7 de septiembre.118 119 Fue el único de los
principales protagonistas del asedio de Cartagena que no obtuvo recompensa alguna por sus
acciones.118 Su destitución como jefe del apostadero y la orden de que regresase a la
península ibérica para ser reprendido se aprobó el 21 de octubre.120 110 El rey Carlos III
recompensó al hijo de Lezo por las acciones de su padre, nombrándolo marqués de Ovieco en
1760.121 Fue enterrado, según una misiva escrita por su hijo, en el convento de Santo Domingo
de Cartagena de Indias.122
La estancia de los Lezo en El Puerto de Santa María tuvo varias fechas. El almirante ya había
estado en 1719-20 y en 1730 en Cádiz. De allí partió, ya viviendo en El Puerto de Santa María,
el 3 de febrero de 1737 hacia Cartagena dirigiendo la que sería la última carrera de Indias y
donde encontraría, como ya se ha reflejado, su fatal destino.
Tras las investigaciones realizadas en los padrones de la época de la iglesia Mayor Prioral
portuense, se ha constatado que Blas de Lezo, su mujer, sus hijos y un criado afroamericano Sebastián de Eslava, virrey de
Nueva Granada y responsable de la
llamado Antonio Lezo, vivieron desde 1736 en una casa de la calle Larga, para ser más exactos
defensa de Cartagena de Indias. Militar
en Larga, 70, hoy reconvertida en apartamentos de alquiler. Tras su muerte, su viuda —conocida veterano y ambicioso político, mantuvo
en la localidad como «La Gobernadora»— y sus hijos permanecieron en ella hasta la muerte de un tensa relación con Lezo que llevó
finalmente a pedir su castigo por sus
ésta el 31 de marzo de 1743.
acciones durante el asedio de la
Josefa Pacheco fue enterrada en el convento de Santo Domingo, sito en la calle del mismo ciudad, que obtuvo cuando Lezo ya
había fallecido.
nombre. A partir de esta fecha, los descendientes de Blas de Lezo desaparecen de los padrones
portuenses.
Durante su residencia en la ciudad, el Cabildo Municipal, siendo conocedor del prestigio del almirante, hizo a su familia diferentes
concesiones, entre las que destacó una toma de agua para la casa.
Hasta hace pocos años, la ciudadanía portuense siguió llamando a la mansión casa de «La Gobernadora».
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La Real Armada Española honra la memoria de Blas de Lezo con el mayor honor que puede
rendirse a un marino español: tiene por costumbre inveterada que uno de sus buques lleve su
nombre. El último así bautizado es una fragata de la clase Álvaro de Bazán: la Blas de Lezo (F-
103). Anteriormente portaron dicho nombre un cañonero de la clase Elcano, llamado General
Lezo, que en 1898 se encontraba en Filipinas, aunque no llegó a participar en los combates al
tener las calderas desmontadas, el crucero Blas de Lezo, que se perdió en 1932 al tocar un
bajío frente a las costas de Finisterre y un destructor procedente de la ayuda estadounidense, el
Blas de Lezo (D-65). La Armada Colombiana también tuvo un buque con el nombre del
almirante, el ARC Blas de Lezo (BT-62), un petrolero de clase Mettawee, adquirido a la Armada
de los Estados Unidos el 26 de noviembre de 1947 y dado de baja en enero de 1965.123
Existe una placa en su honor en el Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando (Cádiz), donde reposan otros héroes de la Armada
Española. También existe una maqueta de la batalla de Cartagena de Indias en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares
(Madrid). Análogamente, en el Museo Naval de Cartagena de Indias se exhibe un conjunto de maquetas con detalle de las fortificaciones
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de aquella bahía y que describen el sitio de la ciudad por el almirante Vernon, la defensa organizada por Don Blas de Lezo, y su victoria
sobre el inglés.
Existen calles con su nombre en las ciudades de Córdoba, Valencia, Málaga, Alicante, Cartagena de Indias, Las Palmas de Gran
Canaria, San Sebastián, Cádiz, Huelva, Fuengirola, Rentería, Irún, Pasajes —su localidad natal—, y finalmente, tras una recogida de
firmas,131 el 28 de abril de 2010 se aprobó dedicarle una avenida en la capital de España, Madrid.132
En los últimos años ha habido un resurgimiento de su figura entre ciertos sectores de la sociedad.133
Blas de Lezo es, al contrario, un reconocido héroe en Cartagena de Indias, que le rinde
homenaje de varias maneras: barrios, avenidas y plazas le conmemoran en sus nombres; y su
estatua frente al castillo San Felipe de Barajas mantiene vivo entre los cartageneros el recuerdo
del defensor de su ciudad. El 5 de noviembre de 2009, en Cartagena de Indias, se dio
cumplimiento a un deseo de Blas de Lezo, que en su testamento pedía que un grupo de
españoles pusiese una placa que conmemorase aquella victoria. En la inscripción se puede leer:
Homenaje al almirante D. Blas de Lezo y Olabarrieta. Esta placa se colocó para homenajear al Monumento a Blas de Lezo frente
invicto almirante que con su ingenio, valor y tenacidad dirigió la defensa de Cartegena de Indias. al castillo San Felipe de Barajas,
Derrotó aquí, frente a estas mismas murallas, a una armada británica de 186 barcos y 23 600 Cartagena de Indias, Colombia
hombres, más 4000 reclutas de Virginia. Armada aún más grande que la Invencible española
que los británicos habían enviado al mando del almirante Vernon para conquistar la ciudad llave
y así imponer el idioma inglés en toda la América entonces española. Cumplimos hoy juntos, españoles y colombianos, con la
última voluntad del Almirante, que quiso que se colocara una placa en las murallas de Cartagena de Indias que dijera: AQUÍ ESPAÑA
DERROTÓ A INGLATERRA Y SUS COLONIAS. Cartagena de Indias, marzo de 1741.134
Asimismo, el 21 de noviembre de 2009 se descubrió para su memoria una placa en la calle Larga n.º 70 del Puerto de Santa María,
ciudad donde residió Blas de Lezo antes de librar la batalla de Cartagena y donde nacieron algunos de sus hijos. En dicho acto se
estrenó la marcha militar Almirante Blas de Lezo, compuesta para la Real Armada por Joaquín Drake García, e interpretada por la
Banda de Música del Tercio Sur (Infantería de Marina). Presidieron el acto el almirante de la Flota, el alcalde de la ciudad y la presidente
del Club de Mar Puerto Sherry. La lápida reza: «En 1736 vivió en este lugar junto a su familia el teniente general de la Armada D. Blas de
Lezo y Olabarrieta, insigne e invencible marino, héroe de la batalla de Cartagena de Indias en la que la flota inglesa sufrió una humillante
derrota en el año 1741. La ciudad del Puerto de Santa María en homenaje a su memoria. 21 de noviembre de 2009».135
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El día 21 de septiembre de 2018 se inauguró en la localidad de Torre del Mar (Málaga) una escultura realizada por Francisco Martín, en
homenaje a su figura. 136
La vida de Blas de Lezo y su defensa de Cartagena de Indias ha sido llevada a la novela histórica con diversos grados de fantasía por
los siguientes escritores en los últimos años:
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Notas [ editar ]
... el famoso general de los galeones don Blas de Lezo, marino vascongado, quien en combates anteriores, en Málaga, Tolón y Barcelona
había perdido la pierna izquierda, el ojo izquierdo y el brazo derecho a la edad de 25 años; este medio hombre contribuyó poderosamente
al triunfo que obtuvieron las armas castellanas.
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Control de autoridades Identificadores · WorldCat · VIAF: 78349134 · ISNI: 0000 0001 1677 595X · BNE: XX1230971 · BNF:
16776837n (data) · CANTIC: a11210771 · GND: 138122067 · LCCN: no93009626 · NKC: jo20181014567 ·
SUDOC: 172140358 · Diccionarios y enciclopedias · Auñamendi: 81070 · DBE: url
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