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Desde las perspectivas teóricas diferentes de Marx y de Weber sobre las relaciones entre religión, sociedad y poder, ¿qué analogías y diferencias destacaría usted entre los cultos cargo de Melanesia y la espiritualidad New Age en Europa y Estados Unidos?
Desde las perspectivas teóricas diferentes de Marx y de Weber sobre las relaciones entre religión, sociedad y poder, ¿qué analogías y diferencias destacaría usted entre los cultos cargo de Melanesia y la espiritualidad New Age en Europa y Estados Unidos?
Desde las perspectivas teóricas diferentes de Marx y de Weber sobre las relaciones entre religión, sociedad y poder, ¿qué analogías y diferencias destacaría usted entre los cultos cargo de Melanesia y la espiritualidad New Age en Europa y Estados Unidos?
Desde las perspectivas teóricas diferentes de Marx y de Weber sobre las relaciones entre
religión, sociedad y poder, ¿qué analogías y diferencias destacaría usted entre los cultos cargo de Melanesia y la espiritualidad New Age en Europa y Estados Unidos?
Desde la perspectiva de Marx, la religión es la forma básica de alienación e históricamente
la primera forma de ideología, con todas las implicaciones que este último concepto, el de ideología, tiene en su teoría en cuanto a estructura social y relaciones de poder: la religión justifica las desigualdades, legitimando la riqueza de la clase dominante, y compensa el sufrimiento de los pobres con promesas espirituales. Un análisis desde la perspectiva marxiana tendrá en cuenta, por tanto, las condiciones materiales de un periodo histórico particular y la ideología que se genera como consecuencia. En este sentido, los cultos “cargo” de Melanesia y la espiritualidad New Age tienen en común que surgen en situaciones de insatisfacción con las condiciones sociales existentes y el anhelo de una vida más feliz. En el primer caso, por los cambios sociales provocados por el gobierno colonial. En el segundo caso, la espiritualidad New Age surge a raíz del desencanto originado por el capitalismo industrial contemporáneo y las instituciones religiosas tradicionales de Occidente. Se diferencian en que, mientras que los cultos cargo se han llegado a ver como formas rudimentarias de “nacionalismo” revolucionario (Lawrence), el movimiento New Age se ha mostrado a la larga bastante conservador desde el punto de vista político-social, hasta el punto de que autores como Heelas consideran que es una “santificación del capitalismo” y ha acabado por convertirse en una especie de consumismo espiritual. La perspectiva de Max Weber tiene muy en cuenta la racionalización progresiva de la vida como principal tendencia de la sociedad occidental, tendencia a la que no es ajena la religión. Así, los cultos “cargo” serían una respuesta racional a una situación no sólo intolerable, sino incomprensible desde el punto de vista del ethos cultural existente, como apunta Worsley con respecto a Nueva Guinea. En esta misma línea cabría interpretar los intentos de la New Age de justificar sus ideas basándose en la ciencia moderna, en concreto en la física cuántica y la teoría de sistemas. Weber también hace hincapié en la figura del líder carismático, que aparece en condiciones sociales específicas y articula una ruptura radical con la iglesia o cultura establecidas. Esta figura es fundamental en los cultos “cargo”, tal como lo destaca Wallace, y también en la espiritualidad New Age, a través del fenómeno característico de la “canalización”. En todo caso, tanto en los cultos “cargo” como en la New Age hay un componente inicial milenarista que anuncia un cambio radical en el orden social.