La norma enfatiza la necesidad de incorporar un proceso de planeación
estratégica que dará información a la organización, hacia lo que está pasando y pasará en los próximos años para anticipar a las partes interesadas, los movimientos de su contrincante, que le permitirán a sus negocios no solo sobrevivir, sino también encontrar una oportunidad de mejora que permita crecer, rediseñando la estrategia empresarial, la visión, la misión, los objetivos y sus proyectos. La norma incluye la identificación de los riesgos del negocio (estratégicos, operacionales, de información y de cumplimiento), los analiza y trata (prevención, mitigación, traslado y aceptación). Ayuda a la organización a tomar conciencia de los riesgos a que está expuesta, a veces se genera una gran lista, y evalúa los niveles de impacto y de probabilidad que dichos riesgos identificados puedan generar pérdidas económicas que pondrían en peligro la salud financiera y la continuidad de la organización. La norma sigue preocupada porque los negocios incorporen las mejores prácticas empresariales internacionales por medio de un sistema de gestión de la calidad que les incremente la probabilidad de tener un buen presente y un mejor futuro, económico, financiero, comercial, humano y tecnológico, independientemente del país, del giro, del tamaño y de la cultura organizacional de cada empresa y organización.