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FICHA DE LECTURA N° 2

SEMINARIO DE EVALUACIÓN EDUCATIVA

Responsable: Diego Alejandro Hio Rojas

Fecha: 25 / 05 / 2019

Título: Frankenstein evaluador

N° de páginas: 13

Autor: Tiburcio Moreno

Contexto de desarrollo: El escrito se contextualiza principalmente en la realidad


educativa mexicana en lo correspondiente al trato que se le ha dado y se la da a la
evaluación. No obstante, dadas las complejidades compartidas que esboza el autor
en su escrito, este texto también podría contextualizarse en otros países del
hemisferio como Colombia.

El texto está dirigido principalmente a docentes e investigadores del ámbito


educativo que tengan interés en conocer la historia de las condicionantes que han
determinado a la evaluación, así como las nuevas ventanas teóricas que se abren
a partir de experiencias vivenciadas en el mundo occidental luego de varios
“reveses”.

Ideas centrales del texto:

1- Hay una gran diferencia entre lo que se dice/lee y se hace con respecto a la
evaluación, porque nuestro sistema educativo premia mediante notas el ascenso o
no en el nivel educativo. Lo cual deja de lado el proceso completo.

2- A la educación superior ingresan docentes con buenas intenciones de ejercer el


oficio docente, pero que, en la mayoría de los casos, carecen de la formación
pedagógica necesaria para emprender procesos educativos claros y con un rumbo
definido de evaluación.
3- La educación actual presente contradicciones entre el discurso y la acción, por
un lado, se motiva a consideran el aprendizaje como el eje central de la práctica
educativa, por encima de las calificaciones. Pero en realidad, el sistema siempre
premia a los mejores desempeños mediante cuadros de honor, concursos de
conocimientos o clasificaciones según puntajes de pruebas…etc.

4- Se pretende cambiar y revolucionar para bien a la educación sin cambiar las


condiciones en las que el profesor enseña.

5- El constructivismo, en la mayoría de los casos, que tanto se pregona al interior


de centros educativos solo es una anécdota, puesto que el docente se presenta a
la hora de la verdad como el único protagonista con voz y voto en el aula.

6- No se sabe utilizar o se desconocen los fines de la autoevaluación y la


coevaluación, el aprendizaje significativo, los tipos de inteligencia…etc. Todas esas
nuevas tendencias, al final, terminan subyugadas a prácticas anquilosadas en el
pasado.

7- Actualmente hay un proceso de enseñanza-aprendizaje abierto que se cierra al


momento de la evaluación. Por ello, se dice que el docente pasa de ser un guía
colaborador y comprensible durante el proceso, pero luego se convierte en un ogro
carcelero de la noche a la mañana cuando viene el momento de evaluar. Este caso
es similar al de El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

8- La evaluación posee dos dimensiones, la técnica y la ético-moral. Siendo más


importante la segunda que la primera, lo anterior se da puesto que los aspectos
éticos tienen que ver con preguntas que el mismo docente debe realizarse respecto
al porqué de la evaluación que se plantea, así como al mejoramiento de su labor.

9- Dejar de considerar a la evaluación como fabricación, es decir como un embutido


en donde un conjunto de saberes inertes, desconectados e irrelevantes se infunden
en los estudiantes.

10- La autoevaluación que se le propone a los estudiantes debe ser sobre bases
firmes y planteamientos claros previamente socializados por el docente. Por tanto,
debe tener una calificación que el docente tendrá que respetar. Lo anterior, se hace
relevante en la medida en que pone a prueba al maestro en su grado de apertura
hacia sus estudiantes y deja ver tolerancia.

Conclusiones:

El discurso que actualmente se propone desde diferentes instituciones y teorías


tendiente a considerar a la evaluación como un proceso gradual, no terminado, de
reflexión, actualización y mejoramiento, parece inmerso en problemas a la hora de
llevarse a cabo en las aulas, precisamente los espacios para los que fueron
pensados.

Lo anterior, evidentemente se presenta por una descoordinación entre los


propósitos del sistema y las herramientas y prácticas que el maestro ejerce en el
aula. Las teorías sobre la importancia de la flexibilidad y reflexión sobre la praxis
evaluativa, se hallan inoperantes debido al choque entre analizar o bien el
aprendizaje o bien las calificaciones que los educandos arrojan.

Dicho conflicto, hace que la evaluación sea considerada un Frankenstein en la


medida que se compone de diversas teorías que unidas no crean un cuerpo
armónico y uniforme bajo un claro propósito sino en un ser deforme que ataca las
posibilidades de desarrollo de los procesos de enseñanza -aprendizajes tanto en
docentes como en estudiantes.

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