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Relato de Rinkuso Yu
Prologo: Yu
Ruido.
Maku Uta se despertó de su cama.
Una cama hecha de plantas y paja en una habitación con paredes de
madera que dejaban pasar pequeños hilillos de luz.
Maku era viejo. Un deimah viejo y sabio. Tenía rasgo de conejo;
unas grandes orejas blancas que caían por los lados y unos dientes
que sobresalían. Todo esto acompañado por una barba blanca y larga
que caía desde su cara. No era un daimah muy animalizado, pero lo
suficiente para ser rechazado, y su vejez le había enseñado a
ocultarse de los humanos.
Estaba ya muy viejo para tanto ruido.
- Que es todo ese ruido.- dijo para sus adentros mientras salía a
ojear lo que era.
Una fiesta.
Una gran fiesta.
Seguro que has oído hablar de “El Accidente”. O mejor dicho, “La
profecía”
Yu estaba solo.
Pero el chaval era fuerte. Muy fuerte. Más fuerte que tú y que
yo.
Esto no me tranquilizó.
Los otros Maestros del Ki que tuvimos murieron a manos de los
humanos. Ejecutados por ser monstros.
Pero no podía negarle nada al chico. Aunque no me gustara.
Él era el elegido.
El lince que se enfrentó al Leviatan. El forjador de forjadores.
Maku asintió.
- Oh Yu… has crecido mucho.- dijo maku tocando las orejas del
joven lince.
- Lo se Maku.
- ¿y dónde te dirigirás?- preguntó Maku
- Creo que a Koga. Me han dicho que hay encontrare buenos
suministros y me podrán guiar en mi aventura. Quien sabe, tal vez
encuentre a otros Daimah que se quieran unir a mí.- sijo sonriente
el lince
- Hazme un favor.- dijo con un suspiro Maku
- ¿No morirme?
- No. Encuentra ese tesoro y forja tu propio destino.- dijo Maku
abrazando Yu.