El visitante pasó un día maravilloso en el zoológico gigante, observando las diversas especies de animales como pájaros cantando, tigres en sus jaulas, cocodrilos nadando y comiendo, y leones descansando bajo el sol. También descansó en un lago rodeado de flores junto a los hipopótamos, y para terminar el día visitó a los reptiles jugando.
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El visitante pasó un día maravilloso en el zoológico gigante, observando las diversas especies de animales como pájaros cantando, tigres en sus jaulas, cocodrilos nadando y comiendo, y leones descansando bajo el sol. También descansó en un lago rodeado de flores junto a los hipopótamos, y para terminar el día visitó a los reptiles jugando.
El visitante pasó un día maravilloso en el zoológico gigante, observando las diversas especies de animales como pájaros cantando, tigres en sus jaulas, cocodrilos nadando y comiendo, y leones descansando bajo el sol. También descansó en un lago rodeado de flores junto a los hipopótamos, y para terminar el día visitó a los reptiles jugando.
El visitante pasó un día maravilloso en el zoológico gigante, observando las diversas especies de animales como pájaros cantando, tigres en sus jaulas, cocodrilos nadando y comiendo, y leones descansando bajo el sol. También descansó en un lago rodeado de flores junto a los hipopótamos, y para terminar el día visitó a los reptiles jugando.
Atlántico. Al entrar escuché un canto de ángel, era una jaula con miles de pájaros hablando entre ellos con su idioma tan peculiar. Después seguí adelante para ver a los tigres, ¿serían tan fieros como los que viven en la selva? Luego me encontré con los cocodrilos, que corrían, nadaban, comían, dormían... en el lugar donde vivían felices. Tras varios minutos andando, conseguí llegar a la jaula de los leones, eran preciosos, tanto como el atardecer en una tarde soleada. Sus melenas de algodón hicieron que me quedara allí al menos dos horas observándolos bajo el inmenso sol que lucía aquella mañana. Después fui a descansar al lugar donde se duchaban los hipopótamos, un gran lago rodeado de flores tan bonitas como el canto de un ruiseñor en primavera. Finalmente visité a los reptiles, que jugaban entre ellos como niños traviesos. Pasé un día increíble, y por supuesto, espero volver.
LA NOCHE DE LOS GATOS
Caminaba por el viejo tejado una gata persa Tan elegante y silenciosa cual dama parisina No se inmutaba en esa noche adversa Ni por hambre, ni por sueño, ni por sed la particular felina.
Se encontró repentinamente con un gato siamés
Risueño y despistado con aires de conquistador, Gato y gata dejaron de pasear solos aquel frio mes Y la luna vislumbró desde lo alto un romance abrasador. El rugir de los amantes despertó a la ciudad Provocando tanta envidia y desazón Que ambos fueron desterrados de aquella vecindad No sin antes robarle a un escritor su corazón.