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Propósito: El creyente se enfocará a dar gloria a Dios en lugar que los rituales.
Introducción
Por lo regular siempre tendemos a comparar el pasado con el presente, llegando, por lo
regular, a la conclusión, que el pasado siempre es mejor que el presente. Como Mexicanos,
vivimos pensando que la segunda mitad de los años cincuenta hasta mediados de los setenta,
han sido los “años dorados de México”. El Centro Universitario de Ciencias Económico
Administrativas dice:
“Es fácil observar que nuestra economía no ha crecido sostenidamente después de los
sesenta. El país no ha podido tener una solidez económica duradera como la que vivieron
nuestros abuelos de la segunda mitad de los cincuenta hasta mediados de los setenta. México
tuvo una estabilidad que duró aproximadamente 20 años (1955-1975), cuando el tipo de
cambio fue de 12.50 pesos por dólar.
Estos años de equilibrio no se han vuelto a repetir. Cada sexenio se vive con la esperanza de
tiempos mejores, que parece que nunca vendrán, por lo que decimos que el pasado fue mejor.
El primer periodo de estabilización de la economía mexicana inició con el gobierno de Adolfo
Ruiz Cortines, el 1 de diciembre de 1952, cuando el tipo de cambio, que era de 8.65 pesos,
ascendió a 12.50 a partir de 1955. Este periodo está considerado el de mayor estabilidad
económica de nuestro país.”1
Pero, los Mexicanos no somos los únicos que nos alimentamos del pasado, aquellos Judios
en tiempo de Hageo también lo hacían.
El mensaje del libro de Hageo es muy claro: “Es un llamado a tomar conciencia sobre las
prioridades en la vida. El libro nos muestra que aun el pueblo de Dios estaba más interesado
en su propia comodidad que en honrar a Dios.”
Nos es necesario, para entender un poco más este mensaje tan claro, pero a su vez duro o
fuerte, que viene departe de Dios por medio del profeta Hageo a su pueblo, regresar la historia
judía 70 años antes.
En el mes de agosto del año 587 el pueblo de Israel fue marcado por el cautiverio al que fue
llevado por el imperio Babilonio, dirigido por el rey Nabucodonosor. Fue devastador para el
pueblo de Dios aquella conquista. El templo construido por el Rey Salomon fue destruido, el
culto al Señor quedó interrumpido y todos los utensilios del templo, que eran usados en la
liturgia fueron llevados como botín de guerra por los Babilonios. Toda la dinastía de David que
por más de cuatrocientos años habían gobernado Jerusalen, fueron llevados cautivos a
Babilonia. El ultimo rey, Sedequias, fue deportado y sus hijos fueron ejecutados. La Biblia dice:
“ En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual
estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y
que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura;
4 y tres hileras de piedras grandes, y una de madera nueva; y que el gasto sea pagado por el
tesoro del rey. 5 Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales
Nabucodonosor sacó del templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean
devueltos y vayan a su lugar, al templo que está en Jerusalén, y sean puestos en la casa de
Dios.” Esdras 6.3-5
Ciro permitió que los judíos regresaran a su patria y reconstruyan el templo en Jerusalén. Pero
la obra de reconstrucción se detuvo por 20 0 15 años, porque empezaron a oponerse a esta
obra de reconstrucción los samaritanos. Pasa el tiempo, y en el Reinado de Dario el grande,
se da la orden de buscar entre los archivos de la nación y se encuentra entre ellos un libro de
memorias, donde estaba escrito el edicto de reconstrucción de Jerusalen, el templo, y la
devolución de los instrumentos del templo. El templo no estaba terminado, aún estaba en obra
negra, los judios se desanimaron a continuar con su reconstrucción por causa de la oposición
y es cuando Dios les llama a la reflexión, por medio de tres de sus profetas: Hageo, Zacarías y
Malaquías, para que continúen con la obra de reconstrucción. Dios en su infinito amor les dice:
Yo estoy con ustedes. ¡Terminen la reconstrucción del Templo! Y es aquí donde entra el profeta
Hageo.
Para el tiempo del segundo sermón había pasado aproximadamente un mes y medio entre el
primer y el segundo sermón. El Templo de Dios estaba terminado. Y esto provoca diversos
sentimientos o emociones en el pueblo de Israel. Es aquí donde entramos al primer punto de
Nuestro Sermón.
pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de
vosotros, no temáis.
¡La diferencia era obvia! Esta construcción era mucho más modesta. Encontramos en el
capítulo 1.8 que Dios pide ir al monte y traer madera para reconstruir el templo; “Subid al
monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré
glorificado, ha dicho Jehová.” Este templo era muy sencillo, hecho con madera, a diferencia
del oro y la plata con la que fue construido el templo en tiempos del Rey Salomon.
Viene palabra de Dios por medio del profeta Hageo, y pregunta: “¿Quién ha quedado entre
vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como
nada delante de vuestros ojos?” v3
El recuerdo del pasado con aquella frase “todo tiempo pasado fue mejor” no nos debe
ganar. No debemos olvidar el pasado, de hecho debemos construir aprendiendo de él, pero
Aniversario La mesa domingo, 12 de agosto de 2018
cuando recordamos con exagerada nostalgia, eso nos impedirá a seguir construyendo y las
lagrimas empañarán el presente que Dios quiere para nosotros. Mirar la vida por la visión del
retrovisor puede retrasar nuestros pasos e impedirnos avanzar más ágilmente hacia el futuro.
Sin embargo, para los jóvenes toda la expectativa de la obra que estaban construyendo en el
presente generaba en ellos un gran entusiasmo. No tenían con que compararlo, por lo tanto, lo
que estaban construyendo ya era inmensamente hermoso.
“En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del
profeta Hageo…” v1
Esta fecha, indica que el pueblo estaba celebrando una de las tres fiestas más importantes
para ellos. ¿Cuál fiesta celebraban?
39 "Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis
fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de
reposo. 40 Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras,
ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová
vuestro Dios por siete días. 41 Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto
perpetuo por vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis. 42 En tabernáculos
habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará en tabernáculos, 43 para que sepan
vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los
saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios. 44 Así habló Moisés a los hijos de Israel
sobre las fiestas solemnes de Jehová.” (Lv. 23.39-44)
Celebraban la fiesta de los “tabernáculos”. Esta era una de las tres grandes fiestas de
peregrinación del año judío; se celebraba durante siete días desde el 15 al 22 del mes
séptimo (Septiembre-Octubre) Venía al final del año cuando ya se habían efectuado las tareas
de la cosecha. Que por lo general era un día de acción de gracias por la cosecha.
Sin embargo, la cosecha de aquel año, fue muy poca. El pueblo esperaba que al momento de
empezar a reconstruir el Templo, llegaría una abundante cosecha, pero no fue así. Además,
junto con la escasa cosecha, la vista del Templo, su construcción más sencilla que la de
Salomón, hizo que muchos se desanimaran.
“Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac,
sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo
estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. 5 Según el pacto que hice con vosotros
cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.” V4-5
Primero tenemos que saber cual era el sentimiento del pueblo en el momento de reconstruir el
templo, el altar, y toda la liturgia.
1 “Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades,
se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén. 2 Entonces se levantaron Jesúa hijo de
Josadac y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y
edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la
ley de Moisés varón de Dios. 3 Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de
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los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la
mañana y por la tarde.” Esdras 3.1-3
Había un sentimiento de temor en ellos, a los pueblos que habitaban alrededor. Algunas
versiones traducen como “terror”.
Segundo, debemos prestar atención a la forma en la que se le dirige al Señor: Jehová de los
ejércitos.
“Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac,
sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo
estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. 5 Según el pacto que hice con vosotros
cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.” V4-5
Si hemos notado, desde el capítulo 1 de Hageo, se nombra al Señor como: “Jehová de los
ejércitos” La mayoría de las veces en relación al momento en el que El manifiesta su voluntad:
1.2; 1.5; 1.7; 1.9; 1.4; 2.4 (dos veces) 2.6; 2.7. 2.8; 3.11;3.23.
La palabra usada por la LXX es “παντοκρατωρ”. Esta es la misma palabra que Jesús utiliza
para describirte a sí mismo en Apocalipsis 1,8 cuando dice: “Yo soy el Alfa y la Omega,
principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.”
Dios se revela al pueblo como el Soberano absoluto y universal, como el que lo gobierna todo.
Lo que leemos en Hageo es: Así dice el Unico soberano, o Esta es la voluntad del que
gobierna todas las cosas.
5 “Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en
medio de vosotros, no temáis.”
Recordemos que ellos estaban ya finalizando la celebración de una de las tres fiesta más
importantes: Los Tabernáculos. Esta fiesta estaba vinculada históricamente al éxodo de
Egipto, y recordaba a los judíos su peregrinación y su vida en las cabañas en el desierto (Lv.
23. 41-43).
41 “Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por vuestras
generaciones; en el mes séptimo la haréis. 42 En tabernáculos habitaréis siete días; todo
natural de Israel habitará en tabernáculos, 43 para que sepan vuestros descendientes que en
tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo
Jehová vuestro Dios.”
Esta es una enseñanza que se aplica a la iglesia actual: No debemos buscar volver al pasado,
sino buscar la gloria de Dios en el futuro, viviendo intensamente el presente. Todos somos
convocados a servirle con alegría en la expectativa de que la apariencia material del templo no
está en las paredes revestidas de oro, sino en el hecho de que el propio Mesías, el Señor de
gloria estará ahí, como también está en nosotros.
Desafío: “Señor, no quiero vivir la vida tan sólo del recuerdo o del entusiasmo, anhelo buscar
cada día la gloria de Dios.”
El pueblo de Dios es incentivado a continuar la obra del templo porque el Señor les asegura
que, como Él es el Dios de las naciones, en breve iba a manifestar su infinito poder para
provocar un estremecimiento entre las naciones del mundo para la preparación del
establecimiento del reino del Mesías. Este versículo anuncia la venida del Mesías y el
establecimiento del reino de Dios.
Hageo anima al pueblo de Judá diciendo que aquel que estaba en el trono y gobernaba el
mundo no era el rey persa, sino el Dios vivo. Nuestro destino no está en las manos de los
poderosos de la tierra, sino en las manos del Dios todopoderoso.
El Señor mismo iba a sacudir al imperio persa y a los demás imperios que habrían de surgir.
Los reinos de este mundo por más poderosos que sean no podrán resistirse al establecimiento
del reino de Dios.
9 " La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos;
y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.”
Lo vemos en el N.T…
25 “Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso,
esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al
Ungido del Señor. 27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño
Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28 él le tomó en sus
brazos, y bendijo a Dios, diciendo: 29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
Conforme a tu palabra;
¿En que momento Dios manifiesta su gloria en el templo? En el primer momento en que Jesús
el Mesias entra en el.
7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de
gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.
El profeta nos dice que cuando esta gran tribulación tenga lugar, “vendrá el deseado de todas
las naciones”. En otras versiones de la Biblia, vemos con un poco más de claridad esta
expresión, pues, es traducido correctamente en plural, “las cosas deseadas por las naciones”.
Cuando el Reino de Dios se establezca todo lo deseado por la naciones vendrá al templo y la
gloria llenará ese lugar.
“14Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y
fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados
hagan majada; 15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto
se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.
16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. 17 Y el efecto de la
justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 18 Y mi pueblo
habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.(Isaías 32:15-18),
pero estas cosas tan deseables por las naciones se realizarán, cuando Cristo venga otra vez,
aunque ahora podemos disfrutar un adelanto de lo que vendrá, cuando entramos en una
relación personal con Él.”
Enseñanza: “Señor, si todo lo que deseo está en Jesús, anhelo tener cada día una mayor y
más profunda relación con Él.”