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¿ES EL ABORTO INMORAL?

El aborto por muchos años ha sido un tema bastante polémico ya que existen
posiciones encontradas sobre este acto que algunos condenan y otros aceptan por muchas y
diferentes razones. Kuhse & singer (1999) indica que la moralidad objetiva es la reflexión
ética sobre el aborto se refiere necesariamente al valor último de la vida humana, tutelado
por el mandamiento bíblico y extra bíblicos “no matarás”. La vida es el primero de los
derechos de la persona. En consecuencia, desde el punto de vista objetivo, hemos de
mantener que el aborto constituye la supresión de la vida humana, la cual constituye el
valor ontológico y ético fundamental tanto para la existencia personal como para la
convivencia social. El aborto comparte objetivamente la calificación moral negativa debida
al homicidio. Ningún ser humano es dueño de la vida de sus semejantes.1

En primer lugar, hay que contextualizar el asunto, existen posturas y argumentos de


toda clase. A primera vista, podemos pensar que nos enfrentamos a un debate
completamente polarizado, la lucha entre el derecho a la vida contra el derecho de la mujer
a decidir libremente sobre su cuerpo, pero no es un asunto tan simple, no se trata de decir si
estás totalmente a favor o totalmente en contra de la despenalización del aborto. Como
señala Gustavo Ortiz (2009): "más que ver el problema como un asunto dicotómico, habría
que verlo como una gradación, como un espectro de posiciones que van de la más radical
oposición a cualquier tipo de despenalización del aborto, hasta la más férrea de los
derechos reproductivos de la mujer por sobre la vida del feto.

Antes de decir si el aborto constituye un acto inmoral o no, podría cuestionarse si


efectivamente es un problema de esta índole. Existen partidarios liberales que creen que
llevar el debate al campo moral es concederle "ventajas" a los conservadores. Suelen
sustentar esta afirmación en dos grandes prejuicios acerca de la moral: que depende de la
religión y que enuncia únicamente los criterios particulares de cada individuo sobre lo que

1
Ed. por Kuhse, H.; Singer, “Abortion and Health Care Ethics”,, Oxford, 1999.Pag.235.

1
está bien y lo que está mal. Este desconocimiento sobre qué es la moral conlleva todavía
más al desacuerdo. En palabras de Ortiz (2009) :

“la cuestión moral suele dejarse de lado, en especial por parte de quienes tienen una posición
liberal a favor de la despenalización del aborto. Muchos de ellos creen que, si se ve al aborto como
un problema moral, entonces le darán argumentos a los conservadores que están en contra de la
despenalización -cuya posición tiene en principio un fundamento religioso. Pareciera que si se ve
el problema desde un punto de vista moral llevaríamos el debate al terreno religioso” P. 38.2

Podemos rebatir ambos prejuicios. Por un lado, "es un asunto de moralidad si pensamos
que la mayoría de los sistemas morales no admite el asesinato de personas inocentes. No
obstante, si pensamos que esta gente sólo expresa sentimientos subjetivos, se terminará por
verlos como individuos irracionales sobrecogidos por su ideología y sus prejuicios"3. En
cuanto a la dimensión religiosa de la moral, habría que decir dos cosas: que afirmo que no
hay dependencia lógica alguna entre moral y religión, y que aunado a esto, esa
independencia ayuda a encarar de manera frontal los argumentos conservadores. Sobre
esto, Roland Dworkin(1993) escribe:
"En una cultura política que insiste en justificaciones laicas de su derecho penal, el argumento de
carácter autónomo según el cual el aborto temprano es pecado porque cualquier aborto insulta y
frustra el poder creativo de Dios es una razón para criminalizar el aborto que no puede tenerse en
cuenta."p.94. 4

Esta defensa a ultranza del derecho a la vida es lo que en muchas ocasiones ignora el
liberal cuando argumenta a favor de la despenalización invocando las consecuencias
en términos de salud pública que tiene el aborto o cuando habla de los derechos de la
mujer a decidir sobre su propio cuerpo.5

Éste argumento es muy fuerte porque la sacralidad de la vida no sólo puede defenderse en
términos puramente religiosos, sino también desde una perspectiva enteramente laica: "Sin

2
Gustavo Ortiz, (2009) "Elaborto, La moralidad de la ley y la moralidad del aborto", op. cit, p. 38
3
Gustavo Ortiz,(2009) "El aborto, la subjetividad de la moralidad y la ley", op. cit, p. 94
4
Ronald Dworkin, (1993) "La moralidad del aborto" El dominio de la vida” NewYork: Alfred Ap. 63
5
Gustavo Ortiz,(2009) “La moralidad de la ley y la moralidad del aborto",Pag. 18-19

2
duda este es el punto medular en la discusión sobre la moralidad del aborto: si éste
constituye el asesinato de un ser cuya vida es muy grave terminar, es decir, un ser humano
o una persona."6

Por otra parte, se argumenta que un embrión es una persona en potencia, pero
nuevamente nos vemos inmiscuidos en las complicaciones que se derivan de esta reflexión.
Ni siquiera para el sentido común es válido acreditarle el mismo valor a un ser en potencia
que a un ser real: "nunca pensamos que las entidades potenciales tengan el mismo valor que
las entidades reales: no juzgamos igual a quien destruye un costal de semillas que a quien
destruye un bosque."7 Además, esta no es la única línea argumental por la que podemos
atacar. Podríamos acudir a la ciencia y los recientes descubrimientos sobre la
totipotencialidad de las células madre en palabras de Margarita Boladeras (1999) :

“Otra consideración pertinente al respecto es que un cigoto tiene la potencialidad de convertirse en


persona [...]; un cigoto también tiene lo que se conoce como totipotencialidad; ésta es la capacidad
que poseen las células embrionarias no sólo de multiplicarse, sino también de diferenciarse en
distintos tipos celulares para lograr la reconstrucción de las partes del organismo que pudieran
faltar.” 8

En realidad no hay un concepto científico de persona como muchos críticos al


aborto quieren hacer creer. Como ya vimos, ni el código genético ni la potencialidad
bastan: "Tratar de derivar el concepto de persona de una determinada estructura de ADN o
de otras propiedades biológicas."9

Lo cierto es que si bien, efectivamente, no tenemos un conocimiento lo suficientemente


objetivo de cómo definir el término persona, si podemos darnos una idea basándonos en
ciertos criterios bastante razonables como la conciencia en palabras de Ortiz (2009):

6
Gustavo Ortiz (2009), " La moralidad de la ley y la moralidad del aborto",", op. cit, p. 58
7
Gustavo Ortiz,(2009) “La moralidad de la ley y la moralidad del aborto",p. 51
8
BOLADERAS, Margarita (1999). Bioética: El aborto. Madrid: P.65
9
Gustavo Ortiz,(2009) La moralidad de la ley y la moralidad del aborto",p. 52

3
“El criterio que muchos pensamos debe emplearse para distinguir a la célula que es el cigoto de un
feto de nueve meses, es que se pueda predicar de él la condición de persona, y por lo tanto, atribuir
conciencia. Lo que hace que demos un valor especialmente importante a un ser humano es que le
podamos atribuir una gama de predicados psicológicos que tienen que ver con la conciencia. Esto
sólo se origina después de que ha aparecido el sustrato biológico que posibilita dichas
características, es decir, el sistema nervioso central, y en específico la corteza cerebral.”10

De cualquier manera, creo que podemos aceptar ese principio del valor intrínseco de la vida
y sin embargo mantenernos en la posición que ya hemos delimitado, bien lo dice Dworkin:
"aunque casi todo el mundo acepta el principio abstracto de que es intrínsecamente malo
que la vida humana se frustre, las personas discrepan acerca de cuál es la mejor respuesta a
la cuestión de si la muerte prematura, cuando puede evitarse, supone siempre la más grave
frustración de la vida."11
Hay dos maneras de entender la sacralidad de la vida: por una inversión meramente
biológica o por una inversión personal, es decir, el valor intrínseco no se da por el simple
hecho de "existir" y ya .Por lo tanto, si entendemos el valor intrínseco de la vida humana
por la inversión personal que cada humano le da a su existencia, y además, negamos que el
óvulo recién fecundado sea una persona y aceptamos que esta "cualidad" sólo surge hasta
cierto punto del embarazo, entonces podemos afirmar que el aborto no es inmoral en sí
mismo. Concluyo citando nuevamente a Roland Dworkin (1993):

“Reconocer la santidad de la vida no significa intentar manipular el destino para que en total se
vivan las mejores vidas; significa, más bien, no frustrar las inversiones depositadas en la vida. Por
esta razón, la opinión liberal se preocupa más por las vidas que las personas tienen ahora, las vidas
de verdad, que por la posibilidad de otras vidas por venir.”12

Elaboró: Jessica del Carmen Menjivar Ramirez


No. de palabras: 1476

10
Gustavo Ortiz,(2009) La moralidad de la ley y la moralidad del aborto",, p. 80
11
Ronald Dworkin, (1993) "La moralidad del aborto" El dominio de la vida” NewYork: Alfred A. cit, p. 120
12
Íbid, p. 133

4
Bibliografía
 Ortiz, Gustavo, La moralidad del aborto. Siglo XXI, México, 2009
 Ronald Dworkin, (1993) "La moralidad del aborto" El dominio de la vida”
NewYork: Alfred
 Ed. por Kuhse, H.; Singer, “Abortion and Health Care Ethics”,, Oxford, 1999
 BOLADERAS, Margarita (1999). Bioética: El aborto. Madrid:

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