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Tras enumerar los principales prejuicios a los cuales los seres humanos están enfrentados,
Francis Bacon establece la importante de ordenar las experiencias, de manera que los
resultados que se obtengan de las observaciones sean lo más cercanos a la verdad.
Es en este ámbito donde introduce la inducción lógica, como elemento fundamental del
método científico.
La primera tabla fue denominada por Bacon como “tabla de la presencia”, y corresponde al
escenario en el cual debe indicarse en qué casos tiene lugar el fenómeno que se está
observando.
La segunda tabla se llamó “tabla de ausencia”, y es el espacio en el cual deben señalarse cuáles
son los casos en los cuales no se genera el fenómeno que está estudiándose.
El ensayo es un texto escrito en prosa en el que un autor desarrolla sus ideas sobre un tema
determinado con carácter y estilo personal.
Aunque el ensayo apareció inicialmente en 1580 con una obra del escritor francés Michel de
Montaigne, fue en 1597 cuando Francis Bacon realizó sus piezas magistrales Essays,
conformadas por diez escritos que lo convertirían -según sus contemporáneos- en el principal
referente del ensayo.
Estos escritos, -ampliados en la segunda edición (1612) con 38 ensayos adicionales- señalados
por Bacon como «una recreación de mis otros estudios», alcanzaron gran popularidad por su
estilismo sencillo, sin adornos de lingüística y abordaban temas de índole pública o privada,
analizados desde diversas perspectivas.
Novum Organum
«El hombre, por su caída, perdió su estado de inocencia y su imperio sobre la creación, pero
una y otra pérdida puede, en parte, repararse en esta vida, la primera por la religión y la Fe, la
segunda por artes y la ciencia» (p.199).
Bacon desaprobó por completo las teorías de Aristóteles y reprochaba sus métodos, pues creía
que eran inútiles debido a que gozaban de un estilo tedioso, orientado exclusivamente para
debates y no en beneficio de originar obras de gran valor para la vida humana.
Bacon dedujo que la Revolución Industrial abriría paso a grandes desafíos que obligarían a las
personas a encontrar herramientas prácticas que interferirían con la lógica aristotélica.
Luego plantea un método constructivo al que denomina «teoría de las tres tablas»; la primera
es la tabla de la presencia en la que se indica en qué espacio se da ese fenómeno.
Método inductivo
Consiste en aquel procedimiento lógico formal que parte de principios universales (método
deductivo) y que luego aplica a hechos o casos concretos, o que procede a la inversa (método
inductivo), esto es, que parte de hechos y datos concretos para de allí inferir lógicamente
conclusiones o generalizaciones de carácter más universal. (p.211)
Bacon intentó crear a través del método inductivo una herramienta práctica para analizar
experiencias, partiendo de características muy específicas o comunes entre los factores
analizados y así llegar a una conclusión más generalizada.
A este gran filósofo se le atribuye haber incluido la lógica al inductivismo, una fórmula que
resultó de gran importancia en el desarrollo de investigaciones y una mejora en las hipótesis
científicas.
El uso de la tecnología
Durante su carrera, Bacon produjo un cuerpo documental extenso. A pesar de que sus análisis
sobre el pensamiento científico no tuvieron un impacto significativo, sirvieron como
lineamientos la forma en que el trabajo de la ciencia debía ser llevado a cabo.
Para Bacon el uso de la tecnología era esencial y debía ser democratizado. Sostenía que
durante el siglo XVII las personas hacían uso de una mejor tecnología, comparada con la que
existía en el Edad Clásica.
Algunos ejemplos que Bacon señaló incluían la imprenta, que permitía la democratización del
conocimiento; la pólvora, que daba un mayor poder a los ejércitos; y el compás magnético,
que facilitaba la navegación de los barcos y permitió el descubrimiento de las Américas.
En su libro Instauratio, Bacon señala que el conocimiento puede ser descubierto en todas las
actividades humanas.
Gracias a él, los pensadores comenzaron a alejarse de las ideas de los pensadores clásicos
(provenientes de territorios mediterráneos), y comenzaron a plantear métodos de exploración
de la naturaleza, algunos de ellos vigentes hasta hoy en día.
Bacon, por el contrario, se encargó de reemplazar los trabajos de Aristóteles y Platón (basados
en argumentos lógicos y filosóficos), con un nuevo cuerpo de estudio y conocimiento científico
(basado en experimentos y observaciones).
Bacon creía que la ciencia y la religión debían ser estudiadas de forma independiente una de la
otra. Difería ampliamente con aquellos que sostenían que las leyes de la naturaleza eran parte
de un propósito “superior”.
Bacon pensaba que las leyes de la naturaleza se encontraban en el mundo dispuestas a ser
descubiertas, y en lo posible, explotadas.
Bacon creía que los secretos de la naturaleza no son fáciles de develar. Planteó que para
conocer lo que ella tiene para ofrecernos debemos trabajar de forma vigorosa, haciendo
tantas preguntas como sea posible.
Es así como Bacon sostiene que la interpretación que los sentidos hacen de la naturaleza es
siempre verdadera y representa una fuente primordial de conocimiento.
Bacón dejó dentro de su legado la noción de obediencia de una naturaleza siempre cambiante
y compuesta por leyes.
De acuerdo al juicio de Bacon, la naturaleza no podría ser dominada jamás, pues la materia
que la compone se encuentra siempre en movimiento.