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CAMINOS DE LA LIBERTAD

DECIMOTERCER CONCURSO DE ENSAYO

Pobreza, Desigualdad y Envidia: Repensando el Debate


Blue Beetle
Pobreza, Desigualdad y Envidia: Repensando el debate

Introducción

El debate acerca de la pobreza y desigualdad es uno de los más candentes en

términos económicos y sociales. Mientras existe mayor concordancia en lo que

respecta a disminuir la pobreza, el debate sobre la desigualdad genera polémicas

por sus diversos enfoques. En otras palabras, es de común acuerdo que se debe

continuar luchando por reducir la pobreza, pero no es así en el caso de la

desigualdad. Por lo menos, desde la perspectiva liberal, la desigualdad tiene un rol

y un enfoque alternativo más que interesante. No obstante, en algún punto, se

poseen excelentes argumentos en lo económico, pero a veces poco se

complementa con el aspecto social.

El estudio sobre la desigualdad ganó protagonismo principalmente en los últimos

años, consecuencia de una gran reducción de la pobreza. Mientras que antes de

la Revolución Industrial la mayor preocupación consistía en que la pobreza era

generalizada y estructural, luego de este acontecimiento, la pobreza dejó de ser

generalizada y afecta a una menor porción de la población mundial. Desde luego,

todavía resta mucho por hacer. Sin embargo, este progreso en la reducción de la

pobreza profundizó el debate acerca de la desigualdad. Tiene lógica que así sea.

El hecho de que la pobreza haya dejado de ser generalizada implica que muchas

personas lograron salir de ella. La diferencia es que algunas personas lo hicieron

en mayor magnitud que otras y esto agitó el debate sobre la desigualdad.


Sin lugar a dudas, desde la perspectiva económica, ha quedado demostrado que

la desigualdad no es algo malo. Es mucho mejor que haya desigualdad en la

riqueza a que haya igualdad en la pobreza. Este trabajo pretende, luego de

realizar un repaso histórico de la pobreza y proponer un enfoque alternativo de la

desigualdad, complementar el argumento económico con lo social. En concreto, si

bien se ha demostrado en términos económicos que la desigualdad no es un

problema, sí puede serlo en términos sociales y por eso es importante estudiarlo.

El hecho de que todas las personas puedan mejorar sus posiciones iniciales no

quiere decir que no puedan sentirse excluidas. Ante esto, el argumento que suele

prevalecer es que aquel que se preocupa por la desigualdad es porque está

dominado por la envidia. Sin embargo, la realidad muestra que la envidia es algo

natural y biológico en el ser humano. Es por esta razón que debe profundizarse su

estudio. Sobre todo, porque hay respuestas satisfactorias que pueden darse

desde la perspectiva liberal. De esta manera, este ensayo posee los siguientes

objetivos:

• Realizar un repaso histórico de la evolución de la pobreza.

• Explicar por qué la desigualdad en términos económicos no es un

problema.

• Analizar desde una perspectiva social la desigualdad y la envidia.

Este orden no es azaroso, ya que la explicación de cada apartado va

relacionándose con el siguiente. En primer lugar, entender el contexto de que la

humanidad vivió muchos años en la pobreza, hasta que luego de la Revolución

Industrial se la logró reducir de manera notable, nos ubica en el contexto para


analizar de donde venimos. Luego, como consecuencia de una gran caída en la

pobreza, el debate de la desigualdad gana terreno. Quedará demostrado que la

desigualdad no es un problema económico, pero esto no quita que pueda traer

problemas sociales que pueden solucionarse. Por último, y lo más importante, la

intención es motivar estudios que profundicen el rol de la envidia en la desigualdad

desde términos sociales. Este último punto es importante ya que, desde la óptica

económica, los números juegan a favor del liberalismo. Si además se logra

conquistar el campo social en el debate, sería un aporte de suma importancia para

el liberalismo.

Breve historia de la pobreza

El periodista Henry Hazlitt en su libro La Conquista de la Pobreza escrito en el año

1973, con una pluma amigable, dedica su primer capítulo del libro a contextualizar

al lector en términos históricos lo que representaba la pobreza en el mundo. El

punto es de tal importancia que necesariamente requiere comenzar por él. A lo

largo de la historia humana, la pobreza era tan generalizada que alcanzaba

niveles en torno al 90% de la población mundial, manteniéndose prácticamente

estable por largos años.

Vivir en condiciones de pobreza no era para nada agradable. Con el objetivo de

concientizar al lector de las condiciones humanas en que se vivía describiremos

algunos ejemplos del autor. Los hogares carecían de chimenea necesitando

calentar el ambiente por medio de fogones. De esta manera, el humo no sólo

ensuciaba los hogares, sino que además dañaba los ojos de las personas. Pero

más grave aún, no se lograba contar con las condiciones sanitarias más básicas
de lavado y limpieza. Los alimentos escaseaban, lo que generaba grandes

hambrunas que costaban miles y, en algunos casos, millones de vida. Hazlitt

cuenta que en Roma, en el año 436 a. C., miles de personas hambrientas se

arrojaron al Tíber.”1 Llegada la edad media, las condiciones no mejoraban mucho.

El autor, realiza un repaso histórico en donde se puede observar que los episodios

de hambruna continuaban ocurriendo hasta los años previos a la Revolución

Industrial. En otras palabras, la humanidad convivió con la pobreza prácticamente

casi toda su historia.

En muchas ocasiones, las causas de estas hambrunas eran largos períodos de

sequía que no permitían la siembra y cosecha de alimentos. También las pestes y

plagas eran protagonistas de perjudicar la producción de alimentos.

Como si esto fuera poco, para finales del siglo XVIII el clérigo Thomas Malthus

pronosticaba un escenario aún más apocalíptico. Lo que Malthus observaba era

que la población crecía a un ritmo mucho mayor de lo que lo hacía la producción

de alimentos. En pocas palabras, cada vez había más personas que alimentar y

los alimentos no podían crecer al mismo ritmo. Más específicamente, lo que

Malthus sostenía era que la población mundial crecía con una progresión

geométrica (1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, …, etc.) mientras que los alimentos lo hacían en

una progresión aritmética (1, 2, 3, 4, 5, 6, …, etc.)2. De esta manera, se volvería

imposible alimentar a la población y las hambrunas se prolongarían.


1
Ibid., pág. 10.
2
Thomas Malthus. An Essay on the Principles of Population. London. Johnson. 1798, pág. 4.
Por suerte, las predicciones de Malthus no se cumplieron. Para finales del siglo

XVIII y comienzos del XIX, mientras Malthus redactaba sus pronósticos,

comenzaba a florecer la Revolución Industrial, que se encargaría de eliminar

definitivamente la pobreza generalizada. A partir de entonces, la pobreza se

reduciría notablemente a un 20-25% de la población mundial. ¿Cómo fue que

sucedió esto? ¿De qué manera la Revolución Industrial logró reducir la pobreza en

magnitudes sin precedentes?

Las nuevas tecnologías permitieron la producción en masa de muchos bienes,

entre ellos los alimentos. Así, los alimentos pasaron de crecer en progresión

aritmética a hacerlo en progresión geométrica. Esto permitió, que la producción de

alimentos sea tan grande que se equipare al de la población mundial evitando las

grandes hambrunas y sus fatales desenlaces3. Este dato se vuelve mucho más

impresionante al agregar que, fruto de la Revolución Industrial, el crecimiento de la

población también creció fuertemente. Esto quiere decir, que no sólo se crearon

alimentos para satisfacer una población que ya aventajaba a los alimentos, sino

que además, cubría la demanda de una población creciente. Por otro lado, este

incremento de población no tenía que ver con una mayor natalidad, sino que con

una menor mortalidad infantil. Este fue otro logro de la Revolución Industrial. El

premio nobel de economía, Angus Deaton, cuenta en su libro The Great Escape,

que la Revolución Industrial fue eficiente para cambiar los microorganismos que

infectaban a las poblaciones. Es decir, mucha mortalidad ocurría también por


3
Esto no quiere decir que las sequías, pestes y plagas desaparecían. De ninguna manera. Sin embargo,
cuando ocurrían episodios de hambruna, se contaba con la tecnología para poder producir en grandes
números o en su defecto, en importar alimentos de otros países.
infecciones que gracias a la Revolución Industrial comenzaron a evitarse4. Tal

como señala el economista Ludwig von Mises:

…“the Industrial Revolution,” have resulted, above all, in a better satisfaction of the

needs of the masses. The development of the clothing industry, the mechanization of

shoe production, and improvements in the processing and distribution of foodstuffs


5
have, by their very nature, benefited the widest public.

La Revolución Industrial fue el evento con mayor impacto en la eliminación de la

pobreza. Al reducirse la pobreza mundial de un 90% a un 20-25%, implica que un

65-70% de la población mundial salió de la pobreza. Al suceder esto, algunos

progresaron más que otros haciendo notar ciertas desigualdades. Sin embargo, ya

llegaremos a eso más adelante. Por ahora, sólo se afirmará que el hecho de

preocuparse por la desigualdad es una consecuencia del progreso económico y de

una notable (y exitosa) reducción de la pobreza mundial.

Tras este breve panorama histórico de la evolución de la pobreza, aún no hemos

definido que entendemos por pobreza. ¿Existe una definición del término? Antes

de continuar estudiando la misma y su falsa vinculación con la desigualdad,

resulta conveniente clarificar a que nos referimos cuando hablamos de pobreza.

El problema en la definición de pobreza

La tarea de definir pobreza no es nada sencilla. Es casualmente por la

complejidad de su definición que las estimaciones de pobreza varían según quien

realice el estudio. Hazlitt señala que una primera aproximación fue en la época


4
Angus Deaton. The Great Escape. Oxford: Princeton University Press. 2013, pág. 100.
5
Ludwig von Mises. Liberalism. Indianapolis: Liberty Fund Inc, 1927, pág. XXV.
victoriana en Inglaterra6 donde lo que se hacía en concreto era dividir a la

población según ingresos. Por ejemplo, fraccionar la población en cinco partes,

existiendo una quinta parte rica una quinta parte pobre y tres quintas partes

intermedias. En realidad, esta medición no tiene mucho sentido ya que, si se

duplicaran los ingresos de toda la población seguiría existiendo una quinta parte

de la población que es más pobre en términos relativos.

Enfocarlo de esta manera implicaría que la pobreza es estar en peor situación que

otra. En este sentido, un ciudadano de clase media sería subjetivamente más

pobre que Warren Buffett. Sin embargo, esto no quiere decir que el ciudadano de

clase media sea pobre.

La bibliografía más moderna comenzó a hablar de necesidades que deben

satisfacerse para superar la pobreza. Este enfoque, busca de alguna manera,

hacer un análisis más objetivo. No obstante, observaremos que esto tampoco es

tarea sencilla. En este marco, suelen usarse definiciones que se asemejan a “la

pobreza es la incapacidad de satisfacer las necesidades mínimas”. El problema

con este tipo de definiciones es que utilizan palabras como “necesidades”

“mínimas” o alternativas como “niveles decentes”. Pero, ¿qué son necesidades? Y

¿qué es decente? O ¿cuál es un nivel mínimo? Si bien hay un esfuerzo por volver

más objetiva la definición, al utilizarse este tipo de palabras vuelve a reinar la

subjetividad. Distintas personas o familias pueden tener diversas “necesidades”. Y

la palabra “decente” abre un abanico de interpretaciones.


6
Henry Hazlitt. Op. Cit., pág. 31.
Es esta la razón por la que las estimaciones de pobreza suelen diferir

dependiendo quien realice el estudio. El problema, es que difieren en qué

consideran “necesidades” “mínimas” y “decentes”. No obstante, este enfoque

realiza su aporte. Siguiendo con esta línea, se idearon lo que se denomina

Canasta Básica. Esta canasta, posee una determinada cantidad de bienes y el

costo de cubrirla. Así, si una persona supera con sus ingresos el monto que

requiere satisfacer la compra de los bienes de la Canasta Básica, entonces supera

la línea de la pobreza7. Si bien es cierto que lo que se incluye en dicha Canasta

Básica es subjetivo, también es cierto que hay ahora un sistema de medición.

Existe una balanza para medir, esta balanza podrá estar mal calibrada, pero no

deja de ser una guía con mayor o menor perfección.

Observemos un ejemplo sencillo para clarificar el punto. Supongamos que una

Canasta Básica para una familia con dos hijos debe cubrir las necesidades de:

alimentos, vestimenta, transporte, educación y salud. A la derecha de cada rubro

se observará los dólares que debe gastar una familia al mes para poder satisfacer

la necesidad correspondiente. Tal como se puede evidenciar en el cuadro II a

modo de ejemplo8:

CUADRO II: EJEMPLO DE CANASTA BÁSICA


Componente U$S
Alimentos 75
Vestimenta 50
Transporte 25
Educación 100
Salud 50

7
También suele encontrarse la Canasta Básica Alimentaria que se centra exclusivamente en los alimentos
con el objetivo de medir la línea de indigencia.
8
Los números son arbitrarios ya que sólo poseen una intención didáctica.
Total 300

Para que una familia no sea pobre, debe tener un ingreso de 300 dólares. Caso

contrario, la familia caería debajo de la línea de pobreza sin poder satisfacer todas

las necesidades de la Canasta Básica. Si, por ejemplo, una familia tuviera un

ingreso de 250 dólares, no podrá satisfacer todas las necesidades “básicas”.

Entender esta metodología es importante, ya que aquí se encuentra la génesis del

error a la hora de analizar la desigualdad más adelante. Una vez establecido el

monto de la Canasta Básica, lo que suele decirse entonces es que, si una familia

no alcanza a ganar 300 dólares, se encuentra en situación de pobreza. De esta

manera, se envía la errónea señal de que la riqueza se encuentra en el dinero. Y

eso es totalmente falso. En primera instancia, esos 300 dólares son demandados

para satisfacer necesidades (alimentos, vestimenta, etc.). Debemos recordar

siempre, que la riqueza está en los bienes y no en el dinero, que es sólo un medio

de intercambio para adquirir dichos bienes. Entonces, si bien en el ejemplo los 300

dólares reflejan consumo de bienes, a la hora de analizar las desigualdades sólo

se habla de salarios y no de los bienes que se pueden adquirir con ese salario. De

esta manera se pierde el foco del análisis central que es ver cuántos bienes y

servicios se pueden obtener con el monto del salario. Si entendemos que la

riqueza está en los bienes, ¿por qué entonces se mide la desigualdad en términos

de ingreso cuándo en realidad lo relevante es ver las necesidades que podemos

satisfacer con dicho ingreso?

Que se establezcan Canastas que incluyen bienes y servicios permitió que el

estudio en la definición de la pobreza avanzara en su clasificación. El economista


Jeffrey Sachs, en su libro The End of Poverty, menciona la dificultad en la

medición de la pobreza y sugiere por lo menos distinguir tres tipos de pobreza: 1)

La pobreza extrema (o absoluta) 2) la pobreza moderada 3) la pobreza relativa9.

La pobreza extrema sería aquella en la cual la familia ni siquiera posee los

ingresos para satisfacer necesidades mínimas de supervivencia (alimenticias y de

salud principalmente). La pobreza moderada estaría en línea con la satisfacción

de la Canasta Básica (300 dólares en nuestro ejemplo). Por último, la pobreza

relativa es más subjetiva ya que la comparación es con un promedio del ingreso

nacional. Esta última medición puede abarcar diversas necesidades según el país.

No es lo mismo ser pobre en Venezuela que ser pobre en Estados Unidos. En

este último caso, las personas tienen acceso a bienes que tal vez ni se nos

ocurriría incluir en una Canasta Básica de otros países (autos, televisión, cable,

celulares, etc.

En definitiva, y lo que se intentará demostrar a lo largo de este ensayo, es que

más importante que el ingreso en sí es lo que podemos comprar con dicho dinero.

Y que por esta razón las conclusiones sobre la desigualdad pueden ser muy

distintas si pensamos en términos monetarios que si pensamos en términos de

bienes. Tal vez Warren Buffett juegue al fútbol dentro de su mansión millonaria,

mientras que el ciudadano común debe alquilar una cancha para jugar. No

obstante, ambas personas satisfacen la misma necesidad. Probablemente Warren

Buffett viaje en un avión privado mientras que el ciudadano de a pie viaje por

aerolíneas. Sin embargo, ambos cumplen nuevamente la misma necesidad: en


9
Jeffrey D, Sachs. The End of Poverty. New York: Penguin Books, 2005, pág. 20.
este caso viajar. ¿Hay mayor desigualdad entre las personas cuando observamos

la satisfacción de las necesidades en lugar de los ingresos? Esta es una de las

principales preguntas que debemos responder a lo largo del texto.

La desigualdad no es un problema desde la perspectiva económica

Para comprender cabalmente porque la desigualdad no es un problema en

términos económicos, será útil continuar analizando la evolución de la pobreza

hasta nuestros días. Si bien es cierto que el aporte de la Revolución Industrial para

la reducción de la pobreza fue exitoso. Esto no quiere decir que la tarea haya

terminado. Ni de cerca. Aún quedan muchas personas viviendo en condición de

pobreza extrema. Sin lugar a dudas, uno de los desafíos del S.XXI es alcanzar la

pobreza cero.

Esta preocupación no es menor. Diversos autores nos alertan de que aún resta

mucho por hacer. Por ejemplo, Jeffrey Sachs nos cuenta que 1,1 billones de

personas viven en situación de extrema pobreza10. Esto es el equivalente a un

quinto de la población mundial. En términos porcentuales esto equivaldría al 20%

de la población. Por su parte, Angus Deaton comenta que un cuarto de los niños

que nacen en Sierra Leona no supera los cinco años y la expectativa de vida


10
Ibid., pág. 289.
apenas supera los 40 años11. También nos presenta un panorama preocupante el

economista William Easterly en su libro The White Man´s Burden:

Almost three billion people live on less than two dollars a day, adjusted for purchasing

power. Eight hundred and forty million people in the world don´t have enough to eat. Ten

million children die every year from easily preventable diseases. AIDS is killing three

million people a year and is still spreading. One billion people in the world lack access to

clean water; two billion lack access to sanitation. One billion adults do not finish primary
12
school.

Este párrafo de Easterly deja bien claro toda la tarea que queda por realizar. No es

opción dar la espalda a esta situación. Sin embargo, lo primero que debemos

comprender es que, esta situación era la regla en lugar de la excepción previo a la

Revolución Industrial. No mucho tiempo atrás, el 90% de la población mundial

vivía en esas condiciones. Es importante destacar esto ya que puede sentar las

bases para comprender que fue lo que tuvo éxito y por qué.

Entendiendo que aún el 20-25% de la población mundial atraviesa una situación

delicada, es lógico la preocupación por la desigualdad de ingresos. Otro premio

nobel de economía, Joseph Stiglitz, señala citando un trabajo de Milanovic, que el

8% de la humanidad obtiene el 50% de las rentas mundiales y que el 1% más rico

obtiene el 15%13.

La bibliografía en este marco es innumerable. No sería difícil continuar arrojando

cifras y relatando situaciones aterradoras. Lo relevante aquí es como continuar


11
Angus Deaton. Op. cit., pág. 25.
12
William Easterly. The White Man´s Burden. New York: Penguin Books, 2006, pág. 8.
13
Joseph E. Stiglitz. La Gran Brecha. Buenos Aires: Taurus, 2015, pág. 140.
disminuyendo la pobreza. ¿Cómo lograr que las personas pobres obtengan más

riqueza?

Un primer punto a destacar, y muy importante, es que la riqueza puede crearse.

Existe la falsa creencia de que si una persona se enriquece es a costa de que otra

persona se empobrezca. En otras palabras, se cree que la economía es un juego

de suma cero donde alguien tiene que perder para que otro pueda ganar. Esta

teoría es tan falsa como refutable. Si uno es de la opinión que la economía es un

juego de suma cero, entonces es lógico hablar de distribución de la riqueza. Sin

embargo, al ser esto falso se vuelve más importante la creación de riqueza en

lugar del porcentaje que se obtiene de la torta.

Aquí es donde entra en juego la desigualdad. Siguiendo al economista Steve

Horwitz en el video “Are the Poor getting poorer?” publicado por Learn Liberty14,

nos hacemos la siguiente pregunta. ¿Qué prefiere comer: un octavo de pizza o

tres octavos de pizza? Intuitivamente la respuesta obvia es tres octavos de pizza.

Sin embargo, la respuesta correcta dependerá del tamaño de la pizza. No es lo

mismo tres octavos de una pizza pequeña que un octavo de una pizza grande.

FIGURA I: DISTRIBUCIÓN PORCIONES DE PIZZA


14
Puede observarse el video en: https://www.youtube.com/watch?v=vDhcqua3_W8
Obtener una menor porción de una torta grande es preferible a obtener una

distribución más igualitaria de una torta pequeña. Esta es una de las razones de

porque, mayor desigualdad no implica mayor grado de pobreza. Y más importante

aún, un mayor grado de desigualdad puede ser preferible a una igualdad que

posee menores recursos. En palabras sencillas, es mucho mejor una desigualdad

en la riqueza que una igualdad en la pobreza. La pregunta a realizar es obvia,

¿puede crecer la torta mundial? ¿Puede crecer la riqueza? Aquí se encuentra uno

de los puntos más importantes de la cuestión. Si es posible crear riqueza (que la

torta crezca) tal vez sea preferible pensar en crear riqueza. Si la torta de la riqueza

mundial no creciera, entonces la distribución de la riqueza tendría más sentido.

La plataforma Gapminder desarrollada por Ola, Hans y Anna Rosliing puede

responder esta pregunta. A continuación, en la figura 2, se observará un gráfico

con varios círculos. Cada círculo representa distintos países. Un mayor volumen

del círculo implica una mayor densidad poblacional. En el eje vertical se medirá la

esperanza de vida, mientras que en el horizontal se observará el PBI per cápita


ajustado por inflación según la metodología PPP15. Por último, el número

observado de fondo corresponde al año en cuestión.

FIGURA II

Fuente: Gapminder
Tal como puede observarse, los países más desarrollados, rondaban en una

expectativa de vida de 30 años promedio y pocos países superaban los US$ 2.000

per cápita. Esta era la situación en el 1800, cuando aún la Revolución Industrial no

había revelado su impacto. La torta para el año 1800 era más bien pobre. Baja

15
Lo que se logra con esto es aislar el efecto de la inflación para ver como evoluciona el PBI per cápita en
términos reales.
expectativa de vida y la mayoría de los países se encontraba por debajo de los

US$ 1.000 per cápita. A continuación, en la figura III, se observarán los mismos

datos, pero para el año 2018 (estimados). La diferencia es abismal.

FIGURA III

Fuente: Gapminder
Esta es la mayor prueba de que la riqueza puede crearse, de que la torta puede

crecer. Y más importante aún, que en los últimos 200 años ningún país se

encuentra en peor situación al final de la película. Todos los países, sin excepción,

están en una mejor posición en el 2018 que en el 1800. Fue este gran crecimiento

lo que redujo la pobreza mundial del 90% al 20-25%. De estas figuras, puede
observarse una conclusión muy importante. El peor país del 2018 posee una

mayor expectativa de vida que el mejor país en el año 1800. Desde luego, todo

esto no quiere decir que no quede trabajo por hacer, pero por lo menos es

esperanzador. La riqueza puede crearse, por ende, la pobreza puede eliminarse.

En conclusión, la increíble reducción de la pobreza mundial generó que se ponga

el foco en dos cuestiones en los años a seguir. En primer lugar, luego de la

Revolución Industrial, un 65-70% de la población mundial logró salir de la pobreza.

Dentro de este 65-70%, algunos se enriquecieron más que otros. Es aquí cuando

la desigualdad comienza a generar un mayor debate16. En concreto, el debate de

la desigualdad no es más que una consecuencia del progreso económico y de la

prosperidad en el mundo. El segundo punto, se relaciona con los países que

quedaron más rezagados en este progreso, principalmente los africanos. No es

casualidad que sea este continente la mayor preocupación y a donde se destinen

enormes recursos. Son principalmente esos países los que caen en lo que Jeffrey

Sachs denomino la “trampa de la pobreza”17. Esta trampa consiste en que las

personas sólo consumen para mantenerse vivas. La economía no crece. De esta

manera, los pobres se encuentran condenados sin poder salir de esta trampa y

por esta razón se vuelve vital que reciban ayuda y puedan salir de ella. Es la

misma preocupación que plantea Angus Deaton. El título de su libro, The Great

Escape, trata acerca de aquellos que pudieron escapar de la pobreza y aquellos

que no. De cierta manera, tanto Sachs como Deaton hablan de lo mismo, la

diferencia es que sus soluciones son muy distintas. ¿Puede la ayuda internacional


16
La desigualdad siempre existió. Pero su discusión y debate creció en la modernidad.
17
Jeffrey D. Sachs. Op. cit., pág. 246.
eliminar la “Trampa de la pobreza”? ¿Puede terminar de concretar “El gran

escape”?18

Como se ha demostrado, una menor porción de la torta no significa

necesariamente estar en una peor posición económica. En términos económicos,

una mayor desigualdad puede ser algo bueno si se crea riqueza. Sin embargo, al

seguir cuestionándose la desigualdad, a veces se suele atribuir esos reclamos a la

envidia. Lo que queda por analizar es el concepto de envidia debido a la

desigualdad y cómo es que esto pueda permutar a algo positivo.

La Envidia y la desigualdad

El hecho de que la desigualdad no sea un problema económico no quiere decir

que no pueda generar problemas en otros aspectos. En términos sociales, la

cuestión puede ser más “preocupante”19. Por ejemplo, supongamos una aldea

donde todos sus integrantesno poseen calzado y, por lo tanto, deben caminar

descalzos. Luego, imaginemos que hay un progreso económico y todos sus

integrantes consiguen un calzado. La única diferencia es que algunos

consiguieron calzados de mayor calidad y otros de menor calidad. Hasta aquí, se

pasa de una situación de “igualdad” (todos estaban descalzos) a una situación de

desigualdad (todos tienen calzados, pero de distinta calidad). No hay duda de que

todos han mejorado su situación a pesar de que se ha incrementado la

desigualdad. En otras palabras, es una desigualdad positiva porque ha generado


18
No es el objetivo del presente trabajo analizar la efectividad o no de la ayuda internacional en los países
pobres. Aquí, el foco del análisis la desigualdad en su rol económico y social.
19
Con las comillas queremos mostrar que, si bien la desigualdad puede traer aparejado ciertas discrepancias
sociales, pueden solucionarse.
progreso. Más aún, muchas veces la desigualdad es incluso hasta el motor que

empuja el crecimiento. No hay dudas, es mejor una desigualdad en la riqueza que

una igualdad en la pobreza. Sin embargo, en términos sociales la lógica operante

puede ser otra. Aquellos que han obtenido un calzado de menor calidad podrían

tener la sensación de sentirse excluidos en comparación con aquellos que

consiguieron un calzado de mejor calidad. Para expresarlo en otros términos,

aquellos que se sienten excluidos, podrían sentir envidia de aquellos que

consiguieron los calzados de calidad. Muchos liberales, argumentan

correctamente que la desigualdad no es algo malo ya que lo importante es la

creación de riqueza y la eliminación de la pobreza. Es totalmente cierto y no se

discute este punto. Sin embargo, argumentar que aquel que se preocupa por la

desigualdad, lo hace porque es un envidioso, es simplificar el debate

innecesariamente. Sobre todo, porque existen argumentos (y muy buenos) para

analizar el rol de la envidia y como puede transformarse en algo positivo. Es

sumamente importante desde la perspectiva liberal profundizar en esta cuestión,

sobre todo si se pretende además “limpiar la fama de insensibles” que poseen los

liberales.

En primer lugar, es importante intentar clarificar el concepto que analizaremos con

la mayor claridad posible. ¿Qué es la envidia? ¿Cuál es la diferencia con los

celos? Desde luego que la psicología dedica numerosas páginas a analizar estos

dos fenómenos por separado. Aquí trataremos de mostrar una diferencia simple,

para luego focalizarnos en el concepto de envidia que es el que nos interesa.

Gabriel Lombardi señala:


La envidia es de a dos y es mortífera, amo en ti algo más que a ti, tu belleza, tu

carisma, tu prestigio, tu posición social, tu dinero, algo que tú tienes y yo no, entonces

te arruino, aún si arruinándote me arruino a mí mismo. Los celos comprenden en

cambio una relación esencial con un tercero, y en eso revelan otra característica del
20
deseo humano. La envidia fragmenta, los celos separan.

Siguiendo al autor, daría la impresión de que los celos responden a algo más

pasional y relacionado a un individuo (tercero en cuestión) en particular, por eso

separan. En cambio, la envidia se plantea como una situación más estructural, por

eso fragmenta. En otras palabras, los celos corresponde analizarlos en aquellos

casos en donde el sujeto puede tener una legítima posesión. De esta manera, una

persona puede sentir celos de otra persona porque se siente privado de una

posesión debido a que se encuentra en manos de otra persona, pero existe la

posibilidad de arrebatárselo. La diferencia es que los celos se concentran en el

poseedor. En cambio, el sentimiento de envidia gira en torno a la posesión. Por

ejemplo, cuestionarse porque otra persona (supongamos mi vecino) tiene una

mejor casa que yo. Ese cuestionamiento, hace sentido con el aporte de Lombardi

de que la envidia fragmenta. No es casualidad, que en terreno político cuando se

discute de desigualdad se habla casualmente de la fragmentación o de las

brechas sociales.

Finalmente, en lo que respecta a comprender el concepto de envidia y volviendo a

citar a Lombardi, la famosa expresión de “mal de ojo” tiene sus orígenes en la

envidia. Tal como señala el autor:


20
Lucas Boxaca, Gabriel Lombardi, Colette Soler, Luciano Lutereau. Celos y Envidia. Dos pasiones del ser
hablante. Buenos Aires: Letra Viva, 2014, pág. 15.
Ese es el verdadero escarmiento para el envidioso, privarlo de su ojo, de su mal ojo,

con el que se satisfizo dañando: coser sus párpados con fil di ferro. Envidiar, invideo en

latín, como epiblepo en griego, quiere decir mirar con ojos dañinos, causar mal de ojo.
21
Una breve definición de Cicerón: Invideo es producir infortunio cono ojo maligno.

Es por estas razones que, a partir de ahora, se centrará el análisis en el concepto

de envidia en lugar de los celos. Ya aclarado la definición, es importante

comprender sus orígenes. ¿Desde cuándo el hombre convive con la envidia? En

las pequeñas aldeas y pueblos, ¿existía la envidia?

La envidia existió desde el principio de los tiempos y no es un problema moderno

que surge producto de la desigualdad. El mejor ejemplo para mostrar esto es

remontarse al Génesis de la biblia. Allí vemos como Caín mata a Abel producto de

la envidia22. Aquí surge otro concepto importante, y es que la envidia puede ser el

disparador del pecado. En este ejemplo, el de homicidio. Yahvé miró a Abel y su

ofrenda, pero no miró a Caín, y éste, por envidia termina cometiendo un crimen.

Indudablemente la envidia tendrá mala fama, pues el primer asesinato que se

relata se realiza por envidia. Por otro lado, Helmut Schoeck realiza un trabajo

formidable al analizar como la envidia se encontraba en las tribus antiguas. Incluso

hasta menciona cuáles fueron las tribus que se encontraban más corroídas por la

envidia (las de los dobu y los navajos)23. También el autor relata como la envidia

ha llegado a generar que personas crean que otros lograron mejor fortuna debido


21
Ibid., pág. 69.
22
Génesis 4-5.
23
Ver Helmut Schoeck. La Envidia y la Sociedad. Madrid: Unión Editorial, 1968, pág. 22.
a prácticas ilegales de hechicería24. Es decir, ya desde hace varios años la envidia

al éxito se encontraba presente entre las personas.

Ya asumido que la envidia viene desde el principio de la historia, conviene también

señalar que los primeros síntomas de envidia suelen darse en situaciones

familiares. El primer ejemplo mencionado ya muestra este punto, Caín y Abel eran

hermanos. Como señala el ya mencionado Shoeck, en algunas tribus, en la tribu

de los dobu un padre no puede dividir la herencia entre sus hijos25. Con lo cual, si

hay más de un hijo se incrementan las posibilidades de envidia entre ellos por la

herencia. Podría argumentarse, y algo de cierto hay, que cuanto más pequeña es

una aldea o una tribu es más fácil redistribuir los bienes generando un mayor

grado de igualdad. El premio nobel de economía, Friedrich Hayek menciona en “El

atavismo de la Justicia Social”26 que es cierto que en pequeñas aldeas con UN

número reducido de personas, la organización social es más sencilla. No obstante,

las complicaciones crecen en forma agigantadas a medida que la población es

mayor. Sin embargo, y aun asumiendo una supuesta distribución de bienes, no

implica que la envidia desaparezca. Es que la envidia no sólo tiene que ver con los

bienes físicos y materiales sino con las relaciones sociales o incluso la fama de

ciertas personas. Los datos relatados muestran, la presencia de la envidia desde

los tiempos más remotos. Desde luego, pensando en familias más modernas y de

la actualidad, es común ver peleas entre hermanos o hermanas por la atención de

sus padres, donde también la génesis se encuentra en la envidia.


24
Ibid., pág. 107.
25
Ibid., pág. 44.
26
Ver Friedrich Hayek, “El Atavismo de la Justicia Social”. Centro de Estudios Públicos N°36. 1989.
Queramos o no, la envidia es algo que siempre existió y por eso es importante

analizar como lidiar con ella. De nada suma desentenderse del debate cuando hay

tanto por abordar. Y el primer paso es aceptar que la envidia es algo

biológicamente natural en el ser humano. Así como los que estudian física deben

lidiar con la gravedad, desde lo social y lo económico es importante estudiar la

envidia. No se observa a los físicos quejarse por la ley de gravedad a la hora de

tener que lanzar un cohete. Por el contrario, aceptan su realidad y actúan en

consecuencia. Pues bien, la envidia existió, existe y probablemente existirá,

¿cómo lidiar con ella?

A la hora de analizar como lidiar con la envidia, resulta inevitable preguntarse en

primera instancia a quienes se envidia. Aunque no parezca tan intuitivo, la

bibliografía revela la envidia existe entre los círculos más cercanos. Es decir, no

suele ocurrir que una persona de clase media se encuentra envidiando la fortuna

de Warren Buffett y esté pensando qué acción llevar a cabo para que la situación

cambie. En cambio, sí una persona puede estar envidiando al vecino debido a que

tiene un mejor auto. Y en este caso, sí puede estar pensando una acción a llevar a

cabo producto de su envidia. Resaltan aquí dos cuestiones. La primera es que la

envidia ocurre dentro de los círculos más cercanos y segundo, que al tratarse de

alguien cercano, existe la posibilidad de actuar para hacer algo al respecto y ese

es el riesgo, realizar una mala acción. Más aún, puede haber una desigualdad

mayor con otra persona ajena al círculo íntimo de sus relaciones y no tener envidia

por la distancia en sus relaciones. Por el contrario, la desigualdad puede llegar a

ser mínima, pero si es (por ejemplo) de un colega de trabajo, puede despertar una
terrible envidia. En concreto, la envidia tiene que ver mucho más con la cercanía

social que con la magnitud de la desigualdad. Esto no quita que la desigualdad no

influya, pero el disparador es la cercanía de esa persona. Esto hace sentido al

punto ya mencionado de que el problema es más bien psicológico que económico.

La envidia no depende tanto del valor del objeto o situación envidiada, sino de

cuánto se relaciona en el círculo social del individuo. Es que al ser un objeto que

posee una persona dentro de su círculo naturalmente ocurre la pregunta “¿Por

qué el y no yo?”.

El riesgo existe, en el hecho de que la persona envidiosa puede tomar alguna

acción al respecto violentando derechos de un tercero producto de la envidia. Es

al cruzar esta línea; que la envidia, producto de una desigualdad, puede ser un

problema. Esto no quiere decir que la desigualdad entonces es algo malo. Todo lo

contrario, ya se ha demostrado (por lo menos en términos económicos) que puede

ser algo bueno. El punto clave es, no desentenderse del concepto de envidia ya

que el desafío consiste en evitar que se lleven a cabo acciones indebidas producto

de la envidia natural y biológica de las personas.

Si bien se encuentra planteado el tema de la envidia en términos individuales,

tiene su aplicación económica. Producto de la envidia debido a la desigualdad se

reclaman en discursos políticos mas “justicia social” o “redistribución de la

riqueza”. Desde luego que esto puede tener efectos económicos. Dado que el

político puede beneficiarse electoralmente escuchando los reclamos que surgen

producto de la envidia es que ocurren cosas como incremento de impuestos para

redistribuir la riqueza, retenciones, precios máximos, salarios mínimos y un largo


etcétera. Todas medidas que dañan la economía y el poder adquisitivo de las

personas. Irónicamente, termina dañando mayoritariamente a los más pobres. Sin

darse cuenta se transforman en destructores de una mayor producción de la que

todos se beneficiarían.

Lo trágico es que todo ocurre bajo el lema de “igualdad de oportunidades”. Se

menciona la palabra “trágico” porque es imposible lograr dicha igualdad. Debido a

que nuestras valoraciones son subjetivas, también nuestras capacidades son

diversas. En otras palabras, todas las personas poseen inteligencia en algún

campo, lo que hay que descubrir es cuál es ese campo. En cambio, la propuesta

del libre mercado es mucho más honesta ya que lo que propone es cantidad de

oportunidades, sólo es cuestión de aprovechar nuestras desigualdades. ¿En qué

deriva esta tragedia? En lugar de combatir la envidia y entender su

comportamiento, los intervencionistas proponen un mundo fantasioso de igualdad

de oportunidades que nunca podrán cumplir. Es mucho más honesto aceptar la

realidad y ver qué hacer al respecto. No se trata de igualdad de oportunidades,

sino de crear cantidad de oportunidades para las personas. La envidia es algo

natural e inevitable, pero no necesariamente tiene que llevar a las personas a

cometer una acción humana perjudicial. Pretender solucionar este problema

mediante la fantasía de la igualdad de oportunidades no es más que mentirnos a

nosotros mismos. Además, de que lleva a intervenciones estatales coercitivas que

perjudican a la economía. Helmut Schoeck resume a la perfección todo lo

argumentado de la siguiente manera:


La envidia es inevitable, implacable, irreconciliable, entra en conflicto con las más

minúsculas desigualdades, no depende de la magnitud de las diferencias, adquiere su

mayor virulencia contra los que están socialmente próximos o con las personas del

entorno inmediato, presta su dinamismo a las revoluciones sociales; pero no puede


27
fundamentar por sí misma ningún programa revolucionario.

Por último, queda el desafío de como combatir esta situación. Si la envidia es algo

natural, biológico que siempre existirá, ¿qué hacer al respecto? El desafío consiste

en transformar algo que puede ser negativo en algo positivo. En concreto, el

desafío es transformar envidia en emulación. En lugar de envidiar y maldecir al

vecino porque obtuvo una mejor casa y preguntarse “¿Por qué el y no yo?” en

tono de protesta, el individuo podría hacerse la misma pregunta, pero con un

espíritu totalmente distinto, “Si el pudo, yo probablemente también pueda, ¿por

qué el y no yo?”. Cuando la envidia pasa al campo de la admiración y además

aspiramos a emularlo, entonces puede volverse posible. Gabriel Lombardi realiza

una distinción muy clara entre envidia y emulación analizando la Retórica de

Aristóteles:

En ese marco recomienda distinguir tajantemente la envida de la emulación. La

emulación es un sentimiento honesto; por ella se buscan los bienes que uno desea,

mientras que la envidia consiste en concentrarse con impedir al prójimo disfrutar de


28
ellos.

En otras palabras, el desafío es no quedar paralizado por la envidia y activar la

emulación. Comenzar a actuar, porque si las instituciones y los mercados

funcionan, las probabilidades de progresar existen. Nótese además que, mientras



27
Ibid., pp, 315-316.
28
Lucas Boxaca, Gabriel Lombardi, Colette Soler, Luciano Lutereau. Op. cit., pág. 67.
la envidia es algo malo, si se transforma en emulación se convierte en algo

virtuoso. En síntesis, que domine la pasión por progresar en lugar de la pasión por

destruir la felicidad de terceros.

Es sumamente importante trabajar en este aspecto ya que, si la envidia es natural,

como también lo es la desigualdad, la solución no vendrá con desentenderse del

tema acusando de envidiosos a quienes se preocupan por la desigualdad.

Mientras no se trabaje en el concepto de emulación y del progreso individual, las

puertas estarán servidas para que domine la “culpabilidad social” y entonces se

avance con la idea de redistribuir la riqueza.

Recordemos que la envidia es mucho mayor en pares a pesar de que el otro

individuo haya avanzado tan sólo un poquito más, en comparación con una

desigualdad mucho mayor de otro individuo pero que no es de nuestro círculo

social. Tal como se mencionaba anteriormente, un individuo puede sentir menor

envidia por Warren Buffett a pesar de que la desigualdad es enorme, y

paralelamente sentir mayor envidia por un vecino, por más que la desigualdad sea

mucho menor. Este dato es importante recordarlo, porque si las mayores envidias

pueden darse en desigualdades menores, entonces se puede emular.

Casualmente este es el desafío que todos los individuos deben superar.

Nótese, que incluso la envidia puede ser un motor de progreso si se transforma en

emulación. Una persona que envidia al vecino porque tiene un mejor coche y logra

activar el concepto de emulación, comenzará a actuar. Incluso quizás, siguiendo el


concepto de alertness sugerido por Israel Kirzner29, encuentre la forma de poder

lograr un mayor nivel de ahorro o de ganar un mejor sueldo y terminar comprando

el nuevo coche generando un progreso de satisfacción individual. Recordemos

que tal como destacan varios autores de la Escuela Austríaca, el mercado se

encuentra en desequilibrio. Y es casualmente ese desequilibrio lo que hace que

haya oportunidades no explotadas de ganancia y, por ende, de progreso. Pues

bien, lograr la emulación puede ser el disparador de este progreso. Pero para que

esto ocurra con mayor frecuencia, es sumamente importante estudiar con mayor

profundidad el concepto de envidia y emulación. Mucho puede ganar el liberalismo

si logra dominar este debate.

Podemos decir, por tanto, en términos generales, respecto de la función de la envidia,

que no sólo hace posibles los controles sociales sobre los que se apoyan las

comunidades humanas, sino que, en virtud de la emigración que a veces provoca, se


30
alcanzan resultados de amplio alcance que impulsan la civilización.

Conclusión

Sin dejar de lado el combate contra la pobreza y con el objetivo de que debe

eliminarse totalmente, también se ha vuelto importante profundizar el debate

acerca de la desigualdad. Este concepto se encuentra muy mal visto por la

sociedad en general. Naturalmente, la palabra desigualdad suena mal desde su

concepción. Sin embargo, hemos visto que un mayor grado de desigualdad no


29
Para más información ver Israel M. Kirzner, Competition & Entrepreneurship. Chicago: The university of
Chicago Press, 1973. También puede consultarse a Alfredo Irigoin. “Desarrollo Económico y Función
Empresarial”. Libertas N°9, 1988.


30
Helmut Schoeck. Op. cit., pág. 328.
implica necesariamente que hay un incremento en la pobreza. Que llevarse una

menor porción de una torta más grande es preferible que obtener porciones

igualitarias de una torta más pequeña. Que el punto relevante es analizar, si dicha

torta crece. También hemos visto, a través de los datos que revela la plataforma

Gapminder que la riqueza crece. En otras palabras, puede crearse riqueza y esto

abre las puertas a pensar más en procesos de creación de riqueza que de

distribución de riqueza. En otras palabras, que la riqueza pueda crearse (que la

torta crezca) es el mecanismo que genera movilidad social ascendente. Este es el

punto más importante para combatir la pobreza, una movilidad social ascendente

implica, necesariamente que se está en una mejor condición.

A través de la plataforma Gapminder se visualizó que todos los países mejoraron

con respecto a sus posiciones iniciales. Es decir, quedó demostrado rotundamente

que la economía no es un juego de suma cero. Sin embargo, a pesar de que

exista un progreso económico se pueden generar problemas sociales, ya que no

todos mejorar sus condiciones de manera similar. Ante esta situación, lo primero

que hay que recordar es que el supuesto incremento de la desigualdad es

producto de una fenomenal reducción de la pobreza, por eso algunos progresan

más que otros. Luego, poner en tela de juicio si es cierto que se incrementó la

desigualdad. Medida en ingresos o salarios se puede sacar una conclusión de que

la desigualdad se incrementó. Sin embargo, lo relevante es analizar la satisfacción

de los bienes y servicios consumidos que es donde realmente se encuentra la

riqueza. En términos de necesidades satisfechas, la historia pareciera ser otra.

Más aún, analizando por necesidades satisfechas la desigualdad era mucho más
antes que en estos días. ¿Por qué? Porque la diferencia era que un 10% tenía

acceso al agua potable mientras que un 90% no lo tenía. Hoy las cifras son de

65%-70% a 20-25%, casi se han invertido.

Finalmente, se comentó que es “poco feliz” desentenderse del debate de la

desigualdad acusando de envidiosos a quienes plantean el problema. No sólo es

“poco feliz”, sino que además es necesario analizar y entender la envidia, ya que

es algo natural y biológico en el ser humano. Es una variable que “viene en el

paquete”. No obstante, se ha observado que la envidia puede transformarse en

emulación y que si esto es acompañado por buena calidad institucional y

economías de mercado estables, las posibilidades de emular existen y son

logrables. Si se logra esta situación, entonces la envidia pasa a transformarse en

el primer disparador del progreso individual, porque activa el carácter de

emulación.

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