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Cuando jamás te has preguntado por el tamaño de las empresas y el cómo han
llegado a tener dicho tamaño. O has pensado que los precios de los artículos que
compramos lo marcan los establecimientos donde los adquieres. Y un buen día decides
sumergirte en el mundo económico en la universidad, te sorprende la cantidad de teorías
que existen sobre este tema.
Poco a poco te vas empapando de información que te da a conocer el engranaje del
sistema económico. Te enseñan que los ³empresarios´ tienen como objetivo la
maximización de los beneficios -cosa que ya intuías- que no son éstos, los empresarios,
los que fijan los precios, que son los consumidores y sus preferencias los que al acudir al
mercado regulan los precios y por ende la producción ya que la empresa se verá obligada
a ajustarla a la demanda. Que el sistema económico tiene forma circular donde la
empresa necesita el ahorro de sus trabajadores para producir y a la vez pagarles. Y
éstos con lo que les pagan las empresas por su trabajo, consumen la producción que ellos
mismos han elaborado y generan el ahorro que sus empresas necesitan para seguir
produciendo y pagarles a ellos mismos. Y un buen día llega a tus manos el libro ³El nuevo
estado industrial´ de John Kenneth Galbraith y tu campo de mira se abre.
Desde el comienzo, desde el primer capitulo te ves inmerso en una espiral que
parece no tener fin, donde el hilo conductor es la planificación de la tecnoestructura. Una
vez terminado el libro y llegada la hora de una valoración es inevitable la comparación,
buscamos la aplicación de lo leído a la realidad actual.
grandes rasgos coincido con Galbraith , los adelantos tecnológicos han propiciado
grandes cambios no solo en la industria. Han transformado significativamente todos los
sectores productivos, a la par que ha propiciado un proceso de socialización en los
consumidores.
El nivel de capital necesario en un proceso productivo actual, requiere de una
planificación más precisa para eliminar la incertidumbre, sin embargo disiento con
Galbraith en que esta planificación no conlleve la intención de maximizar los beneficios por
parte de las empresas, todo lo contrario, la colusión lo que intenta es apropiarse del
excedente del consumidor y a pesar de que estos acuerdos tienen unos costes de
oportunidad por eliminar dicha incertidumbre del mercado, los beneficios serán superiores
a los obtenidos en competencia perfecta.
Es cierto que la demanda en situaciones de estabilidad económica es influenciada y
sufre un cierto control por parte de la industria de la publicidad y el marketing y a la
postre por las empresas, al fin y al cabo son estas últimas las que recurren a esta
industria para incrementar sus ventas. Sin embargo, coincido con dam Smith y su
metáfora de la mano invisible, que salvando las diferencias sociales existentes entre los
periodos comparados, nos decía que ésta regula las conformaciones sociales y compensa
los excesos por sí sola; es una especie de orden natural. Es decir, por mucho que se
hayan esforzado las empresas, como mantiene Galbraith, por controlar la demanda, al
final, la ³mano invisible´ le devuelve al consumidor su estatus social dentro del mercado,
eliminando los excesos no sólo de producción, que también, sino los cometidos por la
tecnoestructura actual.
Lo que si es de destacar en este libro es lo palpable que resulta el espíritu del
sistema económico actual, cuyo rasgo más destacado es el de la propensión al consumo
determinada por la renta. título personal y teniendo en cuenta mi limitación en temas
económicos, no se hasta que punto el origen de los cambios sociales que se han ido
produciendo a lo largo del tiempo hasta co nformar la imagen socioeconómica actual, son
consecuencia de la evolución y desarrollo de la estrategia planificadora abogada por
Galbraith. O es más un proceso espontáneo del sector económico que se ha ido adaptando
a las exigencias sociales. En cualquier caso, Galbraith predijo en el último capitulo de su
libro y en forma de hipótesis lo que ocurriría de seguir creyendo en el sistema
planificador:´ Nuestro deseos y nuestras necesidades se manipularán de acuerdo con las
necesidades del sistema planificador; la política del estado estará sometida a la misma
influencia; la educación se adaptará a las necesidades industriales; las disciplinas
requeridas por el sistema planificador se convertirán en la moralidad convencional de la
comunidad«´. ¿Me equivoco si afirmo la similitud de las predicciones de Galbraith con el
panorama actual? Personalmente creo que no.