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LA VIOLENCIA SOCIAL
"Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente está en peligro de
menospreciar también la vida humana", Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz 1952.
El maltrato animal es, a la vez, un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una
consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como
individuos y como sociedad.
La violencia es “un acto intencional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar,
agredir o lastimar a otros. Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, es decir, las que
tienen el poder en una relación, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o contra sí mismo”.
La violencia inhibe el desarrollo de las personas y puede causar daños irreversibles, adopta diferentes formas
de expresión que pueden variar desde una ofensa verbal hasta el homicidio.
En las familias en las que hay violencia, ésta es más frecuentemente dirigida hacia los más débiles, lo que
incluye ancianos, mujeres, niños y animales de compañía. El maltrato hacia los animales es tolerado por
aquellos que lo observan; se minimizan sus causas y sus efectos, y los padres, maestros y comunidades que
no dan importancia al abuso animal en realidad incuban una bomba de tiempo.
Debe hacerse énfasis en que la detección, prevención y tratamiento de la violencia hacia los animales es un
acto de humanidad en sí mismo. Los animales son criaturas que se encuentran, en relación al ser humano, en
un nivel de inferioridad dentro de la escala evolutiva; esto nos hace responsables de su bienestar, ya que
tener supremacía lleva consigo una obligación, una responsabilidad, que es la de cumplir como guardián de
las especies inferiores en términos intelectuales. Si realmente queremos combatir la violencia, una parte de
nuestra lucha consiste también en erradicar el maltrato a otros seres vivos.
El segundo punto que quiero destacar es el que esta violencia hacia los animales nos puede servir como
detector y señal de alerta hacia la violencia intrafamiliar, ya que la crueldad hacia los animales y la violencia
humana tienen una relación directa. Debemos saber que los niños que maltratan a sus animales de compañía
pueden ser testigos de actos crueles contra seres humanos o ellos mismos ser víctimas de abuso por alguien
mayor y con más poder.
Estos niños, a la vez abusados y abusadores, están aprendiendo e internalizando la violencia que ellos
mismos perpetuarán al ser mayores y al tener sus propias familias. Este maltrato puede ser el único signo
visible de una familia en la que existe el abuso, y esto puede ayudar a descubrir al responsable de la violencia
en esa familia.
Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia otros seres vivos y tiene mayor riesgo de
generar violencia hacia otras personas. La Asociación Siquiátrica Americana lo considera como uno de los
diagnósticos para determinar desórdenes de conducta. Si un niño nos habla sobre el maltrato a su animal de
compañía, podría estar hablándonos también de su propio sufrimiento.
Amenazar con lastimar al animal de compañía puede ser una forma de violencia sicológica que se utiliza
contra el niño para que se “porte bien” o como una forma de mantener en secreto algún tipo de abuso al que
éste está siendo sometido. Según los especialistas, protagonizar u observar actos de crueldad pude llegar a
ser tan traumático como ser víctima de abuso físico y, por lo tanto, es altamente probable que el niño presente
un alto riesgo de convertirse en padre abusivo, quien a su vez puede producir otra generación de niños
violentos.
Algunas de las características que pueden presentar los niños y jóvenes que abusan de los animales son:
sentirse indefensos y bajo el control de otros; usan a los animales como víctimas para demostrar su autoridad
y poder; emplean a los animales como chivos expiatorios por el enojo que sienten hacia otras figuras de
autoridad que los maltratan; ; son discriminados de algún modo; reciben castigos severos; tienen baja
autoestima; sienten gran recelo contra la sociedad; tienen bajas calificaciones y están aislados socialmente.
Algunas características del contexto familiar de quienes abusan o maltratan animales son: adultos que fueron
abusados sexualmente en la infancia; adolescentes que presentan una relación con sus padres, familia y
compañeros más negativa que los no maltratadotes (Millar y Knutson, 1997). El abuso hacia los animales es
más frecuente en hogares en los que existen otras formas de violencia, el alcohol o abuso de drogas.
La educación que se les da a los niños les ayuda a establecer sus valores y patrones de comportamiento.
Ellos adquieren sus principios morales y éticos imitando a los modelos que tienen a su alrededor.
La autora Nelly Glatt F. es psicoterapeuta. Publicado originalmente en dossier sobre maltrato animal de "El
Universal" (México).
Ver también otros dos artículos del dossier publicado por "El Universal":
"Violencia a nombre del arte" de Gustavo Larios, abogado y fundador de la ONG "México
Antitaurino".
"Evolución moral pendiente" de Alejandro Herrera Ibáñez, Doctor en Filosofía.
Cámara de gas
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Uso en el Holocausto[editar]
Las cámaras de gas eran recintos subterráneos o barracones generalmente disfrazados o
simulados como duchas colectivas. Estaban completamente aisladas y contaban con un
sistema que introducía monóxido de carbono, pero luego se usó el Zyklon B. La capacidad
variaba en estas instalaciones, pero cabían de 1000 a 2500 reclusos.
La decisión de construir las cámaras de gas la habría tomado un comité no muy numeroso ni
de muy alto nivel de elementos del partido nazi hacia mayo de 1941, como abordaje de lo que
denominaban "el problema judío", las primeras víctimas habrían entrado en las cámaras de
gas en la última semana de junio de 1942, en alguna ocasión usaron autobuses que recorrían
pequeños trayectos, autobuses cuyos gases de escape hacían llegar donde estaban los
pasajeros, que morían por inhalación del monóxido de carbono procedente del motor, las
ventanas del autobús estaban pintadas con imágenes de personas, y no dejaban ver el
interior.[cita requerida]
Desde el exterior -del techo, específicamente, a través de elementos similares a las
alcachofas de las duchas- introducían cianhídrico o monóxido de carbono; también hubo un
producto, el Zyklon B, un compuesto químico que se colocaba en contenedores en el suelo de
los recintos, y que al añadir otra sustancia liberaba grandes cantidades de ácido cianhídrico
(HCN), un gas más pesado que el aire.[cita requerida]
El procedimiento podía eliminar en un día de 5000 a 10 000 reclusos. La frecuencia de uso
dependía del abasto que diera el crematorio o serie de hornos de tipo fundición
aledaños.[cita requerida]
La muerte total de la multitud expuesta sobrevenía antes de 25 minutos. Como el gas actúa
inhibiendo el ciclo metabólico celular respiratorio, las víctimas perecían por asfixia mientras
sufrían espasmos y convulsiones.
Una vez muertos, la cámara era ventilada y los Sonderkommando (prisioneros empleados
como mano de obra en trabajos forzados) entraban y lavaban los cuerpos con mangueras
para retirar la sangre, orina y heces, y así facilitar la búsqueda de objetos valiosos en orificios
corporales, antes de proceder a cremarlos.[cita requerida]
Las paredes estaban aisladas acústicamente y el operador miraba el desarrollo del proceso
por una mirilla de vidrio muy grueso.
Estados de EE.UU. que usan la cámara de gas Sólo método secundario Alguna vez usada, pero ya
no Nunca fue usada.
Las cámaras de gas se han usado para aplicar la pena capital en Estados Unidos,
especialmente convictos de asesinato, desde la década de 1920.
Cinco Estados (Wyoming, California, Maryland, Misuri, Arizona) mantienen técnicamente este
método, pero todos alientan la inyección letal como alternativa.
Véase también[editar]
Intoxicación cianhídrica.
Intoxicación por monóxido de carbono.
Categorías:
Métodos de ejecución
Holocausto
Toxicología
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Dichos y Refranes
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El pregonero tuvo su auge al final del siglo XIX en América Latina, iniciándose
como voceros en la calle para vender frutas, alimentos y cualquier variedad de
productos. Manifestando que dadas las temperaturas frescas del trópico, era más
viable comercializar al aire libre.
La factibilidad de este tipo de ventas callejeras era tanta, que el pregonero incluyó
la música con los versos en sus ofertas para aumentar su público. Luego de un
tiempo fueron alejándose casi por completo de las calles, y a su vez de las ventas.
La creación de urbanismos e infraestructuras especializadas en compra y venta,
fueron dejando atrás las rimas de los pregones, suplantándolos por las tiendas
formales en las que no queda lugar para la algarabía.
Ejemplos de pregones