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El animal profundo: perfil psicológico del

hombre

Leopoldo Chiappo
Universidad Peruana Cayetano Heredia
Lima, Perú

Se trata de trazar un perfil psicológico del hombre. Es decir, encontrar un


denominador común que permita definir psicológicamente a la especie humana.
Sin embargo, se tropieza con la variedad inconmensurable de maneras de
comportarse y modo de ser de los individuos y grupos humanos. Precisamente lo
que caracteriza al hombre como especie y lo hace diferente de las demás especies
animales es la enorme variedad diferencial entre los individuos y grupos que
forman la especie humana, en contraste con la uniformidad de comportamientos
entre los individuos de las otras especies animales. Sin embargo, además de la
heterogeneidad individual encontramos en la ‘profundidad’la característica
universal que, en grado mayor o menor, caracteriza al hombre.
animal profundo / antropología psicológica / motivación humana

The profound animal: psychological profile of man


The article attempts to outline a psychological profile of mankind. That is, to find
a common denominator that will permit to psychologically define the human
species. In this defining process, however, one encounters immeasurable varieties
of forms of behaviors and ways of being among individuals and groups. Precisely
what characterizes man as a species and makes him different from the rest of
animal species, is the enormous differential varieties among individuals and
groups that constitute the human species. This is in contrast with the uniformity in
behavior among the individuals of other animal species. However, besides this
individual heterogeneity, we find in “profoundness” the universal characteristic
that, in different degrees, distinguishes men.
profound animal / psychological anthropology / human motivation

Dirección del autor: Universidad Peruana Cayetano Heredia. Centro Cultural Honorio Delgado.
Av. Armendáriz 445, Lima 18, Perú.

Persona 2, 1999, 33-78


Chiappo

¿Qué dice la psicología sobre el hom- posibilidad de diseñar un perfil psicoló-


bre? ¿Qué podemos aprehender sobre gico único y completo. O, quizá, varie-
el hombre en cuanto tal desde un punto dad y misterio sean los rasgos.
de vista psicológico? ¿Es que tal Y por otro lado, qué dice la psicolo-
aproximación con la psicología usual gía sobre el hombre. ¿Cuál psicología,
es posible? Es claro que el tema se abre cuál corriente, cuál doctrina, cuál es-
en múltiples direcciones y que las pre- cuela? ¿Será la psicología experimen-
guntas formuladas suscitan diversas y tal, el psicoanálisis, la reflexología, el
controvertibles respuestas. conductismo, la posición cognitivista,
Por un lado, tenemos la variedad casi la corriente humanística y existencial?
infinita de seres humanos. Bien lo de- Más aún ¿será la psicología como dis-
cía el sagaz y sabio jesuita español del ciplina abierta o, si se quiere, la restrin-
siglo XVII Baltasar Gracián, hombre gida al método científico, sensu stric-
reflexivo y conocedor de los hombres. tu? ¿Acaso no nos podrá decir algo más
“Visto un león, están vistos todos y vis- y más profundo sobre la psicología
ta una oveja, todas; pero visto un hom- humana precisamente el saber psicoló-
bre, no está visto sino uno y aún ese no gico no científico pero sumamente sus-
bien conocido”. Frente, pues, a la casi tancial, rico y jugoso acumulado gra-
total homogeneidad de los individuos cias a la experiencia, la observación y
de cada especie animal nos encontra- la creación de los artistas, de los nove-
mos que precisamente la especie hu- listas y poetas, de los dramaturgos, de
mana se caracteriza por la variedad de los pensadores, de los biógrafos e his-
los que la integran, sus contrastes y las toriadores? ¿Puede acaso desecharse el
diferencias cualitativas, su escala de di- saber psicológico logrado en la medi-
ferentes niveles, la asombrosa hetero- tación profunda y en la vida concentra-
geneidad del animal humano. da de los místicos o, también, en la ex-
Trazar un perfil psicológico del hom- periencia y sagacidad de los hombres
bre... sí, pero ¿cuál de los perfiles? Y de mundo, avezados en la lucha de la
aun así, supuesto un perfil típico, to- vida y en el desencanto de la realidad
mándolo del común de los hombres, o humana?
si se quiere, un perfil arquetípico, es de- Como puede verse, por esta introduc-
cir tomándolo de las personas cumbres, ción, el tema es en sí difícil y la meto-
tropezamos con lo arcano del hombre, dología para abordarlo complicada y
pues no llegamos a penetrar el fondo de enorme. Es esto bastante para que man-
los demás y hasta somos desconocidos tengamos constantemente en la con-
para nosotros mismos. Variedad y mis- ciencia la intrínseca riqueza psíquica
terio del animal humano. Parece que es- del hombre, lo fragmentario de su cono-
tas dos características nos sustraen la cimiento y la multiplicidad de las apro-

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El animal profundo: perfil psicológico del hombre

ximaciones psicológicas posibles. De humanos, activos y luchadores, saben y


tal manera tenemos que darnos clara y se esmeran en procurarse el alimento
profundamente cuenta de la compleji- en la lucha con otros animales no hu-
dad del psiquismo humano para que manos y seres diversos, en la caza, en
evitemos la caída en el dogmatismo de la pesca, en la agricultura, en el comer-
las escuelas que pretenden mostrar en cio, en la industria. Hoy, hace dos mil
su esquematismo un perfil psicológico quinientos años, está de visita el hijo de
único. Es lo que pasa con los esquemas un domador y mercader de elefantes,
que presentan los fanáticos secuaces de un joven atento, reverente y respetuo-
escuela, trátese de psicoanalistas, refle- so, observador y cazurro, deseoso de
xólogos o conductistas. En todo caso, aprender. Viene del “mundanal ruido”
los métodos científicos rigurosos son a la quietud del bosque, viene a contar-
insuficientes y se requiere aprovechar le su experiencia de la vida al “conduc-
el saber de la vida psíquica accesible a tor del animal humano”, a Gautama, el
los instrumentos hermenéuticos de las despierto (Buddho), silencioso y suave,
disciplinas culturales. de rostro afable y despejado, y de la-
bios benévolos y los ojos risueños, la
UN ENCUENTRO HUMANO EN LA mirada brillante y límpida que traspasa
SOLEDAD DEL BOSQUE sin herir, una mirada que penetra y aca-
ricia, una mente que comprende y que
Vamos a asistir a un diálogo entre dos
corresponde a un animal humano con
animales humanos. Ocurrió hace dos
las manos bellas, largas y tranquilas,
mil quinientos años. La conversación
los pies finos y delicados. Y Pesso, el
se desarrolló en una lengua hoy muerta
joven hijo del elefantero, cuenta, afa-
para la sociedad, viva para los estudio-
noso, cómo así hay hombres torturado-
sos, el pali. Ocurrió en el bosque a ori-
res de sí mismos y torturadores de los
llas del lago Gaggara, al norte de la In-
demás, cómo los hombres de una ma-
dia. Hemos de imaginarnos un lugar
nera obran, de otra manera piensan y
apacible, rodeado de altas montañas.
de otra manera hablan, cómo los hom-
En el lugar hay una “comitiva gran-
bres son así secretos, encubiertos, sola-
de” de animales humanos que escu-
pados; cómo así son hipócritas que sa-
chan atentos y que, en silencio, se han
ben decir lo que halaga y ocultar lo que
congregado en torno a uno de ellos que
no les conviene y que lo que han oído
llaman “conductor del animal huma-
aquí lo repiten allá, y lo que han oído
no”. Son los “bikkus”, monjes mendi-
allá lo repiten aquí; cómo disimulan lo
cantes budistas. Estos animales huma-
que piensan y fingen lo que no piensan,
nos comen de lo que les regalan otros
y cuán diferente lo que sucede con el
animales humanos. Son pacíficos y elefante, que siendo un animal mañoso,
contemplativos. Los otros animales sin embargo, cada vez que va y viene

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en la ciudad se hacen ostensibles a Y es precisamente aquí que encontra-


todos sus malicias, sus humores y sus mos un primer elemento para trazar un
caprichos. Y Pesso, el hijo del elefan- perfil psicológico del hombre: su pro-
tero, culmina esta lamentable noticia fundidad. El hombre, súbitamente, se
sobre los hombres, que le ha dicho con convierte, a nuestra mirada, en un ani-
noticioso aunque con afán angustioso, mal interesante, tiene espesor psíquico
a Gautama, que ha escuchado sereno, interno, tiene superficie y fondo. El
inmóvil: “Porque impenetrable como hombre es un animal de trasfondos. El
la jungla, oh Señor, es el hombre, y hombre puede ser un animal hipócrita
abierto como la llanura, oh Señor, es el porque es un animal profundo.
animal”. A lo que Gautama asiente: Explorar aquello en lo que consiste
“Así es, Pesso, así es: impenetrable co- esta profundidad es lo que nos indica el
mo la jungla, Pesso, es el hombre y camino que debemos seguir para llegar
abierto como la llanura es el animal”. al hombre desde un punto de vista psi-
Relato libre que hago de un pasaje del cológico fundamental. Se trata de utili-
Discurso Li de la Colección Mediana zar el método para trazar un perfil psi-
del Hinayana publicada en “I Discorsi cológico del hombre con el fin de supe-
di Gotamo Buddho del Majjhima Nika- rar las dificultades señaladas al inicio.
yo” (I discorsi, 1925). Del texto toma- La hondura del animal humano, su es-
mos las palabras de Pesso que repite pesor psíquico, la dualidad de superfi-
Gautama. cie y fondo constituyen la característi-
ca psicológica del hombre de carácter
EL ANIMAL HUMANO: SU esencial y universal, aunque se da en
PROFUNDIDAD grados diversos en los psiquismos con-
cretos de los individuos de la especie.
Nos preguntamos: ¿Cómo así esta in-
En verdad, en algunos la hondura es
trincada conducta humana, esta impe-
abismal e interesante, en otros lo es
netrabilidad selvosa de la psicología
menos. Este es un primer hallazgo.
del hombre? ¿Cómo así es que el ani-
Veamos con progresivas determinacio-
mal más astuto y mañoso, se diría el
nes su alcance tanto para el conoci-
animal más ladino resulta ostensible,
miento del hombre como para un avan-
“abierto como la llanura”, a diferencia
ce cualitativo en la disciplina.
del hombre “impenetrable como la jun-
gla”? ¿Cómo así se da el hombre, entre
LA INTERMEDIACIÓN INTERNA:
todos los animales, el animal hipócrita,
PERSONA Y NÓESIS
es decir, el animal que oculta su verda-
dero juicio tras otro aparente que es el Entre el estímulo y la reacción, entre
que muestra disimulando el verdadero el impacto que viene del exterior a he-
y simulando otro que enseña, el falso? rir estimulantemente el organismo ani-

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El animal profundo: perfil psicológico del hombre

mal vivo y provoca el disparo de sus tienen parangón con los animales hu-
dispositivos neuromusculares, el ani- manos. De tenerlo serían animales hu-
mal humano intercala lo que llamamos manoides o, más bien, primates franca-
la disposición funcional noético-confi- mente humanos. Y en esto consiste la
gurativa, lo cual le permite construir un profundidad humana en lo que concier-
mundo de objetos integrales llenos de ne a lo que en sentido amplio puede lla-
sentido (y no un paquete de estímulos), marse circuito recepción-acción, que
un círculo humano de personas entre vincula el organismo animal a su me-
las cuales interactúa (y no meros im- dio externo, en el continuum del cuer-
pactos encadenados a reacciones) e, in- po vivo en el mundo. El cuerpo del
cluso, un mundo de símbolos, es decir, hombre, pues, es una caja de resonan-
la cultura. Precisamente, la cultura de- cia exquisita y amplia de lo que acon-
be entenderse de dos maneras: a) como tece en el mundo, algo así como “el es-
un sistema de intermediación entre pejo viviente del universo”, para em-
organismos humanos subsumidos en la plear la bella aunque un poco exagera-
instancia superior de personas y a da expresión de Leibniz. Digo exagera-
través de símbolos; y b) como un sis- da con relación al hecho más frecuente
tema de símbolos que contienen en que consiste en que los hombres suelen
forma elaborada connotaciones signi- vivir en estrechos círculos de vida limi-
ficativas e ideales de la experiencia tados a sus afanes, temores, ambicio-
humana y del conocimiento del mundo nes y pasiones egocéntricas, los cuales
natural y humano, como el lenguaje, la recortan el horizonte amplio universal,
religión, la ciencia, el arte, en suma el en la medida de sus alcances mentales
universo de las formas simbólicas (en e intereses subjetivos. Son pocos los
el sentido de Ernst Cassirer). La pa- hombres que alcanzan objetivamente a
labra es el sistema paradigmático de acercarse al inmenso universo y con
símbolos a través de la cual los hom- ello a ser verdaderos “espejos vivientes
bres se hacen confidencias que la natu- del universo” en la maravillosa expre-
raleza no entiende, confidencias filosó- sión del gran filósofo y matemático
ficas, religiosas, artísticas, científicas, alemán.
políticas, económicas, jurídicas. Es un En el circuito recepción-acción del
mundo interior que abre en el animal animal humano por ser sujeto la perso-
humano una profundidad inaccesible al na y no el mero organismo psicofisio-
animal no humano. Y el sistema de lógico, por intercalarse el sistema noé-
intermediación intersubjetiva que es la tico-configuracional de símbolos, len-
cultura constituye la morada del hom- guaje, instituciones, etc., por abrirse la
bre a la cual los organismos psicofísi- posibilidad personal de la libertad co-
cos por más evolucionados que sean no mo proyecto existencial y libre albe-

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drío, no se puede hablar ya de estímu- elicitada. El hombre es persona que


lo-reacción, como quiere el mecanicis- como jinete se monta sobre el organis-
mo behaviorista, sino de situación-res- mo psicofísico y lo conduce según su
puesta. El hombre se enfrenta a situa- capacidad de elaborar un proyecto in-
ciones en las cuales se le presenta una trínseco existencial de vida que llamo
gama de posibilidades en la cual tiene libertad; y que según su capacidad de
que elegir una respuesta y de acuerdo o decisión dirige sus acciones, no sólo
traicionando un proyecto existencial las de efecto inmediato sino las de lar-
(Laín Entralgo, 1958; Zubiri, 1948). Es go alcance, imaginando diversas alter-
que el hombre no se encuentra de ma- nativas. Se trata de un espesor psíquico
nera exclusiva con estímulos puntifor- que distancia al hombre de la chatura
mes, complejos de configuraciones concreta e inmediatista del animal.
meramente figurales sino con totalida- Gracias a la encefalización progresiva
des llenas de sentido gracias al acto de en el phylum de los chordata y que en
pensamiento que denomino disposi- la rama de los primates está culmi-
ción noético-perceptiva y que tiene la nando en el hombre, la persona dispo-
función de construir la estructura signi- ne de un organismo rico y plástico que
ficativa del objeto dado así en el per- le permite lo que llamamos espesor psí-
cepto (Chiappo, 1955, 1957, 1958). Es quico y profundidad. En este proceso
así como en el hombre se le ofrece un de interiorización del psiquismo huma-
mundo de símbolos. En cambio, en el no, su enriquecimiento se acentúa
animal los datos sensoriales se estruc- enormemente en relación con los de-
turan como “señales” y en relación con más primates y mamíferos, distancián-
meras apetencias y temores de carácter dose larguísimamente de las aves, rep-
instintivo-afectivo que así lo incenti- tiles y peces, en la evolución del cere-
van (Cassirer, 1956). bro del homínido y de las otras espe-
Es necesario introducir en la psicolo- cies de hombres; es un hecho muy re-
gía el nivel de experiencia psíquica y ciente y rápido ocurrido en los tres úl-
de conducta que podría llamarse nivel timos millones de años y en el caso del
personal de la realidad psíquica inte- homo sapiens-sapiens en los últimos
gral de la existencia humana en cuanto sesenta mil años. Lo que hay es un in-
tal. El error ha sido y sigue siendo con- cremento del índice cefálico y en el
siderar el organismo psicofísico des- sentido de la telencefalización de las
personalizado como un aparato orgáni- estructuras y funciones del maravilloso
co funcional que es asiento de disposi- cerebro, el trozo de materia más com-
tivos preparados genéticamente o ins- plejo que conocemos.
talados por aprendizaje y listos para dar Es necesario insistir en que la com-
una reacción unívoca mecánicamente plejidad de interacciones de los orga-

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nismos psicofísicos obliga a reconocer condición de irrepetible, único, del in-


un nivel personal del psiquismo huma- dividuo y del psiquismo humano. Es
no. En efecto, el organismo psicofísico por ser persona que el hombre tiene
se tiene, la persona se es. En verdad, la una dimensión de profundidad. No así
persona es el sujeto agente de las accio- el animal que es puro organismo psi-
nes, de las percepciones, de las expe- cofísico.
riencias, conductas y comportamientos
del individuo. Y tal sujeto agente, la EL CRÁNEO HUMANO Y LOS POETAS
persona, es única, intransferible, irre- El índice encefálico es la relación en-
petible. El organismo psicofísico puede tre peso-superficie del cuerpo y el pe-
ser clonable; la persona no es clonable. so-superficie del encéfalo. El enorme
Ricardo de San Víctor, pensador y teó- aumento relativo del tamaño del cere-
logo medieval del siglo XII definió la bro con relación al tamaño del cuerpo
persona como “incommunicabilis exis- distancia a los mamíferos de los repti-
tentia” (véase Ricardus a Sancto Vic- les y peces, a los primates respecto de
tore, De Trin. Capítulo 21, citado por el los otros mamíferos, y, espectacular-
Aquinatense en Suma Teológica I, q. mente, a la línea de los homínidos y la
24, art. 4, Tomás de Aquino, circa línea más cercana de los neoanthropus
1270). Es decir, la persona no puede hasta llegar al actual homo sapiens-sa-
darse en pluralidad de sujetos, no pue- piens, respecto de las otras especies de
de ser poseída en común por diversos hombres como el homo erectus, el ar-
sustratos, como sí es el caso de las pro- canthropus, el paleoanthropus, los ho-
piedades específicas y las accidentales mínidos y los otros primates, los póngi-
(ser tal árbol, el color verde, ser hom- dos, los actuales grandes simios, ramas
bre, pero no ser este hombre que es la colaterales del homo y del homínido y
persona. Duns Scotus acertó cuando hasta de los australopitecos, primates
estableció como principio de indivi- pero no simios. Este incremento ocurre
duación no la materia (“materia signata en el sentido de la telencefalización por
quantitate” de Tomás de Aquino), sino la cual las formaciones suprasegmenta-
la estidad del individuo en la especie; rias, es decir el cerebro, el neocortex,
técnicamente lo llamó “haecceitas” crecen y se complican en desmedro re-
abstracto de “haec”, este determinado gresivo de las formaciones antiguas in-
individuo de la especie. Pero la “hae- frasegmentarias (el archipallium). “Es-
cceitas” de Duns Scotus no es la “per- te proceso de cerebración progresiva
sona” de Ricardo, concepto solamente adquiere en el neopallium su maximum
aplicable a la naturaleza divina (“per- evolutivo, la dirección de esta evolu-
sona est divina naturae incommunica- ción se realiza, según von Monakow y
bilis existentia”) y por analogía a la Mourgue, en el sentido del lóbulo fron-

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tal” (de Ajuriaguerra & Hécaen, 1957). asombrado: “¡Calavera vacía! ¡Y pen-
Y este aumento relativo del cerebro sar que todo era dentro de ti, cala-
respecto del cuerpo del animal nos lle- vera!”. Él ha hecho ver la esencia de la
va a considerar lo que puede llamarse realidad psíquica, que envuelve la ex-
una mayor ‘neuronización’de los órga- periencia vivida, los pensamientos,
nos corporales, los cuales, entonces, imágenes, sentimientos, anhelos, pesa-
cuentan con una mayor irradiación de res, alegrías y tristezas que resumidos
terminaciones nerviosas por centímetro en ese “todo era dentro de ti” han ocu-
cúbico de tejido orgánico, especial- rrido dentro de la caja que hoy es sólo
mente en ciertas partes como los la- una caja vacía, una calavera. Y es que
bios, los órganos vocales y las manos. el acontecer de la vida psíquica, el
Esto a mi juicio constituye la base or- acontecer de la consciencia ocurre den-
gánico-neural de la mayor y fina sensi- tro de una caja mineral de mil quinien-
bilidad del ser humano, así como la tos centímetros cúbicos de volumen
mayor eficiencia de sus actos, especial- para alojar una masa encefálica de ape-
mente con las manos. El mayor índice nas un kilo y medio de noble materia,
encefálico y lo que llamo la mayor y asiento de la vida que se vive en su
más fina y selecta ‘neuronización’del intensidad y problemas, y también en
aparato psicofísico son las bases mate- sus beatitudes y placeres.
riales, biológicas, que responden a la Shakespeare (circa 1596-97) tenía
‘personalización’del psiquismo huma- consciencia aguda de lo asombroso del
no. De allí la profundidad, la interiori- cerebro humano y por eso puso en boca
zación, el espesor de vida interior del de uno de sus personajes: “el cerebro,
psiquismo humano. La relación perso- esa frágil morada del alma” (King
na-aparato psico-físico es una relación John, acto V, escena VII). Y es por esa
sujeto-instrumento. Puede ser entendi- consciencia asombrada que Shakes-
da como una relación estatua-funda- peare le transmite ese asombro profun-
mento. Son dos perspectivas que se do y lúcido del animal humano inteli-
complementan, siempre que se vean gente a su personaje Hamlet (circa
como concepciones descriptivas, no 1599-1600), quien en la escena en el
explicativas ni doctrinarias, como pre- cementerio frente a una calavera de
tenden ser el espiritualismo y materia- hombre arrojada en la tierra exclama:
lismo, respectivamente. “¿Dónde están ahora sus sutilezas y
El cráneo es pues la caja que contiene distingos, sus argucias y subterfugios y
este portentoso trozo de materia ilumi- artimañas?”. Y enterado de que se trata
nada de consciencia superior que es el de Yorick, el ingeniosísimo bufón de la
cerebro humano. Es así que el poeta corte del rey, coge la calavera de Yo-
Antonio Machado pudo exclamar rick y con su cráneo entre las manos re-

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El animal profundo: perfil psicológico del hombre

cuerda: “¡Ah pobre Yorick! Yo le cono- percibir en el fondo el alma de la vida


cí, Horacio: era un hombre de una gra- que es la vida del alma.
cia infinita y de una fantasía porten-
tosa… ” [“a fellow of infinite jest, of EL PENSAMIENTO SIMBÓLICO Y LA
most excellent fantasy...”] “¿Qué se hi- PROFUNDIDAD DEL PSIQUISMO
cieron de tus chanzas, tus piruetas, tus HUMANO
canciones, tus chispazos tan divertidos Hay que reconocer que en el hombre
[your flashes of merriment] que hacían sobreviven en el circuito recepción-
prorrumpir en carcajadas a toda una acción circuitos cortos estímulo-reac-
mesa” (Hamlet, acto V, escena I). ¿Po- ción montados sobre dispositivos más
dría decirse esto del cráneo de una va- o menos mecánicos, directos e inme-
ca, de una gallina o de un lagarto? Se diatos y que son los reflejos (reflejos
trata de la hondura psíquica del hombre pupiliano, rotular, patelar, palmar, etc.;
frente a la chatura mental animal. incluso en el recién nacido el reflejo de
Dante exclama como así “del profon- Babinski, que desaparece con la pro-
do de la testa” brilló en los ojos del ami- gresiva mielinización del sistema ner-
go el fulgor del reconocimiento en un vioso). En el animal no-humano el cir-
episodio en que se expresa claramente cuito corto y directo estímulo-reacción
la mirada cargada de vida psíquica que puede ser ampliado a niveles de refle-
emerge de la profundidad de la cabeza jos condicionados e incluso a comple-
(Alighieri, Purgatorio XXIII: 40-48). jos niveles estimulantes del tipo “seña-
Qué diferencia hay con la chatura fre- les” que el animal ha aprendido a dis-
cuente en la mirada de los animales. La cernir e incluso descubriendo y reali-
mirada humana tiene hondura y esta zando “operaciones de rodeo” por las
hondura le viene de ser persona, sujeto cuales el animal supera el impedimen-
de valores espirituales que trascienden to que se interpone entre su organismo
los meramente vitales del animal. Se y el objeto apetecido. El grado de ela-
trata también del ennoblecimiento pro- boración de una “operación de rodeo”
gresivo de su linaje evolutivo que lo ha puede llegar incluso en algunos anima-
provisto de un sistema neural complejo les “inteligentes” e intensamente moti-
y refinado en su estructura y funciona- vados por pulsiones orgánicas de deseo
miento. Por eso el cráneo humano es o de temor a apartarse del objetivo ale-
una caja repleta de maravillas. Nuestro jándose de él precisamente para encon-
cerebro telencefalizado es el mejor re- trar el atajo que lo lleve a un objetivo
galo que hemos recibido de la natura- que sin este detachment no sería jamás
leza. Y el ser persona, la más alta dis- alcanzado. Se trata de que el camino
tinción en divino ennoblecimiento de recto entre dos puntos no es el más cor-
nuestra existencia humana. Se trata de to y, en cambio, mucho más viable pue-

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de ser la sinuosa operación de rodeo. les de la mentalidad simbólica, lo cual


Hay el caso de animales que quedan es característica del animal humano. La
inmovilizados en el impedimento inter- construcción simbólica, la simbólico-
calado por no poder evitar la visión poiesis del pensamiento humano, tiene
extática del objetivo apetecido y por como rasgos fundamentales la desa-
tanto lograr la vía de rodeo por la que dherencia, el desapego, el desasimiento
precisamente alejándose del objetivo de lo particular, sensible, concreto, in-
sería el modo como el animal puede mediato. Es el camino que no transita
llegar al objetivo. Pero en este asunto el animal y que en cambio le permite al
de recepción-acción lo que le da al hombre abrirse espacio para com-
hombre profundidad, en el continuo prender objetivamente el mundo y ope-
cuerpo vivo-ambiente físico, en el con- rar con amplitud y largo alcance en el
tinuo cerebro-nóesis-entorno, en la in- mundo. Este desasimiento de lo con-
serción recíproca de persona-mundo, creto le abre también al hombre el ám-
es la intercalación iluminadora del sím- bito de la más alta espiritualidad y le
bolo, es decir, de la cultura. La conduc- permite pensar sobre temas fundamen-
ta simbólica es específicamente huma- tales de hondura metafísica. Gracias al
na según lo ha mostrado con una masa desprendimiento de lo concreto el
impresionante de datos sobre todas las hombre puede conformar estructuras
disciplinas de la cultura humana, desde de significación general, simbólica,
el mito hasta la matemática, el filósofo que superen lo particular para abarcar
Ernst Cassirer, verdadero “miroir vi- lo universal. La disposición noético-
vant de l’univers”. configuracional que subyace en la ca-
¿Qué es el símbolo? La respuesta se pacidad de construcción simbólica per-
basa en el estudio que hemos hecho de mite enriquecer de sentido el sustrato
la obra de Ernst Cassirer sobre la filo- sensible de los perceptos. El pensa-
sofía de las formas simbólicas (Chia- miento humano se da como una dispo-
ppo, 1997-1998), los trabajos de Kurt sición noética configurativa abarcante,
Goldstein (1944), y en mis propias in- que luego se despliega en los procesos
vestigaciones sobre la psicología y la sucesivos de las formas de concepto,
psicopatología de la percepción, el juicio y razonamiento. Es lo que en
pensamiento y el lenguaje con pacien- nuestras investigaciones descubrimos
tes con lesiones orgánico-cerebrales, como disposición noética subnocional,
así como con pacientes esquizofréni- y que es preconceptual, prejudicativa,
cos, mediante mi test de configuración preinferencial. Por ejemplo, la delusión
noético-perceptiva (Chiappo, 1955, esquizofrénica que es un grave tras-
1957, 1958, 1959). Y así es que pode- torno del pensamiento no consiste en
mos establecer los rasgos fundamenta- un trastorno del juicio, sino en un tras-

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El animal profundo: perfil psicológico del hombre

torno de la aprehensión del mundo per- La disposición noético-configuracio-


ceptivo por debilidad de la dirección nal, es decir, la capacidad mental huma-
noética que desconfigura los datos sen- na de organizar la percepción y la ac-
soriales ofrecidos en el percepto. El ac- ción a partir del pensamiento permite a
to noético-configuracional en que con- su vez la apertura al ámbito de lo posi-
siste lo fundamental del pensamiento ble e hipotético, así como el acceso al
simbólico abre el mundo sensible a la nivel de la idealidad, desligándose de la
presencia del mundo inteligible y así imposición y constricción de lo ya dado
todas las cosas se muestran en su sen- y establecido en la realidad. Es así que
tido propio y trascendental. Es como si la mentalidad noético-simbólica permite
la mente humana, gracias al acto noéti- suponer alternativas puramente ideales
co-configuracional, estuviese dotada a lo concreto real; planear prospectiva-
de una vara mágica que va encendien- mente preparando en una secuencia
do de luz significativa profunda e irra- organizada acciones de largo alcance;
diante de sentido el mundo opaco, de controlar la efectuación inmediatista de
las crudas sensaciones, puro material los impulsos y pulsiones mediante la
sensorial en bruto. consideración interna noética, sea para
La operación simbólica de la mente suspender, posponer o cambiar de direc-
es la llave que le abre al animal ción la acción, siguiendo más las direc-
humano la prisión del inmediato con- tivas noético-volitivas que plegándose a
torno físico sensorial, enriqueciendo su la presión instintivo-emocional del
relación con el mundo y permitiéndole deseo o del temor, liberando, así, expe-
el acceso a formas de aprehensión riencias y conductas de mayor riqueza
cognoscitiva y significativa cada vez significativa, mayor elegancia y refi-
más amplias y objetivas del universo, namiento, más elevado nivel espiritual.
desde el cual misteriosamente ha surgi- Gracias a la mediación noética que per-
do. Mediante la construcción simbólica mite que la persona pueda considerar in
es posible desasirse de la inmediatez de mente sus vivencias, sus conductas
la situación concreta y liberarse en un dirigidas y comportamientos efectua-
horizonte abierto y que es el así con- dos, el hombre puede alcanzar una más
quistado marco de referencia abstrac- alta jerarquía espiritual y una más pro-
to-teórico en que florecen el pensar y el funda significación existencial respecto
actuar humanos. No ha de suponerse de todas las otras unidades vivientes.
que esta abstracción se desvincula ne-
cesariamente del mundo. Todo lo con- LA VIDA ERÓTICA Y LA POESÍA:
PROFUNDIDAD HUMANA
trario, merced a la elevación abstracti-
va del pensamiento se puede abarcar y Una ilustración de este enriqueci-
abrazar más mundo. miento noético que da lugar a la pro-

43
Chiappo

fundización vivencial del escenario del tada por la fuerte seducción del arte y
mundo sensual nos lo puede dar la con- que ha hecho noblemente famosas a
ducta erótica que acontece como expe- Marie de Champagne, Eleanor de
riencia de transfiguración del sexo ani- Aquitaine, Ermergarde de Narbonne,
mal al humanizarse en forma sublime. Isabelle de Vermandois y a excelsos
Del estímulo-reacción elemental e in- poetas y músicos como Giraut de Bor-
mediatista constreñido al estro, propios neil, Arnaut Daniel, Bernard de Venta-
del primitivismo del sexo entre los ani- dour, Jaufré Rudel, Bertrand de Born.
males, el hombre, el animal profundo, El tosco marido feudal, guerrero y
inventa las formas más exquisitas y re- hombre rapaz instala la deuda sexual
finadas de amor. En esto puede dar tes- que le debe la esposa por pacto matri-
timonio encantador, y para poner un monial, motivado por intereses políti-
ejemplo histórico documentado, los cos y económicos. El acto sexual para
modos de conducirse de las damas y las la esposa pactada no es más que el
creaciones poéticas y musicales de los cumplimiento de una obligación, el pa-
trovadores, así como las “cortes de go de una deuda al marido acreedor in-
amor” que florecieron en la paradisíaca delicado y muchas veces violento, en
región meridional de la Provence y todo caso exigente. A la torpe necesi-
también en Poitiers, en Troyes y en el dad orgánica la fría imposición de la
Languedoc en el siglo XII. Son estas norma social. La mujer cumple a des-
manifestaciones del amor secreto un gano un deber y el marido desfoga unas
verdadero florecimiento de la vida eró- ganas. Y es en estas condiciones que el
tica intensa y profunda, verdaderas flo- animal humano ha instalado una domi-
res de poesía y de música que brotaron nación social sobre una pulsión biológi-
al borde de la inspiración y de las for- ca. Pero el animal humano es profundo.
mas dulces del arte y de la creación La chatura de una sexualidad prima-
musical refinada, y en contraste y co- ria impuesta, rutinaria y obligatoria,
mo compensación de una sexualidad tiene que ser sustituida por el relieve
impuesta y fría, pisoteada por su supe- profundo y encantador de la elabora-
ditación a las costumbres matrimonia- ción cultural del sexo. A la inmediatez
les ligadas a pactos políticos, negocios del sexo animal el hombre intercala to-
y obligaciones feudales. Los poemas, das las vivencias y formas intermedias
las canciones y el “amor cortés” han de la espera, del cortejo, del diálogo y,
inmortalizado los nombres de las bellas como decimos, de la poesía y de la mú-
mujeres que participaron en esta re- sica. Elio Donato, interpretando el arte
dención del amor cautivo, redención de amar de Ovidio y en su comentario
que se manifestara en una sensualidad, sobre Terencio, señaló desde el siglo
intensa, oculta, refinadamente desper- IV para la Edad Media, la secuencia del

44
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

proceso amoroso: visus (primero la del día que amenazan a Romeo y el


mirada, es el encanto extático, lo otro, el ruiseñor, la nocturna posibili-
imagino, de la visión atrayente del as- dad de prolongar, siendo ya de mañana,
pecto de la persona, la visión, es el la noche de amor (Romeo y Julieta,
coup de foudre, el deslumbramiento del acto III, escena V, Shakespeare, circa
rayo de la belleza); luego allocutio (la 1595-1596).
palabra, el hablar de comunicación y Es difícil de concebir en la chatura in-
de entendimiento mutuo de espíritus, la mediatista del fenómeno biológico ani-
conversación, la galantería y la caricia mal del sexo, cómo Bernard de Venta-
verbal, lo imagino, mutua); luego tac- dour, amante de la lejana condesa de
tus (el contacto físico, no antes, que só- Triple en Syria le canta lo que llama
lo sea delicado y aproximativo, suave y “l’amour de loin”, fórmula simbólica
provocador, lo siento); osculum (el be- de una suerte de experiencia profunda,
so) y la coronación insustituible y que interior que tiene tanto de lánguida,
es la sublimación misma del proceso suplicante como amorosa y respetuosa,
erótico en su objeto propio: coitus (el para luego emprender viaje para llevar-
abrazo sexual). Esto ocurre en la alco- le ese canto de amor desinteresado y
ba de la amada, quien a todos los es- luego morir en sus brazos. Es en esta
fuerzos, sufrimientos, canciones, proe- pura espiritualidad que aparece una de
zas que ha hecho el amante le otorga, al las formas de profundidad del hombre,
fin, el consolum de sus aflicciones, la en su experiencia transbiológica del
plenitud dulce e intensa del abrazo. Y amor erótico. Amor de deseo y de do-
todo esto en intimidad, todo esto dis- nación, eros y ágape. En el hombre el
creto y sobre todo secreto, una dulcísi- sexo adquiere profundidad. No sólo en
ma complicidad en y para el deleite la renuncia sino también, y muy espe-
sublime. cialmente, en la forma de realización
La apertura de profundidad psíquica concreta y directa del abrazo sexual de
que hace el hombre en la superficial los amantes. En los ambientes cortesa-
experiencia biológica del sexo, se ob- nos se fijaron “leyes del amor”, que
serva también en la capacidad de con- son las que hay que seguir, como lo
versión de hechos naturales en símbo- que, ovidianamente, fijaba la secuencia
los psicoespirituales, incluso hasta en que va del visus al coitus el gramático
el canto de los pájaros, la alondra y el y retórico Elio Donato (mediados del
ruiseñor, que los jóvenes amantes Ro- siglo IV). Ya desde comienzos del siglo
meo y Julieta transfiguran sea en ama- XII se establecieron estas leyes cuyo
bles, sea en fatales, relojes ornitológi- cumplimiento requiere la conducta
cos, una, la alondra, que anuncia el fin amorosa cortés: mesura, servicio,
del encuentro amoroso y los peligros proeza, larga espera, continencia,

45
Chiappo

secreto y merced. Esta última era la disposición servicial en el sentido de


coronación placentera, física, libre. Y estar disponible y hacendoso en aten-
así se ha logrado la “alegría de amor” der o en haber atendido necesidades y
(joy d’amor), que es el signo y la requerimientos de la amada con des-
garantía de lo que en provenzal llama- prendimiento y alacridad (prueba de
ban con justicia el Vray amor. La amor); en la continencia, rasgo rey de
relación conyugal era triste y falso la conducta amorosa cortés y que im-
amor, dadas las condiciones de haberse plica control de las pulsiones y elegan-
constituido por razones políticas y cia, respeto y apasionamiento promete-
económicas, previo pacto de las fami- dor (nobleza de maneras, antichusque-
lias sin conocimiento y consentimiento dad y no “castratismo”); en el secreto,
de los interesados. que muestra el sentido caballeresco
El amor cortés revela una faceta de la que inspira confianza a la dama y que
profundidad psíquica y espiritual del es polarmente distante de la jactancia y
hombre. Es que, como vemos, consiste de la indiscreción en las que nunca
en una experiencia de enriquecimiento puede caer un hombre gentil y caballe-
del impulso por la contención que im- resco. La merced, es la culminación del
plica su forma de realización, en la que, cortejo, tanto para la amada que la
en este sentido, y según mi interpreta- otorga como para el amante que al fin
ción, hay que ver en la mesura, lo con- la recibe, merecidamente.
trario a la impetuosidad indiscreta, ex- Como se ve, estas leyes del amor cor-
temporánea y violenta (es decir lo con- tés que cumplidas llevan en sí mismas
trario de la vulgaridad); en la larga es- la “alegría de amor”, constituyen mar-
pera, la cual consiste en dejar que la ca fuerte del Vray amor. No son leyes
pareja tome su tiempo de manera de no represivas ni dictadas desde el poder,
avasallarla o de exigirle prematura- sino sugerencias del buen gusto, leyes
mente antes de que el deseo y la seduc- de elegancia y seducción.
ción hayan nacido y con ellos la acogi- Hay una bella ilustración del “amor
da (esto es delicadeza y prueba de cortés” y muy estimulante respecto de
amor); en la proeza, por la cual el la práctica de las “cortes de amor”, los
amante debe mostrar cualidades de va- diversos casos, litigios y sentencias que
lentía y de arte, rasgos profundos de en ellas ocurrían, en el libro De arte
denuedo y también de encanto artístico honeste amandi atribuido a Andreas
en la poesía y en la música y todo ello Capellanus (escrito probablemente en-
que despierte el interés y la estima de la tre 1170 y 1174 con la intención de re-
amada (seducción del ser personal del tratar la corte en Poitiers; Capellanus
amante; el amor cortés exige excelen- 1969). A mi juicio el capellán Andreas
cia y excluye la mediocridad); servicio, si no fue sino el amanuense, recibió

46
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

muchas sugerencias y bastante del dic- retenido, acrecentado, disminuido y


tado de la gran dittatoressa de los asun- terminado. Cómo hacer para que el
tos del Vray amor Marie de Cham- amor retorne y qué hacer cuando la pa-
pagne. Con la definición del amor reja es infiel. Como se ve es todo un
comienza el libro De arte honeste tratado práctico sobre el amor. Nos
amandi, cuyo título expresa de qué cla- concentramos y sólo transcribimos la
se de amor se trata: es un arte, una con- definición:
ducta cultural, aprendida, cultivada, no
El amor es un cierto sufrimiento o
se trata del salvaje amor, forma usual, pasión natural que adviene por la visión
desmañada propia de los campesinos o y la excesiva meditación de la belleza
de la gente palurda, tosca e ignorante, del sexo opuesto que causa sobre todas
las cosas el deseo de abrazar y ser
iletrada. Se trata de una práctica culti-
abrazado, y por el común deseo de lle-
vada, refinada, elegante, encantadora y var a cabo todos los preceptos del amor
seductora. Este es el sentido de honeste en el abrazo del otro.
amandi, lo que implica educación de la Más adelante confirma:
relación sexual entre personas cultas,
cuyas exigencias de circunstancia y Todo el intento de los amantes tiende
hacia el gozo deleitoso de los abrazos
maneras son mayores y mejores, más mutuos y así con la esperanza de
delicadas y sugerentes, encantadoras, realizar plenamente los mandatos del
diferentes de los actos sexuales de los amor.
palurdos del campo. La palabra “ho- Se trata de una efectiva sublimación
neste” no tiene significado moral sino de la actividad erótica. Sublimación en
estético. Es el mismo que tiene el sone- el sentido de elevar a lo más alto de la
to XXVI de la Vita Nuova de Dante manera culta de efectuar el sexo en la
cuando dice de Beatriz “Tanto gentile e dimensión de la profundidad del ani-
tanto honesta pare / la donna mia cuan- mal humano. No se trata de “sublima-
do ella altrui saluta...” Si quisiéramos ción” en el sentido que empleó la pala-
por contraste pensar en el antónimo se- bra Nietzsche seguido por Freud, para
ría “desfachada”, “desgreñada”, “des- el cual prefiero la palabra “sublimifica-
cuidada”, cuando honesta es elegante, ción”, que es la pretensión de aparecer
atractiva, bien puesta, con gusto y pri- como sublime lo que no es sino másca-
mor exquisito, femenina, con gracia. ra y disfraz de lo que se considera ordi-
Digo que el libro De arte honeste nario y bajo. En mi concepto de subli-
amandi empieza preguntándose y con- mación no se trata de sustituir el térmi-
testando en breve y esencial definición no del acto sexual, no se trata de su-
“¿Qué es amor?” ¿De qué clase de plantar el objeto propio que es el coitus
amor se trata? Su origen y procedencia, con un sustituto espiritual, sino de rea-
sus efectos, cómo puede ser adquirido, lizar la totalidad de la actividad erótica

47
Chiappo

hasta alcanzar su objeto sexual en un “ser capturado”, comparando la tarea


nivel sublime por la capacidad de in- de seducción de los amantes con la des-
ventiva de formas que elabora el ani- treza del pescador con el señuelo, que
mal humano llevando la actividad se- atrae a los peces para que caigan presos
xual a una intensidad y refinamiento del anzuelo en él escondido. Se trata de
inusitado. Esto es la auténtica sublima- un arte de seducción encaminado a en-
ción del psiquismo. Y esta es la profun- cender el deseo erótico que une inten-
didad que el animal humano abre a la samente, con vivencia auténtica, a los
vida sexual gracias a su incorporación amantes. No se trata de la obligación
en las formas, fantasías y delicadezas conyugal contraída institucionalmente
de la refinada cultura de personas se- por los esposos por razones no eróticas.
lectas. No es extraño entonces que la princesa
Andreas Capellanus en su definición Ermergarda de Narbone en un juicio de
habla de llevar a cabo los deseos según la corte de amor dictamine que la espo-
las “prescripciones del amor”. Es que sa no puede negar la merced al amante
el impulso vital del sexo se inserta en el pretextando estar casada, salvo que,
hombre dentro de una estructura con- quebrando los preceptos del amor, ten-
ductual rica y compleja, de largo alcan- ga que quedar privada del fuego de
ce y con dimensiones espirituales de amor para siempre, lo cual frente al
cortesía y respeto, de encanto y seduc- gran fortunio que para la existencia es
ción así como de arte, belleza y crea- el amor, la renunciante infeliz cae en el
ción, todo ello lejos de las formas des- pésimo infortunio del desamor gris. Se
humanizadas del sexo que también trata del encanto estético y de la fuerza
pueden darse en los hombres zafios. del deseo erótico cuyo valor de subli-
Las formas del amor cortés emergen de midad excelsa y de experiencia auténti-
un psiquismo profundamente inspirado ca vivencial exceden a las obligaciones
por el eros, por el dios “amor”. Así lo ficticias contraídas según la norma
entiende Dante también en la Divina conyugal. Es que la profundidad del
comedia cuando cita tres veces el hombre en sus vivencias espirituales y
“amor” como el “dios” que enamoró y eróticas abre formas de psiquismo pro-
unió hasta la muerte a Francesca y Pao- fundo que se da como opción noble
lo (Infierno V: 100-106). Y es por esto frente a la hipocresía de las superficia-
que nuestro capellán o quizá la misma les relaciones instituidas por las con-
reina Marie de Champagne o alguna de venciones mundanas.
las damas como la reina Leonor de La humanización del impulso sexual,
Aquitania encontró que la etimología fenómeno natural animal, a través de las
de “amor” es “amus”, que como quiere formas y comportamientos del “amor
decir “anzuelo”, significa “capturar” o cortés” (l’amour courtois), mediante la

48
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

llamada “cortezia”, que convierte el im- EL HOMBRE: ANIMAL CULTURAL


pulso y la actividad físicos en una pro- El hombre es un animal cultural
longada, alta y fina secuencia de inten- (Cassirer, 1956), un verdadero animal
sas y exquisitas emociones y expresio- simbólico-poyético (un animal creador
nes, y que a través de este amor físico de símbolos), por tanto es un animal
animal refinadamente humanizado ele- que aprende culturalmente gracias a
va hasta las más altas excelencias de ex- que acumula de manera simbólica la
periencia psíquica y espiritual a los se- experiencia personal y colectiva y
res humanos, y los ilustra y nos ilustra transmite esa acumulación, transmite la
sobre la dimensión de profundidad que experiencia acumulada y luego inventa
alcanzan los instintos vitales animales y la perfecciona. La conciencia hu-
en el animal humano merced a la estruc- mana tiene espesor de experiencia y
tura cultural de formas simbólicas que pensamiento porque el hombre es un
se intercalan entre los impactos del animal alta e intensamente memorioso.
mundo y la respuesta del organismo hu- El animal olvida y siempre tiene que
mano personalizado, el organismo psi- empezar de nuevo el mismo repertorio
cofísico asumido por la persona, que le de acciones, a través de los millones de
da profundidad simbólica y experiencial años, como se ve específicamente en
a sus actividades. De tal manera el cir- los insectos y en las aves. Y es así, en
cuito estímulo-impulso-reacción se en- este sentido, que cuanto más insertos se
riquece en el hombre porque su disposi- encuentren los hombres en el ámbito de
ción noético-configuracional elabora y la alta cultura, más distantes se hallan
por ende complejiza dicho circuito que de la bárbara tosquedad, del primitivis-
en el nivel de acto reflejo o de estímulo- mo burdo y de la rusticidad torpe de
reacción en el animal es elemental y quienes están sojuzgados por los im-
corto, inmediatista, pero que en el nivel pulsos inmediatistas, así como de los
del animal humano se configura en es- comportamientos y las maneras de vi-
tructuras de rica y significativa percep- vir incultos que caracterizan a los hom-
ción del mundo y de respuesta plástica bres escasamente modelados por la es-
contenida (no impulsiva inmediata), li- piritualidad, que es el más alto nivel
bre, elegante y de largo alcance. Estas humano de existencia.
estructuraciones complejas y llenas de La percepción del mundo y la activi-
significado, estas estructuraciones de dad humana por la intercalación de la
percepción y respuesta, de actividad hu- cultura y por la noetización de la per-
mana, son estructuraciones noetizadas, cepción sensorial y de la acción hacen
es decir, cargadas de pensamiento y por del animal humano un animal profun-
ende profundas, inaccesibles a la cha- do. Si por un instante imagináramos
tura sensorio-motriz del animal. nuestro planeta sin hombres, veríamos

49
Chiappo

inmediatamente un extenso campo de convertido en un animal profundo y,


desolación. Por ejemplo, habría cesado además, por eso, en un animal compli-
el lenguaje del hombre. Y es que el len- cado. La apariencia externa de todo
guaje, que es el ruido que hace el ani- animal no humano, trátese de pez, rep-
mal humano y que, aunque apenas es til, ave, mamífero o simio, se caracteri-
una tenue agitación de aire en la masa za por su chatura expresiva, su elemen-
enorme de la atmósfera terrestre, carga tal interioridad casi fantasmal. Parece-
el peso sustancial del pensamiento, y ría que el animal no humano no tiene
así abre en el universo físico un abismo espesor psíquico, se trata a lo más de
de interioridad profunda que no tiene la un psiquismo emocional a flor de piel
superficie de los otros ruidos de la tie- sin hondura. El hombre, y esa es la
rra. Ausente el hombre y con el hombre maestría de los grandes pintores retra-
ausente, silenciado el lenguaje del tistas, tiene una fisonomía interesante,
hombre, la interioridad borrada de la profunda. Resulta increíble que haya
tierra –entonces convertida en un esce- habido una tendencia en psicología de
nario vacío, sin protagonistas ni actores
tanta audiencia como el behaviorismo,
ni personajes–, sin el drama humano y
que haya negado sistemática, metodo-
su profundidad espiritual, sólo se oirían
lógica y ontológicamente la vida inte-
ruidos de viento y de mar, ruidos de
rior, el fulgor incluso del alma.
ríos y de cataratas, de rocas que caen,
En suma, el circuito percepción-ac-
de hojas de árboles que se agitan y de
ción se caracteriza en el hombre por la
troncos que crujen, de animales de va-
mediación simbólico-cultural construi-
riados ruidos, todo ello trivializado en
da por la disposición noético-configu-
la chatura del no decir nada. Sería aún
algo más triste: la vida del universo sin racional instalada en la especial organi-
espectador humano que la sienta y que zación de su cerebro telencefalizado y
la exprese en las palabras, las “aladas que por ello complica, amplía, enrique-
palabras” del hablar del hombre. Los ce, diversifica y profundiza el horizon-
ruidos del universo serían sólo ruidos, te de su comprensión del mundo así co-
sin significación ninguna. Es, pues, el mo las raíces y formas de sus motiva-
psiquismo humano inteligente el que ciones y la psicodinamia de sus tenden-
instala la profundidad en el universo. Y cias e instintos. Y a la estructura de la
ello por su dimensión espiritual. realidad se sobreagrega el nivel de la
El hombre intercala el lenguaje entre idealidad propio del hombre. Es, por
su percepción y su acción. Por el len- ejemplo, el lenguaje el que le abre el
guaje, tanto el verbal como las otras ámbito de la filosofía y de la ciencia, el
formas de lenguaje que es, en último maravilloso lenguaje que le enciende el
análisis, la cultura, el hombre se ha esplendor de la palabra poética.

50
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

EL PSIQUISMO Y LA MOTIVACIÓN pada o disfrazada por otra, incluso para


La aproximación descriptiva que he- la propia persona, el querer real, digo,
mos hecho del modo de ser del hom- suele no salir fácilmente a la superficie,
bre, caracterizado por la función de in- entonces se repliega y permanece ocul-
tercalar entre la situación en que se en- to para los demás, incluso para uno
cuentra y la respuesta, todo ello en un mismo. Y aquí entra lo que nos tiene
nivel de inteligencia simbólica y dentro que decir la psicología dinámica y
de una estructura de noetización que comprensiva. Y la psicología dinámica
subsume la conducta (la cual incluye el suele considerar los factores psicoge-
proceso interno) y el comportamiento néticos subyacentes a los fenómenos
(el cual es la expresión y ejecución ex- psíquicos manifiestos, los factores cau-
terna de la conducta), según la valiosa sales. Y la psicología comprensiva, los
distinción del psicólogo Aníbal Meza, fines perseguidos, el telos que le da
no nos ha dado sino una de las líneas de sentido a los actos psíquicos o al psi-
la profundidad del animal humano. Pe- quismo en conjunto del individuo. Se
ro la profundidad se muestra más com- trata de lo que resulta psicoplástico, la
pleja aún y llega más hondo cuando pa- dinamia de las causas psicosociales,
sando más adentro del punto de vista por ejemplo, que están ocultas al pro-
meramente descriptivo consideramos pio sujeto y que se revelan a los tests
una perspectiva dinámica y comprensi- proyectivos del tipo del Tematic
va del psiquismo. Se trata de profundi- Apperception Test, de Murray. O, por
zar en cuáles son y cómo se entrelazan otro lado, la teleología del psiquismo
las motivaciones humanas. Se trata en individual, sus valores, la jerarquía de
suma de preguntarse qué es lo que los valores y las preferencias subjetivas
mueve al hombre. de la estimativa. El test de Vernon &
El buen conocedor de hombres es el Allport (1931-1932), basado en la ti-
que tiene la perspicacia de penetrar los pología axiológica de Eduardo Spran-
encubiertos designios de la conducta ger (1950), explora el estilo axiológico
ajena o propia. Descubrir la verdadera de la personalidad.
motivación que está oculta entre las es- En suma, no basta describir; es nece-
grimidas aparentes o las que aparecen sario comprender al hombre. La carac-
más visibles, allí está el quid del cono- terología describe, la psicología diná-
cimiento de la conducta de los hom- mica y comprensiva interpreta la con-
bres. Respecto de la motivación se po- ducta humana, la dinámica explicativo-
dría parafrasear un conocido refrán y causal, los factores genéticos (endoge-
decir “dime lo que realmente quieres y néticos o hereditarios, exogenéticos,
te diré quién eres”. Pero el querer real, sociales, como los que formaron la per-
la auténtica motivación a veces es sola- sonalidad básica, los educativos), la

51
Chiappo

psicología comprensiva, el sentido, el la manía de las riquezas suelen ser mo-


telos. Se trata de apoderarse de los mo- tivaciones comunes y corrientes, preo-
tivos, de las tendencias, del sistema de cupación y ocupación, a veces obsesi-
los propósitos radicales del hombre y va, de los seres humanos. Es el dinero
de la persona estudiada. Y en esto está fuente de actividad y pasión; en todo
el ser profundo de la persona humana: caso, el dinero está en la cabeza y en el
cuáles son sus radicales, por qué y para corazón de la mayoría de la gente, sea
qué hace lo que hace. Y el acceso a es- porque lo tiene y en demasía y quiere
tas raíces subterráneas es en extremo tener más, sea porque carece de él y lo
sutil, complicado y controvertido. Se necesita dramáticamente para vivir. Y
trata del problema de la motivación o el poder es un instinto primario que
motivaciones fundamentales del psi- tiene múltiple y variada manifestación.
quismo y de la conducta. Es foco encendido de competencia, lu-
cha y rivalidad en el mundo del poder
LAS IMÁGENES DEL HOMBRE político y así suele ser más que poder
Y en esto del psiquismo y de las mo- espiritual de liberación de fuerzas ad-
tivaciones hay varias y contrastadas versas a la autorrealización y plenitud
imágenes del hombre. Por poco que que, según Spranger (1950), lo hace
nos pongamos a reflexionar sobre el sinónimo de libertad, en realidad vo-
gran “teatro del mundo”, nos impresio- luptuosidad de dominación y expan-
na la observación de que la más fre- sión sobre los demás del dominio de
cuente sustancia motivadora de que es- hacer y decidir. Es el poder del capo,
tán hechos los dramas humanos son el del mesnadero, del pandillero y tam-
sexo, el dinero y el poder. Éstos son los bién del político, astuto y sesgado que
más comunes ingredientes de los con- no tiene el poder como poder de servir
flictos, de los argumentos motivaciona- para el bien común, sino el poder para
les de los animales humanos captura- poder servirse en beneficio propio y de
dos en sus círculos de vida. La vida se- los suyos relacionados para prebendas
xual y sus ajustes y desajustes, los ce- y otros disfrutes tan indebidos como
los, el deseo, todo lo relacionado con codiciados.
eros atrae a los seres humanos y los lle- En los hombres y mujeres comunes y
va poderosamente en la vida y son corrientes la motivación frecuente es la
fuente de placer y de sufrimiento, de búsqueda de placer y afán de seguridad
delicia y de dolor. Y la avaricia, afán de y que arraigan en los dos sentimientos
retener lo propio; y la codicia, ambi- motores más presentes: el deseo y el
ción de obtener lo ajeno, lo que puede temor. Ya de ello sentaba cátedra el fes-
llamarse la ‘plutofilia’, o mejor, la tivo y picante Arcipreste de Hita, quien
‘plutomanía’, el amor desmesurado y escudándose con travesura en la autori-

52
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

dad del viejo y solemne Aristóteles, su- El mundo por dos fines trabaja: por el
ma autoridad escolástica en el siglo primero
Por haber mantenencia, el otro fin
XIV, escribía en su Libro del buen sincero
amor (1955) los siguientes versos ale- Por haber juntamiento con macho
jandrinos: placentero

Como dice Aristótiles (sic), cosa es Pero hay otras imágenes del hombre.
verdadera, Por ejemplo, la que diseña y pinta con
El mundo por dos cosas trabaja: por la
primera, lucidez Maquiavelo. No es de esperar
Por haber mantenencia; la otra cosa era que la encontremos tan risueña como la
Por haber juntamiento con de los dos Arciprestes, el machista y el
fembra placentera.
feminista. Más bien una imagen psico-
lógica, que en contraste con los altos
Como puede verse el Arcipreste ve en
ideales de Maquiavelo resulta apesa-
el placentero y necesario instinto ali-
dumbrada, la del hombre superior de-
menticio y en el también placentero y
sencantado de la realidad de los hom-
necesario instinto reproductivo los dos
bres.
móviles fundamentales del esfuerzo y
Maquiavelo pensaba y lo escribió:
de la actividad humanos. Y claro, el
“en el mundo no hay sino vulgo” (“nel
primero, “el haber mantenencia”, está
mondo non è se non vulgo”). Y estaba
vinculado con la seguridad de la vida,
convencido de que el hombre es tal que
el temor de no sobrevivir a la penuria y
primero olvida la muerte del padre que
a la escasez, el trabajo por el sosteni-
la pérdida del patrimonio, y por ello
miento. Y el segundo se refiere no tan-
ofrecía el siguiente consejo al Príncipe:
to a la reproducción cuanto al placer
del sexo. En cuanto a esto, el Arcipres- Es mucho más seguro ser temido que
te, digno hijo de su siglo y de su na- amado... porque de los hombres se
ción, es machista. Habría que inventar puede decir esto generalmente, que son
ingratos, volubles, simuladores, huido-
un filósofo contemporáneo que invente res de peligros, codiciosos de ganancia.
la contrapartida feminista. Y no podría
Y esto no ocurría solamente en la
encontrarse alguien mejor que la reina
corte del “magnífico” Lorenzo di Piero
del feminismo, pionera inteligente de
dei Medici, a quien va dedicado su
los derechos del “segundo sexo”, Si-
libro Il Principe, pues quién no ha visto
mone de Beauvoir, a quien podemos
todos los días confirmarse esta obser-
atribuir la autoridad paralela a Aristóte-
vación de Maquiavelo: “Y los hombres
les en estos versos paralelos a su vez de
tienen menos cuidado de ofender a uno
los del risueño Arcipreste:
que se haga amar, que a uno que se ha-
Como dice Simone de Beauvoir, hecho ga temer”. Y Maquiavelo era un hom-
es verdadero bre fino y espiritual. Durante su exilio

53
Chiappo

y confinado en una granja hubo de de- Il Principe, y no, como se cree, un ma-
dicarse a las duras faenas del campo. nual de maquiavelismo canallesco para
Desde la madrugada, todos los días tra- políticos inescrupulosos, venales o san-
bajaba como labriego, y regresaba al guinarios.
atardecer a su mansión con las botas Baltasar Gracián, jesuita sabio y sa-
llenas de barro y el vestido sucio. Ya gaz, dos siglos después observaría:
adentro se cambiaba y ya aseado se po- “Tratolos como ellos merecían y cono-
nía su vestido de corte, y así trajeado ciose bien, que con la gente vil obra
con el lujo de una ceremonia cortesana más el rigor que la bizarría” (en este
Maquiavelo entraba a su biblioteca y pasaje del Criticón “bizarría” significa
así listo para recibir y ser recibido por “generosidad”, lucimiento, esplendor
los príncipes de la inteligencia, los glo- en el matiz de la valentía y de la gallar-
riosos autores de los antiguos libros día) (Gracián, 1941). Podemos com-
que, colocados sobre los atriles, se dis- pletar este cuadro sombrío de la natu-
ponía a leer, y por ende a conversar con raleza humana recordando a uno de los
esos príncipes de la nobleza humana más lúcidos psicólogos: Federico
del saber, con Homero, Virgilio, Hora- Nietzsche, quien en la duda de si todos
cio, Ovidio, Cicerón, Séneca, Dante. los hombres, sean pusilánimes o cobar-
Tal el respeto a la lectura como en- des, concluye que “los hombres son
cuentro, ya no en la ceremonia palacie- aún más perezosos que cobardes y lo
ga con los políticos, diplomáticos, ge- que temen generalmente son los com-
nerales y personajes que solía recibir promisos que les crearían la sinceridad
en su despacho de secretario de Estado, y la lealtad absolutas” (“Consideracio-
efímeros comediantes de la hora, sino nes a destiempo: Schopenhauer, educa-
en la íntima ceremonia de la lectura de dor”, sin fecha). Y dice respecto de lo
los príncipes de la inteligencia, los au- que llama “escala de medida para todos
tores de los libros eternos (véanse las los días: Rara vez nos equivocaríamos
cartas, para mí conmovedoras, ya en el si nos decidiésemos a explicar las ac-
exilio, del 9 de abril de 1513 y del 10 ciones extraordinarias por la vanidad,
de diciembre del mismo año, a su ami- las vulgares por la costumbre y las pe-
go Francesco Vettori). Maquiavelo era queñas por el miedo” (“Humano dema-
indudablemente un fino psicólogo y siado humano”, Aforismo 74). Es inte-
hombre altamente espiritual, cuyo pa- resante vincular la explicación de las
ladar exigente para catar la sustancia “acciones extraordinarias por la vani-
psíquica de los hombres le sirvió para dad” de este aforismo con el Aforismo
escribir un libro que los retrata con rea- 1 del mismo libro, en el que formula
lismo: la condición de la existencia hu- Nietzsche su interpretación desenmas-
mana deformada en el juego del poder, caradora de la “sublimación”, en el

54
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

cual por primera vez habla de este des- cual, motivación sólida, real, se dis-
cubrimiento e interpretación psicológi- fraza de acción extraordinaria al tor-
ca profunda que, tomándolo de Nietzs- narse gaseosa, sublime. Es la vanidad
che, utilizó Freud abundantemente para misma de que están hechos los actos
erigir los fundamentos de la interpreta- sublimes de los hombres. Los actos
ción psicoanalítica del psiquismo hu- vulgares y las pequeñas vanidades no
mano y su psicodinamia. Me parece requieren disfraz, se presentan en su
muy probable que el puente que vincu- real ser, producto de la rutinaria
la a Nietzsche con Freud fue Lou An- costumbre y del miedo. No necesitan
dreas von Salomé, inteligentísima y en- disfrazarse cuando no hay pretensión
cantadora amiga y admiradora de am- de grandeza, si sólo hay rutina y miedo,
bos y admirada por ambos. dos formas habituales del psiquismo
Efectivamente, en el Aforismo 1 de vulgar.
“Humano, demasiado humano” utiliza La imagen peyorativa sobre el ser hu-
el fenómeno físico del paso de sólido a mano adquiere en Nietzsche sus tintes
gaseoso de ciertas sustancias químicas, más oscuros cuando se refiere al sexo
que se conoce con el nombre de “subli- femenino, para cuyo trato recomienda
mación”, para escribir metafóricamen- el látigo, luego de haberse referido a su
te de la “química de las ideas y de los superficialidad y servilismo (“Also
sentimientos”, por lo cual una materia sprach Zaratustra”, diálogo con la an-
sólidamente baja se gasifica al espiri- ciana).
tualizarse, y siendo materia abyecta se Nietzsche, sin embargo, considera
“sublimiza”, presentándose con una peyorativamente el psiquismo humano
apariencia gaseosa noble. Es el famoso como algo, producto de masificación
fenómeno al cual yo prefiero llamar colectiva y del devenir histórico, como
“sublimificación”, es decir, hacer puede verse en lo que él llama “el últi-
sublime lo que no es sublime, usando mo hombre”, el hombre de la plazuela,
una palabra que utilizó por única vez sin ideales, aburrido, nihilista, vulgar.
Honorio Delgado en su primer artículo Exalta las grandes individualidades del
sobre psicoanálisis, publicado en el pasado como César, aunque encuentra
diario El Comercio en 1915, y que qui- siempre el talón de Aquiles en los per-
zá fue un error de imprenta. Efectiva- sonajes más venerados como Dante,
mente, para Nietzsche “las acciones Goethe, Wagner y otros incluidos en
extraordinarias” que realizan algunos sus aventuras de mesnadero en que ha-
hombres excepcionales tienen detrás ce correrías aforísticas contra los “ac-
de su “sublimidad” y, por ende, noble- tuales”, los ídolos que están de moda
za, una motivación vulgar, y, en con- (“Streifzuge eines unzeitgemässen”
secuencia, vileza, como la vanidad, la [“Correrías de un inactual”, diverti-

55
Chiappo

mentos a costa de los que él llama “mis excelente. Es hambre y sed que des-
imposibilidades” en la Genealogía de piertan lo que yo llamaría una suerte de
la moral y en el Crepúsculo de los ído- fino olfato para el infinito frescor de lo
los]). El hombre actual, su psiquismo eterno, un oído afinado para percibir la
defectivo, debe ser superado y Nietzs- “música callada” (San Juan de la Cruz
che traza una imagen del hombre posi- 1980); ojos luminosos para penetrar la
ble en el hombre dionisíaco (véase “tiniebla superluminosa” (Pseudo-Dio-
Chiappo, 1978: 108). La imagen del nisio Areopagita, oscuro monje sirio
hombre dionisíaco es una feliz imagen del siglo V); un gusto para entrar en la
del hombre con psiquismo iluminado “sobria ebrietas” (Gregorio de Niza,
por la fuerza, la energía y la embria- contemplativo místico capadocio del
guez festiva de Dionisios; es el hombre siglo III; Danielou 1953) o si se quiere
libre que ha dejado atrás el espíritu de un gusto capaz, para usar una expre-
esclavitud servil y el espíritu pesado, es sión de nuestro gran poeta César Valle-
el hombre que ha superado al hombre jo, de ir “saboreando un sabor ya sin
actual. Se trata del que Nietzsche llama sabor”. Es que el hombre, este animal
con una expresión muy malentendida humano, inaugura en el planeta un nue-
“Uebermensch”. No se trata del ario vo instinto, lo que el Aquiniano llama
prepotente de los nazis, sino del hom- maravillosamente el “instinctus divi-
bre que ha superado al hombre pesado nus”, el estímulo, el aguijón de lo divi-
y convencional, y que, por tanto, dise- no (la palabra instinto incluye esencial-
ña una nueva imagen del psiquismo hu- mente la idea de aguijón, de punta irri-
mano más parecida al artista libre y tante que suscita reacción, pues remon-
fascinado por la Belleza y muy lejos ta al sánscrito tigmah, punteagudo). Se
del tirano prepotente. Es penoso que da en el animal humano como un salto
rara vez se haya entendido la proyec- de nivel espiritual del psiquismo ani-
ción dionisíaca del psiquismo suprahu- mal pero se manifiesta este “instinctus
mano. divinus” como un aguijón que atravie-
Contrasta enormemente con las des- sa a ciertas naturalezas personales in-
critas y mencionadas imágenes som- dividuales lacerándolas hasta las entra-
brías del hombre (y que yo considero ñas mismas. Y a veces este aguijón es-
exactas en lo que atañe al hombre de- timulante divino tiene la misma premu-
fectivo en cuya realidad fracasa el pro- ra, y a veces aún mayor, que la sed, el
yecto humano) con otras no menos rea- hambre y el deseo físicos, y su punta
listas por ser radiantes y luminosas y (tigmah) acicatea en la aspiración a lo
que descubren en el animal humano infinito y eterno, en la fascinación y la
una nueva hambre y una nueva sed. Es necesidad de belleza, en la investiga-
el hambre y sed por lo excelso, por lo ción de la verdad, en la lucha por la jus-

56
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

ticia, en la angustia metafísica. Y qué vaciones, así como en cada tipo de


distinto de lo que nos decían Macchia- círculo de vida juegan distintos móvi-
vello y Gracián cuando San Francisco les, incluso en la misma persona. Uso
de Sales escribe que “los hombres el término “círculo de vida” (Nicolai
hacen más por amor que por severidad Hartmann) de manera libre como es-
y rigor” (1983) y Goethe: “Si tomamos tructura de relaciones inmediatas de ca-
a los hombres tal y como son los hare- rácter social que tiene la persona, ya
mos peores de lo que son; en cambio si sea en el hogar, el centro de trabajo, el
los tratamos como si fuesen lo que de- club. El estilo del círculo de vida lo
bieran ser, los llevaremos allí donde constituye el carácter de las relaciones
tienen que ser llevados” (citado por interpersonales, el tejido de relaciones
Frankl, 1957). con los otros. En suma, el lector puede
hacerse una idea de la variedad de esti-
POR QUÉ LAS IMÁGENES los de círculos de vida si imagina cír-
CONTRASTANTES DEL HOMBRE culos tan diversos como pueden ser los
Pienso que el problema de las moti- que aquí mencionamos: el del poder
vaciones fundamentales del hombre político, la corte, el Consejo de Minis-
debe tratarse dentro de una teoría de tros, el Congreso, el monasterio, el
desarrollo psicoespiritual. La naturale- prostíbulo, la Bolsa de Valores, etc. Se
za humana es contrastada y diversa. trata de observar un fenómeno intere-
Los individuos raramente logran la ar- sante: no sólo los sistemas de valores
monía y menos la armonía fundamen- que señorean y dan la tónica colectiva
tal, y frecuentemente viven desgarra- de cada círculo de vida y del estilo de
dos en contradicciones. Todo es de es- comportamiento que configuran en las
perarse en el hombre. El error sería es- personas que actúan dentro de él, sino
tablecer como fundamento motivacio- de la manera de acomodar la respuesta
nal uno único y que suele ser el produc- experiencial y conductual de la persona
to falsamente totalizador de una expe- en función de las personas diferentes
riencia fragmentaria de la vida. que puede encontrarse en cada círculo
Precisamente, este es el error de los de vida. No se trata, como dice Hono-
psicoanalistas que reducen las motiva- rio Delgado, de que la persona tenga
ciones humanas, unos al erótico princi- que poner en juego diferentes “per-
pio del placer, otros al instinto tanático sónulas”, de que estaría hecha en forma
innato de agresión o, los disidentes abigarrada la unidad inescindible de la
adlerianos, a la voluntad de poder. En persona normal, sino que se trata de la
verdad, cada nivel de desarrollo psi- riqueza, variedad y flexibilidad de la
coespiritual de los hombres como per- persona que es capaz de poner en juego
sonas tiene su sistema propio de moti- la actitud, el sentimiento y la conducta

57
Chiappo

adecuadas en cada situación, a la emocionales, psicológicas, espirituales


índole y momento del interlocutor con de la persona con las otras personas.
el que se relaciona. Hay personas rígi- De allí los contrastes motivacionales,
das que no tienen esa elasticidad actitu- que se acentúan según el nivel psico-
dinal y la correspondiente considera- espiritual que requiera el ser necesario
ción atenta al interlocutor y a la cor- que armonice con el carácter y el nivel
tesía y maneras que merece. Imaginar- psicoespiritual de la persona con quien
se, para entender lo que digo, a un se trata. Una persona de psiquismo su-
hombre que pertenezca a diversos y til, sensible y dotado de lo que los fran-
contrastados círculos de vida. Es de es- ceses llaman souplesse, sabe mover ati-
perar que la persona tendrá que acomo- nadamente su actitud adaptándose con
dar el estilo de su respuesta, su actitud finura y acierto a los requerimientos si-
y sus maneras, y de modo no advertido tuacionales y caracterológicos y tem-
por él mismo, al ambiente requerido peramentales, y al nivel de estimativa
por cada círculo de vida. de valores, inteligencia y cultura de la
Contrastan, por ejemplo, el círculo de persona con quien trata. Precisamente,
vida doméstico que abre un sistema de la torpeza social del hombre psíquica-
relaciones afectivas de familiaridad y mente rústico y los dislates que comete
cariño con un círculo de vida relaciona- en la vida de relación consiste en la fal-
do con el trabajo, la diplomacia, la po- ta de flexibilidad actitudinal que lo lle-
lítica, los negocios, la vida académica, va a tratar y responder a los demás de
en suma, la vida oficial de la persona, manera rígida y homogénea. Para ello
la que en cada caso debe acomodar su se necesita poseer riqueza psíquica y
sistema de respuesta y de conducta a experiencia de la vida. Alguna vez el
las exigencias del interlocutor. No se maestro Pedro Laín Entralgo, filósofo e
trata solamente de lo que en algunos historiador de la medicina, me dijo:
casos nuestro animal profundo encubre
Aquí en España decimos que el hombre
y finge con hipocresía ex profeso el debe ser de una sola pieza, pues a mí me
comportamiento adecuado a la situa- parece que un hombre de una sola pieza
ción. Se trata de algo menos dramático; es un imbécil; un hombre debe ser de
se trata de que en cada círculo de vida muchas y variadas piezas con tal de que
estén muy bien concertadas.
en el que se está, se exige, según la si-
tuación diversa, adaptar, sin que la per-
sona lo advierta en sí misma, la actitud A lo cual le repuse:
y el comportamiento que se requiera de
Estoy de acuerdo, un hombre debe usar
acuerdo no sólo con el estilo del círculo
sus múltiples y variadas piezas psíqui-
de vida sino con la naturaleza y sentido cas según los requerimientos de la si-
que tengan las relaciones humanas y tuación y es bueno que estén concerta-

58
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

das pero si a veces no lo están quizá Y aquí encontramos otro de los ras-
pueda ser mejor, ¡pues del chillido del
gos del perfil psicológico del hombre:
contraste y fricción entre ellas pueden
saltar las chispas del genio! una máquina puede descomponerse, un
vegetal puede agostarse y así marchi-
El psicólogo ha de estar abierto a to-
tarse, un animal puede enfermarse y
das las posibilidades motivacionales de
morir, solamente el hombre como per-
la conducta humana y abandonar la vi-
sión tubular a que lo reduce el prejuicio sona puede frustrar su existencia, falsi-
de escuela. Y quizá si hubiera que bus- ficar su ser, despersonalizarse. Es en-
car una motivación fundamental habría tonces que podemos presenciar el triste
que encontrarla en la autorrealización y único cuadro humano: sólo el hombre
de sí mismo, como a su manera lo han puede sufrir la terrible añoranza de no
observado el neurobiólogo genial Kurt haber llegado a ser lo que podría haber
Goldstein en el campo de la biopsi- sido y tener entonces una conciencia
cología del sistema nervioso humano y más o menos lúcida, más o menos
Abraham Maslow, en su psicología hu- anestesiada y evasiva de la profundi-
manística. Al servicio de la autorreali- dad de su ser no realizado. Creo que
zación, sea para la plenitud o la frus- aquí está el problema fundamental de
tración del ser propio, están todas las los hombres y no, como suele creerse,
demás motivaciones, los contrastes, los en los problemas sexuales, económi-
sufrimientos, las derrotas o los placeres cos, sociales, de comunicación, etc.,
de la vida. Como dice el gran maestro que tanto se han magnificado como bá-
Honorio Delgado: “No es posible acep- sicos y que siendo fragmentarios y co-
tar como instinto fundamental ninguno laterales pueden ser solamente síntoma
de los que por definición son tenden- o expresión simbólica del básico pro-
cias parciales o instrumentales: llámen- blema existencial del cumplimiento o
se instinto de conservación, egoísmo, fracaso del propio ser sí mismo. En la
libido sexual, voluntad de dominio, psicología del hombre superior se da el
agresividad o instinto de muerte”. Y destino como una cierta configuración
culminando la abarcativa clasificación del modo de ser y manera de vivir que
de la variedad enorme de los instintos enriquece la existencia humana en altu-
humanos realizada por Alexander ra de valores, en complejidad de psi-
Pfänder, Honorio Delgado concluye quismo, en sutileza de pensamiento y
con esta afirmación que tiene la ver- hondura espiritual de la persona. En el
dad, la grandeza y lo sentencioso de un hombre mediocre tenemos un psiquis-
apotegma: “La cifra del instinto funda- mo rudimentario si no embrionario, po-
mental de cada persona sería: Quiero co vivo en imaginación, no-activo en
llegar a ser lo que ya soy en germen” inteligencia ni dinámico en memoria
(Delgado, 1938). formalizadora; un psiquismo poco inte-

59
Chiappo

grado y teledirectivo, sin metas nítidas, En la segunda mitad del siglo XVI,
un psiquismo que propiamente se po- Michel de Montaigne (1941), en sus fa-
dría observar como indiferenciado. Es- mosos Ensayos escribía: “La plus
to hace al hombre mediocre y destino, grande chose du monde c’est de savoir
sin rumbo. Esto es lo común de los être a soy” y que yo traduzco abierta-
mortales, es lo que los franceses llaman mente en la plenitud de su ambigua sig-
l’homme moyen sensuel. El hombre, nificación: “La cosa más grande del
cada vez más influido por la exteriori- mundo es saber ser sí mismo y saber
dad, por la moda, por el contagio emo- estar consigo mismo”, pues la cosa más
cional e ideológico colectivo llega a ser insignificante existencialmente del
lo que es, en función del vaivén del mundo, la más mezquina situación per-
oleaje y el empuje del viento. Pero el sonal, la suprema miseria del psiquis-
hombre con destino es uno en quien mo, es no saber ser uno mismo y alie-
ninguna época, ningún acontecimiento, narse en cualquier forma de caricatura
ningún tiempo ni ningún poder podrá psicoespiritual y conductual imitativa
destruir, hacer añicos, la “acuñada for- de otro, sea persona o moda o corriente
ma que viviendo se desarrolla y evolu- social o ideológica, es decir, esnobis-
ciona” (Goethe). El hombre común, mo; y no saber estar solo, consigo mis-
por el contrario, es amorfo y pasivo a mo, sintiéndose aburrido o amargado.
los factores externos. Y es lo que pre- Es que, en verdad, la autofalsificación
domina por la influencia empobrecedo- y la amargura constituyen el más pro-
ra, avasallante del medio externo. No fundo fracaso existencial a causa de un
es extraño que las tendencias doctri- psiquismo de escaso vuelo espiritual.
narias y metodológicas de la psicología Quizá la máxima autorrealización sea
actual sean adecuadas al tipo de hom- lograr llegar a ser sí mismo con lo me-
bre de la época, es decir, sean doctrinas jor de sí mismo. Y la suprema, la divi-
y escuelas que dan el predominio ex- nización del espiritual avanzado. Y ello
clusivo a la explicación “ambientalis- en honda humildad.
ta” del comportamiento, y algunas has-
ta hayan suprimido la vida psíquica in- CARÁCTER MULTIMOTIVACIONAL DEL
PSIQUISMO HUMANO
terna del campo de la psicología. Pare-
cería que el animal profundo del mun- En suma, es preciso aceptar el carác-
do urbano científico-técnico de nuestra ter contradictorio y multimotivacional
época estuviese perdiendo hondura de la conducta humana. Y al aceptar la
psíquica y espiritual, alineándose en la variedad de motivaciones y el contra-
chatura de la nivelación por lo bajo, punto estructural de su corriente diná-
por lo superficial y externalista, sin mica, no solamente nos damos cuenta
interioridad. de la dimensión de profundidad del

60
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

animal humano, sino también de la placer erótico en el abrazo de amor que


complejidad del entrelazarse de las lo hace cualitativamente más intenso y
motivaciones muchas veces ocultas e significativo.
inadvertidas por el propio sujeto en que Y en esto se encuentra una caracterís-
ocurren. Ante esta complejidad y pro- tica del psiquismo humano: el carácter
fundidad resulta superficial y simplista que tienen sus vivencias como niveles
pensar a la manera de los propugnado- de humanización o de niveles de des-
res y secuaces de escuelas un instinto humanización. De un perro no puede
fundamental basado en generalizar una decirse que está más perrificado o me-
tendencia parcial totalizadora. Sin pre- nos perrificado, o desperrificado o pe-
tender abarcar todas las motivaciones rrificándose cada vez más; o de un león
que encienden el psiquismo del animal que unos actos sean más leonizados
humano, podemos considerar un cua- que otros, o que se haya desleonizado.
dro descriptivo de las principales: En cambio del hombre sí tiene sentido
La motivación hedónica el placer (he- decir que se es más hombre o menos
donè), la búsqueda de delicia cons- hombre. Es así que el placer, por ejem-
tituye un acicate poderoso. Claro está plo, se puede insertar más o menos en
que el placer físico, que va desde el un más alto nivel de humanización. El
simple bienestar corporal hasta el paro- placer puede tener grados según el ni-
xístico orgasmo sexual, no es privativo vel de humanización, agrado sensorial,
del animal humano. Incluso el animal suavidad táctil, placer gustativo en sus
adiestrado puede llegar a cierto refina- diversos matices de delicia como en el
miento y exclusivismo de la vivencia vino, etc.; placer sensual, estado de fe-
del placer. licidad, júbilo, estado gozoso, beatitud.
En el hombre el placer puede tener Son los niveles de humanización del
una significación meramente superfi- placer según su dación periférica y su-
cial o marginal, episódica, o ser un sis- perficial o central y profunda, desde el
temático recurso escapista que eclipsa punto de vista psicoespiritual.
insuficiencias, problemas o dolores y Motivación filocrática es el impulso a
preocupaciones más centrales y radica- dominar que puede ser muy intenso en
les. El placer puede ser algo profunda- algunos individuos que tienen la pasión
mente significativo: el placer ligado a de mandar. La voluntad de poder puede
la plenitud de realización de sí mismo a veces realizarse en las formas más su-
(felicidad) y que florece como vivencia tiles, incluso a través del sometimiento.
y expresión de plenitud y completa- Como toda motivación vital el impulso
miento del propio ser en mejores y más de someter lo compartimos con los ani-
altos niveles de humanización, sea en males, especialmente con los primates
la beatitud del éxtasis místico sea como superiores. Los etólogos han estudiado

61
Chiappo

lo que llaman hacken ordnung, obser- hay un alguien para quien uno vive, y
vando a las aves que se comportan en que otorga sentido a nuestra vida; o que
el recinto territorial en una escala de al compartir con otra persona la vida se
agresividad sucesiva que empieza con rompe la soledad y viene un diálogo
el picotazo del más fuerte y termina existencial que le da un sentido de
con el picotazo que recibe el más débil amor y de amistad, de solidaridad, de
e indefenso. Parecería no cosa de aves compañía a nuestro existir. La profun-
sino una suerte de fábula esopiana apli- didad del animal humano exige una
cable a lo que ocurre entre el personal psicología que ahonde en el sentido
de la organización administrativa de que obra la existencia en el ser para
los centros de trabajo en las ciudades otro y en el ser con otro, sentido que
de los hombres. La cadena del orden modifica totalmente sea por realización
del picotazo parece imperar en las ofi- o por frustración el carácter, los senti-
cinas, talleres y en toda organización mientos, las conductas, las actitudes,
humana usualmente mediana y deses- los modos de ser y las maneras de vivir,
piritualizada. En esa cadena se frustra la naturaleza del psiquismo, involucra-
la libertad y la dignidad de la persona. das en esas dimensiones de la relación
Romper esa cadena es tarea de una psi- social rigurosamente personal. Es que
cología pneumoanalítica (pneuma espí- la motivación social arraiga en uno de
ritu). los existenciales que Martin Heidegger
La motivación social tiene gradacio- considera en su Analítica existencial:
nes y matices, desde el gregarismo que “mit-Sein”, “Ser-con” (Heidegger,
nos asimila al rebaño, la angustiosa in- 1957).
quietud de no poder estar solo que tiene La motivación espiritual pneumotéli-
cierta gente, hasta las más diferencia- ca es la necesidad de espiritualidad. Se
das motivaciones sociales del amor y trata de la realización de ciertos valores
de la amistad. Hay una fina y muy di- que en lo superior sublimizan la exis-
ferenciada motivación social que toca tencia humana y en lo supremo la divi-
fibras muy finas de la existencia huma- nizan haciéndola, precisamente, más
na personalizada: el tener un para al- humana, más genuinamente humana.
guien y el ser con otro. Se trata de pro- Me refiero a valores elevados: la bon-
fundas motivaciones del ser humano dad y la belleza, la verdad y la justicia,
como persona y que si se frustran cae- las conductas responsables y los com-
mos en la aridez y en la desolación. portamientos eficaces y cuidadosos, las
Psicológicamente las describimos co- actitudes y los sentimientos que re-
mo motivaciones sociales diferencia- velan estilo y grandeza, ternura que es
das y personales, pues nuestra vida se consideración y dulzura, generosidad y
vivifica y se enriquece sabiendo que desprendimiento, elegancia y tacto,

62
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

imaginación y gracia, delicadeza y pul- cuales se dirigen. El factor dinámico


critud, todo ello es espiritualización de fundamental es indudablemente la
la vida humana. Sin esto, nuestras atracción que sobre el sujeto ejercen
supremas exigencias psicoespirituales los valores. Y de eso hemos tratado.
de elevación de nivel y de calidad de Ahora más bien se trata de enfatizar la
nuestra existencia se verían frustradas complicación, relación y contradicción
y arrastraríamos una existencia indigna de las fuerzas dinámicas. Es lo que se
del hombre, y muy por debajo y defor- puede llamar la psicodinamia del psi-
mada de la belleza del animal. Gracias quismo o para usar otra expresión de
a la espiritualización el hombre se rea- Honorio Delgado, la fuerza “dinamo-
liza en un segundo nivel de vida ani- génica”, su carácter generador del di-
mal, la de la profundidad del psiquismo namismo psíquico y la manera como
noetizado (insuflado de pensamiento las motivaciones se expresan, se com-
configurador, abstracto y simbólico). Y binan o como se contrastan. En suma,
en la plenitud de la espiritualización el se trata del dinamismo de lo que suelen
animal humano, el primate hominiza- llamarse instintos, acicates, pulsiones,
do, hasta puede alcanzar un tercer nivel impulsos instintivo-afectivos que cons-
de belleza de vida como es el caso de la tituyen el caudal dinámico del psiquis-
suprema espiritualidad que es la vida mo. No se puede solamente enfatizar o
del santo liberado en vida (“jivamuk- exclusivizar en el psiquismo el nivel
ti”), y cuya motivación radical es lo noético, es decir del pensamiento cog-
que Agustín escribe: “attingere ali- nitivo. El nivel profundo, pático
cuantulum mente Deum, magna beati- (pathos, afección, afectividad) es el
tudo est” (“tocar un poquitito con la que ahora vamos a tratar. Es que al ha-
mente a Dios, es grande felicidad”) y blar de motivaciones e instintos nos re-
que fundamenta lo que llamamos ferimos indistintamente a los deseos,
“amor fuerte”. temores, inclinaciones, rechazos, pa-
siones que se encienden en los hombres
PSICODINAMIA DE LAS MOTIVACIONES y los encienden en sus relaciones per-
Las motivaciones psicológicas tienen sonales y sociales. Es, pues, la vida ins-
el carácter de fuerzas direccionales y tintivo-afectiva.
con sentido. Son verdaderos vectores Estas fuerzas de los instintos son la
psíquicos. Las motivaciones, por ende, sustancia de que está hecha la vida ani-
dinamizan el psiquismo y movilizan la mal. Es el estrato primario y primitivo
percepción y la acción. En lo anterior en la evolución filogenética y, más in-
hemos puesto énfasis en el sentido de teresante aún, en la evolución ontoge-
las motivaciones según los valores y nética del psiquismo. Corresponde a
objetos (depositarios de valores) a los los estratos paleoencefálicos, desde el

63
Chiappo

bulbo-raquídeo, la llamada sustancia primidos de carácter subconsciente y


reticular, la zona límbica, el tálamo e que actúan mediante efectos indirectos
hipotálamo, en fin, las estructuras vin- en el nivel consciente. El yo, ubicado
culadas a la vida vegetativa, al sueño y en esta estratificación, entre el ello que
la vigilia, a las emociones, a la agre- lo empuja y el super-yo que lo compri-
sividad y al sexo. me, se encuentra trajinado en este olea-
Decimos que los instintos son la sus- je contrapuesto.
tancia de que está hecha la vida. Pero Freud concibió este dinamismo de
en el hombre se dan dos rasgos diferen- contradicción y represión en términos
ciales a nuestro juicio respecto de la vi- mecánicos, consecuente con la imagen
da animal, en la cual el hombre forma de “aparato psíquico”, la cual le sirvió
parte como animal profundo y como tal para describir el psiquismo: la energía
a su vez se distingue: lo primero es la libidinosa del “ello” reprimida por la
índole de los instintos cuya gama es censura impuesta por el super-ego,
más amplia que la del animal, lo cual queda comprimida y comprimiendo al
se ha tratado en la sección anterior; el yo, que queda como atrapado entre dos
segundo es la manera como los instin- tendencias conflictivas y contradicto-
tos o motivaciones conductuales se es- rias, el “hervidero” del “ello” y la cen-
tructuran en el hombre en constelacio- sura del “super-ego”, la gana de satis-
nes complejas. Es lo que tratamos en facer el principio del placer y la inhibi-
esta sección. La pregunta aquí es: ción que causa el principio de realidad,
¿Cuáles son las formas específicas que, identificado como la cultura concebida
en el hombre, tienen las motivaciones en una función esencialmente represiva
de entrelazarse, de combinarse, de con- de lo natural. El principio de realidad
trastarse o de refrenarse? Esto es: (que a mi juicio es la realidad autorita-
¿Cuál es la psicodinamia humana de ria y represiva del puritanismo social)
las motivaciones del psiquismo? que se opone al principio de placer,
Freud creyó encontrar lo fundamental produce una fuerte tensión acumulativa
de la psicodinamia en el conflicto entre en el angustiado yo, el cual atrapado
el principio del placer radicado en el entre estas dos fuerzas ya no puede
“ello”, suerte de fondo turbulento, her- ahogar esa energía erótica comprimida.
videro anónimo, impersonal, de impul- La libido erótica frustrada, sin embar-
sos alojados en el estrato más profun- go, ya no puede ser sofocada, ser aho-
do, el subconsciente, y el principio de gada, prisionera, se libera indirecta-
realidad, super-yo, cultura que contra- mente, sale afuera en forma de trabajo
dice al ello y constriñe la libre realiza- anestesiante y compulsivo, o en forma
ción de la “libido” o impulso erótico, de “neurosis” (término inventado por
creándose así contenidos latentes, re- Freud), o de ensueños, de “actos falli-

64
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

dos”, y por último en forma que llamó de los crímenes en el sentido del mag-
“sublimación” tomando, como hemos nicidio que ocurre en el confuso ano-
dicho anteriormente, esta palabra meta- nimato multitudinario de las crecientes
fórica de Nietzsche, quien la usó para megalópolis tiene su explicación en
explicar en “la química de los senti- estos tortuosos caminos y enlaces de la
mientos” el origen y carácter vil de los psicodinamia de la frustración y del
sentimientos nobles y sublimes. La vi- resentimiento.
leza que está en el antecedente de la su- Es extraordinariamente interesante
blimación freudiana es el eros sexual. esta psicodinamia inaugurada por
En Nietzsche la genealogía de las su- Nietzsche y expuesta con detalle y
blimidades de la moral cristiana, tales puesta de moda por Freud. La estruc-
como “perdón”, “amar a los enemi- tura esquemática del aparato psíquico,
gos”, “no vengarse”, tienen un origen que Julian Jaynes en su extraordinario
ruin del cual deriva el resentimiento, el libro El origen de la conciencia en la
odio, la impotencia. La sublimación ruptura de la mente bicameral (1987),
nietzscheana instaura o descubre un in- comparó acertada y humorísticamente
teresante transformismo psicológico: a las locomotoras de vapor decimonó-
lo ruin de la cobardía, de la impotencia nicas, es indudablemente mecánica.
y del resentimiento tienen el poder Puede valer como descripción metafó-
creador de valores morales. Nietzsche rica adecuada para muchos casos indi-
inauguró la psicología de la sospecha y viduales y colectivos inmersos en la
del desenmascaramiento. Lo cual sig- concepción del mundo prevaleciente
nificó un avance en el saber psicológi- en el puritanismo, con sus fobias se-
co, pero, al mismo tiempo, significó un xuales y pudores vergonzosos relacio-
retroceso y una deformación al servicio nados con las funciones fisiológicas.
de una psicología reductiva y de nive- Es la vergüenza de lo animal llevada a
lación, una psicología iconoclasta que extremos de considerar los órganos
no reconoce la experiencia psicoespi- corpóreos como monstruosidades re-
ritual genuina de la experiencia de los pugnantes a disimularse con toda clase
valores superiores. El avance de las de máscaras y maquillajes. La concep-
multitudes anónimas y resentidas, el ción del mundo puritana de la que
aumento de la psicología de masas y de Freud se hace eco es aquella que influ-
población mediocre, llena de ambicio- yó en él, quizá sin advertirlo muy lúci-
nes frustradas, favorecieron inmensa- damente, para elaborar una metapsico-
mente la acogida de la psicología ico- logía y una antropología en la cual la
noclástica de Nietzsche y Freud como cultura tiene un papel de superestruc-
un medio de aliviar la amargura de no tura represiva. La cultura como enemi-
poder llegar a la grandeza. El aumento ga de la vida y del placer erótico. El

65
Chiappo

esquema freudiano del “malestar de la medios encantadores para realizarse.


cultura” no vale como esquema an- Lo sublime no es el disfraz de lo bajo y
tropológico. Solamente tiene cierto va- vil como los ‘puritanos’decimonónicos
lor epocal y circunscrito a ciertos ca- Nietzsche y Freud pretendían. La su-
sos, no valor universal. Tampoco la blimación, fenómeno de alcanzar y de
metáfora mecanicista de la función realizar niveles de experiencia y de
represiva y antagónica del principio de forma superiores en calidad y belleza,
realidad y del superego respecto de la no consiste en transvestir lo innoble
vida erótica y de la libertad de desa- con formas nobles, eludiendo la satis-
rrollar el principio del placer. La con- facción del impulso erótico, el cual no
cepción psicoanalítica de Freud no tiene nada de vil ni de innoble, en el
tiene más valor y aplicación que en objeto mismo del impulso utilizando
función de las circunstancias particu- una sustitución aparentemente superior
lares en que fue concebida y podía que lo reemplaza y que lo representa
tener alguna aplicación. Basta recordar simbólicamente. El fenómeno de la su-
los desarrollos y las formas que hemos blimificación existe y eso es lo que vie-
descrito del “amor cortés” en la Edad ron Nietzsche y Freud, pero lo que con-
Media, para darse cuenta de que la cul- sideramos como sublimación es distin-
tura, la poesía, la música y los valores to. Siempre la sublimación ha tenido
vigentes en ese círculo de vida corte- un sentido genuino hasta que la psico-
sano y trovadoresco del siglo XII, lejos logía iconoclasta del desenmascara-
de reprimir el eros, abrió caminos de miento y de la sospecha, la psicología
vuelo y delicia para lograr la apertura calumniosa que quiere ver lo abyecto
elegante, dulce y sublime a la vida se- en la grandeza, envenenó la palabra su-
xual. Y el factor represivo del matrimo- blimación. Por eso prefiero utilizar la
nio convencional más bien favorece al palabra “sublimificación” para referir-
florecimiento de la poesía y de la músi- me al hecho que ha ocurrido a causa de
ca como caminos secretos, eficaces y la represión sexual del puritanismo y la
bellos para la salida sublime, no su- influencia tóxica de la proliferación de
blimificada, del impulso erótico genui- las multitudes de fracasados y medio-
namente realizado en la unión mutua- cres que calumnian la grandeza que no
mente gratificante de la pareja del poe- alcanzan. Nietzsche, sin quererlo,
ta y la princesa. En el “amor cortés” se quién lo diría, ha sido el ideólogo de
muestra en toda su encantadora eviden- los fracasados suministrando una inter-
cia que la sublimación de la vida eróti- pretación de la genealogía de toda
ca no sustituye al objeto del impulso grandeza; Freud, transplantando la psi-
–el cual es el coito, el abrazo sexual de codinamia sexual, la metáfora de la
los amantes– sino que le da formas y sublimación, se convirtió quizá en el

66
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

ideólogo de los reprimidos sexuales a piritual con una oculta paternidad de un


causa de la moralidad puritana que es móvil subrepticio, el sublime nirvana
sexofóbica. De allí el éxito de ambos búdico que lleva a la vida superior y el
en el siglo XX. móvil tanático freudiano que lleva al
Freud agregó a la libido o pulsión suicidio, es típicamente aceptado y fes-
erótico-placentera un nuevo instinto tejado en ambientes que necesitan
con el carácter de básico o fundamental rebajar la altura del psiquismo superior.
del psiquismo humano: tánatos, el ins- Me parece urgente y esencial replan-
tinto de muerte. Se trata del principio tear el tema de la psicodinamia de las
tanático que está en la base de la agre- motivaciones sin el lecho de Procusto
sión y de los impulsos destructivos. de imponer un esquema doctrinario de
Hay en este instinto cierta asociación escuela, como es el caso de la “subli-
que hace Freud con el nirvana búdico, mación” nietzscheano-freudiana, que
como un deseo de extinción, una vo- en realidad sólo viene a ser un caso
luptuosidad de disolución, de vuelta al particular, no universal, de carácter
no ser. El sistema de pensamiento, la
epocal y no esencial del psiquismo del
práctica y la experiencia budista de la
animal humano. Esta sublimación en-
iluminación y el sentido búdico (des-
traría como una de las formas de con-
pertar, buddhi, el despierto, Buddho)
fluir las motivaciones que en mi obser-
del nirvana (apagamiento del deseo
vación son las siguientes: a) la repre-
codicioso insaciable de placer y de
sión; b) la contención; c) la sublimifi-
poder, purificación de todas las into-
cación (que viene a ser la correcta for-
xicaciones psíquicas que enturbian la
mulación de la “sublimación” nietzs-
claridad de la mente e impiden el cono-
cimiento) no tienen nada que ver con cheano-freudiana); d) la “espiritualiza-
esta doctrina freudiana que, con su ca- ción” o “genuina o auténtica sublima-
rácter biologista de tedio, cansancio, ción”. Creo que hay que hacer estas
desgano de vivir y voluntad de suicidio distinciones en la forma de darse la psi-
y obsesión de la muerte, se aleja del codinamia porque suele confundirse
resplandor luminoso, vitalmente activo contención con represión (y peor aún
y enérgico, amoroso y feliz, biena- con “represión neurótica” y también
venturado del budista que ha logrado el “sublimificación” de los instintos, ten-
término de su liberación, precisamente dencias o motivaciones con la “espiri-
libre y despierto de lo que oprime y tualización” de la experiencia psíquica
atormenta al común de los hombres y conducta global (perceptivo-intelec-
dormidos agitados por los ensueños y tivo-afectivo-activa), vinculándola ne-
pesadillas de la vida. Este emparentar cesaria e indebidamente con los fenó-
el motivo genuinamente sublime y es- menos de “represión”.

67
Chiappo

PSICODINAMIA DE LA REPRESIÓN toda relación entre motivaciones es ne-


La represión de los instintos y ten- cesariamente conflictiva, a veces puede
dencias constituye una inhibición trau- ser una relación confluyente, como
mática de las motivaciones y activi- puede verse en lo que llamamos espiri-
dades correspondientes. Suele ser por tualización o sublimación genuina.
un conflicto entre deseo y temor. Es La represión, pues, está en el conflic-
decir, se teme lo que se desea y se para- to entre motivaciones contrapuestas y
liza el libre flujo de las acciones corres- no sólo se presenta en el hombre, sino
pondientes a la motivación. El móvil también en los animales, pues tiene una
no mueve. Y el deseo se vuelve temor. base y un carácter biopsíquico, si se
Freud supone en la psicodinamia del trata de la represión vital. Podemos po-
psiquismo necesariamente el conflicto. nernos en otro caso inverso, en que, en
Ya hemos visto el conflicto entre el su- lo humano, el conflicto y la represión
perego, tomado como principio de rea- no suponen, necesariamente, la inhibi-
lidad (proyección de la imagen paterna, ción de los instintos vitales. Tenemos
código moral represivo, puritanismo de los casos de la ninfomanía, la agresivi-
Weltanschauung) se contrapone repre- dad desatada, los impulsos irresistibles
sivamente a la “libido”, el principio de efectuados, la satiriasis, la bulimia, que
placer, el hervidero que surge de las pueden significar formas de escapismo
profundidades del “ello”. Este conflic- a la frustración de la realización de las
to lleva a la inhibición represiva, trau- tendencias espirituales más elevadas,
mática de las motivaciones espontá- reprimidas, por temor, por perfeccio-
neas. Freud, influido por el puritanis- nismo frustrado y exigente, por excesi-
mo vigente, piensa que el superego es va y obsesiva escrupulosidad, senti-
principio de realidad. Pero, como lo ha miento paralizante de indignidad, el
hecho notar Marcuse, si se trata de una fracaso de la existencia, el desencanto
realidad liberada, abierta, sin opresión de la falla o mediocridad de las más al-
socioeconómica, la represión no tiene tas aspiraciones y aptitudes. Es decir, la
por qué darse ni por qué canalizarse la represión de las tendencias sublimes y
energía reprimida en trabajo alienante de las inclinaciones más altas y nobles
y opresivo. El trabajo puede llegar a ser puede motivar la desilusión de sí mis-
una forma libre y placentera de auto- mo, el desencanto frente a las mejores
rrealización. El trabajo como actividad expectativas y producir el desencade-
gratificadora y creadora. Es la concilia- namiento desordenado de los impulsos
ción, la confluencia entre el deber, mo- viles o móviles “bajos”, llevando a lo
tivación espiritual, y el placer, móvil que llamo ‘experienciomanía’, al de-
sensual. En la represión sí hay un con- senfreno hedonístico, a todas las for-
flicto, como estamos viendo, pero no mas de la evasión o aturdimiento para,

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El animal profundo: perfil psicológico del hombre

a su vez, escapar al horror del vacío es- Se trata de un fenómeno consciente, y


piritual de base. Esta grave represión hasta reflexivo, inscrito en el ser perso-
de la motivación espiritual entraña fra- nal del sujeto del psiquismo. En cam-
caso existencial que busca consuelo no bio, la represión y las inhibiciones fó-
sólo en la desinhibición impulsivo-bio- bicas constituyen dinamismos, mayor-
lógica, sino en la toxicomanía y en la mente de origen y presencia subcons-
otra forma de drogadicción intelectual ciente, instalados y enclavados en el
que es pretender la justificación del fra- psiquismo humano, que funcionan en
caso de la espiritualidad construyendo forma relativamente autónoma del yo e
o adoptando una concepción del mun- incluso se imponen al yo causando
do nihilista, cínica y peyorativa de la trastornos. La represión constituye, con
vida. Tenemos que frente a la represión relación al yo y a la totalidad del psi-
vital, inhibición de la vida instintivo- quismo, una suerte de Estado dentro de
afectiva, que es lo que frecuentemente otro Estado, un verdadero enclave psi-
se piensa, tenemos también lo que lla- cológico. El papel, en este caso del mé-
mo la represión espiritual, que requie- todo psicoanalítico, ha sido el de tratar
re, a mi juicio, un estudio más detalla- de liberar el psiquismo de esta subyu-
do y más atención por parte de los psi- gación enajenante, tratando de acrecen-
cólogos. El puritanismo y la influencia tar el dominio del yo en este territorio
de Freud ha creado esta atención, lo ocupado por fuerzas subversivas. Esto
que puede llamarse “represión vital”, es en esencia neurósico cuando el en-
es decir, lo que Philipp Lersch llama lo clave de la represión funciona como un
“endotímico” (Lersch, 1968). quiste psicológico. En todo caso, es in-
teresante preguntarse si el enquista-
PSICODINAMIA DE LA CONTENCIÓN miento del factor causante del síntoma
La contención consiste en un proceso neurósico no sea precisamente un me-
de carácter volitivo-espiritual por el dio de defensa de las fuerzas sanas del
cual se incorpora la fuerza propulsora psiquismo y del cerebro. Y, entonces,
del impulso dentro de las motivaciones lo inconveniente es remover el quiste
superiores, regulando su acción efecto- con la inoportuna anamnesis psicoana-
ra, ya sea posponiendo su descarga o lítica.
realización, modulándolo o simple- Por el contrario, en la contención el
mente manteniéndolo latente y, en caso yo subordina los impulsos, los maneja,
necesario, suspendiéndolo o supri- mantiene su señorío y ejerce su liber-
miéndolo conscientemente en uso de la tad. En la represión en que se produce
capacidad estimativa de los valores in- inhibición neurótica, el yo más bien su-
volucrados. fre menoscabo de su libertad. Esto ocu-
rre en la represión vital, pero el recorte

69
Chiappo

de la libertad y la subyugación del Nietzsche, como hemos dicho, pero


dominio o señorío del yo ocurre tam- que usado por los seguidores sectarios
bién con lo que llamo represión espiri- del freudismo no expresa sino la hiper-
tual, y es cuando el yo accede, o cede, trofia morbosa de los resentidos contra
contra sus motivaciones superiores, a toda forma de superioridad, excelencia
las exigencias de las pulsiones vitales y sublimidad de la existencia diferen-
primarias. Debe anotarse que la per- ciada. Contención: psicodinamia de su-
misividad ambiental y esta esclavitud blimidad.
respecto de los impulsos primarios se
suele gratificar en esta época –falsifi- PSICODINAMIA DE LA
cando la auténtica psicodinamia que SUBLIMIFICACIÓN
discierne entre los fenómenos de la re- Me he referido anteriormente varias
presión respecto del fenómeno más veces a la “sublimificación”, su origen
elaborado, y de un psiquismo sano y y aplicaciones, y su diferencia con la
maduro, que es el de la contención– genuina sublimación. En el psicoanáli-
con la muy mal empleada palabra “li- sis la sublimificación o sublimación
beración”. La contención está orienta- freudiana constituye una salida de la
da, como veremos, a la espiritualiza- carga libidinosa reprimida por la cual
ción de los impulsos. el móvil inferior o impulso erótico
El psicoanalista consecuente quizás frustrado se transmuta aparentemente,
podrá decir, en algunos casos con ra- se transviste en motivos superiores que
zón, no en todos, que lo que llamo con- no resultan ser sino disfraz o máscara.
tención –y al hablar así lo que estoy ha- Esto es, en síntesis, lo que nos quieren
ciendo no es sino una “racionalización decir Nietzsche, el inventor del término
de la represión”, lo cual en muchos ca- y concepto psicológico de sublimación,
sos puede ser cierto, pero entonces ya y Freud, en su restricción al fenómeno
no se trata de contención sino efectiva- sexual cuando tratan de este fenómeno
mente de una “racionalización de la re- psicodinámico. Es claro que el descu-
presión”–. Pero desconocer la realidad brimiento de esta psicodinamia es una
y legitimidad de la psicodinamia de la importante revelación en el conoci-
contención volitivo-espiritual como fe- miento del psiquismo humano. Tal psi-
nómeno genuino y tratarlo de ver como codinamia, que Nietzsche llama “quí-
máscara de procesos subconscientes mica de los sentimientos y de las ideas”
encubiertos, es caer en la sospecha y en y por la cual un sentimiento abyecto se
la manía del desenmascaramiento co- transforma y se disfraza en idea subli-
mo método psicológico exclusivo. Para me, existe. Más aún, esto nos da la me-
mí sería una deformación del valioso dida de la complejidad del hombre y de
método psicológico inaugurado por la profundidad del animal humano.

70
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

Que un impulso que no logra su objeto pios que las produjeron. La “ritualiza-
se transmute, embelleciéndose para ción” del impulso agresivo podría ser
evitar la ansiedad frente a las exigen- un buen ejemplo de “sublimificación”
cias de una instancia superior normati- por “sustitución”. Sin embargo, creo
va y obligante, de manera que sortea el que los etólogos han magnificado el
obstáculo para satisfacerse de manera lenguaje. Hay un mecanismo claro de
indirecta en objeto distinto y superior “sustitución”, que es el mismo recurso
al del impulso, creado especialmente utilizado en la “sublimación” nietzs-
para este sinuoso rodeo, es indudable- cheano-freudiana, pero en los animales
mente muy interesante, y hace del faltan dos cosas que sí se dan clara-
hombre un animal también interesante. mente en el animal humano: a) no hay
Y tiene, sin lugar a dudas, el sentido de una escala de valores que permita
un recurso defensivo frente a la an- hablar de móviles inferiores que se su-
siedad. bliman en motivos superiores o aparen-
En los animales se dan también recur- temente sublimes; b) el animal no hu-
sos defensivos cuando la tensión llega mano es llano y directo, no intermedia
al máximo, pero son más simples y su acción mediante “símbolos”. Por
directos. Y es que los animales no me- ello, el animal tiene un psiquismo su-
taforizan la vida como el hombre. perficial, no es profundo, y por ello no
Cuando la pelea de gallos llega a su cli- puede ser hipócrita.
max (y mientras que el hombre no haya En cambio el hombre sí usa símbolos
puesto una navaja amarrada en una y disfraza sus móviles, sea consciente
pata) uno de los gallos suspende su ac- como inconscientemente, o mejor, sea
titud y comportamiento agresivos y pa- advirtiéndolo o no (para no hablar en
sa a un inofensivo ponerse a picar el términos psicoanalíticos). Freud en la
suelo como si estuviese comiendo gra- “sublimación” sólo se refirió al disfraz
no. Es decir, suspende la lucha mos- del impulso erótico reprimido. Sin
trando una conducta pacífica y desco- embargo, la “sublimificación” puede
nectada de toda agresividad. Entonces, referirse a otros impulsos, voluntad de
el contendor también suspende la agre- poder, codicia de posesión, sea de dine-
sividad y por ende la lucha termina. ro, cargos, beneficios, etc. Ahora sólo
Hay una cierta analogía con la “su- quiero hacer la diferencia entre subli-
blimificación” nietzscheano-freudiana: mación y sublimificación respecto de
desplazamiento del impulso y las acti- la voluntad de poder. El resentido so-
vidades “sustitutorias” o, si se quiere, cial, sordamente afectado por la pri-
“sublimes”, que calman la excitación y vación de bienes que ambiciona, se
descargan el impulso con acciones y siente desposeído injustamente. El re-
objeto distintos de los adecuados y pro- sentido social no suele, cuando es inte-

71
Chiappo

ligente y tiene información superior y ciones humanas sublimes ni para toda


educación política, gritar a voz en cue- expresión sublime de la vida erótica.
llo su envidia, su ambición. La ambi- Puede darse el luchador social auténti-
ción de status y la amargura de su des- co y el político espiritualizado. En am-
posesión envidiosa, es decir, los impul- bos casos la voluntad de poder no es un
sos vitales o móviles reales como la vo- fin en sí mismo sino una voluntad que
luntad de poder y la codicia de pose- entiende el poder como instrumento de
sión, se disfrazan entonces de voluntad servicio. En ambos casos se concibe la
de servicio y entrega filantrópica. Es política como misión y profesión que
decir, los móviles se sofistican, se es- obliga y abre el camino a realizar valo-
piritualizan, se convierten en sublimes res espirituales como justicia, solidari-
motivos de acción desinteresada, en dad, bien común, orden racional y de-
actividad social benéfica y en política. mocrático, autoridad ética, respeto a
Nuestro envidioso ilustrado puede con- las instituciones y a los derechos huma-
vertirse hasta en luchador social, vio- nos, apoyo y promoción para la realiza-
lento y peligroso. Esta es la psicodina- ción humana plena de la persona huma-
mia profunda, oscura y hasta quizá na. Es entonces del caso de la sublima-
inadvertida por el propio sujeto, quien ción elevar el impulso primario al nivel
se siente portador de una misión y que, alto de la motivación espiritual.
sin embargo, es una reivindicación de
sus necesidades, frustraciones y caren- PSICODINAMIA DE LA
cias. La piedra de toque llegará algún ESPIRITUALIZACIÓN O GENUINA

día cuando venga la tentación del poder SUBLIMACIÓN

y de la riqueza ya no como bienes ins- Se trata de la espiritualización del


trumentales sino como alienantes bie- impulso vital como un medio elabora-
nes absolutos. Aquí, en este caso, sí do esencialmente humano de realizar el
opera la interpretación desenmascara- impulso en su objeto propio sin sustitu-
dora, pues hay un verdadero rostro ción. El impulso no es reprimido sino
oculto: codicia, voluptuosidad de po- realizado y satisfecho, pero no de ma-
der, ambición de status, envidia; y una nera cruda sino a través de modos y
máscara que lo encubre: voluntad de formas espiritualmente superiores y
servicio, filantropía, justicia social. Es culturalmente finas, elegantes, encan-
un perfecto caso de “sublimificación”, tadoras. El impulso erótico al subsu-
es decir, de hacer sublime, entrega po- mirse en el modo y nivel de la espiri-
lítica de servicio, lo que no es sublime, tualidad se enriquece de sentido y de
codicia de status. intensidad de vivencia. Y para esta es-
Pero no se puede universalizar, como piritualización el impulso vital tiene
pretendería Nietzsche, para las motiva- que suspender su inmediatez y carácter

72
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

urgente y entrar en nuevas formas que bólicamente a la comida con la cual se


demandan postergación y espera. En satisface porque es su objeto natural. Y
las exigencias de forma que hemos vis- al adquirir niveles de refinamiento y
to en el amor cortés vemos una realiza- formas de elegancia y cortesía, niveles
ción típicamente demostrativa de lo de formas más exquisitas, el apetito ali-
que entendemos por espiritualización menticio se sublimiza y no por ello cae
del impulso vital. La cruda vitalidad al en la sustitución simbólica de la subli-
espiritualizarse adopta un tempo y una mación nietzscheano-freudiana. El gra-
forma superior que la hace discurrir en ve error de ésta es haber deformado lo
nuevos senderos de actividad refinada que se llama sublimación y con la de-
y que llevan a la plena y auténtica satis- formidad haberla exclusivizado como
facción, es decir en el objeto propio y psicodinamia universal del psiquismo
no sustituido ni transmutado en símbo- humano (Nietzsche) o como psicodina-
lo o convertido en valores espirituales mia interpretativa de los escapes cola-
o morales sublimificantes. El impulso terales y simbólicos de la represión se-
vital se despliega despertando valores xual de la libido (Freud). Por eso in-
de forma, de belleza, de encanto en su sisto en llamar “sublimificación” a la
paso al encuentro de su fin propio, en psicodinamia que malentiende lo que
el cual se realiza. La espiritualización es un legítimo y genuino proceso de su-
del impulso vital no trae una sustitu- blimación. Lo cual no impide que en
ción de objeto. En verdad, en la espiri- algunos casos la experiencia del sujeto
tualización ocurre que la cultura inter- consista en una psicodinamia de artifi-
viene en natura, embelleciéndola y ciosa y sinuosa sublimificación a la
dándole nuevas formas sin cambiar el manera nietzscheano-freudiana, y en
fondo erótico sino más bien intensifi- otros casos la vivencia del sujeto con-
cándolo. Tal cosa puede ocurrir en el siste en una esplendorosa sublimación
apetito, cuando su satisfacción no está del impulso vital por su clara y legítima
atada al inmediatismo grosero del tra- espiritualización.
gar. Se espiritualiza el apetito, la gana, La sublimación espiritual auténtica es
el tener hambre, cuando se realiza me- una realización sursumactiva de un ac-
diante refinamientos de maneras e ins- to vital en un acto espiritual que lo
trumentos, platería u oro, cristalería, transfigura sin sustituir su naturaleza
manteles y candelas. El apetito, como vital ni su objeto propio. La “sursu-
impulso grosero, cuando sólo satisface mactionis” es un concepto medieval
una necesidad inmediata de hambre, en bonaventuriano que se refiere a la fuer-
cambio, cuando es espiritualizado por za y forma elevadoras del psiquismo a
la cultura o cultivo humano esmerado, un nivel espiritual. En la “sublimifica-
no desvía su fin ni éste sustituye sim- ción” lo que hay es una supresión re-

73
Chiappo

presiva del impulso y del acto vitales ra al mismo fenómeno de espiritualiza-


que los lleva a una ritualización susti- ción del impulso vital que nosotros des-
tutoria de la satisfacción en una repre- cribimos. Efectivamente, Nietzsche
sentación simbólica, gaseosa, que lla- usa “espiritualización de la pasión” y
man “sublime”, “espiritual” y por ende nos dice que la “espiritualización de la
fantasmal, irreal. En cambio en la su- sensualidad se llama amor” (“Die
blimación genuina la injerencia de la Vergeistigung der Sinnlichkeit heisst
espiritualidad en la realización del acto Liebe” Die Götzen-Dämmerung). Esta
vital y en la satisfacción del impulso afirmación la hace en El crepúsculo de
vital es una forma viva y embellecedo- los ídolos, donde precisamente se es-
ra, humanizadora. Es necesario des- mera en desenmascarar todo lo que
contaminar de freudismo el fenómeno suena sublime y superior. Entonces
auténtico que llamamos sublimación aquí tenemos otra forma de desenmas-
genuina. Del mismo modo, hay que pe- carar la verdadera índole subrepticia de
netrar en la vena noble e interesante del eso que se llama amor: el amor no es,
fenómeno psicodinámico de la espiri- en esta frase de Nietzsche, sino sensua-
tualización del impulso vital y librarla lidad sexual disfrazada en formas y
de la sospecha nietzscheana y de la ne- maneras que se llaman amor, y que al
cesidad de desenmascararla, pues no espiritualizarse esconden su verdadera
tiene máscara, es lo que es en sí misma naturaleza sexual. Lo que está debajo
y no encubre nada. El impulso natural del amor es el deseo sensual. Estamos
se desarrolla, crece y se transfigura a en la misma tónica de degradar tanto la
través de formas cultas y refinadas que sensualidad como su disfraz espiritua-
lo diferencian del animal y que viene a lizado que se llama amor. Es decir, esta
constituir la profundidad espiritual del espiritualización de la sensualidad que
animal humano. Nietzsche considera que es el amor no
Es el mismo Nietzsche el genial des- es sino otro caso, una manera de seña-
cubridor de lo que mejor llamamos lar la misma psicodinamia de “sublimi-
“sublimificación” (en el Aforismo 1 de ficación”. La fina ironía ligeramente
“Humano, demasiado humano”) y que sarcástica que esconde la frase de
Freud popularizó como salida a la re- Nietzsche sobre la sensualidad y el
presión del impulso erótico, y nos ha- amor en verdad es un caso en el cual el
bla de “espiritualización de la pasión”. propio Nietzsche incurre en lo que él
Nietzsche concibe una elevación de denunciaba como “antitético de la espi-
nivel cuando afirma: “Las pasiones ritualización” de la pasión y que es la
transfiguradas, su orden superior, su “diabolización del Eros” (“... diese
espiritualización”. En una primera mi- Verteufelung des Eros” Aurora,
rada pareciera que Nietzsche se refirie- Aforismo 76). Por el contrario, nuestro

74
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

ejemplo del “amor cortés” sí es un que considera una refinada espirituali-


ejemplo de auténtica psicodinamia de zación. Es el caso, por ejemplo, cuando
genuina espiritualización. En la subli- Nietzsche nos dice:
mación hay un reconocimiento del va-
La victoria de la estupidez de la pasión
lor de la sensualidad, en la “sublimifi- me parece la más grande victoria que
cación” no; hay desvalorización de la jamás se haya obtenido: es decir, conser-
sensualidad como algo que hipócrita- var la pasión pero amasarla con la leva-
dura del espíritu, de la finura, de la cau-
mente debe disfrazarse con las maneras
tela de modo que ella se convierta en de-
“espirituales” del “amor”, el limpio licia de la existencia [subrayado de
“amor”, cuando en realidad se trata de Nietzsche]. En el pasado se quería sim-
la “sucia” sensualidad. Este es el fenó- plemente aniquilar la pasión a causa de
su estupidez y de las malas consecuen-
meno que Nietzsche tuvo en cuenta y cias que de ellas se derivaban: pero era
que se debe al puritanismo decimonó- una segunda estupidez agregada a la pri-
nico. Para nosotros la sublimación es mera. (Cuaderno W II 6.43-44 transcrito
en la nota 44, al texto de El crepúsculo
un fenómeno psicodinámico que abre
de los ídolos. Edición nietzscheana de
el espacio interior de profundidad del Giorgio Colli y Mazzino Montinari, vol.
animal humano. En cambio la “subli- VI, tomo 3, pp. 494-495).
mificación” y, como en seguida vere- Nietzsche considera que la cruda pa-
mos, la “pseudoespiritualización” sión, es decir, el impulso ciego, en bru-
nietzscheana son fenómenos psicodi- to de la pasión es estúpida por las com-
námicos que en la profundidad del ani- plicaciones que acarrea y que, por ello,
mal humano revelan recursos de hipo- resulta sagaz no suprimirla sino espiri-
cresía y disimulo, de enmascaramien- tualizarla. En mi opinión, Nietzsche
tos que son precisamente los grandes utiliza espiritualizar en el sentido de
hallazgos psicológicos de Nietzsche, transformar el sentimiento en pensa-
cuyo error fue generalizarlos para toda miento, la inmediatez del impulso en
psicodinamia de los impulsos y desco- cautela, transmutar la materia pasional
nocer la sublimación genuina en su ac- en lo que llama espíritu, y que viene a
titud difamatoria de escándalo. ser desprender de la pasión su rudeza
Sin embargo, Nietzsche ondula pen- elemental y procurarla de formas de
dularmente entre lo que diríamos “su- realización que eviten tal estupidez do-
blimificación” (como en el caso del tándola de canales en que la acción sea
amor y la sensualidad, donde se en- más perspicaz, más sutil, más repensa-
cuentra uno con un reduccionismo pe- da, más circunspecta, prudente y cuida-
yorativo del amor a mera sensualidad) dosa (“viel klüger, viel nachdenklicher,
y (aparente) sublimación auténtica, en viel schönender”, Mazzino Montinari
la que se diferencia el crudo impulso de traduce “molto più inteligente”, “molto
la pasión y su realización a través de lo più pensosa”, “molto più moderata”).

75
Chiappo

No se trata de espíritu como nivel su- con el menor riesgo. Se trata del pensa-
blime de valores, sino de cálculo, astu- miento al servicio de la pasión para
cia, maldad. Y esto se ve con claridad postergarla y hacer que el acto sea más
cuando dice “nuestro otro gran triunfo prudente, cuidadoso y eficaz. Es esto
es nuestra espiritualización de la ene- indicativo del animal profundo, el
mistad” (subrayado por Nietzsche). Se hombre, como el animal más peligroso.
trata indudablemente de una pseudoes- Es que puede convertirse por esta pseu-
piritualización, en cuanto no hay un doespiritualización del impulso o más
ascenso a formas sublimes, es decir, a bien noetización del odio en el animal
la nobleza de los valores superiores, más cruel y refinado.
pues para realizar el impulso inamis- La sublimificación revela profundi-
toso, el odio, se trata de quitarle esa es- dad psíquica, pues consiste en la susti-
tupidez inmediatista imprudente y di- tución supresiva de los impulsos consi-
recta, dándole canales “espirituales” derados inferiores y que se enmascaran
(vale decir recursos de astucia) a la pa- bajo instancias y apariencias superio-
sión para que se realice en forma más res, las cuales resultan ser epifenomé-
cauta, refinada, más acorde con lo que nicas o aparienciales. El animal pro-
llama “delicia de la existencia”. Es evi- fundo vuélvese así un animal hipócrita,
dente que Nietzsche se está refiriendo a incluso consigo mismo. Este fenómeno
la transmutación del odio y del resenti- es en verdad psicosocial, pues es la im-
miento como pasiones que pertenecen posición de una moral represiva biofó-
a la vida afectiva. Es así que alude a bica. En cambio, el fenómeno de la es-
una psicodinamia que revela la existen- piritualización del impulso vital en vez
cia de un fenómeno psicológico inquie- de suprimir el impulso lo facilita y refi-
tante en el animal profundo cuando na adecuada y óptimamente, gracias a
Nietzsche se refiere a este fenómeno de formas de la cultura puestas a su favor
lo que llama “espiritualización de la y que lo intensifican y embellecen tan-
enemistad”. En realidad se trata de una to en el proceso de su realización como
noetización del nivel de pathos. Se en el momento culminante de su satis-
trata de una inquietante elaboración facción en su objeto propio, sin sustitu-
que permite realizarse al odio o la ene- ción ninguna ni supresión. En la espiri-
mistad pero hiriendo astutamente en el tualización de la ‘conducta’ la materia
momento oportuno, no inmediatamente sensible se ilumina como campo de ex-
como exige la pasión sino mediata- presión del espíritu, pues así es como el
mente como lo piensa la razón impura. espíritu ‘conduce’ al cuerpo, como la
Es decir, la que con el pensamiento inspiración ‘conduce’a la técnica para
pondera las condiciones razonables pa- convertirla en arte, así, del mismo mo-
ra actuar con el máximo de eficacia y do, hacer del impulso erótico y de los

76
El animal profundo: perfil psicológico del hombre

actos del cuerpo la expresión del amor. de la existencia humana. Se trata de la


Creo que ahondar la espiritualización realización o de la frustración de un ni-
en la psicodinamia de las motivaciones vel de existencia superior, el de los mo-
no sólo es ahondar en la profundidad tivos sublimes. Creo que el psicólogo
de animal humano, es también diseñar tiene que ahondar en el problema de la
su verdadero perfil avizorando, así, los realización o del fracaso existencial co-
niveles más altos. En esta espiritua- mo problema psicológico fundamental.
lización de las motivaciones se intro- El hombre es el animal que puede espi-
duce en el estudio de la psicología los ritualizar su conducta y en la medida en
motivos sublimes de la experiencia y que lo hace es más hombre.
de la conducta humanas, el bien, la jus-
ticia, la belleza, el amor, el saber, la REFERENCIAS
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mo psicofísico, determinado o condi- bolischen Formen. Londres: Bruno
cionado por factores endógenos, como Cassirer Oxford.
los hereditarios, los genéticos y exó- Chiappo, L. (1955). Investigación experi-
genos, como los sociales, familiares y mental acerca del proceso configurati-
educativos. En verdad, la persona está vo noético-perceptivo en los afásicos.
montada sobre un organismo psico- Revista de Neuro-psiquiatría, 21, 456-
458.
fisiológico humano. Es la metáfora del
jinete que ‘conduce’ el comporta- Chiappo, L. (1957). Prueba de integración
miento de la cabalgadura. El hombre noético-perceptiva en esquizofrénicas
crónicas. Anales de la Facultad de
‘conduce’ a su organismo porque es
Medicina, 40, 108-129.
persona que tiene fines, y fines supe-
Chiappo, L. (1958). La evolución verbal
riores, sublimes. Es que gracias a la
categorial en las lesiones cerebrales.
persona como sujeto de la vida psíqui- Revista de Neuro-psiquiatría, 21, 456-
ca es posible en el animal humano algo 481.
nuevo e inusitado en la escala animal:
Chiappo, L. (1959). The noetic-perceptive
la autodeterminación y la libertad co- configuration test and impairment of
mo proyecto intrínseco de autorrealiza- the abstract attitude. Journal of Indivi-
ción de la propia existencia. En esto dual Psychology, 15, 93-99.
está el quid de la plenitud o del fracaso

77
Chiappo

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