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hombre
Leopoldo Chiappo
Universidad Peruana Cayetano Heredia
Lima, Perú
Dirección del autor: Universidad Peruana Cayetano Heredia. Centro Cultural Honorio Delgado.
Av. Armendáriz 445, Lima 18, Perú.
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mal vivo y provoca el disparo de sus tienen parangón con los animales hu-
dispositivos neuromusculares, el ani- manos. De tenerlo serían animales hu-
mal humano intercala lo que llamamos manoides o, más bien, primates franca-
la disposición funcional noético-confi- mente humanos. Y en esto consiste la
gurativa, lo cual le permite construir un profundidad humana en lo que concier-
mundo de objetos integrales llenos de ne a lo que en sentido amplio puede lla-
sentido (y no un paquete de estímulos), marse circuito recepción-acción, que
un círculo humano de personas entre vincula el organismo animal a su me-
las cuales interactúa (y no meros im- dio externo, en el continuum del cuer-
pactos encadenados a reacciones) e, in- po vivo en el mundo. El cuerpo del
cluso, un mundo de símbolos, es decir, hombre, pues, es una caja de resonan-
la cultura. Precisamente, la cultura de- cia exquisita y amplia de lo que acon-
be entenderse de dos maneras: a) como tece en el mundo, algo así como “el es-
un sistema de intermediación entre pejo viviente del universo”, para em-
organismos humanos subsumidos en la plear la bella aunque un poco exagera-
instancia superior de personas y a da expresión de Leibniz. Digo exagera-
través de símbolos; y b) como un sis- da con relación al hecho más frecuente
tema de símbolos que contienen en que consiste en que los hombres suelen
forma elaborada connotaciones signi- vivir en estrechos círculos de vida limi-
ficativas e ideales de la experiencia tados a sus afanes, temores, ambicio-
humana y del conocimiento del mundo nes y pasiones egocéntricas, los cuales
natural y humano, como el lenguaje, la recortan el horizonte amplio universal,
religión, la ciencia, el arte, en suma el en la medida de sus alcances mentales
universo de las formas simbólicas (en e intereses subjetivos. Son pocos los
el sentido de Ernst Cassirer). La pa- hombres que alcanzan objetivamente a
labra es el sistema paradigmático de acercarse al inmenso universo y con
símbolos a través de la cual los hom- ello a ser verdaderos “espejos vivientes
bres se hacen confidencias que la natu- del universo” en la maravillosa expre-
raleza no entiende, confidencias filosó- sión del gran filósofo y matemático
ficas, religiosas, artísticas, científicas, alemán.
políticas, económicas, jurídicas. Es un En el circuito recepción-acción del
mundo interior que abre en el animal animal humano por ser sujeto la perso-
humano una profundidad inaccesible al na y no el mero organismo psicofisio-
animal no humano. Y el sistema de lógico, por intercalarse el sistema noé-
intermediación intersubjetiva que es la tico-configuracional de símbolos, len-
cultura constituye la morada del hom- guaje, instituciones, etc., por abrirse la
bre a la cual los organismos psicofísi- posibilidad personal de la libertad co-
cos por más evolucionados que sean no mo proyecto existencial y libre albe-
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tal” (de Ajuriaguerra & Hécaen, 1957). asombrado: “¡Calavera vacía! ¡Y pen-
Y este aumento relativo del cerebro sar que todo era dentro de ti, cala-
respecto del cuerpo del animal nos lle- vera!”. Él ha hecho ver la esencia de la
va a considerar lo que puede llamarse realidad psíquica, que envuelve la ex-
una mayor ‘neuronización’de los órga- periencia vivida, los pensamientos,
nos corporales, los cuales, entonces, imágenes, sentimientos, anhelos, pesa-
cuentan con una mayor irradiación de res, alegrías y tristezas que resumidos
terminaciones nerviosas por centímetro en ese “todo era dentro de ti” han ocu-
cúbico de tejido orgánico, especial- rrido dentro de la caja que hoy es sólo
mente en ciertas partes como los la- una caja vacía, una calavera. Y es que
bios, los órganos vocales y las manos. el acontecer de la vida psíquica, el
Esto a mi juicio constituye la base or- acontecer de la consciencia ocurre den-
gánico-neural de la mayor y fina sensi- tro de una caja mineral de mil quinien-
bilidad del ser humano, así como la tos centímetros cúbicos de volumen
mayor eficiencia de sus actos, especial- para alojar una masa encefálica de ape-
mente con las manos. El mayor índice nas un kilo y medio de noble materia,
encefálico y lo que llamo la mayor y asiento de la vida que se vive en su
más fina y selecta ‘neuronización’del intensidad y problemas, y también en
aparato psicofísico son las bases mate- sus beatitudes y placeres.
riales, biológicas, que responden a la Shakespeare (circa 1596-97) tenía
‘personalización’del psiquismo huma- consciencia aguda de lo asombroso del
no. De allí la profundidad, la interiori- cerebro humano y por eso puso en boca
zación, el espesor de vida interior del de uno de sus personajes: “el cerebro,
psiquismo humano. La relación perso- esa frágil morada del alma” (King
na-aparato psico-físico es una relación John, acto V, escena VII). Y es por esa
sujeto-instrumento. Puede ser entendi- consciencia asombrada que Shakes-
da como una relación estatua-funda- peare le transmite ese asombro profun-
mento. Son dos perspectivas que se do y lúcido del animal humano inteli-
complementan, siempre que se vean gente a su personaje Hamlet (circa
como concepciones descriptivas, no 1599-1600), quien en la escena en el
explicativas ni doctrinarias, como pre- cementerio frente a una calavera de
tenden ser el espiritualismo y materia- hombre arrojada en la tierra exclama:
lismo, respectivamente. “¿Dónde están ahora sus sutilezas y
El cráneo es pues la caja que contiene distingos, sus argucias y subterfugios y
este portentoso trozo de materia ilumi- artimañas?”. Y enterado de que se trata
nada de consciencia superior que es el de Yorick, el ingeniosísimo bufón de la
cerebro humano. Es así que el poeta corte del rey, coge la calavera de Yo-
Antonio Machado pudo exclamar rick y con su cráneo entre las manos re-
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fundización vivencial del escenario del tada por la fuerte seducción del arte y
mundo sensual nos lo puede dar la con- que ha hecho noblemente famosas a
ducta erótica que acontece como expe- Marie de Champagne, Eleanor de
riencia de transfiguración del sexo ani- Aquitaine, Ermergarde de Narbonne,
mal al humanizarse en forma sublime. Isabelle de Vermandois y a excelsos
Del estímulo-reacción elemental e in- poetas y músicos como Giraut de Bor-
mediatista constreñido al estro, propios neil, Arnaut Daniel, Bernard de Venta-
del primitivismo del sexo entre los ani- dour, Jaufré Rudel, Bertrand de Born.
males, el hombre, el animal profundo, El tosco marido feudal, guerrero y
inventa las formas más exquisitas y re- hombre rapaz instala la deuda sexual
finadas de amor. En esto puede dar tes- que le debe la esposa por pacto matri-
timonio encantador, y para poner un monial, motivado por intereses políti-
ejemplo histórico documentado, los cos y económicos. El acto sexual para
modos de conducirse de las damas y las la esposa pactada no es más que el
creaciones poéticas y musicales de los cumplimiento de una obligación, el pa-
trovadores, así como las “cortes de go de una deuda al marido acreedor in-
amor” que florecieron en la paradisíaca delicado y muchas veces violento, en
región meridional de la Provence y todo caso exigente. A la torpe necesi-
también en Poitiers, en Troyes y en el dad orgánica la fría imposición de la
Languedoc en el siglo XII. Son estas norma social. La mujer cumple a des-
manifestaciones del amor secreto un gano un deber y el marido desfoga unas
verdadero florecimiento de la vida eró- ganas. Y es en estas condiciones que el
tica intensa y profunda, verdaderas flo- animal humano ha instalado una domi-
res de poesía y de música que brotaron nación social sobre una pulsión biológi-
al borde de la inspiración y de las for- ca. Pero el animal humano es profundo.
mas dulces del arte y de la creación La chatura de una sexualidad prima-
musical refinada, y en contraste y co- ria impuesta, rutinaria y obligatoria,
mo compensación de una sexualidad tiene que ser sustituida por el relieve
impuesta y fría, pisoteada por su supe- profundo y encantador de la elabora-
ditación a las costumbres matrimonia- ción cultural del sexo. A la inmediatez
les ligadas a pactos políticos, negocios del sexo animal el hombre intercala to-
y obligaciones feudales. Los poemas, das las vivencias y formas intermedias
las canciones y el “amor cortés” han de la espera, del cortejo, del diálogo y,
inmortalizado los nombres de las bellas como decimos, de la poesía y de la mú-
mujeres que participaron en esta re- sica. Elio Donato, interpretando el arte
dención del amor cautivo, redención de amar de Ovidio y en su comentario
que se manifestara en una sensualidad, sobre Terencio, señaló desde el siglo
intensa, oculta, refinadamente desper- IV para la Edad Media, la secuencia del
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dad del viejo y solemne Aristóteles, su- El mundo por dos fines trabaja: por el
ma autoridad escolástica en el siglo primero
Por haber mantenencia, el otro fin
XIV, escribía en su Libro del buen sincero
amor (1955) los siguientes versos ale- Por haber juntamiento con macho
jandrinos: placentero
Como dice Aristótiles (sic), cosa es Pero hay otras imágenes del hombre.
verdadera, Por ejemplo, la que diseña y pinta con
El mundo por dos cosas trabaja: por la
primera, lucidez Maquiavelo. No es de esperar
Por haber mantenencia; la otra cosa era que la encontremos tan risueña como la
Por haber juntamiento con de los dos Arciprestes, el machista y el
fembra placentera.
feminista. Más bien una imagen psico-
lógica, que en contraste con los altos
Como puede verse el Arcipreste ve en
ideales de Maquiavelo resulta apesa-
el placentero y necesario instinto ali-
dumbrada, la del hombre superior de-
menticio y en el también placentero y
sencantado de la realidad de los hom-
necesario instinto reproductivo los dos
bres.
móviles fundamentales del esfuerzo y
Maquiavelo pensaba y lo escribió:
de la actividad humanos. Y claro, el
“en el mundo no hay sino vulgo” (“nel
primero, “el haber mantenencia”, está
mondo non è se non vulgo”). Y estaba
vinculado con la seguridad de la vida,
convencido de que el hombre es tal que
el temor de no sobrevivir a la penuria y
primero olvida la muerte del padre que
a la escasez, el trabajo por el sosteni-
la pérdida del patrimonio, y por ello
miento. Y el segundo se refiere no tan-
ofrecía el siguiente consejo al Príncipe:
to a la reproducción cuanto al placer
del sexo. En cuanto a esto, el Arcipres- Es mucho más seguro ser temido que
te, digno hijo de su siglo y de su na- amado... porque de los hombres se
ción, es machista. Habría que inventar puede decir esto generalmente, que son
ingratos, volubles, simuladores, huido-
un filósofo contemporáneo que invente res de peligros, codiciosos de ganancia.
la contrapartida feminista. Y no podría
Y esto no ocurría solamente en la
encontrarse alguien mejor que la reina
corte del “magnífico” Lorenzo di Piero
del feminismo, pionera inteligente de
dei Medici, a quien va dedicado su
los derechos del “segundo sexo”, Si-
libro Il Principe, pues quién no ha visto
mone de Beauvoir, a quien podemos
todos los días confirmarse esta obser-
atribuir la autoridad paralela a Aristóte-
vación de Maquiavelo: “Y los hombres
les en estos versos paralelos a su vez de
tienen menos cuidado de ofender a uno
los del risueño Arcipreste:
que se haga amar, que a uno que se ha-
Como dice Simone de Beauvoir, hecho ga temer”. Y Maquiavelo era un hom-
es verdadero bre fino y espiritual. Durante su exilio
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y confinado en una granja hubo de de- Il Principe, y no, como se cree, un ma-
dicarse a las duras faenas del campo. nual de maquiavelismo canallesco para
Desde la madrugada, todos los días tra- políticos inescrupulosos, venales o san-
bajaba como labriego, y regresaba al guinarios.
atardecer a su mansión con las botas Baltasar Gracián, jesuita sabio y sa-
llenas de barro y el vestido sucio. Ya gaz, dos siglos después observaría:
adentro se cambiaba y ya aseado se po- “Tratolos como ellos merecían y cono-
nía su vestido de corte, y así trajeado ciose bien, que con la gente vil obra
con el lujo de una ceremonia cortesana más el rigor que la bizarría” (en este
Maquiavelo entraba a su biblioteca y pasaje del Criticón “bizarría” significa
así listo para recibir y ser recibido por “generosidad”, lucimiento, esplendor
los príncipes de la inteligencia, los glo- en el matiz de la valentía y de la gallar-
riosos autores de los antiguos libros día) (Gracián, 1941). Podemos com-
que, colocados sobre los atriles, se dis- pletar este cuadro sombrío de la natu-
ponía a leer, y por ende a conversar con raleza humana recordando a uno de los
esos príncipes de la nobleza humana más lúcidos psicólogos: Federico
del saber, con Homero, Virgilio, Hora- Nietzsche, quien en la duda de si todos
cio, Ovidio, Cicerón, Séneca, Dante. los hombres, sean pusilánimes o cobar-
Tal el respeto a la lectura como en- des, concluye que “los hombres son
cuentro, ya no en la ceremonia palacie- aún más perezosos que cobardes y lo
ga con los políticos, diplomáticos, ge- que temen generalmente son los com-
nerales y personajes que solía recibir promisos que les crearían la sinceridad
en su despacho de secretario de Estado, y la lealtad absolutas” (“Consideracio-
efímeros comediantes de la hora, sino nes a destiempo: Schopenhauer, educa-
en la íntima ceremonia de la lectura de dor”, sin fecha). Y dice respecto de lo
los príncipes de la inteligencia, los au- que llama “escala de medida para todos
tores de los libros eternos (véanse las los días: Rara vez nos equivocaríamos
cartas, para mí conmovedoras, ya en el si nos decidiésemos a explicar las ac-
exilio, del 9 de abril de 1513 y del 10 ciones extraordinarias por la vanidad,
de diciembre del mismo año, a su ami- las vulgares por la costumbre y las pe-
go Francesco Vettori). Maquiavelo era queñas por el miedo” (“Humano dema-
indudablemente un fino psicólogo y siado humano”, Aforismo 74). Es inte-
hombre altamente espiritual, cuyo pa- resante vincular la explicación de las
ladar exigente para catar la sustancia “acciones extraordinarias por la vani-
psíquica de los hombres le sirvió para dad” de este aforismo con el Aforismo
escribir un libro que los retrata con rea- 1 del mismo libro, en el que formula
lismo: la condición de la existencia hu- Nietzsche su interpretación desenmas-
mana deformada en el juego del poder, caradora de la “sublimación”, en el
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cual por primera vez habla de este des- cual, motivación sólida, real, se dis-
cubrimiento e interpretación psicológi- fraza de acción extraordinaria al tor-
ca profunda que, tomándolo de Nietzs- narse gaseosa, sublime. Es la vanidad
che, utilizó Freud abundantemente para misma de que están hechos los actos
erigir los fundamentos de la interpreta- sublimes de los hombres. Los actos
ción psicoanalítica del psiquismo hu- vulgares y las pequeñas vanidades no
mano y su psicodinamia. Me parece requieren disfraz, se presentan en su
muy probable que el puente que vincu- real ser, producto de la rutinaria
la a Nietzsche con Freud fue Lou An- costumbre y del miedo. No necesitan
dreas von Salomé, inteligentísima y en- disfrazarse cuando no hay pretensión
cantadora amiga y admiradora de am- de grandeza, si sólo hay rutina y miedo,
bos y admirada por ambos. dos formas habituales del psiquismo
Efectivamente, en el Aforismo 1 de vulgar.
“Humano, demasiado humano” utiliza La imagen peyorativa sobre el ser hu-
el fenómeno físico del paso de sólido a mano adquiere en Nietzsche sus tintes
gaseoso de ciertas sustancias químicas, más oscuros cuando se refiere al sexo
que se conoce con el nombre de “subli- femenino, para cuyo trato recomienda
mación”, para escribir metafóricamen- el látigo, luego de haberse referido a su
te de la “química de las ideas y de los superficialidad y servilismo (“Also
sentimientos”, por lo cual una materia sprach Zaratustra”, diálogo con la an-
sólidamente baja se gasifica al espiri- ciana).
tualizarse, y siendo materia abyecta se Nietzsche, sin embargo, considera
“sublimiza”, presentándose con una peyorativamente el psiquismo humano
apariencia gaseosa noble. Es el famoso como algo, producto de masificación
fenómeno al cual yo prefiero llamar colectiva y del devenir histórico, como
“sublimificación”, es decir, hacer puede verse en lo que él llama “el últi-
sublime lo que no es sublime, usando mo hombre”, el hombre de la plazuela,
una palabra que utilizó por única vez sin ideales, aburrido, nihilista, vulgar.
Honorio Delgado en su primer artículo Exalta las grandes individualidades del
sobre psicoanálisis, publicado en el pasado como César, aunque encuentra
diario El Comercio en 1915, y que qui- siempre el talón de Aquiles en los per-
zá fue un error de imprenta. Efectiva- sonajes más venerados como Dante,
mente, para Nietzsche “las acciones Goethe, Wagner y otros incluidos en
extraordinarias” que realizan algunos sus aventuras de mesnadero en que ha-
hombres excepcionales tienen detrás ce correrías aforísticas contra los “ac-
de su “sublimidad” y, por ende, noble- tuales”, los ídolos que están de moda
za, una motivación vulgar, y, en con- (“Streifzuge eines unzeitgemässen”
secuencia, vileza, como la vanidad, la [“Correrías de un inactual”, diverti-
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mentos a costa de los que él llama “mis excelente. Es hambre y sed que des-
imposibilidades” en la Genealogía de piertan lo que yo llamaría una suerte de
la moral y en el Crepúsculo de los ído- fino olfato para el infinito frescor de lo
los]). El hombre actual, su psiquismo eterno, un oído afinado para percibir la
defectivo, debe ser superado y Nietzs- “música callada” (San Juan de la Cruz
che traza una imagen del hombre posi- 1980); ojos luminosos para penetrar la
ble en el hombre dionisíaco (véase “tiniebla superluminosa” (Pseudo-Dio-
Chiappo, 1978: 108). La imagen del nisio Areopagita, oscuro monje sirio
hombre dionisíaco es una feliz imagen del siglo V); un gusto para entrar en la
del hombre con psiquismo iluminado “sobria ebrietas” (Gregorio de Niza,
por la fuerza, la energía y la embria- contemplativo místico capadocio del
guez festiva de Dionisios; es el hombre siglo III; Danielou 1953) o si se quiere
libre que ha dejado atrás el espíritu de un gusto capaz, para usar una expre-
esclavitud servil y el espíritu pesado, es sión de nuestro gran poeta César Valle-
el hombre que ha superado al hombre jo, de ir “saboreando un sabor ya sin
actual. Se trata del que Nietzsche llama sabor”. Es que el hombre, este animal
con una expresión muy malentendida humano, inaugura en el planeta un nue-
“Uebermensch”. No se trata del ario vo instinto, lo que el Aquiniano llama
prepotente de los nazis, sino del hom- maravillosamente el “instinctus divi-
bre que ha superado al hombre pesado nus”, el estímulo, el aguijón de lo divi-
y convencional, y que, por tanto, dise- no (la palabra instinto incluye esencial-
ña una nueva imagen del psiquismo hu- mente la idea de aguijón, de punta irri-
mano más parecida al artista libre y tante que suscita reacción, pues remon-
fascinado por la Belleza y muy lejos ta al sánscrito tigmah, punteagudo). Se
del tirano prepotente. Es penoso que da en el animal humano como un salto
rara vez se haya entendido la proyec- de nivel espiritual del psiquismo ani-
ción dionisíaca del psiquismo suprahu- mal pero se manifiesta este “instinctus
mano. divinus” como un aguijón que atravie-
Contrasta enormemente con las des- sa a ciertas naturalezas personales in-
critas y mencionadas imágenes som- dividuales lacerándolas hasta las entra-
brías del hombre (y que yo considero ñas mismas. Y a veces este aguijón es-
exactas en lo que atañe al hombre de- timulante divino tiene la misma premu-
fectivo en cuya realidad fracasa el pro- ra, y a veces aún mayor, que la sed, el
yecto humano) con otras no menos rea- hambre y el deseo físicos, y su punta
listas por ser radiantes y luminosas y (tigmah) acicatea en la aspiración a lo
que descubren en el animal humano infinito y eterno, en la fascinación y la
una nueva hambre y una nueva sed. Es necesidad de belleza, en la investiga-
el hambre y sed por lo excelso, por lo ción de la verdad, en la lucha por la jus-
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das pero si a veces no lo están quizá Y aquí encontramos otro de los ras-
pueda ser mejor, ¡pues del chillido del
gos del perfil psicológico del hombre:
contraste y fricción entre ellas pueden
saltar las chispas del genio! una máquina puede descomponerse, un
vegetal puede agostarse y así marchi-
El psicólogo ha de estar abierto a to-
tarse, un animal puede enfermarse y
das las posibilidades motivacionales de
morir, solamente el hombre como per-
la conducta humana y abandonar la vi-
sión tubular a que lo reduce el prejuicio sona puede frustrar su existencia, falsi-
de escuela. Y quizá si hubiera que bus- ficar su ser, despersonalizarse. Es en-
car una motivación fundamental habría tonces que podemos presenciar el triste
que encontrarla en la autorrealización y único cuadro humano: sólo el hombre
de sí mismo, como a su manera lo han puede sufrir la terrible añoranza de no
observado el neurobiólogo genial Kurt haber llegado a ser lo que podría haber
Goldstein en el campo de la biopsi- sido y tener entonces una conciencia
cología del sistema nervioso humano y más o menos lúcida, más o menos
Abraham Maslow, en su psicología hu- anestesiada y evasiva de la profundi-
manística. Al servicio de la autorreali- dad de su ser no realizado. Creo que
zación, sea para la plenitud o la frus- aquí está el problema fundamental de
tración del ser propio, están todas las los hombres y no, como suele creerse,
demás motivaciones, los contrastes, los en los problemas sexuales, económi-
sufrimientos, las derrotas o los placeres cos, sociales, de comunicación, etc.,
de la vida. Como dice el gran maestro que tanto se han magnificado como bá-
Honorio Delgado: “No es posible acep- sicos y que siendo fragmentarios y co-
tar como instinto fundamental ninguno laterales pueden ser solamente síntoma
de los que por definición son tenden- o expresión simbólica del básico pro-
cias parciales o instrumentales: llámen- blema existencial del cumplimiento o
se instinto de conservación, egoísmo, fracaso del propio ser sí mismo. En la
libido sexual, voluntad de dominio, psicología del hombre superior se da el
agresividad o instinto de muerte”. Y destino como una cierta configuración
culminando la abarcativa clasificación del modo de ser y manera de vivir que
de la variedad enorme de los instintos enriquece la existencia humana en altu-
humanos realizada por Alexander ra de valores, en complejidad de psi-
Pfänder, Honorio Delgado concluye quismo, en sutileza de pensamiento y
con esta afirmación que tiene la ver- hondura espiritual de la persona. En el
dad, la grandeza y lo sentencioso de un hombre mediocre tenemos un psiquis-
apotegma: “La cifra del instinto funda- mo rudimentario si no embrionario, po-
mental de cada persona sería: Quiero co vivo en imaginación, no-activo en
llegar a ser lo que ya soy en germen” inteligencia ni dinámico en memoria
(Delgado, 1938). formalizadora; un psiquismo poco inte-
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grado y teledirectivo, sin metas nítidas, En la segunda mitad del siglo XVI,
un psiquismo que propiamente se po- Michel de Montaigne (1941), en sus fa-
dría observar como indiferenciado. Es- mosos Ensayos escribía: “La plus
to hace al hombre mediocre y destino, grande chose du monde c’est de savoir
sin rumbo. Esto es lo común de los être a soy” y que yo traduzco abierta-
mortales, es lo que los franceses llaman mente en la plenitud de su ambigua sig-
l’homme moyen sensuel. El hombre, nificación: “La cosa más grande del
cada vez más influido por la exteriori- mundo es saber ser sí mismo y saber
dad, por la moda, por el contagio emo- estar consigo mismo”, pues la cosa más
cional e ideológico colectivo llega a ser insignificante existencialmente del
lo que es, en función del vaivén del mundo, la más mezquina situación per-
oleaje y el empuje del viento. Pero el sonal, la suprema miseria del psiquis-
hombre con destino es uno en quien mo, es no saber ser uno mismo y alie-
ninguna época, ningún acontecimiento, narse en cualquier forma de caricatura
ningún tiempo ni ningún poder podrá psicoespiritual y conductual imitativa
destruir, hacer añicos, la “acuñada for- de otro, sea persona o moda o corriente
ma que viviendo se desarrolla y evolu- social o ideológica, es decir, esnobis-
ciona” (Goethe). El hombre común, mo; y no saber estar solo, consigo mis-
por el contrario, es amorfo y pasivo a mo, sintiéndose aburrido o amargado.
los factores externos. Y es lo que pre- Es que, en verdad, la autofalsificación
domina por la influencia empobrecedo- y la amargura constituyen el más pro-
ra, avasallante del medio externo. No fundo fracaso existencial a causa de un
es extraño que las tendencias doctri- psiquismo de escaso vuelo espiritual.
narias y metodológicas de la psicología Quizá la máxima autorrealización sea
actual sean adecuadas al tipo de hom- lograr llegar a ser sí mismo con lo me-
bre de la época, es decir, sean doctrinas jor de sí mismo. Y la suprema, la divi-
y escuelas que dan el predominio ex- nización del espiritual avanzado. Y ello
clusivo a la explicación “ambientalis- en honda humildad.
ta” del comportamiento, y algunas has-
ta hayan suprimido la vida psíquica in- CARÁCTER MULTIMOTIVACIONAL DEL
PSIQUISMO HUMANO
terna del campo de la psicología. Pare-
cería que el animal profundo del mun- En suma, es preciso aceptar el carác-
do urbano científico-técnico de nuestra ter contradictorio y multimotivacional
época estuviese perdiendo hondura de la conducta humana. Y al aceptar la
psíquica y espiritual, alineándose en la variedad de motivaciones y el contra-
chatura de la nivelación por lo bajo, punto estructural de su corriente diná-
por lo superficial y externalista, sin mica, no solamente nos damos cuenta
interioridad. de la dimensión de profundidad del
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lo que llaman hacken ordnung, obser- hay un alguien para quien uno vive, y
vando a las aves que se comportan en que otorga sentido a nuestra vida; o que
el recinto territorial en una escala de al compartir con otra persona la vida se
agresividad sucesiva que empieza con rompe la soledad y viene un diálogo
el picotazo del más fuerte y termina existencial que le da un sentido de
con el picotazo que recibe el más débil amor y de amistad, de solidaridad, de
e indefenso. Parecería no cosa de aves compañía a nuestro existir. La profun-
sino una suerte de fábula esopiana apli- didad del animal humano exige una
cable a lo que ocurre entre el personal psicología que ahonde en el sentido
de la organización administrativa de que obra la existencia en el ser para
los centros de trabajo en las ciudades otro y en el ser con otro, sentido que
de los hombres. La cadena del orden modifica totalmente sea por realización
del picotazo parece imperar en las ofi- o por frustración el carácter, los senti-
cinas, talleres y en toda organización mientos, las conductas, las actitudes,
humana usualmente mediana y deses- los modos de ser y las maneras de vivir,
piritualizada. En esa cadena se frustra la naturaleza del psiquismo, involucra-
la libertad y la dignidad de la persona. das en esas dimensiones de la relación
Romper esa cadena es tarea de una psi- social rigurosamente personal. Es que
cología pneumoanalítica (pneuma espí- la motivación social arraiga en uno de
ritu). los existenciales que Martin Heidegger
La motivación social tiene gradacio- considera en su Analítica existencial:
nes y matices, desde el gregarismo que “mit-Sein”, “Ser-con” (Heidegger,
nos asimila al rebaño, la angustiosa in- 1957).
quietud de no poder estar solo que tiene La motivación espiritual pneumotéli-
cierta gente, hasta las más diferencia- ca es la necesidad de espiritualidad. Se
das motivaciones sociales del amor y trata de la realización de ciertos valores
de la amistad. Hay una fina y muy di- que en lo superior sublimizan la exis-
ferenciada motivación social que toca tencia humana y en lo supremo la divi-
fibras muy finas de la existencia huma- nizan haciéndola, precisamente, más
na personalizada: el tener un para al- humana, más genuinamente humana.
guien y el ser con otro. Se trata de pro- Me refiero a valores elevados: la bon-
fundas motivaciones del ser humano dad y la belleza, la verdad y la justicia,
como persona y que si se frustran cae- las conductas responsables y los com-
mos en la aridez y en la desolación. portamientos eficaces y cuidadosos, las
Psicológicamente las describimos co- actitudes y los sentimientos que re-
mo motivaciones sociales diferencia- velan estilo y grandeza, ternura que es
das y personales, pues nuestra vida se consideración y dulzura, generosidad y
vivifica y se enriquece sabiendo que desprendimiento, elegancia y tacto,
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dos”, y por último en forma que llamó de los crímenes en el sentido del mag-
“sublimación” tomando, como hemos nicidio que ocurre en el confuso ano-
dicho anteriormente, esta palabra meta- nimato multitudinario de las crecientes
fórica de Nietzsche, quien la usó para megalópolis tiene su explicación en
explicar en “la química de los senti- estos tortuosos caminos y enlaces de la
mientos” el origen y carácter vil de los psicodinamia de la frustración y del
sentimientos nobles y sublimes. La vi- resentimiento.
leza que está en el antecedente de la su- Es extraordinariamente interesante
blimación freudiana es el eros sexual. esta psicodinamia inaugurada por
En Nietzsche la genealogía de las su- Nietzsche y expuesta con detalle y
blimidades de la moral cristiana, tales puesta de moda por Freud. La estruc-
como “perdón”, “amar a los enemi- tura esquemática del aparato psíquico,
gos”, “no vengarse”, tienen un origen que Julian Jaynes en su extraordinario
ruin del cual deriva el resentimiento, el libro El origen de la conciencia en la
odio, la impotencia. La sublimación ruptura de la mente bicameral (1987),
nietzscheana instaura o descubre un in- comparó acertada y humorísticamente
teresante transformismo psicológico: a las locomotoras de vapor decimonó-
lo ruin de la cobardía, de la impotencia nicas, es indudablemente mecánica.
y del resentimiento tienen el poder Puede valer como descripción metafó-
creador de valores morales. Nietzsche rica adecuada para muchos casos indi-
inauguró la psicología de la sospecha y viduales y colectivos inmersos en la
del desenmascaramiento. Lo cual sig- concepción del mundo prevaleciente
nificó un avance en el saber psicológi- en el puritanismo, con sus fobias se-
co, pero, al mismo tiempo, significó un xuales y pudores vergonzosos relacio-
retroceso y una deformación al servicio nados con las funciones fisiológicas.
de una psicología reductiva y de nive- Es la vergüenza de lo animal llevada a
lación, una psicología iconoclasta que extremos de considerar los órganos
no reconoce la experiencia psicoespi- corpóreos como monstruosidades re-
ritual genuina de la experiencia de los pugnantes a disimularse con toda clase
valores superiores. El avance de las de máscaras y maquillajes. La concep-
multitudes anónimas y resentidas, el ción del mundo puritana de la que
aumento de la psicología de masas y de Freud se hace eco es aquella que influ-
población mediocre, llena de ambicio- yó en él, quizá sin advertirlo muy lúci-
nes frustradas, favorecieron inmensa- damente, para elaborar una metapsico-
mente la acogida de la psicología ico- logía y una antropología en la cual la
noclástica de Nietzsche y Freud como cultura tiene un papel de superestruc-
un medio de aliviar la amargura de no tura represiva. La cultura como enemi-
poder llegar a la grandeza. El aumento ga de la vida y del placer erótico. El
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Que un impulso que no logra su objeto pios que las produjeron. La “ritualiza-
se transmute, embelleciéndose para ción” del impulso agresivo podría ser
evitar la ansiedad frente a las exigen- un buen ejemplo de “sublimificación”
cias de una instancia superior normati- por “sustitución”. Sin embargo, creo
va y obligante, de manera que sortea el que los etólogos han magnificado el
obstáculo para satisfacerse de manera lenguaje. Hay un mecanismo claro de
indirecta en objeto distinto y superior “sustitución”, que es el mismo recurso
al del impulso, creado especialmente utilizado en la “sublimación” nietzs-
para este sinuoso rodeo, es indudable- cheano-freudiana, pero en los animales
mente muy interesante, y hace del faltan dos cosas que sí se dan clara-
hombre un animal también interesante. mente en el animal humano: a) no hay
Y tiene, sin lugar a dudas, el sentido de una escala de valores que permita
un recurso defensivo frente a la an- hablar de móviles inferiores que se su-
siedad. bliman en motivos superiores o aparen-
En los animales se dan también recur- temente sublimes; b) el animal no hu-
sos defensivos cuando la tensión llega mano es llano y directo, no intermedia
al máximo, pero son más simples y su acción mediante “símbolos”. Por
directos. Y es que los animales no me- ello, el animal tiene un psiquismo su-
taforizan la vida como el hombre. perficial, no es profundo, y por ello no
Cuando la pelea de gallos llega a su cli- puede ser hipócrita.
max (y mientras que el hombre no haya En cambio el hombre sí usa símbolos
puesto una navaja amarrada en una y disfraza sus móviles, sea consciente
pata) uno de los gallos suspende su ac- como inconscientemente, o mejor, sea
titud y comportamiento agresivos y pa- advirtiéndolo o no (para no hablar en
sa a un inofensivo ponerse a picar el términos psicoanalíticos). Freud en la
suelo como si estuviese comiendo gra- “sublimación” sólo se refirió al disfraz
no. Es decir, suspende la lucha mos- del impulso erótico reprimido. Sin
trando una conducta pacífica y desco- embargo, la “sublimificación” puede
nectada de toda agresividad. Entonces, referirse a otros impulsos, voluntad de
el contendor también suspende la agre- poder, codicia de posesión, sea de dine-
sividad y por ende la lucha termina. ro, cargos, beneficios, etc. Ahora sólo
Hay una cierta analogía con la “su- quiero hacer la diferencia entre subli-
blimificación” nietzscheano-freudiana: mación y sublimificación respecto de
desplazamiento del impulso y las acti- la voluntad de poder. El resentido so-
vidades “sustitutorias” o, si se quiere, cial, sordamente afectado por la pri-
“sublimes”, que calman la excitación y vación de bienes que ambiciona, se
descargan el impulso con acciones y siente desposeído injustamente. El re-
objeto distintos de los adecuados y pro- sentido social no suele, cuando es inte-
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No se trata de espíritu como nivel su- con el menor riesgo. Se trata del pensa-
blime de valores, sino de cálculo, astu- miento al servicio de la pasión para
cia, maldad. Y esto se ve con claridad postergarla y hacer que el acto sea más
cuando dice “nuestro otro gran triunfo prudente, cuidadoso y eficaz. Es esto
es nuestra espiritualización de la ene- indicativo del animal profundo, el
mistad” (subrayado por Nietzsche). Se hombre, como el animal más peligroso.
trata indudablemente de una pseudoes- Es que puede convertirse por esta pseu-
piritualización, en cuanto no hay un doespiritualización del impulso o más
ascenso a formas sublimes, es decir, a bien noetización del odio en el animal
la nobleza de los valores superiores, más cruel y refinado.
pues para realizar el impulso inamis- La sublimificación revela profundi-
toso, el odio, se trata de quitarle esa es- dad psíquica, pues consiste en la susti-
tupidez inmediatista imprudente y di- tución supresiva de los impulsos consi-
recta, dándole canales “espirituales” derados inferiores y que se enmascaran
(vale decir recursos de astucia) a la pa- bajo instancias y apariencias superio-
sión para que se realice en forma más res, las cuales resultan ser epifenomé-
cauta, refinada, más acorde con lo que nicas o aparienciales. El animal pro-
llama “delicia de la existencia”. Es evi- fundo vuélvese así un animal hipócrita,
dente que Nietzsche se está refiriendo a incluso consigo mismo. Este fenómeno
la transmutación del odio y del resenti- es en verdad psicosocial, pues es la im-
miento como pasiones que pertenecen posición de una moral represiva biofó-
a la vida afectiva. Es así que alude a bica. En cambio, el fenómeno de la es-
una psicodinamia que revela la existen- piritualización del impulso vital en vez
cia de un fenómeno psicológico inquie- de suprimir el impulso lo facilita y refi-
tante en el animal profundo cuando na adecuada y óptimamente, gracias a
Nietzsche se refiere a este fenómeno de formas de la cultura puestas a su favor
lo que llama “espiritualización de la y que lo intensifican y embellecen tan-
enemistad”. En realidad se trata de una to en el proceso de su realización como
noetización del nivel de pathos. Se en el momento culminante de su satis-
trata de una inquietante elaboración facción en su objeto propio, sin sustitu-
que permite realizarse al odio o la ene- ción ninguna ni supresión. En la espiri-
mistad pero hiriendo astutamente en el tualización de la ‘conducta’ la materia
momento oportuno, no inmediatamente sensible se ilumina como campo de ex-
como exige la pasión sino mediata- presión del espíritu, pues así es como el
mente como lo piensa la razón impura. espíritu ‘conduce’ al cuerpo, como la
Es decir, la que con el pensamiento inspiración ‘conduce’a la técnica para
pondera las condiciones razonables pa- convertirla en arte, así, del mismo mo-
ra actuar con el máximo de eficacia y do, hacer del impulso erótico y de los
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