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2 CORINTIOS 1

Autor: Pablo
Fecha de su escritura: 55 y 57 dC.

Esa carta se refería a asuntos que estaban dividiendo a la iglesia:


1. Primeramente la llegada de los auto-nombrados (falsos) apóstoles (2
Corintios 11:13), quienes estaban insultando el carácter de Pablo, sembrando
discordia entre los creyentes, y enseñando falsa doctrina.
2. Falsos apóstoles parecían estar cuestionando la veracidad (2 Corintios 1:15-
17), y habilidad de hablar de Pablo. (2 Corintios 10:10; 11:6).
3. Indisposición para aceptar la ayuda económica de la iglesia en Corinto (2
Corintios 11:7-9; 12:13).
4. También había algunas personas que no se habían arrepentido de su
comportamiento depravado (2 Corintios 12:20-21).

Este libro, más que cualquier otra carta de Pablo, demuestra el corazón y mente
del Apóstol a los gentiles. Es lo más cercano a lo que tenemos de su autobiografía
pastoral/espiritual.
Este libro puede ser la mejor obra retórica del Apóstol Pablo
Este libro es una rara combinación, como Pablo mismo, de altos y bajos
espirituales, de emociones que fluyen del enojo a mucho gozo.
Este libro ha sido olvidado por la erudición y en la predicación. Hay menos
comentarios sobre 2 Corintios de cualquier otro libro en el Nuevo Testamento. Esto
es desafortunado porque es la fuente de la discusión más definitiva de Pablo sobre
el sufrimiento y la vida Cristiana.
Para pastores, este libro ofrece vistazos importantes sobre cómo abordar los
problemas dentro de las iglesias locales. Pablo nos da todos los ejemplos a seguir
en medio de ataques personales y malos entendimientos.

TÓPICO ESPECIAL: SOFISTAS


La palabra griega sophia. El término llegó a significar "dotado" o "educado en
retórica". Por lo general significa un orador público, con frecuencia un itinerante, que
venía a un pueblo e intentaba iniciar una escuela para capacitar a los niños de la
clase élite. Esta habilidad retórica era lo que causaba que los padres los buscaran
para que les dieran lecciones privadas a sus hijos.

Versículos Clave
2 Corintios 3:5, “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo
como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.”

2 Corintios 3:18, “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor.”

2 Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

2 Corintios 5:21, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”

2 Corintios 10:5, “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el


conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”

2 Corintios 13:4, “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de
Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder
de Dios para con vosotros.”

2Co 1:20 Porque todas las promesas de Dios son "sí" en él. Por eso decimos
"amén" en él, para gloria de Dios.

(i) Es a través de Jesucristo como decimos «Amén» a las promesas de Dios.


Solemos terminar nuestras oraciones diciendo: «Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.» Cuando concluimos una lectura bíblica también decimos a veces:
«Amén.» Amén quiere decir Así sea, y la gran verdad es que no se trata de una
fórmula ni de algo ritual; es la palabra que expresa nuestra convicción de que
podemos ofrecer nuestras oraciones con confianza a Dios, y podemos
apropiarnos con confianza todas Sus grandes promesas porque Jesús es la
garantía de que nuestras oraciones serán oídas, y de que las grandes promesas
de Dios son verdad.

2Co 1:22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu
en nuestros corazones.

(ii) Por último, Pablo habla de lo que la versión Reina-Valera llama las arras del
Espíritu. La palabra griega es arrabón, que en griego moderno quiere decir
anillo de boda. Arrabón era la cantidad inicial de un pago, que se abonaba como
garantía de que se pagaría el resto. Es una palabra muy corriente en
documentos legales griegos. Leemos en uno de ellos que una mujer que vendía
una vaca recibió 1,000 dracmas como arrabón de que la operación era en firme
y se le pagaría el resto. Todo el mundo conocía esta palabra. Cuando Pablo
habla del Espíritu Santo como el arrabón que Dios nos ha dado quiere decir que
la clase de vida que vivimos con la ayuda del Espíritu Santo es el primer plazo
de la vida del Cielo, y la garantía de que algún día recibiremos la totalidad de
esa vida. El don del Espíritu Santo es la señal y la garantía de algo todavía más
maravilloso que está por venir.

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