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SELAGINELA

(Monólogo)
De: Emilio Carballido
(Adaptación)

Época actual. Cuarto, mitad de mujer, mitad de niña. Mientras la cama es de adulta, el tocador y el ropero son de color
rosa. Una mesa de cocina, sin pintar, hace las veces de escritorio, llena de libros y cuadernos, con una lámpara. Dos
sillas. Ventana arriba derecha. se abre la puerta y entra Ofelia, como empujada por un ciclón. La puerta se cierra tras
ella. Viene gritando furiosa.

Ofelia: ¡Mamá! Te digo que ya con esta otra calificación se promedia y salgo aprobada ¡Mamá no me dejes otra vez
encerrada! ¡Mamá! (Camina en el cuarto, dramática.) ¿Quién con dos gramos de inteligencia, deja encerrada a una pobre,
esbelta y despampanantemente bella adolecente en su cuarto y no la deja vivir su vida…? (Hablándole al público y
perdiendo el dramatismo.) Mi mamá ¡Ash! (Hace berrinche en la cama, toma su celular y se pone a ver un video.).

Ofelia es una chica de estatura media, flacucha, quizá por sus malos hábitos alimenticios, con anteojos. Tiene en la cara
acné. Viste un pantalón de mezclilla y blusa con algún estampado, No es carismática, es desaliñada y torpe de
movimientos.

Ofelia: ¡Ay! Esta ya me corto el internet. Ya no estoy chiquita para que sigas tratándome así, ya estoy en segundo de
prepa mamá. Acabé la primaria hace cuatro años. No soy ninguna niña irresponsable ¿Me oyes? (Grita.) ¡No soy ninguna
niña irresponsable! ¡Mamá déjame salir! (Camina, se asoma por la ventana) Mírala, regando las plantas bien tranquila la
muy desgra… (Recuerda a quien se refiere) ¡Ay no, es mi mamá! (Pausa) Mira, mamá te voy a explicar… es que tu no
has entendido bien lo que una calificación mensual significa: Si el mes pasado me pusieron cinco, y en éste ya saqué siete
y medio, entonces promedio con seis punto veinticinco, con eso ya estoy aprobada… ¿Me oyes?. Y no tengo porque estar
encerrada estudiando los domingos. Martha y Chela van a estar esperando. Me iban a pagar el cine. Mis amigas me pagan
el cine, porque ellas no tienen tantos gatos como ustedes y ellas sí pueden pagarme el cine y si las dejo plantadas ya no me
volverán a invitar nunca. (Pensativa, suspira.) ¿Qué estará haciendo el guapote del prof. de Biología, ¡Ay Alfredo,
Alfredo, Alfredo! (Camina seductora al espejo) No importa Ofelia, él se lo pierde (Soñadora) ¿Por qué cuando lo saludo
nunca me dará la mano, ni me saluda de beso? ¿Por qué nunca me besará? (Decaída intenta una vez más con su celular.)
¡Ay, ya no tengo datos! y esta me corto el internet (lanza una mirada furiosa a la ventana, va a revisar) Ay, ya no está ahí
(Rectifica y lanza la mirada a la puerta del cuarto, va a la mesa. Toma un libro. Lo abre. Busca. Suspira y como quien
empieza una tarea cotidiana empieza a leer en silencio. Alza la cara y repite mentalmente el párrafo bien leído. Deja el
libro y camina, repitiendo.) "Las selaginelas, vulgarmente llamadas doradillas o flor de peña, son pequeñas herbáceas,
muy parecida a los helechos y crecen entre las piedras de los montes. En la época de reproducción se les ven aparecer
unos órganos de color rojo…" (Se da cuenta de lo que acaba de decir. Con intención.) ¡Estoy en mi momento Alfredo!
¡Chin! ¿Qué seguía? (Regresa al libro, lee decepcionada) "Presentan la particularidad de resistir mucho tiempo a la
sequía…" Y sí (Intempestiva) ¡Ay estoy harta, maldita Biología! (Arroja el libro.) ¡Ay no, el libro de mi profe Alfredo!
¿Por qué nunca me besara…? (Grita.) ¡Mamá! ¡A qué hora piensas dejarme salir de aquí? Mis amigas me van a bullear
toda la semana. No es justo, aparte me encerraste después de lavar los trastes… ¡Mamá ya estudié déjame salir! ¡Mamá!
Mamá!

Luces.

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