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DILEMA MORAL DE HEINZ

En una ciudad de Europa hay una mujer que padece un tipo especial
de cáncer y va a morir pronto. Hay un medicamento que los médicos
piensan que puede salvarla. Es una forma de radio que un
farmacéutico de la misma ciudad acaba de descubrir. La droga es
cara porque el farmacéutico está cobrando diez veces lo que le costó
hacerla. Él pagó 200 € por el material y cobra 2.000 € por una dosis
del medicamento. El esposo de la mujer enferma, Joseph Heinz,
acude a todo el mundo que conoce para pedir prestando dinero, pero
sólo ha podido reunir unos 1.000 €, o sea, la mitad de lo que cuesta.
Heinz se entrevista con el farmacéutico para decirle que su esposa
se está muriendo y le ruega que le venda el medicamento más barato
o le deje pagar más tarde. El farmacéutico se niega y, ante esto,
Heinz, desesperado, piensa atracar la farmacia para robar la
medicina.

¿Debe Heinz robar la medicina?

DISCRIMINACIÓN

(Plazas para discapacitados)

Pedro y María están estudiando en el Simón Bolívar desde primer


curso de la Secundaria; se conocen y se llevan bien, pero no forman
parte del mismo grupo de amigos. El año pasado terminaron sus
estudios de secundaria y se presentaron a la prueba de acceso a la
universidad. Los dos querían estudiar Medicina, carrera para la que
es necesaria una nota superior al 7,6. María obtuvo sólo un 7,5 por
lo que no podía matricularse, pero Pedro se quedó en un 6,5.

Como Pedro padece una minusvalía, dado que no puede mover las
piernas y tiene que ir en silla de ruedas, solicita ser admitido teniendo
en cuenta que está discapacitado y que deben existir plazas
reservadas para personas afectadas por minusvalía.

¿Debe la Universidad darle la plaza a Pedro, aunque su nota es


inferior a la de María?
EL CASO DE CAMILA SÁNCHEZ

El 27 de abril de 2018 nació Camila Sánchez. Durante el parto sufrió


complicaciones que le impidieron respirar correctamente, por lo cual
debió ser reanimada y finalmente diagnosticada con un estado
vegetativo permanente. Durante casi tres años permaneció internada
en Essalud de Moquegua con asistencia respiratoria y para
alimentarse. Si bien varios comités coincidieron en que la niña no
podría recuperarse, los médicos a su cargo no quisieron interrumpir
las medidas de soporte vital. Argumentaban, al igual que la madre de
Camila, que existe un vacío legal temiendo represalias legales si lo
hacían.

¿Qué debieron hacer?

EL CASO DE CHARLOTTE WYATT

Charlotte Wyatt vino al mundo después de 26 semanas de gestación.


En el momento del nacimiento pesaba medio kilo y presentaba
gravísimas malformaciones cerebrales, pulmonares y cardíacas.
Desde el nacimiento ha estado ingresada de forma permanente en el
hospital, donde ha recibido constantemente oxígeno y alimentación
a través de una sonda. En tres ocasiones ha estado clínicamente
muerta, razón por la cual ha tenido que ser reanimada. Los médicos
después de observar que no existía ninguna posibilidad de
recuperación, solicitaron a los tribunales autorización para dejar morir
a Charlotte en el caso de que se produjese una nueva complicación.
El 7 de octubre de 2004 el juez del Tribunal Superior de Londres Mark
Hedley accedió a la petición de los médicos a pesar de la oposición
de los padres. En ese momento, Charlotte pesaba 5’6 kilos y medía
53 centímetros después de once meses de vida.

¿Se actuó correctamente?

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