El Teatro Romano
de Málaga
Parte alta de los vomitorios
Málaga a comienzos de la Era Cristiana era
municipio latino, esto es, una ciudad formada por
una población indígena anterior a la llegada del
Imperio Romano, pero sometida al nuevo fuero; no
obstante este sometimiento ("ius Latii"), era tan solo
para los aspectos económicos referentes a régimen
de propiedad, contratos, testamentos..., ya que en
lo restante se regía nuestra Málaga por el derecho
"indígena".
Se encontraba la ciudad en la ruta de una gran
calzada romana; la vía Hercúlea o vía Augusta, en
su trazado desde el Pirineo hasta Cartagena por el
litoral mediterráneo, fue prolongada hasta Cádiz,
pasando naturalmente por Almería y Málaga. De este
modo quedaba ligada por tierra con todos los
lugares del Mediterráneo, lo que, completando las
posibilidades comerciales de su puerto, hizo de ella
una importante ciudad (1), hecho que motivó
(quizás) la construcción de un lugar de
representaciones teatrales: un teatro, un importante
edificio público del que Málaga puede estar
orgullosa, pero que actualmente tan solo sirve de
recreo de niños, y, en alguna ocasión, de breves
representaciones teatrales, porque para la
contemplación verdaderamente hay muchas
dificultades.
Ya desde el siglo XVIII, a raíz de la construcción de
la Aduana, había indicios de que en esta zona
debió existir un importante edificio romano como lo
atestiguaba un manuscrito del canónigo Medina
Conde. La misma idea era recogida por Manuel
Rodríguez de Berlanga en el siglo pasado (2).
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Extracto de la Revista Jábega nº 11, año 1975. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Gradas del teatro
Posteriormente, alrededor de 1928, realizada una
explanación en algunos sectores de la actual calle
Alcazabilla, quedaron a la vista durante 15 años
algunos trozos de fabricación romana tardía, como
por ejemplo una gran alberca de "opus incertum";
al hacer una nueva exploración para quitar las tierras
sobrantes del solar antiguo de la Alcazaba con
objeto de rellenar el Paseo Marítimo, se retiraron
varios centenares de metros cúbicos y quedaron a la
vista y a ras del suelo grandes sillares de piedra
romana que serían las partes más sobresalientes de
una importante construcción soterrada. Con todos
estos antecedentes, años después se pudo ir
directamente sin titubeos ni sorpresas a su
descubrimiento. Lo que no fue un acierto es la
erección en el solar de la Casa de la Cultura y ya
rayando lo monstruoso el haber silenciado el hallazgo
tan importante de restos arqueológicos, tanto al
hacerse primero un muro de contención a las tierras
de la montaña, como al efectuar la cimentación del
edificio, quedando así destruidas la lápida
conmemorativa de su construcción, la escena y el
proscenio, las más trascendentales partes de la
construcción ya que no tienen su trazo invariable y
uniforme como los espacios destinados a los
espectadores.
En el mes de junio del año 1951, al iniciarse en
este lugar la construcción de unos jardines por el
arquitecto don Enrique Atencia, se halló un arco que
se comprobó que era la entrada a un teatro, noticia
recogida con gran resonancia por la prensa;
después se descubrió una de las galerías de entrada
al proscenio, cubierta por una bóveda de cañón y
 Parte superior de las gradas
con arco de medio punto a su salida, parte de la
orchestra y de la escena y un sector de las gradas(3).
Al año siguiente quedaron suspendidos los trabajos
de excavación, hasta que a finales de 1958 se
reanudaron por la Dirección General de Arquitectura,
a través del Servicio de Ciudades de Interés
Artístico y en decidida colaboración económica con
el Ayuntamiento de Málaga.
Un año más tarde se hizo un vaciado de tierras
desde el mismo pie de muralla de la Alcazaba hasta
llegar a la roca viva, en toda la zona que se suponía
podría producir arrastres sobre el teatro por
descubrir.
Ya a comienzos de 1960, se había llegado al nivel
de los vomitorios y de la calle exterior; meses más
tarde, se descubrió la cavea casi totalmente, menos
la parte que oculta el edificio de la susodicha Casa
de la Cultura; en setiembre se había descubierto
la orchestra y entrado el otoño, para explorar el
proscenio, se perforó bajo el edificio un túnel que
se apuntaló.
A la derecha del teatro quedó parcialmente
intacta una necrópolis; por los hallazgos de algunas
de las tumbas exploradas y restos de una pila
salsárea, que se salvó de una destrucción iniciada,
podría ser del siglo V o VI. Con todos estos trabajos
de exploración, se ha puesto al descubierto, en casi
su totalidad, la orchestra y cavea; esta última está
siendo completada en piedra distinta en calidad y
Extracto de la Revista Jábega nº 11, año 1975. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Tumba romana
módulo de sillar, que queda separada de la obra
vieja por una línea de ladrillos (4). Tiene
descubiertas hasta ahora catorce gradas; puede
que llegara a algunas más, aunque no muchas, si
bien no ha aparecido todavía el muro de cierre, pues
en las últimas gradas laterales derechas mirando
desde la escena está la piedra viva.
Este teatro hace el número catorce de los
descubiertos en España (5). Es un teatro mediano:
la cavea tiene 31 m. de radio y en alzado 16 m., y
está dividido en 5 "cunei"; se conservan 13 gradas de
0,80 x 0,40 m. y datos abundantes del lecho de
hormigón de otra, es decir, 14 para la cavea media y
dos o tres más para la summa (o alta), también
dividida en 5 partes por los vomitorios abovedados.
La imma cavea (o baja, donde estaban las
"localidades de preferencia") está prácticamente
completa, así como buena parte del pavimento de la
orchestra, menos que semicircular, de unos 15 m.
de cuerda y tiene la particularidad de presentar los
restos de la inscripción fundacional, o de una gran
reforma, en el pavimento ante el proscenio:
"C. GRA (C)
C. AVRELIVS. GAL. CRITO. ET. (L) (V)... D.S.P.D."
según Casamar Pérez.
El proscenio se compone de una exedra central
flanqueada por cuatro escaleras de 6 peldaños
semicirculares y se termina por un tramo
rectangular a cada extremo que se corresponde con
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 Antes de las excavaciones de 1960
la imma cavea... El proscenio, orchestra e imma
cavea van revestidos de mármoles en pavimentos y
zócalos los cuales presentan huellas de
reconstrucciones y arreglos. La obra de muros
exteriores vistos, es de sillares almohadillados (6).
El hecho de estar asentado en el declive de la
montaña lo aproxima quizás al tipo del teatro griego,
pero todos sus elementos constructivos
corresponden a un teatro romano, probablemente
de los primeros siglos de nuestra era y acrecentada
la rasante de la escena por lo que se colocó
quizás la lápida conmemorativa de estas reformas.
Según J. Temboury nos hallaríamos, tal vez, ante el
teatro romano más antiguo de España, justificándolo
con la razón de que en Málaga, Antequera,
Villanueva de la Concepción y Ronda, se halla el
núcleo más numeroso de este tipo de edificios; no
podemos olvidar que fue el teatro uno de los
medios más rápidos de captación del pueblo, y que
los pueblos de romanización más rápida fueron
invariablemente aquellos más penetrados por las
viejas culturas púnica y griega. Apunta también este
notable malagueño otro hecho de enorme
importancia, al comprobar que muchos de sus
enormes sillares habían sido desplazados de su
lugar quedando enterrados entre escombros. Debió
ser destruido quizás alrededor del siglo IV, por un
movimiento revolucionario, puede ser que de tipo
religioso, después del edicto de Milán, cuando los
últimos emperadores cambiaron frecuentemente la
religión oficial del Estado, lo que produjo violentas
reacciones del pueblo, hasta el punto de que en las
constituciones de Arcadio y Honorio se trató de
evitar que los cristianos españoles, arrastrados por
el fervor hacia su nueva fe, destruyeran los edificios
esencialmente vinculados al paganismo (7).
Este monumento ha venido teniendo gran eco
periodístico, hasta el punto de que el examen de los
diarios de Málaga desde el momento de su
hallazgo permite reconstruir la historia viva de las
vicisitudes por las que ha atravesado y las
opiniones que ha suscitado. La primera manifestación
de este tipo aparece el jueves 14 de junio de 1951
(Diario SUR), con el rótulo que sigue: "Es
descubierto un acceso romano a la ciudad".
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Extracto de la Revista Jábega nº 11, año 1975. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Terminación de la Casa de la Cultura, sobre el Teatro
"En las excavaciones que se hacen para el jardín
de la calle Alcazabilla". "Tendrá una antigüedad
de dos mil años".
El motivo de este descubrimiento parece un tanto
ocasional, ya que fue como consecuencia de la
puesta en marcha de unas explanaciones, antes
aludidas, llevadas a cabo por el arquitecto don
Enrique Atencia para construjr unos jardines en
los que sería encajada la portada de la destruida
casa de Larios de la Alameda. Los primeros
descubrimientos fueron un embovedado, un friso,
un pavimento hecho de mármol, y, en fin, una serie
de cosas interesantes para personas inteligentes y
doctas en el tema; rápidamente J. Temboury dirige
un pliego a Madrid comentando los pormenores.
Por su parte, el arquitecto Atencia, en una
entrevista con el autor del reportaje gráfico,
comenta que el hallazgo ha sido, en realidad, una
puerta de acceso a la ciudad, con una bóveda y
pavimento de mármol, todo de impecable
conservación, y de un tiempo que tal vez sobrepase
los dos mil años. Además comenta que, pese a los
rumores existentes en la ciudad, no ha aparecido,
por ahora, ningún rastro de monedas.
Finaliza el interrogado haciendo alusión a que las
excavaciones seguirán su curso en pro de nuevos
descubrimientos interesantes (8). Excelente
propósito que queda incumplido por el momento...
¿El motivo?, tal vez falta de fondos o
"despreocupación"... lo cierto es que las
excavaciones cesan, convirtiéndose el lugar en lo
que era antes, un vertedero de basuras, pese a que,
en 1954, se acordó por el Ayuntamiento, presidido
por don Pedro Luis Alonso, hacer allí unos jardines
que defendieran el hallazgo.
Pero esto no podía quedar así, y por ello vemos
en 1957, en junio, un cartel a las puertas de la
Casa de la Cultura con este texto:
"Excavaciones del Teatro Romano patrocinadas por
la sección de amigos de las antigüedades
malagueñas (Club de Prensa), con la colaboración
del Frente de Juventudes".
 Pasadizos del Teatro
Un periodista elogia la puesta en marcha de las
obras, agradeciendo, en nombre de todos los
malagueños, la gran iniciativa llevada a cabo por esos
entusiastas del pasado de Málaga; a esas personas
que con tesón van a tratar de convertir lo que hoy
es un vaciadero de basuras, en algo hermoso a los
ojos, y en algo admirado por todo forastero y en un
tesoro que todo malagueño y amante del arte sabrá
conservar como reliquia inigualable de la
maestría de nuestros antepasados romanos.
Menciona también a los jóvenes procedentes del
Frente de Juventudes y alaba su buena voluntad y
arraigo puesto en su misión, en esa misión que, hoy
por hoy, podríamos llamar "rescate" pues mejor
calificativo, creo, no podríamos darle.
Con todo esto, se había iniciado, de verdad, la
reconstrucción de algo inimitable en el transcurrir
de los tiempos: un teatro (9).
Doña Angeles Rubio Argüelles, en la "Hoja del
Lunes" del 25 de noviembre de 1957, pone de
manifiesto los riesgos y venturas por los que ha
atravesado el susodicho teatro, así como la propuesta
de libramiento existente de una cierta cantidad de
dinero para la restauración; propuesta que fue
aceptada por el Excmo. Sr. Alcalde de la ciudad y
enviada a estudio; ya tan sólo queda esperar,
termina el artículo la autora (10).
Más adelante se volvió a prestar interés al tema,
gracias al entonces ministro de la Vivienda don José
Luis de Arrese, que fue un verdadero entusiasta de
este tema; por tal motivo llegó a Málaga el nieto del
pintor Soroila, Sr. Pons Soroila, entonces arquitecto
de la Dirección General de Arquitectura, para
examinar el teatro. El Sr. Pons Soroila, como era de
esperar, quedó maravillado por tan grandiosa obra
de arte, prometiendo la continuación de la
reconstrucción y el dinero necesario para proseguir
dicha empresa (11). Tales excavaciones fueron
llevadas a cabo con toda normalidad, tal como se
había previsto; fuéronse descubriendo nuevos
aspectos, gradas...
Pero, y tal vez sea una cosa fundamental, lo que
admiró bastante a los eruditos del tema fue el
Extracto de la Revista Jábega nº 11, año 1975. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Entrada al Teatro
hallazgo de unas tumbas, pertenecientes al tipo
común de enterramientos formados por grandes
"tégulas" o tejas planas de barro cocido, de unos
4 cms. de espesor colocadas a dos vertientes y
sobre ellas los "ímbrices" o tejas curvas para
ensamblar los laterales y cerrarlos a pies y cabezas
por tégulas en posición vertical. Esto nos indica
que la época de estas tumbas es posterior en varios
siglos a la construcción del teatro y hasta podía
ser testimonio de abandono del monumento para
entonces en sus funciones, aunque esto no deja de
ser una simple y mera hipótesis (12).
En las fotos que ilustran este breve trabajo, cedidas
tan amablemente por don Antonio Puebla, se puede
comprobar la realidad de dichos monumentos
funerarios; pero sin embargo cabe una pregunta
fundamental, que queda aquí en el aire ¿por qué se
destruyeron estas tumbas?
Siguen los descubrimientos: el martes 9 de febrero
de 1960 se produce otro sensacional hallazgo:
ahora es la cavea alta o summa cavea (el
"gallinero" como expone graciosamente el
periodista). Por tal motivo acudieron a las
excavaciones diversas personalidades, tanto de la
cultura como de la política: cabe mencionar al
Sr. Pons Soroila, que vino de Madrid exclusivamente
en virtud del acontecimiento, el Sr. alcalde,
Sr. Burgos; Carlos de Luna y el Sr. D. Simeón
Giménez Reyna. El Sr. Soroila habla para el
periodista del acontecimiento: "Según mis cálculos,
explica, estamos en la cavea alta o summa cavea que
no existe o conserva ninguno de los teatros
romanos de la actualidad. Generalmente tenía una
calle para el fácil acceso a estas localidades".
Comparándolo con el de Mérida nos dice: "Ni el
teatro romano de Mérida conserva la parte alta como
éste. Por eso el descubrimiento es sensacional.
El de Mérida, en su parte alta, no tiene peldaños,
sino unos mogotes de cemento, y éste, ya están
viendo Vds. en qué forma los conserva y hay que
suponer que los de abajo están igualmente
conservados" (13).
Conforme a las previsiones del arquitecto Sr. Pons
Soroila, van apareciendo los peldaños superiores del
Teatro Romano de Málaga. Ha surgido la entrada
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 Fragmento de los vomitorios
de un vomitorio, perfectamente localizada, y
escalón tras escalón en unas excavaciones hechas
con sumo cuidado, se está completando la cavea
alta.
También surgen innumerables restos de ánforas,
lucernarios y otros objetos que son de una
incalculable riqueza arqueológica. De cumplirse las
predicciones hechas por el Sr. Pons Sorolla,
comenta el periodista, surgirá el escalonado
completo, lo que no conserva ningún teatro
romano del mundo (14).
El 18 de setiembre de 1960 "Sur" publica las
aportaciones realizadas por el Ayuntamiento, así
como las ayudas recibidas por la Dirección General
de Arquitectura. Las excavaciones de esta talla han
de ser lentas, lo que implica un costo elevado; de
aquí que dicha Dirección pida una segunda
aportación municipal, aportación que se cifra en la
cantidad de 249.749,68 pesetas para remover la
tierra de dicho teatro. Por su parte, dicha Dirección
General, viene librando 500.000 pesetas anuales, en
los dos años de excavaciones en Málaga, para la
reconstrucción y salida a la luz de esta inigualable
obra de maestros.
Señala a continuación el artículo que en aquel
momento el crédito para las excavaciones se ha
agotado, y de no tenerlo, las obras quedarán
paradas; hasta el momento lo último descubierto
había sido un sillón de mármol que utilizaba la
autoridad romana para presenciar las
representaciones (15).
La siguiente noticia nos llega a finales de 1960,
exactamente el 23 de octubre; así nos lo hace ver el
encabezamiento de dicho artículo, debido a la
pluma de uno de los periodistas del diario de
Málaga. "Del teatro romano se han retirado ya
25.000 metros cúbicos de tierra". Dicho artículo
expone las vicisitudes de la empresa, pero sobre
todo el gran espíritu de las personas preocupadas
por el tema. Cuenta la visita a las ruinas del Alcalde
de la ciudad, a quien acompañaba un buen grupo
de técnicos y enamorados de las excavaciones:
"Juanito" Temboury, Simeón Giménez y Manuel
Casamar, además del encargado de las excavaciones,
Sr. Blas. A través de las preguntas del periodista,
vamos enterándonos de diversos detalles:
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Extracto de la Revista Jábega nº 11, año 1975. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Tumba romana
Por estas fechas está ya al descubierto medio
teatro, la parte izquierda mirando hacia la escena;
el otro medio se pierde bajo la Casa de la Cultura, o
"Mufeo" como lo llaman humorísticamente los
arqueólogos. Ha aparecido la escena con su gran
arco de mármol en el pavimento. Igualmente ha
sido excavada la primera fila de asientos dedicada a
personalidades de la época, así como el sillón de
mármol para el gobernador de la ciudad; no
obstante faltan las piedras del graderío del lado
derecho que aparece perfectamente delimitado.
"Estas piedras se habrán utilizado, seguramente,
para otras construcciones", comenta Temboury al
ser preguntado. Por su parte, Simeón Giménez
Reyna comenta que el muro de contención de la
Casa de la Cultura está fraguado con trozos de
mármol del Teatro.
El proyecto a seguir ahora es la apertura de un
acceso a la Alcazaba por encima del teatro para
contemplar desde allí tan maravilloso espectáculo.
Verdaderamente, afirma Giménez Reyna, es el teatro
mejor conservado de los ahora existentes (Ostia,
Pompeya, Físsole...) Para la reconstrucción,
comenta Temboury, se ha seguido el método de la
mayor exactitud y rigor histórico: se reponen en su
lugar los elementos que se encuentran dispersos
por ahí. Hay trozos y restos de columnas y estatuas
por toda la Alcazaba, algunos empedrados por los
propios árabes. Cuando no se hallan elementos, se
reponen siguiendo el estilo, pero señalando
claramente cuál es el original y cuál el reconstruido.
Estudios minuciosos han conducido a afirmar, de
una forma categórica, que las canteras de donde
procedían las piedras del teatro estaban en
Torremolinos, situadas por encima del actual Hotel
Lloyd. Esto es de vital importancia, pues conocido
esto, en caso de reconstrucción, las piedras
empleadas para tal empresa serán como "primas
hermanas de las primitivas". La reconstrucción total
es sólo obra de entusiasmo y voluntad (16).
Quizás como colofón, valga la pena reseñar las
palabras de J. Martínez Santaolalla mencionadas en
una información científica sobre el ya citado
teatro de Málaga:
 Tejulas que cubren los enterramientos Interior de enterramiento romano

"Monumento singularísimo abandonado en el siglo III
definitivamente. Como lo atestigua la gran
escombrera romana del siglo III y IV..."
"Monumento que sufrió ya alguna destrucción de su
escena hace una docena de años, con motivo de
cimentarse el llamado palacio de archivos,
biblioteca y museos, que cubre una gran parte del
monumento romano y que deberá desaparecer para
la excavación total, urbanización y puesta en valor
de dicho monumento" (17).
Ante estas palabras tan significativas, tan sólo me
pregunto, al igual que todo malagueño amante de lo
bello lo estará haciendo ya, ¿cuándo veremos esa
obra culminada con una excavación total y una
puesta a luz del teatro, incluyendo la demolición del
"mufeo"? ¿Qué ojos tendrán la dicha de admirar esa
belleza? ¿Acaso nuestros hijos? ¿Nuestros nietos?...
¿O acaso nunca se podrá ver?...
También, otra nota a destacar es la construcción de
la Alcazaba justo al lado del teatro; así, dos pueblos
separados por el tiempo se ven unidos ahora por
el arte y la cultura; Roma y Arabia, dos razas
distintas, pero ambas amantes de lo hermoso tal
como denotan sus obras.
Cualquier transeúnte que circule por el enclave la
Alcazabilla puede admirar en lo alto una gran
fortaleza árabe, pero —y es lo importante— debajo,
a sus faldas, se encuentra un teatro romano casi
completo; pero víctima del progreso humano se ve
ocultado por esa fría e inadecuada obra que es la
Casa de la Cultura.
Bien merece la pena que recapacitemos un poco;
a mi juicio, no hay espectáculo igual en ningún
otro lugar; por eso debe cuidarse con amor; no todo
ha de ser progreso y comodidad de nuestros
cuerpos, también debemos alimentar nuestro espíritu;
¿y cómo mejor que con ese espectáculo?
Pero, hoy por hoy, y fo vuelvo a repetir, el panorama
es de suciedad y desolación; esperemos que esto
no prosiga así y un día, Dios quiera no lejano,
paseemos por esos jardines contemplando el bello
aspecto de esas construcciones.
M.ª Victoria CAMPOS ROJAS

N O T A S
La maqjela de dicho teatro se encuentra en el Museo Arqueológico de la Alcazaba. Su autor es José Molina Gualda.
( 1) MORENO CASADO, José. El Municipio Romano de Málaga. Málaga, 1949, págs. 12 y 17.
( 2 ) RODRÍGUEZ DE BERLANGA, Manuel. Monumentos Históricos del Municipio Flavio Malacitano. Málaga, 1864, pág. 284.
( 3 ) VILLAMANA, E., y SANZ JIMÉNEZ, L., Guía de la Costa del Sol Malagueña. Málaga, año 1953, pág. 132. El artículo pertenece
a D. Juan Temboury.
( 4 ) CASAMAR PÉREZ. Manuel. El Teatro Romano y la Alcazaba. Málaga, 1963, pág. 3 y 4.
( 5 ) GONZÁLEZ ROSADO, Juan. Acinipo. Málaga, 1967, pág. 60.
( 6 ) CASAMAR PÉREZ, Manuel. Ob. cit., págs. 4 y 5. En la actualidad la Inscripción se conserva de esta forma: CAVRELIVS GAL
CRITO ET.
( 7 ) VILLAMANA, E., y SANZ JIMÉNEZ, L, ob. ct., págs. 133 y 134.
( 8 ) Diario SUR, 14 de junio, 1951.
( 9 ) Diario LA TARDE, 23 de junio, 1957.
(10) HOJA DEL LUNES, 25 de noviembre, 1957.
(11) Diario SUR, 20 de noviembre, 1958.
(12) Diario SUR, 13 de setiembre, 1959.
(13) Diario SUR, 9 de febrero, 1960.
(14) Diario SUR, 13 de febrero, 1960.
(15) Diario SUR, 18 de setiembre, 1960.
(16) Diario SUR, 23 de octubre, 1960.
(17) MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, J., El Teatro Romano de Málaga en la revista de Estudios Clásicos, 1 (1950-2), pág. 218.
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Extracto de la Revista Jábega nº 11, año 1975. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)