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Anatomia de Maderas
Anatomia de Maderas
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Williams Leon
University of the Andes (Venezuela)
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Introducción ……………………………………………………………. 5
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UNIDAD I
EL ORIGEN VEGETAL DE LA MADERA
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TEMA 1. PLANTAS QUE PRODUCEN MADERA. FACTORES QUE
INCIDEN EN LA CLASIFICACION DE UNA MADERA COMO
COMERCIALMENTE IMPORTANTE.
La madera se puede considerar como una sustancia dura y fibrosa que se desarrolla
hacia la parte interna del cambium vascular, tanto en el tallo como en las ramas y raíces.
Es el producto de las divisiones del cambium vascular y esta constituido por una serie
de células o elementos leñosos que han pasado a través de diferentes etapas de
desarrollo, desde la división celular hasta la diferenciación y maduración de células,
para formar el tejido leñoso (Zobel y Van Buijtenen 1989). Es un material organizado y
heterogéneo resultante de la actividad de un meristema lateral: el cambium (Detienne
1988).
La madera se desarrolla como un tejido funcional de las plantas mas que como un
material diseñado para satisfacer las necesidades del hombre. Sin embargo, el
conocimiento de la madera como un material natural es un elemento básico para
trabajarla exitosamente (Hoadley 1980). Se debe tener presente que la madera es el
producto del crecimiento de determinado tipo de plantas, es decir, que no todas las
plantas producen madera.
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Las plantas maderables pueden incluirse en tres grupos: árboles, arbustos y lianas
leñosas. Cada una de estas categorías pueden separarse principalmente en base a su
tamaño y forma (Hoadley 1990).
a)Arbol:
Planta leñosa de cinco (5) o más metros de altura, que se diferencia en un tronco o
fuste y una copa (Lindorf et al. 1985). Poseen un tronco bien definido y ramificado
generalmente en la copa (Villarreal Q., 1993).
b)Arbusto:
Planta leñosa de menos de cinco (5) metros de altura, sin un tronco predominante ya
que se ramifica cerca de la base (Lindorf et al. 1985). Su tallo puede ser simple o
ramificado, erecto o rastrero (Hoadley 1990).
c)Liana:
Son plantas que tienden a elevar su ramaje por encima de la sombra de los árboles. Se
fijan a soportes mediante la producción de zarcillos, ganchos, espinas, raíces
adherentes o por crecimiento envolvente (estas últimas son las plantas volubles), hasta
alcanzar la copa de los árboles mas altos (Lindorf et al. 1985).
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a)División BRYOPHYTA:
a.1)Clase Hepaticae
a.2)Clase Anthocerotae
a.3)Clase Musci
b)División PSYLOPHYTA
c)División PSYLOTOPHYTA.
d)División LYCOPODIOPHYTA
e)División EQUISETOPHYTA
f)División POLYPODIOPHYTA.
g.1)Subdivisión Pinicae.
g.2)Subdivisión Gneticae.
g.3)Subdivisión Cycadicae.
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las monocotiledóneas y en la misma se incluyen plantas leñosas y un gran número de
plantas de porte herbáceo (Mauseth 1989).
Las plantas que reúnen las características para ser consideradas como maderables se
incluyen en las divisiones PYNOPHYTA y MAGNOLIOPHYTA. Estas características,
como se mencionó anteriormente, se refieren a la capacidad de desarrollar un
crecimiento secundario o en grosor, poseer tallos perennes y persistentes y ser plantas
vasculares. Se debe indicar que no todas las plantas incluidas en estas divisiones son de
tipo maderable. Algunas dicotiledóneas y la mayoría de las monocotiledóneas son de
porte herbáceo y no desarrollan un crecimiento secundario. Adicionalmente no poseen
tallos perennes.
Igualmente, se debe señalar que no todas las plantas leñosas reúnen características
adecuadas para la producción de madera a escala comercial. En la división
PYNOPHYTA, sólo los miembros de la subdivisión Pinicae son utilizados para el
aprovechamiento de su madera. Los miembros de este grupo son conocidos con el
nombre de coníferas o "maderas blandas". En el grupo de las MAGNOLIOPHYTA, la
madera comercial se obtiene de algunas especies de la clase Magnoliopsida
(dicotiledóneas); estas representan a las llamadas "maderas duras" o madera de
latifoliadas. Es bueno indicar que los términos de maderas blandas, para coníferas, y
maderas duras, para latifoliadas, no se refieren necesariamente al grado de dureza o
densidad de la madera. Por ejemplo, una de las maderas más blandas y livianas es
Ochroma pyramidale (Bombacaceae) y pertenece al grupo de las dicotiledóneas. La
especie Pinus elliottii (Pinaceae) es una conífera que posee una dureza mayor que la
observada en muchas latifoliadas (Raven et al. 1986).
Los miembros de la subdivisión Pinicae son plantas leñosas, sin vasos en el xilema
secundario. El principal producto económico de este orden es la madera y ocupa una
posición privilegiada, a este respecto, debido a la proporción de la producción con
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respecto al tamaño del orden. Esta situación se debe a las siguientes razones (Pashin y
de Zeeuw 1980):
a)Los arboles de las coníferas generalmente son de tipo gregario y a menudo cubren
amplias regiones formando rodales casi puros. Los aspectos económicos involucrados
en el manejo de tales rodales son menos complejos que en el caso de rodales
compuestos por un gran número de especies.
b)Los bosques de coníferas alcanzan su máximo desarrollo en áreas de la zona templada
y en dichas zonas es donde las industrias de procesamiento de la madera han
alcanzado mayor optimización.
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Factores que Inciden en la Designación de una Madera como Comercialmente
Importante:
Para que una planta leñosa sea considerada como importante desde el punto de vista
comercial, se deben tomar en consideración una serie de factores que van a estar en
función del uso que se le vaya a dar a la madera. Entre estos factores tenemos los
siguientes:
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d)Tecnología de procesamiento. En función de las características de la madera se deben
utilizar técnicas de transformación que permitan obtener el producto deseado al menor
costo posible. Por ejemplo, maderas como Pouteria reticulata (Sapotaceae) no pueden
ser aprovechadas, de manera rentable, utilizando las técnicas convencionales de
aserrado ya que se trata de una especie con altos contenidos de sílice y esto hace que la
madera produzca un desgaste acelerado de los filos cortantes. Sin embargo, este tipo
de madera puede ser procesada mediante el uso de herramientas estelitadas y con ello
se logra la rentabilidad económica en el proceso productivo.
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BIBLIOGRAFIA.
Detienne, P. 1988. Cours Ilustré d'Anatomie des Bois. Centre Technique Forestier Tropical.
Département du CIRAD. France.
Hoadley, B. 1980. Understanding Wood. The Taunton Press, Inc. Newtown. U.S.A.
Raven, P., R. Evert y S. Eichhorn. 1986. Biology of Plants. Worth Publishers, INC. Fourth
Edition. New York.
Villarreal Q., J. 1993. Introducción a la Botánica Forestal. Editorial Trillas S.A. 2da Edición.
México, D.F.
Zobel, B. y J. Van Buijtenen. 1989. Wood Variation: Its Causes and Control. Springer Verlag.
New York.
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TEMA 2. CRECIMIENTO DEL ARBOL. TEJIDOS DEL TALLO
ADULTO.
En las plantas vasculares, las partes aéreas consisten en un eje, el tallo, el cual sirve de
soporte a diferentes órganos (Cortés 1980). El tallo le proporciona soporte mecánico a la
copa y sirve como medio de conducción entre la copa y la raíz. También almacena
sustancias alimenticias (Villarreal Q. 1993).
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los centros de crecimiento y actividad (Jane 1970). El tallo crece lo suficiente como para
permitir su conversión en madera elaborada (madera aserrada, chapa). En pocas
palabras, el tallo reúne características adecuadas como para ser la principal fuente de
producción de madera (Hoadley 1980).
Las células que son similares en cuanto a tipo y función son llamadas, colectivamente,
con el nombre de tejidos. Se habla de tejido permanente cuando se trata de un tejido
cuyas células, una vez formadas y maduras, mantienen su forma y tamaño. En el caso
de los tejidos meristemáticos o reproductivos, las células constituyentes pueden
dividirse para formar nuevos tejidos (Hoadley 1980). La formación de nuevas células y
el inicio de la diferenciación en las plantas se efectúa en regiones específicas conocidas
como meristemas (Rost et al. 1992). En la figura 1 se indica el tipo de tejidos que se
puede presentar en el tallo de las dicotiledóneas.
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Los meristemas no sólo dan origen a un aumento en el número de células del vegetal,
sino que también se perpetúan por sí mismos ya que algunas de las células que resultan
de las divisiones de los meristemas no se diferencian sino que permanecen
meristemáticas, capaces de seguir dividiéndose. Por esta razón, en los meristemas
activos se presenta constantemente una separación entre las células que permanecen
meristemáticas (células iniciales) y las que se diferencian y transforman en los
elementos de los distintos tejidos (células derivadas de las iniciales). Existen, a su vez,
ejemplos de células diferenciadas, pero vivas, que pueden recuperar el carácter
meristemático (Cortés 1980). Ciertas células de la epidermis, córtex y del floema
secundario pueden recuperar su capacidad de división y formar un nuevo tejido
meristemático el cual recibe el nombre de felógeno o cambium cortical (Mauseth 1989).
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b)De acuerdo a la secuencia de formación de los meristemas:
b.1)Primarios.
b.2)Secundarios.
Los tejidos primarios del tallo se diferencian a partir de tres tejidos meristemáticos
primarios: protodermis, meristema fundamental y procambium; los cuales se derivan a
partir del meristema apical del tallo. Los tejidos secundarios son el resultado de la
producción de nuevas células por parte del cambium vascular y el cambium cortical o
felógeno (Rost et al. 1992).
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Meristema apical:
A partir del meristema apical surgen los tres tejidos meristemáticos primarios:
protodermis, meristema fundamental y procambium. Estos tres últimos se diferencian
en los tres tejidos primarios: epidermis, tejidos fundamentales y tejidos vasculares (Rost
et al. 1992). Los meristemas apicales crecen mediante una o varias células meristemáticas
iniciales que se dividen ininterrumpidamente según varios planos dando origen a
células derivadas; el conjunto de estas células iniciales y de sus derivadas más
inmediatas reciben el nombre de promeristema. Las células derivadas también se
dividen en varios planos y, a medida que se alejan del ápice, comienzan a variar en
forma, tamaño, característica de la pared y del citoplasma, formando regiones
meristemáticas algo más diferenciadas y cada una de función específica, que se
denominan: procambium, protodermis y meristema fundamental (Lindorf et al. 1985).
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Teorías del crecimiento primario:
Célula Apical
Células derivadas
En 1868, Hanstein desarrolló la llamada teoría del histógeno. Según esta teoría, el
meristema apical o punto de crecimiento, el cual es de tipo multicelular, se encuentra
organizado en forma de tres capas o zonas: dermatógeno (capa más externa), pleroma
(parte central) y periblema (ubicado entre el dermatógeno y el pleroma) (Figura 4). El
dermatógeno se va a diferenciar para dar origen a la epidermis. A partir del periblema
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se van a formar todos los tejidos, principalmente el córtex, que se encuentran entre la
epidermis y el cilindro central. Este último, el cual incluye la médula, se deriva del
pleroma (Metcalfe y Chalk 1983). Hanstein consideraba estas capas como meristemas
formadores de los tejidos o histógenos (Roth 1980). Sin embargo, posteriormente se
observó que no existe una relación constante entre los histógenos de Hanstein y los
tejidos a los cuales dan origen ya que no siempre es posible distinguir el periblema del
pleroma (Metcalfe y Chalk 1983).
Pleroma
Periblema
Dermatógeno
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(Mauseth 1989); mientras que las células del corpus se dividen en varias direcciones. La
parte central de la tunica se encuentra constituida por células de mayor tamaño que las
que se encuentran en las partes laterales. En la mayoría de las Antophyta
(angiospermas), el corpus comprende una zona de células madres centrales situadas por
debajo de las células de mayor tamaño de la tunica (Metcalfe y Chalk 1983). La tunica
puede estar constituida por una sola capa (monoestrato) o por dos a cuatro capas
(multiestrato). La tunica de tipo monoestrato es la más común (Mauseth 1989). Algunos
estudios han indicado que el corpus no es una región homogénea, sino que en el mismo
se pueden diferenciar varias zonas. Se han reportado diferentes tipos de zonación, pero
la más común es la que se ha denominado como el tipo usual de las Antophyta. En este
tipo de meristema se encuentra con una tunica de una o más capas y un corpus
constituido por tres zonas: una zona superior de células madres centrales;
inmediatamente por debajo de esta zona se observa con la médula meristemática.
Rodeando a las células madres centrales y a la médula meristemática se encuentra la
zona periférica (Mauseth 1989).
Las divisiones celulares son poco frecuentes en la zona de células madres centrales;
mientras que la zona periférica posee una gran actividad mitótica. Comúnmente la
protodermis se origina a partir de la capa más externa de la tunica, mientras que el
procambium y parte del meristema fundamental (el córtex y algunas veces parte de la
médula) se derivan de la zona periférica. El resto del meristema fundamental (toda o la
mayor parte de la médula) se origina a partir de la médula meristemática (Raven et al.
1986).
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FIGURA 5: Organización de la tunica-corpus (Rost 1997).
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tipos mas avanzados, por ejemplo en el género Ephedra, en donde se puede diferenciar
una tunica uniseriada. En la mayoría de las gimnospermas puede formarse todo el tejido
primario a partir de un grupo de células iniciales apicales que se dividen periclinal y
anticlinalmente (Roth 1980). La zonación histológica del ápice de las gimnospermas
puede ser usada para describir el patrón de zonación que se presenta en muchas
angiospermas (Zimmermann y Brown 1980).
A partir del meristema apical se originan tejidos parcialmente diferenciados, pero los
cuales aún mantienen su actividad meristemática (meristemas primarios). Estas zonas
meristemáticas parcialmente diferenciadas son la protodermis, el procambium y el
meristema fundamental. Estos tejidos son considerados como meristemas primarios ya
que van a dar origen a tejidos primarios y muchas de sus células constituyentes
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mantienen su capacidad de división por algún tiempo antes de comenzar a diferenciarse
para transformarse en células específicas (Raven et al. 1986).
Los tejidos primarios del tallo son los siguientes: epidermis (se origina a partir de la
protodermis), xilema y floema primario (se originan a partir del procambium) (Figura
7), el córtex y la médula (estos dos últimos surgen por la diferenciación de células del
meristema fundamental).
Con la aparición de nuevos tejidos, el ápice es llevado hacia arriba dando origen al
crecimiento longitudinal de los brotes para permitir la formación de nuevas hojas. De las
células producidas por el meristema apical, aquellas que se encuentran en el centro del
tallo se vuelven parenquimatosas y dan origen a la médula. Las células de la capa más
externa forman la piel o epidermis, mientras que aquellas que están inmediatamente
después, hacia adentro, dan origen al córtex. En la región que se encuentra entre el
futuro córtex y la médula, el procambium puede ser fácilmente reconocible y,
subsecuentemente, sus células se diferencian para formar el xilema primario y el floema
primario característico de los tejidos vasculares (Jane 1970).
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La epidermis es la capa más externa del tallo joven. Se considera como una capa
protectora en donde se encuentran los estomas (Metcalfe y Chalk 1983). Por lo general,
la epidermis es una capa superficial monoestratificada de células que cubre a todos los
demás tejidos primarios, protegiéndoles contra la desecación y, en cierto grado, contra
los daños mecánicos (Rost et al. 1992). En general, las funciones que cumple la epidermis
en el cuerpo primario de la planta son las siguientes: ejerce un mecanismo de control
para el intercambio de agua y gases con el ambiente externo, protege contra los daños
que puedan ser causados por la acción de la radiación solar y agentes patógenos; así
como también actúa como una barrera que protege a los tejidos más internos contra la
abrasión (Mauseth 1989). La epidermis es un tejido complejo compuesto por varios tipos
de células. La mayoría de las células presentes en esta capa son parenquimatosas (Villee
et al. 1992). En algunas especies se puede desarrollar una capa entre la epidermis y el
córtex, dicha capa recibe el nombre de hipodermis (Cutter 1978).
Los tejidos vasculares primarios, xilema y floema primario, se originan por la división
de células del procambium. Las células que se dividen hacia la parte externa se
diferencian para formar el floema primario, mientras que las que se dividen hacia la
parte interna dan origen al xilema primario.
Muchas plantas pasan su ciclo de vida solamente con el tejido vascular derivado del
procambium (xilema y floema primario). Otras plantas aumentan su tejido vascular por
la actividad del cambium vascular el cual origina nuevas células (xilema y floema
secundario). Esto ocurre en las gimnospermas y en la mayoría de las dicotiledóneas, en
algunas monocotiledóneas y pteridófitas (Lindorf et al. 1985).
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La médula es el conjunto de células parenquimáticas que se ubican en la parte central
del tallo. Se origina a partir del meristema fundamental.
Cambium vascular:
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FIGURA 8: Sección transversal de un tallo adulto (JUNAC 1988).
Corteza:
Término utilizado para referirse a todos los tejidos que se encuentran hacia el lado
externo del cambium vascular (Raven et al. 1986).
En aquellas plantas en donde se ha iniciado el crecimiento secundario, la corteza
incluye a todos los tejidos primarios y secundarios que quedan hacia el exterior del
cambium vascular. De adentro hacia afuera, estos tejidos son: floema secundario, floema
primario, córtex, peridermis (felodermis, felógeno y felema) y aquellos tejidos que
quedan hacia el exterior de esta última los cuales constituyen la corteza muerta (Cortés
1980).
Peridermis:
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de peridermis (Mauseth 1989). Se puede definir como un tejido protector de origen
secundario que reemplaza a la epidermis en los tallos y raíces de las plantas que
experimentan crecimiento secundario. Las dicotiledóneas leñosas y las gimnospermas
son los mejores ejemplos en donde se puede observar este tejido; aunque también se
puede desarrollar en algunas dicotiledónes herbáceas y en algunas monocotiledóneas
(Esau 1977). Es bueno indicar que el término peridermis no es sinónimo de corteza,
debido a que todos los tejidos que se encuentran hacia el lado externo del cambium
vascular corresponden a la corteza (Zimmermann y Brown 1980) mientras que la
peridermis sólo es una parte de esos tejidos.
a)Felema:
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La capacidad de protección que proporciona la peridermis a los árboles está
determinada por la naturaleza física de las células del felema o corcho. En su estado de
madurez dichas células están muertas y altamente suberizadas. Por estar desprovistas
de contenidos son pobres conductoras de calor y la presencia de suberina permite que
sean poco permeables al agua y vapor de agua (Zimmermann y Brown 1980). Las
células suberizadas se encuentran separadas entre sí por pequeños espacios
intercelulares (lenticelas) los cuales permiten el intercambio gaseoso que ocurre en la
peridermis (Roland y Roland 1980).
b)Felógeno:
Es un meristema lateral cuyos procesos de división celular dan origen a felema, hacia
la parte externa, y felodermis, hacia la parte interna. También recibe el nombre de
cambium cortical (Raven et al. 1986). El felógeno se origina a partir de células
parenquimáticas diferenciadas que recuperan nuevamente su actividad meristemática;
estas células pueden ser de la epidermis, hipodermis, córtex o floema secundario
(Mauseth 1989). En algunas plantas pueden formarse sucesivamente varios felógenos.
Cada uno de estos felógenos funciona normalmente, produciendo felema hacia la parte
externa y felodermis hacia la parte interna (Cortés 1980). El primer felógeno se forma
superficialmente, en la epidermis o en la parte más externa del córtex. Posteriormente
se puede formar un segundo felógeno a partir de las células parenquimáticas de la
porción interna del córtex. Cuando comienza el crecimiento secundario, los tejidos
primarios (epidermis, córtex) son empujados hacia afuera hasta producirse su
rompimiento. Los felógenos subsecuentes se forman a partir de células
parenquimáticas de floema secundario (Mauseth 1989).
c)Felodermis:
Parte de la peridermis que se origina por las divisiones del felógeno hacia la parte
interna (Raven et al. 1986). Puede ser gruesa o delgada y probablemente proporciona
cierta protección contra patógenos, calor y desecación. Usualmente es una capa
delgada, difícil de distinguir de la corteza interna (Junikka 1994). Por lo general, está
formada por una sola capa de células, aunque se pueden encontrar casos de felodermis
de 3-4 capas de células. Algunas de las células de la felodermis pueden producir
taninos, mientras que otras pueden dar origen a estructuras secretoras. En algunas
especies, por ejemplo Pinus palustris, las células de la felodermis pueden almacenar
almidón (Mauseth 1989).
a)Corteza interna:
b)Corteza externa:
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Entre las funciones generales de la corteza tenemos la conducción, efectuada por el
floema fisiológicamente activo, y la protección brindada por el ritidoma. No obstante, y
debido a la diversidad de tejidos que la componen, la corteza puede desempeñar otras
actividades como son las siguientes: almacenamiento de sustancias en las células de
parénquima floemático, los radios y la felodermis; conducción en sentido transversal a
través de los radios; proporcionar dureza y sostén mediante el tejido mecánico; aireación
a través del sistema de espacio intercelulares que se desarrolla en la misma (Lindorf et
al. 1985). La formación de la corteza es el producto de la división celular que ocurre en
dos meristemas laterales: el cambium vascular y el cambium cortical o felógeno. La
corteza se caracteriza por ser un tejido rígido, no elástico y por esta razón tiende a
romperse y desprenderse a medida que se produce el incremento circunferencial del
tallo.
Xilema:
Conjunto de tejidos que se origina por la división, hacia el lado interno, de las células
del cambium vascular. En el xilema se lleva a cabo tres funciones: conducción, soporte y
almacenamiento de sustancias alimenticias. Cada una de estas funciones es realizada
por células especializadas. A medida que se desarrolla el tallo, se van produciendo una
serie de cambios en la porción xilemática, de manera tal que en la parte interna del
xilema (duramen) sólo se cumple la función de soporte; mientras que hacia la parte
periférica (albura) se desempeñan funciones de conducción, almacenamiento y soporte.
Médula:
33
BIBLIOGRAFIA.
Cutter, E. 1978. Plant Anatomy: Part II: Organs. Edward Arnold Publishers. 2th Edition.
London.
Esau, K. 1977. Anatomy of Seed Plants. John Wiley and Sons. 2th Edition. New York.
Hoadley, B. 1980. Understanding Wood. The Taunton Press, Inc.. Newtown. U.S.A.
JUNAC. 1988. Manual del Grupo Andino para la Preservación de Maderas. Junta del Acuerdo
de Cartagena. Lima, Perú.
Junikka, L. 1994. Survey of English Macroscopic Bark Terminology. IAWA Journal 15: 3-
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Larson, P. 1982. The Concept of Cambium. In New Perspectives in Wood Anatomy. Edited
by P. Baas. Martinus Nijhoff/Dr. W. Junk Publishers. London.
Metcalfe, C. y L. Chalk. 1983. Anatomy of Dycotiledons. Vol II. Clarendon Press. Oxford.
Raven, P., R. Evert y S. Eichhorn. 1986. Biology of Plants. Worth Publishers, INC. Fourth
Edition. New York.
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Roland, J.C. y F. Roland. 1980. Atlas of Flowering Plant Structure. Translated by D. Baker.
Longman Group Limited. London.
Thomas, R. 1981. Wood Anatomy and Ultrastructure. In Wood: its Structure and
Properties. Edited by F. Wangaard. Pennsylvania State University. Pennsylvani.
Villarreal Q., J. 1993. Introducción a la Botánica Forestal. Editorial Trillas S.A. 2da Edición.
México, D.F.
Zimmermann, M. y C. Brown. 1980. Trees: Structure and Function. Springer Verlag. 4th
Printing. New York.
35
TEMA 3. EL CAMBIUM VASCULAR.
36
secundario), mientras que el resto del mismo es producido por el cambium cortical
(Mauseth 1989).
(2)El cambium vascular puede surgir en regiones donde antes no existía procambium.
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dichos términos dejan de utilizarse para hablarse sólo de cambium vascular. En algunas
especies, el cambium interfascicular se diferencia por el tipo de tejidos que él mismo
produce. En Casuarina, Epiphyllum, Trichocereus y Nopalea, el cambium interfascicular
sólo produce células de parénquima. En las dicotiledóneas con radios uniseriados y
multiseriados, los primeros radios uniseriados se forman a partir del cambium fascicular
mientras que los primeros radios multiseriados tienen su origen en el cambium
interfascicular (Mauseth 1989).
El cambium vascular se encuentra constituido por dos tipos de células: las iniciales
fusiformes y las iniciales radiales. El tipo de tejido producido se orienta en dos sentidos:
el sistema axial o vertical, en donde se desarrollan células adecuadas para cumplir
función de resistencia, conducción y almacenamiento; y el sistema radial u horizontal,
en donde se forma células que cumplen las funciones de almacenamiento y conducción
(Roland y Roland 1980). Las células iniciales fusiformes son las encargadas de producir
los diferentes elementos que se encuentran en el sistema axial, mientras que las iniciales
radiales permiten la formación de los elementos orientados transversalmente.
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elementos derivados a partir de ellas. En el caso de las gimnospermas, las células
iniciales fusiformes son de mayor longitud que las observadas en las angiospermas
(Mauseth 1989). Las células iniciales radiales son aproximadamente cúbicas y, en sección
tangencial, se observan de forma isodiamétrica. La diferenciación de este tipo de células
permite la formación de los radios (Metcalfe y Chalk 1979).
Patrón de división celular en las células cambiales:
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FIGURA 9: Proceso de división del cambium vascular para formar xilema y floema
secundario (Pashin y de Zeeuw 1980).
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La producción de células hacia adentro, aumenta el diámetro del tallo. Por esta razón
también tiene que aumentar continuamente el perímetro de la capa cambial. Esto sólo es
posible por el crecimiento y división de las células cambiales en sentido anticlinal
(Strasburger 1993). Este tipo de división también recibe el nombre de divisiones
multiplicativas (Wilson y White 1986), en contraste con las divisiones periclinales también
conocidas como divisiones proliferativas (Mauseth 1989). Las divisiones anticlinales o
multiplicativas pueden producirse en sentido longitudinal-radial o pseudotransversal
(Figura 10) para aumentar el número de células iniciales fusiformes e incrementar la
circunferencia cambial. Cuando el cambium es estratificado se producen divisiones
completamente radiales; mientras que en el cambium no estratificado la célula inicial se
divide en sentido radial-oblicuo (pseudotransversal) para luego producirse un
alargamiento de las células formadas (crecimiento apical intrusivo) hasta que las células
hijas sean tan largas o mucho más largas que la célula madre (Zimmermann y Brown
1980).
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FIGURA 11: División anticlinal (cóncava) de una célula inicial fusiforme.
Algunas células iniciales fusiformes sufren divisiones que van a permitir la formación
de nuevas células iniciales radiales. Esto ocurre tanto en gimnospermas como en
dicotiledóneas y se puede producir de varias maneras (Mauseth 1989):
c)División total de una inicial fusiforme a través de tabiques transversales (Figura 12c)
para producir un grupo de células iniciales radiales.
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En las células iniciales radiales se producen divisiones periclinales que permiten la
formación de los radios xilemáticos y floemáticos. Se debe indicar que la célula inicial
radial no va a dar origen al radio completo sino que va a desarrollar una de las células
constituyentes del radio (Metcalfe y Chalk 1979). Las células producidas por las iniciales
radiales son de naturaleza parenquimatosa, aunque en algunas Pinophyta
(gimnospermas) pueden desarrollarse células prosenquimatosas (traqueidas radiales) a
partir de las iniciales radiales (Wilson y White 1986). En algunos casos, un grupo de
células iniciales radiales sufren un proceso de alargamiento y son transformadas en
iniciales fusiformes (Otegui 1994).
Cambium estratificado y no estratificado:
a b
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decir, la proporción de xilema secundario que ha sido producido por el cambium
cuando se presentan condiciones favorables para la actividad cambial.
Se debe indicar que el patrón estacional de actividad cambial varía dentro y entre
especies que crecen en el mismo sitio; dicha variación está altamente correlacionada con
la latitud. Relativamente existen pocos estudios del cese del crecimiento cambial en
especies tropicales y subtropicales, la mayoría de estos estudios se ha concentrado a
especies de la zona templada. El patrón de cese de la actividad cambial puede variar
ampliamente entre árboles de una misma especie y entre diferentes especies como
consecuencia de interacciones que existen entre factores hormonales internos, balance
nutricional, edad y diversas condiciones ambientales que pueden afectar procesos
fisiológicos (Zimmermann y Brown 1980).
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vascular de las gimnospermas y las monocotiledóneas; sin embargo, el tipo de tejidos
producidos es diferente: el cambium vascular produce xilema secundario hacia la parte
interna y floema secundario hacia la parte externa mientras que el meristema de
engrosamiento secundario produce parénquima secundario (tejido secundario
conjuntivo) bidireccionalmente, con haces vasculares completamente diferenciados
inmersos en ese tejido conjuntivo. La anatomía de los haces vasculares formados es
diferente a la de los haces vasculares que corresponden al crecimiento primario ya que
desarrollan un arreglo colateral, mientras que los producidos durante el crecimiento
primario poseen un arreglo anfibasal de xilema y floema (DeMason 1983).
47
b)Incremento longitudinal de la planta sin crecimiento diametral adicional. Esta fase se
produce inmediatamente después que el tallo de la planta ha alcanzado su diámetro
definitivo a través del proceso de engrosamiento primario.
48
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50
UNIDAD II
ANATOMÍA DE LAS MADERAS
DICOTILEDÓNEAS Y CONÍFERAS
51
TEMA 1. ESTRUCTURA MACROSCÓPICA DE LA MADERA.
La madera se puede definir como el conjunto de tejidos que se encuentran hacia la parte
interna de la corteza. Específicamente es la zona comprendida entre la médula y el
cambium vascular y en la misma se cumplen diversas funciones: conducción de agua y
sales minerales absorbidas por la raíz, soporte o resistencia mecánica y almacenamiento
de sustancias alimenticias. Corresponde a lo que técnicamente se conoce con el nombre
de xilema secundario. En la madera se distinguen dos grupos de elementos
estructurales: elementos macroscópicos y elementos microscópicos.
a)Elementos macroscópicos:
Son aquellos que se observan a simple vista o con el uso de lentes de mano (lupas con
aumento hasta de 10X) (León y Espinoza de Pernía 1995).
b)Elementos microscópicos:
52
FIGURA 14: Obtención de los Planos de Corte en la Madera (JUNAC 1989).
a)Plano transversal:
b)Plano radial:
Se obtiene al hacer un corte paralelo al eje longitudinal del tallo o muestra (corte
longitudinal) en donde el mismo es paralelo a los radios o perpendicular a los anillos
53
de crecimiento (León y Espinoza de Pernía 1995) (Figura 14, 15). A nivel macroscópico,
en el plano de corte radial, se observa el tamaño de los radios, tipo de grano y el lustre
o brillo de la madera.
c)Plano tangencial:
Se obtiene al hacer un corte paralelo al eje longitudinal del tallo o muestra (corte
longitudinal) en donde el mismo es perpendicular a los radios o tangente a los anillos de
crecimiento (Figura 14, 15). En este plano, a nivel macroscópico, se observa la presencia
de rizos, conductos transversales, magnitud de las líneas vasculares, tipo de grano y
lustre o brillo de la madera (León y Espinoza de Pernía 1995). Los radios son visibles, a
nivel macroscópico sólo si son de tamaño mediano a grande y se presentan como
pequeñas líneas oscuras que se extienden en la dirección longitudinal. La longitud de
esa línea representa la altura del radio (Hoadley 1990).
54
Estructura Macroscópica de la Madera:
a)Características generales:
a.2)Albura y duramen.
b)Características anatómicas:
b.1)Vasos o poros.
b.2)Parénquima.
b.3)Radios.
b.4)Conductos.
b.5)Floema incluso.
c)Características físicas:
c.1)Color.
c.2)Olor.
c.3)Sabor.
c.4)Peso.
c.5)Dureza.
c.6)Textura.
c.7)Grano.
55
c.8)Lustre.
Características generales:
Anillos de Crecimiento:
a b c
El ancho de los anillos varía entre especies diferentes e incluso entre arboles de una
misma especie. También se pueden observar variaciones dentro de un mismo árbol.
56
Estas variaciones son la respuesta a la presencia de condiciones favorables o
desfavorables durante el período de crecimiento (Hoadley 1990). En general, el ancho de
los anillos puede variar de un año a otro en función de la acción de factores externos
tales como luz, temperatura, precipitación, agua disponible en el suelo y longitud del
período de crecimiento (Raven et al. 1986). Otro factor que influye sobre el ancho de los
anillos de crecimiento es el manejo silvicultural. Aspectos relacionados con el
espaciamiento, aclareos y competencia entre individuos tienen influencia sobre el ancho
de los anillos (Burger y Richter 1991). Bajo condiciones favorables se desarrollan anillos
más anchos que los formados en períodos de crecimiento con condiciones desfavorables
(Raven et al. 1986).
En la zona templada la actividad del cambium vascular es de tipo estacional de
manera tal que se forma un sólo anillo de crecimiento cada año. En este caso se habla de
anillos anuales (Raven et al. 1986) y el conteo de los mismos permite conocer la edad del
árbol. En las especies tropicales, los anillos de crecimiento no son siempre definidos y
cuando se diferencian corresponden a períodos alternativos de lluvia y sequía. En
aquellas áreas en donde se presentan precipitaciones de manera uniforme durante todo
el año, no se tiene claro las razones por las cuales se presentan las delimitaciones entre
anillos de crecimiento (Thomas 1981).
57
baja. Cuando esto ocurre, es difícil apreciar los anillos de crecimiento debido a la
carencia de contraste entre madera temprana y madera tardía. En este caso la madera
posee una estructura más uniforme (Thomas 1981).
Las maderas latifoliadas, de acuerdo al arreglo de los poros, pueden ser de porosidad
circular, semicircular o difusa. En las maderas que poseen porosidad circular o
semicircular, los poros de la madera temprana tienen un diámetro relativamente mayor
que los de la madera tardía, lo cual permite distinguir fácilmente los anillos de
crecimiento (Thomas 1981). En maderas de porosidad difusa se debe recurrir a
elementos adicionales para lograr distinguir los anillos de crecimiento. Entre estos
elementos se encuentran los siguientes: presencia de parénquima marginal,
engrosamiento de las paredes de las fibras, zonas ausentes de poros, zona compacta de
parénquima. A continuación se presentan algunos ejemplos de los elementos que
pueden permitir la diferenciación de anillos de crecimiento en las maderas latifoliadas:
58
-Por la ausencia de poros en una zona angosta y concéntrica de madera tardía:
Hyeronima laxiflora (Euphorbiaceae), Tabebuia rosea (Bignoniaceae).
Algunos elementos por los cuales se considera importante el estudio de los anillos de
crecimiento son los siguientes:
a)La madera tardía del anillo de crecimiento tiende a ser más densa que la madera
temprana y la proporcionalidad entre ellas influye sobre la densidad y,
consecuentemente, sobre la resistencia de la madera como un todo (Wilson y White
1986).
59
b)Si se forman los anillos de crecimiento una sola vez al año (zona templada) puede
calcularse la edad del árbol con facilidad. Para determinar la edad de los árboles se
traza una línea que pasando por el centro del tronco resulte un diámetro del mismo y
luego se inicia el conteo. Se cuentan los anillos que existen en cada porción radial de
esa línea, desde la médula hasta la periferia de la sección transversal. La suma en
ambas porciones debe coincidir para estar seguro que el recuento se realizó bien. En
árboles que crecen en la zona tropical y que desarrollen anillos bien definidos, el
número de los mismos no representa la edad del árbol porque, debido a las
condiciones climáticas propias del trópico, se pueden presentar situaciones en donde
se forme más de un anillo al año.
Si el crecimiento diametral del tallo es interrumpido, bien sea por la presencia de una
sequía repentina o por defoliación causada por insectos, se pueden formar más de un
anillo en el mismo período de crecimiento. En este caso los anillos internos no presentan
límites bien definidos y son denominados anillos falsos (USDA 1974) y estos se
encuentran incluidos dentro de los límites de los anillos verdaderos. Una banda de lo
que parece ser madera tardía es formada y se asemeja, tanto en apariencia como en
densidad, a la madera tardía normal; esta banda es seguida por un tejido similar a la
madera temprana y después de la cual se produce la verdadera madera tardía. Los
anillos falsos se pueden distinguir de los verdaderos porque las células constituyentes
de la falsa madera tardía muestran una transición gradual, tanto hacia la parte externa
como hacia la interna, a un tejido más poroso; mientras que en los verdaderos anillos la
transición de la madera tardía de un anillo a la madera temprana del siguiente anillo es
abrupta (Pashin y de Zeeuw 1980). Macroscópicamente pueden ser detectados por que
60
no presentan límites tan definidos como los observados en los anillos verdaderos
(Burger y Richter 1991).
Los anillos falsos pueden originarse por diversas causas: heladas repentinas que traen
como resultado una defoliación temporal, destrucción del follaje por la acción de
insectos, períodos repentinos de sequía seguidos por una alta precipitación y
temperaturas adecuadas para el crecimiento. En cualquier caso, la formación de anillos
falsos es causada por el cese temporal de la actividad terminal, lo cual es acompañado
por la disminución de la producción de auxinas. Todo esto es seguido por la presencia
de condiciones favorables para reasumir el crecimiento en las regiones apicales y con
ello se reinicia el proceso de producción de las hormonas de crecimiento. El cese del
crecimiento terminal debe presentar una duración suficiente como para producir células
con diámetros estrechos semejantes a las células de la verdadera madera tardía; y la
reanudación del crecimiento debe ser lo suficientemente intensa como para producir un
gradiente de auxina favorable para la formación de las células de madera temprana
(Pashin y de Zeeuw 1980). Cuando se utiliza el número de anillos para estimar la edad
del árbol se puede perder precisión en dicha estimación si en la madera existen anillos
falsos (Raven et al. 1986).
En aquellos árboles que poseen copas pequeñas o que han perdido accidentalmente la
mayor parte del follaje, sólo se pueden formar capas incompletas de crecimiento y
dichas capas reciben el nombre de anillos discontínuos (USDA 1974). Esas
interrupciones que producen anillos discontínuos se originan como consecuencia que el
cambium vascular puede estar localizado en áreas que han permanecido inactivas por
uno o más períodos, aunque pueden volverse activas nuevamente. En tales áreas no se
produce madera y consecuentemente los anillos aparecen "fusionados" con el último
anillo formado cuando el cambium estaba activo (Raven et al. 1986). Una de las teorías
que se ha propuesto para explicar la presencia de anillos discontínuos en árboles
suprimidos y sobremaduros está relacionada con deficiencias de las hormonas
reguladoras del crecimiento durante el inicio del período de crecimiento. Esta
61
deficiencia local puede ocasionar un estado de latencia en una porción del cambium
vascular en donde no se produce división celular durante ese período o se produce un
retraso en la reactivación de la actividad cambial (Pashin y de Zeeuw 1980). Por lo
general, es común que los anillos discontinuos se presenten en árboles que desarrollan
copas asimétricas (Burger y Richter 1991).
Albura y Duramen:
Es importante recordar que cuando se forma la madera, ésta siempre es albura. Una
vez formado y diferenciado el tejido no hay ni células adicionales ni perdida de las
mismas, tampoco ocurren variaciones en cuanto a su forma o tamaño. Los cambios que
se producen al transformarse esa madera en duramen están relacionados con la
deposición de cierto tipo de sustancias (Hoadley 1990).
63
que la albura se va depositando continuamente con el crecimiento de la copa, la forma
de mantener un óptimo de albura es mediante la formación de duramen (Bamber 1976).
Se debe señalar que no todas las especies presentan una diferenciación entre albura y
duramen por cambios de coloración, ya que algunas maderas poseen una coloración
uniforme a lo ancho de toda su sección transversal. Sin embargo, aún cuando no exista
ese cambio de coloración, tanto la albura como el duramen están presentes. Según la
forma como se manifieste el cambio de color entre albura y duramen se habla de
especies con transición abrupta, gradual o sin transición entre albura y duramen (León y
Espinoza de Pernía 1995). Ejemplos de especies que poseen una transición abrupta entre
albura y duramen son Astronium graveolens (Anacardiaceae), Pachira quinata
(Bombacaceae), Hymenaea courbaril (Caesalpiniaceae), Samanea saman (Mimosaceae),
Handroanthus serratifolius (Bignoniaceae). La transición gradual entre albura y duramen
se observa en Cedrela odorata (Meliaceae), Swietenia macrophylla (Meliaceae), Tabebuia
rosea (Bignoniaceae). Ejemplos de especies que no poseen transición entre albura y
64
duramen son Brosimum alicastrum (Moraceae), Jacaranda superba (Bignoniaceae), Ochroma
pyramidale (Bombacaceae), Parinari excelsa (Chrysobalanaceae).
Con respecto a las especies latifoliadas tropicales, León y Espinoza de Pernía (1997)
estudiaron la especie Cordia thaisiana (Boraginaceae), encontrando un incremento del
porcentaje de albura a medida que se avanza desde la base hacia la copa del árbol. Sin
embargo, el comportamiento observado se manifestó de forma irregular, es decir, a
partir de la altura de pecho (1,3 m) aumentó el porcentaje de albura hasta,
aproximadamente, la mitad de la altura del fuste. En este punto se produce una ligera
disminución de la proporción de albura para luego aumentar nuevamente y de forma
continua hasta las cercanías del punto de bifurcación. La reducción de la proporción de
albura antes mencionada puede haber sido el resultado de algún factor externo.
66
Kort (1993) señala que los árboles de grandes dimensiones necesitan una mayor área
de la sección transversal del tallo para el soporte mecánico y no se requiere de todo el
xilema formado para cumplir eficientemente la función de conducción y esto conlleva a
la formación de duramen, es decir, que en los árboles adultos la cantidad relativa de
albura será menor que la presente en árboles más jóvenes.
En general, un árbol con una alta tasa de crecimiento posee una mayor cantidad de
albura. También existe una fuerte relación entre el área de albura y la cantidad de follaje
existente en la copa (Yang et al. 1994).
El duramen tiene una cantidad de extractivos mayor que la albura y, debido a esto,
exhibe un peso específico más alto. Para muchas especies esta diferencia es
imperceptible ya que el peso y la resistencia de la madera es más influido por las
condiciones de crecimiento que por el cambio de albura a duramen. En algunos casos,
las cantidades considerables de material infiltrado pueden incrementar el peso de la
madera y su resistencia a la compresión (USDA 1974). En algunas especies, los
extractivos presentes en el duramen reducen la permeabilidad del tejido maderable
haciendo que el duramen sea más lento de secar y creando una gran dificultad para
impregnarlo con sustancias preservantes. Los materiales extractivos presentes en el
duramen de algunas especies pueden ser abrasivos lo cual afecta el filo de las
herramientas cortantes (Hoadley 1980).
a)Cambio en la forma y el tamaño del núcleo de las células desde la zona cambial hasta
el duramen. La forma del núcleo cambia rápidamente desde el típicamente
redondeado en el cambium y en las células inmediatamente adyacentes a él hasta
67
alcanzar una forma alargada radialmente. Este cambio ocurre en los primeros 5-10
anillos de crecimiento que se encuentran después del cambium. Después que el núcleo
ha sufrido estos cambios tiende a desaparecer. La desaparición del núcleo en las
células de almacenamiento es considerada como el único indicativo confiable de la
completa transformación de albura a duramen.
d)Se conoce que las células de la parte más externa del duramen crean una barrera al
movimiento de los materiales extraños formados en las células parenquimáticas de la
porción de albura adyacente al duramen, lo que produce una acumulación de dichos
materiales en cantidades letales, que ocasiona la muerte de las células parenquimáticas
dando origen a la formación de duramen adicional.
68
indican que los extractivos del duramen pueden aparecer “in situ” en las células
parenquimáticas a partir de carbohidratos transportadores o almacenados antes que
esas células mueran. Después que los extractivos se han formado pueden ser
depositados como materiales amorfos en las células llenando, total o parcialmente, sus
cavidades o pueden infiltrarse en las paredes celulares de las células de almacenamiento
y las células xilemáticas adyacentes (Pashin y de Zeeuw 1980).
Shan et al. (1981) estudiaron la especie Acacia nilotica y encontraron que los granos de
almidón son abundantes en las células de parénquima axial de la albura externa y
disminuyen gradualmente hacia la zona de transición. Los lípidos también son
abundantes en el xilema secundario de ramas jóvenes y en la albura de ramas adultas.
La alta actividad de las lipasas en la albura evidencia el rompimiento de los lípidos en
dicha región. Los fenoles se encuentran presentes en cantidad mucho menor en la albura
que en el duramen. La presencia de histonas fue abundante en la albura, se observaron
trazas en la zona de transición; mientras que en el duramen no se detecta la presencia de
las mismas. Igual comportamiento se manifiesta en las peroxidasas.
69
Datta y Kumar (1987) determinaron el contenido de almidón, lípidos, proteínas,
elementos reductores, ácido nucleico, histonas, fenoles, peroxidasas, adenosin trifosfato
y glucosa 6-fosfatasa en albura y duramen de ramas jóvenes (sólo con albura y en las
cuales se diferenciaron dos regiones: xilema externo y xilema interno) y adultas (con
albura y duramen y divididas en tres regiones: albura, zona de transición y duramen) de
Tectona grandis y encontraron lo siguiente:
f)La actividad de las peroxidasas es intensa en el xilema más externo de las ramas
jóvenes y en la albura de las ramas adultas. Las células parenquimáticas axiales y
70
radiales, las fibras y las paredes de los vasos de la albura manifiestan una intensa
actividad de peroxidasas; se presenta como moderada en la zona de transición y
ausente en el duramen.
i)La actividad del adenosin trifosfato (ATP) es mayor en la albura (externa e interna) que
en la zona de transición, siendo más intensa en el parénquima radial en comparación
con el axial.
71
pequeñas cantidades de almidón, mientras que el duramen interno no presenta
almidón. Igual comportamiento se observa con respecto a la presencia de azúcares.
72
duramen bien diferenciado. La edad del árbol cuando ocurre la transformación de
albura a duramen varía entre especies: 6-12 años para Cryptomeria japonica, 3-4 años para
Robinia sp., 60-70 años para Fraxinus excelsior y más de 100 años en Alstonia scholaris
(Hillis 1987).
Diferentes estudios reportan que la acción de ciertos hongos puede dar inicio a la
formación de duramen en algunos árboles. Se considera que el estimulo de iniciación
proviene de las hifas que penetran a través de las ramas o raíces. Sin embargo, esta
teoría ha sido cuestionada por algunos autores. También se ha propuesto que las toxinas
transportadas desde las raíces o las hormonas transportadas desde el cambium vascular
pueden ser responsables del inicio de formación del duramen (Hillis 1987). Shain y
Hillis (1973), citado por Bamber (1976), indican que el etileno causa la producción de
polifenoles y esto apoya la posibilidad que un material similar a una hormona pueda ser
responsable de la iniciación de transformación de albura en duramen.
d)Acción de sustancias que inducen a la formación del duramen:
73
radios desde el cambium, pero sólo alcanza el nivel de comienzo para la formación del
duramen en las células adyacentes a un centro impermeable (duramen o médula) en
donde el movimiento centrípeto es bloqueado (Figura 17) (Bamber 1976). Se cree que la
translocación longitudinal y tangencial que ocurre en las células adyacentes al centro
impermeable es el resultado del incremento en la concentración de HIS en los radios de
esta zona. La zona intermedia o de transición está constituida por las capas más internas
de albura y sus características generales y color se puede considerar como intermedio
entre la albura y el duramen. La zona de transición se encuentra rodeando al duramen y
las regiones en donde se ocasionan lesiones al árbol, generalmente contiene células vivas
pero desprovistas de almidón, a menudo es impermeable a los líquidos y posee un
contenido de humedad menor que el de la albura (Hillis 1987).
Stewart (1966), citado por Bamber (1976), indica que el HIS es un polifenol excretado
el cual es tóxico para el protoplasma y causa la formación de duramen cuando alcanza
un nivel de concentración letal. Sin embargo, el alto nivel de actividad celular en la
zona de transición no es indicativo del deterioro de las funciones celulares, tal como
debería esperarse si los materiales tóxicos estuvieran presentes.
Figura 17: Diagrama de las vías del HIS en la albura. El movimiento es centrípeto
hacia el duramen impermeable y posteriormente se desplaza longitudinal-
tangencialmente hasta alcanzar el nivel de comienzo de formación del duramen en las
células parenquimáticas adyacentes (Bamber 1976).
74
Independientemente de cuál sea la causa, es evidente que todos aquellos factores que
influyen sobre la actividad celular en la periferia del duramen son de gran importancia
en la formación del mismo (Hillis 1987). La muerte de las células parenquimáticas
radiales en un momento determinado inicia el proceso de formación del duramen
(Yang et al. 1994). Megel et al. (1991), estudiando Robinia pseudoacacia, indican que la
formación de los constituyentes del duramen ocurre en los límites entre albura y
duramen (zona de transición) y que el eventual transporte de esos constituyentes a
través del floema no es probable.
75
la albura y generalmente se produce en aquellas regiones en donde se ocasionan heridas
al árbol, esto se conoce con el nombre de duramen de lesiones o heridas (Jane 1970).
76
permeabilidad. La disminución de la permeabilidad influye en el incremento de la
durabilidad del duramen debido a la reducción en la cantidad de aire y humedad
disponibles para el crecimiento de hongos. Sin embargo, la principal razón del
incremento en la durabilidad del duramen en algunas especies es debido a la presencia
de extractivos que son tóxicos, en algún grado, a los organismos que deterioran la
madera (Pashin y de Zeeuw 1980).
Características Anatómicas:
Vasos:
Con respecto a los vasos (poros), desde el punto de vista macroscópico, las
características que se toman en consideración son las siguientes:
a)Porosidad:
77
-Porosidad circular:
Tipo de porosidad que se caracteriza por presentarse poros grandes al inicio del
anillo de crecimiento (madera temprana) y poros pequeños al final del mismo (madera
tardía). En este caso, la transición entre poros grandes de madera temprana y poros
pequeños de madera tardía es abrupta (Figura 18a). Este tipo de porosidad se observa
en las latifoliadas de la zona templada (León y Espinoza de Pernía 1995). Ejemplo:
Tonna sinensis (Meliaceae), (Espinoza de Pernía 1987), Quercus sp. (Fagaceae), Rhus
tiphyna (Anacardiaceae), Robinia pseudoacacia (Papilionaceae).
-Porosidad semicircular:
-Porosidad difusa:
78
a b c
-Poros pequeños:
-Poros medianos:
Poros cuya observación se puede hacer a simple vista pero con cierta dificultad.
Ejemplo: Copaifera officinalis (Caesalpiniaceae), Cordia thaisiana (Boraginaceae),
Terminalia guianensis (Combretaceae), Rheedia madruno (Guttiferae).
-Poros grandes:
79
c)Disposición de los poros:
Se refiere al arreglo u orientación que presentan los poros, con respecto a la dirección
de los radios, a lo ancho de la sección transversal. Se puede definir como el patrón de
distribución de los poros y se clasifica en los siguientes tipos (León y Espinoza de Pernía
1995):
-Poros en disposición radial:
Los poros se disponen en filas paralelas a los radios (Figura 19a). Ejemplo: Ilex
laurina (Aquifoliaceae), Pouteria reticulata (Sapotaceae).
-Patrón dendrítico:
Es una variación del tipo anterior y en el mismo se observa una disposición de poros
en donde se presentan "ramificaciones" (Figura 19c). Ejemplo: Bulnesia arborea
(Zygophyllaceae), Condalia lineata (Rhamnaceae), Ecclinusa guianensis (Sapotaceae),
Rosmarinus officinalis (Labiatae).
80
-Poros sin ningún patrón definido de disposición:
Los poros se encuentran dispuestos o arreglados sin seguir ningún patrón definido
(Figura 19e). Ejemplo: Anacardium excelsum (Anacardiaceae), Bombacopsis quinata
(Bombacaceae), Pithecellobium saman (Mimosaceae).
a b c
d e
FIGURA 19: Poros en disposición radial (a), radial-oblicua (b), patrón dendrítico (c),
bandas tangenciales (d) y sin patrón definido (e).
Se refiere al grado de contacto que existe entre los poros. Incluye las siguientes
categorías:
81
(Humiriaceae), Metteniusa nuciferae (Icacinaceae), Mouriri barinensis
(Melastomataceae), Parinari excelsa (Chrysobalanaceae).
-Poros múltiples:
Cuando los poros están en contacto entre sí. Pueden ser de dos tipos: múltiples
radiales: poros en contacto sólo por su pared tangencial (Figura 20b). Los poros
múltiples radiales pueden ser clasificados en múltiples radiales cortos, cuando se
encuentran en contacto hasta tres poros; y múltiples radiales largos, cuando se
encuentran en contacto más de tres poros (León y Espinoza de Pernía 1995). Entre las
maderas que presentan poros múltiples radiales tenemos las siguientes: Alexa
imperatricis (Papilionaceae), Bombacopsis quinata (Bombacaceae), Pouteria reticulata
(Sapotaceae). Otro tipo de poros múltiples son los arracimados: poros en contacto
tanto por sus paredes tangenciales como por sus paredes radiales (Figura 20c) (León y
Espinoza de Pernía 1995). Ejemplo: Cordia thaisiana (Boraginaceae), Sterculia apetala
(Sterculiaceae).
a b c
FIGURA 20: Poros solitarios (a), múltiples radiales (b) y arracimados (c)
82
-Contenido presente:
83
-Poros sin contenido:
Parénquima Xilemático:
a)Parénquima apotraqueal:
-Apotraqueal difuso:
84
-Apotraqueal difuso en agregados:
Parénquima
a b
b)Parénquima paratraqueal:
-Paratraqueal escaso:
85
(Myrsinaceae), Ruprechtia hammanni (Polygonaceae), Trichanthera gigantea
(Acanthaceae), Virola sebifera (Myristicaceae).
-Paratraqueal vasicéntrico:
-Paratraqueal aliforme:
-Confluente:
-Paratraqueal unilateral:
Parénquima paratraqueal que se encuentra rodeando sólo uno de los lados de los
poros y el cual puede extenderse tangencial u oblicuamente siguiendo un patrón de
tipo aliforme, confluente o en bandas (IAWA Committe 1989) (Figura 22e). Ejemplo:
Peltogyne paniculata (Caesalpiniaceae), Terminalia guianensis (Combretaceae).
86
a b c
d e
FIGURA 22: Parénquima paratraqueal escaso (a), vasicéntrico (b), aliforme (c)
aliforme confluente (d) y unilateral (e).
c)Parénquima en bandas:
-Bandas finas:
87
-Bandas anchas:
-Parénquima marginal:
a b c
FIGURA 23: Parénquima en bandas finas (a), anchas (b) y marginales (c).
88
Sí las bandas de parénquima son más estrechas que los radios y se encuentran
arregladas horizontalmente o en arcos, produciendo un arreglo similar al de una
escalera, se denomina parénquima escalariforme. En este caso, la distancia entre los
radios es mayor que la existente entre las bandas de parénquima (IAWA Committe
1989). Ejemplo: Xylopia aromatica (Annonaceae).
Radios:
Conjunto de células las cuales se arreglan de forma tal que adquieren la apariencia de
líneas que se extienden desde la médula hacia la región cambial y que tienen como
función el almacenamiento y conducción de sustancias alimenticias. Usando bajos
aumentos, los radios pueden observarse como pequeñas líneas de ancho variable
perpendiculares a los anillos de crecimiento (Thomas 1981).
Como los radios son estructuras importantes en la identificación de algunas maderas
es necesario conocer como se presentan en los diversos cortes. En el corte se aprecian en
forma de líneas aproximadamente rectas y paralelas entre sí que se extienden desde la
médula hasta la corteza. Pueden ser muy finos, casi imperceptibles aún con lente de
mano, o de mayor tamaño y fáciles de observar a simple vista. En el corte radial, los
radios originan manchas o mallas cuyas dimensiones dependen del tamaño de los
radios; cuando éstos son grandes forman amplias manchas de superficie lisa que reflejan
vistosamente la luz. En el corte tangencial aparecen líneas angostas o trazas anchas las
cuales se extienden en dirección paralela al eje longitudinal del tallo.
89
1995). A continuación se mencionan algunos ejemplos correspondientes a cada una de
estas categorías.
-Radios finos: Astronium graveolens (Anacardiaceae), Guarea guidonia (Meliaceae),
Mouriri huberi (Melastomataceae), Tabebuia rosea (Bignoniaceae), Terminalia oblonga
(Combretaceae).
Conductos:
90
en el caso de coníferas el producto de secreción es de tipo resinoso, mientras que en
latifoliadas se produce una mayor variedad con respecto a las sustancias secretadas:
aceites, gomas, resinas, mucilagos.
91
árbol. Este tipo de conductos recibe el nombre de traumáticos y su presencia va a
depender de algún factor externo, de allí que no sean un elemento determinante en la
identificación.
Floema Incluso:
Esta es una estructura que algunos consideran de tipo anómala ya que se trata de la
inclusión de floema dentro del xilema (León y Espinoza de Pernía 1995). En este caso, el
cambium vascular produce tejido floemático hacia la parte interna de manera que
porciones de floema se van a encontrar dentro del xilema. Por ser una característica poco
común, es de gran ayuda en la identificación. De acuerdo al patrón de distribución del
floema incluso se tiene la siguiente clasificación:
92
b)Floema incluso foraminado:
Las porciones de floema no tienen asociación con ningún elemento xilemático (Figura
24b). Ejemplo: Cheiloclinium cognatum (Hippocrateaceae), Mouriri barinensis
(Melastomataceae).
Floema
a b c d
FIGURA 24: Floema incluso concéntrico (a), difuso(b), asociado a los poros (c) y a las
bandas de parénquima (d).
93
Características Físicas u organolépticas:
En este grupo de características se encuentran las siguientes: color, olor, sabor, lustre,
textura, grano, peso y dureza. Se debe señalar que estas características se utilizan como
complementarias en el proceso de identificación ya que muchas de ellas tienden a sufrir
variaciones con las condiciones de exposición al medio ambiente.
Olor:
Algunas maderas poseen un olor distintivo el cual es producido por las sustancias de
infiltración presentes en el duramen. Por esta razón, la presencia de un olor distintivo es
una característica que debe buscarse en la porción de madera correspondiente al
duramen. Algunas veces se pueden producir olores en la madera como consecuencia de
la acción de hongos, mohos o bacterias y, en estos casos, dichos olores son más
acentuados en la albura debido a los altos contenidos de sustancias de reserva,
principalmente almidón, presentes en la misma. Este último tipo de olor no debe ser
tomando en consideración para la descripción y/o identificación de especies (Hoadley
1990).
El olor se presenta más fuerte en material fresco, recién cortado y puede acentuarse
con el humedecimiento del material maderable. Desafortunadamente, también puede
transferirse, por contacto, a maderas adyacentes (Hoadley 1980). El uso del olor como
medio de identificación tiene algunas desventajas. Esta propiedad, generalmente, es
efímera y disminuye rápidamente a medida que la madera se seca. Algunas veces puede
ser recuperado por fricción o por humedecimiento pero no siempre va a ser tan fuerte
como en madera fresca. La segunda dificultad radica en que no hay una forma exacta
para describir un olor y se utilizan términos que muchas veces carecen de precisión.
Para saber si una madera posee un olor distintivo o no es necesario exponer una
superficie fresca, cortando o raspando el duramen (Hoadley 1990).
Es necesario señalar que cuando se registra un olor característico para una madera, se
debe hacer referencia a madera en condición seca al aire debido a que el olor de la
94
madera que ha sido expuesta a condiciones de humedad por un largo período puede ser
causado por la acción fermentante de algunos microorganismos en lugar de originarse
por algún componente o extractivo volátil de la madera misma (Wilson y White 1986).
Entre las maderas que presentan olores característicos se encuentran Cedrela odorata
(Meliaceae), Ocotea sp. (Lauraceae), Santalum robusta (Santalaceae).
Sabor:
Color:
La madera presenta una gran variación en cuanto a color. Algunas poseen colores
claros; mientras que otras tienen una coloración oscura. Se pueden presentar situaciones
en donde no hay diferenciación de color entre albura y duramen (León y Espinoza de
Pernía 1995), es decir, maderas de color uniforme o casos en donde existe una clara
diferenciación de color entre ambas porciones. En general, cuando se utiliza el color en
procesos de descripción e identificación se debe tomar en cuenta el color
correspondiente al duramen. El color de una misma pieza de madera puede variar ante
las condiciones de exposición, siendo diferente el color de la madera recién cortada y el
color que va a poseer la misma al transcurrir cierto tiempo después del corte (León y
Espinoza de Pernía 1995). Los cambios de color se pueden producir como consecuencia
95
de la exposición de la muestra a la luz o por oxidación de algunos de los extractivos en
la madera (Vetter et al. 1990). Por ejemplo, la especie Peltogyne paniculata
(Caesalpiniaceae) posee un color castaño oscuro en madera recién cortada y luego toma
una coloración violeta.
Sullivan (1967), citado por Vetter et al. (1990), indica que la utilización de métodos
estandarizados para la determinación de color, por ejemplo la comparación visual del
color de la muestra de madera con tablas estandar de color o la medición de los valores
de reflectancia para determinados espectros colorimétricos, proporcionan una
descripción precisa y objetiva del color.
96
aplicación de blanqueadores y acabados. La información obtenida con el
espectrofotómetro proporciona una medida más precisa que las descripciones de color
basadas en observaciones visuales (Pashin y de Zeeuw 1980).
En resumen, el color debe ser indicado al examinar la madera. Algunas veces es único
para determinadas especies lo cual puede hacer su identificación relativamente fácil,
mientras que otras especies pueden presentar una amplia variación. En algunas
especies, aún cuando el color sea consistente, este puede ser común a muchas otras
especies y por tanto no es distintivo (Hoadley 1990).
Lustre:
Algunas maderas poseen un brillo natural el cual se puede distinguir del brillo
artificial en que el primero es más profundo mientras que el último es de tipo
superficial. Como regla general, la madera exhibe más brillo en la superficie radial
debido a la exposición de los radios (Hoadley 1990).
97
a)Lustre bajo. Ejemplo: Catostemma commune (Bombacaceae), Cochlospermum vitifolium
(Bixaceae), Guarea guidonia (Meliaceae), Guapira cuspidata (Nyctaginaceae).
Textura:
Una situación intermedia entre las mencionadas proporciona una textura mediana
(León y Espinoza de Pernía 1995). Ejemplo: Pachira quinata (Bombacaceae), Copaifera
officinalis (Caesalpiniaceae), Swietenia macrophylla (Meliaceae).
En las coníferas la textura está determinada por el contraste entre madera temprana y
madera tardía en los anillos de crecimiento y se habla de maderas de textura
heterogénea (gruesa) cuando hay un contraste marcado entre madera temprana y
madera tardía, por ejemplo Pinus elliottii; mientras que en aquellas maderas en donde no
hay anillos definidos o existe poco contraste entre madera temprana y tardía se habla de
textura uniforme (fina), por ejemplo Podocarpus lambertii (Burger y Richter 1991).
98
Grano:
a)Grano recto:
Se presenta cuando los elementos longitudinales siguen una dirección paralela, sin
modificaciones en todo su recorrido, al eje longitudinal del árbol o muestra. Ejemplo:
Pachira quinata (Bombacaceae), Cedrela odorata (Meliaceae), Cordia alliodora
(Boraginaceae), Fraxinus americana (Oleaceae), Triplaris surinamensis (Polygonaceae).
Las maderas con grano recto son las más fáciles de trabajar y las de mejor
comportamiento, pero también son las que ofrecen menores posibilidades para la
obtención de diseños ornamentales (Castiglioni 1957).
b)Grano inclinado:
99
c)Grano espiralado:
e)Grano ondulado:
f)Grano irregular:
La madera presenta grano irregular cuando en una misma pieza los elementos
leñosos se disponen siguiendo direcciones sumamente distorsionadas y variables con
respecto al eje longitudinal. En el aspecto de tecnología de la madera es considerado
como un defecto porque reduce la resistencia mecánica y reduce la trabajabilidad. Sin
embargo, es el que produce los diseños más atractivos, originales e inesperados
(Castiglioni 1957).
Peso:
101
Con respecto a la cantidad de sustancia madera, a medida que incrementa la misma
mayor es el peso de la madera. Aquellas especies que poseen fibras de paredes gruesas y
en donde el tejido fibroso ocupa una alta proporción del volumen leñoso son maderas
pesadas. Por el contrario, las especies con fibras de paredes delgadas, alta proporción de
parénquima y poros grandes son maderas livianas.
La densidad y el peso específico son los índices utilizados para medir el peso de la
madera.
sistema inglés, g/cm3 en el sistema métrico). El peso específico es una densidad relativa
y se calcula como una relación entre la densidad de una sustancia determinada -en este
caso la madera- y la densidad del agua (Hoadley 1990).
El peso específico generalmente se expresa como la relación del peso de una sustancia
entre el peso de un volumen igual de agua. En caso de la madera, se toma como base el
peso seco al horno porque este valor puede ser reproducido experimentalmente, y la
relación se establece con el peso del volumen de agua desplazado a una determinada
condición de humedad. Debido a esta característica del peso específico, el valor mínimo
102
se obtendrá cuando se utiliza el peso del volumen verde y el valor máximo cuando se
utiliza el peso del volumen de agua desplazada en condición seca al horno (Arroyo
1983).
La densidad real está afectada únicamente por la cantidad de sustancia madera por
unidad de volumen; pero en la práctica sólo nos referimos a la densidad aparente ya que
es prácticamente imposible tratar de eliminar los espacios vacíos y separar las sustancias
de infiltración. En efecto, si la madera seca se pudiera comprimir de manera que las
células se aplastaran cerrándose las cavidades e interrumpiéndose el paso del aire, todas
las especies tendrían prácticamente el mismo peso por unidad de volumen, con
excepción de aquellas maderas que contienen mucha resina u otras sustancias
infiltradas. Así tendríamos que el balso (Ochroma pyramidale) pesaría tanto como la vera
(Bulnesia arborea). El material que compone las paredes celulares es similar en todas las
clases de madera y su peso varía entre 1,50 y 1,56 veces el peso de un volumen
equivalente de agua. Se hace evidente así que son los volúmenes y los poros los que la
hacen más liviana y permiten que la mayoría de las especies puedan flotar (Mora 1970).
a)Madera liviana:
Maderas con peso específico comprendido entre 0,40 y 0,75. Ejemplo: Cedrela odorata
(Meliaceae), Cordia alliodora (Boraginaceae), Pterocarpus acapulcensis (Papilionaceae),
Tabebuia rosea (Bignoniaceae), Tectona grandis (Verbenaceae).
104
c)Madera pesada:
Dureza:
La dureza guarda una relación directa con el peso y se puede hablar de maderas
blandas, moderadamente duras, duras y muy duras. Una forma sencilla de determinar
la dureza de la madera es tratando de hendir la uña en la misma: si la madera no ofrece
ninguna resistencia y es marcada fácilmente se considera como una madera blanda. Si se
presentan dificultades y la madera sólo es marcada ligeramente, se dice que es
moderadamente dura. Si no se puede hacer ningún tipo de marca al hendir la uña, pero
se puede marcar la madera con el uso de un clavo pequeño se habla de maderas duras y,
por último, si la madera no puede ser marcada con un clavo pequeño, la madera se
considera como muy dura (Jane 1970).
Diseño en la madera:
105
superficie longitudinal de una pieza de madera puede ser descrita bajo el nombre de
diseño o figura. Desde el punto de vista comercial, la figura de la madera se restringe a
todos los patrones altamente decorativos los cuales son resultado de la apariencia de los
anillos de crecimiento, irregularidades en la orientación de las células y una distribución
desigual del color (Pashin y de Zeeuw 1980).
106
a b
107
patrones distintivos producidos en el duramen como consecuencia de la distribución no
uniforme de los depósitos de extractivos (Hoadley 1980). Este tipo de figura se produce
por las diferentes tonalidades de color que se pueden presentar en el duramen de
algunas especies y no tiene ninguna relación con los anillos de crecimiento (Pashin y de
Zeeuw 1980).
Tipos de Diseño:
Estos tipos de diseño están muy relacionados entre sí, teniendo en común su
desarrollo en la sección tangencial, la presencia de anillos de crecimiento, textura
mediana y grano recto. Se diferencian por el tipo de figura que presentan y las cuales
se definen por el respectivo nombre. Ejemplo: Cordia thaisiana (Boraginaceae), Protium
crenatum (Burseraceae), Tabebuia rosea (Bignoniaceae) (Figura 27) (Espinoza de Pernía
1991), Cedrela odorata (Meliaceae), Copaifera officinalis (Caesalpiniaceae), Hymenaea
courbaril (Caesalpiniaceae), Pterocarpus acapulcensis (Papilionaceae), Tabebuia rosea
(Bignoniaceae).
109
FIGURA 27: Diseño parabólico en Tabebuia rosea (Espinoza de Pernía 1991).
b)Diseño espigado:
110
FIGURA 28: Diseño espigado en Mouriri barinensis (Espinoza de Pernía 1991).
c)Diseño rayado:
111
FIGURA 29: Diseño rayado en Diplotropis purpurea.
d)Diseño veteado:
112
e)Diseño ondeado:
f)Diseño jaspeado:
Este diseño se observa en el plano de corte radial de las especies que poseen radios
anchos. El principal elemento leñoso responsable de este tipo de diseño son los radios.
Al realizar el corte radial, el plano de seccionamiento sigue una dirección paralela a los
radios y si éstos son de tamaño visible, se presentan como manchas o bandas
extendidas a través del grano, formando el diseño jaspeado (Castiglioni 1957). Ejm:
113
Catostemma commune (Bombacaceae), Cordia thaisiana (Boraginaceae), Sterculia apetala
(Sterculiaceae) (Figura 31).
Este tipo de diseño se produce cuando se forman figuras variadas, distintas a las
anteriores, las cuales se desarrollan por características tales como parénquima en
bandas, elementos vasculares, medianos, nudos, etc. (Espinoza de Pernía 1991). Entre
estos tipos de diseño se encuentran los siguientes:
f.1)Diseño ojo de pájaro:
114
1990). Cuando se presentan este tipo de elevaciones en la madera, si las trozas son
seccionadas en dirección tangencial, el área sobre la superficie de la madera en la
cual el tejido se encuentra distorsionado se asemeja al ojo de un pájaro (Pashin y de
Zeeuw 1980). La figura de ojo de pájaro puede estar distribuida localmente en el
árbol o se puede extender a través del tronco e incluso, dentro de las ramas (Wilson
y White 1986).
115
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119
TEMA 2. ESTRUCTURA MICROSCOPICA DE
LATIFOLIADAS
a)Las coníferas están compuestas principalmente por traqueidas, las cuales son células
que se encargan de llevar a cabo las funciones de conducción de agua y sales minerales
y soporte o resistencia mecánica. En las latifoliadas se encuentran células
especializadas para la ejecución de cada una de estas funciones: los vasos se encargan
de la conducción, mientras que las fibras se encargan del soporte o resistencia
mecánica.
c)La cantidad de parénquima axial en las coníferas es muy escasa y en algunos casos
está ausente. En las latifoliadas, el parénquima axial se presenta en proporciones muy
variables, desde escaso hasta muy abundante. Algunas especies se pueden caracterizar
porque la mayor parte del tejido leñoso se encuentra constituido por tejido
parenquimático.
120
d)Las punteaduras de los elementos prosenquimáticos difieren entre coníferas y
latifoliadas. En las coníferas, dichas punteaduras se caracterizan porque comúnmente
presentan una estructura llamada torus. En las latifoliadas, las punteaduras
intervasculares generalmente no poseen torus. En pocas especies se ha registrado el
desarrollo de esta estructura.
e)El alineamiento radial de las células longitudinales que se observa en las coníferas
(sección transversal) no se presenta en las latifoliadas. La principal razón por la cual
dicho alineamiento no existe en este tipo de madera es por el notable incremento
diametral de los vasos (poros) lo cual hace que el resto de las células longitudinales
pierdan su alineamiento inicial (Pashin y de Zeeuw 1980).
f)Los radios de las latifoliadas están compuestos sólo por células parenquimáticas;
mientras que en algunas coníferas se pueden presentar células de tipo
prosenquimatoso (traqueidas radiales) en los radios.
h)La estructura de la madera de las dicotiledóneas es mucho más compleja que la de las
coníferas. Se pueden encontrar elementos con una gran variabilidad en cuanto a tipo,
tamaño, forma y patrón de arreglo. Por ejemplo, en la madera de Quercus se pueden
encontrar elementos vasculares, traqueidas, fibras con punteaduras claramente
areoladas, fibras con punteaduras indistintamente areoladas, parénquima axial y
radios de diferentes tamaños (Fahn et al. 1986). En general, las latifoliadas son mucho
más complejas, en estructura, que las coníferas debido al mayor número de tipo de
121
elementos celulares que entran en su composición (Mauseth 1989), mientras que en las
coníferas, aproximadamente, el 90 % del tejido leñoso está constituido por traqueidas
longitudinales.
1.Prosenquimatosos Parenquimatosos
En la tabla 2 se indican los diferentes elementos que pueden estar presentes en las
maderas latifoliadas, haciendo una diferenciación entre los elementos presentes en
dirección longitudinal y en dirección transversal. Se debe indicar que no todos los
elementos incluidos en dicha tabla se presentan en la estructura de cada una de las
maderas latifoliadas. Las fibras, elementos vasculares y las células de parénquima radial
son elementos de presencia constante en todas las maderas latifoliadas (sólo en las
especies más primitivas se nota la ausencia de esos elementos). El parénquima
122
longitudinal está presente en la mayoría de las latifoliadas, aunque en algunos casos
puede estar ausente. Las traqueidas y las células de parénquima epitelial (radial y axial)
se encuentran en algunas especies y pueden representar una característica de
importancia para la identificación.
Elementos Vasculares:
Las aberturas presentes en los extremos de cada elemento vascular reciben el nombre
de platinas o placas de perforación. A través de estas perforaciones se produce la
circulación de líquidos en sentido vertical. También puede producirse un movimiento
de líquidos en sentido horizontal, pasando de un vaso a otro o a otro tipo de célula. Este
último tipo de movimiento se efectúa a través de las punteaduras presentes en las
paredes de los elementos vasculares (Detienne 1988). Las punteaduras son areoladas
pero, a diferencia de las coníferas, generalmente carecen de torus. Aparentemente la
membrana de la punteadura en las latifoliadas actúa de forma similar a un filtro de
papel en el que ocurre el flujo de agua libre, pero las aberturas no son fácilmente
123
detectables debido a la ruta "circuital" que muestran a través de la membrana (Thomas
1981).
Los vasos en sentido longitudinal se presentan como canales o tubos que reciben el
nombre de líneas vasculares (Hoadley 1990). Estas líneas serán más anchas en dirección
radial en comparación con la tangencial en caso que el diámetro radial del vaso sea
mayor que el tangencial, es decir, cuando los poros poseen forma ovalada en sección
transversal. Cuando los poros son redondeados, el ancho de las líneas vasculares es
aproximadamente igual tanto en dirección radial como en la tangencial. Es bueno
recalcar que cuando se utiliza el término elemento vascular se está haciendo referencia a
una célula individual, mientras que el término vaso se refiere a un grupo de células
(Carlquist 1988).
124
FIGURA 32: Elementos vasculares de Cordia thaisiana.
125
Entre las especies que se incluyen en la categoría I se encuentran Copaifera officinalis
(Caesalpiniaceae), Diplotropis purpurea (Papilionaceae), Mouriri barinensis
(Melastomataceae) y Protium crenatum (Burseraceae). En la categoría II tenemos
Manilkara bidentata (Sapotaceae), Mora gonggrijjpii (Caesalpiniaceae), Sterculia apetala
(Sterculiaceae) y Terminalia oblonga (Combretaceae). En la categoría III se encuentra la
especie Parinari excelsa (Chrysobalanaceae).
En la medición del diámetro de los poros se debe considerar sólo el diámetro del
lumen, es decir, que se excluye la pared del poro. Esta medición se hace en la sección
transversal y durante el proceso de medición se debe evitar seleccionar los poros más
126
pequeños o los más grandes para obtener una medida aproximada a la realidad. En el
caso de maderas de porosidad semicircular, la medición se debe hacer sobre los poros
que se ubiquen sobre una transecta que abarque todo el ancho del anillo de crecimiento.
Para el diámetro de los poros se consideran las siguientes categorías (IAWA Committe
1989):
127
En la zona tropical se presentan maderas con porosidad semicircular y difusa, siendo
esta última la más común. En la zona templada se pueden encontrar maderas con
porosidad circular, semicircular y difusa. El uso de la porosidad como característica de
diagnóstico es importante cuando se trata, en la zona tropical, de maderas con
porosidad semicircular. La porosidad difusa no es una característica de ayuda en
identificación por estar presente en la mayoría de las especies.
a)Poros solitarios.
b)Poros múltiples.
b.3)Arracimados.
FIGURA 34: Poros solitarios (a), múltiples radiales cortos (b), múltiples
radiales largos (c) y arracimados (d).
128
Con respecto a la disposición o patrón de distribución o arreglo que poseen los poros
al ser observados en sección transversal, se pueden presentar las siguientes categorías
(Figura 35):
a)Disposición radial.
c)Bandas tangenciales.
d)Patrón dendrítico.
FIGURA 35: Poros en disposición radial (a), radial-oblícua (b), bandas tangenciales (c),
dendrítico (d) y sin patrón definido (e).
129
Al igual que en los casos anteriores, en el tema de estructura macroscópica de la
madera se incluyen las definiciones y ejemplos correspondientes al patrón de
disposición de los poros.
La frecuencia de los vasos, es decir el número de vasos por mm2, varía entre
diferentes especies e incluso entre arboles de una misma especie. En muchos casos este
parámetro puede ser utilizado como un elemento de apoyo en el diagnóstico, si las
diferencias son suficientemente grandes (Fahn et al. 1986). En algunas maderas se
pueden encontrar regiones totalmente desprovistas de poros, mientras que en regiones
adyacentes dentro del mismo anillo se pueden contar numerosos poros (Pashin y de
Zeeuw 1980), por ejemplo Hieronyma alchorneoides (Euphorbiaceae). Para la
determinación del número de poros por mm2, el conteo de los poros se hace
individualmente, es decir, si se encuentran poros múltiples se deben contar de forma
individual cada uno de los poros que formen la agrupación.
En los elementos vasculares se pueden encontrar dos tipos de estructuras: las platinas
de perforación y las punteaduras (Thomas 1981). La comunicación en la dirección del
grano, es decir, de arriba hacia abajo, entre los segmentos vasculares se realiza a través
de perforaciones que existen en las paredes comunes de sus extremos (platinas de
perforación) (Mora 1970). Cuando se llega al extremo de un vaso, la translocación
continúa entre vasos es a través de las punteaduras intervasculares (Thomas 1981).
Platinas de perforación:
Las aberturas que se encuentran en las paredes extremas de los elementos vasculares
reciben el nombre de platina o placa de perforación (Metcalfe y Chalk 1983) y permiten
la conducción de aguas y sales minerales en sentido vertical.
130
cambios en la forma de los elementos vasculares a medida que se produce el incremento
diametral da origen a platinas de perforación orientadas transversalmente y los
segmentos vasculares adquieren una forma similar a la de un barril (Wilson y White
1986).
Si las perforaciones están dispuestas en forma tal que presentan la apariencia de una
red, se habla de platina de perforación reticulada. En este caso las aberturas se
encuentran separadas por porciones de pared que son mucho más estrechas que los
espacios que se encuentran entre ellas o por ramificaciones de la pared que le confieren
un aspecto similar al de una red. Ejemplo: Dialyanthera otoba (Myrysticaceae) (Figura
36c) (IAWA Committe 1989). También se pueden presentar casos en donde las
perforaciones son orificios o agujeros de forma redondeada y estas perforaciones son
conocidas con el nombre de platinas de perforación foraminada o efedroide (Detienne
132
1988). El término efedroide se deriva de la presencia de vasos con este tipo de
perforación en el género Ephedra, género de pequeños arbustos cuya madera no tiene
ningún valor económico, pero que presenta interés desde el punto de vista botánico ya
que pertenece al grupo de las gimnospermas y se considera como excepcional dentro del
grupo debido a la presencia de vasos (Wilson y White 1986), sin embargo el término
efedroide actualmente no se utiliza al referirse a platinas de perforación de latifoliadas
(IAWA Committe 1989). Otros géneros que poseen platina de perforación foraminada
son Sorbus y Pyrus de la familia Rosaceae (Wilson y White 1986), Meliosma meridensis
(Salicaceae) (Figura 36d).
Las platinas de perforación múltiples son más fáciles de detectar que las simples
debido a su apariencia distintiva. En donde se producen daños a una platina de
perforación múltiple, durante el proceso de corte, los patrones de las barras todavía son
reconocibles. A menudo la orientación de la platina tiende a inclinarse hacia el plano
radial y por ello la sección radial es la más adecuada para observar el tipo de platina de
perforación (Hoadley 1990).
133
Naturaleza y extensión de las punteaduras en las paredes de los elementos vasculares:
Si las punteaduras están arregladas en pares horizontales, son opuestas, es decir que
se presentan en filas orientadas transversalmente con respecto a la longitud del vaso
(IAWA Committe 1989). Estas punteaduras tienden a presentar una forma rectangular a
cuadrada. En algunos casos son ligeramente redondeadas, pero el arreglo en filas
horizontales es claramente definido (Hoadley 1990). Ejemplo: Brunellia integrifolia
(Brunelliaceae), Hesperomeles ferruginea (Rosaceae), Ilex laurina (Aquifoliaceae), Laplacea
fruticosa (Theaceae), Liriodendron tulipifera (Magnoliaceae), Meliosma meridensis
(Sabiaceae) (Figura 37b), Perroteria ovata (Celastraceae).
134
El tamaño de las punteaduras, junto con otras características, es de gran ayuda para
distinguir géneros de una misma familia o para separar diferentes familias. Por ejemplo,
los miembros de la familia Meliaceae generalmente presentan punteaduras diminutas
mientras que en la Anacardiaceae se observan punteaduras grandes o de dos tamaños.
Este tamaño se determina mediante la medición del diámetro horizontal de la cámara de
la punteadura y sólo es aplicable a punteaduras de tipo alternas y opuestas. En función
del diámetro de la punteadura se tienen las siguientes categorías: punteaduras
diminutas (menores de 4 m), pequeñas (4-7 m), medianas (7-10 m) y grandes
(mayores de 10 m). En el caso de las punteaduras escalariformes, el diámetro vertical es
más constante y por ello se recomienda que el mismo sea determinado en la descripción
(IAWA Committe 1989). A continuación se indican algunos ejemplos para cada una de
las categorías mencionadas anteriormente:
135
por ello estas punteaduras se encuentran principalmente sobre las paredes tangenciales
de los vasos. Cuando se presentan poros arreglados en bandas tangenciales y/o
arracimados, la sección radial también es adecuada para la observación de punteaduras
intervasculares. En maderas con poros predominante o exclusivamente solitarios, las
punteaduras intervasculares son poco comunes y deben ser observadas en los extremos
en donde se traslapan los segmentos vasculares de un mismo vaso (IAWA Committe
1989).
Las punteaduras opuestas, escalariformes y transicional son poco comunes y por esa
razón se constituyen en un elemento importante para el diagnóstico. El tipo de
punteaduras más común en las dicotiledóneas son las alternas (Wheeler et al. 1986).
136
estructuras deben ser estudiadas con el uso de microscopio electrónico y se ha
observado que se presentan, principalmente, en los miembros de la familia
Leguminosae (Wilson y White 1986). Ejemplo: Andira retusa (Papilionaceae), Hymenaea
courbaril (Caesalpiniaceae), Mouriri barinensis (Melastomataceae), Pterocarpus acapulcensis
(Papilionaceae), Terminalia guyanensis (Combretaceae) (Figura Nº 38).
Las paredes laterales de los elementos vasculares de ciertas maderas pueden poseer
engrosamientos espiralados o, menos frecuentemente, engrosamientos en forma de finas
barras horizontales. Estos engrosamientos son de gran valor para la identificación de
137
maderas por encontrarse restringidos a pocos grupos taxonómicos (Metcalfe y Chalk
1983).
El tílides puede ser definido como protuberancias que se desarrollan en las células
parenquimáticas adyacentes a los vasos y que penetran a través de las cavidades de las
punteaduras en el lumen de los vasos cuando éstos dejan de ser activos. En un vaso se
puede desarrollar tílides hasta que se llene completamente el lumen de la célula
(Detienne 1988). El tílides se puede formar a partir de células parenquimáticas radiales
138
y/o axiales y, presumiblemente, su desarrollo es debido a la diferencia de presión entre
las células que se encuentran a los lados de la punteadura, o a la reducción de la presión
o al cese de la conducción, permitiendo a la pared expandirse en el lumen del elemento
conductor (Lindorf et al. 1985). Cuando los vasos están activos ejerciendo su función de
conducción, la presión interna de las células parenquimáticas y los elementos vasculares
es aproximadamente similar, pero cuando los vasos se vuelven inactivos la presión
interna de las células de parénquima es mayor que la de los vasos, produciéndose la
penetración de las células de parénquima -a través de las punteaduras- hacia el interior
de los vasos, para llenar -total o parcialmente- el lumen de los mismos (Desch 1981).
Bonsen y Kucera (1990) estudiaron 65 especies y encontraron que las especies con un
diámetro de abertura de punteaduras menor de 3 m desarrollan depósitos gomosos;
mientras que las especies que forman tílides durante la transformación de albura en
duramen poseen vasos cuyas punteaduras tienen una abertura con diámetro mayor de 3
m. Este estudio se diferencia del de Chattaway (1949) porque no trabaja con el
diámetro total de la punteadura, sino que toma en consideración sólo el tamaño de la
abertura de la punteadura.
139
en muchas especies latifoliadas. Sin embargo, se han reportado casos en donde ocurre la
formación de tílides normal en la parte externa de la albura, particularmente en regiones
en donde -por una razón u otra- el contenido de agua está por debajo de lo normal. El
tílides también se puede formar como consecuencia de lesiones, crecimiento de hongos e
infecciones virales. En este caso se habla de tílides traumático (Pashin y de Zeeuw 1980).
Entre las especies que desarrollan tílides, de manera normal, se encuentran: Anacardium
excelsum (Anacardiaceae) (Figura 39a), Pachira quinata (Bombacaceae), Maclura tinctoria
(Moraceae), Manilkara bidentata (Sapotaceae), Montanoa quadrangularis (Compositae),
Protium crenatum (Burseraceae), Senecio meridanus (Compositae).
En algunas especies, aún cuando son casos poco comunes, se pueden desarrollar
simultáneamente tílides y gomas. Ejemplo: Astronium graveolens (Anacardiaceae),
Manilkara bidentata (Sapotaceae), Metopium brownii (Anacardiaceae), Mouriri barinensis
(Melastomataceae).
141
Los depósitos en los vasos o poros, en algunos casos, pueden observarse mejor a nivel
macroscópico, por ejemplo el calcio y el lapachol. Generalmente este tipo de inclusiones
pueden ser removidas durante el proceso de preparación y montaje de láminas para la
observación microscópica.
También se pueden encontrar cristales en los vasos. Esta es una característica poco
común y por ello puede ser de gran ayuda en identificación. Ejm: Astronium urundeuva
(Anacardiaceae), Chrysophyllum caimito (Sapotaceae) (Figura Nº 41), Pera glabrata
(Euphorbiaceae).
Traqueidas en latifoliadas:
Traqueidas vasculares:
Una traqueida vascular (Figura 42) puede ser definida como una célula imperforada
(extremos cerrados) similar, en forma y disposición, a un pequeño elemento vascular.
142
Algunas veces reciben el nombre de elementos vasculares imperfectos (Metcalfe y Chalk
1983). Este tipo de traqueidas generalmente se refiere a elementos traqueales muy
estrechos que se presentan en grupos en los cuales es difícil distinguir los elementos con
perforaciones y los que carecen de ellas (Fahn, Werker y Baas 1986).
143
puede distinguir claramente el extremo de las células (Wheeler et al. 1986). Ejm:
Chrysophyllum caimito (Sapotaceae) (Figura 42).
Traqueidas vasicéntricas:
144
que las células individuales que forman dicha serie son mucho más cortas que el
elemento vascular (Wheeler et al. 1986).
Fibras:
Las fibras son células alargadas, con extremos puntiagudos y cerrados, comúnmente
de paredes gruesas. Frecuentemente el término fibras se usa indistintamente para hacer
referencia a cualquier célula de la madera. Sin embargo, ese término sólo debe ser
utilizado para referirse a las células de las latifoliadas que cumplen función de soporte
(Thomas 1981). La fibra es el principal componente de la madera de latifoliadas,
pudiendo representar un 50 % ó más de su volumen total (JUNAC 1988). Algunos
estudios indican que las fibras pueden representar desde un mínimo de 26,6 % hasta un
máximo del 68 % del tejido leñoso, dependiendo de la especie (Carlquist 1988).
Las paredes de las fibras pueden ser comparativamente delgadas o tan gruesas que la
cavidad celular prácticamente no se observa. El grosor de las paredes de las fibras, así
como su naturaleza físico-química, tiene gran influencia sobre las propiedades de
resistencia, contracción y trabajabilidad de la madera (Desch 1981). Entre las especies
que poseen fibras con paredes delgadas se encuentran Ceiba pentandra (Bombacaceae),
Lippia schlimii (Verbenaceae), Ochroma pyramidale (Bombacaceae) (Figura 44a), Parkia
oppositifolia (Mimosaceae), Tetrorchidium rubrivenium (Euphorbiaceae). Especies con
fibras de paredes gruesas son Astronium graveolens (Anacardiaceae), Catostemma
commune (Bombacaceae), Enterolobium schomburgkii (Mimosaceae), Hymenaea courbaril
(Caesalpiniaceae), Lonchocarpus margaritensis (Papilionaceae) (Figura 44c), Terminalia
oblonga (Combretaceae). En situación intermedia, es decir especies con fibras de paredes
medianas, se encuentran Bombacopsis quinata (Bombacaceae), Cedrela odorata (Meliaceae),
Ruprechtia hamannii (Polygonaceae) (Figura 44b).
145
(a)Ochroma pyramidale (b)Ruprechtia hamannii (c)Lonchocarpus margaritensis
FIGURA 44: Fibras de paredes delgadas (a), medianas (b) y gruesas (c).
Cuando se produce un incremento del grosor de las paredes de las fibras desde el
inicio hasta el final del anillo de crecimiento, se observa una zona de madera tardía más
densa que la madera temprana. Este engrosamiento puede definir la presencia de anillos
de crecimiento. Ejemplo: Centrolobium orinocense (Papilionaceae), Enterolobium
schomburgkii (Mimosaceae), Tabebuia impetiginosa (Bignoniaceae), Terminalia oblonga
(Combretaceae).
Para la medición del grosor de las paredes de las fibras se toma en consideración la
relación que existe entre el ancho del lumen y el grosor de las paredes. De acuerdo a esa
relación, IAWA Committe (1989) establece las siguientes categorías:
a)Fibras con paredes muy delgadas. El lumen de la fibra es 3 veces o más ancho que el
doble espesor de sus paredes.
146
Desde el punto de vista cuantitativo, el grosor de las paredes de las fibras se puede
expresar en forma numérica mediante la medición del diámetro total y el diámetro del
lumen de la fibra, mediante la aplicación de la siguiente fórmula:
e = (Dt-Dl)/2 donde:
La longitud promedio de las fibras puede variar entre 150 y 3350 m, con un valor
promedio de aproximadamente 1300 m (Metcalfe y Chalk 1983). Para la determinación
de longitud de las fibras, al igual que en el caso de los elementos vasculares, es necesario
la preparación de macerados que permitan la individualización de dichas células para la
obtención de resultados confiables.
Con respecto a la longitud de las fibras, se han establecido las siguientes categorías
(IAWA Committe 1989):
147
claramente areoladas se denominan fibrotraqueidas; mientras que las fibras con
punteaduras aparentemente simples se considera como liberiformes. Debido a algunas
dificultades que se presentan al utilizar estas categorías, por ser las fibras células
prosenquimatosas y este tipo de células desarrollan punteaduras areoladas, en la
actualidad solamente se usa el término de fibras y se indica el tipo de punteaduras que
se presentan en las mismas: claramente areoladas o indistintamente areoladas.
En algunos casos, las fibras poseen un número reducido de punteaduras y las mismas
son pequeñas al compararlas con las de otros elementos prosenquimatosos (Carlquist
1988). Este tipo de fibras se considera como de punteaduras indistintamente areoladas.
Ejemplo: Alexa imperatricis (Papilionaceae), Carapa guianensis (Meliaceae), Ecclinusa
148
guianensis (Sapotaceae), Eschweilera corrugata (Lecythidaceae), Spondias mombin
(Anacardiaceae).
149
FIGURA 46: Protium crenatum. Fibras septadas.
Es posible observar fibras falsamente septadas; esto es poco común en las maderas de
la zona templada pero muy común en las maderas tropicales y se produce como
consecuencia de la deposición de placas transversales de materiales gomosos o
resinosos, simulando verdaderas septas (Pashin y de Zeeuw 1980). Las fibras septadas
poseen una apariencia distintiva en la sección longitudinal: la septa usualmente es
delgada lo cual contrasta notablemente con las paredes gruesas de las fibras (Wilson y
White 1986).
Otro tipo de modificación de las fibras son las llamadas fibras gelatinosas, las cuales
se encuentran principalmente en la madera de tensión de latifoliadas. Estas fibras
difieren de las normales en que poseen una capa de pared celular interna con
propiedades físicas y químicas diferentes a la de las capas de la pared secundaria. Esta
capa, generalmente descrita como gelatinosa, es altamente refractaria a la luz y
usualmente da una reacción de celulosa con varios agentes de manchado, indicando la
ausencia o bajo grado de lignificación. La capa gelatinosa puede estar en adición a las
150
capas S1, S2 y S3 o puede reemplazar a la capa S2 o a las capas S2 y S3 (Pashin y de
Zeeuw 1980). La presencia de este tipo de fibras no es de gran valor en la identificación
de maderas porque su presencia se restringe a las zonas en donde se desarrolla la
madera de tensión, por ejemplo base de ramas, porciones inclinadas del tallo, y no en la
madera normal.
151
de reserva y en muchos casos pueden constituir un importante reservorio de
carbohidratos, nitrógeno y otros materiales (Mauseth 1989).
Las células parenquimáticas maduras tienen una longitud que oscila entre 50-150 m
y un ancho de 20-30 m. Cuando la albura se transforma en duramen, el almidón
contenido en las células parenquimatosas se moviliza y desaparece, presumiblemente
sirve como un sustrato en la síntesis de otras sustancias orgánicas que son depositadas
en el duramen. En algunas maderas se pueden producir cristales de varias formas en el
parénquima axial, especialmente sales de calcio (oxalato de calcio); también se puede
encontrar sílice bien sea en forma de gránulos finos o como depósitos amorfos. Las
células que poseen cristales conpíscuos son denominadas cristalíferas y en la madera de
muchos árboles éste tipo de célula no difiere, excepto por su contenido, de las otras
células del parénquima axial (Wilson y White 1986). El parénquima axial que se origina
a partir de una célula inicial fusiforme que se ha dividido transversalmente en cierto
número de células es llamado parénquima en serie y cada serie termina en una célula
que se caracteriza por su forma de cuña (Fahn et al. 1986) Ejemplo: Hura crepitans
(Euphorbiaceae), Hymenaea courbaril (Caesalpiniaceae), Lonchocarpus margaritensis
(Figura 48), Mouriri barinensis (Melastomataceae), Protium crenatum (Burseraceae).
152
FIGURA 48: Parénquima predominantemente en serie de 2 células. Lonchocarpus
margaritensis.
a)Parénquima apotraqueal:
153
(Humiriaceae) (Figura 49b).
b)Parénquima paratraqueal:
c)Parénquima en bandas:
154
(a) (b) (c)
(d) (e)
FIGURA 50: Parénquima paratraqueal escaso (a), vasicéntrico (b), aliforme (c), aliforme
confluente (d) y unilateral (e).
FIGURA 51: Parénquima en bandas finas (a), anchas (b) y marginal (c).
Con respecto al parénquima en bandas, a nivel microscópico las bandas finas son
155
aquellas que tienen hasta tres células de ancho; mientras que cuando las bandas de
parénquima tienen más de tres células de ancho son consideradas como anchas. Las
bandas pueden ser diagonales, onduladas, rectas, discontinuas o continuas (IAWA
Committe 1989)
Parénquima Radial:
156
un mejor término, puede ser llamada un radio completo. Tal radio se encuentra
constituido por el radio xilemático, es decir, la porción del radio que se encuentra en la
madera o xilema y el radio floemático, o sea, la porción del mismo radio que se
encuentra en el floema. Ambos tipos de radios se originan a partir de las células iniciales
radiales del cambium (Pashin y de Zeeuw 1980).
Los radios de las latifoliadas están constituidos por células parenquimáticas las
cuales, al igual que el parénquima longitudinal, permanecen vivas mientras forman
parte de la albura y durante este período almacenan almidón. En algunos casos pueden
estar presentes aceites y otros productos metabólicos o algunas células pueden volverse
cristalíferas (Wilson y White 1986). Se debe señalar que en los radios de latifoliadas, a
diferencia de algunas coníferas, no se encuentran células de naturaleza prosenquimática.
La amplia variación del tamaño de los radios en las latifoliadas se puede convertir en
un elemento importante en la identificación. Las dimensiones de mayor significado son
la altura y el ancho. La longitud no es un elemento de importancia ya que los radios se
muestran como continuos a lo largo del plano radial (Hoadley 1990). La altura de los
radios es la distancia vertical que existe desde el extremo superior del radio hasta su
extremo inferior, cuando es observado en sección tangencial (Carlquist 1988). Esta
dimensión puede ser notablemente variable en algunas especies, particularmente en
aquellas que desarrollan radios heterocelulares, pero otras especies se pueden
157
caracterizar por una gran uniformidad en cuanto a la altura de los radios (maderas con
radios estratificados) (IAWA Committe 1989). Se ha observado que la altura de los
radios presenta una mayor variabilidad que su anchura. La determinación de la altura
del radio debe hacerse en la sección tangencial. Anteriormente, la altura del radio se
expresaba en función del número de células que lo constituyen en la dirección paralela
al grano. En la actualidad, esta dimensión es expresada en forma de unidades absolutas
(mm, m).
Generalmente, para la altura de los radios se toman dos categorías: radios menores de
1 mm, tal como se presentan en Centrolobiun orinocense (Papilionaceae), Jacaranda copaia
(Bignoniaceae), Samanea saman (Mimosaceae), Swietenia macrophylla (Meliaceae); y radios
mayores de 1 mm, como en el caso de Catostemma commune (Bombacaceae), Hediosmum
glabratum (Chloranthaceae), Meliosma meridensis (Sabiaceae), Rapanea laetevirens
(Myrsinaceae), Rhizophora mangle (Rhizophoraceae).
El ancho del radio es la distancia o el eje horizontal del radio cuando éste es visto en
sección tangencial. Esta distancia es medida en el punto más ancho del radio (Carlquist
1988). La determinación del ancho del radio se hace mediante el conteo del número de
células en la parte más ancha y en dirección perpendicular al eje radial (IAWA
Committe 1989). Según el número de células de ancho, los radios de latifoliadas se
clasifican en uniseriados, biseriados y multiseriados. Si el radio presenta una sola célula
en anchura, se denomina radio uniseriado, por ejemplo Calophyllum brasiliense
(Guttiferae) (Figura 53a), Centrolobium orinocense (Papilionaceae), Pterocarpus acapulcensis
(Papilionaceae), Terminalia guyanensis (Combretaceae), Toulicia pulvinata (Sapindaceae).
Cuando el radio se encuentra constituido por dos células de ancho recibe el nombre de
biseriado, por ejemplo Lonchocarpus margaritensis (Papilionaceae), Tabebuia rosea
(Bignoniaceae) (Figura 53b). Aquellos radios en cuya parte más ancha se observan tres ó
más células son conocidos con el nombre de multiseriados, por ejemplo Catostemma
commune (Bombacaceae) (Figura 53c),Ceiba pentandra (Bombacaceae), Cordia thaisiana
(Boraginaceae), Ilex laurina (Aquifoliaceae), Sterculia apetala (Sterculiaceae), Vochysia
158
lehmanni (Vochysiaceae).
A diferencia de las coníferas, los radios en las dicotiledóneas no son sólo de tipo
uniseriado y biseriado sino que comúnmente se presentan en forma de radios
multiseriados. Adicionalmente, los radios multiseriados de diferentes especies pueden
diferir considerable y característicamente en cuanto a su ancho. Utilizando medidas
lineales, el ancho de los radios en las latifoliadas puede oscilar entre 10 y 500 m.
Igualmente, con respecto a la altura, mientras los radios uniseriados pueden alcanzar
alturas de 50 m, los radios multiseriados pueden alcanzar alturas de algunos
centímetros (Wilson y White 1986).
En donde los radios multiseriados cruzan los límites de los anillos de crecimiento, sus
células (aunque no incrementan en número) pueden mostrarse alargadas en dirección
tangencial de manera que los radios, tal como aparecen en la sección transversal, dan la
impresión de estar "hinchados" en esas regiones. Este tipo de radio recibe el nombre de
radio nodular y su presencia puede ser de gran utilidad en la identificación de muestras
desconocidas (Wilson y White 1986). Ejemplo: Duguetia lucida (Annonaceae), Guatteria
cardoniana (Annonaceae).
159
Composición de los radios en las latifoliadas:
Los radios de las latifoliadas están constituidos sólo por células parenquimáticas; sin
embargo, dichas células pueden presentar una gran variación, en cuanto a forma y
tamaño, pudiéndose establecer clasificaciones de diferentes tipos de radios en base a su
composición.
El tipo más común de célula radial se caracteriza por ser alargada radialmente de
forma tal que su eje longitudinal cae en el plano transversal de la sección de madera.
Dichas células reciben el nombre de procumbentes. En el plano tangencial, estas células
son cortadas en ángulo recto a su eje longitudinal y aparecen de forma más o menos
cuadrada o poligonal. Igualmente, se puede encontrar otro tipo de células las cuales, al
ser vistas en la sección radial, aparecen con forma aproximadamente cuadrada o
alargadas en la dirección axial. Este grupo de células son conocidas como cuadradas y
erectas, respectivamente (Wilson y White 1986). La determinación del tipo de célula
debe ser hecha en la sección radial ya que una célula que se observe tan ancha como alta
en la sección tangencial puede ser procumbente o cuadrada, pero al observarla en
sección radial se puede definir con certeza el tipo de célula (Carlquist 1988).
160
II.Radios constituidos solamente por células cuadradas y/o erectas (Figura 55).
III.Células del cuerpo del radio de tipo procumbentes, con una ruta de células
marginales de tipo cuadradas y/o erectas (Figura 56a).
IV.Células del cuerpo del radio de tipo procumbentes, con 2-4 rutas de células
marginales de tipo cuadradas y/o erectas (Figura 56b).
V.Células del cuerpo del radio de tipo procumbentes, con más de 4 rutas de células
marginales de tipo cuadradas y/o erectas (Figura 57).
Las categorías I y II se refieren a radios homocelulares, mientras que las categorías III,
IV, V y VI corresponden a radios de tipo heterocelular.
161
Se debe señalar que en aquellas maderas que presenten radios uniseriados y
multiseriados, la composición celular de los radios se debe determinar tomando en
consideración solamente los radios multiseriados (IAWA Committe 1989).
162
FIGURA 57: Radio heterocelular con más de 4 rutas de células marginales. Hieronyma
laxiflora.
Otra variante que se puede presentar en el tipo de células que constituyen los radios,
es la presencia de las células tipo baldosa, células envolventes, células radiales
perforadas y parénquima radial disyuntivo.
Las células tipo baldosa son llamadas así por su forma característica. Este tipo de
células, después de haberse separado de las iniciales radiales de la zona cambial, sufren
muy poco o ningún alargamiento en la dirección radial. En las secciones transversal y
radial, dichas células se ven mucho más cortas radialmente que las células
procumbentes, mientras que en la sección tangencial se presentan de forma cuadrada o
poligonal (Wilson y White 1986). Estas células se pueden considerar como un tipo
especial de células radiales, las cuales son aparentemente erectas, rara vez cuadradas, y
se presentan en series horizontales interpuestas entre las células procumbentes (IAWA
Committe 1989); tienden a perder su contenido más rápidamente que las células
procumbentes adyacentes.
En algunos casos, como el género Durio (Bombacaceae), las células baldosa poseen la
misma altura que las células procumbentes; mientras que en otras maderas, como el
género Pterospermum (Sterculiaceae), se presentan con una altura mayor que la de las
células procumbentes. Estas células son conocidas con el nombre de células tipo Durio y
163
tipo Pterospermum, respectivamente (Wilson y White 1986). Sin embargo, algunas veces
esta clasificación es dudosa ya que se pueden presentar situaciones en donde las células
baldosa tienen una apariencia intermedia entre los dos tipos mencionados
anteriormente, tal como ocurre en Guazuma (Sterculiaceae) y Greewia (Tiliaceae) (IAWA
Committe1989).
Las células tipo baldosa se presentan pocas veces en las dicotiledóneas y parecen
estar restringidas al orden Malvales y Tiliales (Wheeler et al. 1986), específicamente a
algunos miembros de las familias Bombacaceae, Malvaceae, Sterculiaceae y Tiliaceae
(Detienne 1988). Ejemplo: Cullenia excelsa (Bombacaceae), Guazuma ulmifolia
(Sterculiaceae) (Figura 58).
Las células envolventes son células erectas las cuales forman una capa más o menos
completa, de una célula de espesor, sobre la superficie de los radios multiseriados. Este
tipo de células son claramente visibles en la sección tangencial y aparecen, como su
nombre lo indica, formando una envoltura -total o parcial- que encierra el radio (Wilson
y White 1986); se pueden presentar en radios que poseen tres ó más células de ancho y
son más comunes en radios altos (Metcalfe y Chalk 1983). Ejemplo: Catostemma commune
164
(Bombacaceae), Cordia alliodora (Boraginaceae), Sterculia pruriens (Sterculiaceae) (Figura
59).
Las células radiales perforadas son aquellas que poseen perforaciones las cuales,
generalmente, se encuentran sobre las paredes laterales que conectan dos vasos en un
lado del radio (IAWA Committe 1989). Estas células fueron reportadas por primera vez
en 1933 por Chalk y Chattaway. A partir de ese momento se ha reportado la presencia
de células radiales perforadas en especies pertenecientes a diferentes grupos y con una
amplia variación en cuanto a habitat y distribución geográfica (Otegui 1994). Son de
frecuencia presente en algunas familias de dicotiledóneas tales como Rubiaceae,
Euphorbiaceae (Rudall 1985) y Flacourtiaceae (Miller 1975). Ejemplo: Nyctanthes arbor-
tristis (Oleaceae) (Baas et al. 1988) (Figura 60).
FIGURA 60: Células radiales perforadas. Nyctanthes arbor-tristis (Baas et al. 1988)
165
El tipo de perforación puede ser simple, escalariforme, reticulada o foraminada y no
necesariamente debe coincidir con el tipo de platina de perforación que se presenta en
los elementos vasculres de la misma madera. Por ejemplo, Sloanea monosperma
(Elaeocarpaceae) y Richeria racemosa (Euphorbiaceae) tienen perforaciones simples en los
elementos vasculares y escalariformes en las células radiales perforadas (IAWA
Committe 1989).
166
FIGURA Nº 61: Saccoglotis gabonensis. Parénquima radial disyuntivo (360X).
Radios estratificados:
En algunas especies tropicales, los radios y, algunas veces, otros elementos axiales se
encuentran arreglados en forma de filas horizontales regulares. Este tipo de arreglo
recibe el nombre de radios estratificados y entre ellos se ve cierta uniformidad en cuanto
a la altura de los radios individuales (Pashin y de Zeeuw 1980). Ejm: Bulnesia arborea
(Zygophyllaceae), Lonchocarpus margaritensis (Papilionaceae), Pterocarpus acapulcensis
(Papilionaceae), Simaruba amara (Simaroubaceae), Tabebuia impetiginosa (Bignoniaceae)
(Figura 62), Tabebuia rosea (Bignoniaceae).
167
La estructura estratificada se observa en el plano de corte tangencial y es una
característica importante en identificación. Se habla de estratificación parcial cuando
sólo algunos elementos de la madera están estratificados, y estratificación total cuando
se observa la estratificación en radios, fibras, parénquima axial y elementos vasculares
(Burger y Richter 1991).
Radios agregados:
168
la misma especie y se presentan en número relativamente bajo y con una distribución
esporádica (Hoadley 1990). Existe una considerable variación en el tamaño de los radios
individuales que constituyen un radio agregado; en algunas especies pueden estar
constituidos por radios estrechos, tal como se observa en Carpinus sp. (Corylaceae),
mientras que en otras pueden estar compuestos por radios anchos, como en el caso de
Emmotum orbiculatum (Icacinaceae). Los radios agregados es una característica presente
en pocos grupos taxonómicos (IAWA Committe 1989).
Tubos laticíferos:
Son células o hileras de células especializadas las cuales contienen látex, una
suspensión o emulsión constituida por una gran cantidad de pequeñas partículas. En los
laticíferos de varias plantas pueden estar presentes proteínas, granos de almidón,
taninos, alcaloides u otro tipo de sustancias. El color del látex varía en las diferentes
especies leñosas, pero puede ser blanco y lechoso, marrón amarillento, anaranjado o
incoloro (Fahn et al. 1986). Generalmente los tubos laticíferos se encuentran encerrados
en los radios xilemáticos y conectados con tubos verticales presentes en el córtex y/o la
médula (Kribs 1968).
Tubos taniníferos:
Floema incluso:
169
o ramales de floema incluídos en el xilema secundario de ciertas maderas
dicotiledóneas. Se distinguen los siguientes tipos (Wheeler et al. 1986):
a)Concéntrico:
170
b)Foraminado:
Un sólo cambium permanente continúa funcionando durante toda la vida del tallo y,
por consiguiente, el xilema producido es del tipo normal, excepto por lo que respecta a
la presencia de ramales de floema incluidos en él (tipo Strychnos) (IAWA Committe
1989). Este tipo de floema se presenta en forma de islas o manojos aislados y dispersos
en el xilema (Wheeler et al. 1986) y se origina debido a que ciertas áreas localizadas del
cambium detienen su crecimiento y el resto de la circunferencia cambial, la cual
todavía permanece activa, se mueve hacia afuera. A medida que se produce xilema
secundario, el floema de las partes externas del cambium inactivo gradualmente va
siendo rodeado por madera. Con el tiempo, el cambium activo añade nuevas capas de
madera sobre estas áreas. El resultado es que las bolsas o islas de floema quedan
incluídos dentro de la madera (Jane 1970). El floema foraminado se puede presentar en
forma dispersa o difusa, es decir, sin ningún tipo de asosiación con otros elementos de
la madera. Ejemplo: Mouriri barinensis (Melastomataceae) (Figura 65). También se
puede presentar asociado a las bandas de parénquima, por ejemplo en Erisma
uncinatum (Vochysiaceae) (Figura 66a), o asociado a los poros, tal como se observa en
Guapira cuspidata (Nyctaginaceae) (Figura 66b).
171
FIGURA 66: (a)Erisma uncinatum. Floema incluso asociado al parénquima. (b)Guapira
cuspidata. Floema incluso asociado a los poros.
172
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175
TEMA 3. ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DE CONÍFERAS.
La madera de coníferas posee una estructura anatómica mucho más simple que las
latifoliadas (Figura 67). El elemento principal de este tipo de maderas son las traqueidas,
las cuales se encargan de realizar las funciones de conducción y sostén. El tejido de
reserva está constituido, fundamentalmente, por el parénquima radial. Los radios
pueden estar formados por traqueidas y por células parenquimáticas. Son
principalmente de tipo uniseriado y, algunas veces, presentan canales resiníferos. En la
madera de coníferas no se presenta la disposición estratificada que puede observarse en
algunas maderas latifoliadas (Tuset y Duran 1986). En el tema correspondiente a
estructura microscópica de dicotiledóneas se mencionaron las principales diferencias
que existen entre la madera de coníferas y la madera de latifoliadas.
176
En la tabla 3 se indican los principales elementos constituyentes de la madera de
coníferas. Es importante señalar que no todos los elementos listados en dicha tabla se
encuentran en todas las coníferas. Las traqueidas longitudinales están siempre
presentes y pueden representar hasta el 90 % del tejido leñoso. Las traqueidas
longitudinales en serie son una transición entre el parénquima longitudinal y la
traqueida longitudinal y se pueden encontrar en coníferas que presenten canales
resiníferos o parénquima longitudinal. El parénquima longitudinal puede estar o no
presente y por ello su presencia o ausencia, abundancia relativa y su posición en los
anillos de crecimiento son diagnósticos significativos. Las células epiteliales se
encuentran siempre presentes en los géneros Pinus, Picea, Larix y Pseudotsuga, géneros
que poseen conductos resiníferos normales. Estas células también se pueden encontrar
en aquellas maderas en donde se desarrollen canales resiníferos de tipo traumático.
Algunas coníferas también pueden poseer traqueidas en el sentido transversal y éstas
reciben el nombre de traqueidas radiales (Pashin y de Zeeuw 1980).
177
Las coníferas, por poseer una estructura más simple que las dicotiledóneas, son más
difíciles de distinguir unas de otras, especialmente a nivel macroscópico. Esto contrasta
con las dicotiledóneas, cuya mayor diversidad en cuanto a tipo y tamaño de células,
permite -algunas veces- su identificación sin necesidad de recurrir al microscopio
(Hoadley 1990).
Traqueidas Longitudinales:
La gran mayoría de los elementos axiales de las coníferas son traqueidas. Una
traqueida es una célula que, en su madurez, ha desarrollado una gruesa pared celular
lignificada (Wilson y White 1986), y se encargan de dos funciones: conducción de
agua y sales minerales y soporte o resistencia mecánica. Este tipo de células puede
constituir hasta el 90 % del volumen leñoso en las coníferas y por ello es altamente
responsable de las propiedades físicas y mecánicas de este tipo de maderas (Thomas
1981).
178
las rígidas paredes celulares, de espesor variable, permiten la función de soporte
(Thomas 1981).
179
La longitud promedio de las traqueidas oscila entre 3 y 5 mm (Parham y Gray 1984)
aunque se pueden encontrar traqueidas de mayor longitud tal como se observa en la
especie Araucaria cunninghamii (Araucariaceae) donde las traqueidas pueden
alcanzar 11 mm de largo. Las longitudes menores a 1 mm son poco comunes (Jane
1970).
180
temprana) y traqueidas de paredes gruesas (madera tardía) puede ser gradual o
abrupta (Desch 1981). Entre las especies que desarrollan transición abrupta entre
madera temprana y madera tardía se encuentran Pinus taeda (Pinaceae), Pseudotsuga
menziesii (Pinaceae), Sequoia sempervirens (Taxodiaceae) (Figura 69), Thuja plicata
(Cupressaceae).
FIGURA 70: Pinus strobus. Anillos de crecimiento definidos con transición gradual
entre madera temprana y madera tardía.
181
Algunas variaciones de los espesores de las paredes celulares y de los diámetros
radiales de las células, características de los anillos de crecimiento, son bastante
evidentes en la madera. Las coníferas de clima templado generalmente presentan
diferencias extremas en diámetros radiales y espesores de las paredes celulares entre
las traqueidas de maderas temprana y madera tardía del mismo anillo. La relación
de diámetros puede ser hasta 4-5:1 desde las células de la amplia zona de madera
temprana hasta la estrecha zona de madera tardía. El contraste en espesor de las
paredes dentro de un mismo anillo normalmente no es tan grande. Una variación de
1-1,5:2 es bastante normal. Las coníferas que crecen en climas tropicales o
semitropicales no presentan una diferencia tan marcada entre madera temprana y
madera tardía tal como se observa en las coníferas de la zona templada. Las
traqueidas de estas maderas sólo presentan una reducción aproximada de 50 % en el
diámetro radial desde la madera temprana a la tardía y tienen paredes celulares con
espesores y anchuras casi uniformes a través del anillo de crecimiento (Arroyo 1983).
Los cambios en espesor de la pared celular y del diámetro radial en los anillos de
crecimiento han sido relacionados con factores propios de la fisiología del
crecimiento. La formación de la madera temprana parece ser inducida por las
hormonas de crecimiento (auxinas) producidas en los centros de crecimiento en la
copa del árbol. Los diámetros radiales grandes de las traqueidas de madera
temprana son producidos en el período activo de alargamiento internodal, cuando la
producción de auxinas es máxima. Cuando el proceso de alargamiento se hace lento,
el diámetro radial decrece y la transición a madera tardía coincide con el cese del
alargamiento internodal. Un segundo sistema fisiológico controla el espesor de las
paredes celulares en las traqueidas. La cantidad de material en la pared en una célula
en desarrollo depende de la cantidad de los productos fotosintéticos recibidos. Al
inicio del período de crecimiento la competencia entre alargamiento internodal,
producción de nuevas acículas y el desarrollo de xilema y floema secundario es
intensa. Esto trae como consecuencia que un mínimo de productos fotosintéticos sea
recibido por la región cambial y las paredes secundarias alcanzan un espesor
182
mínimo. Cuando el desarrollo de la copa termina, aumenta la cantidad de productos
elaborados por las hojas que son recibidos en la región cambial y aumenta el espesor
de la pared celular (Pashin y de Zeeuw 1980).
b.1)Punteaduras:
Las traqueidas, al igual que otras células leñosas, se caracterizan por desarrollar
sobre sus paredes pequeñas estructuras que reciben el nombre de punteaduras
(Wilson y White 1986). La estructura de la punteadura facilita el flujo de líquido
entre las traqueidas longitudinales y permite el flujo ininterrumpido de agua en el
tallo (Thomas 1981).
183
concentración de las punteaduras sobre las paredes radiales de las traqueidas hacen
que su observación se realice en el plano de corte radial (Burger y Ritcher 1991).
El reducido número y tamaño de las punteaduras en la cara tangencial de la célula
hace que la mayor parte del flujo de líquido entre traqueidas tome lugar en la
dirección tangencial (Esau 1977).
184
Abertura
Borde Torus
185
aspirado con un par no aspirado ilustra claramente el desplazamiento de la
membrana de la punteadura contra el borde de la misma y el sello extremadamente
hermético que existe entre el torus y la abertura (Figura 72). La aspiración de la
punteadura ocurre cuando el agua es removida de la célula y el menisco aire-agua
pasa a través de la membrana. En el árbol vivo, en el caso de que el árbol sea
herido, la aspiración previene la formación de búrbujas de aire y la interrupción de
la conducción de agua. La aspiración de la membrana de la punteadura, la cual
ocurre durante el secado de la madera, reduce la permeabilidad y con ello previene
el flujo libre de líquido entre células. Por esta razón, cualquier proceso que
involucre la penetración de líquidos en la madera es más difícil después del secado
(Thomas 1981).
Torus
La aspiración puede ocurrir si, como resultado de una herida al árbol, el aire es
admitido en la traqueida en un lado del par de punteaduras mientras que el otro
lado de la traqueida todavía permanece bajo la reducida presión de la corriente de
transpiración. Debido al pequeño tamaño de las punteaduras y a la tensión
superficial relativamente alta de la albura, la interfase aire-líquido no pasa a través
186
de las perforaciones para igualar la presión en ambos lados. Como la diferencia de
presión no es nivelada, la membrana se desplaza y el torus bloquea la punteadura.
Una vez que la punteadura ha pasado a condición aspirada tiende a permanecer en
esta condición y el margo se adhiere al lado interno del borde de la punteadura,
posiblemente por medio de enlaces de hidrógeno. Las diferencias de presión en los
dos lados de la membrana de la punteadura es suficiente para causar aspiración y
comúnmente se presenta durante el secado de la madera. En el duramen la mayoría
de las punteaduras se encuentran en estado aspirado. La proporción varía entre
diferentes especies de coníferas y, desde el punto de vista tecnológico, es de interés
e importancia ya que el efecto de la aspiración influye adversamente la
penetrabilidad de la madera por líquidos preservantes (Wilson y White 1986).
2)Oclusión:
3)Incrustación:
187
Las punteaduras presentes en las traqueidas longitudinales se pueden incluir en
tres categorías (Pashin y de Zeeuw 1980):
a)Punteaduras intertraqueales, es decir, aquellos pares de punteaduras que se
encuentran entre traqueidas longitudinales adyacentes.
188
punteaduras sobre las paredes radiales de las traqueidas de madera temprana,
constituidas por dos, tres o más punteaduras son indicativos de textura gruesa
(Pashin y de Zeeuw 1980).
Crásulas
Crásulas
b.2)Crásulas:
189
las punteaduras, posiblemente con el fin de aumentar la resistencia de la pared en las
adyacencias de las punteaduras (Mora 1970).
Las crásulas son fáciles de detectar con el microscopio óptico. Estudios realizados
haciendo el uso de microscopio electrónico han revelado que las crásulas son
simplemente patrones de refracción que resultan cuando las punteaduras se
presentan con un espaciamiento entre ellas similar a la longitud de onda de la luz
utilizada para su observación (Mauseth 1989).
b.3)Engrosamientos espiralados:
Se debe tener cuidado para no confundir los engrosamientos espiralados con las
grietas que se producen en las traqueidas como consecuencia del proceso de secado
o por el desarrollo de madera de compresión. Usualmente las grietas de secado se
190
presentan mejor desarrolladas en las adyacencias de las punteaduras y no se
extienden a lo largo de toda la traqueida, tal como ocurre con los engrosamientos
espiralados. Comúnmente, las grietas de secado siguen el ángulo de las
microfibrillas en la capa S2. Los verdaderos engrosamientos espiralados
generalmente forman un ángulo de aproximadamente 90º con respecto a la dirección
longitudinal de las traqueidas (Wheeler et al. 1986). La presencia de engrosamientos
espiralados ocurre solamente en los géneros Pseudotsuga (Figura 74), Taxus y Torreya.
En este último género los engrosamientos tienden a presentarse en pares lo que
permite separar, anatómicamente, Torreya y Taxus (Kukachka 1960).
Las trabéculas son estructuras intracelulares que se extienden a través del lumen de
la célula en dirección radial, de una pared tangencial a la otra. Fueron descritas por
primera vez por Sanio (1863, 1873/74) en Hippophae rhamnoides y Pinus sylvestris y
por Winkler (1872) en Araucaria angustifolia (Grosser 1986). Por lo general, las
trabéculas no son consideradas como una característica normal en la estructura de la
madera, sino como el resultado de una perturbación que afecta la actividad del
cambium. Algunas causas que pueden inducir a la formación de trabéculas son
ataque de hongos, presencia de virus, ataque de áfidos y factores climáticos, tales
como heladas (Werker y Baas 1981), suministro inadecuado de nutrientes a la región
cambial (Grosser 1986). Las trabéculas se extienden en dirección radial y forman un
ángulo recto en la zona en donde hacen contacto con la pared tangencial de la
traqueida; son de forma cilíndrica y muestran un incremento gradual de diámetro en
su base (Ohtani 1985). Posterior a los estudios de Sanio (1863, 1873/74) y Winkler
(1872) se ha reportado la presencia de trabéculas tanto en coníferas como en
latifoliadas. Algunas coníferas en donde se han encontrado trabéculas son las
siguientes: Callitris glauca (Jane 1970), Chamaecyparis nootkatensis, Pinus monticola
(Pashin y de Zeeuw 1980), Agathis alba (Parameswaran 1979), Abies sachalinensis
(Ohtani 1985), Araucaria angustifolia, Cedrus atlantica, Cupressus lusitanica, Picea abies,
191
Pinus sylvestris, Podocarpus salignus (Grosser 1986), Decussocarpus rospigliossi (León y
Espinoza de Pernía 1997) (Figura 75).
célula.
192
Tipo 3: Trabéculas unidas a las paredes radiales de las traqueidas
193
b.5)Engrosamientos calitroides:
Se pueden definir como pares de barras engrosadas que atraviesan los bordes de las
punteaduras (Wheeler et al. 1986). Se presentan en muy pocas especies,
especialmente en el género Callitris (Desch 1981) (Figura Nº 77).
Son células cortas las cuales usualmente poseen paredes extremas horizontales y
están colocadas en series longitudinales. Este tipo de traqueida puede diferenciarse
de las células parenquimáticas por poseer punteaduras areoladas en sus paredes
longitudinales y extremas. En algunos casos las células de parénquima pueden estar
mezcladas con este tipo de traqueidas (Tsoumis 1968).
194
Las traqueidas en serie pueden ser consideradas como elementos de transición
entre las traqueidas longitudinales y el parénquima axial o epitelial. Cuando se
presentan estas traqueidas se encuentran cerca de los canales resiníferos
longitudinales o contiguo a los tejidos traumáticos. Ejemplo: Larix decidua, Larix
occidentalis (Figura 78) (Pashin y de Zeeuw 1980), Pinus elliottii (Burger y Richter
1991).
195
depósitos de coloración oscura (Wheeler et al. 1986). En sección longitudinal, se
pueden distinguir de las traqueidas por la presencia de paredes horizontales en sus
extremos y por las punteaduras de tipo simple (Detienne 1988).
196
tangencial. Su presencia y el tamaño relativo son útiles para la diferenciación de
ciertas especies (Kukachka 1960). Ejemplo: Libocedrus decurrens (Cupressaceae),
Juniperus virginiana (Cupressaceae), Taxodium distichum (Taxodiaceae) (Figura 80).
Los radios de las coníferas se presentan como una columna simple de células tanto
en la sección transversal como en la tangencial. En la sección radial se presentan como
láminas de tejidos en las cuales las células están arregladas de manera similar a los
ladrillos de una pared (Wilson y White 1986). El análisis anatómico de los radios de
197
coníferas es estrictamente de tipo microscópico y muchas veces es de gran ayuda para
la determinación de algunos géneros (Detienne 1988).
a.1)Radios uniseriados.
a.2)Radios fusiformes.
198
especies que poseen conductos resiníferos normales (Pinus, Picea, Larix, Pseudotsuga)
y traumáticos (Figura 82).
b.1)Radios homocelulares.
b.2)Radios heterocelulares.
199
Aquellos radios constituidos por células de parénquima radial y traqueidas radiales
se denominan radios heterocelulares. Ejemplo: Pinus caribaea (Pinaceae), Pseudotsuga
menziesii (Pinaceae), Pinus strobus (Pinaceae) (Figura 83b).
La frecuencia de los radios para coníferas, expresada como el número de radios por
mm lineal, muestra el mismo patrón de variabilidad que la altura (Fahn et al. 1986).
Parénquima radial:
200
decurrens (Wheeler et al. 1986) la cual desarrolla nódulos conspíscuos y permite
separarla fácilmente de Thuja y Chamaecyparis (Pashin y de Zeeuw 1980).
Existe una considerable variación en las punteaduras que se encuentran sobre las
paredes radiales de las células parenquimáticas. Estas punteaduras forman pares de
punteaduras con aquellas que se encuentran en las traqueidas longitudinales
contiguas. La forma y arreglo de éstas punteaduras son un elemento de gran valor en
la identificación de coníferas. En este caso, no sólo se debe prestar atención al arreglo
de las punteaduras sobre la pared radial, sino también se debe tomar en consideración
su arreglo en el área de cruce o área de intersección radial, es decir, el área
representada por la intersección de las partes superior e inferior de las paredes
horizontales de las células parenquimáticas radiales y las paredes de las traqueidas
longitudinales (Jane 1970). Estas punteaduras pueden variar desde amplias
punteaduras simples que ocupan la mayor parte del área de cruce, hasta punteaduras
muy pequeñas que ocupan sólo una pequeña porción de dicha área (Kukachka 1960)
(Figura 84).
201
Debido a que tanto el número como la forma de las punteaduras en el área de cruce
varían dentro de un mismo anillo de crecimiento, es necesario limitar las observaciones
de esta característica a las dos ó tres primeras columnas de traqueidas de la zona de
madera temprana (Kukachka 1960). Esta variación se produce como consecuencia de la
reducción del espesor de las traqueidas longitudinales a medida que avanzamos hacia la
zona de madera tardía del anillo de crecimiento.
La diversidad del punteado en el área de cruce, referente al tipo y número de
punteaduras en el área de contacto entre el parénquima radial y las traqueidas
longitudinales; es uno de los elementos más valiosos en el proceso de identificación de
maderas coníferas. De acuerdo a la clasificación establecida por Phillips (1948) se
pueden distinguir cinco tipo de punteaduras las cuales se observan en la sección
radial (Fahn et al. 1986):
202
2)Pinoide:
Son más pequeñas que las de tipo ventana, su abertura puede tener una areola o
carecer de ella; tamaño y ancho variable. Si la areola existe, ésta generalmente es más
ancha de un lado de la abertura que del otro dando la apariencia de desequilibrio
(Mora 1970). Se presentan en mayor número que la tipo ventana encontrándose entre
1 y 6 por área de cruce. Su forma, a menudo, es irregular (Wilson y White 1986).
Ejemplo: Pinus sylvestris, P. kesiya (Detienne 1988), P. caribaea, P. lambertiana
(Pinaceae) (Figura 86).
3)Piciforme o Piceoide:
203
de la pared celular. Esto no ocurre con las punteaduras de tipo piceoide (Wheeler et
al. 1986).
4)Cupresoide:
204
FIGURA 88: Libocedrus decurrens. Punteadura de tipo cupresoide (Hoadley 1990).
5)Taxodioide:
Traqueidas radiales:
Las traqueidas radiales pueden estar o no presentes en los radios de las coníferas y,
cuando existen, pueden estar situadas en los márgenes del radio o en el cuerpo del
mismo. Si se observa un radio, en sección radial, el cual incluya traqueidas, pudiera
205
surgir la duda de cómo distinguirlas de las células parenquimáticas. En este caso debe
procederse de la siguiente manera (Mora 1970):
-Observar los márgenes superior e inferior de los radios para determinar si en ellas
hay células diferentes a las del cuerpo del radio.
Las traqueidas radiales son células muy cortas en comparación con las traqueidas
longitudinales, con longitud promedio de 0,1-0,2 mm y son 5-10 veces más largas que
anchas. Las paredes internas de las traqueidas radiales pueden ser lisas, dentadas o
reticuladas. El grado de dentación es de gran ayuda en la identificación de pinos
(Tsoumis 1968). Las punteaduras de las traqueidas radiales son areoladas pero de
menor tamaño que las de las traqueidas longitudinales (Detienne 1988).
Las traqueidas radiales son comunes en Pinus, Picea, Larix, Cedrus, Pseudotsuga y
Tsuga. También se pueden encontrar, en forma ocasional, en otros géneros como Abies,
Sequoia y Thuja. Este tipo de traqueidas generalmente se ubican en los márgenes del
radio y pueden presentarse más de una fila de traqueidas; algunas veces se
encuentran interpuestas entre las células parenquimáticas radiales y otras veces
pueden constituir todo el radio (radio homocelular), tal como se observa en algunos
pinos (Jane 1970). Ejemplo: Pinus strobus (Pinaceae).
206
frecuentemente están constituidos sólo por traqueidas radiales (Pashin y de Zeeuw
1980).
Las traqueidas radiales pueden ser de tres tipos: lisas, dentadas y reticuladas.
FIGURA 90: Pinus strobus. Traqueidas radiales lisas en los márgenes del radio.
FIGURA 91: Pinus resinosa. Traqueida radial dentada. (Pashin y De Zeeuw 1980).
207
Cuando las dentaciones de las traqueidas dentadas aparecen fusionadas se habla de
traqueidas radiales reticuladas (Kukachka 1960) y en ellas se observan muchas
proyecciones internas conectadas unas con otras, presentándose situaciones en donde
dichas traqueidas estan casi completamente ocluidas por estas dentaciones (Wheeler et
al. 1986). Ejemplo: Pinus ponderosa (Pinaceae), Pinus taeda (Pinaceae), Pinus palustris
(Pinaceae) (Figura 92).
FIGURA 92: Pinus palustris. Traqueida radial reticulada (Pashin y De Zeeuw 1980).
Canales resiníferos:
208
FIGURA 94: Pinus ponderosa. Conducto resinífero transversal.
209
numerosos, solitarios y con una distribución uniforme en el tejido leñoso. En los otros
géneros que desarrollan canales normales, éstos son mas pequeños, menos numerosos
y no poseen una distribución uniforme (Detienne 1988).
210
(Wheeler et al. 1986). Estas últimas células generalmente son de paredes gruesas y
tienen apariencia de estar siempre lignificadas (Detienne 1988).
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TEMA 4. ESTRUCTURAS SECRETORAS Y SUSTANCIAS
MINERALES EN LA MADERA.
ESTRUCTURAS SECRETORAS:
215
para todos los tipos de eliminación de sustancias de la parte activa de la célula y dicho
término es el de secreción (Fahn 1974).
Se pueden encontrar varios tipos de estructuras que secretan una amplia variedad de
sustancias químicas en las plantas: células secretoras, cavidades, conductos o canales y
laticíferos. Las estructuras secretoras se encuentran de forma más común en los tejidos
primarios de las plantas y en el floema secundario en comparación con el xilema
secundario. Sin embargo, cuando se encuentran en la madera pueden constituir un
elemento de importancia en el diagnóstico (Fahn et al. 1986).
a)Células secretoras:
Las células secretoras se hallan dispersas como células más especializadas entre
células de menor especialización y, por lo tanto, se les puede llamar idioblastos.
Usualmente son clasificadas según su contenido. Muchas familias de plantas muestran
células secretoras de aceite, resina o mucilagos. Otro contenido de las células secretoras
puede ser tanino. También las células que producen cristales se pueden considerar
como idioblastos secretores (Roth 1976). Los idioblastos secretores, que sólo difieren
ligeramente en tamaño de las células vecinas, pueden aparecer aisladamente o
dispuestos en largas hileras; por ejemplo, laticíferos articulados. También hay células
muy grandes, a veces tan largas como toda la planta, por ejemplo, laticíferos no
articulados (Fahn 1974).
216
b)Cavidades o canales secretores:
b.1)Según su orientación:
-Longitudinales.
-Transversales.
b.2)Según su origen:
-Normales.
-Traumáticos.
-Esquizógenos.
-Lisígenos.
-Esquizolisígeno.
217
b.4)Según el tipo de planta en que se presenten:
-Conductos resiníferos.
-Conductos gomíferos.
Conductos longitudinales:
Son aquellos que se extienden en dirección paralela al eje longitudinal del tallo.
Conductos transversales:
Son aquellos que se presentan en dirección perpendicular al eje longitudinal del tallo.
Se encuentran incluidos dentro de los radios.
Conductos normales:
Conductos traumáticos:
Conductos Esquizógenos:
218
Conductos Lisígenos:
Conductos Esquizolisígenos:
Conductos resiníferos:
219
(a)Pinus strobus (b)Pinus ponderosa.
Célula epitelial
220
En la albura, el canal resinífero se puede mantener completamente fluido mientras
que con el paso de los años dichos canales pueden solidificarse al producirse la
transformación de albura a duramen. Cuando la madera es procesada, la resina tiende a
fluir formando pequeñas gotas en los sitios en donde los canales intersectan la superficie
de la madera (Hoadley 1980). Los conductos resiníferos pueden quedar obstruidos por
el aumento en tamaño de las células epiteliales. Estas proliferaciones similares al tílides
se denominan tilidoides; y se diferencian del tílides en que no crecen a través de las
punteaduras (Esau 1976).
A simple vista el canal resinífero puede aparecer como un punto levemente coloreado
el cual contrasta con las zonas oscuras que corresponden a la madera tardía. También la
presencia de pequeñas líneas o fajas de tonalidad marrón, frecuentemente visibles en la
sección longitudinal, denotan la presencia de canales resiníferos. La detección de estos
canales es relativamente fácil en aquellas especies cuyos canales tienen un diámetro de
200-300 m; mientras que especies cuyos canales tienen un diámetro de 50-100 m, su
detección macroscópica es mucho más difícil (Thomas 1981).
Conductos gomíferos:
Estos conductos o canales son espacios intercelulares que se pueden encontrar, tanto
en sentido longitudinal (Figura 97a) como en sentido transversal (Figura 97b), en
maderas pertenecientes al grupo de las angiospermas.
222
Los productos de secreción de los conductos gomíferos pueden ser sustancias
diversas tales como aceites, gomas, resinas y mucilagos. En algunas familias estas
estructuras se presentan constantemente (conductos gomíferos normales) y por ello son
útiles en la identificación (Lindorf et al. 1985). Los conductos gomíferos se pueden
formar por esquizogénesis o lisigénesis o por la combinación de ambos métodos (Esau
1976).
223
Los conductos gomíferos traumáticos sólo se presentan en sentido longitudinal y no
existen transversalmente, a diferencia de los canales resiníferos traumáticos
transversales de las coníferas. Su origen se puede deber a la separación de células y
también pueden originarse por desintegración de las paredes celulares (Mora 1970).
Laticíferos:
Los laticíferos son células o columnas de células especializadas que contienen látex,
una suspensión o emulsión de partículas líquidas con diferentes índices de refracción
(Fahn et al. 1986). El látex es a menudo de aspecto blancuzco lechoso aunque se puede
presentar con otros colores como amarillo, rojo, anaranjado o verduzco. Además, se
224
pueden producir variaciones en el color del látex entre diferentes partes de una misma
planta e incluso el color puede cambiar después que el látex ha sido secretado por la
planta (Metcalfe y Chalk 1983). Generalmente se distingue de otros exudados por su
rápida coagulación cuando es expuesto a la acción del aire (Mahlberg et al. 1987).
225
Los laticíferos, tanto articulados como no articulados, pueden ser ramificados o
simples. Estos últimos también son llamados no ramificados (Metcalfe y Chalk 1983).
La función del látex en la planta todavía no esta muy clara. Algunos consideran que
el látex tiene valor nutritivo en numerosas plantas, mientras que otros lo consideran
como un material de reserva. La suposición más aceptable es la de considerarlo como
una sustancia que contiene subproductos del metabolismo y que los laticíferos
constituyen un sistema secretor de la planta. En los laticíferos se acumulan sustancias
que se pueden considerar más bien como productos finales que como productos de
226
reserva. El caucho, por ejemplo, así como los aceites esenciales, y al contrario que el
almidón, no puede revertir a sustratos nutritivos ya que en la planta no existen enzimas
capaces de romperlo (Fahn 1974). Haberlandt (1914), citado por Rudall (1987), indica
que el látex cumple una función importante en la cicatrización de heridas en la planta y
como un mecanismo de protección contra el ataque de ciertos hervíboros. Hunter (1994)
indica que el látex actúa como agente de almacenamiento de diferentes compuestos
químicos, especialmente de isopreno.
Tubos taniníferos:
227
Los tubos taniníferos sólo han sido reportados en la familia Myristicaceae. A menudo
son difíciles de distinguir en la sección tangencial debido a que sus dimensiones son
muy similares a las de las células radiales y por ello se recomienda observarlos en el
plano radial en donde se van a presentar como tubos mucho más largos que las células
radiales (IAWA Committe 1989).
(a) (b)
FIGURA 99: Aniba canelilla. Célula oleífera en parénquima axial (a) y radial (b).
228
Sustancias minerales en la madera:
a)Cristales:
229
(Euphorbiaceae) (Figura 100b), Myroxylon balsamum (Papilionaceae), Rapanea laetevirens
(Myrsinaceae). Los cristales en el parénquima axial se pueden observar en Amyris
balsamifera (Rutaceae), Pachira quinata (Bombacaceae), Maclura tinctoria (Moraceae),
Hura crepitans (Euphorbiaceae), Manilkara bidentata (Sapotaceae), Samanea saman
(Mimosaceae). La presencia de cristales en las fibras es común en Triplaris surinamensis
(Polygonaceae), Ruprechtia hamanni (Polygonaceae) (Figura 100c). Los cristales en los
vasos están presentes en Astronium urundeuva (Anacardiaceae), Chrysophyllum caimito
(Sapotaceae) (Figura 100d), Pera glabrata (Euphorbiaceae).
Los cristales, principalmente los de oxalato de calcio, en la mayoría de los casos son
detectados fácilmente con el microscopio de luz debido a su refractividad; aunque
algunas veces se pueden presentar dificultades para su observación. Con el uso de la
luz polarizada se mejora la visibilidad de los cristales, los mismos se observan como
cristales brillantes ubicados sobre un fondo de coloración oscura (Carlquist 1988).
Sobre el origen de los cristales se han formulado diferentes hipótesis, las cuales son
expuestas por Espinoza de Pernía (1987). Estas hipótesis son las siguientes:
230
a)Normalmente las plantas absorben del suelo y del aire varios elementos como Fe, K,
N y grandes cantidades de Ca que almacenan para cuando tienen necesidades de
minerales.
c)Los cristales pueden formarse de manera artificial por medio de rayos ultravioletas y
rayos alfa.
Los cristales pueden ser de diferentes formas y de acuerdo a ello se tiene la siguiente
clasificación:
1)Cristales prismáticos:
FIGURA 101: Cordia thaisiana. Cristal prismático (León y Espinoza de Pernía 1997).
231
2)Cristales alargados:
Cristales cuya longitud es 2-4 veces mayor que su ancho y posee extremos
puntiagudos. Ejm: Siphonodon pendulum (Celastraceae), Ligustrum vulgare (Oleaceae),
Vitex glabrata (Verbenaceae) (IAWA Committe 1989), Cordia thaisiana (Boraginaceae)
(León y Espinoza de Pernía 1997) (Figura 102), Terminalia oblonga (Combretaceae)
(Espinoza de Pernía y León 1996).
FIGURA 102: Cordia thaisiana. Cristales alargados (León y Espinoza de Pernía 1997).
3)Cristales estiloides:
Cristales cuya longitud puede ser 4 ó más veces mayor que su ancho y cuyos
extremos son puntiagudos o cuadrados (IAWA Committe 1989). Este tipo de cristal
puede ser observado en las células parenquimáticas de Cordia thaisiana
(Boraginaceae) (León y Espinoza de Pernía 1997), en el floema incluso de Mouriri
barinensis (Melastomataceae) (León y Espinoza de Pernía 1996) (Figura 103).
FIGURA 103: Mouriri barinensis. Cristales estiloides (León y Espinoza de Pernía 1996).
232
4)Cristal acicular:
Cristal alargado cuya longitud es 10 ó más veces mayor que su ancho y los cuales no
se encuentran agrupados en forma de haces o manojos (Carlquist 1988); tienen
apariencia o forma de aguja. Ejemplo: Cryptocarya glaucescens (Lauraceae), Gmelina
arborea (Verbenaceae) (Figura 104), Tecoma stans (Bignoniaceae) (IAWA Committe
1989).
5)Rafidios:
233
6)Drusas:
7)Cristales ahusados:
234
FIGURA 107: Cordia thaisiana. Cristales ahusados (León y Espinoza de Pernía 1997).
8)Arena cristalífera:
9)Cristales tabletoides:
10)Cristales piramidales:
235
Sobre las formas de los cristales también se han emitido algunas hipótesis las cuales
son expuestas por Espinoza de Pernía (1987):
a)El tipo de cristal puede estar relacionado con la forma de hidratación del oxalato de
calcio. Los rafidios y las drusas han sido identificados como monohidratados y los
cristales prismáticos han sido identificados como dihidratados.
b)La forma del cristal está relacionada con el carácter genético. Sin embargo se observa
que algunas plantas se caracterizan por la presencia de un tipo específico de cristal,
mientras que otras pueden tener dos ó más tipos diferentes.
c)La forma del cristal está influenciada por la forma de la membrana que lo recubre,
siempre y cuando ésta se haya formado antes que ocurra la cristalización.
b)Sílice:
236
de la madera (Espinoza de Pernía 1987). El sílice se puede encontrar en diferentes tipos
de células y algunas veces es característico de ciertos géneros o especies (Ilic 1987).
Entre las especies que presentan sílice se pueden mencionar las siguientes: Parinari
excelsa (Chrysobalanaceae), Licania micrantha (Chrysobalanaceae), Pouteria reticulata
(Sapotaceae), Chrysophyllum caimito (Sapotaceae) (Figura 108).
237
BIBLIOGRAFIA.
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Wilson, K. y D. White. 1986. The Anatomy of Wood: its Diversity and Variability. Stobart &
Son LTD. London.
240
UNIDAD III
LA IDENTIFICACIÓN DE MADERAS
241
TEMA 1. TECNICAS UTILIZADAS EN LA IDENTIFICACION DE
MADERAS. TIPOS DE CLAVES. NOCIONES SOBRE
IDENTIFICACION DE MADERAS AUXILIADA POR
COMPUTADORA. CARACTERES DE DIAGNOSTICO EN LA
IDENTIFICACION DE MADERAS.
242
La identificación de maderas tiene importancia económica y representa un campo de
interés para los botánicos, paleontólogos, historiadores, etnólogos y arqueólogos
(Espinoza de Pernía y Quintero 1988). Desde el punto de vista económico, la
identificación de maderas juega un papel importante en la comercialización de
productos ya que muchas veces se comercializan maderas bajo el nombre de otras de
apariencia similar pero de mayor valor comercial y, por tanto, a precios mayores al que
les corresponde. Como ejemplo de lo mencionado anteriormente se puede mencionar el
caso del saquisaqui (Pachira quinata), el cual muchas veces es comercializado con el
nombre de cedro dulce, para así semejarlo con el cedro (Cedrela odorata). Igualmente se
han presentado casos en donde se intercalan piezas de anime (Protium crenatum) en pilas
de madera aserrada de saquisaqui.
Un esquema que se utilice para la identificación debe cumplir con los siguientes
criterios (Ilic 1987):
a)Debe ser un método simple y de bajo costo que permita el almacenamiento y rápida
recuperación de información.
243
computadoras (Miller 1980). Cada una de estas técnicas se han fundamentado en
metodologías diferentes, pero en todas se tiene un mismo propósito: la identificación
taxonómica a partir de muestras de madera.
b)Características físicas (color, olor, sabor, lustre, textura, grano, peso, dureza).
Pankhurst (1978, 1991) indica que los métodos de identificación se pueden incluir en
dos categorías principales:
a)Métodos monotéticos: cuando se utiliza un solo carácter en cada paso de la secuencia
de identificación.
a)No algoritmicas:
a.2)Reconocimiento inmediato.
244
b)Algoritmicas:
b.1)Claves y policlaves.
b.2)Funciones discriminantes.
b.3)Reconocimiento de patrones.
Técnicas no algoritmicas:
En este tipo de técnica la persona utiliza características que le permiten una rápida
identificación. Lógicamente es necesario tener una gran experiencia para poder llegar a
desarrollar esta habilidad (Miller 1980). Es considerada como la más confiable de todas
las técnicas de identificación. Tiene la desventaja de requerir de un investigador
experto para poder ser realizada y esto no siempre es posible (Espinoza de Pernía y
Quintero 1988).También se debe mencionar que los expertos en identificación de
maderas van disminuyendo día a día y se requiere de mucho tiempo para adquirir la
experiencia que permita hacer este tipo de identificación (Kuroda 1987)
b)Reconocimiento inmediato:
245
Técnicas algoritmicas:
a)Claves:
Una clave se puede definir como una herramienta en la cual se presentan una serie de
características las cuales van a ser comparadas con las de la muestra a identificar. El
proceso de comparación nos permite ir avanzando en la clave hasta llegar al nombre
del género o especie al cual pertenece la pieza de madera. Lógicamente la
identificación será posible sólo si la especie correspondiente a dicha muestra esta
incluida en la clave.
Existen diferentes tipos de claves y entre éstas tenemos las claves dicotómicas, claves
de tarjetas perforadas y el uso de computadoras para identificación.
Claves dicotómicas:
Las claves dicotómicas reciben este nombre debido a que consisten de una serie de
alternativas pareadas las cuales representan caracteres contrastantes con respecto a la
estructura de la madera. Las alternativas presentadas en la clave deben ser breves y
precisas de manera tal que el usuario pueda seleccionar correctamente la que
corresponde a la muestra desconocida. Una vez seleccionada la alternativa
representativa de la muestra en estudio, la clave indica a que paso dirigirse para
encontrar nuevas alternativas las cuales deben ser comparadas con la pieza de madera
en cuestión. Este proceso se repite hasta llegar a la identificación (Wilson y White
1986). Con la introducción de las claves dicotómicas ya no se requirió de la presencia
de un experto para hacer un reconocimiento inmediato. Personas con poca experiencia
pueden realizar la identificación siguiendo los pasos establecidos en la clave hasta
arribar a una identificación positiva (Miller 1980). En este caso el usuario debe tener
246
conocimiento en cuanto a las diferentes características de la madera para así entender
lo planteado en la clave y poder hacer una correcta comparación con la muestra
desconocida.
Existen algunos factores que influyen en la eficiencia de una clave dicotómica y entre
ellos están los siguientes (Wilson y White 1986):
a)El diseñador de la clave debe tener muy claro las características de las especies que
van a ser incluidas en la misma.
d)La capacidad del usuario para el manejo de la clave. No se requiere que el usuario
tenga el mismo nivel de conocimiento que posee el diseñador de la clave; pero si es
necesario que posea habilidad para reconocer las diferentes características anatómicas
de la madera, así como también para entender la terminología que ha sido utilizada
para la elaboración de la clave.
Las principales ventajas del uso de claves dicotómicas radican en la facilidad para el
manejo de las mismas y, si están bien elaboradas, se pueden utilizar como claves
descriptivas en el sentido que una vez identificada la muestra se puede realizar una
pequeña descripción utilizando lo planteado en cada una de las alternativas
seleccionadas durante la identificación. La principal desventaja de este tipo de clave
radica en la rigidez que manifiesta en cuanto a la inclusión de nuevas especies ya que
para poder realizar esta actividad se requiere modificar de forma total o parcial la
clave. Adicionalmente, se tiene otra desventaja que viene dada por el hecho de no
247
poder seleccionar las características para comenzar la identificación ya que se deben
seguir los pasos estipulados en la clave, es decir, si la muestra en cuestión tiene una
característica bastante representativa, por ejemplo presencia de conductos, y en la clave
no esta contemplada la misma, no se puede utilizar como un elemento de peso que
agilizaría el proceso de identificación.
b)En función del tipo de maderas incluidas en la clave: claves para coníferas y para
latifoliadas.
Clave macroscópica:
248
2a.Porosidad semicircular ________________________________________ Cedrela odorata
249
Clave microscópica:
8a.Floema incluso presente, cristales ausentes en células radiales ____ Erisma uncinatum
250
Claves de tarjetas perforadas:
Las claves de tarjetas perforadas son claves de entrada múltiple, es decir, una clave
que permite seleccionar, en el orden deseado, un número variable de caracteres para
identificar un especímen; con la información sobre los taxa y sus caracteres
almacenados mediante perforaciones realizadas en las tarjetas (Espinoza de Pernía y
Quintero 1988). En este tipo de clave se tienen una serie de tarjetas, en donde cada una
representa una especie, y en los márgenes de las mismas existen perforaciones de dos
tipos: una perforación en forma de agujero la cual indica que la característica
representada por dicha perforación no está presente en la especie a la cual corresponde
la tarjeta. El otro tipo de perforación es "completa", es decir, que abarca desde el punto
de inicio de la serie de perforaciones hasta el extremo de la tarjeta (Figura 109). Este
último tipo de abertura indica que la característica representada por la misma está
presente en la especie definida en dicha tarjeta.
251
FIGURA 109:Tarjeta perforada (Wilson y White 1986).
252
Pankhurst (1978, 1991) señala que existe otro tipo de claves de tarjetas perforadas,
donde las perforaciones no se realizan en los bordes de la tarjeta, sino que se realizan
en filas y columnas ubicadas en el cuerpo de la tarjeta y donde cada tarjeta representa
el estado de un carácter y cada perforación representa un taxon. Si en una determinada
fila o columna se encuentra una perforación, eso indica que el taxon ubicado en esa
posición posee el estado de carácter indicado por la tarjeta. El funcionamiento de este
tipo de clave consiste en superponer el grupo de tarjetas correspondientes a los
caracteres seleccionados y aquella tarjeta en donde se presenten perforaciones
simultáneas en todas las características seleccionadas corresponde al taxon a
identificar.
Una de las principales ventajas que ofrece el uso de claves de tarjetas perforadas con
respecto a las claves dicotómicas para la identificación de maderas es la mayor
flexibilidad que permiten en cuanto a la posibilidad de seleccionar las características
para comenzar la identificación (Pearson y Wheeler 1981). Esto agiliza el proceso de
identificación ya que si la muestra de madera en estudio posee alguna característica
resaltante, por ejemplo porosidad semicircular, presencia de conductos, presencia de
floema incluso; la podemos utilizar como punto de partida en la identificación y con
ello, en los primeros pasos, descartamos una gran cantidad de especies.
253
utilizados en el inicio de una clave dicotómica, esta última no puede ser usada para
identificar madera fósil o madera en estado de pudrición (Pearson y Wheeler 1981).
Otra ventaja de este tipo de clave es que cada tarjeta nos puede proporcionar una
descripción de la especie incluida en la misma, ya que además de la información
correspondiente a las características utilizadas para la identificación (características
representadas por las perforaciones), en la parte central de la tarjeta se incluyen datos
tales como distribución geográfica, peso específico, usos, nombres vulgares, etc..
Igualmente, se pueden introducir nuevas especies en la clave sin necesidad de hacer
modificaciones en las existentes, ya que dicha incorporación sólo implica preparar una
tarjeta para la especie que se está introduciendo en la clave.
Las desventajas del uso de tarjetas perforadas son el limitado número de caracteres
que pueden ser colocados en los márgenes de las tarjetas, el deterioro que se produce
en las mismas debido a la manipulación y el limitado número de taxa (tarjetas) que
pueden ser manejados de manera eficiente. Además, los datos que presenta cada
tarjeta deben ser organizados para su publicación (Miller 1980).
254
contiene las mismas características, pero por especies. Cada tarjeta representa una
especie.
255
En la identificación de maderas hay dos elementos que son de vital importancia para
agilizar esa tarea. El primero se refiere a la estandarización en cuanto a la descripción
de caracteres anatómicos. El segundo corresponde a la automatización del proceso de
identificación de forma tal que se pueda reducir el tiempo que muchas veces se dedica
a la revisión de una gran cantidad de publicaciones o a memorizar un amplio número
de caracteres anatómicos correspondientes a muchas especies (Kuroda 1987). El primer
aspecto (estandarización de terminología) ha sido resuelto mediante la publicación de
la Lista Estandar de Caracteres para la Identificación Microscópica de Maderas
Latifoliadas aprobada por la Asosiación Internacional de Anatomistas de la Madera
(IAWA) en los años 1981 y 1989. En esta lista se presenta la uniformización y definición
de cada una de las características anatómicas de la madera correspondiente a especies
latifoliadas. También se incluyen otros elementos como los correspondientes a las
pruebas no anatómicas.
Según la forma de expresar los estados de un caracter, estos pueden ser clasificados
en tres categorías: dicotómicos, de estado múltiple y cuantitativos. Los caracteres
dicotómicos han sido ampliamente utilizados en taxonomía y esencialmente responden
a la pregunta ¿tienen los miembros del taxón el carácter en el estado A (verdadero) o
en el estado B (falso)?. Los caracteres de estado múltiple son conjuntos de alternativas
equivalentes de una variable como color, forma, habitat, etc.. Cada uno de estos
estados puede ser tomado como un carácter unitario presente o ausente. Los caracteres
256
cuantitativos, también llamados rangos numéricos, pueden ser variables contínuas o
discretas. Pueden expresar valores medios para el caracter o un intervalo o un rango
numérico dentro del cual se encuentra su valor (Espinoza de Pernía y Quintero 1988).
257
En general, los programas de computación requieren de información codificada. En el
caso de datos taxonómicos, la información es introducida en forma de códigos en una
matriz similar a una tarjeta en cuya parte superior se incluyen los caracteres y en la
parte inferior el nombre del taxa. Cuando se identifica una muestra desconocida, la
computadora inicia una búsqueda en el archivo o matriz y compara los caracteres
codificados con los de cada uno de los taxa. Aquellos taxa que responden de forma
positiva al código introducido son retenidos y aquellos que responden de forma
negativa son eliminados de la búsqueda (Miller 1981).
En cuanto a los caracteres de tipo dicotómico, estos son codificados en forma de cinco
respuestas posibles (Miller 1981):
9 = desconocido
258
alternativa y otras veces la segunda
259
Código Caracter
Los dos primeros dígitos se refieren al caracter número 29 (color de duramen). Los
últimos dos dígitos se refieren al código aditivo binario (01, 02, 04, 08, 16 ó 32). Si uno
de los estados es cierto, sólo se registra el código correspondiente al mismo. Si se
cumplen dos ó más estados, el código correspondiente a esa condición viene dado por
la suma de los diferentes códigos que se corresponden en la muestra. Por ejemplo, en
Dalbergia nigra el duramen puede ser marrón rojizo con tonalidades púrpura, algunas
veces negruzco y a menudo con vetas. El código correspondiente a esta especie es la
suma de 01 (marrón), 02 (rojizo), 32 (negruzco, púrpura) y 16 (con vetas). El código
correspondiente a Dalbergia nigra será 51 (Miller 1981).
260
Si por alguna razón se presenta un valor exacto, entonces los valores mínimo y
máximo son similares. Por ejemplo, si el diámetro de las punteaduras intervasculares
es exactamente 10 m, el código para el caracter será 010.010 (Miller 1981). Si el
caracter cuantitativo es inaplicable se codifica como 000.000 y si los valores son
desconocidos se codifica indicando el máximo rango de variación posible, es decir, -
99.999 (Espinoza de Pernía y Quintero 1988).
Sistema DELTA:
261
contiene programas que permiten la conversión del lenguaje codificado a lenguaje
natural (Programa CONFOR), elaboración de claves (Programa KEY) y para la
identificación interactiva y recuperación de información (Programa INTKEY). Los taxa
son descritos en términos de una lista de caracteres cada una de las cuales consiste de
un caracter y una serie de estados (Dallwitz et al. 1993).
Los tipos de caracteres utilizados por el sistema DELTA se pueden incluir en las
siguientes categorías (Espinoza de Pernía y Miller 1991):
números enteros. Se utilizan para conteo de número de poros por mm2. También se
pueden utilizar cuando no es necesario el uso de fracciones o decimales; por ejemplo,
en el tamaño de las punteaduras intervasculares.
262
f)Caracteres de texto: contienen información textual que podría ser de utilidad en la
descripción. Por ejemplo, el número de especímenes estudiados es un caracter de
texto.
Programa Oxford:
Programa CSIROID:
264
Programa SIMAD:
El sistema SIMAD usa los caracteres aprobados por IAWA Committe (1981) y sus
descripciones, fundamentales en la base de datos, se manejan usando un sólo archivo
(LSTCAR.TXT). Este archivo es utilizado por el programa CREAR para dirigir la
digitación de los códigos correspondientes a los caracteres en los taxa y por el
programa DESCRIBE para generar descripciones impresas (Espinoza de Pernía y
Quintero 1988).
265
menú que presenta varias opciones y entre ellas se puede pedir la introducción de
nuevos caracteres hasta lograr la identificación. El programa de descripción permite
seleccionar el taxon a describir y el medio deseado para la salida de la descripción:
pantalla, impresora de líneas o ambos periféricos (Espinoza de Pernía y Quintero
1988).
Sistema WIP89:
c)Mostrar una línea de caracteres y una lista de códigos que sirvan de guía para
aquellos usuarios que no estén familiarizados con los códigos correspondientes a
cada caracter.
El programa fue escrito en Turbo Pascal versión 4.0. El tiempo de respuesta para la
búsqueda de especies es menor a un segundo (Jiaju y Fang 1990).
266
Sistema UniWoods 2.0:
Este sistema fue diseñado por Brunner et al. (1994) para la identificación y descripción
a nivel macroscópico de las principales especies maderables de Guyana. El sistema
consta de dos programas principales:
a)ENTRY 2:
b)IDENT 2:
-Anillos de crecimiento.
-Estratificación (rizos).
-Densidad.
-Lustre.
-Olor.
267
Programa IDENT4:
268
identificación de maderas, los cuales han sido ensayados y se están utilizando
exitosamente en otros campos (Miller 1980).
b)Funciones discriminantes:
Las funciones discriminantes fueron descritas originalmente por Fischer (1936) para dos
taxa y, posteriormente, fueron generalizadas para varios taxa. Para su aplicación se
requiere que todos los caracteres a considerar sean cuantitativos, siendo una de las
mejores herramientas disponibles para la identificación de taxa completamente
politéticos. El análisis discriminante requiere la observación y registro de un gran
número de caracteres para cada especimen y datos completos sobre numerosos
especímenes (Espinoza de Pernía y Quintero 1988).
c)Reconocimiento de patrones:
269
características importantes en el diagnóstico. La presencia de poros exclusivamente
solitarios o sólo poros múltiples también es de ayuda en la identificación por que
comúnmente se presenta una combinación de poros solitarios y múltiples radiales
cortos. Otras características que se pueden considerar importantes en el diagnóstico es la
presencia de fibras con punteaduras claramente areoladas, fibras septadas, parénquima
fusiforme, radios mayores de 1 mm de altura, radios exclusivamente uniseriados, radios
de dos tamaños, presencia de parénquima no lignificado, presencia, localización y tipo
de cristales, presencia de sílice, presencia de células oleíferas, desarrollo de conductos
gomíferos normales, presencia de floema incluso y células secretoras.
270
En resumen, la presencia de características poco comunes ayudan al proceso de
identificación de maderas, tanto coníferas como latifoliadas. Record (1936) y Metcalfe y
Chalk (1983) presentan un listado de familias del grupo de las angiospermas en base a
características comunes entre ellas, es decir, incluyen listas de las familias con conductos
gomíferos, células oleíferas, radios mayores de 1 mm, platinas de perforación
escalariformes, etc.. Espinoza de Pernía (1987) presenta un listado de maderas
dicotiledóneas de Latinoamérica con sílice y/o cristales, indicando el tipo de célula
donde se presenta cada una de estas inclusiones. Con respecto a los cristales, también
indica el tipo de cristal que se desarrolla.
Este tipo de listados es una gran ayuda en el momento de identificar una muestra. Al
observar una característica resaltante se puede hacer uso de esos listados para
determinar que familias presentan esa característica y con ello reducir el número de
familias en donde se debe concentrar el proceso de identificación.
-Prueba de la espuma.
271
Algunas de estas pruebas son importantes para el diagnóstico de ciertos grupos
taxonómicos. Por ejemplo, gran parte de la familia Vochysiaceae se caracteriza por
responder de forma positiva a la prueba de Cromo-Azurol-S. Algunas leguminosas,
especialmente la familia Caesalpiniaceae, ofrecen una respuesta positiva en la prueba de
fluorescencia.
272
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275
TEMA 2. CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS DE ALGUNAS
MADERAS COMERCIALES DE VENEZUELA.
276
Mora gonggrijjpii Caesalpiniaceae Mora de Guayana
FAMILIA: Anacardiaceae.
277
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera con albura de color rosado (5 YR 8/3) y el duramen amarillo oliva (2.5 Y 6/6)
a marrón rojizo claro (5 YR 6/4). Transición abrupta entre albura y duramen. Lustre
mediano a alto, satinado. Olor y sabor no distintivos. Textura mediana. Grano recto a
entrecruzado.
radiales de 2-4 (ocasionalmente en múltiplos de 6), de 2-4 poros por mm2 con diámetro
tangencial de (120-) 150-200 (-280) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras
intervasculares alternas, con diámetro de 10-15 m. Punteaduras radiovasculares
distintas a las intervasculares: grandes, simples, alargadas. Tílides abundantes. Fibras no
septadas, de paredes delgadas a moderadamente gruesas, con longitud de (880-) 1048-
1203 (-1510) m, con punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes.
Parénquima paratraqueal vasicéntrico, aliforme de ala corta y ancha, ocasionalmente
confluente, longitud de las series parenquimatosas predominantemente de 2-3 células y
ocasionalmente de 5 células. Parénquima no lignificado ausente. Radios heterocelulares
con una ruta de células marginales, uniseriados y biseriados (ocasionalmente de 3
células de ancho), 6-10 radios por mm lineal, con altura de (180-) 330-440 (-700) m.
Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes
ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes.
Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales
prismáticos presentes en las células erectas y procumbentes de los radios, un cristal por
célula. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y
taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Anacardiaceae.
278
NOMBRES VULGARES: gateado, algarrobo, barcino, gusanero, roble gateado,
tiringaro (Mora 1974), charo macho, diamate, guayabo, misionero, potro (Ruíz Terán
1961).
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera con albura de color amarillo (10 YR 8/6) y duramen rojo (2.5 YR 4/6) con
vetas negras, transición abrupta entre albura y duramen. Olor y sabor no distintivos.
Lustre mediano a alto. Textura fina. Grano recto a entrecruzado. Muy dura y pesada.
radiales de 2-4, de 11-15 poros por mm2 con diámetro tangencial de (60-) 82-133 (-160)
m. Longitud de los elementos vasculares (240-) 314-364 (-520) m. Platinas de
perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas
(algunas veces poligonales), medianas, con diámetro de 7,5-10 m. Punteaduras
radiovasculares distintas a las intervasculares: aparentemente simples, alargadas
horizontalmente. Tílides y depósitos gomosos presentes en los poros. Fibras septadas,
de paredes gruesas a muy gruesas, longitud de (805-) 983-1323 (-1510) m, con
punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal
vasicéntrico delgado, aliforme de ala corta y ancha, en serie de 3-4 células. Parénquima
no lignificado ausente. Radios heterocelulares con 1-2 ruta de células marginales, 2-3
células de ancho (algunos uniseriados), 6-10 radios por mm lineal, con altura de (240-)
273-339 (-400) m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células
envolventes ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas
279
ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente.
Cristales prismáticos presentes en las células marginales de los radios, un cristal por
célula. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos gomíferos transversales
presentes. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Bombacaceae.
NOMBRE VULGAR: saqui-saqui, jabillo, jabillo colorado, ceiba colorada, murea, cedro
dulce, cedro (SEFORVEN 1991).
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo (2.5 Y 8/6) y duramen amarillo rojizo (5 YR 7/6),
transición abrupta entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre mediano.
Grano recto a entrecruzado. Textura mediana a moderadamente gruesa. Blanda y
liviana.
disposición, solitarios y múltiples radiales de 2-3, 2 poros por mm2, con diámetro
280
tangencial de (180-) 231-330 (-395) m. Longitud de los elementos vasculares (320-) 382-
445 (-580) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas,
circulares a ovaladas, algunas veces poligonales, con diámetro de 10-15 m.
Punteaduras radiovasculares distintas a las intervasculares, con areolas reducidas a
aparentemente simples, alargadas horizontalmente. Punteaduras ornadas ausentes.
Engrosamientos espiralados ausentes. Tílides presente. Fibras septadas, con paredes
delgadas a medianas, longitud de (1360-) 1758-2163 (-2795) m, con punteaduras
indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima apotraqueal difuso en
agregados, en serie de 3-6 células; predominantemente 4. Parénquima no lignificado
ausente. Radios homocelulares y heterocelulares con una ruta de células marginales, 4-7
radios por mm lineal, 1-4 células de ancho, los más bajos con altura de (260-) 330-389 (-
520) m y los más altos con altura de (600-) 745-960 (-1340) m. Radios de dos tamaños
presentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo
baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo
ausente. Estructura estratificada presente en el parénquima axial y, algunas veces, en los
radios más bajos. Cristales prismáticos presentes en las células parenquimáticas axiales,
un cristal por célula, ocasionalmente 2-3. Sílice ausente. Células oleíferas o
mucilaginosas ausentes. Conductos gomíferos traumáticos presentes. Tubos laticíferos y
taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Moraceae.
NOMBRES VULGARES: charo amarillo, charo, guaimaro, barimiso (INIA 1996), charo
macho, palo de vaca, vacuno (SEFORVEN 1994).
281
DISTRIBUCION: se extiende desde Costa Rica hasta Venezuela, Guyana, el norte de la
amazonía; incluyendo el norte de Brasil, Colombia, Ecuador y Bolivia (INIA 1996).
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera de color amarillo (2.5 Y 8/6), sin transición entre albura y duramen. Olor y
sabor ausentes. Lustre mediano. Dura y pesada. Grano recto a ligeramente
entrecruzado. Textura fina.
radiales de 2-6, de 14-24 poros por mm2, con diámetro tangencial de (80-) 100-115 (-145)
m. Platinas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, de forma
circular a ovalada, con diámetro de 5-7,5 m. Punteaduras radiovasculares similares a
las intervasculares, aunque en algunas áreas se pueden presentar de forma y tamaño
diferente a las intervasculares, aparentemente simples, grandes y alargadas
horizontalmente. Punteaduras ornadas ausentes. Tílides y esclerotílides presentes.
Fibras no septadas, de paredes medianas a gruesas, con longitud de (940-) 1170-1302 (-
1600) m, con punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima
paratraqueal aliforme de ala fina y extendida, aliforme confluente y en bandas finas,
longitud de las series parenquimatosas de 3-6 células. Parénquima no lignificado
ausente. Radios heterocelulares con 2-8 rutas de células marginales, 3-6 células de
ancho, 8-11 radios por mm lineal, con altura de (180-) 350 (-560) m. Radios de dos
tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células
tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial
disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales prismáticos presentes en
las células marginales de los radios y, ocasionalmente, en el parénquima axial, un cristal
por célula. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos
laticíferos presentes. Tubos taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
282
FAMILIA: Bombacaceae.
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera de color amarillo (2.5 Y 8/6), sin transición entre albura y duramen. Lustre
bajo. Olor y sabor ausentes. Moderadamente dura y pesada a dura y pesada. Grano
ondulado. Textura gruesa.
mm2, con diámetro tangencial de (130-) 180-237 (-319) m. Platinas de perforación
simples. Punteaduras intervasculares alternas, con diámetro de 7,5-10 m. Punteaduras
radiovasculares distintas a las intervasculares: grandes, aparentemente simples, algunas
veces en disposición escalariforme. Punteaduras ornadas ausentes. Tílides ausente a
ocasionalmente presente. Fibras no septadas, de paredes gruesas a muy gruesas, con
longitud de (1390-) 2130-2644 (3300) m, con punteaduras indistintamente areoladas.
Traqueidas ausentes. Parénquima predominantemente en bandas anchas y algunas
veces paratraqueal aliforme, aliforme confluente, longitud de las series parenquimatosas
predominantemente de 4 células, aunque también se pueden presentar de 5-6 células.
Parénquima no lignificado ausente. Radios heterocelulares, de 1-4 rutas de células
marginales, predominantemente de 4-14 células de ancho y algunos radios uniseriados
bajos, 2-4 radios por mm lineal, con altura de (1340-) 1530-3400 (-4320) m. Radios de
dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes presentes en
algunos radios, no muy bien definidas. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales
283
perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada
presente en el parénquima y en los elementos vasculares. Cristales ausentes, aunque en
algunos casos se pueden presentar en las células parenquimáticas radiales y en el
parénquima axial, un cristal por célula. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Pueden
presentarse conductos gomíferos traumáticos. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes.
Floema incluso ausente.
FAMILIA: Caesalpiniaceae.
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera con albura de color amarillo rojizo (7.5 YR 7/6) y duramen castaño rojizo (5
YR 5/4). Transición abrupta entre albura y duramen. Lustre mediano. Olor y sabor
ausentes. Moderadamente dura y pesada. Grano recto. Textura fina.
8 poros por mm2, con diámetro tangencial de (90-) 100-140 (-160) m. Platinas de
perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con
diámetro de 6,25-8,75 m. Punteaduras radiovasculares similares a las intervasculares.
Punteaduras ornadas presentes. Depósitos gomosos en los poros. Fibras no septadas, de
paredes delgadas a medianas, con longitud de (870-) 100-140 (-160) m, con
284
punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal
vasicéntrico, algunas veces aliforme de ala corta y en bandas marginales, longitud de las
series parenquimatosas de 2-4 células, ocasionalmente fusiforme. Parénquima no
lignificado ausente. Radios predominantemente homocelulares y escasos heterocelulares
de 1 ruta de células marginales, predominantemente de 1-2 células de ancho aunque a
veces también se pueden presentar de 3-4 células, 6-9 radios por mm lineal, con altura
de (220-) 313-691 (-1050) m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados
ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales
perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada
ausente. Cristales prismáticos presentes en las células de parénquima axial, un cristal
por célula o cámara. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos gomíferos
longitudinales presentes. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso
ausente.
FAMILIA: Meliaceae.
Amapa guianensis (Aubl.) Steud., Carapa guyanensis auct. non Baker, C. latifolia
Willd. ex C. DC., C. macrocarpa Ducke, C. nicaraguensis C. DC., C. slateri Standley,
Granatum guianense (Aubl.) O. Kuntz., Guarea micronulata C. DC., Persoonia
guareoides Willd., Xylocarpus carapa Sprengel
285
Venezuela, especialmente en el Estado Yaracuy, se puede presentar en zonas
montañosas hasta de 1400 metros de altitud (Pennington 1981).
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo (10 YR 8/6) y duramen castaño amarillo rojizo (5
YR 6/6), transición abrupta entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre alto.
Grano recto. Textura mediana. Blanda y liviana a moderadamente dura y pesada.
radiales de 2-3 (ocasionalmente 4), 5-12 poros por mm2, con diámetro tangencial de
(120-) 149-203 (-225) m. Longitud de los elementos vasculares (275-) 353-539 (-680) m.
Platinas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a
ovaladas, diminutas, con diámetro de 2,5-3,75 m. Punteaduras radiovasculares
similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas ausentes. Engrosamientos
espiralados ausentes. Depósitos gomosos presentes en los poros. Fibras no septadas, de
paredes delgadas a medianas, algunas veces gruesas, con longitud de (1110-) 1356-1710
(-2040) m, con punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes.
Parénquima paratraqueal vasicéntrico, aliforme de ala fina y corta, en bandas
marginales de 2-4 células de ancho, en serie de 4-7 células. Parénquima no lignificado
ausente. Radios heterocelulares con 1-4 rutas de células marginales, 4-7 radios por mm
lineal, 1-4 células de ancho, con altura de (350-) 503-812 (-1240) m. Radios de dos
tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células
tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial
disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales prismáticos presentes en
las células marginales de los radios, un cristal por célula. Sílice ausente. Células oleíferas
o mucilaginosas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes.
Floema incluso ausente.
286
FAMILIA: Meliaceae.
NOMBRE VULGAR: cedro, cedro amargo, cedro amarillo, cedro negro (SEFORVEN
1992b) cedro colorado y cedro rojo (Pennington 1981).
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color rosado (7.5 YR 8/4) y duramen amarillo rojizo (5 YR 7/6),
con transición gradual a abrupta entre albura y duramen. Olor fuerte y penetrante.
Sabor amargo. Lustre mediano a alto. Grano recto a ligeramente inclinado. Textura
mediana. Blanda y liviana a moderadamente dura y pesada.
287
Anillos de crecimiento definidos por la presencia de porosidad semicircular y bandas
de parénquima marginal. Poros sin patrón definido de disposición, solitarios y múltiples
radiales de 2-3 (algunas veces 4), 2-5 poros por mm2, con diámetro tangencial de (145-)
197-241 (365) m. Longitud de los elementos vasculares (280-) 372-449 (-575) m.
Platinas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a
ovaladas, pequeñas a medianas, con diámetro de 4-7,5 m (Espinoza de Pernía 1987).
Punteaduras radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas
ausentes. Engrosamientos espiralados ausentes. Depósitos gomosos y calcio presentes
en los poros. Fibras predominantemente no septadas; algunas veces se presentan como
localmente septadas; de paredes delgadas a medianas, con longitud de (1080-) 1318-1448
(-1890) m, con punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes.
Parénquima apotraqueal difuso, difuso en agregados, paratraqueal vasicéntrico,
aliforme de ala corta y ancha y en bandas marginales de 6-9 células de ancho; en serie de
4-8 células. Parénquima no lignificado ausente. Radios homocelulares y heterocelulares
con una ruta de células marginales, 3-6 radios por mm lineal, 1-4 células de ancho, con
altura de (280-) 320-433 (-580) m. Radios agregados ausentes. Células envolventes
ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes.
Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales
prismáticos presentes en las células parenquimáticas radiales y axiales, un cristal por
célula. Sílice ausente. Conductos ausentes, aunque puede desarrollar conductos
gomíferos traumáticos. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Células oleíferas
ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Boraginaceae.
288
DISTRIBUCION: se encuentra distribuido en regiones tropicales desde el sur-este de
México, Las Antillas, América Central, Brasil, Argentina, Paraguay, Colombia, Ecuador,
Perú y Venezuela (IFLA 1992). En nuestro país se encuentra en la zona de Bosque Seco
Tropical (Veillon 1994), ha sido reportado en los Estados Zulia, Barinas y Bolívar (INIA
1996).
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera con albura de color blancuzco a amarillo claro (2.5 Y 8/2, 5Y 8/4) y duramen
marrón oscuro a marrón rojizo (7.5 YR 5/4, 5 YR 5/3), transición abrupta entre albura y
duramen (León y Espinoza de Pernía 1997a). Olor y sabor ausentes. Lustre mediano a
alto. Grano recto a entrecruzado. Textura mediana. Dura y pesada.
de 2-3, arracimados, 9-12 poros por mm2, con diámetro tangencial de (90-) 129-162 (-200)
m, longitud de los elementos vasculares de (215-) 243-322 (-425) m. Platinas de
perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con
diámetro de 5-7,5 m. Punteaduras ornadas ausentes. Tílides presente. Fibras no
septadas, de paredes moderadamente gruesas, con punteaduras indistintamente
areoladas, con longitud de (1250-) 1541-1612 (-1820) m. Parénquima paratraqueal
vasicéntrico, aliforme de ala ancha, aliforme confluente y marginal, longitud de las
series parenquimatosas de 2-4 células con predominio de las de 2 células. Radios
heterocelulares con 1-4 rutas de células marginales, 3-5 células de ancho, altura de (600-)
1143-1290 (-1880) m, 4-6 radios por mm lineal. Células envolventes presentes. Células
tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial
disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente (León y Espinoza de Pernía 1996a).
Cristales prismáticos presentes en las células erectas y procumbentes de los radios y,
ocasionalmente, en el paénquima axial, un cristal por célula; también se pueden
presentar cristales alargados, estiloides, arena cristalífera y fusiformes (León y Espinoza
289
de Pernía 1997b). Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos gomíferos
traumáticos presentes en uno de los especimenes observados. Floema incluso ausente
(León y Espinoza de Pernía 1996a).
FAMILIA: Papilionaceae.
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera con albura amarillo (2.5 Y 8/6) y duramen marrón (7.5 YR 5/4). Transición
abrupta entre albura y duramen. Apariencia cerosa o grasosa. Olor y sabor ausentes.
Lustre bajo a mediano. Dura y pesada. Grano irregular a entrecruzado. Textura mediana
a gruesa.
definido de disposición, solitarios y en múltiplos radiales de 2-4, de 3-4 poros por mm2,
con diámetro tangencial de (190-) 230-340 (-380) m. Platinas de perforación simples.
Punteaduras intervasculares alternas, con diámetro de 7,5-10 m. Punteaduras
radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas presentes.
Depósitos gomosos y de calcio presentes en los poros. Fibras no septadas, de paredes
gruesas, con longitud de (1250-) 1582-1854 (-2285) m, con punteaduras indistintamente
areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal aliforme de ala corta y ancha,
290
aliforme confluente, longitud de las series parenquimatosas de 3-5 células. Parénquima
no lignificado ausente. Radios heterocelulares con 1-4 rutas de células marginales, 1-2
células de ancho, 5-9 radios por mm lineal, con altura de (330-) 410-600 (-780) m.
Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes
ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes.
Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales
ausentes. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos
laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Mimosaceae.
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura amarillo (10 YR 8/8) y duramen de color amarillo oliva (2.5 Y 6/8)
en madera recién cortada, tornándose a un amarillento verdoso con el tiempo, transición
abrupta entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre mediano. Textura
mediana. Dura y pesada.
múltiples radiales de 2-3 (ocasionalmente 4), 3-4 poros por mm2, con diámetro
tangencial de (125-) 160-235 (-285) m. Platinas de perforación simple. Punteaduras
291
intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con diámetro de 3,75-5 m. Punteaduras
radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas presentes.
Engrosamientos espiralados ausentes. Depósitos gomosos presentes en los poros. Fibras
septadas, de paredes gruesas, con longitud de (890-) 192-200 (-285) m, con punteaduras
indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal vasicéntrico
ancho, aliforme de ala corta y ancha, confluente; longitud de las series parenquimatosas
de 3-5 células. Parénquima no lignificado ausente. Radios homocelulares, 7-12 radios
por mm lineal, 2-3 células de ancho, algunos uniseriados, con altura de (180-) 210-290 (-
360) m. Radios de dos tamaños ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo
baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo
ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales prismáticos presentes en las células
parenquimáticas axiales formando series parenquimatosas cristalíferas, un cristal por
cámara. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos
y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Meliaceae.
292
Guidonia nucis juglandis folis, major Plumier, Melia guara Jacq., Samyda guidonia L.,
Sycocarpus rusbyi Britton, Trichilia guara L.
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo rojizo (7.5 YR 8/6) y duramen marrón (7.5 YR
5/4) a rojo amarillento (5YR 5/8), transición gradual a abrupta entre albura y duramen.
Olor y sabor ausentes. Lustre bajo. Grano recto. Textura mediana. Moderadamente dura
y pesada (Espinoza de Pernía 1991).
definido de disposición, solitarios y múltiples radiales de 2-3, 4-9 poros por mm2, con
diámetro tangencial de (120-) 150-189 (-255) m. Longitud de los elementos vasculares
293
homocelulares, 7-12 radios por mm lineal, predominantemente biseriados, algunos
uniseriados, con altura de (220-) 295-469 (-710) m. Radios de dos tamaños ausentes.
Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo baldosa ausentes.
Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura
estratificada ausente. Cristales prismáticos presentes en las células parenquimáticas
axiales formando series parenquimatosas cristalíferas, un cristal por cámara. Sílice
ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos
ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Caesalpiniaceae.
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo (10 YR 8/6) y duramen rojo amarillento (5 YR
5/6), transición abrupta entre albura y duramen. Lustre mediano. Olor y sabor ausentes.
Textura mediana. Grano recto. Muy dura y pesada.
294
Anillos de crecimiento definidos por la presencia de parénquima marginal y por
engrosamiento de las paredes de las fibras hacia la zona de madera tardía. Porosidad
difusa. Poros solitarios y múltiples radiales de 2 (ocasionalmente 3), 3-4 poros por mm2,
con diámetro tangencial de (110-) 130-150 (-190) m. Platinas de perforación simple.
Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con diámetro de 7,5-10 m.
Punteaduras radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas
presentes. Depósitos gomosos presentes en los poros. Fibras no septadas, de paredes
gruesas a muy gruesas, longitud de (900-) 1496 (-2030) m, con punteaduras
indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal aliforme de
ala corta y ancha, aliforme-confluente, marginal; longitud de las series parenquimatosas
de 2-4 células, predominantemente 4. Parénquima no lignificado ausente. Radios
homocelulares, 6-9 radios por mm lineal, 2-3 células de ancho, algunos uniseriados, con
altura de (330-) 370-660 (-850) m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados
ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales
perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada en
el parénquima axial (no muy bien definida). Cristales prismáticos presentes en las
células parenquimáticas axiales formando series parenquimatosas cristalíferas cortas, un
cristal por cámara. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos
laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Sapotaceae.
Manilkara balata (Pierre) Dubard., M. balata var. cruegeri (Pierre) Dubard., M. balata
var. gutta (Pierre) Dubard., M. balata var. hartii (Pierre) Dubard., M. balata var.
melinonis (Pierre) Dubard., M. balata var. scomburgkii (Pierre) Dubard., M. balata var.
sieberi (A. de Candolle) Dubard., M. bidentata var. cruegeri (Pierre) Chevalier, M.
williamsii Standley, Mimusops balata sensu Pierre, M. bidentata A. de Candolle, M.
balata var. cruegeri Pierre, M. balata var. gutta Pierre, M. balata var. hartii Pierre, M.
295
balata var. melinonis Pierre, M. balata var. schomburgkii Pierre, M. balata var. sieberi
(A. de Candolle) Pierre, M. darienensis Pittier, M. sieberi A. de Candolle, Sapota
mulleri Bleekrod
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo rojizo (5 YR 6/6) y duramen castaño rojizo (5 YR
4/4). Transición gradual entre albura y duramen. Lustre bajo. Olor y sabor ausentes.
Textura fina. Grano recto. Muy dura y pesada.
radiales de 2-6, de 23-27 poros por mm2, con diámetro tangencial de (27-) 50-88 (-124)
m. Platinas de perforación simple. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a
ovaladas, con diámetro de 5-6,25 m. Punteaduras radiovasculares distintas a las
intervasculares: grandes, alargadas y aparentemente simples. Punteaduras ornadas
ausentes. Tílides y depósitos gomosos presentes en los poros. Fibras no septadas, de
paredes muy gruesas, con longitud de (970-) 1436-1645 (-2240) m, con punteaduras
indistintamente areoladas. Traqueidas vasicéntricas presentes. Parénquima en bandas
finas, de 1-3 células de ancho, longitud de las series de parénquima de 5-8 células.
Parénquima no lignificado ausente. Radios heterocelulares con más de 2 rutas de células
marginales, 9-13 radios por mm lineal, 1-2 células de ancho, con altura de (310-) 410-740
(-820) m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células
envolventes ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas
ausentes. Parénquima radial disyuntivo presente. Estructura estratificada ausente.
296
Cristales prismáticos presentes en las células parenquimáticas axiales formando series
parenquimatosas cristalíferas largas, un cristal por cámara. Sílice ausente. Células
oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema
incluso ausente.
FAMILIA: Caesalpiniaceae.
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
4), 5-6 poros por mm2, con diámetro tangencial de (130-) 145-210 (-240) m. Platinas de
perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con
diámetro de 2,5-5,0 m. Punteaduras radiovasculares similares a las intervasculares.
Punteaduras ornadas presentes. Depósitos de calcio y gomas presentes en los poros.
Fibras no septadas a parcialmente septadas, de paredes muy gruesas, con punteaduras
indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal aliforme de
ala corta, aliforme confluente y, ocasionalmente, unilateral, en bandas de 3-4 células de
ancho y en estrechas bandas de parénquima marginal; en series de 3-6 células.
Parénquima no lignificado ausente. Radios homocelulares y heterocelulares con una
297
ruta de células marginales, 5-9 radios por mm lineal, 1-2 células de ancho, algunas veces
de 3 células, predominantemente biseriados. Radios de dos tamaños ausentes. Radios
agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células radiales perforadas ausentes.
Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales
prismáticos presentes en las células parenquimáticas axiales formando series
parenquimatosas cristalíferas largas, un cristal por cámara. Sílice ausente. Células
oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema
incluso ausente.
FAMILIA: Melastomataceae.
DESCRIPCION ANATOMICA:
Madera de color marrón rojizo claro a marrón rojizo (5 YR 6/4, 5YR 5/4), sin
transición entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre mediano. Textura fina.
Grano irregular a entrecruzado. Muy dura y pesada.
solitarios, 7-8 poros por mm2, con diámetro tangencial de (80-) 100-106 (-130) m,
longitud de los elementos vasculares de (175-) 295-331 (-480) m. Platinas de perforación
simple. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con diámetro de 2,5-
5 m. Punteaduras radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas
presentes. Tílides y depósitos gomosos presentes en los poros. Fibras no septadas, de
298
paredes muy gruesas, con longitud de (610-) 771-910 (-1110) m y con punteaduras
claramente areoladas, tanto en las paredes tangenciales como en las paredes radiales.
Parénquima apotraqueal difuso y difuso en agregados, paratraqueal vasicéntrico
delgado y aliforme de ala corta; en serie de 3-6 células. Radios homocelulares
constituidos por células cuadradas o erectas y heterocelulares con más de 4 rutas de
células marginales, 17-22 radios por mm lineal, exclusivamente uniseriados, con altura
de (230-) 345-413 (-590) m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados
ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células envolventes ausentes. Células radiales
perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo presente. Estructura estratificada
ausente. Cristales de tipo estiloides presentes en el floema incluso. Sílice ausente.
Conductos gomíferos y tubos laticíferos o taniníferos ausentes. Floema incluso presente,
de tipo foraminado, difuso o disperso (León y Espinoza de Pernía 1996b).
FAMILIA: Chrysobalanaceae.
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera de color castaño claro (7.5 YR 6/4). En madera recién cortada se puede
apreciar una transición abrupta entre albura y duramen pero con el tiempo la madera
toma una coloración uniforme. Olor y sabor ausentes. Lustre bajo. Grano recto. Textura
mediana. Dura y pesada.
299
Anillos de crecimiento no definidos. Porosidad difusa. Poros predominantemente
solitarios, en disposición radial-oblicua, de 3-5 poros por mm2, con diámetro tangencial
de (63-) 195-260 (-318) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras intervasculares
alternas, con diámetro de 6,25-7,5 m. Punteaduras radiovasculares distintas a las
intervasculares, grandes y alargadas horizontalmente. Tílides presente. Fibras no
septadas, de paredes moderadamente gruesas, con longitud de (1390-) 1779 (-2320) m,
con punteaduras claramente areoladas Tanto en las paredes radiales como en las
paredes tangenciales. Traqueidas ausentes. Parénquima en bandas finas, de 1-3 células
de ancho, longitud de las series parenquimatosas de 8-16 células. Parénquima no
lignificado ausente. Radios heterocelulares de 2 a 4 y más de 4 rutas de células
marginales, uniseriados y biseriados, 11-15 radios por mm lineal, con altura de (380-)
733 (-1440) m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células
envolventes ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial
disyuntivo ausente. Estructura estratificada ausente. Cristales ausentes. Sílice presente
en las células parenquimáticas radiales. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes.
Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Caesalpiniaceae.
DISTRIBUCION: desde México hasta el norte de América del Sur (INIA 1996).
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color blancuzco a color crema. Duramen castaño amarillento en
superficie recién cortada, tornándose de color violeta con el tiempo. Transición abrupta
300
entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre mediano a alto. Grano recto a
entrecruzado. Textura fina. Muy dura y pesada.
múltiples radiales de 2-3 (ocasionalmente 4-5), 19-21 poros por mm2, con diámetro
tangencial de (85-) 100-120 (-135) m, longitud de los elementos vasculares de (220-) 280-
390 (-420) m. Platinas de perforación simple. Punteaduras intervasculares alternas,
circulares a ovaladas y algunas poligonales, con diámetro de 6,25-10 m. Punteaduras
radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas presentes.
Depósitos gomosos presentes en los poros. Fibras no septadas, de paredes muy gruesas,
con longitud de (860-) 1250-1700 (-1820) m, con punteaduras indistintamente areoladas.
Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal unilateral, confluente y en estrechas
bandas marginales; en serie predominantemente de 4 células. Parénquima no lignificado
ausente. Radios homocelulares constituidos por células procumbentes, 5-7 radios por
mm lineal, 2-4 células de ancho, con altura de (530-) 800-1100 (-1200) m. Radios de dos
tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células
tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial
disyuntivo ausente. Estructura estratificada presente en el parénquima axial. Cristales
ausentes. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos gomíferos ausentes.
Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Sapotaceae.
301
unilocularis (J.D. Smith) Baehni, Syderoxylon hondurense Pittier, S. meyeri Standley, S.
uniloculare J.D. Smith
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color rosado (7.5 YR 8/4) y duramen marrón oscuro (7.5 YR
4/2). Transición gradual entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre bajo a
mediano. Textura fina. Grano recto a entrecruzado (ondulado). Dura y pesada.
radiales de 2-6, predominan los poros múltiples, de 14-19 poros por mm2, con diámetro
tangencial de (100-) 130-190 (210) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras
intervasculares alternas, con diámetro de 5-7,5 m. Punteaduras radiovasculares
similares a las intervasculares aunque en algunas zonas se pueden presentar de forma y
tamaño diferente a las intervasculares: grandes, alargadas horizontalmente y
aparentemente simples. Punteaduras ornadas ausentes. Tílides presente. Fibras no
septadas, de paredes gruesas a muy gruesas, con longitud de (810-) 1251-1347 (-1740)
m, con punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas vasicéntricas presentes.
Parénquima en bandas finas de 1-3 células de ancho, longitud de las series
parenquimatosas de 6-12 células. Parénquima no lignificado ausente. Radios
heterocelulares con más de 4 rutas de células marginales, 1-2 células de ancho, 15-20
radios por mm lineal, con altura de (350-) 410-850 (-1290) m. Radios de dos tamaños
302
ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo baldosa
ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo presente.
Estructura estratificada ausente. Cristales ausentes. Sílice presente en las células
parenquimáticas radiales. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos
laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Burseraceae.
NOMBRE VULGAR: en Venezuela recibe los nombres de anime blanco (Arroyo 1985),
anime rosado, triaco.
DESCRIPCION ANATÓMICA:
Madera recién cortada con albura de color rosado (5 YR 8/3) y duramen rojizo claro
(5 YR 6/4), transición abrupta entre albura y duramen. Lustre mediano. Olor y sabor
ausentes. Moderadamente dura y pesada. Grano recto. Textura mediana (Espinoza de
Pernía 1991; Espinoza de Pernía y León 1996b).
mm2, con diámetro tangencial de (80-) 100-140 (-180) m, longitud de los elementos
vasculares de (210-) 292-399 (-550) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras
intervasculares alternas, circulares a ovaladas, algunas poligonales, medianas, con
diámetro de 7,5-10 m. Punteaduras radiovasculares similares a las intervasculares.
Punteaduras ornadas ausentes. Engrosamientos espiralados ausentes. Tílides
abundante. Fibras septadas, de paredes delgadas a medianas, con longitud de (640-)
817-986 (-1090) m, punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes.
Parénquima paratraqueal vasicéntrico delgado, en series predominantemente de 2-4
303
células, ocasionalmente hasta de 6 células. Parénquima no lignificado ausente. Radios
heterocelulares con 1-4 rutas de células marginales, predominantemente 1 ruta, 6-10
radios por mm lineal, 2-3 células de ancho, con altura de (220-) 306-414 (-590) m.
Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células tipo baldosa
ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente.
Estructura estratificada ausente. Cristales prismáticos presentes en las células
marginales de los radios, un cristal por célula o cámara. Sílice ausente. Células oleíferas
ausentes. Conductos gomíferos y tubos laticíferos o taniníferos ausentes. Floema incluso
ausente (Espinoza de Pernía y León 1996b).
FAMILIA: Papilionaceae
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera de color amarillo (2.5 Y 8/6), sin transición entre albura y duramen. Olor y
sabor ausentes. Lustre bajo a mediano. Grano recto a ligeramente entrecruzado. Textura
mediana. Moderadamente dura y pesada.
Poros solitarios y múltiples radiales de 2-5, de 3-6 poros por mm2, con diámetro
304
tangencial de (100-) 140-190 (-220) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras
intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con diámetro de 7,5-10 m. Punteaduras
radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras ornadas presentes.
Depósitos gomosos en los poros. Fibras no septadas, de paredes delgadas a gruesas, con
longitud de (790-) 1151-1275 (-1595) m, con punteaduras indistintamente areoladas.
Traqueidas ausentes. Parénquima paratraqueal aliforme, aliforme confluente, en bandas
con más de 3 células de ancho y en bandas marginales, parénquima fusiforme y en serie
de 2 células. Parénquima no lignificado ausente. Radios homocelulares, 12-16 radios por
mm lineal, exclusivamente uniseriados, con altura de (120-) 140-170 (-190) m. Radios de
dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes.
Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial
disyuntivo ausente. Estructura estratificada presente en radios, fibras y parénquima, 5
filas de radios por mm axial. Cristales ausentes. Sílice ausente. Células oleíferas
ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso
ausente.
FAMILIA: Sterculiaceae.
305
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo (2.5 Y 8/6) y duramen marrón oscuro (7.5 YR
5/8). Transición abrupta entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre
mediano. Grano recto a ligeramente entrecruzado. Textura gruesa. Moderadamente
blanda y liviana.
radiales de 2-8, algunos arracimados, de 2-6 poros por mm2, con diámetro tangencial de
(100-) 170-220 (-290) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras intervasculares
alternas, con diámetro de 8-10 m. Punteaduras radiovasculares similares a las
intervasculares. Tílides abundante. Fibras no septadas, de paredes delgadas a
moderadamente gruesas, con longitud de (1340-) 1678-2198 (-3230) m, con punteaduras
indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes. Parénquima apotraqueal difuso, difuso
en agregados, paratraqueal vasicéntrico y en bandas de más de 3 células de ancho,
longitud de las series parenquimatosas de 2-4 células, predominantemente de 4 células.
Parénquima no lignificado ausente. Radios heterocelulares con más de 4 rutas de células
marginales, 4-10 células de ancho, 2-4 radios por mm lineal, con altura de (880-) 1408-
1780 (3500) m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células
envolventes presentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas
ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura estratificada presente en el
parénquima y fibras. Cristales presentes en las células envolventes de los radios y en el
parénquima axial formando series parenquimatosas cristalíferas cortas, un cristal por
célula o cámara. Sílice ausente. Células oleíferas ausentes. Puede presentar conductos
gomíferos traumáticos. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Meliaceae.
306
Swietenia belizensis Lundell, S. candollei Pittier, S. krukovii Gleason, S. macrophylla
var. marabaensis Ledoux & Lobato, S. tessmannii Harms
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color rosáceo (5YR 8/4) y duramen castaño rojizo (5YR 5/4),
transición abrupta entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre mediano a
alto. Textura mediana. Grano recto a entrecruzado. Blanda y liviana a moderadamente
dura y pesada.
307
ausentes. Parénquima paratraqueal escaso, vasicéntrico delgado y en bandas
marginales; en series de 6-10 células. Parénquima no lignificado ausente. Radios
heterocelulares con 1-2 rutas de células marginales, 4-8 radios por mm lineal, 2-4 células
de ancho, con altura de (340-) 466-528 (-670) m. Radios de dos tamaños ausentes.
Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo baldosa ausentes.
Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Radios
localmente estratificados. Cristales prismáticos presentes en las células cuadradas y
erectas de los radios y en las células de parénquima axial, un cristal por célula. Sílice
ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos
ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Bignoniaceae.
NOMBRE VULGAR: puy, polvillo, araguaney poi (Gentry 1982, INIA 1996).
308
hasta 1400 metros de altura (Gentry 1992). Esencialmente se presenta en toda la América
tropical excepto al oeste de Los Andes (Gentry 1982). En Venezuela se ha encontrado en
los Estados Amazonas, Barinas, Bolívar y Lara (Gentry 1992).
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo (2.5Y 8/6) y duramen marrón oliva claro (2.5Y
5/4), transición abrupta entre albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre bajo.
Grano recto a entrecruzado. Textura fina. Dura y pesada a muy dura y pesada.
disposición en bandas tangenciales, de 18-20 poros por mm2, con diámetro tangencial
de (58-) 72-120 (-135) m. Platinas de perforación simples. Punteaduras intervasculares
alternas, con diámetro de 7-9,25 m. Punteaduras radiovasculares similares a las
intervasculares. Tílides ocasionalmente presentes. Depósitos de lapachol presentes en
los poros. Fibras no septadas, de paredes muy gruesas, con longitud de (700-) 900-1190
(-1295) m, con punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas ausentes.
Parénquima paratraqueal aliforme, aliforme confluente, en bandas de 1-4 células de
ancho y estrechas bandas marginales, parénquima fusiforme y en serie de 2-4 células.
Parénquima no lignificado ausente. Radios homocelulares, 8-11 radios por mm lineal, de
2-3 células de ancho, con altura de (120-) 150-200 (-220) m. Radios de dos tamaños.
Radios agregados ausentes. Células envolventes ausentes. Células tipo baldosa ausentes.
Células radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura
estratificada presente en los radios, elementos vasculares, parénquima y fibras, cuatro
filas de radios por mm axial. Cristales ausentes. Sílice ausente. Células oleíferas
ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos ausentes. Floema incluso
ausente.
309
FAMILIA: Bignoniaceae.
Bignonia pentaphylla L., Couralia rosea (Bertol.) Donn. Sm., Sparattosperma rosea (Bertol.)
Miers., Tabebuia mexicana (Mart. ex DC.) Hemsl., T. pentaphylla (L.) Hemsl., T.
pentaphylla Hemsl., T. punctatissima (Kräntzl.) Standl., Tecoma evenia Donnel-Smith, T.
leucoxylon var. pentaphylla Bur. et K. Schum., T. mexicana Mart. ex. DC., T. pentaphylla
Juss., T. punctatissima Kränzl., T. rosea Bertol.
NOMBRES VULGARES: apamate, orumo, roble, roble blanco, roble negro, acaparo,
roble rosado, roble colorado, roble gateado, gurupa (INIA 1996).
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA:
Madera con albura de color amarillo rojizo (7.5YR 7/6) con tonalidades rosáceas o
doradas y vetas oscuras, y duramen amarillo (10 YR 7/6), transición gradual entre
albura y duramen. Olor y sabor ausentes. Lustre mediano a alto. Grano recto. Textura
mediana. Moderadamente dura y pesada (Espinoza de Pernía 1991).
Anillos de crecimiento definidos por una zona ausente de poros así como también
por la presencia de bandas de parénquima marginal y por engrosamiento de las paredes
de las fibras en la zona del leño tardío. Porosidad difusa. Poros dispuestos en bandas
tangenciales, solitarios y múltiples radiales de 2-3, algunos arracimados, de 8-10 poros
por mm2, con diámetro tangencial de (80-) 140-160 (-200) m. Platinas de perforación
simples. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas, con diámetro de
3,7-6,2 m. Punteaduras radiovasculares similares a las intervasculares. Punteaduras
ornadas ausentes. Fibras no septadas, de paredes moderadamente gruesas, con longitud
310
de (670-) 993-1112 (-1485) m, con punteaduras indistintamente areoladas. Traqueidas
ausentes. Parénquima predominantemente en bandas anchas, también se observa
parénquima paratraqueal aliforme, aliforme confluente y marginal, longitud de las
series parenquimatosas de 2-4 células predominantemente de 4. Parénquima no
lignificado ausente. Radios homocelulares, uniseriados y biseriados, algunos con 3
células de ancho, 6-10 radios por mm lineal, con altura de (170-) 207-341 (-450) m.
Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes
ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes. Células
radiales perforadas ausentes. Parénquima radial disyuntivo ausente. Estructura
estratificada presente en el parénquima axial, radios y vasos. Cristales ausentes. Sílice
ausente. Células oleíferas ausentes. Conductos ausentes. Tubos laticíferos y taniníferos
ausentes. Floema incluso ausente.
FAMILIA: Combretaceae.
Chuncoa oblonga (R. & P.) Pers., Gimbernatia oblonga R. & P., Terminalia chiriquensis
Pittier
NOMBRES VULGARES: en Venezuela recibe el nombre de guayabón (IFLA 1990, INIA 1996).
DESCRIPCION ANATÓMICA:
Madera con albura amarillo pálido (2.5 Y 8/4) y duramen amarillo (5 Y 8/6),
transición gradual de albura a duramen con poca diferencia de color entre una y otra.
Lustre mediano. Olor y sabor ausentes. Grano recto. Textura mediana a
moderadamente gruesa. Dura y pesada.
311
Anillos de crecimiento definidos por la presencia de bandas de parénquima marginal
y por engrosamiento de las paredes de las fibras en la zona del leño tardío. Porosidad
difusa. Poros con una ligera tendencia a la disposición en bandas tangenciales, solitarios
y múltiples radiales de 2-5, de 5-9 poros por mm2, con diámetro tangencial de (80-) 130-
160 (-200) m, longitud de elementos vasculares (255-) 408-514 (-770) m. Platinas de
perforación simple. Punteaduras intervasculares alternas, circulares a ovaladas,
m. Radios de dos tamaños ausentes. Radios agregados ausentes. Células envolventes
ausentes. Células tipo baldosa ausentes. Células radiales perforadas ausentes.
Parénquima radial disyuntivo presente. Estructura estratificada ausente. Cristales
prismáticos, alargados y estiloides presentes en las células parenquimáticas axiales
formando series parenquimatosas cristalíferas, un cristal por cámara. Sílice ausente.
Células oleíferas ausentes. Canales intercelulares y tubos laticíferos o taniníferos
ausentes. Floema incluso ausente.
312
BIBLIOGRAFÍA
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317
UNIDAD IV. LA SUBESTRUCTURA DE LA
MADERA
318
TEMA 1. LA PARED CELULAR XILEMATICA.
320
TABLA 5. CLASIFICACION DE LOS COMPONENTES QUIMICOS DE LA
PARED CELULAR DE LA MADERA (Dinwoodie 1981).
a)Celulosa:
322
Los enlaces covalentes dentro y entre las unidades de glucosa dan como resultado
una molécula recta y rígida con alta resistencia a la tensión. El enlace lateral de las
moléculas de celulosa para formar manojos lineales se produce por enlaces de
hidrógeno y fuerzas de Van der Waals. Los grupos OH laterales no sólo proporcionan
sitios para los enlaces de hidrógeno sino que también explican la afinidad de la
celulosa por el agua. El gran número de enlaces de hidrógeno da como resultado una
fuerte asociación de las moléculas de celulosa y esto a su vez da origen a regiones
cristalinas dentro de la pared celular (Thomas 1981). Considerados individualmente,
los puentes de hidrógeno son enlaces débiles, pero la gran cantidad que hay entre las
cadenas de glucosa que componen la fibra le proporcionan una unión muy fuerte,
siendo los responsales principales de la rigidez de la pared celular (Barceló et al. 1992).
323
cloruro de zinc acuoso concentrado, ácido sulfúrico al 70 %, ácido clorhídrico al 40 % y
algunos otros reactivos. La estabilidad de la celulosa es de importancia considerable
en el uso de la madera y de las fibras de celulosa pero a la vez hace difícil la
modificación de las propiedades naturales de la celulosa (Pashin y de Zeeuw 1980).
Entre las dos regiones mencionadas no existen fronteras bien definidas y parece
existir una transición de una porción ordenada de cadenas de celulosa para pasar a un
estado desordenado o amorfo. En la región cristalina la fibra tiene mayor resistencia a
la tracción y a la absorción de solvente. La resistencia a la tracción en la región
cristalina es, aproximadamente, 15 veces mayor al observado en la región amorfa, en
donde la fibra presenta la mayor flexibilidad (Otero 1988).
324
Las microfibrillas de celulosa sufren hinchamiento o expansión cuando son colocadas
en contacto con ciertos agentes químicos. El proceso de hinchamiento, si es llevado al
máximo, resulta en una desintegración de las regiones cristalinas de las fibras y,
consecuentemente, ocasiona la disolución de las mismas. El hinchamiento de la
celulosa puede ser dividido en dos tipos: intercristalino e intracristalino. En el primer
caso un agente "hinchador" penetra en las regiones amorfas de las microfibrillas y en
los espacios que hay entre ellas; mientras que en el segundo caso el agente hinchador
penetra en las regiones cristalinas de las microfibrillas. El caso más común de
hinchamiento intercristalino es el hinchamiento de celulosa en agua. Si una fibra de
celulosa completamente seca es expuesta a una atmósfera con una humedad relativa
del 100 %, su diámetro puede aumentar, aproximadamente, de 20 a 25 % debido a la
absorción de agua. La magnitud del hinchamiento final en agua varía de una fibra a
otra y está relacionado con la cristalinidad y orientación de la muestra, observándose
que el hinchamiento en la región longitudinal de las fibras de celulosa es,
normalmente, muy pequeño (Otero 1988).
325
otros casos, si el agente hinchador se combina con la celulosa en determinadas
proporciones estequiométricas provocando una expansión del retículo cristalino
pero sin llegar a causar la disolución de la celulosa, se dice que se trata de un
hinchamiento limitado (Otero 1988).
En el hinchamiento intercristalino, el diagrama de rayos X del material hinchado es
idéntico al del material celulósico original. Esto significa que las regiones cristalinas no
son afectadas. En el caso de hinchamiento intracristalino, el diagrama de rayos X del
material hinchado difiere del diagrama del material original, es decir, el agente
hinchador modifica el retículo cristalino de la celulosa (Otero 1988).
b)Hemicelulosas:
326
TABLA Nº 6. DIFERENCIAS ENTRE CELULOSA Y HEMICELULOSAS (Otero
1988)
Celulosa Hemicelulosa
Durante muchos años, las hemicelulosas han sido descritas como la fracción de
polisacáridos soluble en álcalis diluído. Recientemente se ha utilizado el término
poliosas para referirse a todos los polisacáridos no celulósicos presentes en la pared
celular. Las hemicelulosas son moléculas relativamente cortas cuyo grado de
polimerización rara vez es mayor de 200 (Eaton y Hale 1993).
327
laterales. Al igual que todas las hemicelulosas, nunca se presentan en forma de
microfibrillas (Siau 1984).
328
c)Otros Polisacáridos de la Madera:
330
coníferas poseen lignina de tipo guaiacil; la cual está constituida por unidades fenil
propano con un oxígeno fenólico y un grupo metoxil (Figura 112a). La lignina de
coníferas contiene los siguientes grupos funcionales por cada 100 unidades
constituyentes de la molécula: grupo metoxil (90 a 95), hidroxil fenólico (20), éter
fenólico (80), hidroxil alifático (90), alcohol benzílico o éter (40) y grupos carbonil (40)
(Siau 1984).
FIGURA 112: Lignina con unidad guaiacil (a) y unidad siringil (b) (Higuchi 1990)
331
unidades siringil, mientras que en las paredes secundarias de los vasos existe una
mayor proporción de unidades guaiacil (Eaton y Hale 1993).
Para la distinción de los diferentes tipos de lignina se utilizan pruebas de color. Una
de las mas utilizadas es el test o prueba de Mäule la cual consiste en tratamientos
sucesivos con permanganato de potasio (KMnO4) al 1 %, ácido clorhídrico (HCl) al 12 %
e hidróxido de amonio. En las maderas latifoliadas, la reacción de Mäule da como
resultado una coloración rojo violáceo como consecuencia de la presencia de grupos
siringil en la estructura de la lignina que se desarrolla en este tipo de maderas (Iliyama
y Pant 1988). Para las maderas de gimnospermas la reacción da como resultado una
coloración amarillo o marrón pálido (Pashin y DeZeeuw 1980).
Coníferas 24-34
Gramíneas 17-23
332
en su comportamiento, de allí que a las preparaciones de lignina se les dé el nombre de
los tratamientos empleados para su separación. La separación de la lignina se logra por
dos vías distintas: por remoción (disolución o destrucción) de los polisacáridos dejando
la lignina como residuo, o por remoción de la lignina disolviéndola para obtenerla en
forma más o menos inalterada o hidrolizándola para recuperarla como un derivado
(Camero 1992).
333
de lignina fue de tipo guaiacil y se encontró en la pared secundaria de los vasos y en la
lámina media de los vasos (1,5 %). El 17,7 % remanente de lignina fue una mezcla de los
tipos guaiacil y siringil y se presentó en la lámina media de las fibras (Pettersen 1984).
334
Componentes secundarios de la pared celular:
a)Extractivos:
335
medios de extracción para remover todas las sustancias extractivas. El éter es
relativamente no polar y puede extraer grasas, resinas, aceites y terpenos. El etanol y
el benceno poseen mayor polaridad y extraen la mayoría de las sustancias solubles en
éter y la mayoría de los materiales orgánicos insolubles en agua. El agua caliente
permite la extracción de algunas sales inorgánicas y polisacáridos de bajo peso
molecular tales como gomas y almidón (Pettersen 1984).
Entre los extractivos presentes en las coníferas tenemos los siguientes: terpenos y sus
derivados, grasas, ceras y sus componentes, y fenoles. Entre estos fenoles tenemos los
fenoles simples (vanilina, p-hidroxibenzaldehído y coniferaldehído), lignanas
(compuestos que contienen dos unidades de fenilpropano ligados de maneras
diferentes), derivados del estilbeno y flavonoides. Los principales extractivos de
latifoliadas incluyen terpenos y sus derivados, grasas, ceras y sus componentes y
fenoles (fenoles simples, lignanas y quinonas). Además se pueden encontrar otros
extractivos como aminoácidos, azucares solubles y alcaloides (Otero 1988).
En general, los extractivos constituyen un porcentaje muy pequeño del peso seco al
horno de la madera. Sin embargo, las cantidades pueden ser considerables en algunas
especies tal como el quebracho (Schinopsis lorentzii) en la cual el contenido de tanino
puede ser de 20-25 % con respecto al peso seco al horno. Se conocen informes sobre
cantidades de extractivos por encima del 40 % (Pashin y de Zeeuw 1980).
b)Contenido de Cenizas:
(Pettersen 1984).
337
El sílice (SiO2) es uno de los principales tipos de cenizas presente en la madera. En
las maderas de la zona templada se encuentra en cantidades bastante bajas, pero en las
maderas tropicales su cantidad puede variar desde pequeñas trazas hasta alcanzar
niveles del 9 %. Cuando el sílice se encuentra en proporciones mayores al 0,5 %, la
madera se considera como abrasiva y produce un desgaste acelerado de los filos
cortantes (Pettersen 1984).
338
indicar que la abundancia de los diferentes elementos químicos en la madera pueden
variar dentro de una misma especie, debido a la fertilidad del suelo y otros factores
ambientales, y dentro de la madera de un mismo árbol (Mark 1981).
Las paredes de las células leñosas son, estructuralmente, complejas. Están constituidas
por una pared primaria y una pared secundaria. Este patrón de disposición es casi
universal en todas las células leñosas excepto en las células parenquimáticas radiales de
algunas familias del grupo de las coníferas las cuales sólo poseen pared primaria y una
capa protectora (Eaton y Hale 1993). El componente principal de la pared celular es la
celulosa, la cual se encuentra constituida por cadenas moleculares de glucosa unidas
entre sí a través de átomos de oxígeno (Tsukuda 1988). La celulosa no se distribuye
irregularmente en la pared celular, sino que forma una jerarquía de estructuras
fibrilares, las cuales se unen a través de una matriz de protopectina y hemicelulosa
(Lüttge et al. 1993).
339
Los enlaces de hidrógeno de tipo intermolecular que se producen entre cadenas
celulósicas lateralmente contiguas dan como resultado la formación de celulosa
cristalina. La celulosa altamente cristalina se encuentra en el centro de cada
microfibrilla y en esta región las cadenas celulósicas están íntimamente unidas unas
con otras, manteniendo un alto grado de ordenamiento (Eaton y Hale 1993).
La celulosa cristalina está compuesta por células unitarias. Cada célula unitaria está
compuesta por cinco cadenas de celulosa. En sección transversal, las cuatro cadenas
más externas están ubicadas en la esquina de un rombo, mientras que la quinta cadena
se ubica en el centro del rombo. La cadena celulósica de este modelo se encuentra
formada por una estructura repetitiva de unidades de celobiosa cuya longitud es de
1,03 nm y que se alinean en dirección paralela al eje de la microfibrilla (Eaton y Hale
1993).
Las regiones cristalinas pueden alcanzar longitudes hasta de 50 nm, pero en algún
punto son interrumpidas para dar paso a las regiones amorfas (Eaton y Hale 1993).
340
cadenas de celulosa bastante cercanas y regularmente espaciadas (Pashin y de Zeeuw
1980).
c)Microfibrillas:
Las fibrillas elementales forman agregados que dan origen a unidades de mayor
tamaño las cuales reciben el nombre de microfibrillas. La longitud promedio de cada
microfibrilla es de 250 Å e incluye unas 2.000 moléculas de celulosa (Tsukuda 1988). El
diámetro promedio de las microfibrillas es de 20-30 nm. Aproximadamente, 20
fibrillas elementales se unen para formar una microfibrilla. Los espacios que quedan
entre las fibrillas elementales reciben el nombre de espacios intermicelares; el diámetro
promedio de esos espacios es de 1 nm (Lüttge, Kluge y Bauer 1993). En forma de
microfibrilla es como se encuentra la celulosa en las paredes celulares (Barceló et al.
1992).
341
algunos casos exclusivamente, por celulosa I, las propiedades mecánicas de la
sustancia cristalina son similares a las de las microfibrillas. Se ha reconocido que en
algunas maderas, por lo menos una parte de la hemicelulosa glucomana, está
íntimamente asociada con la celulosa nativa en las microfibrillas y por ello debe ser
considerada como una parte en la fase de reforzamiento de la pared celular (Mark
1981).
d)Macrofibrillas:
Las microfibrillas se agrupan para formar estructuras de mayor tamaño las cuales
reciben el nombre de macrofibrillas. Estas incluyen, en sección transversal 5x105
moléculas de celulosa (Tsukuda 1988). El ancho promedio de cada macrofibrilla es de
0,5 m y su longitud puede alcanzar valores de 4 m (Raven et al. 1986).
Se han propuesto varios modelos para explicar la forma como se asocian los
polisacáridos, la lignina y los componentes secundarios en la pared celular. Las
diferentes teorías aceptan que la celulosa se presenta en forma de microfibrillas y
constituye el esqueleto estructural de la pared celular; mientras que las hemicelulosas
y la lignina se van a presentar en forma de una matriz que rodea a las microfibrillas
(Eaton y Hale 1993).
342
relación de material cristalino a material paracristalino es aproximadamente 2:1, con
alguna evidencia que la porción cristalina representa la mayor parte del total
(Pashin y de Zeeuw 1980). Entre las microfibrillas quedan espacios libres con un
diámetro aproximado de 10 nm. En estos espacios interfibrilares se puede
almacenar no sólo agua, sino también moléculas más grandes como por ejemplo
hemicelulosa, lignina (Lüttge et al. 1993), polifenoles, resinas y otros productos de
infiltración. Esta organización de los componentes de la pared ha sido generalizada
mediante la teoría de la red reforzada para explicar muchas de las propiedades
físicas de la pared celular. La serie de microfibrillas con alta resistencia a la tensión
paralela a su longitud están embebidas en una red plástica la cual consiste de
hemicelulosas, materiales pécticos, lignina y sustancias de infiltración. El efecto del
reforzamiento de las microfibrillas en la red depende del cuadrado de su longitud,
sus diámetros, el coeficiente de fricción con la red y la rigidez de la red. Tal sistema
explica el comportamiento físico el cual está de acuerdo con las propiedades
mecánicas viscoelásticas de la madera bajo esfuerzo y también explica los cambios
dimensionales que la madera exhibe conforme cambian las condiciones de
humedad (Pashin y de Zeeuw 1980).
343
Como se mencionó anteriormente, la red se encuentra compuesta por las sustancias
y espacios que rodean a las microfibrillas. En vista que la distribución de las
hemicelulosas, lignina, espacios vacíos, etc., no es uniforme, se pueden producir
variaciones en el módulo elástico de la red de un punto a otro. Las regiones de
mayores agregados moleculares tendrán un alto módulo de elasticidad y rigidez, y
aquellas regiones más abiertas, en donde el aire y el agua estén presentes en los
vacíos de la pared celular, tendrán pequeños e insignificantes módulos. El módulo
total tendrá un valor promedio pero las deformaciones tomarán lugar,
preferiblemente, en las regiones en donde se observa la menor cantidad de
agregados macromoleculares (Mark 1981).
Las microfibrillas se encuentran embebidas dentro de una matriz la cual tiene forma
de hojas o láminas delgadas. Estas hojas o láminas se van depositando una sobre
otra para formar las diferentes capas de la pared celular. El número de láminas
constituyentes de cada capa es variable (Mark 1981). Cada lámina posee un espesor
aproximado de 300-600 Å. Tales hojas se disponen en capas para formar lo que se
conoce con el nombre de laminación. Estas láminas son claramente visibles con el
microscopio electrónico y han sido distinguidas por medios ópticos. La laminación
sucesiva resalta por los cambios ligeros en la dirección de las microfibrillas y por la
concentración de material rico en lignina entre láminas (Pashin y de Zeeuw 1980).
Cuando se pasa de una capa a otra en la pared celular, el tipo de láminas que se
presentan en la zona de transición poseen microfibrillas con una orientación
intermedia entre las dos capas adyacentes, de manera que se presenta una
transición gradual entre una y otra capa (Mark 1981).
e.3)Sistemas microcapilares:
344
(Lüttge, Kluge y Bauer 1993). La microscopía óptica muestra la presencia de estrías
las cuales son espacios vacíos alargados y finos en la pared celular, suficientemente
grandes como para contener cristales de yodo u oro. Estas cavidades son paralelas a
la orientación microfibrillar general en la pared secundaria y han sido utilizadas
ampliamente como medio para medir la orientación de las microfibrillas. Estas
cavidades son las de mayor tamaño en un sistema de microcapilaridades, la
mayoría de las cuales tienen diámetros más allá del alcance óptico. Este sistema de
microcapilaridades también es llamado espacio de orden secundario en la pared
celular y forma una malla o red la cual penetra entre las láminas, entre los haces de
microfibrillas y dentro de las mismas microfibrillas. Se considera que el volumen de
estas microcapilaridades alcanza su máximo en las paredes totalmente hinchadas y
se reduce a un mínimo en la pared seca al horno. Existe una gran controversia en
torno a la porosidad de la pared celular seca. Algunos sostienen que no hay
espacios vacíos en la pared celular seca, pero algunas evidencias indican la
presencia de aproximadamente un 2 % de volumen vacío en la pared celular seca.
La presencia de estos espacios vacíos en la pared celular hace que la densidad real
de la misma sea menor que la densidad de la sustancia de la pared celular sólida.
Los valores reportados para la densidad de la pared celular oscilan entre 0,7 y 1,5
345
Formación de la pared celular:
346
La lámina media verdadera actúa como una sustancia cementante que mantiene
unidas a las células vecinas y no es parte de la pared celular propiamente dicha. En
las primeras etapas de formación de la célula la lámina media se encuentra
constituida por sustancias pépticas, pero al ocurrir la maduración de la célula se
presenta altamente lignificada (Wilson y White, 1986). En la lámina media verdadera
no se encuentran microfibrillas celulósicas (Dinwoodie 1981).
Si se destruye la lámina media desaparecen los puntos de unión entre células,
produciéndose la separación de las paredes celulares y se forman espacios vacíos los
cuales son similares a canales y reciben el nombre de espacios intercelulares (Lüttge et
al. 1993).
a.1)Alargamiento celular:
348
excepción a la usual carencia de aumento tangencial durante el crecimiento celular
es el alargamiento masivo de los elementos vasculares del leño temprano de
maderas de porosidad circular. En estos casos, este proceso se evidencia al hacer un
conteo del número de células en la dirección radial dentro del anillo ya que el
alargamiento tangencial del elemento vascular es acompañado por la supresión de
la tasa de división de las células hijas cambiales para así proporcionar el espacio
adicional requerido por esas células especializadas. Los vasos de la madera
temprana de Quercus spp., por ejemplo, poseen diámetros tangenciales de 10-50
veces mayores en comparación con el ancho de las iniciales cambiales (Pashin y de
Zeeuw 1980).
351
medida que se van depositando las capas de la pared secundaria se va produciendo
la acumulación gradual de lignina en las capas S1, S2 y S3 (Eaton y Hale 1993).
La pared secundaria de la célula leñosa normalmente posee tres capas las cuales
son fácilmente visibles con el microscopio de polarización. También pueden ser
detectadas con el uso de técnicas químicas, rayos X, microscopio óptico y
microscopio electrónico. La capa más externa de la pared secundaria, la primera
en ser formada, es llamada S1, y ésta es seguida ontogenicamente por dos capas
adicionales que reciben el nombre de S2 y S3. Al completarse la formación de la
capa S3, se produce la rápida muerte del protoplasma celular (Mark 1981). La
principal diferencia que existe entre las distintas capas que forman la pared
secundaria viene dada por la orientación de las microfibrillas (Schniewind 1981).
La capa más externa de la pared secundaria (S1) se caracteriza por estar formada
por 4-6 láminas y las microfibrillas se orientan con un ángulo de 50-70° con
respecto al eje longitudinal de la célula (Dinwoodie 1981). Las microfibrillas
presentan una dirección siguiendo el patrón de hélice S y Z, pero con predominio
de la hélice S (Wilson y White 1986). El espesor promedio de la capa S1 es de 0,1-
0,2 m (Parham y Gray 1984). La capa central (S2) posee espesor promedio de 2-5
m y representa el 70-75 % del espesor total de la pared celular (Tsukuda 1988) y
sus microfibrillas se orientan con un ángulo de inclinación de 10-30° con respecto
al eje longitudinal de la célula y siguen una dirección helicoidal tipo Z (Wilson y
White 1986), está constituida por 30-150 láminas. Tomando en cuenta que ¾ del
espesor total de la pared celular vienen representados por la capa S2, es de esperar
que la ultraestructura de la misma tenga una marcada influencia sobre el
comportamiento de la madera. La anisotropía de la madera, la resistencia a la
tensión y la morfología de las fallas que se producen en la madera están
directamente relacionadas con el ángulo microfibrilar de la capa S2 (Dinwoodie
1981). La capa más interna (S3) se encuentra en las adyacencias del lumen y es la
352
más delgada de las subcapas de la pared secundaria (Thomas 1981), esta
constituida por pocas láminas y las microfibrillas se orientan con un ángulo de
inclinación de 60-90° (Dinwoodie 1981), con predominio de la dirección helicoidal
tipo Z aunque se han reportado casos en donde se alternan las hélices S y Z
(Thomas 1981) (Figura 113).
353
son, cuando mucho, del mismo espesor. El mayor espesor de la pared celular
característico de las traqueidas de madera tardía se debe casi totalmente al
aumento en grosor de la capa S2. Existen dos elementos de importancia en el
esqueleto de microfibrillas: el primero de ellos es el hecho de que las tres
principales capas de la pared secundaria se encuentran constituidas por un cierto
número de subcapas o láminas cuyo espesor es de aproximadamente 0,1 m o
menos. El segundo elemento se refiere a que la orientación de las microfibrillas en
algunas de las láminas más finas, en las regiones de transición S1-S2 y S2-S3, no se
manifiesta rigurosamente definido, lo cual hace que la transición de una capa a
otra sea gradual (Wilson y White 1986).
S1 10-22 50-70o
S2 70-90 10-30o
S3 2-8 60-90o
354
función del ancho de la célula en la dirección transversal. Las traqueidas de
madera temprana en coníferas exhiben mayor ángulo microfibrilar en sus caras
radiales en comparación con el ángulo presentado en la cara radial de traqueidas
de madera tardía de la misma fila. Adicionalmente el ángulo de las hélices
también está en función del alargamiento, observándose que dicho ángulo tiende a
decrecer a medida que aumenta la longitud de la célula. El incremento en la
desviación angular de las microfibrillas desde el eje transversal de la célula con el
incremento de la edad del cambium puede ser explicado de acuerdo a lo
mencionado previamente ya que existe un incremento longitudinal gradual de las
iniciales cambiales, y las células derivadas de ellas, con la edad (Pashin y de
Zeeuw 1980).
355
modificaciones en el espesor de las capas constituyentes o en el número de capas
presentes (Pashin y de Zeeuw 1980).
En general, las paredes de las células parenquimáticas son más delgadas que las
de las fibras y traqueidas y esto hace difícil la separación de las capas presentes en
la pared secundaria de las células parenquimáticas. Existen acuerdos en el sentido
que las capas más internas y externas de la pared secundaria están orientadas en
hélices planas con un ángulo de 30-60º con respecto al eje longitudinal de la célula.
En algunos casos la capa central es relativamente delgada y su orientación es
predominantemente axial, sin existir grandes diferencias entre las células
parenquimáticas radiales y las axiales (Pashin y de Zeeuw 1980).
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359
TEMA 2. MODIFICACIONES DE LA PARED CELULAR
360
simples no se presenta este arqueamiento (Raven et al. 1986). La punteadura areolada
presenta una forma de depresión cónica hacia el lado de la pared secundaria, y una
forma cóncava hacia el lado correspondiente a la lámina media (Haygreen y Bowyer
1994).
Las punteaduras simples se presentan sobre las paredes de células parenquimáticas.
La cavidad de este tipo de punteaduras puede ser de ancho uniforme o puede ser más
ancha o más estrecha en las adyacencias del lumen de la célula. Por lo general, la
cavidad de la punteadura tiende a ser más estrecha a medida que se acerca al lumen de
la célula (Cuttel 1978).
Las punteaduras areoladas, comúnmente, se encuentran en células xilemáticas
prosenquimatosas tales como vasos, traqueidas y fibras. Poseen una estructura de
mayor complejidad en comparación con las punteaduras simples. La pared secundaria
se arquea sobre la cavidad de la punteadura para formar la areola. Esta areola encierra
la cámara de la punteadura (Cuttel 1978). En general, las punteaduras adquieren mayor
importancia en aquellas células que se encargan de llevar a cabo función de conducción,
como vasos y traqueidas, y en este tipo de células tienen mayor grado de desarrollo en
cuanto a tamaño y número. Sin embargo, pueden encontrarse en cualquier tipo de célula
xilemática.
Por lo general, la membrana de los pares de punteaduras areoladas que se desarrollan
en las latifoliadas presentan una estructura similar a la observada en la pared primaria,
es decir, con microfibrillas orientadas de forma irregular y de espesor uniforme. Por el
contrario, la membrana de las punteaduras presentes en las traqueidas de coníferas,
generalmente, poseen una porción central engrosada que recibe el nombre de torus y
una zona periférica conocida como margo. En algunos casos, por ejemplo Thuja y
Thujopsis, la membrana de las punteaduras no presenta ese engrosamiento central; es
decir que se asemejan mucho a las punteaduras de latifoliadas (Wheeler 1983).
El torus se forma por la acumulación de un grupo denso de microfibrillas; mientras
que el margo se encuentra formado por un grupo de microfibrillas orientadas
radialmente (Haygreen y Bwyer 1994). El torus, en conjunto con el margo, actúa como
361
una válvula que permite aislar las traqueidas activas en el proceso de conducción de
aquellas que contienen aire (Dute y Rushing 1987).
En el caso de los vasos, las punteaduras se pueden desarrollar en áreas de contacto
vaso-vaso, contacto vaso-radio o contacto vaso-parénquima axial (Carlquist 1988). En las
áreas de contacto entre vasos y fibras se presentan pocas, o están totalmente ausentes,
las punteaduras (Burger y Richter 1991).
La naturaleza del par de punteaduras está en función del tipo de células que se
encuentran en contacto: cuando existe contacto entre dos células prosenquimáticas, el
par de punteaduras es areolada (Figura 114b). Si el contacto se produce entre dos células
parenquimáticas, el par de punteaduras resultante es simple (Figura 114a); mientras que
si hay contacto entre una célula parenquimática y una prosenquimática, el par de
punteaduras resultante es de tipo semiareolado (Figura 114c).
362
FIGURA 115: Punteadura areolada con abertura interna extendida y areola reducida
(Esau 1976).
Los primeros reportes indican que los pares de punteaduras areoladas que se
presentan en las latifoliadas poseen una membrana simple, constituida por dos capas de
pared primaria con un espacio intercelular entre ellas. Sin embargo, estudios posteriores
revelan que en algunas especies se pueden presentar pares de punteaduras
intervasculares con membranas en donde se desarrolla una porción central engrosada
(Sano y Fukuzawa 1994).
La ocurrencia de estructuras similares al torus en la madera de angiospermas es rara
o poco común (Dute y Rushing 1988). Investigaciones recientes reportan la presencia de
torus en las punteaduras intervasculares de Celtis, Ulmus (Wheeler 1983; Dute y Rushing
1990), Osmanthus (Dute y Rushing 1987, 1988). En el género Daphne, se ha reportado la
presencia de torus, pero no en todas las especies pertenecientes al mismo. Su presencia
ha sido detectada en Daphne cneorum y D. odora; mientras que en D. mezereum no se
observa (Dute et al. 1990).
363
Parameswaran y Liese (1981), citados por Barnett (1987), reportan la presencia de
punteaduras, con desarrollo de estructuras similar al torus de las coníferas, en las fibras
de Prunus y Pyrus. Sin embargo, en las punteaduras de las fibras de Prunus y Pyrus
(Parameswaran y Liese 1981; Barnett 1987) se observa que la porción central engrosada
similar al torus, se encuentra siempre en posición excéntrica, es decir, desplazado hacia
uno de los lados de la abertura de la punteadura. Según Dute y Rushing (1987), la
presencia de torus en posición excéntrica también ha sido observada en las punteaduras
intervasculares de Ligustrum lucidum y en los pares de punteaduras que comunican las
fibras y las traqueidas de Ribes sanguineum; mientras que en Osmanthus americanus si se
presenta un torus con posición central, similar al que se encuentra en las coníferas. Dute
et al. (1990) señalan que en Daphne odora, D. cneorum, D. kiusiana, D. miyabeana possen
torus localizado en posición central.
Punteaduras ornadas:
364
realizado por Bailey en 1933, quien indicó que aquellas especies donde se encuentran
punteaduras ornadas, los ornamentos se desarrollan en cada una de las punteaduras
intervasculares a través de todo el árbol. Sin embargo, se ha observado que en algunas
especies con punteaduras ornadas no siempre se presentan ornamentos en cada una de
las punteaduras (Quirk y Miller 1985).
365
FIGURA 117: Punteaduras ornadas en Terminalia sp. (IAWA Committe 1989).
Bailey (1933), citado por Jansen et al. (1998), indicó que algunas veces las
punteaduras pueden presentarse como ornadas debido a la acumulación de material
coagulado o materiales extraños en el momento en que ocurre la transformación de
albura en duramen. Este tipo de estructuras recibe el nombre de pseudo-ornamentos.
Los pseudo-ornamentos pueden ser eliminados con solventes suaves y no son parte
integral de la pared celular. El hipoclorito de Sodio al 20 % o el Cloro comercial
(blanqueadores) son efectivos para remover los materiales incrustados en la madera, sin
ocasionar ninguna degradación en los ornamentos verdaderos (Jansen et al. 1998). Quirk
y Miller (1985) encontraron pseudo-ornamentos o punteaduras aparentemente ornadas
en los vasos de Dialium y Apuleia; pero después de aplicar un tratamiento, durante siete
minutos, con blanqueadores caseros observaron que los elementos vasculares no
presentaban punteaduras ornadas.
366
La presencia de punteaduras ornadas puede ser característica de familias completas o
grupos dentro de una familia. El número, tamaño y distribución de los ornamentos varía
considerablemente y estas variaciones pueden ser de valor en el diagnóstico (IAWA
Committe 1989). En las maderas dicotiledóneas, los ornamentos han sido reportados
para, aproximadamente, 50 familias (Jansen et al. 1998).
Se han establecido diferentes clasificaciones de los ornamentos tomando como base la
morfología de los mismos y entre éstas se pueden mencionar las siguientes (Jensen et al.
1998):
a)Côté y Day (1962) y Schmid (1965) indican que se pueden reconocer fácilmente dos
tipos de ornamentos: ramificados y no ramificados.
b)Scurfield et al. (1970) establecen cuatro grupos o categorías de punteaduras ornadas
de acuerdo a la morfología de los ornamentos, forma de la cámara y abertura de las
punteaduras.
c)Ohtani e Ishida (1976) y Ohtani (1983) establecen clasificaciones de acuerdo al tipo
de punteaduras que se encuentran en contacto: intervasculares, radiovasculares,
vaso-parénquima axial y vaso-fibra, proponiendo hasta 15 tipos diferentes de
ornamentos.
d)Van Vliet (1978) establece dos grandes categorías en cuanto a tipo de punteaduras
ornadas.
Sin embargo, la clasificación de ornamentos es sumamente difícil debido al gran
número de formas intermedias y se tienen dudas acerca de sí se puede establecer una
caracterización confiable con relación a los ornamentos y por ello, hasta ahora, no ha
sido aceptado ningún patrón de clasificación (Jensen et al. 1998).
Capa verrugosa y verrugas:
La fase final del desarrollo de la célula es la muerte del citoplasma. Como
consecuencia de esto, se puede producir la deposición de porciones membranosas del
citoplasma sobre la superficie más interna de la pared celular presentándose como
pequeñas protuberancias que reciben el nombre de verrugas y el conjunto de las mismas
forma la capa verrugosa (Pashin y de Zeeuw 1980). Comúnmente, el término verrugas se
367
aplica a pequeñas protuberancias no ramificadas que se encuentran sobre la superficie
del lumen en traqueidas de gimnospermas y sobre la pared de los elementos vasculares
y fibras en las dicotiledóneas (Jensen et al. 1998). La forma de las verrugas presenta una
alta variabilidad: en coníferas se han reportado la presencia de verrugas esféricas,
cónicas, conos redondeados y otras de mayor complejidad; mientras que en latifoliadas
se han reportado verrugas con forma similar a un montículo, ramificadas, no
ramificadas, cónicas y en forma de filamentos (Heady et al. 1994). Con respecto a su
composición química, se ha encontrado que la capa verrugosa está constituida,
principalmente, por lignina. Además de lignina puede incluir carbohidratos ya que su
remoción completa requiere de un tratamiento de oxidación seguido de una extracción
alcalina (Ohtani et al. 1984).
368
Heady et al. (1994) señalan que algunos aspectos de la capa verrugosa: presencia o
ausencia de verrugas, distribución, densidad, forma y tamaño de las verrugas, pueden
ser utilizados con propósitos de identificación; indicando que la morfología de las
verrugas es de utilidad para la identificación de especies del género Callitris pero
consideran que dichas estructuras deben ser utilizadas con mucha reserva para
propósitos de diagnóstico ya que no se conoce como pueden influir las condiciones
ambientales sobre el tamaño, forma y nodulosidad de las verrugas.
Engrosamientos espiralados:
369
FIGURA 118: Engrosamiento espiralado en elemento vascular de Prunus spinosa (IAWA
Committe 1989).
370
Myrtaceae, Schmid y Baas (1984) señalan que los engrosamientos espiralados pueden
presentarse en 33 especies, pertenecientes a ocho géneros diferentes.
Dentaciones:
Las dentaciones son proyecciones o protuberancias que se presentan en la pared
secundaria de traqueidas radiales en algunas especies del género Pinus. Se forman como
extensiones irregulares de la pared de las traqueidas y la magnitud de dichas
irregularidades puede variar de una especie a otra (Pashin y de Zeeuw 1980). El aspecto
de las dentaciones puede ser bastante peculiar y, por ello, de gran importancia en la
identificación de especies de coníferas (Burger y Richter 1991).
Engrosamientos calitroides:
Los engrosamientos calitroides se pueden definir como un par de canales que
encierran, por arriba y por debajo, a punteaduras que se encuentran en las traqueidas de
algunas coníferas, específicamente, en especies del género Callitris (Wheeler 1998). La
madera del género Callitris, generalmente, se diferencia del resto de las coníferas por la
presencia de los engrosamientos calitroides; aunque la especie Callitris macleayana no
presenta este tipo de estructura (Heady et al. 1994).
Sin embargo, Howard y Manwiller (1969), citados por Pashin y de Zeeuw (1980),
reportan la presencia de engrosamientos calitroides en Pinus serotina (Figura 119).
Similarmente, Phillips (1948), citado por Wheeler (1998), señala la presencia de este tipo
de estructura en Actinostrobus acuminatus y Pseudolarix spp.
371
Trabéculas:
Las trabéculas son barras que atraviesan el lumen de las traqueidas, por lo general, de
pared a pared y, comúnmente, se extienden a través de una traqueida (Figura 120) o un
grupo de traqueidas (Wheeler 1998). Se extienden en dirección radial y forman un
ángulo recto en la zona donde hacen contacto con la pared tangencial de la traqueida;
son de forma cilíndrica y muestran un incremento gradual de diámetro en su base
(Ohtani 1985).
La formación de trabéculas se puede producir como una reacción ante cualquier tipo
de lesión que se presente a nivel de las células iniciales cambiales, es decir, cualquier
perturbación que afecte el proceso normal de división celular. También se pueden
formar como consecuencia del desarrollo de tejidos tales como la madera de compresión
(Wheeler 1998).
Posiblemente, las trabéculas tienen como función servir como un refuerzo mecánico
para impedir el colapso de las paredes tangenciales de las traqueidas con el fin de
fortalecer zonas localizadas donde se han desarrollado esfuerzos, de tensión o
compresión, durante la diferenciación del tejido (Grosser 1986).
Este tipo de estructura no tiene importancia en la identificación debido a su forma de
origen (Wheeler 1998), ya que no son consideradas como una característica normal en la
estructura de la madera (Werker y Baas 1981). Los reportes sobre la presencia de
trabéculas, principalmente, han correspondido a maderas coníferas: Callitris glauca (Jane
1970), Chamaecyparis nootkatensis, Pinus monticola (Pashin y de Zeeuw 1980), Agathis alba
(Parameswaran 1979), Abies sachalinensis (Ohtani 1985), Araucaria angustifolia, Cedrus
atlantica, Cupressus lusitanica, Picea abies, Pinus sylvestris, Podocarpus salignus (Grosser
1986), Retrophyllim rospigliosii (León y Espinoza de Pernía 1997).
372
FIGURA 120: Trabéculas a través de una traqueida en Araucaria angustifolia (Grosser
1986).
373
Septas o tabiques:
Las septas o tabiques son divisiones transversales delgadas que se presentan en las
fibras de maderas dicotiledóneas. Están constituidas por lámina media, formada por
sustancias pépticas, y pared primaria. En las septas no se presentan las capas de la pared
secundaria ni lignina (Pashin y de Zeeuw 1980).
La formación de las septas ocurre después que se ha depositado la pared secundaria
de las fibras, pero no se extienden hasta la lámina media compuesta de fibras
adyacentes. En algunas maderas todas las fibras pueden estar septadas; mientras que en
otras se puede presentar una combinación de fibras septadas y no septadas (IAWA
Committe 1989). Ejemplo: Albizzia caribaea, Guarea guidonia, Inga splendens (Figura 121),
Protium crenatum.
Por lo general, la presencia de septas es más común en maderas cuyas fibras poseen
punteaduras indistintamente areoladas; aunque se han reportado algunos casos, por
ejemplo: Nyssa sp., Mastixia sp. y Hypericum androsaemon, de maderas con fibras
septadas y de punteaduras claramente areoladas (Metclafe y Chalk 1983).
Platinas de perforación:
En las latifoliadas, tal como se indica en el tema correspondiente a Estructura
Microscópica de Latifoliadas, la principal vía de conducción de aguas y sales minerales
son los vasos. Las paredes extremas de los elementos vasculares presentan aberturas
374
que reciben el nombre de perforaciones y la formación de éstas se produce por la
eliminación de la matriz correspondiente a la lámina media durante la formación de la
pared secundaria. Durante el desarrollo de la célula, la matriz de microfibrillas, aún sin
formarse la pared secundaria, es removida o debilitada por la acción de una enzima
llamada celulasa. El resultado de esta remoción es la formación de una o más aberturas
en las paredes extremas de elementos vasculares adyacentes, las cuales reciben el
nombre de platinas de perforación simples o múltiples (Pashin y de Zeeuw 1980).
375
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378
UNIDAD V
UTILIDAD DE LA ANATOMÍA DE MADERAS
379
TEMA 1. ANATOMÍA Y TAXONOMÍA
380
En la relación entre anatomía de la madera y taxonomía es importante tomar en
consideración dos aspectos (Brazier 1976):
381
Es posible encontrar algunos caracteres de la madera que se encuentran confinados a
determinados grupos taxonómicos, bien sea a nivel de género, familia u orden. Por
ejemplo, la presencia de tubos taniníferos aparentemente se encuentra restringida a la
familia Myristicaceae o el desarrollo de células baldosa tipo Durio en las familias
Bombacaceae y Tiliaceae. Sin embargo, estos casos son excepciones y, por lo general, se
requiere de una combinación de caracteres para que una familia pueda tener una
apariencia distintiva (Brazier 1976).
Bailey (1951), citado por Metcalfe y Chalk (1983), indica que las similitudes
anatómicas en cuanto a especialización no necesariamente indican afinidad taxonómica.
Por ejemplo, cuando los miembros de dos familias tienen platinas de perforación
escalariformes e inclinadas; esto no significa que esos individuos tengan relación
taxonómica entre sí. La similitud en algunas de las características de los elementos
vasculares pueden indicar que se trata de especies no relacionadas taxonómicamente
pero que han retenido un bajo grado de especialización filogenética.
Metcalfe y Chalk (1983) indican que las siguientes características pueden ser de valor
taxonómico para maderas del grupo de las latifoliadas:
a)Vasos: agrupación de poros (la mayoría de las maderas presentan una combinación de
poros solitarios con múltiples radiales de 2-3, las desviaciones hacia poros
exclusivamente solitarios o predominantemente múltiples radiales puede ser de ayuda
en identificación), punteaduras ornadas, diámetro de los poros, número de poros por
382
mm2, engrosamientos espiralados (su presencia es de gran valor taxonómico, pero su
ausencia posee un significado limitado ya que algunas veces las condiciones ecológicas
impiden el desarrollo de estos engrosamientos). Las características cuantitativas, por
ejemplo diámetro de poros y número de poros por mm2, deben ser utilizadas con
mucha precaución debido a la variabilidad que pueden presentar entre árboles de una
misma especie y entre diferentes partes de un mismo árbol.
b)Parénquima axial: los patrones de distribución del parénquima axial pueden ser de
gran valor taxonómico. La presencia de cristales en el parénquima axial o radial
también puede ser de utilidad en el diagnóstico. Por ejemplo, la presencia de cristales
prismáticos dispersos y aislados puede tener poco valor taxonómico, pero cuando
dichos cristales se encuentran formando series parenquimatosas cristalíferas o el
desarrollo de otros tipos de cristales (drusas, rafidios, etc.) si adquieren importancia
taxonómica. La presencia de sílice en células parenquimáticas también posee alto
significado taxonómico.
c)Radios: el tipo (homocelular, heterocelular) y ancho de los radios pueden ser utilizado
como una característica de importancia taxonómica. Por ejemplo, la presencia de radios
exclusivamente uniseriados es una característica de importancia en el diagnóstico
debido a su ocurrencia restringida. La altura de los radios también puede ser una
característica útil en el diagnóstico. La presencia de radios agregados, células tipo
baldosa y células envolventes son de considerable valor en el diagnóstico. En el caso de
las células tipo baldosa, éstas se encuentran restringidas a los órdenes Tiliales y
Malvales.
383
e)Estructuras secretoras: la presencia de conductos gomíferos, longitudinales o
transversales, son de gran valor importancia por ser de ocurrencia poco común. En
general, la presencia de cualquier tipo de estructura secretora es de importancia para la
identificación de maderas tropicales.
Wheeler y Baas (1998) indican que qos caracteres anatómicos útiles para la ubicación
taxonómica de una muestra particular, son aquellos cuya ocurrencia es poco común. Por
ejemplo: presencia de traqueidas vasculares o vasicéntricas, estructura estratificada,
parénquima axial ausente, porosidad semicircular, platinas de perforación
escalariformes con más de 20 barras, radios con más de 10 células de ancho, tubos
laticíferos, canales intercelulares, células oleíferas, parénquima fusiforme abundante,
esclerotílides, engrosamientos espiralados en las fibras, floema incluso, radios
agregados, células tipo baldosa.
384
Una de las principales dificultades en el uso de la anatomía de maderas como
herramienta taxonómica se produce como consecuencia de las diferencias estructurales
que se pueden encontrar entre árboles de una misma especie y la variación relacionada
con la posición de la muestra en el tallo, así como diferencias ocasionadas por
diferencias en condiciones de crecimiento. Características tales como dimensiones de las
células y proporciones de tejidos están fuertemente afectadas por condiciones de
crecimiento (Metcalfe y Chalk 1983).
385
BIBLIOGRAFÍA
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Perspectives. In: New Perspectives in Wood Anatomy. Edited by P. Baas. Martinus
Nijhoff Publishers. The Hague.
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Wheeler, E. y P. Baas. 1998. Wood Identification. A Review. IAWA Journal 19: 241-264.
386
TEMA 2. ANATOMÍA Y TECNOLOGÍA DE LA MADERA
Estructura Anatómica
de la Madera
Propiedades Físicas
y Mecánicas
Procesamiento Utilización
387
físicas y mecánicas de la madera. Mediante su estudio se pueden hacer inferencias
acerca del comportamiento de la madera, procesamiento y utilización.
Una madera de baja densidad se caracteriza por tener fibras de paredes delgadas y
una alta proporción de espacios vacíos, es decir, células con lumen amplio. Si se observa
a nivel microscópico una determinada muestra de madera que presente fibras de
paredes delgadas, poros grandes y en alta proporción, radios anchos y abundante
parénquima se puede inferir que se trata de una madera de baja densidad: por ejemplo
Ochroma pyramidale, Ceiba pentandra. Es importante resaltar que la conjunción de todos
estos caracteres son determinantes en la densidad y otras propiedades de la madera; sin
embargo no se pueden analizar de manera aislada. Por ejemplo, Erythrina poeppigiana
posee fibras de paredes medianas a moderadamente gruesas; pero su densidad es
menor a la de otras especies con fibras cuyas paredes poseen menor espesor, por
ejemplo Cedrela odorata, Pachira quinata. Esto se debe a que existe una alta proporción de
células parenquimáticas, mayor volumen de parénquima en comparación con el
388
volumen de fibras, lo que trae como consecuencia una baja densidad para la madera de
esta especie (Erythrina poeppigiana).
La influencia de los radios sobre el peso específico está relacionada con las diferencias
en el volumen de los radios, las dimensiones de las células radiales y la relación entre el
volumen de células procumbentes y células erectas. Con respecto a este último aspecto,
se ha observado que un incremento en el porcentaje de células erectas puede producir
una disminución de la densidad (Fujiwara 1992).
Contracción de la madera:
390
una alta afinidad por el agua debido a la presencia de numerosos grupos -OH. Las
moléculas de celulosa se encuentran agrupadas en forma de microfibrillas y el agua
penetra a las llamadas regiones amorfas de las mismas. En vista que la mayor
proporción de microfibrillas se encuentran orientadas en dirección casi paralela al eje
longitudinal de la célula, 10-30º en la capa S2, la mayor parte del hinchamiento o
contracción se va a producir en dirección transversal (Thomas 1981). En las capas S1 y S3
las microfibrillas están orientadas con ángulos de inclinación de 50-70º y 60-90º
respectivamente, el hinchamiento y contracción es predominantemente en dirección
longitudinal, pero debido al menor espesor de estas capas en comparación con la capa
S2 los mayores cambios dimensionales se van a producir en dirección transversal.
(b)La presencia de bandas de madera temprana de baja densidad que alternan con zonas
de madera tardía de alta densidad.
391
Como regla general, se puede decir que la contracción volumétrica es proporcional a
la densidad de la madera. Chafe (1986) reportó un estudio detallado de la relación entre
peso específico y contracción. Dicho estudio se realizó con 218 especies, 69 especies
pertenecientes al género Eucalyptus, y encontró una correlación directa entre el peso
específico y la contracción. Sin embargo, se encontraron dos factores que redujeron el
valor de dicha correlación: la excesiva contracción inicial debido al colapso y el
comportamiento anómalo de los Eucalyptus (Skaar 1988). Choong y Barnes (1968),
citados por Skaar (1988), reportan que el hinchamiento volumétrico entre la condición
seca y saturada de 14 pinos duros incrementa linealmente con el peso específico seco en
el rango de 0,4 a 0,8. Este comportamiento se manifestó tanto en madera juvenil como en
madera adulta, siendo más consistente en madera adulta.
S = * f
392
no sigue el modelo lineal establecido por la ecuación anterior. Esta discrepancia fue la
alta variabilidad del punto de saturación de la fibra y su relación negativa con el peso
específico.
Si se conoce la relación que existe entre el peso específico de la madera y los cambios
dimensionales que se producen en la misma como consecuencia de variaciones en el
contenido de humedad del medio ambiente, se puede establecer la relación entre
estructura anatómica y cambios dimensionales; tomando como base los parámetros
anatómicos que influyen sobre el peso específico. Por ejemplo, una muestra de madera
con fibras de paredes gruesas, poros pequeños y poco parénquima; se espera que
presente mayores cambios dimensionales que los observados en una muestra cuyas
características sean opuestas a las antes mencionadas.
A continuación se presenta una tabla en donde se indican el peso específico y los
valores de contracción para algunas maderas de los Llanos Occidentales de Venezuela.
TABLA 9. CONTRACCION DIMENSIONAL DE ALGUNAS ESPECIES DE LOS
LLANOS OCCIDENTALES DE VENEZUELA.
Fuente: Universidad de Los Andes-Corporación de Los Andes. 1972. Estudio Tecnológico de 104
Maderas de Los Altos Llanos Occidentales.
393
Conductividad térmica:
394
TABLA Nº 10. CONDUCTIVIDAD TÉRMICA DE ALGUNAS ESPECIES LEÑOSAS.
Expansión térmica:
395
En la mayoría de las condiciones de uso, la madera contiene suficiente humedad
como para que los cambios producidos como consecuencia de altas temperaturas sean
compensados por las contracciones dimensionales resultantes de la pérdida de
humedad. Por esta razón, el coeficiente de expansión térmica pocas veces es tomado en
consideración en diseño estructural (Kellogg 1981). Aún en la dirección longitudinal,
donde los cambios dimensionales como consecuencia de variaciones en el contenido de
humedad son muy pequeños, estos cambios predominaran sobre los que se puedan
producir como consecuencia de variaciones de temperatura, a menos que la madera se
encuentre completamente seca (USDA, 1974).
Conductividad eléctrica:
La madera está considerada como un material aislante eléctrico; sin embargo, esto va
a depender del contenido de humedad de la pieza de madera. Efectivamente, la madera
seca al horno tiene un valor de resistividad de 1015 ó 1016 ohm-m, y este valor es
equivalente al de los buenos aislantes. Al alcanzar el punto de saturación de la fibra, el
resistividad en condición seca es de, aproximadamente, 1017 ohm-cm. Este valor tiende a
disminuir con el aumento del contenido de humedad en el rango higroscópico. La
disminución de la resistividad, y con ello el aumento de la conductividad eléctrica, con
11
el aumento del contenido de humedad es de tipo exponencial, llegando a valores de 10
ohm-cm al 7% de humedad. Dentro de este rango (0-7% de humedad), la disminución
de resistividad es del orden de 5 veces por cada 1% de humedad. Entre el 7 % y el punto
de saturación de la fibra, la disminución de resistividad es de 2-4 veces por cada 1 % de
aumento del contenido de humedad (Skaar 1988).
396
La orientación de los elementos constituyentes de la madera influye sobre la
conductividad eléctrica de la madera. Se han reportado valores en donde la
conductividad longitudinal es de 1,9 a 3,2 veces mayor que la conductividad en
dirección radial y 2,1 a 3,9 veces mayor que en dirección tangencial (Skaar 1988).
Uno de los elementos de mayor importancia tanto para la utilización como para el
procesamiento de la madera es el conocimiento de sus propiedades mecánicas. Sin
embargo, la determinación de dichas propiedades requiere de la realización de una serie
de ensayos los cuales no pueden proporcionar resultados inmediatos debido a que
siguen una metodología (preparación y extracción de muestras, acondicionamiento,
realización de ensayos propiamente dichos, etc.) cuya aplicación implica un tiempo
relativamente largo para la obtención de los resultados finales. Las propiedades
mecánicas de la madera guardan una estrecha relación con su estructura anatómica y se
puede tener una visión global del posible comportamiento que experimente una madera
dada ante determinado tipo de esfuerzos mediante el estudio de su estructura
anatómica. Lógicamente, no se puede pretender que el estudio de la estructura
anatómica sustituya la realización de ensayos físico-mecánicos, pero si puede ayudar a
397
tener una idea general del comportamiento de la madera (Espinoza de Pernía y León
1993).
Una gran parte de la variabilidad de propiedades entre especies puede ser atribuida a
las diferencias de peso específico. Se han establecido correlaciones entre el peso
específico y las propiedades de resistencia mecánica obteniéndose la siguiente ecuación
(Schniewind 1981):
S = K*G n donde:
G = peso específico.
398
El peso específico se ha utilizado como un índice que permite inferir acerca del
comportamiento mecánico de la madera, existiendo una relación directa entre ambos
parámetros; sin embargo, esa relación puede mostrar variaciones en cuanto a
confiabilidad dependiendo del tipo de madera. Dichas variaciones vienen dadas por
elementos estructurales de la madera.
399
TABLA 11. PROPIEDADES DE RESISTENCIA PARA ALGUNAS ESPECIES DE
VENEZUELA.
(Kg/cm2) (Kg/cm2)
400
características que pueden jugar un papel importante en su comportamiento: alta
proporción de poros o de parénquima axial, radios de gran tamaño, etc..
Se debe señalar que en aquellas propiedades en las cuales se aplica carga en dirección
paralela a las fibras, no sólo va a influir la orientación de las células constituyentes de la
madera sino que también va a ejercer influencia la disposición de las microfibrillas en la
pared de dichas células. De acuerdo al grado de inclinación de las microfibrillas
celulósicas, en la pared celular secundaria se distinguen tres capas: S1, S2 y S3. La capa
de mayor espesor es la S2 y en ella las microfibrillas se disponen con un ángulo de
inclinación que oscila entre 10º y 30º, es decir que se orientan casi paralelas al eje
longitudinal de las células. Thomas (1981) indica que la resistencia a la tensión paralela
al grano viene dada por los fuertes enlaces covalentes que mantienen unidas a las
moléculas celulósicas en las microfibrillas y por la orientación aproximadamente
longitudinal de estas últimas. Schniewind (1981) señala que al aplicar esfuerzos en
tensión paralela al grano, la carga se orienta en dirección paralela a la orientación
predominante de las microfibrillas de manera que para poder producirse la falla se
deben romper, principalmente, enlaces primarios. Cuando la carga es perpendicular al
grano, la mayor proporción de la misma es perpendicular a la orientación de las
microfibrillas. En este caso, el número de enlaces primarios es reducido y la mayor parte
de la falla es resistida por enlaces secundarios. Adicionalmente, en dirección
401
perpendicular al grano, son posibles mayores deformaciones por las distorsiones de la
sección transversal de las células sometidas a esfuerzo.
402
agregados de Genipa americana, influye en las diferencias en cuanto a los valores de las
propiedades de resistencia mecánica.
mecánicas de Mouriri huberi y Chrysophyllum sp., ambas con densidad de 0,76 g/cm3, a
pesar que las mismas poseen cierta similitud en cuanto a grosor de las paredes de las
fibras, tamaño de poros y proporción de tejido parenquimático. Sin embargo, la especie
Mouriri huberi presenta floema incluso de tipo disperso y esta estructura anómala puede
ser responsable de las menores propiedades de resistencia en comparación con la
especie Chrysophyllum sp. Igualmente, en dicho estudio también incluyeron las especies
Copaifera officinalis y Nectandra rigida, con densidad de 0,59 g/cm3. Desde el punto de
vista anatómico, ambas especies poseen un tejido fibroso con paredes medianas, pero en
el caso de Copaifera officinalis dicho tejido pierde continuidad por la presencia de bandas
tangenciales de conductos gomíferos longitudinales y esa pérdida de continuidad se
puede traducir en una disminución de los valores en las propiedades de resistencia.
El tamaño y proporción del tejido parenquimático radial también pueden afectar las
propiedades de resistencia mecánica. Fujiwara (1992) encontró correlación entre la
variación dimensional de las células parenquimáticas radiales y la densidad básica de la
madera y si se toma en cuenta la relación que existe entre densidad y propiedades
mecánicas de la madera se puede inferir que la proporción de tejido radial también va a
ejercer influencia sobre estas últimas propiedades. En general, la presencia de radios
anchos y altos tiende a disminuir los valores de las diferentes propiedades mecánicas.
Por ejemplo, las especies Catostemma commune y Sterculia apetala poseen fibras de
paredes gruesas y se espera que sus propiedades de resistencia mecánica sean altas; sin
403
embargo también tienen radios altos y anchos lo cual afecta, de forma negativa, los
valores de dichas propiedades.
Aserrado de la madera:
La herramienta utilizada para el corte requiere de una serie de parámetros los cuales
varían según el tipo de madera a procesar. En el caso de los bosques tropicales, en
donde existe una alta diversidad de especies, se han establecido grupos en donde se
incluyen diferentes especies las cuales se adaptan al criterio de clasificación. La mayor
404
parte de las clasificaciones han utilizado la densidad o peso específico como elemento de
agrupación.
Ninin (1985) utilizó la densidad seca al aire para el establecimiento de los Grupos
Energéticos de corte. Para cada grupo se fijan valores de ángulos de corte, de hierro,
libre, paso, traba, ángulo de rectificación, altura del diente, velocidad de herramienta y
velocidad de alimentación.
405
Los extractivos pueden tener influencia sobre el coeficiente de fricción madera-acero;
este varía con la naturaleza de dichas sustancias. Ciertos extractivos son notablemente
pegajosos, lo cual interfiere con la evacuación del aserrín (Ninin 1985).
Algunas maderas se caracterizan por ser abrasivas y producen un alto desgaste en los
filos cortantes. El aserrado de este tipo de maderas mediante el uso de herramientas
convencionales resulta antieconómico, pero pueden ser procesadas mediante el uso de
herramientas estelitadas (Ninin 1985). Al hacer el estudio anatómico de una muestra de
madera, sí observamos la presencia de sílice se debe recomendar su procesamiento con
herramientas estelitadas ya que esta es la principal causa de la abrasividad de la
madera. Maderas como Pouteria reticulata, Parinari excelsa y Dialium guianense se
caracterizan por presentar altas proporciones de sílice. Chardin (1966), citado por Noack
y Fruhwald (1977), señalan que este tipo de madera debe ser procesada en condición
verde.
En el punto anterior se presenta uno de los más claros ejemplos sobre la ayuda que
podría proporcionar el estudio anatómico de la madera en la solución de problemas de
aserrío. La presencia de sílice indica que se requiere procesar la madera en condición
verde y haciendo uso de herramientas estelitadas. Las características geométricas de la
dentadura también pueden ser inferidas mediante la observación de otros elementos
anatómicos tales como el grosor de paredes de las fibras.
406
La presencia de conductos resiníferos o gomíferos puede afectar el proceso de
aserrado. Si la cantidad de resinas o gomas secretadas por esos conductos es alta,
pueden existir efectos negativos sobre la capacidad de evacuación de aserrín y reducirse
el efecto de la traba.
Cepillado:
Una de las características que mayor influencia tiene sobre la calidad y esfuerzos de
cepillado es la orientación del grano. Lluncor (1977) señala que aquellas maderas en
donde hay inclinaciones del grano, existe mayor tendencia a producirse el defecto
conocido con el nombre de grano arrancado. La presencia de grano entrecruzado tiene
mayor repercusión en el plano radial; en cambio, el grano ondulado puede influir tanto
en el plano radial como en el tangencial según su orientación.
Con respecto a los radios, éstos contribuyen a la formación del grano arrancado en el
plano radial (Lluncor 1977).
Canteado:
Esta operación es realizada con máquinas llamadas canteadoras, las cuales tienen un
principio de funcionamiento similar al de las cepilladoras (corte periférico). Los
407
elementos mencionados en el punto correspondiente al cepillado también son aplicables
al canteado.
Taladrado:
b)Grosor de las paredes de las fibras. Las maderas con fibras de paredes delgadas
ofrecen poca resistencia para la apertura de agujeros, pero requieren de brocas
adecuadas para obtener una buena calidad de superficie. En este caso se necesitan
herramientas con mayores ángulos de corte para evitar que se generen altas
vellosidades en la parte interna y en la salida del agujero. La velocidad de penetración
también es afectada por el grosor de las paredes de las fibras. En el caso de maderas
con fibras de paredes gruesas se requieren menores velocidades de penetración para
así evitar que se produzcan altas temperaturas las cuales incrementan los esfuerzos de
corte y aceleran el desgaste de los filos cortantes.
408
evacuación de virutas y con ello se generan altas temperaturas las cuales influyen en el
desgaste de la herramienta y en la calidad de superficie.
Lijado:
Para obtener remociones determinadas, mientras más densa y dura sea la madera se
recomienda (Ninin 1984):
b)Las bandas de lija deberán ser más resistentes a los esfuerzos y temperaturas elevadas.
Se deberán utilizar granos más grandes para desbastar. Por lo tanto, en principio, el
número de granulometrías diferentes en una secuencia desbaste-acabado deberá ser
mayor.
409
Una madera con fibras de paredes gruesas a muy gruesas, poco parénquima, poros
pequeños y radios finos, por ejemplo Genipa americana, Manilkara bidentata, requiere que
se tomen en cuenta las consideraciones arriba mencionadas.
Torneado:
Las astilladuras son el defecto más grave en torneado pues, por ello, la pieza puede
ser rechazada. Es dependiente, por una parte, de una falta de cohesión transversal entre
las fibras, eventualmente por efecto del parénquima y, por otra parte, de la resistencia a
la incisión relativamente grande para con la cohesión transversal (Ninin 1984).
410
En cuanto al defecto de rugosidad, es causado por la acción del filo de la herramienta
con cierto ángulo con respecto a la orientación del grano. En principio, el mecanismo de
formación radica en que los filos, durante el proceso de incisión de las fibras las
comprimen y los elementos de notable elasticidad como los poros de cierto tamaño se
aplastan por debajo actuando como cojines. Después del paso de los filos, los poros
vuelven aproximadamente a su forma original pero sobresaliendo con puntas cortadas
en forma de bisel debido a la diferencia de posición. Este defecto no es de la mayor
gravedad pero puede causar ciertas limitaciones pues las superficies deben ser lijadas
con mayor esfuerzo para suavizar las superficies torneadas (Ninin 1984).
411
Cuando el flujo de agua tiene lugar en sentido longitudinal, la migración de la
humedad se hace en su mayor parte a través de las cavidades celulares, mientras que en
el sentido transversal predomina el movimiento a través de las paredes celulares. Puesto
que la difusión del vapor a través de las cavidades celulares es mucho más rápida por
las paredes, la velocidad de secado es mucho mayor en la dirección longitudinal de una
pieza de madera (JUNAC 1989). Los vasos son la principal vía de flujo de líquidos en las
maderas latifoliadas. Los líquidos pasan de los vasos a las fibras, traqueidas
vasicéntricas, sí están presentes, parénquima axial y a los radios (Siau 1984). El
movimiento de agua por encima del punto de saturación de las fibras se produce,
principalmente, en sentido longitudinal; específicamente a través de las cavidades
celulares de los elementos constituyentes de la madera. Cuando se pierde toda el agua
libre, el movimiento del agua higroscópica predominantemente es en sentido
transversal y se produce a través de las punteaduras; siendo mayor el movimiento en
sentido radial. En aquellas maderas cuyas células, especialmente los elementos
vasculares, están en contacto a través de sus paredes radiales, por ejemplo poros
arracimados, también existe movimiento de agua en sentido tangencial.
Peso específico:
El peso específico es una propiedad física que sirve como índice en cuanto a la
facilidad de secado. En general, mientras más pesada es la madera más lenta es la tasa
de secado y mayor es la probabilidad de desarrollo de defectos durante el mismo. A un
mismo contenido de humedad, la cantidad de agua presente en una madera de alto peso
específico será mayor que la encontrada en maderas de menor peso específico (Simpson
1991). Como consecuencia de esto, el tiempo de secado aumenta con incrementos del
peso específico.
412
La relación contracción radial-tangencial aumenta con incrementos del peso
específico, especialmente en coníferas, probablemente debido a diferencias de densidad
dentro de un mismo anillo de crecimiento y a la mayor tasa de contracción tangencial
que se presenta en las cavidades celulares (Choong 1969).
Kollmann (1968), citado por JUNAC (1983), enunció una teoría sobre la influencia del
peso específico y la estructura de la madera en el tiempo de secado e indica que la
velocidad de difusión es aproximadamente inversamente proporcional a la raíz
cuadrada del peso específico.
procesos de secado al aire, especies como Ceiba pentandra, densidad básica 0,21 g/cm3,
reduce su contenido de humedad desde 81 hasta 20% en un período de 18 días, Spondias
mombim, densidad básica 0,31 g/cm3, es llevado de 68 a 20% en 19 días y Virola sebifera,
quinata, densidad básica 0,39 g/cm3, puede tardar hasta 425 días para reducir su
contenido de humedad desde 168 hasta 20% y Anacardium excelsum, densidad básica 0,35
g/cm3, requiere de 131 días para llevar su humedad desde 129 hasta 20%. En ambos
casos se observa una baja permeabilidad debido a la presencia de grandes cantidades de
413
tílides lo cual obstruye una de las principales vías (los vasos) para el movimiento de
líquidos.
A medida que aumenta la densidad de la madera son mayores las probabilidades que
durante el proceso de secado se produzca endurecimiento superficial. Este
endurecimiento superficial suele estar acompañado con el desarrollo de grietas
superficiales, alabeos y torceduras (Kollmann y Coté 1968).
Albura y Duramen:
414
transformación de albura a duramen (Flynn 1995). Durante el secado se puede producir
la aspiración de las punteaduras de la albura y con ello se reduce su permeabilidad
(Thomas 1981).
Anillos de crecimiento:
Radios:
Debido a que los radios son "débiles" y se secan con mayor rapidez que las células
circundantes, las grietas superficiales, de los extremos y el defecto conocido como
"honeycomb" usualmente se desarrollan en las cercanías de los radios (Simpson 1991).
Maderas con radios anchos tienden a presentar grietas cuando son sometidas a procesos
de secado. JUNAC (1983) indica que en el secado al aire de Catostemma commune y
415
Didymopanax morototoni se observa el desarrollo de grietas. Este tipo de grietas también
se puede observar en Sterculia apetala.
Grano:
Contracción de la madera:
416
La contracción longitudinal de una madera de grano recto es mucho menor que la
contracción transversal. En maderas en donde se presentan desviaciones del grano, por
ejemplo grano ondulado o entrecruzado, la contracción será muy irregular y, en
consecuencia, el secado de este tipo de maderas ofrecerá dificultades las cuales no se
manifiestan en maderas de grano recto. Asimismo, en las zonas en donde se desarrollan
nudos se presentan irregularidades en cuanto a la contracción y, por tanto, esto va a
afectar notablemente el proceso de secado. Esto se debe a que en las adyacencias de los
nudos hay fuertes desviaciones del grano y un incremento de peso específico con
relación al resto de la pieza de madera (Jane 1970).
417
la mayor influencia de la contracción tangencial. Estas situaciones obligan a cortar la
madera con una sobredimensión y secarla antes de darle la forma y dimensión
definitiva (JUNAC 1989).
Pentoney (1953), citado por Skaar (1988), divide las teorías propuestas para explicar la
anisotropía en dirección transversal en tres grupos:
418
3)De acuerdo a diferencia de hinchamiento y arreglo de las diferentes capas de la pared
celular. Se ha propuesto que variaciones en la lámina media compuesta pueden ser
responsables de la contracción anisotrópica de la madera en dirección transversal. Se
ha encontrado que el número de capas de lámina media es mayor en la dirección
tangencial y por ello la contracción tangencial es mayor que la que se produce en
dirección radial. Esta última teoría no ha sido completamente comprobada y algunos
investigadores indican que en la lámina media ocurre poca contracción y que la mayor
parte de la contracción se encuentra confinada a la pared secundaria de la célula.
Defectos de secado:
Los defectos de secado pueden ser causados por contracción, ataque de hongos,
acción química o ataque de insectos. La contracción es la causa de defectos como
endurecimiento, colapso celular, grietas, rajaduras y torceduras. El ataque de hongos
ocasiona la mancha azul en la albura, así como también la pudrición y el moho. Las
reacciones químicas que se presentan durante el secado ocasionan oxidaciones que se
manifiestan en cambios de color en las superficies de la pieza de madera. El ataque de
insectos provoca agujeros y perforaciones y, en casos especiales, también manchas
(JUNAC 1989).
Muchos de los defectos que ocurren durante el secado son consecuencia de las
contracciones que se producen en la madera ante disminuciones del contenido de
humedad; especialmente por la diferencia de las tasas de contracción en cada una de las
direcciones de la madera: longitudinal, radial y tangencial o en las diferentes partes de
una misma pieza, tales como la parte superficial y la central (Simpson 1991). La
diferencia de las contracciones radial y tangencial es lo que ocasiona que piezas de
sección cuadrada, en madera de grano entrecruzado, al secarse adquiera forma
420
romboide, que las de sección rectangular se vuelvan cóncavas y que las redondas
adquieran forma elipsoide (JUNAC 1989).
Las grietas superficiales son fallas que usualmente se presentan en las adyacencias de
los radios, en la cara de piezas de aserrado plano; y se presentan cuando los esfuerzos
de secado superan la resistencia de la madera a la tensión perpendicular al grano.
También se pueden presentar en las zonas en donde se encuentran los conductos
resiníferos. Rara vez aparecen sobre los bordes de piezas de aserrado plano con
espesores inferiores a 6/4" pero sí en piezas de mayor espesor o de aserrado cuarteado.
Usualmente las grietas superficiales aparecen en las primeras etapas del proceso de
secado, pero en algunas coníferas el peligro persiste aun después de haber pasado las
fases iniciales del secado (Simpson 1991). La causa de la formación de estas grietas es el
secado rápido de la superficie de la madera y de las capas adyacentes y la consiguiente
contracción de esta zona. Esta contracción no se puede desarrollar en toda la pieza
421
debido a que la madera húmeda de las zonas internas lo impide. Como consecuencia de
este fenómeno se forman tensiones superficiales en la dirección perpendicular al grano,
que pueden ser tan grandes que excedan la resistencia de la madera en esta dirección,
formándose las grietas (JUNAC 1989). También se pueden presentar en procesos de
secado al aire. Las piezas de aserrado plano gruesas y anchas son más susceptibles al
agrietamiento superficial en comparación con las piezas delgadas y angostas (Simpson
1991). En general, mientras más densa o pesada es una madera, más profundas y
marcadas son las grietas. El número y la intensidad de las grietas también dependen de
la orientación del grano (Parra et al. 1953).
Las grietas de los extremos, al igual que las grietas superficiales, usualmente se
presentan en los radios de la madera pero en las superficies extremas. También ocurren
en las primeras etapas de secado y pueden ser minimizados por uso de altas humedades
relativas. Estas grietas se presentan debido a que la humedad fluye mucho más rápido
en dirección longitudinal que en dirección transversal y por ello los extremos de las
piezas se secan más rápido en comparación con la parte media y se desarrollan
esfuerzos en los extremos. La tendencia a producirse este tipo de defecto aumenta a
medida que se producen incrementos en el espesor y ancho de las piezas (Simpson
1991).
422
El colapso usualmente ocurre en maderas muy impermeables que tienen sus
cavidades celulares completamente saturadas con agua. Al iniciarse el proceso de
secado, el vapor de agua abandona las células por los meniscos localizados en las
punteaduras más pequeñas. Cuando una célula contiene una burbuja de aire, la tensión
capilar que se genera es contrarestada por la expansión de dicha burbuja; en caso
contrario, es decir, cuando la cavidad celular está completamente llena con agua, la
tensión capilar es transmitida a las paredes celulares. Si éstas son lo suficientemente
fuertes para resistir dicha tensión, el menisco es entonces arrastrado hacia la cavidad
celular formándose una burbuja de aire que contrarestaría la tensión; pero si las paredes
no pueden soportar la tensión, ellas son atraídas hacia el lumen originándose una
contracción anormal o plegamiento celular, conocido con el nombre de colapso (JUNAC
1989).
Según Siau (1984), las principales causas del colapso de la madera durante el secado
son las siguientes:
b)Una alta tensión superficial del líquido evaporado de la madera que provoca
igualmente el colapso.
La madera de duramen es más propensa al colapso que la albura. Como regla general
puede aceptarse que el colapso raramente se presenta en madera de albura, ya que ésta
423
tiene paredes celulares más permeables que el duramen. La mayoría de las especies de
los géneros Eucalyptus y Quercus son muy sensibles al colapso (JUNAC 1989).
Las llamadas fallas en los anillos ocurren paralelas a los anillos de crecimiento y
pueden presentarse entre el anillo o en la zona de interfase de dos anillos contiguos. En
las maderas en donde se presenta este tipo de defecto, los esfuerzos de tensión interna,
especialmente en el secado a alta temperatura se desarrollan después de la revocación
del esfuerzo. Frecuentemente la falla puede afectar algunos anillos de crecimiento,
comenzando en un anillo y avanzando hacia los demás por fallas o rupturas que se
desarrollan a lo largo de los radios. Esta falla puede minimizarse por recubrimiento en
los extremos o usando una humedad relativa alta y bajas temperaturas en el bulbo seco
en el esquema de secado (Simpson 1991).
c)Arqueadura:
425
d)Torceduras:
Es un tipo de alabeo que se presenta en piezas que posee una sección transversal
cuadrada. En este caso, la pieza toma una forma adiamantada durante el secado. Se
produce como consecuencia de la diferencia en la tasa de contracción radial y tangencial
en cuadrados en donde los anillos de crecimiento corren diagonalmente de una esquina
a otra. Puede ser controlado mediante los patrones de aserrado y por la aplicación de un
secado al aire o un presecado antes de someter la pieza a un secado al horno (Simpson
1991).
TABLA 12. COMPORTAMIENTO DE SECADO DE ALGUNAS ESPECIES DE
VENEZUELA (SECADO AL AIRE). * = Moderado (entre 106 y 210 días). ** = Rápido (entre
50 y 105 días).
Fuente: JUNAC. 1983. Secado y Preservación de 105 Maderas del Grupo Andino.
426
ANATOMÍA Y PRESERVACIÓN DE LA MADERA.
Permeabilidad de la madera:
La permeabilidad es una propiedad que indica el grado de penetración que tienen los
preservantes en la madera (JUNAC 1988) y es una medida de la facilidad con que los
fluídos son transportados a través de un cuerpo sólido y poroso al ser sometido a la
influencia de un gradiente de presión. Para que exista la permeabilidad es necesario que
se trate de un cuerpo de naturaleza porosa (Siau 1984). En las maderas latifoliadas,
características anatómicas tales como tamaño, abundancia, distribución de poros y
presencia de sustancias, como tílides o goma, en los vasos influyen notablemente sobre
427
el grado de permeabilidad de la madera. Por ejemplo, la madera temprana de especies
con porosidad circular presenta una mayor permeabilidad que la madera tardía. El
grado de permeabilidad de las células parenquimáticas es mayor que el de las fibras y
las proporciones con la cual se presenten este tipo de células en la madera influyen
sobre la permeabilidad (Burger y Richter 1991); pero no todos los cuerpos porosos son
permeables. La permeabilidad sólo puede existir si los espacios vacíos se encuentran
interconectados a través de punteaduras. Por ejemplo, una madera conífera es
permeable debido a que el lumen de las traqueidas está conectado por medio de los
pares de punteaduras. Sí la membrana de la punteadura se encuentra ocluída o
incrustada, o si las punteaduras se encuentran en estado aspirado se puede decir que la
madera tiene una "estructura cerrada" y una permeabilidad cercana a cero (Siau 1984).
La mayor parte del flujo bajo presión se produce a través de grandes capilares (lumen
de las células); mientras que la mayor resistencia al flujo es producida por los capilares
más pequeños, es decir, a través de las paredes celulares, la membrana de las
punteaduras o los capilares de la pared celular. Los capilares más pequeños no son
efectivos cuando los comparamos con la efectividad de los vasos (Walters 1981). En el
caso de las coníferas, el flujo de líquidos se produce principalmente a través de las
traqueidas, interconectadas unas a otras por medio de los pares de punteaduras. Las
aberturas de las punteaduras son de pequeño diámetro en comparación con el lumen de
las traqueidas y por ello se asume que son los principales elementos que ofrecen
resistencia al flujo (Siau 1984).
428
Se debe indicar que el proceso de secado puede afectar la permeabilidad de algunas
maderas. Durante el secado se producen altas fuerzas capilares en la superficie del agua
libre y dichas fuerzas pueden causar la aspiración de las punteaduras en las maderas de
la familia Pinaceae. En otros géneros de coníferas tales como Taxodium, Juniperus, Sequoia
y Thuja y en la mayoría de las latifoliadas no se desarrolla el torus en las punteaduras y
por lo tanto su permeabilidad no es afectada por la causa antes mencionada (Siau 1984).
429
Características anatómicas de la madera que influyen en su preservación:
La clasificación de una madera como refractaria está determinada por una serie de
características las cuales se interrelacionan entre sí: densidad, diferencias entre madera
temprana y madera tardía, formación de duramen, estructura de los radios, traqueidas,
conductos resiníferos, punteaduras areoladas y las paredes celulares (Flynn 1995).
Albura y Duramen:
Las principales causas por las cuales existe diferencia de permeabilidad entre la
albura y el duramen son la aspiración de punteaduras, en las maderas coníferas, y la
cantidad y tipo de extractivos que se depositan cuando ocurre la transformación de
albura en duramen (Flynn 1995). Adicionalmente, en muchas latifoliadas se produce la
obstrucción de los vasos del duramen por tílides y depósitos gomosos.
Chrysophyllum sp 4 2 140 50
430
Básicamente, dichas diferencias están dadas por el desarrollo de depósitos gomosos
(Hymenaea courbaril, Enterolobium schomburgkii, Lonchocarpus sericeus) o formación de
tílides (Clarisia racemosa, Protium crenatum, Chrysophyllum sp.) lo cual va a obstruir los
vasos del duramen.
Vasos:
En las maderas latifoliadas, los vasos controlan el flujo de líquido hacia otros
componentes estructurales. Cuando se encuentran bloqueados con tílides u otros
depósitos, la madera tiende a ser impermeable (Kumar y Dobriyal 1993).
Existen diferentes características de los vasos que van a influir sobre la preservación
de la madera. Entre éstas podemos mencionar las siguientes: contenidos de los poros
tales como tílides y gomas, tamaño de los poros, número de poros por mm2, platinas de
perforación, tamaño de punteaduras intervasculares.
431
Aquellas especies que poseen vasos pequeños y obstruidos por tílides son altamente
impermeables. Ejm: Artocarpus hirsutus, Careya arborea y Machilus macrantha. La
presencia de tílides, aun cuando los poros sean grandes, disminuyen el flujo de líquidos.
Ejm: Grewia tiliifolia y Syzygium cumini. Especies como Ailanthus exmacrantha son muy
difíciles de preservar a pesar de tener poros vacíos (Kumar y Dobriyal 1993).
En Quercus sp., con poros vacíos y grandes en la madera temprana, existen altos
valores de permeabilidad longitudinal aun cuando los vasos de la madera temprana
ocupan menos del 10 % de la sección transversal. La mayor parte del tejido restante está
representado por fibras de paredes gruesas las cuales poseen una permeabilidad
sumamente baja y la penetración de las mismas con líquidos preservantes es muy difícil
y para ello se requieren altas presiones. La especie Tilia americana se caracteriza por tener
una alta permeabilidad y entre sus características se pueden mencionar la presencia de
poros vacíos y porosidad de tipo difusa (Siau 1984). El tipo de porosidad puede influir
en cuanto a la diferencia de permeabilidad en sección transversal. Por ejemplo, maderas
de porosidad circular a semicircular pueden presentar diferente comportamiento de
permeabilidad entre la madera temprana y la madera tardía; en estos casos se espera
una mayor permeabilidad en la zona de madera temprana. En una madera de porosidad
difusa podría manifestarse cierta uniformidad de comportamiento, en cuanto a
permeabilidad, a lo ancho de la sección transversal.
mm2, mayor dificultad de preservación. La razón de esto es que los vasos son la
principal vía de circulación del líquido preservante y de allí pueden pasar a los otros
elementos constituyentes de la madera. Si se reduce el tamaño o número de vasos se está
produciendo una disminución en cuanto a la cantidad de vías de circulación del
preservante y con ello se produce una disminución en la eficiencia de preservación.
432
Con respecto al tipo de platinas de perforación, aquellas especies que desarrollan
platinas de perforación múltiples ofrecen mayor dificultad para la preservación en
comparación con las especies que poseen platinas de perforación simples.
Fibras:
Las especies que tienen fibras con abundantes punteaduras son fáciles de preservar.
Ejm: Artocarpus hirsutus, Dipterocarpus indicus, Aesculus indica, Syzygium cumini y
Duabanga grandiflora. Sin embargo, los vasos son las principales rutas de flujo y aquellas
especies cuyos vasos estén obstruidos por tílides u otros depósitos tendrán baja
penetración en las fibras aun cuando éstas tengan abundantes punteaduras. Ejm: Careya
arborea, Machilus macrantha y Ailanthus excelsa. Las especies con "poca comunicación"
fibra-vaso van a tener una baja penetración del preservante en las fibras. Ejm: Scima
wallichii, Artocarpus heterophyllus. En Terminalia myriocarpa la penetración de preservante
en las fibras es bastante baja a pesar de la buena penetración en los vasos y en el
parénquima axial y esto se debe al reducido número de punteaduras presentes en las
fibras. La facilidad de tratabilidad de una madera es indicada por la buena penetración
del preservante a partir de los vasos (Kumar y Dobriyal 1993).
Radios:
Parénquima axial:
433
Andira retusa, Terminalia oblonga, Lonchocarpus sericeus, Swartzia leptopetala y Catostemma
commune poseen altas proporciones de parénquima y su durabilidad natural es baja.
Esto se debe a que en las células de parénquima, tanto axial como radial, se almacenan
diferentes tipos de sustancias las cuales pueden ser "apetecidas" por hongos o insectos.
Al observar una muestra de madera con altas proporciones de parénquima longitudinal
y/o con radios grandes, se puede inferir que la misma requiere de tratamientos de
preservación.
El uso que se le puede dar a una determinada madera está en función de sus
propiedades físicas y mecánicas. Estas propiedades, a su vez, van a depender de la
estructura anatómica de la madera; es decir, que a través del estudio anatómico se
puede inferir acerca de los usos posibles a los que se puede destinar una determinada
especie. Esto es de gran importancia, especialmente en los bosques tropicales los cuales
se caracterizan por una alta diversidad en cuanto a las especies allí presentes. No sólo
hay diversidad en cuanto a las especies, sino que también existe una gran variación en la
estructura leñosa de las mismas.
434
Maderas para construcción:
Una madera con grano recto, fibras de paredes gruesas, radios finos y baja
proporción de parénquima axial puede reunir cualidades para ser utilizada como
material estructural. Las características antes mencionadas corresponden a maderas con
alto peso específico y, por lo tanto, con buenas propiedades de resistencia mecánica. La
poca cantidad de parénquima puede influir en una alta durabilidad natural. Igualmente,
si existe uniformidad a lo ancho de la sección transversal, es decir, poca o ninguna
diferencia entre madera temprana y madera tardía, los defectos de secado pueden ser
reducidos. Especies como Tabebuia impetiginosa, y Peltogyne paniculata reúnen las
características antes mencionadas. En el caso de maderas que van a ser utilizadas como
columnas, se requiere una alta resistencia a la compresión paralela a las fibras, es de
gran importancia la presencia de grano recto puesto que cualquier desviación de éste
afecta de forma negativa dicha propiedad.
La propiedad más importante que debe tener una madera para uso exterior es la alta
capacidad para resistir la acción de los agentes atmosféricos. Para cumplir con este
requisito la madera debe contraerse poco con la pérdida de humedad, es decir, debe
435
tener bajos valores de contracciones tangencial y radial y la relación T/R también debe
ser baja, preferiblemente inferior a 2, o no muy alejada por encima de este valor.
Además la madera debe tener poca tendencia a torcerse con los cambios de humedad
por estar expuesta a los agentes atmosféricos. Es conveniente que la madera sea poco
permeable o, en el extremo opuesto, que tenga alta permeabilidad desde el punto de
vista de absorción y pérdida de humedad. Para protección de las superficies es necesario
también que la madera tenga buenas características para conservar la pintura. Cuando
la madera es sometida a la acción de la humedad prolongada o en contacto directo con
el suelo, es necesario alta resistencia a la pudrición o, en su defecto, la madera debe estar
convenientemente preservada (Arroyo 1985).
La madera para pisos debe tener densidad muy alta con la finalidad de obtener una
dureza elevada y, por consiguiente, alta resistencia al desgaste. Una apariencia atractiva
es factor muy importante en la selección de una madera para pisos de residencias,
establecimientos comerciales y oficinas, pero en el caso de pisos para fábricas, donde los
requisitos de trabajo exigen maderas de durabilidad excepcional, ese factor puede dejar
de tomarse en consideración. Además no deben desarrollar excesivas torceduras por
esfuerzos durante el secado, baja a mediana contracción y baja a mediana relación T/R
(Arroyo 1985).
436
Anatómicamente deben ser maderas con fibras de paredes gruesas a muy gruesas,
poros pequeños, baja proporción de parénquima, ausencia de conductos gomíferos. La
presencia de grano recto es deseable ya que no sólo va a influir en las propiedades de
resistencia, sino que también influye sobre la magnitud de los defectos de secado. Sin
embargo, se pueden aceptar ciertas desviaciones, no excesivas, del grano ya que las
mismas podrían incrementar el valor estético de la madera. Igualmente, si la madera
posee anillos de crecimiento definidos se pueden obtener ciertos diseños los cuales
influyen sobre el aspecto estético. Ejm: Hymenaea courbaril, Tabebuia serratifolia, Manilkara
bidentata, Diplotropis purpurea, Mouriri barinensis, Peltogyne paniculata.
Las maderas para pilotes marinos deben tener alta durabilidad natural en contacto
con el suelo y la humedad, resistentes al ataque de taladradores marinos, soportar los
golpes del martillo de impulsión y adaptarse a las especificaciones para pilotes, las
cuales son muy exigentes con respecto a la rectitud. Las especies de fuste largo y
delgado son especialmente adecuadas para este uso. Con la finalidad de asegurar una
alta durabilidad en servicio, es indispensable que las maderas utilizadas como pilotes
marinos estén convenientemente preservadas a presión (Arroyo 1985). La presencia de
sílice aumenta la durabilidad natural de maderas utilizadas en contacto con agua, uso
considerado como el que presenta las condiciones más drásticas y severas (Burger y
Richter 1991). Algunas especies de la familia Lecythidaceae y Sapotaceae reúnen
condiciones adecuadas para ser utilizadas como pilotes marinos.
Las maderas para carpintería deben tener buenas características para el trabajo a
máquina (cepillado, lijado, torneado, taladrado, escopleado y moldurado). Se requiere
que tengan baja a mediana contracción y también baja a mediana relación T/R con la
finalidad que los esfuerzos internos desarrollados en el secado no produzcan defectos
graves. Preferiblemente deben ser de baja a mediana densidad para evitar por dureza un
437
desgaste elevado de las herramientas. Para la elaboración de productos de alta calidad,
además de las características anteriormente señaladas, se requiere una apariencia
atractiva. En los casos donde las exigencias del producto final y la calidad de la madera
lo justifiquen, pueden utilizarse especies de densidad alta a muy alta (Arroyo 1985).
438
deficiencias para la penetración del adhesivo, reduciendo el área de encolado y, en
consecuencia, formando una línea de cola débil (Burger y Richter 1991).
439
encolado para obtener resultados satisfactorios en cuanto al tipo de unión entre chapas
(Lutz 1971). Tomando en consideración lo mencionado anteriormente, es conveniente el
uso de maderas en donde no hay obstrucción en los poros, es decir, que se recomienda
el uso de maderas en donde no se forme tílides o gomas cuando ocurre la
transformación de albura a duramen.
En las maderas que van a ser utilizadas para producción de chapas es deseable una
baja tasa de contracción. En general, las bajas tasas de contracción están relacionadas
con maderas de bajo peso específico; sin embargo existe una gran variabilidad en cuanto
a la tasa de contracción de especies que poseen el mismo peso específico. La baja tasa de
contracción de Swietenia mahogany y Tectona grandis es una de las principales razones por
la cual dichas especies son preferidas como cara de contrachapado (Lutz 1971).
Las altas tasas de contracción son indeseables ya que ocasionan mayores esfuerzos en
las líneas de encolado ante los cambios en el contenido de humedad y es más factible
que se produzcan grietas en las chapas de la cara del tablero una vez que es puesto en
servicio, y tiende a causar alabeos (Lutz 1971).
440
Las maderas de grano recto son más fáciles de cortar en comparación con las de grano
irregular. Por otra parte, el valor en el mercado de ciertos acabados producidos por el
grano irregular puede ser lo suficientemente alto como para compensar el costo
adicional por efectos de manipuleo (Lutz 1971).
441
que, en los diferentes planos, la madera presenta excelentes características. En los cortes
tangencial, radial y falso cuarteado se observan diseños claramente evidenciados como
el angular, veteado y elíptico respectivamente, influenciado por los anillos de
crecimiento y bandas de parénquima. En Guarea guidonia, en corte radial, se presenta un
diseño veteado; mientras que el corte tangencial y falso cuarteado muestran un diseño
particular originado por las bandas de parénquima y las líneas vasculares
moderadamente gruesas; el color castaño rosáceo con vetas rojizas da a la madera una
apariencia decorativa (Espinoza de Pernía 1991).
Las maderas para postes de cercas deben tener densidad suficientemente baja para
permitir el uso de clavos o grapas, o que sean fáciles de perforar, cuando la densidad es
442
alta. Se requiere alta durabilidad natural o que la madera permita el tratamiento
preservante (Arroyo 1985).
En general, para este tipo de usos hay pocas exigencias en cuanto a densidad. Se
pueden utilizar maderas de baja densidad como Spondias mombin o de alta densidad
como Hymenaea courbaril o Tabebuia serratifolia. El elemento de gran importancia para
este tipo de usos es la durabilidad natural o la facilidad de preservación.
Las maderas para embalaje deben tener densidad baja a mediana para poder unirlas
con clavos con facilidad. Deben ser fáciles de aserrar y cortar en el torno y no deben
desarrollar defectos graves en el proceso de secado en estufa. Con el fin de aumentar su
durabilidad, las maderas pueden ser tratadas con el preservante más conveniente de
acuerdo al tipo de embalaje y al producto que deberá contener (Arroyo 1985). Estas
maderas deben poseer fibras de paredes delgadas a medianas, radios finos, poco
parénquima, grano preferiblemente recto, poros vacíos y grandes. Algunas de las
especies venezolanas utilizadas en la manufactura de embalajes son Ceiba pentandra,
Alexa imperatricis, Simaruba amara, Sterculia pruriens.
Las maderas seleccionadas para estos usos deben tener, preferiblemente, grano recto,
aunque este no constituye un requisito indispensable. Deben ser de color claro, con
tonalidad cremosa o rosada, tenaces, es decir, no quebradizas y tener aptitud para la
producción de chapas. Además no deben desfibrarse con facilidad y presentar buen
acabado. Ejm: Genipa americana, Protium crenatum, Brosimum alicastrum, Jacaranda sp.,
Triplaris caracasana.
443
Maderas para mangos de herramientas y artículos atléticos y deportivos (bates,
raquetas de tenis, palos de golf, etc.):
estos usos deben tener una densidad mediana, alrededor de 0,60 g/cm3, alta tenacidad,
grano recto, buena dureza y facilidad para ser trabajadas mecánicamente. Deben
tornearse bien y presentar buen acabado. Generalmente las maderas utilizadas para
mangos de herramientas y artículos atléticos y deportivos son adecuadas para muchos
otros usos tales como remos, juguetes, barriles, cajas, piezas de vehículos, muebles,
gabinetes, escritorios, objetos torneados, artículos tallados, etc.. La madera de Fraxinus
americana sólo es deficiente en durabilidad natural ya que presenta poca resistencia al
ataque de hongos al estar en contacto con el suelo y la humedad. La albura es poco
resistente al ataque de insectos y el duramen es difícil de preservar (Arroyo 1985).
Tomando en consideración que una de las maderas más adecuadas para la producción
de artículos deportivos es Fraxinus americana, podemos indicar que las características
anatómicas de una madera para este grupo de usos deben ser fibras de paredes
medianas a moderadamente gruesas, radios finos, grano recto, textura mediana.
Adicionalmente, se deben considerar maderas con poco parénquima y con poros vacíos.
Estas dos últimas características no se observan en Fraxinus americana y por ello su baja
durabilidad natural y dificultad para la preservación. Según Arroyo (1985), entre las
especies nativas adecuadas para este grupo de usos tenemos las siguientes: Couratari
pulchra, Carapa guianensis, Pterocarpus acapulcensis, Triplaris caracasana.
444
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448
TEMA 3. DENDROCRONOLOGÍA
449
De acuerdo a esto, concluyó que los anillos de crecimiento son una medida de la
cantidad de precipitación en un área determinada (Dushane y Tang 1998). En 1911,
Douglass establece las bases de la Dendrocronología, fijando el principio del crossdating
y señala que los dos aspectos más importantes relacionados con la Dendrocronologia
son (Fritts 1976):
a)El principio del crossdating puede ser utilizado como una herramienta cronológica
que permite identificar el año exacto en el cual se formó un anillo de crecimiento. En
aquellas muestras de madera de edad desconocida, se puede obtener el fechado de
la misma mediante la superposición del patrón de ancho de anillos de crecimiento
con muestras cuyos anillos hayan sido fechados.
b)El patrón de variación del ancho de los anillos de crecimiento representa un
registro de las condiciones ambientales prevalecientes en una región determinada.
450
La información obtenida a través de los anillos de crecimiento puede ser utilizada en
diferentes áreas y la determinación de edad es solo una de sus aplicaciones. Según el uso
que se le da al estudio de los anillos de crecimiento, la dendrocronología puede ser
subdividida en los siguientes campos (McCarthy 1998):
a)Dendroclimatología: uso de los anillos de crecimiento para estudiar y reconstruir el
clima de tiempos pasados (Grissino-Mayer 1997). En general, la dendroclimatología se
encarga de estudiar las relaciones que existen entre clima y los parámetros de
crecimiento de los árboles para hacer una reconstrucción de climas pasados. Mediante
la comparación estadística de la cronología obtenida a través de una serie de anillos
con los datos climáticos modernos, se pueden desarrollar ecuaciones las cuales pueden
ser utilizadas en conjunto con los datos proporcionados por los anillos de crecimiento
para reconstruir climas pasados (Briffa 1997).
Los anillos de crecimiento tienen características que los hacen una fuente valiosa de
información paleoclimática. Entre estas tenemos el hecho que el ancho de los anillos
puede ser medido fácilmente para una secuencia continua de años y estas medidas
pueden ser calibradas con datos climáticos. Adicionalmente, a los anillos se les puede
asignar el año exacto de su formación de manera tal que la información climática
puede ser ubicada, de forma precisa, en el tiempo (Fritts 1976). En este tipo de estudio
se pueden establecer redes dendroclimatológicas, es decir, un conjunto de lugares de
muestreo distribuidos uniformemente o no, en un área. El área puede ser una región
pequeña, un continente o varios. En cada lugar de muestreo se lleva a cabo la colección
de muestras para su análisis y reconstrucción climática (Kaennel y Schweingruber
1995).
b)Dendrogeomorfología: es la aplicación del fechado de los anillos de crecimiento para
investigaciones relacionadas con formas de la tierra y procesos geomorfológicos. Por
ejemplo, análisis de acumulación y avalanchas de nieve (McCarthy 1998), movimientos
y deslizamientos de terreno, procesos de solifluxión (Kaennel y Schweingruber 1995).
451
c)Dendroglaciología: aplicación del estudio de anillos de crecimiento para el estudio de
procesos relacionados con glaciales (McCarthy 1998), es decir, el pasado y presente de
la dinámica de glaciares (Grissino-Mayer 1997).
d)Dendrohidrología: utilización del fechado de anillos de crecimiento para el estudio de
problemas hidrológicos tales como variaciones en el caudal de ríos, niveles de agua y
la historia de inundaciones (Kaennel y Schweingruber 1995, McCarthy 1998).
e)Dendroecología: es uno de los subcampos de mayor complejidad en la
dendrocronología el cual abarca las otras áreas de estudio de la dendrocronología para
resolver problemas ecológicos y del ambiente. Requiere utilizar información de
dendroclimatología, dendrohidrología, dendrogeomorfología, etc. (McCarthy 1998), es
decir, que involucra todas aquellas ciencias que incluyen algún tipo de información
ambiental a partir de los anillos de crecimiento (Schweingruber 1996).
f)Dendroquímica: uso de los anillos de crecimiento para obtener información sobre la
tendencia de acumulación de sustancias químicas en los anillos de un árbol, es decir, si
hay concentraciones de materiales orgánicos o metales pesados (McCarthy 1998).
g)Dendropirocronología: uso de los anillos de crecimiento para fechar la ocurrencia de
incendios forestales. Anteriormente recibía el nombre de pirodendrocronología
(McCarthy 1998).
h)Dendroarqueología (Dendrohistoria): sistema de métodos científicos utilizados para
determinar el momento exacto en el cual una madera ha sido apeada, transportada,
procesada y utilizada para construcción (McCarthy 1998).
i)Dendrotipología: intento de clasificación de maderas según sus parámetros
dendrológicos, dendrométricos y dendrocronológicos y su interpretación desde un
punto de vista silvícola (Kaennel y Schweingruber 1995).
452
FIGURA 123: Esquema de aplicaciones de la Dendrocronología (Kaennel y
Schweingruber 1995).
453
misma podría incrementar, de forma sustancial, la tasa de producción madera de la
especie en cuestión. Sin el fechado de los anillos de crecimiento, la relación entre
crecimiento y precipitación no se hubiese podido determinar de forma precisa (Jacoby
1989). En general, la aplicación de la Dendrocronología puede suministrar información
relacionada con la producción de madera y en el desarrollo de la dinámica de los
bosques (Worbes 1995).
Principios de Dendrocronología:
a)Principio de Uniformidad: este principio indica que los procesos físicos y biológicos que
influyen en el crecimiento de un árbol en la actualidad, también estuvieron presentes
en el pasado (McCarthy 1998). Este principio fue establecido por James Hutton en 1875,
quien lo indica de la manera siguiente: “el presente es la clave del pasado”. Sin embargo,
los dendrocronologistas lo han ampliado al indicar que “el pasado es la clave del futuro”.
En otras palabras, al conocer las condiciones climáticas imperantes en el pasado,
mediante el estudio de los anillos de crecimiento, se pueden predecir y/o manejar las
condiciones ambientales en el futuro (Grissino-Mayer 1997). El principio de
uniformidad no quiere decir que las condiciones del pasado son exactamente iguales a
las del presente, sino que similares clases de influencias afectan similares tipos de
procesos (Grissino-Mayer 1996).
b)Principio de los Factores Limitantes: de acuerdo a este principio, el proceso de
crecimiento de la planta puede ocurrir sólo tan rápido como lo permita el factor que
actúa como principal limitante. Por ejemplo, si la lluvia es el mayor limitante del
crecimiento, la cantidad de madera producida por un árbol en un año determinado,
reflejará la cantidad de precipitación de ese año (Grissino-Mayer 1996). Cuando las
condiciones son limitantes, muchos factores relacionados con el proceso de crecimiento
son limitados, produciéndose menor cantidad de células, anillos estrechos y las
características de las células y densidad de la madera varían en función de que factor
actúa como limitante (Fritts 1996).
454
c)Principio de Amplitud Ecológica: este principio señala que las especies pueden crecer,
reproducirse y propagarse a través de un rango de habitat que puede ser amplio,
estrecho o restringido (Grissino-Mayer 1996). La importancia de este principio se
manifiesta porque muchas de las especies útiles en estudios de dendrocronología, a
menudo, se encuentran cerca de los límites de su rango natural de desarrollo
(McCarthy 1998; Grissino Mayer 1997).
d)Principio de Crecimiento Agregado del Árbol: cualquier serie individual de crecimiento en
un árbol puede ser “descompuesta" en un conjunto de factores agregados que afectan
el patrón de crecimiento del árbol a través del tiempo. Por ejemplo: el crecimiento que
se produce en un año es una función de una serie de factores agregados tales como
edad, clima, ocurrencia de eventos dentro (por ejemplo, la caída de un árbol) y fuera
(por ejemplo, defoliación causada por insectos) del bosque. Para maximizar la
influencia de un factor ambiental en particular, los otros factores deben ser
minimizados. Por ejemplo, para maximizar la señal correspondiente al clima, se debe
eliminar la tendencia relacionada con la edad y los árboles y sitios seleccionados deben
minimizar la posibilidad de acción de la presencia de factores externos o internos que
puedan afectar el crecimiento (McCarthy 1998, Grissino-Mayer 1996). Este principio
puede ser expresado, de forma matemática, con la siguiente ecuación (McCarthy 1998):
Rt = At + Ct + D1t + D2t + Et
455
f)Principio del fechado Cruzado (Crossdating): es el principio básico de la dendrocronología
y consiste en asignar a cada anillo el año exacto de su formación (Martínez 1996)
mediante un proceso de “superposición” de la variación del ancho y otras
características estructurales de los anillos de crecimiento (Kham 1997). Por ejemplo, se
puede establecer la fecha de la construcción de un edificio superponiendo o
traslapando los anillos de crecimiento de muestras tomadas de la construcción en
estudio con el patrón de anillos en árboles vivos (McCarthy 1998, Grissino-Mayer
1996).
456
-Métodos estadísticos.
e)Principio de Selección de Sitio: los sitios útiles para la dendrocronología pueden ser
identificados y seleccionados con base a criterios que indiquen que se producirán
series de anillos sensibles a las variables ambientales que están siendo examinadas. El
dendrocronologista debe seleccionar sitios que maximizaran la señal ambiental que
está siendo investigada (McCarthy 1998). Se deben identificar y seleccionar un área
ecológicamente homogénea donde se tomarán las muestras de los árboles para
estudios dendrocronológicos (Kaennel y Schweingruber 1995).
g)Principio de Replicación: este principio indica que se debe tomar más de una muestra
del radio del tallo por árbol y más de un árbol por sitio. Esto permite realizar
comparaciones estadísticas de variabilidad entre árboles y entre grupos de árboles. Las
mediciones de esta variación proporcionan información valiosa sobre como los factores
del sitio y clima controlan el crecimiento del árbol (Fritts 1976). Al tomar más de una
serie de anillos por árbol se reduce más la tasa de variación dentro de un mismo árbol
(McCarthy 1998, Grissino-Mayer 1996).
h)Principio de Sensibilidad: la observación de los anillos de crecimiento puede ser una
guía de cómo los factores ambientales se pueden convertir en un factor limitante del
proceso de crecimiento. Mientras mayor sea la limitación al crecimiento ocasionada por
factores ambientales, mayor será la variación del ancho de los anillos de crecimiento
dentro de un mismo árbol. La variación del ancho de los anillos como consecuencia de
la presencia de un factor limitante recibe el nombre de sensibilidad, mientras que la
carencia de variación recibe el nombre de complacencia (Fritts 1976). Los árboles
muestran anillos “sensibles” cuando su crecimiento es afectado por factores tales como
pendiente, suelos pobres, poca humedad. La presencia de anillos “complacientes” se
produce bajo la acción de condiciones climáticas constantes tales como alta
disponibilidad de agua, suelos fértiles o crecimiento en regiones protegidas (McCarthy
1998). En otras palabras, el crecimiento del árbol es descrito como “sensible” cuando
exhibe un alto grado de variación anual, produciéndose una mezcla de anillos anchos y
457
estrechos a través del tiempo. Por otra parte, el crecimiento del árbol se considera
“complaciente” cuando no exhibe un alto grado de variación anual, es decir, existe
poca variación del ancho de los anillos de crecimiento a través del tiempo. En los
estudios de Dendrocronología se prefieren los patrones de crecimiento en donde exista
sensibilidad ya que el proceso de crossdating se facilita más mientras mayor sea la
variación en el ancho de los anillos (Martínez 1996).
Además de los principios antes mencionados, en Dendrocronología se utiliza un
procedimiento de Estandarización el cual, algunas veces es considerado como un
principio. El ancho de los anillos de crecimiento puede variar no sólo como
consecuencia de cambios climáticos, sino que también se pueden producir variaciones
como consecuencia de la edad del árbol, altura del tallo donde se toma la muestra,
condiciones y productividad del sitio. En los estudios de variación del ancho de anillos
de crecimiento en relación a cambios climáticos, es conveniente estimar la tasa de
cambios sistemáticos de ancho de anillos asociados con la edad, para así “removerlos”
de las mediciones. Esta corrección del ancho del anillo con relación a la edad y
geometría del árbol es conocida con el nombre de estandarización y los valores
transformados reciben el nombre de índice de ancho del anillo (Fritts 1976). La
estandarización consiste en la extracción de las variaciones de largo período en una
serie temporal de parámetros medidos en los anillos de crecimiento. El proceso
consiste en dividir los valores observados (medidas de los anillos) por los valores
estimados por la función de estandarización ajustada; de esta manera, una serie
temporal del grosor de los anillos es convertida en una serie de índices del grosor de
los mismos (Kaennel y Schweingruber 1995).
458
dendrocronológicos son: Pinus edulis, Pinus ponderosa, Pseudotsuga menziesii, Picea glauca,
Pinus contorta, Chamaecyparis nootkatensis. También se ha trabajado con especies de los
géneros Agathis, Araucaria, Betula, Carya, Cedrela, Fraxinus, Pistacia, Podocarpus, Quercus,
Sequoia, Ulmus (Freeman 1997).
Limitaciones de la Dendrocronología:
Existen muchas especies, en distintas regiones geográficas, que no son adecuadas
para la realización de estudios de Dendrocronología ya que sus anillos de crecimiento se
muestran inconsistentes: es posible que no se formen anillos en un período favorable de
crecimiento o que se formen más de un anillo en un solo período. Por ejemplo, Cupressus
arizonia, algunas especies de Juniperus y la mayoría de las especies tropicales y
subtropicales no son adecuadas para los estudios de Dendrocronología. Sin embargo,
estudios recientes indican que el estudio de anillos de crecimiento puede ser realizado
en áreas tropicales donde se presentan períodos de lluvia y sequía. Las especies Tectona
grandis y Pinus spp. en Indonesia y Tailandia muestran una relación significativa con la
variación de los períodos de lluvia (Kham 1997).
459
Aplicación de la Dendrocronología en la zona tropical:
Hasta hace poco tiempo existían pocas tentativas de realizar estudios de análisis de
anillos de crecimiento en los bosques tropicales. La presencia de anillos indistintos y la
uniformidad de los períodos de crecimiento parecían problemas insuperables. Parte del
pesimismo para realizar este tipo de estudios en el trópico era como consecuencia de la
carencia de conocimientos sobre la realización de estudios de anillos de crecimiento
exitosos con especies tropicales. Sin embargo, en los últimos años el conocimiento de la
estructura anatómica de especies tropicales indica el potencial de estudios de anillos de
crecimiento en especies de esta área (Jacoby 1989).
El principal problema en el análisis de anillos de crecimiento en especies tropicales es
la frecuente ausencia de anillos de crecimiento formados según cierta periodicidad. La
ausencia de estaciones, lo cual induce a fases alternas de latencia y actividad, es la
principal razón por la que no se tienen anillos formados de forma regular. La
temperatura es uniforme casi todo el año y no existe una estación fría que guíe a un
período de latencia. En algunas áreas se observa cierta estacionalidad en cuanto a la
ocurrencia de precipitaciones y esto hace que exista una mayor tendencia para el
desarrollo de períodos de latencia y el desarrollo de características anatómicas que
permitan hacer visible una expresión cíclica del proceso de crecimiento (Jacoby 1989),
pero en aquellas áreas en donde existe un acentuado período de sequía, en algunas
especies se puede producir la formación de anillos anuales de crecimiento; favoreciendo
con ello la realización de estudios de Dendrocronología (D´Arrigo et al. 1997). Según
Worbes (1995), la presencia de un período de sequía con 2-3 meses de duración y
precipitaciones menores de 60 mm mensual inducen a la formación de anillos anuales
de crecimiento en la zona tropical. Por ejemplo, Devall et al. (1995), indican que las
especies Annona spraguei, Cordia alliodora y Pseudobombax septenatum, en Panamá,
desarrollan anillos anuales de crecimiento.
460
La determinación de edad en los árboles tropicales requiere de la aplicación de
algunos métodos e investigaciones (Worbes 1989):
a)Una investigación cuidadosa sobre el sitio y condiciones de crecimiento de los
árboles.
b)Investigaciones relacionadas con el conocimiento de la estructura anatómica de la
madera para conocer la estructura de los anillos de crecimiento y sus adyacencias.
c)Análisis con carbono radioactivo y mediciones del ancho de los anillos de
crecimiento para conocer de forma más precisa la naturaleza del ritmo de
crecimiento.
461
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463
TEMA 4. ANATOMÍA DE MADERAS Y FILOGENIA
Las características anatómicas de la madera pueden ser utilizadas como un índice del
grado de evolución de las especies. Se han establecido correlaciones entre anatomía del
leño y filogenía. Dichas correlaciones se han realizado de forma independiente para
diferentes características.
Dentro del reino vegetal, las gimnospermas son más primitivas que las angiospermas,
presentando un leño con una constitución anatómica simple y homogénea (Burger y
Richter 1991). Partiendo de este punto, se puede decir que la ausencia de vasos y fibras,
presencia de células de gran longitud y la ausencia de estructura estratificada son
condiciones primitivas.
Bailey y Tupper (1918) indican que la longitud de los elementos traqueales y de las
células iniciales cambiales va disminuyendo a medida que aumenta el grado de
especialización. A partir de la relación de la longitud de los elementos vasculares con
otras características, se han establecido hipótesis evolutivas para las maderas
latifoliadas. A continuación se presentan aspectos donde se indica la relación entre
elementos anatómicos de la madera y evolución.
Vasos:
Bailey y Tupper (1918), citados por Carlquist (1988), presentan datos para
dicotiledóneas con vasos e indican que existe una amplia variabilidad en cuanto a la
longitud de los elementos vasculares, observando que los elementos vasculares de
menor longitud se encuentran en los grupos en donde se observan caracteres florales
más especializados.
Frost (1930, 1931) correlaciona la longitud de los elementos vasculares con otras
características de los mismos y concluye que las platinas de perforación escalariforme
con muchas barras e inclinadas son características primitivas. La especialización
conlleva a una reducción progresiva del número de barras hasta llegar a las platinas
464
simples y horizontales (Figura 125). Sin embargo, Carlquist (1988) indica que la
inclinación de las platinas de perforación ofrece ciertas dificultades para correlacionar
con aspectos de filogenía debido a su variabilidad y dificultad de medición.
465
Fibras:
Según Metcalfe y Chalk (1950, 1983) y Vliet et al. (1981), con relación a las fibras, la
especialización indica que el tipo más primitivo corresponde a fibras con punteaduras
claramente areoladas, anteriormente denominadas fibrotraqueidas, hasta llegar a la
forma más evolucionada, correspondiente a las fibras con punteaduras indistintamente
areoladas, anteriormente denominadas fibras liberiformes. Carlquist (1988) señala que
la tendencia evolutiva correspondiente al tejido de soporte en el xilema de maderas
dicotiledóneas se inicia con traqueidas, para luego pasar a fibras con punteaduras
claramente areoladas y, finalmente, fibras con punteaduras indistintamente areoladas.
Paralelo a estos cambios, se observa una reducción en la longitud de las fibras (Figura
125).
Radios:
Kribs (1935) ha definido ciertos tipos de radios los cuales, se considera, exhiben
diferentes grados de especialización; considerando que los radios más primitivos son
aquellos donde se presenta una combinación de radios multiseriados con largos
extremos uniseriados en conjunto con radios uniseriados formados por células erectas
(radios Heterogéneos tipo I). La especialización conduce a radios donde se observa una
disminución de los uniseriados, para presentarse sólo radios de tipo multiseriados
(Homogéneos tipo II) o de los radios multiseriados se pasa a radios completamente
uniseriados (Heterogéneos tipo III y Homogéneos tipo III). Paralelo a la disminución de
los radios uniseriados o multiseriados; los radios individuales se tornan menos
heterogéneos y sus componentes celulares son más pequeños. De acuerdo al sistema de
clasificación de radios establecido por la Asociación Internacional de Anatomistas de la
Madera (IAWA Committe 1989), y comparándola con el sistema de clasificación de
Kribs, la condición más primitiva corresponde a los radios heterocelulares y
multiseriados con más de cuatro rutas de células marginales en combinación con radios
homocelulares y uniseriados constituidos por células cuadradas o erectas. El proceso
evolutivo se corresponde con una disminución en el ancho y altura de radios, así como
466
un aumento de su homogeneidad. La condición más evolucionada corresponde a radios
uniseriados y homocelulares, constituidos por células procumbentes. Metcalfe y Chalk
(1983) señalan que las observaciones de Kribs (1935) con respecto al proceso evolutivo
de los radios han recibido críticas por no tomar en consideración aspectos fisiológicos de
la planta.
Parénquima axial:
Estructura estratificada:
Beijer (1927), citado por Metcalfe y Chalk (1950, 1983), señala que la estructura
estratificada se encuentra relacionada con la longitud de las células iniciales cambiales;
467
específicamente con células cambiales muy cortas y esto puede ser utilizado como un
índice de alto grado de especialización. De acuerdo a esto, a medida que aumenta el
número de elementos estratificados se incrementa el grado de evolución de las especies.
En general, la evolución de las características anatómicas de la madera indica que las
condiciones más primitivas corresponden a maderas sin vasos, en donde traqueidas de
gran longitud se encargan de cumplir funciones de conducción y soporte. De esta
condición se avanza al desarrollo de vasos con platinas de perforación y punteaduras
intervasculares escalariformes, fibras de punteaduras claramente areoladas; hasta llegar
a la condición más evolucionada, en donde se presentan vasos con platinas de
perforación simples y horizontales, punteaduras intervasculares alternas y fibras con
punteaduras indistintamente areoladas. Estos criterios, correspondientes a vasos y
fibras, han sido reforzados con estudios tendientes a la determinación de las tendencias
evolutivas correspondientes a parénquima axial y radios (Baas 1982). Por ejemplo, la
especie Drymis winteri (Winteraceae) pertenece al orden más primitivo de las
angiospermas (Orden Magnoliales) y al estudiar la estructura anatómica de la madera se
observa la ausencia de vasos, desarrollo de traqueidas para cumplir función de
conducción y soporte; los radios son mayores de 1 mm de altura, multiseriados,
heterocelulares con más de cuatro rutas de células marginales y homocelulares de
células cuadradas o erectas. También se puede mencionar maderas con características de
alto grado evolutivo; por ejemplo Pterocarpus acapulcensis (Papilionaceae, Orden
Fabales): elementos vasculares con platinas de perforación simples y horizontales,
punteaduras intervasculares alternas; fibras cortas, con punteaduras indistintamente
areoladas; radios homocelulares de células procumbentes, exclusivamente uniseriados,
menores de 1 mm de altura; parénquima axial de tipo fusiforme; estructura estratificada
en radios, parénquima axial y fibras.
468
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470
TEMA 5. ANATOMÍA DE LA MADERA Y ECOLOGÍA.
471
Se debe indicar que en los estudios de ecología y anatomía de maderas se hace gran
énfasis en las características cuantitativas de los elementos vasculares. Las características
más importantes son el número de barras por platina de perforación escalariforme,
diámetro de los poros, número de poros por mm2, longitud de los elementos vasculares
y el número de poros que se presentan en los grupos múltiples. El grosor de las paredes
de los vasos, el diámetro de las punteaduras intervasculares y las características
cuantitativas de los elementos traqueales imperforados, excepto la longitud, son
importantes para estudios comparativos pero no para la relación de la anatomía de la
madera con la ecología (Carlquist 1988).
Disponibilidad de agua:
472
estructura anatómica del leño de especies y géneros de la familia Rhizophoraceae que
crecen en condición de manglares y otros miembros de la misma familia que no crecen
en esa condición, encontrando que el área total de vasos en sección transversal es mayor
en las especies de manglares, pero los vasos individuales son de menor diámetro y el
incremento en área se produce por un aumento en el número de vasos (Metcalfe y Chalk
1983).
Carlquist (1975), citado por Barajas-Morales (1985), indica que existe una clara
correlación entre la morfología de los elementos traqueales y las presiones negativas, un
hecho que es más evidente a medida que aumentan las condiciones de aridez. La
tendencia general observada es una disminución de la longitud y diámetro de los
elementos vasculares y un aumento en el grosor de sus paredes a medida que se
incrementan las condiciones de aridez. Wilkins y Papassotiriou (1989) señalan que los
vasos más estrechos, aunque son menos eficientes para la conducción de agua, son
considerados como más seguros en los ambientes más secos ya que permiten el
desarrollo de mayores presiones negativas antes que se produzca el embolismo y
ocasione el cese del funcionamiento del vaso. En zonas de mayor disponibilidad de
humedad existen vasos más anchos ya que éstos proporcionan una mayor eficiencia en
áreas donde los requerimientos de transpiración y disponibilidad de agua son mayores.
473
Barajas-Morales (1985) comparó las características anatómicas del leño de las especies
que crecen en dos tipos de bosques (húmedo tropical y deciduo tropical) los cuales
difieren principalmente en la cantidad de humedad disponible a través de todo el año,
observando lo siguiente:
c)Las especies del bosque deciduo presentan elementos vasculares más cortos y
estrechos, fibras más cortas y radios de menor altura. En este tipo de bosque también
se observan mayores valores en cuanto a abundancia de poros, peso específico y grosor
de las paredes de los vasos.
d)Para los dos tipos de bosques no se encontraron diferencias significativas con respecto
a la abundancia de radios y grosor de las paredes de las fibras.
474
Sidiyasa y Baas (1998) señalan que en el género Alstonia existe una disminución de la
longitud de los elementos vasculares y las fibras con la reducción de la cantidad de
humedad disponible.
Latitud y Altitud:
Erak (1971), citado por Metcalfe y Chalk (1983), encontró que a mayores altitudes (730
y 900 msnm), los vasos son más pequeños y desarrollan paredes más gruesas que los
observados en especies que crecen en tierras bajas. Igualmente, las fibras desarrollan
paredes de mayor grosor a mayores altitudes.
475
Van der Oever et al. (1981), estudiando el género Symplocos, observaron que al
aumentar la altitud se presentan disminuciones en el diámetro de los poros, longitud de
los elementos vasculares, diámetro y longitud de las fibras. Por el contrario, la
frecuencia de poros aumenta con los incrementos altitudinales. Características como
grosor de las paredes de los vasos, diámetro del lumen y grosor de las paredes de las
fibras y el número de barras por platina de perforación no muestran, para este caso, una
dependencia significativa con las variaciones altitudinales.
Xinying et al. (1988) estudiaron la variación anatómica del leño de Syringa oblata ante
variaciones de altitud recolectando muestras en regiones de China cuya altitud oscila
entre 1050 y 1800 msnm y encontraron una fuerte correlación positiva entre la altitud y
el ancho del anillo de crecimiento, porcentaje de poros solitarios, longitud de elementos
vasculares y fibras y dimensiones de los radios. Con respecto al número de poros y
número de radios, estos tienden a disminuir al aumentar la altitud. Estos resultados
contrastan con los encontrados en otros estudios (Baas 1973; Van den Oever et al. 1981)
en los cuales se ha observado que las variaciones altitudinales desde el nivel del mar
hasta, aproximadamente, 2000 m están asociadas con una reducción dimensional de los
elementos leñosos y un incremento en la frecuencia de poros y radios. Sin embargo,
estas tendencias parecen estar fuertemente relacionadas con la latitud y por ello, muchas
veces no se encuentran variaciones consistentes de las características anatómicas
cuantitativas ante cambios de latitud o altitud.
476
Van den Oever et al. (1981) estudiando la influencia de la latitud sobre la estructura
anatómica de la madera del género Symplocos, encontraron que al incrementarse la
latitud disminuyen el diámetro de poros, grosor de la pared de los vasos, longitud de
los elementos vasculares, diámetro de las fibras, grosor de las paredes de las fibras y la
longitud de las fibras; mientras que la frecuencia de poros aumenta. Chen et al. (1993),
estudiando la familia Magnoliaceae en China, indican que los elementos vasculares
tienden a ser más largos y anchos en la zona tropical y subtropical, en comparación con
áreas correspondientes a zona templada. También encontraron que el número de poros
por mm2 es menor en la tierra tropical y subtropical. Dong y Baas (1993), con respecto a
la tendencia ecológica del diámetro de las fibras en la familia Anacardiaceae de China,
indican que las fibras de mayor diámetro se encuentran en la zona tropical, mientras que
las más estrechas corresponde a especies que crecen en la zona templada; es decir que
existe una reducción del diámetro de fibras con los aumentos de latitud. Según Roig
(1992), la longitud de las traqueidas en el género Pilgerodendron disminuye a medida que
aumenta la latitud; pero en los géneros Austrocedrus y Fitzroya no se observa una
relación definida entre longitud de traqueidas y latitud.
477
La presencia de engrosamientos espiralados es más común en la flora de la zona
templada, mientras que en zonas tropicales su ocurrencia es esporádica. En algunos
géneros, tales como Helianthemun (Cistaceae), Corylus (Corylaceae), Lavatera (Malvaceae)
y Daphne (Thymelaeaceae), que crecen en Europa la presencia de engrosamientos
espiralados varía sin seguir ningún patrón ecológico. Por otra parte, el género
Arctostaphylos (Ericaceae) si mantiene una tendencia general en cuanto a engrosamientos
a medida que se pasa de la zona boreal a la templada. En el género Teucrium (Labiatae),
la especie T. betonicum es la única que no posee engrosamientos espiralados (especie
subtropical), mientras que las que se desarrollan hacia la zona templada si poseen
espirales (Baas y Schweingruber 1987). Van de Oever et al. (1981) indican que la
presencia de engrosamientos espiralados en vasos y fibras es común en árboles que
crecen en la zona templada. Dong y Baas (1993), estudiando la familia Anacardiaceae en
China, señalan que los géneros Rhus, Cotinus y Pistacia poseen engrosamientos
espiralados y corresponden a la región templada de China.
Baas (1973) indica que existe correlación entre la cantidad de parénquima axial
presente en la madera y la latitud. Estudiando el género Ilex encontró que las especies
que se desarrollan en la zona templada presentan poca cantidad de parénquima y el
mismo es de tipo apotraqueal difuso mientras que hacia la zona subtropical y tropical
aumenta la cantidad de parénquima, presentándose tanto de tipo apotraqueal difuso
como difuso en agregados. En el mismo estudio, con respecto al parénquima radial, se
observó que en la zona tropical tienden a desarrollarse radios de mayor altura. El ancho
de los radios no manifestó ninguna correlación con la latitud. Sidiyasa y Baas (1998)
señalan que las especies que crecen a mayores latitudes tienden a tener radios de menor
altura.
478
La ocurrencia de porosidad circular en la madera se encuentra íntimamente
relacionada con el clima. La madera de porosidad circular es característica en árboles
que crecen en zonas donde existe una estación de latencia (Metcalfe y Chalk 1983).
Básicamente, la porosidad circular se presenta en maderas que crecen en la zona
templada, es decir, que es una característica influida por la latitud. Zhang et al. (1992)
realizaron un estudio de la estructura del leño de la familia Rosaceae relacionando la
misma con aspectos de tipo ecológico encontrando que la porosidad circular decrece a
medida que se avanza de zona templada a tropical, no observándose en esta última. En
este paso de zona templada a tropical se produce un incremento de porosidad difusa. La
porosidad semicircular muestra pocos cambios con las variaciones macroclimáticas.
Las características anatómicas que son determinadas por diferencias en cuanto a tipo
de suelo no pueden ser fácilmente distinguidas de los cambios inducidos por otros
factores (Metcalfe y Chalk 1983). Yaltirik (1970), citado por Metcalfe y Chalk (1983),
reporta que los elementos vasculares de Acer que crece en suelos secos alcalinos son
usualmente más pequeños y esto es atribuido a la alta concentración de iones.
Igualmente, se encontraron cristales de oxalato de calcio los cuales no estaban presentes
en maderas que crecieron en suelos ácidos y más húmedos.
479
sobre la cual se desarrollan las especies. La mayoría de las especies de Erythroxylum,
Nectaropetalum y Pinacopodium contienen cristales de oxalato de calcio en el parénquima
axial y estas especies crecen comúnmente en suelos y sustratos calcáreos. Las especies
neotropicales de la familia Erythroxylaceae que contienen sílice en el parénquima radial,
usualmente crecen en suelos de origen siliceo.
Según Carlquist (1977) las especies consideradas como xerófitas poseen índices de
mesomorfía inferiores a 75; mientras que para las especies mesófitas dicho índice
480
alcanza valores superiores a 200. Ambos índices indican que las especies que se
desarrollan en esa zona de vida son de tipo mesomórficas.
Pérez (1989) realizó el estudio ecoanatómico del leño de 40 especies que crecen en la
Selva Nublada Andina de Venezuela y encontró que todas las especies estudiadas
presentaban índices de vulnerabilidad superiores a 1 e índices de mesomorfía mayores
de 200.
mesomorfía tenemos los siguientes: poros escasos por mm2, poros con gran diámetro,
elementos vasculares largos, algunos poros agrupados, ausencia de traqueidas
vasicéntricas, ausencia de engrosamientos espiralados en los vasos y anillos de
crecimiento no definidos. Las platinas de perforación escalariformes están presentes en
pocas especies mesomórficas, pero dichas platinas están asociadas con la mesomorfía.
La xeromorfía puede ser alcanzada a través de la reducción del número de barras en las
481
platinas de perforación escalariformes, aumento del número de poros por mm2,
disminución del diámetro de los poros, aumento del grosor de las paredes de los vasos,
disminución de la longitud de los elementos vasculares, desarrollo de engrosamientos
espiralados en los vasos y presencia de anillos de crecimiento claramente definidos,
mayor agrupamiento de los poros y desarrollo de traqueidas vasicéntricas o vasculares.
cortos (198-360 m), fibras xilemáticas muy cortas y 13-15 poros por mm2. Se aplica el
término de xeromorfismo longitudinal porque no hay una reducción del crecimiento
radial de los vasos, como supone el concepto clásico, sino un incremento en el diámetro.
Con respecto a la especie Anacardium occidentale se observan indicios de mesomorfismo
los cuales se reflejan en un número reducido de poros por mm2 (5-9), elementos
vasculares relativamente largos (350-500 m) y fibras xilemáticas largas.
numerosos por mm2 unido a la presencia de fibras muy cortas son la expresión de la
referida condición; mientras que el diámetro tangencial grande de los vasos se refiere a
la segunda condición.
482
Aunque se pueden presentar excepciones, se han establecido las siguientes tendencias
ecológicas con respecto a la estructura de la madera (Baas 1982):
a)La longitud de las fibras, elementos vasculares y el diámetro de los poros disminuyen,
mientras que la frecuencia de poros aumenta, cuando se produce un incremento de la
sequía o disminuciones de temperatura.
b)Con respecto a las platinas de perforación, los análisis florísticos han mostrado que la
presencia de platinas escalariforme es más frecuentes en la zona templada y en las
floras montañosas tropicales, en comparación con las tierras bajas o regiones áridas.
Estudios realizados con géneros de amplia distribución indican que no hay una
tendencia general con respecto a los regímenes de temperatura, existiendo sólo
evidencias que indican una reducción del número de barras de la platina de
perforación en condiciones más xéricas.
c)La altura de los radios disminuye con los incrementos de latitud y altitud, esta
disminución es paralela a los cambios que ocurren con la longitud de las fibras y de los
elementos vasculares.
d)Un carácter marcado en los bosques de las tierras bajas tropicales es la alta incidencia
de maderas con abundante parénquima, especialmente de tipo paratraqueal, y la
relativa escasez de este carácter en la flora de la zona templada.
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