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por su fe.
Estudio de la Atalaya del 2 al 8 de septiembre 2019.
Link para verse por video – Tres experiencias de fidelidad
La otra hermana es Valentina Garnovskaya. Estuvo en prisión
en la antigua Unión Soviética en tres ocasiones distintas durante
veintiún años.*
Nota:
Vea el Anuario de los testigos de Jehová 2008, páginas 191 y
192.
Nunca tuve un lugar propio donde vivir
VALENTINA GARNOVSKAYA
AÑO DE NACIMIENTO 1924
AÑO DE BAUTISMO 1967
OTROS DATOS Estuvo veintiún años en prisiones y campos
de trabajos forzados, dieciocho de ellos antes de bautizarse.
Valentina ayudó a 44 personas a aprender la verdad antes de su
muerte, en 2001.
MI MADRE y yo vivíamos en el oeste de Bielorrusia. Conocí a
los testigos de Jehová en febrero de 1945. Un hermano vino a
casa solo tres veces y nos enseñó varias cosas de la Biblia.
Jamás volví a verlo, pero empecé a predicarles a mis vecinos y
conocidos. Entonces me arrestaron y me sentenciaron a ocho
años de trabajos forzados. Me mandaron al oblast de Uliánovsk.
En el campo observaba a las demás prisioneras y trataba de oír
sus conversaciones, con la esperanza de encontrar a alguna
testigo de Jehová. En 1948 escuché a una prisionera mencionar
el Reino de Dios. Se llamaba Asya. ¡Qué feliz me sentí de poder
hablar con ella de asuntos bíblicos! Poco después llegaron otras
tres hermanas al campo. Casi no teníamos publicaciones, así
que procurábamos andar juntas la mayor parte del tiempo.
Salí en 1953. Pero tres años y medio después me volvieron a
arrestar por predicar, y fui sentenciada a diez años de cárcel. En
1957 me transfirieron al campo de trabajos forzados de
Kemerovo, donde había unas ciento ochenta hermanas. Las
publicaciones bíblicas nunca nos faltaron allí. Durante el
invierno las escondíamos en la nieve; durante el verano, entre la
hierba y en la tierra. Cuando había registros, me cubría los
hombros con un enorme chal y sujetaba las puntas con ambas
manos, donde ocultaba las hojas de la publicación. Para ir de un
campo a otro, escondía varios ejemplares de La Atalaya en una
gorra que yo misma había hecho, y me la ponía en la cabeza.
Después de un tiempo me enviaron a un campo de trabajos
forzados de Mordvinia. En ese campo había una Biblia, que se
guardaba en un lugar seguro. Solo podíamos consultarla cuando
estuviera presente la hermana que la cuidaba. La única Biblia
que yo había visto hasta entonces, aparte de esta, era la del
hermano que me llevó la verdad allá en el año 1945.
Cuando quedé libre en 1967, me mudé a Angren (Uzbekistán),
y pude simbolizar mi dedicación mediante bautismo en agua.
Como siempre había estado en campos de trabajos forzados
para mujeres, allí, por primera vez, pude conocer a hermanos
varones, aparte del Testigo que nos llevó la verdad a casa.
La congregación de Angren estaba formada por celosos
ministros del Reino, tanto hermanos como hermanas, y en poco
tiempo ya les tenía mucho cariño. En enero de 1969 arrestaron a
ocho hermanos y cinco hermanas de nuestra congregación. Yo
estaba entre ellos. Me condenaron a tres años de prisión como
“delincuente especialmente peligrosa”. Muchas veces terminé
en una celda de aislamiento por predicar.
Para dirigir estudios bíblicos me ocultaba debajo de una frazada
junto con la estudiante. Teníamos prohibido hablar entre
nosotras cuando salíamos a caminar. A la que sorprendieran
hablando la mandaban a la celda de aislamiento. Nuestras
únicas publicaciones estaban copiadas a mano, y volvíamos a
copiarlas una y otra vez.
Nunca tuve un lugar propio donde vivir. Todas mis pertenencias
cabían en una maleta. A pesar de eso, yo era feliz y me sentía
satisfecha de servir a Jehová.
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Nuestra integridad alegra el corazón de Jehová
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2009
1- Biografía
______________________________________________
MISIONEROS ARRESTADOS
“Una mañana al estar preparando el desayuno,” continuó, “el hermano
King miró por la ventana y vio que algunos policías corrían por el
callejón. Dijo: ‘¿Adónde irán?’ Bueno, no tuvimos que esperar mucho
para saberlo, porque en un instante estuvieron golpeando nuestra
puerta. Y cuando abrimos la puerta se hallaban allí con armas
desenvainadas, al estilo verdadero de los ‘gángsters,’ y nos dijeron:
‘Arriba las manos’ y nos esposaron. Entonces registraron toda nuestra
propiedad, pusieron la literatura de la Sociedad Watch Tower en
bolsas y nos llevaron en autos particulares a la casa de detención. Allí
me colocaron en una celda donde me mantuvieron solo todo el
tiempo.”
Luego comenzó un período de interrogatorios para el hermano Jones
que, junto con Haraldo King, fue acusado de ‘participar en actividades
reaccionarias contra el gobierno del pueblo de la China.’ Esto incluyó
dos puntos particulares. Primero: sus doctrinas y sus actividades de
predicación. Segundo: sus declaraciones personales, cosas dichas en
conversación con la gente a través de los nueve años anteriores.
Evidentemente la policía había estado preparando un archivo contra
ellos. El hermano Jones habló acerca de los métodos de ellos:
“Objetaban a la predicación del reino de Dios como la única
esperanza. Decían que habían eliminado de la China a los antiguos
imperialistas y que ahora el país se hallaba en las manos del pueblo. El
pueblo debería unirse ahora para edificar una nueva China y un ‘nuevo
mundo.’ Y por eso, insistían en que todos deben participar y que ‘si
usted está enseñando neutralidad, entonces usted se opone al
gobierno.’ Dijeron que el predicar el Reino sería subversivo. No sé si
pensaron que al arrestarnos podían impedir que este mensaje del
Reino se proclamara y frustrar el propósito de Dios de establecer este
dominio del Reino sobre toda la Tierra, pero sabemos que ningún
gobierno, prescindiendo de la acción que emprenda contra los siervos
de Dios, puede impedir que el reino de Dios se esparza para abarcar
toda la Tierra y consumir a todos sus enemigos. Sabemos que ahora se
ha acercado el día cuando lo hará. ¡Cuán ridículo parece que una gran
nación de 650 millones de personas creyera que cincuenta testigos de
Jehová constituían una amenaza, y por eso requirieran esta acción!”
La necedad de tal actitud por el gobierno chino comunista hizo que
brotara risa entre el auditorio. El hermano Jones pasó entonces a
describir los esfuerzos que se hicieron para conseguir una confesión
de parte de él ofreciéndole una sentencia más leve.
“Su método era exigir una confesión. Bueno, yo les dije que no estaba
consciente de ningún delito. Pero dijeron: ‘Piense en sus crímenes
pasados.’ La idea era hacerme comenzar a pensar: ‘¿Hice realmente
algo malo? ¿He quebrantado la ley?’ Creen que quizás el prisionero se
sentirá culpable sobre algún punto y hablará en cuanto a éste y
entonces se enterarán de algo que no saben. Por lo tanto, le dan tiempo
para pensar. Si no se le ocurre algo, entonces pueden decir algo. En mi
caso dijeron: ‘Usted calumnió a los periódicos chinos.’ Pero,
¿cuándo? ¿cómo? No dicen. Quieren que yo piense en algo. Luego,
después de un tiempo, tienen que revelarlo. Dijeron que yo calumnié a
los periódicos chinos cuando informaron que tropas norteamericanas
estaban usando guerra de gérmenes en Corea.
“Ahora bien, puedo recordar que hace años se informó en una ocasión
que en Corea del Norte se había hallado una rata infectada de
gérmenes. Entonces se declaró que esto era evidencia de que los
norteamericanos habían arrojado esta rata en Corea del Norte para
esparcir gérmenes entre los habitantes. Cuando alguien me dijo esto,
probablemente dije: ‘Bueno, eso me parece a mí como propaganda.’
Pero ahora ellos querían que yo reconociera que lo que yo había dicho
era una calumnia y un crimen.
“También, yo tenía un estudio bíblico con una señora, y en una
ocasión, precisamente antes del estudio, la señora preguntó si yo había
estado en Hong Kong. Le dije que no. Ella dijo: ‘Me dicen que es un
lugar muy bonito. Quizás alguna vez vaya allí de vacaciones.’ Por
esas pocas palabras inocentes ahora la policía quiere decir que esta
persona está descontenta con la vida en el continente, descontenta con
el gobierno, quiere huir, y por lo tanto se opone al gobierno.
Ciertamente en un país libre una persona no podría ser encarcelada por
tales asuntos que simplemente llamaríamos ‘libertad de palabra.’
“Pero tenían que tener una razón para arrestar a nuestros hermanos
chinos y suprimir nuestra organización. De modo que hicieron
acusaciones contra la Sociedad. Dijeron que la Sociedad Watch Tower
no es una organización religiosa; es una ‘agencia del gobierno
estadounidense’; que el presidente de la Sociedad es un ‘agente
imperialista’; que fui enviado a China, no a predicar, sino a oponerme
al comunismo. Escribieron estas cosas en forma de una hoja de
preguntas y respuestas, escribiendo algunas de mis respuestas y otras
que querían que yo dijera, y luego me la leyeron. Por supuesto, no
estuve dispuesto a firmarla. Me dijeron: ‘Regrese a su cuarto y
piénselo.’ Aproximadamente una semana después me despertaron en
la noche y me llevaron de regreso a la sala de interrogatorios, y
comenzaron a leer otra vez este papel. Pero yo aclaré bien que la
Sociedad Watch Tower es una organización religiosa que predica las
buenas nuevas del reino de Dios. Me enviaron de vuelta a mi cuarto
para que pensara otra vez y me dieron una hoja de papel y me pidieron
que escribiera estas cosas yo mismo. En cambio, escribí una
declaración en defensa de la Sociedad y de nuestra propia obra en
Shangai y les entregué ésta. Se encolerizaron sobremanera, pero jamás
me pidieron otra vez que firmara aquel papel.”
Después de cuatro meses le dijeron al hermano Jones que lo llevarían
a una “casa agradable” en un “hermoso jardín” por seis meses para
que pudiera pensar. Pero allí, todas las mañanas a las cinco en punto,
un altoparlante de los campos vecinos comenzaba a hacer resonar
música, discursos e instrucciones a los agricultores en sus casas y
campos. Esto seguía hasta las nueve en punto de la noche. Después de
seis meses su salud se estaba afectando y le agradó regresar a la casa
de detención algo opresiva en Shangai. Ahora comenzó un año de
intensa “educación política” a medida que su “instructor” recalcaba
diestramente los males de las naciones capitalistas y presentaba al
comunismo como la solución para los problemas del hombre. ¿Qué
pensaba el hermano Jones durante todo esto?
“Cuando escuchaba esto solía pensar: Bueno, ustedes ven las faltas y
fracasos la necesidad de un cambio; pero no tienen la solución. Yo
puedo ver que ustedes tienen sus faltas también. Ustedes cometen
crímenes de su propia clase particular, y el hombre necesita liberación
de ustedes así como la necesita de cualquier otro. Y por eso, mientras
hablaba él, yo solía pensar en cuanto al Reino como la verdadera
esperanza. Así, tal doctrinarismo nunca penetró en mi mente en
absoluto. Estando fortalecido con un conocimiento del reino de Dios,
estando seguro de ello, no dudando nunca de ello ni por un instante,
no pude ser movido, y estoy seguro de que ustedes tampoco lo serían,
aunque la gente mundana lo sea.
“En medio de esto hubo ocasiones en qué traté de predicar. Siempre
sentía el impulso de hacerlo. Pero cuando trataba de hablar en cuanto a
la Biblia me lo impedían inmediatamente. Un hombre dijo que era una
autoridad sobre religión y la Biblia. Pensé que podría explicarle mejor
a él y que tendría algo de bondad en su corazón. Pero inmediatamente
cambió y dijo: ‘¡No me predique a mí!’ y se puso bastante furioso.
Bueno, yo no podía predicar en aquellos lugares a aquellos
comunistas, pero trataba de hacerlo. Y siempre tenía la satisfacción de
que: ‘Bueno, todavía soy Testigo, todavía estoy predicando o trato de
hacerlo, y con esto solía sentirme bien después. Sé que, quizás cuando
ustedes van en la obra de casa en casa y predican y nadie escucha,
ustedes se sienten igual después: Han tratado; todavía son Testigos,
prescindiendo de los resultados.”
UN JUICIO COMUNISTA
“Después de dos años en prisión y justamente antes de que me
llevaran al tribunal, se me dijo: ‘Usted puede tener un abogado para
que lo ayude; pero a él no se le permite que lo defienda a usted.’
Dijeron: ‘Él puede pedir indulgencia al tribunal, y el tribunal le
escuchará.’ Primero me llevaron a una audiencia preliminar del caso.
No hubo ningún auditorio presente y mi abogado no estuvo en el
tribunal. A la mañana siguiente nos llevaron al tribunal y había unas
ochenta personas sentadas allí. No se me pidió que me declarara
culpable o inocente. Solo fui interrogado por el juez. Me hizo
preguntas como ésta: ‘¿Fue usted enviado a la China por el elemento
imperialista Natán Knorr? ¿Organizó usted grupos para llevar a cabo
actividades clandestinas si su iglesia era suprimida? ¿Envió usted una
lista de nombres de personas a Hong Kong para que recibieran la
revista La Atalaya?
“Contesté, declarando solo los hechos. Estaba preparado para aceptar
cualquier sentencia que me dieran. Sabía que el asunto descansaba
enteramente en las manos de Jehová Dios; de modo que no me
preocupé. Me sentía libre; sentía que Jehová Dios estaba en control y
que los resultados serían de acuerdo con su voluntad.
“A la mañana siguiente nos llevaron de vuelta al tribunal y el juez
leyó la sentencia. Haraldo King había de recibir encarcelación de
cinco años, después de lo cual iba a ser deportado del país. Yo había
de recibir siete años y luego ser deportado también.”
Estudie y medite
6. ¿Cómo resolvió un misionero el problema de mantener su
espiritualidad mientras estaba en la cárcel?
6
En 1958, el misionero Stanley Jones empezó a cumplir una sentencia
de siete años de incomunicación en una cárcel de China. ¿Cómo
mantuvo fuerte su amor para con Jehová mientras estuvo aislado de
sus hermanos cristianos sin siquiera tener un ejemplar de la Biblia? Él
informa que escribió todos los textos bíblicos que pudo recordar y
agregó a éstos cualesquier citas bíblicas que pudo hallar en las
columnas “religiosas” de los periódicos que a veces recibía. Así
edificó un conjunto de textos bíblicos que constituyó la base para un
programa de estudio personal y meditación. Puesto que se encontraba
rodeado de personas que se oponían a sus creencias, él sabía que si no
mantenía su corazón y mente llenos de los pensamientos de Dios su fe
se embotaría rápidamente.
7. ¿A qué presiones nos enfrentamos, y cómo debemos protegernos de
ellas?
7
Es cierto que la mayoría de nosotros no estamos en la cárcel. No
obstante, una gran parte del tiempo estamos expuestos al pensar de
este mundo. El entretenimiento que el mundo ofrece, aunque no
siempre se oponga directamente a los principios cristianos,
ciertamente no promueve la verdad, la justicia, la fe y la esperanza de
salvación. Por lo tanto, si no dedicamos tiempo a fortificar nuestro
corazón y nuestra mente, probablemente nos debilitemos en sentido
espiritual y nuestro amor se enfríe.
8. ¿Qué bendición recibe la persona que estudia la Palabra de Dios y
medita en ella?
8
En cambio, si en realidad dedicamos tiempo a fortificarnos por
medio del estudio personal y la meditación, llegaremos a ser como el
hombre cuyo “deleite está en la ley de Jehová” y que día y noche lee
dicha ley en tono bajo. El salmista dice acerca de tal hombre:
“Ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de
corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje
no se marchita, y todo lo que hace tendrá buen éxito”. (Salmo 1:2, 3.)
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18. ¿Qué actividad nos ayudará a mantener vivo nuestro ‘primer
amor’?
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¿Qué hechos ayudarán al testigo de Jehová del día moderno a
mantener el ‘amor que tenía al principio’? Entre otras cosas, se
trata de hechos que estén en armonía con el siguiente mandato de
Jesús: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las
naciones” (Mateo 28:19). Harold King reconoció la importancia
de hacer esto. El apóstol Pablo también la reconoció. Por eso,
Pablo aconsejó a los efesios que ‘tuvieran calzados los pies con el
equipo de las buenas nuevas de la paz’ y que se equiparan con “la
espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios”.
19. La predicación, que es prueba de nuestro celo, también edifica
nuestro celo ¿de qué manera?
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Hay una relación estrecha entre el celo y la obra de predicar y
hacer discípulos. Es cierto que el celo hace que queramos hacer
dicha obra. Pero, en cambio, la obra de predicar estimula nuestro
celo. Después de predicar a una samaritana, Jesús dijo a sus
seguidores: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió”
(Juan 4:34). El enseñar la verdad lo había alimentado a él, lo
había edificado. Así también el que nosotros hablemos con otras
personas acerca del Reino de Dios contribuye a grabar en nuestra
mente y corazón hechos vitales y mejora la destreza que
manifestamos al defender la verdad (1 Pedro 3:15). Además, a
medida que el espíritu de Dios nos sostiene en esta obra, llegamos
a ‘fulgurar con el espíritu’ y lo vemos funcionando en otras
personas. (Romanos 12:11.)
20. ¿Cómo contribuyen juntos la predicación y el estudio personal
a mantenernos fuertes?
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¿Es el predicar a otros un sustitutivo para el estudio personal?
No. Hay que establecer un equilibrio entre estas dos actividades.
Si consumimos mucho alimento material, pero no hacemos
ejercicio, nuestro cuerpo finalmente sufre las consecuencias. En
cambio, si hacemos mucho ejercicio sin comer suficiente alimento,
con el tiempo nos agotamos físicamente. De manera parecida, si
dedicamos mucho tiempo al estudio personal sin predicar a otros,
es probable que nos desequilibremos. El apóstol Pedro relacionó
la “actividad” con el ‘mantener nuestro juicio’ (1 Pedro 1:13). Si
predicamos a otros sin dedicar tiempo al estudio personal —
especialmente si las personas a quienes predicamos no responden
favorablemente— puede que nos agotemos. Pero si dedicamos
tiempo al estudio personal y entonces salimos a decir a otros lo
que hemos aprendido, permanecemos espiritualmente sanos.
Compre el tiempo
21, 22. a) ¿Qué gran obstáculo ha hecho surgir Satanás en contra
de que mantengamos nuestro ‘primer amor’? b) ¿Qué recomendó
Pablo a los efesios para vencer este obstáculo, y por qué debemos
seguir su consejo?
21
Stanley Jones, al describir uno de los mayores problemas a que
se enfrentó en la cárcel, dijo: “Tenía muchísimo tiempo
disponible”. Su problema era exactamente lo contrario de lo que
experimentan muchos otros testigos de Jehová. A la mayoría de
nosotros continuamente nos falta el tiempo. ¿A qué se debe esto?
El apóstol Juan dijo: “El mundo entero está yaciendo en el poder
del inicuo” (1 Juan 5:19). El mundo de Satanás constantemente
mantiene tan ocupadas a las personas que éstas tienen poca
oportunidad para pensar, y mucho menos tienen tiempo para
estudiar. Nosotros no somos parte del mundo, pero ciertamente
sentimos los efectos de su modo de vivir. El “inicuo” quisiera usar
la influencia del mundo para mantenernos tan ocupados que ya no
hallemos tiempo para nuestro servicio a Dios.
22
Pablo se dio cuenta de este problema y dio el siguiente consejo
valioso a los efesios: “Vigilen estrechamente que su manera de
andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose
todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos.
Por este motivo dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan
percibiendo cuál es la voluntad de Jehová” (Efesios 5:15-17). Si no
compramos el tiempo para hacer “la voluntad de Jehová”, es
probable que la presión de vivir en estos ‘días inicuos’ haga que se
enfríe nuestro amor.
Despertad 8 diciembre 1965
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Con el tiempo, el presidente Truman nombró su Junta de
Amnistía. Estos repasaron miles de registros de tribunal y
archivos de juntas de reclutamiento, y recomendaron algunos
indultos. Pero el 23 de diciembre de 1947 Truman otorgó indulto a
solo unos 136 Testigos, mientras que se otorgaron 1.523 indultos.
Otros grupos religiosos, que en conjunto solo tenían un total de
1.000 hombres en prisión, en contraste con los 4.300 Testigos que
había en las prisiones, salieron con el mejor partido. Por
consiguiente, por mucho la mayoría de estos cristianos neutrales
fueron objeto de discriminación solo porque habían sido firmes en
su resolución de mantener su integridad a Jehová Dios.
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La declaración de Pablo no fue una muestra de retórica altisonante. La
convicción con que escribió provenía de largos años de experiencia
personal. Según su propio testimonio, el apóstol estuvo ‘en prisiones
abundantemente, en golpes con exceso, a punto de morir,
frecuentemente.’ (2 Cor. 11:23-27) Pero gracias al poder que Dios le
impartió, pudo perseverar fielmente en la actividad piadosa, hasta el
momento mismo en que murió a manos de enemigos.
Sin embargo, para que el cristiano adquiera fuerza espiritual y pueda
enfrentarse al futuro como mantenedor de integridad, es preciso que
tenga buen conocimiento de la Palabra de Dios. Por medio de las
Escrituras, nuestro amoroso Padre celestial nos ha dado una guía
indispensable para una vida feliz y una fuente incomparable de fuerza
espiritual. El Hijo de Dios ciertamente apreciaba el valor sustentador
de vida de la Palabra de su Padre, pues la citaba y, en respuesta a una
de las tentaciones de Satanás, dijo: “Está escrito: ‘No de pan
solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la
boca de Jehová.’”—Mat. 4:4.
EJEMPLOS VIVIENTES
Muchos siervos de Dios pueden testificar del maravilloso poder
sustentador de la Palabra de Dios. Considere, por ejemplo, a los
cristianos verdaderos que se hallaban en China, algunos de los cuales
soportaron mucha penalidad en prisiones y en campos de trabajo. Por
muchos años estos siervos de Dios no tuvieron ejemplares de la Biblia
ni la oportunidad de asociarse con compañeros cristianos. No
obstante, lo que habían aprendido de la Palabra de Dios antes de que
fueran encerrados en prisión los sostuvo durante años de pruebas.
Uno de estos individuos fue Stanley Jones, quien, después de ser
arrestado en 1958, recibió una sentencia de siete años de prisión.
Aunque no tenía Biblia, podía recordar muchos textos, y el meditar
sobre éstos le dio mucho consuelo y fortaleza. Un texto que le
proporcionó mucho consuelo fue Romanos 12:12, que dice:
“Regocíjense en la esperanza. Perseveren bajo tribulación. Persistan
en la oración.”
Otro ejemplo es el de Harold King, arrestado y sentenciado a cinco
años de prisión en China. El hermano King había estudiado la Palabra
de Dios por 26 años. De hecho, por 22 años había usado
constantemente la Biblia en predicación de tiempo completo. Esto le
permitió tener buena comprensión de la Palabra de Dios. Cuando se
halló encarcelado y separado de todos sus hermanos espirituales, él
oró a Jehová acerca de aquella situación, y preguntó cuándo y cómo
iba a terminar esta prueba. Las palabras de Jesús en Mateo 6:31-34 le
vinieron a la mente, y dejó de sentirse angustiado. Era como si Jehová
le hubiera dicho: ‘Vive tu vida un día a la vez y no te preocupes por
mañana. Yo te cuidaré bien, como siempre lo he hecho.’ El hermano
King también pensó en el profeta Jeremías, a quien sus enemigos en
cierta ocasión bajaron a una cisterna fangosa y abandonaron allí,
aparentemente para que muriera. (Jer. 38:6) Sin embargo, Jeremías fue
librado de aquella situación que parecía sin salida. Al pensar en este
ejemplo de fidelidad de tiempos antiguos, le pareció a Harold King
que con el tiempo Jehová lo libraría a él, para que pudiera volver a sus
hermanos y seguir su servicio en libertad.
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FIRMES EN LA FE A PESAR DE LA PRISIÓN
Al remontarse unas tres décadas en el pasado hasta los días en que
tantos cristianos neutrales fueron encerrados en prisión porque
mantenían su integridad, uno pudiera preguntarse qué haría uno
mismo en medio de circunstancias similares. No importa realmente
qué excusa use el enemigo para encarcelar al pueblo de Dios. Con la
ayuda de Jehová se puede mantener la integridad, como lo hicieron
aquellos centenares de cristianos neutrales hace unos años. En 1965,
después de siete años en las prisiones de la China Roja, Stanley Ernest
Jones habló a más de 34.700 personas en el Estadio Yanqui de la
ciudad de Nueva York. Mientras estuvo en prisión, había meditado en
las Escrituras, acudido a la oración y se había mantenido
espiritualmente fuerte con la ayuda del espíritu de Jehová. Pero una
cosa que mencionó fue: “Solo vamos a tener tribulación ‘diez días.’
En otras palabras, es algo que tiene fin. Todo tiene fin a su propio
tiempo. Por lo tanto sencillamente aguantamos; Dios nos pasará al
otro lado.”—Rev. 2:10.
Un compañero misionero, Harold King, pasó casi cinco años en una
prisión de la China Roja. Él, también, había permanecido
espiritualmente fuerte. ¿Sabe usted que, mientras estuvo preso, hasta
compuso música basada en pensamientos bíblicos? Sí, el libro de
cánticos usado por los testigos de Jehová hoy —“Cantando y
acompañándose con música en su corazón”— contiene una melodía
que el hermano King compuso en prisión. Es el cántico número 10,
intitulado “De casa en casa.” Por eso, no tema el futuro. Jehová puede
sostenerlo como sostuvo a los cristianos neutrales encarcelados en los
Estados Unidos así como a muchos otros mantenedores de integridad,
incluso a los hermanos Jones y King, que tuvieron la dura experiencia
de estar encarcelados en una prisión comunista china.
Nancy Yuen
La Atalaya del 1 de diciembre de 1979, páginas 4 a 7
El nombre de Jehová se dará a conocer
¡Libre! tras 20 años de detención.
JEHOVÁ ME SUSTENTÓ.
La vida en la prisión y en el campo de trabajo era muy austera,
aunque siempre tuve lo que necesitaba en cuanto a comida y
ropa.
El régimen alimenticio era mayormente de arroz y vegetales,
con un poco de carne unas cuatro veces al año.
Era una dieta saludable y pude mantenerme en buen estado de
salud. Mantuve la mente activa por medio de recordar
versículos y verdades bíblicas que había aprendido durante mis
primeros años en la verdad.
Siempre buscaba oportunidades para compartir mi esperanza
con otras personas, y esto me permitió mantenerme ocupada y
alegre.
Durante todas mis pruebas, nunca me sentí desamparada.
Oraba regularmente y pedía dirección a Dios para que siempre
pudiera hacer lo apropiado.
En oración pedía fortaleza y valor para mantener un buen estado
de ánimo.
Después de orar, siempre me sentía segura de que no había
cometido un error y de que el proceder que seguía era el
correcto.
Puedo decir con toda veracidad que la oración me ayudó a
acercarme a Jehová; tanto, que a veces me parecía que casi
podía verlo.
Muchas veces recordaba la garantía de Isaías 66: versículo 2.
en el sentido de que Dios mira “al afligido y contrito de
espíritu.”
“Mi propia mano hizo todas estas cosas y así fue como todas llegaron a existir”,
afirma Jehová. “Así que me fijaré en este: en el que es humilde y tiene el espíritu
destrozado, y que tiembla ante mi palabra.
“Resuélvanlo en sus corazones que no ensayarán de antemano cómo hacer su defensa, porque
yo les daré boca y sabiduría, que todos sus opositores juntos no podrán resistir ni disputar.”
Al hallar una de gran valor, vendió todas las cosas que tenía y la
compró.
Yo tuve que dejarlo todo, incluso a mis hijitos, para ser leal a
mi Dios.
Jehová no me ha decepcionado de ningún modo. Me ha
sostenido y ha cuidado de mi familia del modo maravilloso en
que él lo hace.
Al preguntársele si tenía un buen consejo para sus compañeros
cristianos, Nancy Yuen contestó, pensativamente:
Nunca se sientan aprensivos o temerosos de las pruebas que les
puedan venir.
Todos debemos esperar recibir pruebas de un modo u otro. Son
buenas para nosotros.
Nos disciplinan y refinan y muestran qué clase de cristianos
somos en realidad.
Las pruebas nos muestran verdaderamente cuán fuerte es
nuestra fe y en qué aspectos tenemos que fortalecerla.
Hoy día me siento más fuerte en la fe como resultado de mis
pruebas.
Así que nunca tengan temor.
En muchas ocasiones obtuve mucho consuelo de las palabras
del apóstol Pedro de ‘echar sobre Jehová toda la inquietud,
porque él se interesa en nosotros.’
(primera a Pedro. 5: versículos 6 y 7).
Por lo tanto, humíllense bajo la poderosa mano de Dios, para que él los
engrandezca a su debido tiempo, 7 mientras echan todas sus inquietudes sobre él,
porque él se preocupa por ustedes.