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El ciclo celular consta de dos fases primordiales: la interfase y la división celular,

que en este caso es la mitosis. [7] En la interfase ocurren a su vez las subfases
G1, S y G2, donde se sintetizan diversos componentes citoplasmáticos. [8]
Además, en la fase S los cromosomas se duplican de tal manera que cada uno
posea dos cromátidas unidas por el centrómero.

Por su parte, la mitosis está constituida a su vez por cinco fases: profase,
prometafase, metafase, anafase y telofase.

Durante la profase sobrevienen tres sucesos. El primero es la condensación de la


cromatina para dar lugar a los cromosomas, los cuales se aprecian como hebras
dobles debido a que ya han sido previamente duplicados. Durante los movimientos
del huso acromático en la separación de los cromosomas se produce un estrés
mecánico, por lo cual es indispensable que los cromosomas estén presentes como
hebras dobles y de esta manera evitar posibles alteraciones en los mismos.

Un complejo proteico de condensina y topoisomerasa II provocan la condensación


de las fibras de cromatina, superenrollando el ADN. Por su parte, la cohesina se
encarga de que las cromátidas hermanas permanezcan unidas desde su
duplicación en la fase S hasta la anafase de la mitosis, ya que tanto la cohesina
como la condensina tiene la capacidad de formar anillos que unen secciones
apartadas de cromatina. La cohesina une longitudinalmente a las cromátidas
hermanas, gracias a que dicho complejo proteico está en los brazos del
cromosoma, haciendo ver a éste como una sola hebra. Asimismo, la cohesina está
en el centrómero permitiendo una fuerte unión entre las cromátidas hermanas.
Durante la profase, se libera la cohesina encontrada en los brazos del cromosoma,
mientras que la cohesina en el centrómero se retiene hasta la anafase.

En la mitosis, la transcripción de la información genética es impedida y el nucléolo


desaparece, debido a que éste está constituido por productos de la transcripción
del ADN ribosomal y proteínas.

Otro de los sucesos que ocurren en la profase es la formación del huso


acromático. Donde se reorganizan los microtúbulos gracias a la división de la
previa duplicación del centrosoma en la fase S del ciclo celular. Cada centrosoma
se compone de dos centriolos ubicados en ángulo recto uno respecto al otro,
cercados por una matriz de naturaleza proteica denominada áster. Éste se
constituye de microtúbulos los cuales poseen un extremo negativo (-) vinculado al
centrosoma y un extremo positivo (+) donde se suman dímeros de tubulina a gran
velocidad. Los ásteres se orientan a posiciones contrarias donde se conformará el
huso acromático y siguen creciendo por sus extremos positivos hasta que los
microtúbulos cinetocóricos hallan al cinetocoro de una cromátida hermana y se
fijan de la corona fibrosa con el apoyo de algunas proteínas, como Ndc80, CEP-E-
kinesia y dineína. Mientras tanto la otra cromátida hermana del mismo cromosoma
se unen con los microtúbulos del polo contrario. Los microtúbulos interpolares que
son los que no hicieron contacto con un cinetocoro siguen creciendo por su
extremo positivo hasta hallar los extremos positivos de los microtúbulos del polo
opuesto colocándose uno sobre el otro, en consecuencia, se forma un huso
acromático con tres tipos de microtúbulos, los astrales, los cinetocóricos y los
interpolares.

El último suceso de la profase es la desaparición de la envoltura nuclear y la


fragmentación del aparato de Golgi. La envoltura nuclear desaparece cuando el
complejo B-Cdk1 interactúa con cada uno de los tres componentes de la envoltura
del núcleo: las membranas del núcleo, los poros del núcleo y la lámina del núcleo.
Por su parte, el aparato de Golgi se fragmenta en pequeñas vesículas que luego
harán parte del retículo endoplasmático.

En la prometafase, la segunda fase de la mitosis, los cromosomas migran hacia el


ecuador de la célula. Luego de haber desaparecido la envoltura del núcleo, los
cromosomas duplicados interactúan con el huso acromático, permitiendo el
movimiento de dichos cromosomas.

La parte positiva de los microtúbulos de los ásteres se trasladan por la unión de


moléculas al centro celular, en busca de cromosomas hasta encontrar un
cinetocoro que provoca la estabilización de éstos. Mientras tanto, en el polo
contrario se enlazan un grupo de microtúbulos con la cromátida hermana del
mismo cromosoma. Es decir, que en cada cromosoma existe una conexión entre
sus dos cinetocoros y los microtúbulos provenientes de polos contrarios;
creándose así unas fuerzas de atracción producto de la polimerización-
despolimerización de tubulina con el apoyo de proteínas como cinesinas y
dineínas. Las fuerzas van llegando a un punto de equilibrio al atraer desde cada
polo al mismo cromosoma, esto permite la polimerización más dinámica del
extremo positivo de los microtúbulos enlazados al cinetocoro que se encuentra
más cerca de su polo y, de esta manera, achicando los microtúbulos vinculados al
polo opuesto, el polo más lejano. Entonces, los cromosomas se concentran en el
ecuador de la célula.

Una vez se agrupan los cromosomas en el ecuador celular, empieza la metafase.


En ésta se pueden apreciar los cromosomas con mayor claridad, razón por la cual
suelen ser estudiados durante esta fase.

Durante esta fase se origina la denominada placa metafásica. Los cinetocoros de


las cromátidas hermanas en los cromosomas se orientan a polos contrarios. Es
necesario entonces un gasto de energía para que los microtúbulos que atraen a
los cinetocoros permanezcan en equilibrio y así se conserven en el centro. Dicha
energía viene de la conversión de GTP en GDP en la polimerización-
despolimerización de los microtúbulos y de la conversión de ATP en ADP de las
proteínas motoras.

La metafase termina cuando la cohesina se separa del centrómero, para la


posterior disociación de las cromátidas hermanas en la anafase.
Durante la anafase, las cromátidas hermanas se mueven hacia el polo que tenían
en frente. Esta fase está comprendida por dos etapas. En la primera, los
microtúbulos cinetocóricos atraen a los cromosomas sencillos hacia los polos de la
célula, es decir, a las cromátidas hermanas, con la consecuente disociación del
material genético que había sido previamente duplicado. En el caso de la cebolla,
cada grupo cromosómico diploide tiene consigo 16 cromosomas sencillos. Ya en
la segunda etapa, participan los microtúbulos interpolares alejando a ambos
grupos cromosómicos incrementando la longitud del huso acromático.

En la última fase de la mitosis, la metafase, desaparecen los microtúbulos


cinetocóricos y quedan libres los cromosomas en cada extremo celular.
Posteriormente, se descondensan los cromosomas y se reconstituye la envoltura
del núcleo. Por último, en la telofase, se desinhibe la transcripción y reaparece el
nucléolo.

Finalmente en el ciclo celular ocurre la citocinesis, donde el citoplasma se divide


para originar dos células hijas. No obstante, el proceso de citocinesis viene
ocurriendo desde la anafase con la participación de proteínas como, la actina y la
miosina que progresivamente provocan la estrangulación de la célula
progenitora.[7]

7. Rodríguez AJ, Frias S. La mitosis y su regulación. Acta Pediat Mex


2014;35:55-68.
8. Atlas de histología vegetal y animal [Internet] Vigo: 1 de julio de 2019
[Consultado 2019 agosto 16] Disponible en:
https://mmegias.webs.uvigo.es/5-celulas/8-m.php

CONCLUSIONES

 Para iniciar el proceso de mitosis es indispensable la previa duplicación de


los cromosomas en la fase S del ciclo celular.
 La cohesina es una proteína que juega un papel importante en las primeras
fases de la mitosis (profase, prometafase y metafase), ya que mantiene
unidas a las cromatidas hermanas hasta que empieza la anafase.
 En la profase y telofase suceden procesos contrarios; mientras en la
primera se pierde la envoltura del núcleo, se condensan los cromosomas,
se forma el huso acromático, se inhibe la transcripción del material genético
y desaparece el nucléolo; en la segunda ocurre todo lo contrario a dichos
procesos.

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