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Auditoria Cuestión de riesgos


Antes, los auditores eran expertos en verificar estados financieros. Hoy, su tarea
abarca además el control de los distintos riesgos que afectan a una empresa.
La proyección del negocio es dramática.
El cambio

 Se pasó de una auditoría basada en la medición sistemática y la verificación de


estados financieros, a un enfoque en donde hay que conocer y entender a profundidad
el negocio para poder identificar, priorizar y medir sus riesgos y así llegar a
controlarlos.
 Hoy los riesgos se pueden tipificar en términos de los que se relacionan con el entorno,
los inherentes al negocio y los riesgos en las actividades que soportan los procesos del
negocio.

El futuro

 Las nuevas tendencias como el e-business representan numerosas fuentes de riesgo.


Esto implica nuevos mecanismos de control mucho más precisos.
 El auditor se enfrentará a nuevas oportunidades de negocio, para lo cual deberá
especializarse y trabajar en equipos multidisciplinarios.

Durante mucho tiempo, la percepción que la mayoría de los empresarios tuvieron sobre la
auditoría era parecida a la que tenían respecto a la Policía: un ente vigilante y un poco
antipático dedicado a encontrar desviaciones respecto a las normas, más concentrado en los
detalles que en la visión de lo primordial. La auditoría era poco más que un mal necesario.
Esta imagen ha sido superada por el rápido incremento de la complejidad de los negocios en
las últimas décadas. La globalización, la aparición de nuevos competidores en todos los
campos, la aceleración de los procesos, el auge de las alianzas y la necesidad de buscar
capitales internacionales son factores que se han reflejado en un cambio de fondo en la
relación entre auditores y empresas.
Las grandes firmas de auditoría han decidido construir sobre sus fortalezas tradicionales para
abordar las nuevas necesidades de las empresas. Estas fortalezas son capacidad para
monitorear las rutinas de los negocios por medio de mediciones cuantitativas precisas (las
conocidas "pruebas sistemáticas", que constituyen el corazón de su práctica) y la
independencia para entregar el dictamen profesional que resulta de su análisis. Lo que hacen
ahora es aplicar estas dos capacidades a un entorno más amplio que el tradicional. Ahora no
se limitan a verificar que los estados financieros sean elaborados correctamente, sino que
examinan a fondo todas las fuentes de riesgo en el negocio y desarrollan sistemas para
controlar el impacto de estos riesgos.
Así, las grandes firmas mundiales de auditoría, conocidas como las Big Five, han entrado
pisando fuerte en el negocio de la consultoría empresarial. Los miembros de este grupo son
PricewaterhouseCoopers, Deloitte & Touche, KPMG, Arthur Andersen y Ernst & Young, todas
ellas con operaciones en Colombia.
La auditoría, al centrarse en entender y medir los riesgos e implicaciones del negocio, se
convierte en un acompañante de la empresa en todos sus procesos y le genera mayor valor
agregado. Según Gabriel Suárez, socio de PricewaterhouseCoopers, el nuevo enfoque de
auditoría llevará a que "una empresa sea exitosa si tiene una estrategia clara, una

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estructura de organización acorde y una adecuada evaluación de los riesgos del
negocio, junto con controles que mitiguen esos riesgos." El auditor mantiene la
distancia en ese proceso. "Les pedimos tanta información a los clientes que a veces a ellos
les molesta, pues les parece que nuestra relación con ellos se basa en la desconfianza",
afirma Daniel Feged, socio de Deloitte & Touche. "Pero no partimos de la desconfianza, sino
de la necesidad de evaluar la vulnerabilidad del negocio. Esto va a favor de los mejores
intereses del cliente".
En busca de riesgos
El nuevo proceso de auditoría parte de una planeación que se basa en el conocimiento
del negocio y sus estrategias. Se trabaja muy de cerca con la junta directiva y la alta
gerencia para identificar los riesgos del negocio en todos los frentes. El auditor debe ser
capaz de ver aquellos riesgos que por lo general no son identificados fácilmente por los
directivos de la empresa, más allá de los puros riesgos contables.
Cada empresa enfrenta un conjunto diferente de riesgos. Para Alfonso Coronado, socio de
Ernst & Young, "lo importante es comprender el riesgo de negocios de cada compañía,
analizando cómo quienes tienen intereses en la empresa (los stakeholders) afectan a la
compañía y comprendiendo los efectos de las fuerzas de mercado y otros factores del
entorno". Los riesgos podrían tipificarse en tres grandes categorías. En primer término,
están los que se relacionan con el entorno e incluyen frentes como el dinamismo de la
economía, la devaluación... En segundo lugar, los que son inherentes al
funcionamiento del negocio en sí, es decir, los que se relacionan con los diferentes
procesos que componen el negocio, incluyendo compra de insumos, procesamiento,
inventario, ventas, cobro de cartera... Finalmente, están los riesgos en las actividades
que soportan esos procesos, es decir, la facturación, el manejo contable, las rutinas de
seguridad contra robo y fraude. Una vez identificados los riesgos, el siguiente paso es
establecer prioridades en cada una de las grandes áreas. El orden de esas prioridades
está dado por la combinación de la probabilidad de ocurrencia de cada riesgo y su
impacto económico sobre la empresa. Por último, cuando las prioridades están claras,
la atención se concentra en los procesos y controles que tiene el cliente para
contrarrestar los riesgos.
En todo este proceso, el levantamiento de información tiene un papel fundamental. La
disciplina de la prueba sustantiva se aplica en cada una de las etapas, con el fin de verificar
hipótesis sobre la naturaleza de los riesgos y el diseño de mejores mecanismos y rutinas de
control. Además, las Big 5 se nutren de sus redes mundiales de conocimiento, que les
permiten acudir a las mejores prácticas mundiales en los diferentes casos. El examen sobre
las empresas se realiza en forma permanente y no solo en la época de cierre de balances,
como se hacía antes.
El auditor de negocios
Este nuevo enfoque ha implicado profundos cambios dentro de las empresas de auditoría. En
el nuevo entorno no basta con tener auditores generalistas y rutinarios. Hoy, las firmas de
auditoría están en busca de profesionales especializados por áreas, que estén orientados a
los negocios y que sean expertos en evaluar riesgos.
Según Oscar Darío Morales, socio de Arthur Andersen, "al abrirnos a los riesgos del negocio,
hemos tenido que entrar en campos vedados para el contador público. Necesitamos gente de
otras disciplinas, que nos dé opiniones más técnicamente soportadas. Hoy contratamos
ingenieros, economistas, administradores, abogados y hasta médicos".
Para las firmas auditoras, en Colombia todavía falta recorrer un largo camino en términos de
la formación universitaria de los contadores públicos. Los programas de estudio aún se
centran en el manejo contable y el PUC (plan único de cuentas) y no se abren más hacia el
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entendimiento de los negocios y su administración. La carrera tiene una imagen pobre entre
los jóvenes y es raro que los mejores estudiantes de los colegios busquen esta opción
profesional.
Por su parte, las Big 5 hacen un esfuerzo enorme en la capacitación de sus trabajadores,
pues esto es indispensable para mantener el liderazgo en el negocio. Es común que un
profesional de estas firmas pase el equivalente de un mes al año en cursos de capacitación y
entrenamiento. Todas ellas cuentan con centros de investigación y desarrollo de clase
mundial, donde se capacitan sus miembros. Adicionalmente, el conocimiento de todos los
profesionales es recogido en bases de datos que están alcance del conjunto, en cualquier
lugar del planeta. Todas ellas han hecho inversiones gigantescas en tecnología, para permitir
que el conocimiento fluya instantáneamente allí donde se le necesita.
El futuro
El negocio de la auditoría tendrá que evolucionar aún más rápidamente en los próximos años,
a medida que la economía digital se extienda y todas las compañías se conviertan en
empresas de internet. Las fuentes de riesgos se multiplicarán y los procesos de control serán
diferentes. Por ejemplo, la facturación y el manejo de bienes será totalmente digital, lo que
facilitará el control. Pero al mismo tiempo, aumentarán las posibilidades de fraude electrónico
perpetrado por parte de terceros. Por otro lado, habrá que volver a concebir muchas
operaciones que durante siglos habían tenido pocas transformaciones.
¿Qué pasa, por ejemplo, cuando una empresa colombiana le vende a un cliente en Europa,
por medio de un portal de negocios ubicado en Miami, su inventario es controlado por una
empresa en Costa Rica y despacha desde una bodega de ensamblaje en el Caribe? ¿Cuál es
el país de origen de esa exportación? ¿Cómo deben manejarse los diferentes impuestos?
Cambian también las prioridades sobre las cuales la auditoría debe centrar su atención. En el
pasado, lo más valioso eran los activos físicos y allí se concentraba el manejo de
riesgos. En el futuro, lo más valioso serán los activos intangibles, como el talento
concentrado en la organización y las relaciones con los clientes. Así, la contabilidad
actual y los estados financieros tradicionales representan cada vez menos el valor de
las empresas.
Esta es una página nueva en la historia de los negocios. En este momento se están
diseñando las nuevas prácticas y disciplinas que permitirán a las empresas crecer en el nuevo
entorno sin perder el control sobre sus operaciones. Así se abren nuevas oportunidades de
negocios para los auditores, en las cuales la tecnología, el conocimiento y las técnicas
de revisión analítica seguirán siendo determinantes del buen desempeño y eficiencia
de las empresas. El manejo de los riesgos será más especializado y quienes están
detrás de ellos deberán orientarse más hacia una asesoría integral del negocio. Para
Luis Gerardo Flórez, socio de KPMG, "hacia el futuro, el auditor debe orientarse a ser un
asesor de negocios de alto nivel, lo cual implica cambios fundamentales en el proceso
de formación de los auditores". En Colombia, lo importante es continuar trabajando por una
mayor profesionalización de los auditores y tratar de acercarse cada vez más a los principios
contables internacionales que son la clave a la hora de pensar en inversión, alianzas y mayor
acercamiento a las tendencias globales.

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