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Sobre la creencia de que el té, el café, el alcohol o las bebidas refrescantes son
sustitutivos válidos del agua, el doctor de origen iraní Feydoon Batmanghelidj, remarca
que “constituye un error elemental”. Y aclara: “Es verdad que tales bebidas contienen
agua pero también lo es que suelen llevar agentes deshidratantes que no sólo la
eliminan una vez ingerida sino que además acaban con el agua de las reservas del
cuerpo por su fuerte acción diurética”. En su libro “Su cuerpo reclama agua llorando a
gritos”, destaca que lo que para muchos médicos es un "cuerpo enfermo" en muchas
ocasiones no es otra cosa que un "cuerpo sediento". Es fundamental que el agua llegue
siempre en cantidad suficiente y en el momento necesario a todo el organismo,
especialmente a los órganos vitales (cerebro, corazón, pulmones, hígado, páncreas y
riñones).
Cuando el cuerpo tiene sed, avisa. Un de los síntomas, por ejemplo, es el de la “boca
seca”; aunque no siempre es útil porque se ha comprobado que el cuerpo puede sufrir
deshidratación aun cuando la boca esté húmeda. Otro, es la típica sensación de sed;
sin embargo, muchas veces no se reconoce o no se le presta atención. O quizás, se
consume una bebida cuando el cuerpo pide simplemente agua. Como entender los
mensajes del cuerpo no siempre es tarea sencilla, se vuelve importante tomar
conciencia de la cantidad que se ingiere. Pero no solo el agua “común” es beneficiosa,
también se puede activar, energetizar, oxigenar, ozonizar, cromatizar, polarizar o
magnetizar, y así mejorar aún más sus ventajas terapéuticas.
Por ejemplo, si se somete el agua a la acción de un campo magnético de imanes,
cambia sus propiedades físicas obteniéndose agua imantada, ionizada, polarizada o
magnética. Esta última es la de mayor capacidad curativa; de hecho es en especial
benéfica en padecimientos digestivos, nerviosos y urinarios. Este importante líquido
también se puede oxigenar y contener dos átomos de hidrógeno y otros dos de
oxígeno (en lugar de uno como el agua corriente) para utilizarla básicamente como
antiséptico general. En medicina se aplica principalmente para la limpieza y
desinfección de heridas cutáneas. También se esterilizan objetos y se controla la
producción de moho y población bacteriana en los alimentos.
Otro de sus principales usos curativos está en el agua ozonizada. El ozono es un gas
formado por 3 moléculas de oxígeno, de olor picante, que observado en un espesor
pequeño es incoloro, pero resulta azulado en capas gruesas. En el campo de la salud,
se lo utiliza mezclado con el oxígeno como desinfectante, antibacteriano y antiviral.
Debido a su acción antiinflamatoria y analgésica, está indicado en patologías
caracterizadas por fuertes dolores, como las articulares y reumáticas (artrosis). Así, la
infiltración del ozono en el tratamiento de las hernias de disco, tanto lumbares como
cervicales, evidencia un importante efecto analgésico, evitando la aparición de los
riesgos colaterales típicos de las terapias con corticoides e incluso obviando la
intervención quirúrgica
Cuando el agua o cualquier otro líquido entra en contacto con un imán permanente
durante cierto tiempo, el magnetismo lo penetra, produciendo, cómo antes
mencionábamos, cambios en las pro- piedades del líquido y así se magnetiza. El agua
puede entrar en contacto con el imán de las siguientes tres maneras:
3. Para los autores la forma ideal de magnetizar un líquido es llenar dos botellas, jarras
o cualquier otro recipiente de fondo plano, poner uno en el centro de un imán que
tenga el polo norte expuesto y el otro en un imán con el polo sur expuesto. Los imanes
deben ser metálicos, en forma de disco y tener de 8 a 10 cm de diámetro, para que el
fondo de cada recipiente cubra la superficie de cada uno de los imanes. Los recipientes
deben ser de vidrio, acero inoxidable o plástico, materiales que permiten que el
magnetismo fluya libremente y actúe sobre el líquido. En este método no hay peligro
de que el óxido se mezcle con el líquido y los recipientes pueden permanecer sobre
los imanes todo el tiempo que haga falta, lo que permite lograr diferentes grados de
magnetización. Cuando los recipientes se retiran de los imanes, los líquidos
magnetizados se pueden mezclar y guardarse en botellas a las que pondremos la
etiqueta "Bipolar" o se pueden guardar en botellas separadas marcándolas como "Polo
norte" y "Polo sur". Los autores siguen únicamente este método para magnetizar el
agua
Esta agua magnetizada se receta como auxiliar del tratamiento magnético para casi
todas las enfermedades. Los autores prescriben tres dosis diarias, una por la mañana
antes del desayuno y las otras dos después de las comidas. Cada toma será de 60 ml
tratándose de adultos, 30 ml para adolescentes y dos cucharadas soperas para niños
de menos de tres años. En algunos casos la dosis prescrita produce algo de calor o
resequedad; siendo así, el paciente puede reducir la dosis o diluirla mezclando igual
cantidad de agua simple con la magnetizada. No obstante, esta práctica está basada
en nuestra experiencia y no está avalada por la autoridad científica.
Es evidente que los diferentes grados de magnetización por necesidad causan distintos
efectos y que el agua y otros líquidos magnetizados a diferentes grados se vuelven
agentes curativos cualitativamente distintos para emplearse en distintos padecimientos.
Los magnetoterapeutas han estado experimentando en este campo pero hace falta una
investigación exhaustiva a fin de establecer las normas aplicables para los diferentes
grados de magnetización desde el punto de vista científico y terapéutico.
El doctor Hahnemam preparaba tres medicamentos a partir de los diferentes efectos del
imán: uno con el imán completo, es decir, la combinación de los dos polos, otro con el
polo norte y uno más con el polo sur. Identificó los síntomas precisos de las
enfermedades que había que tratar con cada uno de estos tres medicamentos. Estos
mismos principios se aplican también en el caso del agua magnetizada. Hasta ahora
los terapeutas por lo general han recetado sólo agua bipolar a todos los pacientes para
casi cualquier enfermedad, lo cual ha dado buenos resultados, pero definitivamente el
agua magnetizada tendrá mejor efecto si consideramos a las tres aguas - bipolar, de
polo norte y de polo sur - como entidades individuales y las utilizamos como auxiliares
terapéuticos específicos teniendo presente la naturaleza del padecimiento. Los
síntomas que Hahnemann identificó al usar cada uno de sus medicamentos
magnéticos, así como los efectos básicamente diferentes de los dos polos - que
señalamos en un capítulo previo - podrían servimos de guía, segura aunque
rudimentaria, para utilizar las tres aguas como medicinas independientes, lo cual podría
ampliar los horizontes de la investigación. Así pues, las tres aguas, magnetizadas a
diferentes grados, pueden representar para la magnetoterapia un gran número de
auxiliares terapéuticos que pueden hacer de ella una práctica perfecta y precisa.
Otros líquidos
Cómo ya mencionamos, hay otros líquidos benéficos para la salud que también se
pueden magnetizar para usarse con mucho mejores resultados en el tratamiento de
diversas enfermedades, padecimientos menores y estados de debilidad. El consumo
diario de Yoghurt descremado colocada sobre el polo sur por cerca de media hora
proporciona vigor y vitalidad en casos de debilidad o agotamiento. Este Yoghurt ha
demostrado ser de gran utilidad en la recuperación o incremento de la potencia sexual.
Los jugos de diversas frutas tratados con magnetismo se vuelven más refrescantes y
son más nutritivos. Además del Yoghurt y los jugos, los aceites con propiedades
medicinales también se pueden magnetizar para hacerlos más efectivos, especialmente
en casos de caída de cabello y problemas de la piel. El aceite de oliva magnetizado
puede ser de gran ayuda en el tratamiento de la gota y el reumatismo.
También se recomienda el uso del agua como auxiliar externo para el lavado de ojos
inflamados o irritados, heridas, brotes de eczema, etcétera, para una recuperación más
rápida. En todo tipo de infecciones oftálmicas se logran resultados sorprendentes si se
lavan los ojos varias veces al día con agua magnetizada con el polo norte. Para
conservar una vista normal no hay nada como el lavado diario de los ojos con agua
magnetizada.
El proceso de magnetización
Se necesitan dos imanes en forma de disco, uno con el polo norte expuesto y el otro
con el polo sur expuesto. Estos imanes deben ser de 8 a 10 cm de diámetro y tener
una fuerza de 2000 a 3000 gauss. Se toman dos jarras, botellas o cualquier otro
recipiente de vidrio que tengan fondo plano, y se llenan con agua limpia. Se puede
usar agua de pozo o de río, pero se debe filtrar antes de ponerla sobre los imanes. Las
bases de los recipientes se limpian y se secan. Uno de los recipientes se coloca sobre
el polo norte de un imán y el otro sobre el polo sur del segundo imán. Se cubren los
recipientes y se dejan sobre los imanes durante el tiempo que sea necesario para
magnetizar el agua. Si no tiene Imanes en forma de disco puede usar cualquier otro
tipo de imán de 2000 a 3000 gauss de potencia, colocándolos de modo que el polo
norte de un imán esté en contacto con el exterior de un recipiente y el polo sur del otro
imán esté en contacto con el segundo recipiente.