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TEORÍA PSICODINÁMICA DE LOS TRASTORNOS DEPRESIVOS

Las teorías psicodinámicas constituyen las primeras teorías psicológicas sobre la


depresión. Nacieron dentro del Psicoanálisis. Karl Abraham fue el primero en
elaborar una teoría psicodinámica sobre la depresión. Observó que existía una
fuerte relación entre depresión y obsesión, que la depresión estaba asociada al
sufrimiento de un desengaño amoroso y que muchos depresivos recurrían a la
ingesta de líquidos o alimentos para superar la depresión.

Concibió la depresión como una exacerbación constitucional y heredada del


erotismo oral, es decir, como una tendencia exagerada a experimentar placer por
medio de una gratificación oral. Cuando la persona depresiva experimenta repetidas
frustraciones relacionadas con los objetos de sus deseos libidinales en la fase
preedípica, se produce una asociación de estas frustraciones con deseos
destructivos hostiles.

Abraham insistía sobre la semejanza entre individuos deprimidos y obsesivos,


fundada en la profunda ambivalencia que se da en ambos hacia los demás; la
búsqueda de amor quedaba bloqueada por fuertes sentimientos de odio, que a su
vez estaban reprimidos debido a la incapacidad del individuo para reconocer su
extrema hostilidad, la cual vendría seguida de una posterior proyección: "Las
personas no me aman, me odian".

En esta formulación la culpa masiva se debería a los deseos destructivos existentes


que permanecen inconscientes. Por ello el sujeto coloca el goce en los
autorreproches. En un trabajo posterior ("La primera etapa pregenital de la libido";
Abraham, 1916) y tras el intercambio de opiniones con Freud, Abraham varía su
posición incorporando los periodos libidinales del desarrollo derivados de las teorías
expuestas por Freud en la 3ª edición de los Tres ensayos sobre una teoría sexual
(Freud, 1915), afirmando: "La Depresión puede ser entendida como una regresión
a la primera fase psicosexual (la oral). En las honduras de su inconsciente (del
depresivo) hay una tendencia a devorar y arrasar el objeto". Probablemente
Abraham se apartó de su primera formulación sólo para adecuarse a las etapas
psicosexuales freudianas, pero ello permitió anticipar el papel de la Introyección en
la Depresión.

En 1911, Abraham afirmaba que en el paciente depresivo, los sentimientos


inconscientes de hostilidad hacia la persona pérdida (real o simbólica) se dirigen
contra sí mismo, a medida que lo son las deficiencias o debilidades que él atribuido
(por lo general de la forma inconsciente) a la persona perdida. Abraham opinaba
que el depresivo percibe una pérdida como rechazo de sí mismo por la manera en
la que confunde inconscientemente con experiencias previas sensibilizadoras.
Abraham incluye la incidencia de dificultades emocionales significativas durante la
fase oral del desarrollo infantil (antes de la resolución del complejo de Edipo). El
origen de estas dificultades es, por lo general, la pérdida de amor en el niño.

Este hecho ocasiona una fijación del desarrollo afectivo en el estadio oral, con una
consiguiente exageración del erotismo oral, que implica no sólo una dependencia
característica con relación a las fuentes de satisfacción oral directa sino también
una dependencia general respecto de las personas y de los acontecimientos para
proveerse de gratificaciones afectivas. Según esta teoría, se da una recapitulación
(simbólica) de la pérdida primaria de la infancia en épocas más tardías de la vida,
la cual conduce a una reacción depresiva.

En su escrito de 1917, Duelo y melancolía, Freud amplió las ideas de Abraham para
dar una base teórica al concepto de la depresión en términos de una teoría
psicoanalítica. Según Freud, la diferencia esencial entre pesadumbre y depresión
consiste en que en la última hay una acentuada pérdida de auto estimación.

Además en el duelo la pérdida es consciente, mientras en la depresión la pérdida


es inconsciente. Freud señalaba que, en el curso normal del duelo, la persona a
quién esté consciente separa las previamente asociadas con la persona perdida y
llega a identificarse él mismo con estos sentimientos. Sus sentimientos
ambivalentes previos de odio hacia el objeto perdido, sentimientos no expresados y
quizá no reconocidos, se canalizan dirigiéndose al propio sujeto. Este hecho se
caracteriza por:
1. Irritación dirigida al objeto perdido, procedente de sentimientos de resentimiento
y abandono.

2. Sentimientos de culpa respecto del objeto perdido, emanantes de los pecados de


omisión (o de comisión), reales o imaginarios, de la persona afectada por el duelo.

3. Un sentimiento de sufrimiento y pérdida, centrado en la persona misma.

Es evidente que la pérdida de un objeto amado, que Freud considera esencial en el


desarrollo de la depresión, no implica necesariamente la muerte real de una
persona.

Freud denota la inquietud que le causa escribir sobre la Melancolía, término que
refiere a varias clases de trastornos, señalando a la vez que el reducido grupo de
pacientes en el que basa sus hallazgos quizá no baste para hacer generalizaciones
válidas, si bien establece que se va a ocupar de la melancolía de naturaleza
psicógena, diferenciándola de las afecciones somáticas. Para ello Freud ha unido
sus conceptualizaciones de 1894 a las derivadas del examen de los trabajos de
Abraham, tal como se evidencia en la correspondencia de Freud donde aclara que
las observaciones de Abraham sobre la melancolía fueron valiosas e incorporó sin
vacilar todo lo que le fuese útil. Lo más valioso fue la referencia de la fase oral de la
libido y su vinculación con el duelo.

Freud afirmaba que la ausencia de amor y de apoyo de parte de una figura


significativa (por lo general uno de los padres) durante un estadio crucial del
desarrollo predispone a un individuo a la depresión en épocas posteriores de la vida.
Según él, es esta pérdida, posteriormente recapitulada en forma simbólica, lo que
origina la depresión. Para Freud, un paciente depresivo había padecido también
una pérdida, aunque ésta pudiera ser simbólica y no reconocida como tal.
Consideraba al autorreproches y la pérdida de estimación propia que se desarrollan
en la depresión como dirigida hacia la persona introyectada y pérdida.
Esto es, cuando un paciente depresivo insiste en su mala conducta, en sus
deficiencias e insuficiencias, está de hecho expresando sus sentimientos
inconscientes respecto a la persona pérdida. En lugar de identificarse simplemente
con la persona perdida, el paciente asume los atributos que percibía de esta
persona.

Como resultado, exagera sus pecados e insuficiencias, aun cuando no tengan


relación alguna con la realidad de su vida. Estos representan sus ideas y sus
sentimientos no manifestados sobre el objeto

De esta suerte la depresión se transforma en el proceso narcisista dirigido hacia el


interior, en vez de estarlo hacia el exterior. Un rasgo típico de la sintomatología de
un paciente depresivo consiste en su carácter sadomasoquista. Proviene éste de la
ambivalencia hacia el objeto perdido e incorporado y es causa de que el paciente
manifieste ideas de desprecio de sí mismo, de auto denigración y deriva, con
frecuencia, hacía una conducta autodestructiva. Freud puso también de relieve la
característica dependencia oral de los pacientes depresivos (una necesidad
exagerada de una ayuda emocional continuada) (13).

Las teorías psicodinámicas recientes siguen postulando la pérdida del objeto amado
como factor clave de la depresión, pero no comparten la hipótesis de la ira
interiorizada. Las pérdidas tempranas han hecho que la autoestima dependa de la
aprobación y el afecto de lo demás. Así, se ven incapaces de superar la frustración
cuando son rechazados, criticados o abandonados. En la vida adulta conducen a la
depresión si el individuo experimenta una nueva pérdida. De este modo las pérdidas
en la infancia son un factor de vulnerabilidad, de diátesis.

“Las teorías psicodinámicas son aquellas que enfatizan los motivos y conflictos
inconscientes junto con la importancia de la experiencia pasada en la explicación
de la conducta actual” (Phares, 1992). Bajo la concepción de que el hombre es una
madeja de instintos en choque con la conciencia moral, la terapia se encaminaría a
encontrar los motivos inconscientes de la conducta. “De una manera global, para
Freud y sus discípulos, la personalidad es un lugar físico interior que se constituye
dinámicamente según la historia del sujeto, por medio del ejercicio de determinadas
funciones que le son esenciales” (Clapier-Valladon, 1987). Entre estas funciones
están los mecanismos defensivos y el papel del inconsciente.

Ejemplo:

Caso Clínico:

Luciana acude a consulta en la que dice que lleva ya largo tiempo en estado triste
y desganado (aprox. ocho años), con una tendencia al suicidio, aunque no lo
expresa en esas palabras. En la entrevista inicial, se notan razones no muy
conscientes como son: duelo por la muerte de su madre (que murió también hace
ocho años), autoestima disminuida, muy poco valorada por su familia, enojo y
sentimientos de impotencia. Su motivo es inespecífico, busca apoyo y
entendimiento para enfrentar la problemática la cual no tiene muy clara, aunque su
estado es claramente el de una depresión que se ha tornado crónica.

En cuanto a la evaluación, Luciana se sometería a un análisis de su psique, ya sea


por sí misma a través de la introspección, o a la observación y el análisis por parte
del terapeuta (Morris, 1992). Ni siquiera se remontaría al suceso desencadenante
del duelo sino que hurgaría en los motivos primitivos infantiles que le impiden
superar el duelo. Buscaría fijaciones, relación objetal, etapas no superadas y se
enfocaría principalmente en la etapa oral que es donde se ubica el origen de las
depresiones por la nostalgia del objeto perdido. La psicoterapia va de la mano con
el diagnóstico, es decir, a medida que se evalúa se va haciendo labor terapéutica y
se hace a través del análisis de sueños, los chistes, la asociación libre, los actos
fallidos, las resistencias, etc. de manera que se neutralicen los mecanismos de
defensa específicos y el paciente afronte el problema desde una perspectiva más
madura. El objetivo de cambio de la psicoterapia sería una terapia larga en la que
se intenta, según el psicoanálisis, hacer consciente lo inconsciente. El psicoanálisis
es también en sí mismo un método de investigación como su nombre lo indica, no
para la investigación experimental, sino para la exploración de la mente sea esta
normal o anormal (Benjamin, 2007) Aunque podemos agregar que su campo de
acción se desborda hasta la sociedad y el arte y con su método ha hecho
contribuciones importantes a la comprensión de fenómenos sociales.
Aparentemente el psicoanalista no parece estar en contacto directo con la
comunidad como grupo social sino que sus abordajes se hacen preferentemente de
manera individual en un contexto muy controlado por lo que su intervención en la
comunidad es pobre. Sin embargo, sí existen terapias grupales de orden
psicoanalítico que se combinan con las terapias sistémicas para abordar la angustia
después de eventos catastróficos como terremotos o incluso guerras por lo que el
alcance de esta terapia sólo necesita del impulso de psicólogos más abiertos a la
intervención comunitaria. Hay también psiquiatras inclinados al psicoanálisis que
han descubierto su aplicación en las grandes industrias que necesitan saber lo que
el cliente quiere y sus inclinaciones en el mercado por lo que se puede decir que el
psicoanálisis no está peleado con la consultoría y supervisión.
Depresión y suicidio:

La sensación de sentirse triste, decaído emocionalmente, y perder interés en las


cosas que antes se disfrutaban es lo que se llama depresión. Se debe saber que la
depresión es una enfermedad como puede ser la diabetes o la artritis, y no es sólo
una sensación de tristeza o de desánimo. Esta enfermedad progresa cada día,
afectando sus pensamientos, sentimientos, salud física, y su forma de comportarse.
La depresión no es culpa de la persona que la padece, como tampoco es una
debilidad de la personalidad. Es una enfermedad médica que es muy frecuente y
puede afectar a cualquier persona.

La depresión hace que la gente se focalice, mayoritariamente, en los fracasos y


decepciones; enfatice la cara negativa de las situaciones e infravalore sus propias
capacidades y su valía personal. Una persona con una fuerte depresión es incapaz
de percibir la posibilidad de que las cosas puedan salirle bien y está convencida de
que nunca volverá a ser feliz o que las cosas no se arreglaran nunca.

La depresión afecta a los pensamientos de una persona, de tal modo, que la


persona es incapaz de ver la forma o formas de superar sus problemas. Es como si
la depresión pusiera un filtro en el pensamiento de la persona deprimida que
distorsiona las cosas. Por eso las personas deprimidas no se dan cuenta que el
suicido es una “solución” permanente a un problema temporal, del mismo modo,
que se dan cuenta las personas no deprimidas. Un adolescente deprimido puede
sentir que no hay ninguna otra forma de escapar de sus problemas, de aliviarse el
dolor emocional o de comunicar su desesperación y su profunda infelicidad. En los
tiempos actuales, la depresión es un síntoma psíquico muy frecuente; relacionado
con el tipo de vida que llevamos, nuestras relaciones familiares (problemas con la
pareja o con los hijos); en el ámbito académico (problemas en la escuela o
universidad) o laboral (falta de empleo, remuneración insuficiente, problemas con el
jefe) entre otros. La misma, lleva al que la siente, a la soledad, la pérdida de
motivación, el retraso motor y la fatiga. Puede llegar incluso a convertirse en un
trastorno psicótico, donde el individuo se queda completamente incapacitado para
actuar en forma normal en su vida de relación. Las personas deprimidas se
consideran desgraciadas, frustradas, humilladas, rechazadas o castigadas; miran el
futuro sin esperanza. La mayor parte de los que tienen ideas suicidas están,
además, deprimidos. Los dos principales motivos por los que una persona se
deprime son, en primer lugar, la pérdida del control sobre su situación vital y sus
emociones y, en segundo lugar, la pérdida de toda visión positiva del futuro
(desesperación). Ante la depresión y las ideas suicidas que de ella derivan sólo
puede resultar eficaz una terapia que ayude a recuperar el control y la esperanza.
La depresión hace que la visión del mundo circundante se estreche hasta tal punto
que se llegue a distorsionar la realidad. Los individuos se fijan únicamente en los
aspectos negativos de la vida, y los positivos los pasan de largo como si no tuvieran
importancia alguna o, sencillamente, no existieran. Rechazan por estúpidas todas
las opciones que se les ofrecen para resolver su problema, hasta que parece que
no hay solución posible. Interiorizan una tristeza persistente y angustiosa que, como
la muerte súbita del padre o de la madre, produce un dolor que dura semanas,
meses incluso años. Las personas deprimidas empiezan a creer que nada los puede
aliviar y que su dolor no va a acabarse nunca. ¡Puede que la única solución sea la
muerte! .

“El suicidio es un fenómeno complejo que falta abordar de manera integral para
comprenderlo y prevenirlo cuando se ha convertido en un problema de salud en
nuestro entorno” El suicidio es un fenómeno complejo, debido a que influyen
diversos factores de riesgo: biológicos, psicológicos, sociales, entre otros; sin
embargo, puede ser predecible a través de la conducta suicida (ideación, planeación
e intento), la evidencia nos sugiere que el suicidio es un fenómeno real, producto
del efecto de los factores personales, psicosociales, familiares y psiquiátricos. Y es
que ante el acto suicida no hay réplica, la muerte es contundente, se termina o se
aniquila cualquier posibilidad con el sujeto suicida. Sin embargo, no debemos olvidar
que tan sólo un caso de suicidio, a pesar del silencio que deja, paradójicamente
grita un sinfín de preguntas sobre condiciones tanto materiales, como no materiales.
ALGUNOS ELEMENTOS PSICODINÁMICOS EN LA TEORÍA PSICOANALÍTICA.

Como anteriormente se mencionó los elementos teóricos y prácticos necesarios


para la elaboración de una psicodinámica están comprendidos en una vasta
literatura psicoanalítica.

Freud como creador del psicoanálisis fue el primero en aportar estos elementos
psicodinámicos en su intento por explicar el funcionamiento y la estructura mental,
en su vasto trabajo creó dos teorías de las pulsiones, dos de la angustia, dos modelo
del aparato psíquico, etc. A partir de él aparecieron gran cantidad de escuelas,
corrientes del pensamiento, grupos, autores, con enfoques particulares dentro del
psicoanálisis que abrieron nuevas perspectivas tanto en la teoría como en la técnica.
El psicoanálisis como ciencia ha continuado su desarrollo, si bien sabemos los
conceptos psicoanalíticos con frecuencia atraviesan por una evolución en que las
definiciones se amplían y se contraen, nuevas relaciones se establecen entre
conceptos, nuevos conceptos son introducidos, viejos conceptos adquieren
significados nuevos, y también algunos conceptos obsoletos coexisten dentro de la
teoría. Así la literatura psicoanalítica contemporánea presenta diversas vertientes
teóricas, entre las que destacan tenemos:

a) La teoría pulsional clásica.

b) Psicología del yo.

c) Teoría de relaciones de objeto.

d) Narcisismo y self.

Todas ellas constituyen la evidencia de una gran riqueza conceptual y de un arduo


trabajo científico, en los que incide el pensamiento de Sigmund Freud. En el
siguiente cuadro enlistamos algunos autores que escogimos y de los que más
adelante expondremos fragmentos de su obra, con la finalidad de apreciar los
postulados teóricos, de los que se desprenden algunos elementos necesarios a
contemplar en una evaluación psicodinámica. Estos autores que elegimos, a
nuestro juicio son algunos de los más representativos en las diversas líneas del
pensamiento psicoanalítico.
Título del Tema Vertiente Contenidos Teóricos
Autor Psicoanalítica
Freud, S. Modelos mentales. Teoría Modelos: arco reflejo,
pulsional topográfico, narcisismo,
clásica. estructural. Etapas del
desarrollo psicosexual: oral,
anal, fálica, latencia y genital.
Spitz El primer año de Teoría de las - Etapa pre-objetal. - Etapa del
vida relaciones objeto precursor. - Etapa del
objetales. objeto propiamente dicho
Mahler El nacimiento Teoría de las - Fase simbiosis normal. - Fase
psicológico del relaciones de separación individuación:
infante humano. objetales sub fase de diferenciación, de
práctica, de reaproximación, de
camino a la constancia

Freud, A. La línea evolutiva y Psicología del - Líneas de desarrollo: desde la


los mecanismos de yo dependencia hasta la
defensa. seguridad emocional en sí
mismo y las relaciones adultas
objetales. - Mecanismos de
defensa
Erikson Las ocho edades Teoría - Edades del hombre: 1.
del hombre. pulsional Confianza vs desconfianza, 2.
clásica. Autonomía vs duda, 3.
Iniciativa vs culpa, 4. Industria
vs inferioridad, 5. Identidad vs
confusión, 6. Intimidad vs
aislamiento, 7. Generatividad
vs estanca- miento, 8.
Integridad vs desesperación
Klein La posición Teoría de las - Ansiedades básicas (1 año de
esquizoparanoide relaciones vida). a) La posición
y la depresiva. objetales. esquizoparanoide. b) La
depresiva
Rapaport La metapsicología Psicología del Los puntos de vista: dinámico,
yo económico, estructural,
genético y adaptativo
Bellak Las funciones del Psicología del Funciones del yo: prueba y
yo yo. sentido de realidad, juicio,
relaciones de objeto,
regulación y control de
impulsos y afectos,
funcionamiento defensivo,
Rasy, función
sintéticaintegrativa,
funcionamiento autónomo,
barrera de estímulos, dominio y

Lamentablemente omitimos algunos autores que también son muy importantes en


esta vasta producción psicoanalítica, pero resultaría imposible hacer una revisión
exhaustiva de todos ellos, creemos que los autores que hemos tomado en cuenta
nos ofrecen una perspectiva general de la génesis de los elementos psicodinámicos.
Como ya se mencionó en los siguientes incisos de este capítulo expondremos
fragmento de las obras de los autores mencionados, la elección de estos fragmentos
responde a que en su mayoría se nos marcan estadios, etapas, línea y estructuras
en el desarrollo de la personalidad, lo que nos permiten evaluar si la maduración
psicológica de un individuo va en un continuo de normalidad o en qué momento de
su desarrollo se produjeron ciertos trastornos que determinaron su psicopatología
actual. (Tareas primordiales en el trabajo de una psicodinámica). No se pretendió
hacer resúmenes de estas teorías pues estos suelen ser pobres e injustos con el
trabajo de cada autor. La exposición de estos fragmentos teóricos también nos
permitirá explicarnos el origen teórico, de donde se desprenden algunos de los
elementos que más adelante utilizaremos en una evaluación psicodinámica.

Freud y sus modelos mentales.

Gedo y Golaberg, (1980) en su libro “Los modelos de la mente” agrupa los trabajos
de Freud por modelos. Como padre del psicoanálisis fue el primero en aportar
elementos psicodinámicos que intentan explicar el funcionamiento y la estructura de
la mente. En el curso de su vida, desarrollo una serie de conceptualizaciones del
funcionamiento psíquico y creo diversos “modelos de la mente”, pasando de uno a
otro cada vez que los esquemas previos no lograban explicar los nuevos datos
observados en el análisis. Estos modelos de la mente son una forma especial de
construcción teórica, un esquema explicativo de los datos clínicos.

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