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Alimentación
La alimentación en la cría de conejos para autoconsumo es muy variable entre criadores y abarca
desde el uso exclusivo de piensos para conejos, de gama rural, disponibles en sumillerías y
almacenes de piensos, hasta dietas basadas en mezclas de granos, forrajes y restos hortícolas y
domésticos. También es frecuente la combinación de pienso con forrajes.
Los piensos utilizados en este tipo de cunicultura son de tipo polivalente o único. Aunque existen
diferencias notables entre marcas, los piensos polivalentes de conejos de gama rural aportan en
torno al 16% de proteína bruta y de fibra bruta.
Un aspecto clave de la alimentación de los conejos en la cría de traspatio para autoconsumo es que
cuando se alimentan con piensos comerciales balanceados sus necesidades nutricionales están
adecuadamente cubiertas, pero si se complementa el pienso con granos, forrajes y restos
hortícolas y del hogar, o si se alimentan exclusivamente con estos últimos alimentos, existe riesgo
de que la dieta esté desequilibrada.
Tipos genéticos
Sin embargo, el tipo genético preferido son conejos rústicos de capa parda y de formato mediano
que aún perviven, derivados de las poblaciones de originales de conejo Común Doméstico o Pardo
Español
También se usan conejos de raza Gigante de España, mantenida por criadores amateur después de
haberse encontrado al borde de la extinción.
El conejo ibicenco es otro ejemplo, y cabe señalar que la Facultad de Veterinaria de Madrid cuenta
con un núcleo.
Reproductivo
Rodellar et al. (1989) reportaban 7,4 gazapos nacidos totales por parto. En este núcleo de cría se
registra una media de 4,2 gazapos destetados por parto tras unos 30 días de lactancia, situándose
por debajo de los 5,6 a 6,2 gazapos por camada reportados por Rodellar et al. (1989) y Zaragoza et
al. (1985), respectivamente.
Higiene y sanidad
Algunos criadores amateur resuelven la protección sanitaria básica vacunando contra mixomatosis
y enfermedad hemorrágica vírica. Un aspecto clave para mantener una buena sanidad en la
cunicultura periurbana para el autoconsumo es realizar periódicamente limpiezas y desinfecciones
de las jaulas. Cuando se descuida la higiene, es frecuente en la cría de conejos para autoconsumo
la incidencia de sarna auricular (psoróptica), que puede tratarse mediante aplicación tópica de
acaricidas.
El conejo no es un roedor
El conejo pertenece al orden lagomorpha, por tanto, es un lagomorfo y no un roedor. Para que
queden patentes las diferencias entre ambos grupos aquí las dejo enumeradas:
1. Los lagomorfos tienen seis incisivos, tres pares. Poseen dos pares arriba, uno detrás del otro y un
par abajo, mientras que los roedores tienen cuatro incisivos, un par arriba y otro par debajo.
2. Los lagomorfos hacen sus madrigueras a "ras" del suelo mientras que los roedores pueden
habitar en cualquier lado, árboles, cañerías...
3. Los lagomorfos tienen cubiertas de pelo sus extremidades, rabo o patas mientras que los
roedores las tienen desnudas.
4. La alimentación de los lagomorfos se basa en los vegetales, mientras que los roedores comen de
todo.
5. En los lagomorfos el escroto (bolsa que aloja a los testículos) está situado en una posición
anterior al pene mientras que en los roedores y la mayoría de los mamíferos se posiciona por
detrás del pene.
6. Los lagomorfos poseen orejas muy grandes porque funcionan como principal órgano
termoregulador mientras que en los roedores no encontramos orejas proporcionalmente tan
desmesuradas.
7. El labio superior o belfo superior de los lagomorfos está dividido en dos mientras que en los
roedores no, o de forma meno pronunciada.
gazapo tiene varios usos. La primera acepción que menciona el diccionario de la Real Academia
Española (RAE) alude a una cría de conejo.
Los conejos son mamíferos que se caracterizan por sus orejas largas. Estos animales, que pueden
domesticarse con facilidad, son explotados por su pelo y su carne. Al ejemplar recién nacido de
esta especie se lo llama gazapo.
Un conejo alcanza su madurez sexual a los ocho meses de edad. El periodo de gestación se
extiende 32 días y en cada parto la coneja suele alumbrar entre cuatro y doce gazapos. Lo más
probable es que la mayoría de ellos no llegue al año de vida.
Cuando nace, el gazapo no tiene pelo y su piel es oscura o rosada. Las orejas se encuentran
pegadas a la cabeza y los ojos, cerrados. La madre solo mantiene contacto con sus descendientes
algunos minutos al día, en los cuales los amamanta.