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A veces las escucho.

La noche estaba fría, y la neblina había invadido todos los lugares de la casa, hasta que al
final llegó a mí, esta se metió en mi piel, traspasando mis huesos, corriendo por mi sangre
hasta llegar a mi cabeza, envolviéndome por completo; el agua comenzó a salir de mis ojos,
hasta hacerme temblar.

Mi cabeza dolía y martillaba, los seres dentro y fuera de ella me torturaban; animales,
monstruos asquerosos que se comían mis ideas, haciéndolas desaparecer, sustituyéndolas
por sus oscuras maquinaciones; me daban miedo, solo quería escapar. Traté de hacer
funcionar mi cuerpo, tenía que moverme para alejarlos, para alejarme, para salir. Comencé
a correr lo más rápido que pude por todos los pasillos, hasta que los músculos de mis
piernas ardieron y mis pulmones se quedaron sin oxígeno, solo quería escapar como otras
veces del horror que siempre me perseguía. Nunca había podido dejar de huir, ellas, ellos,
siempre acosándome, mintiéndome, llenándome la cabeza con sus palabras,
atormentándome… ¡Tienen que entender que no fui yo, fueron ellas!

¡Sí, tienen que entender que lo pasó no fue culpa mía, ellas me obligaron! Mi mayor
desasosiego siempre fue perderme en sus oscuras maquinaciones, y en ese momento lo que
más temía se había cumplido, pensé que el miedo; esas ratas cobardes en mi cabeza habían
desaparecido, pero estas seguían rondándome, haciéndome temblar, con dolor, asustadas de
los cuervos que habían entrado en mi cerebro a través de mis fosas nasales, recordándome
la culpa de mi crimen, reproduciéndose cada vez al contar mis pecados.

Aun no sé qué es peor si el terror o la culpa, porque las aves nunca dejaron de perseguirme,
nunca quisieron salir de mi cabeza, por lo menos las ratas se asustaban con facilidad, era
más sencillo callarlas, pero estos pajarracos nunca pararon de graznar: “sangre, muerte,
sucia, traidora” me recordaban todo el tiempo. El temor de las ratas se volvió más fuerte, no
querían que los cuervos se volvieran parte de mí, que se calaran en mis huesos,
recordándome mi error en cada movimiento, persiguiéndome toda la eternidad sin tener
oportunidad de huir.
Paré de correr derrotada, mi cabeza ya no dejaba funcionar a mi cuerpo, pero aun así traté
de caminar, de salir ¡Tenía que salir! Mis manos manchadas de sangre chorreaban, oscuras
gotas dejaban un rastro de mis movimientos

-Van encontrarme…-me recrimine por no pensarlo antes-¡Me encontraran!-grité llorando


desesperada.

Traté de limpiar el líquido homicida en mi vestido, cuando la voz salvadora de mi mente


logró llegar a mis oídos:

-¿de quién era la sangre tuya o de él?- su pregunta traspasó la maraña de voces que
torturaban mi pensamiento, pero tuve que admitir que no lo recordaba, y al hacerlo mi
salvadora se esfumó.

Intenté… ¡juro que lo intenté! Pero mis piernas comenzaron a entumecerse, y la rendición
me invadió por completo, caí al suelo, intentando sostener mi cabeza, algunos destellos de
pensamiento surgían, pero no eran esperanzadores ¿en verdad valía la pena seguir? Muy en
mi interior sabía que nunca iba a ganar. Estaba sola, no tenía cómo esconderme, nunca
había podido hacerlo y eso no iba a cambiar ahora, hacía tanto tiempo que me perseguían
sin parar, que al final me habían quitado la esperanza de tener una vida normal. Caí de
rodillas en el suelo y afirmando mi derrota dejé que triunfaran sobre mí, que mis
pensamientos murieran sobre sus monstruosas maquinaciones; que los extraños de los que
huía vinieran a invadirme y a llevarme. Y sin defraudarme así lo hicieron. Tomaron mi
cuerpo y mi mente asfixiándolos con sus palabras. El temor empezó hacerme su víctima,
pero no me resistí hacia él. Las ratas asustadas corretearon y chillaron, pero las ignoré, ellas
también eran parte de mi mal.

Todo habría acabado ahí si no lo hubiera oído, traspasó sus voces y llegó hasta mis oídos,
era un grito tan desgarrador y desesperado que no pude ignorar. Traté de liberarme antes de
que fuera demasiado tarde y corrí hacia dónde provenía. Volví a escuchar su voz, lo que me
hizo pensar que tal vez habría esperanza y que él seguía existiendo. Sentía que por extraño
que fuera me llamaba y me pedía ayuda. Regresé al cuarto del crimen, pero al abrir la
puerta estaba vacío. Había caído en la trampa que mis atacantes habían creado para
divertirse y torturarme, antes del golpe final. Con mi llanto derramado, todo dejo de
esperanza abandonó mi espíritu, haciendo caer mi cuerpo. Ya nada importaba.

Su segundo ataque fue más violento que el primero, y de verdad creí a haber perdido el
control de mi vida, pero sabiendo que era su última batalla y no queriendo perder por
completo, mi mente, la voz salvadora, me regaló una solución en su último suspiro. Fue tan
clara que le reproché por nunca haberla pensado antes; la respuesta para no terminar como
una víctima. Ya no tenía ningún sentido huir, pues nunca lo había logrado. Pero existía otra
salida. La sangre comenzó a correr por mis muñecas, con la plena seguridad de que ahora sí
era mía. Tengo que confesar que en ese momento tomé la decisión más fácil de mi vida,
porque creo que la más difícil había sido vivir, y así fue como por fin pude descansar en
paz.

Reflexión y análisis del cuento.

El cuento presenta un episodio esquizofrénico de una mujer. A continuación se explicaran el

uso de algunos elementos en la fábula y se realizara un análisis del personaje a partir del

texto Teoría del personaje narrativo de Fernando Sánchez Alonso.

En un principio el cuento comienza con la descripción de una neblina, esta se usó

en la fábula como un símbolo de esquizofrenia, basándonos en el testimonio de Elyn Saks,

una profesional que ha sufrido esta enfermedad y la describe como “una neblina lenta, que

se vuelve cada vez más espesa”1.

En cuanto a los animales que se presentan en el relato son parte de un síntoma

esquizofrénico llamado delirio de control, donde la persona cree que animales, objetos o

personas tratan de influir o tomar el control sobre ella 2. El personaje también menciona

otras manifestaciones de la esquizofrenia, como el delirio de persecución; esto consiste en

que la persona enferma cree que hay alguien intentando dañarlo 3, como le sucede al
1
2 Ídem, pp. 359-365.
3 Ídem, pp. 359-365.
personaje que constantemente se siente hostigado, y el retiro de pensamientos; esto radica

en que el enfermo supone que sus pensamientos fueron removidos de su mente 4, en este

caso, podemos ver este indicio en el personaje, cuando expresa que sus ideas son comidas

por otras criaturas.

En el caso de las alucinaciones, otro de los síntomas esquizofrénicos; los tipos que

presenta el personaje son auditivas y visuales5. En este caso las dos se presentan unidas con

el delirio de control. Respecto al caso auditivo los animales, como los cuervos, le hablan.

Referente a la manifestación visual, esta se presenta en los animales y monstruos. Por otro

lado, lo que también se buscaba con la voz, que el personaje reconoce como su salvación,

era mostrar una duda hacia el lector de que tan coherente es esta voz, y si realmente protege

al personaje o es también un indicio de su enfermedad, ya que las alucinaciones auditivas

también pueden ser benévolas hacia el enfermo6.

Con de fin de crear un poco de tensión en el cuento usé el misterio de un crimen,

en la narración no se sabe realmente si este sucedió o no, ya que el personaje efectivamente

relata que había sangre en sus manos, preguntándose si es suya o de otra persona, y

describe la culpa que siente por algún acto cometido, pero por otro lado se menciona

también que cuando regresa al lugar del crimen este se encuentra vacío; este hecho se deja

al aire con el fin de que el lector obtenga su propia interpretación.

Respecto al discurso disociativo particularidad de los esquizofrénicos donde se

muestra un pensamiento desorganizado7, creo que ha sido la parte más malograda del texto,

ya que si se hacía muy presente en escrito, este podía perder entendimiento para el lector.

4 Ídem, pp. 359-365.


5 Ídem, pp. 359-365.
6 Ídem, pp. 359-365.
7Ídem, pp. 359-365.
Referente al análisis del personaje, en el caso en la lectura no hay un narrador

exterior, ya que el personaje principal narra su historia en tiempo pasado, esto es una

manera de generar intriga al lector, ya que al final el personaje muere, por lo tanto se busca

que la persona que está leyendo se pregunte: ¿en dónde se encuentra el personaje para

contar su historia como un recuerdo?

En cuanto a la creación del personaje, la autora trato de deslindarse de su creación

lo más que pudo, con el fin de dejar ser a la figura de su creación, por este motivo se enfocó

más que nada en los síntomas de la enfermedad esquizofrénica. Relacionado con esto se

usó la técnica de los formalistas rusos, para la creación del personaje, haciendo que este

solo fuera un conector de acciones que forma una trama; en la historia no se menciona

quien es el personaje, ni que enfermedad sufre. Lo único que podría exceptuarse de este

método es al final del cuento, el personaje si explica el porqué de su última decisión8.

Otra de las estrategias que se usó para la creación del personaje fue la de Heraclito

T. Todorov, ya que el propósito de la narración consistía en que lector descubriera la

psicología del personaje, con el fin de que entendiera la conducta de este, por eso no se

menciona como tal la enfermedad del personaje, solo se dan pistas y síntomas de esta, para

que el receptor pueda deducirlo o no9.

Relacionado con esto, el sociolecto fue una parte importante en la formación del

personaje, ya que con este se buscaba mostrar una persona que sufre un trastorno mental;

para lograr este propósito se usaron algunos de los síntomas más comunes en la

8 Sánchez Alonso, Fernando, “Teoría del personaje narrativo (Aplicación a El amor en tiempos del cólera)”
pp. 79-103.
9 Ídem pp. 79-103.
esquizofrenia, como el delirio del control, el de persecución, el retiro del pensamiento, las

alucinaciones auditivas y visuales, y el pensamiento disociativo.

Siguiendo la línea de los formalistas rusos, nos enfocaremos en la teoría de Propp

para especificar que la función que cumple el personaje en la narración es la carencia, ya

que a lo largo de la obra esta mujer está consciente de que hay un problema, algo no es

normal en su condición, por lo tanto la hace ser diferente a los demás10.

En cuanto a la descripción del personaje la narración usa la de la crítica

anglosajona escenificada, ya que el propósito del texto era dejar hablar al personaje, que

este contara sus miedos, sus síntomas de la enfermedad y que el lector a través de estos

extrajera los rasgos característicos del personaje11.

Por otro lado en cuanto a los tipos de personajes, la narración se enfocó, tres de

estos. El primero fue el personaje principal, al haber solo una figura en el cuento esta tenía

que realizar decisiones decisivas para el desenvolvimiento de la trama, como tratar de huir

de sus atacantes. Por otro lado, aunque no se mencionan como personajes a sus

alucinaciones y delirios, se cree que si la obra tuviera un desarrollo más profundo estos

podrían terminar convirtiéndose en personajes secundarios, ya que estos fungen como

oposición hacia el principal. El segundo tipo dentro de la narración es el personaje

dinámico; ya que en el cuento el personaje muestra su carácter a través de sus acciones,

como correr tratando de huir de las alucinaciones y los delirios que la persiguen. Por ultimo

el personaje también se encasilla en el personaje redondo, ya que este manifiesta un cambio

10 Ídem pp. 79-103.


11 Ídem pp. 79-103.
del inicio al final de la obra, dando un final sorpresivo, en el cual se buscó crear una

sorpresa inevitable12.

Bibliografía

Sánchez Alonso, Fernando, “Teoría del personaje narrativo (Aplicación a El amor en tiempos del

cólera)” Universidad Complutense de Madrid.

12 Ídem pp. 79-103.

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