Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
https://inp-reformada.blogspot.mx/
Se engañan los que piensan que la Iglesia Cristiana debería olvidar las cuestiones
doctrinales y los temas teológicos polémicos y dedicarse solamente a la predicación
simple del Evangelio y al amor al prójimo. Se equivocan, al tomar a Jesús como
ejemplo para aceptar todo y a todos, así como el Galileo amoroso aceptó
supuestamente a todos en su época.
Los libros del Nuevo Testamento son, en su gran mayoría, el resultado de los
esfuerzos de sus autores por alertar a los primeros cristianos contra las
interpretaciones erradas sobre la persona y obra de Jesucristo, hechas por personas
que no siempre fueron movidas por buenas intenciones. El apóstol Juan escribió su
Evangelio en el contexto de la infiltración de las enseñanzas del agnosticismo
incipiente del siglo I. Su primera carta combate claramente una versión del
Cristianismo que negaba la plena humanidad de Jesús. Judaizantes, libertinos,
gnósticos, seguidores de Balaam y de Jezabel infestaron las primeras comunidades
de cristianos con ideas y versiones sobre Jesús sutilmente diferentes del Cristo
predicado por los apóstoles. Fue para combatir estos falsos maestros que gran parte
del Nuevo Testamento fue escrito.
Fue la lucha de Pablo contra los judaizantes que nos dio las grandes cartas donde
encontramos la doctrina de la justificación por la fe, Gálatas y Romanos. Lejos de
aceptar la interpretación legalista de aquellos judíos supuestamente convertidos a la
fe cristiana, Pablo los combatió a hierro y fuego, considerando que la supervivencia
de la Iglesia dependía directamente de una comprensión correcta de la obra de
Cristo.
La lucha de la iglesia apostólica fue solo el inicio. Hasta el día de hoy la iglesia
cristiana sigue sufriendo de los ataques que provienen de diversas fuentes, cuyo
objetivo es distorsionar el Evangelio de Cristo conforme nos fue enseñado por sus
apóstoles. La lucha por mantener la verdad del Evangelio ha marcado siempre la
historia de la Iglesia. Hoy, no es diferente.