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íe y is t a m e h s h a l ,
TOMO I. M a r a c a ib o : 31 d e J u lio d e 1889 NÜM. 8
colonial un hospital, fundado por dos particu Magestad, en Real cédula de 18 de Diciembre
lares, con el nombre de H o s p i t a l d e S a n t a de 1768, Comprehensiva de otra de 31 de D i
A n a ; y en los tiempos de la República, el ciembre de 1695, y de conformidad con lo dis
que se denominaba H o s p i t a l d e C a r i d a d . puesto en la Ley Real con que concuerdan, pro
D ire c to n y Eiditor : E . fci0 P £ Z [ ^ I V A S cedió á la visita de dicho Hospital el día 14 de
Para dar una idea del primero, copiamos la
relación de la visita que en 1774 le hizo el A r Setiembre de 1774 ; y habiendo visto y recono
zobispo Martí, relación que se conserva inédita cido la fábrica de la Iglesia, sus altares, imá
eft los archivos de Caf&cas. genes, vasos sagrados y ornamentos, como tam
bién la casa del Hospital, sus bienes y alhajas y
TEMPLO Y HOSPITAL D E SANTA ANA.
demás conducente á ella, se formó de todo in
ventario que original está extendido al folio 58
((Esta Iglesia y Hospital está edificada á dis vuelto del Libro 3 de Inventarios. Este H os
tancia de dos cuadras de la Iglesia Parroquial pital fue fundado por F r a n c i s c o O r t i z é I n é s
N T E S de la fundación de este instituto de esta ciudad de Maracaibo, á la parte del d e l V a s t o , vecinos que fueron de dicha ciudad
* benéfico, que tánta honra refleja sobre N orte: Su Señoría Ilustrísima, en virtud de las de Maracaibo, á cuyo efecto se les concedió li
* el Zulia, existió en la época facultades, comisión y encargo hecho por Su cencia por el Ilustrísimo señor doctor Fray An-
M A R A C A IBO . — C a s a de B e n e f ic e n c ia y T e m p lo de S a n t a A n a .
tonio de Alcega, de buena memoria, dignísimo j das las funciones de la expresada Iglesia, y allí cocina y dos aposentos, los cuales tienen tam
Obispo que fue de esta Diócesis, en 26 de Di- j estaba colocado el Santísimo Sacram ento: tras bién un corredor por delante. Toda esta fá
ciembre de 1608, disponiéndose que dicho Hos- j la pared donde se ha de quedar el altar mayor, brica parece de bastante fortaleza y duración.
pital se edificase contiguo á la Ermita ó Iglesia j está principiada la Sacristía y toda la referida « En dicho Hospital había al tiempo de la
que los mismos pretendientes habían construí- I fábrica es de bastante capacidad y fortaleza. visita cuatro camas aparéjadas y tres hcmb ^
do á su costa bajo la invocación de Santa Ana, ! Á la banda del Evangelio están construidas las enfermos, nueve esclavos del Hospital, de los
cuyo título se dio también al Hospital. piezas correspondientes al Hospital, que se re cuales cinco eran varones y cuatro hembras, y un
La fábrica de la referida Iglesia se estaba ducen á una sala de enfermería, nna capilla con Capellán presbítero secular que al mismo tiem
reedificando al tiempo de la v isita ; es de un un altar en que está colocada la imagen de po era Mayordomo del mismo H o sp ita l; y en
cañón de paredes de manipostería, las cuales es Santa Ana, para consuelo espiritual de los en él no había Botica, M édico Cirujano ni san
taban ya en disposición de recibir el techo. A fermos, y cuatro aposentos destinados para ha grador destinados, sino que todo esto se soli
la banda de la Epístola hay una capilla dedicada bitación del Capellán y sirviente, y por delante citaba cuando ocurría necesidad.
á Nuestra Señora de la Soledad, cuyas paredes de estas piezas hay algunos corredores en for « Las rentas de este Hospital consisten en el
son también de manipostería y el techo es de ma de claustro con un patio en medio ; fuera de noveno y medio de diezm o, que podrá alcanzar
tablas cubierto de te ja ; en ella hay un altar estas habitaciones que constituyen lo principal cada año á 325 pesos, y en 258 pesos que produ
decentemente adornado, en que se hacían to-. del edificio, hay otras tres piezas que son la ce anualmente de réditos el capital de s, 163 pe
62 EL ZULIA ILUSTRADO
sos impuesto á censo en varios ramos, ambas mayores que las que tuvo en su erección, se es les para la curación de enfermos, y que se
partidas componen 583 pesos, y aunque tam tableciesen tres camas más de las tres que en consertase el Médico de mayor satisfacción y
bién tienen otros censos que componen el ca tonces se asignaron ; de modo que por todas que éste visitase los enfermos dos veces cada
pital de 2,100 pesos, nada produce de réditos fuesen seis camas para otros tantos enfermos ; día para arreglar los alimentos y observar si se
por estar muy dudoso su aseguramiento. y que si el Mayordomo reconociese que á más ejecutan sus disposiciones, para las cuales debía
« Se recibieron cuentas á dicho Mayordomo, de éstos podían recibirse otros, los admitiese, concurrir diariamente el M ayordom o; encar
y liquidadas con asistencia del tercer nombra pero en la inteligencia de que á todos, se había gándose á éste y también al Capellán y Médico
do por el señor Gobernador vice-Patrono R e de asistir conforme á su enfermedad y según lo que tratasen con suavidad y dulzura á los en
gio de dicha ciudad de Maracaibo, las aprobó que ordenase el Médico, y que las camas de fermos.— XII. Que de conformidad con lo
Su Señoría Ilustrísima en auto de 9 de Marzo bían de estar proveídas de todo lo necesario dispuesto en la erección de este Hospital, se
de 1775, en que se declaró por legítimo el al y con la correspondiente limpieza, y que para hiciese, como siempre, una solemne fiesta cada
cance de 246 pesos 2 reales á favor del mismo esto se tuviere cuidado de mudarlas y lo mismo año á su Patrona Santa Ana, y que concluida la
Mayordomo, que debía ponerlos por primera el vestido interior de los enfermos, teniendo Iglesia de dicho Hospital, se celebrase en ésta
partida de descargo de las cuentas sucesivas ; prevenidas las ropas necesarias.— VI. Que con y no en la Parroquial donde se hacía por falta
y se le mandó que dentro de ocho meses co forme á dicha erección se completasen las tres de ella, y que el Mayordomo, para verificar con
brase 340 pesos y un real que se estaban de salas que en ella se mandaban hacer, una para efecto su conclusión, solicitase limosnas entre la
biendo de réditos y que remitiese 70 pesos 5 hombres, otra para mujeres y otra para enfer piedad de los fieles, á quienes se concedieron
reales que estaban en su poder al Mayordomo mos contagiosos, y que á más de ésta se hiciese 40 días de indulgencia por cada vez que hicie
del Hospital principal de esta ciudad de Cara otra para convalecientes ; y que en atención á ren alguna contribución.— Hallándose copia de
cas, como perteneciente á la décima que le que para ello no tenía rentas bastantes el H os este despacho y la citada erección de dicho
corresponde de la renta de diezmos de este pital, procurase el Mayordomo solicitar limosna Hospital al folio 131 vuelto siguientes del L i
Hospital de Maracaibo. También se mandó á entre los fieles, á cuyo fin se hizo á éstos la cor bro 10 copiador.»
dicho Mayordomo que formase un Libro para respondiente exhortación, y se les concedió
llevar las cuentas y otro para copiar las provi 40 días de indulgencia por cada vez que visi Tal era el estado del Hospital con que con
dencias que se dieren. tasen los enfermos ó diesen limosna para el taba Maracaibo en la época colonial.
« Para el buen régimen y gobierno del refe Hospital.— V II. Que en el ingreso de enfer
rido Hospital, se expidió con fecha 14 de Marzo mos se observase la práctica de este Obispado,
En los primeros tiempos de la República,
de 1775 un despacho que comprende las orde excusándoles la molestia y trabajo de presen
aquella institución, de origen privado, vino muy
naciones y mandatos siguientes: tarse con memorial ante el señor Gobernador
á menos ; el edificio era una ruina, y el amparo
« I. Que el Mayordomo tenga dos Libros de de la dicha ciudad de Maracaibo y porque tal
para la indigencia, un mito. Para dar una
Cargo y Data, donde, con la separación debida, vez, por no hallar dichos enfermos quien les
idea de la vida trabajosa, si vida puede lla
lleve las cuentas del Hospital, y que en cada un forme el memorial, pasarán algunas inclemen
marse, de aquel asilo, nos bastará extractar
año la dé ante el Vicario Foráneo de dicha ciu cias y desamparos; y que el enfermo que qui
algunas anotaciones de las Memorias que los
dad de Maracaibo y que éste las objecione y siere entrar al Hospital ocurriese al M ayordo
Gobernadores presentaban á las Diputaciones
repare con audiencia de dicho Mayordomo, y mo y que éste, informado de su calidad, natu
Provinciales.
deduciendo el alcance que resultare reserve la raleza, vecindad, pobreza y enfermedad, lo in
formase al Vicario Foráneo para que éste pa En 1830, el gobernador señor Juan José
aprobación á Su Señoría Ilustrísima y á sus su
sase los oficios correspondientes al señor G o Romero, llamaba la atención de aquel Cuerpo
cesores ó visitadores, dando cuenta de iodo,
bernador de dicha ciudad de Maracaibo, para hacia el estado ruinoso del Hospital de Caridad.
como también de toda mala-administración de
los tales Mayordomos, para proveer lo conve que con su intervención, como vice-Patrono En 1838, la Diputación provincial dio un
niente, y que siempre que se necesitase de alguna Regio, en el ingreso de tal enfermo, y siendo reglamento para el Hospital de Caridad de
pronta providencia con que se excuse alguna justa su recepción, se le señalase cama y se pu Santa Ana, poniéndolo bajo la inmediata auto
ruina en la renta, la pudiere dar dicho Vicario siese la partida en el Libro que se había forma ridad del gobernador, y disponiendo que se
informando inmediatamente á Su Señoría Ilus- do para este efecto.— V III. Que luégo que en recibieran en él hasta cinco enfermos, que se
trísima con testimonio de las diligencias que tre el enfermo al Hospital se le prevenga que les dieran real y medio diarios para alimentos y
practicase, á cuyo fin se le dio la facultad nece al tercero día, ó antes si hubiese peligro, ha de que las medicinas fuesen suministradas por el
saria en virtud de las que por derecho residen confesarse y comulgar si fuere capaz, y que esta boticario « ó individuo » que mejor proposición
en Su Señoría Ilustrísima.— II. Que se hiciese administración toca al Capellán, como también hiciera. El presupuesto para empleados se fijaba
una caja de buena madera para custodiar los la del precepto anual y extremaunción, y que en 557 pesos anuales, siendo el mayor sueldo
Libros y papeles del Hospital y que copiándose para ésta tenga siempre proveída la Empolleta el del médico cirujano que ganaba diez pesos
en el Libro asentado la erección del Hospital, del Santo Oleo, ocurriendo por lo necesario á mensuales.
se desechase el Libro antiguo donde se hallaba, los Curas Rectores de dicha ciudad de Mara ' En 1840, el gobernador general José E.
para que no comunicase su polilla á los demás, caibo.— IX . Que el Capellán viva siempre en Andrade, manifestaba que la reparación de la
y en esta misma caja se custodiasen también los el aposento que le está destinado, para estar iglesia y edificio del Hospital de Caridad no
dineros que ocurriesen por limosnas ó rentas más pronto á la asistencia espiritual de los en había podido realizarse «por falta de materiales
del Hospital, puesta la debida separación entre fermos, la cual sea más continua estando de «y de artesanos disponibles.»
el dinero y los papeles.— III. Que los M ayor peligro y que los ayude á bien morir, hasta que En 1842, la Diputación destinó cuatro mil
domos se impusiesen del auto de aprobación hayan espirado, y que después de amortajado el pesos para reedificar el Hospital de Caridad, de
d e cuentas y que así dicho auto, como también cuerpo, se ponga en el corredor de la enferme conformidad con el plano que el~ gobernador
este despacho, se copiasen en el citado Libro de ría y de allí se lleve á sepultar al Cementerio, Andrade presentó en Noviembre de aquel año,
Estado.— IV . Que cuando haya novación de sin que por esto se paguen derechos algunos ; y cuya ejecución se calculaba costaría 13,287
M ayordomo, el que saliere dé cuentas dentro solamente cuando algún difunto hubiere dejado pesos.
de ocho días ante Su Señoría Ilustrísima ó ante bieñes, en cuyo caso se habrá de avisar á los En 1845, Ia Diputación provincial incluyó
el V icario Foráneo de dicha ciudad de Mara Curas para que éstos lo sepulten en la Iglesia en el presupuesto 8,000 pesos para la conclusión
caibo, con razón jurada del estado en que se del Hospital, ó donde hubiese elegido la se del Hospital de Caridad ; y dispuso que, ter
entregue el Hospital y su Iglesia, los aumentos pultura, llevándose los derechos conforme al minada que fuese la fábrica, se estableciesen en
que haya habido y las deudas que dejaren arancel sin od al: y que dicho Capellán tenga ella, provisionalmente, la cárcel y los despa
pendientes, con expresión de las diligencias un libro donde escriba las partidas de todos los chos del Concejo y de la Jefetura política, tras
que hubiere practicado sobre su cobro, hacién pobres que falleciesen en dicho Hospital, con ladando el Hospital á la casa denominada La
dolo constar por instrumento bastante, sin el forme á la misma sinodal de este Obispado.— G a rita .1
cual no se había de adm itir descargo de esta X. Que en la recepción de enfermos se tenga En 1847, decía el gobernador señor J. A.
clase, como ni tampoco de lo que no se justi advertido que han de ser de aquellos que el Serrano, en su M em oria: « La fábrica del Hos-
ficare como recibo, y que la entrega se hiriese derecho llama de solemnidad, prefiriendo los 11 pital de Caridad se encuentra muy avanzada.
por formal inventario; y también se dispuso oriundos y de dicha ciudad de Maracaibo á los « Es insignificante lo que existe actualmente sin
que los Mayordomos comprasen la cera por que no lo son, y que en ningún caso se reciban «cubrir; y, concluida la techumbre, el resto de
arrobas en ta Factoría de la misma ciudad de esclavos, aun cuando los amos ofrezcan pagar la « las obras se reduce á los planos, suelos y lum-
M aracaibo y que para su labor se instruyesen curación, para que no se embarazare con ellos « bres. Toca, pues, á su término, y es de espe-
los esclavos del Hospital á fin de evitar los ma la enfermería.— XI. Que se comprasen y tuvie 11 rarse que para el año de 1848 se encuentre ha-
yores costos que sobre esto se hacían.— V. Que sen custodiados cbn el aseo y distinción debida
mediante á que las rentas del Hospital eran las medicinas de Botica y simples más usua ' Actualmente local de la Sociedad Mutuo Auxilio.
EL ZULIA ILUSTRADO 63
« bitable. » Pero vino el año de 48, y ni el hos Silva, presbítero doctor José Antonio Rincón, Antonio Bustamante (1879-1880) y Alfredo
pital, ni la ciudad misma eran habitables por Antonio Bustamante, Francisco María Pulgar y F. Vargas (1881-1889).
causa de la guerra. José Antonio Villegas. « Presidiéronla sucesi- El edificio está situado en una eminencia ;
En 1849, el gobernador Juan C. Hurtado « vamente en este período : Bracho (1865), que su frente mira al lago, y la brisa, refrescando
excitaba á la Diputación á dictar las medidas « fue el primer presidente de la Sociedad, pres- sus salones, favorece sus condiciones higiénicas.
necesarias para concluir aquel edificio que ya « bítero doctor Silva (1866), Sutherland (1867), « Está dividido interiormente en dos grandes
estaba sufriendo notables deterioros. « Villegas (1868), Antonio M. de Guruceaga «secciones, la de Beneficencia y la de Hospi-
En 1850, el gobernador Francisco Conde « (1869) y doctor Gregorio F. Méndez (1870) ; « tales, subdivididas en departamentos separa-
hace constar que la obra continúa abandonada « y fama es que los dos últimos, á quienes tocó « dos para uno y otro sexo. La sección de
y que no existe en Maracaibo hospital de C a « época de calamidades y de azarosas circuns- « Beneficencia, destinada á los hombres, tiene
« tancias, se distinguieron en el noble afán de « dos grandes salones ; y tres la destinada á las
ridad.
En 1855, el gobernador Paz Castilla anun « conservar á todo trance la existencia del asilo, « mujeres: ocho grandes salas más sirven de
cia por fin en su Memoria, que se ha concluido « bien que en ello ganó no pocos timbres el « alojamiento á los enfermos de uno y otro sexo
el Hospital y que tiene capacidad para recibir « Capellán de la Beneficencia á la sazón pres- « de la sección de Hospitales. »
« bítero doctor Francisco José Delgado, que se Para dar una idea del movimiento de la
veinte enfermos !
« consagró con singular decisión al servicio del Casa de Beneficencia, tomamos los siguientes
En 1856, siendo gobernador Roque Rebo
«instituto en tan apuradas emergencias.»1 datos de la Memoria en que su presidente señor
lledo, la Junta de Hospitales nombró una co
En 1865 se permutó el edificio, hoy local Alfredo F. Vargas, dio cuenta del bienio de
misión compuesta de los señores doctores Au-
propio de la Sociedad Mutuo Auxilio, que 1883 á 1884.
sencio María Peña y Joaquín Esteva y diputado
ocupaba el benéfico asilo, por el que actual Durante esos dos años ingresaron al benéfi
Rafael Benítez, para que formulasen un proyecto
mente ocupa y que servía para entonces de cár co asilo 736 personas, de las cuales 704 enfer
de erección, indicándolos útiles que el estable
cel pública. mos y los 32 restantes pobres de solemnidad.
cimiento requería; y con fecha 7 de Octubre
declaró establecido el Hospital de Caridad de En Junio de 1866, el general Sutherland, En esa Memoria, el digno Presidente del
esta ciudad, con diez camas disponibles y real y como Presidente del Estado, celebró un con instituto, para demostrar que los beneficios que
medio diarios para estancias alimenticias de los trato con la Sociedad de Beneficencia, compro de éste se derivan son universales, especifica la
enfermos, del mayordomo, del cocinero y del metiéndose ésta á construir un edificio para nacionalidad ó procedencia de los 704 enfer
sirviente. Mercado público y reservándose el libre uso de mos en la forma siguiente :
Fue nombrado médico del Hospital el doc sus proventos por el término de 70 años. La V e n e z u e l a : Sección Zulia, 366; Sección
tor Joaquín Esteva. Sociedad invirtió unos 18,000 pesos en lo que Falcón, 5 2; Distrito Federal, 8 ; Estado Lara,
hoy se conoce con el nombre de Ventorrillos 7 ; Estado Los Andes, n o ; Estado Bermúdez,
En 1854, en el seno de la Logia Regenera
Nuevos, y siéndole imposible continuar obra 3 ; Estado Zamora, 7 ; Estado Carabobo, 3 ;
dores número 15, tenida de 18 de Diciembre,
de tánta magnitud para sus fuerzas, rescindió Estado Guzmán Blanco, 3 ; Estado Nueva Es
manifestó el señor Pedro J. Hernández, que los
el contrato, comprando el Gobierno la parte
comerciantes de esta plaza ansiaban por el es parta, 1.
construida por 15,400 pesos, pagaderos per
tablecimiento de una casa de mendigos, y pro C o l o m b i a : Estado de Cundinamarca, 2;
anualidades garantidas por una hipoteca sobre
puso que la Logia acometiese la empresa. El Estado de Santander, 11 ; Estado Magdale
el mismo edificio.
proyecto fue aprobado y aun se nombraron va na, 10.
rias comisiones para allegar recursos ; pero las En Agosto de 1871, el general Pulgar de
La Goajira, 60; Gran Bretaña, 7 ; Austria,
peripecias políticas de la época habían dejado cretó, como Presidente del Estado, la cons
1 ; Alemania, 12 ; Portugal, 1 ; Holanda, 16 ;
en la sombra el benéfico proyecto del señor trucción de 1111 gran Mercado público: decía
Francia, 10 ; Italia, 4 ; Dinamarca, 4 ; Espa
Hernández, hasta que en Enero de 1860 fue el Decreto que « una vez terminada la obra, se
ña, 1 ; Suecia, 3 ; Noruega, 1 ; Palestina, 1.
revivido por el doctor Antonio José Urquinao- « extendería por ante el Registro escritura pú-
« blica de donación perfecta é irrevocable á Desde 1883 tiene la Sociedad un periódico,
na ; y, acojido por la Logia con entusiasmo, se
« favor d^ la Casa de Beneficencia, con el ob- mensual, que le sirve de órgano, con el título
dirijió ésta al Concejo participándole su propó de La Beneficencia : en él se publican las en
sito y pidiéndole la Casa Municipal para esta «jeto de aumentar sus rentas y darle mayor
tradas y salidas de enfermos, descripciones de
blecer la de Beneficencia. La casa fue cedida, « ensanche, así como para restituirle el valor de
operaciones quirúrgicas practicadas en el esta
y la Logia, teniendo ya local, nombró comisio « los Ventorrillos Nuevos, que son hoy de su
«propiedad.» blecimiento y artículos sobre medicina.
nes de su seno para abrir una suscrición men
sual con que fundar y sostener el instituto ; y La guerra interrumpió aquella obra, y tanto
N o ta : Era nuestra intención publicaren
se trabajó con tal ahinco, y fue tan decidida la ésa como otras resoluciones favorables á la Be
neficencia, quedaron sin efecto. « El acto de este mismo número el retrato y los apuntes
cooperación de la Municipalidad y del comer
biográficos del doctor Antonio José Urquinao
cio, (jue el 5 de Agosto de 1860 se instaló la « aquel Gobierno, con más exactitud cumplido y
« de resultados más palpables en beneficio del na ; pero aunque el grabado fue pedido á Nue
Casa de Beneficencia de Maracaibo, siendo sus
va York con la necesaria anticipación, no lo
fundadores: doctor Antonio José Urquinaona, « Establecimiento, fue la formal cesión que hizo
hemos recibido todavía. Saldrá en uno de los
Rafael Benítez, Waldemar VVorm, Aarón Lu- « á éste del edificio conocido con el nombre de
« Cuartel de Artillería »; porque el local hasta números siguientes.— L a D i r e c c i ó n
ria, Nicolás Perich, Angel Casanova, Roberto
Swift, Manuel Armas, José Miguel Crespo, entonces ocupado por la Casa de Beneficencia,
Miguel Ledezma, Generoso Pensó, Amable era ya estrecho para sus grandes propósitos.
Socorro, Luis Celis, Francisco Vargas, José « De esa cesión se originaron las mejoras y el
« ensanche que han elevado ese plantel de cari-
E L HAYO DE LOS GUAJIROS.
Francisco Palenzuela, Diego José Jugo, Nico
lás \a le, Antonio Rovero, Valentín Finol y « dad, juntamente con su excelente organización
Moisés de Lima. « económica, á la altura que reclaman las nece-
«sidades del Zulia en ese respecto.» E todos nuestros indígenas, los guaji-
Durante los cinco primeros años de organi
zación, de lucha y de ímprobas labores, estuvo En aquel asilo de Caridad se gastan actual ■?/j| ros son ta* vez *os m as *nteresantes
mente unos dos mil pesos mensuales, y se sos íjj \q)J del punto de vista de la etnografía
el doctor Urquinaona consagrado, sin reservas
tienen en él 1 25 enfermos de ambos sexos y Desde siglos, el más septentrional de
de ningún linaje, á aquel instituto benéfico. Su
ausencia y el ensanche que habia- adquirido la de nacionalidades distintas. los varios grupos dispersados de la gran fa
Casa de Beneficencia, hicieron que en Diciem Han sido Presidentes de la Casa de Bene milia aruaca,1 han conservado su indepen
bre de 1865 la Logia nombrase una Sociedad ficencia, los señores: general Pedro Bracho
1 N o h a b lo de los «ruacos de la Sierra Nevada de
especial é independiente que tomase á su ex (1865), presbítero doctor Cástor Silva (1866),
Santa Marta, sino de los aruacos de fchiayana y del
clusivo cargo la dirección y fomento del plan general Jorge Sutherland (1867), José A. V i
Brasil, que con los guajiros constituyen la- fam ilia
tel. El i° de Enero de 1866 se instaló esta llegas (1868), Antonio M. de Guruceaga (1869), de los Nu--am«lc. Que los últimos pertenecen á ella,
nueva Sociedad recibiendo de la Logia «el teso doctor Gregorio F. Méndez (1870), H. E. lo lia deducido VircUow de observaciones antropoló
ro de beneficencia», montante á % 16,000, el Breuer (18 71-18 74 ), Alejandro Sulhany (1874), gicas, resultado que corroboran las razones lin g üísti
archivo y todo lo perteneciente al instituto. doctor Gregorio F. Méndez (1875), Ángel C a cas y etnográficas acumuladas en una Memoria que
publiqué en 1887, bajo el título: “ L a posición etno
Formaron esta nueva Sociedad los señores ge sanova (18 76 -18 77), Zeferino Fossi (1878),
gráfica de los guajiros”, en las actas de las sesiones-
neral Pedro Bracho, general Jorge Sutherland, de la Sociedad antropológica de Berlín (1887), pág.
ZeCerino Possi, H. Bornhorst, Guillermo Bau- 1 Hiutorin de la Cuta de Beneficencia. — Todo lo 435 á 444.— Prefiero la ortografía guajiro» (en ve* de-
der, Angel Casanova, doctor Antonio José Ur- que*ra entre comillas en la continuación de este ar goajiro*), porque está en mejor armonía con la étimos'
<}uinaona (ausente), presbítero doctor Cástor tígalo, pertenece n ln misma o b ra — 1. \ D i h e c c i ó n . logia de la palabra (de guayu, nosotros).
64 EL ZULIA ILUSTRADO
dencia en la árida península donde llegaran yo entre los pueblos que arrojaron de la pe E l nombre sutania, que dan al palito del
sus antepasados no mucho tiempo antes de nínsula : de ellos lo aprendieron, y en sus poporo, trae su origen de la Sierra N evad a:
la conquista española; y si bien han entra lenguas debemos buscar el origen de las los businkas dicen sókane, de só (calabaza) y
do posteriormente en algunas relaciones con palabras relativas á esta costumbre. No kan (palo, madera); los guamacos, shuguna
sus vecinos de Venezuela y Colombia, es puede haber duda de que al principio esta etc.
poca aun la influencia que éstos han podido última ha venido del Imperio de los Incas, Nada puedo decir de las palabras tagua
ejercer en su antiguo modo de vivir, que na de donde se extendió por toda la cordille ra y kartaurc: 110 entiendo aún su etimo
da ha perdido de su primitivo salvajismo con ra hasta los confines del continente sur-am e logía.
la introducción del caballo y la cria de otros ricano. Existía en la Nueva Granada, al El resultado de estas consideraciones
animales domésticos. tiempo de la Conquista, como dice Piedra- lingüísticas confirma por consiguiente lo di
Contando con la hospitalidad de E l Zu- hita; hoy parece que ha desaparecido allí, cho sobre el origen de esta costumbre entre
l iaI l u s t r a d o , trataré en otra oportunidad si se exceptúan algunos puntos del Sur cer los guajiros. H oy esta última está en vís
de algunos puntos relacionados con la etno ca de Neiva y Popayán (según el doctor peras de desaparecer: el tabaco ha reem
grafía de esta tribu ; hoy me limitaré á hacer Triana). plazado la coca, y yuli (tabaco) ó manilla
unas pocas observaciones sobre una de sus Refiere el cronista Herrera que la pala (tabaco de mascar) es lo primero que piden
costumbres, ya en vía de extinción : el uso bra hayo pertenece á una lengua hablada en al viajero que encuentran en su camino.
del hayo como masticatorio. las comarcas septentrionales de la Nueva Las antiguas plantaciones de hayo cerca
Se sabe que los guajiros mascan unas ho Granada, cerca de las costas del Mar Caribe. de Macuíre en la Guajira ya no existen ; se
jas que llaman hayo, sazonándolas con un A llí, en la Sierra Nevada de Santa Marta y gún Simons, fueron destruidas por las gran
poco de cal viva {guarcpo ó guare to) que en sus alrededores, viven aún hoy varias tri des y prolongadas sequías que hubo hace
llevan á tal propósito en un calabacito ó po bus, siendo los más australes los businkas ó algunos años. No he podido saber de dón
poro (jurur), del cual la sacan por medio de bintukuas, que antes de la Conquista se ex de les viene á los indios ahora la pequeña
un palito (sutania) humedecido previamente tendieron hasta el río César. Parece, por cantidad de hojas que aun hoy necesitan.
con la saliva producida por las ho Hayo es también el nombre ge
jas m ascadas; llaman taguara la nérico de todas las especies de Ery
porción de estas últimas que meten throxilum en Venezuela. La pala
cada vez en su boca, y finalmente bra vino del Occidente, y debe su
dan el nombre de kartaurc á la mo extensión en primer lugar á la im
chila donde guardan las hojas y to portancia que tenia el hayo legítimo
do lo demás. para los indígenas, y después á la
Hablaré más adelante de estas gran semejanza que tienen todas las
palabras, cuyo verdadero significado especies de este género entre sí,
y origen conviene precisar. siendo en efecto cosa muy fácil re
Desde luego se ve que la c o s conocer que una planta es un Ery-
tumbre en nada se diferencia de la throxilum, mientras que la distin
qu e tienen los indios de Bolivia y ción de las diferentes especies pre
del Perú que mascan las hojas de senta á veces dificultades conside
coca. Y en efecto, el hayo es la rables.
misma coca, aunque una variedad A. E rnst.
distinta que Morris ha descrito últi C aracas: 15 de Abril de 1889.
mamente bajo el nombre Erythroxy-
luui Coca, var. novo—granatcnsc. Se
distingue de la planta peruana por
los caracteres siguientes: Los ra
mos no crecen arriba, sino se extien JpMina^o
den casi horizontalmente; las hojas
son menores, 4 centím. largas y tie
N O T I C I A S so br e las mina s q u e ex ist en
nen apenas 2 de ancho, son de tes- en la S e c c i ó n Zul ia , con e x p r e s i ó n
d e su c l a s e , d e su e x te n s ió n y de su
tura membranosa, de color verde l o c a l id a d .
lustroso en la cara superior y m ás
pálidas ó glaucas en la inferior, su form a es primeros que adoptaron el uso de la coca pe D e un informe oficial fechado en 8 de
trasovado-lanceolada, adelgazada hacia el ruana, y creo, además, que la palabra hayo es Febrero de 1876, extractamos lo siguiente:
pecíolo y redonda en el ápice, q u e á menudo originaria de su idioma. Según Jorge Isaacs, Según los expedientes que tiene el Go
presenta una ligera escotadura con una pe tienen el verbo /¡agüen - «beber, chupar, ab bierno sobre la materia, resulta: que en la
queña puntica ó apicillo. Obsérvanse en la sorber« — (la terminación cu es casi muda) ; parroquia Urdaneta, del departamento Sucre,
cara inferior de las hojas, al lado del nervio su radical es agú - « bebida, cosa que se mas se hallan varias minas de asfalto ó mene en
principal, dos impresiones longitudinales ca, chupa ó absorbe.» Es evidente que po las galeras de Misoa; en la parroquia Cabi-
parecidas á nervios, pero que no son sino día emplearse para designar las hojas de mas, del departamento Miranda, se encuen
plegaduras de la epidermis, muy característi coca, y de agú á hayo (escrito también ayo) tra también otra de igual materia que ocupa
cas para varias especies de Erythroxilum . hay poca diferencia. una extensión de seis leguas; y en Las
Las figuras adjuntas, copiadas del B u L a palabra poporo de los escritores es Carretas, cuyas sabanas pertenecen al depar
lletin o f miscellaneous Information, publicado pañoles es de origen peruano. En el dia tamento Perijá, existe otra de idéntica masa
por los Directores de los Reales Jardines en lecto chinchaysuya de la lengua quechua se á distancia de tres leguas de la villa.
K ew (Enero 1889, pág. 6.), darán una ¡dea llama el mismo objeto iscupuru, de iscu (cal) En la isla de Toas se encuentra piedra
del aspecto <ie la planta : el número 1 re y puru (calabaza). L a voz sufrió alteracio calcárea de superior calidad; y en la costa
presenta la extremidad de un ramo florido; nes en su viaje hacia el N o rte : en la Sierra septentrional de ella, á pocas varas de dis
número 2 es una hoja algo aumentada; nú Nevada de Santa Marta aparece en la forma tancia de la margen del mar que la circuye,
mero 3 (igualmente aumentada), una flor de dumburo, yumburo y yobru; el ju ru r de en una ensenada de poca profundidad, exis
con sus diez estambres; y número 4, otra los guajiros, que es también el nombre de te una mina de carbón de piedra ó, mejor
flor á la que se han quitado los estambres cierta cucurbitácea, parece ser una corrup dicho, linita de calidad superior al que pro
(menos uno), para que se vea mejor el ova ción ulterior. ducen las cercanías de Barcelona, pero nun
rio con sus tres estilos y estigmas. Los guajiros llaman la cal de poporo ca tan bueno como el de Curamichate de la
L o s guajiros encontraron el uso del ha- guareto ó guarepo, palabra derivada del ad costa arriba del Estado Falcón. A rd e con
«consiguiente, natural que éstos fueron los jetivo uretá, blanco. facilidad, produciendo al principio de la
EL ZULIA ILUSTRADO 65
combustión una llama rojiza, la que cesa para creer que la mina es muy abun do con *la antacita. y otros carbones de pie
después que se han consumido los gases dante. dra ; y coftio esa relación de peso está pro
más inflamables producidos por el betún, y Los caracteres geológicos que presenta bablemente como de tres á uno, y como la
una porción insignificante de azufre que el carbón de la isla de Toas, es una estrati intensidad del calor que despide puede cal
contiene. La combustión continúa después ficación uniforme y compacta de mineral cularse en un ochenta por ciento coi> el de
con igualdad, produciendo un calor muy que afecta la forma esquitosa ó foliada, en aquéllos, se manifiestaf-á favor del de Toas
intenso hasta consumirse casi en su totali capas superpuestas con muy poca adheren en una multitud de aplicaciones, tanto en
dad, quedando por residuo un poco de ceni cia entre si y de fácil desintegración. A l este Estado como fuera de él.
za cargada de célice y de color rojizo. El levantarse con poco esfuerzo una capa, ésta En el lugar nombrado T ulé se encuen
carbón es de poco peso, frágil, arde sin se fracciona por sí misma en secciones más tra también carbón de piedra, y parece ser
apermasarse, y la fumigación que despide ó menos grandes, que afectan toda la forma una ramificación del de Toas, porque queda
no es ofensiva ni desagradable. de cubos regulares. Estas circunstancias en la misma dirección ó sea al Oeste de
La mina está en condición muy favora hacen del todo inútil el barreno y la pólvo dicha isla.
ble para su explotación. Su inclinación es ra para su explotación; de manera que la El Gobierno, por determináción de 13
S. E. aparentemente; el trabajo superficial barra, el pico y la cuña son los únicos ins de Abril de 1875, comisionó al general
que en ella se hizo, rto fue suficiente para trumentos adecuados para el arranque. Por Wenceslao BriceñO Méndez para hacer una
poder fijar con exactitud el ángulo de incli sólo este respecto, se presenta y obtiene un exploración ; obteniendo en efecto el 20 de
nación; pero á la vista, parece ser de 40 ahorro de grande importancia en los traba Diciembre de dicho año, el informe evacua
grados poco más ó menos, y el filón descu jos que allí se empleen. do por aquel ciudadano,' en el orden si
bierto presenta todos los indicios necesarios Este carbón es de poco peso, compara guiente :
«i.° Existen tres considerables minas «plotaban los bosques al Oeste de aquella «incendio en esas minas, impidiendo la co-
«de carbón que están en constante combus- «villa, en solicitud de un ganado que se de- «municación con el aire exterior que ali-
«tión desde una época que nadie puede fijar «cía robado por los indios goagiros, dieron «menta la combustión.
«con exactitud. La primera sobre la bar- «por primera vez con esta mina incendiada; «2.0 A poco más de un kilómetro su-
«ranea derecha del Caño del Algibe, á poco «y por la relación que del fenómeno hicie- «biendo desde el paso del río Tulé, que está
«más de un kilómetro de los ranchos del «ron á su regreso, y que se conserva fiel- «inmediato á los ranchos del Guasdual, se
«Guasdual; la segunda, sobre la barranca «mente en la memoria de algunos vecinos, «encuentra el primer filón de carbón de pie-
«izquierda del río Tule, como á seis kiló- «se viene en cuenta que, después de un tras- «dra, de los muchos que descubrí en mi' ex-
«metros de los mismos ranchos; y la terce- «curso de más de cuarenta años, esa mina «ploración. Desde este punto hasta la mi-
«ra, en el Caño de A gu a, cerca de su em- «se encuentra hoy en el mismo estado de «na incendiada de El Infiernito, en una ex-
«bocadura del río Tulé y á poca distancia «actitud en su combustión. «tensión como de cinco kilómetros, existen
«de la sierra de este nombre, Esta última « La tercera está situada en la barranca « catorce vetas ó filones del mismo mineral;
«es la más importante y lleva el nombre de «derecha del Caño del A lgib e y no despide «que miden desde diez hasta treinta metros
«El Volcán, porque arroja constantemente «humo ni llamas. Sólo revela su estado « de diámetro superficial en sus afloramien-
«humo y frecuentemente llamas cuyo res- «de combustión por la elevada temperatura «tos, y tienen todos una dirección aproxi-
«plandor suele percibirse en las noches se- «que se siente al acercarse al lugar. Los «mada de N. N. E. á S. S. O. M uchos de
«renas desde algunos establecimientos pe- «prácticos que me acompañaban me asegu- «ellos atraviesan visiblemente el cauce del
«cuarios, situados favorablemente á quince «raron que en más de una ocasión habían « río á más de tres metros de profundidad, y
«ó veinte kilómetros al Oeste de esta capital. «cavado allí y encontrado á poca profundi- «es probable que todos se prolonguen mu-
«H acíalos años de 1830 á 1834, algunos «dad el carbón hecho ascuas. «cho más allá de ese límite. Subiendo dé
«ganaderos y peones de El Moján que ex «No creo difícil ni costoso extinguir el «E l Infiernito hasta donde se desprende el
66 EL ZULIA ILUSTRADO
«Tule, de la sierra del mismo nombre, pue- «Toca al ilustrado per§ónal del Gobier- En el mismo departamento y á cinco
« de asegurarse que sus orillas son una for- «jjo del Zülia procurar la manera de poner leguas de distancia de la villa de Altagracia,
« marión homogénea del- mismo mineral; «en claro, cuanto ántes, esos problemas in- hay un lugar que denominan Potrero de
« formación que se revela por un afloramien- «teresantes; y tengo para mí, que ni le fal- Nava, en donde Se ve una corriente de agua
«to constante y casi sin interrupción, en una «taran los medios, -ni patriotas é. ilustrados de olor sulfuroso.
«extensión de diez kilómetros aproximada- «ciudadanos que acometan la empresa ,y En el departamento Colón, á poco más
« meñtfe. «le den un término satisfactorio. de una legua de la boca de Catatumbo,
« Esos afdramiéniMl de carbón Son tam- «En la exploración que practiqué, y está la Punta de Agua-Caliente, y á su fren
• bien visibles en tnueAos puntos dií los ca- «que motiva este informe, me acompañaron te, en el interior de la selva, existe la lagu
«ños que caen ál Tuli^^r á Riecito'; y «los inteligentes ciudadanos Bernardo Ti- na de este nombre; parece que sus aguas
«abundan sobre tódcf en -este último, hasta «nedo hijo y Francisco Márquez, cuya tienen una elevada temperatura En los
«el pie de la sierra de Tulé; en una exten- «muerte reciente en esta ciudad, deja un fuertes calores, se ve constantemente en
«sión de más de doce kilómetros, «vacío difícil de llenar. aquel lugar un relámpago sin explosión.
« La sierflta del Guasdual, que hacia el « M e es grato dejar consignado aquí mi En Perijá se encuentra una fuente ter
« Este sirve de .limite á esa eterna forma- «reconocimiento hacia esos- 'dos buenos mal, de muy baja temperatura; está en el
«ción carbonífera, Contiene muchos y abun- «amigos,- pór los delicados sefvicios y la ramal occidental de los Andes venezolanos
«dantes depósitos dé asfalto en diversos «eficaz cooperación que m e' prestaron du- que corre al Oeste de Maracaibo, y des
«grados de condensación que están visibles « rante esa exploración. pués de atravesar la Goagira, va á morir en
« á lo largo de su base oriental. «Las muestras del carbón que presenté el Cabo Chichibacoa. El lugar donde se
« En vista de estos datos, no creo aven- «al Gobierno á mi regreso de Tulé, no pue- encuentra esta fuente hidro-sulfurosa, está
«.turado asegurar que existe en esa región « den dar ¡dea cabal de la calidad deí piine- en las serranías de donde se desprende el
« del territorio del Estado, y dentro de los «ral que allí se encuentra. No teniendo á río Cogollo al S. O. de la villa de Perijá..
«limites que dejo antes señalados, una for- «la mano los instrumentos adecuados para Brota en dos grandes torrentes de la forma
«mación carbonífera, que ocupa aproxíma- «sacar el de mejor calidad, hube de tomarlo, cretácea que constituye el macizo de la
«damehte una área de trescientos kilóme- «como lo advertí al Gobierno, del filón que Cordillera de Itotes ó Perijá. No hay cons
«tros cuadrados. tancia sobre la temperatura de estas aguas
«me ofrecía más facilidades para el arranque
«Todo ese carbón es de una misma ca- «situado desgraciadamente dentro del njis- pero la hay de que son hidro-sulfurosas y
«lidad y muy semejante en su estructura al «mo río Tulé, y bañado por sus aguas, qui- que depositan toba calcárea; pues los tron
«carmel coal de Inglaterra, aunque menos «zás durante muchos siglos. Previendo cos y frutos que quedan por algún tiempo,
«pesado. Está desprovisto de azufre y otras «que el Gobierno se interesaría en dar á co- bajo el influjo de ellas, se incrustan de car
«materias que hacen á veces muy ofensivo «nocer ese carbón y haría traer algunos bonato de cal. Los moradores de Maracai
«el humo que produce la combustión, arde «quintales para muestras, le recomendé que bo, no pudiendo servirse de esta fuente tan
«con facilidad sin chispear, produce poco «emplease en esa comisión á los prácticos distante, situada, sobre todo, en un lugar
«humo, despide una llama franca y clara y «que me acompañaron. Son inteligentes y selvático, lejos de todo poblado, se aprove
« un calor bastante intenso; no se desinte- «honrados, y les he dado las instrucciones chan de la terona muy rica en hidrógeno
«gra durante la combustión, y deja muy «necesarias sobre la manera con que deben sulfurado de Betijoque ó de Escuque, situa
«escaso volumen de ceniza después de con- «arrancarlo; y les he indicado también los da en una de las ramificaciones que lanzan
■sumido. Por estas propiedades, lo creo «lugares donde pueden conseguirlo de la los Andes de Trujillo á las orillas del
« muy superior al que producen Barcelona, «mejor calidad.» Lago.
«Curamichate y la isla de Toas.
«Sensible es que el Estado no abunde Terminado el informe obtenido del ciu --- ----------
«en los medios que podrían dar valor, por dadano general W enceslao Briceño M én
«una activa explotación, á esa riqueza que dez, continuó dando cuenta de las noticias y
«posee á menos de cien kilómetros de esta datos que ha exijido el ciudadano Presiden
«capital. Esa distancia no sería un obstá- te de la Comisión de Bienes Nacionales.
«culo. En Inglaterra y los Estados Unidos En el lugar que llaman de La G, pasan D E S C U B R IM IE N T O .-C O N Q U IS T A . — EPOCA COLONIAL Y
EM ANCIPACION PO LITICA D EL ZU LIA .
«se explotan minas de carbón situadas á do de allí á la sierra de Perijá, hacia la iz
«mucha mayor distancia del mar ó de un quierda, se encuentra, precipitándose por su
«rio navegable; y esas explotaciones pro- falda, un arroyo en que hay cristal de roca Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés
«ducen considerables beneficios, por razón y unas piedras de color pardo que revelan PRIMER CRONISTA DEL NUEVO MUNDO.
contener cobre.
«del costo, casi insignificante, del combusti-
«ble que se emplea en el trasporte de sus
r
Se han encontrado también en la sierra V Jom o estos chripstianos estaban en gran-
«productos. del mencionado departamento, azabaches y díssima negessidad de lenguas é guias é no co-
«Tengo motivos para creer que la for- piedras que, á juzgar por su peso, contienen nosgian en qué tierra estaban, ni qué camino
«mación carbonífera de Tulé es mucho más sin duda minerales y una creta ó sustancia debian seguir para tornar á la cibdad de Coro
«extensade lo que revelan los datos que ob- calcárea que apellidan panallo y que se ase ó á Maracaybo, é avian o^do que entre los in
«servé durante la exploración. En once dios allí <;erca estaba un chripstiano, con espe.
gura sirve pará la extinción de la erisipela.
ranea que seyendo verdad, aquel sabria guiar
« días que empleé en ella, recorriendo á pie,
Según dictamen de un mineralogista, se los y entendería á los indios, acordaron de lo
«en diferentes direcciones, el extenso bosque
encuentra asimismo en aquel departamento yr á buscar. Y en aquel rio, que se dixo en el
« que cubre todo aquel territorio, no me fue
incienso ó ámbar, debajo de un banco de capítulo precedente, se pararon á ha^er balsas,
«posible, pQr lo limitado de mis recursos,
arena, á orillas de una quebrada, y en un para le passar, é adelantósse el alguacil mayor
« satisfacer todas las condiciones que eran Francisco de Sanéta Cruz, por mandado del
lugar que llaman L a Paja, una legua al Sur
« de desear, para obtener un resultado más capitan general, é passó á nado con treynta
de Masoa.
« satisfactorio. Sería importante que se pu- hombres el rio, y siguió un camino que halló
En el departamento Miranda, á espaldas
«siese fuera de duda: de la otra parte, y desde á una legua toparon
del pueblo Lagunillas, hay una eminencia
« i.® ¿ Cuál es el limite de esa formación un pueblo grande despoblado. Y dexó allí los
en donde se oyen ruidos subterráneos; y
«carbonífera al Norte de Riecito y al Sur compañeros y él passó adelante en busca de
por testimonio de un explorador que el año
«del rio Tulé? algund camino, que fuesse á su propóssito, y
de 1855 le visitó, se sabe que hay allí abier topó con un chripstiano desnudo en carnes,
«2.a ¿Contiene la sierra de Tulé depó- to una especie de cráter, y qüe la tierra como nasrió y sus vergüenzas de fuera, y em-
«sitos de carbón semejantes á los que están esparcida en su s contornos, al echarse en bixado, é las barbas peladas como indio, é su
« ya descubiertos en la planicie ? agua, sufre su color primitivo la violenta arco é frechas é un dardo en la mano, y la bo
«3* Esa formación carbonífera, interesa metamorfosis de convertirse en negro, de ca llena de hayo, ques cierta hierba para no
«alguna parte cercana de la sierra de Pe- cuya experiencia se dedujo entonces que aver sed, é su baperon: este es un colabago en
«rijá? contenía alcaparrosa. que traen los indios cierta manera de cal, para
EL ZULIA ILUSTRADO 67
quitar la hambre, chupándola. É mirándole con su oro, y caminaron hasta una legua en. cosa no se podía hacer, lo. enterraron al pié de
algo desviado, penssó que era indio, el qual se ellas, é dieron en unos Baxos, é no pudieron un árbol metido en un cataure ó cesta en un
venia derecho al Sanfta C ruí y arremetió á é l ; llegar á tierra; y con el mucho ímpetu del agua hayo, £ lo señálaron dando cortaduras en los
y aquel conos^ió al Sanóla Cruz, antes que se se. les desbarataron en los baxos, y se les per árboles'con loa pedácqs de las espadas; y en-
juntassen, y él al otro hombre que assi¿'Venia • dió una c^rga del oro, la qual llevaba un Johan teh-ado, durmieron aíllí íque ll* noche? á par del
fecho in d io : y abiertos los bra^osfse fué el uno Montañés de Mañero. Que constreñidos de oro, comiendo palmito^.. -0tr6 dia.¿amtliaron
al otro y se abracaron é bessaron muchas vege^ Ja necesidad, salió el capitán Vascuña con por un arroyo, que jifoio de donde
en las mexillas con mucho gogo ; porque eran toda su compañía en tierra, para se yr por la enterraron el -ojo,, é 6)eron‘ por él abaxo tres
muy amigos de antes,1y por la novedad del costa deV rio ábaxo, é un Johan Florín, gascón jomadas, á cabo de. I᧠«Júales no hallaron pal
caso y por el remedio deste chripstlano, el ó frañ$ér, é otro que' se decía Martin Alónso, mitos que comer, é ,to p as » muchas ciénegas:
qual se llamaba Frdn?isco Martin, y era uno de é oíro llamado Pedio de Utrera, no quisieron- é acordaron de da* la vuelta atras, é durmie
los que se perdieron con el capitan Iñigo de desamparar sii balsa, sino yrse en ella el rio ron fuera de las ciénagas» sin tener que co
Vascuña; y demas desto avía mucha causa pa abaxo: é’anduvieron en ella hasta legrla y me mer, y platicando en su1trabaxo ^ en fo que
ra su alegría, porque estos chripstianos andaban dia, é allí ^ juntaron otra vez, é hallaron ^1 debían hacer. • El capitán quería atrávesar
Riegos y sin guia ni lengua. Y luego el algua PedrQ de U.treía hinchado, q\ie estaba á la hácia una sierra,-que se pírgscia y creían
cil mayor lo hizo saber al capitan general có punta <Je "una sierra, quel $io passab^.^1 pié de- que era la de HerifiS. Y amanesció el ¿a-
mo avia hallado á este hombre: el qual fué 11a.* Y para yr adelg.nj fuélés forcado subir á pitan coxo de un grano» «n la rodilla que no
luego con toda la gente donde estaba el algua lo alto, pRra volver al mesmo r fb ; y el Johan po^ía andar: y la geníe decía que tornassen á
cil mayor y este chripstiano Francesco Martin Florín‘y. el Martin Alonso, por la mala dispu- donde estaba el oro y lo desenterrassen é lo
é todos ovieron grandíssima alegría en verle; sicion de su amigo Pedro de iflrera, se metie volviessen al rio donde avi^n muerto á los tres
porque á la verdad fué hallar á este hombre un ron en la Balsa., para doblar y passar aquel ca chripstianos é que allí lo tornassen á enterrar,
medio que quiso dar Dios, para que todos se bo ó jítiüta de aquella sierra. Y el capitan y é que allí en él determinarían lo que debían
salvassen é saliessen de donde estaban. É assi los otros chripstianos encumbráronse en la sier hacer. Y al capitan le paresció buen acuerdo,
este hombre los llevó á un pueblo que se llama ra, y durmieron aquella noche encima de la ié volvieron al oro; y tardaron quatro dias en
Maracaybo, en el qual estaba un indio princi montaña, y el siguiente dia baxaron de la sier llegar allá, porque el capitan Vascufia yba c®xo.
pal quesera su amo, que le avia comprado de ra, y toparon un indio manso en la balsa, sin Llegados, pues, á aquella rica sepoltura,
otros indios. los chripstianos, que venia llorando y diciendo : descansaron un dia, comiendo palmitos y es
Ya este chripstiano entendía muy bien la «Vámonos, que están ahí muchos indios, que perando tres chripstianos, llamados Johan R a
lengua de aquella próvincia; y llegados al pue « han muerto los tres chripstianos.» El capitan mos Cordero y Johan Justo é un hijo del Cor
blo, no hallaron á nadie en é l : que avian los se assentó en la ladera de la sierra á descansar, dero, que se avian quedado escondidos para yr
indios huydo al arcabuco ó monte. Y el Fran y esperó hasta que llegaron todos los otros por otro cabo : é luego otro dia vino el mucha
cisco Martin los fué á llamar, é fueron con él compañeros que consigo llevaba: 1 é juntos, cho por el rastro, é dixo que su padre Cordero
treynta hombres chripstianos, por seguridad de platicaron sobre donde yrian, é acordaron de y los otros dos avian muerto una india que lle
no le perder y porque como le avian topado baxar el .rio, aver lo que avia subcedido. É vaban é la avian comido, y llevaban parte para
acaso, no se sabia si tenia penssamiento de llegados á la ribera, hallaron á Johan Florin el camino; y el muchacho mostraba un pedaco'
huyr y perseverar en aquella salvajez é brutal muerto con muchas flechas; é buscando los della. Á tal Cordero mejor le podian llamar
hábito, en que le avian hallado, ó porque los otros dos chripstianos, hallaron el sombrero de lobo, y al Justo injusto, y al Ramos dragón.
otros indios no le matassen ó se lo llevassen, Martin Alonso lleno de sangre, y no hallaron ¡ Oh mal aventurada com pañía! ¡ Oh diabóli
no quisieron que fuesse solo. É hallaron á los al Utrera ni otra cosa alguna. Y no se detu ca determinación ! Y assi les pagó su pecado:
indios en unos ranchos dentro de ciertas cié vieron allí mas, sino por el rastro de los indios que nunca mas parescieron estos tres hombres,
nagas, é mostraron que holgaban con los chrips que yban por la costa del rio y mucha sangre porque quiso Dios que no faltassen indios que
tianos, é diéronles de comer de lo que tenian : por sus pisadas, anduvieron hasta que fué de despues comiessen á ellos.
é assi se vinieron con el Francisco Martin é los noche; y durmieron en la ribem del rio, y En esta sacón el capitan estaba muy malo
otros chripstianos, é truxeron alguna sal, la mataron un perro que cenaron. de su grano, é llamó á los compañeros é mandó
qual tuvieron en mucho los nuestros, porque El dia siguiente prosiguieron su camino to desenterrar el o ro : y ellos lo hicieron assi,’ y
avia dias que no la tenian. É aquel principal do el dia, hasta que fué de noche, por la costa tornóse á enterrar un tiro de piedra de donde
y sus indios se tomaron á sus casas, y el gene del mismo rio abaxo, y durmieron á la vera estaba primero, é pusiéronlo al pié de un árbol
ral mandó que ningund desplacer á ninguno se d é l; y no les pessára de tener otro perro, co muy grueso, junto al arroyo frontero de una
hiciesse, ni se tomasse cosa alguna mas de lo mo el de la noche antes, para satisfacer alguna barranca bermeja, y en otros árboles junto al
que los indios les diessen de su grado. parte de su hambre. É otro dia por la m aña grande dieron muchas cuchilladas, y cortaron
Siendo interrogado sobre juramento este na se partieron de allí por la misma costa del algunos árboles pequefios, y no tocaron al ár
Francisco Martin, cerca del viaje y perdición rio abaxo, y anduvieron hasta medio dia, por bol grueso.
del capitan Iñigo de Vascufia y los otros chrips que yban ya muy fatigados, cansados y ham Héos dado, letor, las sefias tan particulares,
tianos que con él avia enviado á la cibdad de brientos, haciendo camino con los pedacos de para que si acordáredes por ellas de yr á bus
Coro el gobernador Ambrosio de Alfinger, con las espadas, que llevaban quebradas los mas car este thessoro, lo podáis hallar; pero no
oro que es dicho, dixo que despues que el ca dellos. Y pararon donde les paresció, y pu creo que avrá hombre alguno tal falto de juicio
pitan Casamyres de Nuremberg los dexó é se sieron aquellas cargas de oro en medio de to que tal cobdicia tenga, desque me acabe de
tornó al gobernador, el mesmo dia entraron en dos, y requirieron al capitan Vascufia que en- oyr. Assi que, enterrado el oro, otro dia por
unos pueblos que llaman de los tapeys, y en terrasse aquel oro, porque no lo podían llevar la mañana se partieron por el arroyo abaxo, ¿
quatro dias otros atravessaron la sierra questá y los traia molidos, allende de sus fatigas ; ni se yban adonde avia quedado su gobernador
poblada de aquella nación; y es poca gente é se ossaban apartar á cortar un palmito para co Ambrosio de Alfinger, y siguieron aquel inten
tierra estéril y de poco bastimento. É passa- mer, por amor del oro : y decían que enterrán to dos días: é no pudiendo ya andar el capi
das aquellas sierras con mucha necessidad é dolo, seguirían su camino con mas alivio y des tan Vascufia de aquel grano, se detuvieron una
hambre, vinieron por un rio abaxo á los llanos ocupación, y que si hallassen gente de paz, vol parte de aquel dia, y en la tarde tornaron á
de hácia la laguna de Maracaybo; y desde el verían por ello, é que si no, que el que esca- andar hasta que fué de noche, é cortaron algu
dia que el capitan Casamyres los dexó, repar passe dellos diría dónde quedaba, para que no nos palmitos, que aunque amargaban, fueran
tieron el oro y lo traian los chripstianos en quedasse olvidado, y los chipstianos le pusies- contentos con que no les faltáran siempre. É
mochilas, á diez é doce libras por hombre, por sen cobro, dando el tiempo lugar á ello. assi passaron con aquel mal pasto aquella no
faltas de indios. É asi continuaron su viaje, El capitan Vascufia respondió á los compa che ; y cómo fué de día, el capitan estaba muy
yendo por aquel rio abaxo, porque no tenian ñeros que llevassen de oro lo que pudiessen, é malo del grano, y aquel compañero Johan Mon
ni hallaron otro mejor camino : ésin hallar co que dexassen el rio, é atravesassen en demanda tañés, que se dixo que avia perdido la carga
sa que comer, sino eran algunos palmitos amar de la sierra Herifia, que es la via del Norte há- del oro, amanesció traspassado de hambre, é
gos, en los quales quebraban las espadas por los C¡a la costa de la mar, y que esperaba en Dios no pudiendo andar, se quedó allí. Y entrado
cortar. É andando por el rio le hallaron ade que presto hallarían gente de paz é manera para el dia, comencaron á andar, y el siguiente dia
lante hondo, y por no tener otro camino é aver salir de aquel trabaxo; é que no perdiessen lo se quedó desmayado de hambre otro compañe
anchos boscajes cerrados fuera del agua y estar que avian hasta allí con tanta pena comportado ro, llamado Johan Vizcayno, y también tenia
los chripstianos muy flacos, y coxos, y descal por un poco de mas afan. É assi tomaron á este un flechaco que le avían dado en la guacá-
zos los mas dellos, y cargados con este oro continuar la jornada, é turóles otros ocho dias bara de la sierra de los tapeys; pero como po
que en mal punto vieron, acordaron de hacer mas, y en cada uno de ellos requerían al capitan día, seguía la compañía.
dos balsas: y en ellas se echaron el rio abaxo que se enterrasse el oro. É viendo ya que otra
68 EL ZULIA ILUSTRADO
J
' | L espíritu progresista y emprendedor mento de capital entre los mismos accionistas relaciones personales, porqne la generalidad de
I del señor Manuel M. Echezuría cuyas con el objeto de construir la segunda sección los hombres de negocios dudaban del buen re
I' empresas industriales son conocidas que va de la Plaza Baralt á E l Empedrado. Se sultado de la empresa; pero el pueblo zuliano
en todo el pais con el nom emitieron 144 acciones con lasque se elevó el acoje siempre con favor aquéllas cuya utilidad
bre de E l Cojo, debe en primer término Maracapital de la compañía á 130,800 bolívares. La es incontestable: prueba de ello es el tranvía.
caibo el establecimiento de las dos líneas de
tranvía que actualmente facilitan la locom o
ción de sus moradores. La muerte le sorpren
d ió . repentinamente en la vecina isla de Cura
zao, cuando se dirijía á esta ciudad á dar ma
yor impulso á su última empresa cuya inaugu
ración no le fue dado celebrar. Echezuría era
generalmente querido en M aracaibo: su carác
ter caballeroso y la afabilidad de su tra tó le
hicieron en poco tiempo verdaderamente po
pular. Tuvo, además, el talento de asociar
siempre á sus intereses industriales los intere
ses de la com unidad; y sabemos que pensaba
(al terminar el tranvía), acometer algunas otras
empresas de utilidad pública. Por todo ello
el pueblo zuliano le considera, con razón, c o
mo uno de los factores de sus últimos adelan
tos ; y E l Z u l i a I l u s t r a d o , al hablar de su
empresa favorita, tan útil para esta población,
cree de justicia, y de conformidad con su pro
grama, guardar entre sus páginas el retrato de
aquel hombre útil, simpático obrero de nuestro
progreso.
E l 28 de Marzo de 1883, señor bachiller
Manuel S. Soto, como presidente de la M uni
cipalidad, y el señor Rafael Nones, como G e
rente de E l Cojo, firmaron un contrato para el
establecimiento de una línea de tranvías desde
Los H aticos hasta E l Empedrado.
En virtud de ese contrato, se formó una
compañía anónima con un capital de 73,200
bolívares; y procedió á la construcción de la V e h íc u lo s q u e u s a e l T ran v ia de M a ra c a ib o .