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FACULTAD DE PSICOLOGÍA

PROGRAMA DE SEGUNDA
ESPECIALIDAD PROFESIONAL

UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

UNIDAD DE POST GRADO

PROGRAMA DE SEGUNDA ESPECIALIDAD

PROFESIONAL EN PSICOLOGÍA FORENSE Y


CRIMINALÍSTICA

TESIS

CONDUCTA DELICTIVA Y EL DESAJUSTE DEL


COMPORTAMIENTO PSICOSOCIAL EN JOVENES

PARA OPTAR EL TÍTULO PROFESIONAL DE:

SEGUNDA ESPECIALIDAD

EN PSICOLOGÍA FORENSE Y CRIMINOLOGÍA

PRESENTADA POR

Lic. TEMOCHE VALENCIA, JEFFER LENIN

PIURA – PERÚ

2018
Resumen

La presente investigación tuvo como objetivo determinar la relación entre la

conducta delictiva y el desajuste del comportamiento psicosocial en jóvenes. El

propósito de ello es la obtención del título de la segunda especialidad en psicología

forense, es así que es necesario la descripción detallada del caso a estudiar, por lo que

se examina la historia personal y familiar de la persona que se evalúa, así como también

el relato que brinda la misma, frente a la experiencia o hecho de violencia que describe.

Evaluación que se da en el campo de la psicología forense y en el ámbito de medicina

legal, contando para ello con el ambiente necesario para la evaluación, como también

con los test psicológicos para la evaluación respectiva.

Este estudio de caso describe el proceso para determinar si existe conducta

delictiva y el desajuste del comportamiento psicosocial en jóvenes.

Los datos analizados sugieren la existencia de conducta delictiva y el desajuste

del comportamiento psicosocial de la persona evaluada, toda vez que se describen los

cambios en determinadas áreas de su vida a raíz del hecho que describe. Finalmente

se presentan las recomendaciones para aminorar en nuestra sociedad la existencia de

la violencia familiar, en especial la que se da en torno a la pareja.

Palabras clave: conducta delictiva y el desajuste del comportamiento psicosocial en

jóvenes
Abstract

The objective of this research was to determine the relationship between criminal

behavior and the mismatch of psychosocial behavior in young people. The purpose of

this is to obtain the title of the second specialty in forensic psychology, so it is necessary

to have a detailed description of the case to be studied, so the personal and family history

of the person being evaluated is examined, as well as the story that it offers, compared

to the experience or fact of violence that it describes. Evaluation that occurs in the field

of forensic psychology and in the field of legal medicine, with the necessary environment

for the evaluation, as well as the psychological tests for the respective evaluation. This

case study describes the process to determine whether there is criminal behavior and

the mismatch of psychosocial behavior in young people. The analyzed data suggest the

existence of criminal behavior and the imbalance of the psychosocial behavior of the

person evaluated, since the changes in certain areas of his life are described as a result

of the fact he describes. Finally, recommendations are presented to reduce the existence

of family violence in our society, especially that of the couple.

Keywords: criminal behavior and the imbalance of psychosocial behavior in young

people

I. introducción

El presente trabajo Académico tiene como propósito la obtención del Título de

Segunda Especialidad en Psicología Forense y Criminología, mediante la


sustentación de un caso psicológico que permita conocer conducta delictiva y el

desajuste del comportamiento psicosocial en jóvenes, para ello se desarrolla

primero la descripción del problema, es decir, cómo se manifiesta en nuestra

realidad considerando las estadísticas actuales. Pasando luego a formular los

antecedentes que nos sitúan en las investigaciones hechas al respecto del tema,

como también el marco teórico. Posteriormente, preciso los objetivos del estudio

de caso tanto el objetivo general como los específicos, señalando también su

justificación e importancia.

En seguida, se describe el tipo de investigación empleada que viene a ser la

aplicada que es la que se ajusta al diseño de caso único. La historia y la evaluación

psicológica son puntos de importancia en el presente estudio de caso, ya que nos

sitúan en los datos del caso en sí, como datos de filiación, motivo de consulta,

historia personal y familiar y el diagnóstico, como también los instrumentos

utilizados en dicha evaluación.

Finalizando explico las condiciones que reúne para la ejecución del proyecto, es

decir, el acceso al caso, a los instrumentos, ambiente físico entre otros, para

culminar con las recomendaciones producto del estudio de caso. Cabe señalar

que, dentro de la especialidad de psicología forense y criminología, el psicólogo

está a cargo de la evaluación y observación de conducta de la persona que se

examina, a fin de pronunciarse de acuerdo a cómo se encuentra frente a un hecho

de violencia familiar, es decir, si está o no afectada. Es así que no compete dentro

de las funciones del psicólogo forense proponer tratamiento a las personas

atendidas.

Sin embargo, a efectos del presente estudio de caso para optar el título de la

segunda especialidad y en base a la experiencia que me brinda los años de


ejercicio profesional es que se sugiere una propuesta de prevención conducta

delictiva y el desajuste del comportamiento en torno de su ambiente familiar.


1.1 Descripción del Problema

A. Relato : Refiere la examinada: “El señor Fernando Ruiz Abad, que tenía 68

años, que fue ex pareja de mi mamá, me fue a buscar a la salida de mi colegio,

el día viernes 24 de mayo, se me acerco en su moto lineal y me pregunto:

“como estaba de salud”, yo le conté: “que hace poco había convulsionado”, él

me respondió: “que si no estaba tomando mi medicina”, yo le dije: “que no

porque se me habían acabado y no podían comprarlas porque en la farmacia

me pedían receta actualizada”, él me dijo: “anda el lunes a mi casa para darte

una receta que le iba a pedir a un amigo que es doctor, que tenía”, yo le dije:

que ya”, ese día viernes mi abuelo materno me llego a recoger tarde,

llevándome a su casa. El día lunes 27 de mayo, me levante temprano para

irme al colegio, amanecí con dolor de cabeza pero tuve que ir porque me

tocaba matemática y virtual de inglés, tenía que llevar unas plantas que me

habían pedido en CTA, pero como me sentí mal, antes de irme al colegio le

dije a mi mamá: “que me vaya a recoger en el primer recreo que es a las 10.15

am, mi mamá llego y la auxiliar me dio un papelito para poder salir, para que

me deje salir el vigilante, de allí me fui a mi casa con mi mamá, como no había

desayunado mi mamá me dio pan con huevo y leche, estuve viendo televisión,

a las 12 le dije a mi mamá: “que vayamos a la casa del señor Fernando”, me

fui con mi mamá caminando, llegamos pero no lo encontramos y nos

quedamos sentadas en una esquina de un restaurante, habremos esperado

una hora, yo compraba en la tienda que está al frente de su casa. Cuando el

señor llego y yo me acerque, mi mamá se quedó sentada, no se acercó para

evitar que los vecinos pensaran mal ya que cada uno tenía su pareja aparte.

El señor estaciono su moto al lado de la pista, yo me acerque hablar con él y

él me mira, me invita a pasar a su casa, nos sentamos en su comedor, él me

pregunto: “como se había muerto mi abuela”, me empezó a mirar y me dijo:

“has crecido bastante, están gordita, mi gordita bella”, comenzó a tocarme la


cara con sus 2 manos, me saco unas pastillas Neuryl y me dijo: “quieres tomar

una, ahorita”, yo le dije: “que no, porque yo tomo la 1/8 parte y esta pastillas

son para dormir”, yo me quede sentada en el comedor y él se va a su cocina,

regresando con una taza de té y me dijo: “tómatela”, yo le dije: “que es”, él me

dijo: “que era te”, yo la pruebo y le dije: “está muy feo su te”, él me dijo: “es

que es un combinación que yo hago”, por no despreciarlo me lo tome, él me

dice: “vamos almorzar”, yo le dije: “tengo que pedir permiso a mi mamá”, me

salí y fui a pedir permiso a mi mamá, ella me acepto el permiso, diciéndome:

“anda, pero cuídate y no te demores”, salimos en su moto lineal, me llevo a la

vuelta de su casa, al frente del colegio Cortez, hay un salón que se llama de

Violeta, él se para y se estaciono, empieza a gritar llamando violeta, violeta,

la señora salió peinándose y arreglándose el cabello, él le dice: “violeta ya

llego la chica que querías para que te limpiara el salón”, ella le dice: “aun no

Fernando”, la señora le pidió de favor que él vaya a ver a la chica a su casa,

nos fuimos a buscar a la chica, pero primero me llevo a Marcavelica almorzar,

hemos comido Ceviche con cabrito, estuvimos comiendo. La señora a la hora

de pagar ella me mira, se me acerca y me dice: “niña cuántos años tienes”,

yo le conteste: “15”, ella dijo: “haya”, de allí nos fuimos en la moto del señor,

a ir a ver a la chica. Fuimos a la casa y no la encontramos, nos dijeron: “que

estaba en la casa de su mamá”, fuimos a la casa de su mamá, pero no estaba

y salió la mamá y el señor Fernando le explico todo acerca del trabajo de su

hija, como debía llegar, de allí nos fuimos, compro unas pipas para la sed y

después fuimos a ver unos sembríos de arroz, estaba que me explicaba

acerca de unos pajaritos que se comían el arroz y que había unas cholitas

que le pagan para que saquen el arroz. Se estaciono por unos sembríos y me

dijo: “te gusto el paseo amor”, yo le conteste: “que”, él me dijo: “si te gusto el

paseo”, yo le dije: “así”, regresamos a Sullana por la avenida Champagnat de

allí se alcanza a ver a mi casa, yo le dije: “déjeme en a la esquina de mi casa”,


él me dijo: “antes te invito un helado”, me llevo en la heladería del tío Johnny

que esta por el cine, nos bajamos a comer helados, para el regreso le dije:

“que me dejara en mi casa”, él me dijo: “espérate que primero vamos a mi

casa para regalarte miel y puedas comer con el coco”, llegamos a su casa,

salió la vecina del frente, yo solo le levante la mano, ingresamos a su casa y

el señor me dijo: “deja los cocos en la cocina”, él subió al segundo piso, yo le

seguí, aprendió su televisión y puso un canal de música, me dijo: “báñate”, yo

le dije: “que no porque no tengo ropa que cambiarme y además estoy en casa

ajena”, él me dijo: “por la ropa interior no te preocupes”, él se fue al cuarto que

está al frente de su baño y saco un calzón de color blanco, enseñándomelo,

me dijo: “ponte este”, yo le conteste: “no gracias”, él me dijo me voy bañar”,

sacándose la camisa. Yo me sentía con sueño y algo mareada, yo me caí por

su asiento, golpeando la cabeza, yo recuerdo su reflejo borroso y sus manos

que me rosaba los brazos, de allí no recuerdo más. Después de un tiempo

que no sé exactamente cuánto me levante mareada, pero por lo menos me

podía parar, escuche unos ruidos abajo y comencé despacio a bajar por las

escaleras, cuando me pare en la cocina y yo vi a mi mamá peleando con el

señor Fernando, mire que él la tenía jalándole los cabellos, mi mamá estaba

arrodillada y él estaba encima de su espalda, ella no podía moverse, estaba

indefensa, ella le decía: “suéltame, suéltame, que me vas arrancar el cráneo”,

mire que a su alrededor de ellos había varios vidrios, él tenía sangre en la

nariz, mi mamá tenia sangre en sus manos, él tenía bastante cabello de mi

mamá en sus manos, yo al ver eso ingreso a la cocina, abrí la refrigeradora

de él, había una botella de vidrio trasparente, yo la saque y se la tire en la

cabeza, pero no le paso nada, estaba como si no le hubiera caído nada. Él

cogió un vidrio y me lo paso debajo de la rodilla, mi mamá al ver eso le trato

de quitar el vidrio, él la corta el dedo anular de la mano derecha, después el

señor le pone el vidrio en el estómago de ella con la intención de meterle el


vidrio que era una parte de la botella rota, yo al ver eso, yo vi el pico de la

botella de champagne tirada, yo lo cojo, al cogerlo me corte la mano, yo le

grite: “a mi mamá no me la mates”, se lo tire en la cabeza del señor.

Estábamos parados y del impacto nos resbalamos él y yo cayendo al piso, mi

mamá estaba adolorida a una pequeña distancia. Caímos cerca de la cocina

por donde había un mantel o trapo color blanco colgando, él me trataba de

ahorcar diciéndome: “maldita”, con los ojos de odio, yo cojo el mantel y

comencé a ahorcarlo, él se acercaba a mí y yo le apretaba más, pero no sé

de dónde me abra salida fuerza porque estaba duro, en una de esas él deja

de moverse, se muere. Yo lo solté porque comenzó a salirle sangre de la

cabeza donde le había metido los vidrios, poniéndome a llorar, me solté de

nervios. Mi mamá se me acerca, diciéndome: “tranquila hija, no te preocupes,

que si te descubren yo voy hacer quien me eché toda la culpa”, yo le respondí:

“no mamá si he sido yo quien lo ha matado”, ambas teníamos miedo, pero yo

más porque yo lo había matado. Yo me sentí mal, yo no lo hubiera hecho si

es que él no hubiera intentado matar a mi mamá o matarme a mí. Yo le dije a

mi mamá: “que limpiara toda la sangre de la cocina y que lo jalara a la entrada

de la puerta para poder limpiar todo”, yo le coloque vidrios alrededor de él, le

quite su celular y su billetera que tenía S/20, para que parezca robo,

intentamos abrir la puerta con sus llaves, pero estaba muy dura la puerta y no

se abría, ya estaba muy oscuro, buscamos un desarmador en sus

herramientas y destapamos la chapa, la reja estaba con candado, con sus

llaves la abrimos y nos fuimos llevando todos los trapo que habíamos usado

para limpiar la sangre, yéndonos a nuestra casa, botándolos en un basurero

cerca de nuestra casa, con las llaves, su celular que lo tiramos en una cochera

cerca. Sacamos sus documentos y lanzamos su billetera. Llegamos a la casa

y tocamos la puerta y salió mi abuelo, le dijimos: “que habíamos estado en la

casa del señor Hilario, que es la actual pareja de mi mamá”, ingresamos


normal. Un ex compañero de estudios de primaria, que es vecino del señor

Fernando escribió a mi mamá que había encontrado a Fernando muerto,

pasaron unos días y llego un policía a notificarnos porque no nos encontró en

la casa. Mi mamá se presentó a la notificación que le habían dado a mi abuelo,

yo me puse a llorar, ella me dijo: “que no me preocupara por nada porque la

culpa se la iba a echar ella”, ella dijo otra cosa, no la verdad. El día miércoles

decimos confesar y le contamos primero a mi abuelo materno y él nos dijo:

“que díganos la verdad y que colaboramos con el trabajo de los policías

porque ha sido por defensa propia”, de allí ayer fuimos a declarar la verdad,

mi mamá le han mandado ahora una ampliación de su declaración. En la

basura que encontraron un té filtrante dulce sueño, también en su cajón de su

cocina había la caja de té, también cuando él llama a Interbank a decirle: “yo

ya presenté mi queja quiero saber la respuesta como retirar el dinero”, eso lo

hizo cuando le ofreció a mi mamá dinero para que esas cosas quedaran allí,

pero mi mamá no acepto y le dijo: “que lo iba a denunciar por atentar contra

mi dignidad”, de allí él le tiro una botella de champagne en la cabeza a mi

mamá”.

2DA SESIÓN. - Refiere la examinada: “El señor Fernando Luis Abad, lo

conocí cuando tenía 11 años, él tuvo una relación con mi madre, que duro 2

años, donde cada uno vivía en su casa. El señor vivía solo, pero tiene hijos,

no le gustaba vivir con ellos, nunca he visto que este señor le haya pegado a

mi mamá, ellos se llevaban regular y termino mi mamá porque el señor le dio

a elegir entre él y yo. El señor la noche lo hacía día y en el día paraba

durmiendo, por lo general él llegaba en mi casa en la noche, con su moto

lineal, justo cuando mi madre me ayudaba hacer mis tareas, por eso ella se

negaba a salir con él algunas veces y él se molestaba con ella, por eso un día

le dio a elegir entre él y yo, ya que quería que mi mamá le dedicara todo su

tiempo, pero ella tenía que dedicarse a mí también, pero él no entendía eso.
Ellos no terminaron en malos términos, cada quien por su lado, mi mamá tuvo

al tiempo su pareja y seguro que el señor también, hasta que el día viernes

24 de mayo al salir del colegio lo encontré a este señor fuera del colegio en

su moto, él me dijo: “como estaba de mi salud”, yo le dije: “que mal, que hace

poco había convulsionado”, él me dijo: “estas tomando tus medicamentos

todavía”, yo le respondí: “que no porque se me había acabado y no podía

comprarlo porque me piden una receta actualizada y por eso no lo estoy

tomando”, él me dijo: “anda el lunes para darte la receta ya que tengo un

amigo que es doctor”, al poco rato llego mi abuelo materno a recogerme y me

llevo a mi casa. El lunes 24 de mayo yo y mi mamá nos fuimos a la casa de

este señor, yo fui a tocarle su puerta, no estaba, nos fuimos a sentar casi a la

esquina de su casa, por un restaurante que hay, en la vereda a esperarlo, se

demoró como una hora, hasta que llego, yo me acerque a su casa, cuando

estaciono su moto al borde de la pista y me hizo entrar a su casa, me

pregunto: “donde está tu mamá”, yo le respondí: “en la esquina”, nos fuimos

al comedor y me pregunto: “por la muerte de mi abuela Lily”, de allí

comenzamos hablar de mi salud, me tocaba el rostro, con las 2 manos, él me

saco unas pastillas Neuryl, yo pensaba que me las iba a dar, pero no me las

dio porque me dijo: “que también él las toma, que recién le iba a pedir a su

amigo la receta, quieres tomar una pastilla”, yo le respondí: “que no porque

yo tomaba una 1/8 parte para dormir y que todavía era temprano para

tomarla”, me decía: “como has crecido, estas gordita, bella”, él me dejo

sentada en el comedor y se paró, se fue a la cocina, me trajo un té, yo lo recibí

y lo probé y le dije: “que estaba feo”, él me dijo: “que era una combinación que

él hacía”, para no despreciárselo me lo tome, estuvimos conversando y me

dijo: “vamos almorzar”, le respondí: “que tenía que pedir permiso a mi mamá”,

me salí a pedirle permiso a mi mamá que estaba en la esquina, ella me dijo:

“anda, cuídate, no te demores”, de allí nos fuimos en su moto, fuimos a ver a


una señora, después nos fuimos a comer y de allí a ver a una chica para que

trabaje en la casa de la señora. En el momento que estábamos comiendo él

me tocaba la mano, sonría mucho conmigo, por eso cuando el señor se paró

a pagar una señora me dijo: “cuántos años tienes”, yo le dije mi edad, ella se

quedó callada, nos subimos en su moto y nos fuimos a ver a la chica, que

vivía más allá de Marcavelica, él hizo un pare y me dijo: “te ha gustado el

paseo amor”, yo le respondí: “como”, él me dijo: “te ha gustado el paseo”, yo

le dije: “que sí”, al regreso compro 2 pipas, nos llevamos los cocos en una

bolsa, llegamos a Sullana y le dije: “déjame en la esquina de mi casa”, él me

dijo: “que no, porque me iba a invitar un helado en el tío Jonny”, terminamos

el helado y volvimos a pasar cerca de mi casa y le dije: “que me dejara en mi

casa”, me respondió: “que esperara que vaya a su casa con él para regalarme

miel para que comiera con el coco”, llegamos a su casa, me vio la vecina de

al frente, le levante la mano saludándola, ingresamos a su casa, me dijo: “que

ponga el coco en la cocina”, él subió en el 2do piso y yo lo seguí, aprendió el

televisor, poniendo un canal de música, yo me sentía mal, adormitada y él me

dijo: “que me fuera a bañar”, yo le dije: “que no porque no tenía ropa para

cambiarme y además estaba en casa ajena”, él me dijo: “por la ropa interior

no te preocupes”, ingreso a un cuarto cerca de su baño y saco un calzón color

blanco, yo no le acepte el calzón, él se sacó la camisa y me dijo: “que se iba

a bañar”, se quedó sentado, yo me sentí mal y me desvanecí, no recuerdo

mucho, vi borroso su cuerpo de él, que se acercaba a mí, sentí que él me

comenzó a tocar con sus manos, de allí no recuerdo. Luego me desperté, me

sentía mareada, escuche ruidos abajo, me pude incorporar, me pare y me

baje las escaleras despacio, al bajar llegue a la cocina, vi a mi madre con él

peleando, estaban los dos en el suelo, él estaba encima de mi mamá que le

jalaba de los pelos, mi mamá le decía: “suéltame, suéltame, que me vas

arrancar el cráneo”, él tenía sangre en la nariz y mi mamá tenia sangre en las


manos, había vidrios alrededor de ellos, yo me metí a la cocina y abrí la

refrigeradora y saque una botella de vidrio transparente, se lo tire en la

cabeza, se rompió la botella, pero él no se hizo nada, el señor cogió un vidrio

y atrás de la rodilla me paso el vidrio, mi mamá al ver eso trato de quitarle el

vidrio, él le corto el dedo anular, luego vi que él con el vidrio que tenia se lo

puso en el estómago a mi mamá. Al ver eso pensé que él iba a matarla, mire

un pico de la botella de champagne, que él había tirado a mi mamá en la

cabeza, lo cogí y le tire varias veces en la cabeza, yo me resbale y nos

caemos cerca de la cocina, mi mamá estaba adolorida cerca de nosotros, él

me pone en su mano en mi cuello, me trato de ahorcar, yo cogí un mantel o

trapo que estaba colgando en la cocina, se lo puse en su cuello, allí le anude

y se lo apreté para que me deje, ya que él me decía: “maldita, maldita”, hasta

que murió, de allí lo deje, me fui de llanto al ver lo que había hecho, mi mamá

me dijo: “tranquila hija, no te preocupes, que si lo descubren esto, yo voy

hacer que me echen toda la culpa”, yo solo lloraba y le pedí a mi mamá que

limpiara toda la sangre. Ella lo limpio, entre las dos lo jalamos cerca de la

puerta, yo le puse vidrios alrededor de él, le saqué la billetera y su celular,

dando la idea para que apareciera robo, cogí las llaves para poder abrir la

puerta, pero la puerta no se abría, fuimos a sacar un desarmador para poder

sacar la chapa y poder salir, luego sacamos el candado de la reja, llevando

los trapos de sangre, que lo tiramos al basurero y también las llaves, el celular

lo aplastamos con una piedra lo tiramos a una cochera, la billetera le sacamos

sus documentos y lo tiramos al basurero, los documentos nos llevamos,

llegamos a la casa cerca de las 2 am, nos abrió mi abuelo, le dijimos: “que

habíamos estado en la casa del señor Hilario”, este señor es su actual pareja

de mi mamá. Yo trate de seguir mi vida con normalidad, pero no podía, porque

no me podía concentrarme en el colegio, me saque un 12 en matemáticas,

mis amigas me decían: “Noelia que te pasa tú no eres así, ponte las pilas no
permitan que te quite tu puesto, tu puedes, porque eres una persona

inteligente”, pero yo a nadie le decía lo que estaba pasando, porque tenía

mucho miedo. Yo pienso que mi conducta fue una reacción por defenderme

porque si él no hubiera intentado matarme a mí y a mi mamá, yo no hubiera

reaccionado de esa manera, porque yo no soy una persona impulsiva, no me

gusta las peleas solo lo hice fue por defensa propia, ahora siento mucho

miedo porque puedo perder mi libertad y también mi mamá, por haber

causado una muerte que en ningún momento pensé hacerlo.

Espero que las autoridades me den una oportunidad a mí y a mi madre, ya

que eso no lo hice por mala intención, ni había pensado nunca llegar hacer lo

que hice, mi mamá me protegió para que yo no pierda mi libertad”.

B. Historia Personal:

 Perinatal: Parto normal.

 Niñez: Se ha criado con su mamá, en la casa de sus abuelos

maternos, sus padres están separados, su padre tiene otra familia en

Piura, así mismo nunca han vivido juntos, por otro lado, es hija única,

aunque presenta hermanos de parte de padre. Su padre cada vez que

iba a verla la dejaba plantada, especialmente en el colegio, nunca le

han tomado atención. Así mismo nunca me han pegado.

 Adolescencia: Le fue bien manifiesta que es tranquila, lo cual su

mamá le da permiso para salir, pero salgo con ella, no suele salir a

fiesta mayormente esta en casa, es retraída, además la insultaba

diciendo “que ni su padre la quiere, negra”, por eso no frecuentaba

salir fuera de la casa.

Por otra parte, desde ese día no duermo bien, presenta pesadillas, no

se concentró en lo que hace, en sus sueños le aparece su cara y su

gesto diciéndole: “maldita”.

En su colegio cuando observa a sus profesores pareciera que notara


la cara del hombre, esto ha hecho que baje su rendimiento escolar

que era muy destacable, ocupaba el primer puesto, también

manifiesta que ha concursado en matemática lo cual el profesor

confía en ella.

 Educación: entro a estudiar inicial a los 4 años, a los 6 años ingresa

a primaria, actualmente está en 4to de secundaria, ahora indica que

le va mal después de este incidente, estudia en un colegio de mujeres,

se ha sacado el primer puesto en mi grado.

Anteriormente en el colegio Chanel su compañera de aula que tenía

su grupo, el tiro del 2do piso, desde allí convulsiona y estoy en

tratamiento neurológico y psiquiátrico porque ha intentado matarme 3

veces.

 Trabajo: no refiere.

 Hábitos e intereses: se levanta a las 5.30 am, se baña, se cambia,

desayuna, revisa su mochila y luego se va su colegio en el carro de

su abuelo, él la lleva y la trae. regresa a las 2.45 pm, almuerza en su

colegio, ya que su mamá le lleva su almuerzo. llega a su casa, se

cambia, descansa, se levanta a bañarse, hace sus tareas, a veces

sale a ver a su amiga que vive por su casa, algunas veces llega a

verla, también sale con su mamá a comprar al supermercado con su

abuelo.

además 6 de la tarde cena, se siente a ver televisión, con su mamá y

su abuelo a conversar de cualquier cosa, antes irse a dormir toma su

pastilla que le receto el psiquiatra. le gusta escuchar música, y a

veces se pone a llorar porque se acuerdo de su abuela o de sus

amigas que le han hecho daño. a raíz de esto sufre de pesadillas casi

la mayoría de las noches, ella ayer hablo de esto, se sentía más

liberada, no decía nada al respecto por miedo que su mamá también


iba salir perjudicada, porque su mama se iba a echar la culpa de todo,

por eso su mama se iba ir a la cárcel por la culpa de la hija.

 Desarrollo psicosexual: menstruo a los 12 años, tuvo su primer

enamorado a los 14 años, él tenía 16 años, duraron 7 meses,

terminaron porque él se fue a vivir a talara, de allí no ha vuelto a tener

enamorado, nunca ha tenido relaciones sexuales con nadie. no tiene

amigos, presenta problemas para relacionarse con los hombres.

 Antecedentes patológicos:

 enfermedades: sufre de epilepsia desde los 9 años, está en

tratamiento neurológico y psiquiátrico por la depresión, toma una

pastilla en la noche para poderse dormir y una pastilla en la

mañana para poderse estar activa en el día.

 accidentes: a los 9 años una compañera el tiro del 2do piso, perdió

el conocimiento, desde allí comenzó a convulsionar hasta hace 3

semanas atrás que fue la última vez que convulsiono en el colegio.

 operaciones: no refiere.

 Antecedentes judiciales:

esta es su 3ra vez, las 2 primeras denuncio por tocamientos, la

primera vez fue cuando ella tenía 8 años, le había tocado un amigo

de su mamá, cuando estaban tomando, la 2da vez cuando un vecino

le metió la mano en la calle un día que era de noche. ahora viene

como acusada de haber matado al señor que le quiso violar y matar

a su mamá.
1.2 Antecedentes de la investigación
1.2.1 Antecedentes internacionales

Navarro y Pastor (2017) en la Universidad de Valencia, España en

su tesis: “Factores dinámicos en el comportamiento de delincuentes

juveniles con perfil de ajuste social. Un estudio de reincidencia”, tuvo

como objeto evaluar el riesgo de reincidencia, analizando el impacto

de los factores dinámicos en adolescentes en conflicto con la ley

(ACL). En un estudio de tipo descriptivo – correlacional en una

muestra de 157 ACL con perfil de ajuste social a quienes se evaluó

con el instrumento del riesgo de violencia de adolescentes Structured

Assesment of Violence Risk in Youth (SAVRY), además de otras

técnicas. Dentro de los resultados, se destaca que la amplia

estructura relacional y la vinculación intermitente con redes formales

e informales de aprendizaje y empleo de que disponen los ACL con

perfil de ajuste estiman un buen nivel de ajuste futuro y una baja

reincidencia delictiva. Por otro lado, la escasa autonomía para

resolver problemas y la impulsividad en la gestión de dificultades

amplían el riesgo de reincidencia delictiva. Un foco de interés reside

en las relaciones e influencias que el ACL establece con su entorno,

para evitar prácticas de riesgo o someterse a ellas. Se incide en las

actividades cotidianas del ACL, pudiendo estas condicionar su ajuste

social.

Zambrano (2016) en la Universidad Rafael Landívar en Guatemala,

en su tesis de maestría denominada: “Conductas antisociales y

delictivas en adolescentes entre 13 y 19 años que se encuentran

institucionalizados por uso y abuso de sustancias”, tuvo como

objetivo identificar la presencia y tipo de conductas antisocial o


delictiva más frecuente en los adolescentes institucionalizados en el

Hogar Paso a Paso Camino a la Libertad de Jocotenango

Sacatepéquez; basado en un tipo de estudio descriptivo de diseño

no experimental – transversal, con una muestra de 25 jóvenes de

entre 13 a 19 años de edad, de ambos sexos, en rehabilitación en

dicho centro. El instrumento que se utilizo fue el Cuestionario de

conductas antisociales y delictivas (A-D) de Seisdedos (2001). En

base a los resultados se halló que el promedio en el reconocimiento

de la ejecución de conductas antisociales no sobrepasa la media al

presentar un 47.12% de las conductas clasificadas en la escala “A”;

sin embargo el promedio en la ejecución de las conductas delictivas

supera la media con 81.8%, debido a que son evaluadas con mayor

rigor. Así mismo de las dos áreas evaluadas por el cuestionario (A-

D, Conducta Antisocial y Delictiva), la que presenta mayor cantidad

de frecuencias en el reconocimiento de los actos es la escala A con

232 respuestas afirmativas mientras que la escala D presentó 156

respuestas.

Diez (2015) en la Universidad de Oviedo, España en su tesis doctoral

denominada: “Impacto de la violencia de género en los hijos e hijas

adolescentes en grave riesgo psicosocial”, tuvo como propósito

responder a la necesidad de ampliar el conocimiento existente en

torno al impacto que tiene en los adolescentes maltratados la

exposición a la violencia de género sufrida por sus madres por parte

de sus parejas masculinas, y poder así contribuir a la mejora de las

intervenciones de apoyo a estos menores y a sus madres. Dicho

estudio fue de tipo correlacional – comparativa de diseño no

experimental – transversal con una muestra de 274 personas (138


adolescentes y 136 madres) los cuales han vivido en una situación

de grave riesgo psicosocial por haber sido maltratados. Para la

evaluación del maltrato y la exposición e implicación en la violencia

de género: “Escala de exposición a la violencia doméstica, CEDV de

Edleson (2007), “Escala de valoración del riesgo psicosocia”

(BALORA, 2011) y el “Índice de Abuso en la pareja de Hudson y

McIntosh (1981). Para la evaluación de las disfunciones psicológicas

de los adolescentes se ha utilizado el “Sistema Multidimensional para

la Evaluación de la Conducta” BASC; de Reynolds y Kamphaus

(1992), así mismo para las disfunciones psicológicas maternas:

“Listado de Comprobación de Síntomas-90-Revisado” SLC90-R de

Derogatis (2002) y las “Escalas de afecto positivo y negativo PANAS

de Watson, Clark y Tellegen (1988). Y para la evaluación de estilo de

apego adolescente y funcionamiento familiar: “Cuestionario de

Relación” RQ; Bartholomew y Horowitz (1991) y Cuestionario CaMir

de Pierrehumbert, Karmaniola, Sieye, Meisler, Miljkovitch y Halfon,

1996). Dentro de los resultados se pudo observar que los

adolescentes maltratados y expuestos a violencia de género se

involucran de forma activa en los episodios de violencia. Además, los

análisis realizados confirmaron el efecto aditivo de las consecuencias

adversas en todas las áreas de sus vidas: se encontraron mayores

manifestaciones de disfunciones psicológicas, estilos de apego más

inseguros con sus madres y la participación junto con las

progenitoras en prácticas de crianza caracterizadas por la escasa

comunicación y apoyo, la ausencia de confianza y optimismo y el

control conductual y psicológico. La exposición a la violencia de

género también muestra como correlato mayores problemas

psicológicos en la madre, que juegan también un papel en sus


estrategias de crianza y en sus comportamientos de apego a los

hijos, que impactan de nuevo en la aparición de mayores

manifestaciones de disfunción adolescente.

Wiese (2008) en la Universidad Nacional de la Plata, Argentina, en

su tesis de maestría denominada: “Jóvenes que comenten delitos

severos”, tuvo como objetivo determinar la relevancia de factores de

riesgo relacionados con el hecho de cometer homicidio en

adolescentes infractores de la ley penal, internados en centros de la

ciudad de La Plata, comparados con un grupo control de jóvenes que

cometieron otros tipos de delitos internados en los mismos centros.

Dicho estudio fue de tipo descriptivo así como observacional

analítico, en una muestra constituida por 15 adolescentes internados

por homicidio en el Departamento Penal de Registro y Ubicación de

la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina, así como de un grupo

control conformado por 35 adolescentes infractores de la ley penal

no homicidas, internados en el mismo departamento, a los cuales se

les realizó evaluaciones de las características sociodemográficas y

psicosociales mediante cuestionario de recolección de datos que

incluyeron 59 ítem, así como la detección de las comorbilidades

clínico-psiquiátricas a través del MINI (Mini International

Neuropsichiyatric Interview) del DSM IV. Dentro de los resultados, no

se puede rechazar la hipótesis nula de que existen diferencias entre

jóvenes que cometieron homicidio y jóvenes que han cometido otro

tipo de delitos. El hallazgo permite plantear que este sector de la

población tiene el mismo tipo de vulnerabilidades y que el delito,

probablemente, dependa más de las circunstancias que de

características personales. Asimismo, que las acciones preventivas


podrían tener efecto tanto en las conductas delictivas en general,

como en el homicidio en particular.

1.2.2 Antecedentes nacionales

Arroyo (2018) en la Universidad Norbert Wiener en Lima desarrolló

la tesis de maestría denominada: “Características de las familias

funcionales y la prevención de las conductas delictivas en los

adolescentes de la I.E 24 de Junio Huayobamba San Marcos –

Cajamarca, año 2017”, con el objetivo de determinar el nivel de

relación entre las características de las familias funcionales y la

prevención de la conducta delictiva, basado en un estudio de tipo

descriptivo correlacional, en una muestra de 28 estudiantes del

cuarto grado de Educación Secundaria, a quienes se les aplicó test

de Funcionamiento Familiar tomado de Ortega y De la Cuesta, (1999)

y el test de habilidad sociales (Ministerio de salud Perú). Los

resultados revelaron que existe relación altamente significativa entre

las variables las características de las familias funcionales y la

prevención de las conductas delictivas en los adolescentes general

de la investigación.

Pérez (2015) en la Universidad Nacional de Trujillo, La Libertad en

su tesis de maestría: “Influencia de la comunicación familiar en la

conducta delictiva de los adolescentes pertenecientes al Programa

Justicia Juvenil Restaurativa del Ministerio Público - La Libertad

2014”, tuvo como propósito determinar la influencia de la

comunicación familiar en la conducta delictiva de los adolescentes

pertenecientes al Programa Justicia Juvenil Restaurativa del

Ministerio Público. Dicho estudio fue de método inductivo - deductivo,

analítico – sintético, conformada por una muestra de 40 adolescentes


pertenecientes al Programa Justicia Juvenil Restaurativa del

Ministerio Público a quienes se les empleó la observación, entrevista

y encuestas creadas por el autor de la investigación. Dentro de los

resultados se destaca que las relaciones familiares son regulares en

el 33.3% y son malas con el 66.7%. Además se determinó que las

conductas infractoras de los adolescentes están relacionadas al

factor social y al factor familiar, concluyendo que las interacciones

familiares juegan un papel importante ya que son las relaciones más

influyentes en la conducta y creación de la personalidad de los

adolescentes, son los lazos más fuertes, pero a su vez se pueden

hacer los más débiles.

1.2.3 Antecedentes regionales

Henry (2017) en la Universidad Nacional de Piura, en su tesis de

maestría denominada: “Surgimiento, evolución, composición e

identidad de las pandillas juveniles de Ayacucho y Piura (1990 -

2015)”, tuvo como propósito tener una caracterización sociocultural

de las pandillas juveniles provincianas de las ciudades a partir de un

estudio etnográfico comparativo de pandillas de las ciudades de

Ayacucho y Piura en los últimos treinta años. La investigación se

realizó desde la perspectiva metodológica cualitativa y cuantitativa

con diseño correlacional explicativo a partir de una población -

muestral al azar de 80 pandillas juveniles a quienes se les aplicó

encuestas, entrevistas, mapeos de ubicación para registrar

testimonios de vida, percepciones, actitudes y los ritmos de evolución

del problema. Los resultados muestran desde la perspectiva social

un incremento del problema así como de la complejización de sus

acciones antisociales y delictivas además de representar la pandilla


como colectivo un nuevos espacio social de integración, donde

confluyen elementos culturales de identidad lo que determina una

configuración estructural y composicional de grupo con rasgos

culturales peculiares, articulando identidades de carácter

etnoclasista, de carácter axiológico y valorativo los cuales influye en

expresiones subjetivas emocionales, sentimentales y afectivas como

en las interacciones sociales de los jóvenes pandilleros.

1.3 Base teórica del título

1.3.1 Conducta Delictiva

1.3.1.1 Definiciones

Es de importancia hacer una distinción en lo que es una

conducta delictiva a una conducta antisocial, esto debido a que

son términos semejantes que por lo general tienden a

confundirse y a tratarse como conceptos iguales. (Mendoza et

al., 2016).

Cuando hablamos de conducta delictiva, según Reiss y Roth

(1993; Olate y Salas, 2010 citado en Mendoza et al., 2016)

hace referencia a un fenómeno legal en que oficialmente se

registra una conducta fuera de la ley, mientras que la conducta

antisocial hace referencia a los actos que son considerados

inapropiados porque dañan a las personas o a la sociedad.

Castell y Carballo (1987; Moralesy y Moysén, 2015 citado en

Díaz 2016) definen las conductas delictivas: “como aquel

comportamiento desviado que implica el incumplimiento de una

ley, que tiende a ir acompañada de una restricción y de una

sanción por su incumplimiento”.


Seisdedos (2001) define las conductas delictivas como los

comportamientos que fácilmente caen fuera de la ley.

1.3.1.2 Conducta delictiva

A lo largo de la historia se ha considerado que la conducta

delictiva es una expresión o reflejo de algún tipo de

psicopatología particular que lleva consigo el delincuente, y

posiblemente el estudio y análisis de la conducta delictiva

revelará aspectos de la personalidad del acusado. (Mendoza,

et al. 2016).

En diversas investigaciones se indica que, en los últimos años,

se ha producido un cambio cualitativo y cuantitativo en el

patrón de conductas delictivas y vandálicas en adolescentes

(Martín, 2004). Se observa un incremento de conductas

criminales, en particular aquellas dirigidas contra las personas,

sobre todo de la misma edad o más jóvenes (Pfeiffer, 2004).

Sin embargo, es necesario contextualizar las pautas y

expresiones del comportamiento delictivo adolescente en

nuestro ámbito sociocultural. Además, es importante

considerar las características y procedencia de los datos de los

cuales se derivan estas interpretaciones.

Por lo tanto, antes de continuar con su análisis, es necesario

delimitar exactamente a qué tipo de conductas nos estamos

refiriendo. (Yubero, Larrañaga y Blanco, 2016)

La delincuencia puede entenderse como «un conjunto de

conductas que violan las expectativas institucionalizadas, esto

es, las expectativas que se reconocen como legítimas dentro


de un sistema social dado» (Cohen, 1959. p. 462). A partir de

esta definición, la delincuencia adolescente haría referencia al

conjunto de infracciones cometidas por los adolescentes,

teniendo en cuenta que la noción de infracción o de delito

supone un contacto con la justicia y está íntimamente ligada a

las reglas en vigor en el lugar en donde vive el adolescente

(Kazdin y BudaCasal, 1999). Estas acciones, además de ser

calificadas como comportamientos no aceptables por la

sociedad de pertenencia, ponen en peligro, físico o psicológico,

al que las realiza y a otras personas (Cloutier, 1996). De esta

manera, el carácter excepcional de este comportamiento se

asocia a la trasgresión de una norma social, así como a un

riesgo para las personas implicadas. (Yubero, Larrañaga y

Blanco, 2016)

Dentro de las explicaciones de la conducta delictiva es

necesario mencionar que no todos los adolescentes

delincuentes se implican en este tipo de comportamiento por

las mismas razones. Algunos jóvenes aprenden desde

pequeños que la agresión es una manera eficaz de conseguir

lo que desean, porque así lo han observado en otras personas,

como por ejemplo en sus padres o en otros chicos, de modo

que la utilizan para alcanzar aquello que anhelan y que no

pueden obtener de otro modo. Otros adolescentes participan

en actos delictivos porque no están conformes con la sociedad

en la que les ha tocado vivir y quieren rebelarse contra ella e

imponer sus reglas, ya que consideran que las leyes

establecidas socialmente son injustas, no les protegen


realmente o no les interesan. En este caso, sienten la

necesidad de atacar y defenderse de una sociedad con la que

no se identifican. (Estévez, Jiménez y Musitu, 2007)

También encontramos numerosos casos de adolescentes

delincuentes que viven en familias muy desestructuradas y

estresadas que no han sido capaces de transmitirles apoyo y

calor y han descuidado su educación. Cuando el adolescente

no encuentra cariño en su familia y no es educado en valores

de responsabilidad, es más probable que no sepa afrontar

adecuadamente los cambios propios de su edad y se vuelva

más vulnerable ante la presión de ciertas relaciones fuera de

casa, como amistades poco saludables. En algunas familias,

además, acontecen numerosos sucesos estresantes que

ponen en peligro la estabilidad de la familia. Estos sucesos

pueden ir desde la pérdida de un trabajo hasta la muerte de un

ser querido, pero en cualquier caso implican reajustes en el

hogar. Si la familia no posee los recursos necesarios para

hacer frente a estos sucesos, todo el sistema familiar se

desestabilizará y eso repercutirá negativamente en el

comportamiento del hijo adolescente. (Estévez, Jiménez y

Musitu, 2007)

Desde una perspectiva psicosocial, no se puede considerar la

dicotomía «delincuente - no delincuente», ya que la

delincuencia constituye un continuo de todo un conjunto de

actos de menor a mayor gravedad en los que muchos

adolescentes estarían implicados. Es decir, desde el ámbito de

lo psicosocial la conducta delictiva se ha estudiado como un


factor que abarca una amplia gama de conductas desviadas

(por ejemplo, delitos propiamente dichos, peleas, conductas

disruptivas en la escuela, etcétera) que se encuentran

correlacionadas (Rowe y Flannery. 1994 citados en Yubero,

Larrañaga y Blanco, 2016). Además, la conducta delictiva es,

junto con la violencia y el rechazo escolar, uno de los índices

más importantes de conducta antisocial (Deptula y Cohen,

2004 citados en Yubero, Larrañaga y Blanco, 2016)

La conducta criminal y la trasgresión de las normas están en el

núcleo de la definición de delincuencia. Muchas de las

conductas delictivas perpetradas por adolescentes no son

oficialmente conocidas, las cifras generalmente solo recogen

los actos de mayor gravedad. Además, diversos autores han

detectado problemas de fiabilidad y de validez porque los datos

oficiales no miden delincuencia, sino más bien actuaciones de

las distintas instituciones (Aebi. 2008; DiezRipollés y Cerezo,

2001 citados en (Yubero, Larrañaga y Blanco, 2016). Por estas

razones, es necesario tener en cuenta en el ámbito de la

adolescencia un concepto de delincuencia mucho más amplio

que el relacionado con el ámbito legal.

Es relativamente frecuente que los adolescentes se impliquen

en conductas de riesgo como el consumo de sustancias, actos

delictivos o violentos. En la mayoría de casos estas conductas

se limitan al periodo adolescente, pero desafortunadamente,

en otros casos estas conductas se prolongan en el tiempo y

cristalizan en una adultez vinculada al consumo de drogas, a la

violencia y a los actos delictivos (Morón, Pérez y Pedrero,


2017). Para Moffit (1993) ambos modos de participar en actos

delictivos y violentos responden a dos patrones de desarrollo,

cada uno con una historia y etiología propias. Una mayoría

muestra conductas antisociales solamente durante la

adolescencia; mientras que un pequeño grupo se implica en

conductas antisociales en todos los estadios de la vida. (Citado

en Morón, Pérez y Pedrero, 2017)

Estas dos trayectorias constituyen dos grandes marcos

interpretativos de la conducta delictiva en la adolescencia. El

primero de ellos postula que estos comportamientos forman

parte de una trayectoria transitoria, es decir, que son en gran

parte expresiones de una búsqueda y consolidación de

autonomía y que, por tanto, constituyen tareas evolutivas

normativas de este período del ciclo vital. El segundo

acercamiento parte del supuesto de que la expresión de las

conductas delictivas y violentas en la adolescencia es resultado

de un proceso previo y parte de una trayectoria persistente, en

la cual están implicados de forma acumulativa procesos como

una socialización negativa, fracaso escolar, etc. (Morón, Pérez

y Pedrero, 2017)

Un aspecto importante, es que existen diferencias entre chicas

y chicos en la comisión de conductas delictivas, esto es una

constante detectada en la mayor parte de estudios

relacionados con la delincuencia en la adolescencia

(Farrington, 1987; Moffit, 1993; Musitu, Huelga, Lila y Cava,

2001; Storvoll y Wichstrom, 2002 citados en Yubero, Larrañaga

y Blanco, 2016). De hecho, según el estudio europeo de


Pfeiffer (2004), la conducta delictiva de carácter violento es un

hecho fundamentalmente relacionado con el sexo masculino.

Asimismo, se ha observado que, frente a los mismos factores

de riesgo, chicos y chicas responden con conductas distintas:

los chicos se implican más en conductas relacionadas con la

agresión directa (robo, vandalismo y conductas de oposición

en la escuela), es decir en conductas con mayor «visibilidad»,

mientras que las chicas participan con mayor frecuencia en

conductas de carácter encubierto, tales como utilizar el

transporte público o entrar al cine sin pagar (Cloutier, 1996;

Lenssen, Doreleijers, van Dijk y Martillan, 2000; Storvoll y

Wichstrom, 2002 citados en Yubero, Larrañaga y Blanco,

2016).

Esta tendencia no nos debe llevar a prestar escasa atención a

las mujeres que cometen delitos violentos, al contrario,

diversos autores han aludido a la paradoja del género en

relación con las conductas de riesgo: en problemas de

conducta con una ratio desigual, aquellos grupos que muestran

menor prevalencia (en este caso las chicas) presentan peor

pronóstico y peores consecuencias a largo plazo, por lo que

constituyen un grupo de especial riesgo (Pedersen.

Mastekaasa y Wichstnam, 2001; Slomkowski, Rende, Conger,

Simons y Conger, 2001 citados en Yubero, Larrañaga y Blanco,

2016)
1.3.1.3 Factores de riesgo

La criminología del desarrollo estudia la secuencia de inicio,

mantenimiento y desistimiento de las conductas delictivas a

lo largo de la vida de las personas (Loeber, Farrington, &

Waschbusch, 1998). Esta secuencia, denominada carrera

delictiva, permite el análisis de los factores que influyen en

dicho comportamiento durante la infancia, la adolescencia, la

juventud y la adultez (Howell, 2009 citado en Murueta y

Orozco, 2015)

En primer lugar, vale la pena definir tanto los factores de

riesgo como los de protección. Teniendo en cuenta que a la

conducta delictiva se le atribuye un origen multicausal, según

Berkowitz (1996, citado en Peña, 2010), un factor de riesgo

es una condición que aumenta la probabilidad de la

ocurrencia de acciones agresivas aunque no de forma

invariable. Así mismo, Loeber (1990, citado por Peña, 2010)

conceptualiza estos factores como eventos que ocurren con

anterioridad al inicio del problema y que predicen el resultado

posterior. De esta forma, se puede decir que los factores de

riesgo son aquellos estímulos presentes en el medio de

desarrollo del sujeto que potencializan la ocurrencia de una

conducta delictiva. (Mendoza et al. (2016). Mientras que los

factores de protección median o moderan los efectos de la

exposición a factores de riesgo. De acuerdo con Rutter, Giller

y Hagell (2000 citados en Murueta y Orozco, 2015), los

factores de protección pueden reducir el riesgo, disminuir las

reacciones negativas que se presentan en cadena,


desarrollar autoestima, fomentar autoeficacia y generar

nuevas oportunidades de éxito para las personas. (Murueta y

Orozco, 2015)

1.3.1.4 Factores individuales

Las personas que se vinculan a carreras delictivas con

frecuencia presentan antecedentes de complicaciones

prenatales y durante el parto (Raine y Yang, 2006, 2011).

También es habitual el temperamento difícil y recurrente

durante la infancia, que se evidencia con enojo, frustración,

impulsividad e hiperactividad (Moffitt, 1993; Raine, 2011

citado en Murueta y Orozco, 2015)

Quienes se comprometen en delincuencia violenta presentan

conductas persistentes que les ponen en riesgo desde

edades tempranas (entre los 3 y 6 años); además, en este

periodo de edad se empiezan a gestar creencias que

favorecen el comportamiento antisocial y violento, y se

muestran los primeros indicios de una importante falta de

empatía y de culpa. De igual modo, a lo largo de su vida, son

habituales los déficit de sus vínculos interpersonales,

participan poco en actividades sociales y experimentan

rechazo por parte de adultos significativos y/o de sus pares.

Asimismo, es frecuente la exposición a situaciones de

violencia y a sufrir eventos estresantes y ser víctimas de ellos.

(Murueta y Orozco, 2015)

Se han identificado otros factores de riesgo, como los

conflictos frecuentes con la autoridad, el déficit de habilidades


sociales como la asertividad y el consumo de sustancias

(marihuana o alcohol) desde los 6 años de edad, que se

mantiene durante la adolescencia. Entre los 12 y 16 años,

estos jóvenes tienden a vincularse a carreras delictivas

violentas, poseer y portar armas, tener relaciones sexuales e

incluso convertirse en padres (DeGusti et al., 2009 citado en

Murueta y Orozco, 2015)

El análisis de la autoestima ofrece resultados muy

controvertidos. Algunos autores sostienen que una

percepción positiva del sí mismo contribuye a un mejor ajuste

comportamental y emocional de los adolescentes,

constituyéndose como un importante factor de protección

frente a comportamientos delictivos (Handura. 1997; Harter,

1999; Taylor y Brown, 1994). Por el contrario, otros autores

señalan que la autosobrevaloración puede provocar

expectativas poco realistas de uno mismo, las cuales pueden

estar en el origen de sentimientos depresivos y

comportamientos violentos y antisociales (Brendgen, Vitaro,

Turgeon, Poulin y Wanner, 2004; del Barrio, 2004). Además,

distintos trabajos apuntan al hecho de que los adolescentes

violentos presentan una autoestima más baja. (Yubero,

Larrañaga y Blanco, 2016)


1.3.1.5 Factor familiar

La socialización es el proceso de influencias que se produce

entre un individuo y el resto de personas que le rodean. De

un correcto proceso de socialización se consigue la

aceptación y adecuación de pautas socialmente adaptativas.

Como factor socializante por excelencia, la familia representa

el núcleo principal por el cual el niño aprende a afrontar los

problemas de forma positiva, adquiere valores de respeto y

tolerancia, confianza en sí mismo y en el mundo que le rodea,

aprendiendo a pedir ayuda y a darla, a sobrevivir a la

frustración o, por lo contrario, a utilizar la violencia como

forma de resolver conflictos, a creer que los que le rodean son

agresores o víctimas, sin reconocer otros roles en la

sociedad. Así pues, que los jóvenes se desarrollen de una

manera u otra dependerá, en buena parte, de la educación

que reciba por parte de su familia. (Mingote y Requena, 2013)

Es menester señalar que durante el periodo adolescente, las

relaciones entre padres e hijos tienden a percibirse como

tensas. Los hijos demandan una autonomía y una

independencia que los padres no siempre están dispuestos a

dar. Paralelamente, los padres exigen a los hijos unas

responsabilidades y unos deberes que no siempre están

dispuestos a asumir. Pese a estas fuentes de conflicto o

pequeñas desavenencias los adolescentes suelen estar

satisfechos con sus relaciones familiares y consideran la

familia como una fuente de apoyo. Morón, Pérez y Pedrero,

2017)
Desde el ámbito de la etiología del comportamiento delictivo

y violento, los investigadores coinciden en resaltar la idea de

que los problemas de conducta no se pueden atribuir

únicamente a factores personales (por ejemplo, influencias

genéticas o temperamentales), sino que deben considerarse

como el producto de la interacción entre la persona y su

entorno, y señalan que la familia continúa siendo en la edad

adolescente el entorno social más relevante en el sentido de

que desde el contexto familia se traducen e interpretan las

experiencias acaecidas en otros contextos como la escuela y

la comunidad más amplia (Bronfenbrenner, 1979 citado por

Yubero, Larrañaga y Blanco, 2007)

Así mismo la perspectiva socioecológica, se ha considerado

a la familia como uno de los contextos fundamentales donde

coexisten una amplia variedad de factores de riesgo y

protección en relación con las conductas delictivas y

violentas. A su vez, la familia es un arma de doble filo que, o

bien puede ayudar a los hijos adolescentes a afrontar de

modo adaptativo los numerosos cambios y demandas

característicos de esta etapa, o bien puede entorpecer o

perjudicar el buen desarrollo psicosocial de éstos, en caso de

que primen prácticas parentales poco adecuadas y

disfuncionales. Yubero, Larrañaga y Blanco, 2007)

Por ello, en las familias donde se exhiben comportamientos

violentos con frecuencia, invitan a la construcción de un

círculo vicioso donde las agresiones se canalizan en ambos

sentidos y las interacciones entre sus integrantes son cada


vez de peor calidad y más dañinas para el buen desarrollo

personal. La violencia que se ejerce hacia niños y

adolescentes en el seno del hogar se origina muchas veces

como consecuencia de una concepción errónea sobre lo que

significa la paternidad: el padre y la madre consideran a sus

hijos como "posesiones" en una relación de poder

jerarquizado(Estévez, Jiménez y Musitu, 2007). Algunos

autores como Gelles y Straus (1979) afirman incluso que la

familia puede llegar a ser la institución más violenta de la

sociedad, con excepción únicamente del ejército en tiempos

de guerra. (Citados en Estévez, Jiménez y Musitu, 2007)

También nos encontrarnos con hijos que se comportan muy

violentamente con sus padres, que literalmente los maltratan.

Parece ser que las denuncias por maltrato de hijos a padres

se han duplicado desde 2003, un dato preocupante si

tenemos en cuenta que muchos padres se niegan a

denunciar a sus propios hijos y que, por tanto, estos casos no

quedan recogidos en los juzgados ni forman parte de las

estadísticas. El principal problema de estos chicos

maltratadores es que han aprendido, en algún momento de

su vida, que la violencia es un medio que les permite imponer

sus criterios y obtener lo que desean. El perfil del hijo

maltratador se corresponde con el del adolescente

delincuente: un chico que se encuentra en la etapa de la

adolescencia media, impulsivo, consumidor —en la mayoría

de casos— de alguna droga y con problemas en los estudios.


La víctima por excelencia es la madre con una autoimagen

negativa o una pobre autoestima. El motivo de la agresión

puede ser diverso, aunque son frecuentes las razones

económicas: el chico demanda dinero (para suministrarse la

droga. por ejemplo) que la familia no puede ofrecer. (Estévez,

Jiménez y Musitu, 2007)

En la explicación de la conducta delictiva y violenta, la

interacción entre padres e hijos resulta la variable predictora

más importante. A continuación describimos los aspectos

familiares más relacionados con la conducta delictiva y

violenta (Estévez, Jiménez y Musitu, 2007 citado en Morón,

Pérez y Pedrero, 2017)

 Carencia de afecto, apoyo e implicación de los padres.

 Permisividad y tolerancia de la conducta agresiva del hijo.

 Disciplina inconsistente, inefectiva y demasiado laxa o

demasiado severa.

 Estilo parental autoritario y uso excesivo del castigo.

 Problemas de comunicación Familiar.

 Conflictos frecuentes entre cónyuges.

 Utilización de la violencia en el hogar para resolver los

conflictos familiares.

 Problemas psicológicos y conductuales en los padres.

 Rechazo parental y hostilidad hacia cl hijo.

 Falta de control o control inconsistente de la conducta de

los hijos.

 Interacciones agresivas entre los hermanos.


En este sentido, encontramos que un clima familiar positivo

caracterizado por la cohesión afectiva entre padres e hijos, el

apoyo, la confianza e intimidad entre ellos y la comunicación

familiar abierta y empática, favorece el ajuste de los hijos y se

asocia con una baja participación en actos delictivos y

violentos. Mientras que cuando el clima familiar es percibido

por el adolescente como negativo, la vinculación familiar es

escasa y la interacción familiar es pobre constituye uno de los

factores de riesgo más estrechamente relacionados con los

problemas de conducta en niños y adolescentes. (Martínez,

Murgui, Musitu y Monreal, 2008; Musitu, 2015 citado en

Morón, Pérez y Pedrero, 2017)

1.3.1.6 Factores escolares

A partir de los 6 años de edad y hasta la adolescencia, los

factores académicos cobran especial interés. Los problemas

de aprendizaje, el fracaso y la deserción escolares, y las bajas

expectativas –tanto del joven como de los adultos

significativos para él– respecto a las posibilidades de éxito

académico aumentan la probabilidad de que los jóvenes se

vean involucrados en acciones ilegales. Esto se agrava por la

escasa vinculación afectiva entre el joven y el sistema

educativo, reflejada en su pobre participación y compromiso

en las actividades académicas y en la relación con los

profesores (Hawkins & Catalano, 1992; Howell, 2009 citados

en Murueta y Orozco, 2015)


1.3.1.7 Pares y comunidad

Durante la adolescencia se inicia una búsqueda de identidad


que facilite el concepto que el joven tiene de sí mismo como
adulto. Comienzan a surgir cambios en la visión de la autoridad
hacia perspectivas más realistas en las que pueden aparecer
rechazo y desprecio por las figuras que representan su yo
infantil. Es aquí cuando el grupo de amigos cobra más fuerza,
siendo durante esta etapa su lugar de refugio. En este periodo
de vida, el sentido de pertenencia al grupo está más presente
de lo que nunca había estado y probablemente de lo que lo
estará. Por sentido de pertenencia al grupo entendemos la
seguridad que tiene el individuo de ser aceptado y formar parte
de un grupo así como de la sociedad en general. Es el
momento en el que se identifica con la sociedad,
comprometiéndose con sus normas y sus valores. (Mingote y
Requena, 2013)

Los grupos de amigos crean sentimiento de pertenencia, de


seguridad y estima personal, proporcionan valores y enseñan
normas sociales que difícilmente aprenderían en otro lugar; al
mismo tiempo, pertenecer a un grupo hace que sus miembros
inhiban la responsabilidad individual, favorece el conformismo
y las conductas de consumo y agresión. En un principio este
sentimiento de pertenencia es parte del desarrollo de
socialización de cualquier joven. El problema puede aparecer
en la conjunción de varios factores, entre los que se encuentran
los modelos sociales agresivos, la falta de afecto, el
sentimiento de no ser aceptado en redes sociales positivas e
importantes para la persona y la frustración no controlada o
desbordada. (Mingote y Requena, 2013)

Al respecto, dentro del grupo de pares, se ha contrastado


empíricamente que la interacción con los iguales es el hecho
de vida que coincide con el incremento de la conducta
antisocial entre los 10 y 20 años (Warr, 1993, 2002).
Comparativamente, y tal vez sea uno de los hallazgos más
acusados de la literatura, los adolescentes que conocen o
integran un grupo de iguales con conductas problemáticas
tienen más probabilidades de involucrarse en desviación que
aquellos jóvenes que no presentan este tipo de amistades
(Rodríguez y Mirón, 2008). La variable amigos desviados tiene
una importante capacidad predictiva del consumo de drogas
(legales e ilegales) y de la conducta antisocial tanto oficial
como autoinformada (Agnew, 1991; Dishion y Owen, 2002;
Mirón y Otero López, 2005; Rodríguez y Mirón, 2008 citado por
Ikers y cols., 2013)

Los grupos caracterizados por ser violentos han sido formados


por individuos que por sí solos también la ejercen; son chicos
que se sienten amenazados por la sociedad y para aunar
fuerzas se arman contra “el enemigo”. Suelen tener conductas
estructuradas en normas y actitudes que justifican la utilización
de la violencia al interpretar que les faltan al respeto o por
defensa. Suelen tener como rivales bandas también violentas
con ideologías opuestas o desconocidos. La violencia puede
desatarse por cualquier motivo por muy mínimo que sea.
(Mingote y Requena, 2013)

De ahí que se dice que el adolescente con problemas de


conducta tiene normalmente amigos problemáticos, amistades
que conforman un grupo con un comportamiento amenazante
y violento que infringe habitualmente tanto las normas sociales
como las leyes. Ahora bien, podemos preguntarnos si el
adolescente delincuente elige a sus amistades precisamente
porque delinquen como él y desea formar parte de este grupo,
o bien si es que una vez que se asocia con amistades
delincuentes aumenta la probabilidad de que finalmente
también se implique él. Parece ser que ambas posibilidades
son correctas, tanto para problemas de carácter delictivo como
para comportamientos violentos en la escuela. Algunos chicos
deciden establecer amistad con otros jóvenes que tienen sus
mismas inquietudes y opiniones en relación con la trasgresión
de normas porque se sienten a gusto entre estas personas que
piensan y se comportan como ellos. Otros, sin embargo,
aunque previamente no mostrasen problemas de
comportamiento, se integran en grupos de chicos conflictivos y
terminan participando en las mismas actividades que éstos
para sentirse más integrados. Además, el aprendizaje y el
compromiso aumentan con el tiempo en el grupo de amistades
y esto ejerce una importante influencia en la conducta de las
personas. (Estévez, Jiménez y Musitu, 2007)

En definitiva, durante la adolescencia, sobresale la influencia


de los amigos y de las comunidades en que se vive. Para los
jóvenes, el déficit de oportunidades de participación en
actividades sociales positivas, los compañeros antisociales y el
rechazo de sus iguales son los factores de riesgo más potentes
en relación con la vinculación delictiva. Aquellos que viven en
comunidades desorganizadas, pobres, con altos indices de
delincuencia y con acceso a armas y drogas tienen mayor
probabilidad de engancharse en delincuencia crónica y violenta
(DeGusti, 2009; Garrido, 2005; Howell, 2009). Murueta y
Orozco, 2015)

1.3.1.8 Factores de Protección

En diversos estudios longitudinales, como los de Farrington


(2005) y Moffitt (1993), se ha encontrado que, aunque un
importante número de jóvenes estaba expuesto a varios
factores de riesgo, no todos llegaron a cometer delitos graves.
El análisis de esta situación llevó a identificar una serie de
variables que fungen como protectoras: escolares
(compromiso académico, buen desempeño escolar e intentos
por continuar su formación), familiares (fuertes vínculos
afectivos entre padres e hijos, supervisión por parte de los
padres) y amistades (asociación con jóvenes cuyas creencias
y actitudes no favorecen la delincuencia ni la violencia). Otros
factores de protección identificados son el temperamento (baja
hostilidad), el autocontrol, tener padres con bajos niveles de
frustración y de estrés, y vivir en un ambiente familiar de apoyo
(Van Der Lean, Veenstra, Bogaerts, Verhulst, y Ormel, 2010
citados en Murueta y Orozco, 2015)
Los jóvenes expuestos a mayor cantidad de factores
protectores tienen mayor resistencia a presentar
comportamiento delictivo. Por ejemplo, en el estudio de
Thornberry et al. (1995), en Rochester, se observó que quienes
habian experimentado de O a 5 factores de protección
registraron 22% de resistencia a la conducta delictiva y quienes
contaron con nueve o más de ellos presentaron un
sorprendente porcentaje de resistencia de 82%. Estos
resultados muestran que, aun dentro del conjunto de jóvenes
expuestos a una importante cantidad de factores de riesgo para
la delincuencia y la violencia, 82% puede evitar involucrarse en
carreras delictivas si existen múltiples factores protectores.
Estos datos son reveladores en cuanto a la necesidad de
potenciar tales experiencias en niños y jóvenes. Es claro que
entre más oportunidades haya de experimentar factores de
protección, menor será la probabilidad de que una persona
presente conductas delictivas violentas. (Murueta y Orozco,
2015)

A modo general en este apartado, los jóvenes que han


manifestado comportamiento antisocial desde edades
tempranas, con carreras delictivas caracterizadas por su
cronicidad y violencia, han tenido una importante exposición a
factores de riesgo (Moffitt, 1993 citado en Murueta y Orozco,
2015). En un estudio realizado por Herrenkohl et al. (2000
citado en Murueta y Orozco, 2015), los resultados sugieren que
un niño de 10 años de edad expuesto a seis o más factores de
riesgo tiene 10 veces mayor probabilidad de cometer un acto
violento antes de los 18 años de edad que uno que a los 10
años sólo ha sido expuesto a un factor de riesgo. Finalmente,
cabe enfatizar que durante la infancia, los factores individuales
y familiares son los más significativos, mientras que, en la
adolescencia, los factores de pares y las condiciones
comunitarias cobran mayor relevancia. Murueta y Orozco,
2015)
1.3.1.9 Modelo teórico
a) Teorías Biológico-Conductual

Hans Eysenck y su teoría de lo personalidad delincuente,

reconoce que la conducta criminal se halla fuertemente

influenciada por factores genéticos pero, además, se encuentra

afectada por otras variables de la personalidad (extraversión,

psicoticismo y neuroticismo). Por ello destaca que el proceso

de socialización desempeña un papel decisivo en la génesis de

la conducta delictiva. La calidad de los condicionamientos y el

propio grado de condicionabilidad del sujeto explican que unos

inhiban los comportamientos delictivos y otros no. El sujeto,

cuando de niño fuera asociando el castigo a las conductas

prohibidas, iría desarrollando una «conciencia, o «reacción

condicionada» de miedo y ansiedad ante comportamientos

semejantes en el futuro. Por lo tanto, el hecho de que los

sujetos psicópatas no manifiesten miedo ni ansiedad (o, al

menos, lo hagan en menor medida que el resto de

delincuentes), supondría un primer obstáculo en referencia al

proceso de condicionamiento que deberían llevar a cabo para

aprender del castigo y crear esa «conciencia». (Pérez, 2013)

Como se mencionanba, el modelo considera importantes tres

dimensiones psicológicas en la personalidad que influyen en la

condicionabilidad: una baja activación cortical manifestada a

través de la extraversión (caracterizada por impulsividad,

actividad y amor por el riesgo), el neuroticismo (reflejado en

una gran inquietud y desajuste emocional), y el psicoticismo

(que se corresponde con el concepto actual de psicopatía


caracterizado por acciones crueles, insensibilidad social, falta

de emociones auténticas, búsqueda de emociones y peligros y

desprecio hacia los demás). (Otín, 2010)

Para Eysenck, estas tres dimensiones tienen una importante

base biológica de carácter hereditario y, en consecuencia, la

mejor manera de intervenir sobre las personas para prevenir

su conducta antisocial o agresiva en general es actuar sobre el

medio ambiente, dotando a este tipo de personas de

habilidades inhibitorias de su conducta mediante procesos

intensivos de entrenamiento. (Otín, 2010)

En definitiva, el comportamiento delictivo se asocia a sujetos que

puntúan alto en extraversión (con un bajo nivel de arousal y,

por consiguiente, una peor condicionabilidad), en neuroticismo

y en psicoticismo. Además, es necesario ponderar también la

incidencia de los factores situacionales ya que, para este autor,

el sistema educativo desempeña un rol decisivo en la

prevención del delito. Un desmedido culto a la permisividad

perjudica la efectividad del proceso de socialización. (Pérez,

2013)

b) Teoría del Aprendizaje Social

Una de las teorías explicativas más complejas del

comportamiento antisocial es la teoría del aprendizaje social

(Andrés-Pueyo y Redondo, 2007 citado en Vázquez, Fariña y

Arce, 2012), siendo el modelo de Bandura (1987) uno de los

más conocidos. En esta perspectiva teórica la observación del

comportamiento de otras personas es una fuente de


estimulación, antecedente y consecuente de múltiples

aprendizajes. Para Akers (2006), el modelado es uno de los

mecanismos fundamentales en el aprendizaje de la conducta,

en general, y de los hábitos delictivos, en particular.

En este caso, los individuos con este tipo de hábitos más

consolidados se convierten en modelos delictivos para otros

más inexpertos o aprendices. Se entiende, pues, que el

comportamiento, los hábitos y las explicaciones de los primeros

muestran a los segundos, patrones de comportamiento

antisocial que, en último término, sirven para iniciar, mantener

o consolidar el aprendizaje delictivo (Redondo, 2008 citado en

Vázquez, Fariña y Arce, 2012). Ahora bien, la ejecución de esta

conducta también se encuentra modulada por el efecto de otros

factores psicosociales: a) la desvinculación moral, b) la

percepción de autoeficacia y c) la existencia de motivación

concreta (Garrido, Herrero y Masip, 2002 citados en Vázquez,

Fariña y Arce, 2012). Por tanto, la comprensión del

comportamiento antisocial requiere, tal y como advierte

Bandura, distinguir entre aprender y ejecutar conductas

delictivas.

Al igual que Bandura (1973), Feldman (1989) considera que el

individuo puede aprender tanto a delinquir como a no hacerlo.

El autor entiende que el individuo aprende a delinquir por medio

de un proceso de entrenamiento deficiente en conductas

prosociales, así como por el efecto directo del refuerzo

diferencial, el moldeamiento social y las inducciones

situacionales (García, 2003 citado en Vázquez, Fariña y Arce,


2012). El mantenimiento de la conducta delictiva se apoya en

los procesos cognitivos, quienes dotan de coherencia al

pensamiento ya la conducta realizada. En este caso, el sujeto

utiliza las percepciones distorsionadas y el ajuste de la escala

de valores como estrategias autojustificadoras; ambos

procesos ayudan a fundamentar el delito a la vez que

favorecen la desvinculación moral (Garrido, 2005; Garrido,

Stangeland y Redondo 1999 citado por Vázquez, Fariña y Arce,

2012)

1.3.1.10 Desajuste del Comportamiento

1.3.1.11 Definiciones:

La Enciclopedia Larousse define el término adaptación o ajuste

como "acción y efecto de adaptarse"; y adaptarse como

"acomodarse, avenirse a circunstancias, condiciones, etc.".

Sánchez, Oliver y Reyes (1993, p.2), refieren: “el ajuste

constituye la manera como las personas se adecuan a las

demandas del entorno. Este término es usado como criterio de

salud mental; es así como, la salud debe ser entendida como

un estado de bienestar psíquico, físico y social”.

Mientras García y Magaz (1998 citado por Lescano, Tomás y

Vara, 2003), el ajuste se define como: un conjunto de clases de

respuestas del sujeto ante una variedad de contextos

estimulantes: padres, profesores, compañeros, el centro de

estudios y uno mismo. En términos psicológicos, definen a la

conducta adaptativa como una interacción social mutuamente

satisfactoria (p.4)
Según Camillone, 1997 citado por Ferreyra, y Pedrazzo, 2007).

"El hombre se desarrolla buscando un mejor ajuste, y en una

interacción con los estímulos del medio tiene que aprender a

responder para poder adaptarse de la mejor manera posible"

Según Papalia (2009): “Un ajuste sano supone afrontar las

diversas situaciones de la vida de una manera inteligente y

eficaz, resolviéndolos sin sufrir conflictos mayores o traumas

emocionales”.

Valverde (1993 citado en Ribes, et al., 2006) define la

inadaptación como problema de comunicación rota "entre el

individuo y su ambiente social" en primer lugar, y más tarde

como falta de comunicación institucional.

Así mismo para Ferrán (1989) la inadaptación consiste en un

fenómeno psicosocial derivado de la relación conflictiva entre

conductas individuales o grupales y el entorno social, que se

dan en una sociedad y en un periodo de tiempo concreto.

(Ribes, et al., 2006)

Sumado a ello se asume que el individuo es un ser en relación

y el desajuste supone fundamentalmente un conflicto

relacional, por lo tanto toda desviación ha de ser diagnosticada

al menos en dos direcciones: el individuo y su entorno social.

El primero supone la evaluación de las posibilidades de que

dispone para desenvolverse activamente en su relación social,

lo que implica sobre todo acciones preventivas y acciones

recuperadoras. En el segundo punto, supone en que se ha


configurado la situación de inadaptación y donde han de

evaluarse alteraciones estructurales que deben ser recogidas.

(Ramírez, y cols., 2005)

Las situaciones de inadaptación proceden de la falta de

adecuación del medio que no responde a las necesidades de

los sujetos. Las características del medio son las que definen

a una persona como inadaptada, al responder o no a sus

necesidades. Además la inadaptación se subjetiviza en función

de las definiciones de las normas sociales, y mediante la

adaptación al medio y la interiorización de la norma. Ribes, et

al., 2006)

1.3.1.12 Aspectos del ajuste

Se puede decir que el ajuste es un como proceso dinámico

encargado de ajustar los organismos a su medio (encargado

de regular los comportamientos en función de su entorno), a

través de los conocidos mecanismos piagetianos de

asimilación (personalización de las influencias externas) y

acomodación (reorganización de las propias estructuras

internas en base a la asimilación), con el objetivo de conseguir

la homeostasis (armonía, sintonía, equilibrio). Y que, en el caso

del hombre, esta organización le corresponde a su

personalidad, actuando en función de dos mecanismos: uno

subjetivo, el conocimiento y valoración de sí mismo

(expectativas propias) y, otro objetivo, el conocimiento y

valoración que los demás hacen de él (expectativas ajenas)

(Ramírez, et al., 2005).


Para Ríos (2014) los procesos de adaptación que se refieren al

comportamiento individual constituyen, en mi criterio, un campo

cuajado de sugerencias y sembrado de dificultades. No es fácil

adaptarse a una realidad, ya sea interna (adaptación consigo

mismo), ya sea externa (adaptación con los otros, con el

ambiente, con las exigencias, presiones, valores, etc.).

Sin embargo, hay pautas que abren posibilidades para

conseguir un adecuado nivel de adaptación a cada una de las

parcelas en que tal proceso se imponga como una necesidad

inevitable. Si se parte de que la adaptación no es sinónimo de

ajuste total, acomodación total, aceptación total, encaje total,

de cuanto engendra una relación que pide una respuesta sino

que adaptación equivale, en términos de higiene mental, a una

adecuada respuesta significativa y sana que permita una

integración del sujeto en un determinado contexto o ambiente,

sin que ello suponga pérdida de la propia identidad y que, al

mismo tiempo, facilite y potencie de manera clara la estabilidad

y la cohesión del yo del individuo así como el progreso personal

del mismo. (Ríos, 2014)

Según Ribes, et al. (2006) el proceso de adaptación se somete

a la combinación de 2 subprocesos: cumplimiento de normas

esperadas y previstas en el ámbito social y cierto grado de

aceptación y satisfacción personal por la aceptación de dichas

normas y valores: internalización.


Por el contrario la inadaptación o desajuste surge como un

"fallo', un "desequilibrio" en el desarrollo de los dos

subprocesos anteriores. Esto se muestra o caracteriza por la

falta de internalización de las normas sociales mayoritarias, las

diferencias entre aspiraciones individuales y normas que

impone el medio y el conflicto entre individuo - entorno social.

(Ribes, et al. (2006)

Sumado a ello, el desajuste, también se entendería como

fenómeno que aparece cuando alguien no responde a sus

propias expectativas o a las que los demás requieren de él.

(Ramírez, et al., 2005). En esa línea cabe destacar que ningún

ser humano consigue vivir un largo tiempo en armonía con el

entorno. No obstante, las pequeñas situaciones de desajuste

que se pueden corregir sin mucho esfuerzo son comunes y

cotidianas. No menoscaban el bienestar físico ni el mental. De

hecho, constituyen un constante acicate para poner a prueba

la validez de comportamientos, ideas y objetivos habituales y

adaptarse a circunstancias cambiantes. Exigirse más de la

cuenta, por ejemplo en el trabajo —en un grado que puede

variar mucho de una persona a otra—, puede originar lo que se

llama una “constelación de desajuste”. Las personas afectadas

por esta se sienten desamparadas e impotentes, y se muestran

tensas e inseguras en sus actividades. Tienden al aislamiento

social o a adoptar un comportamiento agresivo. Padecen

trastornos psicosomáticos, como molestias intestinales, y

consumen mayores cantidades de sustancias adictivas, como

el alcohol o ciertos medicamentos. (Largo, 2018)


Así mismo la inadaptación o desajuste es concebida como una

propiedad que la sociedad confiere a algunos sujetos, es un

fenómeno socialmente construido, que se aplica a

determinados sujetos en función de las perspectivas

normativas de la adaptación. (Ribes, et al., 2006)

Los procesos de inadaptación se justifican por la defensa y el

manejo del estigma sobre las personas en situación de

dificultad:

 Devaluación del estatus de la persona estigmatizada.

 Interiorización inconsciente de estereotipos que se utiliza

en los procesos de interacción social.

 Ensalzar y reforzar una identidad sobre otra, mantener y

reforzar la identidad del endogrupo, y aumentar los niveles de

autoconcepto en referencia a los componentes de otra

identidad reconocida como extraña o diferente (comparación

social).

 Legitimar y justificar la desigualdad social.

 Necesidad del equilibrio compartido, basado en la

conformidad.

Cuando la situación de desajuste se da en función de su

autoconcepto, de su control emocional, etc., como persona

individual, podríamos hablar de desajuste personal; mientras

que cuando se da en su mundo de relación dentro del ámbito

familiar, entonces podríamos calificarla de desajuste familiar; si

se da en el ámbito escolar, la etiquetaríamos de desajuste

escolar; y si se da en el ámbito comunitario, excluidos los dos

ámbitos anteriores, entonces suele hablarse de desajuste


social. No obstante, hay autores que prefieren denominar a los

tres últimos fenómenos desajuste social, estableciendo entre

ellos, unas veces, un tipo de relación evolutiva y, otras, una

especie de determinismo recíproco o de correlación. Al

parecer, los principales factores por los que se podría llegar al

desajuste parecen proceder de diferentes tipos de entorno:

carencial o patológico (biofisiológico, cognitivo), familiar,

escolar (de aprendizaje), social, laboral, comunitario, etc.

(Ramírez, y cols., 2005).

Es menester enfatizar que las situaciones de desajuste afectan

a unos más que a otros, según las necesidades básicas, las

habilidades o las ideas de cada uno, la experiencia previa en

esta clase de situaciones y su gravedad (Largo, 2018)

1.3.1.13 Tipos de ajuste

A continuación, se describen los distintos tipos de ajuste que la

literatura nos presenta.

Dentro de los tipos de ajustes, tenemos al Ajuste Personal, este

se entiende como la actualización de las potencialidades

humanas (psicológicas y espirituales) que la persona puede

lograr más allá de su desarrollo natural en función de la edad.

Con el trabajo de crecimiento personal la persona aprende, a

través de la conciencia de sí misma, a aprovechar sus

posibilidades de pensar, sentir y actuar para usar el

pensamiento libre o autónomo, dominar una libertad

responsable, siendo líder de sí misma, tener salud emocional.

El desarrollo personal involucra la superación de la persona en


todas las áreas importantes de la vida: salud física, desarrollo

mental, desarrollo espiritual, carrera, riqueza y relaciones

interpersonales. (Droguett, 2011).

El proceso de adaptación individual está regulado por dos

criterios: se da una mejor adaptación a cualquier situación en

la medida en que tal situación es breve en el tiempo. Así, por

ejemplo, pese a todas las dificultades que encierra una

situación concreta, el sujeto se adapta mejor a ella en cuanto

que perciba que es transitoria, temporal, a breve plazo. No se

escapa a nadie que tal ley está llena de mecanismos de ajuste

muy cercanos a la racionalización ("dentro de poco estaré en

otro ambiente', "dentro de x tiempo conviviré con otras

personas", 'al cabo de cierto tiempo habré perdido de vista a

éstos"...). (Ríos, 2014)

Por otra parte, la adaptación es más fácil en cuanto que las

situaciones de relación en que intervienen elementos

personales ofrecen la posibilidad de mayores opciones para

elegir con quién relacionarse o comunicarse. Así, por ejemplo,

en un ambiente laboral extenso en personas, como en un

ambiente social en el que haya muchas posibilidades de elegir

con quién entablar lazos más profundos de comunicación,

resultará relativamente fácil conseguir un nivel de adaptación

satisfactorio. Lo contrario sucederá cuando el tiempo de

convivencia sea muy largo y el número de personas con las

que relacionarse sea reducido. (Ríos, 2014)


Ajuste emocional, es un constructo psicológico que hace

referencia a las diversas formas en que el individuo responde

a las demandas del ambiente. De este modo, las personas con

un ajuste positivo son capaces de afrontar efectivamente las

demandas que surgen en la vida cotidiana, mientras las que

manifiestan tener un ajuste negativo poseen estrategias de

afrontamiento inadecuadas o les faltan suficientes destrezas

para afrontar el estrés. Por tanto, el ajuste emocional está

estrechamente relacionado con el empleo de estrategias de

afrontamiento para mantener un óptimo nivel de

funcionamiento psicológico que permita alcanzar un equilibrio

entre las necesidades internas del sujeto y las exigencias

ambientales. De este modo, el ajuste emocional es el resultado

de un eficaz aprovechamiento de los recursos ambientales y

psicológicos que el individuo tiene a su disposición. (Peñas,

2008)

Ajuste social. Aquí a medida que el sujeto avanza niveles más

altos de maduración busca otros modelos aparte de sus

padres, y al ampliar su campo de relaciones, comienza a

establecer comparación entre estas y otras personas. De la

Cruz y Cordero (1998), afirman que en el plano social aparecen

conductas negativas, deseos de aislamiento, actitudes críticas

e inseguridad. Así mismo es la capacidad que posee el

individuo de ajustarse a las normas y roles sociales procurando

su crecimiento y realización personal. En ese sentido el ajuste

social, supone un constructo psicológico que examina la

calidad de las relaciones que el individuo mantiene con


aquellos que le rodean, los recursos o estilos de afrontamiento

en la interacción social y, finalmente, su nivel de integración o

adaptación social. (Peñas, 2008).

Respecto al ajuste psicosocial, se debe entender como el

conjunto de capacidades, esfuerzos y voluntades que ponen

los integrantes de una sociedad para el logro de objetivos

colectivos, para desarrollarse dentro de una sociedad. Así

mismo se considera que las personas ajustadas socialmente,

tienen la posibilidad de identificar su problemática y esforzarse

colectivamente en solucionarlas, respetando acuerdos y

buscando consolidar opiniones en relación a proyectos

nacionales que promuevan el bienestar físico, psicológico y

social de los miembros de una sociedad. (Sánchez, Oliver y

Reyes, 1993)

1.3.1.14 La adolescencia y el ajuste del comportamiento

Barnet (citado por Horrocks, 1984) sostiene que la

adolescencia es un proceso de desarrollo generador de

ansiedad, debido a perder la inocencia infantil y lograr una

separación personal de las necesidades sociales y de las

aspiraciones de la familia. Ambas funciones presentan

posibilidades traumáticas y dificultad de ajuste en las mejores

circunstancias. Se dice que durante la adolescencia se observa

que las emociones tienden a mostrar mayores variaciones que

en los periodos que la preceden y la siguen. El hogar se

convierte en una especie de prisión y empieza a parecer

restrictivo a medida que el deseo de acción y aventura se

intensifica. Así mismo se sabe que, el ingreso del adolescente


al ambiente escolar, plantea desarrollar su capacidad de

adaptación o ajuste en un nuevo contexto ambiental (Gálvez,

2006).

En este periodo, el adolescente debe compaginar su necesidad

de independencia y dependencia, su búsqueda de autonomía

y su apego a los iguales, su seguridad e inseguridad personal,

por lo que se puede suponer que su adaptación se verá

afectada. Sin embargo, los problemas de desajuste personal y

social de los adolescentes, aunque no son fáciles de afrontar,

suponen una oportunidad para construir experiencias que le

ayuden al paso de la madurez. Algunos estudios revelan que

el adolescente, al no contar con las habilidades necesarias

para integrarse a su medio, puede compensar las emociones

que éste provoca mediante acciones que atenten contra su

salud. (Carlson, Sroufe y Egeland citados por Siverio y García,

2007)

A decir de Sánchez, Oliver y Reyes (1993), el desajuste en los

adolescentes va a presentar ciertas características,

evidenciadas a partir de los siguientes comportamientos

negativos y al margen de la sociedad: consumo de sustancias

psicoactivas, delincuencia, violencia familiar, orientación hacia

comportamientos destructivos (terrorismo), equivocados

ideales de vida, hasta derivar en desordenes emocionales y

mentales que, a su vez, constituyen formas de respuesta a las

decrecientes condiciones y expectativas de vida.


Dentro de estos indicadores de desajuste de comportamiento

psicosocial Sánchez, et al. (1993), propone los siguientes:

La ansiedad; son manifestaciones de desajuste emocional

acompañado de alteraciones del sistema nervioso autónomo,

caracterizado por un sentimiento de opresión, tensión e

inquietud permanente. La Depresión; es la manifestación de

desajuste emocional caracterizado por un estado de

disposición psíquica de humor triste; observándose lo

siguientes aspectos: dificultad para pensar, retardo psicomotor,

angustia, agitación y trastornos somáticos diversos (en el

sueño y apetito).

La Somatización; es una manifestación de desajuste orgánico,

originado por conflictos no resueltos. Estos estados

emocionales se observan como síntomas orgánicos, pudiendo

expresar reacciones en forma de enfermedades

gastrointestinales, pulmonares, cardiovasculares,

dermatológicas, genito-urinarias, entre otras. También está la

Agresividad; la cual es la disposición psíquica que se

manifiesta en varias formas de conducta con la intención de

perjudicar directa o indirectamente a otros, en un afán

destructivo.

El Resentimiento; estado de desajuste afectivo, que consiste

en experimentar un sentimiento, de rencor inconsciente, de

envidia y odio. Se manifiesta en críticas, comentarios o

insinuaciones que desprestigian a la persona que es objeto del

resentimiento. Está vinculado a la frustración que se


experimenta al sentirse postergado y discriminado. Otro

indicador es la Baja Autoestima; es la percepción disminuida

de sí mismo, con una actitud de desvalorización personal,

caracterizada por una baja imagen de sí mismo, con falta de

confianza, sentimientos de inferioridad e incapacidad.

La desconfianza; estado emocional y actitud de suspicacia.

Tendencia a percibir el ambiente como hostil, con ideas de

persecución, así como falta de confianza en sí mismo para

relacionarse con los demás. La Desesperanza; es un

sentimiento y actitud basada en la pérdida de la esperanza, así

como falta de objetivos de vida, motivación de logro,

expectativas y realización en el futuro. Se acompaña de

sensaciones de desilusión y ausencia de deseos referidos a

proyectos la vida.

Rigidez Mental, alude a la disposición mental y actitud

caracterizada por la falta de flexibilidad en las formas de

pensar, lo que genera incapacidad para desprenderse de

modos de razonar y actuar. Se observa inflexibilidad y

dogmatismo. El Desajuste Sexual, el cual se refiere a la

alteración de la conducta psico-sexual, manifestada por una

perturbación en el contacto con personas del propio o del otro

sexo. Se observan preocupaciones y comportamientos

sexuales guiados por ideas distorsionadas sobre la sexualidad.

Dependencia: Se caracteriza por una ausencia del sentido de

independencia y autonomía. Se observa una búsqueda de


aprobación a las ideas y acciones que realiza. Prefiere la

compañía del grupo y teme enfrentar situaciones que requieran

su participación individual. El Desajuste Familiar; es el

sentimiento de inadecuación en las relaciones familiares. Se

observan conflictos en las relaciones entre padres e hijos; así

como, falta de competitividad para establecer relaciones

cordiales y horizontales. Los conflictos familiares se

manifiestan a través de las discusiones o por la ausencia del

diálogo.

Desajuste Social; es la incapacidad de mantener relaciones

satisfactorias con el ambiente social. Se observan dificultades

para actuar en función a las normas establecidas por el grupo.

La Conducta Antisociales una manifestación que se organiza

en torno a la personalidad psicopática. Se expresa como una

incapacidad para formar amistades importantes o tener lealtad

para con otras personas y grupos. De la misma manera, se

observa, insensibilidad emocional, falta de aceptación de las

normas de grupo, ausencia de sentimientos hacia la sociedad,

indiferencia y frialdad afectiva.

Desarraigo Nacional: Componente psicosociológico

caracterizado por la falta de identidad para con su país, con

sentimientos de incertidumbre, incredulidad y desesperanza

hacia el futuro nacional. Se observan sentimientos de

separación y falta de pertenencia. Ausencia de identidad

psicosocial expresada en la ausencia de un proyecto colectivo

nacional. Aprobación Social; es la aprobación que conlleva a

querer ser aceptados por el prójimo. Comportamiento de


adecuación y conformidad con las normas sociales, con una

necesidad de ser aceptados y aprobados socialmente

buscando la condescendencia de los demás.

En ese sentido si queremos que los adolescentes con

dificultades de regulación del comportamiento puedan

integrarse en la sociedad cuando sean adultos, junto con los

demás, si deseamos que aprendan a adaptarse a las diferentes

situaciones, toleren las frustraciones, regulen sus emociones y

desarrollen habilidades de relación, no podemos esperar a que

lo aprendan cuando sean adultos. Ya en la escuela primaria y

en el instituto deben encontrarse en situaciones habituales y

cotidianas en las que tengan que interactuar con los demás,

pedir ayuda si la necesitan o defenderse cuando se les

moleste. De la misma manera, sus compañeros pueden

comprender lo que significan las dificultades de interacción y

las diferentes formas de reaccionar ante las emociones, lo que

ayudará a estimular en ellos la empatía y la flexibilidad

necesarias para la adaptación social. (Saumell, Alsina y Arroyo,

2011)
1.4 Objetivos

1.4.1 Objetivo General:

Conocer la conducta delictiva y el desajuste del comportamiento

psicosocial en jóvenes.

1.4.2 Objetivos Específicos:

 Conocer el grado de conducta delictiva en jóvenes

 Conocer el nivel de desajuste del comportamiento psicosocial y de

las dimensiones dependencia, desajuste familiar y desajuste social

en jóvenes

 Establecer la relación entre la conducta delictiva y el desajuste del

comportamiento psicosocial en la dimensión de dependencia en

jóvenes

 Establecer la relación entre la conducta delictiva y el desajuste del

comportamiento psicosocial en la dimensión de desajuste familiar en

jóvenes.

 Establecer la relación entre la conducta delictiva y el desajuste del

comportamiento psicosocial en la dimensión de desajuste social en

jóvenes
1.5 Justificación e importancia

La realización del presente estudio de caso toma suma importancia toda vez

que permitirá dar a conocer una de las problemática psicosociales actuales

que los adolescentes está presentando con mayor frecuencia e intensidad

como es la conducta delictiva y el desajuste del comportamiento psicosocial,

lo cual posibilitará a plantear acciones estratégicas de manera concretas,

dirigidas a mejorar la prevención, como también la afinación en el proceso

de evaluación, entrevista y observación psicológica forense, considerando

que las mismas son parte del trabajo que desarrolla todo profesional

psicólogo forense, lo que optimizará nuestro trabajo profesional.

1.6 Impactos esperados del proyecto

Este estudio de caso nos mostrará detalladamente el perfil de una

adolecentes que presenta conducta delictiva y los desajustes del

comportamiento psicosocial que traen consigo como el desarrollo de dicho

comportamiento, lo que nos permitirá entonces poder detectar las

características que presenta. En consecuencia, se podrá elaborar y

desarrollar programas y/o estrategias de prevención a fin de contribuir con

nuestra sociedad para la disminución de comportamiento desadaptados.

Desde el punto de vista estas clases de persona proviene de una familia

disfuncional o toxicas con características de ausencia de padres afectivos,

estos tipos de comportamiento desadaptados es causado por modelos de

aprendizaje observado por los hijos hacia los padres. lo que en definitiva

lastima y agrede el desarrollo psico - emocional adecuado des estos testigos

silenciosos, en la mayoría de los casos.


II. Metodología

2.1 Tipo de Investigación

Tipo de Investigación: Aplicada (Kerlinger, 1975). De acuerdo a Kerlinger, la

investigación científica es sistemática, empírica y crítica:

 Sistemática porque no deja los hechos a la casualidad, sino que se

trata de una actividad disciplinada.

 Empírica porque se trata de recolectar y analizar datos de la realidad.

 Crítica porque evalúa y mejora de manera constante.

La investigación puede cumplir dos propósitos fundamentales:

o Producir conocimiento y teorías (investigación básica).

o Resolver problemas prácticos (investigación aplicada).

Método utilizado en el peritaje psicológico:

Considerando las características del peritaje psicológico, como son:

 Es un documento científico (Fernández-Ballesteros, 2007) que

cumple los siguientes criterios:

o Es el resultado de un proceso ajustado a normas a través del cual se

han obtenido unos resultados de los que se derivan unas

consideraciones técnicas (psico-legales) que dan respuesta a la

demanda judicial.

o El proceso del peritaje ha sido realizado por un experto, psicólogo

forense, que asume la responsabilidad de todas sus acciones.

o Debe contener los datos suficientes para poder ser replicable o

contrastable por otros evaluadores, como cualquier otra investigación

científica.

 Es un documento legal.
o Debe practicarse con las garantías constitucionales y conforme a las

leyes procesales.

o Sirve de base para las decisiones judiciales, es decir funciona como

elemento probatorio.

o Es así que podemos afirmar que todo peritaje psicológico usa el

método descriptivo – analítico, los cuales procedo a describir:

Método descriptivo:

El método descriptivo es uno de los métodos cualitativos que se usan en

investigaciones que tienen como objetivo la evaluación de algunas

características de una población o situación en particular. En la

investigación descriptiva, el objetivo es describir el comportamiento o

estado de un número de variables. El método descriptivo orienta al

investigador en el método científico.

La descripción implica la observación sistemática del objeto de estudio y

catalogar la información que es observada para que pueda usarse y

replicarse por otros. El objetivo de esta clase de métodos es ir obteniendo

los datos precisos que se puedan aplicar en promedios y cálculos

estadísticos que reflejen, por ejemplo, tendencias.

Por lo general estos estudios son la puerta de acceso a otros de mayor

profundidad sobre un fenómeno en concreto, ofreciendo datos sobre la

función y su forma.

Características del método descriptivo:

 Suele atender a un método cualitativo.

 Es un primer abordaje al objeto que se está estudiando y funciona

como un catalizador de nuevas investigaciones.

 Hace posible la consecución de muchos datos sobre el objeto que se

estudia.
 Implica una observación atenta y hay un registro fiel de lo que se

observa.

 No implica generalizaciones ni proyecciones.

Etapas del método descriptivo:

1. Identificación y delimitación del problema

Primer punto de la investigación. Es cuando se toma la decisión de lo

que se va a investigar y la clase de preguntas a las que se quiere buscar

respuesta.

2. Elaboración y construcción de los instrumentos

Todo depende de lo que se quiera investigar, debiendo seleccionar los

instrumentos para recoger datos. En esta fase del proceso, todo debe

hacerse con anticipación, asegurándose de que los instrumentos sean

los válidos.

3. Observación y registro de datos

Momento importante del proceso, debiendo estar aquí atento a la

realidad que se observa para tomar nota de muchos detalles.

4. Decodificación y categorización de la información

Aquí los datos percibidos pasan a trascribirse en algún formato y se

organizan dependiendo de la importancia o el significado.

5. Análisis

En cuanto los datos se catalogan, es el momento de interpretar y

analizar con referencia al objeto de estudio. En análisis no debe

establecer relaciones causales, ya que la propia naturaleza del método

no lo hace posible.

6. Propuestas

Justo en este momento es donde se sugieren los pasos siguientes de

la investigación del objeto de estudio. Con la información que se


recabe, lo normal es que aparezcan preguntas nuevas y se puede

indagar en estas cuestiones.

Método analítico:

Es aquel proceso de investigación empírico-analítico que se enfoca en la

descomposición de un todo, desarticulando en varias partes o elementos

para determinar las causas, la naturaleza y los efectos. La definición del

análisis es el estudio y examen de un hecho u objeto en particular, es el

más usado en el campo de las ciencias sociales y en las ciencias naturales

Por lo mismo, es lo primordial que para llevar a cabo un método analítico

se necesita conocer la naturaleza del fenómeno y del objeto que se estudia

para entender su esencia e impartir una apropiada investigación. Este

método nos ayuda a conocer más del objeto de estudio y sus

características con lo cual se puede: explicar, hacer analogías, comprender

mejor su comportamiento y establecer nuevas teorías.

El análisis toma forma desde de lo concreto a lo abstracto, ya que con el

instrumento de la abstracción puede separarse las partes del todo, así

como también sus relaciones básicas que son de interés para un estudio

intensivo. Entonces el método analítico lleva consigo varias características,

reglas a seguir y pasos para poder efectuar la metodología de manera

exitosa.

Características

1. No considera sus conclusiones infalibles o finales, pueden estar

sujetos a cambios gracias a nuevas investigaciones que refuten

alguna hipótesis.

2. El método está abierto a la incorporación de nuevos

conocimientos y procedimientos con el fin de asegurar un mejor

acercamiento a la verdad.
3. Necesita muestras: El muestreo es una parte importante del

método analítico, si se toma mal la muestra los resultados serían

erróneos o inservibles.

4. Consta de una experimentación que se pueden tener errores, y al

final sacar lo cierto.

Reglas del método analítico

 Antes de emprender el examen y resolución de una interrogante,

es necesario darse cuenta de la naturaleza de la misma. En un mismo

objeto se puede examinar y tratar de descubrir distintos elementos

como su esencia, o sus propiedades y atributos, o también sus

relaciones especiales con otros seres.

 Es conveniente descomponer el suceso u objeto teniendo en

cuenta que se hará un meticuloso examen de sus partes, elementos o

principios. Esta descomposición puede ser real y física, o racional e

ideal, según sea el objeto de que se trate. Además, es favorable

cuidarse de que esta descomposición se verifique guardando las

reglas de la división, para evitar una confusión.

 Al momento de examinar los elementos o las partes de un objeto,

debe hacerse de manera que no se pierdan de vista sus relaciones

entre sí y haya una conexión entre todo para que exista una unión. Si

un individuo considerase aisladamente las partes de un objeto, sin

tener en cuenta o considerar las relaciones de unas con otras y con el

todo, sin dudas sería muy probable que se formen ideas inexactas y

erróneas sobre aquel objeto.


Etapas del método analítico

 Observación

Esta etapa consta de una actividad que es realizada por los seres vivos

para detectar y asimilar información. El término también hace referencia

al registro de ciertos hechos mediante la utilización de instrumentos.

 Descripción

En esta fase lo esencial es definir algo dando una idea general de lo

que ya se ha observado. La descripción es importante ya que aporta

información útil sobre lo que se está investigando, con la mayor cantidad

de detalles posibles.

 Examen crítico

Es el proceso de ver objetivamente lo que se está analizando aportando

propuestas lógicas con el propósito de conseguir un resultado que debe

ser comprensible para poder interpretarse de forma clara y concisa.

 Segmentación del fenómeno

Trata de descomponer las partes de lo que se está analizando para así

poder visualizar desde varios puntos de vista y ángulos que nos da a

conocer de cierta manera los posibles problemas que sin el análisis no

hubiera sido posible darse cuenta.

 Enumeración de las partes

Consta de la exposición cronológica y ordenada de las partes que

conforman la información.

 Ordenación y Clasificación

Organización de la información por clases. En esta fase también entra

el análisis de la información obtenida que cuenta un espacio para

ampliar el rendimiento de una forma más clara y concisa. Consiste en

la separación real de los elementos componentes de un todo.


III. RESULTADOS

Observación De La Conducta. - Menor de 15 años, acude a UML - Sullana en

compañía de su abuelo materno para evaluación psicológica. Se presenta en

adecuadas condiciones de higiene y aseo personal. Visiblemente, no existen

deficiencias físicas, coordina adecuadamente la marcha, aparenta buen estado

de salud; Al momento de la evaluación se encuentra lúcida, orientada en las 3

esferas psicológicas tiempo, espacio y persona. Su atención y concentración

adecuadas; usa un tono de voz moderado, ritmo normal.

 Área Visomotora: Clínicamente no se evidencian indicadores significativos

de Lesión Orgánica cerebral. Refiere sufrir de convulsiones debido a un

golpe en la cabeza.

 Área Cognitiva: Desarrollo cognoscitivo acorde a su nivel sociocultural y

escolaridad. Sus funciones cognitivas se encuentran conservadas, su

atención concentración y memoria le permiten recordar hechos pasados e

inmediatos.

 Área Socio - Emocional: Es una menor que es socialmente tiende a la

introversión, se encuentra en proceso de desarrollo. Emocionalmente

inestabilidad, con sentimientos de inutilidad, inseguridad, impulsividad y

dificultades en las relaciones sociales, con comportamiento autodestructiva,

compulsivo por sus conductas de riesgo, falta de autocontrol, hostilidad o

irritabilidad. Con estados de ánimos altibajos emocionales, ansiedad, culpa,

descontento general, soledad o tristeza, teniendo una desvalorización de sí

misma, inmadura, rígida y dependiente, se encuentra en la búsqueda de

atención, protección y afecto, sintiéndose insegura con sus iguales, no

puede comprenderse a sí misma por lo cual muchas veces entra en conflicto

consigo misma y con su entorno; Tiene un trastorno alimenticio que afecta

su imagen corporal, con desagrado de su propio cuerpo, entrando en


depresiones, imagen negativa de sí misma, megalomanía y pensamientos

suicidas, tiene una dificultad en la regulación de las emociones. Teniendo

un afecto depresivo, con tendencia al suicidio, sintiéndose infeliz y pesimista,

con baja tolerancia ante el estrés, teniendo problemas en sus relaciones

interpersonales, por su falta de adaptación.

Se identifica con su figura materna, pero así mismo entra en conflicto, debido

a los sentimientos ambivalentes que le genera dicha figura, dando mayor

autoridad al sexo opuesto. Siendo fácilmente influenciable y manipulable por

sus figuras de autoridad. Evidencia una incomodidad hacia el sexo, con

antecedentes de abusos en su infancia.

 Área De Dinámica Familiar: La examinada pertenece a una familia extensa

de su abuelo materno, viviendo en su casa, con su madre, siendo única hija.

Se identifica con su figura materna, percibiendo al sexo opuesto con

autoridad, así mismo reconoce lazos afectivos y de pertenencia, aceptando

pautas de crianza y normas en las que se desenvuelve en la actualidad.


IV. CONCLUCIONES

 Al momento de la evaluación la examinada no presenta trastorno

psicopatológico. sin interferencias para percibir y evaluar la realidad, con plena

conciencia de sus actos.

 menor socialmente tiende a la introversión, presenta dificultad en la

regulación de las emociones, con problemas de adaptación, trastorno de

alimentación, sintiendo desagrado por su propio cuerpo, ha sufrido de abusos

en su infancia, emocionalmente inestable e dependiente, con intentos de

suicidio cuando entra en crisis existencial, muestra rasgos de indicadores

limítrofes de su conducta de la menor.

 tiene una dinámica familia disfuncional, sintiéndose segura al lado de su

abuelo materno, con sentimientos ambivalentes hacia su figura materna,

evidencia sentimientos de soledad y necesidad de protección.

 se percibe un relato espontaneo, pero con ciertas inconsistencias al

referirse a la participación de su madre, pero siendo consistente en la

participación directa en la muerte que le imputan, mostrando una conducta fría.

 se recomienda psicoterapia psicológica individual y familiar. como

asimismo una derivación con un médico neurólogo y psiquiatra para evitar

posteriores problemas.
V. RECOMENDACIONES

VI. REFERENCIAS
ANEXOS

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