Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
slug=acerca-de-la-independencia-del-banco-
central
Sábado, 29 de septiembre de 2018 | Edición impresa
Acerca de la independencia del Banco Central
El Banco Central de la República Argentina no es una institución más. La tendencia de
los gobiernos es la de limitar su independencia.
Archivo
Por Editorial
COMPARTIR
A raíz de la salida del anterior presidente del Banco Central, Luis Caputo, se reactivó
un debate acerca de los niveles de independencia que debe tener este organismo que
ejerce la custodia del valor del peso, además de ser superintendencia de entidades
financieras.
El anterior debate se dio con el entonces titular de la autoridad monetaria, Federico
Sturzenegger, en ocasión de anunciar un cambio en las metas de inflación,
acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Este evento, además del efecto propio de una decisión lejos de la oportunidad, puso
de manifiesto que la política había metido sus manos violando la independencia de la
entidad.
Este concepto de la independencia del Banco Central solo aparece en la Carta
Orgánica del ente, que ya fue violada y violentada, en su momento, por Cristina
Fernández de Kirchner, y es la que describe las atribuciones y niveles de autonomía.
En principio, el BCRA no tiene dependencia del Poder Ejecutivo, su nivel de
autonomía es total y su directorio debe ser aprobado por el Senado, a propuesta del
Ejecutivo.
Los lineamientos de política monetaria deben ser presentados en el Congreso y el
Presidente debe rendir cuenta ante el Senado.
Bajo estos conceptos cabe señalar que tradicionalmente se sostuvo la necesidad de la
independencia del BCRA como una forma de asegurar la sanidad de la moneda, que
es un eufemismo para referirse a la lucha contra la inflación.
Lógicamente, esa tarea será más fácil si hay coordinación entre la política fiscal
(ingresos y egresos), que maneja el Ejecutivo, y la monetaria y cambiaria, que controla
el BCRA.
Pero en casos de discrepancias entre ambas políticas debe ser el Banco Central el
que debe tomar medidas frente a excesos por parte de la política fiscal del gobierno.
Tradicionalmente, y siguiendo las enseñanzas de las escuelas monetaristas, el Banco
Central controla la inflación regulando la cantidad de moneda en el mercado, y para
eso usa la tasa de interés. Sube la tasa para que haya menor expansión y riesgos de
inflación y la baja cuando quiere imprimirle mayor dinamismo al mercado, lejos de la
inflación.
La política monetaria siempre quiere ser retenida, de alguna manera, por los ministros
de Economía, ya que con ella planifican políticas expansivas u "ofertistas" cuando
quieren que haya mayor disponibilidad de dinero haciendo bajar la tasa de interés para
estimular el consumo interno, que representa el 90% del PBI. Pero necesitan manejar
el Banco Central para de esa manera bajar encajes o aumentarlos si quieren
restringirlo. El encaje es la cantidad de dinero de los depósitos que los bancos deben
mantener inmovilizado.
En Argentina hay varias experiencias de discrepancias entre los ministros de
Economía y los presidentes del Banco Central, que terminaron con el alejamiento del
titular de la autoridad monetaria para que asumiera otro que fuera "permeable" al
ministro de turno. El único ministro que blanqueó sus gustos fue Roberto Lavagna,
cuando, al asumir en 2002, dijo que no servía un Banco Central independiente y que
éste debía operar para los planes del gobierno.
En ocasión de la salida de Luis Caputo y su inmediato reemplazo por Guido Sandleris
quedó en claro que la independencia no la quiere ningún ministro y solo se mantienen
ciertas apariencias formales. El nuevo titular del Banco Central era el segundo del
actual ministro de Hacienda y nadie espera que tome decisiones inconsultas con el
ministro, ni mucho menos contradictorias. El Senado en la Argentina nunca defendió la
independencia de la autoridad monetaria, ni siquiera cuando Cristina Kirchner echó a
Martín Redrado porque se negaba a financiar gastos del Ejecutivo.
Por sus características tan particulares y por la relevancia que este tipo de organismos
tiene en el mundo, se trata de una institución de la República que debe ser respetada
al máximo en sus atribuciones y sobre la que es necesario eliminar cualquier tipo de
injerencia de otros poderes que interfieran en sus facultades.
Muchos a los que les molesta esta independencia institucional plantean que debería
eliminarse el Banco Central, sin reflexionar en que su razón de ser es defender a la
ciudadanía y no facilitarles la falta de controles a los funcionarios.
https://www.ambito.com/otra-vez-la-burra-al-trigo-n5023981
https://www.inforegion.com.ar/2019/04/01/apuestan-a-una-reforma-de-la-carta-
organica-del-bcra/
https://www.infobae.com/economia/2019/03/31/mario-blejer-es-necesario-un-acuerdo-
patriotico-que-permita-una-tregua-de-precios-salarios-y-tarifas/
ECONOMÍA
Mario Blejer: "Es necesario un acuerdo patriótico que permita una tregua de precios,
salarios y tarifas"
"El Gobierno ha sido muy malo en comunicar las malas noticias, y también las
buenas", dijo el ex presidente del Banco Central en una entrevista con Infobae
Por Daniel Sticco
31 de marzo de 2019
dsticco@infobae.com
“Hoy lo que le inquieta a los inversores internacionales es qué va a pasar con las
elecciones”
En el comienzo del último año de Cambiemos, la economía doméstica pasa por su
peor momento. Eso es explotado naturalmente por los partidos de la oposición que
aspiran a sucederlo, mientras que desde el oficialismo no muestran capacidad de
reacción y sólo esperan a que a partir del segundo trimestre, cuando la comparación
con lo peor del año anterior empiece a dar indicios de salida de la recesión, aunque
sin llegar a recuperar el terreno perdido.
Mientras tanto, los mercados se mueven al ritmo de dos variables que se muestran
contrarias a mejorar el panorama del corto plazo: la cotización del dólar y el nivel de
las tasas de interés, con sus consecuentes efectos sobre el índice de riesgo país. El
primero contribuye a exacerbar la inflación y el segundo a deprimir la actividad y el
empleo, y ambos llevan a empinar el ya elevadísimo nivel de pobreza de la población.
Frente a ese cuadro, Infobae entrevistó a quien fuera presidente del Banco
Central en los primeros meses de la salida de la convertibilidad y actual
vicepresidente del Banco Hipotecario, Mario Blejer, en su rol de reconocido
economista internacional, pero también de activo partícipe de foros en todo el mundo
que le permite está al día en la percepción que tienen los grandes inversores sobre la
realidad de la Argentina.
– Hace poco más de un año, cuando lo entrevisté semanas después de la
fatídica conferencia de prensa del jefe de Gabinete con el actual ministro de
Hacienda, el ex de Finanzas, Luis Caputo y el ex presidente del Banco Central,
decía: "en el exterior ven al Gobierno más fortalecido que en diciembre" (2017).
¿Hoy cómo lo ven?
– Todo tiene que ver con la realidad política, aunque la económica también. Y hoy lo
que le inquieta a los inversores internacionales es qué va a pasar con las elecciones.
Uno puede hacer una exposición en power point, pero al final la pregunta qué hacen
es ¿qué va a pasar con las elecciones? Pero en general observo que son optimistas y
pesimistas en el largo plazo. Hay de todo, Ahora, respecto de la Argentina,
obviamente hay temor a un regreso del gobierno anterior, a las políticas del régimen
anterior. Y como en cualquier otro país la Argentina no puede funcionar bien si no hay
inversión.
Y en la función de inversión esperar tiene valor, a diferencia del consumo,
porque si quiero comer algo deseo hacerlo ahora, pero si pienso en hundir
capital en el proceso productivo puedo esperar más información, aunque si se
espera demasiado se puede perder el negocio. Por eso se busca el momento
óptimo. Pero ese óptimo se ha extendido demasiado porque el inversor hoy se
muestra reacio a invertir.
Hoy en los inversores internacionales hay temor a un regreso del gobierno anterior, a
las políticas del régimen anterior. Y como en cualquier otro país la Argentina no puede
funcionar bien si no hay inversión
– ¿A qué atribuye esa actitud? ¿a la incertidumbre que genera el año electoral y
la creciente posibilidad de que vuelva el gobierno anterior, y con ello el cepo a
varias áreas de la economía, o la decepción por los resultados de la política
económica de Cambiemos?
– A la incertidumbre electoral, principalmente. Hoy hay una baja de la inversión por la
incertidumbre política. Pero por otro lado hay más inversión de la que la gente cree, en
particular en sectores como el energético; todo lo que tiene que ver con la
agroindustria; también en lo que no se ve, no se construyen fábricas o ampliaciones
de plantas, pero si ha habido bastante en renovación de equipos, incorporación de
tecnología moderna. Lo que pasa es que este Gobierno ha sido malo para comunicar
las malas noticias, y también las buenas, lo cual es un poco extraño.
De todas formas, hay claro un problema de incertidumbre. Muchos inversores
hacen el siguiente razonamiento: "es cierto, hay una creciente probabilidad de
que la Argentina no salga adelante, porque desde el punto de vista político
pueden volver políticas antiinversión, y anticrecimiento". Pero también es cierto
que hay una probabilidad, no ínfima, de que el Gobierno gane las elecciones. Si eso
se da, los que se posicionaron ahora van a tener una ganancia extraordinaria.