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A B C literario

Ensayo-
La Tuna La interpretación cervantina del «Quiote»
Emilio de la Cruz Aguilar
Daniel Eisenberg
Editorial Complutense. Madrid, 1996
163 páginas, 2.200 pesetas Traduc. del. Verdaguer. Compañía Literaria. Madrid, 1995. XX+ 253 páginas, 2.800 pesetas
L estudiante cantor, como bien indica ON buena presentación tipográfica, teres de Cervantes por los libros de caballe-

E en este curioso y completo libro Emilio


de la Cruz, el alumno músico, bohemio,
juglar, a veces poeta, es un tipo de enorme tra-
C correctamente traducido por I. Ver-
daguer, y revisado por el propio au-
tor, acaba de aparecer en España el libro «A
rías, sus demoradas lecturas de los mismos
-debió de juntar una razonable biblioteca a
su vuelta ,de Argel (1580)-, las grandes po-
dición en Europa. Desde los albores de nuestra Study of Don Quixote» de D. Eisenberg (pri- sibilidades literarias que les adivinaba, y los
literatura, encontramos ejemplos de estos uni- mera edición 1987, Newark, Delaware, USA), graves defectos que encontraba en casi to-
versitarios que practicaban la música y el importante contribución a la bibliografía cer- dos los escritos hasta la fecha. Me parece
canto, viajando y dando serenatas. La afición vantina. Planteado desde perspectivas auto- muy sugestiva la hipótesis de que iniciara la
trasnochadora de estos personajes podemos riales, el libro se propone analizar cuáles eran continuación del «Don Belianís de Grecia»
remontarla en su documentación a la época de los propósitos del genial novelista al escribir como una novela caballeresca seriamente
las Partidas de Alfonso X el Sabio, e incluso a su "Don Quijote», qué significado quiso darle «terapéutica», y la propuesta de interpretar
un autor como Ramón Lull, que fue en su ju- y cómo deseaba que «El famoso Bernardo»
ventud un poco tuno, y que critica en su «Libro se le leyera. Digamos como una novela his-
del orden de caballería. Príncipes y juglares» a desde ahora que esta- tórica, nacional y-reli-
los juglares de ronda noctámbula. Pero es en mos ante un trabajo giosa que preparaba
«El Libro de Buen Amor», del Arcipreste de Hita, vivo, de sosegado el contexto del «Qui-
donde encontramos una primera clasificación análisis, científico, apo- jote» y quedó incon-
de tunos en dos tipos: el estudiante rondador, yado en una sólida do- clusa por previsibles
nocherniego, y el estudiante pobre «que de- cumentación -el apa- problemas de recep-
manda por Dios». Para Emilio de la Cruz, Juan rato de notas, pro- ción. El examen de las
Ruiz sería uno de los primeros maestros de la fundo y variado, con- teorías sobre su gé-
Tuna, el más importante, de ahí que ie haya ho- forma un segundo ni- nero literario es de
menajeado en alguna ocasión la Tuna de Dere- vel de lectura de gran gran finura crítica, así
cho de la Complutense. alcance-, que dice co- como la propuesta de
Emilio de la Cruz Aguilar, doctor en Derecho y sas nuevas y razona- considerarlo un libro
licenciado en Ciencias de la Información, en la bles en una prosa per- de caballerías bur-
actualidad es profesor de Historia del Derecho suasiva y funcional. lesco que, sin/iéndose
de la Universidad Complutense de Madrid, así Recomiendo vivamen- de razonamientos y
como vicedecano de esta misma Facultad. No te su lectura a quienes ejemplos, proporciona
en vano conoce a fondo esta institución, tan deseen acercarse a la información y doctrina
popular en España, pues él mismo fue miembro obra maestra de Cer- para provecho de los
de la Tuna de Derecho de la Complutense, y vantes para disfrutar lectores.
actualmente es su cancelario. Su experiencia le virginalmente de su
En esta misma línea
ha llevado a redactar libros sobre este tema, lectura, ejercitándose
habría que colocar el
aparte de su labor especializada en Derecho, o en una crítica desinhi-
capítulo dedicado al
sus colaboraciones como escritor humorístico bida y con-creadora.
didactismo, estudian-
en publicaciones como «Hermano Lobo», «Sá- Me convence, por do desde la perspec-
bado Gráfico» o «Pueblo», entre otras. Sobre la ejemplo, el especia- tiva horaciana del «de-
tuna destacan sus aportaciones con libros lista cuando afirma «Estamos ante un trabajo leitar y aprovechar».
como «El Libro del Buen Tunar» o «Crónicas de
la Tuna». El humor y el rigor científico, la erudi-
que el «Quijote» es un
libro muy distinto de lo
vivo, de sosegarlo análisis Me ha interesado mu-
cho, en fin, el análisis
ción como método mnemotécnico, traspasado que su autor quiso científico, apoyado en del humor en el «Qui-
de ironía y> de criterio de autoridad, hacen de que fuera. Y lo es por- jote», que se vincula a
éste un libro ameno y riguroso, documentado y que, como obra clá- una sólida documentación, la teoría pincianesca
valioso, porque auna el estudio histórico de una
institución muy, relevante en nuestras universi-
sica que es, admite -y que dice cosas nuevas y del contraste entre lo
hasta exige- interpre- que ocurre y lo que
dades, con multitud de datos muy variados, taciones muy diferen- razonables en una prosa sería adecuado.
desde letras de canciones que están en nues- tes de las que, históri- Quiero terminar esta
tra memoria histórica hasta otras tonadas más camente, el autor qui-
persuasiva y ,•!,',/•funcional» reseña insistiendo en
desconocidas, curiosidades, referencias litera- so darle. Poco nos -.'--V 1-V, --"•'. la ejemplaridad de la
rias y de Derecho, anécdotas variadísimas, importa hoy,, en efec- crítica de Eisenberg.
hasta la reproducción facsímil del «Arte Tunan- to, desacreditar los libros de caballerías, La literatura ha de ser estudiada, sin duda,
tesca», de I. Farinelo, encontrado en la Biblio- exaltar ideales heroicos de abolengo medie- desde el rigor más exigente, y con el auxilio
teca Nacional, y que nuestro autor sitúa en el val, o discutir la validez del matrimonio pos- de cuantos instrumentos filológicos den sol-
siglo XVIIl. tridentino, la penitencia de amor o la lim- vencia a sus conclusiones. Pero, al mismo
Se combinan aquí tradiciones y relevos. Los pieza de sangre. Desde las actuales pers- tiempo, hay que saber percibir y destacar
jóvenes que quieren tomar parte en la Tuna tie- pectivas, nos interesa más el «Quijote» las vetas vivas de los textos, sus ideas vi-
nen también su parte ceremonial. De manera como obra de arte del lenguaje, como es- gentes, todo lo que en ellos nos hace pen-
casi exhaustiva, el autor recopila estos rituales. pejo de un país y una época dinámicos y sar o emocionarnos: el palpitante costado
El primer testimonio de la actitud de los vetera- abigarrados, como apología de la libertad y por donde pueda penetrar la lanza de Longi-
nos referente a los novatos, como señala De la el altruismo, repertorio de consolaciones y nos, y hacer brotar un raudal de sangre nu-
Cruz, es la constitución «Omnem reipublicae», panoplia de propuestas de vida. Mañana tricia y agua refrescante. No vale la pena in-
de 533, del emperador Justiniano, quien no serán otros los valores que interesen en sus sistir demasiado en la búsqueda de materia-
pudo acabar con las novatadas, y desde el si- páginas inmortales. El «Quijote» será siem- les inertes para lucimiento (?) de
glo VI las bromas a los neófitos de muchas ins- pre, sin duda, objeto de lectura. Lo que no seudoeruditos. La crítica literaria -la forma
tituciones peoi/iven, así como en la Tuna, que puede predecirse es cómo será leído en más excelente de lectura- no puede ser au-
tiene sus propias reglamentaciones, que, con cada momento y qué buscarán - y encontra- topsia, sino vivisección. O mejor, contem-
gran escrúpulo científico y excelente humor, re- rán- en él sus sucesivos lectores. plación lúcida y entusiasta de bellezas en-
coge este amenísimo libro. Planteando cuestiones de parecido inte- carnadas en palabras.
rés transcurre la práctica totalidad de la
Beatriz HERNANZ obra. En ella se nos demuestra el sincero in- Cristóbal CUEVAS

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