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Flor de la Vida es el nombre que se da a una figura geométrica compuesta de 19 círculos

completos del mismo diámetro y 36 arcos circulares que forman un conjunto de


forma hexagonal, el cual se incluye a su vez en un círculo mayor. Los 19 círculos completos
pequeños de la figura se solapan creando patrones radiales simétricos similares a flores. Este
motivo y muchos semejantes han sido empleados desde la antigüedad y en todo el mundo como
patrón ornamental para decorar toda clase de superficies.12

Índice

 1Origen de la denominación «Flor de la Vida»

 2Propiedades atribuidas a la «Flor de la Vida»

o 2.1Diseños derivados

 3La Flor de la vida en culturas prehistóricas y protohistoricas

 4La Flor de la vida en el arte romano

 5Motivos tradicionales preexistentes

o 5.1En Italia

o 5.2En la tradición eslava

o 5.3En España

 6Galería de imágenes

 7Véase también

 8Referencias

Origen de la denominación «Flor de la Vida»[editar]


La denominación «Flor de la Vida» (del inglés: Flower of Life) para designar a estos motivos es
de fecha relativamente reciente34 y se encuentra extendida entre divulgadores de
temáticas místicas y esotéricas en el contexto del movimiento Nueva Era.
En ese contexto, Drunvalo Melchizedek (seudónimo de Bernard Perona5), creador y promotor de
la técnica de meditación Mer–Ka–Ba, afirma en su libro The Ancient Secret of the Flower of
Life (Tomo 1) que el motivo de la «Flor de la Vida» le fue revelado por el dios Tot a cambio de la
técnica de meditación Mer–Ka–Ba; Tot también le habría predicho que encontraría esta imagen
en Egipto. Melchizedek responsabiliza a su amiga Katrina Raphaell, autora de libros
sobre cristaloterapia, por haber descubierto finalmente el motivo en el Osireionde Abidos, un
antiguo monumento funerario egipcio.6
En el Osireion, el motivo de la «Flor de la Vida» se encuentra dibujado varias veces
con ocre rojo sobre unos muros de piedra; Melchizedek atribuye a estos dibujos una antigüedad
de casi 6 000 años.6
Se ha señalado, sin embargo, que los dibujos del Osireion están acompañados de letras
griegas evidentemente contemporáneas a los mismos —hecho no mencionado por Melchizedek
—, por lo cual su origen no sería egipcio, y su antigüedad, considerablemente menor. 43
El Osireion fue excavado por primera vez por los egiptólogos Flinders Petrie y Margaret
Murray hacia 1903. En un informe publicado posteriormente, Murray dice haber
encontrado grafiti de origen fenicio, griego y copto sobre las piedras del complejo egipcio, y que
las inscripciones coptas estaban realizadas en ocre rojo y también con un pigmento negro, más
desvaído.78
En cuanto al descubrimiento de los dibujos en cuestión, antes de la publicación del libro de D.
Melchizedek ya habían sido descritos y publicados.9

Propiedades atribuidas a la «Flor de la Vida»[editar]

Expresión artística de la Flor de la Vida y los Sólidos Platónicos, aquí en una versión moderna de Ibo
Bonilla

De acuerdo con Drunvalo Melchizedek, Tot le habría revelado que:


[La Flor de la Vida] contiene dentro de sus proporciones todos y cada uno de los aspectos de la vida que
existen. Contiene cada fórmula matemática, cada ley de la física, cada armonía de la música, toda forma
de vida biológica incluyendo tu cuerpo específico. Contiene cada átomo, cada nivel dimensional,
absolutamente todo lo contenido en universos de forma de onda [waveform universes].6
En tanto, la entidad Flower of Life Research, dedicada a dar talleres y cursos sobre este tema y
sobre la técnica de meditación desarrollada por Melchizedek, afirma en su sitio web que:
El símbolo de La Flor de la Vida es considerado sagrado entre diversas culturas alrededor del mundo,
tanto antiguas como modernas. [...] A partir de los modelos que están adentro, el símbolo de La Flor de la
Vida tiene la habilidad de demostrar como todas las cosas provienen de una fuente y están íntima y
permanentemente tejidas entre sí.10
Melchizedek y otros proponentes de estas propiedades de la «Flor de la Vida» la consideran una
plantilla de la que pueden extraerse o derivarse otros modelos geométricos, y ubican dentro de
su diseño a figuras de variado origen, como la vesica piscis o mandorla, el Árbol de la Vida de la
Cábala, los sólidos platónicos, etc., relacionándola con la geometría sagrada.61110

Diseños derivados[editar]
Los proponentes de la «Flor de la Vida» derivan de ella algunos motivos secundarios que se
extraen de la estructura geométrica del dibujo. Uno notable es la generación de los grafos de los
sólidos platónicos a partir del patrón geométrico de la Flor de la Vida. Otros de ellos son:

 La «Fruta de la Vida», motivo realizado solamente con círculos y que se usa como base
para dibujar los sólidos platónicos o pitagóricos.10

 La «Semilla de la Vida», similar a la Flor de la Vida pero más sencillo.10

 El «Huevo de la Vida», construido con esferas, que se deriva del anterior y se relaciona
con las etapas de división de la mórula del embrión animal10 y con la creación del mundo en
siete días del relato bíblico.11 Ver Éxodo.

De la «Flor de la Vida» a la «Fruta de la Vida»

La «Semilla de la Vida»

«Cubo de Metatrón» trazado a partir del patrón de la «Flor de la Vida»

Arte fenicio: copa chipro–arcaica de electro hallada en Idalion (Chipre), datada entre los
siglos VIII a VII a. C.Un patrón tipo «Flor de la Vida» se encuentra labrado en su fondo.

Flor de la Vida grabada en el Osireion


La Flor de la vida en culturas prehistóricas y
protohistoricas[editar]

Roseta tallada en fusta procedente de redolata de Sanok, en la parte norte de los Carpatos y de la Cultura
de Czerniachow, cultura desarrollada bajo dominio godo

La roseta como símbolo ya existía en la edad de bronce, cuando en Europa se dieron los cultos
solares con más intensidad, y se cree que como los trisqueles, cuatrhojas y esvasticas son
símbolos solares.
Los pueblos celtas e italos empleaban este símbolo. En el arte celta de La Tene, lo vemos por
ejemplo en el Caldero de Gundestrup junto con elefantes.

La Flor de la vida en el arte romano[editar]


Los romanos lo empleaban mucho, y para los hispanorromanos simbolizaba el Júpiter hispano,
sincretismo entre Júpiter latino y divinidades indígenas como "Candamius". Eduardo Peralta
Labrador comenta en "Estelas discoideas de Cantabria":
Según J.M. Blázquez los hispanos indoeuropeos suponían que el cielo era la morada de los muertos y el
dominio de la divinidad suprema -representada por el sol-, lo que indica una concepción astral de la otra
vida. En la Galia la rueda y la rosácea hexapétala eran el símbolo del Júpiter galo (Taranis). A este
respecto R. Lefort des Ylouses y J. J. Hatt han demostrado la ambivalencia de la rosácea, la svástica y la
espiral como símbolos del sol y del rayo empuñado por Taranis, divinidad del cielo y de la tormenta. J. M.
Blázquez mantiene que las svásticas y las rosáceas que coronan las estelas hispano-romanas
representaban también al sol y al rayo, estando asociadas al culto a Júpiter, dios supremo de los cielos y
de la tormenta que, por el fenomeno del sincretismo religioso, se asocia al dios supremo de los cielos al
que los indígenas daban culto con diferentes nombres en las cumbres de las montañas, tratándose
probablemente del Júpiter-Candamio que conocemos por la epigrafía. En el territorio de los astures y de
los cántabros se tiene constancia de la existencia de un Júpiter Cantábricus y del culto a Taranis.

Motivos tradicionales preexistentes[editar]


Como se ha dicho, se encuentran motivos iguales o parecidos a la «Flor de la Vida» en diversos
lugares del mundo, en contextos correspondientes a diferentes épocas y culturas, y realizados
sobre diferentes materiales.
Los ejemplos más antiguos son escasos y se encuentran confinados a la
antigüedad mediterránea y mesopotámica;3 presentan un diseño donde las «flores» aparecen
conectadas unas con otras a modo de patrón continuo. Esto puede verse en algunas piezas de
arte fenicio de los siglos IX1 a VII a. C. y en el pavimento de un umbral procedente del palacio
de Asurbanipal en Nínive (Asiria), que data de alrededor del 645 a. C. Este último diseño está
tallado en una losa de alabastro y se cree que imita el patrón decorativo de una alfombra;
actualmente la losa se exhibe en el Museo del Louvre.34 Estos motivos no parecen estar ligados
a ninguna función simbólica ni religiosa, sino que serían meramente ornamentales. 3
Para explicar la ubicuidad de estos diseños, se ha argumentado que los círculos entrelazados
son un punto de partida razonable para lograr una variedad de motivos geométricos repetitivos
que pueden convertirse fácilmente en flores o en hexágonos.4
En Italia[editar]
En Italia, un diseño similar a la «Flor de la Vida», pero mucho más simple, fue utilizado como
motivo decorativo desde la antigüedad etrusca.12 Consta de una sola «flor» cuyos pétalos son
seis mandorlas, inscrita en un círculo. Se le ha llamado sole delle Alpi, rosa celtica, fiore a sei
petali, rosa dei pastori y rosa carolingia, y se le considera un emblema de ficticia zona
de Padania.13 Hacia 2009, la decisión del partido político Liga Norte de registrar este símbolo
como logotipo propio creó una controversia a su alrededor.1415

En la tradición eslava[editar]
Muy semejante al sole delle Alpi es un antiguo símbolo eslavo que estuvo asociado al trueno.
Suele llamársele simplemente «roseta».16

En España[editar]
En España, el mismo diseño que en Italia es conocido como Flor Hexapétala o Roseta
hexapétala. Las más antiguas se encuentran en estelas celtíberas y parecen simbolizar el sol y
la buena suerte. Los romanos lo asimilaron y lo propagaron por todo el imperio por lo que se
pueden encontrar en mosaicos romanos y otras construcciones a modo decorativo. Siglos más
tarde reaparecen con profusión en iglesias románicas, edificios importantes y todo tipo de
artículos de piedra y madera. Tomó importancia como símbolo protector y hay abuntantes
ejemplos de ellas en toda la península ibérica en muebles, tejidos y edificios de los siglos XV a
XVII.

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