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Módulo 3

Prácticas
documentológicas
5. Tintas y soportes
Dentro del objeto material de la Documentología, se presenta una amplia
variedad de documentos conformados por un soporte y signos gráficos
estampados con un elemento tintóreo (aunque existen excepciones, como los
escritos sin tinta que se graban en las hojas).

Generalmente, el soporte es papel; aunque se verá que en algunos casos se


tiene que lidiar con otros tipos de soportes, como el polímero o las paredes. Los
elementos tintóreos son de los más diversos: tintas antiguas que se emplean en
plumas, tintas de bolígrafo, de gel y las más modernas, que se imprimen con
sistemas de impresión digitales, como el tóner o las impresoras de inyección de
tinta.

En esta unidad, se hará un repaso de las características principales de estos


componentes (principalmente, de aquellos vinculados con la escritura manual)
y se verán las metodologías empleadas para su datación.

5.1. Soporte papel. Componentes


principales. Procesos de producción

El papel puede ser definido como una lámina fina de fibras entrelazadas, cuyo
principal componente es la celulosa. Existe una gran variedad de papeles
relacionada a la gran variedad de prestaciones que posee este producto (desde
la escritura de oficina, hasta el embalaje industrial) y cada clase de papel
requiere de distintos procedimientos e insumos para su confección. Para ello se
consideran qué máquinas e insumos.
En el examen documentológico, no se indagan las cualidades de un papel para
determinar sus condiciones de imprimibilidad; sino, por ejemplo, para
identificar el tipo de soporte cuestionado y rastrear sus eventuales
alteraciones. Por otra parte, en el campo pericial, se trata de evitar las pruebas
destructivas que son de rutina en los laboratorios papeleros. Así y todo, es
importante destacar que la Documentología no cuenta con un amplio cuerpo
de estudios vinculados con la identificación y datación de papeles; sino todo lo
contrario: en relación a los estudios sobre tintas, los practicados sobre papeles
son muy escasos.

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Componentes principales

De manera sencilla, se puede afirmar que el papel está conformado por una
mezcla de fibras, cargas y aditivos.

Si bien en la Argentina las fibras de celulosa de la caña de azúcar es un insumo


que se emplea en muchos productos papeleros, las fibras de celulosa de
madera son las más empleadas. Si la idea es producir papeles con otras
características y prestaciones (de menor o mayor calidad) se emplearán otras
fibras celulósicas. Las fibras se pueden obtener de plantas y árboles como el
algodón, lino, cáñamo, yute, pino, álamo, abedul, el castaño, eucalipto, haya,
entre otros. Por ejemplo, las fibras de lino y algodón son finas, resistentes, muy
flexibles y es por ello que se las emplea para papel resistente, flexible y
resiliente como es el papel moneda. Las fibras de celulosa obtenidas de la
madera vienen contaminadas por sustancias incrustantes como resinas,
materias colorantes, ácido tánico y, principalmente con lignina (que es el
material que produce el tono amarillo de las hojas de papel).
Las cargas se incorporan para optimizar la opacidad (menor transparencia),
blancura e imprimibilidad. Como cargas se emplean elementos minerales como
talco, calcio, dióxido de titanio y caolín, los que quedan retenidos entre las
fibras. Si bien es un producto que embellece al papel, hay que considerar que
las cargas inciden sobre el peso específico y por lo tanto deberá evaluarse su
incorporación de acuerdo a las prestaciones que vaya a tener ese papel.

Para conseguir otras cualidades, a las fibras y cargas se suman los aditivos,
como son encolantes, colorantes y blanqueadores ópticos:

 Encolantes. El encolado se emplea para impermeabilizar el papel. Si se


efectúa en toda la masa del papel brinda mayor resistencia a la
humedad, mientras que el superficial optimiza el realce de la impresión.

 Colorantes. Brindan el color y también pueden aplicarse en la masa o en


la superficie del papel.

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Figura 1: A la izquierda, papel pigmentado en la superficie; a la derecha,
pigmentado en masa

Fuente: Braz, M., s.f., recuperado de http://goo.gl/X4Roop.

 Blanqueadores ópticos. Se aplican para homogeneizar el color de la


pasta y para realzar la blancura de las fibras del papel.

Uno de los diversos criterios que se tienen en cuenta en la clasificación de


papeles, es el de su destinación específica: papeles para escribir, para envolver,
para filtrar, para imprenta, para copias, etcétera.

La Cámara de Papel y Afines realiza la siguiente clasificación:

 Papel biblia: elaborado a partir de celulosa de materias


textiles (trapos). Es un papel muy liviano (solo 18 gr/m2) pero
opaco y especialmente indicado para impresiones de alta
calidad.

 Papel base carbónico: de pasta de sulfito. Liviano (de 10 a 20


gr/m2) y de fibras largas que los hacen particularmente
resistente.

 Papel tissue: es un papel muy absorbente. Se usa en la


fabricación de papel higiénico y servilletas: procede de una
mezcla de pasta mecánica (un 70%) y fibras largas que le dan
un mínimo de consistencias, pues se podría deshacer
fácilmente con el uso. Su gramaje oscila entre los 20 y los 30
gr/m2.

 Papel manifold: también se le conoce como papel avión. Es


especialmente adecuado para la correspondencia.
Transparente, liviano (25 gr/m2) y resistente. Constituido por
fibras largas y refinadas.

 Papel calco: un papel de 30 gr/m2, transparente y muy


resistente. Obtenido de pastas de sulfito.

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 Papel manteca: utilizado en el empaque de alimentos.
Transparente. De gramaje comprendido entre los 30 y los 40
gr/m2.

 Papel pergamino vegetal: de gramaje mayor que los


anteriores (40 a 50 gr/m2). Tratado con ácido sulfúrico.
Transparente y de un brillo muy peculiar.

 Papel periódico: obtenido de pasta mecánica en un 80% y de


fibras largas. Opaco y de muy buenas propiedades
higroscópicas. Encolado bajo. Las fibras largas le imprimen
resistencia a la tracción, necesaria para los procesos de
impresión en rotativas.

 Papel obra 1°: papel preparado con pastas de fibras cortas y


largas. Blanco, de buena opacidad, alisado y satinado.
Especialmente apto para los trabajos de impresión de libros,
revistas y similares, para la escritura a máquina y para
impresoras de PC. Su gramaje oscila entre 50 y 120 gr/m2. En
los gramajes más altos (por encima de los 70 gr/m2) se le
recomienda especialmente para las máquinas fotocopiadoras.

 Papel obra 2°: utilizado para la escritura, como el anterior,


pero de menos prestaciones. Su empleo es casi siempre como
papel borrador. No tiene la blancura, opacidad y satinado del
papel obra de primera descrito en el literal precedente. De
gramajes comprendidos entre los 50 y los 60 gr/m2.

 Papel rotograbado: muy blanco, opaco, alisado, o satinado,


uniforme, estable y resistente. De encolado bajo. Utilizado en
trabajos de impresión en rotativas. Obtenido a partir de una
mezcla de pastas: 75% mecánica y 25% al sulfito. Gramaje
comprendido entre los 60 y 120 gr/m2.

 Papel afiche: muy utilizado en trabajos publicitarios. De 50 a


100 gr/m2. fabricado con fibras largas, caolín y encolantes.

 Papel para volantes: un papel de 50 gr/m2, obtenido a partir


de pastas mecánicas, semiquímicas y recortes. De inferior
calidad al anterior. Utilizado en la elaboración de volantes y
documentos similares.

 Papel símil manila: de alto gramaje (80-200 gr/m2) y muy


resistente.

 Papel ilustración: de color blanco puro, azulado o en tonos.


Algunos tienen colores diferentes en sus dos superficies.

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Brillante y satinado. De 80 a 140 gr/m2. Es un papel obra de
primera, tratado con caolín y otros aditivos minerales que le
dan su típica apariencia. Se le emplea mucho en libros para
ilustraciones a color y en portadas de revistas de calidad. Es
de mejor calidad y de gramaje superior al símil ilustración que
a menudo lo sustituye por razones de coste.

 Papel kraft: un papel de fibras muy largas, bastante resistente


e ideal para la confección de bolsas y envolturas. De gramajes
comprendidos entre los 60 y los 120 gr/m2.

 Papel de embalaje: fabricado a partir de pastas semiquímicas


y recortes. De características y usos similares al kraft, aunque
menos resistente.

 Papel sulfito: de pastas al sulfito y fibras largas. Como el


anterior, se le emplea en envolturas y cubiertas. De 40 a 60
gr/m2.

 Papel para cigarrillos: obtenido de pastas químicas de cáñamo


y lino. Inodoro e insípido. No produce residuos tóxicos. De 24
gr/m2. (Cámara Argentina del Papel y Afines, s.f., recuperado
de http://goo.gl/9bz98o)

Procesos de producción

El papel se fabrica a partir de una pasta que se obtiene por procesos mecánicos
o químicos, siendo muy diferentes los resultados de uno y otro proceso. La
pasta mecánica se obtiene frotando la madera con agua, eliminándose la
lignina por ese medio. Aún así, no se la elimina de manera completa, por lo que
el resultado es un papel de menor calidad que el de pasta química (más
amarillo y quebradizo). El de pasta química es de mejor calidad ya que se
elimina una mayor cantidad de lignina mediante productos químicos.

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Figura 2: Tipos de pasta

Fuente: Cómo se diferencian, s.f., recuperado de http://goo.gl/jCinh3.

Para la obtención de pasta mecánica se puede recurrir a un sistema de muelas


que van astillando la madera, obteniéndose una pasta de baja calidad, gruesa y
con bajo índice de blancura.

Figura 3: Sistema de muelas

Fuente: Escuela de Ingenierías Industriales, s.f., recuperado de http://goo.gl/tEJ8wg.

Otro sistema mejorado que apareció son los discos desfibradores, los que ya no
trabajan con troncos enteros, sino que lo hacen directamente con astillas,
obteniéndose una pasta de mejor calidad que la anterior.

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Figura 4: Discos desfibradores

Fuente: CEVAGRAF, s.f., recuperado de http://goo.gl/oCJRDb.

Estas pastas mecánicas forman papeles tienden a amarillear con el paso del
tiempo (por ejemplo, el empleado en periódicos), tienen volumen específico
elevado y baja transparencia.

En cambio, con los procedimientos químicos se obtiene una pasta que permite
papeles con mayor blancura (menos lignina), que retrasan la aparición del
amarilleo y de menor volumen.

Una vez obtenida la pasta, se procede a la fabricación del papel que se sintetiza
en el siguiente gráfico:

Figura 5: Etapas de la fabricación del papel

Fuente: Dalmi S.R.L., s.f., recuperado de http://goo.gl/kXsv6g.

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5.2. Caracterización y datación de
papeles

En el análisis del papel, los estudios documentológicos se orientan a determinar


las siguientes cuestiones:

1) Identificar el papel con el que se conformó el documento dubitado.

2) Comparar dos papeles entre sí para evaluar si existen elementos


constitutivos afines o no.

3) Establecer si el papel es contemporáneo a la fecha consignada en el


texto.

Para resolver la primera pregunta, se necesitaría tener un cuerpo indubitado


con muestras de procedencia cierta y con información sobre los componentes
de cada uno de los ejemplares. Sin embargo, la conformación de una biblioteca
con este tipo de material es casi una utopía. En el mundo, hay muy pocos
laboratorios forenses que poseen muestras adecuadas y representativas de la
industria papelera de su zona.

Cuando se analiza un papel, hay que tener en cuenta que los insumos que se
emplean como cargas y aditivos van cambiando de acuerdo con la situación
económica de cada país, pues un país con una economía menos estable, por
ejemplo, buscará insumos más baratos y accesibles para hacer un papel con
una calidad según sus propios estándares papeleros. Estos cambios de insumos
y las fechas de cuándo sucedieron son de suma importancia para dar respuesta
a las tres preguntas antes planteadas.

Para contestar la segunda de ellas, metodológicamente se procede a comparar


los elementos aportados, teniendo en cuenta las siguientes cualidades:

 Estado general del documento. El examen metódico del escrito se


encamina a la identificación de sus características y a la localización de
eventuales huellas de su manipulación. De paso, facilita también el
control de la denominada cadena de custodia. El experto debe examinar
con sumo cuidado el estado del escrito en el momento de recibirlo, no
solo para evitar que se pierdan evidencias de naturaleza fugaz o
transitoria –como el olor, ciertas manchas y determinadas impresiones–
; sino también para dejar constancia escrita de ese estado. De este
modo, evita que se le imputen eventuales contaminaciones y deterioros
sufridos por la pieza antes de su llegada al laboratorio. Muchas veces,

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también se puede comprobar, a través del examen de los pliegues, si el
documento estuvo o no guardado en un determinado sobre, si se
conservó doblado en un bolsillo, etcétera. La descripción incluye, en sus
líneas generales, las figuras, imágenes y signos del documento, del
rayado o cuadriculado, de las líneas de marginación y otros impresos o
manuscritos. En esta fase, casi siempre resulta aconsejable la fotografía
o la reproducción escanográfica del documento.

 Dimensiones generales. En varias ocasiones, deben establecerse con


exactitud las dimensiones generales de la hoja: su longitud, su anchura y
su espesor; para ello, se emplean reglas o plantillas milimétricas
transparentes para las dos primeras y el esferómetro o el micrómetro
para la última. Conviene, igualmente, que el técnico se familiarice con
los nombres con los que los usuarios y comerciantes de cada lugar
asignan a las diferentes variedades y formatos.

Figura 6: Formatos y medidas

Fuente: Braz, s.f., recuperado de http://goo.gl/2uUtny.

 Examen de los bordes. El corte del papel se realiza en las fábricas con
guillotinas especiales, en gruesos fardos y en tamaños estandarizados. El
análisis del corte puede arrojar valiosas informaciones para la
identificación del tipo de papel y para poner de manifiesto algunas
manipulaciones. Las investigaciones se orientan a establecer las
características de esos cantos u orillos y son particularmente
importantes cuando las dimensiones generales del documento no son
convencionales; es decir, cuando no corresponden a estándares
conocidos. Se recomienda comparar con cuidado el color de la
superficie de la hoja con el de sus bordes. Las diferencias de tono

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pueden obedecer a decoloraciones o a contaminaciones fortuitas,
cuando no a manipulaciones intencionales.

 Coloración. Es esta una importante cualidad del papel, no siempre fácil


de apreciar. El color del papel depende, como es obvio, de su
naturaleza, de su apresto, de la cantidad y calidad de los pigmentos que
se le hayan adicionado y, en buena parte, de sus condiciones de
conservación y almacenamiento. La decoloración progresiva de la hoja
suele ser producida por la degradación de alguno o algunos de los
elementos químicos empleados en su fabricación o por factores
ambientales. La exposición a la luz da a las hojas una tonalidad
amarillenta, debida a la oxidación de las fibras vegetales. Este fenómeno
es más intenso en los papeles de pasta mecánica, por su mayor
contenido de materiales incrustantes. En la decoloración del papel hay
que tener en cuenta, asimismo, la influencia del calor, de la humedad
relativa y la eventual acción de gases contaminantes, como los clorados
y sulfurosos. El grado de blancura del papel es un aspecto al que se da
gran importancia en la práctica comercial y que determina su precio, en
buena parte.

 Opacidad. Se mide en función de los signos impresos que se alcanzan a


ver al dorso de la hoja o al trasluz. Varía en relación inversa con el
calibre o espesor de la hoja, la longitud de sus fibras –disminuye,
generalmente, con su extensión– y la de sus rellenos minerales (tenor
de la carga). El grado de opacidad del papel es un factor que se debe
tener muy en cuenta en su proceso de identificación; pero, sobre todo,
en la investigación de determinadas maniobras aditivas y sustractivas. Es
evidente que en las eliminaciones físicas, especialmente en la abrasión,
se remueve parte de la superficie del papel; con la consiguiente
disminución, así sea discreta, de su opacidad. Generalmente, se
constata con el simple examen diascópico o trasluscópico.

 Brillo superficial. Cualidad que se le imprime al papel de escribir en su


fase de terminación o acabado. Con iluminación incidente, se pueden
determinar las variaciones de brillo superficial causadas por
manipulaciones físicas o químicas; la acción de erradicadores húmedos
(solventes y reactivos diversos) que dilatan las fibras celulósicas; la
compresión con gomas comunes de borrar que producen peculiares
encorvamientos o abombamientos en la zona afectada; la frotación con
elementos ásperos, punzantes o cortantes que remueven la capa
superficial del papel y estropean su satinado; etcétera. Es fácil
comprender la íntima relación existente entre el brillo superficial y la
denominada lisura del papel, cualidad que reviste singular importancia
en los procesos de intaglio y tipografía. Las variaciones del brillo
superficial en una hoja de papel están determinadas, muchas veces, por

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maniobras de tipo mecánico o químico, que aumentan la rugosidad de
la superficie.

 Rigidez. Es una de las propiedades del papel más afectadas o


comprometidas por los mecanismos erradicadores, tanto físicos como
químicos. La rigidez es la resistencia del papel a ser ajado o doblado,
propiedad que depende en gran parte de la dirección de la fibra. Todo
pliego es siempre más rígido en el sentido longitudinal de las fibras de
su pasta y más flexible en la dirección transversal. Las manipulaciones
supresivas producen casi siempre pérdida del encolado superficial,
estiramiento de las fibras celulósicas o ambos efectos, fenómenos que
se traducen en una típica deformación de la hoja en la zona afectada. El
examen sistemático del documento con iluminación incidente es una de
las técnicas indicadas para su comprobación.

 Dirección de fibra. Durante el proceso de fabricación del papel, las fibras


celulósicas de la pasta, por ser más largas que anchas, tienden a
orientarse en forma paralela a la dirección de avance de la cinta en la
máquina continua. Consecuencias directas de esta alineación u
orientación son, entre otras, las siguientes características del papel:

o Resistencia a la tracción. Puede ser resistencia longitudinal o


transversal. La primera es la que se produce en una tira de papel
cortada en forma paralela a la dirección de sus fibras. La segunda,
la determinada en la tira cortada en el sentido opuesto a esa
dirección. Esta última equivale, generalmente, al 50 % de la
longitud de la ruptura longitudinal, lo que confirma que la
resistencia a la tracción es siempre mayor en el sentido de las
fibras del papel o de avance de la máquina.

o Elongación o alargamiento. Es el porcentaje de estiramiento


experimentado por una banda de papel en el momento de su
rotura. Expresa el aumento en la longitud de la tira relacionando
longitud final con longitud inicial. Esta cualidad disminuye en el
sentido o dirección de las fibras.

o Resistencia al desgarramiento. Mide la fuerza requerida para


romper una hoja de papel a la que previamente se le ha
practicado un corte perpendicular en sus bordes.

 Gramaje. Se expresa en gramos en relación al metro cuadrado (g/m2) y


se determina pesando en una balanza de precisión un cuadrado de 10 x
10 cm y multiplicando el valor obtenido por 100. El gramaje de los
papeles oscila entre 7,5 y 180 g/m2. Los gramajes entre 180 y 400 g/m2
corresponden a las cartulinas. Los superiores a 400 g/m2, a los cartones.

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 Higrosensibilidad. Característica que hace alusión a la tendencia del
papel a absorber o ceder humedad. Su importancia radica en las
medidas que deben adoptarse para protegerlo durante su
almacenamiento, transporte y, en casos muy particulares, durante el
mismo examen pericial. La falta de equilibrio entre el papel y el
ambiente donde es almacenado termina causando pliegues y
deformaciones que generan trastornos en el proceso de impresión,
especialmente cuando este es litográfico.

A estos estudios les siguen otros ya más específicos relacionados con las
características internas de la estructura del papel; estos son los que
comprenden el análisis de la pasta (fibra y carga) y la determinación de la clase
de encolado superficial o apresto.

 Análisis de la pasta. Implica el estudio de la pasta del papel, las fibras y


los materiales suplementarios (carga) empleados en su fabricación. El
encolado viene a formar parte de esta estructura, especialmente
cuando es en la masa.

o Identificación de la fibra. La fibra es el constituyente primario o


fundamental del papel. Los trapos de lino y algodón y los demás
productos vegetales que con frecuencia los sustituyen,
suministran un mismo ingrediente básico: la fibra de celulosa, que
suele encontrarse mezclada con otras materias orgánicas.

o Análisis de la fibra. Es relativamente frecuente en los procesos de


identificación del papel. El análisis al trasluz ayuda a investigar la
forma, dirección, trenzado y aspecto general de las fibras. La
determinación de estas características suele hacerse, casi siempre,
por procedimientos puramente físicos, como la fotografía con
iluminación transmitida. El examen microscópico constituye el
método ideal para el análisis de la fibra y, contrariamente a lo que
podría pensarse, no presupone necesariamente, como condición
para su práctica, la extracción de muestras significativas de la
pieza cuestionada.

o Análisis de la carga. Se denomina carga al conjunto de


ingredientes minerales que se agregan a la pasta para imprimirle
cualidades específicas (opacidad, blancura, suavidad al tacto, etc.)
y, a veces, para reducir el costo. Los aditivos en cuestión, como la
arcilla, el amianto, el talco, el yeso, el caolín y el carbonato de
calcio llenan los intersticios que resultan al aglomerarse las fibras
celulósicas.

o Análisis del encolado. Es el proceso de afirmación e


impermeabilidad de la pasta del papel. Se realiza agregando

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sustancias repelentes al agua y a las tintas directamente en la
masa, durante el proceso de fabricación del papel o en una etapa
posterior. Para el encolado, en la pasta se usa generalmente
colofonia en forma de jabón sódico. A veces, el papel ya
terminado se somete al encolado superficial o reencolado, a veces
como complemento o refuerzo del encolado en la pasta y otras
como único proceso de engomado. En los papeles destinados a la
escritura, especialmente en los de buena calidad, el encolado en la
pasta resulta casi siempre insuficiente. Para el reencolado; se
utilizan colas de origen animal, aplicadas sobre la tira de papel en
prensas encolantes o máquinas encoladoras. Frecuentemente, se
incorporan durante el proceso almidones, féculas y, para mejorar
la resistencia mecánica de la hoja, algunas resinas melamínicas,
maleicas o fenólicas. El encolado aumenta la impermeabilidad del
papel, pero produce importantes efectos secundarios: aumento
de la rigidez, del espesor, del gramaje, de la dureza de la superficie
y de su resistencia a la fricción con las plumas de escribir. Produce,
además, disminución de la blancura, de la opacidad y, por
supuesto, de la porosidad de la hoja. El encolado al almidón se
reconoce porque produce una mancha oscura (azul o azul violeta)
al contacto con la solución de yodo. El encolado a la resina o
colofonia genera un círculo transparente en contacto con una gota
de éter, o una mancha roja al aplicarle una de anhídrido acético. Si
se agregan dos gotas de anhídrido acético y una o dos gotas de
ácido sulfúrico a una solución alcohólica de papel encolado con
colofonia, la coloración obtenida será roja o violeta.

En cuanto a la datación del papel; sabemos que determinados factores, tales


como la humedad, la luz, las bacterias y los insectos; pueden modificar,
deteriorar o destruir el papel. Exceptuando la acción de los insectos y roedores,
la destrucción generalmente se origina por el excesivo aumento de la acidez,
como consecuencia de los otros factores enumerados.

Para resolver la datación de un papel, es decir, si es contemporáneo a la fecha


consignada en el texto o no, deberá tenerse en cuenta el momento de su
aparición en el mercado para definir un límite cronológico. De igual manera,
deberán considerarse las fechas de los insumos y las de su uso en la industria
papelera. Otros aspectos para tener en cuenta, son aquellos vinculados con las
formas de trabajar de la industria. Es por esto que deberán tenerse referencias
ciertas de los procedimientos que se emplean en la fabricación de la pasta y el
papel.

Uno de los casos contemporáneos más resonantes de falsificación de


documentos es el de los diarios de Adolf Hitler. Una de las pistas que tuvieron
en cuenta los investigadores para determinar que el documento era falso fue
que el papel tenía blanqueadores ópticos que recién se comercializaron años

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después de la muerte de Hitler. Para determinar la presencia de los
blanqueadores, solo se emplearon radiaciones UV: el papel de los diarios
desplegó el brillo característico de los papeles tratados con estas sustancias.

Por otro lado, no existe un signo específico para determinar la antigüedad del
papel. El exceso de acidez disuelve la celulosa y, así, acaba por destruirlo. No
obstante, no existe correlación entre el factor tiempo y el grado de acidez.
Además, se desconoce la intensidad de los factores modificadores y el lapso
durante el cual estuvo expuesto el papel a tales efectos. La coloración del
papel, por su parte, varía con el tiempo y depende de las condiciones de
conservación; en ello influyen las tintas y las cargas, que sufren oxidaciones y
alteraciones por acción del aire y la luz. Las tintas de imprenta también afectan
químicamente los colores de los papeles.

5.3. Otros soportes

Si bien el papel es el soporte que predomina en las evidencias


documentológicas, es posible que el técnico se encuentre con otros tipos. Por
ejemplo, resulta usual que determinados estudios de identificación de
manuscritos se tengan que realizar sobre pintadas o escritos realizados sobre
paredes de instituciones públicas y privadas; relacionadas principalmente con
hechos de amenazas, difamaciones y daños a la propiedad. En otros casos, se
analizan escritos en soportes, como mesas, chapas de autos, puertas y hasta el
cuerpo humano.

En el análisis de documentos de seguridad, es frecuente encontrarse con


material que no está conformado en papel; sino en diferentes plásticos, como
los billetes de polímero (presentes en Chile y Paraguay, p. ej.) y las tarjetas de
crédito y de identidad realizadas en PVC o PC. En estos casos, los estudios
generalmente se orientarán a determinar la falsedad del documento dubitado,
para lo que siempre será necesario realizar un cotejo con material indubitado
de origen cierto (proveniente de la institución emisora del documento). Para
determinar la autenticidad, se tendrán en cuenta las especificaciones técnicas
de cada material y las medidas de seguridad que se incluyan en el soporte
(algunas de ellas se describen en el apartado 7.4 de la unidad 7 de esta
materia).

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Figura 7: Estructura de una tarjeta de identidad confeccionada en
policarbonato

Fuente: Gianetto, 2014. Archivo propio, inédito.

5.4. Tintas de escritura manual.


Componentes principales

En la actualidad, los escritos se presentan diagramados, principalmente, a


través de plumas, lápices, lapiceras, marcadores y esferográficas o bolígrafos.

El lápiz es un instrumento constituido, generalmente, por una mina envuelta en


madera; aunque, hoy en día, el portaminas excluye al último elemento. La mina
es una barra de calibre predeterminado, mezcla de arcilla y grafito, a la que se
adiciona, a veces, un colorante, lo que le da tonos diferentes. Los primeros
antecedentes de este útil se ubican en el siglo XVI. Cuando se escribe con lápiz,
la punta se va erosionando por el rozamiento y el grafito se traslada al soporte;
si es papel, se ubica entre sus fibras, sin penetrar, como sí lo hace la tinta.
Cuando se lo observa con microscopio, el trazo de lápiz se luce con un brillo
plateado metálico (con luz oblicua).

Las plumas fuente son dispositivos terminados en puntas más o menos afiladas,
casi siempre divididas al medio. En nuestros días, las plumas metálicas son las
más empleadas y, entre ellas, las plumas comunes y las lapiceras fuentes. Las
fuentes están constituidas por aleaciones diversas, y actualmente se protegen
por metales muy duros (iridio) que permiten un uso indefinido. La
morfoestrucura del trazado es muy característica y permite distinguirlo
fácilmente de los producidos por otros medios toda vez que permite visualizar
signos propios; como el signo de Meyer, las rebabas y meniscos.

Las esferográficas o bolígrafos poseen un característico trazado que permite


avanzar en el proceso de distinción e identificación de útiles escriturales.
Existen en varios colores, de trazo punta fina y gruesa, con tinta pastosa o

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líquida. Consiste en un cuerpo con un depósito de tinta, ubicado en uno de los
extremos una bolilla o esfera rotatoria por donde se transfiere la tinta. Esta
esfera deja características que singularizan la producción de este tipo de útil
escritural: estrías, botones, defectos paragramáticos, surcos y blancos
microscópicos.

Figura 8: Vista de la bola del bolígrafo y su particular trazado

Fuente: Peralta, 2013, recuperado de http://goo.gl/I5AaD5.

Figura 9: Estrías longitudinales y esquirlas en trazo de bolígrafo de tinta grasa

Fuente: [Imagen intitulada sobre estrías longitudinales y esquirlas en trazo de bolígrafo], 2014,
recuperado de http://goo.gl/OtV8BT.

Las tintas de bolígrafos presentan una consistencia pastosa y están constituidas


por colorantes disueltos o suspendidos en un soporte que puede ser tipo
oleoso, debido a la presencia de alcoholes o resinas sintéticas. Como materia
colorante, se emplean ftalocianinas (tintas verdes), azul victoria o azul alcalino
(azul), eosina o rodamina (roja) y violeta crista o violeta de metilo (violeta). Más

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modernas son las tintas fluidas para bolígrafo, tintas a la anilina, con una
viscosidad adecuada para su uso en este tipo de elementos escritores.

Los rollerball aparecieron en el año 1966. Se los define como un instrumento


escritural de punta de bola (más pequeña que la de los bolígrafos) y tinta
acuosa. Los trazos son homogéneos, sin estrías ni acumulaciones; más
semejantes a los de punta de fibra que a los de los bolígrafos. Producen un
surco, pero de mucha menor profundidad que el de los bolígrafos, y, cuando
tienen defectos, son perigramáticos.

Figura 10: Características del trazado de rollerball

Fuente: Jamieson, Moenssens, 2009, p. 2662.

Los útiles de tinta de gel se pusieron en circulación en el año 1984 y también


son rollerball, pero las características de su tinta hacen que se los distinga por
su nombre. Tienen una conformación similar a la de los bolígrafos, aunque su
tinta se seca casi automáticamente al tomar contacto con el papel; por lo que
no se producen sangrados. Asimismo, es frecuente que aparezcan trazos sin
entintar. Dejan un leve surco en el trazado y, muchas veces, el sector central
del trazo queda sin tinta, lo que provoca que esta se acumule en los bordes del
mismo.

Figura 11: Trazado realizado con tinta gel

Fuente: [Imagen intitulada sobre trazado realizado con tinta gel], 2014, http://goo.gl/KCEDC1.

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Ezcurra Gondra (2014) nos explica que:

Las tintas de escritura manual están compuestas por un


colorante o mezcla de colorantes y un vehículo que contiene uno
o más disolventes y una o más resinas.

Los colorantes están divididos en tintes, compuestos


orgánicos solubles en el vehículo y usados tanto en las tintas
viscosas como en las fluidas, y en pigmentos, compuestos
inorgánicos dispersos en el vehículo y usados, en algunos casos,
en las tintas fluidas junto con los tintes.

El vehículo contiene:

 Un disolvente o mezcla de ellos que suelen ser disolventes


orgánicos de secado rápido o agua.

 Una o más resinas, que contribuyen a las propiedades


reológicas de las tintas, tales como la viscosidad y la
adherencia de la tinta en el papel, etcétera.

Las tintas, tanto las de escritura como las de impresión,


pueden contener, algunas veces, dependiendo de su uso, otros
compuestos aditivos, tales como las etiquetas o marcadores
químicos. Estos son compuestos organometálicos de tierras
raras y trazas de blanqueantes ópticos que los fabricantes
incluían en sus formulaciones para fechar las tintas.

Además, incluyen secantes, que suelen ser sales inorgánicas


que catalizan la oxidación de los aceites secantes; plastificantes,
que son disolventes de baja volatilidad que reducen la fragilidad
de la tinta; surfactantes, normalmente son jabones y
detergentes cuya función consiste en modificar la tensión
superficial de la tinta; y ceras, que pueden ser ceras
hidrocarbonadas o grasas como la vaselina que incrementan la
flexibilidad y reducen la fragilidad. (pp. 17-18).

18
Tabla 1: Componentes de las tintas y sus propiedades

Componentes de la Características Propiedades


tinta
Materia colorante Apariencia
Tintes Clasificado como ácido Color
básico, disolvente, etc.,
según sus características.
Soluble.

Consiste en partículas
Pigmentos multimoleculares. Color
Insoluble.
Vehículo Características de flujo y
sequedad
Aceites Linaza, soja, mineral, etc. Viscosidad
Disolventes Orgánicos, agua Secado
Resinas Naturales o sintéticas Endurecimiento
Otros aditivos
Secantes Catalizan la oxidación de Secantes
los aceites secantes.
Plastificantes Confieren a la tinta más Modificación de la
elasticidad. película
Surfactantes Modifican la tensión Capacidad humectante
superficial de la tinta.
Ceras Incrementan la flexibilidad Dureza – flexibilidad
de las tintas. Ceras
hidrocarbonadas, grasas
como la vaselina.
Marcadores químicos Quelatos de tierras raras. Etiquetado
Sustancias fluorescentes

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2010, p. 102.

Teniendo en cuenta que hoy en día los útiles que más se


emplean son los bolígrafos y los de tinta gel, mencionaremos
aparte la composición de estas tintas.

19
La mayoría de los estudios realizados en datación de tintas se
han llevado a cabo sobre tintas de bolígrafo. Las tintas de estos
instrumentos son viscosas e insolubles en agua. Siguiendo el
esquema general de composición de las tintas presentado con
anterioridad, las de bolígrafo están compuestas por tintes
disueltos en uno o varios disolventes y resinas. Además, pueden
contener otros compuestos aditivos que se le añaden con el fin
de modificar las propiedades reológicas de las tintas, tales como
modificadores de viscosidad, modificadores de elasticidad,
inhibidores de corrosión o lubricantes de la esfera de la punta.
Los tintes utilizados son colorantes solubles en el vehículo, entre
los más usados están los siguientes: azul victoria (VB), rodamina
B y 6G, las pararosanilinas del grupo del violeta de metilo (MV)
con cuatro, cinco o seis metilos (denominado con los acrónimos
CV, MV y TPR) y ftalocianinas de cobre (CPC), introducidas en la
industria de las tintas de bolígrafo en 1954.

Los disolventes usados, en un principio, para las tintas fueron


oleína, aceite de castor y aceite mineral. En los años cincuenta,
se introdujeron los glicoles como disolventes. Las resinas son
sustancias naturales o sintéticas de alto peso molecular, solubles
en los disolventes orgánicos utilizados en las tintas e insolubles
en agua. El empleo de las resinas se debe a diversos factores. Por
un lado, son necesarias para ajustar el grado de viscosidad, ya
que aumentan el grosor de la película y, por otro, para mejorar
la calidad de la fluidez de la tinta sobre el papel. Además, tienen
la propiedad de adherir la tinta al papel, dada su capacidad de
secado. (Ezcurra Gondra, 2014, p. 22)

En 1984 aparecen en el mercado los instrumentos de escritura con tinta gel,


con una tinta muy característica, cuya constitución incide en las características
inscriptorias de estos útiles. Además, la fórmula de estas tintas muestra
diferencias sustanciales con las tintas clásicas de bolígrafo: por un lado, las
tintas gel tienen una base acuosa en al que no se emplea fenoxietanol (PE)
como disolvente y para brindar color suelen emplearse pigmentos solos o en
combinación con colorantes.

20
5.5. Caracterización y datación de tintas
de escritura manual

Si el requerimiento es identificar una tinta, será necesario contar con una


biblioteca de muestras de origen cierto para poder realizar el trabajo. Si la
pericia se reduce a comparar asentamientos gráficos y esclarecer si guardan
correspondencia entre sí, los exámenes que se realizan son los siguientes:

 Exámenes no destructivos

o Establecer el tipo de tinta. Las características del trazado y los


defectos nos indicarán qué tipo de tinta intervino en el trazo. Con
un mínimo de aumento será posible llevar adelante el estudio.

o Establecer el color de la tinta. El color es la reflectancia de la tinta


en la región visible del espectro electromagnético. Para evitar
subjetividades en este punto, se puede recurrir a
espectrofotómetros.

o Evaluar la fluorescencia UV de las tintas.

o Evaluar la reflectancia de la tinta en la región del infrarrojo


cercano; recurriendo a la técnica fotográfica de reflexión IR, por
ejemplo.

o Evaluar la luminiscencia de la tinta en la región del infrarrojo


cercano iluminándola con luz visible, recurriendo a la técnica
fotográfica de luminiscencia IR.

 Exámenes semidestructivos. Esta parte requiere muestrear la tinta del


papel que compone el documento, lo que causará una pequeña
destrucción. Consiste en extraer una muestra y separar los colorantes
de las tintas por cromatografía de capa fina. Hay otras técnicas de
separación (como las cromatografías líquidas y gaseosas) que permiten
discernir componentes coloreados y no coloreados de la tinta, lo que
facilita un grado mayor de discriminación.

Para la datación de las tintas, como en el estudio de papeles, las fechas


relacionadas a los insumos y a la introducción de la tinta en el mercado juegan
un rol fundamental; ya que si una de esas tintas forma parte de un documento
de fecha anterior a su salida al mercado, estaríamos frente a un anacronismo,
indicio de su falsedad.

21
Tabla 2: Fechas importantes para la datación de manuscritos

Año Introducción en el mercado


1945 Bolígrafo
1950 Glicoles como disolventes de las tintas
1955 Ftalocianinas de cobre como tintes
1963 Útiles de punta de fieltro
1967 Útiles de rollerball
1970 Marcadores rotuladores
1979 Tintas borrables
1984 Útiles de tinta gel en Japón
1990 Útiles de tinta gel en EE. UU.

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2010, p. 262.

El problema de la datación se vuelve más complejo cuando el requerimiento


estriba en determinar si una determinada tinta fue asentada en la fecha
consignada en el documento. Por supuesto, no se podrá dar una respuesta con
esa precisión; pero sí es posible evaluar determinados fenómenos que aportan
datos decisivos para la datación. Por ejemplo, la evolución cronológica de sus
distintos componentes (colorantes, disolventes y resinas) permitirá evaluar su
grado de envejecimiento y, por lo tanto, el tiempo que lleva depositada sobre
el papel.

La evaluación de la edad de una tinta de bolígrafo sobre papel se conseguiría si


pudiera realizarse un seguimiento en el tiempo del comportamiento de cada
uno de sus componentes; ya sean colorantes, disolventes o resinas. Ezcurra
Gondra menciona tres líneas de investigación que se han desarrollado con el
propósito de dar respuesta a requerimientos judiciales. En ellas se tienen en
cuenta los siguientes fenómenos de envejecimiento:

 Polimerización y endurecimiento de las resinas con el tiempo.


Se asume que:

o Cuanto mayor sea el grado de secado de la tinta y


de endurecimiento de las resinas, mayor dificultad
se observará en la extracción de los componentes.

o Los componentes de las tintas disminuyen su


solubilidad en los compuestos orgánicos cuando la
tinta envejece.

22
o La decoloración de los tintes es, también, un factor
del envejecimiento de las tintas.

Las técnicas que se emplean son: desorción/ionización láser


asistida por matriz (MALDI) o ionización por electrospray-
espectrometría de masas (ESI-MS).

 Pérdida de los disolventes con el tiempo. El proceso de


evaporización empieza tan pronto como la tinta es depositada
en el papel. Sin embargo, como los colorantes se ven
atrapados por el endurecimiento de las resinas, la cantidad de
disolventes que se pueda extraer dependerá de lo que ya se
haya volatilizado y del grado de polimerización de las resinas.
Se necesita saber la fórmula de la tinta y las condiciones de
almacenamiento (las cuales deben ser similares a la de la tinta
patrón). Por ejemplo, el fenoxietanol se volatiliza a gran
velocidad en los primeros 6-8 meses y se estabiliza a los dos
años.

 Degradación de los tintes. Una pequeña exposición a la luz


hace que las propiedades ópticas (color, luminiscencia
infrarroja) y químicas de las tintas varíen. Existen estudios
microespectrométricos que evalúan la velocidad del cambio
de color de la tinta. Los mayores cambios tienen lugar en las
capas superficiales del trazo de tinta (al contacto con el
ambiente).

El proceso de envejecimiento que sufre una tinta tras ser


depositada en el papel está relacionado con el propio proceso de
envejecimiento del papel. Se hace difícil establecer
compartimentos estancos en la clasificación: las resinas
polimerizan al retener cantidades de compuestos volátiles en su
secado e tras la interacción con el papel, y los tintes
interaccionan con las resinas formando uniones entre ellos.
(Ezcurra Gondra, 2014, p. 23)

Con respecto a las tintas gel, son escasas las investigaciones que se han
realizado; pero, seguramente, avanzarán con el paso de los años. Estos estudios
apuntaron a seguir la evolución de los tintes en las tintas de color azul y sus
productos de foto-degradación tras los procesos de envejecimiento. También,
se abocaron a la pérdida de sus disolventes con el tiempo y al estudio de la
degradación de los tintes en vez de los pigmentos, para obtener una
información más útil a la hora de valorar la edad de una tinta.

23
Para cerrar la unidad, diremos que los trabajos basados en la pérdida de los
componentes volátiles de una tinta tras estamparla en el papel son los que
prevalecen hoy, aún con sus limitaciones. Algunas de las conclusiones a las que
se arribaron son:

 Los componentes volátiles se estabilizan después de dos años de


haberse depositado la tinta en el papel, lo que supone un límite máximo
en la datación.

 Las condiciones de almacenaje de las tintas, sobre todo cuando el


ambiente es caluroso, hacen factible un envejecimiento artificial que
puede alterar los resultados esperados.

 Las diferentes cinéticas de evaporación de los disolventes de distintas


formulaciones pueden, igualmente, conducir a error.

¿Cómo se hace el papel?


https://www.youtube.com/watch?v=xOPK_kMIysI
¿Cómo se fabrican los bolígrafos?
https://www.youtube.com/watch?v=SwAGVHHTkl0

24
6. Máquinas de escribir,
impresoras de
computación y sellos

6.1. Máquinas de escribir. Proceso de


identificación

Otros de los objetos materiales que aborda la Documentología son los escritos
mecanográficos realizados a través de máquinas de escribir.

Las máquinas de escribir son aquellas máquinas destinadas a la producción de


textos dactilografiados. Se distinguen por sus marcas, modelos, hechuras y el
tamaño de los dactilotipos. Las características más comunes de las actuales
máquinas de escribir son las siguientes: teclado doble, de mayúsculas y
minúsculas; guarismos y signos montados sobre teclas; rodillo en el que se
asienta el papel a ser dactilografiado; cinta que sirve para la impresión y
sistemas de espaciamiento y de colocación; además de otros mecanismos. Para
obtener un escrito, se golpea una tecla que, por medio de una palanca, acciona
una barra en cuya extremidad se encuentra la matriz (fuente, tipo o
dactilotipo). Esta choca sobre una cinta que corre encima de una hoja de papel.
Automáticamente, se produce un desplazamiento lateral en espacios
mecánicos, permitiendo el accionar de la tecla siguiente o del espacio lateral.
Los caracteres se van agrupando lado a lado, con las divisiones de las palabras,
hasta el final de la línea. Allí, entonces, de acuerdo con el espacio regulado, se
vuelve al principio del papel y se da inicio a la línea siguiente.

Conviene entonces remarcar, para no olvidar, que las impresiones de los


dactilotipos, en la mayor parte de las máquinas, quedan alineadas en dos
sentidos: el vertical y el horizontal.

Existen diferentes tipos de máquinas de escribir. Según sus mecanismos de


funcionamiento, se pueden clasificar en: convencionales, de paso proporcional,
a esfera y electrónicas (a disco).

25
6.1.1. Paso mecánico
Antes de avanzar en el estudio, es muy importante definir el paso mecánico de
las máquinas de escribir. El paso mecánico, también llamado escape, es el
movimiento que se sucede en todo el mecanismo interno de una máquina de
escribir cuando se presiona una tecla de movimiento simple y se produce el
desplazamiento del carro hacia la izquierda, para que de esa manera puedan
imprimirse las letras siguientes. Las teclas de movimiento simple son aquellas
que al ser presionadas producen el movimiento del carro (letras, números,
barra espaciadora); exceptuándose los acentos, diéresis, y toda otra tecla que
no produzca ese desplazamiento. Cabe aclara que en algunas máquinas no se
desplaza el carro sino el módulo impresor, como veremos en las electrónicas,
por ejemplo.

6.1.2. Máquinas de escribir convencionales


Las máquinas de escribir convencionales se caracterizan por tener una canasta
de tipos donde se encuentran dispuestas las barras portatipos (con los
correspondientes signos gráficos) y porque el carro se desplaza.

Figura 12: La máquina de escribir y sus partes

Fuente: Luján, 2012, recuperado de http://goo.gl/xRou7Y.

26
En las máquinas convencionales se presentan máquinas con pasos constantes y
otras con paso proporcional (estas últimas se explican más adelante). En las
máquinas de paso mecánico constante el carro siempre se desplaza hacia la
izquierda un mismo espacio, independientemente del ancho de la letra
tecleada. Es decir, el carro se desplaza el mismo espacio; ya sea que se pulse
una letra “i”, una “M”, un punto o se presione la barra espaciadora. Algunos
pasos mecánicos de las máquinas son: 2 mm, 2,10 mm, 2,12 mm, 2,17 mm,
2,20 mm, 2,23 mm, 2,50 mm, 2,54 mm, 2,60 mm y 2,82 mm. Para determinar el
paso mecánico constante, pueden seguirse los siguientes pasos:

1) Sobre la máquina: se mide la distancia que se desplaza el carro una


vez presionada una tecla de movimiento simple. También se puede recurrir a la
lectura de las escalas situadas en el carro que explicitan la cantidad de espacios
o signos que se pueden estampar en un renglón (90, 12, 180 espacios por
ejemplo).
2) Sobre un texto. Se evalúa la distancia que separa a dos letras iguales
ubicadas en un mismo renglón del escrito. Se recomienda que una de las letras
se ubique en el margen izquierdo del renglón, y la otra en el derecho, para así
minimizar al máximo las posibles distorsiones que tenga la máquina. La
distancia se divide por la cantidad de letras, números, signos y espacios que
existan entre esas dos letras (al efectuar dicha suma, se cuenta solo una de las
letras iguales). El resultado es el paso mecánico de la máquina empleada en el
escrito.
Con el objeto de facilitar la compresión, se dará un ejemplo con la
siguiente oración:

"la identificación correcta de los individuos ha sido siempre..."

Entre las letras “i” hay una distancia de 129,54 mm (si fuera un texto
mecanográfico). Entre ambas letras, hay 52 espacios; pero se descuenta la
última letra, dando 51 espacios:

129,54: 51= 2,54 mm de paso mecánico

Se recomienda, para evitar errores, repetir esta operación 5 o 6 veces sobre el


texto estudiado para luego obtener un promedio.

6.1.3. Determinación de la marca de la máquina autora


de un escrito
En esta etapa se explica el procedimiento para identificar la marca y modelo de
la máquina participante en un texto cuestionado. Esta información es de suma
importancia cuando se tiene un escrito cuestionado y varias máquinas

27
sospechadas de su participación, ya que a través del análisis del texto y la
evaluación de determinados elementos se puede inferir que marca y modelo de
máquina participó y de esa manera descartar la participación de máquinas de
otras marcas o modelos.

Para ello se analizan el paso mecánico y el diseño de determinadas letras y


todos los números, tanto en el texto cuestionado como en las máquinas
sospechadas. Debe considerarse que los diseños de los números, letras y signos
varían según la marca de la máquina. Así, para la conformación de la “clave
individual mecanográfica”, que servirá para clasificar por marca y modelo, se
considerarán los siguientes elementos: el paso mecánico, los diseños de todos
los números (0 al 9) y de ciertas letras que presentan una mayor cantidad de
características diferenciadoras ("M", la "a", la "f", la "g" y la "t").

6.1.4. Identificación de la máquina de escribir


La identificación de escritos mecanográficos con las máquinas de escribir se
realiza teniendo en cuenta elementos que definen la “personalidad” de la
máquina y permiten diferenciarla de las demás, inclusive las de la misma marca
y modelo. Las características que se analizan para establecer la personalidad de
la máquina son:

1) características de diseño: paso mecánico y diseño de los caracteres.

2) características de origen: la intervención humana en el montaje de los


distintos componentes de las máquinas implica una variabilidad desde el
origen, ya sea por la colocación de las barras portatipos, como por la alineación
de los mismos. Aún sin haber sido usada, la máquina ya tiene elementos
constitutivos que la diferencian de las otras.

3) características adquiridas: con el uso, o mal uso, se incorporan defectos


que terminan por individualizar la producción de la máquina. Se los clasifica
como defectos de los tipos, defectos de interlineados y moción.

3.1. Defectos de los tipos: se subdividen en:

a) alteraciones del trazo.


b) desigualdades de impresión.
c) desigualdades de alineaciones.

a) Alteraciones del trazo: con el uso, o mal uso, los tipos introducen
modificaciones en su estructura que terminan impactando en el diseño que se
estampa. Nos referimos a aplastamientos, abolladuras, fisuras en el tipo que
terminan provocando deformaciones y alteraciones en el diseño estampado del
carácter. Estas alteraciones se producen a raíz del uso de la máquina, ya sea por

28
el choque entre los tipos, o por el impacto en broches u otros objetos duros. Es
infrecuente que sean un defecto de fabricación. El examinador puede constatar
el defecto tanto en el estampado como directamente sobre el tipo en la
máquina. Si es así, se sugiere realizar tomas fotográficas que den cuenta del
defecto tanto en el estampado como en el tipo.

b) Desigualdades de impresión: las barras portatipos suelen inclinarse y de esa


manera el tipo no impacta frontalmente sobre el papel. De esa manera, el
caracter queda estampado de manera incompleta.

c) Desigualdades de alineaciones: este tipo de defecto se manifiesta cuando la


letra, número o signo presenta un desplazamiento vertical u horizontal
respecto a la ubicación que debería tener.

3.2 Defectos de interlineado: las máquinas de escribir vienen con distintas


opciones de interlineado. Cuando los engranajes y mecanismos se van
desgastando, es posible que incorporen una leve modificación en el
interlineado respecto al valor asignado en la fábrica.

3.3 Moción: es la distancia existente entre el pie de la mayúscula y el de su


minúscula. Es un defecto que muy rara vez se analiza.

Los elementos mencionados precedentemente indican todas las características


que otorgan a una máquina de escribir una personalidad inequívoca. Gracias a
ello, al confeccionar un texto, cada una estampa su “firma mecanográfica”;
mediante la cual será factible lograr su identificación.

En el procedimiento de identificación, si la requisitoria pericial consiste en


establecer si dos o más textos fueron confeccionados por la misma máquina, el
estudio se realizará directamente sobre dichas piezas. Si se desea averiguar si
un texto mecanografiado fue efectuado con alguna máquina sospechada, se
necesita obtener de ésta el respectivo cuerpo de escritura.

Así, el cuerpo de escritura sería el material indubitado y el documento en


cuestión el dubitado. Es indispensable que en el cuerpo de escritura se
reproduzca en forma íntegra el texto dubitado, sugiriéndose además la
repetición numerosa de las letras o signos que presenten defectos de
relevancia identificatoria, por lo que previo al cuerpo de escritura deberá
realizarse un estudio minucioso del texto dubitado. En primer término se
cotejarán las características de diseño, para evaluar si el texto cuestionado
pertenece a una máquina del mismo modelo y marca que la indubitada. Si se
observaran discrepancias, se descarta la participación de la máquina
sospechada en el texto dubitado. Por el contrario, si se observaran afinidades
en el paso mecánico y en el diseño de los caracteres se deberá avanzar en el
análisis de las características de origen y adquiridas. Si en el análisis de estas
características surgieran diferencias, se expondrá la disprocedencia autoral;

29
pero si comparten afinidades de relevancia cuali-cuantitativa se afirmará la
participación de la máquina indubitada en el texto cuestionado.

6.1.5. Determinación de tiempos de ejecución


La determinación de tiempos de ejecución hace referencia al análisis que se
practica sobre un texto mecanográfico para establecer si fue confeccionado en
uno o más tiempos; en otras palabras, si a un texto primigenio le fue agregado
otro tramo.

Al respecto, hay que tener en cuenta que se considera que un escrito


mecanográfico se ha realizado en un solo tiempo de ejecución si fue
confeccionado en su totalidad sin retirar el papel de la máquina o sin haber
liberado la palanca sujeta papel; sin que importe cuanto tiempo cronológico
haya pasado. Por lo tanto, si se sacó el papel de la máquina o se liberó esa
palanca, aunque el texto se continúe en forma inmediata, habrá más de un
tiempo de ejecución. La determinación de esta circunstancia se torna
importante para establecer si se han producido agregados en un documento.

Las máquinas de escribir convencionales de paso mecánico constante se


caracterizan por producir textos con renglones paralelos entre sí y con letras
iguales, ubicadas en distintos renglones, alineadas sobre una misma vertical. Es
decir, si el texto fue diagramado en un solo tiempo de ejecución se conservarán
la horizontalidad y la verticalidad de esos escritos. Si hubiera distintos tiempos,
el añadido romperá con esa hegemonía, delatando los diferentes tiempos de
ejecución. Por supuesto, no se consideran como indicadores de distintos
tiempos de ejecución las desalineaciones que sean propias de la máquina de
escribir.

Teniendo en cuenta estas características, para el estudio de tiempos de


ejecución, deben cumplimentarse los siguientes pasos metodológicos sobre
todo el texto sujeto a análisis:

1) Evaluación del paso mecánico. De demostrarse la participación de


diversos pasos mecánicos, se comprueba la participación de distintas
máquinas y, por lo tanto, de distintos tiempos de ejecución.
2) Análisis del diseño de los tipos. Se evalúa el diseño de los caracteres con
el mismo propósito que se analiza el paso mecánico.
3) Verificación de los principios de horizontalidad y verticalidad. Para
arribar a una conclusión en estos casos, anteriormente se contaba con
elementos de dibujo lineal (juegos de escuadras, regla “T”, tiralíneas).
En nuestros días, en cambio, existen las plantillas para estudios
mecanográficos (ya sea la del Tecnipol o ASQDE), que facilitan el estudio
de la verticalidad y horizontalidad de los escritos. Lo que se busca es

30
encontrar desalineaciones verticales u horizontales que rompan el
principio de verticalidad que se produce en la alineación de los
caracteres y el paralelismo de los renglones.

6.1.6. Identificación del dactilógrafo


Sin duda es uno de los problemas de más difícil solución dentro
del terreno documentológico. Esa dificultad se basa en la escasa
envergadura técnica de los elementos de juicio que hacen
posible tal identificación. En efecto, los elementos de juicio que
normalmente se toman para establecerlo son: 1) el presionado
de las teclas o fuerza que se imprime a cada una para lograr la
impresión del tipo en el soporte; 2) la diagramación del escrito;
3) la puntuación; 4) la ortografía; 5) la defectuosa utilización de
la tecla de trasposición (letras mayúsculas), y 6) la inversión en el
estampado de las letras. (Guzmán, 2000, pp. 205-206).

El técnico deberá ser sumamente cauteloso tanto en la elección de la calidad


intrínseca de las características analizadas como en realizar una valoración
justa, ya que ella formará parte del juicio final sobre el tema. Así y todo, para
realizar un estudio de identificación de autor, se aconseja realizar un abordaje
interdisciplinario con un experto en semiótica.

6.1.7. Máquinas de escribir de paso proporcional


En la década de 1940, la Corporación Internacional de Máquinas Comerciales
sacó al mercado un nuevo estilo de máquina de escribir: la de espacios
proporcionales, que funciona eléctricamente. Estas máquinas tienen, como las
anteriores, carro desplazable y canasta de tipos, pero se diferencian en que al
pulsarse teclas de movimiento simple el carro no se desplaza el mismo espacio
constante, sino que lo hace de manera proporcional al ancho de la letra
pulsada. Es decir, las letras “M” no ocupan el mismo espacio que una “i” o un
“.”. Es así que el carro se desplazará una distancia mínima cuando se escriban
signos como los puntos, comas, letras "i", "t" y "l", se desplazará más espacio
cuando sean letras de ancho medio como las “n”, “s”, “d”, "a", "o" y "e", entre
otras, y el desplazamiento será aún mayor en letras como las "m" y "w".

Si cada carácter requiere su propio espacio; el paso o escape ya no puede ser


constante o mecánico, en tanto debe adaptarse a los cuerpos de los diferentes
caracteres. Este tipo de máquinas requiere de un paso distinto, denominado
“paso proporcional”, que puede ser definido de la siguiente manera: es el
espacio proporcional en que se desplaza el carro de la máquina cada vez que se
acciona una tecla que produce el movimiento simple. Como la máquina no
puede entender por sí misma la cantidad de espacio que debe desplazarse

31
según el carácter tipeado; se ha debido recurrir a una unidad de medida que,
utilizada repetidamente las veces necesarias para cada carácter, permita el
desplazamiento correcto. Esta medida, considerada como el menor espacio que
recorre el carro, se denomina unidad básica.

De esta forma, la disposición del texto se asemeja a la de los caracteres


impresos, es decir, de tipo imprenta. Al contar con el espacio necesario acorde
a su tamaño, los caracteres poseen más metal y son más sólidos, su morfología
puede ser diseñada más cuidadosamente, las líneas pueden ser más gruesas y
los bordes no tan rectos –lo que produce el efecto de sombreado–, los
caracteres no quedan ni demasiado juntos ni demasiado separados, etcétera;
produciendo mejoras en las impresiones y logrando, en algunos casos,
resultados muy similares a los producidos por los tipos de imprenta.

6.1.8. Máquinas de escribir a esfera


Estas máquinas se diferencian de las anteriores en que no se desplaza el carro y
no tienen canasta de tipos, sino que el módulo impresor está compuesto por
una esfera truncada donde se hallan moldeadas las letras, signos y números.
Esta esfera, para realizar su trabajo se desplaza de izquierda a derecha a lo
largo del papel y los pasos mecánicos pueden ser constantes o proporcionales
(depende del modelo y marca).

Figura 13: Partes constitutivas de las máquinas a esfera

Fuente: Alegretti, 2007, p 260.

6.1.9. Máquinas electrónicas


En estas máquinas el carro es fijo y el módulo impresor está conformado por un
disco, denominado “margarita”, conformado por cien barras angostas en cuyos

32
extremos se disponen los caracteres. Estos discos son de plástico y son
intercambiables. Las máquinas son de paso mecánico constante y proporcional.

Figura 14: Partes de una máquina de escribir electrónica

Fuente: Alegretti, 2007, p. 261

Para la realización de las distintas clases de pericias, rigen las mismas


consideraciones que para las máquinas de escribir antes mencionadas. En la
identificación de las máquinas, también hay que distinguir entre las
características propias de la máquina y de la margarita.

6.2. Impresoras de matriz de punto,


inyección de tinta y láser. Cómo
distinguir las impresiones.

Las impresoras de computación entraron en la vida diaria de las personas hace


muy poco tiempo, si consideramos la larga historia de la escritura. Estos
dispositivos modernos ya no son tan inaccesibles como cuando hicieron su
aparición y, cada día que pasa, es más frecuente ver documentos cuestionados

33
con este tipo de impresión que son objeto de estudio. En este apartado,
solamente veremos tres tipos de impresoras: matriz de punto, inyección de
tinta y láser. Evaluaremos su funcionamiento, como así también los elementos
que permiten su identificación.

Clasificación de las impresoras

Para su estudio, es posible dividirlas en función de distintas características:

Tabla 3: Clasificación

En función de: Clasificación


De impacto
Tecnología de impresión
Sin impacto
Formación de caracteres Caracteres completos
De agujas
Método de impresión Carácter
Línea
Página

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 37.

 Según la tecnología de impresión:

o De impacto. Son aquellas que se sirven del golpe de una pieza


móvil sobre una cinta entintada para transferir una imagen o parte
de ella al soporte. Entre ellas, se encuentran las máquinas de
escribir computarizadas y las de agujas (las conocidas como
impresoras de matriz de punto).

o Sin impacto. Aquí se engloban todos aquellos sistemas de


impresión que no requieren de percusión sobre el papel para crear
los caracteres. En su lugar; se sirven de calor, cera, tóner,
inyección de tinta, etcétera. Entre ellas, encontramos las
impresoras inyección de tinta, las electrográficas (las láser, por
ejemplo), las magnetográficas y las térmicas.

 Según el modo de formación de caracteres. Aquí se distinguen entre


aquellas que utilizan caracteres completos (las impresoras de margarita
y las láser) y las matriciales, compuestas por patrones de puntos

34
independientes (como las de matriz de punto, inyección de tinta, y
térmicas).

 Según el método de impresión:

o Carácter a carácter. El texto va creando letra a letra; entre ellas se


cuentan las matriciales, las inkjet, las térmicas y las de margarita.

o Línea a línea. Son las impresoras de cinta o de cadena, que muy


raramente se ven en el mercado.

o Página a página. En las impresoras láser se crea la página completa


sobre el papel.

6.2.1. Impresoras de matriz de agujas o matriz de


puntos
Reciben este nombre porque el módulo impresor posee un conjunto de agujas
móviles dispuestas en una o más columnas (de 9 agujas en el primer caso y de
18 o 24 en el segundo).

Figura 15: Ejemplo de impresora de matriz de punto y de cómo ordena sus


puntos de impresión

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 55.

La impresión se genera a partir del estampado de agujas que se activan en el


módulo impresor por la acción de un electroimán. Al activarse, las agujas
impactan en una cinta entintada (con carbón) y trasladan un diseño a la hoja,
para luego retraerse a su estado de reposo. Cada aguja marca un punto y el

35
conjunto de puntos da forma a un caracter. Los puntos son de forma circular
(aunque no perfectos, sino de bordes irregulares) y el diámetro se define por el
grosor de la aguja (por ejemplo, una de 0,2 mm de diámetro genera un punto
de 0,25 mm de diámetro).

Figura 16: Ilustración del cabezal de impresión

Fuente: Lichowski, s.f., recuperado de http://goo.gl/OR1pRs.

El circuito de impresión es de la siguiente manera:

 La impresora recibe desde la computadora, las órdenes y los


datos de lo que va a imprimir.
 La impresora almacena los datos recibidos en una memoria
RAM interna también llamada Buffer.
 Un mecanismo electromecánico acomoda la hoja acorde a las
especificaciones que envía la computadora.
 Una cabeza de impresión que contiene pequeñas puntillas
(existen con 9, 18 y 24 puntillas, a mayor cantidad de ellas,
mayor nitidez); estas se van activando de adentro hacia
afuera para formar el carácter y se golpean contra una cinta
entintada sobre la hoja.
 La hoja va avanzando por medio de un rodillo movido por un
motor, conforme se termina de imprimir cada renglón, se
mueve para empezar el siguiente.
 La cabeza va avanzando conforme escribe y esto se repite
hasta terminar los datos almacenados en la memoria.
(Informática Moderna, s.f., recuperado de
http://goo.gl/LtFkHq.)

36
Figura 17: Representación de cómo imprime la impresora de matriz de punto
y grupo de estilo de matrices

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, pp. 55 y 58.

Figura 18: Ejemplos de la impresión de matriz de agujas o de puntos

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 59.

37
Figura 19: Cabezal de impresión de matriz de punto

Fuente: Barbara-Impresoras, 2011, recuperado de http://goo.gl/5varWr.

Sabemos que este tipo de impresoras forman sus letras a partir de


determinadas matrices de puntos. El diseño de estos conjuntos de puntos para
componer cada letra puede ser diferente de una máquina a otra, por lo que el
primer paso en el cotejo de dos impresoras matriciales es conocer el modelo de
puntos con el que forma sus caracteres y compararlos entre sí. La igualdad de
modelos no implica que se trate de la misma impresora.

Figura 20: Comparación de dos caracteres con diferentes modelos

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 69.

Por otro lado, las impresoras matriciales son máquinas muy duraderas. Esto
permite diferenciarlas, debido a que con el tiempo van asumiendo defectos que
marcan las variaciones específicas sufridas por unas y otras. Sus defectos las
individualizan y nos permiten establecer asociaciones de uniprocedencia para
los distintos impresos confeccionados con ellas.

38
Es así que los defectos de interés para el perito son:

 Agujas dobladas. Este defecto no impide su funcionamiento, pero las


agujas defectuosas dejan su marca identificativa con puntos más o
menos presionados y desviados.

Figura 21: Ejemplo de impresión en el que algunas agujas no alcanzaron a


llegar a la cinta

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 69.

 Colapso vertical de las agujas. Las agujas del cabezal interfieren entre sí,
dando lugar a defectos de impresión.

Figura 22: Ejemplo de impresión con colapso de agujas

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 71.

 Desalineación de la agujas. Las agujas del cabezal pierden su alineación


vertical de forma que los puntos creados tampoco están ordenados en
el papel.

39
Figura 23: A la izquierda, la situación ideal que tendrían que tener las agujas
en el cartucho; a la derecha, un ejemplo real de cómo se produce una
desalineación

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 71.

 Suciedad en guías. Con el uso, la tinta puede invadir la guía del cabezal.
Esto permite que la suciedad se acumule en forma de arenillas
adheridas al cabezal, lo cual provoca el progresivo desgaste de las
perforaciones y acaba por deformar su orificio de conducción. Así, se
reduce la precisión de los bastones y, con ello, la calidad de las
impresiones.

 Holgura de la guía. Cuando es de material plástico, sus orificios pueden


deformarse con el uso; así pasan de ser circulares a ovalados o elípticos
y se disminuye la precisión en el disparo de la aguja.

 Manchas en el documento. La falta de mantenimiento de la máquina


genera un arrastre de suciedad que puede acumularse en cualquiera de
sus componentes, lo cual puede generar manchas en el documento.
Estas estarán directamente relacionadas con la época de producción del
documento, dato comprobable por comparación con otros de fecha
conocida.

6.2.2. Impresoras de inyección de tinta


Proceso de impresión sin impacto, en el que el diseño se imprime con pequeñas
gotas de tinta disparadas por un módulo impresor. Imprimen en color negro
y/o CMYN (cian, magenta, amarillo y negro. Estas gotas están en el orden de los
picolitros; es decir, una millonésima de una millonésima de litro. Al depender
de la resolución de la impresión, los tamaños de las gotas de tinta oscilan entre
los 3 o 4, y pueden llegar a ser más de 25 picolitros. En el examen

40
documentológico, deberá considerarse que una misma impresora dejará
distintas calidades de impresión en soportes de diferentes terminaciones.

Figura 24: La calidad de impresión de una misma impresora varía de acuerdo


con el soporte empleado

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 145.

Las impresoras de inyección de tinta pueden ser de flujo continuo o de gota a


demanda. Estas últimas son las más usadas y tienen dos tipos de tecnologías:
impresoras piezoeléctricas y térmicas.

En las piezoeléctricas, la gota sale de la boquilla o inyector por un cambio de


volumen que se produce en la cámara de la tinta, el cual es provocado por un
efecto piezoeléctrico.

Figura 25: Cabezal piezoeléctrico

Fuente: Moreno, 2014, recuperado de http://goo.gl/NlZ3DH.

En las impresoras térmicas, la gota se forma a partir de una elevación de la


temperatura de la tinta hasta que se genera una burbuja que la empuja hacia la

41
salida de la boquilla y sale despedida como resultado de esa presión. De ahí es
que se las conoce como bubble jet.

Figura 26: Cabezal térmico

Fuente: Moreno, 2014, recuperado de http://goo.gl/06vZq4.

El cabezal de impresión es el que traslada las boquillas por donde se despiden


las gotas. Este podrá estar en el cartucho de tinta o en la misma máquina.

Figura 27: Ubicación del cabezal en el cartucho y en la máquina

Fuente: Printerhacks, 2011, recuperado de http://goo.gl/F7StgF.

42
Figura 28: Ubicación del cabezal en el cartucho y en la máquina (2)

Fuente: How Stuff Works, 2001, recuperado de http://goo.gl/OSZyBN.

Figura 29: Detalle de las boquillas inyectoras

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 105.

Estas impresoras pueden imprimir en ambos sentidos (son bidireccionales) y


una forma de determinar el sentido de impresión es mediante la localización de
las gotas satélites. Si estas se ubican a la derecha del trazo, el cabezal está
imprimiendo de izquierda a derecha; si están a la izquierda, lo están haciendo
en el sentido inverso.

43
Figura 30: La localización de gotas satélites a la derecha de ambos trazos
indica que los cartuchos imprimieron de izquierda a derecha

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 141.

Otro elemento para considerar en las impresoras piezoeléctricas es que pueden


imprimir en modalidad binaria o en escala de grises. En la modalidad de chorro
binario, el tamaño de la gota siempre es el mismo; mientras que, en el de
escala de grises, el tamaño del punto puede variar para evitar imperfecciones.

Como se observa, hay una gran cantidad de elementos para considerar en este
tipo de impresoras. Por este motivo son, quizás, las más complejas en el
momento de avanzar en un proceso de identificación. Generalmente, las
requisitorias judiciales se orientan a determinar:

 Si un documento ha sido producido por una determinada impresora.

 Si dos impresiones han sido producidas por una misma máquina.

En cualquiera de los dos casos, va a resultar más sencillo fundamentar un


descarte que una correspondencia. El descarte se fundamentará cuando se
encuentren características de impresión que sean diferentes; mientras que la
correspondencia no solo se deberá fundamentar con características generales,
sino que también con defectos que singularicen la producción de la máquina.

Para resolver la primera cuestión, habrá que conformar un óptimo cuerpo de


escritura (con la misma fuente, calidad y tipo de hoja), a los fines de obtener
información cierta sobre la máquina y el tipo de cartucho. Lamentablemente,
existe la posibilidad que se haya cambiado el cartucho con el módulo impresor
y no se logren relevar afinidades.

44
En el caso de correspondencia, no existe la posibilidad de generar un cuerpo de
escritura y quizás no resulten adecuados los elementos para cotejar (el texto
dubitado en negrita y el indubitado en normal, por ejemplo).

En ambos casos, los pasos en el cotejo son los siguientes:

1) Establecer el tipo de impresión.

2) Observar las posibles marcas dejadas por los rodillos de arrastre del
papel. Los rodillos se disponen de diferente manera, dependiendo de la
marca de la máquina.

3) Definir de las matrices de las letras empleadas. Es decir, determinar si


las letras tienen una misma matriz para la confección de una misma
tipología.

Figura 31: Misma letra con diferentes matrices

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p 128.

4) Identificar la dirección de la impresión. Esto es, corroborar si imprime en


doble sentido o no.

5) Localizar las posibles rayas horizontales y la distancia entre ellas. A


veces, en los textos se detectan líneas horizontales que se repiten de
una determinada manera y pueden tener valor identificatorio.

6) Reconocer la morfoestructura de los puntos.

o Según la forma: en lágrima, redondos, dobles, etcétera.

45
Figura 32: Impresión con puntos en par

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 149.

o Según el tamaño de los puntos de los distintos colores.

o Según el patrón de los puntos, siempre y cuando exista.

La identificación y caracterización de los defectos pueden clasificarse en


relación a su frecuencia:

 Defectos permanentes. En las piezoeléctricas, los defectos debidos al


cabezal solo desaparecerán cuando este sea reemplazado.

 Defectos pasajeros. Desaparecen cuando se limpia el cabezal. A bajas


temperaturas, se espesa el vehículo del colorante y se obstruyen las
boquillas.

 Defectos intermitentes. A veces, el calor producido en una boquilla


provoca que la tinta de otra adyacente llegue a su límite de temperatura
y produzca una gota indebida.

 Bloqueo de una boquilla. Será permanente cuando se deba a un fallo


eléctrico y pasajero cuando la causa sea la suciedad.

Otros defectos posibles son:

 Línea transversal: la cabeza de impresión se mueve horizontalmente y a


veces deja una línea blanca que atraviesa los caracteres.

 Defecto permanente de la boquilla: debido a grandes cambios de


presión, algunas resistencias dejan de trabajar.

46
 Kogation: el colorante se descompone en fragmentos insolubles que
golpean la superficie de la resistencia y que crean defectos de impresión
permanente. La elaboración de las tintas busca evitar lo más posible
este defecto, el cual consiste en un residuo sólido que dejan los
derivados de la tinta tras calentarse. Las tintas de menor calidad tienden
a dejar este tipo de residuo al calentarse, lo cual puede dañar el
cartucho.

Figura 33: Vista de la boquilla bloqueada por los colorantes secos y ejemplo
de cómo imprime el cabezal con estas boquillas inactivas

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 149.

Por otro lado, y para finalizar, a continuación se introduce una tabla que explica
la relación entre los mecanismos de secado en función de la tinta y del módulo
impresor.

Tabla 4: Mecanismos de secado

Tinta Módulo impresor Mecanismo de secado


Térmica/piezoeléctrica Absorción continua/
Base acuosa
penetración de papel
Base grasa Piezoeléctrica Evaporación
Flujo continuo
Disolvente Flujo continuo Evaporación
Piezoeléctrica

47
Curado ultravioleta Flujo continuo Polimerización
Piezoeléctrica
Base reactivo Flujo continuo Oxidación, polimerización
Piezoeléctrica
De fusión caliente Piezoeléctrica Solidificación

Fuente: Ezcurra Gondra y Grávalos, 2012, p. 115.

6.2.3. Impresoras láser


Se basan en la utilización de un rayo láser de baja potencia que
es modulado por un elemento óptico-acústico, que deflexiona el
rayo en respuesta a una señal correspondiente a la información
a imprimir almacenada en el buffer del controlador. […] La
información en el buffer de impresión provoca la modulación de
un rayo láser el que descarga partículas sobre la superficie de un
tambor fotoconductor, produciendo en este un patrón
electrostático con los caracteres o líneas que se desean imprimir.
Un espejo octogonal giratorio hace que el rayo láser se mueva
sobre una generatriz del cilindro (línea a lo largo de la superficie
lateral).

De esta manera quedarán trazados eléctricamente sobre el


tambor los distintos caracteres a imprimir. El tambor gira y pasa
a la estación de revelado donde las partículas de tóner se
adhieren a los patrones expuestos sobre el tambor. La tinta se
transfiere luego al papel como pequeñas partículas, que se fijan
por medio del calor. Mientras tanto el papel pasa por la película
que cubre el tambor, lo cual le da suficiente carga como para
atraer al tóner. En su rotación, el cilindro pasa luego por una
estación de limpieza y descarga, donde la superficie es
preparada para recibir la próxima carga electrostática. El papel,
mientras tanto, se mueve a la estación de fijación o fusión donde
las partículas de tóner son fijadas. El papel pasa por entre dos
cilindros giratorios que suministran presión y calor (200 °C)
durante una décima de segundo para que el tóner (que es en
polvo) se derrita y se adhiera firmemente al papel, finalizando el
trabajo de impresión. (Cura, s.f., pp. 2-3)

48
Figura 34: Esquema interno de un modelo de impresora láser

Fuente: Cura, s.f., p. 3.

Estas impresoras, como las fotocopiadoras, emplean tóner para realizar la


impresión, el cual consiste en un polvo que se fija con calor y presión en el
papel. Existen dos clases de tóneres: el seco y el líquido. El primero es el más
empleado. A su vez, hay muchas fórmulas de tóner en el mercado, desde las de
marcas reconocidas hasta los “reciclados” o para recarga. Por supuesto, las
diferencias entre uno y otro son notorias, no solo en el aspecto; sino también
en la performance en el papel.

El tóner seco está compuesto por colorantes (pigmentos), plásticos (resinas) y


agentes de control de la carga eléctrica. En su cara externa; suelen añadirse
agentes fluidificantes, lubricantes y controladores de carga. Además, cada
fabricante puede agregar otros componentes para optimizar el rendimiento. La
visualización del tipo de tóner en las impresiones es uno de los pasos en la
comparación de textos.

49
Figura 35: Vistas de dos tóneres diferentes con microscopía electrónica de
barrido

Fuente: Neo Fronteras. Portada Noticias de Ciencia y Tecnología, 2007, recuperado de


http://goo.gl/FsOjY0.

Antes de avanzar sobre el cotejo de impresiones láser, debemos aclarar que la


estructura de la imagen en una impresora láser varía en función de:

 El diseño impresor. Si es analógico, no tiene un patrón de puntos


concreto. Si es digital, presenta un patrón de puntos claramente visible.

 El tipo de tóner. El tóner seco produce imágenes con partículas que


dejan un mapa de tóner. El líquido deja impresiones parecidas al offset
(sin partículas ni mapa).

 La calidad elegida para la impresión. Escritos de distinta calidad,


provenientes de una misma impresora, tendrán apariencias distintas.
Como se trata de una impresión hoja a hoja, si se hallaran distintas
calidades en una hoja, estaremos en presencia de diferentes tiempos de
ejecución.

Ahora sí, entrando en el cotejo propiamente dicho, en primera instancia


debemos cercioramos de que se trata de una impresión láser. Luego, nos
encargamos de rastrear las características identificativas, tales como:

 Surcos o marcas producidas por los rodillos de arrastre. Por lo general,


las encontramos en el reverso de los documentos.

 Marcas residuales. Las marcas que se han producido en el rodillo


fotosensible se trasladarán como defectos de impresión al papel. Existen
marcas permanentes y transitorias. Las permanentes son las que se
plasman en el rodillo y solo dejan de imprimirse cuando se cambia el
tambor; tienen gran valor identificatorio. Las marcas transitorias pueden
ser aquellas provenientes de un tóner mal cargado o porque el tambor y
el papel se cargan de manera desigual.

50
Figura 36: En la imagen de arriba, se pueden ver blancos microscópicos
debido a un defecto en el fusor. En la imagen de abajo, correspondiente a una
hoja del cuerpo de escritura realizado con la impresora, claramente se
visualizan estas marcas

Fuente: Jamieson, Moenssens, 2009, p. 2668.

 Marcas de fusor. Al igual que los rodillos de arrastre, el sistema fusor,


que es el conjunto de rodillos que fija el tóner al papel por acción de la
presión y el calor; también puede dejar marcas en la hoja que se está
imprimiendo, debido principalmente a una deficiente acción limpiadora
de la almohadilla encargada de este trabajo. Las marcas residuales de
tóner en el papel son individualizantes e identificables si se tienen en
cuenta algunos parámetros tales como: número, tamaño, forma y
distribución. Es importante considerar que estas marcas son
temporales, ya que desaparecerán cuando se cambie la almohadilla de
limpieza.

51
Figura 37: En la imagen de arriba, se observa un daño en la superficie del
fusor. En la de abajo, cómo el tóner se fija en las impresiones realizadas con
esta impresora

Fuente: Jamieson, Moenssens, 2009, p. 2669.

 Defectos de impresión. La identificación de determinados defectos de


impresión en un documento y su repetición en otros puede ayudar a la
identificación de la máquina. Los defectos pueden ser temporales y
permanentes y, estos últimos, repetitivos o no repetitivos. Los
temporales tienen menor peso identificatorio, debido a que pueden
repetirse o no en distintos documentos generados por una misma
máquina. Los permanentes, sin embargo, sí individualizan a la
impresora. Algunos de los defectos son:

o Dispersión de tóner en el fondo a causa de un montaje defectuoso


del fusor, del cartucho o de que el rodillo de trasferencias esté
sucio.

o Líneas negras paralelas o perpendiculares.

o Líneas blancas horizontales o verticales provocadas por defectos


del cartucho de tóner o porque ha sido expuesto a mucha luz o
está agotándose.

o Letras comprimidas debido a que el mecanismo de rotación del


cartucho de tóner se encuentra demasiado apretado.

o Suciedad en el reverso de la hoja.

52
o Fallas en las letras. Se repiten a intervalos iguales en la misma
posición horizontal, pero en distintas verticales de cada página.
Pueden ser causados por el rodillo de transferencia o el fusor
superior.

Figura 38: Fallas en las letras

Fuente: Printer Techs. com, s.f., recuperado de http://goo.gl/MK8jK5.

 Zonas blancas en los bordes de los caracteres.

Para valorar todos los defectos descritos y asignarles un adecuado valor


identificatorio, en primer lugar hay que ver si son permanentes o pasajeros.
Después, es necesario detectar la causa que los provoca; toda vez que
desparecerán una vez que sea reemplazada la pieza que los produce. En el caso
de encontrar convergencias en defectos de impresión, la identidad podrá
determinarse; pero, si no se hallaran, no es posible afirmar la disprocedencia,
ya que hay posibilidades de que la pieza haya sido cambiada.

6.3. Instrumentos selladores y estampas


de sello. Proceso de identificación

Es usual que los documentos presenten estampas de sellos aclaratorios,


fechadores, de reparticiones públicas o bancos. Los defectos que adquieren los
instrumentos selladores durante la etapa de fabricación y en el transcurso de su

53
vida útil se pueden observar en las estampas. Es por ello que estas colaboran
con los procesos de identificación.

6.3.1. Métodos de producción de los sellos de goma


En la actualidad existen cuatro tipos de sellos de goma, basados
en cuatro métodos de fabricación diferentes: a) hechos a mano,
b) de goma vulcanizada, c) hechos con fotopolímeros
endurecidos bajo la luz, d) cortados con láser. Aunque la
apariencia de las respectivas impresiones pueda ser
generalmente similar, el cuño de los diferentes procesos tiene
apariencia propia. La matriz es la parte del sello que da forma a
la imagen deseada. (Meza Niella, 2003, p. 2)

Las características más representativas de estos instrumentos son las


siguientes:

 Sellos de goma hechos a mano. Desde el punto de vista pericial, estos


sellos son relativamente fáciles de examinar, ya que la textura del borde
de la banda impresora y la superficie total de las áreas restantes están
claramente definidas. Por ser un trabajo hecho a mano, no puede haber
dos sellos exactamente iguales; no solo bajo el examen microscópico,
sino también por la impresión entintada. Estos instrumentos selladores
presentan una apariencia bien artesanal, diferenciada de otros métodos
de confección. Se tratan de una artesanía producto del corte de un
instrumento filoso. La superficie que no se imprime es irregular (esa es
aquella superficie de la parte superior del paño que no está destinada a
imprimir, pero a veces se entinta e imprime accidentalmente).

 Sellos de goma vulcanizados. Charles Goodyear patentó el proceso de


vulcanización en 1884 y rápidamente se popularizaron este tipo de
sellos. Durante muchos años, fue el único proceso económico y práctico,
razones por las cuales fue la opción disponible más común para el
comprador. Una vez confeccionados, se pueden hacer circular muchos
sellos del mismo diseño utilizando una sola matriz. El proceso para la
fabricación de los sellos de goma vulcanizada incluye varias etapas.
Primero, se hace una matriz de metal que contiene las palabras o el
diseño del sello a emplear. Las matrices de metal son las formas de alto
relieve que se graban en un molde para formar el sello. El molde de
metal puede considerarse como un positivo, dado que el metal tiene el
mismo alto relieve que se desea en el sello de goma; luego, debe
hacerse un molde y considerárselo como negativo, ya que el relieve es
bajo en los lugares donde debe ser alto en el sello. Este molde matriz se
hace utilizando un plástico, que cuando está caliente tomará la

54
impresión del metal. En el proceso, se utiliza una prensa especialmente
calentada con la que se da calor al plástico y la matriz de metal se
imprime directamente sobre la superficie del plástico blando. A esta
prensa especial se la llama vulcanizadora, palabra que fue acuñada por
Charles Goodyear. Tan pronto como se hace la matriz de plástico, se
coloca un paño de goma plana sobre esta. Usando la misma impresión
en caliente, la presión y el calor dan forma a la goma en el molde y
generan, así, una goma vulcanizada positiva que tiene la misma forma
del metal que hizo el molde. Esto se llama matriz de goma. Estos
instrumentos selladores se reconocen porque las matrices de goma
vulcanizada se harán siempre con una goma opaca. La superficie no
impresora será lisa y hasta puede llegar a ser también lustrosa; por su
parte, la elevada es relativamente suave, aunque puede presentar una
textura carcomida, parecida a la de la ladera de una montaña. Las
burbujas de aire solo pueden aparecer en los sellos de goma
vulcanizada.

 Sellos hechos con polímeros fotosensibles (plástico). Estos sellos tienen


un proceso de elaboración más sencillo y rápido que el de goma
vulcanizada, ya que no resulta necesario el empleo de la plancha ni de la
matriz de metal, y tampoco se usa el sistema de impresión vulcanizada.
El motivo-leyenda o ilustración puede crearse directamente en la
computadora o puede ser escaneado, lo cual significa que cualquier
diseño en blanco y negro puede ser adaptado para su uso. El diseño
puede realizarse mediante un software de imagen digital. Luego, se
imprime un negativo transparente. El negativo se coloca sobre el
polímero líquido, que es comprimido contra el cristal o el plástico claro y
expuesto a la luz. El polímero se endurece en las áreas expuestas,
mientras que la parte a la que no le da la luz permanece blanda. Tras
lavar con agua las partes no endurecidas, nos encontramos con un sello
de plástico nítido. Contrariamente a la goma, el polímero plástico es
semitransparente y, en general, tiene un ligero color rosa. Lo que resulta
de algún interés pericial es que la apariencia de la superficie del relieve
es similar a aquella del sello de goma vulcanizada, hecho con una matriz
de metal grabado. Esto es así por el hecho de que ambas sufren un
proceso de corrosión. El ácido carcome la superficie del metal. Sin
embargo, el perito forense podrá reconocer estos sellos; ya que todo
sello foto-polímero se hace con un plástico claro transparente,
generalmente de color rosado. La superficie del relieve tiene una
textura muy similar a las matrices de goma vulcanizada. Las de polímero
pueden estar mal cortadas por causas de métodos de producción
deficientes.

55
Figura 39: Sellos de fotopolímero

Fuente: Printcookie, 2015, recuperado de http://goo.gl/srJERh.

 Sellos hechos con corte láser. El método de elaboración de este tipo de


sellos aparece en el año 1997. Actualmente, es la mejor opción para un
volumen bajo de producción; ya que su costo es considerablemente más
bajo que el del fotopolímero. Tal como los sellos descriptos
anteriormente, el motivo original se encuentra en la computadora;
excepto que ahora la goma se coloca en un cortador de rayo láser
computarizado. La computadora guía el movimiento de barrido de la luz
láser y la matriz de goma terminada se produce rápidamente. Este
sistema permite lograr ejecutar mayor cantidad de detalles que
cualquier otro método anterior. Aunque el motivo original puede
repetirse o modificarse gradualmente, como con la imprenta offset (de
modo que un diseño puede ponerse varias veces en una plancha); no es
aún tan eficaz para una producción masiva como los métodos de la
goma vulcanizada. La facilidad de producción del cincelado con láser es
tal que su motivo original puede convertirse rápidamente en un sello de
goma. Desde el punto de vista del examen pericial de las matrices de
goma cortadas con láser, las partes que no se usan para imprimir la
leyenda del sello y las superficies en relieve son muy precisas. La acción
de corte de la luz láser deja una serie de hendiduras paralelas en la
superficie no destinada a imprimir, las cuales pueden conducir a la
superficie del relieve. Muchos sellos, cuando están recién hechos con
láser, tienen un característico olor a goma quemada. En las matrices
cortadas con láser, se logran producir mayores detalles. Con los
métodos anteriores, los detalles tienden a redondearse cuando se los
reduce a tamaños muy pequeños; mientras que con la matriz hecha con
láser, éstos quedan más rectos y bien definidos en las áreas de detalles
más pequeños.

56
Figura 40: Sello con corte láser

Fuente: Impronta Láser s.f., recuperado de http://goo.gl/J1jubQ.

6.3.2. Proceso de identificación


En el proceso de identificación se deben considerar numerosas variables. Meza
Niella (2003) afirma que:

La mayor parte de los sellos que se usan durante lapsos


prolongados sufren el deterioro y desgaste propios del paso del
tiempo. A menos que se use un sello muy cuidadosamente, este
acumulará golpes, cortes y roturas en su superficie de impresión.
El sellado repetido y el continuo entintado gastarán los bordes
externos, tornándolos redondeados. Estas características únicas
de superficie, tienen aspectos que son fácilmente reconocibles
bajo el microscopio. Los cortes aparecen como tales y no
presentan la misma textura de superficie que el resto de las
áreas de impresión y del paño.

La misma suciedad que puede llenar las zonas que no son de


impresión, es fácilmente reconocible como tal, cuando por
haberse enquistado en los espacios libres de las letras produce
en el impreso la sensación de que las mismas están rellenas. La
suciedad también actúa como reservorio de tinta y, con
frecuencia, la impresión resulta más oscura que las letras. La
superficie de goma mantiene la tinta por tensión y esta se
traslada al papel. La suciedad en un sello puede actuar como una
esponja y puede mantener una cantidad mayor de tinta por
absorción. Si se usa un sello varias veces sin volver a entintarlo,

57
las letras van imprimiéndose progresivamente más claras
mientras que la suciedad las continúa imprimiendo más oscuras.

En el caso de la suciedad, el perito debe tomar fotos


apropiadas de esta y de las zonas que la circundan, antes de
tratar de quitarla o lavarla. Antes de proceder a quitar la
suciedad del sello o efectuar su limpieza, se debe obtener el
permiso del cliente o magistrado que solicita la pericia. Esto
puede modificar la evidencia, pero resulta necesario para
realizar un examen completo. La suciedad puede quedar impresa
con toda notoriedad y se deberían reunir muchas muestras del
sello sucio para poder registrar estas características de
impresión. Debería también dársele cierta consideración al
hecho de que la suciedad misma podría convertirse en evidencia
importante; por ejemplo, la suciedad de una oficina de una mina
de carbón es diferente de la de una oficina de una fábrica textil,
la de una obra en construcción, o la de una institución bancaria.

El redondeo causado por el uso se presenta en los bordes


externos de la superficie impresora, en mucho mayor grado que
en los internos. Un sello que contenga solo el diseño de la letra
"H", mostraría muchísimo más redondeo en las esquinas
externas de la letra, producto del uso, que en las intersecciones
de la barra de cruce. Un sello grande formado por varias docenas
de palabras, mostraría un desgaste más rápido en las esquinas
que en la parte central del mismo. Los bordes redondeados a
veces presentan una superficie pulida y lustrosa que no es típica
del resto del sello. (pp. 2-3)

Teniendo en cuenta lo expuesto, el examen de los sellos de goma sigue un


enfoque lógico, ya que estamos tratando con impresiones mecánicas y material
que se presta a observaciones objetivas y cuantificables.
El estudio se inicia con el análisis del diseño de las estampas indubitadas:
altura, forma, calibre y ubicación relativa de las letras que la conforman. Para
realizar este estudio, se deben tener en cuenta las distintas variables propias de
un mismo instrumento sellador: la tinta utilizada, el nivel de presión, el ángulo
de incidencia, la topografía de la superficie a sellar, etcétera. En el análisis, se
debe clasificar otro tipo de defectos de suma importancia en la identificación:
los cortes de líneas, la aparición de rebordes, los trazos parásitos, entre otras
anomalías.
Una vez caracterizadas las estampas producidas con el instrumento sellador
indubitado, se procede a realizar lo propio con las cuestionadas.
Finalmente, se confrontan el cuerpo dubitado con los indubitados en busca de
semejanzas o disparidades que permitan sustentar un criterio de uni o

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disprocedencia autoral de las estampas enfrentadas. Para esta etapa, es de
suma importancia el uso de una cámara clara y un escalímetro. Los parámetros
a tener en cuenta son: medidas y distribución del diseño y leyendas,
morfoestructura y calibre de los caracteres que conforman las estampas y, por
último, las características de diseño y de aquellas adquiridas con el uso. Los
defectos deben estar igualmente ubicados, situados y dirigidos. Debe
considerarse que los defectos pueden evolucionar en su estructura con el paso
del tiempo o el uso de sellos.

Cómo funcionan las impresoras:

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https://www.youtube.com/watch?v=p1hjG9fitNE

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