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Historia y Política de la Educación Argentina

I.S.D.F. “Martín Miguel de


Güemes”

Carrera: Profesorado en la Educación Secundaria en Biología

Asignatura: Historia y Política de la Educación Argentina

Tema: La Reforma del Sistema Educativo Nacional

Profesora: Sra. Nélida Caballero

Alumnas: García Ramona Sara

Gómez Cinthia Lizzet

Curso: 3º año “U”


Historia y Política de la Educación Argentina

Año Lectivo: 2019


Historia y Política de la Educación Argentina

CONFORMACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL, MEDIADOS DEL SIGLO XIX E INICIO DEL
SIGLO XX
Consignas:
1) Describir el contexto político y social que da origen a nuestro sistema educativo nacional de
la Ley 1420.Teniendo en cuenta el video visto en clase.
2) El análisis respecto a la educación o al lugar de la educación en la administración peronista.
Contextualizar en lo político y social. Explicar el Segundo Plan Quinquenal. Según el autor
Miguel Somoza Rodríguez, pág. (107-139).

1) Según el video de Pablo Pineau en el canal encuentro.


En 1880 durante la presidencia de Roca, la provincia de Buenos Aires transfiere a la Nación las
escuelas y en ese momento al superintendente Sarmiento de dicha provincia, quienes eran
políticamente adversarios.
El 11 de abril de 1882 bajo la presidencia de Roca se convocó el primer Congreso Pedagógico
organizado en nuestro país, la asamblea se llevó a cabo en el marco de la Exposición Industrial
Agrícola y Bella Artes en la Plaza Miserere. Esta convención estaba constituido por educadores de
distintos países en especial por maestras de grado, además crea un consejo nacional de educación
con vocales católicos con el objetivo de dictar una ley de educación y controlar a Sarmiento para
que no presentará su proyecto de educación. Por el motivo que se encontraba vigilado, Sarmiento
no asistió al debate como superintendente honorable del congreso; pero sostuvo una mirada crítica
por la gran cantidad de integrantes inexpertos en el tema de la educación.
Mientras tanto, el modelo de enseñanza de la época colonial seguía en vigencia, ésta educación era
rudimentaria: no había aula frontal con hileras de pupitres típicos de las aulas a fines del siglo XIX.
En ese momento la educación escolarizada se realizaba en forma particular, un preceptor concurría
a la casa del alumno o en algunos conventos. También el cabildo cedía un espacio en donde se
encontraban las cajas de arenas para escribir porque el papel era costoso, la disciplina era un látigo
de varias colas que estaba colgado por un clavo en la pared de misma habitación, éste funcionaba
como una amenaza para el castigo físico. Las enseñanzas que se dictaban en el lugar eran básicos
tales como: leer, escribir, contar, cálculo y catecismo.
Transcurría los días, y en el congreso pedagógico seguía el debate sobre el sistema educativo que
tendría la Argentina. Las cuestiones que trataban eran de aspectos generales de orden política
social y otros puntos cotidianos como el trabajo en clase, en este sentido presentaron estrategias
didácticas novedosas, el método intuitivo o la práctica de tomar lección; además se discutió los
contenidos si debían adecuarse a cada contexto social, el lugar de residencia, el género o era
destinado para toda una población. Un eje en cuestión que generó el centro de la disputa fue la
enseñanza de la religión en las escuelas públicas. La discusión se llevó internamente entre liberales
y católicos intelectuales de la época. Los católicos sostenían que una educación pública sin religión
seria atea y que produciría una catástrofe moral en la población, creían que una escuela sin Dios
bajarían los niveles de educación del pueblo argentino. Los liberales afirmaban que la enseñanza de
la religión en el aula pública significaría un retroceso, serían un atraso en la intolerancia, exentarían

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y excluirían a los extranjeros y por consiguiente sería un factor negativo para la joven nación que
se pretendería consolidar. En torno a una fuerte tensión entre los congresistas durante la sesión, el
presidente Roca consideraba beneficioso que la educación fuera laica para establecer relaciones
con otras naciones del mundo y a su vez incentivar la inmigración y fundar un país más tolerante
que permitiera el libre pensamiento, esta decisión fue apoyada por las maestras presentes para su
continuidad. Algunos congresistas del sector católico se retiraron furiosos del congreso
pedagógico.
El Congreso por mandato del poder ejecutivo eliminó del debate la cuestión de la enseñanza laica y
de la enseñanza religiosa y reunió las resoluciones aprobadas en un solo cuerpo de doctrina con el
nombre de Declaraciones del Primer Congreso Pedagógico Argentino.
En 1883 un grupo de diputados católicos presentó un proyecto de ley, en el cual, retomaba las
conclusiones del congreso pedagógico de la cuestión de la enseñanza religiosa en el Congreso
Nacional, en donde se volvió a debatir este eje central del sistema educativo. Tratándose por un
lado, la intención de utilizar la educación como instrumento de control de la sociedad y por el otro,
la idea de la formación del ciudadano. Después de varios días de sesión se llevó a cabo la votación
y triunfó los liberales y tolerantes; finalizando el debate.
El 8 de julio de 1884 se sancionó la Ley 1420 “El Derecho a la Educación Común”, la cual instauró la
Instrucción Primaria, Común, Obligatoria, Gratuita y Laica. Y de esta forma estableció que: “La
enseñanza religiosa solo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros autorizados de los
diferentes cultos a los niños de su respectiva comunión y antes o después de las horas de clase”.
Esta ley realiza el pasó de una educación basada en castigos corporales a una educación basada en
enseñanza y con ella no solo se enseña a leer, escribir y contar; sino también las nociones de
geometrías, ciencias, educación física.
En el siglo XIX en el período de la ley 1420 comienza a aparecer las lecciones con objetos y las
distintas asignaturas y circulaban novedosas ideas pedagógicas vinculadas a la formación de la
ciudadanía moderna e independiente. Con el tiempo fue avanzando esta ley obligatoria, gratuita,
gradual. También se agrega en el artículo 14 que las clases diarias públicas serán alternadas con
intervalo de descanso, ejercicios físicos y canto. La ley modificó para siempre las escuelas desde las
estructuras físicas hasta lo que iba a ser aprendidos en sus aulas. Asimismo garantizó los derechos
básicos para la población y contribuyó a la construcción de sentido de pertenencia y la identidad
nacional.

2) Según el autor Miguel Somoza Rodríguez, “LA REFORMA DEL SITEMA EDUCATIVO
NACIONAL”.

El Sistema Educativo Argentino


La creación del sistema educativo durante la segunda mitad del siglo XIX, estuvo condicionada por
la intencionalidad política. Se asignó un propósito vinculado a la capacidad de la educación de actuar
sobre la masa de población e inculcar valores y saberes, al igual que destrezas y entrenamiento

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indispensables para comportarse en sociedad. El sistema educativo argentino se orientó hacia la


integración de los inmigrantes (sobre todo sus hijos) la conciencia nacional a través de una
educación patriótica, el disciplinamiento de los trabajadores y de las clases subordinadas, y a la
obtención de una cierta cohesión social que permitiera estabilidad y progreso.
Esta intención política y resocialización de los inmigrantes hizo que se extendiera de manera notable
el nivel primario de educación para que abarcara a la mayor cantidad de la población, en tanto que
los niveles superiores quedaron reservados a la preparación de las élites dirigentes, profesionales,
liberales y cuadros intermedios de la administración pública.
En 1863 se crearon los Colegios Nacionales en las diferentes capitales de provincias, que otorgaban
título de bachiller, dependían del gobierno central, que buscaba la formación homogénea de las
elites provinciales, a través del programa de estudio basado en el enciclopedismo y en la enseñanza
clásica.
Con este modelo educativo, hacia 1940 Argentina ocupaba uno de los primeros lugares en el mundo
por la extensión y difusión de este desarrollo del nivel primario, considerando la cantidad de
escuelas, de maestros, de alumnos, de alumnos por maestros, de maestros por escuela, todo en
proporción de la población. Un modelo educativo que se dirigía a brindar una enseñanza elemental
generalizada, con el fin de obtener cierta integración y consenso de la población inmigrante y de los
sectores populares en general, como para mantener estabilidad política e institucional.
La situación entre los niveles primario, secundario y universitario pueden verse en que: el 75% del
grupo de edad comprendido entre los seis y los trece años (periodo de escolaridad obligatorio en la
época) concurre en la escuela primaria, en el nivel secundario solo concurre el 6,4% del grupo de
edad comprendido entre los catorce y los veintiún años. A la universidad concurre el 0,9% del mismo
grupo de edad. El analfabetismo estaba aún bastante extendido y representaban el 15% de la
población de catorce y más años de edad.
El sistema educativo argentino estaba ligada a la finalidad política, una enseñanza vinculada a lo
económico y a lo técnico –profesional.
La política educativa de la administración peronista fue, heredera de la reforma educativa que había
implantado el gobierno militar iniciado en 1943. El aspecto más visible de continuidad fue la
enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas públicas, establecido por el decreto-ley Nº18414,
alterando la laicidad que imperaba en el país desde 1884. El decreto militar fue transformado en ley
Nº12978 del Congreso Nacional en 1947, con una oposición parlamentaria acompañadas de
movilizaciones callejeras. La enseñanza religiosa era una pieza fundamental en la red alianza política
del peronismo y trascendía en lo meramente educativo, ya que la iglesia Católica lo había ayudado
a ganar las elecciones en 1946. El refuerzo del pacto con la iglesia católica llegaría en 1949 con la
ley 13047, que regulaba las condiciones de trabajo y salario de los maestros de las escuelas e
institutos privados, además otorgaba un subsidio estatal para el pago de salarios docentes, con lo
cual se beneficiaba la Iglesia Católica, a quien pertenecían la mayoría de las instituciones educativas
no estatales.
Las intervenciones y reformas del sistema educativos fueron, los cambios después de la Reforma
Constitucional de 1949 y el Segundo Plan Quinquenal de 1952. Estos últimos cambios pretendieron
convertir o convirtieron al sistema educativo nacional en una agencia de adoctrinamiento político.

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Una serie de leyes, decretos y decretos reglamentarios irán conformando la nueva estructura
educativa nacional. La ley 13529 (Ley Orgánicas de los Ministerios) de 1949, creó el Ministerio de
Educación de la Nación, separando definitivamente el área de educación de la Justicia, la Ley13548
transformó el Consejo Nacional de Educación, creado por la ley 1420 en 1884, en Dirección General
de Enseñanza Primaria, suprimiendo la autonomía funcional y financiera del antiguo Consejo y
reforzando la dirección centralizada y única de todas las instancias educativas. La mencionada ley
13047 fijo el régimen de la enseñanza privada, la remuneración de sus docentes y otorgó subsidios
estatales para el pago de los mismos, beneficiando principalmente a la Iglesia Católica. La ley 13343
determinó el estado de docente y las remuneraciones de los docentes estatales. La ley 13031
reglamentó las estructuras de las universidades y de los estudios universitarios. El decreto 16251 de
1950 modifico la organización del Ministerio de Educacion; otro decreto, del 14 de septiembre de
1954, estableció el Estatuto Profesional del Docente.
Entre 1946 y 1952 se levantaron 1069 edificios para escuelas primarias y jardines de infantes, 20
nuevos edificios y 141 nuevos colegios para enseñanza secundaria, y 108 nuevas escuelas para la
enseñanza técnico-profesional. La educación preescolar pasó a 6 establecimientos a 336 secciones
de jardín de Infantes en 1952. Se extendió el funcionamiento de escuelas para adultos a las
principales ciudades del país. Se crearon la llamada Escuela Domiciliaria, que atendía a niños
imposibilitados de concurrir a la escuela y la llamada Escuela Policlínicos, que atendía a niños que
debían permanecer internados en los hospitales por periodos prolongados de tiempo. Se implantó
la revisión médica periódica en el nivel primario y secundario y se implementó una Libreta Sanitaria.
Se promocionó el deporte infantil, se crearon los hogares- escuela que reemplazaron los antiguos
orfanatos, se impulsó la creación y los viajes de los niños a través de los campamentos infantiles de
veranos a diversos puntos del país. Se proveyó de material escolar ropas y alimentos en las escuelas
y a los niños de las zonas más humildes y de las escuelas rurales más necesitadas.
En el mismo sentido, se mejoraron los salarios y las condiciones de trabajos de los maestros, por
ejemplo, a través de la equiparación salarial entre las distintas jurisdicciones, mediante
bonificaciones por ubicación desfavorable o alejada, diversas mejoras a los maestros en calidad de
suplentes, y mejoras en los alojamientos de las escuelas rurales.
En el nivel secundario también existieron mejoras como, el aumento de sueldos docentes, se
otorgaron becas a los estudiantes pobres, se facilitó el pasaje de unas ramas de estudios a otras, se
favorecieron las humanidades clásicas con la reimplantación de la enseñanza del latín, sobre todo
en las ciudades que contaban con universidad.
La reforma constitucional de 1949
El gobierno peronista, cumpliendo todos los pasos legales para la reforma de la Constitución
argentina de 1853, convocó una Convención Nacional Constituyente, y el 11 de marzo de 1949
sancionó la nueva Constitución. Esta reforma fue criticada por los partidos opositores, sobre todo
porque modificaba la anterior en el sentido de que permitiera la reelección indefinida del presidente
y del vicepresidente, lo que ofrecía la posibilidad de que Perón sea el eterno poder.
En esta mezcla de la democracia social y autoritarismo político del peronismo que fueron, las
intervenciones y reformas con el propósito de utilizar el sistema educativo (y todos los enormes
recursos educativos estatales) como una agencia de difusión de programa partidario peronista, un
instrumento para crear una imagen mítica de Perón y de Eva Perón, de desarrollar un culto a la

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personalidad de ambos, de brindar una cultura ciudadana y una cultura cívica que contribuyera a la
consolidación de la hegemonía del proyecto peronista.
Esta Constitución presentaba una doble faceta. Por un lado brindaba la cobertura institucional que
legitimaba al régimen del poder peronista, por el otro incorporaba un conjunto de derechos y
garantías sociales que constituían un avance cierto en una concepción amplia del derecho de
ciudadanía, que superaba la noción tradicional liberal de derecho al sufragio.
Se enumeraban y explicitaban, los derechos de condiciones dignas de trabajo, a la preservación de
la salud, a la seguridad social, a la protección familiar, al mejoramiento económico y a la defensa de
los intereses profesionales.
En el Titulo IV se agrupaban los derechos a la educación y a la cultura, allí se disponían que la
educación y a instrucción correspondían en igualdad de prioridades, a la familia y a los
establecimientos particulares y oficiales que colaboraban con ella, el fin era que el Estado crearía
escuelas de primera enseñanza, establecimientos de educación secundaria, técnico-profesionales,
universidades y academias.
La enseñanza elemental seria obligatoria y gratuita en las escuelas del Estado. Se define que las
escuelas del ámbito rural tenderían a inculcar el amor a la vida del campo, a capacitar a los varones
para las faenas rurales y a las niñas para las tareas domésticas campesinas. Se establecía que la
enseñanza tendería al desarrollo del vigor físico de los jóvenes, al perfeccionamiento de sus
facultades intelectuales y de sus potencias sociales, así como a la formación del carácter y el cultivo
personales y cívicos.
Además, se aseguraba el derecho de los alumnos meritorios a alcanzar lo más alto grado de
instrucción, mediante un sistema de becas, asignaciones a las familias u otras providencias
adecuadas.
Otras disposiciones se referían a la protección y fomento de las ciencias y las bellas artes, y al
resguardo y tutela de las riquezas, artísticas, históricas y naturales, las que formarían parte del
patrimonio cultural de la nación.
El punto mayor constitucional estaba dirigido a la universidad, se incluyó en la propia Constitución
un párrafo que establecía la obligatoriedad de cursos de formación política para los estudiantes
universitarios, al ser esta la institución en que se formaban los futuros dirigentes.
Los contenidos de esos cursos obligatorios serían los mismos que los señalados para los niveles
primario y secundario, es decir, principios de doctrina y los logros y objetivos del gobierno peronista.
Se establecia también que cada una de las universidades, además de organizar los conocimientos
universales, tendería a profundizar el estudio de literatura, historia y folklore de su zona de
influencia cultural.
El Segundo Plan Quinquenal en la Educación
En el proceso de “peronizacion” fue la promulgación del Segundo Plan Quinquenal de la Nación,
aprobado y sancionado por medio de la ley 14184 del 29 de diciembre de 1952. Dicho plan
establecia un ordenamiento general de la política y de la acción del gobierno para los años 1953-
1957 y tuvo un impacto decisivo en la transformación de todo el sistema educativo nacional, tanto
en planes y programas, en los contenidos y los libros de texto, en la redistribución de matrícula, en

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los fines y objetivos de la educación, como en los aspectos financieros y edilicios (edificios en
construcción).
En la importancia decisiva en el plano educativo la ley 14.184 imponía con fuerza legal la doctrina
peronista como Doctrina Nacional. Esta era obligatoria para todos los funcionarios del Estado, ya
fueran maestros, la burocracia de las administraciones centrales o locales, o integrantes de las
fuerzas armadas. El gobierno peronista se deslizaba hacia un sistema de Partido Único, aunque se
mantenían en funcionamiento todas las instituciones republicanas y representativas, así como el
sistema de partidos políticos.
El Plan se dividía en cuatros partes: Acción Social, Comercios y Finanzas, Servicios y Trabajos
Públicos, Acción Económica y 31 capítulos. Dentro de la Acción Social, los capítulos 4, 5 y 6 se
dedicaban a la Educación, Cultura, e Investigaciones Científicas y Técnicas.
El capítulo IV, Educacion, fijaba como objetivo fundamental realizar la formación moral, intelectual
y física del pueblo sobre las base de los principios fundamentales de la doctrina nacional peronista
e incluía la difusión y la formación de conciencia acerca del propio plan como algunos principales
objetivos generales. Los mismos se especificaban para cada uno de los niveles y/o modalidades
educativas. El Currículum de todo el país giraba en torno a los principios doctrinarios peronistas,
desplazando en segundo lugar la formación patriótica y moral/religiosa.
La función de las escuelas primarias no solo se consideraba como una unidad básica de acción
educativa y social en su jurisdicción sino que, al mismo tiempo, constituirá particularmente un
centro de acción censal y de promoción del ahorro popular.
El Plan también modificaba el anterior régimen de obligatoriedad, porque no solamente era
obligatoria entre los seis y los catorce años, sino hasta el cumplimiento del mínimo de estudios
equivalente al cuarto grado sin importar la edad.
Disposiciones similares a las del nivel primario con modificación de los planes de enseñanza, de los
libros de texto, etc. También se fijaban para la enseñanza secundaria llamada especial: bachillerato,
magisterio y comercial y para la técnico-profesional.
Para las escuelas de Magisterio se hacía hincapié en que la formación profesional debía cumplir
estrictamente los objetivos señalados en especial para el profesorado.
Con relación a la enseñanza universitaria se establecia la gratuidad total y libre acceso a todo los
centros universitarios, lo que constituía un significativo avance en la democratización del acceso a
la educación superior. La enseñanza debía ser práctica y especializada, y se obligaba a las
universidades a continuar la formación de sus graduados a través de cursos de pos graduación,
divulgación técnico-científica, etc. La mayor igualdad de la composición social del alumnado
universitario era funcional a la estrategia política peronista, estas medidas implementadas iban en
sentido de una autentica democratización del acceso. El control político sobre la universidad se
ejercería a través de otros mecanismos, como la supresión de la autonomía, la selección y la presión
sobre los profesores, las intervenciones, llegado al caso.
En tanto que el propio Plan Quinquenal debía convertirse en el eje de la actividad escolar, el
Ministerio de Educacion publicó una serie de cuadernos para su correcta interpretación y aplicación
de los mismos por parte de los maestros y docentes en general, publicaciones oficiales que resultan

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muy útiles para analizar el sentido profundo de la reforma escolar, dado que allí se expresa la voz
autorizada oficial.

LA REFORMA EDUCATIVA EN EL NIVEL PRIMARIO

La reforma curricular entre 1947 y 1952


Los fundamentos de la reforma
La reforma abarcaba al conjunto del sistema educativo, en todos sus niveles, ciclos, modalidades,
incluida la enseñanza universitaria. Y a pesar de la reflexión que incluye acerca de los títulos de las
Ciencias de la Educacion para establecer fines autónomos, los fundamentos pedagógicos quedaron
subordinados al proyecto político.
Una de las primeras modificaciones en los planes de enseñanza fue dispuesta por el decreto
Nº26944 del 4 de septiembre de 1947, mediante el cual introdujeron los principios peronistas de
“unidad de concepción y de acción”, de “planificación orgánica” y de formación de una nueva
conciencia nacional a través de la acentuación de contenidos morales, patrióticos y doctrinarios.
Estos principios se traducían en una reforma general de planes y programas que tendrían como eje
básico “las materias formadoras de la conciencia histórica nacional”, con lo que se reforzaba en el
Currículum escolar el estudio de las humanidades, como principales instrumentos configuradores
de la conciencia a través de una cierta interpretación de la historia o de la cultura nacional o
universal.
El decreto acababa también con la autonomía del Consejo Nacional de Educación e, incluso, con la
facultad de cada una de las provincias de fijar sus propias metas educativas, otorgada por las
estructura federal del Estado. El mismo indicaba que algunas de las medidas serían de aplicación
inmediata e invitaba a los gobiernos de las provincias (la mayoría peronistas) a adoptar las normas
fijadas y a designar representantes a una próxima conferencia coordinadora nacional de planes y
programas de estudios.
Juntamente con las ordenanzas incluia la afirmación de que la enseñanza pública seria gratuita,
democrática y con sentido de justicia social. Para ello se otorgarían prestaciones económicas a los
más necesitados.
Desde el punto de vista didáctico, los programas de enseñanza primaria se dividirían en dos
apartados: por un lado, la instrucción, integrada por las disciplinas instrumentales y, por otro, la
configuración o desenvolvimiento, que incluía todas las disciplinas formativas, y las actividades y
tareas que ellas emanaban.
En el mismo mes se dictó otro decreto en el cual se invocaban las palabras de Perón referidas a
intensificar y revitalizar la acción social de la escuela de manera que “todo establecimiento de
educación sea el centro de irradiación y de atracción cultural y social”. La acción educativa de este
decreto mandaba a crear una serie de instituciones (bibliotecas infantiles, museos, clubes,

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agrupaciones culturales, etc.) en las escuelas y colegios es muy beneficioso para el desarrollo social
y cultural de niños y jóvenes en la formación del conjunto de la comunidad.
En 1948, se dicta otro decreto sobre el pre-aprendizaje en la enseñanza primaria de los rudimentos
de los oficios, las artes y las ocupaciones manuales, atendiendo, que la labor educacional debe
afirmar una cultura y un trabajo argentinos, suministrando al hombre y a la mujer los medios
necesarios para desenvolverse libre y plenamente en la sociedad. Luego de estos considerandos se
autoriza al Consejo Nacional de Educacion a implantar el pre-aprendizaje de labores manuales en el
grado 5º y 6º de las escuelas primarias. A pesar de la introducción de las actividades prácticas y
manuales, se insiste en que la enseñanza debe concentrarse en las materias “formativas”: historia,
idioma, moral y religión.
De esta forma, “los más transcendentales e importante acontecimientos de los últimos años” eran
los hechos y sucesos que habían llevado al poder a Juan Domingo Perón, los que sumados a la
llamada “doctrina social del plan de gobierno” como los promulgados derechos del trabajador, los
derechos políticos de la mujer, los derechos de la ancianidad y la dignificación del trabajo,
constituirían una buena parte de los contenidos de los nuevos planes de estudios.
La Comisión recordaba a los maestros que era más importante provocar la participación de los
alumnos que la información resultante que éstos obtuvieran, porque “el objetivo esencial que debe
perseguir es inculcar valores religiosos, patrióticos, estéticos y sociales, formar aptitudes hábitos e
ideales”.

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