Como satisfacer las necesidades básicas de nuestro verdadero ser

Introducción.- El anhelo del ser humano es la la felicidad haciendo el bien a la manera del
Creador, lamentablemente esto es casi imposible, sin embargo con la ayuda de Dios es posible.
Veamos cómo podemos satisfacer las necesidades básicas y prioritarias de nuestro verdadero ser.

1.- Los seremos humanos necesitamos el “perdón de Dios” (Salvación)

Los hombres fuimos creados para vivir en completa felicidad y plena comunión con nuestro Padre
Celestial, pero lamentablemente el hombre hizo mal uso de su libre albedrio y pecó, cayó en la
trampa, por tanto necesita ser salvado (perdonado)
Debemos saber que todos los hombres somos pecadores Rom 3:23, 1 Jn 1:8; Ese pecado nos
aparta de Dios Is 59:2; el pecado impide que seamos verdaderamente felices, es además un fardo,
es una cadena de esclavitud Jn 8.34, es una enfermedad y es ceguera Mat 15:14; Ap 3:17;
además es una afrenta Prov 14:34
Entonces estar en pecado y sin perdonar dichos pecados es terrible, espantoso y trágico. Por eso
una de las mayores necesidades es ser “perdonados” Jesús vino para eso Is 53:5; Mar 2:5; Mt
1:21. La oración del Padre nuestro justamente nos enseña a pedir necesidades básicas como el
pan y allí está el perdón. Por eso el salmista dijo Sal 32:1.
El perdón de nuestros pecados es obra de Jesucristo, quién murió por nosotros.

2.- Los seremos humanos necesitamos hacer el bien (santificación)

Los seremos humanos fuimos creados a imagen y semejanza de un Dios bueno, amoroso,
perfecto, bondadoso. Lamentablemente a causa de la “caída” perdimos esa capacidad de hacer el
bien. Queremos hacer el bien a la manera de Dios, queremos amar a Dios, a nuestros prójimos y
no podemos o, se nos hace muy difícil, como resultado nos sentimos frustrados, desilusionados,
divididos, cansados, deprimidos etc. Es que humanamente es imposible, para los cristianos
(creyentes) la necesidad de hacer el bien es aún mayor y un imperativo, pero solo con nuestras
fuerzas no es posible, el ejemplo lo tenemos en los apóstoles, que luego de tres años de escuchar,
ver, sentir, aprender directamente de Jesús, siguieron siendo igual de temerosos, dubitativos,
violentos, traicioneros, etc. Vemos que solo pudieron cambiar cuando vino a ellos un poder
grandioso, esto el propio Dios, es decir el Espíritu Santo. Jesús lo prometió Jn 16:7-11, 13,14,
Hech 1:4,5,8 . Hasta que fueron bautizados Hech 2:1,2,4, 46,47 Hech 4:8,11,12
Tenemos ejemplo en Saulo de Tarso, un hombre malo y acostumbrado al mal, fue salvado
(perdonado) por Jesús, pero luego por el poder del Espíritu Santo se convirtió en un buen creyente
en un santo que pudo decir que le imitemos 1 Cor 11:1, Fil 3:17.
El hacer buenas obras a la manera de Dios es obra del Espíritu Santo.

Conclusión.- Las necesidades básicas y más importantes de nuestro verdadero ser, son el perdón
y hacer el bien, humanamente es imposible, pero con Dios es posible; en Jesucristo tenemos
perdón (salvación), y con el Espíritu Santo tenemos la capacidad y poder para hacer el bien,
conforme a los propósitos de Dios. Ser santos para entrar al cielo y vivir eternamente con Dios.