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BIOGRAFÍAS DE COMPOSITORES BOLIVIANOS

SIMEON RONCAL:

Nacido en Sucre el 21 de abril de 1870. Falleció el 13 de Enero de 1953


en la ciudad de La Paz a los 83 años. En mayo de 2001, sus restos
mortales fueron trasladados al Mausoleo de Notables del
Cementerio General de la ciudad de La Paz, a pedido de su nieta Iris
Allison Roncal y gracias a la aceptación y colaboración de la
Administración General del Cementerio, quienes realizaron un acto
emotivo con la interpretación de sus composiciones con la
participación de la Banda Municipal de La Paz.

A los siete años comenzó con el estudio de piano con su padre musicólogo Don Juan Roncal,
luego con profesores extranjeros como Don Emilio Gott, español. A los nueve años trabajaba
como primer organista de la Catedral Metropolitana en la ciudad de Sucre.

Durante su juventud se dedicó por completo al estudio de la armonía, estructura y composición


musical. Fue uno de los que fundó la Filarmónica en la ciudad de Sucre, fue también Director de
Bandas y uno de los principales componentes de Gesta Bárbara en Potosí. Su labor cultural y
musical del maestro, constituye también un legado apreciable. Su biografía fue solicitada y
publicada por muchas revistas en España, México, Brasil, Argentina y por "Biografía Mundial"
con sede en Nueva York.

También fue objeto de críticas de eminentes musicólogos mundiales como el maestro Leonid
Urbenin, Director de Orquesta Sinfónica de Buenos Aires, Ex Director de los conservatorios
Nacionales de Moscú y San Petersburgo; del Mozarteum de Salzburgo, quien en sus partes
salientes de crítica dice: "Las cuecas de Simeón Roncal todas, absolutamente todas, posee en
muy grande valor no solamente por el gran equilibrio de sus partes y de su armonía
compositiva. Son algo preciosos por la forma de la canción Folklórica y, no del carácter o
calidad común, de esa forma pequeña fácil".

El maestro Roncal, ha realizado una gran aportación a la cultura musical de Bolivia. Entre sus
composiciones se encuentra la "Marcha Fúnebre", inspirada en el redoble de campanas de la
Catedral de Sucre y dedicada a su ya fallecida esposa Virginia Cortez de Roncal. También
podemos citar la "Marcha hacia el Chaco", dedicado al Ejército Nacional y una selección de
cuecas, bailecitos, kaluyos, marchas e himnos, muchas de estas aún innéditas, incomparables
por su técnica pianística y por la expresión del hondo y admirable caudal del sentimiento
popular, en sus manifestaciones de melancolía o de desbordante regocijo. Componía
íntegramente una pieza musical sin que le falte una nota y la interpretaba varias veces puliendo
frases, aumentando o suprimiendo acordes, hasta que estaba seguro de haber depurado las
obras. Por todo esto, es considerado el primer Compositor Boliviano. En 1922 editó su obra “20
cuecas para piano”

EDUARDO CABA

La ciudad de Potosí, fue la cuna de uno de los más fecundos e inspirados compositores de la
Música Boliviana, el Maestro Eduardo Caba, nacido en 1890. Inicialmente fue su madre la que le
impartió las primeras lecciones de piano, hasta que en 1926 se traslada a Buenos Aires para
continuar el estudio con el maestro Felipe Boero. En 1927 de retorno a la Patria el Gobierno le
concede una beca de estudio a España donde completa su formación con los maestros Joaquín
Turina y Pérez Casas. Eduardo Caba se especializó en la ciencia musical, en la forma de
combinar y armonizar los sonidos, cuidando de re4starle los elementos básicos. En 1942 El
Maestro Eduardo Caba es nombrado Director del Conservatorio Nacional de Música de la
ciudad de La Paz, impartiendo los conocimientos y experiencia que le llevó años de trabajo en
la investigación de la temática musical. La obra de este talentoso compositor principalmente
se basa en la creación de un nuevo estilo de expresión en los temas andinos que se escuchan en
sus “18 Aires Indios”, parte de sus poemas para flauta y Orquesta llamada “Quena”, “Leyenda
Quechua” “Himno al Sol” algo destacable de sus obras comprende el ballet “Kollana”, la
Pantomima “Potosí” las obras populares: “Kollavina” “Korikilla” “Flor de Bronce”
“Romancillo” y otras más. Según opiniones del Maestro Caba, las obras musicales de su
inspiración eran parte del sentir de su alma, su corazón, y fragmentos de su vida, pero sobre
todo del gran amor que tuvo por su Patria. Eduardo Caba falleció en la ciudad de La Paz en
1953, fue uno de los más grandes cultores.

MIGUEL ÁNGEL VALDA PAREDES

Músico compositor, nació en Sucre (Chuquisaca) el 8 de mayo de 1885. El maestro Miguel Ángel
Valda Paredes falleció el 27 de octubre de 1957.

Desde temprana edad demostró tener un gran sentido musical, y una extraordinaria memoria,
cualidades innatas para aprender instrumentos, fue alumno aventajado del colegio Pontifico de
San Cristóbal, lució con orgullo la beca roja que identificaba a la renombrada institución. La
perseverancia y el interés por conocer hizo que Miguel Ángel se acostumbrara a salir los
domingos a los alrededores de la ciudad a observar las fiestas campesinas y conociendo ya la
escritura musical puesto que escribía con mucha facilidad no le fue difícil copiar la música
ejecutada por los “fiesteros” habiendo coleccionado casi un millar de canciones, esa
experiencia sin duda le permitió aflorar la capacidad de transcribir musicalmente. En 1901
cuando el maestro Simeón Roncal que entonces contaba con 31 años se desempeñaba como
organista en el coro alto de la Catedral Metropolitana de Sucre del que era su director el
célebre maestro Lorenzo Andreoti, Miguel Ángel que por entonces contaba con 15 años fue
alumno del maestro Manuel Caballero quien le enseñó piano, guitarra, flauta con esa
preparación y capacidad de ejecución, formó parte de la Orquesta de la Catedral. En ocasión de
celebrar la “fiesta grande” dedicada a nuestra señora de Guadalupe, madre y protectora de
Chuquisaca el 8 de Diciembre, donde participaron los mejores músicos y voces de la ciudad que
conformaban la filarmónica de Sucre, quedó registrada una anécdota que involucraría al
maestro Roncal y a su discípulo Valda. Al finalizar el acontecimiento el maestro Roncal encontró
cerca del órgano una hojita pautada con la escritura a lápiz de unos compases encabezados con
la descripción que decía “cueca por vp”, el maestro Roncal pasó la vista por la pequeña
partitura y con sorpresa observó que no era nada menos que su cueca N°3, a la que ni siquiera
le había puesto nombre y que menos la había escrito aun Roncal, por mucho tiempo se
preguntaba quién era el quien escribió esas líneas, nadie sabía y menos conocía has que el
“misterio de la catedral” se descubrió que era el joven Valda, alumno del maestro Roncal y
sabiendo que este no escribía pronto sus obras y quedaban olvidadas; Miguel Ángel que vivía al
frente de la casa del músico Roncal se dedicaba a copiar detrás de la puerta donde Roncal
componía sus obras, registrando sin que le faltaran una sola nota, este hecho sorprendió al
maestro Roncal por la habilidad de su alumno y de ese modo pese a la diferencia de edad (15
años) nació una estrecha amistad entre los dos.

Miguel Ángel ingresó a la Universidad de Chuquisaca egresando como abogado, llegando a


cumplir la función administrativa como Munícipe y juez de partido en lo penal. Se tiene
presente en la época de oro de la música Boliviana, la reunión de un grupo de músicos de
primera línea formado por los 5 grandes compositores: Simeón Roncal, Miguel Ángel Valda,
José Lavadenz, Telmo Solares y Belisario Zárate, en una velada artística memorable.

Miguel Ángel Valda, fue compositor de las cuecas “Sed de Amor”, “Marquesita”, “Rosas y
Violetas” cuyas letras corresponden al poeta Rafael García Rosquellas estrenadas con la
magistral interpretación del Coro de Sucre. También cooperaron en el aporte literario los
poetas: Octavio Campero Echazú, Enrique Reyes Barrón, Nicolás Ortíz y Ramón Chumacero.
Artísticamente fue creador del cuarteto de cuerdas Valda, Sucre y varias Estudiantinas. Las
partituras originales fueron editadas por la imprenta de la Universidad de San Andrés de la
ciudad de La Paz, bajo el título de “Música Folklórica Nacional de Bolivia”

VARGAS CANDIA, Teófilo

(Quillacollo, Cochabamba, Bolivia, 1866 - 1961).- Músico, compositor y dramaturgo.


Su formación musical comenzó con el canónico de apellido Mordoñez, quien le imparte
lecciones de teoría y solfeo. En 1879 -según apuntes de Walter Sánchez- recibe su
nombramiento de tiple de coro de la Catedral. Así llegó a ser apreciado por los miembros del
Cabildo, y en especial por el Obispo de Cochabamba, Francisco María del Granado, quien lo
toma bajo su tutela y lo dota de métodos de armonía, del solfeo, de composición e
instrumentos musicales. En marzo de 1893 recibe el nombramiento de Maestro de Capilla
interino de la Catedral, cargo en que luego sería titular tras aprobar unos exámenes de
competencia. En 1894 organizó en su domicilio la primera Escuela de Música de la ciudad de
Cochabamba, donde enseñaba de manera gratuita el piano, el violín, la flauta y otros
instrumentos. En 1907 fundó una nueva escuela esta vez con el nominativo de Conservatorio
Musical ‘Cochabamba’, espacio donde se formarían varias promociones de artistas; esta
institución cambiaría su nombre en 1957 con el de ‘Teófilo Vargas’ y que funcionó hasta la
década de 1960. Compuso el Himno a Cochabamba en 1901, pieza que inicialmente fue titulada
como Himno ‘14 de Septiembre’ y que fue nominada como Himno Departamental de
Cochabamba en 1914. Otras de sus creaciones: ‘19 de agosto’ (1885), ‘El castillo negro’ (zarzuela
infantil, 1902), ‘Aroma’, ‘Coronilla’ (melodrama, 1912), ‘Rumores del Topater’, ‘Ruge el viento’, y
otras. En suma fue gestor de una larga lista de yarabís, bailecitos y pasacalles.

En artículo aparecido en 1990, el estudioso Juan Quinteros Soria, valora con los siguientes
conceptos su obra: "El arte de Teófilo Vargas es desbordante como trabajo directo sobre la
tradición, esboza un sujeto que se constituye de tiempos, mejor de épocas, es esa inmersión
progresiva a un pasado cada vez más remoto, ese juego final en el que la colonia es una abertura
hacia el incario..." y más adelante afirma: "Como Nataniel Aguirre, Jesús Lara, Roncal, Arturo
Borda, Teófilo Vargas inserta su trabajo en la perturbadora vivacidad de este material,
desplazando este lenguaje hacia el espacio de una mediación armónica correspondiente a las
retóricas del piano clásico o el arte vocal, más propiamente del canto lírico. La preparación de su
arte se inicia en la del compilador y culmina en la jerarquía de una nueva escritura".
En cuanto a sus creaciones para teatro, el historiador Porfirio Díaz Machicao anotó: “Teófilo
Vargas, insigne creador del melodrama boliviano. Enalteció las candilejas del teatro boliviano. Le
colaboraron actores de renombre como: Félix Salamanca, Gastón Paz, José Virreira, Emilio
Gutiérrez y otros”.
JOSÉ MARÍA VELASCO MAIDANA
José María Velasco Maidana, Director de cine, compositor, director, actor, pintor y bailarín. Es
uno de los precursores del cine boliviano. Nació en Sucre, Bolivia el 4 de julio de 18962 y falleció
el 2 de diciembre de 1989 en Huston, Estados Unidos.
Conocido por sus ballets y obras sinfónicas, algunos de los cuales abarcan temas
nacionales/autóctonas" y también por sus películas. Entró en la industria del cine "en el
comienzo mismo de la producción boliviana de ficción". Su primera película, "La Profecía del
Lago", se realizó en 1925, justo después de "Corazón Aymara", la primera película de ficción
realizada en Bolivia por Pedro Sambarino en 1925. La Profecía del Lago cuenta la historia de
amor contemporánea entre un aymara y la hija de un terrateniente. La película fue censurada,
debido a su "crítica social" y debido a los prejuicios sociales de la época respecto a las
relaciones entre distintas clases sociales.
Velasco Maidana luego comenzó su propia compañía de producción, Urania Films. Sus dos
siguientes películas, "Wara Wara" (1930) y "Hacia la Gloria"(1931) se realizaron y presentaron en
formato cinematográfico y Wara Wara es la única película boliviana de la época del cine silente
que sobrevive actualmente. Velasco Maidana realizó también algunos cortometrajes
documentales, "antes de regresar a la música".
Luego de su incursión en el cine, se dedicó exclusivamente a la música, y dejó a Bolivia para
trabajar en el extranjero. Entre sus ballets notables se puede citar "Amerindia" (1940). Le
Courrier describe su interpretación de los indígenas bolivianos indígenas no sólo como una
asimilación del espíritu de su tiempo, sino también como progresista para la época, poniendo
de relieve la condición de los pueblos indígenas, denunciando el racismo, y planteando la
cuestión de su papel en la sociedad.
En 1940, Maidana, retorna a Bolivia de Alemania donde había estado el año anterior, y organiza
la Orquesta Nacional de Conciertos con la que ese año estrenó su ballet Amerindia. En torno al
grupo de la Orquesta Nacional de Conciertos se constituiría luego la Orquesta Sinfónica
Nacional de Bolivia, creada mediante Decreto Supremo Nro. 297 el 6 de abril de 1945.

VISCARRE MONJE, HUMBERTO (1898-1971)

Compositor boliviano, nacido en La Paz en 1989, falleció en 1971. Estudió en el Conservatorio


Nacional de Música, recién creado y dirigido por el peruano David Molina. Posteriormente
amplió sus estudios en Europa, concretamente en Italia y Francia, en donde llegó a convertirse
en un virtuoso del piano y un compositor de fama. Fue además un notable escritor y poeta, un
ilustre pedagogo. Dirigió el Conservatorio Nacional de La Paz y fue director y fundador, junto
con Armando Palmero, de la célebre Academia Man Césped de Cochabamba.

Sus composiciones se caracterizan por la asimilación de elementos populares y de la música


indígena, introducidos en las melodías con gran elegancia expresiva y transparencia armónica,
especialmente en sus obras para piano. Merecen ser destacadas en su producción las
siguientes composiciones: Pequeña danza, Motivo aymara, Capricho andino, Allegretto
scherzando y la que tal vez le otorgara mayor popularidad en su Páis y en sus giras como
pianista Rondino

VILLALPANDO BUITRAGO, ALBERTO

(La Paz, Bolivia, 1940).- Músico y compositor.


Realizó estudios musicales de piano y composición en el Conservatorio Nacional ‘Carlos L.
Buchardo’ de Buenos Aires, Argentina, donde estudió con los maestros Jurafsky, Castro,
Ginastera, García Morillo y otros. Ha sido becario del Instituto ‘Di Tella’, también de Buenos
Aires. En 1964 ganó el Primer Premio a la música en el Festival ‘Luz Mila Patiño’, con dos obras
de cámara.
En el terreno del cine, es sin duda el compositor más importante; ha hecho la música de
películas de Jorge Ruiz, Jorge Sanjinés, Antonio Eguino, Paolo Agazzi y Juan Miranda, es decir,
de la mayor parte de los largometrajes del período 1952-1985.
Entre los años 1965 y 1967 fue parte del Instituto Cinematográfico Boliviano (ICB), cuando esta
entidad estaba bajo la dirección de Jorge Sanjinés; Villalpando fue el responsable de la
producción musical y allí estuvo trabajando junto a Oscar Soria, Ricardo Rada, Jesús Urzagasti
y Jenaro Sanginés.
Dirigió, junto a Carlos Rosso, el Taller de Música de la UCB (1974-1978). Recibió el Premio
Nacional de Cultura (1998) por parte de Estado Boliviano como reconocimiento a su labor.
A juicio de Carlos Rosso, “A partir de él -en Bolivia- ha cambiado el concepto de músico que hoy
debe ser un profesional, de formación estricta y de alto nivel”.
Algunas de las películas que llevan su música son: Aysa (1965); Ukamau(1966); Mina
Alaska (1968); Yawar Mallku (1969); Pueblo chico (1974);Chuquiago (1977); Mi
socio (1982); Amargo mar (1984) y Tinku, el encuentro(1985).
Ha incursionado en la realización de cortometrajes, como: Bolívar entre la realidad y el
sueño (1983); El círculo (1984); La muerte roja (1984). También ha producido, junto a Blanca
Wiethüchter -su compañera y esposa-, una serie de videos sobre artistas plásticos bolivianos.
Otras composiciones independientes son: Variaciones tímbricas (para soprano y
conjunto); Liturgias fantásticas (para orquesta); Tres canciones(para soprano y
conjunto); Cantana solar (para coros); Yamar y armor (ballet);Cantata del sesquicentenario de la
fundación de la República (para coros); …Y cayeron del cielo (para orquesta de cuerdas de arpa,
2009). También ha producido música electroacústica como Naturalia (1992). En 1995 presentó
una nueva ópera de su creación con el título de Manchaypuito, sobre libreto de Néstor Taboada
Terán.
El poeta y escritor Edgar Ávila Echazú, ha dicho de la música de Villalpando:"…quedarán como
los más profundos logros de la música boliviana contemporánea. Esas obras constituyen la
expresión de un original y fecundo poder creador que se sostiene en una admirable inventiva e
imaginación y en una muy firme y siempre acrecentada sabiduría técnica". Además de los ritmos
nacionales tradicionales, la música contemporánea también es preocupación de Villalpando, el
mismo afirma al respecto: "Apreciar la música nueva, significará abrirse hacia lo misterioso, hacia
aquello que aún no es conocido, y que reportará el goce más legítimo, que ofrece la aventura. Y la
aventura, quiere decir aquí, la amplitud de entendimiento, es decir, el ámbito mismo de la
libertad".
En 1973, en declaraciones al diario ‘Presencia’, habló sobre las razones por las que se queda en
Bolivia renunciando a oportunidades en el exterior del país: “La razón es muy simple: soy
boliviano. Ello significa que mi razón de ser, mi conducta ante la vida, se manifiesten en toda su
plenitud en mi país. Musicalmente, me alimento del modo único, por cierto, con que las cosas
suenan en Bolivia. El sonido de las voces de las gentes, el ruido de las calles, la música lejana,
acompañada del ladrido de los perros, que se oye en el campo, en fin, el ruido del aire y la potencia
con que suena la música nativa; todo esto emerge en el mundo del sonido de una manera única,
que responde esencialmente a mi modo de concebir la música. En otros ámbitos, estos mismos
ruidos suenan de una manera distinta, tienen un color diferente que no responde a mi necesidad
sonora”.

ATILIANO AUZA

Aunque la ópera (del italiano Ópera: obra), como pieza musical con acompañamiento de
orquesta y sin diálogo hablado surge en la Florencia del siglo XVI, en realidad cuenta con una
larga tradición que se remonta al drama griego, que se sabe en gran parte era cantada aunque
hasta hoy no se haya rescatado ninguna muestra de aquel tiempo.
En la historia de la música boliviana, la primera Ópera de la autoría del insigne músico y
compositor Atiliano Auza León es “Incallajta”, estrenada en el teatro Municipal de la ciudad de
La Paz en 1980, con acompañamiento de la Orquesta Filarmónica, el coro del Instituto Laredo y
el ballet Vidanza de Cochabamba, contando entre el elenco con figuras tales como Gastón Paz
Segarra (barítono); Paola Alcócer (soprano), Ismael Alarcón (tenor), Ricardo Estrada
(barítono), Judith Carmona (cotralto) y José Coca (bajo profundo), en los papeles estelares de
El Inca, Kori Tika, Mosoj Uma, Kolque Ñawi, Mama Sonko y el Laika, respectivamente.
Seguidamente, efectuamos un breve repaso del argumento de esta singular obra, que se
escenifica en el valle de Cochabamba treinta y tres años antes del arribo de las carabelas de
Cristóbal Colón al continente americano, en la ciudadela incaica considerada la más importante
en el país, por lo cual inicialmente se la conociera como la “Macchu Picchu boliviana”;
mostrando una escenografía de gran esplendor, en la cual el arte que despliegan los personajes
destaca aún más:

En el Primer Acto, el Inca Supremo ofrece una fiesta de celebración a los guerreros que
retornan victoriosos portando prisioneros. La bella Ñusta Kori Tika, ama al joven guerrero
Mosoj Uma y ambos contemplan la “Chasca” (estrella) que guiará su destino. Una influyente
pariente del Inca, pide a la Ñusta se integre al harem del palacio y le dice que deje al guerrero
que por ser pobre nunca le brindará nada. También el hombre rico habla con la madre y le pide
que influya en la elección de la hija. Ella rechaza la oferta y le canta su amor a Mosoj Uma. El
Inca Soberano eleva una oración al Sol pidiendo lluvia y agua para la siembra, y el pueblo
acompaña el pedido, cantando “Danos lluvia. Danos agua”…

El Segundo Acto se inicia con el canto de la hilandera, acompañado por el coro de mujeres que
tejen y cocinan para los trabajadores, que acuden a comer y beber. La Ñusta es asediada
nuevamente, pero ella se va al lado de su amado, dejando al Inca que estalla en cólera y planea
con el viejo brujo del Imperio una terrible venganza. Los jóvenes amantes que desconocen las
intrigas, cantan en dúo de amor, una pieza musical de hondo contenido romántico.

En el último Acto, el pueblo pide sacrificio y el Inca accede. Se prepara a un grupo de ñustas,
entre las que se halla Kori Tika a quien el brujo comprado por el Inca elige para el suplicio. En la
celda, esperando la muerte Kori Tica, canta un aria hermosa y extensa, de profundo
dramatismo. Luego es ejecutada y Mosoj Uma por intentar salvar a su amada es acuchillado y
muerto, y al comenzar a llover en pleno funeral todos sobrecogidos entonan alabanzas al Sol:
Jallalla lluvia, Jallalla!…

De todas maneras, se puede afirmar que “Incallajta” no ha perdido nada de su belleza lírica y
dramática, al conmoverse los espectadores con la composición musical tanto como tres
décadas atrás. Y puesto que el día de hoy el Maestro don Atiliano Auza celebra un
acontecimiento tan especial en la vida como es el Nonagésimo aniversario, desde estas páginas
le expresamos una loa de admiración y respeto.

Fuente de Consulta:

http://www.pentagramadelrecuerdo.com/valda.htm

http://elias-blanco.blogspot.com/2012/04/teofilo-vargas-candia.html

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=viscarra-monje-humberto

http://elias-blanco.blogspot.com/2012/06/alberto-villalpando-buitrago.html

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