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DESIGUALDAD EN AMERICA LATINA


iRompiendo con la historia?

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EN AMERICA LATINA

¿Rompiendo con la historia?

David de Ferranti
Guillermo E. Perry
Francisco H. G. Ferreira
Michael Walton

BANCO MUNDIAL AAlfaomega


Publicado originalmente en inglés como : lnequality in Latin America. Breaking with History?, por el Banco
traducción al castellano fue hecha por Alfaomega Colombiana y es responsable de su precisión . En caso de
idioma original.

Los desc~brimientos, interpretaciones y conclusiones expresados aquí pertenecen a los autores y no refle
puntos de vista de la Junta de Directores Ejecutivos del Banco Mundial o de los gobiernos que representa
El Banco Mundial no garantiza la exactitud de los datos incluidos en este trabajo. Las fronteras, los colo
información expuesta en cualquier mapa de este trabajo no denotan opinión alguna por parte del Banco M
la condición jurídica de ninguno de los territorios, ni aprobación o aceptación de tales fronteras.

Todos los derechos reservados.

Para esta edición :


© 2005 Banco Mundial en coedición con
Alfaomega Colombiana S.A.
Calle 106A No. 22-56. Bogotá, Colombia
www.alfaomega.com.co .

ISBN 958-682-542-6

Edición y diagramación: Alfaomega Colombiana S.A.


Traducción al castellano: Luis Eduardo Fajardo Suárez, Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia.
Impresión: Gráficas de la Sabana, Bogotá.
Resumen

Capítulo 1: Introducción: motivación y marco conceptual


1.1 Marco conceptual
1.2 Las consecuencias de la alta desigualdad
Notas ~'. . . . . .. .. . . . . . . .. .. .. . . . ..... . . .... . .

Parte 1: La naturaleza de la desigualdad en América Latina

Capítulo 2: Vidas diferentes: la desigualdad en América Latina


2.1 Algunos elementos conceptuales
2.2 Desigualdad de ingresos y lo que sigue
2.3 Asuntos de medición y limitaciones de los datos
2.4 La desigualdad en América Latina en perspectiva
2.5 Mirando dentro del ingreso del hogar
2.6 Desigualdad más allá de los ingresos
2.7 Conclusiones ................ ............ .............. ................ ..
Notas.......... ....... ................ ............. ............. ................... .........................................................

Capítulo 3: Desigualdad al interior de grupos: el papel de la raza, la etnia y el género


3.1 ¿Quiénes son el pueblo de América Latina?
3.2 Desigualdad entre individuos durante el ciclo de vida
3.3 ¿Se reduciría la desigualdad de ingresos si los retornos al capital humano fueran más igual
3.4 Conclusiones
Notas ................................... .......... ................. ........... .................................... ....................... ...

Parte 11: Los determinantes de la desigualdad en América Latina

Capítulo 4: Raíces históricas de la desigualdad en América Latina


4.1 Dotación de factores, desigualdad e instituciones
4.2 La persistencia de la desigualdad : el período colonial.. .................................................... ...
4.3 La persistencia de la desigualdad : Posindependencia
4.4 El siglo XX
4.5 El siglo XXI y lo que sigue

Capítulo 5: Interacción Estado-sociedad como fuente de persistencia y cambio en la desigua


5.1 Estructuras políticas y sociales como fuerzas para la reproducción de la desigualdad...... ....
5.2 El potencial para igualar el cambio político y social................................ ...........................
5.3 Conclusiones
Notas
7.1 Educación
7.2 Derechos de propiedad, tierra y vivienda
7.3 Servicios de infraestructura y el impacto distributivo de la privatización
7.4 Conclusiones
Notas

Capítulo 8: Políticas sobre mercados e instituciones


8.1 Mercados y desiguald ad
8.2 Políticas de mer cado laboral y desigualdad
8.3 Desigualdad y crisis macroeconómicas
8.4 Conclusiones
Notas

Capítulo 9: Impuestos, gasto público y transferencias


9 .1 Impuestos y distribución
9.2 Gasto social público y distribución
9.3 Transferencias de dinero efectivo y distribución
9.4 Conclusiones
Notas

Apéndice estadístico

Bibliografía

Lista de recuadros

1.1 Midiendo la desigualdad de oportunidades en Brasil

2.1 Clase social ......................................................................................................................... ................................


2.2 Movilidad en América Latina: ¿Qué tant o se sabe?
2.3 Algun as descomposiciones sencillas
2.4 Capital social y confianza
2.5 Incapacidad y distribución

3.1 Distribución de la población de las Américas: una evolución histórica ..


3.2 Todos Contamos: el Censo N acional y la inclusión social ....................................................................................
3.3 El desafío de la identificación y medición racial, étn ica y de género
3.4 ¿Que pasa si dejamos "todo lo demás constante"?
3.5 El otro traba jo de las mu jeres: tareas domésticas
3.6 Metodología de descomposición de Oaxaca-Blinder
3.7 Metodología econométrica
7.1 Élite empresarial y el temor a la educación: ¿Hay una trampa de bajo nivel? Evidencia del Nordeste de Brasil y
de los Estados Unidos
7.2 Educación bilingüe: preservando la herencia cultural sin ser dejado atrás
7.3 El potencial de la tierra para la reducción de la pobreza en México rural................ .........

8.1 Puntos de vista alternativos acerca del impacro potencial de las reformas orientadas al mercado y la desigualdad
8.2 La evolución de firmas de pequeña-escala en la "Tercera Italia"
8.3 Sindicaros, empresas y la expansión de cosechasde exportación de alro-valor en Petrolina-Juazeiro en el nordest
8.4 Instituciones, política macroeconómica e inestabilidad

9.1 ¿Significanmucho los números sobre incidencia tributaria?


9.2 Tópicos en la valoración de servicios públicos
9.3 Resumiendo la incidencia de beneficio utilizando las elasticidades de ingreso Gini (GIE)

Lista de figuras
Diferencia en años promedio de educación entre quintiles superior e inferior para personas entre 31-40 y 51-60
en 2000
2 Tendencias en desigualdad de ingreso en América Latina entre comienzos de la década de 1990 y comienzos de
de 2000
3 Elasticidad de la reducción de la pobreza con respecro al crecimiento para niveles diferentes de desigualdad
4 Salarios de varios grupos en relación con salarios de hombres blancos
5 Selección marital y desigualdad de ingresos...
6 Distribución de resultados de exámenes de matemáticas y lectura para jóvenes de 15 años de edad en Brasil, M
yen los países de la OCDE
7 Recaudo tributario con relación al PIB per cápita
8 Incidencia de acceso promedio y marginal en varios servicios de la salud .
9 Focalización en los pobres y cobertura entre los pobres para distintos tipos de programas en Brasil

1.1 Un marco conceptual sencillo


1.2 Percepcionesde justicia con respecro a la distribución de ingresos en América Latina
1.3 Desigualdad y pobreza con una media constante
1.4 Las elasticidades del crecimiento se vuelven menos negativas con la desigualdad

2.1 Distribución del ingreso por deciles (ingreso del hogar per cápita)
2.2 Distribución del ingreso del hogar per c ápita excluyendo el 1% más rico, México, 2000
2.3 Ingresos equivalentes de los hogares
2.4 Índices de bienestar agregado para Argentina bajo suposiciones alternativas de la aversión de una sociedad a la
2.5 Desigualdad del consumo en Brasil, una perspectiva internacional
2.6 Distribución del ingreso del hogar per c ápita, por región, para la década de los 90
2.7 Diferencia en años promedio de educación entre quint iles superior e inferior, por país
2.8 Brecha salarial por hora entre trabajadores calificados y no calificados, para hombres entre 25 y 55 años de edad
2.9 Brecha salarial por hora entre trabajadores semicalificados y no calificados, para hombres entre 25 y 55 años de
2.10 Aumenro en sueldo por hora para trabajadores con educación universitaria, hombres entre 25 y 55 años de edad
2.11 Resultados de mercado laboral por género
2.12 Razón del número de niños menores a 12 años por hogar entre quintiles superior e inferior
2.13 Tasas de matrícula por edad y país
2.14 Brecha en acceso a servicios, por país

3.1 Educación primaria completa o menos, por raza, etnia y género


3.2 Proporción de trabajadores en ocupaciones de servicios o gerenciales, por grupos y país
6.5 Participación de la fuerza laboral y desigualdad a través de países
6.6 Desempleo y desigualdad a través de países
6.7 Informal idad y desigualdad a través de países
6.8 Retornos sobre la educación y desigualdad a través de países
6.9 Distribución y retornos de la educación explican algunas de las diferencias entre distribuciones de ingresos
6.10 Selección marital y desigualdad a través de países
6.11 Dependencia de la juventud y desigualdad a través de países
6.12 Dependencia de la vejez y desigualdad a través de países
6.1 3 El papel de la conducta reproductiva en la explicación de las diferencias de distribución de ingresos entre Brasi
y los Estados Unidos
6.14 Gasto público total y desigualdad de ingresos
6.15 Gasto público en educación primaria y desigualdad de ingresos
6.16 Transferencias públicas de ingresos a hogares y desigualdades de ingresos
6.17 Diferencias entre EE.uu. y Brasil, registradas y simuladas, incluyendo ingresos no laborales y reponderación
6.18 Ingresos de jubilación como una porción de ingresos totales de hogar, Brasil y Estados Unidos
6.19 Ingresos no laborales justifican algunas de las diferencias entre las distribuciones italiana y chilena de ingresos

7.1 La larga cadena de interacciones desde la educación desigual hacia resultados más igualitarios
7.2 D inámicas de la educación en países escogidos; años de educación de hombres y mujeres por grupo de edad
7.3 Años de educación por cohorte para negros y blancos en Brasil y Sudáfrica
7.4 Gasto por nivel de educación en Chile, México y Brasil
7.5 Polarización y derechos de propiedad a través de países :
7.6 Desigualdad en la tierra y el crecimiento , 1970-99
7.7 Impuestos sobre la propiedad como un porcentaje del PIB en América Latina y otros países ........ .............. .......
7.8 Inversión pública y privada en sectores escogidos de infraestructura en América Latina, 1980-98
7.9 Aumentos en acceso a infraestructura, por decil de ingresos en Argentina y Nicaragua
7.10 Opiniones sobre la privatización en América Latina en momentos diferentes en el tiempo

8.1 La extens ión de las reformas de política en América Latina, con variaciones de país y política
8.2 Correlación entre cambios en la reforma y camb ios en desigualdad de ingresos
8. 3 Tendencia hacia el amig uismo versus voz y rendición de cuentas
8.4 Cumplimiento tributario versus tendencia hacia el amiguismo
8.5 Rigidez de mercad o laboral e informalidad
8.6 La asociación entre volatilidad macroeconómica y medidas de condiciones institucionales
8.7 La evolución de la participación del trabajo en Chile, México y Perú
8.8 Cambio cumulativo del porcentaje en depósitos a plazo fijo (por residencia y tamaño) en Argentina
8.9 Evolución en la tenencia de activos por extranjeros en Argentina

9.1 Las mayores tasas de impuesto a la renta personal y empresarial en América Latina
9.2 Tasa de impuesto al valor agregado (en América Latina)
9.3 Promedio no ponderado de recaudo tributario e impuestos por categoría en América Latina:
9.4 Una regresión simple de recaudo tributario total versus logaritmo de PIB per c ápita
9.5 Relación entre impuestos a la renta personal e ingresos
9.6 El gasto público social en América Latina: gastos per c ápita, como participación en el gasto público y el PNB,
9.7 Incidencia media y marginal del acceso a varios servicios de salud
9.8 Incidencia y marginal del beneficio para el acceso al agua en América Latina
9.9 Coeficientes de concentración para el gasto público social, México 2000
9.10 Focalización, cobertura de los pobres y gasto en varios programas, Brasil 1997
9.11 Razón de ingresos del quinto al primer quintil de ingresos, con y sin transferencias públicas, Chile, 1990-98
9.12 Gasto total en seguridad social
3.3 Percepción del entrevistador Vi. la autopercepción de etnia - Perú, 2000 (porcentajes)
3.4 Tasa de educación y alfabetismo femenina y masculina ......................................................................................
3.5 Diferencia en la probabilidad de estar en cada sector, por raza yg énero (porcenta je)
3.6 Porción del sector que es femenino (porcentaje)
3.7 Distribución ocupacional, por género
3.8 Propiedad de activos, por raza, etnia y género (porcentaje)
3.9 Acceso a servicios, por raza, etnia y género (porcentaje)
3.10 Descomposición de los diferenciales promedio por grupo del logaritmo del salario
3.11 Participación de la desigualdad al inte rior del grupo (para distribuciones de ingreso laboral)
3.12 Descomposiciones del índice de Theil (para salarios por hora)
3.13 Mediciones de ingresos individuales y desigualdad , basadas en ingresos registrados y simulados dentro de grup
y de género

4.1 Distr ibución y composición de la población en economías del Nuevo Mundo (porcentajes)
4.2 Leyes que gobiernan el derecho a votar y el alcance del voto en países escogidos, 1840-1940
4.3 Tasas de alfabetismo en las Américas, 1850-1950
4.4 Tasas de propiedad de tierra en regiones rurales de México, Estados Unidos, Canadá y Argentina a comienzos d
(porcentaje)

6.1 Variación en el desempeño de estudiantes en los exámenes (PISA 2000 )


6.2 Trabajo asalariado y autoempleo en países escogidos, 1995

7.1 Años de educación por quintil de ingresos para Brasil y J amaica, hombres y mujeres de 21-30 años de edad
7.2 Resultados de pruebas de matemáticas en estud iantes brasileños que se identifican a sí mismos como negros o d
comparados con blancos
7.3 Las escuelas justifican sólo una pequeña parte de la variación en resultados de aprendizaje de estudiantes
7.4 Coeficientes Gini para la distribución de unidades operacionales de tierra ag rícola a través de regiones
7.5 Coeficientes Gini para la distribución de unidades operacionales de tierra agrícola en países latinoamericanos
7.6 Reformas agrarias escogidas en América Latina durante el siglo XX
7.7 Distribución de riqueza de vivienda en Brasil, Chile y Perú
7.8 Acceso a servicios escogidos para los quintiles superior e inferior, países escogidos (porcentaje)
7.9 Rentabilid ad de empresas y acceso a infraestructura en Guatemala (ingreso neto del dueño en quetzales por tra
7.10 Cambios de precios después de privatización

8. 1 Efectos de reformas de política sobre la desigualdad : estimaciones de tres estudios


8.2 Cambios en ingreso real per c ápita a través de la distribuc ión de ingresos en México, 1992-2000
8.3 Ingresos financieros durante la crisis de 1994-96 en México
8.4 Costos fiscales totales de crisis financieras escogidas

9.1 Desigualdad de ing resos antes de y después de impuestos y t ransferencias en países industrializados escogidos
9.2 Tipología de países latinoamericanos por posición fiscal y gasto social, 1998
9.3 Estructura tributaria en la década de los 90, América Latina y países desartollados (en porcent aje del PIB, gobi
central consolidado)
9.4 Estudios de incidencia tributaria para países latinoamericanos, 1975-98
9.5 Aumento en el gasto social con y sin la seguridad social. Bases de datos de la Cepal y el FMI
9.6 Síntesis de estudios de caso utilizando estimaciones de la elasticidad de ingresos de Gini (GIE)
9.7 Gastos de seguridad social alrededor del mundo , como porcentaje del PIB
ESIGUAWAD EN AMÉRICA LATINA. ¿ROMPIENDO CON LA HISTORIA? ES EL PRODU

D
conjunto que congregó a un diverso equipo de profesionales internos y
Mundial. El informe se preparó bajo la orientación de David de Ferranti
por un equipo dirigido por Francisco H. G . Ferreira y Michael Walton.
equipo incluyeron a David Coady (del Institute for Food Policy
Cunningham (Banco Mundial) Leonardo Gasparini (Universidad Nacional de La Plata,
Jacobsen (Universidad Wesleyan), Yasuhiko Matsuda (Banco Mundial), James Robinso
California, Berkeley), Kenneth Sokoloff (Universidad de California, Los Ángeles) y Quen
Mundial).
La preparación para este reporte se benefició de manera importante de dos reuniones c
grupo de asesores, en Río de Janeiro en agosto de 2002 y en Washington D. C. en abril de
asesores comprendió a Barry Ames, Richard Bird, Francois Bourgignon, John DiNardo, Pa
Mahoney, Lant Pritchett, Sergio Schmuckler, Judith Tendler y André Urani o El inf
significativamente influido por el comentario de los tres evaluadores principales: Martin Rava
y Michael Woolcock.

Los descubrimientos iniciales del trabajo fueron pre- ticipantes de la reunión, suministra
sentados en dos reuniones de la Red sobre Desigualdad y liosos.
Pobreza, un grupo que opera bajo los auspicios de Lacea Aunque la elaboración de este in
(Latin American and Caribbean Economics Association), con fuerzo colectivo, los autores princip
la participación institucional del Banco Interamericano individuales son los siguientes:
de Desarrollo y el Banco Mundial. Esas reuniones, am-
bas llevadas a cabo en junio de 2003, fueron organiza- • Resumen: David de Ferranri,
das, respectivamente, por Máximo Rossi en Costa Rica, Guillermo Perry y Michael Walto
en representación de la Red entera, y por Sebastián Galiani • Capítulo 1: Francisco Ferreira,
Michael Walton
y Leonardo Gasparini en Argentina, en representación
• Capítulo 2: Leonardo Gasparini
del Capítulo Argentino de la Red. Una edición prelimi-
• Capítulo 3: Wendy Cunningham
nar de conferencia del informe fue entregada al público
• Capítulo 4: Kenneth Sokoloffy Ja
en Ciudad de México en octubre de 2003, y después dis-
• Capítulo 5: Yasuhiko Matsuda y M
cutida en una reunión conjunta de la Red sobre Desigual-
• Capítulo 6: Francisco Ferreira
dad y Pobreza y la Conferencia Anual del Banco Mundial
• Capítulo 7 y 8: Michael Walton
sobre Desarrollo, en Puebla, México, como parte de la • Capítulo 9: David Coady, Francisc
reunión anual de Lacea. José Pablo Arellano, Raquel Perry y Quentin Wodon.
Fernández, Sebastián Galiani , Santiago Levy, Ricardo
López-Murphy, Nora Lustig, José Antonio Ocampo, Ri- Este informe nunca habría sido te
cardo Paes de Barros y Miguel Székely, así como los par- lente asistencia de varios individuos:
nes suministraron contribuciones o comentarios específi- cumentos de antecedentes pueden
cos. Éstos incluyen, en particular, a Ana María Arriagada, guiente dirección electrónica:
José María Caballero, Antonio Estache, Marianne Fay,Ariel http://www.worldbank.org/lacec
A DESIGUALDAD EN AMÉRICA LATINA ES EXTENSIVA: EL PAÍs DE LA REGIÓN CON LA M

L
de ingreso es todavía más desigual que cualquier país de la Organización para
Desarrollo Económicos (OCDE) o de Europa del Este . La desigualdad en Améri
omnipresente, caracterizando cada aspecto de la vida, incluyendo el acceso a la e
los servicios públicos; el acceso a la tierra y otros activos; el funcionamiento
crédito y de trabajo formal ; y el logro de voz e influencia política. La desigualdad también
forma moderna, la alta desigualdad tiene raíces en instituciones excluyentes que han sido
tiempos coloniales y que han sobrevivido a distintos regímenes políticos y económicos, d
intervencionistas y de sustitución de importaciones hasta las políticas más orientadas al m
étnicas y raciales significativas persisten hasta el día de hoy.
La alta desigualdad tiene costos significativos. Incrementa la pobreza y disminuye el im
económico en la reducción de la pobreza. Es probablemente mala para el crecimiento e
especialmente cuando está asociada con acceso desigual al crédito y a la educación, y con t
gran mayoría de los latinoamericanos califica de injustos los actuales niveles de desigualdad
oportunidades es especialmente inaceptable. Por todas estas razones, los países de América
un esfuerzo por romper con su larga historia de desigualdad.

¿Puede lograrse esto? El informe sugiere que la res- ser altamente regresivas. Alcanzar
puesta es positiva, si se produce una acción decisiva para construcción de instituciones y regla
enfrentar el rango de mecanismos que producen la des- go de crisis, y hacer que la distribu
igualdad. En primer lugar, existe la necesidad de reducir menos desigual cuando las crisis ef
la desigualdad en el acceso a los activos productivos. El En tercer lugar, el Estado neces
acceso igualitario a la educación de calidad juega un pa- cidad de redistribuir. Para la mayo
pel central debido a su influencia sobre las oportunida- región esto implicará aumentar sus
des económicas, estatus social e influencia política. Sin butarios, y, en el largo plazo, hac
embargo, una educación más igual tomará décadas para sean más progresivos mediante el
transformar subsiguientemente las demás desigualdades. los impuestos de renta personal
Es también importante alcanzar un acceso más igualita- mayores impuestos sólo tienen sen
rio a la tierra, los derechos de propiedad y otros activos efectivamente. Pese a algo de prog
como la infraestructura. progresividad del gasto social en la
En segundo lugar, existe la necesidad de hacer que las na parte del gasto público sigue sie
instituciones del mercado funcionen mejor para todos a sivo (por ejemplo, los subsidios a
través de la profundización de los mercados financieros y el estado de bienestar "truncado
y de productos , y de instituciones laborales más respecto a los pagos de pensiones
incluyentes que equilibren la flexibilidad con la protec- redistributivas tienen un papel par
ción a los trabajadores. En el dominio macroeconómico, porque las estrategias basadas en a
una preocupación con la redistribución fortalece el argu- para su implemetación. Un área
mento a favor del manejo sano, pues las crisis tienden a metedora es la de transferencias co
influencia yacen detrás de muchos de estos mecanismos las de los países de la OCDE, Europ
que reproducen la desigualdad general. ría de Asia. Más aún, la característic
Esta no es una tarea fácil. Pero puede ser más factible desigualdad del ingreso en América
lograrla hoy que en el pasado, dadas las mayores deman- tración inusualmente alta del ingreso
das sociales por democracias más profundas, una reparti- rior de la distribución. (Sólo algunos
ción más equitativa de la influencia política, acceso más los países sucesores de la antigua U
amplio a la educación y la salud, y un mayor reconoci- desigualdades comparables). En comp
miento para afrodescendientes y grupos indígenas. Estas rico de los ciudadanos de Estados U
demandas son palpables a través de la región y son par- del ingreso total , y en Italia ellos rec
cialmente consecuencia de la globalización de la infor- países más igualitarios de América
mación, las oporrunidades económicas, y los derechos Uruguay) tienen niveles de desi
humanos. Hay ejemplos prometedores de cambio en mar- sustancialmente más altos. La desigu
cha, especialmente a niveles subnacionales, con nuevas -donde puede ser adecuadamente m
alianzas entre élites progresistas, funcionarios públicos, ce ser más alta en los países de Amér
las clases medias y los pobres actualmente promoviendo diferencias con otras regiones no pa
el establecimiento de instituciones más incluyentes y efi- como en el caso de la desigualdad d
cientes. Las desigualdades con respecto a
Esos son los principales mensajes del informe, sobre agua, sanidad, electricidad y telefon
los cuales elabora el resto de esta sección de resumen. camente grandes y están correlacio
Los lectores interesados en la evidencia y el análisis que en ingreso. Por ejemplo, a través de
subyacen a estas conclusiones tendrán que sumergirse en cias en años promedio de educació
el largo texto completo. Esperamos que encuentren que superior e inferior de ingreso, iban e
justifica el esfuerzo . los grupos de 31-40 años de edad y

TABLA 1

Indicadores de desigualdad porpaíses seleccionados deAmérica Latina, Estados Unidos e Italia

Participación del 10% Participación del 20%


Coeficiente superior en el ingreso inferior en el ingreso
Gini total (porcentaje) total (porcentaje)

Brasil (2001) 59,0 47,2 2,6


Guatemala (2000) 58,3 46,8 2,4
Colombia (1999) 57,6 46,5 2,7
Chile (2000) 57,1 47,0 3,4
México (2000) 54,6 43,1 3,1
Argentina (2000) 522 38,9 3,1
Jamaica (1999) 52,0 40,1 3,4
República Dominicana (1997) 49,7 38,6 4,0
Costa Rica (2000) 46,5 34,8 4,2
Uruguay (2000) 44,6 33,5 4,8
Estados Unidos (1997) 40,8 30,5 5,2
Italia (1998) 36,0 27,4 6,0

Fuente : Apéndice estadístico y base de datos SDStats.


Fuente: Apéndice estadístico. tabla A.2 3.

(figura 1). Las encuestas estándar no suministran mate- del acceso a la educación universita
rial comparable acerca de la desigualdad de poder o in- nante fue el de diferencias crecient
fluencia dentro de una sociedad, pero un gran volumen bres, al aumentar más rápidamen
de información política, histórica y sociológica atesti- educación superior de miembros de
gua su notoriedad y su asociación con la riqueza. de los niveles superiores de la distr
Una barrera adicional que corta a través de todas esas portante para futuras dinámicas de
dimensiones es la de raza y etnia, que afecta a todas las la alta y creciente bonificación que
sociedades con poblaciones indígenas o afrodescendientes le otorga a la educación terciaria. L
significativas, tal como se discute más adelante. zación de la década de 1980 trajo
¿Está mejorando la desigualdad? Durante la última básico, alguna ecualización en ciud
década, varios patrones han surgido con respecto a las mente en diferencias en poder. Si
diferencias de ingreso, con más países experimentando igualdades en influencia y en la ap
un empeoramiento que una tendencia de mejoría. En de la ley siguieron siendo grandes e
resumen, los países relativamente igualitarios experi- la región, aún bajo auspicios demo
mentaron alguna desmejora, con un dramático dete-
rioro para Argentina tanto antes como durante su crisis
económica. Brasil, históricamente la nación más des- La alta desigualdad golpea tant
igual de la región, experimentó una modesta pero sig- de pobreza como al desarrollo
nificativa disminución en desigualdad de ingreso (ver La mayoría de la gente estaría de a
figura 2). En años previos, hubo una tendencia hacia grado de desigualdad en una socied
una reducción de la desigualdad en la década de 1970, ofrecer incentivos al trabajo y la in
y una tendencia más pronunciada hacia un incremento go, los niveles de desigualdad prev
de la desigualdad durante la década de crisis de 1980. Latina son claramente costosos pa
Sin embargo, el hecho más notorio en el largo plazo es tres razones generales para preocup
la persistencia de la desigualdad de frente a diversos mino, la mayor desigualdad, ya sea e
regímenes políticos y económicos. dimensiones del bienestar, significa
Con respecto a los servicios e inversión humana, la cualquier punto dado del tiempo.
tendencia general en la pasada década fue más positiva. La alta desigualdad también imp
La mayor parte de la región experimentó al menos algu- námico menor del desarrollo sobre
na ecualización en términos de acceso a-servicios yestatus que ocurra una redistribución sign
de educación básica. Sin embargo, .en un área clave, la ofrece una ilustración numérica de
50

45
.----------.--------
40 +------r------~--
Comienzos de Mediados de Comienzos de la Comienzos de Mediados de C
los años 90 los años 90 década de 2000 los años 90 los años 90 d

.... Argentina ... Bolivia Brasil - Chile . . Costa Rica ..... El Salvador -
..... Colombia -<> Perú Uruguay ...... RB de Venezuela ..... Jamaica ...... México ... Nicaragu

Fuente : Ver figura A.1 en apéndice estadístico.

cimiento económico y reducción de pobreza en el ingre-


FIGURA 3
so). Por ejemplo, Brasil podría reducir la pobreza a la
mitad en 10 años con un crecimiento del 3% Y una me- Elasticidad de la reducción de la po
al crecimiento para niveles diferente
jora del 5 % en el coeficiente Gini (la medida más co-
mún de desigualdad en el ingreso); le tomaría a ese país Coeficiente Gini
30 años lograr el mismo objetivo con un crecimiento Porcentaje
del 3% Y ninguna mejoría en la distribución del ingreso. 0,0
0,3 0,4
En segundo lugar, la desigualdad puede desacelerar el
20,S
proceso general de desarrollo. En contraste con algunas
corrientes anteriores del pensamiento sobre el desarrollo, 20,S

la mayoría de los economistas (y otros científicos socia- 21,S

les) ahora ve a la alta desigualdad como un lastre poten- 22,0


cial para el desarrollo debido a una variedad de razones: el 22,5
acceso desigual al crédito implica perder oportunidades 23 ,0
de inversión altamente rentables para la economía en su 23,5
conjunto: las oportunidades educativas desiguales limitan
24,0
la contribución potencial a la sociedad de algunos de los
24,S
individuos más talentosos; los conflictos distributivos se
ven acentuados , especialmente en el contexto del manejo Nota: La elasticidad es el cambio porcentu
de choques adversos; el crimen y la violencia aumentan; diente a un cambio de 1% en el ingreso pro
y, bajo algunas condiciones, las fundaciones institucio- Fuente: Cálculos del autor basados en una
nales del desarrollo se hacen más débiles, por ejemplo lidad, desde una tasa inicial de incidencia

con respecto de los derechos de propiedad.


En tercer lugar, de acuerdo con encuestas de Latino-
barómetro, la organización de encuestas de opinión pú- diferenres- y es particularmente da
blica, la alta desigualdad es ampliamente rechazada; en general de crecimiento de las soci
casi todos los países encuestados, entre el 80 y el 90 % de difícil desentrañar el efecto de la des
los ciudadanos considera que los niveles prevalentes de dades del efecto de otros factores (t
desigualdad del ingreso son injustos o muy injustos. las preferencias y esfuerzos) sobre la
La desigualdad de oportunidades es especialmente in- tados, algunos intentos indican que
aceptable en términos éticos -implicando que los indivi- cuenta de una fracción significativa
duos enfrentan al nacer opciones de vida totalmente ingresos en países como Brasil (ver
mediante el uso de mano de obra no calificada. Esta mano 0,4
de obra fue suministrada por poblaciones indígenas sub- 0,3
yugadas o por esclavos africanos importados. Los coloni- 0,2
zadores desarrollaron instituciones -notablemente aquellas 0 ,1
relacionadas con la administración de la mano de obra-
0,0
(incluyendo la esclavitud), uso de la tierra y control polí- Brasil Guyana Guat
tico -que consolidaron y perpetuaron su influenci a y ri-
queza. En el período posterior a la independencia, las élites • Hombre no blanco • Mujer no bla
domésticas continuaron moldeando las instituciones y po-
líticas para mantener sus posiciones privilegiadas, por
ejemplo en las áreas de sufragio restringido, acceso a la Fuente: Cálculos del autor basados en dato
educación, y política de tierras. hoga res. Ver capítulo 3.

En aquellas partes de las Américas en donde no había


potencial económico para combinar mano de obra su-
bordinada con recursos naturales valiosos, la evolución
de la desigualdad fue diferente. Éste es más claramente Esas dispar idades a su vez refleja
el caso de Am érica del Norte, en donde pequeños pro - cación y otros activos de los grupos
pietarios inmigrantes (quienes pudieron acometer el desventaja. En el otro extremo de la
poblamiento con tasas de mortalidad más bajas) exitosa- perpetuado su posición a través de
mente resistieron los intentos de imposición de formas trumentos, incluyendo el campo de
autoritarias de gobierno. (No obstante, el uso de la es- les. Un ejemplo de ello es la alta
clavitud en el Sur de los Estados U nidos fue una historia personas a escoger parejas maritale
similar a la encontrada en las naciones latinoamericanas educativo (ver figura 5).
productoras de azúcar). Similarmente, en Costa Rica y De particular import ancia para e
el Cono Sur, la profundidad de las divisiones sociales fue pública es la herencia histórica de
menor que la encontrada en otras áreas en donde la po- Estado. Al final del siglo XX, la m
blación indíg ena y esclava se hallaba concentrada. Sin de América Latina todavía se ajust
embargo , en esos países, una variedad de fuerzas, inclu- . modelo de clientelismo incrustado
yendo la abundancia de tierras y la alt a concentración de más amplio de relaciones sociales de
poder en las élit es, llevó a que esas sociedades recorrie- islotes de altos niveles de competen
ran caminos que también promovieron niveles relativa- trón está asociado con altos niveles
mente altos de desigualdad. La concesión del sufragio y influencia, con una desproporcionad
la extensión de la educación en Argentina y Chile, por Estado por parte de individuos o corp
ejemplo, llegaron sustancialmente rezagadas frente a los tras los gtupOS más pobres típicamen
Estados U nidos y Canadá, pero antes que en países como Estado mediante relaciones vertical
Brasil, Perú y México . son excluidos. Pocos estados han rea
Pese a los inmensos cambios políticos, sociales y eco- partidos programáticos y burocracia
nómicos del último siglo, estas fuentes de desigualdad for- una característica del cambio institu
madas históricamente persistieron hasta la actualidad, de Europa y Norream érica' . Esto s
aunque en formas institucionales variables. En países con reflejado en la capacidad relativame
poblaciones indígenas o afrodescendientes, las diferencias dos latinoamericanos para suministrar
son todavía grandes: los ing resos de esos grupos son la (especialmente estabilidad macroecon
mitad de los de sus contrapartes "blancas" en Bolivia, Brasil los derechos de propiedad, y ciuda
y Guatemala. (Ver figura 4: Guyana es una excepción, con provisión de servicios financiados
diferencias relativamente pequeñas entre los grupos afro- fracasos en el suministro de bienes
descendientes y los que descienden de indígenas). casi siempre promueven la desigua
lento para la educación y, en parte como resultado, es les de desigualdad en la educación
también probablemente lento para la desigualdad ge- baja y desigual calidad educativa); a
neral de ingresos. Sin embargo, el cambio puede ser cado para la educación, especialm
relativamente rápido en términos de patrones en la pro- los altos niveles de concentración
visión del servicio, para partes específicas de la distri- activos productivos; el acceso desig
bución de ingresos (incluyerrdo entre los más pobres), cos (especialmente a los mercados f
y, bajo algunas condiciones, en términos de reducir las jo); y redistribución débil por el Es
desigualdades del poder. Además, precisamente porque económica para reducir la desigualda
el cambio toma tiempo, la acción concertada y tem- interacciones. Esto en particular im
prana es de gran importancia. A continuación se pre- mentarias en las siguientes tres áreas
senta una gama de herramientas de política económica activos; instituciones que moldean
que son claves para hacer una diferencia, seguida por la nos del mercado; y el uso del poten
consideración de los cambios políticos y sociales sub- del Estado. En algunas áreas, las po
yacentes que se requerirán para apoyar y sostener los desigualdad sostendrán un crecimien
cambios en la política económica. e incluso le traen ganancias a todo

FIGURAS
Selección marital y desigualdad de ingresos...

Coeficiente Gini
65
Brasil
60 Paraquay e
Panamá. • ClChile
55 e
eArgentin
50 RB de Venezuela Costa Rica ePer ·
e e
45 ·Uruguay
40
35 e e
o
30
25
e o e e

20
15
10
30 35 40 45 50 55 60 65 70 7
Selección marital

o Gini de consumo e Otros países, Gini de ingreso • América Latina, Gini de ingreso -Ingreso - Ingres

Fuentes de datos: Capítulo 2 para Ginis de ingresos en América Latina, World Development Indicators Database (Base de
Desarrollo Mundial) para otros Ginis de ingresos , y Fernández y otros (2001) para coeficientes de correlación de Pearson p
Nota: " Significativo al nivel de 5%, "" Significativo al nivel de 10%.
Fuente : Cálculos del autor basados en datos micro de encuestas de hogares. Ver capítulo 6.
igual tendrá potencialmente múltiples influencias en resul- tricciones de crédito e información q
tados y prácticas más iguales. Además, tiene dos ventajas da. Medidas tales como la expansió
importantes como una estrategia: su distribución se puede disponibilidad del crédito educativo
mejorar sin necesidad de redistribuirlo lejos de otra perso- estudiantes de familias más pobres,
na, y las mejoras en su distribución (que van de la mano con programas de acreditación y observa
aumentos en niveles promedio generales de la educación) litarían mucho la expansión requerida
son buenas para la eficiencia y el crecimiento. Aunque la ciaria. En este contexto, una mayor r
importancia de la educación es ahora aceptada en gran parte en universidades públicas junto con
por los gobiernos, la implementación no siempre ha sido basado en desempeño serían comple
fácil. En particular, la reciente "masificación" de la educa- Además de tales medidas generale
ción básica parece estar asociada con formas nuevas de la de acción para enfrentar las estructu
desigualdad, en particular con aquellas asociadas con varia- que se enfrentan los grupos histórica
ción alta en la calidad (ver figura 6), y con el hecho de que las Se puede argumentar la convenienc
élites tienen los medios financieros para optar fuera de los currículo y los maestros para prop
sistemas públicos. multicultural y multirracial, incluyen
A pesar de una amplia experimentación, todavía no se güe en áreas con una presencia fuerte d
encuentra la receta mágica para mejorar la calidad educati- En el nivel terciario, hay un caso prim
va. Además, la división clave en términos de retornos de programas de discriminación positiva
mercado es ahora la obtención de una educación universita- grupos excluidos, tales como los afrod
ria. El creciente valor de la educación superior es impulsado sil. Sin embargo, tales programas pued
por el carácter sesgado-hacia-la-habilidad del cambio tec- ción de rechazo y de esrigmatizaci ón,
nológico. Pero la educación superior continúa siendo en bue- discutidos, diseñados y monitoreados
na medida un privilegio de los hijos de los ricos, con, tal Aunque un empujón hacia la igual
como se mencionó antes, aumentos en la desigualdad del educación de calidad es crítico para la
enrolamiento en la década pasada. En este contexto, un ele- sos en el largo plazo, los efectos de l
mento importante de una estrategia más profunda de la tiempo en manifestarse. Como los niñ
educación podría ser la introducción de una campaña cívi- hoy de mejores escuelas, entrarán al m
ca, involucrando tanto al sector público como al empresa- el futuro, la transformación de la com
rial, para lograr un salto significativo tanto en el cubrimiento la fuerza de trabajo entera tomará déca
como en la calidad a través del sistema escolar público, en sición, la expansión terciaria podría
el nivel primario y, en particular, en los niveles secundarios. desigualdad, si persisten los altos reto
Pese a que no hay una receta institucional específica de la universidad. Hay también incert
para esta estrategia, las acciones exitosas probablemen- le sucederá al patrón de retornos a la
te implicarán mecanismos para aumentar la rendición plazo. Una comparación entre Brasil
de cuentas por maestros y escuelas. Éstos pueden tomar (ver el capítulo 6 y la tabla 6.3) encont
la forma de estímulos por resultados (como en el caso de en el patrón de educación de la fuerza
los concursos entre escuelas y los uoucbers o cupones es- cerca de la tercera parte de la diferenci
colares en Chile), fondos especiales para suplementar los ingresos, con otro tercio explicado por
presupuestos escolares (como en el programa Fundef de trón de retornos a la educación. Sin e
Brasil), o una mayor participación por comunidades loca- ración entre Chile e Italia encontró qu
les (como en el enfoque de Educo en El Salvador). Tales estructura de ingresos estaban más r
medidas relacionadas con la oferta pueden ser comple- rencias en retornos que con diferencias
mentadas con los estímulos del lado de la demanda que años de educación. Mientras estas com
alientan a los niños a permanecer en la escuela, como ejercicios estadísticos, ellos sugieren
ocurre con Oportunidades (previamente Progresa) en influyen el efecto de la educación sob
México y Bolsa Escala en Brasil. (Estas últimas medidas Ingresos.
8 DESI GUALDAD EN AMÉRICA LATI NA . ¿RO M PIEN D O CON LA HISTORIA ?

FIG URA 6

Distribución de resultados de exámenes de matemáticas y lectura para jóvenes de 15 años de edad en Brasil, México
y en los países de la OCDE

Distribución de resultados Distribución de exámenes


de exámenes de matemáticas de lectura
0,5 0,5

Promedio
OeDE

367 623

0,5 0,5

Brasil

4,4% sobre 500 11% sobre 500

-~:""---,------.-o-'r--""""""'-----
212 334 464 288 396 507

0,5

México

8,6% sobre 500

--=----,...--~0..L.,..._-;:",.-----
281 387 311 422 535

Nota: Las figuras están basadas en resultados del Programme for International Student Assessment (Programa para la Evaluación Internacional de
Estudiantes) de la OeDE; las distribuciones son aproximadas con base en el promedio y la desviación estándar reportados en la fuente original.
Fuente : OeDE 2001.

La distribución de la tierra y la seguridad desalojo de arrendatarios o la obtención de subvenciones al


de los derechos de propiedad capital o a la producción. Además, las áreas recientemente
La distribución desigual de la tierra fue históricamente reformadas no recibieron el apoyo de la infraestructura y
una fuente principal de los altos niveles de desigualdad otros servicios económicos necesarios para consolidar un
económica y de influencia política desigual. Con el enor- sector vibrante de pequeños propietarios.
me aumento en la urbanización y, en la mayoría de los Hay espacio para la reforma agraria, pero su naturaleza y
países, la desaparición de élites rurales como una fuente grado dependen del país. Donde los derechos de propiedad
principal de influencia política, las propiedades rurales sobre la tierra son generalmente reconocidos y legítimos (como
son menos importantes que en el pasado. Sin embargo, en la mayor parte del Cono Sur, por ejemplo), la acción coac-
la distribución rural de la tierra todavía importa para tiva sería indeseable y contraproducente. Sin embargo, hay
una importante, y relativamente pobre, minoría en paí- muchos países que tienen regiones de ocupación de la tierra
ses de medianos ingresos, así como para grupos más gran- en donde los derechos están débilmente definidos o son ilegí-
des en los países más pobres de la región. timos . En esos casos, si el proceso se maneja bien, la
América Latina se puede clasificar como una región de redistribución puede ir potencialmente de la mano de un re-
reforma agraria extensiva pero incompleta. Algunos esfuer- fuerzo de los derechos de propiedad. Esto probablemente
zos pasados tuvieron éxito en fragmentar haciendas, pero implique una gama de técnicas, desde la confiscación y
casi todos fallaron en transformar la posición de campesi- redistribución de la tierra de narcotraficantes, al cambio de
nos pobres, a causa de defectos en el diseño y el contexto uso de la tierra que todavía está en manos del Estado. En
político. Cuando los derechos de propiedad se volvieron más Brasil y Colombia están en progreso procesos de compra es-
inseguros, las élires rurales a menudo utilizaron otros me- ratal para la redistribución, así como experimentos en refor-
dios para preservar su posición económica, tales como el mas agrarias basada en la comunidad y el mercado.
mentado en importancia con la urbanización. Una ba- equidad. Muchas empresas de servicio
rrera importante es la de la seguridad en los derechos de do paree de las estructuras clientelista
propiedad, ya que los grupos más pobres tienen más pro- injustas e ineficientes. Los esfuerzos
babilidad de sufrir por la ausencia de título legal. La ex- den romper estas barreras, pero sólo
periencia de Perú indica que es posible operar programas diseñados y sujetos a una. regulación f
de titulación a gran escala, un enfoque que necesita ser evidencia de anteriores privatizacion
complementado por medidas para hacer que los merca- cos sugiere que la mayoría tiende a c
dos de vivienda trabajen mejor, para proporcionar la in- igualitario y a mejor calidad de servi
fraestructura local y para asegurarse de que los gobiernos de precio han variado de caso a caso
locales respondan adecuadamente a las necesidades de condiciones iniciales y la calidad de la
los habitantes urbanos pobres. el proceso es clave: en la mayoría de
Tanto en las áreas rurales como en las urbanas, un área de privatización no se han utilizado p
importante para la acción pública es el fortalecimiento de piedad más ampliamente y, donde la
los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria. En Améri- petencia han sido débiles, se han pre
ca Latina los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria regresivas de riqueza y corrupción. És
son bajos frente a estándares internacionales, aún después caso en sectores no-competitivos, en
de controlar por ingresos. Un aumento en los impuestos miento de estructuras regulatorias
de propiedad inmobiliaria puede ser una fuente valiosa de privatización es esencial para obtener
ingresos para los gobiernos locales y proporciona estírnu- y equitativos.
los para la utilización más eficiente de la tierra.
Desarrollar mercados más profundo
Ampliar la provisión de infraestructura más equitativas
El acceso desigual a la infraestructura pública es otro de-
terminante importante de las dinámicas de desigualdad. Reformas más profundas
Recientes trabajos comparativos entre países indican que Las reformas orientadas al mercado so
mientras más infraestructura tenga instalada un país (in- de favorecer a los ricos a costa de los p
cluyendo energía eléctrica, telecomunicaciones, carrete- tiende a ignorar el hecho de que la m
ras y vías férreas), menos desigual será. La evidencia sugiere ciones fuera del mercado en Améric
que esta relación es causal, y que los efectos pueden ser deadas históricamente para favor
grandes en el largo plazo (Calderón y Chong 2004) . La importante entender los impactos dist
fuerte reducción de las inversiones en infraestructura du- mas de mercado a la luz de su impor
rante la década de los 80 y la década de los 90 en muchos del crecimiento. Una inspección de lo
países de América Latina (ver Calderón, Easterly y Servén ratura no encuentra un patrón fuerte a
2003) es por lo mismo un motivo de preocupación desde to de las reformas estructurales sobr
la perspectiva del crecimiento y de la equidad . Esta ten- resumen, las reformas basadas en el m
dencia a su vez llevó a una brecha grande y creciente en ciadas con mayor frecuencia con una m
términos de la infraestructura entre América Latina por ingresos, pero los efectos no son grande
una parte y la OCDE y los países exitosos del Este de Asia estadísticamente robustos. A grandes
por otra. El declive fue impulsado por reducciones gran- que la desigualdad ha sido notablem
des del gasto público en infraestructura, primero durante gama de experimentos de política, d
la crisis de la deuda de la década de los 80 y luego dentro ción sustitutiva de importaciones, has
de un contexto de esperanzas impetuosas relacionadas con listas y las reformas orientadas al me
el potencial de privatización en la década de los 90. Aun- Puede decirse más cuando las re
que el suministro privado efectivamente aumentó, sólo consideran individualmente. Siempre
compensó completamente los descensos públicos en el caso cales han llevado a estabilización de
de las telecomunicaciones . ha sido una reducción de la desiguald
cia de que esto es un efecto por-una-sola-vez, con una re- ridad laboral y social más incluyente
ciente estabilización de las desigualdades salariales en el Ese marco debería buscar, por una p
caso de tanto de Chile como México, dos de las econo- chos laborales básicos y protección d
mías más internacionalmente integradas en la región . trabajadores y, simultáneamente, a
La mejor respuesta a tales fuerzas promotoras de la laboral, especialmente en áreas dond
desigualdad no es evitar el uso de mercados, sino atacar diendo a ultranza privilegios signific
las fuentes subyacentes de la desigualdad. Hacer eso consecuente con un papel activo par
implica ampliar e igualar la base de activos -notable- de ambientes competitivos.
mente en educación e infraestructura- y reformar siste-
mas de protección social para hacerlos más incluyentes. Evitar las crisis y los desenlace
Es también importante extender y profundizar la cober- choques macroeconómicos
tura de los mercados. Parte del problema es que el acce- Un notorio descubrimiento de este
so al mercado es muy diferente para hogares más pobres dad de las crisis financieras . Las cri
y trabajadores del sector informal que para las compa- que los ricos y mejor informados
ñías ricas y establecida. Los mercados financieros son de sacar el dinero fuera de sus países
importancia particular en esta instancia, tanto para me- incrementos de capital en términos
jorar la igualdad de oportunidades en la inversión pro- en casa. Las crisis son también reg
ductiva como para facilitar un acceso más igualitario a costos fiscales de los mecanismos
activos tales como la tierra, la vivienda y la educación. han adoptado para afrontar proble
La transparencia, la adecuada revelación de información, tes en América Latina. Durante la
el buen gobierno corporativo, las oficinas de evaluación los 90, las transferencias públicas a
de riesgo de crédito, y los derechos fuertes de propiedad y accionistas bancarios, emprendid
para acreedores y accionistas minoritarios han probado de resolución de crisis (es decir, lo
ser determinantes importantes de profundización finan- en la gama del 13-55 % del product
ciera, y por tanto de mayor acceso a servicios financie- Estas transferencias superaron am
ros. Hay también un número de instituciones, productos mas focalizados en la pobreza y f
y regulaciones colaterales específicas que pueden aumen- una combinación de mayores imp
tar el acceso al crédito para empresas pequeñas y micro. neficios y servicios públicos. Debid
de los sistemas tributarios en su
Mercados laborales incluyentes y eficientes mente proporcional (o posibleme
El mercado laboral es el dominio más importante para la gresiva) y la incidencia marginal
determinación de ingresos para la mayoría de los hogares. servicio en la década de los 90 fue
Las instituciones del mercado laboral pueden tener una va, estas transferencias fueron tota
influencia significativa en esta área, especialmente con res- improbable que esas transferencias
pecto a la calidad del trabajo. Los actuales mercados labo- tantes a grandes deudores y depos
rales e instituciones de seguridad social en América Latina sionalmente a accionistas- fueran
(tal como los sindicatos, legislación de salario mínimo, y para evitar el desplome de sistema
prebendas laborales) protegen los intereses de trabaja- Las políticas para reducir la pro
dores del sector formales de sector y excluye en gran dad de las crisis son así una parte ne
paree a trabajadores informales y la mayor parte de los para reducir la desigualdad. Las e
desempleados. En contraste con las condiciones imperantes canas han permanecido excesivam
en los países de la OCDE, los trabajadores del sector for- versiones de flujos de capitales debi
mal en América Latina rara vez componen la mayoría de de niveles de deuda pública alros a
la clase obrera, y se localizan generalmente en el centro o dencia excesiva en deuda externa
en las partes superiores de la distribución de ingresos. En tasas de exportación y tributación,
casi todos los países, la mayoría de los trabajadores po- lación y la supervisión prudencial
cíclicamente ajustados del sector público por un espacio bres, la clase media , y los ricos paga
de tiempo en países con cargas altas de deuda, para re- la misma proporción de sus ingresos
ducir su vulnerabilidad a choques y la probabilidad de La clase de cambios en la política
una crisis. Un elemento clave es el establecimiento de deseables dependerá de la posición in
reglas e instituciones que tengan en cuenta la operación ciones más pobres, a menudo la prior
de políticas fiscales ancicíclicas, mitigando los proble- en desarrollar una administración de i
mas de economía política y de información que se en- ne razonablemente bien para ampliar
cuentran detrás de las políticas fiscales procíclicas. A su bles para el Estado. En países en dond
vez, esto vencería el carácter procíclico del gasto social ocurrido, puede usarse el argumento
y evitaría su reducción cuando más se necesita. los sistemas de impuestos indirectos en
La búsqueda de la prudencia fiscal bajo motivos de car impuestos al valor agregado (IVA)
equidad puede parecer sorprendente a los que por largo que pueden combinar una fuerte cap
tiempo han relacionado a los gobiernos en favor de los de recaudo con niveles razonables de
pobres con déficit presupuestales. Este punto de vista es grar niveles modestos de progresivida
consecuente con la necesidad de cantidades sustanciales de IVA debe tener una estructura tar
de acción pública -y gasto público- para reducir la po- tiendo posiblemente en unas pocas exe
breza, desigualdad, y varias fuentes de ineficiencia a tra- (principalmente para alimentos), una
vés de América Latina. Sin embargo, el financiamiento mayoría de los demás productos, y u
de estos gastos -no debe ser generado a través de mayores artículos de lujo. Pueden imponerse im
déficit fiscales pues hacerlo así aumentaría la probabili- bienes que conllevan externalidades ne
dad de inflación y de crisis de balanza de pagos y banca- tabaco, alcohol y los automóviles. S
rias, ambas con resoluciones sumamente regresivas. En impuestos a las ventas (tal como los c
vez de eso, el financiamiento debería venir de otras fuen- y el tabaco) son típicamente bastante
tes, incluyendo impuestos más altos y la redirección del do la necesidad de equilibrar la equida
gasto existente, una parte del cual casi seguramente se Hay también un papel importante en
desperdicia y gran parte del mismo es regresivo. impuestos a las renta personal y a la
Finalmente, en vista de que las crisis nunca se pueden ria, ya que el recaudo tributario es mu
evitar enteramente, es crítico tener listos ex ante mecanis- de los países latinoamericanos con resp
mos eficientes y equitativos de resolución de crisis (espe- estructuras de impuesto de renta no ne
cialmente con respecto a problemas financieros potenciales), tarifas para ser progresivas. Los esfuer
para evitar las transferencias ruinosas y sumamente regresi- más a los ricos deberían enfocarse en g
vas que han caracterizado el manejo de la mayoría de las aplicación de las normas, y a cerrar l
crisis bancarias en el pasado. Estos mecanismos deberían las exenciones con el fin de reducir la
ser complementados por redes de seguridad que se activan impuestos. Esto es también el caso p
automáticamente para proteger a los pobres cuando las cri- bre la propiedad inmobiliaria, que exis
sis efectivamente golpean (De Ferranti y otros 2000). pero generalmente presentan un reca
son críticamente importantes para f
Uti/izar el poder de redistribución del Estado públicos locales. Los esfuerzos de refor
se a incrementar las tarifas de estos im
Incrementar los impuestos para un Estado nar las exenciones e idear mecanism
efectivo información para mejorar el recaudo
Un sistema tributario sano es un ingrediente esencial para normas.
un Estado efectivo. Actualmente, la mayoría de los países
en América Latina tiene proporciones bajas de impuesto- Proporcionar servicios para todo
a-PIB dado su nivel del desarrollo (ver la figura 7). Algu- Dados los límites en la redistribución
nos, notablemente Uruguay y en menor grado Chile y tos, especialmente a corto plazo, el
acción pública efectiva, bienintencionada y deliberada. tación entre focalización efectiva y
Dado el peso de estos servicios básicos, el aumento de los programas entre los pobres
comprensivo en el gasto social que sucedió en casi todos ejemplos de Brasil). Esa contrapre
los países de la región en la década de los 90 (deb ido a en parte a dificultades administrat
aumentos en la razón de gastos social al PIB y en el probable que sea resultado de inte
crecimiento) fue generalmente progresivo, a pesar de que ciones políticas y económicas. Las
un pedazo importante fueron subsidios de pensiones de necesitan generalmente estar basad
jubilación, que son generalmente sumamente regresivos. plias de apoyo. Por tanto, los prog
Sin embargo, todavía quedan problemas. Todavía hay bablemente deberían estar ligados o
diferencias muy grandes a través de los programas con de un "paquete" junto con program
respecto a su impacto distributivo. Como se mencionó que benefician también a la clase m
antes, la expansión subvencionada del enrolamiento en plo de lo anterior es el uso de tran
la educación terciaria ha aumentado la desigualdad. Esto condicionadas a que los niños tom
parece ser verdad también para cualquier servicio con generales de educación y salud (ver
una baja tasa inicial de acceso. La figura 8 muestra la Finalmente, el patrón histórico de
incidencia marginal y promedio de los programas de sa- lejos del óptimo con relación al cic

FIGURA 7
Recaudo tributario con relación al PIS per cápita

Recaudo tributario como participación en el PIS

Porcentaje
45

40 • • •


.' .. -
Italia Fra~cia
35

30

Nicaragua.

• • •
25

• •
20
•• •
• éCosta Rica •• • • Estados

15
• Perú.Méf¡co~
• Repúbliia Do~icana •
• •
• • Bolivia •
Colombia• • •

Argentina
10
Guatemala_

5

0+-----.,-------.-----.-------...-------.-------.,---
4,5 5,5 6,5 7,5 8,5 9,5 10,5
Lag PIS per cápita (en dólares constantes de 1995)
Promedio 1990-2000

Fuente : Cálculos del autor basados en datos micro de las encuestas de hogares; ver capítulo 9.
Reformar y ex te n der el es tado d e b ienest ar informal, tales como Trabajar en
truncado rediseñado como Jefes y J efas del H
Las transfe rencias tienen un papel impo rtante para juga r sis económica recient e), A Trabajar
en todas sociedades ayuda ndo a los hogares a ma nejar a la Obra en Colombia.
los riesgos - por ejemp lo, los riesgos relacionados con la Son par ticularmente prometedo
salud, el desemp leo y el fracaso de cosechas- y a redistri- transferencias de dinero efectivo f
buir los recursos a los pob res. El argumento en favor de tos grupos con criterio de necesid
las transferencias redist ributivas se ve sub rayado por el cuando los recipientes han tomado
hecho de que la transición a sociedades más igualitarias ciones, que consisten generalmente
a través de una estructura ampliada de propiedad de ac- propio capital humano. La evidenc
t ivos probablemente tomará tie mpo. Sin embargo, la dad de algunos de estos programas
evolución histórica de Amé rica Latina ha llevado a la dades en México, Bolsa Escal a en
formación de los que podrían ser descritos como Estados Prot ección Social en Nicaragua) pa
de bienestar "t runcados ", que proporcionan sus benefi- bres de manera eficiente y para te
cios sólo a trabajadores formales. Tales estados tienden a en su acumulación de capita l huma
ser su mamente desigua les; por ejemp lo, los sistemas zar tra nsferencias redistributivas, ta
mexicanos de seguridad social para trabajadores públi- t ambi én potencial de ser instrume
cos y privados tienen como resultado algunos de los pro- ción de riesgo, y pod rían llegar a s
gramas más desiguales del país. de un sistema completo y equitati
Muc hos países han estado reformando su estado de cial. Como se mencionó antes , la c
bienestar para hacerlo más eficiente y menos oneroso. ferencias condicionales de dinero
La preocupación aquí es diseñar instrumentos que hagan con expansiones generales de servic

FIGURAS

Incidencia de acceso promedio y marginal en varios servicios de la salud


a. Razón de incidencia promedio, quintil 1 al 4 b. Razón de incidencia marginal, qu

Razón Razón

3,5 3,5
Cuidado prenata
2 o má s visit
3,0 3,0

2,5 2,5

2,0 2,0
Atención en el
1,5 Tratados por
• diarrea Cuidado prenatal,
1,5 nacimiento:
público

1,0 2 o más visitas 1,0
• • • •
0,5 • • •• 0,5 • Tratados por
CUidado

doctor
pr

• diarrea
0,0 +-----.-----r-----,------, 0,0
15 35 55 75 95 15 35 55 7
Tasa de acceso (porcentaje) Tasa de acceso (porcentaje

Fuente: Ajwad y Wodon 2003.


0,6
~ Alimentación escolar

0,4
• Jardín infantil
Asistencia social

Seguro de LOAS/BPC
desempleo Guardería infantil
0,2 0,4

Porción del 20% inferior de la población que tiene acceso al programa por

Nota: El tamaño del círculo es proporcional al presupuesto de los programas.


Fuente : Banco Mundial (2000e); ver capítulo 9.

sica y salud, es particularmente razonable desde el pun- Del Estado clientelista y débil al E
to de vista de la eficiencia (ya que de otro modo los y redistributivo
pobres podrían no solicitar esos servicios) y de la La historia le dejó a América Lati
sostenibilidad política de los programas focalizados. laciones sociales desiguales y esta
grado que varía a través de la regió
La reforma de las políticas debe estar fuente fundamental de la combina
apuntalada por el cambio político y social nistro insuficiente de bienes públic
Las políticas económicas descritas anteriormente pro- tabilidad macro, derechos de prop
porcionan un conjunto potencialmente poderoso de así como de los bajos niveles de su
instrumentos para hacer a las sociedades latinoameri- ampliamente basados. La democra
canas sustancialmente más igualitarias, especialmen- blemente necesaria para la:' transfor
te en el largo plazo . Pero ni el diseño de las políticas ni sido suficiente. Las relaciones cli
su implementación son un asunto puramente tecnocrá- continuar bajo auspicios democrát
tico. El análisis de la historia y las actuales condiciones cuando están asociadas a culturas d
sociales y políticas muestran que solamente es probable grupos. Este parrón no está de nin
que las estrategias económicas redistributivas y eficien- do a América Latina: las máquinas
tes sean escogidas y aplicadas de manera efectiva, si es- des ciudades de Estados Unidos pe
tas últimas van apuntaladas por condiciones políticas y lo largo de una parte significativa
sociales que las apoyen. En distintos grados la mayoría Tanto las experiencias internacio
de sociedades latinoamericanas no disfruta hoy de tales noamericanas subrayan el potencia
condiciones . La acción pública necesita fomentar cam- más probable que éste ocurra cuand
bios hacia un equilibrio político nuevo . tos en las oportunidades para la in
de partidos programáticos y competencia burocrática demanda en una gama de áreas ad
apoyó cambios importantes hacia un Estado más efecti- los derechos de tierra así como en l
vo redistriburivo luego de la transición a la democracia y de salud. En el pasado reciente, est
-con el resultado de que consecuencias progresivas flu- articuladas fuertemente por movim
yeron del suministro mejorado de bienes públ icos clave, pecialmente en los Andes, en Méxic
lo mismo que de servicios focalizados y de amplia base. tral. Sin embargo, en muchos paí
Otros casos nacionales, incluyendo a Brasil en la década relacionada pero distinta alrededor d
pasada, parecen estar recorriendo este sendero. dientes, como lo evidencia el creci
Donde los partidos programáticos están ausentes, el público del asunto en Brasil. En mu
cambio a menudo es realizado por personajes externos, mientos que representan a los g
generalmente en la forma de emprendedores o movi- afroescendientes tienen la calidad d
mientos políticos que pueden ser catalizadores para rom- Un desafío para la década venidera y
per con la historia. Sin embargo, es probable que tales inclusión en el centro de los proceso
cambios impulsados por personajes externos sean soste-
nibles solamente si están sembrados en instituciones for- Alianzas, élites liberales y dinamism
males, especialmente aquellas que crean la capacidad en las Las sociedades latinoamericanas tiene
clases bajas y medias para articularse y organ izarse en pro política económica para efectuar, co
de un Estado efectivo y de redistribución. Entre los com- cambios en sus patrones internalizado
plementos importantes -pero no sustitutos- del cambio escogencias razonables y la ejecución
proveniente de adentro o de fuera del sistema predomi- ticas sólo ocurrirán cuando estén aso
nante, están las medidas para aumentar la transparencia, políticas y sociales incluyentes, un pro
promover el debate público, y reforzar las capacidades rir primero un cambio en el equilibrio
administrativas públicas. Estos aspectos mantienen la llos dentro y fuera de la región compr
presión de la sociedad y también aumentan la capaci- realmente puede ocurrir. Será esenci
dad para desarrollar y mantener un gobierno recep- alianzas entre los grupos más pobres y
tivo. sos con elementos progresistas de la é
El Estado subnacional ha llegado a ser una arena cada clave de tales alianzas será la igualac
vez más importante de la acción para el cambio político económicas y políticas, incluyendo un
y la política económica, debido a la combinación de des- sociedades con estructuras de élite má
centralización política (incluyendo la introducción de elec- sugiere que esto será bueno para el di
ciones para alcaldes) y la devolución de responsabilidades. social, y ciertamente para la equidad.
En este contexto, varios casos de cambios importantes
en el desempeño del Estado han ocurrido en apenas unos
pocos años, notablemente en Bogotá, Colombia, y en Notas
Porto Alegre, Brasil. Estos casos muestran los signos de l. Las declaraciones generales acerca de
un cambio verdadero hacia un equilibrio político nuevo, de este inform e se refieren a Am érica Latin
Belice, Guayana Francesa y Surinam. Desgr
con grandes mejoras redistributivas en los servicios, re-
no pueden hacer decl araciones generales co
ducción en el clientelismo y la corrupción, y aumentos que las encue stas de hogares estaban disponi
en esfuerzos tributarios. países del Caribe : República Dominicana, Jam
Sin embargo, los resultados se reportan par a
Confrontar las divisiones étnicas y raciales son inclu idos en los promedios regionales p
no habría just ificación estadística para ha
La historia también ha dejado a algunos países en Amé- subregión Caribe en su conjunto, basándos
rica Latina con fuertes divisiones entre grupos étnicos y de datos para esas tres naciones .
raciales, en particular, los grupos indígenas y afrodes- 2. Aunque la mayor volatilidad en ing reso
cendientes. (Aunque las diferencias del género todavía es- rar el grado de exceso de desigualdad que exis
tán presentes, un progreso palpable parece haber ocurrido respecto a otras regiones), la subdeclaraci ón
N EL PERÍODO DE TIEMPO PARA EL CUAL SE TIENE INFORMACIÓN SOBRE ESTÁNDARES

E
Latina es una de las regiones del mundo con mayor desigualdad. 1· Con la posible
Subsahariana, este hecho es cierto sin importar el indicador considerado, desde
consumo, hasta medidas de influencia política y participación, incluyendo la m
relacionados con salud y educación.
Mientras que el decil más rico de la población en la región gana 48% del ingreso total
gana sólo 1,6% . Por el contrario, en países desarrollados el decil superior recibe 29% de
comparado con 2,5% para el decil inferior.' El coeficiente Gini ofrece la misma presentaci
tenía un promedio de 0,52 en América Latina en los años 90, el promedio para los países d
del Este, y Asia durante el mismo período fue mucho menor: 0,34 ,0,33 y 0,41, respecriv
Estas tendencias implican que razones muy altas de ingreso se acumulan en los segmen
población respecto a los más pobres. En Guatemala, la razón entre el decil más alto y más
era de 58,6 en 2000. En Panamá, bajó de 71,6 a 53,5 en 2000 . Incluso el valor mas bajo
(10/1) en la región, para 2000 -15,8 en Uruguay- es más algo que los indicadores encontra
ejemplo, la comparación más cercana es la de Italia, con 11,2).

Estas enormes diferencias en el ingreso de los ciudada- en el quintil más pobre de la poblac
nos del mismo país implican claramente diferentes grados escolaridad, comparada con 11,6 pa
de acceso a los bienes y servicios que las personas consu- dio del quiritil más rico. Estos número
men con el objetivo de satisfacer sus necesidades y deseos. estiman las diferencias educativas r
Sin embargo, las disparidades se extienden mucho más allá diferencias en la calidad de la educac
del consumo de bienes privados. Tomando la terminología ses, el logro educativo también difier
de Amartya Sen, existen profundas diferencias en la liber- nero, étnicos y raciales. En la mayoría d
tad, o capacidad, de diferentes individuos y grupos para entre hombres y mujeres son con el
seguir la vida que han escogido -hacer cosas que valoran nos marcadas y aun se han reversad
(Sen 1985a, 1992, 1999). Los recursos privados y patro- jóvenes, pero todavía existen grandes
nes de oferta pública afectan tales posibilidades, mientras personas de mayor edad. En Bolivia,
que los acuerdos políticos y sociales afectan la capacidad promedio de escolaridad para persona
de participar activamente en la sociedad, influenciarla toma o más, son de 4,1 para hombres y 2,
de decisiones o vivir sin vergüenza. . Los resultados en salud también v
Respecto a la educación, a pesar de que existen sistemas te conjuntamente con la distribución
públicos en la mayoría de países de América Latina, las do grandes impactos en las oportunida
diferencias de logro escolar son igualmente sorprendentes En Brasil, los niños que nacen en lo
respecto a las de ingreso. En México, la persona promedio más pobre de la población tienen u

* Nota: Todas las tablas y figuras que se señalan en el texto con la letra "A n , pueden encontrarse en el apéndice estadístic
quintil más alto tiene 1,9 niños. En el primer hogar, 4,5 Para preparar a los lectores sobre
personas viven en un cuarto, comparado con 1,6 en el se- to del informe, la parte restante de e
gundo. En el primero, existe una probabilidad de 57% de dida en dos partes . La primera p
tener agua potable y 49% de probabilidad de tener acceso "¿Desigualdad de qué?" y define el
a la electricidad. fas probabilidades correspondientes para marco conceptual. La segunda secc
el segundo hogar son de 92 y 93 %, respectivamente. gunta "¿Por qué debemos preocupa
En cada aspecto concebible, las vidas de estas familias
tienen muy poco en común. El mismo significado de ser 1.1 Marco conceptual
un ciudadano de un país es casi con seguridad sustanti- La idea de desigualdad generalment
vamenre diferente para estas familias. Un hogar pobre en dida de dispersión en una distribuc
Guatemala ha experimentado situaciones de violencia y del análisis económico se preocupa d
represión, y en el mejor de los casos ciudadanía "de baja distribución de alguna medida de bi
densidad" y la "ausencia del imperio de la ley" en las últi- donde el ingreso de los hogares (o g
mas d écadas.' Las familias pobres de Guatemala son en su c ápira es la variable aproximada e
mayoría indígenas y han experimentado por siglos la ex- Tomando en cuenta el creciente reco
plotación y exclusión, con poca influencia en el proceso de bienestar tiene muchas dimensiones
toma de decisiones a nivel local y nacional. El 20 % más la desigualdad se discute respecto a o
rico de la población tiene mayor probabilidad de ser blan- educación, salud, seguridad y acceso
co y de haber disfrutado, en cierta medida, de una ciuda- mente, el informe no sólo se concent
danía normal. A pesar de que Guatemala está en el extremo nómico . El poder político o la influe
superior de la liga de desigualdad en América Latina, y sociedad también están distribuidos
tiene instituciones sociales y políticas particularmente des- "desig ualdades de agencia" están fue
iguales y débiles, la imagen de la mayoría de la región es nadas con la desigualdad económica
cualitativamente similar. Es preocupante, que incluso en U no de los temas estudiados en e
países que eran claramente más igualitarios frente al diferencias en voz, influencia y pode
estándar latinoamericano (como Argentina, Uruguay y por las diferencias económicas y a la
Venezuela), la tendencia reciente ha sido una de creciente clave en asegurar la resistencia y a
desigualdad, al menos en términos de ingreso. diferencias. Aunque gran parte de l
En este informe, el Banco Mundial busca hacer tres co- las diferencias a lo largo de toda la di
sas. Primero, se presentan hechos relacionados con la des- mente existe un interés particular
igualdad, hasta donde los datos lo permiten. Los autores "horizontales" en todas estas dimen
trabajaron a partir de un grupo de encuestas a nivel de por ejemplo entre ra;as, grupos indí
hogar para construir una presentación acrualizada de la y hombres y mujeres (discutido en p
distribución del ingreso y otros indicadores de estándar de lo 4).
vida para 20 países en América Latina. En tres cuartos de Además de mirar la distribución d
estos países, se examina el patrón de cambio durante los ingreso, indicadores de salud, o seg
años 90. Al llevar a cabo este trabajo, los autores exami- men), es posible mirar la distribució
nan el nivel y la tendencia de distribución personal (de nidades. Las oportunidades son deter
ingreso u otros indicadores), así como las diferencias a ni- los resultados. De hecho, una visión
veles de grupos, tanto por raza, ernicidad o género. Adicio- estudiosos de las teorías de la justicia
nalmente a los ingresos privados, los autores consideran dad" y la "justicia" están más apro
bienes y servicios ofrecidos públicamente y los impuestos en términos de oportunidades que
aplicados para financiar su oferta. tados, ya que estos últimos depen
Segundo, los autores investigan las causas de la extre- características humanas variables, i
ma desigualdad en América Latina al considerar las raíces género, talentos, habilidades físicas,
históricas y procesos actuales que generan la reproducción ferencias.
dades" representa el rango de funcionalidades potenciales existe una razón práctica para adopta
que un individuo puede alcanzar o la "libertad general que Aunque una aproximaci ón basada en
una persona disfruta en la búsqueda de su bienestar". o capacidades, tiene atractivos conce
Un tema central de este informe es que las profundas bién posee importantes retos de medi
diferencias en las capacidades entre los individuos y gru- ma que usar la aproximación basada
pos en América Latina se basan en interaccione entre acti- evaluar la libertad de lograr tiene q
vos económicos, oportunidades económicas, fuerzas mente en medidas de logros observa
políticas y procesos socioculturales. Un aspecto de esta lí- El reto de medición se ilustra por
nea de pensamiento se preocupa de la evaluación moral de aproximación específica a la cuestió
cuáles diferencias son justas. En algunas ocasiones se afir- des. El ejemplo es tomado de Roem
ma que las diferencias en resultados que son ofensivas oportunidades como el conjunto de cir
moralmente o "socialmente injustas", si son causadas por tan los resultados de las personas, pe
diferencias en las oportunidades u oportunidades de vida de su propio esfuerzo o decisiones y, p
mas allá del control del individuo, pueden ser mucho me- determinados por elementos fuera d
nos cuestionables si se deben a las opciones tomadas en el esta definición conceptual, aparentem
nivel de esfuerzo -por ejemplo , estudiar o trabajar fuerte- cil de hacer operativa. El recuadro 1.1
mente en lugar de disfrutar más tiempo libre- o a diferen- dos de un estudio llevado a cabo en
cias en necesidades." intento de identificar empíricament
En este contexto, puede ser útil definir una distinción igualdad que se puede asignar a las o
en el modo en que las sociedades juzgan los resultados en- tudio resalta las dificultades metodol
tre los pobres y los otros segmentos de la distribución del intuición inherente en concentrarse
ingreso. Es probable lograr un consenso generalizado en oportunidades, que dan cuenta de
torno a valorar fuertemente cualquier resultado que redu- ción del alto nivel de desigualdad de
ce el número de personas que viven por debajo de un nivel En este informe, de un modo más
de ingreso mínimo (es decir, por debajo de una línea de señalan que las oportunidades están
pobreza de ingreso aceptada socialmente) y que garantiza cionadas con un conjunto de activos
el acceso generalizado a, digamos, la educación básica y nas pueden utilizar, así como en un c
servicios de salud y seguridad social de una calidad míni- a los cuales pueden tener acceso y las
ma. Los gobiernos en el mundo han tomado una posición rodean. Por esta razón, el reporte p
definida en este tema al comprometerse con los Objetivos sobre Ia distribución de activos de los
de Desarrollo del Milenio como una guía de sus propias so a servicios y mercados, y discute la
acciones y las acciones de organizaciones internacionales. go de instituciones formales e inform
En muchos países de la región, consultas amplias han ge- oportunidades de las personas . Los au
nerado un fuerte apoyo a estos objetivos de parte de los de medidas de desigualdad para un am
partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, el tados y activos, incluyendo , entre otro
sector privado y otros actores sociales. ingreso per cápita de los hogares; gas
Probablemente es más difícil lograr un consenso similar sumo de los hogares; ingresos individu
sobre la valoración de la igualdad de los resultados para horas trabajadas; acceso a varios ser
toda la distribución. Sin embargo, puede ser más fácil, en de escolaridad ; y propiedad de tierra
cambio, formar grandes coaliciones a favor del concepto Los autores no intentan clasificar,
de igualdad de oportunidades, incluso si tal concepto sig- educativo como un activo o un resultad
nifica cosas diferentes para diferentes personas y es más pertenece a ambas clasificaciones. La
difícil de poner en práctica (ver más adelante) . En diferen- salud, afecta la productividad del trab
tes capítulos de este informe (en especial en el capítulo 5), ción, y en consecuenciaes un activo de
los autores se concentran en la necesidad de construir coa- como Sen (2000) y otros han argum
liciones efectivas que reúnan a los pobres , a la clase media educación también tienen valor po
total del ingreso en un componente basado en la des- tancias (por ejemplo, los padres afe
igualdad de oportunidades observada y un residuo. sus hijos). Para tomar en cuenta est
Roemer (1998) define oportunidades como el conjunto una regresión para educación y migra
de circunstancias que están más allá del control propio de circunstancias y usan una simu
de un individuo. La pregunta clave es delinear qué está y para corregir por el sesgo de endoge
qué no está más allá del control de un individuo. Para que asiste . Este procedimiento efe
ofrecer una base para esta determinación, Bourguignon, educación y la migración como resu
Ferreira y Menéndez (2003) estiman una ecuación de in- tancias y del esfuerzo. Los autores t
gresos de Mincer aumentada, llevando a cabo una regre- tema de la siguiente forma:
sión sobre el ingreso laboral del individuo respecto a
diferentes variables: una constante, raza, nivel escolar de In w . = C a + E
los padres (promedio y diferencia entre los padres) ocupa- 'E. ='co +
I ,

ción del padre , región donde el individuo nació, años de


escolaridad (lineal y al cuadrado), y una variable dummy En esta ecuación, 11) representa
para el caso en el cual el individuo ha migrado en algún vector de variables circunstanciales
momento de su vida. Estas regresiones se estiman sepa- vector de variables de esfuerzo obs
radamente para hombres y mujeres . En ambos casos, la determinantes no observados que

Desigualdad de oportunidades como una parte de la desigualdad total, 1996

Fuente : Bourguignon , Ferreira y Menéndez (2003) .

_"'-------------------------------_.
. _._---
quierecircunstanciasng.observad á, como la .riqueza del nidades observad~ en 'Brasil en 1996
hogar, quepuedeestar presente enu y v.ta .desigual- , A pesarde'~llleun impg~ante j "
dad de oportunidades ooservada ,-denotal.la f>or~..,., cias (como riqueza familia~ yco . ,s
bajo estossupuesios, corresponderá a las diferencias .en- o la calidad de la educación 'enJa niñ
tre la desigualdad de'ingreso observada y la desigualdad explícitamente conrrolado.sla-desigu
&
simulada cuándo las circunstanciassson iguales parasro- dades parece ser -alta en Brasil. Según
1 dos: tdl cuenta de 36-45% de.Ia desiguald
c()hort~sd~\mayor¡edadYff33 ::39%pa
:E-lFiste llnasllaye, Pf:ro o9s.erv~bl~:teJ~
'1 ~n la participación C!f: desigualdad~s, .g
Los autores prueban diferentes especificaciones y Sll- tlll}idad~s, ,!ocuaIp<lrece¡estap C(me(:
puestos sobre la .naturaleza delkérminéxesidiialr«. Pre... ci,ón .en¡el grado de, transmisión itlt
sentamlos resultados 'para ingresoste singresojper cápita desigualdad ec!llcativa., .
xb¡;;

funcionalidades y determinantes de las capacidades. Esto es oportunidades se presenta en la parte


igualmente cierto para el poder y la influencia: los derechos vos incluyen no sólo riqueza física y fi
políticos son valiosospor sí mismos, y pueden pensarse como o acciones de empresas , sino acumul
un resultado con valor intrínseco, Sin embargo, son igual- mano como educación, Los individuos
mente importantes como capacidades que influencian el de éstos, pero los demás son producido
conjunto de oportunidades disponibles para los agentes , las personas . La educación es particul
Las oportunidades, activos y resultados también están ya que , para la mayoría de las person
relacionados de un modo causaL Este informe no puede ductivo principal y se adquiere princip
intentar ofrecer un tratamiento exhaustivo de los determi- primeras etapas de la vida,
nantes de la desigualdad. Después de todo, como se acaba Así, las personas toman decisiones
de afirmar, incluso la desigualdad de ingreso "simple" se activos en mercados específicos en los
refiere a la dispersión en la distribución de todos los ingre- rados. Los ahorros financieros generan
sos. Esta distribución está determinada al interior del equi- dos en bonos o mercado de accion
librio general de las complejas economías modernas en las retornos mediante la renta o las gan
cuales las imperfecciones del mercado, la información in- humano se remunera en el mercado l
completa, las interacciones estratégicas y los procesos po- ción de ingreso que surge de la remun
líticos ocurren simultáneamente. Avanzando más allá de estos diferentes mercados forma el in
la economía estática, las instituciones que med ian gran ingreso primario de los hogares depen
número de estos procesos económicos tienen fuertes raíces viduos se agrupan para formar un hog
históricas y reflejan patrones culturales que están profun- relacionadas con el tamaño del hogar
damente enraizados . Finalmente, el ingreso secundario t
Pretender hacer una discusión exhaustiva de las causas do por los impuestos y las transferenc
de la desigualdad es por tanto un camino directo al fraca- la categoría de redistribución pública
so. En su lugar, se hace una presentación esquemática, y un círculo de retroalimentación en todo
muy simple, del marco general de las interacciones circu- especial en los procesos de mercado-
lares entre la distribución de activos y oportunidades, in- lineal debe tratarse como una manera d
greso y otros resultados, y poder e influencia en la sociedad y no como una visión unidireccional
en la figura 1.1. La distribución (conjunta) de activos y parte del marco conceptual es obviam
actividad deliberada de diferentes
yor o menor poder político y de m
Poder.....- -.. l----Resultados Adam Srnith discutió con vehemen
(e ingreso)
Al nivel más básico, la aplicación
necesaria para asegurar los derechos
nes venden, como de quienes com
sofisticado, cierto número de merc
estilizado de ver las influencias económicas sobre el ingre- gunos financieros e "intensivos en
so per cápita de los hogares. Sin embargo, es un modo útil altamente incompletos, o no existir
en el cual los autores intentan entender en qué parte de la instituciones regulatorias o discipl
cadena de activos, mercados, hogares y gobiernos, los paí- los derechos de acreedores, invers
ses de América Latina generan mucha más desigualdad El uso del poder o la agencia política
que otras naciones . Estos procesos económicos se exami- bio funcionará mediante acciones
naran en el capítulo 6. U na porción significativa del inform
Estos procesos económicos no se ejecutan en un espacio dos en los cuales las políticas pue
vacío. En cada paso del 'camino están mediados por insti- igualdad. En términos de políticas
tuciones políticas y sociales que son ampliamente entendi- funcionar mediante algunos de los
das para abarcar las reglas y normas del comportamiento hipotenusa del triángulo de la figu
en la sociedad, así como instituciones más específicas que En primer lugar, la política pued
formal o informalmente regulan los mercados y afectan distribución de los activos, ya sea me
los gobiernos. 10 Esta aproximación incluye los acuerdos directa (como reforma agraria o pro
"rnacroinstirucionales" en las sociedades y los procesos mediante impuestos y subsidios (co
socioculturales que son producto de las interacciones entre de servicios de educación y salud),
diferentes grupos de la sociedad, en especial aquellos que ción que facilite el acceso a la infor
ocurren entre los grupos dominantes y subordinados. Soció- ro. El incentivo económico general
logos como Charles Tilly y Pierre Bourdieu han enfatizado se encuentran está influenciado po
que estos últimos procesos son esencialmente relacionales, y diante diferentes mecanismos que
están profundamente interrelacionados con la organización impuestos y subsidios hasta la apl
de la producción económica y la estructura del poder. Los propiedad y el clima general de i
acuerdos sociales y procesos socioculturales son las fuentes los incentivos económicos dan fo
de grandes "desigualdades de agencia" en diferentes gru- de acumulación, que a su vez infl
pos, o diferencias en sus capacidades de dar forma e influen- la distribución de activos. Alguna
ciar las condicionesen lascuales viven. 11 Estas fuerzaspolíticas respecto a la distribución de activos
y sociales se discuten en el capítulo 5. tulo 7.
Por su parte, las instituciones formales e informales no En segundo lugar, la política pu
son inmutables o indiferente a la economía. El ingreso y la que los mercados funcionan . Inclu
riqueza - o "poder económico" - está fuertemente relacio- minimalista sobre el papel de un g
nado al poder político, influencia y voz. Este informe re- lla de la tradición de Hobbes, Loc
presenta estos últimos aspectos mediante la relación entre pacio para un Estado "gendarme". A
el ingreso y el poder, y considera que están mediados por y los mercados en que éstos se tra
instituciones políticas y procesos socioculturales. En la fi- complejos -pasando, por ejemplo
gura 1.1, tanto el proceso económico en la hipotenusa del mercado de granjeros, a crédito de
triángulo como los procesos sociales y políticos en los otros vados financieros-, la aplicación de
lados resumen sucintamente amplias tradiciones de la rechos de propiedad y la necesida
economía, la ciencia social y la economía política de una información y de mercado crecen.
forma extremadamente reducida. Los conceptos subyacen- cieros, inspectores de condiciones d
necesidad de financiar su operación. Los impuestos sirven 1.2 Las consecuencias de la alta
para recaudar el ingreso que mantiene los papeles Antes de embarcarnos en el tema de la
regulatorios discutidos anteriormente, pero también pue- ser valioso hacer una pausa y hacerse
den financiar cierto número de servicios redistributivos y tral: "¿Por qué debemos preocuparn
transferencias, en especie (como mediante la oferta de edu- Banco Mundial es ayudar a los países
cación o servicios de salud gratis) o en dinero (como un za. Sin embargo, la pobreza y desigu
seguro de desempleo o subsidios en efectivo). El capítulo 9 relacionadas, son fenómenos muy difer
estudia opciones de política en este tema. es legítimo preguntarse por qué el B
Al tratar las políticas como resultado de un contexto preocuparse de la desigualdad. Existen
social, cultural y político -que refleja en sí mismo cierta pales:
distribución de poder e influencia y distribuciones subya-
centes de ingreso y riqueza-, los autores reconocen que las • A las personas y los gobiernos clien
políticas no son diseñadas en un espacio vacío. La utilidad dial les molesta la desigualdad per
de esta contribución al debate de polít ica se reforzará por dos como en oportunidades.
el reconocimiento de que el contexto en una sociedad im- • Para un nivel dado de ingreso pro
pone restricciones importantes respecto a lo que se puede igualdad generalmente significa ma
hacer y ayuda a dar forma a las preferencias de resultados peor aún , para una tasa dada de c
deseables. Como lo indica la figura 1.1, las políticas que greso promedio, mayor desigualdad
surgen de instituciones sociales y políticas afectan tanto ca una tasa de reducción de la pobr
las oportunidades económicas disponibles para las perso- • Existe evidencia que sugiere que -a
nas como el proceso de mercado en el cual están partici- pobreza más lentamente por cada p
pando. la tasa de crecimiento de la econo
Tal "causalidad circular" entre riqueza, ingreso y poder igualdad de oportunidades y result
mediada por instituciones evoluciona con el paso del tiem- ma tasa de crecimiento. En casosde e
po y la historia. La posición de un país en un momento e importantes efectos negativos de
dado está fuertemente determinada por la distribución ini- crecimiento , la combinación de esto
cial de activos, así como por la historia de las instituciones implicar que países con alta desiguald
que existen hoy día. Un análisis corto de las raíces históri- difícil o imposible escapar de la po
cas de la desigualdad América Latina se ofrece en el capí- Ravallion 1997). También hay evid
tulo 4. igualdad está asociada con una ma
Aunque reconocer la importancia de la historia y de las conflictos y violencia y puede dañar
instituciones sociales y políticas existentes es crucial para economía para responder efectiv
evitar cometer errores de política , una visión fatalista del macroeconómicos .
mundo es una aproximación equivocada y contraprodu-
cente . Promover políticas sin entender la historia y el con- A continuación se discuten cada u
texto específico en el cual se desarrollaron, frecuentemente mas.
lleva a cometer errores. Sin embargo, esto no equivale a
sostener la opinión de que no se debería hacer ninguna La desigualdad es mala en sí misma
sugerencia de políticas en absoluto, ya que éstas emergerán Tanto en la economía como en la filo
endógenamente de las instituciones históricamente prede- un supuesto común en el cual un incr
terminadas. Tal visión no reconoce el importante papel dad de ingreso de una persona pobre
jugado por la acción social y política deliberada en lograr rado que el mismo incremento en un
cambios de políticas e institucionales importantes, y ter- Esta visión normativa estaba asociada
minará generando fatalismo e inacción. pensadores utilitaristas remontándose
U n tema central de este informe es que la causalidad Bentham, quienes lo atribuían al pro
circular que subyace en la persistencia de la desigualdad, dad aumenta con el ingreso o el consu
modo, una preferencia por la igualdad, ha sido una visión con la observación empírica de exp
dominante (aunque no consensual) en la filosofía política y la relación entre cambios en la distr
las teorías de la justicia social. partir de una muestra de 114 epi
Existe evidencia reciente que sugiere que esta visión no Bourguignon (2002) confirma resu
está restringida al debate intelectual. Encuestas de opi- de una mayor tasa de crecimiento e
nión respaldan la visión de que la mayoría de latinoameri- sin ambigüedad con altas tasas de r
canos no son felices con el grado de desigualdad que existe Sin embargo, él encuentra también
en la región, lo que es consistente con lo que los economis- cimiento sobre la pobreza (es decir,
tas llaman una función de bienestar social "cóncava". Los del crecimiento por la reducción de
resultados de una encuesta de opinión llevada a cabo en más pequeño en valor absoluto a m
toda la región en 2001 por Latinobarómetro, un proyecto dad inicial aumenta.
de opinión pública establecido en Chile, indica que , en pro- En otras palabras, países con m
medio , el 89 % de los latinoamericanos considera que la vierten un punto porcentual de cre
distribución del ingreso en sus países es injusta o muy in- promedio de los hogares en una r
justa . Con la excepción de Venezuela, todos los países te- en la incidencia de la pobreza de lo
nían un 80 % de respuesta afirmativa a estas dos categorías. mayor igualdad. Del mismo modo
La figura 1.2 presenta los resultados para 17 países para ducción de 1% en el número de pe
los cuales la encuesta está disponible. pobreza, los países con mayor desi
Niveles tan altos de desacuerdo sobre la distribución cer más rápido de lo que necesita un
del ingreso son una razón para preocuparse. Éstos impli- dad. Bourguignon (2002) estable
can que una gran mayoría de la población cree que el modo impacto negativo de la desigualdad
en que el ingreso nacional se divide no es justo. Pero tam- ción de pobreza para el caso de un
poco implica necesariamente que este desacuerdo se des- mal, que son las funciones m
vanecerá con un crecimiento económico sostenido. Aunque aproximación de distribución empír
las diferencias relativas del ingreso cambian poco con el mo tiempo, él encuentra fuerte ev
crecimiento, las diferencias absolutas de ingreso aumen- diferentes especificaciones alterna
tan sistemáticamente. Existe evidencia de que muchas per- negativa al interior de su muestra.
sonas piensan en la desigualdad en términos absolutos, en datos , la figura 1.4 presenta el res
lugar de en términos relativos. 14 de controlar por el nivel inicial de
Adicionalmente, no debería sorprender si esta percep- del crecimiento de la reducción de l
ción implica cierta falta de apropiación o credibilidad en el nos absolutos (es decir, pasa a ser me
conjunto de instituciones responsables de la distribución que un mayor crecimiento es neces
del ingreso. De hecho, la evidencia de otras encuestas de breza) conjuntamente con el coefic
opinión indica que el nivel de confianza en las institucio- tado es estadísticamente signif
nes en América Latina es inusualmente bajo. Así, la pri- confianza de 10%.
mera razón por la cual el Banco Mundial se preocupa por Bourguignon (2002, p. 14) c
la desigualdad es simple : los clientes del Banco Mundial lo redistribución del ingreso juega do
hacen . La desigualdad hace que la gente no sea feliz y re- ción de la pobreza. U na permane
duce su fe en las instituciones nacionales . ingreso reduce instantáneamente
el efecto descrito en la figura 1.2).
también contribuye a un increme
Una alta desigualdad hace que la reducción elasticidad de reducción de pobrez
de la pobreza sea más difícil miento y en consecuencia a una ac
La segunda razón por la cual los gobiernos y las institucio- de la pobreza para un nivel de c
nes internacionales pueden preocuparse por la desigual- dado". (El énfasis es original en el
dad es que niveles muy altos de desigualdad están asociados nó el comentario).
El Salvador ~
Guatemala -'::::~~~~~~~~~~~~~~~~~::::::::
Hondur as
México
)I-
1- -===================================:::J-
-==============================- - - - - - -
Nicaragua
Panam á ~ -'::~~~~~~~~~~~~~~~~~~~:::::::
Paraguay )l1li-=======================
Perú
Uruguay
~-===============================:I--------
1-_-=========================:::;::= ===::
RB de Venezuela ~~~~~~~~~==~~====~====~~~~~~
o 20 40 60 80
Porcentaje de respuestas

I• Muy justo • Justo o Injusto • Muy injusto I


Fuente: Latinobaróm etro (2001) . Respuestas a la pregunta: "¿Cree usted que la distribución del ingreso en su país es...?".

En un ejercicio similar, López (2003) corrobora el resul- El primer aspecto para considerar
tado de que el valor absoluto de la elasticidad teórica del económico. Después de todo, como lo e
crecimiento económico sobre la reducción de la pobreza Roben Lucas (Lucas 1988, p. 5), "U na
(con el sup uesto de una distri bución lag-normal) baja con pensar en él (crecimiento económico)
la desigua ldad y conla razón de la línea de pobreza respec- algo más". Mientras que dur ant e los
to al ingreso promedio . Estos resultados se presentan en el mayor parte del pensamient o sobre el c
primer pane l de la tabla 1.1. El segundo panel de la tab la co ignoró el tema de distribución, en l
revela que la m agnitud del efecto directo (es decir, instan- distribución del ingreso y la riqueza ha
táneo) de la desigua ldad sobre la pobreza cae tamb ién con el centro de las preocupaciones relac
el nivel inicial de desigu aldad. En otras palabras, el efecto miento (Atkinson 1997). Aunque no
presentado en la figura 1.2 de reducción de desigualdad actua lidad en la profesión de economis
sobre la pob reza es cóncavo. justo decir que el balance de la opini
hacia la visión de'que niveles más altos
La desigualdad inhabilita el proceso de desarrollo ingreso o en activos, están relacionad
en sí mismo menores tasas de crecimiento en el ing
La tercera y última razón po r la cual los estudiosos del Existen dos razones conceptuales
desarrollo se preocupan de la desigu aldad es que existe qué éste puede ser el caso. Primero
evidencia de que pu ede tener consecuencias nega tivas para crédito y seguros son impe rfectos, l
el proceso general de desarrollo, incluye ndo la reducció n depender de su riqueza inicial para lle
de la tasa de crecimie nto económico . De hecho, proba- impo rtantes de inversión . Si esto ocur
blemente tiene un efecto en varios otros obje tivos y pro - situación en la cual las personas más p
cesos de desarro llo - com o la capacidad de resolver no están en capacidad de invertir en p
conflictos sin llegar a la violencia y la habilidad de mane- te eficientes (es decir que generen gana
jar satisfactoriamente choques agregados. Por tanto, los los individuos más ricos reciben bajos r
efectos sobre el crecimiento deben considerarse conjun- margina l de su riqueza . Las imperfec
tam ent e con otros aspectos incluidos en una categoría de crédito se refieren precisamente a
más amplia del impacto de la desig ualdad en el proceso cuales la intermediación puede fallar,
de desa rrollo. ricos ofrezcan préstamos a los pob res
dad de comenzar proyectos con reto
positivos - incluyendo la inversión en
co, tierra y vivienda- y el resultado s
cho, si hay "demasiadas" personas de
que baje la tasa agregada de salarios,
cionales para el estado estacionario d
beneficien de retornos altos . Los economistas se refieren a nomía (Banerjee y Newman 1993) . U
esta situación -en la cual ambas partes pueden mejorar sin esta historia es que aquellos agentes q
que ninguno pierda- como una distribución ineficiente en sidad de un préstamo (es decir, los
el sentido de Pareto. tales "retrasos en el pago de sus deu
¿Por qué pueden presentarse fallas en de este tipo en el incentivos para trabajar en sus proy
mercado de crédito? En gran parte, porque los prestamis- hacen un control excesivo de los cos
tas no tienen toda la información deseable sobre los pres- que pueden llegar a presentar un ef
tatarios y porque los contratos pueden no ser exigibles respecto a la oferta de esfuerzo (Ag
totalmente. D ado que exigir el cumplimiento de un con- Argumentos similares explican cómo
trato crediticio puede ser costoso, las tasas de interés pue- excluidos de su acceso a mercados de

FIGURA lA
Las elasticidades del crecimiento se vuelven menos negativas con la desigualdad

Elasticidad ajustada del crecimiento por reducción de pobreza

8 E¡ = -5.5 + 0,05 Gini + i


Gini valor-p: 0,09
6 • •
• • •
4 •
•• ••• • • •
•• • •
2
• •• • •• •
• • ~
• •
..
• • •• •
• • ••t , •• •• • • •
• • . fI/>

-
e
O • • •• •• •
• • • • •
• • ••
-2 • • •

~
• • • •

-4 •• • • • •
• •
-6 • •
• •
-8
25 30 35 40 45 50 55 60
Coeficiente Gini

Nota : Ésta es una dispersión de datos por país en la cual la elasticidad ajustada (E;) es el residuo de una regresión simple
sobre el ingres o promedio de los hogares .
Fuente: Bourguignon (2002) , con una muestra truncad a de valores empír icos de la elasticidad de - 8, +8.
juntamente con mercados financieros imperfectos , limita- dad de riqueza, desigualdad de ingres
rá la capacidad de los pobres de adquirir activos como tica como sigue (Ferreira 2001). La de
capital humano, tierra y vivienda, que a su vez limitan sus significa que algunos niños asisten a e
oportunidades futuras y la posibilidad de suavizar el con- nas, mientras que otros no tienen opc
sumo ante la presencia de grandes choques sobre la eco- se en escuelas públicas de baja calidad.
nomía. Tales efectos indirectos también reducirán el a la escuela pública entran al mercado
crecimiento en general y el bienestar. de capital humano menor, de modo
La segunda razón conceptual de por qué la desigualdad greso menor. Si las decisiones de g
puede generar menor crecimiento tiene que ver con temas influenciadas por el ingreso, la desigua
de economía política. En sociedades en las cuales hay un se genera por grandes desigualdades
alto grado de concentración de poder y riqueza, las élites resultados políticos en los cuales una
pueden tener mayor margen para seleccionar estrategias cada y más rica bloquea los votos po
que los beneficien, respecto a los grupos de ingreso medio ción de escuelas públicas.
y bajo. En la literatura económica, esto se ha desarrollado Los autores muestran que existen
en términos de la relación entre las fallas del mercado de en este sistema, con sociedades dond
crédito (discutidas previamente) que pueden remediarse riqueza inicial es menor, que ter
mediante una política pública efectiva. Los costos priva- igualitarias que aquellas donde los
dos de la educación , por ejemplo , pueden ser reducidos desigualdad son más altos . Adicion
considerablemente (aunque nunca eliminados) mediante en el régimen político que genera u
diferentes acciones gubernamentales, como la oferta de del ingreso sobre las decisiones polític
escuelas públicas gratis o caminos en buen estado , y un ceso de democratización real como e
pítulo 5) puede llevar a un despla
TABLA 1.1 equilibrios en este modelo. El resu
Elasticidades teóricas de la pobreza con respecto a crecimiento cambio de un equilibrio de alta desig
agregado de ingresos estar a uno que es dominante en té
dad y bienestar.
Crecimiento Los mecanismos mediante los cuale
Gini maneras que no sirven a los intereses d
tos de la población pueden ser más o
PL" 0,3 0,4 0,5 0,6 que puede capturarse en estos model
línea de pensamiento en la ciencia po
0,33 -3,9 -2,1 -1 ,3 -0,8
0,50 -2,8 -1,6 -1 ,0 -0,7 ciológica que es relevante a ciertas sec
0,67 -2,0 -1,2 -0,8 -0,5 te es que las élites ayudan a formar y p
1,00 -1,2 -0,8 -0,5 -0,4 institucionales que se caracterizan por d
bajo nivel de rendición de cuentas y
Desigualdad rrupción. Este tipo de arreglos insti
Gini en lugar de ser síntoma de una evo
inmadura, puede ser funcional para
PL" 0,3 0,4 0,5 0,6
Mahoney 2003). Adicionalmente, en
0,33 5,2 3,3 2,4 2,0 arreglos institucionales son débiles, so
0,50 2,5 1,7 1,3 1,2 sufren más, ya que los ricos pueden u
0,67 1,2 0,9 0,8 0,8 e influenciasfinancieras para extender s
1,00 0,2 0,2 0,3 0,4 Scheinkman y Schleifer 2002). Tales
a Línea de pobreza por la participación del Pie per cápita.
pactos adversos poderosos en el creci
Fuente: López (2003). otros aspectos del proceso de desarrol
como una variable aproximada para el ingreso. El coefi- que petrolero de 1973, Rodrik (99
ciente para esta variable es estadísticamente significativo de la diferencia entre la tasa de crec
y positivo, lo cual es consistente con los resultados de rante 1975-1989 y la misma tasa
Alesina y Rodrik. A pesar de que Perotti (1996) usa un Encuentra un coeficiente negativo
una muestra de países más grande y prueba diferentes es- variable dummy para América Lat
pecificaciones, los resultados son todavía significativos. región sufrió más por este efecto (
Recientemente, este consenso emergente ha sido pues- ción posterior del crecimiento) de
to en duda por Forbes (2000) a partir de analizar una nue- desarrollados o del Este de Asia. E
va muestra de datos conocida como la muestra de "alta efecto desaparece (es decir, el coefi
calidad" de Deininger y Squire! '. Forbes encontró una re- vo) cuando se controla por tres as
lación positiva entre el rezago de la desigualdad y el creci- igualdad del ingreso en los años 70 ;
miento. Sin embargo existen diferentes razones por las y la tasa de homicidios (esta últim
cuales esta conclusión, aunque es importante, es una vi- una variable proxy para la prevalenc
sión minoritaria en la profesión económica. Primero, como bilidad en la resolución de conflicto
el mismo autor lo señala, el estudio es diferente de otros al La interpretación de este resultad
considerar el efecto del rezago de la desigualdad que varía nente existencia de desigualdad en
en el tiempo en lugar de un nivel fijo inicial de desigual- do se compara por ejemplo con
dad. De modo que la interpretación tiene un efecto más de parcialmente culpable por el desem
corto plazo. Segundo, se han presentado dudas sobre la gión en ajustarse a los severos choq
base de datos usada y la técnica econométrica empleada intercambio de los años 70 . Las in
(ver Aghion, Caroli y García-Peñalosa 1999). ron en capacidad de lograr una re
Finalmente, otros estudios han continuado encontran- dencia de los costos de ajuste. Ente t
do coeficientes significativos negativos para medición de y de cuenta corriente crecieron, sem
riqueza y desigualdad de activos en regresiones de cre- las consecuentes crisis de deuda de
cimiento económico. Por ejemplo, Birdsall y Londoño 8 discute la continua importancia d
(997) usan un subconjunto de los datos de Deninger- relación con la desigualdad en Am
Squire y concluyen (p . 3 5) que "la desigualdad inicial La relación entre una alta desig
en la distribución de la tierra y el capital humano tie- débiles, que puede parecer tenue
nen efectos claramente negativos en el crecimiento eco- presenta de un modo más reducid
nómico y los efectos son casi el doble de grandes para los presenta ampliamente en los capítu
pobres frente a toda la población". López (2003) usa una pítulos, surge el tema de que Amér
aproximación econométrica similar a la de Forbes y los gama de áreas, caracterizada por
datos de Deininger-Squire. Tomando en cuenta la natu- controladas por estructuras de po
raleza simultánea de la determinación del crecimiento y aspectos tienden a llevar a niveles s
la dinámica de la desigualdad, no encuentra signo alguno llo y a perpetuar ganancias desigua
del efecto del crecimiento sobre la desigualdad -resultado llo que efectivamente ocurre.
que se mantiene en la línea de Ravallion y Che n (997) y Volviendo por un momento al si
Dallar y Kraay (2002a)-, pero encuentra evidencia esta- de tasa de homicidios en la espec
dística significativa de que la desigualdad inicial reduce el importante notar que el hecho de q
crecimiento. efecto de las variables de desigual
Adicionalmente, parece ser que los efectos negativos de gresión de crecimiento, no es una c
la alta desigualdad sobre el desarrollo económico no se res- cia entre países sugiere que la alta d
tringen a la eficiencia económica y al crecimiento, aunque y significativamente asociada con la
éstos sean temas de gran importancia. U na visión más lencia.' ? Fajnzylber, Lederrnan y L
amplia del desarrollo incluye variables diferentes al pro- cabo una regresión de tasas de ho
ducto per cápita, teniendo en cuenta, por ejemplo, la ha- datos de la Organización Mundial
ocurre entre efectos posibles de la desigualdad en la tasa go de este informe se refieren a América Lat
de crecimiento y efectos adversos de desigualdad en la re- Belice, Guayana Francesa y Surinam. Desg
ducción de la pobreza. Si la desigualdad es suficientemen- no pueden hacer declaraciones generales c
te alta, los países que habrían tenido buenas posibilidades que las encuesras de hogares estaban dispon
países del Caribe : República Dominicana, Jam
de crecimiento con un fuerte potencial de reducción de la
Sin embargo, los resultados se reportan par
pobreza a bajos niveles de desigualdad, experimentarán
son incluidos en los promedios regionales p
un crecimiento bajo o nulo en la reducción de la pobreza. no habría jusrificación esradísrica para h
Ravallion (1997) calcula que cerca de un quinto de las subregión Caribe en su conjunto, basándose
observaciones de datos para países en desarrollo cae en esta datos para esas tres naciones.
categoría en la cual no habría reducción absoluta de po- 2. Nos referimos a promedios no pond
breza . del ingreso per cápita de los hogares en 199
El balance de la evidencia es que los niveles de desigual- rir de Bourguignon y Morrison (2002). ~r
estadístico.
dad de ingreso y riqueza observados en América Latina
3. El coeficiente Gini es una medida e
tienen las siguientes características: una distribución. Tiene un rango entre cero
igualdad. Un valor de cero corresponde a pe
• Son considerados injustos por la gran mayoría de la po- de uno corresponde a una distribución en la
blación del continente. be todo el ing reso y las dem ás unidades no
• Disminuyen el ritmo de la reducción de la pobreza en la 4 . Estos datos se refieren a la encuesta
región al disminuir la elasticidad del crecimiento a la bla A.22 en el apéndice estadístico.
reducción de la pobreza. 5. ~r O 'Donnel (1999b) para una disc
baja densidad, y Méndez y otros (1999) sob
• Reducen el crecimiento económico y el desarrollo en si
imperio de la ley en gran parte de Améric
mismo,
bólico más reciente e importante en Guat
• Limitan la habilidad de la región de manejar la acuerdo de paz en 1996. Sin embargo, aú
volatilidad económica y empeoran la calidad de la res- dades insrirucionales y parrones de exclusi
puesta macroeconómica a choques, que infortunada- (2002b),
mente son muy frecuentes . 6 . La mayoría de medidas utiliz adas fr
• Hacen más persistente el crimen violento. rura económica evalúan la dispersión de mo
tos atributos deseables, conocidos como
desigualdad. Para una discusión de remas de
Éstas son las principales razones por las cuales un mejor
0 2000),
conocimiento de la desigualdad es importante. La mayoría 7. Este informe no se concentra en un a
de las personas y gobiernos en la región considera que los riada del bienestar. Para mayor inform
niveles de desigualdad en América Latina son muy altos. Bourguignon y Chakravarty (2003).
Les gustaría reducirlos en términos de resultados y opor- 8 . Las citas en este párrafo son tomada
tunidades. Adicionalmente, tal reducción ayudaría a los p. 150) .
planeadores de política a ser más efectivos en la lucha con- 9. La literatura en teoría de justicia soci
tra la pobreza y la promoción de un desarrollo económico para una revisión reciente.
10. ~r Norrh 1990 , para un tratamien
más amplio.
como normas y "reg las de juego",
11. ~r Heller y Mahoney (2003) para u
Una visión general al informe Bourdieu (1990) para ejemplos clave, y Rao
Las partes restantes del reporte se dividen en tres seccio- discusión de la "desigualdad de Agenc ia" d
nes, una para cada objetivo presentado anteriormente. La rural. Una línea de 'trabajo relacionada en l
parte 1 presenta evidencia básica sobre la desigualdad en bre la medición de la desigu aldad riene que
teoría y medición de la polarización. Esto
América Latina, hasta el punto que lo permiten los datos
conceprual de que la evaluación individual d
disponibles, en términos de evidencia sobre las diferencias cionada con las diferencias entre grupos con
entre individuos y hogares (capítulo 2) y entre grupos, identifican respecto a los grupos de los cua
étnicos, raciales, y de género (capítulo 3). La parte 11 pasa Esteban y Ray 1994).
mayoría de funciones de bienestar.
STE CAPÍTULO RESUME INFORMACIÓN DE AMÉRICA LATINA EN DIFERENTES DIMENSION
un tema que en sí mismo merecería un libro. El capítulo resalta algunas de las p
ticas de la desigualdad en la región para ayudar al lector a entender el nive
tendencias relacionadas con este fenómeno; y para alistar la escena para los cap
....... informe, en los cuales se analizan los determinantes de la desigualdad y la
redistributivas.
La contraparte empírica del concepto de igualdad no es nada trivial. El punto más imp
las variables para las cuales la medición de la desigualdad es un indicador de la injusticia
comprende problemas teóricos y empíricos, que se discuten brevemente en la sección 2.1
La mayoría de estadísticas en este capítulo está basada en una muestra de encuest
países en tres momentos de tiempo entre el período 1989-2001. Estas estadísticas y
presente estudio se actualizan periódicamente con nueva 'inform ación en el sitio de Inte
econ.unlp.edu.ar/cedlas/wb>. La sección 2.2 introduce la muestra de las encuestas de h
gran grupo de medidas de desigualdad para la distribución de ingreso de los hogares (aj
fía), y presenta los resultados para otras dimensiones de la distribución del ingreso (es dec
do, pobreza y polarización). La sección 2.3 está dedicada a identificar problemas gene
medición que se encuentran típicamente en las encuestas de hogares y a evaluar el impac
la habilidad de medición, y en consecuencia del entendimiento de la desigualdad.

La sección 2.4 presenta los resultados de la sección 2.2 ción política, víctimás de crimen y
desde una perspectiva internacional al comparar la des- cos (por ejemplo, la oferta de agua
igualdad en América Latina frente a otras regiones en el la sección 2.7 ofrece las conclusione
mundo . Este análisis se basa en estudios recientes que han
dado forma a grandes bases de datos con información so- 2.1 Algunos elementos concep
bre desigualdad para diferentes países. Como se discutió en el capítulo 1
El ingreso per cápita de los hogares se deriva de tres confianza que la mayoría de las pers
componentes principales: remuneración de activos (inclu- hacia la justicia social y asocia el co
yendo trabajo y capital humano), transferencias financie- cierto tipo de desigualdad. Las difer
ras y las características demográficas del hogar. La sección el momento de definir las variables c
2.5 estudia las estadísticas de desigualdad sobre estas tres importantes para generar igualdad e
variables calculadas de la muestra de encuestas de hogares el objetivo de tener una sociedad
y está basada en recientes estudios de otros autores. opción para tomar está entre result
La sección 2.6 va más allá de la distribución del ingreso ¿Debemos intentar reducir las difere
para presentar información sobre la distribución de algu- ejemplo, ingreso o nivel de consumo
nos bienes y servicios que son de especial preocupación zar igualdad de oportunidades para
para las personas. La mayor parte de la sección se concen- resultados? Muchos autores han dis
tra en evidencia de desigualdad en asistencia escolar y gunda alternativa. I Según esta vis
movilidad educativa, aunque también se presentan y dis- debe ser una preocupación social si
cuten estadísticas sobre desigualdad en salud, representa- sonas sujetas a las mismas restriccio
ceptuales y en particular, relacionadas con los datos, que mismo ingreso) .
restringen la comparaci ón de estándares de vida a perío- Adicionalmente al análisis de ingr
dos de tiempo mucho más cortos que toda la vida de un desigualdad de consumo, la literatura
individuo. Como resultado, las encuestas usualmente cap- de desigualdad refleja cada vez m ás u
turan dimensiones de bienestar para períodos no mayo- pecto a otras variables (por ejemplo,
res de un año. servicios de salud, y representación p
Al interior del grupo de variables usualmente medidas argumentos detrás de esta preocupaci
en una encuesta de hogares, el consumo es generalmente la que el bienestar individual depende
considerado como la medida general preferida para aproxi- del consumo de bienes y servicios, inc
mar el estándar de vida. ? Tiene tres ventajas principales salud, seguridad ante el crimen y la
sobre su principal competidor, el ingreso de los hogares. libertad y respeto por los derechos hu
Primero, si las personas pueden pedir prestado y ofrecer en gia analítica posible es intentar valo
préstamo dinero (como efectivamente ocurre al menos en términos monetarios, adicionándolos
pequeñas cantidades, por períodos de tiempo corto y en sumo y medir la desigualdad sólo pa
mercados informales), el consumo está asociado más de aproximación menos ambiciosa es me
cerca con el bienestar del individuo que el ingreso.' Se- diferentes variables sin intentar agreg
gundo, el problema de subregistro es usualmente menos U n segundo argumento afirma qu
severo en consumo que en ingreso. Tercero, la mayoría de nen una particular preocupación con la
las encuestas presenta el ingreso bruto en lugar del ingreso tas variables, como el consumo de
después de impuestos, a pesar de que este último es un educación y servicios de salud . Inclus
indicador más relevante de bienestar y refleja mejor el ni- incluyen en el cálculo del consumo t
vel de consumo. mentos normativos para la evaluación
El consumo puede estimarse en encuestas de hogares igualdad en cada variable. Para cont
llevadas a cabo en cada país. En particular, el proyecto del de estos argumentos, la sección 2.6
Banco Mundial de Encuestas de Medición de Calidad de sobre la distribución de matrícula esc
Vida (LSMS, por sus iniciales en inglés) usa cuestionarios cios de salud, representación política
diseñados para medir el consumo, o al menos el gasto. tura de algunos servicios sociales bási
Infortunadamente, las encuestas de consumo no son co- Existe un gran interés en medir la d
munes en América Latina. La gran mayoría de países en la individuos. Sin embargo, los individu
región lleva a cabo encuestas sin preguntas relacionadas en hogares y comparten un presupue
con el consumo o el gasto. En nuestra muestra de 20 paí- cho implica que el bienestar del indiv
ses, sólo en cinco existía un mínimo de dos encuestas de recursos disponibles, el tamaño y la
gasto llevadas a cabo en la última década. mas de distribución de los recursos al
Por esta razón, la medición de injusticia en América res. El indicador más comúnmente
Latina ha estado asociada principalmente con la medición individual es el ingreso per c ápita de
de la desigualdad en la distribución del ingreso de los ho- el ingreso total del hogar dividido por
gares. A pesar de que este estudio incluye información so- nas en el hogar. A pesar de que es u
bre otras variables, trabaja en gran medida en esta tradición. mente usada, ignora tres factores relev
El supuesto implícito es que el ingreso corriente de los de escala relacionadas con el consum
hogares, medido en las encuestas de hogares, está alta- gar, que pueden, por ejemplo, permiti
mente correlacionado con las oportunidades individuales con menos que el doble del presupu
y estándares de vida intertemporales. A pesar de que estas que vive sola; (2) diferencias en necesi
correlaciones son, con seguridad, positivas y probablemente viduos que son una función de la eda
altas, es difícil conocer qué tan distorsionada es la imagen diferencias están detrás de los ajuste
que surge de la información de ingreso de las encuestas de mente por adultos equivalentes); y
hogar en comparación con la realidad. desigual de recursos al interior del ho
limitaciones conceptuales y relacionadas con los datos, encuestas tienen preguntas específi
hemos medido la desigualdad en la distribución del ingre- ingreso laboral y casi todas cubren t
so de los hogares, ajustado por demografía y complemen- laborales (es decir, ingreso de capi
tado estas estadísticas con indicadores de desigualdad en dad, utilidades y transferencias), a p
la distribución de otra dimensión de bienestar. A pesar de cuanto al detalle de las preguntas
que las limitaciones de esta aproximación son evidentes, separar las fuentes de ingreso no lab
los autores creen que las estadísticas ofrecidas en este capí- incluyen preguntas relacionadas con
tulo son útiles para ayudar a caracterizar y entender la in- y la renta implícita por vivienda pro
justicia social en la región. en la tabla.
La mayoría de las encuestas se ob
2.2 Desigualdad de ingresos y lo que sigue grama de Mejoramiento de Encuest
A pesar de las dificultades asociadas con las encuestas de diciones de Vida en América Latina
hogares, son la fuente más creíble y apropiada para el aná- conjunto del Banco Interamericano
lisis de distribución. Para este informe se preparó un con- el Banco Mundial y la Comisión d
junto de encuestas de hogares para la mayoría de países de para América Latina y el Caribe (C
América Latina desde 1989. Inicialmente presentamos la promueve mejorar la recolección, o
muestra, después se presentan estadísticas básicas de des- de encuestas de hogares en la región
igualdad y se discuten las limitaciones de los datos . En el das en este capítulo hacen parte de
apéndice estadístico se presenta un conjunto de tablas so- hecho, éstas tienen información má
bre las encuestas de hogares y otras fuentes que son la base yen preguntas sobre los servicios so
para la siguiente discusión . Este estudio no es el primero en a
en América Latina a partir de encues
Los datos (1994) YMorley (2001) de la Cepal,
Los autores lograron ensamblar una base de datos que con- del Banco mundial y, en particular, S
tiene 52 encuestas de hogares cubriendo el período 1989- (2000 y 2001) del BID han reunid
2001. La muestra cubre aproximadamente 3,6 millones cuestas de hogares para analizar la d
de personas encuestadas en 20 países: Argentina, Bolivia, en la regi ón.' Comparada con esto
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominica- actual cubre más países, ofrece ma
na, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, algunos países (principalmente Arg
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y cuestas para los años 2000 y 2001.
Tobago, Uruguay y República Bolivariana de Venezuela. presenta un grupo de estadísticas m
La muestra es representativa para gran parte de América y en el tiempo que están relaciona
Latina, pero sólo parcialmente de los países del Caribe, mensiones de la desigualdad (es dec
que no llevan a cabo o no publican permanentemente las de los hogares) y con la desigualdad
encuestas de hogares .' variables demográficas y socioeconó
Para la mayoría de países, la muestra contiene tres ob- Los autores hicieron todo el esfue
servaciones correspondientes a principios de los años 90, que las estadísticas fuesen comparab
mediados de los años 90, y finales de los años 90 , 2000 o el paso del tiempo, al usar definicio
2001. En cada período, la muestra representa más del 92% variables en cada país y año y al ap
de la población total de la región . Todas las encuestas de tentes en el procesamiento de los d
hogares incluidas en la muestra son representativas a nivel es posible asegurar la comparabilid
nacional. Las excepciones son Argentina y Uruguay, don- cobertura y los cuestionarios usados
de las encuestas sólo cubren a residentes urbanos, pero re- ren entre países y frecuentemente ta
presentan el 85 % de la población total en ambos países." Se agregaron tres modos de aliv
Todas las encuestas incluyen un conjunto básico de varia- comparabilidad. Primero, cuando s
bles demográficas, educativas, laborales y de ingr cs, a ni- r:tmbios en la metodología o en la
tan las particularidades de cada encuesta que pueden ha- mientras que la participación del 1
cer difícil las comparaciones entre países o entre años . (La siempre mayor que el 30 % . La parte
mayor parte de esta información está disponible en el sitio 2.1 muestra la distribución del ingre
de Internet de este estudio. Los lectores interesados en los tres economías más grandes de la reg
detalles técnicos pueden visitar el sitio). A pesar de que se sil y México. En estos tres países, la d
han hecho todos los esfuerzos posibles para limpiar los da- so ha aumentado lentamente a un a
tos y presentar estadísticas consistentes, el lector interesa- puntos porcentuales entre deciles
do en un país en especial debe consultar la literatura mayor parte de la distribución. Las di
específica para cada país. son m ayores en el cuarto sup erior de
cialment e entre los deciles 9 y 10. E
Desigualdad del ingreso en los años 90 es superior a 20 puntos porcentuales
Esta sección usa los dato s para estu diar la desigualdad del de 30 en Brasil.
ingres o entre países y entre años. In icialmente estudia la La desigualdad es más ba ja en Arg
distribución más analizada en Am érica Latina: la distribu- tribución del ingreso para cada un o
ción del ingres o disponible per c ápita de los hogares par a m ayor qu e en las ot ras dos eco nom
todos los individuos de la población . En los cálculos se usan mente, la participación del decil m
pond eradores de la población y las observaciones faltanres comparación entre Brasil y México
o de ingr eso cero se descartan. Siguiend o la pr áctica de las partic ipación en el ing reso de cada u
ent idades de estadística nacionales, los autores usan un a más pobres es mayor en México, im
definición amplia de hogar, pero excluyen a los sirvientes y igu aldad. El segundo panel de la figu
arrendata rios y a sus familias. Para los casos en que estaba lisis par a tres economías de Centroa
disponible, se tuvo en cuent a el ingres o monetario como el la economía más desigual de las tres
no monetario. Aunque la mayoría de fuentes de ing resos Rica es la más igualitaria ent re las d
se incluyen (es decir, trabajo, capital, utilidades, rentas por La columna (xi) de la tabl a A.2
propiedad y transferencias), se ignoran algunos puntos ingreso entre el individuo promedio
potencialmente relevantes (por ejemplo, la renta implícita la persona típica del decil inferior. E
de propiedad de viviend a, regalos en especie y transferen- para Uruguay (en 1989) hasta valor
cias gubern ament ales en especie). Las estimaciones de al- diferentes países. En la columna (xii
gunas de estas variables est án disponibles sólo para algunas dividuos en los extremos exteriores d
encuestas y son de dudosa calidad. los más pobres del decil sup erior son
El concepto relevante para el análisis de bienestar es el más ricos del decil inferi or. Las raz
ingreso neto en lugar del ingr eso bruto. En las encu estas mucho más pequeñas que en la colu
de hogares de la región , algunas fuentes de ingreso se re- cho determinado por la presencia d
portan generalment e después de impuestos labor ales y so- duos con ing resos de hogar extre
bre el ingreso (por ejemplo, ingresos de trabajadores comparados aun con los ing resos de
asalariados), mientras que otras no (por ejemplo, ingresos nas en el decil superior. 11 Existe el
de profesionales no sal ari ad os o ingreso de capital ). Am érica Latina la distribución está ca
Adicionalmente, las tr ansfer encias en efectivo se reportan des diferencias entre los ricos y la cl
en las encuestas, pero el valor de las transferencias guber- trar estas diferencias m ás de cerca, l
namentales en especie (como la oferta de educac ión o ser- tabla A.2 presenta la razón de ingre
vicios de salud ) es ignorado. Estas diferencias en el manejo localizada en el percentil 95 y u
requieren de un análisis detallado de la incidencia distri- percentil 80.
butiva de los impuestos y del gasto público. Infortunada- Para ilustrar la longitud de la "co
mente este análisis pocas veces se hace continuamente, ya tribución, la figura 2.2 mu estra un
que repres enta importantes retos teóricos y demanda in- tribución del ingreso per cápita de l
formación quena está típicamente disponible en las en- para 2000, ignorando el 1% más ric
2 3 4 5 6 7 8 9 10 2 3 4 5 6 7
Decil Decil
Nota : Datos de Argentina (2001) , México (2000) y Brasil (2001) . Nota : Datos de Costa Rica (2000), El Salvador (2

Fuente: Cálculo de los autores , basado en información por individuos de las encuestas de hogares .

mayoría de las personas se concentra en el primer cuarto panel de la figura A.1 . Argentina h
de la línea de ingreso . Incluir el 1% más rico de la pobla- mucho el salto más grande (7,7 pu
ción, haría que la figura fuese ilegible, ya que la mayor 1992 y 2001).15 Sigue Venezuela co
parte de la población estaría concentrada en un segmento puntos en el Gini ." La distribución
pequeño muy cercano al origen. ha pasado a ser más desigual en -Bo
En la literatura académica, se prefieren mediciones más Perú, Uruguay y posiblemente Para
sofisticadas de desigualdad respecto a simples estadísticas hace una discusión del caso Paragu
sobre participación y razones de ingreso . La tabla A.3 pre- experimentado un cambio significat
senta un conjunto de índices usados comúnmente: coefi- Brasil es el único país de Suramérica
ciente de Gini , índice de Theil, coeficiente de variación, una reducción clara de la desiguald
índice de Atkinson e índice de entropía generalizada con pesar de que este cambio ha sido lo
diferentes par ámetros." Todos los índices están diseñados queño para no cambiar la posición d
para que aumenten a medida que la distribución es más con mayor desigualdad en la región
desigual. De lejos, el indicador más usado es el coeficiente países para los cuales había informa
de Gini, que en la muestra toma valores entre 42,2 para (Guatemala presenta mayor desigua
U ruguay en 1989 y 61,2 para Brasil en 1990. 13 gunas medidas para finales de la dé
Aunque es usado ampliamente, el ingreso per cápita de formación adicional para períodos pr
los hogares no es el mejor indicador disponible para medir estos resultados es concordante con lo
el bienestar individual a partir de ingreso del hogar, por- estudios para el período 1990-1999 (
que ignora economías de escala en los hogares y necesida- 2001, y Wodon y otros 2000). Sin em
des diferentes por rangos de edad . El ingreso del hogar no prestan suficiente atención a los
hecho equivalente por individuos se define como el ingreso tes en la distribución para la región:
rotal del hogar dividido por (A +a1 • K ¡ + a 2 • K/, don - desigualdad en Argentina y la mejo
de A es el número de adultos K¡ el número de niños meno- en Brasil.
res a 5 años, y K 2 el número de niños entre 6 y 14 años de En América Central y el Caribe,
edad. Los parámetros a permiten asignar diferentes pon- más modestos (ver segundo panel de
e
deraciones para los adultos y los niños, regula el grado tribución del ingreso se ha mantenid
de economías de escala del hogar. Siguiendo a Deaton y Nicaragua y Panamá y ha pasado a se
Zaidi (2002), se aplican valores intermedios para a (al = ras y un poco más desigual en Costa
0,5 y a 2 = 0,75) y un valor más bien alto para (0,9) e Losíndices de desigualdad bajaron en M
como punto de referencia. ¡4 Las estadísticas para ingreso aunque no lo suficiente para confirm
equivalente por hogar se presentan en las tablas AA y A. 5. mente significativa en términos esta
La tabla A.6, que reproduce el coeficiente de Gini para lante para una presentación de este
esta distribución en todos los países de la muestra, es la inicial por parte del gobierno de Méx
fuente básica para los figuras A.2, A.3 y AA. año 2002 señala una reducción adici
La desigualdad ha aumentado en la mayoría de los paí- igualdad, pero la encuesta no estuvo
ses de Suramérica durante la última década (ver el primer para incluirla en el análisis de este in
Fuente: Cálculo de los autores, basado en información por individuos de las encuestas ENIG (2000).

La evaluación de los patrones de desigualdad es bas- yendo Argentina, Costa Rica, posibl
tante robusta respecto a las medidas de desigualdad se- y República Bolivariana de Venez
leccionadas. Es interesante notar, sin embargo, que la alta desigualdad; y (3) Brasil, que se
participación de los deciles más pobres ha aumentado cativamente más desigual que el res
significativamente sólo en Brasil y Panamá, mientras que después, las diferencias entre los gru
se ha reducido en la mayor parte de las economías de la Parece haberse presentado cierto tip
región. Del mismo modo, el índice de Atkinson con un los niveles de desigualdad. La fi
parámetro de aversión a la desigualdad de 2 (ver columna convergencia en distribución para l
(vi) en las tablas A.3 y A .5) que otorga una mayor grandes de la región. Y a pesar de
ponderación para cambios que afectan a los individuos diferentes, la distribución del ingres
más pobres que el coeficiente Gini, genera una idea algo co y Brasil se ha hecho rápidamente
más pesimista de los cambios en la distribución de la ma década.
región. Una década de cambios diferencia
Debemos anotar que los países con menor desigualdad en la ordenación de desigualdad po
en promedio han tenido un peor desempeño que los países Argentina subió en la escalera de la
más desiguales. Mientras que la distribución ha pasado a dose al grupo de desigualdad media
ser más desigual en Argentina, Uruguay y República también subieron en el orden; y C
Bolivariana de Venezuela (tres países con baja desigual- Honduras bajaron. A pesar de tener
dad) , no ha cambiado o ha pasado a ser más igualitaria en de en la desigualdad en la última dé
Brasil, Colombia, México y Panamá (cuatro economías con ne en el tope de la lista de estos paí
desigualdad alta y mediana). La desviación estándar de la Como resultado de los cambios ob
distribución de los coeficientes Gini en la región cayó de Gini promedio entre países aument
un modo importante en la última década, de 6,1 a 4,6. el período (de 50,1 a 51,4). El pro
Aunque América Latina tradicionalmente ha sido muy población, sin embargo, muestra u
homogénea comparada con otras regiones del mundo, en (de 51,9 a 51,5) gracias al desempe
los últimos 10 años lo ha sido aún más en términos de la México y la estabilidad de Colomb
distribución. mayor población de la región.
La figura 2.3 ilustra este hecho. A principios de los años La tabla A.7 presenta el coeficien
90 los países caían en tres grupos: (1) aquellos con baja bución de ingreso de los hogares d
desigualdad (respecto a los estándares de la región), inclu- escalas alternativas. En las columna
45 .11

Fuente : Cálculo de los autores , basado en información por indiv iduos de las encuestas de hogares .

la distribución de la población urbana y rural, cuando hay usan diferentes variables de ingreso
información disponible. En algunos países la desigualdad resultados se mantienen bastante rob
es más alta en las ciudades, mientras que en otros es más cambios metodológicos.
alta en áreas rurales. Sin embargo, en la mayoría de países
las diferencias en desigualdad entre áreas urbanas y rura-
les parecen ser menores. Las encuestas de hogares usual - Una breve historia de la desiguald
mente no capruran apropiadamente el ingreso no laboral en América Latina desde los años
y no monetario. Las columnas (ix) a (xii) presentan los co- Esta sección combina información de
eficientes de Gini para la distribución de ingreso per cápita para este informe con la evidencia
de los hogares, incluyendo como fuente de ingreso sólo el décadas anteriores para ofrecer una
ingreso laboral, ingreso monetario, ingreso laboral mone- tendencias en la desigualdad del ingre
tario e ingreso laboral monetario en áreas urbanas. Estas tunadamente, la imagen de este tem
son las variables de ingreso de los hogares más homogé- más difusa a medida que se retroce
neas para hacer comparación entre los países. épocas tan recientes como en los año
Según algunos investigadores, la desigualdad sólo tiene no llevaban a cabo encuestas nacional
importancia normativa para las variables de distribución encuesta de hogares. De hecho, sólo
que est án más allá del control de los individuos. Esta idea da Guerra Mundial los países alrededo
puede indicar, por ejemplo, cierta preocupación sobre la zaron a llevar a cabo encuestas de h
distribución del ingreso total de los hogares y no el ingreso estadísticas de desigualdad de un mod
ajustado por demografía, ya que las decisiones de fertili- y algunos países del Caribe (incluyend
dad (en su mayoría) están bajo el control de los individuos. Jamaica y Trinidad y Tobago) fuero
Sin juzgar la validez de este argumento, la columna (xiii) región en participar en esta tendenci
muestra el coeficiente Gini para la distribución del ingres o Sólo México ha continuado con un
total de los hogares. Finalmente la tabla A.7 presenta el co de encuesta de ingreso y gasto en
coeficiente Gini para la distribución equivalente de ingre- dísticas disponibles para este pa ís mue
so de los hogares para personas en ciertos rangos de edad, suave en la desigualdad del ingreso
con el objetivo de controlar por factores relacionados con primera mitad de los años 60 (Félix
el ciclo de vida. Altimir 1996b). Existe alguna evidenc
La mayor parte de los resultados cualitativos relaciona- dad ha aumentado también en algun
dos con tendencias de desigualdad y comparaciones entre en donde se hicieron disponibles esta
países no varía significativamente cuando se consideran tr ibución en los años 60 (como en Bra
algunas de las distribuciones de la tabla A.7 en lugar de la y Uruguay)."
distribución del ingreso per cápita o el ingreso equivalente La mayoría de países consolidó o in
presentado en las tablas A.3 y A.5. Existen ciertos cam - hogares en los años 70, de modo que
bios en la ordenación y en la tendencia a medida que se desigualdad del ingreso en esta déc
Bolivariana de Venezuela) experimentaron cambios hacia "tormenta" pareció terminar en lo
la igualación, mientras que otros mostraron distribuciones Litchfield 1999), no hay signos de r
estables . La década de los SO fue una "década perdida" en tribución; de hecho, las medidas de d
términos de distribución, así como en términos de creci- ron levemente durante la última dé
miento. La mayor parte de los países sufrió fuertes incre- otros 2001).
mentos en el nivel de desigualdad del ingreso. En cerca de Brasil ha sido tradicionalmente la e
la mitad la desigualdad continuó aumentando en los años de la región. La economía brasileña
90, a pesar de que en la mayoría de los casos lo hizo a un mento importante en la desigualdad
ritmo más lento. Como resultado del patrón descrito, la años SO (Ferreira y Litchfield 1996), p
mayoría de países en la región tiene en la actualidad una desigualdad se ha estabilizado e inclus
distribución del ingreso más desigual que la que tenía al- (Neri y Camargo 1999). Como se me
rededor de 1970, y muy posiblemente que la registrada se ha identificado una caída en la desi
en ellos al final de la Segunda Guerra Mundial. Hay algu- Brasil durante la última década .
nas excepciones, pero para la mayor parte de los países Debido al limitado número y nat
latinoamericanos, los cambios económicos de la segunda las encuestas de hogares la informac
mitad del siglo han ido en contra de la igualdad. ción en Bolivia y Paraguay antes de
La evidencia anterior se refiere a países en la región cuan- 90 es escasa. La desigualdad parece h
do se comparan separadamente. Londoño y Székely (2000) ramente en Bolivia durante los años
calculan los indicadores de desigualdad para la región como firmado por otros estudios (Morley
un todo al calcular una curva de Lorenz usando los Paraguay no tuvo una encuesta de h
percentiles de cada país. Ellos concluyen que la desigual- hasta mediados de los años 90. Con
dad cayó en los años 70, aumentó en los años SO y aumen- cierta idea sobre la evolución de la de
tó un poco más en la primera mitad de los años 90. La del estudio calcularon el coeficiente
razón entre el ingreso promedio del quintil superior e infe- 1990 y 1995, usando sólo datos par
rior pasó de 22,9 en 1970 a IS,O en 19S2, retrocedió a na de Asunción; el resultado fue un i
22,9 en 1991, y luego pasó a 24,4 en 1995. Londoño y ble en la desigualdad.21 La desigualda
Székely (2000) también concluyen que tanto el nivel como durante la segunda mitad de los años
el cambio de la desigualdad se deben principalmente a di- que posiblemente no lo suficiente p
ferencias al interior de los países en lugar de entre países. cremento de la primera mitad.P
De hecho, en los últimos 20 años se ha presentado una La distribución del ingreso en
lenta convergencia en el ingreso per cápita entre los países Bolivarianade Venezuela se tornó más
de la región. Consecuentemente, el incremento en la des- 70 y más desigual en los años SO.
igualdad regional se debe exclusivamente a cambios con- presentó una recuperación en las pé
tra la igualdad en la distribución del ingreso al interior de de los años SO; la desigualdad contin
los países. República Bolivariana de Venezuela
Después de describir los principales cambios en la re- lombia fue estable (ver también Oc
gión como un todo, el resto de esta sección está dedicado a Székely 2001). En Perú, aunque no
presentar una mirada amplia de los patrones de desigual- que la distribución del ingreso pasó
dad por país. los años 70 y SO, los datos para los
La desigualdad ha aumentado dramáticamente en Ar- movimiento significativo hacia una
gentina durante las últimás tres d écadas.' ? El coeficiente del ingreso. Los esrudios que utilizan
Gini para la distribución del ingreso per cápira de los ho- presentan resultados similares . La d
gares en el área del Gran Buenos Aires aumentó de 34,5 ber pasado a ser un poco más desigu
en 1974 a 53,S en 2002 (Cedlas 2003). Incluso si se igno- nos en la segunda mitad de los años
ran las observaciones para los recientes años de crisis, la La distribución del ingreso en M
tendencia creciente es notable. Ningún otro país de Amé- diferentes direcciones en las tres últim
años 90 , Costa Rica es uno de los países con mayor igual- considera que la distribución actual de
dad de la región (ver también Trejas 1999) . La desigualdad ses es "injusta" o "muy injusta" (ver fig
es mucho más alta en los otros países de Centroamérica. La correlación entre el nivel de des
La evidencia sugiere que no hay cambios significativos en medida por el coeficiente Gini para la
la desigualdad en Nicaragua, registra una caída en Hondu- greso equivalente de los hogares y la
ras y un pequeño aumento en El Salvador durante los años puestas de "muy injusto" (o la suma de
90. Sólo existe una encuesta de hogares para Guatemala, injusto") es positiva pero sólo margin
desde donde se concluye que el país tiene una de las mayo- va. La relación incondicional entre el c
res desigualdades de la región. te Gini durante los años 90 y la percep
Aunque en algún momento las encuestas de hogares distribución del ingreso parece ser no
eran empleadas más frecuentemente en los países del Ca-
ribe, en la actualidad son escasas . Esto hace que el Igualdad en el consumo
moniroreo de la situación social y el diseño de políticas de Como se discutió en la sección 2.1, el
reducción de la pobreza en la región sean mucho más difí- gares es una mejor medida de biene
ciles. Para un puñado de países donde hay información dis- Infortunadamente, sólo algunos paíse
ponible, se pueden discernir algunas tendencias. Durante a cabo encuestas sobre gasto de un mo
los años 70 y 80, la desigualdad aumentó enlas Bahamas y parte de ellos siendo parte del proyec
bajó en Trinidad y Tobago, según Fields (1989) y el Wor/d dial de Medición de Condiciones de V
Institutefor Deuelopment Economics Research (Wider) (2000). iniciales en inglés). Sólo Ecuador, Ja
Algunos estudios presentan incrementos moderados en la México y Perú han llevado a cabo m
desigualdad en República Dominicana (Hausman y sobre gasto en la última d écada." L
Rigobón 1993). La distribución del ingreso se ha manteni- igualdad que pueden definirse con e
do estable enJamaica en la última década, como lo mues- difieren significativamente del presen
tran éste y otros estudios (Chen, Datt y Ravallion 1995, usando datos de ingreso (Wider 2000)
World Bank 1999). La desigualdad en el Caribe parece los niveles de desigualdad son mucho
haber sido siempre mucho más baja que en el resto de calcula para la distribución de gasto,
América Latina . tienden a suavizar su consumo cuand
Es tentador justificar los patrones de desigualdad con perfiles de ingreso más volátiles . Sin em
una explicación simple, por ejemplo, al utilizar algunas en el tiempo son similares: la desigual
variables macroeconómicas. La desigualdad decreció en los Perú, probablemente también en Ecua
años 70 durante un tiempo de relativa prosperidad econó- nido aproximadamente constante en
mica y aumentó durante la "década perdida" de los años Nicaragua.26
80. Según esta visión simple, la recuperación de los años
90 debió haber generado importantes mejorías en la dis-
tribución. Sin embargo no hay evidencia de que esto haya Otras dimensiones de la distribució
ocurrido, Por supuesto, muchos cambios que ocurrieron La desigualdad es sólo una de las dime
en los años 90 pueden señalarse como culpables de la falta bución del ingreso. Esta sección consid
de mejorías en la distribución, pero su consideración gene- dimensiones adicionales relevantes: p
raría unas explicaciones más complejas. Un signo de esta tar -agregado y pobreza.
complejidad son los múltiples patrones de distribución
entre países relativamente homogéneos que resultan de la Polarización
evidencia ofrecida en este capítulo. (Una discusión de los La noción de polarización se refiere a
determinantes de la desigualdad en la región se hace en la lativamente homogéneas de hogares
parte II de este reporte). identifican entre ellos y son antagonis
¿Son altos los niveles de desigualdad en la distribución pos o enajenadas de éstos. Un caso de
del ingreso de la región? La respuesta parece ser "sí", sin ma en términos de ingreso sería uno e
valioso anotar que la polarización puede aumentarse cuando debe evaluarse sólo al considerar
la desigualdad se reduce (y viceversa). Por ejemplo, algu- igualdad, el error contrario de sólo
nas transferencias de la clase media a los pobres y a los promedio -que es muy común en o
ricos pueden generar menor desigualdad y mayor polari- nomía- debe evitarse también. El in
zación (ver Esteban y Ray 1994). Así, el análisis de la pola- aumentar pero la desigualdad pu
rización del ingreso es complementario al de la desigualdad modo tal que algunas personas su
del ingreso. su ingreso real, lo cual se puede trad
Para la muestra de encuestas de hogares, los autores negativa del desempeño general de
computaron dos índices de bipolarización para cada país y gunos juicios de valor.
año: el índice de Wolfson, que divide la distribución por la La tabla A.14 presenta medidas
mediana del ingreso, y el índice de Esteban, Gradín y Ray los países en la muestra que tienen
(EGR) 1999, que define el punto óptimo de corte para el ción. Cada columna muestra el va
ingreso. La tabla A .10 muestra los resultados de estas bienestar agregado para un país y u
medidas de bipolarización, conjuntamente con el coeficiente sido reescalados para hacer que la p
Gini, para la distribución del ingreso per cápita de los ho- cada país sea igual a 100. Se consi
gares y el ingreso equivalente de los hogares. de bienestar social. La primera usa
Así como ocurrió con las medidas de desigualdad, la la población; según este juicio de v
polarización aumentó en varios países de Suramérica, y se irrelevante. En las columnas (ii) a (
mantuvo estable en Centroamérica, República Dominica- lizan tres funciones ampliamente u
na y Jamaica. Argentina, Bolivia, Uruguay y Venezuela de la desigualdad. " En el primer p
presentaron los incrementos más grandes en polarización. no bruto (PIB) real per cápita de la
Entre los países que presentaron una reducción en las me- toma como la medida de ingreso p
didas de bipolarización, hay casos en los cuales la desigual- con el índice de desigualdad mostra
dad aumentó, por ejemplo en Chile {nótese que en las tablas el objetivo de obtener estimadores
A.2 y A.4 la participación del decil superior aumentó de bienestar agregado según difere
significativamente en Chile en la última década, haciendo Por diferentes razones, el ingreso p
que las medidas de desigualdad aumentaran). de hogares es diferente de las estim
Entre los principales perdedores de los cambios de dis- nacionales, de modo que en el seg
tribución en los años 90 están las personas en los deciles 7 A.14 se repite el ejercicio usando la
a 9, es decir, las personas consideradas por las medidas de encuestas de hogares."
bipolarización como pertenecientes a la misma "clase" de Gran parte de las economías lati
los ganadores en el decil superior. Este hecho debilita la crecer durante los años 90, pero en
medición de "identificación" al interior del grupo de in- del ingreso pasó a ser más desigual
greso superior, y a su vez hace que la medida de bipola- neró resultados ambiguos en el bie
rización caiga. Entre 1995 y 1999, Paraguay mostró un gunos casos. En todas las diez econo
patrón contrario: la participación del decil superior bajó, figura A.3, el PIB per cápita aumen
mientras que la participación de los deciles 7-9 aumentó Sin embargo en Perú y Venezuela,
significativamente, implicando una reducción en la des- lor que asignan más peso a los i
igualdad pero un incremento en la bipolarización deter- (Atk(2) en la figura 2.4), el bienes
minada por una identificación más fuerte al interior, del que en otros, como El Salvador y U
grupo de ingreso alto. " bienestar fue mucho más pequeño
Las teorías de polarización en economía enfatizan la PIB. En Argentina el contraste es m
importancia de diferencias basadas en grupos. Por supues- del incremento de 11 % en el PIB
to que existe una tradición mucho más fuerte de análisis las cuentas nacionales entre 1992 y
de grupos en otras disciplinas sociales. Los temas de clase gado bajo según todos los juicios de
social se discuten en el recuadro 2.1, Ylas diferencias entre cálculos que no descuidan los elem
cos y estado de salud- deben considerarse también como notable en el resto del país, tomó lug
argumentos para el bienestar individual. Un estudio com- do de crecimiento del ingreso per cá
pleto de bienestar incluyendo estos aspectos esta por fuera otro caso donde a pesar del crecimien
del alcance del estudio. Sin embargo, la sección 2.5 pre- incremento en la desigualdad empujó
senta estadísticas sobre la distribución de algunas varia- hacia arriba.
bles que pueden, posiblemente, influenciar la utilidad. La figura AA, construida a partir d
(2001), muestra la razón de headcount
Pobreza países en la región a partir de la línea
A pesar de que la desigualdad y la pobreza son conceptos por día (ajustado por las diferencias e
diferentes están fuertemente relacionados. Los cambios en vo de la moneda entre países) a finale
la pobreza relacionados con el ingreso pueden pensarse países con ingreso alto y desigualdad
como el resultado de cambios en el ingreso promedio y la como Uruguay, Venezuela y Argenti
desigualdad. Por ejemplo, una economía creciente con ni- lativamente bajos de pobreza. Chile se
veles estables de desigualdad terminaría reduciendo el recientemente por su crecimiento ec
número de personas cuyo ingreso está por debajo de una ser un país con alta desigualdad. De
línea de pobreza absoluta. De hecho, la importante reduc- de bajo ingreso con alta desigualda
ción de la pobreza en América Latina en los años 70 se Salvador, Guatemala, Honduras, Ni
alimentó de economías crecientes con niveles estables o tienen niveles de pobreza muy altos.
más equitativos de distribución. La historia en los años 80
es exactamente la opuesta: la caída del ingreso y una dis- 2.3 Asuntos de medición y limita
tribución más desigual se combinaron para generar un in-
de los datos
cremento tangible en las estadísticas de pobreza. Los años
A pesar de que las encuestas de hogar
90 nuevamente muestran una combinación diferente: a
apropiada de información para el an
pesar de cambios en contra de la igualdad en la distribu-
ción, tienen muchas limitaciones. Es
ción del ingreso, la fuerte recuperación de diferentes eco-
plícitas estas limitaciones para asegur
nomías latinoamericanas generó una reducción en los
sean interpretadas con cuidado y par
indicadores de pobreza para la región como un todo y en
corregir y mejorar en el futuro. Pese q
gran parte de los países (ver Wodon y otros 2000 y 2001,
las limitaciones están presentes en t
Székely 2001 Y Sala-i-Martin 2002). En general, en las
son de particular importancia en Am
últimas tres décadas la región ha presentado una reduc-
bablemente la principal diferencia en
ción importante en la incidencia de la pobreza."
la región y de otras partes menos desa
La tabla A.15 resume parte de la gran cantidad de lite-
es la falta de cuestionarios basados en
ratura en indicadores de pobreza de la región. l" Debemos
ría de los países de América Latina. C
enfatizar que las mediciones de pobreza son muy sensibles
sección 2.1 , el gasto es una mejor me
a los supuestos implícitos y explícitos hechos por los inves-
vida que el ingreso, especialmente e
tigadores (Székely y otros 2000). De modo que es impor-
rrolladas. La extensión de preguntas
tante ser cuidadoso al comparar los resultados obtenidos
mo en la región es ciertamente una de
por diferentes metodologías. La tendencia general duran-
en las cuales se necesita atención de l
te los años 90 fue hacia la reducción en la pobreza por
les e internacionales.
ingreso. A mediados de los años 90 varios autores encon-
traron que había entre 1,5 y 2% menos de personas po-
bres en la región que al inicio de la década (Wodon y otros [Bs posible que el uso del ingreso en
2001, Londoño y Székely 2000). Esta reducción se puede sobrestime la desigualdad de Amér
explicar principalmente por el desempeño de Brasil, don- a otras regiones?
de la razón de headcount se reduj o en cerca de 7 puntos Es posible que América Latina apare
porcentuales . que otras regiones que sólo reporta
males e informales se amplió dur
tán usualmente definidas en términos de recursos de Argentina.
ingresos. Portes y Hoffman (2003) presentaron recien- Por el contrario, el ingreso rela
temente evidencia sobre las estructuras de clase y ten- mucho más estable en Brasil. La
dencias en América Latina, a partir de la información aplica cuando se considera el ingre
obtenida por encuestas de hogares reunidas por (Eclac) hogares, en lugar del ingreso indi
(2000). senta en el tercer panel). El cuarto p
En ese estudio, se consideran cinco grupos: capitalis- muestra que las clases "dominant
tas, profesionales y ejecutivos, pequeños empresarios (o la 20% del ingreso total. Estas estima
pequeña burguesía), trabajadores formales y trabajadores están muy probablemente influid
informales. Los dos primeros grupos comprenden la clase des en incluir a los capitalistas y p
"dominante". Las estimaciones empíricas no son muy pre- en las encuestas de hogares y por e
cisas. Los capitalistas se definen operacionalmente como gistro del ingreso. Finalmente, e
los propietarios de las firmas con más de cinco trabajado- tabla muestra el coeficiente Gini al
res, mientras que los profesionales y ejecutivos trabajan Las desigualdades al interior del g
en el sector público y en firmas que emplean cinco o más Argentina que en Brasil, pero las
trabajadores. La pequeña burguesía incluye a los propie- rrando.
tarios de pequeñas firmas, profesionales que trabajan por Existe un considerable grado d
su propia cuenta y técnicos. Los trabajadores formales se entre las clases sociales. La figura A
definen como aquellos en el sector público o en empre- relativo de cada percentil de la dist
sas con cinco o más trabajadores. las clases en Argentina y Brasil. A
A partir de la información de Eclac (2000), el primer tran un considerable traslapo de
panel de la tabla A.ll muestra el ingreso relativo a la ses, especialmente entre capitali
ocupación de cada una de las clases sociales para cada pequeños empresarios de un lado,
país y año. Excepto para algunos países, no hay signos formales e informales en el otro.
claros de que la clase "dominante", definida de este modo tra una tabulación cruzada de los
tan estricto, haya pasado a ser más rica en términos distribución del ingreso de los ind
relativos durante los años 90. Adicionalmente, en la ma- ra de clase. Cerca del 75% de lo
yoría de países la participación en la población de traba- .ing resos que los ubican en los dos
jadores informales con bajos salarios no ha aumentado la distribución individual del ingres
en gran medida desde los años 90, de acuerdo con el anotarse que aquellos deciles tam
segundo panel de la tabla A.ll . del 80% de todos los profesional
Usando las definiciones de Portes y Hoffman (2003), del 60% de los pequeños empres
los autores del presente informe han usado los datos para de trabajadores formales y cerca d
calcular la estructura de clase en Argentina y Brasil, los res informales. Por supuesto, los t
dos casos paradigmáticos de cambios en la distribución les están concentrados en los de
en América Latina. Los principales resultados se mues- distribución del ingreso. Es intere
tran en la tabla A.12. Comparado con Argentina, Brasil trabajadores informales están cada
tiene una participación significativamente más alta de mente pasando hacia los deciles inf
trabajadores informales y una menor participación de en contraste con Brasil que presen
pequeños empresarios y trabajadores formales. El segun- estable.
90
sobre el consumo y el ingreso de lo
80 recolecta información más bien det
...... Bentham -e- Sen
70 -*- Atk (2) -e- Atk (1) consumo, haciendo posible imputar
60 ~=====;======:;:::=-------r--~ sumo de bienes como vivienda y p
caseros. Aunque en general es vista
1992 1996 1998 2001
gran calidad, la PPV tiene una mue
Nota: índices normalizados en 100 para 1992. da cobertura geográfica, de modo q
Fuente : Cálculo de los autores a partir de información individual de mente para estudiar la desigualdad
las encuestas de hogares ; ver tabla A.14 en el apéndice .
Elbers y otros (2003) emplean u
rrollada recientemente para imputa
cuesta PPV en la encuesta tradicion
gasto debido a diferencias sistemáticas entre la desigual- del Brasil, la PNAD.36 Esta aprox
dad del ingreso y del gasto. Hay dos razones por las cuales, autores estimar la desigualdad a p
en cualquier país, el ingreso está generalmente distribuido lugar del ingreso para Brasil, con ba
más desigualmente que el gasto de consumo financiado subyacentes en la encuesta PNAD
con el mismo ingreso: 2.5 indica que cuando la desiguald
• A los hogares no les gustan las variaciones repentinas cuesta PNAD a partir del coeficient
en sus patrones de consumo, y en consecuencia tienden mo imputado, la desigualdad de Bra
a suavizar los patrones de consumo en el tiempo. Para Este nuevo coeficiente Gini para Bra
un individuo dado, el flujo de consumo se comporta comparado con alrededor de 0,6 par
casi como el promedio de flujos de ingreso en el tiempo de los hogares . Si se le presta atenc
(ver Friedman 1956). La ley de grandes números impli- nordeste y sudeste, la desigualdad
ca que la dispersión en corte transversal de la distribu- 0,46. La desigualdad en estas dos á
ción del consumo será por tanto más pequeña que la mente con la encuesta PPV; es todav
correspondiente a la distribución del ingreso en cual- Sin embargo, estas tres medidas es
quier momento del tiempo . por debajo de las observadas en otro
• Usualmente se afirma que el ingreso se recuerda y mide te anotar que, con la excepción de
con mayor margen de error que el consumo (ver Deaton mayoría de los paí~es con altos nive
199 7), sumando a la varianza (yen consecuencia a la consumo está en Africa, una región
desigualdad) en la distribución del ingreso corriente. En igualdad (y posiblemente una con t
particular, el subregistro puede ser el resultado de dife- más débiles y por tanto con medicio
rentes factores. Entre ellos se encuentra la decisión deli- consumo). Aunque Brasil aparece c
berada de contestar erróneamente por parte del estándares internacionales, es menos
entrevistado; la ausencia depreguntas que capturen al- servación atípica. Dado que se puede
gunas fuentes de ingreso (por ejemplo, las rentas implí- mientas similares sobre la calidad d
citas de ingresos por vivienda para los propietarios); o la en otros países latinoamericanos, la d
dificultad de recordar o estimar el ingreso de ciertas fuen- región, respecto a las otras regiones,
tes (por ejemplo, ingresos de actividades informales, que tradicionalmente se ha asum ido
pagos en especie, producción del hogar o ingreso de ca-
pital). Este problema probablemente impl ica un sesgo Volatilidad del ingreso y movilida
hacia abajo en la medición de los estándares de vida de Un problema relacionado surge de
las personas pobres , que dependen de una combinación una considerable volatilidad del ing
de actividades informales y producción para su propio na. Cuando el ingreso es volátil de m
consumo, y de las personas ricas, que derivan una ma- dad medida tiende a reflejar una
yor parte de su ingreso de fuentes no laborales y proba- desigualdad subyacente De Ferrant
blemente están más propensas al subregistro. traron que la volatilidad agregada de
sumo privado real es también muy alta -de hecho, más en América Latina se discute en el r
alta que en el resto de países del Caribe y América Latina el punto es que la evidencia de gran
(World Bank 2003e). Bajo el supuesto estándar de que los plazo en la distribución del salario o
consumidores son adversos a la volatilidad inrerternporal mente refleja un alto riesgo y volati
en su sendero de consumo (o adversos al riesgo), este tipo La ausencia de datos de panel p
de "sube y baja" claramente reduce el bienestar social. región significa que se conoce muy
Las variaciones del ingreso con el paso del tiempo son dad intrageneracional en América L
generadas por cierto número de factores . Como se discutió Pettinato 2002 para una discusión d
anteriormente, un sector grande de personas autoempleadas tudio sobre el tema en Perú). Sí y cua
está usualmente caracterizado por mayor volatilidad que cer algo más, es probable que los an
lo observado en el sector formal, ya que las utilidades se disyuntiva o trade-off entre gananci
ajustan a los cambios en la demanda y a las condiciones de surgen de menor desigualdad duran
costos directamente, pero los salarios están usualmente más cuando el ingreso futuro es menos
protegidos. La tasa a la cual las firmas cierran tiende a ser información sobre el ingreso anterio
mucho más alta para firmas pequeñas en el sector infor- estar (que surgen de aversión a fluctu
mal que para firmas grandes en el sector formal (ver el tiempo). Estas disyuntivas serán
Levenson y Maloney 1998). Sin embargo, en América La- que resultan de las tendencias de m
tina los salarios reales han oscilado frecuentemente de modo social observadas en países más desa
dramático como resultado de tasas de inflación altas y y Spolaore (2000, p. 193), por ejem
muchas veces inestables combinadas con mecanismos de "cuando se introduce la aversión a la
indexación imperfecta. Además de los salarios, el ingreso so y el riesgo (más-allá-del-velo), esto
puede verse afectado por cambios en la condición del em- contrarrestan los beneficios provenie
pleo. El riesgo del desempleo es una preocupación creciente la desigualdad en múltiples períodos
en América Latina, particularmente para las personas jóve- nes y los estadounidenses terminan
nes y mujeres, como lo presentan Ferranti y otros (2000). netos de movilidad similares , aunqu
En áreas rurales , los eventos climáticos representan una ferentes" . Recientemente, este tipo
fuente adicional de riesgo, más allá de los que se presentan tenido sobre la movilidad ha puesto
por los choques en los términos de intercambio y en otras superficiales anteriores en el sentido
variables macroeconómicas. Un estudio de estrategias de igualdad en los Estados Unidos fren
los hogares para enfrentar la caída de la producción agrí- senta un problema, ya que la movilid
cola en El Salvador en 1997 (Conning, Olinto y Trigueros es también más alta.
2000) encontró que los trabajadores sin tierra, quienes ten-
dían a depender del empleo agrícola antes de la crisis, re- El tema de cobertura y medición d
sultaron los más golpeados. Otro elemento de preocupación tien
¿Cuáles son las implicaciones de la evidencia sobre la comprensivas y precisas son/las pregu
alta volatilidad del ingreso en América Latina (que se revisa el ingreso. Todas las encuestas de ho
en más detalle en De Ferranri y otros 2000) en el contexto tina incluyen preguntas sobre el ingr
de este informe sobre desigualdad? Hay tres implicaciones bajos asalariados, pero algunas usan p
básicas. (yen consecuencia menos confiables
A medida que aumenta la volatilidad del ingreso co- yen estimaciones de pagos no salari
rriente, también lo hace la brecha de desigualdad en el Entre esos países que se concentran e
ingreso corriente y la desigualdad en el ingreso permanen- zo por obtener estimaciones correcta
te. Éste es un factor detrás de las grandes diferencias entre los países hacen algún esfuerzo en c
las medidas de desigualdad del ingreso y las de desigual- auroernpleo o ingreso de capital. Sin
dad del consumo en Brasil, discutidas anteriormente. El dad de estos esfuerzos varía entre paí
consumo es un mejor indicador del ingreso permanente. al interior del país con el paso del ti
0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
• Tresestimaciones diferentes de desigualdad del consumo en Brasil
0,05 • Desigualdad del consumo en otrospaíses

Fuente : Elbers y otros (2003) .

en la entrega de información errónea por parte de los sector de arriendos (ver Fay y otros 20
encuestados y las diferencias de esfuerzos en el diseño de la las regresiones multivariadas puede
encuesta pueden distorsionar las comparaciones de des- nes de salarios para trabajadores que
igualdad entre los países. Si estos comportamientos y es- mente ofrecen información errónea s
fuerzos cambian en el tiempo, también pueden distorsionar que sí dan información sobre sus cara
la visión de la tendencia de desigualdad. les (por ejemplo edad y educación) .
Los investigadores aplican tres clases de estrategias para Como las encuestas difieren respe
aliviar estos problemas. La primera es restringir el análisis estos problemas, el ajuste debe hacer
a variables más homogéneas que estén sujetas a menores es una tarea que va más allá del obje
problemas de suministro erróneo de información por los Los investigadores que han hecho dif
encuestados. Típicamente, las personas miran la distribu- tes han encontrado que la mayoría
ción del ingreso laboral o, desde una perspectiva todavía tendencias de desigualdad al interior
más restringida, la distribución de los salarios monetarios bustos. " Los resultados entre países
de trabajo asalariado en áreas urbanas (sección 2.4). Por robustos al hacer los cambios meto
supuesto, el costo de hacer esto es ignorar una parte oca- Hilgert (999) encuentran que cier
sionalmente considerable de la distribución total del in- desigualdad entre ·países latinoameri
greso . La segunda estrategia es aplicar algún procedimiento da que se lleva a cabo una amplia g
de generar datos en términos brutos. El ingreso de una solucionar los problemas de informac
fuente dada en la encuesta de hogares se ajusta para que sección. Sin embargo, aunque puede
coincida con el valor correspondiente en las cuentas nacio- cambios, la imagen general se man
nales. Este ajuste usualmente genera inflación del ingreso baja desigualdad y alta desigualdad
de capital respecto a otras fuentes de ingreso, de modo sin importar la metodología usada e
que genera estimaciones rrrés grandes de desigualdad. Una observación común entre los
Finalmente, la tercera estrategia es estimar algunos in- de hogares es que típicamente no i
gresos a partir de otras fuentes de información de la en- "muy ricos"; los millonarios, terrate
cuesta. Por ejemplo, la renta implícita de vivienda propia sarios poderosos y capitalistas norm
puede estimarse usando una regresión de precios hedónicos en las encuestas. Los ingresos individ
si la encuesta tiene información sobre las características de encuestas en América Latina corresp
la vivienda y la cantidad pagada por los arrendatarios en el te a profesionales en zonas urbanas .
análisis de distribución. Si los precios enfrentados por to- tener unas encuestas de hogares nacio
das los hogares fuesen los mismos , esta distinción sería irre- ricas y homogéneas. En este aspecto
levante. Sin embargo, los precios usualmente difieren por encuentra rezagada frente a otras reg
la ubicación. Si dos hogares ubicados en diferentes regio- lladas.
nes tienen el mismo ingreso nominal pero enfrentan dife-
rentes precios, tendrán diferentes estándares de vida . A Variabilidad muestral e intervalos
pesar de que muchos autores han resaltado la importancia Las medidas de las diferentes dimens
de considerar la variación espacial de los precios en un es- están sujetas a problemas de variabil
tudio de distribución (por ejemplo, Deaton 1997, Ravallion se derivan de encuestas y no de da
y Chen 1997) los ajustes de precios casi nunca se llevan a muestra consistiese de sólo dos indiv
cabo en los países que no recolectan información perma- los indicadores variarían mucho en e
nentemente sobre precios locales cOQ1O parte de la encues- población se mantuviese completam
ta de hogares. dos individuos diferentes puede
Infortunadamente, la mayoría de países latinoamerica- aleatoriamente cada año. Este prob
nos cae en esta categoría. Algunos países tienen informa- pero no eliminarse completamente po
ción regional de precios, lo cual es útil pero no resuelve el tra más grande. Este punto se ilus
problema, ya que la dispersión de precios puede ser alta al solidez de algunas comparaciones d
interior de una sola región (especialmente entre áreas ru- ayuda de estimación de intervalos de
rales y urbanas). Sin embargo, los resultados en desigual- nicas de bootstrapping. Este método o
dad de este estudio parecen ser lo suficientemente robustos intervalos y medidas de dispersión p
cuando se hacen ajustes por precios regionales. Por ejem- igualdad de un modo simple y eficie
plo, en Argentina el coeficiente Gini para la distribución La tabla A.16 muestra estimacion
del ingreso per c ápita de los hogares para 2001 se redujo Gini para la distribución del ingreso
levemente de 52,2 a 51,9 cuando se tomaron en cuenta las gares para cada país y año, el error es
diferencias regionales de precios. Para Chile en 2000, el técnica de bootstrapping, el coeficiente
coeficiente Gini aumento de 57,1 a 57,3 cuando se llevó a tervalo de confianza correspondien
cabo este ajuste . significancia de 95 %.39 Dado el gran
tra en la mayoría de encuestas de ho
dSe sobrestima o subestima la medición Gini se estiman con gran precisión . E
de desigualdad? los bajos valores de los errores están
(Es la desigualdad "real" menor o mayor que la estimada muestra que el error estándar en la m
derivada de las encuestas de hogares? Infortunadamente menor a 1% del coeficiente estima
la respuesta a la pregunta no es clara. Algunos factores muchos casos esto es suficiente para
llevan a una subestimación de la desigualdad (por ejem- la significancia estadística de los cam
plo, información errónea reportada sobre ingreso de ca- dad. Por ejemplo, a pesar de que
pital o ausencia de personas muy ricas en la encuesta), México entre 1996 y 2000 creció, l
mientras que otros resultados a una sobrestimación (por fianza se cruzan y hacen que el cam
ejemplo, usar ingreso mensual en lugar del ingreso per- Gini sea insignificante, es deQr, con
manente o el consumo). Definitivamente se necesita más que se tomen diferentes muestras de
trabajo en esta área. Sin embargo, debemos anotar que el distribución estable en el ingreso .
problema clave acá no es conocer con exactitud el nivel de
desigualdad de un país en un año dado, sino hacer una
comparación en el tiempo y entre pa íses. Los autores 2.4 La desigualdad en América
implícitamente asumen en el análisis que los factores que en perspectiva
sesgan la medición de la desigualdad son estables entre Esta breve sección está destinada a p
países y con el paso del tiempo. de la sección anterior en una perspec
y la ocupación, que pueden ser buenas aproximaciones Brasil está en diferentes clases ocupa
del ingreso permanente. Con estas dos variables, Valeria sus padres-, la movilidad ocupaciona
Pero (2003) estudió el caso brasilero y mostró que el país ser muy lenta comparada con otros pa
no tiene movilidad intergeneracional significativa en la los cuales son desarrollados (Scalon y
educación o ocupación. En cierto sentido, la movilidad ocup
De hecho, Brasil tiene uno de los niveles más bajos derarseun buen indicador de desarrollo.
del mundo en movilidad intergeneracional en la edu- la movilidad puede resultar del "crecim
cación. Según Behrman, Gaviria y Székely (2001), los su impacto en la creación de trabajo,
países latinoamericanos tienen menor movilidad interge- sectorial y ocupacional así como en asp
neracional en la educación que los países desarrollados. y puede ser una consecuencia de "distri
Además, comparando a Brasil con otros países de Amé- dades, a partir de las cuales la sociedadc
rica Latina, hay evidencia de que Brasil tiene un nivel movilidad para ubicar personas eficient
aún inferior de movilidad (Menezes-Filho 2001). La prin- tura social de un sistema justo".
. cipal razón para este fenómeno es el hecho de que el Esta perspectiva se ve corroborada
desempeño educativo en Brasil está asociado más con rentes estados brasileños, ya que existe
los antecedentes familiares, en particular la escolaridad áreas más desarrolladas. La literatura q
de los padres, que en otros países.a lidad educacional y ocupacional en Br
Los niveles de educación de los individuos y sus pa- rante los años 70, la movilidad fue re
dres están fuertemente correlacionados, en el sentido de de industrialización y urbanización. De
que los hijos de padres con poca educación también tie- parece ser cierto respecto a las oportuni
nen poca educación. Según Paes de Barros y otros (2001), Silva y Roditi (1988) -usando un mod
la escolaridad de los padres parece ser la variable más probar la hipótesis de patrones de m
importante para explicar el desempeño educativo en Bra- circular o relativa en el tiempo- afirm
sil. Adicionalmente, la escolaridad de las madres parece ción de oportunidades no ha cambiado
tener un efecto más fuerte que la de los padres en el des- Sin embargo, Scalon y Riberio (2001)
empeño educativo. A partir de la literatura existente en el una tendencia hacia una distribución
tema, Pero (2003) va más allá, concluyendo que "la in- logros en posición social, a pesar de qu
fluencia de la escolaridad de los padres en el desempeño leña es rígida en comparación con Otro
educativo es más fuerte para los hombres que para las En conclusión, Pero (2003) encue
mujeres, para los negros que para los no negros y para los dad ocupacional aumentó en Brasil e
residentes en el Nordeste que para los del Sureste." Pero también sugiere.que otros can
Sin embargo, Bourguignon, Ferreira y Menéndez fueron más importantes en determin
(2003), y otros autores, señalan que existe un incremen- estructura social que la herencia de
to en la movilidad educativa con el paso del tiempo. Se- social. Los datos brasileños también i
gún esta conclusión, un año adicional de escolaridad de mente la movilidad tiende a estar m
los padres significa un incremento superior de la escola- cambios en la posición que con la c
ridad para cohortes más viejas que para cohortes más posiciones.
jóvenes. Un análisis complementario (Pero 2003) indica
que es posible encontrar evidencia de que la movilidad
educativa es más notoria entre individuos menos educa-
dos. De modo que la evidencia de que la movilidad edu- a. Conrrario al senrido común, variables como el e
fesores y la infraesrrucrura (por ejemplo, libros
cativa está aumentando para las cohortes más jóvenes, nocturnos) no son importantes en explicar el d
puede estar relacionada con el hecho de que la política elemenro clave es que a pesar de que estas va
educati-va está cerrando la brecha relacionada con los positivo, s610 dan cuenta de una pequeña parr
antecedentes familiares en Brasil. como un todo.
to de la Universidad de las Naciones Unidas , Wider, yel mundo. La diferencia en países latin
programa de desarrollo de las Naciones Unidas (Wider va; es decir, la región sufre de "ex
2000) .40 Usando ésta y otras fuentes secundarias, Milanovic Londoño y Székely (2000) encuentra
(2002), Bourguignon y Morrison (2002) y Sala-i-Martin tiempo, ésta ha fluctuado alrededo
(2002) calcularon recientemente la distribución del ingre- coeficiente de Gini.
so para el mundo y sus regiones." Otros autores han usa- A pesar de ser ampliamente citada
do datos a nivel micro para comparar la distribución en y Squire debe interpretarse con muc
diferentes regiones del mundo Bourguignon, Ferreira y problemas pueden señalarse: O) la m
Leite (2003) y Székely y Hilgert (2001) han comparado da para calcular las estadísticas reg
los países latinoamericanos con algunos países desarrolla- ceada, (2) las estadísticas de desigua
dos con información a nivel micro . mezcladas con medidas de desiguald
La literatura empírica sugiere sin ambigüedad que Amé- nos de los datos que se promedian v
rica Latina es la región con el mayor nivel de desigualdad usan diferentes metodologías, y (4)
del mundo, y esto ha sido verdad desde que se llevan esta - 90 son muy escasos." Algunos de e
d ísticas." Cada barra en la figura 2.6 indica el valor del rrigen en la tabla 2.1, en la cual lo
coeficiente Gini para la distribución de ingreso per c ápita calculan a partir de una muestra co
de los hogare s en países localizados en cuatro "regiones" de un conjunto pequeño de estu
del mundo ." La desigualdad en América Latina es más metodológicamente consistentes, y
alta que en Asia, Europa Oriental y los pa íses desarro- variable para el estándar de vida. La
llados .v' La desigualdad del ingreso en el país menos es muy diferente de la tabla A.17. La
desigual de América Latina (Uruguay) es más alta que en rica Latina ha sido significativamente
el más desigual del Europa Oriental y los países indus- OCDE, y Europa Oriental en las tre
tri alizados, y no muy diferente del país con mayor de- hay signo de que la brecha se esté c
sigualdad de Asia. Los nueve países con mayor desigualdad En un estudio reciente, Bourguign
en la muestra están en América Latina. Adicionalmente, calculan estadísticas de desigualdad d
las 14 economías incluidas en la figura están entre las 20 desde 1820, incluyendo informació
más desiguales de la muestra. tabla A.18 muestra tres medidas de
La figura 2.6 se refiere a la desigualdad del ingreso. das para cinco regiones desde 1950.
Cuando la desigualdad del ingreso se mide con respecto a medios no ponderados y ponderado
la distribución del gasto de los hogares, las conclusiones países y grupos de pa íses." Aunque
son similares. Usando información de la misma fuente las estadísticas empiezan desde 1820
(Wider 2000), el coeficiente Gini promedio en siete países igualdad en América Latina comie
latinoamericanos que tienen información de gasto en los vez más, la región emerge como mu
años 90 (44,0) está muy por encima del Gini promedio con el resto del mundo. El último p
para Asia (36,6) y Europa Oriental (30,4) y es ligeramente tra la diferencia en la desigualdad e
superior al de África (43,3). 45 el resto de las regiones en términos
¿Siempre ha sido América Latina más desigual que el hay evidencia de que la brecha entr
resto del mundo? La fuente más usada para responder esta resto de regiones se haya cerrado en
pregunta es la tabla 5 de Deininger y Squire (996), que La historia al nivel de países indiv
se reproduce en la tabla A.17. La tabla, que muestra pro- cinco países/subregiones latinoameri
medios no ponderados de coeficientes Gini por región, in- el estudio han estado entre los ocho
dica que al menos desde los años 60, la desigualdad en"los mundo desde 1950.
países de América Latina ha sido más alta que en cualquier Como se mencionó anteriorment
otra región del mundo. Con la excepción de países del África consistentes para la desigualdad ante
Subsahariana, las diferencias en puntos Gini entre Améri- calcular la distribución mundial del
ca Latina y otras regiones son muy grandes. Esta brecha se 1950, Bourguignon y Morr ison (200
una región con alta desigualdad. Sin embargo, Asia es en mundo? La desigualdad, por ejemplo
la actualidad la región con el coeficiente de Gini más alto. en América Latina por la mayor conc
Esto se debe principalmente a las grandes diferencias en el en la clase media y menor concentrac
ingreso nacional a través de los países de la región (por bajos, comparado con otras regiones
ejemplo, Japón, Hong Kong (China), y la República de sugieren que éste no es el caso. Las di
Corea en comparación con India o Bangladesh). En la des- rica Latina están caracterizadas por
composición hecha por Milanovic y Tirzhaki (2002) con ingreso más alta en los ricos frente
los mismos datos, sólo 7% de la desigualdad total en Amé- regiones." ¿Quiénes son los perdedo
rica Latina se debe a la desigualdad entre grupos de países. participación?". Las tablas sugieren
Por el contrario la contribución del coeficiente Gini entre inferiores en América Latina tienen
países es de 39% en África, 72 % en Asia, 39% en Europa en el ingreso que sus contrapartes en
Oriental y la antigua Unión Soviética, y 18% en Europa Si acaso, las "pérdidas" parecen ser m
Oriental, Nortearn érica y Oceanía. Comparada con el res- pos de ingreso medio. Si una distrib
to del mundo, América Latina es una región que incluye mericana tuviese que replicar la di
países relativamente similares, dentro de los cuales existe resto del mundo, la participación de
una alta desigualdad. 5% más rico de la población) tendrí
Resumiendo, a pesar de que existen diferentes proble- participación sustraída tendría que
mas metodológicos relacionados con la evidencia disponi- modo más o menos igual entre el 8
ble, las diferencias en la magnitud son lo suficientemente población.
grandes para indicar que la desigualdad en América Lati- A pesar de su alta desigualdad, Am
na ha sido mayor que en el resto del mundo al menos des- mejor comportamiento en términos
de la Segunda Guerra Mundial, con la posible excepción (cuando se mide por línea de pobreza
del África Subsahariana. Adicionalmente, no hay signos nacionalmente) que algunas otras r
de que esta brecha se ha cerrando con el paso del tiempo. rrolladas del mundo, principalmente p
Los cambios en desigualdad han sido más o menos simila- un ingreso per cápira más alto. La po
res en promedio a los encontrados en el resto del mundo región que en África y Asia (ver tabl
en el último medio siglo. La disminución generalizada en mundial se ha reducido significativ
la desigualdad en los años 70 probablemente fue más pro- década . El nivel de América Latina es
nunciada en América Latina , pero esta ganancia relativa ca, Europa Oriental y el Sur de Asia,
se perdió en los años 80 cuando la desigualdad en la región tan bueno como el de Este del Asia.
creció más rápidamente que en el resto del mundo. Du-
rante los años 90, la desigualdad aumentó en América 2.5 Mirando dentro del ingreso
Latina aproximadamente al ritmo global promedio. Es in- La sección 2.2 estudió la distribución
teresante anotar que la posición de la mayoría de países valente de hogares en los individuos.
latinoamericanos en la clasificación mundial de desigual- escribirse como (yL + yNL)/(AE 9 • P),
dad ha sido casi la misma en las últimas décadas, a pesar el ingreso laboral total del h.ogar, yNL
de los cambios en el ambiente económico, social y político. total no laboral de la hogar, AE es e
Las últimas cinco décadas han presenciado auges econó- e
equivalentes en el hogar, es el pará
micos y crudas recesiones, modelos de crecimiento hacia de escala en el consumo, y P es el índ
adentro y estrategias de crecimiento lideradas por las expor- . canasta de consumo de los hogares .
taciones, intervenciones generalizadas del sector público y bienestar entre los individuos, que se
profundas reformas.de mercado, dictaduras y democracias, rencias en el ingreso equivalente del
pero en ningún país de la región se observó que alguno de las diferencias en cada uno de los facto
estos escenarios cambiase la distribución del ingreso para Como en este informe no se estudia
hacerla más parecida a la distribución en otras regiones del precio por la falta de información, y s
mundo. bia, nos quedamos con tres fuentes p
yor que lo determinado en las cuentas nacionales. La tabla mantienen para todos los quintiles
también muestra el coeficiente Gini para la distribución brecha observada entre el Cono Sur
de ingreso laboral individual en las columnas (vii) a (ix). La Latina es más grande para el quinti
mayoría de las conclusiones de la sección 2.2 sobre posi- Un fenómeno importante en la
ción y tendencias de la desigualdad son las mismas cuando mento sustancial en el promedio de
el análisis se restringe al ingreso laboral individual .V todos los países de América Latina
Wodon y otros (2001) llevan a cabo una descomposición que continuó un proceso iniciado v
de las fuentes del coeficiente Gini, y concluyen que cerca sado. En la mayoría de países, la e
de tres cuartos de la distribución del coeficiente Gini para todos los niveles de ingreso, except
la distribución del ingreso per c ápita pueden atribuirse a donde los años de educación entre
la contribución de la desigualdad en la distribución del pobre bajaron. La figura 2.7 muestr
ingreso laboral , ya que tal fuente representa una gran por- de educación entre el quintil inferi
ción del ingreso rotal en encuestas de hogares . no sólo en estos dos países, sino tam
tad de los países de la muestra. 54 L
Educación ha crecido en Brasil y México, parti
Los individuos obtienen su ingreso laboral del uso de sus eran relativamente grandes para lo
asignaciones iniciales de "activos laborales" productivos, ca Latina, a pesar del incremento n
como la capacidad física, el capital humano y las conexio- cación en el quintil inferior de la di
nes. Esta sección se encarga de analizar uno de estos acti- Otro hecho importante evidente
vos, la educación formal. A pesar de que la educación es retroceso de la brecha en años de ed
ciertamente un determinante muy importante del ingre- y mujeres. En todos los países latin
so, su posición central en la literatura se basa también en bres mayores de 50 años tienen m
la posibilidad de ser observada en las encuestas y los cen- que las mujeres de la misma edad, p

FIGURA 2.6
Distribución del ingreso del hogar per eápita, por región, para la década de los 90

Coeficiente Gini
60

50

40 ------_.__... __ _ __ _ ---_._._----- - - --"-_.__


... .. .._.. ...__._.. . _. _ ~

30

20

10 . . . .

O
Países latinoamericanos Asia Paises desarrollados Europa O

Fuente: Cálculo de los autores basado en Wider (2000).


Asia 0,2 0,8 1,1
OCDE 0,2 1,7 1,9
Europa Oriental 1,0 3,5 4,5

Diferencia en puntos Gini: LAG vs.


Asia 8,3 10,4 10,9
OCDE 16,1 18,3 18,0
Europa Oriental 20,2 21,6 19,4

Fuente : Cálculo de los autores basado en Wider (2000), Smeeding y Grodner (2000), Székely (2001), Y estimaciones para Amé

favor de las mujeres en el intervalo de edad 10-30 años. " nuestras estimaciones. El promedio
Para la población en edad de trabajar (25-65 años), los años de escolaridad está casi en el nive
años de educación son ligeramente mayores para las muje- dial y ha aumentado en las últimas c
res en algunos países (incluyendo Argentin, Brasil, Jamai- les similares al promedio mundial.
ca, Panamá, Trinidad y Tobago, Uruguay y República Thomas, Wang y Fan (2002) calcula
Bolivariana de Venezuela) y un poco mayores para los hom- sobre la distribución de años de edu
bres en el resto de países de la región . para el período 1960-2000. Los dato
En la tabla A.23, las personas están divididas según la edad mericanos y promedios regionales se
y el quinril de ingreso de los hogares. Para la mayoría de paí- A.25. Los coeficientes Gini de educaci
ses, la brecha en los años de educación entre el quintil supe- cercanos al promedio mundial, mayo
rior e inferior es más grande para adultos jóvenes que para desarrollados y Europa Oriental, un p
personas viejas, lo que sugiere un incremento en la desigual- Asia, y significativamente menores qu
dad en educación en las décadas recientes. Por ejemplo, en sificación no ha variado sustancialmen
Boliviaen 1999 la brecha era de 7,8 años para personas entre tro décadas. La tabla A.28 muestra los
51 y 60 años, 8,5 años para personas entre 41 y 50 años, y 9,1 el coeficiente Gini de educación de la
para individuos entre 30 y 40 años. Esta tendencia es un sig- cuestas de hogares. Lospaíses del Cono
no de un incremento desbalanceado en la educación en Boli- y Uruguay), Jamaica, Panamá y Trin
via que también está presente en la mayoría de países los menores niveles de desigualdad.
latinoamericanos de la muestra. La figura 2.7 muestra que Los coeficientes Gini de educación
sólo en Chile y México la brecha educativa entre los pobres y yoría de países latinoamericanos dura
los ricos se ha reducido sustancialmente en las cohortes de resultado no es inconsistente con la a
edad 31-40 años frente a la cohorte de edad 51-60 años. La cha:ilustrada en la figura 2.6 . En el ca
tabla A.23 también muestra que durante la última década en señala en la tabla A.22, entre 1990
casi todos los países de América Latina, la brecha en años de educación aumentaron de 1,9 a 3,0 e
educación entre el quintil superior e inferior para jóvenesen- de 8,9 a 10,4 en el qu intil superior. L
tre 21-30 años no se ha reducido. Éste también es el caso para en años de educación entre los ricos
niños entre 10-20 años en la mayoría de países, con la excep- mentado (como se muestra en la figu
ción de Brasil, Chile, Ecuador, México y Panamá. ha bajado. Este último efecto es cap
Recientemente, se han hecho esfuerzos para reunir in- ciente Gini, una medida de diferenci
formación sobre educación en la mayoría de países del de absolutas entre los individuos.56
mundo. La tabla A.24 resume los datos de una versión La tabla A.27 muestra una medida
actualizada de Barro y Lee (2000). Todos los datos de la mada de la educación: la tasa de alfabe
tabla corresponden a adultos mayores a 25 años. Los re- por las personas encuestadas según e
sultados para los años 90 son en general consistentes con La mayoría de países ha hecho un p
ción de adultos con altos niveles de educación ha aumen- igualdad.
tado significativamente en todos los países latinoamericanos La literatura ha resaltado la rel
de la muestra, especialmente entre las mujeres . brecha salarial entre grupos educaci
pal determinante de la desigualdad
La "prima salarial" ganada por los t
Salarios por hora: retornos a los activos laborales habilidad siempre ha sido un tema
La inversión en educación usualmente paga en el mercado economistas laborales y otros cientí
laboral, especialmente en términos de mayores salarios por A.30 muestra las brechas salariales
hora . Es importante mirar la distribución de salarios por educativos. Por ejemplo, en Brasil e
hora por dos razones. De un lado, la mayor parte de las hora en el trabajo primario de un t
diferencias en ingresos promedio entre grupos educativos en promedio 6,5 veces mayor que
se debe a diferencias en salarios por hora y mucho menos a calificado. Todos los números en la
diferencias en horas de trabajo o tasas de desempleo. La lo que significa que los trabajadores
segunda razón por la cual la distribución de salarios por medio, tienen ingresos por hora may
hora es relevante es por razones normativas. Si las perso- para trabajadores calificados aumen
nas fuesen completamente libres para seleccionar horas de países durante los años 90, incluso
trabajo y tamaño del hogar, la distribución de salarios por cuales la desigualdad del ingreso de
hora (y algunos activos heredados) pasaría a ser la princi- significativamente o se redujo, com
pal preocupación en un escenario de justicia social de igual- bién la figura 2.8). Por el contrar
dad de oportunidades. entre trabajadores semicalificados y

TABLA 2.2
Distribución del ingreso del hogar per cápita, 1992 (participación de los ingresos por deciles V veintiles)

América Europa Países Mund


Latina África Asia Oriental desarrollados sin L
Regiones (i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi)

Oeciles
1 1,6 2,1 2,6 2,2 2,5 2,4
2 2,4 3,0 3,5 3,8 3,4 3,4
3 3,0 3,7 4,8 5,1 5,3 4,8
4 3,4 4,6 5,8 5,7 6,3 5,7
5 5,0 5,5 6,5 7,5 7,3 6,7
6 6,0 6,5 7,5 8,2 8,6 7,8
7 7,6 8,6 9,0 9,4 10,5 9,5
8 9,0 10,5 10,5 10,8 12,2 11,1
9 14,0 13,3 12,4 12,8 14,8 13,5
10 48,0 42.3 37,4 34,7 29,1 35,1

Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Veintiles
19 10,8 11,3 9,7 8,9 10,7 10,3
20 37,2 30,8 27,7 25,8 18,5 24,8

Fuente : Estimación de los autores basada en Bourguignon y Morrison (2002) .


cados (columna (iii) en la tabla A.30) no aumentó signifi- no observables en términos de salar
cativamente en la mayoría de países y bajó en algunos (ver Murphy y Pierce 1993). La tabla A.3
figura 2.9) . ción estándar del término de error de l
Los datos en la tabla A.30 son medias no condiciona- Los retornos de factores no observa
das. Para investigar más profundamente la relación entre claramente en Argentina y Venezuela
la educación y salarios por hora, los autores llevaron a cabo presentaron cambios o reducciones
regresiones del logaritmo de salario por hora en el trabajo América Latina.
primario contra variables dummy de educación y otras va- Otro modo de investigar la influe
riables de control (es decir, edad, edad al cuadrado, dummy rentes a la educación sobre la desig
regional, y dummy urbana/rural) para hombres y mujeres. 58 distribución de salarios por hora al in
La tabla A.31 muestra los resultados de estas ecuaciones educativo. La tabla A.33 hace esto
de Mincer. Por ejemplo, en Argentina en el año 2001, un edad de máxima productividad. Nue
trabajador hombre entre 25 y 55 años con educación pri- y República Bolivariana de Venezue
maria ganaba en promedio casi 22 % más que un trabaja- resto de países de la región por sus inc
dor similar sin este nivel de educación. La finalización de vos en la desigualdad al interior de lo
la escuela secundaria implicó un incremento en el salario En la mayoría de los países, la desigu
de 40 % sobre los ingresos de un trabajador con sólo edu- trabajadores calificados y no se increm
cación primaria; en otras palabras, el retorno marginal de para otros. Chile ofrece uno de los eje
terminar la escuela secundaria frente a tener sólo la escue- esta tendencia, ya que la distribución
la primaria es de 40% . pasó a ser significativamente más igu
La prima salarial por educación universitaria representa dores con niveles de educación bajos
un 76 % adicional. En Argentina, los retornos por educa- igual al interior del grupo de trabajad
ción primaria y secundaria no han cambiado significati- Los coeficientes de esta regresión
vamente en las últimas décadas. Por el contrario, se presentó rentes para hombres y mujeres, indic
un gran salto en el retornos de la educación universitaria dos de un modo diferente incluso cuan
(de 54 a 76 %). Este salto también se notó para las mujeres características observables (es decir,
trabajadoras y para las mujeres y hombres asalariados en ubicación). Para investigar más a fo
zonas urbanas. A pesar de que no tienen la magnitud del autores simularon el salario contrafac
cambio visto en Argentina, los retornos marginales a la habrían obtenido si se les hubiese pa
educación universitaria aumentaron en diferentes países La última columna en la tabla A.32 r
de América Latina durante los años 90, particularmente el promedio de este salario simulado
para trabajadores asalariados en zonas urbanas, confirman- pagado efectivamente a los hombres
do los resultados de las medias no condicionadas (ver figu- esta razón es menor a uno, reflejando
ra 2 .10). 59 mujeres ganan menos que los hombr
Las ecuaciones de Mincer también ofrecen información controla por características observab
sobre dos factores interesantes: el papel de variables no tiene dos interpretaciones posibles: e
observadas y la brecha de género. El término de error en la discriminación en contra de las muje
regresión de Mincer se interpreta usualmente como cap- de que los hombres tienen factores no
turando el efecto sobre el salario por hora de factores que liosos que las mujeres (por ejemplo, qu
no son considerados en las encuestas de hogares, como la go al trabajo). Parece ser que la brech
habilidad natural, las conexiones y la ética de trabajo. Un se ha reducido en todos los países dura
incremento en la dispersión de este término de error pue- (ver figura 2.11). Brasil tiene la brec
de reflejar un incremento en los retornos de tales factores mujeres y hombres, mientras que en
bajos niveles de educación tienden a trabajar más horas efecto en contra de la igualdad en
que los trabajadores con más años de educación formal. greso . Los patrones laborales difiere
Sin embargo, esta brecha se está cerrando durante la últi- tras que el desempleo aumentó en S
ma década en la mayoría de países de América Latina, con se mantuvo bajo en el resto de Amé
reducción en las horas trabajadas para trabajadores no ca- te, el último panel de la tabla A.36
lificados y aumentó en las mismas para trabajadores califi- cortos, pero más frecuentes de dese
cados (ver figura A.6). l!er el recuadro 2.3, para una dores no calificados.
descripción de un grupo de descomposiciones que ofrecen
información adicional sobre la estructura de la desigual- Ingreso no laboral
dad en ingresos por hora. El ingreso de fuentes no laborales, q
Hasta ahora , esta discusión se ha concentrado en el grupo jeto primario de interés para los e
de trabajadores en el mercado laboral. Sin embargo, algu- cuentra en el centro de estudios sob
nas personas con capacidad de trabajar pueden decidir no día. Esto se debe en parte a la releva
hacerlo, o pueden no encontrar un trabajo aun después de bajo como la principal fuente de ing
buscarlo activamente. La tabla A.36 contiene estadísticas dificultades en lograr obtener inform
básicas sobre empleo, desempleo y duración del desem- fuentes de ingreso no laboral.
pleo por educación y género. Las personas con educación La columna (ii) en la tabla A .21
universitaria participan en el mercado laboral en mayor ción de ingreso no laboral de las en
medida que otros grupos. Adicionalmente, la rasa de em- América Latina, mientras que la co

FIGURA 2.7

Diferencia en años promedio de educación entre quintiles superior e inferior. por país

Años de escolaridad
8
IIl!ilI Cerca de 1990 • Cerca de 2000 I
7

Fuente: Cálculo de los autores basado en información por individuos de las encuestas de hogares.
la participación de estas fuente s de ingreso (por ejemplo , damente para incluir aquellos trab
un incremento en la tasa de retorno del capital) puede auroernpleados o empleados por fuer
implicar un cambio en contra de la igualdad de la distri- tivo, no varían mucho entre países o p
bución del ingreso. Las tendencias y diferencias de des- De otro lado, sí parece haber algún t
igualdad entre países pueden explicarse entonces por las corto plazo en la participación que po
diferencias en la participación de estos ingresos no labora- con períodos de crisis (capítulo 8). La
les. Infortunadamente, el ingreso de capital y la renta y hay cambios significativos en la part
util idades de la tierra están seriamente subestimadas en laborales y no labor ales aumenta la c
las encuestas de hogares . En casi todos los países, la parti- bios de desigualdad que se obtienen
cipación de estas fuentes de ingr eso es de 2 a 4% (ver co- gares que ignoran en gran parte el in
lumna (iii) en la tabl a A.21).61 Dado este pequeño papel , embargo, es claro qu e se deb e ded
ni los niveles report ados ni los cambios en la desigu aldad recursos a me jorar la medición del ing
del ingreso del hogar discutidos en este capítulo están de- tas, y utilid ades en las encuestas de
termin ados por el ing reso de capital. Como se mencionó Lat ina .f"
en la sección 2.2, la desigu aldad que puede medirse a par- Las transferencias son un compon
tir de las encuestas de hogares surg e esencialmente de las ingreso no laboral. Las per sonas re
diferencias de ingreso laboral y factores demográficos. privadas y públicas, estas últimas en
La discusión anterior sugiere que si se contara con bue- en efectivo o programas en especie c
nas estim aciones de ingr eso de capital y utilid ades indivi- lud gratis. El ter cer panel de la tab

FIGURA 2.8

Brecha salarial por hora entre trabajadores calificados y no calificados, para hombres entre 25 y 55 años de

Diferencia en logaritmo de salarios


7,0
Cerca de 1990 • Cerca de 2000 I
6,0

5,0

4,0

3,0

2,0

1,0

0,0

Fuente: Cálculo de los autores a partir de información individual de las encuestas de hogares .
1,5

1,0

0,5

0 ,0

Fuente : Cálculo de los autores a partir de información individual de las encuestas de hogares.

FIGURA 2. 10
Aumento en sueldo por hora para trabajadores con educación universitaria. hombres entre 25 y 55 años d

Años de escolaridad
0,9
l. Cerca de 1990 • Cerca de 2000 I
0,8

0,7

0,6

0,5

0,4

0,3

Fuente: Cálculo de los autores a partir de información individual de las encuestas de hogares.

distribución de transferencias de din ero en efectiv o, ex- traros de alto ingreso, probablem en
cluyend o las pensiones. Tal vez es sorpr end ente qu e la dis- de la mayo r rele vancia de las tr
tribución está a favor de los ricos, lo que significa que la respecro a programas públicos de a
participación más grande de las transferencias va a los es- obstante, este patrón parece estar
produce datos de la distribución de unidades operacionales del Cono Sur, Jamaica y Panamá siend
de tierra agrícola ensamblada por el Programa de Naciones lias más pequeñas. Todas las nacione
Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus iniciales en in- una reducción importante en el núme
glés) (1993) y Deininger y Olinto (2000) (quienes usan prin- durante la última década. En la may
cipalmente la información decenal de United Nations Food han sido generalizadas para todos los
and Agriculture Organization World Censas 01 Agriculture o excepción es Argentina, donde el núm
"Censo Mundial de Agricultura de la FAO"). Los datos no a 12 años en el quinril inferior aument
incluyen ajustes por calidad de los suelos, mejoras a la tierra y 200 l . En la mayoría de países de Am
o arreglos comunales de tenencia y se refieren a la distribu- de número de niños entre el quintil
ción operacional en lugar de la distribución de propiedad. aumentado en la última década, con
Deininger y Olinto (2000) resaltan el hecho de que la distri- desigualdad del ingreso (ver figura 2.1
bución de la tierra está más concentrada que la distribución La tabla AA2 muestra el tamaño
del ingreso, y también de que la variación entre países es quintiles de ingreso equivalente y p
más alta que la del ingreso. Nuevamente, América Latina de hogar. Los resultados son similares
surge como una región muy desigual comparada con otras dos en las tablas anteriores. Los país
regiones del mundo.f La tabla A.39 reproduce el coeficien- respecto al tamaño promedio de la
te Gini para unidades operacionales de tierras agrícolas en entre familias pobres y ricas. La may
países latinoamericanos. trón similar de reducción de persona
La vivienda es probablemente el principal activo que la parte de la distribución del ingreso,
mayoría de las personas posee. Diferentes encuestas de Argentina y Uruguay, donde las fam
hogares en América Latina reportan si una casa es propie- han vuelto más grandes.
dad de la familia que vive allí, aunque muy pocas reportan La desigualdad se fortalece si los m
el valor de la propiedad o el valor de la renta de la vivien- a cabo entre personas de similar pote
da. La tabla AAO, derivada de la muestra de encuestas de tabla AA3 presenta correlaciones line
hogares usada en este informe, presenta para cada quintil gieren la existencia de "apareamiento
de ingreso la proporción de familias que son propietarias mación de parejas en todos los paíse
de una casa (es decir, tanto del edificio como del lote). La (ver también el capítulo 6 y Fernández
propiedad de vivienda se da ampliamente en toda la dis- 2001). Los hombres con más años
tribución del ingreso. De hecho, en varios países la pro- tienden a casarse con mujeres del mi
porción de personas pobres que tienen una vivienda es más ción, como se muestra en la columna
alta que la correspondiente para los ricos. Sin embargo, la factores que contribuyen a una correl
figura A.8 muestra que en la mayoría de países en la últi- lario por hora al interior de la parejas,
ma década, la propiedad de vivienda entre los ricos ha cre- la columna (ii). No hay evidencia de
cido en relación con los pobres. Los hogares pobres viven de apareamiento concordante en la ú
en casas más pequeñas (en términos de número de cuar- estas simples estadísticas. Finalmente
tos) de lo que lo hacen los ricos. Ya que los hogares pobres (iv) muestran correlaciones positivas,
tienden a ser más grandes en tamaño, el número de per- horas de trabajo, tanto cuando se con
sonas por cuarto es significativamente más grande. Las se excluye a las personas que no traba
diferencias entre quintiles de ingreso no han variado signi- La preocupación acerca del trabajo
ficativamente con el paso del tiempo en la mayor parte de tado recientemente. La tabla AA4 m
países de América Latina. de niños entre 10 y 14 años de edad q
Fay, Yepes y Fosrer (2002) encuentran que la distribu- Infortunadamente, muchas encuestas
ción de precios de vivienda está más desigualmente repar- ticas sobre niños más pequeños. Mie
tida que el ingreso en Perú y Chile. Reportan que, en la infantil es insignificante en algunos p
última década, los mercados de vivienda han excluido cada no fuerte en otros. Existen importan
vez más a los pobres, una conclusión que con diferentes los niveles de ingreso a través de los e
gr eso para calcular med idas de des
2.6 Desigualdad más allá de los ingresos escolar e investigar el tema de mo
Gran parte de los estudios empíricos dirigidos a medir la relaciona la educación de los niños
justicia de arreglos sociales se concentra en la distribución ción de sus padres.
del bienestar individual. Sin embargo, en el mundo real, La tabla A.47 muestra la tasa d
las personas parecen preocuparse también - y probablernen- quintiles de ingreso equivalent es. La
te de un modo especial- por la distribución de bienes y plo , que ent re los niños brasileños
servicios particulares. Es probable que los progr am as que en el qu intil inferior, un 70 % asistió
buscan ga rant izar la igualdad en la educación básica y la 9 3% en 200 1. Para el quintil superi
salud , sean apoyados por mayor número de personas que ron a la escuela en 1990 y 2001 ,
los programas dirigidos a reducir la desigualdad del ingre- números reflejan tres fenómenos im
so y el consumo. Este tipo de igualitarismo se apoya en les de asistencia aumentaron conju
argumentos normativos basados en la idea de igualdad de so de los hogares , (2) la matrícula
oportunidades (ver Tobin 1970 y Roemer 1996, entre otros). con el paso del tiempo para tod os
Esta sección ofrece estadísticas sobre distribución de des- brecha en tasas de asistencia entre
igualdad para variables en las cuales las personas mues- ha cerrado significat ivamente en la
tr an una preocupación especial: matrícula escolar, estado ¿Estos resultados son apl icabl es
y servicios de salud básicos, represent ación polític a, segu - edad y países? El primer resultad

FIGURA 2. 11
Resultados de mercado laboral por género

Razón de salario por hora, mujeres respecto a hombres


1 ,0
Cerca de 1990 •

Nota : Las razones se derivaron de regresiones que controlan por caracter ísticas del trabajador.
Fuente: Cálculos de los autores basados en datos individuales de encuestas de hogares.
casi universal. entre 15 y 17 años que finalizaron
El rercer resultado —la reducción en la brecha de tasas Los coeficientes Gini han caído en
de matrícula entre los pobres y los ricos- es basrante gene­ muchos países. Una excepción not
ral para niños menores a 12 años {ver figura 2.13)/* Sin los buenos resultados en la escuela p
embargo, la brecha se ha ampliado en algunos países para en la escuela secundaria. La tabla A
edades entre 1 3 y 17 años, y ha aumentado en la mayoría diferencias sustanciales en los coefic
de países para edades entre 18 y 23 años. Las diferencias ses, desde un insignificante 4,5 en
en la asistencia universitaria entre los pobres y los ricos 26,2 en Brasil. La columna (iii) mu
han aumentado en la región duranre la última década. milares para graduados de secunda
El nivel de desigualdad en la distribución de probabi­ 19 y 2 1 años.
lidades condicionales de asistencia a la escuela puede ver­ En general, la desigualdad es ma
se como una medida de la desigualdad en el acceso a la que en la escuela secundaria, incluso
educación. Los autores estimaron estas probabilidades restringe a aquellos jóvenes que com
condicionadas a partir de modelos logit para la decisión cativo previo. En dos tercios de los p
de asistencia, usando ingreso equivalente de los padres, la distribución de probabilidades de
edad, género, ubicación y educación de los padres, como para quienes finalizaron la secundari
variables independientes. 69 Los coeficientes Gini para la período considerado. La ultima colu
distribución de estas probabilidades condicionales para (también se muestra en la figura A.9
diferentes grupos de edad se presentan en la tabla A.48 dad para rodos los niveles educativo
para cada país y año. A medida que el coeficiente Gini para la distribución de la probabilida
aumenta, mayores son las diferencias en la probabilidad tir a la universidad, para los jóvenes
de asistir a la escuela entre niños de la misma edad, des­ cayó significativamente en la mitad
pués de controlar por variables independientes. Estas di­ Latina presentes en el estudio, y a
ferencias pueden deberse al ingreso de los padres, pero significativamente en el resro.

RECUADRO 2.3

Algunas deseo.

Un modo aproximado pero ilustrativo de investigar qué implica, por ejemplo, que las diferen
se esconde al interior de una distribución es hacer algu- tre hombres y mujeres sean insignific
nas descomposiciones simples. La población se divide en bio que estas diferencias son muy pe
grupos según una variable dada, y la desigualdad total con las diferencias en salarios al inte
se expresa como una combinación de desigualdad entre los dos grupos de género. El papel de
grupos y al interior de grupos. La tabla A.35 muestra na o rural) varía para cada país. Por
los resultados de haber hecho la descomposición del ín- salarial entre áreas urbanas y rurales
dice de desigualdad de Theil calculado para la distribu- desigualdad salarial en Bolivia, y sól
ción de salarios para adultos entre 25-55 años que Bolivariana de Venezuela. En mucho
trabajan. La tabla sugiere que a pesar de que la educa- Latina, la relevancia de las diferenc
ción formal es un factor importante en explicar las dife- bajado durante la última década.
rencias en salarios en todos los países de América Latina, Ver a Wodon y otros 2000, para
la importancia del género y la edad es pequeña. Esto no similar con una muestra más pequeñ
de vida sería calculada. Sin embargo, las encuestas en los La desigualdad en salud está causan
países latinoamericanos no tienen paneles largos para faci- creciente en el campo de la política
litar este paso. Esta sección sigue la metodología desarro- tura académica. Esta preocupación
llada por Andersen (2001) para ofrecer estimaciones de mejor entendimiento y medición d
movilidad educativa, es decir, el grado en el cual la educa- estado de salud e indicadores de ser
ción de los padres y su ingreso determinan la educación Encuestas Demográficas y de Salud
del hijo. La variable dependiente es la brecha de escolari- les en inglés) es la principal iniciativa
dad, definida como la diferencia entre (1) años de educa- ción sobre un gran número de variab
ción que el niño habría completado si hubiese entrado a la de las características demográficas,
escuela a una edad normal y avanzado un grado cada año, de las personas que responden (ver <
y (2) años reales de educación. En otras palabras, la brecha poverty\health\data». La tabla A
escolar mide los años perdidos de educación. El índice de información de este programa, pre
movilidad de educación (EMI, por sus iniciales en inglés), diferentes medidas de estado de sa
se define como 1 menos la proporción de la varianza de servicios de salud para cada país l
brecha educativa que se puede explicar por los anteceden- muestra y para el promedio de otra
tes familiares. En una economía con baja movilidad, los do en desarrollo. Éstas se presen
antecedentes familiares serían importantes y, por tanto, el esratus socioeconómico, definido en
índice sería pequeño (para detalles técnicos, ver Andersen dad de activos en el hogar, en lugar
2001). sumo.

\
FIGURA 2.12

Razón del número de niños menores a 12 años por hogar entre quintiles superior e inferior

Razón
2,0
1_ Cerca de 1990 _ Cerca de 2000 I
1,8

1,6

1,4

1,2

1,0
. ~'1> ~ é,o ~"1> ~ ~ ~tJ> ~,¡;.. /)0\ /)0r¡;.'1> ~'1> ~,¡;.. /)0\ ~
0~ 'C<1>' ~'0 ~'1i «0 /),§
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~($ «'1>' ~o<:' f!¡-'1>
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0
0
«>e:,'1i
Fuente: Cálculos de los autores basados en datos individuales de encuestas de hogares.
a. La literatura ha encontrado que niveles má
vez facilitando y promoviendo la cooperación y partici­ están asociados con mayores niveles de crecimie
pación. Esta idea ha generado un cuerpo creciente de Keefer 1997), mayor eficiencia judicial, menor
investigación que intenta evaluar la influencia de capi­ tal {La Porta y otros 1997), y mayor eficiencia de
1993).
tal social en un amplio rango de resultados económicos
b. La pregunta usada para construir la medición d
y políticos.2 es: "¿Puede usted confiar en la mayoría de las
Medir el capital social no es una tarea fácil. La mayor respondía afirmativamente, entonces se le daba a
parte de la literatura a nivel de país se ha basado en las 1; en otro caso toma un valor de cero. La variable
construyó como un promedio simple de ocho pre
World Valúes Surveys ("Encuestas Mundiales de Valores", preguntó "¿En qué medida puede usted creer en l
en castellano), que incluyen información a nivel micro Gobierno, Congreso, sistema judicial, la Iglesia, lo
de 30 países en su mayoría desarrollados en respuesta a tidos políticos y la televisión. Para construir el ín
preguntas sobre la confianza interpersonal y la partici­ cional, los autores asignaron valores arbitrarios de
pación cívica. Usando las encuestas de Latinobarómetro, 0,66 sí respondía "algo", 0,33 sí la respuesta era
era "nada".
los autores de este informe construyeron dos medidas de
c. Los resultados de regresiones multivariadas, c
capital social: una medición de confianza interpersonal jos por país, confirman los resultados no condic
y una medida de confianza institucionaI.b Promediando tabla A.46

Para las estadísticas por quintil, cada panel de la tabla La mortalidad antes de los cinco a
muestra el índice de concentración (CI, por sus iniciales en nos en el quintil superior es menor
inglés), como una medida del grado en el cual una variable Este de Asia incluidos en el progra
en particular es distribuida desigualmente entre los estra­ Indonesia, Filipinas y Vietnam). Por
tos de ingreso (ver Lambert 1993). Los "males", como la talidad en menores de cinco años en
mortalidad infantil, son usualmente más comunes entre es la más alta en Perú. Las medida
los hogares pobres. En este caso, el CI es negativo. A me­ salud para la prevalencia de diarrea
dida que el CI es más alto en valor absoluto, están usual­ bién son relativamente altas en Amé
mente más concentrados los "males" en los hogares pobres. y Brasil nuevamente destacados com
En contraste, los "bienes", como las vacunas, son más fre­ mente desiguales. En contraste con
cuentes en percentiles más ricos. En éste caso, el CI es po­ desigualdad sobre estado de salud, la
sitivo. A medida que sea más alto el CI, más concentrados vicios como la inmunización, cuidad
están los "bienes" en los hogares más afluentes. En resu­ nacimientos atendidos en América L
men, si una región tiene valores de CI muy cercanos a cero, más alta que en otras regiones del m
la desigualdad en salud se califica como relativamente baja. De cualquier modo, las diferencias s
El panel A de la tabla A. 50 ofrece estadísticas de dos Perú, mientras que personal médico
medidas de estado de salud: mortalidad antes de los cinco casi todos los nacimientos de niños e
años y niños con bajo peso. Como se espera, las desigual­ esta proporción es sólo de 14% de lo
dades en salud existen en contra de los pobres. América inferior.
Latina se ubica como una región de relativamente buen Wagstaff y Watanabe (2000) calcu
promedio de medidas de estado de salud, pero también desigualdad para baja talla, bajo peso
como una región de alta desigualdad (ver también Wagstaff trabajando con una muestra de 20 p
2001). El índice de concentración de la región es en térmi­ los individuos por consumo equivalen
nos absolutos, más grande que el promedio del mundo noamericanos en la muestra aparece
para mortalidad en menores de cinco años y niños con bajo encabezando la clasificación de desig
peso. Algunos países, como Bolivia, Brasil, República Do­ concentración más negativo para baja
minicana y Perú tienen niveles muy altos de desigualdad. el de Perú y para enflaquecimiento el
0,1 0,1

0,0 0,0-+""....... -.,.-,-..........- . . - , -..........- .

c. 13 a 17 años de edad d. 18 a 23 años de edad


Diferencias entre los quintiles superior e inferior Diferencias entre los quintiles superior e inferior
0,6 0,6 .

0,5 0,5

0,4 0,4

0,3 0,3

0 ,2 0,2

0,1 0,1

0,0 0,0
."e . >;-'l> ~~ <o~ ¡¡¡.'l> ~p' ~"'\ ~'I; ' v'l> '1>e, ~ ' vo o' "~'l> 00' ~ ~'l>e, ">..v'l> " ~'l>
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I• Cerca de 1990 • Cerca de 2000 I
Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de encuestas de hogares .

do el consumo como indicador de bienestar, Wagsraff grupos con mayor influencia tienden
(2000) reporta que la desigualdad para mortalidad en micas más altas, mientras que los ind
menores de cinco años es particularmente alta comparada den a tener más influencia política.
con otros países del mundo. desigualdad en influencia política s
U n tema relacionado que también ha generado una cre- difíciles de obtener. En algunos artícu
ciente atracción en el debate público y entre planeadores y Snyder hacen énfasis en el malappo
de política en América Latina es el grado de distribución ción legislativa, como una medida
de discapacidades físicas y mentales. Por elementos con- representación (ver por ejemplo, Sam
ceptuales, marco de la muestra y dificultades de respuesta, Esta malapportionment se entiende co
el grado real de discapacidad es difícil de inferir a partir de la proporción de curules legislativas
encuestas de hogares. Sin embargo, se han hecho progre- población al interior de los distritos
sos recientes con respecto a la medición y entendimiento un fracaso en la defensa de la regla
de las discapacidades en América Latina -y de la relación voto".
de estos aspectos con la distribución y la pobreza (ver re- La tabla A. 53 muestra medidas d
cuadro 2.5) ambas cámaras del Congreso o Par
países latinoamericanos. Un puntaj
Representación política fica qué porcentaje de las curules e
Las disparidades en ingreso y riqueza interactúan con las tritos que no obtendrían esas cur
disparidades en representación e influencia política. Los distribución perfecta. La tabla sugie
especialmente si no hay disponibles sistemas de ayuda e brasileño amplió el alcance de las pre
instalaciones apropiadas. El porcentaje de personas con preguntas sobre el grado de discap
discapacidades puede llegar a estar entre el 15 y 20% de aspectos mentales, físicos o motores, v
las personas pobres en países en desarrollo. Algunos resultados preliminares son
Un problema de estudiar la relación entre ingreso,
pobreza y discapacidad es la dificultad de obtener datos • Más mujeres que hombres tienen d
de alta calidad, especialmente datos que pueden ser usa­ cipalmente porque las mujeres viv
dos para hacer comparaciones entre países. La tasa de pacidad es más común entre perso
discapacidad encontrada en encuestas de hogares y cen­ El 54% de las personas discapaci
sos varía dramáticamente. Esta variación resulta de dife­ mujeres.
rentes medidas de discapacidad, diferentes técnicas de • Las tasas de discapacidad varían e
recolección de datos, y diferentes reacciones a las pre­ ciales. Más del 17,5% de los neg
guntas de una encuesta de parte de las personas que res­ cidades, comparado con 13,8% de
ponden. Por ejemplo, la tasa de discapacidad medida en • La discapacidad está relacionada c
Paraguay fue de 1%, pero en Uruguay y Brasil se deter­ áreas más pobres en Brasil presen
minó que era de 16% (ver tabla A.51). Es poco probable más altas de personas discapacitad
que una definición común y comparable calidad de los dos con las tasas más altas de dis
datos hubiese generado este tipo de diferencias de ubicados en la zona nordeste, uno
discapacidad en países vecinos y razonablemente simila­ oeste, y uno en la zona norte. Ad
res. De hecho, el censo de 1991 en Brasil midió la tasa las personas discapacitadas ganan
de discapacidad en 0,9%. La tasa más alta en 2001 no rio mínimo, comparado con el 29,
fue resultado de una explosión de discapacidades en Bra­ no discapacitadas.
sil, sino del uso de una mejor técnica de medición. • La discapacidad está correlacionada
¿Qué se considera como discapacidad? La discapacidad la educación, y por tanto con el in
se refiere a una reducción de corto o largo plazo en la La incidencia de discapacidad cae
actividad de una persona resultante de una condición personas sin educación formal, a 2
grave o crónica. La tabla A. 5 2 muestra la división de la con 1-3 años de escolaridad, a 16%
población discapacitada por tipo de discapacidad, para 4-10 años de escolaridad, y a 15%
los países donde había datos disponibles. Pero la más de 10 años de escolaridad.
discapacidad va más allá de la descripción de una condi­
ción médica en particular. Se necesita un análisis más profun
La discapacidad tiene múltiples facetas, es compleja y ción y métodos más amplios de recol
difícil de definir. De hecho, es mejor entenderla como la la región para avanzar en la explora
interacción entre una condición y un grupo de factores entre discapacidad y las distribucion
personales, sociales y ambientales. La International ingreso. Un mejor entendimiento d
Classification of Functioning, Disability and Health (ICF) (ocamino para mejores políricas que pue
en español, "Clasificación Internacional de funcionamien- per las conexiones entre pobreza y di

ción es significativamente más alta en América Latina que ción de poder y política se discuten
en el resto del mundo.71 Sin embargo, debe anotarse que a dad en los capítulos 4 y 5.
pesar estar relacionada con la desigualdad en la represen­
tación política, no implica necesariamente un sesgo en con­ Seguridad contra el crimen
tra de los pobres. Existe claramente una necesidad de más La seguridad contra el crimen es un
trabajo empírico en este campo. Los temas de representa- preocupaciones de la población latin
1996 hasta 1998 para calcular las víctimas de crimen a análisis comparativo. Los gobiernos
través de los quintiles de un índice socioeconómico basado ternacionales deben moverse hacia
en la propiedad de bienes durables y características del cuestionarios a través de los países (
hogar. La tabla A.54 reproduce estos resultados, indican- tes idiosincrásicos valiosos), mejorar
do generalmente incrementos moderados en los niveles de no laboral y no monetario, genera
victimización respecto a la riqueza, para todos los pa íses." consumo, e introducir encuestas de
Di Tella, Galiani y Schargrodsky (2002) usan una en- disponibilidad de datos es particul
cuesta especialmente diseñada para el análisis de víctimas y Caribe, donde sólo se completaron
concluyen que en Buenos Aires, "a pesar de que anterior- recientes en 3 de 15 países.
mente los hogares de altos ingresos sufrían una tasa Los datos existentes son útiles par
significativamente mayor de victimizaci ón en sus casas que ta preliminar a preguntas relevantes
los hogares de bajos ingresos, ahora la diferencia ha dejado cias y estructura de la desigualdad.
de ser significativa. En robos callejeros, ambos grupos mues- estadístico ofrecen información útil
tran un aumento similar en vicrimizaci ón", Fiszbein, Giovag- del ingreso de hogares, así como sob
noli y Adúriz (2002) usan una encuesta nacional de hogares educativas y demográficas por paíse
en Argentina y encuentran que la tasa de hogares que han La desigualdad del ingreso ha au
reportado ser víctimas de crimen o violencia en los últimos Latina desde la Segunda Guerra Mun
seis meses no es significativamente diferente entre los nive- 90 , las tendencias no fueron uniforme
les de distribución de ingreso. El crimen también es un pro- En promedio, la desigualdad se increm
blema importante en algunos países del Caribe, como Haití se mantuvo estable en Centroaméric
y Jamaica (ver, por ejemplo, World Bank, 2003f). cana y Jamaica. Dos casos paradigmá
la desigualdad son los vecinos Argen
Servicios básicos na, que en algún momento fue un p
Las tablas A.46 y A.48 reportan estadísticas según el nivel igualdad del ingreso para los estánd
de ingreso sobre el acceso a servicios básicos, incluyendo ha experimentado cambios dramático
agua, baños higiénicos y electricidad." El tamaño de la en décadas recientes. Por el contrario,
brecha entre los pobres y los ricos en términos de estos do significativamente en Brasil, el p
servicios varía mucho en América Latina. La figura 2.14 región. La evidencia presentada en es
presenta información sobre esta brecha, la cual tiende a movimiento hacia la convergencia en
ser más grande para baños higiénicos que para electrici- países para toda la región. Las econom
dad yagua, casos para los cuales la cobertura es más gene- que ya son bastante homogéneas en
ralizada. De todos modos , en varios países la diferencia en dad , están pasando a ser aun más un
la fracción de hogares con acceso directo a agua o a electri- La evidencia disponible sugiere qu
cidad en sus casas es mayor a 30 puntos porcentuales entre ha sido la región más desigual del m
el quinril superior e inferior. La figura 2.14 muestra que en desigualdad con respecto al rest
las brechas en el acceso a agua, baños higiénicos y espe- cambiado significativamente en los
cialmente electricidad se han reducido significativamente evaluación de América Latina com
en la mayoría de países en la última década. La informa- desigualdad no está restringida a
ción de acceso a un teléfono también se incluye , aunque conclusión surge cuando se conside
puede argumentarse que no es un servicio social b ásico. " consumo, tierra, estado de salud , y
El acceso al teléfono ha aumentado dramáticamente en la representación política.
región, especialmente para los hogares más ricos. Este capítulo ha analizado otras d
tribución diferentes a la desigualda
2.7 Conclusiones crecimiento del PIB, las medidas de
Este capítulo ha presentado y analizado estadísticas de di- bienestar agregado aumentó en la
ferentes dimensiones de la desigualdad en América Lati- América Latina durante los años 90
0,10 0,10
0,00 0,00
~~~e;.'I>,)~ ¿r,vo lS-CJ> 'I>~ ~o\ ,)~ ~o
<?' ",'" \~(;f, ~0 ~~ <Q' v~'If \'I>(;f, ~'If
...,,,,<::',, ~ ~q'lf
«>e:,'If
c. Baños higiénicos d. Teléfono
Diferencia entre los quintiles superior e inferior Diferencia entre los quintiles superior e inferior
0,8 0,80
0,70 0,70
0,6 0,6
0,50 0,50
0,40 0,40
0,3 0,3
0,2 0,20
0,10 0,10
0,0 0,00
~~~e;.'I> lS-v'l> i:>~'I> ~o\ .~CJ> ~'" e;.'I> ~o\
~'If q-.<Q",v ,.'If
«:~",,,, ~'I>~ \<f~ /.d>'If ~'If 1::'''' e:,.§
~'li ~ v ~'li e
1_ Cerca de 2000 _Cerca de 1990 1

Nota: Agua se refiere a la disponibilidad de una fuente de agua en el hogar o lote. La variable baño es igual a 1 cuando el h
servicio sanitario conectado al sistema de alcantarillado o a un tanque séptico. La variable electricidad incluye todas las fue
teléfono incluye teléfonos fijos y celulares.
Fuente : Cálculos de los autores a partir de datos individuales de encuestas de hogares.

cremento en desigualdad ha reducido los efectos positi- estado de salud, la regron es muy
vos del crecimiento: en diferentes países de América La- estándares internacionales. Esto tamb
tina, la evaluación de desempeño de la economía es menos sobre la influencia política, pero la in
optimista cuando se consideran los temas de distribu- ses es más débil en este tema. Los se
ción . típicamente distribuidos de manera d
A pesar de que existen muchos factores que contribu- nor medida que con respecto al ingreso
yen, la desigualdad del ingreso de hogares calculada a par- información que existe sobre victim
tir de las encuestas de hogares es, en particular, el resultado sugiere que este aspecto puede estar di
de una distribución desigual de la educación , combinada al menos relativamente igualitario.
con una alta prima salarial para los trabajadores califica-
dos y tasas de fertilidad decrecientes debido a mejoras en
el ingreso y la educación. La intensidad de estos tres facto- Notas
res parece haber aumentado en la mayoría de los países de 1. ~r Le Grand (1991) y Roemer (1996)
de este debate.
América Latina durante los años 90.
2. ~r Deaton (1997) y Deaton y Zaidi (
Finalmente, este capítulo examina la información de apoyando el uso del consumo como el mejor
medidas diferentes al ingreso , incluyendo el estado de sa- 3. De hecho, según a la teoría del ciclo de
lud, victirnizaci ón por crimen, influencia política, y acceso los mercados de capital, el consumo corriente
a servicios básicos. En algunos casos, en especial para el asociado con los estándares de vida intertem
8. En los casos en que se presenta un a disyuntiva, los autores han mac ión, como la cobertura urb ana de las
decidido pre servar la compatibilidad al interior de! país con el paso del 85 % de los argentinos vive en ciuda d
del t iempo, en lugar de entre países. movim ientos migratorios significativos en
9. Para algunos países, las definiciones de ingreso han cambiado 2 1. Este result ado es acorde con los re
con el paso del tiempo. A pesar de qu e, en aras de la brevedad no se Morley y Vos (19 97), y Robl es (1999).
han calculado estadísticas para defin iciones alt ernativas por proble- 22. Un a reducción de casi 3 puntos en el
m as de exte nsión, y en la mayoría de los casos las tablas ofrecen un a y 1999 se identificó, incluso después de elim
sola línea por cada país y año. Por ejempl o, a pesar de que en la en- en la encuesta de 1995 . Széke!y y H ilge rr
cuesta en El Salvador, en 2000, se incluye e! ingr eso no monetario, en bios significativos ent re 1995 y 1998 Y rep
las rabias las estadísticas se present an sin estos ing resos para preservar 1998 y 1999. De otro lado, González (200
la comparabilidad con encuest as ant eriores del país. Es posible ofrecer de un punto en el coeficiente Gini ent re 19
resulta dos alterna tivos para los int eresados en El Salvador, República 23 . El coeficient e G ini bajó cerca de un
D om in ican a, H onduras, Par agu ay, Perú , U ru g uay y Repúbl ica ent re los límit es de lo conside rado como
Bolivariana de Venezuela. Los principales result ados pr esentados en el desde un punto de vista est ad íst ico (con ni
artículo no cambian en ninguno de estos casos al considerar definicio- 24 . Lat inobaróm etro es un a encuesta an
nes alte rna tivas de ing reso. Durante 200 1, Argentina estaba en un a comenzó en 1995 . Se reún en da ros de 17
profu nda recesión . Para referen cia, las rabi as A.2 y A.3 t ambi én inclu- 25. U na encue st a LSMS se enc uent ra
yen esta dísticas para 1998 , cua ndo la economía todavía estab a cre- Brasil ent re 1996-97, Gu at emala pa ra 20
ciendo. Las encuestas exclu yen alg unas áreas de Bolivia en 1992, namá pa ra 1997.
Colombia en 199 2, y Perú en 1991. Para referencia, todas las estad ís- 26. ~r Chen y otros 1995, World Ban
ticas de Bolivia en 1996 , Colomb ia en 1996 y Perú en 1994 , se calcu- D arabase (1998 -20 00) y varios Report es d
laron usando , alte rnativame nte, toda la encuesta nacional, o sólo las dial (World Bank Poverry Report s) pa ra d
observacio nes de las áreas cubiertas a prin cipios de los años 9 0. El 27 . Los lectores int eresados en los det al
título regional, en Perú, se refiere a todas las regio nes cubi ert as en la t ar Esteban y Ray ( 1994), Wolfson (199
encuesta de 199 1 (que excluye a Costa Rural, Selva Urbana y Selva ( 1999) Y un a nota de Matí as Busso en la
Rural). est udio
10. Los da tos par a N icaragu a inclu yen ingre so no monetario, mien- 28 . El siguiente paso en la age nda de in
tr as qu e los datos pa ra Costa Rica y El Salvador no. Sin embargo, medidas de polarización con más de dos g
ign orar los pagos no monetarios de la encuesta no monetaria no alt era 29 . Éstos incluyen un o prop uesto por S
significativamente los result ados de desigu aldad entre estos tre s paí- plicado por 1 menos el coeficient e Gini) y d
ses (ver t abla A.7) (función CES con dos parámet ros alte rn a
11. Los individuos más ricos en la encuesta de hogares de México igu aldad. ~r Lamb ert (199 3) pa ra det alle
en e! 20 00 tenían un ingr eso 18 veces más g rande que la mediana 30. Las fuent es para figuras de! PIB son
indiv idual en el decil superi or. Esta brecha (18 veces) separa al ind ivi- D evelopment Indi cators D at ab ase.
d uo media no en el decil superior de un a perso na en e! segundo decil 31. ~r G asparini y Sosa Escudero (20
más pobre de roda la disrribu ción de! ing reso. Éste es un ejemplo de más completa de este tipo de estu dio
un a "cola supe rior" larga de un a disrribu ción . 32. Nótese qu e en Panam á la pa rticipaci
12. ~r Lam bert (1993) y Cowe! (1995 y 200 0) para detalles sobre t ó, ge nera ndo un a caída en los índices de d
esros índices de desigualdad. deración en esa part e de la distribución
13. El coeficiente Gini tiene un rango ent re O (completa igualdad) At kinson con un parámet ro igual a 2).
hast a 100 (to do el ing reso nacional está concent rado en las ma nos de 33. Las estimac iones se mueven en un
un solo individuo). Es com ún tam bién presentar el coeficiente en tér- Sz ékely 2000) hast a 53 % (Sala-i- Marrin 2
minos de {O,l} en lugar del intervalo {O, 100]. 34 . Este estudio no intenta calcular e
14 . Existe la posibilidad de debati r los valores apro piados de estas nuestra muestr a de hogares, porque el Ban
med idas. Para e! caso de un valor más bajo de e, ver Lan jouw y Ravallion ciente me nte un report e sobre pobreza en
(1995). El mejor procedim ient o es po ner a prueba la fort aleza de las (Wodo n y otros 2001) y produ ce frecue nte
conclusiones a partir de diferentes sup uestos , pero no hay espacio pa ra para diferentes países de la región .
la present ación de los resulrados. 35 . Para un a revisión sobre las lim itaci
15. Incluso ignorando la crisis económica más reciente, el incre- t as de hoga res para aná lisis de d istribu
men to en desigualdad es mu y g rande (cerca de 5 puntos Gini entre Gorrschalk y Smeeding (2000), y Arkin s
1992 y 1998). (200 2).
16. Las encuestas en Venezuela para 1989 no son estri ctamente 36. ~r capít ulo 2 y tabla A.1 en el apé
comparables con 1995 y 1998, ya que no incluyen e! ingres o no labo- detalles sobre la encuesta PNAD.
Brandolini y Smeeding (2002). pación no parece explicar el mayor nivel de d
42 . Deininger y Squire (1996), por ejemplo, resaltan el "hecho co- es tod avía uno de los más altos en Am érica La
nocido que la desigualdad en América Latina es considerablement e restringe a la distribu ción del ingre so labora
má s alta que en el rest o del mundo". 6 2. Bernanke y Gurkaynak (2002) replic
43 . Los coeficientes Gini fueron tomados de UNU/Wider-Undp los de Gollin (2002) para un a muestra más g
World Income Inequality Darabase. Se incluyeron todos los países con tr an que la participación de! ingreso en Am
al menos una observación en el período 1991-1 999 con la calificación que la calculada directamente en las Estadísti
de "datos confiables". Cuando había varias observaciones dispon ibles les de las Naciones Unidas. Además, la het
par a un país dado , se usaron los datos más recientes. lat inoamericanos parece ser más baja .
44 . África no se incluye en esta figura , ya que no hay suficientes 63. La necesid ad de inform ación más con
observaciones sobre la desigualdad del ingreso en esta región . capit al ha sido enfatizada nuevamente con l
4 5. Los datos incluyen observaciones de Bolivia, Ecuador, Guy ana , han citado la distribución de activos no lab
Jamaica, Méx ico, N icaragua y Perú. Este grupo de países no tien e un nante clave de la distribución del ingreso,
coeficiente Gini promedio para la distribución del ing reso per c ápita crecimiento . ~r Birdsall y Londoño (1997), D
de los hogares que sea significativamente diferente del pr omedio ge- Y Deininger y Olinto (2002).
neral de América Latina (es decir, es sólo 0,4 puntos Gini más alto) . 64. La única excepción a este patrón es C
46. Por ejemplo, en la muestra, Brasil tiene 15 observaciones desde 6 5. Cardos o y Helwege (1992) reportan q
1960 pero las observaciones terminan en 1989 . Al ser un país con muy las unidades de tierra en América Latin a d
alta desigualdad, omitir a Brasil en los años 90 reduce el valor region al tierra . ~r también Thiesenhusen (995), par
para esta década y sesga los result ados para los camb ios decenales. 66. La diferencia absoluta en el número de
47 . La excepción es la brecha con Europa Oriental, una reg ión que en muchos pa íses (ver tabla 5.20).
sufrió de fuert es transformaciones en la distribución en los años 90 . 67 . En algunos países, las estadísticas se r
4 8. Por ejemplo, para el caso de América Latin a, Bourguignon y de niños ma yores de 5 años, ya que no hay
Morri son (2002) cons ideran cinco "pa íses" (Brasil, México, Argentina para niños más pequeños. Ver el sitio Internet
/Chile, Colombia/República Bolivariana de Venezuela/Perú , y un gru- detalles .
po de 37 pa íses más pequeños). 68 . Por supuesto, podría ocurrir el caso d
49 . La mayoría de estadísticas se obtiene de Mad dison (992 ), de asistencia se esté cerrando, per o la brecha
D ein inger y Squ ire (1996), Altimir (199 6b). ción crece.
50. Nótese que esto no es desigualdad internacional al interior de 69. Este análisis sigue a Gasparini (200 2)
una reg ión obrenida por sacar promedios (con o sin ponderaciones) de 70 . Stunting o "baja tall a" se usa para desc
niveles nacionales de desigualdad. cual los niños no logran obtener la suficiente
51. El hecho también se resalt a en IDB ( 99 8). término Wasting o "enflaquecim ient o" se ref
52 . Las dos excepciones son Colombia y Ni caragua, donde el coefi- cual los niños no logran el suficiente peso pa
ciente Gini para la distr ibuc ión del ing reso laboral ind ividual aumen- 71 . Samuelson y Snyder (2001) mu estr an q
tó signifi cat ivamente en los años 90, mientras que el coeficient e Gini tiene al controlar por variables institucionale
para el ingreso de los hogares no cambió. 72 . La pregunta de Latinobar ómetro usad
53 . El sistema educativo difiere entre países y en algunos casos con sido usted o un miembro de su famil ia asalta
el pas o del tiempo. ~r e! sitio Internet de este informe para detalles cualquier tipo de delito en los últimos 12 me
sobre la const rucción de variables edu cat ivas. La variable años de edu - 73 . Agua se refiere a la disponibilidad de
cación se inclu ye en la mayor parte de las encuestas. Para aqu éllas en casa o en e! lote de construcción. La variable b
las que no, hem os estim ad o a partir del grado máximo de educaci ón el hogar tiene un baño con inodoro conect ad
obtenido por persona y por su eda d . Los años de educac ión está n trun- llado o un tanque sépt ico. La variable elect
cados en un máximo de 17. fuentes de electri cidad . Algunas defini ciones
54. Este hech o habría sido aun m ás notable si los años de educa- entre las encuestas, de modo que las compa ra
ción no se hubiesen truncado en 17 . cuidado. ~r el sitio Internet de este estudi
55. Bolivia y Guatemala son las dos excepciones más claras a este sobre las defin iciones específicas por pa íses.
patrón. 74. La variable teléfonos incluye tel éfonos f
la etnia y el género

MÉRICA LATINA ES UNA REGIÓN ÉTN ICA Y RACIALMENTE DIVERSA, CON HOMBRES Y
eurodescendientes, indígenas y no-indígen as, que activamente buscan niveles
para ellos mismos y sus hogares. Sin em bargo, los niveles de bienestar no so
razas o etnias y grupos de género.
El grado de desig ualdad en el bienestar y las razones para tales difere ncias h
varios esrudios reg ion ales y por países . El estudio más notable de g rupos ind ígenas, hecho p
y Pat rinos (1994), concluye que los indígenas son sistemática mente m ás pobr es que los no-in
p at rón p uede ser explicado por "dotació n" m enores -ed ucació n, experiencia labo ral, est ruct
ción-, así como ot ras causas ta les como preferencias diferenciales, instituciones, relacione
culturales, y discrim inación. En términos del aná lisis de género en la región lat inoam ericana
Tz annat os (1992) , encuentran que en la región, los ing resos de las mujeres y su pa rtic ip
laboral son consistentemente más bajos que para los hom bres y que esto también se pue
"dotación" y otros efectos. Los estudios reg ionales sob re raza son escasos, yen su mayoría co
a nivel de país sobre Brasil.

Este capítulo investiga el g rado en el cual la desigual- El capítu lo tiene cuatro secciones
dad al interior y entre grupos raciales, étnicos y de gé- ducción. La sección 3.1 describe las
nero, contribuye a la desigualdad nacional. Se aplican cionadas con género, raza y etnia e
mediciones estándar de desigualdad a los subgrupos considera algunos temas conceptua
raciales, étnicos y de gé nero y estos resultados se agre- analizar estos grupos demográficos.
gan hasta el nivel nacional. Este capítulo se concentra estadística descriptiva para deline
principalmente en desigualdades salaria les y de dota- sigua ldad al inte rior y entre los gr
ción de facto res, que afectan los salarios. Se apoya en (definidos como blancos y afrodesc
t rabajos sociológicos y antropológicos, pero la mayoría afroguyaneses, e indíge nas y no-ind
de la información se basa en la economía y se deriva do del país), dent ro de los cuales la
util izando herramientas económicas. A pesar de que es- corta a través de las barre ras grupale
tudiemos la raza, la etnia y el género en este capítulo, La desigualda d a lo largo del ciclo
esta ap roxima ción no sugiere que los factores subya- en tér minos de educación , sector d
centes , que llevan a desigualdades de grupos en alguna ción, formació n del hogar, riqueza,
de estas dimensiones, sean necesariamente responsables cios, e ingreso laboral. La sección 3.
de la desigualdad de grupos observada con respecto de econométricas para clarificar cómo
las otras dimensiones. Por el contrario, los patrones y reto rnos sobre las características y n
facto res subyace ntes que generan diferencias según la en educación, fertilidad y secto r de
raza, etnia o género necesitan estudiarse y entenderse yen a la desigualdad observada entr
separadamente para cada categoría. rales de los individuos y a la cont r
América Latina son las de Colombia (25%), Nicaragua
Ecuador 10.0
03%) y República Bolivariana de Venezuela 09%), mien- El Salvador
tras que la mayoría de la población de los países del Caribe Guatemala
se identifican como afrocreole. Más del 80% de los ciudada- Honduras 5,0
nos de Haití, Barbados, Granada, Guadalupe, Jamaica, México 0,5
San Vicente y las Granadinas, y Santa Lucía afirma ser Nicaragua 13,0
afrodescendiente. Panamá 73,5
Paraguay 3,5
A pesar de que las tasas de indigeneidad han sido histó-
Perú 9,7
ricamente mucho más altas, hoy día sólo 10% de la pobla- Uruguay 5,9
ción de América Latina se identifica como indígena (ver RB de Venezuela 10,0
recuadro 3.1 y tabla 3.1). Estas tasas varían fuertemente Caribe
entre países: la mayoría de bolivianos y guatemaltecos es Antigua y Barbuda 97,9
identificada como indígena, representando el 71 y 66% de Bahamas 85,0
la población nacional, respectivamente. Perú (47%) y Ecua- Barbados 95,8
Belice 57,0
dor (38%) también tienen una población indígena de con- Bermuda 61,3
siderable tamaño. La población indígena en los países Cuba 62,0
.caribeños no es cuantificada casi nunca, pero cuando lo es, República Dominicana 84,0
aparece como una pequeña proporción de la población (ta- Guayana Francesa 42,6
bla 3.1). Granada 84,0
Con la excepción de Belice, Costa Rica, Guayana France- Guada lupe 87,0
Guyana 42,6
sa y República Dominicana, la mitad o más de la población
Haití 100,0
de América Latina son mujeres (tabla 3.1), y las mujeres son Jamaica 91.4
la mayoría en casi la mitad de los países. No es inusual que Santa Lucía 90,3
las mujeres representen una proporción mayor de la pobla- San Vicente
ción frente a los hombres , ya que las mujeres tienden a tener y Granadinas 95,0
mayor longevidad y son menos propensas a morir prematu- Surinam 41,0
ramente por la violencia (Jacobsen 2002) Trinidad y Tobago 43,0
Otros
Canadá 2,2'
La evolución de los conceptos de raza, etnia y género Estados Unidos 12,3

Etnia y raza - No reportan.


La particular historia colonial de América Latina forma la Nota: La tabla incluye datos para el año 2000
base hoy día para la conceptualización de la raza, la etnia y dos Unidos, excepto: afrodescendientes de
Paraguay, Perú y Venezuela; 1990 para Ecua
las políticas relacionadas (ver capítulo 4). Los sociólopos caragua; y 2001 para Canadá. Indígenas de 1
argumentan que, en América Latina, las poblaciones de son de 2001 para Colombia, 1999 para Hon
descendientes de europeos lucharon por la unidad étnica Para el Caribe, todos los datos de afrodescend
para construir la unidad nacional que podría enfrentar a los de indígenas son de 1999. Los datos de g
Fuentes : a. Flórez, Medina y Urrea 2001 para
los colonos recién llegados y ayudar a controlar a la pobla-
UNDP 2000, c. Mahoney y Vom Hau 2002, d
ción no blanca, mediante la asimilación, primariamente nacionales. F. World Bank 2003a. g. Vicepresid
de la población indígena (en lugar de los afrodescendientes) lombia 2002.
(Agier 1995). Sin embargo, en privado, se ha dado énfasis
a la individualidad y la movilidad ha sido vista como el
resultado de un "autoblanquearnienro" y la riqueza, en Dada la historia del desarrollo d
lugar de ser producto del desplazamiento de un grupo como étnica en América Latina, las difere
un todo; de ahí que la raza y el esratus de clase quedaran han sido usualmente negadas a fa
relacionados. que los países en la región son "posr
La cambiante composición étnica de las Américas
Porcentaje
100

80

60

40

20

O
I 1570 1650 1825 1935 I 1570 1650 1825 1935 I 1570 1650 1825
América española Brasil Estados Unidos y C

• Indígenas • Afrodescendientes • Blancos

Fuente: Engerman y Sokoloff (1997).

sola comunidad mestiza (Graham 1990). La desigu aldad Este argumento ha dado base a una
racial que se reconoce ha sido tratada como resultado de nacionales neutras frente a diferenc
un proceso incompleto de integración nacional o como la enfocadas hacia la reducción de la po
expresión de desigu aldad basada en clase. Con este ma rco Esta conceptualización, sin embar
conceptual, las diferencias ent re gtupOS raciales y étnicos medida que las diferencias étnicas y r
han sido atribuidas a influencias socioeconómicas que ca- están siendo cada vez más reconocid
sualmente estaban correlacionadas, pero no causadas por, démico y de política y se reflejan en m
las estructuras de poder (Torres-Saillant 1998). Las discu- A mediados de los años 70 , los invest
siones sobre raza y etnia han sido combinadas con las de a argumenta r qu e, a pesar de la integ
pobreza y clase, ignorando, como consecuencia, muchos las diferencias en el bienestar ent re
aspectos específicos qu e cont ribuyen a las diferencias ent re están basadas pa rcialme nte en dis
grupos. También se ha afirmado que América Latina fue étn ica. Más recient ement e, los soci
más tolerante racialmente que los Estados Unidos, por que las desigualdades raciales o étnic
ejemplo, con su historia de segregación legal, supresión de relaciones de poder que crean un cam
ident idad étnic a y racial y de movimientos de derechos. al determinar una situación en la cua
identidad racial evolucionó distinto respecto a como lo hizo
en el resto de América Latina. Las líneas raciales se definie- Género
ron más claramente bajo el mando colonial, un factor que Mientras que las variables raciales y
-en parte debido a la ausencia de los propietarios de plan- reconocimiento como factores imp o
taciones- facilitó el mantenimiento de la pobl ación blanca diferencias en el bienestar de los gr
separada en gran medida de la población étn ica y africana. género tiene un a historia más larga d
Esta distancia física a su vez promovió una dist ancia social variable importante que afecta la pro
entre los blancos y los afrodescendientes. Los dueños de las desigualdad . Muchos países latinoa
plantaciones caribeñas se identificaban con Inglaterra fuertes movimientos femen inos come
mucho m ás de lo que los hacenderos se identificaban con y SO, que resultaron en un a presenc
España , con el resultado de que los du eños de plantaciones cient e de mujeres en la economía, la
en el Caribe no desarrollaron un sentido de identidad na- ciedad en general. Todos los gobiern
cional. En cambio, con el tiempo se desarrolló un senti- hoy Oficin as para la Mujer o Minist
miento más fuerte de identidades raciales subordinadas. Con el paso del tiempo, el biene
Una vez se presentó la lucha por la independencia, la élire mejorado respecto al de los hombre

RECUADRO 3.2

Todos Contamos: el Censo Nacional y la inclusión social

"Yo tengo un problema con el cuestionario de este cen- U n taller de seguimiento, Todos C
so, no estoy incluido", dijo José Chalá después de escu- cionales e inclusión social, se llevó a cab
char una presentación sobre el censo del 2000 en Ecuador. octubre de 2002. El evento reunió a m
El señor Chalá se refería a la ausencia de datos sobre tantes de 18 países de toda América
ecuatorianos afrodescendientes. Su situación en este censo los progresos obtenidos, discutir
está lejos de ser única. No todos los países en América metodologías y compartir ejemplos d
Latina y el Caribe incluyen una categoría para dar cuen- jorarse las preguntas en los censos. Al
ta de los afrodescendientes, lo cual limita la habilidad cia, cada país participante reveló un
del gobierno para enfrentar la desigualdad e informar incluyó seis aspectos clave: (1) incorp
programas y políticas orientadas hacia la reducción de la tas racialesy étnicas en los censos nacio
pobreza y la inclusión social. de las preguntas existentes; (2) integr
El Banco Mundial y otras organizaciones multilaterales temática de preguntas sobre raza y a
han estado trabajando con los gobiernos latinoamerica- cial en las encuestas nacionales de hog
nos para solucionar este problema. En noviembre 2000, de pobreza; (3) promoción de mayor p
el gobierno de Colombia, con el patrocinio de organiza- pos étnicos en la recolección de datos;
ciones internacionales, llevó a cabo la conferencia Todos información ya existente; (5) implem
contamos para aumentar la conciencia entre los dernó- mas de construcción de capacidad pa
grafos, personal gubernamental de censos, individuos y los datos a políticas orientadas a la i
organizaciones de afrodescendientes y de ancestro indí- promoción de conferencias nacionales
gena en América Latina, sobre la necesidad de incluir apoyo a intercambios de aprendizaje
preguntas sobre raza y etnia en los censos nacionales. En logrado progresos a medida que Amé
2002, 10 países en la región incluyeron preguntas de hacia un mejor entendimiento de quie
identificación racial y étnica en sus censos. ponen la población de la región.
se observan o clasifican fácilmente (Baiocchi 2001). A es mayor en la clasificación de grupo
pesar de la dificultad de definir la raza, la etnia y el gé- la identificación de grupos raciales
nero, muchos países en América Latina han hecho gran- la encuesta de Perú tienden a mes
des avances en identificar la composición demográfica "blanquearse". La mitad de los que
de su población. Todos los datos de censos identifican ya por el encuestador como "blancos" s
el sexo de los ciudadanos, a pesar de que la identifica- como "mestizos" , y dos tercios d
ción de raza y etn ia es menos común." encuestadoi identificaba como "ind
La asignación de una persona a una categoría racial es ban mestizos (ver tabla 3.3)
difícil. A pesar de que la "raza" está basada en caracte- La identificación del género de u
rísticas físicas observables que no cambian a lo largo de nos controversial, ya que el género
toda la vida (por ejemplo, color de la piel, tipo de pelo, mente correlacionados. Sin embar
características faciales), con e! paso del tiempo la mezcla diferentes. Mientras que "sexo" se
racial ha generado un continuo de características físicas atributos básicos biológicos qu e dife
en todos los países de América Latina . Por ejemplo , la bres de las mujeres, el "género" es t
tabla 3.2 ilustra e! alto grado de desacuerdo de clasifica- se a un ensamblaje completo de
ción racial entre los brasileños y los encuestadores de costumbres y prácticas que están c
censo. La categoría racial reportada por los individuos un sexo en particular, pero contrib
tiende a ser "más blanca" que la identificada por el sociales mucho más amplias entre
encuestador. Entre los individuos identificados como mujer (Kabeer 1994 y Kabeer y Sub
"afrodescendientes" por e! encuestador, sólo e! 57,9% se Cuando una mujer toma papeles tra
identificó a sí mismo como afrodescendiente, mientras linos" -como las mujeres solteras que
que 39,8 % respondió que era de raza mezclada y el 2,2 % de ingresos de su hogar y no tienen
se identificó como blanco. Adicionalmente, la raza pare- hijos- se comportan con mayor sim
ce estar fuertemente asociada con e! estatus económico, soltero que a una mujer con pape
sugiriendo que el significado de "raza" es, en parte, un tradicionales (Cunriingharn 2000,
concepto construido socialmente, y no biológicamente 2003). La connotación social de "gé
en su totalidad; las clases sociales más ricas tienden a ser difícil de cap~urar 'mediant e una so
"más blancas" . Este hecho está apoyado por clasifica- de que la alta correlación existente
ciones de raza basadas tanto en la respuesta de los indi- roles de género permiten que la varia
viduos como en la percepción del entrevistador, donde una aproximación.
las discrepancias entre blancos y no blancos aumentan Estas medidas de clasificación rac
con e! estatus socioeconómico (Flórez, Medina y Urrea nero hechas por estadísticos claram
2001). perfectas. Entonces , cualquier anális
La dificultad de identificación aumenta en e! caso de didas (incluyendo el análisis estadísti
la etnia, ya que para dicha clasificación se util izan prác- debe tomar en cuenta errores de med
ticas culturales y lingüísticas, que pueden cambiar a lo riable "raza", "lenguaje hablado", y "
largo de la vida, en contraposición a las características los complejos conceptos biológicos y
biológicas relativamente fijas usadas en la clasificación etnia y género.
de raza. Incluso si una persona es identificada como
ind ígena, ésta es una medición muy cruda ya que hay
muchos grupos ind ígenas distintos presentes en Amé-
rica Latina. La encuesta nacional ,de nivel de vida en
Guatemala (Encovi), por ejemplo, contabiliza 23 gru- a, En 14 de 35 censos en países latinoamericano
pos indígenas etnolingüísticos; las estadísticas de po- origen racial o étnico, y en menos encuestas de h
breza, desigualdad, acceso a servicios, educación, se hacen preguntas relacionadas (Fl órez, Medina
dos Unidos y otros países de la OCDE. Sin embargo, estos
eventos que crean oportunidades o
logros no son disfrutados igualmente por todas las muje-
siguiente etapa de la vida . En cons
res, ya que aquellas que viven en áreas urbanas y n? s?n
para los resultados observados hoy p
indígenas o afrodescendientes, están obteniendo mejor ías
cialmente a eventos del pasado, que
a un ritmo mucho mayor al experimentado por mujeres en
pueden remontar hasta la niñez, y a
áreas rurales, o de descendencia indígena o africana (World
terminados por procesos históricos d
Bank 2000f, 2002c).
pos e interacciones entre grupos.
A pesar de estas mejorías, las diferencias de género en
decisiones se ven afectadas por el mo
diferentes medidas de bienestar aún existen y nuevos retos
viduos y los grupos se ven a ellos mi
enfrentan continuamente a la sociedad. Las mujeres aún
pos dominantes se comportan hacia
están rezagadas respecto a los hombres en muchos
ocurren dentro de un contexto de la
indicadores de bienestar -incluyendo la brecha salarial,
les y en especial informales que prese
control sobre recursos, participación política, y atención
barreras en cada etapa de la formaci
médica-, pero mientras tanto hay tendencias notoriamen-
Desde su nacimiento, los individuo
te crecientes de desventaja entre los hombres, incluyendo
conformarse a sus grupos biológicos
menor longevidad, mayor alcoholismo y mayores tasas de
ciales. Los hombres y mujeres , indíg
suicido frente a las mujeres (Iacobsen 2002). En Brasil y
ricos y pobres, desarrollan expectativa
los países del Caribe, los logros educativos de los hombres
ren preferencias que se ajustan a las
están rezagándose y la dificultad para obtener y mantener
miento, emociones y expectativas
un empleo está creciendo, lo que a su vez pone a los temas
los individuos a partir del grupo al
masculinos de género firmemente en la agenda.
identidad colectiva se construye com
toria social. Por supuesto que existe
Las raíces de las diferencias duales en los grupos, pero ésta tambié
Las diferencias observadas entre grupos subordinados y a las características del grupo. A pes
dominantes se atribuyen comúnmente a la discriminación les están determinados por la biolo
(entendida en sentido amplio) , pero el proceso de crear para las mujeres), muchos están bas
estas diferencias implica una interacción compleja entre bre diferencias entre los grupos (po
las opciones individuales, las oportunidades y las institu- ción de que los hombres blancos son
ciones con las cuales los individuos interactúan a lo largo mujeres o que los individuos no blan
de sus vidas. Dos aproximaciones para entender esas dife-
rencias surgen desde una perspectiva sociológica sobre la
formación y persistencia de diferencias entre grupos. (~r
Heller y Mahoney 2003, para una discusión de los concep- TABLA 3.2

tos y procesos relacionados en tales diferencias). Primero, Percepción del entrevistador vs. autoper
que son fundamentalmente relacionales, es decir, la de la raza - Brasil 1997 (porcentajes)
interacción que ocurre entre grupos da forma al compor-
tam iento, disposición y actitudes entre grupos subordina- Blanco M
dos y dominantes. En el lenguaje de los economistas, tales
interacciones determinan "preferencias", que deben verse Todos 56,9
cómo producto de relaciones sociales. Segundo, una impor-
tante razón para la persistencia de lo que Tilly (1999) se Percepción vs
refirió como desigualdades durables, es que sirven propósitos Blanco 88,6
organizacionales, permitiendo que las personas en el lugar Percepción propia Mulato 11,0
de trabajo, escuela y otras áreas de actividad utilicen las Negro 0,4
diferencias de grupo para influenciar cómo interactúan con Total 100,0
otros. Como Ti1ly (1999, p. 7) lo presenta: Fuente : Telles y Lim (1999) .
portamiento, prácticas y disposiciones que influyen en que están correlacionadas con ciert
menores aspiraciones, o adquieren "preferencias restricti- no deseables, pero que puede o no
vas". Por ejemplo, el comportamiento de los menores como en cuestión. Por ejemplo, las mujere
"niña" o "niño" puede ser parcialmente biológico, pero bilidad más grande que los hombr
también está determinado en gran parte por las preferen- mercado laboral debido a la crianza
cias que un padre o la sociedad le enseña a los niños a cual los empleadores podrían ofrecer
partir de su sexo (biológico). Este comportamiento a su to a las mujeres que a los hombres,
vez da forma a las escogencias de cómo comportarse en la probabilidad de que no permanezc
escuela, lo cual influye en la selección de una carrera, y tiempo como los hombres . Todas la
todos los anteriores puntos afectan la opción de formación recibirían entonces menos entrenam
de familia y el empleo. Este patrón subsecuentemente ge- la motivación original para pagar m
nera diferencias contemporáneas en aspectos tales como de no aplicarse a ciertas mujeres in
salarios, participación en la fuerza laboral, activos, y roles
familiares. Un argumento similar puede hacerse para ni- Es difícil distinguir cuáles diferenci
ños de diferentes grupos étnicos y raciales. ben al comportamiento del grupo afec
y cuáles son el resultado directo de la
Discriminación: los costos de interactuar supuesto, nadie escogería menores sal
con grupos diferentes lario más alto, todo lo demás sien
La discriminación es un factor clave que influencia la acu- escogencias pueden haber sido tomada
mulación de habilidades y experiencias de individuos y la vida, de modo que no son observa
grupos durante la vida. También es parte de las interaccio- -por ejemplo la escogencia de seleccio
nes relacionales e históricamente formadas entre grupos. paga menos pero que es más compatib
En la aproximación económica, la discriminación se define bilidades familiares, en lugar de esco
como el proceso de un tratamiento desigual de los indivi- mejor salarios que no le deje mucho
duos, debido a características que no están relacionadas que afectan el salario observado. Por
con la decisión en cuestión y que llevan a resultados obser- medir el grado en el cual la discrimina
vados diferencialmente. La discriminación se clasifica en de las diferencias resultantes (Becker 1
dos grandes categorías: 1999). Sin embargo, como se anotó
tipo de "escogencias" de parte de los g
• Discriminación pura es un tratamiento diferencial de los puede ser el producto de historias de e
individuos porque poseen características que son "des- ciones desiguales.

TABLA 3.3
Percepción del entrevistador VS. la autopercepción de etnia - Perú, 2000 (porcentajes)

Percepción del entrevistador

Blancos Mestizos Indígenas Ot

Blancos 55 10 8
Mestizos 45 87 74
Percepción propia Indígenas O 2 18
Otros O 1 1
Total 100 100 100 1

Fuente: Grade 2001, citado en Gaclt úa-Marl ó y Wodon (en preparación) .


para cada grupo . puede reflejar la brecha educativa e
Este capítulo se concentra principalmente en la desigual- dem ostr ar qu e el gé nero -y las pre
dad de ing reso y de educación, y los procesos que toma n ción asociada- tienen mayores efec
lugar más temprano en la vida que pu eden ser responsa- los padres en enviar a sus hijos e h
bles de las diferencias observadas de ingreso entre g rupo s. hogares indíge nas (figura 3.1). Por
En consecue ncia, el capí tulo usa datos p ar a medir las res afrodescendient es en Brasil y G
di ferencias entre homb res y mujeres, indígenas y n ó in- queña ventaja, comparadas con lo
dígenas, indo y afrodescendientes, y bla ncos y afrodes- grupo.
cendientes residentes en Amé rica l atina en cada etapa del Al interior de cada país, la pob
ciclo de vida con respecto a sus logros educa tivos (niñez), gena/indo tiene mayores niveles de
ocupació n y secto r de emp leo, formació n de la familia (ju- pos indígenas/afrodescendientes, p
ventud y adultez temprana), y salarios contemporáneos educativo estric ta me nte segregado
observados (adultez). l as personas indígenas o afrodesc
A pesar de qu e el trabajo empírico presentado en este me nte sobrerepre senta dos entre lo
capítulo es representat ivo del tipo de aproximación toma - gura 3.1) y subreprese nta dos entre
da generalmente para analizar la desigua ldad, dicha aproxi- ejemp lo, el 63 % de las mu jeres in
mación no resuelve definitivamente el rompeca bezas de ne educación pr imaria o menos, c
cómo atr ibuir las diferencias observadas a diferentes cau- de mujeres no indígenas de Bolivia
sas potenciales. Sin embargo, se delinea la extensión de las educativa por etnia y que una gra
diferencias ent re grupos y se ofrecen algunas pistas sobre res no-indígenas en Bolivia tambi
cómo las insti tuciones, escogencias y la discriminación educación. Entonces, a pesar de qu
pueden ser la fuente de las diferencias observadas . no deja at rás explícitamente a las
bres de sólo un grupo étnico o raci
más rezagados qu e otros . El g rup
3.2 Desigualdad entre individuos durante el ciclo dos es el de muj eres indíg enas, qu
de vida po de mujeres bl an cas/ no- ind íg
Esta sección prese nta las diferencias en niveles de educa - debido a la brecha racial y étnica
ción, participación en la ocupación y sectores de emp leo, bres indígenas debido a factores d
estructura familiar, riqueza, acceso a serviciose ingreso entre cen ser ta n fuertes entre los grupos
diferent es grupos raciales, étnicos y de género. En donde o los afrodescendientes.
es posible, el género se considera conjuntamente con la l a explicación para la presenci
raza o etnia. El objetivo de esta sección no es comparar la educativo mayor entre los hom bres
distribución de estas variables para grupos étnicos y racia- indígenas se ha atr ibuido por vari
les entre países, ya que las historias subyacentes e institu - siguientes factores:
ciones resulta ntes hacen que estas comparaciones entre
países no tengan sent ido alguno. Por el cont rario, la si- La división urbano-rural. U na col
guiente discusión presenta diferent es ejemp los de desigual- Am érica l atina encuent ra que cua
dad relacionados con raza y etnia en toda Am érica latina, asiste ncia escolar y desem peño en
revelando el gran rango de diferencias que existen en toda y urbanos prácticamente desapare
la región. Bolivia cua ndo se controla por la
(García Aracil y Winkler 2002 pa
El logro educa tivo es desigual p or raza y etnia, Cárdenas 2002 para Perú, y McE
p ero no p or género para Bolivia). Sin embargo , Saave
l os hom bres y las m ujeres tienen niveles de educación cada advie rten que también existe un
vez más similares en Amé rica l ati na. Esto es pa rticular- geneidad en las escuelas al inter
mente cierto en áreas urbanas (ver tabla 3.4), dond e el 10- urban as.
reduce la brecha en la participación laboral y entre los jer y su desempeño), la brecha de partici
salarios de hombres y mujeres. laboral desaparece y la brecha salarial s
En Argentina, Brasil y Costa Rica las mujeres tienen una palabras, algunas de las diferencias en los
probabilidad entre 30 y 40 puntos porcentuales menor de cado laboral se deben a las opciones perso
trabajar que los hombres y ganan salarios mas bajos. Sin largo de la vida, que no están relacion
embargo, cuando la muestra usada se limita a personas jó- con el mercado laboral.

Resultados del mercado laboral para distintos grupos

Argentina Brasil

Diferencia en las tasas de participación laboral


Todos los hombres y mujeres 31,5 30,4
Edad 25-35, educación universitaria 9,8 8,27
Edad 25-35, educación universitaria, sin esposa o hijos ■2,34 0
Razón salarial entre mujeres y hombres
Todos los asalariados 0,98 0,65
Asalariados, edad 25-35, educación universitaria 0,88 0,68
Asalariados, edad 25-35, educación universitaria, sin esposa o hijos 0,98 0,75

Fuente: Cálculo de los autores.

Discriminación en las escuelas. <¡Es la discriminación racial de bajos niveles de educación es desco
un factor de la escolaridad? Oliveira Barbosa (2002) su­ deberse a la subestimación por los pa
giere que en Brasil, la discriminación racial no es un facror educación, la poca habilidad de las
en la evaluación de los profesores a los estudiantes, pero étnicas) para convertir la educación en g
que la posición social del estudiante sí lo es. Dado que los 2001), o la falta de financiación de l
estudiantes afrobrasíleños están sobrerrepresentados en­ educación para enviar sus hijos a la es
tre los pobres (Henriques 2001), esto sugiere que la dis­
criminación racial está unida con la discriminación Pobreza y traba/o infantil. La pobreza s
socioeconómica. Del mismo modo, las niñas (sin controlar las razones para la deserción escolar (G
por raza) experimentan una discriminación positiva en la preparación, World Bank 2001a), ya
evaluación de los profesores. De otra parte, Albernaz, recto de asistencia a la escuela (es deci
Ferreira y Franco (2002) encuentran evidencia de que los transporte, elementos de trabajo) o por
niños afrobrasileños tienen un menor desempeño al con­ nidad de asistencia a la escuela (es deci
trolar por el estatus social y calidad de la escuela. no recibido). Como los pobres están
en los grupos indígenas y afrolatinos, t
Transferencia intergeneracional de bajos niveles de educación. bilidad de estar en esta situación. Ad
Muchos estudios han encontrado que los padres (en espe­ niños tienen mayor probabilidad d
cial los hombres) pasan su bajo nivel de educación a sus (Psacharopoulos y Patrinos 1994).
hijos (Arias, Yamada y Tejerma 2002 en Brasil, Sosa y
Marchionni 1999 en Argentina, García Aracil y Winkler Calidad de la educación y mercados disp
2002 para Ecuador, y McEwan y Jiménez 2002 para Boli- en particular después de la educación s
via). Las causas de la fuerte transferencia intergeneracional cabo en gran medida como preparaci
Co lombia 1998 0,97 0,96 1,62 Otro factor que afecta el bienesta
Co sta Rica 1998 0,97 gencia de ocupación y sector, Las
Rep úbl ica Dom inicana 1996 0,88 1,42 1,45 de raza, etnia y género en sectores
están correlacionadas con las dife
El Salvador 1997 0,92 1,22 1,75
tenciales y bienestar.
Honduras 1998 1,00 0,71 1,42 La distribución por sectores es cl
México 1999 0,96 . género a través de los países. En los
Nicaragua 1998 0,99 0,63 1,70 en la tabla 3.5, una proporción mu
Paraguay 1999 0 ,95 0,64 3,00 res blancas y no- indígenas qu e de
no-receptoras de salarios, lo que si
Perú 1997 0,96 1,13 5,09
la fuerza laboral o son trabajadore
RB de Ven ezu ela 1996 1,04 0,45 2,02 rados con el subconjunto de muje
- Sin datos. hombres representan una participa
Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de las encues- del sector forma l urbano, mientras
tas de hogares. están más mezclados .

FIG URA 3. \
Educación prim aria completa o menos, por raza, et nia y género

Distribuciónde la población
100

80

60

40

20

0+--'--
Guyana Guatemala Bolivia B

o Hombres b1ancoslno-indigenaslindoguyaneses • Mujeres b1ancoslno-indígenaslindoguyaneses

• Hombres indigenaslafrodescendientes • Mujeresindfgenaslafrodescendientes

Nota : Datos para Guatemala y Bolivia, indígenas y no-indígenas; para Brasil, blancos y alrodescendientes; para G
alrodescendientes.
Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de las encuestas de hogares.
Sin ingresos - 11,2 - 1,0 3,5 26 ,0

Nota: Un valor negativo indica que la probabilidad es mayor para un hombre blanco/no-indígena en estar en ese sector en relación
(columnas de la izquierda) o en relación con una mujer de la misma raza/etnia (columna derecha). El empleado en el sector formal
cuyo empleador paga la seguridad social para el trabajador (Bolivia y Guatemala), o el trabajador en Brasil con carteira assinada
Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de las encuestas de hogares.

La tabla 3.6 muestra la participación de las mujeres de servicios, y las mujeres no blanc
en la fuerza laboral en el sector forma l, autoempleado e dista ncia. En Bolivia, por ejemplo e
informal; sólo en Paraguay, la participación de las muje- no-indígenas y el15 % de las mujeres
res en los secto res refleja su participación en la fuerza jo están empleadas en el sector de ser
laboral como un todo . Del mismo modo, en El Salvador, do con menos del 10% de hombres
40% de los trabajadores son mujeres, pero sólo 32% de categorías étnicas.
los trabajadores en el sector forma l son m ujeres. Incluso Una explicación para la alta partic
en las economías modernas de Chile y Argentina, las res en el sector servicios es su sobre
mujeres están subrepresentadas en el sector forma l en 5 servicio doméstico. En Argentina, po
y 3 puntos porcentuales, respectivamente. D e otra pa r- doméstico es la categoría ocupaciona
te, las m ujeres están sobrerrepresentadas en el sector me- ción de la fuerza laboral femenina, a
nos remunerado del salariado informal, representan más 2001b). Más del 20% de la fuerza l
de la mitad de los tra bajadores asalariados informales, emp leada en serviciodoméstico en Br
pero menos de la mitad de la fuerza laboral (Cunningham tras que menos del 1% de los homb re
2001). trabajadores domésticos (tabla 3.7).

Ocupación
Los hombres y las mujeres no están representados de igual
manera entre los grupos de ocupación. Los homb res están
TABLA 3.6
pa rticularmente sobrerrepresent ados en el sector manu-
Porción del sector que es femenino (porcen
facturero --en el cual más del 80 % de los trabajos está n en
manos de los hombres en la mayoría de los países-, mien- Fuerza Salario
tras que las mujeres ocupan aproximadamente el 60 % de laboral formal em
los empleos del sector servicios, a pesar de que representan
sólo el 40% de la fuerza laboral en la mayoría de países. Argentina' 39 36
Otros sectores están más mezclados y representan más de Brasil' 43 38
cerca la participación de la mujer en la fuerza laboral. Para Chile 33 28
que las mujeres y hombres estuviesen igualmente repre- Costa Rica' 40 38
sentados en la fuerza laboral, aproximadamente 29-41 % El Salvador 40 32
de los hombres y las mujeres tendrían que cambiar de ocu- Nicaragua 34 32
pación (tabla 3.7).3 Paraguay 38 37
Una proporción mayor de mujeres que de hombres es-
tán en ocupaciones de servicios con bajo salario, sin impor- - No reportado.
tar la raza o el origen étnico . Las mujeres también dominan a. Cunningham (2001) datos de 1995 para Cos
el campo gerencial de alto salario, pero ahí existe mayor Argentina. Salario formal del empleado se defi
Rica como un individuo cuyo empleado le paga
segregación por derro teros raciales y étnicos. La figura 3.2 social y en Brasil como una persona con cart
mue stra qu e las mujeres blancas y no-indígenas (indogu - trabajo firmado).
yanesas) están particularmente relacionadas con el sector Fuente: Cálculo de los autores (1998), excepto p
Honduras 1998 36 10 0,6 tán basadas más en la raza o etnia,
México 31 Guatemala, Bolivia y Brasil las m
Nicaragua 1993 14 0,3
Paraguay 1999 21 0,8 blancas son mayoritariamente repre
Perú 36 seguidas de homb res no-indígenas o
se desvía en Guyana, donde las muj
- No reportado.
a. World Bank (20 01b).
p resent ación en el sector gerencial
b. Porcentaje de hombres y mujere s que tend rían que interca mbiar trabajos se debe a la alta participación de los
pa ra generar igualdad de género en tod as las ocupaciones. ciones agrícolas y manufactureras.
Fuente: Cálc ulos de los autore s basad os en datos individuales de encues-
tas de hogares.
Conformación d e la familia
Las escogencias en la formación de l
El trabajo doméstico frecuentemente se señala como de esposa, niños y familia extendida
el trabajo más vulnerable de bido a su natura leza aislada, tante que determ ina el acceso futur
la dependencia to ta l del tr ab ajador en el empleador, los ingreso. Tal vez más impo rta nte e
límites a las posibilidades de avance de la carrera, y las papeles de género asociados con ser
excesivas horas de trabajo para empleadas domésticas que so, o ser un padre o no serlo, influe
viven con sus empleadores y en consecue ncia están no laboral (ver recuadro 3.5).

FIG URA 3.2

Proporción de trabajadores en ocupaciones de servicios o gerenciales, por grupos y país

a. Oc upación de servic ios b. Ocupación gerencial


Porcentaje Porcentaje
50 20

40
15

30
10

20

5
10

o o
Guyana Guatemala Bolivia Brasil Guyana Guatemala Bolivia

o Hombr e blancoln o-indigen alindoguyanés • Mujer blancalno-indigen alind oguyane sa


• Hombr e indigena/afrodescendiente • Mujer indígena/afrodesce ndiente

Fuente: Cálculo de los autores a pa rtir de datos individuales de encuesta de hogares.


tiempo en e! cuidado del hogar -33 horas a la semana.
Esto se compara con las 5,5 horas contribuidas por los y no indígenas , pero los hogares de G
esposos semanalmente, con 30 minutos extras de tra- dos por hombres, tienen aproximada
bajo casero añadido a la anterior cifra si la esposa está sin importar la etnia de! jefe de hoga
empleada. Por tanto, e! trabajo de la mujer en el hogar Las familias extendidas son más pr
no es una simple "especialización del trabajo", ya que dirigidos por una mujer, pero este ar
incluso cuando las mujeres trabajan en e! mercado la- particular a un grupo racial o étnico e
boral, ellas llevan a cabo la mayor parte de! trabajo del tercios de los hogares encabezados
hogar. miembros de la familia diferentes a
Incluso antes de entrar al mercado de trabajo, e! prop orción que es similar entre los
trabajo se asigna según e! género. Las hijas contribu- por hombres indígenas . En contrast
yen 14 horas a la semana ayudando a sus madres, mien- la mitad de los hogares encabezados
tras que los hijosgastan el mismo tiempo que sus padres miembros adicionales al cónyuge e h
(es decir, 5-6 horas semanales). larmente cierto en hogares encabezad
genas en Bolivia y Gu atemala y en
Promedio horas semanales gastadas en tareas domésticas. por mujeres afroguyanesas. Sin emba
por miembro del hogar* cabezados por mujeres representan m
hogares en Guyana y 20% de los h
Esposa Esposa no Guatemala, haciendo que las famili
empleada empleada modelo dominante en la sociedad.

Esposa 32,8 48,9


Los hogares encabezados por person
Esposo 6,1 5,5
Adolescente mujer 14,3 14,0 o afrodescendientes tienen menos r
Adolescente hombre 6,2 5,5 Los activos y acceso a servicios son v
de la riqueza y bienestar. Los activ
• 8ólo hogares con esposos casados o en unión consensual, cabeza interternporal de riqueza, ya que se a
de hogar y cónyuge presente.
Fuente: Encuesta Nacional de Empleo Urbano, México, 1999.
de! tiempo y pueden convertirse en i
mento. Los servicios públicos tamb
hogar al mejorar la calidad de vida y
sobre e! tiempo de! hogar.
Los hogares encabezados por perso
La mayoría de individuos en América Latina está casa- dígenas, en general tienen más activ
da y tiene hijos. Más del 50% de los hogares está dirigidos jefes de hogar afrodescendientes o in
por una pareja que está casada o en unión consensual con muestra e! promedio de tamaño de viv
niños presentes en e! hogar, mientras que otro 20% está dido por e! número de cuartos) y las t
dirigido por una pareja sin hijos. Las madres solteras son automóvil, refrigerador y vivienda. E
jefes de hogar en el 5-14 % de los hogares latinoameri- cápita es mayor en hogares encabez
canos, mientras que menos del 1% de los hogares está di- que refleja en parte e! menor número
rigido por un padre soltero. Los cabezas de hogar solteros nas viviendo en tales hogares. Adicio
representan e! 15% restante de la muestra. res habitados por familias blancas o n
Las mujeres tienen e! doble de probabilidad frente a los grandes que los habitados por familia
hombres de no estar casadas y no tener niños, en parte indígen as. Sin embargo los afrobrasil
debido a su longevidad cuando los esposos han muerto y babilidad marginalmenre mayor de
los niños han salido de sus hogares, un factor que a su vez vienda frente a los brasileños blanc
resulta en una gran proporción de mujeres ancianas que propiedad de bienes durables , los h
cuidan de sí mismas. Una categorización amplia de esta hombres o mujeres no indígenas tien
estructura muestra que las estructuras hogareñas general- dad de ser dueños de automóviles y
Mujer blanca 2,9 72,8
Mujer afrodescend iente 2,4 74,8

- Datos taltantes.
Fuente: Cálculo de los autores a partir de información individual de las encuestas de hogares.

TABLA 3.9
Acceso a servic ios, por raza, etnia y género (porcentaje)

Agua Sistema de alcantarillado Electr icidad R

Guatemala
Hombre no-ind ígena 75,0 44, 1 78,3
Hombre indígena 64 ,6 23 ,0 59 ,0
Mujer no-indígena 81 ,6 58 ,2 85 ,6
Mujer indígena 71 ,5 31 ,2 67 ,2
Bolivia,
Hombre no-indígena 41,5 52 ,2 81,2
Hombre indígena 16,2 29,7 55,8
Mujer no-indígena 38 ,3 59,1 84,3
Mujer indígena 18,2 36,9 64,3
Brasil
Hombre blanco 99,9 47,4 95,4
Hombre afrodescendiente 99,8 40,7 89 ,0
Mujer blanca 99 ,9 50 ,0 96,4
Mujer afrodescendiente 99,8 43 ,1 90,7

- Datos taltantes.
Fuente: Cálculo de los autores a partir de información individual de las encuestas de hogares.

hogares con jefes de hogar hombres tienen mayor proba- a pesar de que el 56 % de los hog
bilidad de poseer automóvil. hombres blancos en zonas rurales
La desigualdad por raza en vez de género es más nota- encabezados por hombres indígena
ble en el acceso a servicios. En los tres países presentados nen acceso al acueducto, el 85 % d
en la tabla 3.9, los hogares encabezados por personas blan - zados por hombres indígenas en
cas o no-indígenas tienen mayor acceso al acueducto, al- acceso a este servicio . Del mismo
cantarillado, electricidad y recolección de basuras que los hogares encabezados por m ujeres
hogares encabezados por afrodescendientes o indígenas . Por rural y el 55 % de los hogares enc
ejemplo , en Bolivia más del 50 % de los hogares encabeza- indígenas en zona rural tienen ac
dos por hombres o mujeres no-indígenas tienen acceso a mientras que el 83% de los hog
sistemas de alcantarillado, comparados con 30 % y 37% mujeres indígenas en zona urban
para hogares encabezados por hombres y mujeres indíge - Estas diferencias resaltan como p
nas, respectivamente. Al interior de grupo étnico o racial, diferenciales urbano-rurales son m
los hogares encabezados por mujeres parecen tener niveles los diferenciales étnicos con respec
particularmente altos de acceso a servicios públicos. públicos. Sin embargo, como los i
El acceso a los servicios es mayor para todas las perso- sentados desproporcionadamente
nas que viven en áreas urbanas comparado con cualquier ur banas marginales, ellos experim
grupo de habi tantes rurales. Por ejemplo, en Guatemala, tades del acceso limitado en tales
0,6

0,5

0,4

0,3

0,2

0,1

° Brasil Guyana Guatemala Bolivia Chile México

Nota : Las estadísticas no están desagregadas por género en Chile , México o Perú; la comparación es de todos los no-ind
indígenas, usando salar ios mensuales. Los datos para Brasil y Guyana se refieren a afrodescendientes y blancos (para Brasil)
Guyana.
Fuente: Woodor (2003) para Chile , México y Perú. Cálculo de los autores a partir de datos primarios para los países .

Los hombres blancos/no indígenas tienen el ingreso ra 3.3, los hombres indígenas ganan 4
promedio más alto, pero todos los grupos los hombres no-indígenas. Existe un p
interiormente tienen altas desigualdades salariales los hombres blancos brasileños y los
Al interior de grupos étnicos y raciales, las mujeres tienen cendientes brasileños, en el que este úl
menores ingresos que los hombres, a pesar de que la bre- 48 % del salario del grupo anterior. Adi
cha se hace más pequeña en áreas urbanas. Los datos na- una brecha similar entre los salarios de
cionales muestran que las mujeres ganan 60-80 % del rentes razas. Este patrón difiere en Guya
equivalente de los hombres en la misma raza o grupo étni- bres (y mujeres) afrodescendientes e in
co (figura 3.3). Esto se compara con la razón nacional de salarios promedio muy similares. (Los
salario por género de 0,78 en los Estados Unidos en 2002 .4 nen una ligera ventaja).
En los mercados laborales urbanos -sin importar las varia- Cuando se agrupa raza, etn ia y géne
bles raciales y étnicas- la brecha salarial de género no es ciones. Primero, las mujeres descendie
muy grande. La figura 3.4 muestra que las mujeres en las africanos ganan los menores salarios en
áreas urbanas ganan menores salarios que los hombres, pero pos, mientras que los hombres blanco
que la brecha salarial se encuentra en cerca de 0,85 ; los tienen los mayores salarios. Entre los
ingresos por hora promedio de las mujeres en Argentina y 3.3 que permiten hacer una desagrega
Costa Rica incluso exceden el salario promedio por hora de etnia y género , las mujeres no blancas
los hombres. ' via), 42 % (Brasil) y 64 % (Guyana) del
Las personas blancas y no-indígenas ganan los salarios bre blanco. Segundo, la raza y etnia ju
más altos en América Latina. Los datos para la región importante en la brecha salarial que el
muestran que los hombres blancos/no-indígenas tienen un los cuatro países de la figura 3.3, las m
ingreso promedio más alto que los hombres o las mujeres indígenas tienen mayores ingresos que
afrodescendientes o ind ígenas." Entre los países de la figu- genas/afrobrasileños. Sólo en Guyana e
Costa Rica - 1998

República Dominicana - 1997

El Salvadcr- 1997

Honduras - 1998

México - 1999

Nicaragua· 1998

Paraguay - 1995

0 ,6
° 0 ,2 0,4
Razón
0,8

1_ Mediana • Media 1

Fuente : Base de datos de género.

bres afrodescendienres es mayor que el de las mujeres Para todos los países, las diferen
indoguyanesas. las características relacionadas con
cienre s) son la fuerza detrás del
Fuentes de desigualdad salarial salariales por género. De hecho , la
La descomposición estándar de Oaxaca- Blinder (tabla 3. 10) rísticas de los hombres y las muj e
muestra que el diferencial salarial entre grupos raciales y aumentar, las diferencias salariales
étnicos está determinado más por diferencias en caracte- Brasil. Mientras que las diferenc ia
rísticas relacionadas con la productividad , que por dife- tes) están determinadas principa
rencias en los retornos de estas caracrerísticas." Guyana es de la educación, los retornos rela
la excepción (para una discusión sobre la metodología, ver caracte rísticas han probado ser im
el recuadro 3.6).8 Dos características son las más responsa- que la brecha en retornos se interp
bles por la brecha salarial -la desigualdad en el nivel de ..discriminación", esto es sólo una
educación y las diferencias étnico-raciales en vivienda ur- diferencias en retornos a las carac
bano-rural-, y reflejan la heterogeneidad en las caracterís- y mujeres también capturan los e
ticas descritas inicialmenre en este capítulo. En términos qu e no fueron controladas por el v
de la conrribución de los retornos sobre diferenres caracte- ciales, incluyendo la experiencia ef
rísticas que determinan la brecha salarial observada, la alta rencias, efectos previos al merca
prima salarial otorgada a la educación disfrutada por los err óneamente."
trabaj adores blancos/no-indígenas, no es experimentada por Además de la desigualdad en
los trabajadores afrodescendientes/indígenas. En el caso de desigualdad al interior de los gru
Guyana, ni las diferencias en características, ni los retor- étnicos , especialmente entre las mu
nos sobre las características explican la brecha salarial en- do los coeficientes de Theil para
tre grupos raciales; sin embargo, hay poca diferencia en ingreso, los hombres blancos y no-
los salarios observados que pueda explicarse. los salario más desiguales en Bras
Brasil 0,41 -0,12 (229%) 0,53 (12
Guatemala 0,92 0,14 (15%) 0,78 (8
Guyana 0,56 0,01 (2%) 0,55 (9

Fuente : Cálculo de a partir de datos por individuo de las encuestas de hogares.

RECUADRO 3.6

Metodología de descomposición de Oaxaca-Blinder

La metodología estándar para identificar factores detrás


de las diferencias salarialesentre dos grupos es la metodo-
logía de Oaxaca-Blinder. El método cuantifica la porción
de diferencial salarial que puede atribuirse a las diferen- El estimado ft y los valores promedio
cias de características entre dos grupos y la proporción
se insertan en la ecuación para genera
que se debe a las diferencias en retornos por estas caracte-
salarios para cada grupo. El primer tér
rísticas (es decir, las diferencias en coeficientes asociados
cha de la ecuación cuantifica la cantid
con estas características en una regresión). Para generar la
salarial que puede atribuirse ala difere
estimación, cada miembro de la muestra (i) se asigna a
terísticas observadas de productividad,
uno de dos grupos, definidos como m yf El primer paso es
mino de mano derecha ofrece la can
estimar los salarios de cada grupo separadamente, usando
atribuirse a la diferencia en retornos a
una ecuación salarial de Mincer trad icional:
productividad. (x) son vectores, donde
(1) Ln (YI, m ) = a + f3
TI} 111
X I,m
+ e.
I,m
es el nivel promedio de las caracrerfstic
dad del grupo m o f Los coeficientes 13m
(2)
las ecuaciones (1) y (2). Comúnmente
de cada término a la distribución total
Donde Y es el ingreso del individuo i en el grupo m, una proporción. La coritríbiición de ca
X es el ~e~tor de productividad relacionado con las de productividad en (X) puede calcular
c~r;cterísticas del individuo i, E. es el rérmin~ de error, do la ecuación (3) .
y a y ~ son los coeficientes es-t~ados para el grupo m;
el ~ism~ patrón se lleva a cabo para el grupo f Al restar
la ecuación de la ecuación y reorganizar los términos te-
nemos la ecuación Fuente: Oaxaca (1973) .

bargo, los ingresos de las mujeres indígenas en Bolivia son tre los hombres , ya que la razón de las m
los más desiguales y las mujeres indoguyanesas tienen el superior a la de los hombres en Guatem
coeficiente de Theil más alto ent re los grupo guyaneses. " alguna medida en Bolivia. La alta varia
Al considerar la razón de salarios del percentil 90 y 50 mayor heterogeneidad entre la fuerza la
contra los del percentil lO, los indicadores sugieren que la entre la masculina, en t érminos de ex
desigu aldad del salario es mayor entre las mujeres que en- miento y escogencia ocupacional. II
Bolivia 0,73 0,52 0,69 0,61
Brasil 0,58 0,56 0,45 0,53
Guatemala 0,86 0,72 0,65 0,85
Guyana 0,29 0,27 0,27 0,34
Gini
Bolivia 0,56 0,51 0,53 0,54
Brasil 0,57 0,56 0,51 0,54
Guatemala 0,61 0,59 0,54 0,58
Guyana 0,39 0,37 0,39 0,43
Salario percentil 90/salario
percentil 10
Bolivia 35,4 14,5 32,6 20,4
Brasil 10,4 13,7 8,8 10,0
Guatemala 36,8 23,2 26,2 43,2
Guyana 5,5 4,3 5,0 4,9
Salario percentil 50/salario
percentil 10
Bolivia 9,8 4,2 10,7 5,9
Brasil 2,6 3,4 2,5 2,5
Guatemala 10,3 6,3 7,5 12,8
Guyana 2,6 2,3 2,0 2,4

Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de encuestas de hogares.

Los factores detrás de la desigualdad nacional: das en grupos pueden ser de es


desigualdad al interior de los grupos (Kanbur 2000), o particularment
En términos estadísticos, la desigualdad salarial nacional que juegan en mantener las dife
puede explicarse principalmente por las diferencias al in- 1999 Y capítulo 4).
terior de los grupos en lugar de entre los grupos. 12 La tabla
3.12 muestra la'contribución a la desigualdad nacional de
la desigualdad al interior y entre grupos para los dos índi-
3.3 ¿Se reduciría la desiguald
ces de Theil de los cuatro países del estudio, así como para si los retornos al capital hum
todas las personas, entre hombres por raza y etnia; y por iguales?
género entre personas blancas/no indígenas/indo. La discusión en las secciones anter
En cada caso, la desigualdad al interior del grupo expli- pezando en la niñez , las persona
ca la mayor parte de la desigualdad general. En ningún raciales, étnicos o de género, enfre
caso la desigualdad entre grupos explica más del 14% de tancias y acumulan diferentes niv
la desigualdad general. Del mismo modo , la desigual- capital humano. Eso en parte exp
dad entre hombres y mujeres explica menos del 3% de la bución del ingreso entre grupos,
desigualdad nacional. Así, las medidas de desigualdad respecto a si las diferencias en el tr
nacional entre individuos se deben en gran parte a la hete- etnia o género tienen un efecto m
rogeneidad al interior de los grupos raciales, étnicos y de general. En otras palabras, si toda
género; y no por las_diferencias entre grupos demográfi- das igual, ¿caerían las medidas ge
cos. Esto no quiere decir que las diferencias entre grupos ¿o es la desigualdad tan alta -en
no son importantes. Como se discutió anteriormente en el los grupos de género racial y étnico
capítulo, de hecho, éstas son sustanciales y facilitan el en- aventajados en las sociedad-, que
tendimiento de la pobreza. Más aun, las diferencias basa- poco efecto en el nivel general de
Guyana 0,33 0,31 (94)
0,29 0,28 (97)
Desigualdad entre hombres por raza/etnia
Bolivia 0,55 0,50 (91)
0,67 0,62 (93)
Brasil 0,63 0,57 (90)
0,57 0,51 (89)
Guatema la 0,76 0,69 (91)
0,77 0,69 (90)
Guyana 0,31 0,31 (100)
0,27 0,27 (100)
Desigualdad de género entre blancos/no-indígenaslind ígenas
Bolivia 0,51 0,50 (98)
0,57 0,55 (96)
Brasil 0,62 0,60 (97)
0,57 0,55 (96)
Guatemala 0,74 0,72 (97)
0,79 O,n (97)
Guyana 0,35 0,34 (97)
0,30 0,28 (93)

Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de encuestas de hogares.

Esta preg unta se examina a contin uación en dos etapas . yendo el sector ocupacional, logro edu
La primera, los retornos sobre las características de las per- del hogar e ing resos. J untas, estas e
sonas blancas/no-indíge nas/indo y/o masculinas se aplican rango de información, incluyendo ca
al grupo de afrodescendientes /indígenas y/o mu jeres, para grupo en desventaja salarial es la mayo
simular los salarios, que después se usan para generar me- po con la desventaja salarial es la min
didas de desigualdad . Esto nos permite entender cómo la el grupo con venta ja y en desventaja
desigua ldad nacional cambiaría si todos fuesen valorados maño relativamente similar (Brasil y
lo mismo que en el grupo "dominante en salarios". " Se- cuencia, la condición de minoría versu
gundo, tanto los retornos sobre las características como las relación con el grupo en desventaja
distribuciones condicionales de algunas de las característi- diarse separadamente. Adiciona lmen
cas personales que afectan los salarios - nivel de educación, grupo en desventaja salarial en alguno
sector de emp leo e hijos (o sea, fertilidad)- del grupo de metros raciales (Brasil, Guyana) y en
personas blancas/indígenas/indo y/o masculino se aplican obviamente construida a lo largo de lí
al grupo de personas afrodescendientes/indígenas, y/o mu - y Guatemala). También son evidentes
jeres para simular el salario, que luego se usa para generar les de partic ipación femen ina en la fue
medidas nacionales de desigualdad. Este paso facilita el diferentes distribuciones educativas. 14
entendimiento de cómo igualar el terreno de juego, en tér-
minos de retornos sobre las características y de caracterís- Igualación de retornos en las dotaci
ticas relacionadas con el salario, afectaría la desigualdad Las medidas de desigua ldad de los sa
nacional. simulados se presentan en la tab la 3
La simulación parte de los dato~ de cuatro encuestas de del ingreso calculada de los salarios o
hogares recient es en Brasil (1996), Bolivia (999), Guate- columna (a) y las medidas de desigua
mala (2000) y Guyana (999). Estos países se selecciona- mulados en las columnas (b)-(d), dond
ron porq ue sus encuestas hacían preguntas sobre el estatus do se genera al igualar los reto rnos sob
racial y étnico, así como otras variables de interés, inclu- ent re los grupos. En la sección "sólo
(g) se discuten en la sigu iente sección . des igu aldad entre indo-guyanese
Si todas las personas fuesen valoradas por sus característi- afroguyaneses en ambos sexos. l a
cas como lo son los hombres blancos/no-indígenas/indo (es nos por género tiene más que ver
decir, comparando las columnas (a) y (dj), la desigualdad no diferencias entre ciertas partes de
aument aría o bajaría uniformemente para toda la muestra . es lo suficientemente fuerte para
Quedaría igual o bajaría para Bolivia y Guatemala (depen- dad general en la distribución .

TABLA 3.13
Mediciones de ingresos individuales y desigualdad. basadas en ingresos registrados y simulados dentro de
y de género

Retornos igualad
Sólo retornos igualados de algunas c
Tratamiento Tratamiento Todos los Tratamiento Tratam
igual igual por género seg men~os tratados igual por raza/ igual po
por raza/etnia dentro de como hombres etnia dentro dent
dentro raza/etnia Blancos/no- del género raza
Observado del género in dí~e naslin d o
(a) (b) (e) (d) (e) (

Theil (1)
Bolivia 0,60 0,53 0,56 0,5 0,57 0,5
Brasil 0,65 0,61 0,64 0,63 0,64 0,6
Guatemala 0,78 0,75 0,79 0,76 0,75 0,7
Guyana 0,32 0,35 0,32 0,34 0,36 0,3
Theil (O)
Bolivia 0,73 0,63 0,68 0,59 0,66 0,7
Brasil 0,58 0,57 0,58 0,57 0,58 0,5
Guatemala 0,86 0,85 0,89 0,84 0,81 0,7
Guyana 0,29 0,31 0,27 0,29 0,31 0,2
Gini
Bolivia 0,56 0,54 0,55 0,53 0,55 0,5
Brasil 0,57 0,56 0,57 0,56 0,56 0,5
Guatemala 0,61 0,61 0,62 0,61 0,59 0,6
Guyana 0,39 0,41 0,38 0,40 0,40 0,3
Salario percentil 90/salario percent il 10
Bolivia 35,4 24 ,3 31,3 22,2 26,9 34
Brasil 10,4 11,8 12,2 12,1 14,2 15
Guatemala 36 ,8 32 ,5 27,2 23 ,9 30 ,3 28
Guyana 5,5 5,4 4,7 4,9 5,3 4
Salario percentil SO/salario percentil 10
Bolivia 9,8 7,5 9,7 7,1 7,6 9
Brasil 2,6 2,9 2,9 2,9 3,5 3
Guatemala 10,3 9,3 7,9 7,2 8,7 7
Guyana 2,6 2,4 2,2 2,3 2,5 2
Fuente : Cálculo de los autores a partir de datos individuales de encuestas de hogares.
RECUADRO 3.7
Metodología econométrica

Con el objetivo de llevar a cabo una simulación en dife­ y educación. El número de hijos se simu
rentes etapas -en donde se tuviesen en cuenta las carac­ bros del grupo X al sustituir sus valores
terísticas relacionadas con el capital humano así como educación de la madre, y la educación
los retornos sobre el capital humano-, los autores utili­ ecuación de fertilidad del grupo Y. Lu
zaron simulaciones microeconométricas desarrolladas re­ término de error aleatorio para cada per
cientemente por Bourguignon, Ferreira y Leite (2002). a partir de una distribución normal esta
El método expande la metodología estándar de descom­ fleje la varianza del término de error d
posición de ingresos (el método de Oaxaca-Blinder des­ El tercer paso consiste en estimar el
crito en la sección 3-6) al permitir que algunas variables para el grupo Y como una función de
en la ecuación de ingreso se determinen por procesos educación de la madre, región, educac
anteriores que también se estiman separadamente por del hogar y (sólo para mujeres) núme
grupos. Así, las características de una distribución se si­ hogar. El sector se simula para los mi
mulan y sustituyen en lugar de usarlas como valores pro­ X al usar sus valores de edad, nivel d
medio de las características, como se hace en la metodología madre, composición de hogar, educac
estándar de Oaxaca-Blinder. Mientras que Bourguignon, (sólo para mujeres) número simulado d
Ferreira y Leite (2002) aplican su método para estudiar ción de opción sectorial del grupo Y. Lu
diferencias en la distribución de ingreso de los hogares término de error aleatorio para cada p
para varias regiones, esta aproximación se puede modifi­ X a partir de una distribución normal e
car fácilmente para estudiar el mismos factor -esta vez en refleje la varianza del término de error
forma de ingreso individual y distribución de ingreso- a El cuarto paso consiste en estimar in
través de grupos demográficos al interior de un país. para el grupo Y como una función de
Con el objetivo de ensayar este procedimiento, ima­ educación de la madre, educación, sec
gine dos grupos, X y y. El ingreso del grupo X se simula región. Los ingresos se simulan para
bajo el supuesto de que sus individuos son tratados como grupo X al usar sus valores de edad, n
el grupo Y. de la madre, educación (simulado), y s
El primer paso de este proceso es estimar el nivel edu­ Luego se genera un término de error al
cativo para miembros del grupo Y como una función de persona del grupo X, a partir de una
la edad, nivel de escolaridad de la madre (cuando sea mal estandarizada que refleje la varianz
posible), y región. Posteriormente la educación se simu­ error del grupo Y.
la para los miembros del grapo X usando los valores para Los pasos 1-3 utilizan la técnica m
edad y nivel de escolaridad de la madre, y los coeficientes como técnica de estimación, ya que las
estimados de la ecuación de educación del grupo Y. Luego can en distintos grupos, mientras que
se genera un término de error aleatorio para cada perso­ Mínimos Cuadrados Ordinarios (OLS,
na del grupo X a partir de una distribución normal en inglés) como la técnica de estimac
estandarizada que refleje la varianza del término de error con la. distribución continua de los ingr
del grupo X (ver Bourgignon, Ferreira y Lustíg 1998, to de inicio en ingresos de cero.
para detalles de cómo funciona esta metodología). Los siguientes figuras muestran el t
El segundo paso, sólo para mujeres en el grupo X, con­ que se generan de los sucesivos niveles
siste en estimar el número de hijos del grupo Y como una modo que es posible ver cómo cada nive
función de la edad, nivel de educación de la madre, región que la distribución de ingresos simulada
(Contin
Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de las encuestas de hogares .

Existe poca diferencia enrreIa densidad simulada en la figura anterior y la siguiente, que pr
simulando educación:

b. Hombres no-indígenas vs. hombres indígenas americanos (simulando sólo educación)


Densidad

Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de las encuestas de hogares .
- - Simulación hombres indígenas americanos

o
-1
Logaritmo de ingreso

Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de las encuestas de hogares .

El procedimiento en diferentes etapas simula las dota- (como se mostró anteriormente en


ciones según el mismo procedimiento mediante el cual el diferentes medidas de desigualdad).
grupo de personas masculinas y/o blancos/no-indígenas/ lada para hombres indígenas se desp
indo acumuló estas características. El procedimiento de si- ca de la distribución de hombres
mulación también permite simular efectos de posible dis- continúa mostrando una dispersión
criminación en el acceso a, o la variación en, la escogencia observó para Guatemala en el recu
de logro educativo y sector de empleo (además del efecto restante se debe, en parte, a la dife
de feed-through o de "alim ent ación traspasada" para los re- de los padres entre los dos grupos
sultados de fertilidad en el caso de las mujeres). Adicional- herencia histórica de diferencias étn
mente, es posible estudiar los efectos de discriminación ciones .
potencial en términos de ingresos, una vez un individuo La figura 3.6 presenta un ejercicio
tiene un nivel particular de educación, sector de empleo y 3.5, en este caso para Guyana al co
estructura familiar. indoguyaneses con las mujeres indog
este último grupo se le asigna la esp
El trato igual por raza, género y etnia explica de los hombres. Nótese nuevamente la
algunas, pero no todas, las diferencias en la distribución simulada para la
en la distribución del salario cluso a medida que la distribución se
Los resultados de estas simulaciones en cada país pueden la distribución de hombres blancos.
verse en las figuras 3.5 y 3.6. La figura 3.5 presenta la si- Estos resultados, que son consist
mulación para hombres en Bolivia, en la cual a los hom- dos de las otras dos comparaciones (h
bres indígenas se les asignan las especificaciones de ingresos te a mujeres indígenas, y mujeres
de los hombres no-ind ígenas." Nótese que la dispersión de mujeres indígenas) para Bolivia y G
ambas distribuciones efectivas del ingreso es significativa similares generadas para Brasil y G
o
0,1
Logaritmo de ingreso

b. Homb res no-indígenas V5. hombres con descendencia indígena americana (simulando sólo educ

Densidad
0,45

o
0,1
Logaritmo de ingreso

c. Hombres no-ind ígenas V5. hombres con descendencia indígena-americana (simulando a y b)

Densidad
0,45

o
0,1
Logar itmo de ingreso

Fuente: Cálculo de los autores a partir de datos individuales de las encuestas de hoga res.
o
2 Logar itmo de ingreso

b. Hombres de descendencia indooriental vs. mujeres con descendencia indooriental (simulando só

Densidad
0,5

o
2 Logaritmo de ingreso

c. Hombres de descendencia indooriental vs. mujeres de descendencia indooriental (simulando

Densidad
0,5

2 Loga ritmo de ingreso

Fuente: Cálculo de los autores a part ir de datos individuales de las encues tas de hogares.
de fertilidad del grupo no dominante se modifican para razonable al interior de sus socieda
estar cerca del grupo dominante- tiene el efecto de hacer están relacionadas con el logro educ
regresar la medida de desigualdad a su nivel original. Vol- ocupación en el sector de empleo, e
viendo a la tabla 3.13, el grupo de columnas con el título razones de dependencia.
"retornos igualados y distribución de algunas característi- Dadas estas diferencias en el mo
cas" replica el conjunto titulado "sólo retornos igualados", etnia y género aparentemente inter
pero también permite distribuir ciertas características del estatus de mayoría en los cuatro paí
grupo simulado del mismo modo que para el grupo de prendente coqstatar los relativamen
blancos/no-indígenas/indo o el de hombres. Por tanto, las desigualdad y resultados de las sim
columnas (e)-(g) muestran el nivel de desigualdad si el efec- anteriormente. De hecho, parece q
to de estos eventos y decisiones iniciales (es decir, educa- aunque crean diferentes niveles prom
ción, escogencia ocupacional y fertilidad) fuese determinado mente contribuyen poco a la disemin
del mismo modo en cada grupo. es decir, a la desigualdad de ingreso
Mientras que la desigualdad bajó en general (pero au- Estos resultados pueden ir en co
mentó para Guyana) cuando sólo los retornos sobre las haberse esperado dada la generaliz
características se igualaron, se incrementó nuevamente creencias entre los científicos social
cuando algunas de las características se igualaron. Una com- América Latina y el público en gen
paración de la desigualdad general observada (columna (a» por los efectos de factores demográf
y la completamente simulada (columna (g) muestra me- ción del ingreso. La diferencia en res
didas Gini de desigualdad casi idénticas. El coeficiente Gini parcialmente a la comprensión limi
no cambia en Bolivia e incluso aumenta en Brasil, bajo la variación al interior de los grupos e
simulación que considera las diferencias de género (apa- que las diferenc ias entre grupos, cua
rentemente porque al tratar a las mujeres como hombres nos de índices de desigualdad que s
en el sistema brasileño incrementa la distribución general entre todos los individuos o hogares
de los ingresos) . Al mismo tiempo, existen otras
En el caso de los índices de Theil, también hay pocos los resultados presentados pueden d
cambios notables y existe similitud en la dirección del cam- por otras fuentes. Éstas requieren un
bio entre los países, particularmente para la medida Theil nal antes de que nuestros resultados
(1) . Existen cambios más notables en los razones 90/10 y como el estándar contra el que otros
50/10, con reducciones generales en estas razones respecto Primero, partes de la evidencia de l
a los casos de Bolivia Guatemala y Guyana e incrementos relacionan con las diferencias en dim
en el caso de Brasil. Sin embargo, aún existe una significa- ingreso, y por tanto no es necesaria
tiva dispersión en la distribución de ingresos de los cuatro entender las diferencias de ingreso.
países bajo cualquiera de los escenarios, particularmente punto en que gran parte de la liter
en Bolivia y Guatemala. concentra en describir y entender la
El último resultado sugiere que el modo en el cual las dentro de las sociedades y los hogar
dotaciones se generan para los individuos blancos/no-indí- racterizar las dimensiones relacionad
genas/indo O masculinos, crea mayor desigualdad al inte- rentes a las contribuciones relati
rior del grupo que los retornos sobre estas dotaciones. Esto potencial de ingresos).
puede ser probado rigurosamente al descomponer los ín- Segundo, puede haber important
dices de Theil generados por la simulación completa entre ingreso no reportados que están corre
desigualdades al interior y entre grupos y comparar estos etnia y género. Las ecuaciones estim
resultados con medidas al interior y entre los grupos , res- completamente la variación en edu
peto a los salarios observados y parcialmente simulados (es pleo, fertilidad o ingresos . 16
decir, con retornos sobre las dotaciones). A pesar de que la Tercero, los controles regionales u
desigualdad no cambia cuando se usan los salarios simula- pueden capturar diferencias raciales
portada en esta sección. Es más difícil obtener este tipo de que surgen de ser mujer, y las resu
información, a pesar de que otros estudios (en especial un grupo racial o étnico no domina
Bourguignon, Ferreira y Leite 2002) han considerado la crear una posición particularmente
distribución del ingreso no devengado antes de calcular la Las medidas de desigualdad al i
distribución del ingreso de los hogares. figuras presentadas en este capítulo
Finalmente, estos resultados no relacionan las medidas do de desigualdad al interior de los
de desigualdad con la importancia normativa relativa de y bastante traslapo entre grupos. Cu
diferencias entre y al interior de grupos . Como ya se ano- radamente las distribuciones para
tó, existen muchas razones por las cuales las sociedades moda de la distribución afroindígen
pueden estar particularmente preocupadas con las diferen- da de la moda del grupo blanco/no
cias al interior de grupos, por motivos de justicia social y para hombres como para mujeres). S
por el papel histórico y organizacional particular que tales nar la distribución del salario para c
diferencias juegan. un alto nivel de superposición entr
la variación al interior de los grupos
3.4 Conclusiones rencias entre grupos. Las compara
La evidencia presentada en este capítulo confirma que las desigualdad entre países mostraron
desigualdades raciales, étnicas y de género existen en nico, racial o de género experime
América Latina, para diferentes dimensiones y una varie- mayor desigualdad.
dad de mediciones. Los hombres blancos/no-indígenas y Las simulaciones presentadas en
sus hogares tienen más -en términos del ingreso laboral, ron que incluso cuando el campo de
empleos en el sector formal, activos y educación- que cual- desigualdades al interior del grupo
quier otro grupo racial o étnico, incluyendo en compara- estos factores que determinan el em
ción con las mujeres . Sin embargo, no todos los hombres educación, sector de empleo y fertil
blancos/no-indígenas son ricos; hombres y mujeres, blan- sión en la distribución de salarios e
cos, afrodescendientes e indodescendientes, así como indí- la incrementa en otros. En consecuen
genas y no-indígenas, están representados en todos los que la desigualdad general de ing
sectores con ventajas y desventajas de la sociedad. minos de la cantidad de dispersión
En promedio, las mujeres ganan menos que los hom- ferencia en ingresos medios por g
bres, y los trabajadores no blancos tienen ingresos mucho mayormente o aun reducida como
menores que los trabajadores blancos. Una mirada más lación del campo de juego entre gru
detenida a la distribución salarial muestra que estas ten- de género .
dencias promedio no se mantienen a lo largo de la distri- Al usar varias medidas de desigu
bución. Por el contrario, mientras que la parte más pobre lados para cuatro países, la desigua
de la población está dividida de un modo relativamente rios puede aumentar o bajar si los pro
parejo entre mujeres blancas/no-indígenas, y mujeres y los salarios para hombres blancos/
hombres afrodescendientes o indígenas, las mujeres blan- determinan los salarios de las mujere
cas/no-indígenas tienen mayor presencia que los indivi- dígenas. Sin embargo, naturalment
duos afrodescendientes o indígenas en la porción superior desigualdad de salarios e ingreso q
de la distribución. La excepción se da en Guyana, donde el raciales, étnicos y de género tiene g
género es la variable más importante. ya que reduciría una de las mayore
Guyana es un caso especial importante, ya que su in- zontales en la región, que tiene prof
clusión en la muestra refleja que ser afrodescendiente no y gran durabilidad.
ubica necesariamente a una persona en una situación de
inferioridad. A pesar de que los afrobrasileños tienen Notas
situaciones similares a los patrones observados para los l . A lo largo de este capítulo, a men os
indígenas en países con alta población indígena, a los afro- las estadísticas para Bolivia, Brasil Guatem
bajos dentro de las ocupaciones. Por ejemplo, en Perú , tanto los médi- Bolivia, Brasil y Guatemala en las tablas 3.
cos (0,21 % hombres y 0,08% mujeres) y las parteras (0,01 % mujeres controlar la mayor variabilidad en las horas d
y 0% hombres) se clasifican como "ocupaciones profesionales". La se- mujeres . La información de Guyana no perm
gregación por género al interior de estas ocupaciones se pierde al usar similar, ya que la variable de número de horas
categorías ocupacionales de un dígito, aunque emerge claramente cuan- está incluida en las encuestas.
do los médicos y las parteras se analizan como ocupaciones distintas. 12. La contribución relativa de desigualda
La interpretación del mercado laboral cambia en gran medida cuan do pos demográficos en la desigualdad nacional
los códigos ocupacionales desagregados son utiliz ados . Los datos bra- componer la medida de desigualdad en estos
sileños muestran que e! índice de Duncan es de 0,41 al usar el código que no es posible efectuar este procedimient
ocupacional de un dígito para 7 ocupaciones pero es de 0,62 cuando se con las razones salariales , sí es posible descom
usan 35 ocupaciones, señalando que otro 20 % de los hombres y muje- de esta manera.
res tendría que cambiar de ocupación para que las distribuciones de 13. Necesariamente éste es un análisis de
ocupación fuesen iguales según el género. se hace el supuesto de que incrementar el pa
4. Este dato se refiere a la mediana de ingresos semanales para un para que se igualen los pagos con la clase d
trabajador de tiempo completo en todo un año : ver ftp ://ftp.bls .gov/ presión gene tal a la baja de los retornos , co
pub/news .release /History/wkyeng .Oll72003.news modelo de equilibrio general.
5. Las estadísticas presentadas en la figura 3.4 se basan en salarios 14. Los autores intentaron estimar una esp
por hora . Como las mujeres tienden a trabajar menor número de horas similar para cada uno de los cuatro países. A
al mes, comparadas con los hombres, el uso de salarios por hora para posibilidad de crear situaciones contrafactua
construir la brecha salarial por género es más precisa que e! de salarios cuentran al int erior del país), sí hace que los r
mensuales, que es la infor mación usualmente reportada a las agencias parables entre países en términos de ente
estadísticas. capturan los mismos efectos en cada país . Así
6. Los salarios mensuales se usan para Chile, México y Per ú. Los les particulares de educación cambian en cad
salarios por hora son más apropiados como variable de comparación ción entra de un modo similar en la espe
respecto a los salarios mensuales, ya que el número de horas trabaja- Simulaciones numéricas completas se presen
das en cada grupo es diferente. nal para este capítulo, Cunninghan y Jacobse
7. Esto ha sido encontrado en otros resultados usando datos en 15. Nótese que otros estados contrafactua
América Latina. Estos estudios incluyen MacIsaac y Parrinos (995), usados en el proceso de simulación, por ejemp
que usa datos de Perú y encuentra que 50-70 % de la brecha de bres blancos la especificación de ingreso de
logaritmo de ingresos entre hombres indígenas y no-indígenas se debe utilizar valores ponderados int ermed ios de lo
a las diferencias en características. Patrinos, Vélez y Psacharopoulos bres blancos y no blancos en los coeficientes
(994) encuentran que e! 78 % de la diferencia entre las personas de bargo, esta versión particular de lo conrr
habla española y guaraní se debe a diferencias en características . interpretativo, ya que considera directamente
Adicionalmente, Patrinos (199 7) señala la variación atribuible a las si" para miembros de! grupo en desventaja q
características entre diferentes grupos étnicos en Guatemala. fuesen miembros del grupo aventajado, bajo
8. Usando un conjunto estándar de características, incluyendo edad , existentes .
logro educativo, sector de ocupa ción y ubicac ión rural-urbana para la 16. Las variables omitidas tendrían que e
muestra de cuatro países, se calcula la descomposición para dos de las estos factores demográficos para ser una var
posibles comparaciones de grupos -hombres blancos/no-indígenas ver- tante en las diferencias demográficas de! ing
sus afroindígenas y hombres versus mujeres blancos/no-indígenas. (De- "bondad del ajuste" es que los factores no s
talles de esta estimación se encuentran en el artículo de Cunningham mayor importancia en las sociedades estudiad
y Jacobsen 200 3). des; es decir, estas funciones de ingreso son po
9. Por ejemplo, la edad es una variable aproximada para la expe- más estocásticas. Sin embargo, este factor est
riencia en la fuerza laboral y es una buena medida para mujeres y sistemáticamente por grupo demográfico, ya
hombres si tienen niveles similares de educación (lo cual ocurre) y tra- ciertos grupos tengan mayor varianza en el
bajan tiempo completo después de haber terminado los estudios. Sin estocásticos.
. . . . . . . S BIEN CONOCIDO QUE NINGUNA OTRA REGIÓN TIENE LA EXTREMA DESIGUALDAD EN
que existe en América Latina. Este capítulo aborda algunas preguntas básicas sob
desigualdad. ¿Ha sido siempre América Latina más desigual que otras regiones? ¿
tro histórico sobre la comparación de desigualdad?
...~. Tomando a Engerman y Sokoloff(l997, 2000, 2002) YAcemoglu,]ohnson y Robi
los autores de este capítulo afirman que la situación actual no puede entenderse sin re
desigualdad que emergió poco después de que los europeos comenzaron a colonizar las Am
milenio, y que se ha reflejado en las instituciones que ellos establecieron. Tanto la desigual
instituciones fueron moldeadas principalmente por la dotación de factores que los europ
Centro y Suramérica, más que por la naturaleza de las mismás potencias coloniales. Aunq
colonias lograron su independencia y el desarrollo de la tecnología y la economía mundial t
tantes cambios, la desigualdad extrema persistió en los siglos XIX y XX porque la evolució
nes políticas y económicas tendió a reproducir y fortalecer la distribución altamente desi
capital humano e influencia política.

Las dificultades de superar las diferencias aberrantes económicas, sociales y políticas. Las
en las circunstancias se volvieron todavía más formidables micas y políticas definen y exigen el
a finales del siglo XIX, cuando se presentaron grandes in- rechos de propiedad, y ofrecen el mar
crementos en los retornos relativos de la tierra -un acti- mercados y otros acuerdos voluntario
vo con propiedad extraordinariamente concentrada-, y vados se organizan. De modo que tie
en la educación, en la cual las sociedades latinoamerica- damental sobre la distribución de
nas fueron lentas en invertir. Un legado ,de las institucio- posición política. No hay duda de que
nes políticas que bordeaban el autoritarismo también cidas por los europeos en Sur y Centro
generó desigualdad al desestimular la evolución de de- zaron desde el principio por una desig
mocracias realmente consolidadas. Finalmente, la "carga las instituciones finalmente explican
de la historia" debe tenerse en cuenta. Si los muy altos bases para la desigualdad inicial so
niveles actuales de desigualdad en América Latina son el fáciles de entender. Había muy poco
resultado de un largo proceso histórico , ésignífica esto población muy grande de indígenas
que son inmutables? ¿Qué puede hacerse para dar vuelta chos europeos estaban en gran vent
a este patrón? niveles de capital humano (es decir
tecnología y del tipo de instituc iones
4.1 Dotación de factores, desigualdad establecidas en las colonias), riqueza
e instituciones embargo, las instituciones son las qu
A pesar de que la dotación de factores, la tecnología y la radas para avanzar en el entendimie
escasez relativa tienen implicacionesimportantes en la des- dad porque persistió por casi 500 añ
igualdad , sus efectos se filtran a través de las instituciones que todavía hoy pueden observarse.
cadenados. A los europeos podía irles muy bien en la cre- ca se mantuvo intacta.
ciente economía del Brasil, que atrajo más del 25 % de las Es ilustrativo considerar qué ocu
personas que decidieron viajar a las Américas hasta 1760. ropeas en la paree noree de Norteam
A pesar de que la fracción de la población que era blanca y diciones iniciales fueron muy difer
privilegiada aumentó con el tiempo (de 7,4 % en 1650 a grado mucho mayor de igualdad.
23,4 % en 1825), la estructura de la sociedad brasileña no sin embargo, no se debió a las inten
cambió, y se mantuvo dominada por una pequeña pero potencias coloniales o de los primero
atrincherada élire. do los ingleses fijaron su colonia en
La América española también se caracterizó por una en 1607, el plan original estaba ins
extrema desigualdad al comienzo de su historia. El país cia de los españoles en América Lati
más poderoso de Europa durante el siglo XVI , España, fue ron oro e intentaron capturar al
el líder en la colonización del Nuevo Mundo. Decidió con- Powhatan, con la esperanza de que
centrar sus esfuerzos en áreas como México y Perú, esta- mismo modo que Pizarro lo obtuvo a
bleciendo colonias que se caracterizaron por una sustancial en Perú en 1532 . No obstante, esa e
población nativa que sobrevivió al contacto con los coloni- completo fracaso y fue necesario de
zadores europeos, y por la distribución entre algunos po- trategia cuando los colonizadores e
cos privilegiados de derechos a enormes bloques de tierra, y la Compañía de Virginia entró en b
recursos minerales y mano de obra nativa. Entre los 1975).
ejemplos existent es de instituciones que ayudaron a los Adicionalmente, los ingleses, fran
miembros de la élite y que ofrecieron poco al grueso de la dieron que no había oro y existían p
población, se encuentran la encomienda (que daba al con- explotación, y que las tierras y clim
quistador español el derecho a mano de obra indígena), la sostendrían la producción de cultivo
mita (un sistema de mano de obra forzada usada en las como la caña de azúcar (yen consec
minas), y el repartimiento (la venta forzada de bienes a los ciones esclavistas). La realidad era q
indios, típicamente a precios altamente inflados). y el trabajo costoso. Tales circunsta
Las haciendas y minas de gran tamaño resultantes, es- te diferentes a las observadas en otr
tablecidos a principios de la historia de estas colonias, se rio, y promovieron un mayor grado
basaron en cierea medida en las organizaciones anteriores y otras colonias tuvieron que com
a la conquista, en las cuales las élit es entre los nativos atraer a inmigrantes al ofrecerles c
americanos extraían un tributo de la población general. de trabajo, incluso a trabajadores
Estos arreglos sobrevivieron incluso cuando las principales lidades para que vinieran a Noreea
actividades de producción no tenían economías de escala. tes endeudados (indentured serva
A pesar de que la producción a pequeña escala era típica establecer una agricultura de apa
del sector de agriculcura de granos durante esta era, los ras sociales jerárquicas de Inglate
derechos de propiedad, esencialmente no transables sobre de Maryland bajo el poder de Lor
el tributo (en forma de trabajo y otros recursos) de grupos vania bajo el control de William P
de nativos más bien sedentarios, ofrecieron al terratenien- mente frustrados por la realidad de
te los medios y el motivo para operar en gran escala. circunstancias iniciales. La escasez d
El pequeño grupo de élites que disfrutaban de grandes salarios, pero también bajos retorno
rentas tenían el poder político para proteger sus intereses, cas perspectivas de alcanzar el estat
y así lo hicieron. Las severas restricciones sobre rutas co- dado. En palabras de David Gal
merciales y sobre nueva inmigración proveniente de Euro- historiador económico de la Amér
pa reforzaron su posición, y limitaron la habilidad de las 1996, p. 144):
regiones de la Nueva España sin población nativa conside-
rable (como Argentina y Uruguay) de atraer recursos o A pesar de que el modelo inicial b
competir de otro modo con los centros coloniales en Boli- propietarias estuvieron normalmen
fuero n más conducentes a una participación generalizada institucional respecto a aque llas con
en la economía comercial, inversión y crecimiento econó- que las dispusieron hacia la desig uald
mico. La población de estas colonias creció principalment e con traste en muchas dimensiones
debido a un saludable exceso de nacimiento s respecto a las Costa Rica -que tenía relativament e
muertes hasta qu e la temprana indus tr ialización arrancó, canos- y Guatemala es bien conocid
y en consecuencia la percepción europea de las oportuni- O tro ejemplo, sin embargo, tiene
dades existentes en la región cambió . En estas condiciones tró n más amp lio que influyó en las c
emergió una sociedad en la cual la població n era relativa- biernos locales. El nivel más bajo d
mente homogénea y había relativa igualdad (comparada españo la era el cabildo, un consejo qu
con la mayoría del hemisferio) en riqueza, capital humano mente tenía el poder de cobrar impu
y, en últimas, influencia política. sable de administrar serviciosmu nicip
Por supuesto, los nativos americanos y afroamericanos El cabildo era generalmente nombr
no disfrutaron de las mismás condiciones que los blan- mayor rango, que a su vez eran desig
cos. Sin embargo, estos grupos daban cuenta de una pro- española. Aún así, existía la posibilid
porción mucho más pequeña de la población que en ro", un consejo abierto donde todos
colonias esta blecidas en otros lugares, y los patrones de nos podían reunirse a expresar sus
las instituciones en los Estados U nidos se establecieron influir en las políticas. Esta institució
antes de la llegada de un gran número de esclavos (ver a una entidad realment e democ rática
tabla 4 .1). na españo la. Al señalar que estas reun

TABLA 4.1

Distribución V composición de la población en economías del Nuevo Mundo (porcentajes)

Composición de la población

Añoy región Nativos Participació


colonial Blancos Negros Americanos del Nu

América española
1570 1,3 2,5 96,3
1650 6,3 9,3 84,4
1825 18,0 22,5 59,5
1935 35,5 13,3 50,4

Brasil
1570 2,4 3,5 94,1
1650 7,4 13,7 78,9
1825 23 ,4 55,6 21,0
1935 41,0 35,5 23,0

Estados Unidos y Canadá


1570 0,2 0,2 99,6
1650 12,0 2,2 85 ,8
1825 79 ,6 16,7 3,7
1935 89,4 8,9 1,4

Fuente: Engerman y Sokolotl (1997).


diciones iniciales las que más imporearon para el desarrollo per íodo de la Colonia , no debe sorpr
de las instituciones. lla rápidamente lograra retomar c
países independientes y determinar
de las instituciones.
4.2 La persistencia de la desigualdad: el período De hecho, en muchos casos, esp
colonial la independencia fue apoyada prec
Los patrones de desigualdad persistieron una vez se esta- mitía a la élite doméstica evitar la
blecieron durante principio de la colonia. Esto ocurrió por- que estaban surgiendo en España. E
que el nexo inicial de las instituciones sobrevivió, así como te ciereo después de la promulgación
la racionalidad de estas instituciones. A pesar de que en el Cádiz en 1812. Peter Bakewell (Ba
siglo posterior a la conquista del continente se presenció reúne el consenso sobre este tema a
un colapso inmenso de la población indígena latinoameri- pendencia mexicana en 1821 ha sido
cana (la estimación convencional es que la población de po como una reacción al liberalismo
1492 cayó cerca de 90 % durante el siguiente siglo), la ex- españolas , un rechazo por parte de
plotación de mano de obra y recursos indígenas se mantu- vadores criollos". De tal modo que
vo como la estrategia más atractiva en donde fue factible. alteró fundamentalmente las estruc
Las instituciones coloniales frecuentemente respondieron en América Latina.
al colapso de la población simplemente permitiendo una U n importante estudio de persis
explotación más eficiente de los indígenas sobrevivien- América Latina en el siglo XIX es el r
tes. En Perú , las reformas del virrey Toledo en 1570 con- (966) sobre Guatemala. Él muestra
centraron a los indígen as en centros urbanos con el de Guatemala durante el período c
objetivo de aumentar la capacidad de movilizarlos al tra- mada por un gremio mercantil llam
bajo en las minas de plata del Potosí. Incluso las refor- mercio, cuyos miembros continu
mas borbónicas de la segunda mitad del siglo XVIII sólo economía después de la independe
buscaban racionalizar e incrementar la eficiencia del siste- Woodward 0966, p . 34), "los com
ma (desde el punto de vista del Estado español), no alte- ejerciendo su privilegio de jurisdicció
rarlo fundamentalmente. Hubo poco o ningún cambio en el c
La situación fue similar en los Estados Unidos, a pesar ticia antes de este año. Como en la
de que un tipo muy diferente de instituciones persistió allí. década de 1860, los ricos y aristocrát
Por ejemplo, a pesar de que la Corona británica en algunas tinuaron dependiendo de su propia
oportunidades tuvo la capacidad de intervenir y restringir la justicia en el mejor interés de su
o desautorizar a las legislaturas coloniales (como cuando ner el liderazgo sobre el comercio de
Carlos II abolió la práctica del sufragio universal mascu- también señala 0966, p. xiv) que "
lino en Virginia), éstas se mantuvieron como una fuerza temente paradójica de una instituci
vital. no republicano se explica por la na
que rigió a Guatemala desde 1839
cana en su forma ... la posición mono
4.3 La persistencia de la desigualdad: era consistente con las políticas y o
Posindependencia Como se señaló anteriormente, d
Como los Estados U nidos, para comienzos del siglo XIX nial en América española nunca se d
la mayoría de los países de América Latina ya habían pe- te instituciones verdaderamente rep
leado y ganado la independencia de sus amos coloniales. A que asambleas legislativas relativa
pesar de la retórica del movimiento revolucionario -y el se establecieron bastante temprano
hecho de que casi todos los países nuevos eran democra- colonias británicas en Norteamérica
cias nominales-, la ruptura política de España parece ha- igualdad política, junto con la vari
ber generado poca o ninguna reducción en el grado de en la desigualdad económica, perdu
la formación e implementación de políticas gubernamen- plícitas al voto, cuando abandonaron
tales. La subestimación surge no sólo de las ventajas que la económicos (es decir, cuando las enmien
élites tenían en hacer uso efectivo de canales informales de les que siguieron a la Guerra Civil finaliz
influencia política (incluyendo una aproximación basada tica), los países latinoamericanos típic
en la fuerza de las armas), sino también del hecho de que filtrar los votantes según el nivel de alf
muchas elecciones estuvieron acompañadas de fraudes, y El contraste entre Estados Unidos
en la ausencia de voto secreto, coerción explícita o implíci- parte, con los países latinoamericanos, d
ta (ver Graham 1990 para el caso de Brasil). evidente al comienzo. A pesar de los s
La tabla 4.2 resume la información sobre cómo el dere- larmente atribuidos a los Padres Fundad
cho a votar estaba restringido en el Nuevo Mundo a fina- Estados Unidos fue, hasta principios del
les del siglo XIX y principios del XX. Las estimaciones vilegio reservado en buena medida a lo
revelan que a pesar de que era común en todos los países con propiedades significativas. Para 18
dar el derecho a votar sólo a los hombres adultos hasta el tados habían adoptado el sufragio unive
siglo XX, los Estados Unidos y Canadá, fueron claramen- bres blancos, pero a medida que tomó fu
te líderes en eliminar las restricciones basadas en riqueza y para desechar la desigualdad política, e
alfabetismo, y una proporción mucho más alta de la po- guió el ejemplo. Virtualmente, todos
blación votó en estos países respecto a cualquier otro país Unión extendieron los derechos de vota
de América. No sólo los Estados Unidos y Canadá adopta- blancos (con restricciones explícitas sob
ron mucho antes el voto secreto y extendieron el derecho mente introducidas en las mismas const
al voto hasta los pobres y analfabetas -aunque en la déca- que eliminaban los requerimientos econ
da de 1890 se reintrodujeron restricciones en Estados Uni- tados más antiguos revisaron sus leyes l
dos a expensas de los afroamericanos-, pero con mucha dos debates políticos.
antelación, sino que la proporción de la población que votó Los estados política y económicame
estaba al menos medio siglo adelante de los países más va York y Massachusetts rompieron co
igualitarios y progresivos de Suramérica, a saber, Argenti- basadas en la riqueza en la década de 1
na, Costa Rica y Uruguay. la votación universal para los hombre
Es un testamento notorio a la extensión de la desigual- fue completado en su mayoría para fin
dad política en América Latina y el Caribe que para 1900 de 1850 (Carolina del Norte, Rhode
todavía ningún país de la región tenía un sistema de voto fueron los rezagados). Las poblaciones r
secreto o más de una minúscula fracción de la población igualitarias de los estados del Oeste fue
votando. El Voto Australiano (un sistema de tarjetones ros de este movimiento. No es coincide
suministrados por el Estado con medidas para garantizar extensión del derecho al voto en estas á
el secreto) no se introdujo sino hasta 1958 en Chile y en lelamente con políticas liberales hacia l
1988 en Colombia. Antes de este momento, los partidos cas, los impuestos y el acceso a la tierr
políticos emitían directamente sus papeletas de votos . políticas que se esperaba fueran atra
Balaod y Robinson (2003) muestra que estas circunstan- grantes potenciales.
cias tuvieron efectos dramáticos en los patrones de vota- La escasez de mano de obra fue un el
ción en Chile, permitiendo efectivamente a los partidos la determinación del nivel inicial de d
políticos conservadores controlar las elecciones en áreas colonias del Nuevo Mundo, y continuó
rurales , ya que los terratenientes pod ían usar la amenaza portante efecto sobre el nivel de desigu
de despido del trabajo para regular el comportamiento elec- cluso dentro de los Estados Unidos. Es
toral de los trabajadores. pioneros en extender el sufragio (tales
La gran mayoría de las naciones europeas, así como los estados formándose en Argentina, Urug
Estados Unidos y Canadá, lograron el voto secreto y el Unidos) lo hicieron durante períodos en
sufragio universal masculino mucho antes que otros países luchando por atraer inmigrantes. El de
en el hemisferio occidental y la proporción de la población frecuentemente, dentro de un grupo de
1856 Sí Sí Sí
México 1840 Sí Sí Sí
Perú 1875 Sí Sí Sí
Uruguay 1840 Sí Sí Sí
1880 Sí Sí Sí
Venezuela 1840 Sí Sí Sí
1880 Sí Sí Sí
Canadá 1867 Sí Sí No
1878 No Sí No

Estados Unidos 1850 No No No


1880 No No No
1881-1920
Argentina 1896 Sí Sí Sí
1916 No No No
Brasil 1894 Sí Sí Sí
1914 Sí Sí Sí
Chile 1881 No No No
1920 No No Sí
Colombia 1918c No No No
Cosita Rica 1912 Sí Sí Sr
1919 Sí No No
Ecuador 1888 No Sí Sí
1894 No No Sí
México 1920 No No No
Perú 1920 Sí Sí Sí
Uruguay 1900 Sí Sí Sí
1920 No No No
RB de Venezuela 1920 Sí Sí Sí
Canadá 1911 No No No
1917 No No No
Estados Unidos 1900 No No Síd
1920 No No Sí
1921-40
Argentina 1928 No No No
1937 No No No
1931 No No Sí
1938 No No Sí
Costa Aica 1940 No No No
Ecuador 1940 No No Sí
México 1940 No No No
Perú 1940 No No Sí
Uruguay 1940 No No No
AB de Venezuela 1940 No Sí Sí
Canadá 1940 No No No
Estados Unidos 1940 No No Sí
a. Después de haber eliminado los requerimientos de riqueza y educación en 1878, Chile insrauró el requerimiento de alfabetismo en
contribuido a la fuerte caída en la propo rción de la población que se regisrró para votar .
b. Este dato es para la ciudad de Buenos Aires, y probablemente sobresti ma la pr op or ci ón que vot ó a nivel nacional.
c. La infor maci ón sobre restricciones se refiere a las leyes nacionales. La Const ituc ión de 1863 dio poder a los gobiernos de provin
electorales, Posteriorment e, las elecciones se volvieron restr ingidas (en términos del derecho al voto pata adultos hom bres) e indirec tas
sólo hasta 194 8 cuando una ley nacional estableció el voto universal para adultos hombres en tod o el país. Este patrón fue adoptado en
canos, así como en los Estados Unidos y Canadá, en menor medida.
d. H ubo 18 estados - 7 en el Sur y 11 resta ntes- que intr odujeron requerimient os de alfabetismo entr e 1890 y 19 26.
Fuente: Enge rma n, H aber y Sokoloff (2000).

tica, un a que se pens ó sería atr act iva para aquellos que ciones educativas ofrecen un ejemplo al
estaban contemplando la reubicación. Cuando las élites porque los incrementos en el nivel de
-tales como los propi etari os de tierra y otros activos- quie- alfabetism o en una sociedad han sido r
ren que un hombre común se ubique en el ordenamiento cho cambi os socioeconómicos conduce
político , pueden escoger extender el acceso a privilegios y incluyendo mayor productividad labora
oportunidades, aun en la ausencia de amenazas de desor- gico más rápido, y mayores tasas de pa
den social. De hecho, un régimen político (o un conjunto cial y política. Adicionalmente, ademá
de la élite) puede encontrarse compitiend o con otro para crecimient o, la inversión pública en educ
atraer mano de obr a o lo que sea que se necesite . (Ver ne gran influencia en la distribución de
Acemoglu y Robinson 2000, para casos en que el derecho crecimiento.
al voto fue extendido bajo la amenaza de desorden cívico). A pesar de que la mayor parte de
Las explicaciones alternativas, como la importancia de la Nuevo Mundo era tan próspera a princi
herencia nacional, no son muy útiles para identificar por que tenía los recursos materiales neces
qué Argentina, Costa Rica y Uruguay se adelantaron tan- blecimiento de una amplia red de escue
to a sus vecinos latinoamericanos, o por qué otras colonias unos pocos países hicieron tal inversión
británicas en el Nuevo Mundo se retras aron frente a Cana- en un a escala suficiente para cubrir la p
dá, respecto al ritmo en el cual se extendió el acceso al ral. Los Estados Unidos y Canad á fuer
sufragi o. términos del liderazgo para invertir e
Las diferencias en la distribución del poder político tu- educación primaria. Virtualmente desde
vieron un efecto de retr oalimentación sobre el acceso a las cas de la colonización, parece que los no
oportunidades económicas y la inversión en bienes públi- estado convencidos del valor de ofrecer
cos, de tal manera que influyeron la dirección a largo plazo los niños, incluyendo la habilidad de l
del desarrollo institucional y la desigualdad. Las institu- común que las escuelas se organizaran
TABLA 4.3
Tasas de alfabetismo en las Américas. 1850-1950

País Año Grupode edad Ta

Argentina 1869 Mayor o igual a 6


1895 Mayor o igual a 6
1900 Mayor o igual a 10
1925 Mayor o igual a 10
Barbados 1946 Mayor o igual a 10
Bolivia 1900 Mayor o igual a 10
Brasil 1872 Mayor o igual a 7
1890 Mayor o igual a 7
1900 Mayor o igual a 7
1920 Mayor o igual a 10
1939 Mayor o igual a 10
Honduras Británica 1911 Mayor o igual a 10
(Belice) 1931 Mayor o igual a 10
Chile 1865 Mayor o igual a 7
1875 Mayor o igual a 7
1885 Mayor o igual a 7
1900 Mayor o igual a 10
1925 Mayor o igual a 10
1945 Mayor o igual a 10
Colomb ia 1918 Mayor o igual a 15
1938 Mayor o igual a 15
1951 Mayor o igual a 15
Costa Rica 1892 Mayor o igual a 7
1900 Mayor o igual a 10
1925 Mayor o igual a 10
Cuba 1861 Mayor o igual a 7

1899 Mayor o igual a 10


1925 Mayor o igual a 10
1946 Mayor o igual a 10
Guatemala 1893 Mayor o igual a 7
1925 Mayor o igual a 10
1945 Mayor o igual a 10
México 1900 Mayor o igual a 10
1925 Mayor o igual a 10
1946 Mayor o igual a 10
Paraguay 1886 Mayor o igual a 7
1900 Mayor o igual a 10
Perú 1925 Mayor o igual a 10
Puerto Rico 1860 Mayor o igual a 7

Uruguay 1900 Mayor o igual a 10


1925 Mayor o igual a 10
Venezuela 1925 Mayor o igual a 10
Canadá 1861 Todos
condados con mayoría inglesa 1861 Todos
condados con mayoría francesa 1861 Todos
Estados Unidos
Blancos del Norte 1860 Mayor o igual a 10
Blancos del Sur 1860 Mayor o igual a 10
Total población 1870 Mayor o igual a 10
(
1890 Mayor o igual a 10
(
1910 Mayor o igual a 10
(

a. En algunos casos los datos para blancos y no blancos, respectivamente , se presentan entre paréntes is.
Fuente : Engerman , Haber y Sokoloff (2000) .

El resto del hemisferio se ubicaba bastante detrás de los esfuerzo para atraer la mano de o
Estados Unidos y Canadá en escolaridad primaria y logros estaban compitiendo directa o ind
en alfabetismo. Incluso los países más avanzados de Amé- ma perspectiva es reforzada por la
rica Latina , como Argentina yUruguay, estaban a más de términos generales, ningún país de
75 años de retraso de Estados Unidos y Canadá. Estas so- sentó inversiones sustanciales en e
ciedades comenzaron a impulsar la inversión en escuelas hasta que los gobiernos nacionale
públicas aproximadamente al mismo tiempo que estaban miento; en contraste con el patrón
experimentando una bonanza económica e intensificando gobiernos locales y regionales de A
sus esfuerzos para atraer inmigrantes de Europa, lo cual ban en capacidad o no tenían la v
ocurrió mucho antes de que ellos implementaran una libe- responsabilidad en sus manos . Por lo
ralización general del derecho al voto . de estas sociedades no logró altos
Aunque esta asociación puede interpretarse como una sino hasta bien entrado el siglo XX
oferta para la socializaciónde inmigrantes extranjeros, tam- ció financiación razonablemente ge
bién sugiere que las élites pueden haber estado inclinadas y otras instituciones de educación su
a extender el acceso a las oportunidades como parte de un orientadas hacia los hijos de la élite
urbana en Norteamérica. Segundo, inc
heterogeneidad de la población hacía más difícil para las minalmente orientadas a ampliar el a
comunidades lograr consensos en torno a dichos proyectos dieron a incluir grandes concesiones a
públicos. En los lugares donde los ricos disfrutaban de un del desarrollo de las tierras (con la lóg
poder político desproporcionado, estaban en capacidad de cia distributiva podría alcanzarse mejo
procurar servicios escolares para sus propios hijos y resis- entre los agentes privados), o titulaci
tirse a pagar impuestos para financiar o subsidiar el servi- que ya estaban explotando la tierra (
cio para otros. A pesar de que los hijos de la élite pudieron que pastoreaban ganadería). Las pol
estar bien educados, no todos eran tan afortunados. Más por tanto, generalmente asignaron ti
aún, es un hecho que ninguna sociedad ha logrado jamás pietarios privados en unidades mucho
altos niveles de alfabetismo sin escuelas públicas . centradas que en Estados U nidos y
Otro ejemplo de cómo la evolución de las instituciones proceso mediante el cual grandes lat
en América Latina ha contribuido a la persistencia de la dido ser fraccionados, ante la ausenc
extrema desigualdad es la política de tierras. Virtualmen- escala, puede haber operado muy len
te, todas las economías en las Américas tenían una gran na. U na vez las tierras estaban en man
cantidad de tierras públicas bien entrado el siglo XIX y potencial para el pastoreo puede hab
posteriormente. Como los respectivos gobiernos de cada cios mínimos de la tierra que eran
colonia, provincia o nación eran considerados los propieta- inmigrantes y otros potenciales agr
rios de estos recursos, ellos estuvieron en capacidad de in- especialmente dado el subdesarrollo g
fluir la distribución de la riqueza -así como el ritmo de ciones de crédito hipotecario y financ
colonización para la producción efectiva-, al implementar Argentina, Canadá y los Estados U
políticas para controlar la disponibilidad de la tierra, los extraordinaria abundancia de tierras
precios, establecer mínimos o máximos de tamaño de bitadas para transferir a manos priva
las propiedades, ofrecer crédito para estos propósitos y de ofrecer este recurso público a la p
diseñar sistemas impositivos. Como la agricultura era el otros intereses generales. En sociedad
sector dominante, la cuestión de cómo emplear este recur- embargo, los asuntos en juego con re
so público para el interés nacional y cómo hacer que la de tierras eran muy diferentes. La bu
tierra estuviese a disposición de los usuarios privados fue- vamente escasa y la mano de obra rela
ron temas de debates de política, si no de luchas políticas, te. Aquí las tierras habían sido secul
en muchos países. La política de tierras pasó a ser un ins- por poblaciones indígenas, pero sin l
trumento para moldear la fuerza laboral, ya que, o bien chos de propiedad privada individual
promovía la inmigración al hacer que la tierra estuviera México no fue el único en llevar a
fácilmente disponible, o por el contrario influía en la dis- cialmente a finales del siglo XIX e
tribución regional de mano de obra (o la oferta de trabajo tuvieron el efecto de conferir la propie
asalariado) al limitar el acceso a la tierra y elevar su precio . esta tierra a grandes terrarenienres n
Nunca se presentaron grandes obstáculos para adquirir Lerdo de 1856 y la Constitución de 1
tierra en los Estados U nidos, y las condiciones requeridas cido métodos de privatización de tier
para lo anterior se volvieron más sencillas con el paso del manera que pudo haber sido originalm
siglo XIX (Gates 1968). La conocida ley de Asentamientos ayudar a los agricultores indígenas
(Homestead Act) de 1862 -que esencialmente ofreció tierra nacional de la tierra ya la economía d
gratuitamente en parcelas adecuadas para granjas familia- tante, bajo el régimen de Porfirio Día
res, a las personas que se asentaran en ellas y las trabajan virtieron en la base de una serie de
por un período de tiempo- fue tal vez la culminación de políticas. Entre 1878 y 1908, la norm
una política de promoción de acceso generalizado a la tie- una transferencia masiva de terreno
rra. Canadá llevó a cabo políticas similares: la Ley de Do- 10,7 % del territorio nacional) a grand
minio de Tierras de 1872 imita de cerca a la Ley Homestead cluyendo a compañías de prospección
co rural tenía propiedades en tierras . Este número es Golfo
Pacífico Sur
sorprendentemente bajo. Las dramáticas medidas de polí-
Total México rural
tica de tierras llevadas a cabo en México a final del siglo Estados Unidos, 1900
XIX pueden haber tenido éxito en la privatización de la Atlántico Norte
mayoría de las tierras públicas , pero dejaron a la gran ma- Atlántico Sur
yoría de la población rural sin ninguna tierra en absoluto . Norte central
La evidencia obviamente conforma con la idea de que en Sur central
sociedades que comenzaron con desigualdad extrema (como Oeste
Alaska/Hawai
México), las instituciones evolucionaron de modo tal que Total Estados Unidos
favorecieron sustancialmente a la élite en términos de ac- Canadá, 1901
ceso a las oportunidades económicas, y por tanto contri- Columbia Británica
buyeron a la persistencia de la desigualdad extrema con el Alberta
paso del tiempo. Saskatchewan
En contraste, la proporción de hombres adultos dueños Manitoba
Ontario
de tierra en áreas rurales era muy alta en los Estados Uni-
Quebec
dos, justo debajo del 75 % en 1900 . A pesar de que la pre- Marítima b
valencia de la propiedad de la tierra era mucho menor en Total Canadá
el Sur, donde los afroamericanos estaban concentrados Argentina, 1895
desproporcionadamente, la imagen general es una de po- Chaco
lítica de tierras (tales como la Ley de Asentamientos, o Formosa
Homestead Act) que ofrecieron amplio acceso a este tipo Misiones
La Pampa
fundamental de oporrunidad económica. Canadá tuvo un
Neuquén
indicador aun mejor , con casi el 90 % de los jefes de fami- Río Negro
lias siendo propietarios de tierras agrícolas en 1901. Las Chubut
estimaciones de propiedad de tierra en estos dos países apo- Santa Cruz
yan la noción de que las políticas de tierra marcaron una Tierra del Fuego
diferencia, especialmente cuando se comparan con Argen-
a. Propiedad de tierra se define como sigue : e
tina. Las regiones rurales de Argentina constituyen un con-
que tienen propiedad de tierra; en Estados Uni
junto de provincias en la frontera agrícola, donde se propietario; en Canadá, ocupantes de tierras a
esperarían mucho más tasas de propiedad que en Buenos de esas tierras; Argentina, razón de propietario
Aires. Los números , no obstante, sugieren una prevalencia ro de hombres entre 18 y 50 años de edad .
mucho más baja de la propiedad de la tierra que en las dos b. La región Marítima incluye Nueva Escocia, Ne
Island
economías norteamericanas. Fuente : Engerman y Sokoloff (2002).
Sin embargo, todos estos países fueron mucho más efec-
tivos que México al hacer disponible la prop iedad de la
tierra a la población general. El contraste entre los Estados
Unidos y Canadá, con sus prácticas de ofrecer un acceso nes de mercado cambiaron, las inst
fácil de pequeñas unidades de tierra , y el resto de las Amé- porque las sociedades -así como lo
ricas (así corno el contraste entre Argentina y México) es blación con influencia real- buscaro
consistente con el argumento de que el grado inicial de nuevas circunstancias . El final del si
desigualdad influye el modo en el cual las instituciones do de caída en los costos de transpo
evolucionan, y por su arte promueven la persistencia en el traordinario en el comercio mundi
grado de desigualdad con el paso del tiempo . beneficiados con este desarrollo esru
En México y Argentina las políticas de tierras reflejan Américas con abundancia relativa d
otro patrón general en el modo como han evolucionado las tina y Uruguay, que se encontraron
instituciones. A medida que la tecnología y las condicio- ción de explotar su fuerte ventaj
adquirir y mantener enormes concesiones de tierra o quienes la desigualdad del ingreso. Por el cont
ahora aseguraban la propiedad de estancias, disfrutaban de cativos siguieron ubicándose detrás de
una existencia dorada. Tierras cuyo único valor había consis- falta bastante trecho para remontar e
tido en sus rebaños de ganado salvaje, tierras que podían muestran los números de la tabla 4.3
recorrerse a lomo de caballoo en carretas tiradas por bueyes,
tierras ocupada principalmente por indios hostiles, sufrieron Adicionalmente, la modernización
una transformación total. El capital británico había cons- países en la dirección de un sistema p
truido ferrocarriles. Las técnicas de pastoreo habían sido democrático. Aun cuando la democrac
mejoradas y los recursos de las pampas estaban siendo usa- mente superficial y sin consolidar, pare
dos más intensivamente. Los inmigrantes, recién llegadosde tado un cambio significativo compara
la pobreza europea estaban disponibles... como aparceros, Adicionalmente, algunos países, inclu
granjeros arrendatarios o peones para cultivar maíz, trigo o co y Nicaragua (y posiblemente Colom
alfalfa. Bajo tales condiciones, la tierra ofrecía un retorno la interpretación del período de "La V
anual de 12 a 15% al propietario y el valor de la tierra fre- de 1950) pasaron por dramáticas revolu
cuentemente subía en 1.000% en una década. Aquellos que tras que otros, tales como Perú después
ya tenían tierra, poder o dinero monopolizaron la reciénde-
taron radicales políticas de redistribuc
sarrollada riqueza de las pampas.
Este patrón en América Latina tam
Al crear nuevas oportunidades de mercado en América que sabemos sobre Europa, donde la d
ca parece haber caído dramáticamente
Latina y aumentar el valor de la tierra, la integración de
(Morrison 2000). También es diferen
los mercados mundiales puede haber estimulado los es-
visto en los Estados Unidos, donde las
fuerzos de las élites para influir en el tipo de política de
tierras discutido anteriormente, con el objetivo de captu- dad indican una caída pronunciada de
rar una mayor participación de las ganancias potenciales la década de 1960, antes de que se p
resurgimiento (ver, por ejemplo, Gold
para ellos mismos. Esta flexibilidad en alterar las institu-
¿Qué puede explicar los radicalme
ciones que servían los propósitos de los poderosos política
nos que tomaron los países a lo lar
y económicamente, en respuesta a las circunstancias cam-
biantes, es evidente en muchas otras áreas de política eco- ¿Por qué la desigualdad aparentemen
nómica, como la regulación de las instituciones financieras a transformaciones sociales y económ
una reducción de la desigualdad en ot
y el comercio exterior. Lo que era bueno para las élites
damente, existen pocas investigacio
probablemente no era bueno para reducir la desigualdad o
dadas las limitaciones de la evidencia e
auspiciar el crecimiento económico. En estos aspectos, las
algunas conjeturas inteligentes, pero
economías latinoamericanas se quedaron muy rezagadas
vas (éstas se exploran con algo de m
de sus vecinos del Norte en el curso del siglo XIX.
los dos siguientes capítulos de este li
Primero, es seguro que la educació
4.4 El siglo XX mala calidad en América Latina, espe
Este capítulo ha sugerido que América Latina entró al siglo compara con la de Norteamérica. Pr
XX con niveles de desigualdad muy altos, y virtualmente ñalado que la expansión masiva del
toda la evidencia presentada en otras secciones de este libro en los últimos 40 años parece no esta
indica que dicha desigualdad persistió durante el resto del el crecimiento económico, lo cual es c
siglo. Por ejemplo, las estimaciones de Calvo, Torre y de que una expansión educativa puede
Szwarcberg (2002) en Argentina sugieren que el grado de formar radicalmente la desigualdad. L
desigualdad cambió poco durante el siglo XX. Esto es con- plausibles para explicar los resultados
sistente con la evidencia en Díaz-Alejandro (1970) y Randall la calidad de la educación es frecuent
(978). Un estudio acerca de la desigualdad en Colombia, no hay impacto en el desarrollo, o bi
desde la década de 1930 realizado por Londoño (995), afir- cial de la educación depende de otra
ma que la desigualdad en la década de 1990 estaba aproxi- sociedad. Esta última idea puede ser
de desarrollo que evolucionó en América Latina, comen- Perón, a finalesde la década de 1940 y
zando en la década de 1930. Esta aproximación, que estu- da de 1950, redujeron significativam
vo basada en mirar hacia adentro, en la sustitución de estos efectos desaparecieron rápidamen
importaciones y en el aislamiento de los mercados mun- res tomaron el poder en 1955, y no lle
diales, pudo haber reducido los incentivos a invertir en duradera en términos de desigualdad.
educación y desarrollo de habilidades. Es significativo que estos temas con mayor profundidad.
los países que en el siglo XX adoptaron estrategias de de-
sarrollo orientadas hacia las exportaciones (por ejemplo, la
Isla de Mauricio y Singapur) frecuentemente también ex- 4.5 El siglo XXI y lo que sigue
perimentaron una reducción en la desigualdad. Si las raíces de la desigualdad latinoa
Estos efectos pueden haberse reforzado por la dotación fundas en la historia, ¿hay algo que se p
de factores de América Latina . Incluso en el siglo XX mu- hoy día? ¿Qué nos dicen los procesos hi
chas economías estuvieron dominadas por exportación de lución futura de la desigualdad en Amé
bienes primarios, como petróleo en Venezuela, café en Bra- nocimiento de los poderosos factores
sil, Colombia y Centroamérica, banano en Centroamérica, permitieron que la desigualdad extrem
azúcar y banano en el Caribe y cobre y nitratos en Chile. glos en América Latina ciertamente n
Existe el argumento (por ejemplo, de Leamer y otros, 1999) pero una perspectiva histórica nos rec
de que el desarrollo basado en commodities reduce los retor- deberían considerarse tan lentos los c
nos a la educación, lo cual puede haber sido otro factor en tomar entre una y dos generaciones en
la reducción del impacto de la expansión educativa en la que es imposible concebir una solución r
desigualdad. abundante e impresionante evidencia
Finalmente, es posible que, ante la presencia de merca- ses de que la democracia (o la equidad
dos financieros imperfectos, los cambios en la estructura en la distribución del capital humano y
de la economía al pasar de la agricultura a la industria ca tienden a desarrollarse conjuntamen
tienen pocos efectos sobre la desigualdad. A pesar de que En general, es difícil atacar la des
no existen datos comparativos sobre esta conexión, parece directamente (por ejemplo, mediant
probable que la propiedad de la industria en América Lati- butivas) sin hacer daño a algunas de l
na está mucho más concentrada, y los mercados financieros centivos consideradas críticas para as
menos desarrollados, que en Norteamérica. Haber (2002a) crecimiento económico. Por ésta y otr
ha mostrado como la banca estuvo muy fuertemente con- feribles las políticas más indirectas que
trolada en México, respecto a los Estados unidos. Por ejem- so efectivo a las oportunidades econó
plo, en 1910, Estados Unidos tenía aproximadamente la población actual, sino más importa
25.000 bancos y una estructura de mercado altamente com- neraciones futuras. Tales políticas incl
petitiva. Por el contrario, México tenía 42 bancos, 2 de los des inversiones en extender el acceso
cuales controlaban el 60% de los activos bancarios totales y calidad, sino también esfuerzos en pr
virtualmente ninguno ellos competía con otros bancos. Este igualitario a la influencia política y a
ejemplo, como muchos otros, sugiere que los mercados fi- leyes en general. Las experiencias his
nancieros en América Latina eran muy pequeños y mono- Estados Unidos sugieren que los modo
polizados (ver los ensayos en Haggard, Lee y Maxfield inducir una reducción en la desiguald
1993) . Sin acceso a los mercados financieros, los pobres versión educativa sostenida, y la acu
siguieron siendo pobres . en manos de los pobres y asegurar can
A pesar de que este capítulo se enfoca en la desigualdad dad social y económica. En general, e
económica, resulta difícil separar este tema de la desigual- resolver fallas de mercado y otras care
dad política. Esta última causa y es causada por la des- que desestimulan a los pobres y sus hij
igualdad económica. Tal como ocurrió en el siglo XIX, una tipo de inversión que les ayudaría a
de las razones centrales para la persistencia de la desigual- economía crecienternenre globalizada.
en la desigualdad

L CAPÍTULO ANTERIOR EXAMINÓ CÓMO LAS DOTACIONES INICIALES DE FACTORES Y EL D

E
de las instituciones jugaron un papel central en la generación de los escandalosos n
dad en América Latina. Los siguientes dos capítulos consideran la naturaleza de los
y económicos que continúan dando forma a la desigualdad en la región hoy día.
Este capítulo discute factores tanto políticos como sociales y busca identificar las i
las instituciones sociales y políticas, el poder y la gobernabilidad, que se resumieron en do
triángulo usado para representar el marco conceptual presentado en el capítulo 1 (figura 1
problemas actuales y las posibilidades dé cambio, el principal tema del capítulo es el desem
que es visto como el producto de relaciones históricamente formadas entre el Estado y la soc
examinado en términos de un síndrome, o malestar, que se caracteriza por relaciones so
"débil" capacidad de gobierno. La palabra "débil" tiene un significado específico: tener un de
te en el suministro de bienes públicos como estabilidad macroeconómica, derechos de propi
y servicios básicos como educación, salud, agua, salubridad, carreteras, electricidad y protec

En todas estas áreas, las fallas en la acción del Estado mala 77% en Nicaragua y 87% en Br
son típicamente regresivas, afectando desproporciona- mente menor en grupos más pobres
darnente a los pobres y débiles. Dichas fallas son además, como se presenta en la tabla A.27).
en la mayoría de las áreas, inconvenientes para el desarro- mientras que la mayoría de los países
llo en general. Donde el Estado falla en suministrar los tes progresos en la expansión de cob
bienes públicos, los miembros pudientes de la sociedad típi- básica, permanece sin resolver un gra
camente pueden ejercer influencia privada sobre el Estado calidad de la educación para la mayor
para obtener suministro selectivo, o bien pueden optar fuera escuelas públicas de la región (de Fer
del sistema. Por ejemplo, las élites pueden llevar sus aho- Los grupos pudientes nuevamente tie
rros al exterior y desarrollar medios privados de protección nes para ejercer influencia en el aprov
de losderechos de propiedad y su seguridad personal; mien- vicios públicos para ellos mismos, o
tras que los grupos pobres y de ingreso medio viven con suministro privada.
las consecuencias. Es posible identificar patrones simil
Con respecto a los servicios, algunos Estados han hecho servicios. A pesar de que la mayoría de
un trabajo históricamente razonable en suministrar servi- canos han desarrollado sistemas de bi
cios para la élite (por ejemplo, mediante la creación tem- inicios del siglo XX, éstos se pueden c
prana de universidades en muchos países). Sin embargo, la temas "truncados" que sólo logran cub
mayoría hizo un trabajo muy pobre en ampliar el suminis- en sectoresformales, dejando a un lado
tro; para 1925, sólo Argentina y Uruguay tenían niveles necesitados de la población (ver capítul
de alfabetismo de 70% o más (ver tabla 4.3). En 2000, la tán fuertemente relacionados con el e
tasa de alfabetismo todavía era apenas de 65%, en Guate- refleja el contrato social implícito suby
Intentar entender estas relaciones es esencial para cual- sociales, capacidad del Estado y d
quier investigación que busque establecer conclusiones usando la variable "imperio de la l
sobre las opciones de política. Existe una gran cantidad de paración . El índice de fraccionamien

FIGURA 5. \
El síndrome de Estados débiles y desiguales: correlaciones entre imperio de la ley y resultados del desar

a. Gobernabilidad b. Barreras sociales


índice de efectividad del gobierno índice de fraccionamiento etnoli
3,0 1,0
y= -
2,0
.... 0,9 R' =

1,0

- 1,5 1,0 1,5 2,0 2,5


Imperio de la ley

-2,0 y = O,9299x + 0,0068


R' = 0,8607
-3,0 I 1 I
-1,5 -1,0 -0,5 1

c. Volatilidad d. Esfuerzo fiscal


Desviación estándar del crecimiento Recaudos totales de impuestos (participaci
16 45 %
y = -1 ,13077x + 4,9985
14 R' = 0,2328 40%

t2

10

8. ..~

• '·BOL - ARl
.~ -100/:
-GTM " ,
y = 0,0
5%
R' = 0
r---r--~-O +----r---r--r---~-__, ,....--....- - , - 0% + - - - , - - , - - - r
- 1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 -1 ,5 -1 ,0 -0,5 0,0 0,5 1,0 1

Imperio de la ley Imper io de la ley

Fuente : "Governance Indicators Database" (Base de Datos de Indicadores de Gobernabilidad) para el imperio de la ley, Ale
división étnica , y "World Development Indicators Database" (Base de Datos de Indicadores de Desarrollo Mundial) para l
bidireccionales de causalidad entre desigualdad y desem- trabajadora en la estructura polític
peño del Estado. tendencia fue parcial (es decir, princ
Lo que resta de este capítulo se divide en dos secciones clase trabajadora' formal) y a la vez
principales. La primera discu te los orígenes del débil y des- modo que tendió a perpetuar las re
igual desempeño del Estado en la interacción Estado-so- clientelismo, las cuales típicamente
ciedad , incluyendo una discusión sobre por qué el proceso creados entre los grupos de clase m
de democratización ha sido discontinuo y demorado, así élites (Cohen 1989, Middlebrook 19
como insuficiente para generar una transformación sobre En países como Bolivia, Ecuador o P
la desigualdad política y social. La segunda sección pasa a do divisiones sociales y étnicas profu
la pregunta de cómo generar un cambio para lograr Esta- procesos de incorporación han tend
dos más efectivos e igualitarios, una condición que se ca- completos, incluso para la clase tra
racteriza en este informe como el movimiento hacia un estar marcados por el conflicto. La p
nuevo "equilibrio político". dicional se vio frecuentemente reemp
tos "populistas" de personas exte
5.1 Estructuras políticas y sociales como fuerzas ejemplo, la revolución de 1952 en B
para la reproducción de la desigualdad de Ecuador y el Aprismo de Perú),
El capítulo 4 sobre las raíces históricas de la desigualdad ranza entre los desfavorecidos, sin
en Am érica Latina propuso una pregunta complicada: ¿Por Estado efectivo que se encargara de
qué ha persistido la desigualdad en la región , a pesar de generales.?
importantes cambios sociales, económicos y políticos? Esta Aunque operaban formalmente e
sección aborda esta pregunta y discute cómo las caracte- rales, en la segunda mitad del siglo X
ríst icas persistentes de las instituciones políticas y estruc- cos dominados por élites en Colo
turas sociales han limitado el alcance de acciones públicas quedaron cada vez más desconectado
a favor de la igualdad y, en consecuencia, han contribuido yo popular y llevaron a cabo política
a la reproducción de la desigualdad en la región, mucho clientelismo." El reto de la incorpor
después de que sus orígenes coloniales se hubieran desva- cerbó por una consolidación democ
necido . ¿Ha persistido la desigualdad en la región simple- periódicas transiciones inconstitucio
mente por lo tardío de los cambios (especialmente el durante la Guerra Fría. Chile, Cost
establecimiento del sufragio universal), o existen otros fac- diferentes medidas , desarrollaron
tores que evitan que las democracias en la región sean una bajo auspicios democráticos , más
fuerza más potente de cambios a favor de la igualdad? Se nistro de bienes públicos y servicios
argumenta que, pese a que la lenta llegada de una demo- sar de que Chile y Uruguay sufrieron
cracia competitiva es un hecho relevante, la evolución de autoritaria."
la estructura institucional en la región en respuesta a, y en
defensa de, los intereses de la élite predominante ha sido la Relaciones sociales desiguales y Es
causa fundamental de la persistente desigualdad, en lugar facetas de legados institucionales
del tipo de régimen existente.
La evolución institucional ha tomado diferentes formas Relaciones d esiguales y clientelis
al interior de la región . Sin embargo, ¡as características La persistencia de relaciones sociale
subyacentes de las relaciones del Estado han sido sorpren- élites y grupos pobres se manifiest
dentemente similares a lo largo de diferentes patrones de relaciones clientelistas, que están c
desarrollo político y social en la región . El principal punto intercambio desigual, aunque recípr
en común es el tema de una relación causal en ambas di- ficios o rentas por apoyo o consentim
recciones entre estructuras sociales y políticas formadas clientelista, los ciudadanos no suste
históricamente, y Estados relativamente débiles y regresi- candidatos y partidos de acuerdo con
vos (como se evidencia en las áreas de suministro de bienes ca en un tema en particular; por e
blicos locales , pero difícilmente forman iniciativas de partidista notoriamente estable bajo
política con bases amplias que enfrenten las causas subya- nario Institucional (PRI). En Argenti
centes de la pobreza y la desigualdad. exitosamente hacia el ala corporat
El otro lado del sistema clienrelisra es la ausencia de movimientos obreros que previame
alianzas amplias y organizadas de grupos sociales que pre- pendientes. La cooptación de grupos
sionen por incrementos sostenidos en el bienestar colecti- jada en los intentos menos exito
vo y los servicios públicos (por ejemplo, mejoras generales Nacional Revolucionario de Bolivi
en la educación masiva). Esta condición ha reducido los lución de 1952, de imitar el estilo
incentivos de las élires políticas de fortalecer la capacidad formación estatal de! PRI. El Movimi
del Estado en suministrar tales servicios. El fortalecimien- cionario tuvo éxito inicialmente en inc
to del Estado en este sentido habría requerido una inver- campesino a su esquema, pero fracas
sión considerable para mejorar la capacidad de elevar apoyo económico y en servicios que h
recaudos mediante los impuestos y para organizar su apa- éxito a la reforma agraria (ver capí
rato administrativo. Dado que las élites ya poseían un ac- agr arias).
ceso selectivo a los servicios públicos, como la seguridad En la mayoría de los casos, sin em
de la propiedad y a servicios básicos (a través del mercado de incorporación simplemente tran
mismo o mediante la apropiación de las limitadas funcio- sociales desiguales a la arena polític
nes del Estado), frecuentemente no era racional llevar a relaciones verticales desiguales al n
cabo estas inversiones en la construcción del Estado. En Pese a que el corporatismo es crecie
casos de incorporación parcial de grupos más pobres en no del pasado, su herencia persiste
sistemas nacionales de suministro de servicios, especial- son relevantes en la política actual
mente en países de ingreso medio , aparecieron nuevos in- dancia de intereses creados que se h
tereses creados , por ejemplo para sostener un Estado de clases obreras formales y en los emp
bienestar "truncado". blico. Este fenómeno se evidencia en
La importancia del clientelismo tanto en regiones ur- dualistas (ver capítulo 8) y en e! esta
banas como en rurales ha sido documentada en toda la cado (ver capítulo 9).
región, por ejemplo en Brasil (Leal 1948, Carvalho El clientelismo y corporatisrno -y
1997), México (Cornelius 1977, Grindle 1977), Colom- formas verticales de inclusión de grup
bia (Smchmidt 1977, Archer 1990), Perú (Srokes 1995), dejado también un legado negativo
y Venezuela (Powel 1977). Las formas más tradicionales nización política. Han trabajado en
de clientelismo, frecuentemente relacionadas con perso- de partidos programáticos (tanto lo
nalidades locales poderosas, son probablemente de ma- la clase trabajadora como a fuerzas
yor importancia en las regiones relativamente menos parte importante de la evolución po
desarrolladas de América Latina, es decir, los países me- países europeos y los Estados Unidos
nos desarrollados (v er recuadro 5.2 sobre República Do- es una de las excepciones a este patró
minicana) y en sub regiones más pobres, como el Nordeste en el sentido de tener una larga
de Brasil o los estados del Sur de México. Sin embargo, el programáticos genuinos, especialm
clientelismo no es de ningún modo peculiar a Am érica presentan a la clase media y a la c
Latina o a los países en desarrollo. Ha sido un importan- discute más adelante, los cient íficos
te aspecto de la historia política de muchos (quizá de la parte el éxito relativo de Chile en
mayoría de) países de la OCDE, por ejemplo en la ma- efectivo y redistributivo después de
quinaria política de las ciudades norteamericanas y a ni- mocracia, a la continuidad del desem
vellocal y nacional bajo los demócratacristianos en Italia comenzando en la historia anterior
(Shefter 1994). El aspecto que hace a América Latina di- 1977).
ferente es la profundidad y resistencia de las estructuras En algunos casos, el corporatismo
clienrelistas. evidentes de subordinación política
sido un fenómeno generalizado en América Latina, en Salvador, el gobierno dinástico de lo
muchos países han sido reforzadas por divisiones étnicas y gua, el largo régimen personalisra d
raciales. Esto es más aparente en Brasil, gran parte del guay, la "partidocracia'' en Venezuela
Caribe, los Andes centrales y partes de Centroamérica, Vladimiro Montesinos en Perú duran
Colombia y México. Como se discutió en el capítulo 4, Adicionalmente, se presentan manife
estas divisiones se remontan a las condiciones desiguales sutiles de una aplicación desigual de
que emergieron del período colonial. Tales desigualdades cual discrimina a los pobres.
relacionales han tenido grandes efectos en los procesos de La evidencia internacional de la
socialización, expectativas colectivas e interacciones dia- del Estado surge de encuestas interna
rias, afectando a su vez el comportamiento y las condicio- por parte del World Economic Foru
nes relacionadas con la educación, el trabajo y las los representantes de empresas sobr
interacciones sociales. presenta en sus países influencia exc
Por ejemplo, en un estudio etnográfico de las mujeres diseño de políticas estatales por par
negras pobres en áreas de producción de caña de azúcar en poderosos, empresas o individuos (fig
el Nordeste de Brasil, Scheper-Hughes (1992) documen- cia desigual (o "sesgo hacia el amig
tan los complicados dilemas que enfrentan los pobres a cionada con una evaluación más neg
diario, donde muchos esperan encontrar un "buen patrón" imparcialidad de las cortes y de la cap
que resolverá sus problemas. Tales historias se repiten en plir las decisiones tomadas por los jue
estudios sociológicos y etnográficos de la región (ver Cal- piedad menos seguros, menores nive
derón y Szmukler 2004). Estas diferencias basadas en gru- tributario y mayores niveles de sobor
po afectan tanto al diseño como la implementación de la
política, y como en otras partes del mundo, magnifican los Visión de las empresas acerca de in
retos de dar forma a la base social y política mediante la sobre las políticas, en perspectiva i
cual los bienes y servicios públicos son suministrados por La importancia de la captura del Est
el gobierno. (~r recuadro 5.1 para evidencia de los Esta- apoyada por una cuidadosa docume
dos U nidos y Europa). clave sobre la historia de la construcc
en México por Haber (2002 a) y en
Débil capacidad del Estado de algunos países. Por ejemplo, en en
La implementación de acciones políticas para reducir la y funcionarios públicos en Perú dura
desigualdad, mediante la redistribución abierta de acti- las personas que respondieron juzgó
vos o la producción eficiente de bienes públicos, requiere impacto" de sobornos ofrecidos a los
capacidad institucional adecuada del aparato del Estado. moldear leyes, al sistema judicial para
La mayoría de países de América Latina ha tenido esta- siones y a los funcionarios públicos p
dos relativamente "débiles" respecto a la OCDE y otros ministeriales. Una proporción ligeram
países en desarrollo con niveles de ingreso similares, y en encuestados reporta importantes niv
consecuencia tienen bajos puntajes en indicadores de Estado" en agencias reguladoras, y m
gobernabilidad, por ejemplo, el imperio de la ley, efec- al banco central (ver figura 5.3). Un
tividad del gobierno y corrupción (Kaufmann, Kraay y contró en una encuesta empresarial e
Mastruzzi 2003). Como se señaló anteriormente, esto 60 % reportando influencias sobre el
significa, en particular, debilidad relativa en el sumi- La debilidad del imperio de la ley y
nistro de bienes como el imperio de la ley, ciudadanía y dad ha generado una "privatización"
protección de los derechos de propiedad, y de servicios ras públicas de parte de los ricos y p
básicos como la educación primaria y secundaria de cali- en algunos casos a segmentos organi
dad." Estas debilidades se reflejan en las dificultades que dia. Esta tendencia ha ocurrido a cos
varios Estados en la región enfrentan respecto a recaudar pobres y subordinados, quienes no ha
ingresos. riqueza para ejercer tal influencia . Lo
interno bruto (PIB) en programas sociales, en contras- focalizados a los pobres.
te al prpmedio europeo de 25%. No es sorprendente Por el contrario, las diferencias ra
entonces que lp~.Estados Unidos tambiéripiesentan ni- menos importantes históricamente e
veles altos de desigualdad que son sustancialmente más cial y formulación de políticas en la
altos que los de sus contrapartes europeas . Una com- durante el siglo xx. Los europeos te
paración cuantitativa de los Estados Unidos y Europa dad de ver a los pobres como persona
revela la influencia de una historia de desigualdad ra- estigmatizaron como miembros de u
cial sobre este fenómeno (ver Alesina, Glaeser y Sacer- te indeseable. Esta ausencia histórica
dote 2001). cial ayuda a explicar los diferentes ni
Como los afroamericanos están sobre-representados en los Estados Unidos y Europa. Las
en los niveles de ingreso más bajos, la mayoría blanca cientes de tensión racial y étnica en E
tiende a creer que el gasto social y las políticas redistribu- países, el resurgimiento de partidos
tivas benefician desproporcionadamente a las minorías, y antiinmigrantes, dan fuerza al arg
efectivamente recortando el apoyo a políticas que redu- central de preocupac ión es la interac
cirían los niveles de desigualdad", Loury (2002) ha ex- cias basadas en grupos y opciones de
plorado los modos frecuentemente sutiles en los cuales preferencia intrínsecamente "europe
una historia de estigma racial puede continuar teniendo cas redisrriburivas.

FIGURA 5.2

Financiamiento político V su impacto. por tipo

Porcentaje de las personas que responden la encuesta

100
Persistente

55

No representa
un problema 10

Eiil Financiación politica ilegal • Financiación política legal influencia la política


• Captura por las firmas de leyes/política s/regulació n

Fuente : World Economic Forum (2003).


compartieron las rent as. Esas terceras personas variaron mente con los Acuerdos de paz de
con los activos y períodos, e incluyeron a las facciones mi- capacidad del Estado guatemalteco
litares locales (por ejemp lo, productos agrícolas durant e la nes púb licos es bastante limitada. G
revolución), los Estados Unidos (por ejemplo, para el pe- 8% del PIB en imp uestos y gasta
tróleo) y el movimient o sindical (en el sector indust rial). sector social.
Estos arreg los se institucionalizaron en el Estado corpo- Costa Rica ofrece un ejemp lo con
racista creado bajo el PRI y sostuvieron la inversión y el de 1870, el Estado ha mantenido u
rápido crecimiento que duró hasta la crisis de la deuda de cial frente a los actores de las clases d
la década de 1980. Sin embargo, este avance económico do las élites cafeteras. (J1!r Paige 19
vino a costa de un patrón de desarrollo que fue ineficiente para una discusión comparativa). Est
e inequitativo, ya que la protección selectiva de las rentas creciente apertura política, la movili
y la distrib ución de las mismas fueron centrales a las bases clase media nte los partidos político
institucionales del crecimiento . 10 demandas media nte las institucione
Un caso mas extremo de influencia de la élite y captura vez, los requerimientos de servicios p
del Estado se present a en Gu atemala. Comenzando a fina- taron, a lo cual el Estado respondió
les del siglo XIX, las élites terratenientes y los militares ministro de amp lia base social, en es
ejercieron una fuerte influencia sobre el Estado guatemal- básica. Costa Rica obtie ne 18% de
teco (Heller y Mahone y 200 3). La década de 1870 estuvo otras fuentes y gasta 17% del PIB e
marcada por el surgimiento de la agricultura de exporta- tabla 9.2 y figura 9.3).

FIG URA 5.3

Impacto de sobornos sobre la formación de políticas, según una encuesta de empresas por un grupo recip

Grupos recibiendo soborno s

Parlamentarios
(para influir en leyes)

Judicial
(para influir en decisiones
judiciales mayores)

Altos funcionarios
(para influir decretos!
decisiones presidenciales)

Agencias
regulatorias

Decisiones del 1_ Firmas • Funcionario


banco central
+-------------r-------------
40 70

Porcentaje de personas que respondieron la encuesta

Fuente: Kaufmann , Recanat ini y Biletsky (2002).


envergad ura (por ejemp lo, reforma educativa) y esperar en movimientos rnilenarist as de aisl
recibir apoyo electoral. Al reconocer la inhabilidad de las movimiento de los Canudos en el No
élites go berna ntes pa ra com prome terse en reformas sus- el siglo XX , la exclusión y populi smo
tanciales de po lít icas, los electores pr eferir ían vot ar po r ta ron en el conflicto civil violento, no
candidatos localm ente prominentes que prometen sum i- de América Central, de Bolivia y de
nist rar ob ras públicos tangibles o programas de empleo en la G uerra Fría, la at mósfera Posrev
pú blico. tensiones sociales tendi eron a prom o
presivas y auto ritarias, como en G uate
Legados instituciona les de desigualdad y los limites (973), y en El Salvador (980), para
de la democratización los ejemplos m ás violentos.
Esta sección se concent ra en el proceso de democratización El pop ulismo sí tu vo objetivos red
en América Lat ina. De un lado un legado auto rita rio (ver menos la retórica correspo ndiente- m
capítu lo 4) y la dinám ica int roducida por estructuras so- menes autorita rios y democráticos, pe
ciales frag me ntadas y Est ados débiles, han llevado a un a también un sínt om a de institu ciones
consolidación de la dem ocracia rezaga da e int errumpida, les a tr avés de las cuales surgieron pe
con períodos de ame nazas incons titucionales y auto rita ris- carismá ticos con pro mesas a las masa
mo (especialme nte d urante el período de la Guerra Fría). diadas por estructu ras inst itu cionales
De otro lado, cuan do la democ racia efectiva me nte retornó mayoría los líderes pop ulistas fuero
a la región en la década de 1980, probó ser insuficiente mente a causa de su estar us carism
para transformarla en un a región con ciudadanía verdade- Fuero n incapaces de realizar cambio
ram ent e egalitaria y con Estados efectivos e incluye ntes generales de privilegio y procesos insti
(O' Do nne ll 1998b ). de Velasco en Ecuador, Conagha n 09
Estos procesos pu eden ente nderse en términos de la ta: "El éxito inicial de Velasco fue el
pregunta más ge neral de cómo los g rupos m ás pobr es y culos cerca nos a élires trad icion al
subordinados se incorporan al régim en político. La inefec- popul ism o clásico en Amér ica Lati
tividad para incluir a los pobres por parte de los mecanismos Peronismo), Velasco nun ca produj o
de representación políticamente legítimos, especialmente polít icos verdaderos para sus pa rtida
los pa rtidos políticos programá ticos de bases amplias, ha log ró, sin em bargo, ed ucar un a ge ne
creado frecuenteme nte tensiones y dinámicas qu e iban en ticos en cómo ganar el pode r político
cont ra de un cambio redis triburivo sostenido (Collier y zaciones o refinar las plataform as de
Collier 1991 , Rueschemayer, Stephens, Srephens 1992). pareció subrayar la poca impo rtancia
Esta misma diná mica ha tenido impactos significativos no minación de la personalidad ...". En o
sólo en cambios frecuentes de régimen a mediados del si- m as (tal como la reform a ag raria peru
glo XX en América Lat ina, sino tam bién en las perspecti- de m anera incom plet a, no pudieron
vas de consolidación dem ocrática en años recient es (Collier distributivas, y produj eron inestabili
y Collier 1991). (nota blemente en Argentina, en Bol
Cuando la modernización social y económica come nzó sult ado fue qu e las "ga nancias" prev
a resqueb rajar la política tr adicional excluyente a pr inci- fueron revert idas.
pios del siglo XX, las élites políticas y la sociedad respon- La histori a conte mporánea de Ar
dieron de diferentes formas a esta nueva dinámica. Com o dam enre cómo la incapaci dad de u
se discutió anteriormente, en países m ás ava nzados eco- exitosa mente con la cuestió n de inclu
nóm icamente (incluyendo Argentina, Brasil y México), q ueado el desarr ollo de un Estado
las élites inte ntaron incorporar a los sectores "populares" dist ributi vas períodicas no resuelt as
(p rincipalme nte a obreros urb anos orga nizados) median- consta nte de la desigualdad (ver el c
te arreg los esta ta les corpo rativistas. En algunos casos (no- ge nti na, la incorp oración de los g rup
t abl em ente Argentina y Br asil, pero t ambién Ch ile y cialme nte tr abajadores urb anos) em
nificativo en el sum inistro por el gobierno de bienes delegado y mayor rendición de cu
focalizados (en otras palabras, obras públicas), los bajos ellos se muestran reacios a permitir
niveles de gasto en bienes públicos (por ejemplo; la edu- rencia de Alberto Fujimori .en Perú)
cación), y bajos niveles de gasto general. La-tradici ón de pacidad limitada para contrarrestar
clienrelisrno en la República Dominicana es el legado de rivales por utilizar los recursos a su
30 años de la dictadur a represiva y personalista de Trujillo sistema sofisticado de administ rac
de 1930 a 1961, que impidió el desarrollo de partidos sector público Hiciera comp letament
creíbles con posturas claras y creíbles en asuntos de polí- usos. La incapacidad para controlar
tica pública. ejecución del gasto, sin embargo, le
Al no existir partidos disciplinados con reputaciones fuerte incentivo para mantener bajo
claras acerca de sus políticas, los presidentes encaran les del gasto. Al final, el gob ierno pr
mayores desafíos de parte de rivales políticos aún dentro altamente focalizados del clientelis
de su propio partido y gabinete. Estos rivales siempre cantidades insuficientes los bienes p
están interesados en tomar control de potdonesdel gas- educación primaria pública y de alta
to público para proporcionar favores clientelistas a sus Haber hecho mella en la desigualdad
propios electorados personalizados. Respondiendo a esto,
los presidentes Hanemprendido relativamente poco gasto Fuente: Keefer (2002) .

1940 bajo el régimen pop ulista de J uan Domingo Perón, sindical, bajo la dictadur a así como
qu e movilizó a trabajadores indust riales Hacia sindicatos bierno peronista electo. Sin emb argo
aprobados (y contro lados) por el Estado, e int rodujo una en la crisis económica y el golpe de
serie de medidas de política apunta das a atender sus nece- ción aguda en la participación labo
sidades (incluyendo grandes aumentos del salario y pres- plifica un patrón inte rnacional más
taciones de los trabajadores, y la creación de un sistema de menudo "resuelven" las luchas dist
seguridad social). Bajo Perón Hubo un aumento gra nde en con pérdidas a cargo de los tr abajad
la pa rticipación del trabajo que posteriormente fue rever- pítulo 8 y Diwan 200 1).
tido agudame nte cuando él salió del poder (ver la figura Si Argentina represent a un caso d
5,4, qu e ilustra una serie de largo plazo sobre participa- ma del régim en que enmascara la p
ción del trabajo en la Argentina). tal de relaciones sociales desigu ale
Las relaciones del gob ierno con los trabajadores orga ni- Venezuela es un caso en el qu e la
zados eran sumamente depend ient es de las relaciones per- fallado en resolver conflictos distrib
sonales y el atractivo carismático de Perón, antes que de glo xx. Venezuela por tant o no ha
mecanismos institucionalizados de represent ación. En las Estado redistriburivo capaz de fom
palabras de Snow y Wynia 0990 , p. 138), "Los beneficios cluyent e. Aunque el país mantuvo
materiales obtenidos por los trabajadores dur ant e la admi- mico sano y esta bilidad democrática
nistr ación de Perón eran esencialme nte obsequios de arri- 1960 y 1970, una vez que su econ
ba antes que el resultado de demandas de la clase obrera". diente enfrentó pro blemas en la déca
Siguiendo a la expulsión de Perón en un golpe de Estado, gobiernos fracasaron en el ajuste de
los regímenes democráticos y militares alternaro n Hasta y, e n ca m b io, e nfre n ta ro n un a
que se asentó un pe ríodo más exte nso de dem ocracia gobernabilidad.
durant e la década de 1980. El segundo período de pa rt i- Por mucho tiempo, las rent as de
cipación creciente del tr abajo, 1967-1974, fue uno de des- cionado a Venezuela una fuent e relat
empeño económico relativamente bueno y fuert e presión tas fiscales con qué financiar la exp
enfrentamiento entre un Presidente populista y sus furio- tan. Con esto en mente, ¿cómo pue
sos opositores . dades con la historia de relaciones
La democratización constituyó un cambio importante Estados débiles? El éxito dependerá
en la estructura de las oportunidades políticas, pero no fue ciones resistentes a las depredaciones
una condición suficiente para el cambio. Esto ocurrió pre- sos y que estén en capacidad de e
cisamente porque el proceso de democratización interactuó creados . Para la mayoría de los países
con las estructuras institucionales de relaciones sociales implica también fortalecer el contrat
desiguales y Estados débiles y, en particular, la débil agen- apuntala un esfuerzo tributario adec
cia de grupos subordinados y de clase media relativa a la gasto público.
influencia de grqpos de élite . El resultado fue una débil Los autores discuten aquí que hay
demanda efectiva para el cambio por parte de los Estados . bio. Algunas características del cont
Además, las estructuras desiguales tendieron a persistir bajo vorables. Aunque la democratizaci
auspicios democráticos. llevado hasta ahora a una transforma
El clientelismo puede funcionar bajo la democracia, así laciones sociales y estructuras políti
como bajo el autoritarismo (ver Shefter 1994 y Einhorn catalizador potencial importante par
1983 para países de OCDE y Hagopian 1996 para la per- tructura de la oportunidad. Aunque
sistencia de la política clientelisra en Brasil). tan discutir las influencias internacio
Las desigualdades sociales basadas en grupos muestran vale la pena anotar que con el final
también gran persistencia a través de los cambios formales globalización de los flujos de informa

FIG URA 5.4


El ascenso V caída de la participación del trabajo en Argentina

Ingresos laborales como participación en el total


55,0

50 ,0

45 ,0

40,0

35,0

30,0
-+- Ministeriode Economía -tii- Conade-Cepal
-6- SeRA , sin contribuciones de empleadores al sistemapensional (De Pablo 1979)
25,0
- e - SeRA , con contribuciones de empleadores al sistema pensional (De Pablo 1979)
-O- Becaria (1991) sincontribuciones de los empleadores al sistemapensionar

Fuente: Fiszbein y Galiani (2003b),


los debates acerca de si los gobiernos en países de la OCDE prevale cen a trav és de América Latina
pu eden afectar las condiciones de la desigualdad . Utili- (a excepción de Cub a) no ha visto ma
zando un análisis de experi encias a tr avés de la OCDE y patrones de distribución basado en tr a
una com paración estructurad a entre España y el Reino ticas y sociales fundamentales, algunas
U nido en la década de 1980, un trabajo reciente (Boix meten. La sección sigui ente se cent ra e
1998) muestra que las distintas preferencias de partidos de países y también a nivel subnaciona

RECUADRO 5.3
¿Existen razones políticas y socialés para el coÍltrasteeÍltre Américalatina y el Estede Asia?
~ ~.

El Este de Asia ta menudo se caracteriza como la ,región tamente de ese grupo para su princip
"por excelencia" de crecimiento con equidad. La reali- política (ba jo el gobierno de Mahathir)
dad es más compleja, y alg unos eJe los paísés del Este también la necesidad de proteger los d
asiático han experimentado aurp entos signifjcativbs. en piedad de otros inversion istas doméstic
la desigualdad en las pasadas dos décadas (Ahuja y Otros Las relaciones sociales desiguales Ror
1997). Sin embargo, es claro que varios países en la re- menos prominencia en el Este de Asia
gión -de Japón a (más recientemente) Viet.nam-)la é'x- Segundo, los casos exitosos de crecim
perimentado largas fases de alto ciecimiep.to con niveles simultáneos evolucionaron una forma d
moderados de desigualdad. , econóJl1icaquecqJl1binó un'grad~ de
Además, Jeste patrón ha ocurrido en ffit.léhos 'p aíses c!átic~ con unjones.,;cercall~ a.grupos .
bajo gobiernos autoritarios. Dent~b de laextensa litera- cipales . Tal "auto nomía empotrada" (
tura existente sob're las bases del\~xito de(Este asiático , un elemento central del desarrollo exito
dos hilos argumenrat ívos son particularmente aplicables que surgieronjsn la reg ión . Esto no fue
¡i la discusión a~tual. P.ri~$~¿;' lqs. é.:¡¡:ito§ casi siempre nera un asung f limpio, y ~ menudo co
implican lás alianzas affit>,liás entre élíres y grupos su~ guismo y corrupción. Sin .embargo,
bordinados, especialmente los campesinos durante las mayores a~erca del desarrollo ':'¿esde
fas~s tempranas d~ la transición. Esta'paut~refleja mu- radoresen Corea aLmanejo de crisism
chos factores, inél~yendo largas tradiciones de agricul- en I ndonesia ~tes del profundo descal
tura minifundista; las reformas agrarias dqrante períddos político de 1998- : la autonomía "emp
d~ transi~ión política ¡"~portante (en Chi~a, República persecución de d ffiinos tendientes al de
'-
de ,Corea y Taiwán, China); la necesidadjí é suministrar la protección de intereses creados. Lo
. t . . . . ...
ingresos y servICIOS a camp~smos ant~ amenazas ex~c:r- efécéivos$en las áre~ clav¡:: desuministr
nas a lá seguridad nacional (Corea y TaiWáii,*China); y cios públicos. El contraste clave con A
las amenazas de movimientos revoluci6narios de .origen se debe ver .en términos de un espe
campesino (Indonesia). Estas alianzas no ¡{ecesaiia~en­ autoritarios y democráticos, !Jero en té
te implicaron la rr!(wilizaeióna ~ivef10cal, pero estaba las historias
• : y sociales
. . • # políticas ..• del.E
dentro de los intereses de la élite incluir económicamen- evolucionaron b~jo ambientes e:<.t~rp.os
te a los grupos más pobres: En,Malási(l' estaacc:ión tOmó t.alaron estructuras
E'~- " ··
inst itucionales
t!
más
la forma particular de méjorar laposjciPl1 d~Lgnil'0é i­ tivas .
~ i

lnico históricamente máSpobr~de bumipu,teras (malax~s), ~*"* '¡'h' ., ." n: ..


PuénteJ:' WotldBank (1993), Teranishi (1997), Evan
P ero
I
fue realizada por un gobiern'o qu e dept ndía direc -
.L · ";l x' JI: . ;; ' l
cimiento con equidad". 12 Este e
ingresos durante la década de 1980. La mayoría de los go-
equilibrar los frutos de políticas e
biernos sí respondió a estos problemas de un modo u otro. mercado (introducidas por el gobie
El gasto social creció apreciablemente en la mayoría de los el objetivo de lograr la equidad y
países, con parte del crecimiento (excepto aumentos gran- lecer sistemáticamente las polític
des en desembolsos de pensión) siendo progresivo en su 5.5). Como resultado, los bienes p
impacto gracias a la expansión de servicios básicos, tales ministrados, la inflación fue puest
como la educación, la salud, el agua y el saneamiento a dencia fiscal se mantuvo. No hub
partes de la población que previamente no habían sido aten- derechos de propiedad, y una ex
didas (ver el capítulo 9). Sin embargo, hubo variaciones los derechos ciudadanos (relativo
grandes en la eficacia de tales acciones en términos de re- complementada por un aumen
sultados, y una expansión en el gasto público en sí misma focalizados de base amplia. Con la
no reflejó ningún cambio en los equilibrios políticos sub- mica y social aparentemente ase
yacentes. nanza de inversión que a su v
En América Latina y a través de la historia de Europa y crecimiento y reducción de la pob
los Estados U nidos, los cambios a los equilibrios políticos nes democráticas invirtieron tam
que apuntalan los Estados más efectivos y redistributivos administración pública, apoyánd
han ocurrido tanto al interior como fuera de las estructu- administrativas sólidas (para los es
ras estatales existentes. existentes. Hoy, Chile es conocido
La pregunta clave es si los partidos o grupos nuevos o bidad de su administración pública
reformados, al alcanzar el poder, adoptan los poderosos en el reino de políticas económica
instrumentos del clientelismo para fortalecer su apoyo, o La combinación chilena de po
siguen metas colectivas. 11 En la discusión siguiente, dis- prudentes con reforma gradual del
tintos casos de la transición dentro de América Latina se ca ser el resultado sensato pero pr
consideran, con recuadros utilizados para ilustrar áreas de bierno. Sin embargo, en tantos otro
acción de las políticas. en América Latina), deseos sociales
Chile es un buen ejemplo de cómo la preexistencia de la redistribución han tenido como
partidos programáticos se combinó con una autonomía económico insostenible. ¿Por qué e
burocrática relativa para facilitar la transición hacia el equi- Chile capaz de evitar un destino
librio político con un Estado más efectivo y redistributivo. consiguió introducir una agenda p
Dónde estas condiciones previas son débiles, el cambio ha políticas sin arriesgar la confianza
ocurrido o a causa de la movilización interna de partidos dad macroeconómica? Una explica
nuevos o a través de movimientos externos al sistema. Brasil tra en la naturaleza de actores insti
ilustra ambos casos a través de las administraciones de y las relacionesentre ellos. El elemen
Cardoso y Lula. América Latina tiene también una va- del enfoque chileno de "crecimie
riante de los movimientos externos al sistema, la del lí- amplia alianza centro-izquierdista
der populista que apela total y directamente al pueblo comprendió 17 partidos alrededor
(descontento), pero está débilmente integrado a estructu- tas y los demócracristianos. Al n
ras organizacionales o movilización local. Esto es a su vez clientelista estatal durante la lucha
un producto de la debilidad de las tradiciones partidistas y tar en la década de 1980, estos p
de sociedades fragmentadas, y es un caso ilustrado por Perú. través de la década en entidades
La debilidad general de los partidos programáticos en la moderadas con nexos fuertes a org
región -un producto de patrones históricos de evolución pecialmente sindicatos), y un comp
política- hace más duro el desafío de mejorar el Estado, y cracia social representativa y plura
a su vez hace que el papel de otros actores en la sociedad Cuando la transición democrát
(incluyendo asociaciones empresariales, sindicatos, movi- las fuerzas conservadoras retener
distributivas relacionadas con la disyuntiva entre el em- política macroeconómica estricta, esto
pleo y la igualdad, por una parte, y la eficiencia, en el por una expans ión significativa de apoy
otro. Durante las décadas de 1970 y de 1980, los go - ticas que aumentaron las prestaciones s
biernos socialdemocr átas escogieron estrategias basadas El objetivo de la comparación aquí
en un a apreciablemente mayor formació n de capital pú- impacto de las decisiones de política; est
blico, inversión humana y esfuerzos tributarios, y man- evalua ción cuidadosa de efectos inst ru m
tuvieron un mayor papel empresarial para el sector ticas y visiones normativas acerca de la
público en la economía. En contraste, los gobiernos con- desempleo. Es, sin embargo, digno de m
servadores escogieron una menor inversión en capital fí- Bretaña experimentó un aumento muy g
sico y humano, menores impuestos y la privatización. El igualdad en la década de 1980, para lo
contraste de políticas ent re tipos de gobiernos se puede países ricos. España experimentó un de
ver clarament e medi ante un a comparación entre dos par- en su (ya menor) nivel de desigu aldad . A
tidos programáticos en la década de 1980: los conserva- observadores discuten que la expansión
dores británicos bajo Margaret Thatcher y los socialistas bienestar social fue un complemento cl
espa ñoles bajo Felipe González. Estos partidos estuvie- restructuración industrial asociada con
ron basados inicialm ente en coaliciones electorales muy tegraci ón de España a Europa.
diferentes. Los conservadores británicos 'apelaron a las
clases altas y medias y procuraron ensanchar su base en
las pr imeras, po r ejemplo, med iante la política de vivien- Fuente: Boix (998).

significativas, la Concert ación escogió deliberadamente un a con la imp ort ancia de la min ería en la ec
forma consult iva del go bierno -la llam ado "política de la mayoría de los observado res concuerd
acuerdos"- por la cual e! go bierno discut ió cada iniciativa mentos significativos en la desigu aldad
legislat iva import ant e no sólo con los socios de la coalición, 1970 (con la tr ansición al régim en de P
pero tambi én con part idos de oposición y organizaciones da de' 1980, lo que es evide nte en los da
sociales." Tales arreglos negociados fuero n posibles porqu e e! capítu lo 2, para una d iscusión y ref
los partidos y orga nizaciones sociales clave implicados (en ta m bién en la consolidación de la posició
confederaciones sindicales y empresariales part iculares) te- glomerados (Schamis 2002). Tercero, los
nían amp lias e incluyentes bases de representació n y apo- tribución de! ingreso son siemp re un p
YO. 15 Ante la fue rte dem an da por eq uidad soc ial y las que, por ejemplo, aumentar e! acceso a
expec tativas en to rno a un manejo económico prudente, la centralidad de las fuerzas de! mercado
los acto res lograron obtene r arreglos sensatos en una agenda distribuciones salariales.
nacional amp lia en vez de persegui r intereses pa rroq uiales Como se discutió en un informe re
y sectoriales. 16 Mundial (de Ferran ti y otros 2003), la
Si Chile ha form ado, para está nda res lat inoamericanos, nacional fue un catalizado r pa ra e! cam b
un Esta do relativam ente efectivo (y redist ributivo), ¿Por hacia la mano de obra calificada en paíse
qué sigue siendo un a de las sociedades más desigu ales de vando inicialme nte a un au me nto agudo
la reg ión en términos de ing resos? (~r e! capítulo 2). Tres habilidad y a desigu aldades salariales. Sin
facto res son pertinentes. Prim ero, la form ación histórica expansión en escolaridad (especialme nte
de Chile (especialmente durant e e! siglo XIX y p rimera rio) al final de la década de 1990 pareci
mitad de! siglo XX) siempre ha implicado un a mezcla de tand o esas fuerzas poderosas del lado de
g rados relat ivamente altos de go bierno constituc ional y de Como Chile, Brasil expe rimentó la
concent ración de la rique za, la cual está en parte asociada ciada de un go bierno m ilitar autorita ri
corporativos y personales para ingresos superiores, den- gislación importante de la coalici
tro de la categoría de impuestos directos . la reforma se negoció políticamente para tran
tributaria estuvo acompañada de un arreglo para desti- nómicas conse rvadores acerca de
nar una participación específica de las rentas para el gas- bierno con la responsabilidad
to social. "- económicas sin esfuerzos radicales
Entre 1990 y 1994, el gasto ~~cial aumentó en casi arreglo negociado reflejó no sólo
50% . Esto tuvo poco impacto sobre el alto nivel de lativas de las élites conservadoras y
desigualdad de ingresos durante el mismo período, el (que carecía de una mayoría en el
cual fue impulsado en gran parte por el efecto de las bién lo que los partidos que com
fuerzas de mercado sobre los ingresos laborales. Sin em- tación" habían aprendido de exp
bargo, hubo reducciones significativas en otras di- de 1970, cuando e! radicalismo e
mensiones de la desigualdad, reflejando el carácter en un golpe brutal y casi dos déc
redistributivo del gasto social: si el valor imputado de bajo Pinochet.
prestaciones sociales se incluye, la distribución de "in-
gresos" mejoró apreciablemente en la década de 1990 Fuentes: Boyland (1996), Weyland (199 7).

A lo largo de la dictadura e incluso durante la transición entonces para reformar su sistem


democrática, la continua importancia de relaciones so- dad social (ver recuadro 5.6) .
ciales desiguales, la falta de partidos programáticos, y la Desde mediados de la década
fortaleza de los grupos de intereses especiales caracteri- ciones de Cardoso y lula han se
zaron la economía política brasileña. Aunque Brasil he- una combinación de políticas comp
redó un Estado relativamente efectivo en términos de promiso con la estabilidad mac
capacidades burocráticas en ciertas funciones del Esta- social, y la construcción de las cap
do, tales como la promoción industrial (Evans 1979, e! recaudo de renta y e! suminist
Schneider 1991), el suministro efectivo de bienes públi- ciones de ambos gobiernos han sid
cos claves -notablemente estabilidad macro, derechos de treñidas por la fragmentación i
la propiedad, y ciudadanía- no fueron parte del legado político brasileño.'? Sin embargo,
de los gobernantes militares del país . las instituciones consistencia con que estos gobiern
políticas brasileñas han sido tradicionalmente propensas más equitativas son notorios. "
al inmovilismo.'? la fragmentación institucional del sis- las políticas en favor de la equ
tema político brasileño -en donde muchos grupos de in- das por estos dos gobiernos reform
tereses y políticos individuales, libres de la disciplina genes partidistas diferentes. El
cohesiva de un partido, entran en un intercambio de fa- PSDB, fue creado como un grupo
vores políticos de corto plazo- no es conducente al cam- te por desertores de! PMDB -qu
bio redisrriburivo , En cambio, los grupos poderosos y bien de! partido de "oposición" creado
organizados presionan exitosamente para avanzar o pro- ticos tradicionales durante e! pe
teger sus propios intereses y privilegios, lo que a su vez una tentativa para vencer la ori
refleja en gran parte la desigualdad subyacente del poder PMDB . El PT de lula, por otro
político en la sociedad brasileña. Esta débil gobernabilidad externo al sistema durante e! pe
está ilustrada claramente por la dinámica del proceso de tanto carecía de acceso a fondos c
formar una Constitución al final de la década de 1980, la movilización), y se desarrolló co
así como por las dificultades que el país ha tenido desde tal genuina entre sindicatos y otro
camino a través de las estructuras institucionales esta- turada, grandes expectativas, y la au
blecidas . Una década después de ocurrida la transición programáticos.
democrática, Fujimori heredó casi el exacto opuesto de los
atributos de un Estado efectivo y redistributivo: hiperinfla- Otras transiciones problemáticas o
ción; un conflicto violento con el movimiento guerrillero En América Latina otros países han ten
de Sendero Luminoso; derechos de propiedad inciertos; llidas o problemáticas a la democracia
derechos ciudadanos debilitados; y un desplome de la ca- ces y retrocesos menos dramáticos que e
pacidad del Estado para recaudar rentas y suministrar ser- un ejemplo clásico de relaciones socia
vicios, especialmente en áreas más pobres . A comienzos de Estado débil, firmó los Acuerdos de P
la década de 1990, Fujimori mejoró sustancialmente el algunos avances en el sum inistro de im
suministro de bienes públicos --especialmente con respec- partiendo de un nivel de base muy baj
to a la estabilidad macroeconómica y social-, al terminar suministro simbólico de educación bili
el conflicto con Sendero y sostener una gran expansión en en el nivel nacional hubo pocos signo
servicios básicos, en particular a poblaciones pobres y ru- significativa de un sistema de gobierno
rales. ¿Cómo se hizo esto? En vez de reformar el Estado antiguas y nuevos intereses relacionad
para mejorar su capacidad general (como tanto Chile como el crimen. También fue simbólica la
Brasil han procurado hacer), se crearon "islas" de acción Constitución multicultural (ahora cada
efectiva del Estado, notablemente en aduana e impuestos la región), que se rechazó en un referé
(con el fin de proporcionar rentas para sostener el gasto), cute en recuadro 5.2, la República Dom
en la macroadministración, y en la concentración de un un desempeño relativamente bueno de
conjunto de programas de suministro de servicios en la bién permanece estancada en un equi
administración presidencial. Estas acciones implicaron rom- con altos niveles de clientelisrno y un
per con estructuras institucionales clientelistas existentes débil.
(por ejemplo, cerrando el Parlamento) o eludirlas (por ejem- Bolivia es un caso más complejo. P
plo, evitando los canales burocráticos tradicionales). El tuación de estructuras profundament
apoyo político fue sostenido por la aprobación inicialmen- Estado débil, el país tomó varias med
te amplia que suscitaron las mejoras relativas a la crisis la gobernabilidad y la rendición de cu
anterior; por la entrega de servicios a los pobres, aunque de la década de 1980 restauró la estab
en forma de un proyecto clientelista nacional (ver recuadro mica, y emprendió amplias reformas e
5.7); y, cada vez más, por conexiones con los ricos. Sin pública, pero no es claro si estas refor
embargo, esta situación tuvo altos costos en términos de significativamente las relaciones client
socavar las instituciones democráticas, incluyendo la cap- Bolivia tomó medidas innovadoras par
tura del poder judicial y parte de los medios. tralización democrática (ver abajo), c
En términos de estructura política, la experiencia de aumentar la influencia de los grupos
Fujimori tiene paralelos con el modelo del líder populista yendo a los indígenas.
que cruza las estructuras institucionales y promete Al mismo tiempo, Bolivia ha exp
redistribución, pero que tiene la resolución y la capacidad descontento que resultaron en la forma
de desafiar los intereses creados y mantener la estabilidad tro de un movimiento de protesta esen
a nivel macro, y utiliza métodos autoritarios cuando son que forzó la renuncia del presidente S
necesarios. Al principio del gobierno de Fujimori, la pro- finales de 2003, de un modo similar
fundidad de la crisis económica y una élite política des- sión del presidente Mauhad en Ecua
acreditada facilitó el cambio. Sin embargo, el modelo Ecuador había registrado un comprom
carismático de líder externo al sistema es inherentemente el de Bolivia con las reformas estructu
arriesgado, y últimamente insostenible a causa de la falta En ambos casos, el movimiento de la
de una base institucional de representación para ligar las patrón de un movimiento clásico de
élites gobernantes a los pobres. En el caso de Perú, los cos- sistema, compuesto por grupos pobres
focalizadas." Como resultado, la Constitución brasileña A mediados de la década de 199
de 1998 es un documento incoherente y complejo que Cardoso intentó una gran revisió
simplemente junta una gama muy amplia de intereses guridad social. Aunque se logró p
especiales expresados por la ANC.bAunque la Constitu- las propuestas de reforma más amb
ción incluye un componente social fuerte -incluyendo la te aquellas que afectaban los inte
naturaleza universal de servicios básicos tales como la sindicatos del sector p úblico, fuero
educación y la salud-,consagra también varios privile- cientemente elegido gobierno de
gios especiales de poderosos grupos de interés, por ejem- dose ahora en otra tentativa sustan
plo , al otorgar a los funcionarios p úblicos beneficios armonizar gradualmente el m uy
pensionales excesivamente generosos e insostenibles pensional del sector público con e
fiscalmente .' privado.
La incoherencia de la Constitución brasileña ha lleva- Aunque la reforma no ha obten
do a tentativas interminables por gobiernos subsiguien- el gobierno ya ha tenido que hace
tes para enmendar el documento con el fin de introducirle importantes en relación con su pro
cambios sustanciales , entre los cuales el más notable (pero vez reflejando el poder de intereses
no el único) es la reforma del sistema de seguridad so- áreas de los empleados p úblicos, e
cial. Ya en el debate constitucional, las propuestas por judicial.
tecnócratas del Ministerio de la Seguridad Social dirigi-
das a volver el sistema más justo distributivamente - por a. La Asamblea Nacional Constituyen te (ANC)
ejemplo, al buscar cobertura universal , mejoras en .dos cional que había sido elegido en 1985. y po
beneficios pensionales de trabajadores rurales pobres, intereses parroquiales y políticos de corto plazo
su vulnerabilidad a la presión por gru pos de in
la diversificación de impuestos de seguridad social, y b. Según un conteo , por lo menos 383 grupos
un umbral de edad para el recibo de la .pensión por diversos intereses profesionales y funcional~s p
tiempo de servicios- fueron derrotadas por varios gru- de sus agendas en la Constitu ción -ilustrando
pos de interés. Los intereses empresariales seopusieron acción colectiva causado por la estru ctur a corp
tada de las relaciones Estado-sociedad en Bras
a la diversificación de impuestos de seguridad social,
c. Ver ~ich 19~8 , para un an álisis del proceso d
mientras que los sindicatos y jubiladosurbanosdesafia- titución.
ron las restricciones propuestas a los beneficios por tiempo d. Este caso, se analiza'con todo detalle en Me
de servicio. Fuentes: Weyland 0996b), Vianna ( 998), Mel

con int ereses creados, tales como los sindicatos de maes- muy conocidos en la región incluye
tros. La fuerza del movimiento fluyó de una com binación ma efectivo de escuela basada en la
de severos choques adversos a la economía (incluyendo la vador, y el Programa de Salud Fa
emblemática destrucción de la producción de coca en Boli- Ceará, Brasil (para detalles, ver Ten
via) y una larga historia de exclusión social y política, y de ca políti ca de la transición al nivel s
desencanto con la clase política y la capacidad del gobierno . da por el caso d el programa fo
denomin ado " P rog ra m a N acio
La transición al nivel sectorial (Pronasol), un instrumento de
Aun cuando el reino de la polít ica de nivel nacional es to- clienrelista;" y su sucesor Progresa
davía inhóspito al cambio a favor de la equidad, la transi- "Oportunidades"), mejor concebido
ción para abandonar modo s clienrelistas de gobernabilidad instrumento de política para la red
ha sido posible al nivel sectorial en varios países. Ejemplos la pobreza (ver recuadro 5.8 y capí
más pobres. Los partidos tradicionales prácticamente resultado que el programa tuvo
desaparecieron, y el gobierno se volvió mucho más cen- redistribución.
tralizado. . Aunque las evaluaciones del'Impa
Un ejemplo importante es la centralización de-Pon- pobres de Foncodes hayan sido posit
codes y otros programas sociales bajo el control inm é- ha sido 'criticado a menudo por su pol
diato de la Presidencia. Este cambio aumentó el diseño que eludió a las administracione
suministro del servicio y ayudó a Fujimori a ganar apoyo un'modo consistente con las otras acci
electoral por fuera de las estructuras partidistas. (.Jo es- política de Fujimori, Foncódes 'hizo po
tudio encuentra que los gastos de Foncodes aumentaron al-desarrollo institucional yal ernpod
apreciablemente en los tres meses anteriores a·laS eleC:- administraciones municipales.
ciones nacionales, y que los .próyectos>fueron dirigidos a
provincias en las que era probable que su efecto político a. Ver Roberrs 1995 sobre el concepto de neopop
fuera más grande. Entre 1991 y 1993, Iós gastos de régimen de Fujimori.
Foncodes favorecieron al núcleo de sus partidarios y'a.vo- Fuentes: Schady (2000), World Bank (2001c).

El papel de la descentralización democrática asocia con procesos democráticos local


¿Puede la descentralización política y administrativa lle- grupos más pobres y llevan a una acc
var a transformaciones políticas y sociales locales? (Ver de parte del Estado."
Ferranti y otros, 2000 para una discusión general). El pro- Que e! buen gobierno local puede
ceso de descentralización, por su propia naturaleza ha ge- cia positiva en los indicadores de des
nerado una variedad grande de experiencias, ya que las trado por los casos de Porto Alegre
nuevas oportunidades para una mayor autonomía política (Colombia), donde cambios sustancia
han interactuado en diversos contextos locales, políticos, acción de parte de los gobiernos y los
sociales y económicos. En ausencia de políticas compensa- han fomentado culturas de ciudadanía
torias nacionales, proactivas, la descentralización aumen- ron a un rompimiento exitoso con las
taría generalmente las desigualdades intrajurisdiccionales, turales de la desigualdad que han desaf
por ejemplo, por la mayor capacidad de jurisdicciones más pública en e! plano nacional. Claram
ricas para recaudar impuestos que luego podrían ser apli- locales importan con respecto a los resu
cados al suministro de mejores servicios económicos y so- de descentralización, como se ve ilustr
ciales. cia boliviana con la descentralización,
En algunos casos, la democratización local, simbolizada tados del proceso de descentralizac
por la elección de alcaldes, ha cambiado verdaderamente pro-comunitaria han dependido de los
la estructura de oportunidad en la acción local para aspi- y sociales de los municipios recientem
rantes a líderes y movimientos locales. Esto ha sido deno-
minado como una "revolución silenciosa" (CampbeIl2003). Dos casos de un cambio a estados
Sin embargo, los resultados están supeditados a precisa- más efectivos y redistributivos
mente los tipos de asuntos levantados en la discusión an- Descentralización democrática profunda. U
terior acerca de condiciones y transiciones nacionales. ¿Qué jor-documentados acerca de la tra
tan establecidas están las relaciones desiguales y qué tan clientelisrno en el plano local es el de
fuerte o débil es e! Estado local, en e! sentido de su capaci- proceso fue facilitado por la introducci
dad de proporcionar bienes y servicios públicos (locales)? cales y luego por la elección del Partido
La descentralización aumentará la desigualdad si refuerza Partido de los Trabajadores, o PT). Las
la mano de élites locales, pero apoyará la igualdad si se micas subsiguientes entre grupos loca
presupuestal en proporción al nivel de participación por Tal competencia se reflejó en la a
asociaciones en foros abiertos- ha estimulado la actividad caldes, Mockus y Peñalosa. Mock
asociativa. El PP ha tenido también el efecto de promover có .gran énfasis en construir nue
la construcción de coaliciones horizontales; esto contrasta gama de grupos sociales y en cam
con el pasado cuando los vecindarios procesaban las de- dana.
mandas verticalmente a través de jefes políticos, con el efec- Los efectos de estos cambios ins
to de ceder severamente su autonomía de asociación y tes en grandes mejoras al desemp
debilitando a la sociedad civil. minos del nivel de suministro de
La acción estatal en Porto Alegre ha sido exitosa en es- anecdóticamente) en la calidad de
cenarios públicos clave, especialmente en el suministro de La modernización del sistema de
servicios, una tendencia que ha mejorado las condiciones a Bogotá tuvo como resultado una
través de la ciudad y ha tenido también un fuerte elemen- en muertes accidentales de alrede
to redistributivo. Un creciente esfuerzo tributario es la comienzos de la década de 1990 a
evidencia de una voluntad más amplia para apoyar el pro- Los esfuerzos gubernamentales p
yecto, como también lo ha sido la reelección del PT. Aun- pública tuvieron como resultado
que Porto Alegre sea una buena ilustración de cambio a dios por 1.000 habitantes, de 80
un equilibrio político nuevo, debe ejercerse cuidado al ob- La matrícula neta en escuelas prim
tener lecciones institucionales específicas, especialmente en joró del 85 % en 1993 al91 % en 2
el proceso del PP. Para los estándares brasileños y regiona- dario, mostrando el aumento más
les, la ciudad goza un alto grado de inclusión social. El PP Tendencias similarmente posit
se ha ejercitado en un poco más de 100 municipios en Bra- respecto a otros indicadores de su
sil (de un total de más de 5.500). Valorar los determinan- ciales, tal como salud pública, a
tes y el impacto verdaderos del PP requerirá examinar tendencias son también, y de nu
algunos de los aproximadamente 100 otros casos del pro- reflejadas en un aumento en el esf
ceso en Brasil. ga de impuesto por residente aum
1988 a 86.000 pesos en 1999-,
La entrada de emprendedores políticos externos al siste- tiempo el gobierno de la ciudad a
ma y la movilización del apoyo de la clase media. Bogotá das de modernización administra
proporciona un segundo caso de un cambio dramático en tos operacionales (tales como gas
el desempeño de la administración municipal en una ciu- menos constantes, permitiendo a
dad grande. La transformación política de Bogotá se ha cursos para financiar la expansió
desplegado con el trasfondo de una escena política na- (Maldonado 2003).
cional caracterizada por la alternación del poder y los La experiencia de Bogotá mue
acuerdos para compartir el poder entre los dos partidos posible cuando la competencia el
establecidos, basados en el acuerdo Posviolencia entre las dedores externos talentosos a la are
élites . Este contexto ayudó a integrar, en los niveles den utilizar entonces su posición p
nacionales y locales , una forma especialmente bien en cultura política y eficacia estata
enquistada de clienrelisrno, a través de la cual la tradi- en Bogotá y no en algunas otras c
ción de cambiar favores por apoyo político ha persistido tienen una respuesta completa a
en una gran variedad de áreas (por ejemplo, en ef empleo gieren que esto es el resultado de
y en obras públicas locales). A menudo, este patrón ha grado de fortaleza de las estructur
sido más fuerte en áreas más pobres en escenarios tanto cidad de individuos y grupos para
urbanos como rurales. para realizar el cambio. Tanto l
Al igual que en Brasil, la oportunidad ha sido creada en cionales como las latinoamerica
Bogotá por la llegada de elecciones para alcaldes y compe- tucionalizar tales cambios será d
tencia electoral. Sin embargo, en este caso el acontecimiento términos de construir electorados
grande de financiación era la de servicios básicos, tales
de 3,4 millones de personas roe ayudado por los
como agua, tratamiento de aguas residuales y electrici- áreas con poblaciones indígenas grandes, y 1,6 m
oao- era visible y 'efectivo para el propósito oe generar ficiaron de nuevas clínicas; Coo respecto a 'la e
apoyo electoral. Pronasol fue reemplazado efectivamen~ Escuela Digna de Pronasol ben~fició a 4 millones
te por Progresa (llamado actualmente Oportunidades), 1990,5 millones de personas se beneficiaron de u
ble yaguas .residuales, y otros cinco millones
que se.enfocó principalmente en inversión en el desarr ó-
proyectos de electrificación rural. Para 1992, e
110 humano con un proceso de toma de decisiones más participación del gasto públic o general en sectore
recnocr árico.s-Iías evaluacionesdeimpacro de Pr6gresa el 12,34 % (Lusrig 1994) .
han sido rnés favorables que las de Pronasol." Unanáli- b. Un estudio (Molinar Horcasiras y Weldon 199
sis de los determinantes políticos de las asignaciones de no federal gastó más en áreas donde se habían pr
les y federales concurrentes y que los fondo
fondos de Progresa ericoniro qUt aunque las considera-
concentrados hacia los estados en los que el PRl
ciones electorales parecieran estar algo-relacioñadas con te , sino en estados marginales que 'no eran n~~e
las pautas de financiación, el nivelde la pobreza ha sido de México pero en donde el partido de oposici
por mucho trecho el-mejor'pro ñosticador del gasto de Democrático (PRO ) era fuerte. Otro estudio (D
Progresa (Menocal 200 l~,. r:
s,
Weingast 2002) encontró que el PRltomó como
eleCtoralmen~emarginales y retuvo los 'fondos p
¿Cómo se explica este ep~so3io de oespolitizaci6n de por e! PRO, pero gastó poco en los municipio
programas de lucha contra la pobreza en México? Ea grande de ventaja. El mayor gasto se dio donde ~
transformación coincidió con la democratización, o por gen pequeño.
lo menos pluralizacióhrde la política mexicana. El cam- c. A finales de 1999 ; Progresa cubrió aproxim
familias, o cerca del 40 % de todas familias rurale
bio en este programa se puede ver en el contexto de la
lias en México.slin aquel momento, el programa
respuesta del presidente Zedilloa la crisis económica del lidades en máS de 2.000 municipios y 31 estad'o
período y el descontento general con las consideraciones d. El' lntemational Food Policy Resea;ch Institute (
políticas que rodearon al gasto en Pronasol, un progra- Investigación de .Política de Alimentos, o Ifpri p
ma bandera bajo su antecesor, el presidente Salinas. Con concluyó que Progresa había aumentado aprecia
de niños y niñas en la escuela secundaria, reduci
cada denuncia de corrupción de los fondos sociales .bajo
los beneficiaríos en 12% para ni ños-y 19% (en
Salinas, aument ó'la presión sobre Zedíllo para actuar de con licencia por enfermedad) para adultos, redu
manera más transparente! Su respuesta tomó varias for- talla (Jtllnting) causada por deficiencias nutricion
mas, incluyendo un proceso políticamente impulsado de sumo de calorías y la diversidad dietética . Para un
descentralización. El caso .de Progresa es el de un pro- Ifprí, vea http://povertY.worldbank.orgll ibrary /v
grama centralmente administraoo, dis~ñaoo para teri~r e. Al descentralizar los gastos, principalmente a
permitiendo así que esos políticos decidieran q
una conexiónJn~cercapi conla ~xtre,mwa pobreza y para puede haber estado en efecto permitiendo eluso
ser menos vulnerable al't· ser
''&;
utilizado como
.' , un instrurii
..* -:/" " ,. , én- p$ro manteniéndose al mismo tiempo a ,.di~i ~nci

nomas y demandas societarias para el desempeño en el patrones de gobernabilidad. El pape


suministro de bienes colectivos." local es visible en escenarios cuasiexp
sos nacionales de descentralización,
Cómo el contexto institucional local afecta turas de oportunidad política se ab
el potencial para el cambio menos igual a lo largo de un país dad
A través de este capítulo, los autores han acentuado la jurisdicción local desarrolla su prop
importancia del contexto institucional dentro del cual un ción institucional. Una pregunta cru
equilibrio político particular de relaciones sociales desigua- cia política local puede capitalizar la
les y gobierno efectivo puede evolucionar hacia diferentes escenario político local. Como lo de
de intereses de poder, ya que un proceso originado desde intercambiar ideas y proponer reform
las bases ha trasladado apreciablemente los poderes de la apertura política y la estructura de
toma de decisiones desde las élites tradicionales a ciuda- PP se crearon desde arriba, es la s
danos ordinarios. El papel delPT, un partido ideológica- proporcionó los recursos de informa
mente coherente y pragmáticamente de centro-izquierda, PP Y fomentó su movilización. Al
como el catalizador del cambio ha sido crítico, desde que ducción de Pp, el PT cabalgó sobre
creó la "apertura desde Arriba" y proporcionó el apoyo sentadas inicialmente a una anterio
progresivo que ha hecho posible el PP. la Unión de Asociaciones de Vecin
En contraste al carácter más jerárquico, rígido y orga- gre (UAMPA por sus siglas en po
nizacionalmente aislado de la mayoría de los partidos solicitado un mecanismo popular y c
socialistas en América Latina, el PT está profundamente trol de la definición del presupues
integrado organizacional e ideológicamente en la socie- gran variedad de organizaciones
dad civil. Desde su fundación en 1980, el PT ha sido un grupos vecinales y parroquiales,
partido de movimiento social, habiendo sido formado mujeres, organizaciones no guber
como una alianza de elementos progresivos dentro de la dicatos) proporcionó entonces las r
Iglesia, los sindicatos, las asociaciones campesinas, los las ideas innovadoras, y las práctica
grupos de derechos humanos y una serie de organizacio- definieron e! PP. Con cada año qu
nes revolucionarias. Creado como un instrumento de la gados barriales al concejo presupues
lucha contra un régimen autoritario y las estructuras jores en ligar las demandas local
corporatistas asociadas, durante su primera década de la objetivos al nivel de la ciudad (A
existencia el PT, en palabras de Rebecca Abers, "procuró Biaocchi, 2001).
mantener constantemente nexos con una multitud de
movimientos sociales del nivel local y desarrolló estruc-
turas internas sumamente descentralizadas'". a. Abers (1996, p. 37).

Porto Alegre y Bogot á, la fuerza de actividades asociativas censura", un proced imiento forma l
locales y la calidad de las elecciones competitivas son ele- dato de alcaldes con desempeño po
mentos importantes de estos contextos locales" . Cuando ción en Bolivia produjo cambios
estos factores inte ract úan positivame nte entre ellos, au- asignac iones de inversiones públicas
mentan los estímu los y las capacidades políticas para cons- tores - incluyendo transporte, hidroc
truir una administración municipal efectiva y redistri butiva . cación, desarro llo ur bano, yagua y sa
Cuando uno o ambos factores están ausentes, es p robable la apa rente armonización de su d i
que e! po tencial de la descentralización democrática se (Para un análisis más detallado, ver F
quede subexplotado. dencia indica que la descentralizació
Uno de casos más radicales de descentralización en la duc ido consecuencias distributivas
década de 1990 es la Part icipación Popular de Bolivia, que que la demanda local maneje las as
se prop uso fortale cer la habilidad de los ciudadanos para públicos.
supervisar las acciones de los go biernos municipales y ha- Sin embargo, una mirada más de
cerlos responsables de su gestión . Este proceso int rodu jo boliviana, por lo menos en la fase i
mecanismos . institucionales del control social, incluye ndo popular, revela exper iencias variada
comités de vigila ncia y orga nizaciones territo riales de base pios en términos de mejoras en e! g
(conocidas como OTBs ) encargadas de supervisa r e! des- tr umentos de vigilancia y participa
empeño de! gobierno municipal y "e! voto contr uctivo de comités de vigilancia, OTBs, y e! v
do se abusó como un instrumento de conflicto partidista. a lo largo de lineamientos programát
En una muestra de 38 de los 311 municipios inspecciona- no bajo la más frecuente tradicion de
dos en un recentie estudio del Banco Mundial (World Bank orientados al clientelismo. En dond
2000c), 92 alcaldes vinieron y se fueron entre 1996 y 2000, partidos programáticos, el cambio a
o sea 2,4 alcaldes por municipio en menos de cuatro años. por agentes externos al sistema pol
Es difícil imaginar que un gobierno efectivo podría surgir emprendedores o movimientos polít
en tal contexto. un catalizador importante para romp
La influencia de variar el contexto institucional local en embargo, tales cambios impulsados p
el mismo país es ilustrada también por una comparación nos sólo serán sostenibles si se integra
de ciudades de tamaño mediano en Colombia que experi- males, especialmente las que crean la c
mentaron el mismo proceso nacional de descentralización bajas y medias para articular sus met
política (ver recuadro 5.10). Estos casos de ciudad-par-ciu- nizarse para un estado efectivo y redis
dad ilustran el potencial de ciclos beneficiosos de cambio casos de cambios significativos en la
que producen cambios complementarios o conjuntos en en el transcurso de unos pocos años,
áreas diferentes de la gobernabilidad local, ciudadanía y vellocal (como se discutió para los cas
servicios públicos. Los patrones participativos a favor de Alegre). Sin embargo, más frecuent
los pobres, del desarrollo han ido a veces de la mano con un equilibrio político nuevo implica u
iniciativas proempresariales y de desarrollo económico lo- dificultades, como parece haber ocurr
cal, mejores servicios educativos locales, corrupción redu- serie de pasos que vienen a ser vistos
cida, movilización de recursos, y cambios en la cultura de estratégica, como puede estar ocurrie
trabajo de los empleados públicos . Los alcaldes dinámicos los complementos, pero no sustituto
también han sido importantes en crear el cambio positivo , cambios provenientes del interior y
pero ellos trabajan dentro de un sistema y el incentivo para están las medidas para aumentar la t
ser un alcalde depende del contexto. Teniendo esa oficina bate público, para reforzar las capacid
es más atractiva para individuos talentosos y ambiciosos públicas, para sostener la presión soc
en Colombia que, por ejemplo, en Chile, donde la descen- la capacidad para el gobierno efectiv
tralización política ha avanzado mucho más lentamente. drían tomar la forma de una variedad d
Sin embargo, cuando las estructuras institucionales políti- parencia que ya están en camino en var
cas y sociales básicas se logran del modo "correcto" o se tales como los "tableros de punrajes"
mejoran radicalmente, hay potencial para cambiar a lorar independientemente el desemp
institucciones mejores y más igualitarias, con ganancias gobierno en servir a sus ciudadano
subsiguientes en múltiples áreas. Bangalore, India, y en las Filipinas);
vidos por los mismos gobiernos y por
5.3 Conclusiones nes no gubernamentales, para mejora
La historia le ha dejado a América Latina relaciones socia- presupuestos públicos (como en la "
les desiguales y Estados débiles, .en grados que varían a gentina); y el uso cuidadoso de la info
través de la región. El clientelismo y las relaciones basadas nizar sistemas de administración d
en el clientelismo, apoyadas por variadas culturas políticas ejemplo,el Siafi de Brasil, que es usado
y sociales a través de grupos, tienden a perpetuar las des- informar acerca del manejo presupue
igualdades. Los Estados débiles -en el sentido de tener baja deral) . Varios países en la región, tales
capacidad de suministrar los bienes públicos de estabili- y Perú , han comenzado a instituciona
dad macroeconómica, la protección de los derechos de pro - consultas públicas y de gobernabilid
piedad y ciudadanía, y el suministro de servicios básicos- propósitos de planificación gubernam
son contextos perniciosos para la desigualdad, ya que ellos de que no todas estas iniciativas sean
son especialmente vulnerables a las depredaciones de los que su impacto depende inevitablem
'afirma que "Ia totalidad del presupue~to municipal es tonio Navarro¡jc(uno de los.ex lídere
devorada porJa burocracia parasitaria,cre~9apor Ia ma- legalizado imiento.M-19), quien
quinaria élientéIista~·.' . '. • . ¡¡o radicales obierno de la ciudad
La llave que facilitó lóscambios ene , bi~ntepo} tura y ha arencia, y redujo la co
lítico al nivel de la ciudad y que alteró la estructura de bio llevó también a alianzas nuevas
oportunidad, incluyó la introducción de elecciones de- asociaciones empresariales locales y
mocráticas de alcaldes en 1988 y la subsiguiente des- nos.
centralización radical de competencias y recursos en
1991. Sin embargo, los resultados de estos acontecimien- a. Velásquez{1982), como citado en Angel1, Low
tos variaron agudamente, con la diferencia más grande Fuente: Angel1, Lowden y Thorp (200 1).

locales, ellas representan un enfoque prometedor para au- del patrón de oportunidades polític
ment ar la voz de los ciudadanos y la rendición de cuentas. dad del Estado para responder es u
Las medidas tradicionales para fortalecer las burocracias conclusión final es: el cambio es pos
estatales , como la modernización de procedimientos ad- fácilment e ni con frecuencia. Bajo
ministrativos, entrenamiento de personal, y las reestruc- las cuales surgen las oportunidades, l
turaciones organizacionales , cont inuarán siendo necesarias. de actores políticos y sociales, opera
Sin embargo, los resultados de implementación en esta área ciones institucionales específicas, so
son mixtos en el mejor de los casos, y es improbable que el curso del cambio.
las intervenciones del lado de la oferta para fortalecer las
capacidades administrativas sean efectivas, a menos que
ellas sean hechas a la medid a apropiada de las condiciones
Notas
1. Ver Paige (99 7) y Mah on ey (20 0
locales y apoyadas por demandas políticas claras que sur- H artlyn (998) sobre Rep úbl ica D om inica
jan de un acuerdo de rendición de cuentas políticas en buen Paragu ay.
funcionamiento (Burki y la Perry 1998, WorId Bank 2000e, 2. Para un análisis de estas dinám icas, ve
WorId Bank 2003a). sobre Bolivia, Cotle r ( 9 78) sobre Perú , y
En fin, la pregunta acerca de si la historia es destin o ( 980 ) sob re Ecuado r.
puede ser replanteada. Este informe coloca énfasis consi- 3. Ver Archer (990 ) sobr e Colombi a y
( 994 ), KarI (199 5) y Rey (990) sobre Re
derable en la centralidad de la historia para explicar las
nezuela
actuales cond iciones. Las inst ituciones -en el sentido de 4. Ver Valenzuela ( 1977) YG arret ón ( 19
las "reglas de juego" formales e informales de la interacción (99 1) sobre Uruguay.
soci al- pueden ser vistas como la cristalización de 5. Originalmente ent end ido como la re
int eracciones históricamente formadas entre el poder y la (por ejemplo, ter ratenient es o mand am ase
riqueza . Sin embargo, como lo muestran las anteriores dis- (po r ejemplo, campesinos ) en sociedades
cusiones de casos, la interpretación de cómo sucede el cam- clientelismo ha mostrado un a fuerte resiste
bio no es institucionalmente determinista. En cambio, los indust rialización y urbanización (ver Powel
6. Traba jos emp íricos recientes que int
autores ven que el cambio institucional ocurre como res- del clienrel isrno sobre los result ados de la
puesta a la agencia política y social de grupos diferentes, supuestos, llegan todos a la mism a conclus i
así como a fuerzas externas que incluyen los factores eco- en una producción de bienes públicos con u
nómicos. La manera como este cambio sucede será una mo. A pesar de que no tod os los bienes púb
función de la evolución dinámica de las capacidades de dis- directo positivo sobre la redu cción de la des
tintos grupos para hacer demandas efectivas al Estado, y m ir que es poco probable que la desiguald
poderosos de gasto social, otras desigu aldades categóricas son de im- de los problemas de go bernabilidad de Bras
port ancia tambi én. Hist óricamente, las etni cidad ha dividido a la cla- sent ativos se encuent ran en Ames (200 1), Ma
se tr abajadora de Estad os Unidos y ha limitado la form ación de (2000) .
demandas basadas en clases sociales, a medida que la migración ha 18. La administración Cardoso lanzó ref
introducido divisiones étni cas en la clase trabajadora. Los trabajadores ministra ción pública que implicaron cambio
en los Estados Unidos no han desarrollado solidaridad de clase hasta Pereira 1998) . Aunque se registraron alguno
el punto que se observa en Europa. Los trabajadores de Estados Uni- alcanzaron los objet ivos fundamenta les de la
dos se han ident ificado frecuentemente según la etn ia en lugar de la tencia de los sindicatos de! sector públi co, a
clase. A principio del sigl o XX, por ejemplo, los nuevos g rupos d er jud ic ia l (Rinne 199 9 y Mel a 19
inmig rant es (principalmente de formación católica) no fueron vistos administr aciones de Cardoso, la capacidad d
como potenciales socios de clase por la clase prot estant e "más ant i- recaudo de rent a aumentó apreciablemente .
g ua". De hecho, much os de estos inmig rantes más recientes italianos ahora trata de traer al nivel nacional los pri
e escoceses, presiona ron sus demandas mediante vínculos clienrelisras parti cipación que sirvieron bien a las admin
con maqu inarias políticas de nivel local en mu chos cent ros urbano s. rios municipios. En e! campo social, la adm
Estas redes clienrelist as impidieron unos vínculos de clase más am- duj o varias innovaciones de polít ica. Ést
plios y la subsiguiente articul ación de las demandas basadas en clase. distribu ción basada en fórmul as de una por
10 . Mlr el estudio clásico de Fernando Enrique Cardoso sobre "de- cativo a estados o municip ios tomando com
sarrollo asociado-dependiente" (Cardoso 1973) para un argumento que diantes de primaria matri culados en escuelas
relaciona la estra tegia específica de indu str ialización llevada a cabo que ha tenido un efecto de estímulo positiv
por Brasil a mediados del siglo XX , el desarrollo político del país y la cobertura, y Bolsa Escala y Ot ros program as
desigu aldad. nal de dinero efectivo combinados recient em
11. Los pa rtidos externamente movilizados, tipificados por los par- g rande de Bolsa Família . Tamb ién incluyen
tidos laboristas o socialistas europeos, típicamente sostuv ieron las fuer- miliar cuyo programa piloto se llevó a cabo e
tes tradiciones programáticas que evolucionaron en su formación una últ imo programa utiliza a agent es de salud
vez ellos llegaron al poder, ya sea en los niveles locales o nacionales. salud prevent iva a nivel de la comunidad. L
Para part idos o agrupaciones políticas internamente movilizados, la ha colocado un énfasis nuevo en esfuerzos so
condu cta depend ió de la historia y e! cont exto y, en particular, de si ya gr amas bandera de Cero H ambre y de Em
se había establecido una tradición de aut onomía e independencia bu- procura también aumentar de escala algu
rocráticas ant es del proceso de formación del partido. Si tal tradic ión como los programas de transferencia condic
existía, la capacidad del partido gobernante para desplegar instrumen- 19. Por ejemplo, las adm inistraciones de
tos clientelistas disminuyó aguda mente y el incentivo para sostener do que compartir puestos del gabinete con
;'poyos a través de jma orientac ión progr amática se hizo correspon- son ni programáticos ni basados en e! nivel
dienrernenre más fuerte. D ond e la auto nomía burocrática era débil, do que negociar con gobernadores. Esto as
el client elisrno tendió a persistir , aunque con nuevos amos (Shefte r formas tradicionale s de int ercambios polít ic
1994). so, con la liberación subsiguiente de gastos
12. Esta política se basó en tres pilares: (1) el camb io en el estilo de 20. La administ ración Cardoso fue más
gob ern abil idad para asegurar procesos incluyent es y partic ipativos acción positiva que no amenazaban los prof
apropi ados para una democracia renovada; (2) la conservación de la la sociedad brasileña , comparadas con refor
estabilidad y el crecimiento económicos; y (3) e! compromiso con la ciales que implicaban alguna clase de redis
justicia social. masiado temprano para valorar e! desemp
13, Chile obtiene un puesto constantemente alto entre los de países Lula, ese gobierno ha mostrado voluntad no
en desarrollo en varios indicadores de buen gobierno y capacidad esta- los logros exitosos del gobierno previo, sin
tal, tales como e! Índice de Corrupción de Transparencia Internacional . parte de los privilegios existentes mediante re
Ver Marcel (1999) , para un recuento detallado de los esfuerzos de mo- do el caso más notorio el de la reforma del r
dernización de! sector público en Chile dur ante la década de 1990. tor público
14 . Por ejemplo, la reform a laboral de 1990 se basó en un "acuer- 21. El movimiento sindical era central pa
do nacional" entre e! gob ierno, la Central Un itaria de Trabajadores, y porado estructuralmente en e! Estado a la
la Confederación de la Producción y el Comercio y tu vo como resulta- confederaciones sindicales mexicanas (ver He
do un aumento del 22% en el salario mínimo real entre 1990 y 1992 . 22 . Los derechos de prop iedad se viero
~r Foxley y Sapelli (1999). plo, a través de redadas tributarias dirig idas
15. La adop ción de enfoques negociados fue facilitada tambi én por cos, mientras los derechos ciudadanos fueron
e! hecho de que las élites conservadoras habían sido hasta cierto punto excesivas de! Ejército y la Policía en nombr
desacreditadas por su asociación con el régimen de Pinocher . último factor tuvo como resultado muchas
en América Latina

STE CAPÍTULO SE DEDICA A ESTUDIAR LOS MECANISMOS ECONÓMICOS Y LA DISTRIBUCI

E
cápita del hogar. Este enfoque complementa la discusión de mecanismos polític
revisaron en el capítulo 5; en cierto sentido, el capítulo actual constituye un prism
el mismo conjunto de fenómenos interrelacionados. A pesar de los numerosos rep
de calidad de datos descritos en los capítulos 1 y 2, todavía es cierto que el ing
hogar es probablemente la variable de uso más común para construir una distribución, co
luego la desigualdad. Además, como se indica en el capítulo 1, el ingreso ayuda a mo
personales y afecta el poder político y los patrones de participación, retroalimentando a
amplio de atributos con que a este libro concierne.
Sin embargo, las distribuciones de ingresos de hogar no son construcciones sencillas. Ella
un proceso complejo, en que las oportunidades iniciales disponibles a los individuos intera
. ciones educativas, ocupacionales y personales. Tanto las oportunidades como las elecciones
das por el ambiente institucional en el que las personas viven, incluyendo aspectos tales co
familia; la calidad de las escuelas; las instituciones del mercado laboral (por ejemplo, las reg
y despido, el tamaño del sector informal, el tamaño y el papel de los sindicatos, y la pre
mínimos); y la naturaleza de impuestos estatales y transferencias. Para trayectorias individu
bución de ingresos del hogar depende también del patrón de formación del hogar, desde la
a las decisiones reproductivas.

Aunque es esencial reconocer la complejidad de los pro- del hogar. El quinto asunto consider
cesos que yacen detrás de una distribución de ingresos, el sos no-laborales, con énfasis particul
progreso en la comprensión de estos procesos sólo puede transferencias estatales que llevan d
lograrse enfrentando tal complejidad analíticamente . Este maria de ingresos a la secundaria. El
capítulo toma la posición de que las distribuciones de in- esta sucesión lógica esquemáticamen
gresos son determinadas por la siguiente sucesión lógica. una versión levemente más detallada
El primer aspecto considerado son los patrones de acumu- "activos y oportunidades " y "resulta
lación individual de activos, que determinan las distribu- sentada en la figura 1,1 dentro del c
cionesde activos que las personasusarán luego para generar Esta representación se puede pens
ingresos. El segundo motivo de preocupación es cómo, de distribuciones funcionales, como
dados estos activos, las personas escogen dónde trabajar, w) como la distribución conjunta, s
es decir, cuál sector del empleo, trabajo y tipo de contrato todas las características innatas perti
se escoge. Tercero, el capítulo examina cómo las tasas de za heredada de familia (w). Entonces
remuneración en estos trabajos se determinan . Cuarto, se te el conjunto de características a
estudia cómo se combinan las ganancias individuales en humano, tales como la condición de
ingresos del hogar, desde la perspectiva de la formación cativo. P (X, Z, w) puede entonces re
D (7t(X, z. J), X,Z, J, w)

~ Remuneraciónen el merca

-.
G (ro, w)

Formación de hogar

-.
F (y)

Redistribución

H (y + t)

ción con junta de la riqu eza de la fam ilia y tan to las carac- que lleva de la distribució n de atrib
terísticas inn at as com o las adquiridas de capital humano a ent re los apa reamie ntos (D) a un a d
tr avés de la pobl ación. El pro ceso por el cual P se genera cias individuales (G), que aquí se e
de 1 es enormeme nt e complejo en la pr áct ica, pero pu ede con riqu eza.
ser pensado como un a form ación funcional de capita l hu- U na vez qu e se ha determinado
mano. En términos razonablem ente abstractos, esto de- junta de tasas salariales y de riqu ez
pende de Z y w y es med iado por varias instituciones distribución de ingr esos de hogar se
familiares y educativas. cesos: (1 ) la com binación de individ
Un a vez que tenemos un a distr ibución P de las caracte - yend o el resultado de sus decisiones
rísticas pert inent es de tr abajadores potenciales y un a dis- retorno a la riquez a no humana, des
tribución V de atributos (j) laboral a tr avés de tod as las no-laborales. Estos procesos son abar
vacantes pot enciales, ento nces el proceso por el cual las cional de formación de hogar. Finalm
inst itu ciones del mercado laboral asignan los tr abajadores prima ria de ing resos se convierte en
a vacantes (o al desempleo) es a menu do es llam ado un a da ria de ingresos despu és de tener en c
"función de apa reamie nto" (ver, entre otros, Pissarid es del Estado por impuestos y tr ansfer
1990). Estos apa ream iento s está n caracteri zados por con- g resos pensionales son mediados por e
juntos de atr ibutos de trabajadores y tr abajos, así como do son mantenidos en cuentas indiv
por la productividad del apa reamie nto 1t (X, Z, j). ingresos se incluirá t am b ién , d
El mercado laboral no sólo empareja a tr abajadores y redistribución int erpersonal que exis
vacantes -aunque esta tarea es import ante. Tambi én ge- Este esquema es forzosamente s
nera las tasas salariales. Estas tasas determ inan cómo re- hacer justicia a la complejidad com
muneran las firmas a los tr abajadores, ge neralme nte según representados. H abiéndose enfocad
un a funció n de la product ividad del apa reamiento . Sin em - les, este marco es especialmente re
bargo, si el mercado laboral está segme ntado, la remune- decisio nes de cart era pa ra la riq ueza
ración pu ede ser también un a función de elem entos de ). funciones de remuneración pa ra eso
Adem ás, si existe envío de señales o discrimin ación de al- de capital. Sin embargo, al igual q
gún tipo, elementos de X y Z puede n afectar la tasa sala- desa rrollados, el p ropósito esencial
rial (O por canales distintos a la prod uct ivida d. En el analíticos es a menudo abst raerse d
esquema simplific ado presentado aquí, todos estos pro ce- nos frentes para iluminar Otros aspec
sos qu edan abarcados bajo el funcional de remuneración, marco se uti liza para facilita r la inv
comparan los países latinoamericanos con otras naciones. les existe información en ambas dime
Hay dos razones por las cuales las regresiones a través latinoamericanos son señalados por su
de países no se corrieron para explicar niveles de desigual- Un problema con las gráficas de dis
dad. Primero, el modelo utilizado aquí para determinar la la figura 6.1, es que, mientras todos l
desigualdad de ingresos (que se discutió en el capítulo 1) en la base de datos latinoamericana se
acentúa los flujos circulares de causalidad entre ingresos, ciones de ingresos, los de la base de d
poder político, distribución de activos y naturaleza de ins- Desarrollo Mundial se basan en distrib
tituciones. Estas variables se determinan conjuntamente y y en distribuciones del gasto del con
sería incorrecto especificar un modelo de ecuación única. del país. Ya que éstos obviamente no
Segundo, la escasez de datos a través de países no permiti- comparables, el indicador sobre el cual
rá una estimación significativa de un modelo de ecuación te Gini se indica señalando los países c
única incluso si fuera apropiado (y no lo es). I En vez de mediante círculos rellenos y países con
eso, los autores presentan diagramas de dispersión biva- diante círculos vacantes. Los coeficient
riadas y reportan los coeficientes de correlación asociados. reportan también para la muestra que
Estos diagramas dan una idea de la posición de las nacio- (p) y para la muestra que incluye só
nes latinoamericanas dentro del conjunto de observacio- cientes Gini que se refieren a la distr
nes. Ellos no deben ser interpretados como sugestivos de (p). Este último grupo es más compar
causalidad. Esta información es complementada por los tinoamericanos incluidos en el an álisi
resultados de dos comparaciones pareadas de distribucio- es seguida en varias figuras a través de
nes de ingresos: Brasil y Estados Unidos y Chile e Italia. Otro problema con diagramas de d
Naturalmente, dada la enorme diversidad dentro de Amé- interpretación. La figura 6.1, como tod
rica Latina, y aun mayores variaciones fuera de la región , dispersión a través de países mostrado
se busca que estas comparaciones sean ilustrativas antes muestra patrones de covarianza entre la
que comprensivas. gresos (en el eje vertical) y alguna otr
horizontal). Como se indicó antes, los a
mayor parte de estas variables se deter
6.1 Distribuciones de activos: laeducación te. Estos esquemas por tanto no debe
yla tierra como si estuvieran sugiriendo una direc
Es posible que una razón por la cual la desigualdad de Las líneas de regresión simples (del co
ingresos es tan alta en América Latina es que la propiedad cionado a ingresos en la variable X) so
de activos -que generan los ingresos- está en sí misma vamente para propósitos ilustrativos.
bastante concentrada para empezar. Como se mostró en el La correlación a través de países ent
capítulo 4 , la concentración de la propiedad de la tierra y cativa y de ingresos es claramente pos
otros recursos naturales jugó .un papel central en el naci- El coeficiente Pearson de correlación en
miento de la desigualdad en América Latina colonial. Hoy, es 0,76 para la muestra de sólo-ingre
para la enorme mayoría de la población en la región, la muestra conjunta de ingresos y educac
riqueza total es sustentada predominantemente en la for- son significativos al nivel del 1% en am
ma de dos activos: educación y vivienda . Para los residen- son algo mayores que la figura de 0,
tes en áreas rurales, la distribución de tierra agrícola es Castelló y Doménech (2002), quienes
también crítica. Es difícil medir los valores de la vivienda y pios coeficientes Gini relacionados co
la información sobre su distribución es muy dificil de con- coeficientes relacionados con ingresos
seguir. (Lo poco que se sabe acerca de la distribución de cudero (1996), aunque esta última
activos de vivienda en América Latina se resume en el ca- apreciablemente positiva.
pítulo 7). La mayor parte de la sección siguiente se enfoca La figura 6.1 también muestra que l
en la relación entre las distribuciones de la educación y la ricanos no tienen niveles especialmente
tierra (rural) por una parte, y la de ingresos en la otra. dad educativa para estándares mundia
45
O O

40 • O
O
O
O
& O
35 •
O
O
O
O
O

30
• O
O

,. • O O

25 O
• cJ-
20 +--,--,---,,---,----,--.----.-,---.---,--,--,---,----,--.----.---.--,
o 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
Gini de educación

Nota: · Significativo al nivel de 5%, •• significativo al nivel de 10%.


Fuentes : Tabla A3 para Gini de ingreso de Amér ica Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos de lo
Mundial) para Ginis de ingreso y gasto en otras partes , y Thomas y otros 2002 para Ginis de educación .

están concentrados hacia la gama medi ana del eje horizon- de desigualdad en la región, como
tal, con coeficientes educat ivos de Gin i que van entre 0,29 lante. Sin embargo, ante s de salt a
(Argentina) y 0,60 (Guatemala). Según Castell ó y Doménech las disparidades educ ativ as defini
(2002), el coeficiente Gini med io latinoamericano par a la zón para la alta desigualdad de in
educación es men or qu e el de todas las demás regiones en na, debe not arse que la de años de e
desarrollo, excepto las economías de transición . La figura muy imperfecta del valor del stock
6.2 ilustra adicionalmente esto dibujando las curvas de Lorenz no incorporado en una persona. E
de años de escolaridad para dos países latinoamericanos (Chile dor no transmite la calidad de la ed
y Ni caragua) que están cercanos a los extremos opuestos del un período dado. Es por tanto po
espectro regional de desigualdad educativa y al lado de la g resos a la desigualdad de la educ
curva para India. Aunque la desigualdad de ingresos tanto refleje simplemente el hech o de q
en Chile como en N icaragua es mayor que la desiguald ad acum ulación del cap ital humano e
del gasto de Indi a, la desigu aldad en años de escolaridad es, un mayor grado (es decir, compa r
sin ambigü edades, más alta en la India. mundo) a causa de diferencias en
Al tener altos niveles altos de desigualdad de ingresos, ción entre varias escuelas, ant es q
los países latinoamericanos tambi én tienden a ten er algu- en el número de años de escolarid
nos de los niveles más altos del mundo de desigu aldad de Es difícil pr obar esta hipótesis,
ing resos condicional a la dispersión educativa. Todos los complicado medir la calidad de la
pa íses latinoamericanos g raficados en la figura 6.1 yacen ra compa rable. Se pr esenta simple
encima de la línea de regr esión de la muestra conjunta, y concluir que los diferencial es de
la mayoría también yace por encim a de la línea de reg re- portantes para expl icar la alta desi
sión de la muestra relacionada al ingres o. En otras pala- Am érica Latina, ya que la verdad
bras, a la luz de la relación prom edio a través de países, las tal humano pu ede esta r sub estim
naciones latinoamericanas parecen tener "demasiada" des- capturar inadecuadamente los dife
igu aldad de ingresos, dados sus niveles de desigualdad en elem entos de evidencia sugi eren q
años de escolaridad . esta posibilidad.
Este hallazgo sugiere qu e ot ros factores pueden jugar El primero viene de la tentativa
un papel m ás grande para explicar los escandalosos niveles rar los logros de estudiantes int ern
60

40

20

o-jL---II¡eoO-.::::=-WL-.---_~--___,;__----~::...,------__r-----
O 20 40 60 80
Proporción acumulativa de población (%)

Fuentes : Thomas y otros (2002) para India, capítulo 2 para Chile y Nicaragua.

grama Internacional para la Evaluación de Estudiantes respectivamente la quinta más alta en a


(PISA, por sus iniciales en inglés) (PISA 2000) de la OCDE. primera en matemáticas y ciencias. Los
Este ejercicio se realizó para 31 países, de los cuales sólo 4 riación presentan un retrato semejante,
no pertenecen a la OCDE. Uno de ellos es Brasil. Desde fácilmente en la tabla 6.1.
que México pertenece a la OCDE, hay dos países latinoa- Estos hallazgos implican, antes que n
mericanos en esta muestra, que de otra parte incluye a los comparación de distribuciones educativ
países ricos, algunas economías en transición, y la Repú- países que depende de años de escolari
blica de Corea. La tabla 6.1 presenta los promedios, los se debe tratar con circunspección co
coeficientes de variación , y la razón del percentil 90 al puntajes de la prueba son una indicació
percentil 10 para resultados de exámenes con respecto a estudiantes aprenden en cualquier año d
las tres dimensiones reportadas en OCDE 2001 : alfabe- rablemente a través de países. Al mismo
tismo/lectura, matemáticas y ciencias. más allá de promedios de país, este hall
Los resultados son sorprendentes. En términos absolu- bién que las variaciones en la calidad
tos, México y Brasil están en el fondo de la tabla en cada interior de los países, aunque presente
escala, con el puntaje promedio más bajo de 31 países. parecen ser más pronunciadas en algun
Aún el escalafón interno es consistente, con México siem- mericanos que en la OCDE.
pre obteniendo mayor puntaje que Brasil. En términos de Sería tentador leer en este último ha
las dos medidas de dispersión en los punrajes de las prueba igualdad educativa de los países latinoam
(o "la desigualdad de la calidad") utilizadas aquí, los resul- por el eje horizontal de la figura 6.1,
tados son más variados para México, donde las razones del sistemáticamente. Con base en una com
90 al 10 percenril son la treceava, sexta, y vigésimo prime- solo país latinoamericano (Brasil) y la mu
ra más altas en las escalas de alfabetismo, matemáticas, y sin embargo, es posible que diferenciale
científicas, respectivamente. Sin embargo, los resultados lares (o todavía peores) existan en otros p
de dispersión son todavía bastante mediocres para Brasil, En particular, no hay datos acerca de
en donde las razones del percentil 90 al percentil 10 son calidad para países de África y Asia del
las escuelas. La mayor parte de esta variación fue justifica- de escolaridad de EE.UU." y la
da por diferencias en los niveles socioeconómicos prome- Del mismo modo que las compa
dio de estudiantes en estas escuelas, lo que indica que la ses, es te ejercicio más desagr
clasificación juega un papel g rande en la determinación de disparidades educativas dan cuen
resultados educativos. Sin embargo, las variables relacio- tante de la alta desigualdad relac
nadas con la calidad de la infraestructura escolar (tal como América Latina, pero no son el ún
si las aulas están sistem áticamente congestionadas o son U n mensaje contrastante vien
ruidosas ) y con el logro educativo de los maestros fueron Latina con un may or logro educa
también significativas. Este hallazgo indica que las desigualdad educativa). Una co
disp aridades en la calidad de servicios educativos suminis- métrica similar entre Chile e Ital
trados a través de Brasil contribuyeron a las disparidades tar" los parámetros de la distrib
en el valor último de esos servicios a los estudiantes.' edu cación ita liana a Chile dio cu
Esta incursión breve en los asuntos que conciernen a la puntos Gini de diferencia entre l
medición de la calidad de la educación sirve principalmen- Chile quedó en 0,557 , el de Italia
te como una advertencia acerca de la sencillez aparente del con una distribución italiana de
mensaje visual transmitido en la figura 6.1. E! asunto de la 0,53 7. Factores distintos a la est
calidad es un recordatorio de cómo la información imper- yacen detrás de las fuentes de dife
fecta acerca de años de escolarid ad captura la.acumulación de ingresos entre estos dos países
de capital humano para los propósitos de hacer compara- Por lo mism o, continúa la bús
ciones o agregaciones al interior de pa íses; esto es aún más fuentes del "exceso de desigualdad
evidente con respecto a comparaciones internacionales. parte considerando otro activo de
Analizar la calidad genera también la posibilidad de que la los pobres. En el capítulo 4, el pro
desigualdad educativa en América Latina quizá se subes - a la alta desigualdad en América
tim e con respecto a países en otras regiones. Si éste es el cho de que algunos de los produc
caso, la desigualdad de ingresos condicional en la desigual- desarrolló una ventaja comparat
dad educativa quizá no sea tan alta para esta región. Sin azúcar y cacao) eran producidos
embargo, esta posibilidad no está de ninguna manera es- grandes plantaciones esclavistas .
tab lecida, dada la severidad de las limitaciones de datos . grandes diferencias de poder ent
E! balance del análisis hasta ahora todavía es que -ya que rrollo de sociedades polarizadas en
Amé rica Latina tiene muy grandes diferencia les relaciona- o entre grandes terratenientes y
dos con el ingreso pero no muy grandes diferenciales rela- min ifundistas. ¿Es todavía anorm
cionados con la educación-, la desigualdad educativa no dad en la propiedad de la tierra e
puede ser la única fuente de la muy alta desigualdad de dría este factor todavía estar imp
ingresos en la región . de ingresos aún en las sociedades
U n mensaje semejante surge de un tipo más bien dis- de hoy?
tint o de análisis que compara los microdatos acerca de las Para investigar esta posibilidad
distribuciones de ingresos de dos países con mucho mayo r coeficientes Gi ni de ingresos y gas
detalle. Un estudio reciente (Bourguignon, Ferreira y Leite ra 6.1 contra coeficientes G ini re
2002) comparó las distribuciones de ingresos de hogar para tomados de la serie de datos de De
Brasil y los Estados Unidos, simulando el aspecto que qui - Los daros están disponibles para am
zá tendría la distribución brasileña si ciertos aspectos de la en 75 países, todos los cuales se
conducta económica de los Estados Unidos fueran "impor- (Los de América Latina son una ve
tados " al Brasil. Encontró que al reemplazar la distribu- abreviaciones de país).
ción condic ional de la educación brasileña con la de los La evidencia acerca de la correl
Estados Unidos -pero sin cambiar nada más- se reduciría ses es un poco más mezclada con
el coeficiente Gini brasileño por 6,4 puntos (de 0,569 a entre la desigualdad en la tierra y
Dinamarca 497 0,20 1,68 514 0,17 1,55 481
Finlandia 546 0,16 1,52 536 0,15 1,47 538
Francia 505 0,18 1,62 517 0,17 1,58 500
Aleman ia 484 0,23 1,85 490 0,21 1,77 487
Grecia 474 0,20 1,74 447 0,24 1,93 461
Hungría 480 0,20 1,69 488 0,20 1,71 496
Islandia 507 0,18 1,62 514 0,17 1,53 496
Irlanda 527 0,18 1,60 503 0,17 1,54 513
Italia 487 0,19 1,63 457 0,20 1,69 478
Japón 522 0,16 1,54 557 0,16 1,50 550
Corea 525 0,13 1,40 547 0,15 1,48 552
Luxemburgo 441 0,23 1,81 446 0,21 1,70 443
México 422 0,20 1,72 387 0,21 1,77 422
Nueva Zelanda 529 0,20 1,73 537 0,18 1,63 528
Noruega 505 0,21 1,73 499 0,18 1,62 500
Polonia 479 0,21 1,76 470 0,22 1,79 483
Portugal 470 0,21 1,76 454 0,20 1,72 459
España 493 0,17 1,58 476 0,19 1,65 491
Suecia 516 0,18 1,61 510 0,18 1,62 512
Suiza 494 0,21 1,75 529 0,19 1,64 496
Reino Unido 523 0,19 1,66 529 0,17 1,57 532
Estados Unidos 504 0,21 1,75 493 0,20 1,72 499
iTotal ocos .499 0,20 .1.~~1 498
ik..
I 0,21 1,75 502
Promedio
, ceD 0,20 500 0,20 500
Br iI 0,22 334 0,29 375
Letonia 0,22 463 0,22 460
Liechetens tein 0,20 514 0,19 476
Federación Rusa 0,20 478 0,22 460
Promedio 0,1 4~,52 0,19 493,12

Fuente: OCOE (200 1).

ciente simple de correlación para la muestra conjunta es más altos del mundo, con respec to a in
0,22 y es sólo significativamente diferente de cero al nivel tierra. Todavía, sin embargo, la desigua
del 10%. Sin embargo, para la muestra de sólo ingresos es na de ingresos condicional a la desigu al
de 0,48 y significat ivo al nivel del 1%. Todo en total, pare- alta que el promedio mundial, sugirien
ce ser allí una asociación positiva entre la tierra y las des- caso de las disparidades educativas- con
igualdades de ing resos a través de países, aunque sea más de tierra en sí misma puede resultar en
débil qu e el qu e existe ent re desigualdades de educación e de la desigualdad de ingresos en Amé
ingresos. queda para los culpables de la desigual
En términos regionales, sin embargo, los grados de des- más allá del reino de la acum ulación d
igualdad de Am érica Latina pare cen estar más cerca para funcionamiento del mercado laboral.
la tierra y los ingresos . El con junto de los países de la
región se ha movido del centro-superior de la figura 6.1 6.2 Calidad de apareamiento de e
al cuadrante superior-derecho en la figur a 6 .4. Am érica Según la representación esquemática d
Latina está sobrerrepresentada ent re los coeficientes Gini de ingresos de hogar presentada en el
0,2

-0,2

- 0,4 +-----.------.------.-----r-----r-----.-----.----.----

o 10 20 30 40 50 60 70 80
Percentiles

Fuente: PNAD/IBGE (1999); encuestas CPS/ADS (2000); cálculos de autor.

vez que los ind ividuos son dotados con una asig nación bá- cierto que los países latinoameric
sica de activos humanos y de otro tipo, ellos deciden si me mayoría por encima de ambas
roman o no parte en el mercado laboral y son emparejados este conjunto de datos, el coefi
con un a vacante de trabajo. Sus ganancias dependerán en dummy latinoamericana incluida e
gran parte en las características de este apareamiento. Por vés de países de desigualdad de in
tanto la distribución de ganancias a través de la población ción total de la fuerza laboral
quizá dependa de la naturaleza de la participación de la positivo, como lo habría sido en la
fuerza laboral, del desempleo, y de la naturaleza formal o tes que utilizan coeficientes Gini
inform al del mercado laboral. Similarmente, no surge un patró
Resulta que la participación total de la fuerza laboral, partir de la distribución conjunta
reportada por la Organización Internacional del Trabajo sas de desigualdad y desempleo. L
(OIT) para 116 países, es esencialmente no correlacionada diagrama de dispersión para tasas
con la desigualdad en la muestra conjunta. (El coeficien- nuevamente obtenidas de la base
te de correlación es -0,04, con unp-valor de 0,66). En la coeficiente de correlación no es sig
muestra de ingresos solamente, sin embargo, la correla- agrupada y es de -0,34 y significat
ción es negativa (-0,42) y significativa. Es también el muestra de sólo ingresos. Este últi
caso que este último resultado es determinado en gran mente está determinado espuriame
medida por tasas relativamente bajas de participación de positiva entre desempleo y el produ
la fuerza laboral femenina en América Latina comparada per c ápita, así como por la correlac
con regiones m ás desarrolladas, que reportan bajos coefi- igualdad y PIB per cápita en la m
cientes Gini de ingresos y tienen mayores tasas generales todos los países latinoamericanos y
de participación en el mercado laboral. El diagrama de bas líneas de regresión . Esta vez, s
dispersión que ilustra estos patrones se presenta en la fi- esparcidas a lo largo del eje horizon
gura 6.5 . en este caso, se mide la tasa del de
En términos generales, no parece haber evidencia de de gráficos prev ios, sugiriendo que
una patrón significativo de covarianza entre la partici- canos tienen menos en común en t
pación de la fuerza laboral y la desigualdad a través de desempleo de lo que tenían, por
países. Una excepción a esto ocurre cuando se conside- patrones de distribución de tierra
ran sólo países que reportan ingresos, lo que excluye a La situación es algo diferente c
gran parre dr- África y Asia. No obstante, sigue siendo extensión de la dualidad en el m
50 O
O
O
• .1FtII
O
45
O

40 • O
• •
35
O O
O
•• • •
O
30

25
• •• O
• •
20 +-----,---------,r-------r------.----...-----,------r---
20 30 40 50 60 70 80 90
Gini de tierra

Nota : 'Significativo al nivel de 5%, " Significa tivo al nivel de 10%.


Fuentes: Tabla A3 para Gini de ingreso para América Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos de los Ind
llo Mundial) para Ginis de consumo y de ingreso en otras partes, Deininger y Olinto (2000) para Ginis de tierra.

por la participación del empleo en el sector informal den - bajos que los de empleados del sector
tro del empleo total. El diagrama de dispersión de esta go, las ganancias medias para trabajado
participación y los coeficientes Gini de ingresos se mues- pia son muy semejantes a los salarios
tran en la figura 6.7 . El coeficiente de correlación entre los sector formal , aunque la varianza salari
dos es de 0,35 y significativo al nivel del 2% en la muestra el primer grupo."
agrupada.' Los países latinoamericanos yacen a lo largo Muchos factores ayudan a explicar
de los rangos medios de informalidad, entre los países afri- alta entre los trabajadores por cuenta
canos a la derecha y los países más desarrollados a la iz- autoempleo es una aventura arriesgada
quierda, y se mantienen por encima de la línea de regresión. jadores por cuenta propia pueden requ
La asociación positiva entre un sector informal grande y tos para compensar la inseguridad extra
la desigualdad de ingresos a través de países puede reflejar al poseer sus propios negocios. Segund
el hecho de que el sector informal es bastante heterogé- lección para la sobrevivencia en el sec
neo. Incluye, entre otros , a trabajadores familiares sin pago , lleva típicamente a una distribución
dueños voluntarios de negocios familiares pequeños , ven- nancias para cualquier nivel dado de ca
dedores callejeros que no pueden encontrar trabajo en otra parado con lo que se obtendría si los
parte, empleados en firmas pequeñas que reciben instruc- todos empleados con salarios no-estocá
ción en sus primeros trabajos, madres jóvenes que ganan parejo relativo al capital humano, Ya q
dinero de bolsillo, y dueños bien educados de firmas pe- por cuenta propia tienen información
queñas que acaban de establecerse. La heterogeneidad del sus habilidades y no pagan salarios de e
sector informal contribuye a la dificultad en la compren- nos se aproximan mejor a la product
sión de su naturaleza y puede explicar por qué tiende a ser diferencia de los asalariados que son co
más desigual que el sector formal. Una comparación entre en las pocas características que los em
ganancias promedio a través de sectores fortalece la afir- observar. 10
mación de heterogeneidad (Cunningham y Maloney 2003). Tercero, la desigualdad entre los trab
Claramente, los trabajadores sin pago están en el fondo de ta propia puede estar simplemente cap
la distribución de ganancias." Los empleados en firmas medición, ya que los empleados regu
pequeñas tienden también a ganar salarios medios más salarios pero puede que los trabajadore
O O 0 0
50 ePER
O O
O
O
O
45 O
O

40 O • O
O
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O
35 •
O •
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O • O • • O
00
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30

.-
O O
O

25 O • • O

20
55 60 65 70 75 80 85
Participación en la fuerza laboral (porcentaje)

Nota:' Significativo a nivel de 5% ; "significativo a nivel de 10%.


Fuentes: World Development Indicators Database (Base de Datos de los Indicadores de Desarrollo Mundia l) para Ginis
Ginis de ingreso y tasa de participación de fuerza laboral América Latina; Base de datos "Key Indicators of the Labour Ma
Mercado Labora l) para tasas de participación en la fuerza laboral en otras partes.

no informen sus ganancias con precisión . Debido a la difí- habría pronosticado un enfoque m
cil y abstracta tarea de estimar ganancias perdidas de in- también el caso que los aumento
versiones de capital, es probable que los trabajadores por sector informal durante la década
cuenta propia sobr estimen sus ganancias, llevando así a ejercido algúna presión hacia arri
ga nancias desiguales entre dos observaciones particulares neral de países rales como Colomb
dentro de una muestra que en realidad tienen las mismas (ver Cunningham y Santamaría 2
ganancias netas. En términos generales, el retrat
En América Latina, la desigualdad es más grande entre lisis de la calidad de apareamient
los autoempleados que entre trabajadores asalariados . El dad de ingresos es más ambiguo
sector informal comprend e el 30- 70% de la fuerza laboral las distribuciones de activos. Los c
y es compuesto en su mayor parte de individuos que tra- ci ón entre desigualdades de educac
bajan por cuenta propia. Como se muestra en la tabla 6. 2, y la desigualdad de ingresos en
la evidencia de seis países lat inoamericanos indica que la forma convincente. Sin imp ortar
desigualdad de ganancias en el sector de autoempleo du- proceso de determinación conjunt
plica el grado de desigualdad que existe en el sector asala- desigualdad de activos y la desigu
riado. La mayor parte de esta desigualdad está al int erior ser apoyada por los datos a tr avés
de los grupos, mientras que entre grupos es muy pequeña paraciones microeconométricas en
en tod os los países menos Chile.!' Unidos. En contraste, la compara
Estos hallazgos sugieren que un mayor nivel de infor- ent re Chile e Italia sólo encont ró
. malidad en el mercado labor al contribuye a la mayor des- activos educativos sobre la distrib
igualdad por un efecto de composici ón --es decir, mayor Por arra lado, no se identificó n
ponderación en un sector con la desigualdad más alta al la desigualdad de ingresos y parti
interior del grupo- antes que por grandes diferencias en boral o desempleo. U na vez más,
los promedios entre el sector formal y el informal, como lo los hallazgos de una comparación
oJAM
50 O 01m
VEN O

45
o o
UFUO
o
40

35

30

25

20 - f - - - - - - , - - - - , - - - - - , , - - - - , - - - - - - - , , - - - - , - - - - r - - - - - . - - - , . - - - - -
o

Nota : • Significativo a nivel de 5%; "significativo a nivel de 10%.


Fuentes: World Development Indicators Database (Base de datos de los Indicadores de Desarrollo Mundial) para Ginis de
Ginis de ingreso y tasa de desempleo en América Latina, "Key Indicators of the Labour Markef (Indicadores Clave del Merc
de desempleo en otras partes.

Brasil y Estados Unidos por Bourguignon, Ferreira y Leite bución de ingresos directamente por
(2002). Al importar la estructura ocupacional de los Esta- tasas salariales pagadas a trabajador
dos Unidos al Brasil (que es condicional en las característi- nen trabajos diferentes. U na manera
cas observadas del trabajador) tuvo muy poco efecto en la economistas ven la determinación de
desigualdad. Un resultado semejante se encuentra cuando por el modelo de capital humano, or
la estructura ocupacional de Italia se importa en Chile. llado por Gary Becker y Jacob Mince
Los estudios microeconométricos confirman la visión de experiencia aumentan la productivid
que las variables de estructura ocupacional juegan un papel entonces las ganancias deben variar po
más pequeño en explicar el exceso de desigualdad de Amé- uno de estos factores, aún controlan
rica Latina que el desempeñado por las dotaciones educati- ecuación éstandar de Mincer es por
vas o de tierra. La única excepción quizá sea la extensión de manera: 12
la informalidad en el mercado laboral debido a la prevalen-
cia de mayores disparidades de ingresos dentro del sector (1) lag (e) = bo + b.s, + b 2
informal, como fue discutido antes. Esta conclusión tentati- + b 3 (edad - s¡-
va sugiere que las instituciones de mercado laboral rígidas,
tales como los altos costos de contratación y despido, pue-
Donde s. captura los años de educ
den contribuir a mayor, en vez de menor, desigualdad (ver
y e. mide l~ ganancias o tasa salaria
Heckman y Pagés-Serra 2000). Otras instituciones del mer-
tanto, para una distribución dada de
cado laboral juegan también un papel en el contexto de la
persión de la cual puede ser medida p
determinación del remuneración o formación de salarios en
como fue mostrado en la figura 6.1
el mercado laboral, como será discutido adelante.
ganancias debe subir con el coeficie
(1) anterior. En la figura 6 .8, los coef
6.3 Remuneración en los mercados laborales ingresos Gini se grafican contra el c
Además de su papel asignador, por el cual trabajadores y (b¡) para los 33 países latinoameric
vacantes se emparejan, el mercado laboral afecta la distri- sobre los cuales Fernández, Gunerm
40 o o O
O
o O
35
O
o O 8 O
30 00 O
• República Eslovaca
25

20

15

10
O Gini consumo e América Latina, Gini ingreso e Otros paises ,
5 - Ingreso - Ingreso o consumo

o 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75
Participación del sector informal en el empleo total (porcentaje)

Nota:" Significativo a nivel de 5%; ""significativo a nivel de 10%. Ver también capitulo 6, nota 7.
Fuentes : World Development Indicators Database (Base de datos de los Indicadores de Desarrollo Mundial) para Ginis de
tasas de informalidad en América Latina, "Key Indicators of the Labour Market" (Indicadores Clave del Mercado Laboral) p
en otras partes .

estimaron la ecuación (1) anterior sobre microdatos de proporcionada en la figura 6 .9(a), en


encuestas de hogar. El resultado es de los coeficientes de y continua muestra las diferencias v
correlación más altos reportados en este capítulo; 0,70 en sos por percentil en los Estados Un
la muestra agrupada y 0,81 en la muestra de sólo-ingre- punteada representa las diferencias
sos, con p-valores de 0,000 en ambos casos. En esta (des- brasileña y la distribución simulada
graciadamente pequeña) muestra de países, parece que los tornos y estructuras ocupacionales d
retornos sobre la educación en el mercado laboral están línea continua delgada en medio esa
asociados de cerca con la desigualdad de ingresos . Los paí- las diferencias entre la distribución
ses latinoamericanos yacen en el cuadrante superior del ción simulada para Brasil con retor
diagrama, con altos coeficientes estimados de Mincer y alta pacionales y educativas de Estados U
desigualdad de ingresos . combinación de retornos a la educa
La comparación microeconométrica de Brasil y los Es- efectiva en la población da cuenta d
tados U nidos le otorga fuerza adicional a la conclusión de te de la diferencia entre las distribu
que los retornos más altos a la educación en América Lati- Brasil y los Estados Unidos.
na son un factor importante para explicar los altos niveles Un retrato análogo para la comp
de desigualdad en la región. Al reemplazar la estructura se muestra en la figura 6.9(b). Aqu
de retornos de Brasil con la de Estados U nidos se produjo vas entre los ingresos normaliza
una reducción de 4 puntos en el coeficiente Gini, o cerca percentil entre Italia y Chile son rep
de la tercera parte de la brecha total. Aún más revelador es gruesa al extremo superior. La línea
el hecho de que al reemplazar conjuntamente la distribu- los efectos precio , es decir, la diferen
ción condicional de años de escolaridad y la estructura de es" y Chile con la estructura italia
retornos de Brasil con las de Estados Unidos, se produjo a mercados laborales. Justo encima d
una reducción de 7,5 puntos de Gini, de 0,569 a 0,494. línea continua delgada representa las
Este cambio representa un 60% de la diferencia en coefi- (y la simulación para Chile) con la es
cientes Gini entre los dos países. la distribución educativa condicion
El impacto desagregado de la simulación en la distribu- poca diferencia entre estas líneas, in
ción completa se puede medir a partir de la información la diferencia estuvo relacionada con
Grupo entre 0,007 0,001 0,096 0,013 0,004

Fuente : Wodon y Maloney (2000).

ferencias en los retornos a la educación. Se da cuenta de • La economía política de la alta des


una parte sustancial de la diferencia de distribución entre través de la historia de América
los dos países. De hecho, el coeficiente Gini para esa distri- impacto al limitar el suministro de
bución contrafactual (0,445) yace aproximadamente a vez tuvo como resultado una razó
medio camino entre los coeficientes para Chile (0,557) e de mano de obra calificada a no
Italia (0.357) .13 hubiera sido el caso de otro modo
La evidencia realmente ofrece apoyo para dos conjetu- • La mayor parte de los aumentos
ras: (1) América Latina está caracterizada por retornos al renciales salariales por habilidad
capital humano, especialmente educación , mayores al pro- (como en cualquier otra parte) pa
medio, y (2) esto es una parte importante de la razón para dos por el cambio técnico sesgad
el "exceso de desigualdad" de la región . La pregunta de des, antes que por efectos estáticos
por qué son tan altos los retornos a la educación en Amé- asociados generalmente con el t
rica Latina sigue abierta. Hasta cierto punto, la respuesta Samuelson en la teoría del comercio
obvia pero no especialmente útil es que la razón de de- El punto de vista de los autores en
manda por trabajadores altamente calificados por su su- favorece generalmente esta int erp
ministro es demasiado alta, mientras la razón de la demanda presentada comprensivamente p
por trabajadores de baja calificación por su suministro es 2003 . 15
demasiado baja. Tal conclusión lleva a su vez a la pregunta
de por qué ocurre esto. De hecho, los autores concuerdan
Parece inevitable que parte de la razón yace en el pa- vista. Las tasas de retorno más altas
trón cambiante de la ventaja comparativa para los países capital humano en América Latina p
de medianos ingresos. En palabras de Wood 0997, p. 49) : patrón histórico de subinversión en la
"El mundo económico de las décadas de 1960 y 1970 con- da con una posición intermedia en
sistía efectivamente sólo en países desarrollados y en in- mundial, que implica que la mayoría
gresos medios, y así los países de ingresos medios tenían región que involucran mano de obra
una ventaja comparativa relativa en bienes poco intensi- siva es "tomadora-de-precios". La ma
vos en trabajo calificado. En la década de 1980 , cuando el renciales entre salarios y niveles
Asia de bajos ingresos empezó a darse cuenta de su propia evolucionado recientemente parece s
ventaja comparativa relativa en bienes de baja intensidad dominantemente por innovaciones r
en trabajo calificado, la ventaja comparativa relativa de los cesos, empresariales y técnicas, que e
países de ingresos medios se trasladó a bienes de intensi- sido mediadas por el comercio interna
dad intermedia en trabajo calificado". La analogía popular extranjera directa.
es que los salarios de los latinoamericanos pobres son de- Antes de concluir esta sección, es i
terminados en Beijing, pero los de los latinoamericanos acerca de las instituciones de mercad
altamente educados son determinados en Nueva York. Latina. Aunque las tasas salariales, co
Es lógico reconocer que esta posición intermedia entre últimamente dependen de las condic
países con una abundancia de mano de obra calificada y y la oferta, éstos interactúan a través d
aquéllos con abundancia de mano de obra no calificada, más, ya que los mercados del trabajo
debe tener algún impacto sobre las estructuras de retornos rogeneidad y asimetrías de informa
en América Latina . Sin embargo, tal opinión no debe ex- complejos, las instituciones relaciona
cluir de consideración los siguientes puntos de vista: te importantes ." Este capítulo ya h
45

40
e

35 e e
e
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30 o •

25 ee e e
• e o
o

20 +---r---r------.-----r----.----.----,----,.------,-----r----.----.-
4 5 6 7 6 9 10 11 12 13 14 15 16
Coeficiente de Mincer(primade habilidad)

Nota : ' Significativo a nivel de 5%; "significativo a nivel de 10% .


Fuentes: Capítulo 2 para Ginis de ingreso en América Latina ; World Development Indicators Database (Base de Datos de los
llo Mundial) para otros Ginis de ingreso; Fernández y otros 2001 para primas de habilidades, medidas por ecuaciones de

los costos de contratación y despido, así como otras carac- mientas laborales más integrados,
terísticas regulatorias, pueden afectar las decisiones de los tener escalas salariales comprimidas
trabajadores acerca de entrar a los sectores formales o in- través de América Latina, el impact
formales, lo que a su vez tiene implicaciones para la distri- catos parece ser en gran parte un r
bución general de ingresos. bajos de participación sindical y de
La fijación de salarios se ve afectada también por otras pacto hacia el exterior de los traba
instituciones, tal como los sindicatos o la prevalencia de hacia los no sindicalizados (la deno
salarios mínimos. Mientras que en la mayoría de los países miento de la negociación) es peque
de la OCDE, los sindicatos consiguen comprimir las esca- Santamaría 2003).
las salariales y reducir la desigualdad salarial general en Los salarios mínimos, por atto la
sectores cubiertos (y a menudo a través de toda la econo- potencial para generar efectos de ig
mía, a través del impacto hacia el exterior de la negocia- buciones salariales de América Latin
ción colectiva), este efecto no es robusto en América Latina . sil, por ejemplo, un aumento del 1%
En algunos países, tal como Brasil, los sindicatos parecen tiene como resultado aumentos a l
tener efectivamente el efecto contrario: los trabajadores ción salarial del sector formal, con l
sindicalizados parecen tener mayores disparidades salaria- debajo del salario mínimo y dismin
les que los trabajadores no sindicalizados, y la sindicalización distribución salarial (Maloney y
parece contribuir a una mayor dispersión salarial en la eco- Gonzaga y Camargo 2001).
nomía en su conjunto. (Ver Cunningham y Santamaría 2003 Aunque el impacto externo (o "e
para una inspección breve de la evidencia). crementos de salario mínimo puede
Arbache (2002) discute que esta tendencia es en gran veles altos de la distribución salari
parte debido al hecho de que los sindicatos brasileños, a dicho impacto es mucho mayor pa
diferencia de los de la mayoría de los otros pa íses, se orga- bajos salarios. El efecto general de
nizan según categorías profesionales. Los empleadores por mente de reducción de la desiguald
tanto negocían separadamente con varios sindicatos que Debe notarse que el alcance para
representan los distintos grados de empleados y se preocu- rio mínimo como una variable de po
pan sólo de sus propios salarios. En contraste con movi- cir la desigualdad está obviamente
0,4

0,2

-0,2

-0,4 +----r----..-----...----,-------,-----.---......,..-----r----"
o 10 20 30 40 50 60 70 80
Percentiles

b. Italia y Chile
Diferencia en log ingresos

Diferencias efectivas entre Italia y Chile

Efectos combinados de precios y estructura ocupacional

0,5 Efectos combinados de precios, estructura ocupac ional y dotac ió

- 0,5

- 1

-1 ,5 +---...-------r----,----.,-----,,----......,..---....---,-------r--
10 19 28 37 46 55 64 73 82
Percentiles

Fuentes : PNAD/IBGE (1999) ; CPS/ADS (2000); encuestas CASEN (200 0); Survey 01 Italian Household 's Income and Wealth
[En cuestas de ing re sos y riqueza en hogares ita lia nos, 2000] , y cálculos de autores.
de desigualdad de ingresos: dispersión en distribuciones hogar e ingresos totales de hogar. Est
de activos (educación y tierra); indicadores de apareamiento mente importa en el efecto de la ra
en el mercado laboral (tasas de participación, desempleo, sobre la distribución de ingreso per
y de informalidad); y un indicador clave de retornos al ca- cualquier manera, los coeficientes de
pital humano (los coeficientes estimados de Mincer). Mo- rados aquí son todavía significativos
viéndose a lo largo de la determinación esquemática de en la muestra agrupada y 0,84 en la
ingresos de hogar representada en el recuadro 6.1 , los au- gresos para dependencia de juventud
tores sugieren que el proceso de la formación del hogar tra agrupada y -0,83 en la muestra
afecta la manera como las distribuciones de ganancias se la dependencia de vejez. '? En esta m
transforman en distribuciones de ingresos del hogar. una participación más grande de la
En particular, importa mucho cómo seleccionan pareja blación se asocia con mayor desigual
los hombres y mujeres . Considérese dos sociedades con dis- a causa de una correlación negativa
tribuciones idénticas de ganancias. Las desigualdades de niños en los hogares y el ingreso p
ingresos de hogar serían claramente diferentes si en uno de gar-, mientras que una mayor parti
ellos la mujer de mayores ingresos se casara con el hombre de tercera edad en una población se a
de menores ingresos (y así sucesivamente), mientras en la igualdad.
otra la mujer de mayores ingresos se casara con el hombre La comparación detallada entre E
de mayores ingresos (y así sucesivamente). La desigualdad sil realizada por Bourguignon, Ferrei
de ingresos sería mucho más alta en esta última sociedad contró también que reemplazar el ta
que en la anterior. Más generalmente, este ejemplo sugie- familia predominante en Brasil con
re simplemente que al cambiar de distribuciones de ga- Estados U nidos ayudó a reducir la de
nancias íl: distribuciones de ingresos de hogar per c ápita, la por mucho. Cuando esto se combinó
selección marital puede ser un factor importante. portados en la figura 6.9 , importand
La figura 6.10 grafica los coeficientes Gini relacionados los parámetros de un modelo polino
tanto con ingresos como por selección marital para 33 paí- número de niños en hogares de EE.U
ses (una vez más sólo en América Latina y la OCDE), com- sileño, se llegó a un descenso adicio
putados por Fernández, Gunerm y Knowles (2001). Los coeficiente Gini . La figura 6.13 gra
coeficientes de selección marital son definidos como coefi- diferencias entre ingresos en hogares
cientes de correlación de Pearson para años de escolaridad en donde la línea continua gruesa se
entre maridos y esposas entre parejas al interior de un país. efectivas normalizadas al promedio.
Los coeficientes de correlación entre selección marital y refiere a la distribución del conrrafa
desigualdad de ingresos para esta muestra son altos : 0,63 estructuras educativas, ocupacional
en la muestra agrupada y 0,68 en la muestra sólo-ingresos Estados U nidos. La línea continua e
(con p-valores de 0,000 en ambos casos). Como en el caso corresponde a la simulación que inco
anterior, la mayoría de los modelos plausibles de forma- mográficos. Se puede ver que el efec
ción del hogar y determinación de ingresos sugeriría la más la desigualdad de Brasil y de tra
existencia de simultaneidad considerable en esta relación: mulada más cerca a la de Estados U
en sociedades más desiguales, los hombres tienen mayor específico, es también aparente que e
probabilidad de casarse con mujeres del mismo estrato so- ta demográfica no es tan cuantitati
cial y con niveles semejantes de educación. Al mismo tiem- como lo son los efectos relacionados
po, si la educación aumenta la participación en el mercado retornos a la educación.
laboral y las ganancias, esto probablemente contribuirá a Ya que es probable que la incidenc
la persistencia de la desigualdad de ingresos en el futuro. gado importe bastante para la relaci
Aunque es importante con quién vive una persona, esto ción pública y la desigualdad, sería
no determina completamente la composición del hogar. categorías desagregadas del gasto. S
blico en educación primaria, se utiliza la razón entre trans- más bien hacia la izquierda en las fig
ferencias del gobierno a instituciones sin ánimo de lucro y sugiere que la región tiende a estar
hogares frente al PIB (Base de Datos sobre Estadísticas de go internacional de gasto público p
Finanzas Gubernamentales, Fondo Monetario Internacio- cación primaria y transferencias , rel
nal). Esta correlación se muestra en la figura 6.16. La naruraleza a-través-de-países
Las figuras 6.14-6.16 sugieren que los Estados efectiva- nes quiere decir que están limitadas
mente juegan un papel activo en afectar la distribución de dos del gasto público . Los patrone
ingresos disponibles del hogar a través de la tributación cantidades acumuladas gastadas no
básica y las decisiones públicas de gasto (ver capítulo 9). aunque el impacto del Estado en la d
Esto no quiere sugerir que la influencia del Estado sobre te puede variar enormemente entr
los resultados de distribución se limita a los niveles de im- razón de gasto a PIB. Los impactos
puestos y gasto. Claramente existen varios otros canales den de quién recibe los beneficios de
importantes por los que las instituciones públicas afectan Latina ha sido frecuentemente seña
la distribución del poder y el ingreso (tal como el grado al lar como una región donde los segm
cual los procesos de toma de decisiones son democráticos y poderosos de la sociedad se apropian
participativos). No obstante, el impacto primario del Es- de los beneficios de programas pú

FIGURA 6. 10
Selección marital y desigualdad a través depaíses

Coeficiente Gini
65
o Gini consumo • América Latina, Gini ingreso • Otros paises, Gini ingreso
60 - Ingreso -Ingreso o consumo
PAN.
55

50 V811

45 .UAJ
• .aJl

40

35 • o
30

25

20

15

10 +-----r-----r-----r----,----,----,----,----r----r
30 35 40 45 50 55 60 65 70
Selección marital

Nota: • Significativo a nivel de 5%; ··signlficativo a nivel de 10%.


Fuentes: Capitulo 2 para Glnis de Ingreso en América Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos de
rrollo Mundial) para Ginls de Ingreso de otras partes; Fernández y otros (2001) para coeficientes de corralación de selecci
ingresos no laborales de Estados Unidos, el coeficiente Gini públicamente, al menos en parte con
es reducido por más de 3,5 puntos. Cuando se combina dos.
con los otros efectos previamente discutido (es decir, la dis- Mientras que las pensiones de jubi
tribución de la educación, la estructura de retornos, y las ción de ingresos totales disminuyen
estructuras ocupacionales y demográficas), la distribución per c ápita en la mayoría de los países
de ingresos no laborales prácticamente cierra la brecha de dos Unidos), éstas componen una crec
desigualdad: el coeficiente Gini brasileño simulado (incor- en Brasil, como se indica en la figura
porando todos los cambios) ahora se acerca a 1,7 puntos Un efecto igualador semejante (au
de los Estados U nidos. Otras medidas de desigualdad es- de los ingresos no laborales se observ
tán también comparablemente cerca de sus "niveles obje- entre Chile e Italia. Cuando las distri
tivo" de los EE.UU. contrafactuales para Chile son simul
Lo interesante de este resultado es que la mayoría del rios elementos de la distribución itali
cambio se debe a pensiones , que dan cuenta de 83 % del igualdad entre los dos países se estrec
ingreso no laboral total reportado en Brasil. La figura 6.17 Al importar solamente la distribució
reproduce las curvas principales mostradas en la figura 6.13, gresos no-laborales (que incluye tod

FIG URA 6. 11

Dependencia de la juventud y desigualdad a través de países

Coeficiente Gini
70
o Gini consumo GlAmérica Latina, Gini ingreso • Otros países, Gini ingreso
65 - Ingreso - Ingreso o consumo
o
60
o
o BRA cot o GUA
0
Glo«, PAN 0
e 0 EOJ lIINIC
o
55 MÉX0 III
HON
AR3 e e DOM
o o
50
.VENlII • o
o
o
45 o o
Cffi o
• • o crg
40
o o o
·0 o o o o o o
o o
35 • o 00 o
o
o o o
30 o
• o o
o o
25 • · 0 ....

20 +-----,------,------,--------.-------.------.------.
20 30 40 50 60 70 80 90

Razón de dependencia de la juventud (porcentaje)

Nota:' Significativo a nivel de 5%; "significativo a nivel de 10%.


Fuentes : Capítulo 2 para Ginis de ingreso en América Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos de lo
rrollo Mundial) para Ginis de ingreso de otras partes y razones de dependencia ; la razón de dependencia de la juventud se d
de O a 15 años de edad como proporción de la fuerza laboral total, es decir, población total = de 16 a 64 años de edad.
O V TfIIj
§
~e DO~Cffi
50

45 O
e! URU
e
00 O
0
40 0 00 00
o o O • • O
35
000001
O O
O O O
• . 0
• e

30 O
O
O
e O
O O
o • ClD. O O

25
O
• • O ... O
•e •
20
4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26

Razón de dependencia de la vejez (porcentaje)

Nota : ' Significativo a nivel de 5%; "significativo a nivel de 10%.


Fuentes : Capítulo 2 para Ginis de ingreso en América Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos de los
rrollo Mundial) para Ginis de ingreso de otras partes y razones de dependencia ; la razón de dependencia de la vejez se defin
mayor de 65 años de edad como proporción de la fuerza laboral total, es decir, población total = de 16 a 64 años de edad.

públicas) contribuye dos puntos Gini, o un décimo de la Mientras que las etapas previas de la s
brecha entre los dos países. Cuando esta simulación se com- éxito en hacer que el 80 % superior de
bina con todos los otros parámetros simulados (es decir, lena de ingresos pareciera más semej
para la estructura de retornos, la distribución de la educa- fallaron en aumentar los ingresos de pe
ción, de la conducta ocupacional, y de las decisiones repro- de la distribución. En esta etapa, la es
ductivas), esto agrega casi tres puntos Gini . Esta simulación ingresos no-laborales tuvo un impacto
completa cambia el coeficiente chileno de Gini de 0,557 a sobre el 20 % inferior de la distribución
0,391, lo que no está demasiado lejos del "objetivo" italia- Yaque la mayoría de los ingresos del
no de 0,357. propia entre los pobres es generalmen
La figura 6.19, que es análoga a la figura 6.18, amplía ingresos laborales, es poco probable qu
la comparación de Chile-Italia representada en la figura efecto de los ingresos de capital. Es má
6.9(b). La línea continua gruesa al costado superior repre- presenten el efecto de mayores y mejor
senta, una vez más, las diferencias en el logaritmo de los rencias y beneficios públicos. Como
ingresos que se acumulan a los percenriles correspondien- comparación de Estados Unidos con B
tes de las distribuciones italiana y chilenas después que los microeconométrica apoya el punto de
promedios fueron igualados. La línea interrumpida en el el patrón de correlaciones a través de
fondo representa las mismas diferencias entre Italia y una que los Estados latinoamericanos son
distribución contrafactual para Chile después de ' haber exitosos en transferir recursos a sus ci
importado los retornos y estructuras ocupacionales, edu- bres, y que esto es un factor detrás de la
cativas y reproductivas de Italia. Finalmente, la línea pun- dad de la región.
teada entre estas dos líneas representa las mismas diferencias
cuando la distribución italiana condicional de ingresos no
laborales (incluyendo transferencias públicas) es incorpo- 6.5 Conclusiones
rada también en la distribución chilena simulada. Utilizando una representación esquem
Es interesante notar que, aunque el impacto de la dis- minantes de ingresos del hogar, este ca
tribución condicional italiana de ingresos no-laborales so- posición de América Latina en el mun
bre el Gini para Chile no fuera grande, tuvo un efecto seis grupos grupos amplios de factores
significativo en los ingresos relativos más bajos del país. de activos que subyacen a la generación
0.4

0.2

0+:tJl---------------------------------~"""",

2 0.2

2 0.4 +---.,...----.---~---__,----r_---._---...._--- ....---


o 10 20 30 40 50 60 70 80
Percentiles

Fuente : PNAD/IBGE ( 199 9) ; en cuesta CPS/ADS (2 0 00) ; cál cu los d e autor.

FIGURA 6.14
Gasto público total y desigualdad de ingresos

Coeficiente Gini

70
o Gini consumo • América Latina, Gini ingreso • Otros paises, Gini ingreso
65 Ingreso Ingreso o consumo
o o
60
•• BOl
• SRA o •
55 Gi l
• PA N
~ NIC
• .l'.M
50 o o .TR-l
45

40 • o
Oq,
o

o
o o • eco
35 o o
o ~ o o o
o o •o •
-
30 o o o ~
O
25
• • • 0 • o
20 +----.,...---~---___,.------._---._---.,...---~----r_---.
5 10 15 20 25 30 35 40 45

Razón de gasto gubernamental a PIB (porcentaje)

Nota: " S ign ifica tivo a nive l de 5% ; "" sign ificativo a nivel de 10%.
Fuentes : Capitu lo 2 para G inis de ingre so en América Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos
rrollo M undial) para G in is de ingreso de otras partes y razones de gasto público a PIB.
8 o o
O
45 o
40 •
O O O
0 8
35

30
O
• O 8
O 8
25 8 8 O 8 •
20 -t------,--------,-----r------r-----"T""-----,--------,--
o 4 8 12 16 20 24 28
Razónde gasto por estudianteen educación primaria a PIS per cápita (porcentaje)

Nota: "S ign ificat ivo a nivel de 5% ; "significativo a nivel de 10%.


Fuentes: Cap ítulo 2 para Ginis de ingreso en América Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos de los I
rrollo Mundial) para Ginis de ingreso de otras partes y razones de gasto por estudiante en educación primaria a PIB per c áplta

FIGU RA 6.16

Transferencias públicas de ingresos a hogares V desigualdades de ingresos

Coeficiente Gini
70
OGini consumo 8 América Latina, Gini ingreso 8 Otros países,Gini ingreso
_ Ingreso _ Ingreso o consumo
65
O
GUA
60
O. COL 88 BAA
8 BOL
8 PAN 8 PAR • NlC
55
O 8 ~ffi
50 r9 O • PEA
Cffi
45

40
8 8
35
O
O 0 0
8 O
00 0
O 8
25 8 8 8 O

20
o 2 4 6 8 10 12 14
Raz6nde transferencias públicas de ingreso a PIS

Nota:" Significativo a nivel de 5% ; " significativo a nivel de 10% .


Fuentes: Cap ítulo 2 para Ginis de ingreso en América Latina, World Development Indicators Database (Base de Datos de los I
rrollo Mundial) para Ginis de ingreso de otras partes y base de datos Government Finance Statistics (Estad ísticas de fina nzas gu
razones de transferencias (a instituciones sin ánimo de lucro y hogares) a PIB.
Brasil y los Estados Unidos y Chile e Italia. Estas dos com - distribución moderadamente des
paraciones claramente no son representativas de América cativas ; (2) la prevalencia de alt
Latina en su conjunto, pero interesantemente la informa- educación en el mercado laboral
ción que ellos proporcionan resonó bien con los patrones instituciones específicas; (3) los pa
que surgen de correlaciones a través de países. "hogar con niveles altos de selecció
Los diagramas a través de países proporcionaron las ilus- ción grande y negativa entre el n
traciones de distribuciones conjuntas, o de patrones de greso del hogar per cápita; y (4) e
correlación. Éstos no pueden ser interpretados en térmi- alto pero mal focalizado. Además
nos causales, ya que en general ambas variables se deter- clave, se debe notar también que
minan conjuntamente por procesos económicos y políticos. desigualdad en América Latina pu
Una advertencia adicional es que las correlaciones presen- se al predominio de las encuestas
tadas eran todas pareadas, y por tanto no controlaron para cuestas de gastos (ver el capítulo
otros atributos. Las regresiones multivariadas en la sec- Es notorio que aparentemente
ción transversal se corrieron, pero -además de los proble- rio único que pueda ser culpado
mas usuales de comparabilidad de datos e interpretación a América Latina. La interacción en

FIGURA 6. 17
Diferencias entre EE.UU. y Brasil. registradas y simuladas. incluyendo ingresos no laborales y reponder

Diferencia en logaritmo de ingresos


0,8
- Diferencias efectivas entre EE.UU. y Brasil
- _ . Efectos combinados de precios, ocupación y fertilidad
- - - Simulación completa, con ingresos no laborales, sin reponderación
0,6
- Simulación completa, con ingresos no laborales y reponderación

0,4

0,2 ~-\
_1 \.'-
, -----,,'--~ .....
,-....----.--.;-,,,
, _-- ...........-...... _----
.... ....

,-
,
,-..l

o-f-!>4----------------------------------'

-0,2

-0,4 +----,----,----,----,----,----,.-----,.-----r---
o 10 20 30 40 50 60 70 80
Percentiles

Fuente : PNAD/IBGE (1999); Encuestas CPS/ADS (2000); cálculos de los autores,


papel de la incidencia regresiv a de las finanzas públicas no 3. Esto es claramente una afirmación relati
sos recogidas de instrument os diferent es de in
pudiendo reducir -yen ocasiones efectivamente exacer-
no son estrictament e comparables. Sin embar
bando-Ia desigualdad en la distribución secundaria de in- te consideradas como más cercanamente com
gresos . (La magnitud de este fenómeno y las áreas en las relación a variables de gasto de consumo, dad
que es muy pronunciado son discutidas en el capítulo 9). res de med ición son bastante diferent es a trav
El retrato general que surge es por tanto coherente con los age nte s tienden a escoger las corrient
una visión del mundo en la qu e la riqueza y las desigualda- inte rtempor almente más regul ares que las c
des educativas se autoperpet úan, a menudo por decisiones 4 . Éste es el caso especialment e porqu e la
tomadas dentro de sistemas políticos. El patrón de im- México (el otro país lat inoam ericano en la mu
medio con relación a la muestra de la oeDE
puestos y gasto público no es det erminado ex ógenamente
5. El estu dio enconrró ta mbién que, aun
en un vacío social y político. Es también probable que sea socioeconómica, los estudia ntes negros tuvie
influido por las distribuciones de educación, ingresos, y los est udiantes no-negr os (ver el capítu lo 3).
poder polít ico, como fue discutido en otras partes de este controlar pa ra varios atri butos relacionados
informe. ción, los estu diantes en colegios privados su

FIGURA 6. 18

Ingresos de jubilación como una porción de ingresos totales de hogar. Brasil V Estados Unidos

Ingreso de jubilación como porc ión de ingreso total del hogar


0,30
1- EE.U

0,25

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00 -f..L----r-----r----r----r-----,.------,-----r---~---_
o 10 20 30 40 50 60 70 80
Percentiles de distribuc ión de ingreso de hogar par cápita

Fuente : PNAD/IBGE (1999); Encuestas CPS/ADS (2000); cálculos de los autores .


30 40 50 60 70 80
Percenti les

Fuentes : Encuesta Casen (2000) y Encuesta de Ingreso y Riqueza de los Hogares Italianos (2000) [Survey 01 Italian House
2000) (Banca dltalia] .

a aq uéllos en el sist ema escolar públi co. I4r Albernaz , Ferreira y Fran- ción significativa entre ga nancias de autoem
co (2002). . humano.
6 . Se debe notar, sin embarg o, qu e esta ma yor dispersión en países 11. Si el nivel de autoernpl eo en los paí
lat inoam ericanos y los bajos coeficiente s de correlación quiz á sean la mejante al encont rado en la mayoría de los
consec ue ncia de un error g ra nde de la medición en la var iable del des- cerca del 10% contra un promedio de más
empleo, qu e podría resultar a su vez del hecho de que las agenc ias dos en la tabla 6 .2), el compo nente al inte r
esta dísticas y los minister ios de Trabajo de los distintos países definen de desigualdad sería mu cho menor porque l
y reúnen los datos de tasas de desempleo en formas sustancialmente grupo es más baja entre trabajadores asala
dispares. índices de desigualdad para Am érica Latina
7 . La mu estra agrupad a es la ú nica pert inente en h figura 6 .7, ya 12. Esta ecuación puede, por supu esto
qu e hay sólo un país en la mu estra de sólo-ing resos, que no está en en cuenta otros determinantes de ga nancia
Am érica Latina: la Repú blica Eslovaca . (ta l como el sector o la reg ión de la activi
8. La categoría de tr abajad ores "no pag ados" pu ede reflejar sim - discrim inación (t al como la relacionada co
plem ente un repo rt e equivocado de ing resos, especi alme nte si el tr a- 13. Nótese que el impacto de ag rega r
bajador es un par ient e del "em pleador". La mayoría de los tr aba jadores efectos de p recio es mu cho más g rande en
no pagados son los cónyuges de un dueño de emp resa. En México, por Brasil q ue en el caso de Chile-Italia. Esto
ejemp lo, el 10% de m ujeres casadas son tr abajadoras no pagadas, com - distri bución ch ilena de años de escolaridad
parado con los miem bros de casi ningún otro g ru po fam iliar (Cu nnin- de It alia que la dist ribución b rasileña frent
gha m 200 1). Con esto en mente, los tr abajadores no pag ados pu eden 14 . I4r Bourgu ignon y Verdier (2000),
recibir en realidad su ing reso "en espe cie" si el dueño de la firma com- alea desiguald ad desacelera la expansión e
part e los ing resos a tr avés del hog ar. nal polí tico.
9. La com pa ración entre estos dos g ru pos es difícil, ya qu e es casi 15. Com o se esperar ía, esto no es clar
imposible cuant ificar el valor de las p restacio nes de seg uridad social patrón de diferenciales salariales en Brasi
qu e los tr aba jadores del secto r formal recibirán , el valor de "ser su ejemp lo, es bast ante cohe rente con un a
propio jefe" o el valor de la baja seg uridad labor al. Stolper-Sarnu elson . I4r Go nzag a y otros (2
10. Esta diferencia implica también que las regresiones salariales 16. I4r Blau y Kahn (1999) y D iN ardo
está ndar tendrán menos poder explicat ivo en el sector de aur oernpl eo, para discusione s acerca de las insti tucio nes
com o fue enco nt rado por Rees y Sha ( 1986) YBorjas y Bronars ( 1989). ses desarrollados.
De hecho, Rees y Sha encontraron que en el Reino U nido no hay rela- 17 . Los p-valores eran 0, 000 en cua tro
TERCERA PARTE

Políticas para menos desigualdad


A TERCERA PARTE DE ESTE INFORME SE DIRIGE A LA PREGUNTA DE QUÉ SE PUEDE

L
específicas relacionadas con políticas para reducir la desigualdad en América La
llevar la acción pública a una mayor equidad con un costo mínimo en términos de
vez, resultar en la reducción más rápida y más efectiva de la pobreza? En los sigui
los autores combinan una discusión acerca de las opciones prácticas para la ac
reconocimiento de la centralidad de los procesos sociales y políticos más amplios que s
capítulo 5.
Existen áreas múltiples y complejas para la acción, ya que las desigualdades están liga
aspectos de la política económica y social. No hay manera de que un informe de esta lo
justicia al espectro completo de estos asuntos. Los autores, por tanto, procuran cubrir un
temas, en el espíritu de proporcionar una visión general acerca de algunas de las principal
políticas. Aunque esta aproximación no sea completa -y ciertamente no pueda entrar en
justifica cualquier área en particular-, el objetivo aquí es extraer los temas clave y contr
análisis más exhaustivo.

Las áreas posibles para la acción pública se organizan en En la parte 11 de este informe, s
tres categorías. Este capítulo se enfoca en las influencias interacción entre la distribución de a
sobre la distribución de activos (un asunto ligado de cerca constituye la diferencia más fundame
al suministro de servicios), con énfasis en la educación; los distribución de bienestar en una so
derechos de la propiedad, la tierra y la vivienda; y el su- del cambio. Las activos y las institucio
ministro de infraestructura. El capítulo 8 considera las cen el bienestar de los grupos más po
políticas que afectan cómo funcionan las instituciones eco- estructuras políticas y procesos socio
nómicas, pasando del nivel micro al macro. Se considera la a la perpetuación de la desigualdad.
evidencia acerca del efecto general de las políticas orienta- ca en cómo una distribución más igua
das al mercado y en el papel particular de los mercados de lograr en América Latina en tres áre
trabajo, seguido de las políticas y choques a nivel macro. derechos de propiedad, la tierra y la
Entonces el capítulo 9 mira los factores que influyen la tructura. Aunque no es de manera al
distribución secundaria de ingresos (es decir, los impuestos capítulo proporciona suficiente mate
y las transferencias), con un enfoque particular en las medi- gunos de los temas principales y áre
das que pueden ayudar a manejar elriesgoy, específicamente, acción pública.
los instrumentos de transferencia condicional de efectivo.
U na importante consideración al examinar las opciones de
política es la evaluación de disyuntivas, especialmente en- 7.1 Educación
tre las metas de distribución y de eficiencia. Siempre que La educación yace en el centro de l
es posible, esta pregunta se discute en términos generales, desigualdad, al reflejar y a la vez in
aunque el análisis de países específicos requeriría desarro- ciones económicas, poder, y posición
llar una evaluación más definitiva. educación tiene también el potencia
rica Latina tiene en prom edio niveles medianos de des- escuelas y maestros, y las reform as
igualdad de la edu cación , pero niveles altos de desigu aldad concent ran tanto en acceso equitati
de ingresos. Algunas sociedades, como por ejemplo Chile, como en el logro de altos niveles de
tienen una educación relativamente exte nsiva e igualitaria son típic amente más complejas p
par a está ndares lat inoa~ericanos (a saber, un promedio de mente, generando por tanto pregu
diez años de educ ación y un coeficiente Gini de 24 para dumbres en la cadena de cambios. L
personas de 24 a 65 afies de edad en 2000), per o también latinoam ericanos ha avanzado hac
alta desigu aldad de ingresos. Aun sistemas de amplia co- universal, aunque algunos no han co
bertura y alt a calidad de la educación, tal como el de Fran- Todos está n comprometidos en dis
cia, pu eden reflejar y perpetuar profundamente patrones mas de segunda fase.
de diferencia social, como ha sido documentado en el tra- El enfoqu e primario aquí est á en
bajo clásico del sociólogo francés Pierre Bourdi eu ( 984). servicio como los instrumentos prin
La relación compenetr ada y complej a entre la educa- los grupos sociales tienen para realiz
ción y la sociedad deb e inspirar cautela al confrontarse con edu cativo. El primer asunto consid
el punto de vista simple que afirma que más edu cación reciente de la expansión educativa.
puede resolver los alt os niveles de desigualdad con respec- imp acto potencial de una futura ex
to a ingresos, poder y posición social. Sin embargo , esto no sobr e la desigualdad de ingr esos, m
quiere decir que la educación no sea impo rta nt e. Con toda estructuradas ent re América Lat ina
certeza lo es; la educación ha sido cent ral en cada uno de rrolladas. Con esto en mente, se dis
los casos de pr ocesos exitosos y equitativos de desarrollo, cent ral de qu é se pu ede hacer par
tanto en térm inos económicos como políticos. Este hecho educativa.
aplica a la experiencia de EE. uu. en los siglos XIX y XX ,
a la experiencia europea (la notoriamente durante las tr an-
siciones escandinavas), al proceso japonés de desarroll o des-
pués de la restauración de Meiji, y a casi todas las histo rias FIG URA 7. 1
exitosas del Este de Asia, desde la República de Corea a La larga cadena de interacciones de
Vietnam . desigual hacia resultados más iguali
Más aun, la import ancia de la educa ción parece esta r
aum entand o al tiemp o qu e se int ensifica la int egración Uevan a de
global y se consolida la transición a sociedades urb anas, Historias poffticas o acceso a

indu str iales y basadas en servicios. La educación se está y socioculturales I==~ o oportun id
desiguales • aspiracion
torn and o rápidamente en el activo económico más impo r- o intereses

tante para la mayoría de la pobl ación , un factor qu e sólo


refuerza la necesidad de ampliar el acceso a la edu cación
de la calidad. La mayoría de los países ha logr ado progre-
sos significativos en la edu cación básica, colocand o la prio- Resultados
econóril icos
ridad en ampliar la educación secundaria, demo cratiz ar la y pofftícos más
educ ación universitaria, y fortalecer la calidad a tr avés del equitativos Ex
sistema (de Ferranti y otros 2003) . Como se dijo en el ca- en

pítulo 2, mu chos países han experime ntado aume nto s en


la pr ima oto rgada a una educación universitaria. Aun así,
la mayor part e de los sistemas universitarios de Am érica Cambíosen
Latin a es todavía prin cipalmente el domini o de los hijos de composición de
habilidades y
CD Cambi
actitudes/con
la élite, que a menudo se beneficia de g randes sub sidios. profundización
o
• recursos para
D emocratizar la educación terciari a y aument ar el acceso a de la ciudadanfa 0JlÍsaspiracion
jóvenes brillantes, pero más pobres , es importante por ra-
ción se expandió más lentamente en la región que en otras una expansión mayor en décadas re
regiones del mundo, especialmente el Este de Asia y la algunos países con una concentració
periferia europea. indígena, incluyendo a México, Perú
U n retrato de expansiones pasadas puede ser obtenido Es digno de mención que por lo meno
utilizando los datos reun idos para este informe para mirar y Perú, el siglo XX estuvo en parte ca
cómo varía el logro educativo a través de cohortes." des episodios de movilización o revolu
La educación actual de la cohorte de 51 a 60 años de tivos socialmente incluyentes, tales co
edad refleja los esfuerzos educativos emprendidos hace 40 - sociales para ampliar la educación. E
50 años. Los niveles bajos de educación media en un país, se destaca como un país con un leg
o dentro de una cohorte, se asocian t ípicamen ce con la alta mente pero con una aceleración much

FIGURA 7.2
Dinámicas de la educación en países escogidos; años de educación de hombres V mujeres por grupo de eda

a, Argentina, 2001 a, Brasil, 2001


Años de educación Años de educación
12

10
::: =h¿
12

10

S
~ 8

4 4

2 2

O O
21·30 31·40 41·50 51·S0 SO+ 21·30 31·40 41·50 51·S0
Edad Edad

c. Guatemala, 2000 d. Ecuador, 1998


Años de ed ucación Años de educación
12 12

10 10

8 8

S S

2
~~ -,
4

O O
21·30 31·40 41·50 51·S0 SO+ 21·30 31·40 41·50 51·S0
Edad Edad

1 ..... Mujeres ... Hombres

Fuente: Cálculos de autor según encuestas relacionadas en apéndice estadístico.


maica. Ha ha bido prog reso importante en Brasil en el En contraste, con respecto al gén
pasado reciente , pero las diferencias entre los qu intil es de cho avances significativos respecto
ing reso superiores e inferiores continúan siendo muy g ran- cohortes más jóvenes en la mayoría d
des: 7,1 años en 1990 y 6,9 años en 2000 para las perso- están en ventaja educativa, por lo
nas de 21 a 30 años de edad. Igualme nte preo cupa nte es el años de educación alcanzados. Esto
hecho de que t amb ién hay una brecha grande en los años rencias de género entre negros en B
de educación alcanzados por las personas de 10 a 20 años grupos indígenas en Bolivia y Guat
de edad (muchas de las cuales todavía están en la escuela), continúan teniendo menores logros
que apenas cambió (de 3,7 a 3,6 años) entre 1990 y 2000. Las diferencias espaciales han per
En contraste, J amaica ha continuado teniendo un perfil des durante las expansiones educat
educativo notablemente equitativo: las personas de 21 a algunos países. Esto es notab le en e
30 años de edad en todos los quintiles de ingresos tenían Brasil y los estados meridionales de
más de nueve años de educación en 1990 y 2000, con una caso, que incluye Chiapas, Guerrer
diferencia entre los quintiles superior a inferior, de sólo un bién una superposición fuerte con di
año. (Esto es en parte a causa de enrolamientos en educa- la indigeneidad.
ción terciaria excepcionalmente bajos en todos los niveles
de ingresos de Jamaica). En términos de ing resos, Jamaica
es más igualitario que Brasil pero es todavía desigual para La educación terciaria es crecien
estándares internacionales, con un coeficiente Gini de 49 m ás notor ia
en 2000. Los patrones y fuentes de diferencia de ingresos U no de los elementos clave que pre
deben por tanto operar en dominios distintos a la adq uisi- la ventaja en los últimos 10-15 año
ción de años de la educación. de educación terciaria. En 19 de
cuales existen datos acerca de finale
y de la década de 1990 (Guatema
Las d iferenc ias b asadas en gr upos son todavía retornos marginales a la educación
grandes entre gr upos r aciales p ero n o en tre gr upos cialmente mayo res a los rendimien
d e género cundaria (ver tabla A.3 l) .4Más aún,
En términos de variaciones categóricas, o basadas en gru- para los cuales se han producido se
pos, el capítulo 3 demostró que siguen existiendo grandes tornos marginales a la educación te
diferencias en log ros educativos entre categorías étnicas y te la década de 1990.
raciales. En Brasil, en Bolivia, en Guatemala y en Perú, los Estas diferencias en la educación
gunas de las tendencias en la expa
sean especialmente inquietantes d
las dinámicas futuras de desigualda
TABLA 7. 1
capítulo 2, enere categorías de ing
Años de educación por quintil de ingresos para Brasil compresión de diferencias en el en
V Jamaica. hombres V mujeres de 21·30 años de edad escuela primaria, a su vez una conse
de grupos excluidos. Al nivel secun
Qulntiles Primero Segundo Tercero Cuarto Quinto Promedio
han sido variadas, sin que se obser
Brasil patrones claramente a favor o en co
1990 3,0 4,4 5,7 7,3 10.1 6,6 Sin em barg o, en la década de 19
2000 4,3 5,7 7 ,2 8,8 11,2 7,6 los quintiles superior e inferior en l
Jama ica sonas entre 18 y 23 anos de edad se a
1990 9,7 9,0 10,0 9,7 10,8 10,0 en todo s los países menos en Brasil,
1999 9,3 9,5 10,0 10,2 10,5 10,0
ras, los cuales tuvieron los niveles
Fuente: Cálculos de microdatos , ver tabla A.23 en el apéndice estadfstico. dad de la región para enro lamiento t
7

6
....,,' _-_................... ....... ''''''''...
........ _-_.' " ........ _--_. __ .......
5
-- -- ..
4

- - - Sudáfrica blanca - - Brasil blanco


- Sudáfrica negra - Brasil negro

25 30 35 40 45
Año

Fuente: Lam (200 1).

en el capítulo 2). Hay desigualdades altas y frecuentemen- estud iant es brasileños y 8,6 % de lo
te crecient es relacionadas con la educación terciaria, que . nos obtuvieron puntajes por encima
ofrece las mayores gan ancias y (como se discute más ade- OCDE.
lante) recibe los subsidios más altos. Además, en mu chos Las diferencias en la calidad educa
países el acceso privilegiado a la educación terciaria está mente con otras dimensiones de la
asociado con la educación secundaria privada -que sólo es mente el estrato socioeconómico de l
costeable para los ricos-, o con el estudio en escuelas pú- ilustración de esta conexión, la tabl
blicas de mayor calidad. . rencias en resultados de pruebas ent
ños por categoría racial aurodefinida
La importancia de la calidad educativa Esta información muestra grandes
Los niveles educativos son sólo part e de la historia. De por cos, que son más altos para los negro
lo menos igual importancia es la calidad de la educación. raza mixta. Entre la tercera parte y
Como se discutió en el informe del año pasado del Banco asocia con diferencias en la posición
de Mundial (de Ferranti y otros 2003) y en el capítulo 6, individuos o con la condición de las
los problemas de baja calidad parecen ser recurrentes a ción levemente más alta del déficit es
través de América Latina. Los países que han tom ado par- nes socioeconómicas y de la escuela
te en las pruebas int ernacionales han obtenido puntajes conjunto . Así, los estudiant es no blan
sustancialmente por debajo del promedio para la OCDE, nen peores resultados y peores escue
o el obtenido por estudiantes de alto rendimiento en otras adicional asociado con la raza. Este p
partes (especialmente en algunos países del Este de Asia y típicamente como el producto de al
de Europa Oriental). Esto se muestra en los resultados de diferencias basadas en la raza ent re l
estudiantes chilenos y colombianos en el examen del Ter- liares o sociales, y entre expectativas
cer Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias (Third riencia escolar que no son capturadas
Internacional Mathematics and Science Study, o Timss las condiciones escolares (por ejemplo,
por sus iniciales en inglés) y para Brasil y México en una maestros y estudiantes, menores habi
prueba estandarizada emprendida por la OCDE. Estos re- pectos culturales de los currículos).
sultados reflejan no sólo un menor promedio, sino una dis- La importancia de la posición soc
persión más amplia en América Latina. Sólo 4,4 % de los minar los resultados de las pruebas e
La posible transformación de la educación cia en la desigualdad en dotaciones e
nas explicó algo de la diferencia e
en elfuturo
ingresos. Mucho más se debió al pa
¿Cómo se verían los países latinoamericanos con unas con-
educación y la mayor igualdad asoc
diciones educativas más equitativas? La respuesta depende
observados en Italia. Esto sugeriría q
de tres factores: la distribución de la cantidad y calidad de
diferencias en la desigualdad de ingre
la educación; el patrón de remuneración en el mercado
laboral; y los mecanismos que traducen tal remuneración ses provienen de factore s distintos
en distribuciones de ingresos de los hogares . Los efectos educación.
indirectos de la educación ampliada sobre la fertilidad y la U n ejercicio relacionado para el e
participación en la fuerza laboral jugarían también un pa- en el Nordeste brasileño rindió resulta
pel. El aumento relativo en la oferta de trabajadores más ron coherentes con una evaluación
educados tendería a reducir las primas salariales pagadas a Leite 2004 y el Banco Mundial, 2003
estos trabajadores, pero lo que realmente sucede es pro- ló una expansión educativa grande y
ducto de interacciones con efectos colaterales relacionados comparación con otro país, exploró
con la demanda y también de la influencia de instituciones una gama plausible de cambios en el
formales e informales. las destrezas. Aún con un cambio ig
A la luz de la comprensión incompleta de los determi- patrón de retornos, la influencia gene
nantes de estructuras salariales, este informe no procura de ingresos fue pequeña, en parte po
modelar ni predecir los cambios. Sin embargo, como fue sica ampliada indujo la entrada de
informado en el capítulo 6, se llevaron a cabo dos compa- mente baja calificación al mercado l
raciones pareadas, entre Brasil y los Estados U nidos y Chi- el efecto en la pobreza fue sustancial. A
le e Italia. Brasil y Chile son ambas sociedades desiguales paraciones a través de países y cambi
aún para los estándares latinoamericanos, pero tienen es- bles, una expansión educativa tiene
tructuras educativas muy diferentes; Chile tiene niveles de potencialmente significativos . Cuand
educación más altos y distribuidos más igualitariamente. a la educación terciaria (y los retorn
Los Estados U nidos son un país rico con niveles altos de les), así como grupos relativamente
educación, y tiene mercados laborales relativamente flexi- dos terciarios, puede haber un incr
bles para estándares de la OCDE. Italia tiene también una la desigualdad general. Esto ocurre
fuerza de trabajo sumamente educada, pero es relativa- inicial de enrolamiento terciario tend

TABLA 7.2
Resultados de pruebas de matemáticas en estudiantes brasileños que se identifican a sí mismos como negros
comparados con blancos

Diferencias Diferencias Diferencia ajustada


observadas ajustadas para condiciones
para SES escolares

Sangre mestiza (pardo) -16 -9 -8


Negro (preto) -24 -18 -14

Fuente: SAEB (1999), 8' serie matemática .


Nota: La desviación estándar de los exámenes de matemáticas es 50; todas las diferencias mostradas son estadísticamente sig
en inglés de socioeconomic status, o estatus socioeconómico.
Federación Rusa 63 37 17
República Checa 48 52 4
Corea, República de 62 38 14
México 46 54 32
Promedio de países desarrollados 66 34 20

Fuente: OECD (2001), anexo B1, tabla 2.4.

ción de la participación de las personas de altos ingresos. dades y hogares, por una parte, y
La desigualdad general se reducirá sólo cuando este grupo entrega del servicio y trabajadores
llegue a ser lo suficientemente grande. otra.
Estas simulaciones se deben considerar como ejercicios
de contabilidad que proporcionan alguna información La forma de un sistema educativ
cuantitativa de lo que quizás ocurriría si las características
Como acentuado por de Ferranti y o
educativas (y otras) de los países latinoamericanos cambia-
general como un ampliar de sistem
ran sustancialmente. Las simulaciones ciertamente no son
una diferencia significativa con res
predicciones. Sin embargo, sugieren que aunque la expan-
des de la equidad. Un tema princip
sión igualadora de la educación es indudablemente de im-
informe era la necesidad para la e
portancia fundamental, sería imprudente asumir que la partir de las bases, siguiendo el cam
educación por sí misma llevaría a una transformación de la
los países escandinavos. Para la ma
desigualdad de ingresos.
América Latina, este enfoque implic
cular en una gran expansión de la
Opciones de política para la transformación Sin embargo, este tipo de expansió
educativa suficiente.
¿Cuáles son las condiciones políticas, relacionadas-can-po- En primer lugar, es igualmente
líticas e institucionales que llevarían a una expansión dad de enfrentar los efectos potencia
igualadora de la educación, en términos tanto de cantidad "masificación" de la educación, espe
como de calidad? Tanto la formulación como la medidas que aseguren la alta calidad
implementación de las políticas son importantes. Las ex- serción a gran escala de la educació
periencias en América Latina y en otras partes sugieren clase media, cuyo apoyo político para
que no hay una fórmula mágica para alcanzar mayor cali- dad es crucial. Esto hace que sean fu
dad y sistemas educativos más equitativos. Hay muchos tos relacionados con la rendición de c
experimentos prometedores en la descentralización, en las de los docentes. En segundo lugar, h
medidas del lado de la demanda, en transparencia, y en dad de mejorar el acceso a la educa
pruebas, pero ninguno es una panacea por sí mismo. La principalmente el dominio de la élit
manera como los sistemas operan depende del contexto, las sociedades hagan uso efectivo del
es decir, en las pautas de interacciones subrayadas en este cial en la población, y también para c
informe, en las cuales los factores económicos están entre- tunidades para todos los grupos qu
lazados con influencias políticas, sociales y culturales. Tra- educación secundaria.
bajos generales sobre el suministro de servicios(World Bank
2003a) han hecho énfasis en las variedades de influencia y El compromiso y los recursos de
rendición de cuentas que determinan el diseño y la ejecu- En América Latina el discurso es tota
ción de la política. Estas relaciones ocurren por la vía de acentuando típicamente el derecho
senderos indirectos de influencia sobre decisiones guber- nos una educación básica. Esta tend
namentales, y por las interacciones directas entre comuni- gada a las demandas crecientes por
1990, pero luego subió al 4,8 % por 1995. Esta tendencia Fueron importantes las presiones soci
se compara con el 2,6% en promedio para las economías cambiar las esperanzas colectivas de
en desarrollo de Asia del Este (de Ferranti y otros 2003). tes, tal como lo fueron durante perío
El problema verdadero aquí son la asignación y el uso pansión de la educación en los Est
efectivo de recursos. A este respecto, hay diferencias gran- 1999 y 2001).
des entre países. La figura 7.4 ilustra tres pautas muy dife-
rentes de gasto a través de niveles primarios, secundarios y
terciarios. Chile ha visto una gran convergencia igualadora
La descentralización, la rendición
a través de estos niveles; México ha experimentado creci- y el desempeño de los docentes
miento constante a cada nivel, con lo cual ha mantenido Las habilidades y el desempeño de d
las pautas desiguales; y Brasil tiene una tendencia grande interacciones con alumnos, son clave
hacia la educación terciaria, que recibe siete veces más fi- educación, y por lo mismo también p
nanciación que la educación secundaria. la calidad educativa. En muchos paíse
También existen problemas relacionados con la distri- ha sido muy afectada por patrones d
bución de recursos a través de insumas. Especialmente tras instirucional discutidos en el capítulo
las crisis macroeconómicas, ha habido una tendencia en tos de docentes son a menudo p
América Latina a cortar desproporcionadamente los gas- clientelistas (ver Angell y Otros (20
tos no relacionados con personal, teniendo como resultado Colombia). Los sindicatos de maest
una situación en la que una proporción alta del gasto se fuerzas importantes, ya sea como el
concentra en los maestros. En contraste, todos los análisis ras corporativistas históricas (en Mé
de "función de producción" encuentran que el efecto mar- como sitios para la movilización po
ginal del gasto no-salarial es varias veces mayor que el gasto via). Este hecho proporciona un con
en maestros. Esto refleja la prioridad que tanto los gobier- zos de reforma.
nos y los sindicatos de maestros le otorgan a la protección En América Latina ha tenido lug
relativa del personal. ción considerable con reformas educa
Finalmente, hay preguntas para hacerse sobre la pro- centralización al nivel de la escuela y
fundidad del apoyo para el gasto en educación. ¿Están los municipal (ver a Di Gropello (2003
ciudadanos, empresarios y diseñadores de políticas ansio- Sin embargo, ha habido pocas evalu
sos de mejorar la educación y entusiasmados acerca del impacto de la descentralización en l
apoyo basado en impuestos, especialmente en un mundo tro del servicio y en los resultados
cada vez más globalizado? Esto no es siempre claramente menos con respecto a los efectos dis
el caso. Por lo menos para algunas regiones más pobres, Con respecto al aumento de auto
parece haber alguna resistencia a la expansión educativa Educo en El Salvador se ha citado co
de parte de las élites empresariales rnodesnizadoras, que a experimento importante en mayor a
menudo prefieren trabajadores de menor costo y entrena- permitió la expansión educativa par
miento, subsidios y ventajas tributarias de los gobiernos, sin una pérdida en la calidad. La may
antes que esfuerzos concertados para ampliar la educación ésta y de reformas semejantes encuen
secundaria (ver recuadro 7.1). Es particularmente intere- ficativo o en logro educativo o en var
sante que esto recuerda la experiencia del siglo XX de los como la administración docente y e
estados sureños en los Estados Unidos, que también si- vínculo positivo pero más débil entre
guieron una estrategia de bajos-impuestos, baja-educación mas en procesos pedagógicos y el ap
y mano de obra barata como parte de esfuerzos por atraer que son más activas en rastrear y mon
la inversión privada. maestro tienen mayor probabilidad d
Este patrón subraya un mensaje más general: la necesi- incremento de los logros estudiantile
dad de esfuerzos cívicos para facilitar la educación de alta En contraste, existe poca evidenci
calidad y de base amplia, incluyendo el acceso a la educa- la descentralización de gobiernos loc
1000

800

600
Universidad

: :
400

I rd
200
T • 1
• •
O+-_r_-r____,-~-__._-""T""-_.__-r_____,.____~-__._-"""T""-_.__-_r_-r____,-~-__._-"
1 1
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 19

b. México: gasto federal por estudiante 1987-1998

Pesos reales de 1994 por estudiante


12000
. . . Primaria ... Bachillerato ... Educación superior
ioooo
8000

6000

4000

2000

O
0..
1987 1988 1989 1990 1991
-,..............
1992

1993 1994 1995
::
1996 19

c. Brasil: gasto federal por estudiante, educación secundaria y superior, 1980-1995

Pesos reales de 1998 por estudiante

7000
. . . Gasto en secundaria por estudiante ... Gasto en terciaria por estudiante
·6000

5000

4000

3000

2000

1000
• • • • •
O +---.---.------.---"""T'"-----,.------r-----r----,--.---""T""-~--..___-_r_-__,
• •
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993

Fuente : Ca rnoy (2002) .


exploró una dimensión específica y sorprendente de este factor importante en la reducción
asunto en el contexto de actitudes entre élites de nego- Las preferencias de la élite empre
cios, que constituyen una importante y algo descuidada de educación son apoyadas en la
fuente de demanda por la educación. específicas de gobiernos brasileño
Utilizando trabajo de campo en el Nordeste de Bra- deste. En particular, tal como en
sil, otras encuestas acerca de las actitudes del mundo (notablemente el Sur de los Estado
empresarial en Brasil, y la experiencia histórica del Sur nos estaduales han puesto énfasis e
de los Estados U nidos, Tendler encontró que esas élites tajas tributarias como fuentes de
empresariales "modernizadoras" (incluyendo los que se Esta tendencia ha sido compleme
han trasladado desde el Sudeste de Brasil) prefieren a subsidios específicos de entrenami
trabajadores solamente con educación básica. Esto se con- que ayudan a las firmas a mejora
sidera generalmente suficiente para que los trabajadores obra, pero le quita recursos a la ne
alcancen rápidamente los niveles de productividad que grande de un mejoramiento educa
prevalecen en áreas de mayores salarios, especialmente pecialmente en niveles secundario
cuando se combina con la instrucción en el trabajo. (Re- cen componer el " cam ino bajo"
sultados comparables se encontraron en otras partes de mantiene el Nordeste de Brasil (y
Brasil en encuestras mencionadas por Tendler 2003). Los semejantes) en un equilibrio de ba
niveles mínimos de educación también son vistos como igualdad relativo a la alternativa d
esenciales para mantener una fuerza laboral más dócil y cativo de base amplia basado en i
menos móvil con débiles aspiraciones de avanzar a tra-
bajos menos duros en el sector de servicios. Esta prefe-
rencia contrasta con el discurso público típico del sector Fuente: Tencller (200 3).

el logro educa tivo. Es probable que el desempeño real sea que los niños pob res escojan mejore
específico al contexto. Por ejemplo, Ange ll y otros (2001) los crít icos tem en que los uoucbers
docume ntan las diferencias significativas en el grado en entre escuelas y estudiantes que o
que la reforma local de la educación fue efectivame nte se- ño y los que no lo obtie nen, y que
guida a través de los municipios en Colomb ia. Pasto se maestros más que pro mover mejo
destacó por el vigor de sus esfuerzos locales de reform a, internacional acerca de estos punt
que formaban pa rte de un cambio gene ral a un go bierno Vawda 2003).
local más efectivo y facilitados en la pa rte por la elección Los efectos de los vOtlchers no so
de un alcalde dinámico prove niente de fuera del sistema ga ndo por los resulta dos de los dos
(ver el capítulo 5). Esta es un área en dond e la expe rime n- les con el sistema en Amé rica Latin
tación adicional sería bastante útil, junto con mon itoreo y escala en Chile y un experi mento d
evaluación continuas. Un asun to más contencioso es el de bia qu e fue concentrado en vecind
los uoucbers o cupones de subsid io a la demand a. Sus pro - Algunos estu dios del caso chileno
pone ntes consideran que los uoucbers tienen el po tencia l de pru ebas modestam ente mayores, p
aume ntar la calidad de las escuelas permit iendo a los ho- tado robusto; otros arg ume ntan q
ga res escoger ent re escuelas diferentes, lo que en efecto la calidad ge neral ni la brecha de
aplicaría presiones compe titivas sobre los sistemas educa- subsidiadas y no subsidiadas de élite
tivos pa ra mejorar el desempeño. Se discute también que y U rquio la 2003) . En Colomb ia,
los uouchers p ueden beneficiar a los marginados al permi tir por una lot ería, lo que permitió
tes de diseño. adicionales .

Apoyo proactivo para grupos excluidos


Hacia sistemas terciarios más demo
Aunque la expansión de base amplia de los sistemas edu-
Los sistemas terciarios de educación son
cativos ayude a ampliar el cubrimiento a grupos más po-
dominio de élite, y típicamente son alta
bres, hay también un argumento fuerte a favor de la acción
(aunque mucho más así en Brasil que
especial para incluir a los estudiantes que han sufrido his-
Chile).
tóricamente déficit educativos debido a la ubicación, la clase
Esta tendencia es la vez ineficaz e in
socioeconómica, o debido a desigualdades basadas cultural-
lento se reduce y la transmisión inter
mente. Los experimentos en curso por tanto sugieren la
necesidad de trabajar tanto en el lado de la demanda como riqueza y el estatus de élite se facilita.
en el de la oferta del problema de la educación. ción terciaria es a menudo contencioso
Con respecto al lado de la demanda, hay evidencia de resistencia a subsidios para grupos meno
que las becas condicionadas a la asistencia a la escuela tie- sin embargo, experimentos en progres
nen efectos positivos en grupos marginados. Estos progra- grar que la asistencia a una universidad
mas de becas incluyen a Oportunidades (previamente para los pobres y hacer que la calidad d
conocido como Progresa) en México y Bolsa Família (pre- versidades sea más transparente. Como
viam ent e Bolsa Escola) en Brasil, entre otros. (Éstos se de Ferranti y otros (2003) , se neces
discuten en más detalle en el capítulo 9, ya que un ele- medidas, incluyendo vencer las limitac
mento importante del diseño es el de las transferencias información para solicitantes potenciale
redistributivas dirigidas hacia familias pobres) . En el caso cuperación de costos par a universidade
de Oportunidades, la focalización geográfica ha llevado a de retornos privados altos), y ligar los r
la participación relativamente alta de personas indígenas desempeño. Un problema especial es el
(aunque aquellos en las áreas más remotas donde no hay los programas de la discriminación pos
escuelas no fueron cubiertos) y a becas específicas para ni- raza, etnia, o clase. Esto es actualmente
ñas, quienes en este grupo sufren de tasas más altas de co en Brasil con respecto a grupos afr
deserción que los niños. Tales programas han llegado a ser evidencia es clara que esos grupos est
uno de los instrumentos centrales para proporcionar estí- sentados en la educación terciaria y s
mulos para entrar a la escuela a grupos excluidos. desventajas en la educación y en los pro
Por el lado de la oferta, la educación bilingüe es de rele- ción. Lograr una sociedad más igualitar
vancia particular para personas indígenas. La indigeneidad riría mayor representación. La meta de
no es siempre equivalente a hablar lenguas indígenas, es- discriminación positiva en ese país sería
pecialmente en el contexto de grandes migrac iones de gru- ma educativo que permitiera a los afrob
pos indígenas y mestizos a áreas urbanas. Sin emb argo, a los indígenas y pobres) talentosos ava
para muchos de los grupos indígenas más rurales y pobres, educativo.
el idioma es un aspecto importante de su experiencia de La experiencia con la discriminación
aprendizaje y su identidad cultural. La evidencia de estu- tados Unidos proporciona algunas lec
dios de caso etnográficos y de otra índole documenta el con respecto a la complejidad del asunto
papel de la dist ancia social en la educación escolar, que la Corte Suprema de EE. UD. falló en un
puede ser amplificada por factores de idioma . Esto no es la meta de incluir la diversidad racial de
únicamente un asunto para grupos indígenas tradiciona- vos de las políticas de reclutamiento, p
les; el trabajo de Portes y Rumbaut (2001a) en emigrantes los medios mecanicistas de hacer así (c
(especialmente latinos y asiáticos) a los Estados Unidos reajustes generalizados en los resultad
encuentran problemas análogos , que pueden llegar a ser son constitucionales. Aunque los autor
más agudos en el caso de los niños de rnigrantes que se no tienen una base clara para estar a fav
encuentran disputados entre dos culturas. La educación discriminación positiva en la admisión d
luego transfieren estas habilidades al uso del idioma países tan diversos como Canad
nacionalmente dominante. Nigeria, las Filipinas y los Estados
Quienes est án a favor de este modelo educativo afir- liminares .en Guatemala. sugie
man que sl.1111ergir simult.aneamente a. d néstudiant een . educaeión .cpilingüe essrentable e
un idioma nuevo y una hab ilidad nueva7110 permite al dos de. aprendizaje.
estudiante aprender muy bien ninguno de los dos, dan-
do cuenta así del bajo desempeño en las pruebas de lec- Fuente: Parrínos y Vélez (199 6); información a
tura. Al contrario, los que están contra este modelo Pat rinos .

versitar ios para el caso brasileño, no hay duda de qu e se refor mas curricula res . A m enu
necesita algún tipo de acción par a aument ar las opo rtuni- sindicatos de m aest ros fueron fu
dades de ent rar a la educación terciaria para los afrobrasi- em bargo, en to dos los casos m e
leños pob res y talentosos. p rendieron reformas significat iv
liderazgo de la ram a ejecutiva (es
m inist ros de Educación) y acción
¿La reforma educativa "co ntr a las probabilidades? "
equipos reform istas .
Las reform as de primera fase que implican acceso a y ex- ¿De ben los sindicatos de prof
pansión de la educación básica a men udo obtienen apoyo los proce sos de reforma? Maceira
amplio ent re varios g rupos de inte resados, incluyendo a ten que es necesario tene r en cuen
políti cos, los sindicatos de maest ros, y los padr es. Sin em- do, las creencias, y las alianzas de l
bargo, las reform as de segunda fase que se necesitan para pero que la inte racción y la nego
afrontar los problem as de calidad -incluyendo para g ru- tes de los tr abajadores pu eden s
pos más pobres- implican típicam ente med idas qu e afec- sensato y,de m anera importa nte , d
tan las condiciones laborales de los maestros y aume ntan por las part es interesadas. En efec
el pode r de los padres y comunidades. En el nivel terciario, de los casos (El estado brasileño de
la reform a puede imp licar trarar con los intereses creados (en proceso de publicación), los
de un iversidades y estu dia ntes q ue form an pa rte de los sido propo nentes de las reform a
g rupos más ricos en la sociedad . Por tanto, ées hacer más largo tiempo mayor demo cracia e
igualita ria a la educación un ejemp lo clásico de economía seme jante, el sind icato de m aest ro
polí tica de la reforma "contra las probabilidades", en don - m en to s progresist as significat iv
de los beneficios son difusos pero los costos est án asociados movimiento pedagógico, qu e fav
a g rupos concent rados y org anizados? ción, una may or auton om ía escol
Las experiencias reales muestr an qu e las reform as sí ocu- de maestros por competencia abi
rren, con el papel jugado por los dist int os g rupo s variando telismo (Angell, Lowd en y Thorp
a tr avés de los casos. Esto se ve en un estudio de cinco
países de Bolivia, Brasil (en el estado de Minas Gerais),
Ecuador, México y N icaragua por Grindle (2002; ver tam - 7.2 Derechos de propiedad, t
bién discusión en Am es 2003) . Los esfuerzos en todos los Los der echos de pr opiedad impo
cinco p aíses implicato n descentralización al Estado, al miento como para la desigualdad
municipio, o a la escuela, y en g rados distintos implic ó rechos de propiedad es esenci al
prop orcionar instrucción y oport unidades de adelantamien- derechos de propiedad estaban p
to de carre ra a maest ros y promover la realización de prue- de Washington" original como un
bas a los estudiantes, la participación de los padres, y el crecimiento. Las conexiones en
den causar desigualdades en la prop iedad y la seguridad relacionados con la tierra . Para Améri
de los derechos de propiedad. La propiedad desigual de la coeficiente Gini fue de 0,81 en la seg
tierra ha sido una característica central de la historia lati- XX, comparado con 0,56 en el Asia."
noamericana (ver el capítulo 4) y sigue siendo predomi- en el capítulo 4, la pauta predomina
nante en muchas partes de la región hoy. Sin embargo, las tierras y la producción llegó a estar
desigualdades en la seguridad son también predominan- con formas de dominación política y
tes, como queda claro por derechos sobre la tierra t ípica- grupos subordinados, tendencias que
mente más débiles en áreas urbanas más pobres (de Soto el descuido de la educación y otros se
1989 y 2000). Además, en sociedades políticamente ines- Aunque los países de colonizadore
tables, una solución ha sido desarrollar mecanismos institu- Argentina, Chile, y el Uruguay tuvie
cionales para compromisos selectivos sobre los derechos de ciones indígenas o afrodescendientes
la propiedad que típicamente involucran alianzas cercanas bién patrones sumamente desiguales
entre élires políticas y económicas, como es discutido en el tierra . De hecho, Argentina y Urug
capítulo 5 (ver Haber, Maurer y Razo (2003) para una dis- de desigualdad levemente más altos
cusión detallada sobre el caso de México). gran parte a causa del patrón extensi
Por tanto, unos derechos de propiedad más seguros para de ganado. La desigualdad en la tierr
todos serán generalmente buenos para la equidad, espe- desta de Chile, representada por un
cialmente si ellos influyen las pautas de la inversión por 0,64 alrededor de 1981 , fue influida p
hogares y por propietarios a través de la distr ibución de en la década de 1960 y comienzos de
ingresos. Sin embargo, hay disyuntivas potenciales. Don- (Bajo el gobierno de Pinochet, estas
de la titularidad de la propiedad (en contraposición a la parcialmente anuladas , con un comp
seguridad de los derechos de propiedad) está distribuida de distribución a granjeros pequeños
muy desigualmente, puede argumentarse la conveniencia Rica -por razones relacionadas con la
de la redistribución. Sin embargo, las amenazas de expro- nómica y la trans ición política a fin
piación para propósitos de redistribución reducirán las in- desarrolló un sistema de influencia po
versiones de los dueños de la propiedad, a su vez reduciendo fluencia sustancial a granjeros pequeñ
el crecimiento (y posiblemente el empleo) . Estos asuntos la formación de políticas , junto con lo
se discuten a continuación, primero en el contexto de la dos con una temprana ampliación del
tierra rural y luego con respecto a áreas urbanas, que in- provisión de educación básica. Este p
cluye también la consideración de vivienda. una distribución relativamente igual
lle Central , el área más poblada e impo
de esta área, la tierra se distribuyó d
La reforma de la tierra rural que explica el coeficiente Gini genera
Las desigualdades en la propiedad de la tierra han estado La reforma agraria redistributiva fu
en el centro de la formación histórica de desigualdades so- recomendada como una fuente de m
ciales, de ingresos, y políticas en América Latina (ver el ciencia en el corto plazo, y como una m
capítulo 4). La pauta típica en la región ha sido la creación la transición a un sendero más rápido
y la conservación de grandes propiedades de tierras por rrollo.? Sin embargo, es importante re
grupos de origen colonial, seguidas en la mayoría de los dad de la relación entre el tamaño de l
países por la apropriación extensa de la tierra por élites y la productividad. El pensamiento ac
después de la independencia en el siglo XIX, y en algunos lación entre eficiencia y tamaño de la
países en el siglo XX. Una gran variedad de mecanismos en América Latina reconoce esta com
se utilizó para realizar este proceso, incluyendo la expro- Para la mayoría de los cultivos y b
piación de tierras indígenas durante el período colonial y males de disponibilidad de servicios m
del siglo XIX (por ejemplo , en El Salvador, Guatemala y ción es neutral con respecto a la es
México), el control de la mano de obra mediante la escla- variedad de tamaños de granjas, empe
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65,0
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B:)J
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45,0

35,0 +-------,.----------,-------,-------....------,.---

15,0 25,0 35,0 45,0 55,0 65,0
Coeficiente Gini

Fuente: Cálculos de autor, basado s en el indice de fragmentac ión étnica en Ales ina y otro s (2002), coe ficien tes Gini d
este infor me, y el indice com puest o de l International Cou ntry Risk Gu ide (ICRG, por sus iniciales en inglés, Guía Interna
que es una varia ble susti tuta de cred ibilidad y pred ecibilidad de los dere chos de prop iedad y con tractuales. (Ver Knack
discusió n) .
Asia del Este y el Sur 0,56 0,52 Bolivia
Brasil 0,83
Nota : La columna (i) muestra promedios para el período 1950-1994. La co- Colombia 0,85
lumna (ii) muestra valores alrededor de 1981. 0,81
Costa Rica
Fuente: Deininger y Olinto (2000) y (PNUD, 1993).
Chile
República Dominicana 0,80
Ecuador 0,86
El Salvador 0,83
tante pequeñas de una o dos hectáreas. Para granos y otros Granada 0,78
Guatemala 0,86
cultivos que requieren de insumas laborales pequeños y Guyana
poca administración, el área relevante puede ser grande Honduras 0,75
(es decir, hasta varios cientos de hect áreas). Para las gran- Jamaica 0,81
jas de cultivos intensivos en mano de obra (en su mayor México 0,59
parte frutas y horticultura), o cuando los requisitos de ad- Nicaragua 0,80
ministración son sustanciales (a causa de factores como Panamá 0,71
Paraguay 0,86
condiciones variables del suelo, condiciones climáticas
Perú 0,94
erráticas, frecuente incidencia de plagas , y agricultura mix- Puerto Rico 0,73
ta), los retornos a la producción comienzan a disminuir Surinam 0,73
más bien rápidamente. Esto ocurre porque bajo condicio- Trinidad 0,68
nes semejantes de tecnología y mercado, las granjas fami- Uruguay 0,82
liares son generalmente más eficientes que las granjas de Venezuela 0,92
mano de obra asalariada con respecto a la administración Nota : Los valores de cada país corresponden e
de la mano de obra, y a asegurar la administración de prác- valor del período 1950-1979 y en la columna (ii)
ticas de calidad . ciente durante el período 1980-1994.
Para las cosechas que requieren procesamiento inme- Fuente: Cálculo de autores basado en Deininge
(PNUD, 1993).
diato (como café, azúcar, o palma africana), el tamaño pe-
queño de la granja no es un problema a nivel de la granja
(es decir, en términos de la producción), pero puede ser
una desventaja al nivel de la industria si la coordinación de obra. Las ventajas de las granjas g
entre granjeros y molinos es inadecuada. Para el café, el replicadas potencialmente por granjas
tamaño de la granja no es un problema significativo por- nas si éstas coordinaran las necesidade
que el procesamiento -en donde el manejo apropiado del ducción a través de cooperativas o aso
tiempo es esencial- es llevado a cabo en la granja con me- como se hace en muchas partes de Eu
dios sencillos. Sin embargo, el procesamiento puede hacer en situaciones de dualidad agrícola m
una diferencia para la producción de azúcar, aceite de pal- países latinoamericanos- el sector de l
ma y plátano; para estos cultivos , tanto los sistemas de queda generalmente en desventaja re
plantación con trabajo asalariado como los sistemas de gran- acceso a servicios financieros y técnico
ja familiar han resultado competitivos. Los cultivos indus- Adem ás, las granjas pequeñas y po
triales que no requieren procesamiento inmediato (tal como das generalmente en tierra marginal,
algodón, una variedad de semillas de aceite, y hasta cierto montañosas, que ofrecen condiciones
punto el cacao) tienden a ser cultivados cornpetitivamente cultura comercial. La ventaja de las gra
en granjas familiares pequeñas y medianas. sultado con frecuencia de una serie de
Las granjas grandes a menudo tienen ventajas en térmi- políticas inducidas por la influencia p
nos del acceso a mercados de insumas y producción, a fi- rurales. Tales distorsiones van desde sub
nanciación, y a contratación de asistencia técnica. Esto a los productos y al crédito hasta el su
puede compensar a veces las deseconomías de escala aso- infraestructura para satisfacer las nece
ciadas con la administración y la supervisión de la mano grandes (ver Binswanger, Deininger y
Sin embargo, el trabajo reciente sobre México por Finan, los resultados desilusionaron en gra
Sadoulet y de J anvry (2002) (resumido en el recuadro 7.3) la década de 1980, de Janvry y Sa
encuentra una relación más compleja entre el tamaño de ban el "juego perdido de la reform
la tierra y el bienestar, con el potencial para hacer grandes na" a causa de la falta de redistrib
ganancias reductoras de pobreza a partir de niveles de pro- influencia creciente de granjeros de
piedad de tierra tan bajos como una o dos hectáreas. Estos ño sobre el Estado a medida que
autores también hacen énfasis en la influencia poderosa de cubano disminuyeron. El predomin
otras características del hogar, incluyendo la educación y nes autoritarios y luego de regíme
indigeneidad, y del contexto económico, con los senderos prometidos con la liberalización eco
que tienen una influencia fuerte en la productividad y el más a la falta de interés en la reform
bienestar del hogar. Hay también alguna evidencia de las décadas de 1980 y 1990. Como un
ventajas dinámicas de reducir la desigualdad de la propie- internacional, el Informe de Desar
dad de la tierra. La influencia negativa de la desigualdad co Mundial en 1990 (World Bank
de tierra en el crecimiento subsiguiente se ha documenta- ma de la tierra como buena en prin
do en trabajos econométricos, como el ilustrado por la re- de la pobreza, pero raramente pos
lación bivariada mostrada en la figura 7.6. Tales resultados tancias inusuales de acción colonia
a través de países son sólo sugestivos, como ha sido recal- ¿Qué sucedió con las reformas
cado a tr avés de este informe . Los capítulos anteriores han siglo XX? Es claro que no concre
discutido una gama de mecanismos potenciales por los de las desigualdades sociales y econ
cuales las desigualdades en la tierra se pueden asociar con tina. Ni , en la mayoría de los caso
menor crecimiento. Éstos incluyen el impacto en distorsiones vibrantes sectores minifundistas t
de políticas y, quizá más profundamente, las conexiones con pulsar el dinámico sendero al desa
la creación de instituciones débiles y desiguales que dismi- Sin embargo, la razón no fue que
nuyen las perspectivas de crecimiento. En contraste, los tra- mal concebidas en principio. En c
bajos que interpretan las fuentes del rápido crecimiento del fuerzos de reforma agraria a me
Este asiático a menudo han subrayado como distribuciones -notablemente donde se hizo énf
de tierra relativamente igualitarias, combinadas con el im- cooperativas de producción- y, m
perativo político de proporcionar beneficios a los campesi- fueron "incompletos" (de Janvry y
nos, han tenido como resultado escogencias de políticas que Este carácter incompleto existió
favorecen el suministro ampliamente basado de servicios ración de competitividad en el secto
económicos y sociales." Este patrón ha fomentado una base gamiento de poder a los campesino
rural relativamente dinámica y el mejoramiento de la mano de influencia directa o implícita so
de obra que contribuyó al despegue industrial. nes (esta última fue una característ
asiático aún bajo el autoritarismo)
comunista (especialmente en Chin
La historia de las reformas agrarias "incompletas" naza comunista (en gran parte del
en América Latina hicieron que los gobiernos respond
A pesar de la resistencia y la influencia de las élites rurales, campesinado, la amenaza de revo
es notable apreciar cuántas reformas agrarias redistributivas no en América Latina llevó a desg
verdaderamente ocurrieron en América Latina durante rias y a una elevada represión, por l
el siglo XX. La revolución mexicana abrió el camino, y de los movimientos de democrati
fue seguida a lo largo de décadas por reformas a gran 1980.
escala en Bolivia, Chile, Cuba, El Salvador, Nicaragua y La agencia política de las élires
Perú (v er tabla 7 .6). Éstas fueron motivadas a veces por factores detrás de las debilidades e
movilizaciones campesinas, pero también -especialmente mento específico fue la respuesta e
durante la era de la Guerra Fría y tras la revolución cuba- de redistribución de tierra, o de la
1.S00
concluye que el efecto de la tierra en el tamaño de ingre-
sos es bajo para granjeros pequeños. Esto implica que
sólo grandes aumentos de tierra sacarían de la pobreza a 1.000
los granj eros rurales desfavorecidos. El t~abajo en hoga-
res rurales en México realizado por Finan, Sadoulet y de
Janvry (2002), basado en una encuesta de 1997, presen- SOO
ta nuevas revelaciones al respecto. Estos autores utilizan
un enfoque metodológico (específicamente, técnicas de o
regresión semiparamétricas) que permiten relaciones al- o 2 3
tamente no lineales con el tamaño de la tierra. Ellos ex- Tamaño de la tierra (
ploran también el impacto de factores complementarios
y utilizan una medida amplia de bienestar que captura Nota: Las líneas superior e inferior son los in
las múltiples dimensiones del bienestar, así como el in- deI9S%.
greso por sí mismo. Fuen te: Finan, Sadoulet y de Janvry (2002) .
Hay dos resultados principales de este enfoque. Pri-
mero, aun el acceso a una parcela pequeña de tierra pue-
de levantar el bienestar del hogar apreciablemente: para
propietarios pequeños con máximo una hectárea de tie-
rra (que representan el 30% de los granjeros en la mues-
tra), una hectárea adicional aumenta el bienestar por un dos por el grupo B. Finalm ente , la lí
promedio de 1,3 veces las ganancias de un trabajador tra la relación entre el tamaño de la
agrícola. (Esto se ilustra en la figura siguiente, que mues- tintos a tierra , retornos a la educaci
tra el valor en pesos de aumentos marginales en la tie- tierra para el grupo B. La comb inació
rra). Este patrón es en parte debido al hecho de que la activos distintos a tierra y diferencias
tierra puede facilitar el uso más efectivo de los recursos tos activos explica una propo rción al
laborales del hogar en el contexto de mercados imper- La segunda figura (b) emprende un
fectos de trabajo y desempleo local. A medida que au- te entre hogares indígenas y no-indí
menta el tamaño de la tierra, su valor marginal cae. dos muestran que los hogares no-indíg
En segundo lugar, hay complementariedades impor- mayores activos distintos a tierra, p
tantes ent re la tierra y otras influencias. Finan, Sadoulet bién retornos más altos para esos activ
y de Janvry (2002) exploran esto al comparar hogares sin explicar del 55 % en el diferencial
agricultores con diferentes características y descompo- hogares indígenas tuvieran el mismo
ner las diferencias en tenencia de activos, así como dife- vos que el de los hogares no-indígena
rencias en estos activos a través de los hogares. Esto se acceso a menos de 3 hectáreas para a
muestra en las figuras (a-e) a continuación. La primera pobreza, com¡:>arado con las 1;5 hectá
figura (a) explora el impacto de activos distil}~os a tierra d~s los retornos que ellos reciben ve
para hogares con niveles bajos de educaci ón (grupo A) y nalmente, la tercera figura (e) mues
educación alta (grupo B). La última línea (W) muestra acceso a carreteras; el contexto de la
la relación estimada entre el bienestar y el tamaño de la ne un impacto poderoso en retornos
tierra par a hogares con educación baja. La segunda línea un aumento de la tierra para mejorar
(W A ;) estima la relación para el grupo A, asumiendo resultados subrayan la import ancia
que sus miembros tu vieron los activos dist intos a tierra estrategia integrada para el desarrollo
y los mismos retornos de los miembros del grupo B. La la necesidad de entender las condicion
tercera línea (W AZ) agrega los retornos más altos recibi- tadas por los grl;lpos indígenas .
__L~~e_a_<!,e_ e~b!eza
O
7
¿'¡x
8
O,~ ~~---:ll?:J;.......".~=;=::::::;=:
-0,5 -0,2
-0,4
2 ,1 -0,6
-0,8
-1 ,5 Nivel necesitado -1 Nivel necesitado

c. El impacto en el bienestar de activos de tierra


y las interacciones con acceso a carreteras

indice de bienestar

Con acceso a carretera


0,8
0,6
0,4
0,2
o ,.,<--.--Tr-......,~,...::.::::::..:¡::::..::.::::..¡:::...>.:.::T"=rr--r--,I
-0,2 9 10

-0,4
-0,6 Nivel necesitado

Fuente : Finan, Sadoulet y Janvry (2002) .

los derechos de propiedad. Esto indujo en particular a ni- ducción rural distinta de las granjas
veles bajos de tenencia y el desahucio de arrendatarios, se- nos de trabajo no calificado (ver Bi
guido por cambios hacia formas de producción más Feder 1995, Conning y Robinson
intensivas en capital -o en tierra, tales como la ganadería completo" de los procesos de refor
(Binswanger, Deininger y Feder 1995, de Janvry y Sadoulet también en una variedad de escena
1989). A veces, la resistencia tomó la forma de la supre- como en Bolivia, ocurrió tras las re
sión de movimientos rurales, de desahucios de arrendata- dera transferencia a gran escala de
rios, o de la violencia a gran escala entre campesinos y ciendas a los campesinos. Sin emba
gobiernos u otras fuerzas asociadas con élites rurales. Esto productividad a largo plazo ha sido
ocurrió, por ejemplo, en Colombia, El Salvador y Guate- tras la pobreza rural ha sido profu
mala durante el siglo XX. Aún en los países donde no ocu- México, hubo inicialmente apoyo fu
rrieron grandes hechos de violencia, el efecto en la sociedad recién creado sector ejidal-un siste
entera de esta "la expulsión prematura" del trabajo de la les basado en tierras privadas expro
tierra productiva se vio en fuertes y crecientes desigualda- esfuerzos relacionados con la irrigac
des al colocar mayor presión sobre tierras marginales, pro- tencia técn ica. El pobre desempeñ
Fuente : Cálculo de autore s basado en datos de desigualdad de tierra de Deininger y Squire (1996) .

TABLA 7.6
Reformas agrarias escogidas en América latina durante el siglo XX

Área Hogares

Período Total Participación Número


(miles de hectáreas) en tierra arable (%) (miles)

México 1915-76 13.375 13,5 3.044


Bolivia 1953-70 9.792 32,3 237
Perú 1969-79 8.599 28,1 375
El Salvador 1932-89 401 27,9 95
Nicaragua 1978-87 3.186 47,1 172
Chile" 1973 9.517 60,1 58

a. El número para Chile se refiere a la reversión parcial de las reformas agrar ias redistributivas de la década previa, para las cuales
Fuente : World Sank (2003b , p. 182).

hecho reflejar en parte las debilidades en el apoyo de más (discutidos más adelante). El sector d
largo plazo, pero un elemento import ante fue un proble - bién incorporado en patrones vertic
ma fundamental en el diseño de la administración de la relaciones polít icas, apoyados por pro
tierra. con aliment os y el sumin istro de emp
Las restricciones sobre la tenencia y la subdivisión y la ron a sostener apoyo rural, en partic
venta de la tierra socavaron los estímulos para la produc- Revolucionario Institucional (PRI) (F
ción y el cambio estructural (World Bank 2üü1 c). Las re- dencia de la evolución desigual de pode
formas de 1992 fueron un a respuesta a estos prob lemas que prop orcionó contrapartes locales
blemente dentro del agente político a la cabeza de la revo- con poca experiencia empresarial-
lución, el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). con resultados desastrosos.
Con este cambio, el campesinado entró en una fase nueva Aun avances educativos import
y asumió una forma nueva de abandono (aunque sin ser mixtos. Las primeras grandes coho
controlados por haciendas), excepto por su continuamente nas con educación surgieron con
importante papel de proporcionar votos al llevarse a cabo trabajos modernos, pero en realida
las elecciones. La reestructuración de relaciones verticales dades económicas miserables. La
desiguales se superpuso con la continuación de diferencias salida, pero los maestros de escuela
basadas en la identidad, a pesar del, o quizás a causa del, ser una fuente de resentimiento rad
predominio mucho mayor de grupos indígenas en Bolivia porcionó el suelo fértil para la ap
que en México. 12 Mientras tanto, en el Oriente boliviano, milenarista movimiento de Sendero
donde las condiciones de tierras y agroecológicas eran me- cercano en enfoque al Khmer Rojo
jores, ocurrió una concentración de la tierra a espaldas de movimientos guerrilleros tradiciona
la legislatura, a menudo de manera corrupta. Sólo durante Las víctimas principales de Sendero
la década de 1990 reaparecieron elementos de un proyec- en respuesta al movimiento fueron
to nacional más ampliamente incluyente bajo una Consti- pobres. " El orden político y económ
tución "pluricultural", Es cierto que este esfuerzo se apoyó tauró bajo el régimen semiautoritar
en parte en los cambios sociales de la década de 1950, 0990-2000), quien revirtió parte d
notablemente en la obtención de estarus jurídico y en la iniciales (especialmente las que afec
influencia potencial de "g ru pos de base" que eran típica- más fértiles) y emprendió la expans
mente una combinación sincrética de estructuras indíge- cios sociales y de infraestructura a
nas y sindicatos rurales. Sin embargo, el progreso en la especie de proyecto clientelista a ni
reforma agraria siguió siendo lento, y reapareció como bargo, se hizo poco para fortalecer
un asunto central en una nueva ola de protestas en 2001- producción agrícola basada en el c
2003 . Otros esfuerzos de reforma agra
Tanto Perú como Chile introdujeron reformas agrarias en gran parte atascados en problem
colectivas. El caso de Perú es a la vez instructivo y trágico, fracaso para lograr la competitivid
especialmente con respecto a la dinámica del cambio en la estrucruras cooperativas (Cuba y Ni
Sierra más pobre (la región andina fuertemente indígena). nistas) o en sitios del conflicto (El S
Las reformas form aban parte de una ideología de otorgar a un énfasis elevado en los mercado
poder a los campesinos. Cuando el Presidente, general de la década de 1980, los asunt
Velasco Alvarado, dijo en 1969, después de tomarse el po- redistributiva tomaron un lugar m
der, "Campesinos, los terratenientes no comerán más de agenda. (En la lista del Consenso
su pobreza! " (Seligmann 1995, p. 1). Sin embargo, duran- portante asunto de derechos de p
te su implementación, la reforma agraria peruana presen- típicamente como un mensaje para
tó las características de los proyectos de "alto modernismo" los titulares existentes, implicando
(Scott 1998) que favorecieron la producción cooperativa a de derechos de propiedad debía ser
mayor escala de haciendas expropiadas en vez del apoyo a Los esfuerzos principales del sig
la agricultura rninifundista. agraria directa fueron desilusionan
Las reformas también fracasaron en suministrar servi- sados 15-20 años de la liberalizaci
cios complementarios y favorecieron una agenda culrural resultados al proporcionar un régi
integracionista antes que el empoderamiento de las aspi- el desarrollo agrícola intensivo en
raciones indígenas. A pesar de (o en parte a causa de) las desarrollos positivos en términos de
tentativas para desplazar hacia los campesinos el altamen- siones ineficientes en los mercados
te desigual equilibrio de poder en casos relacionados con y crédito que se habían creado ba
tierras llevados ante los tribunales, las disputas sobre tie- élit es terratenientes.
orientada a la exportación ayudaría a resolver el problema las cosechas tradicionales. En este c
del empleo y la pobreza rural y, por lo menos implícita- propiedad de la tierra implican tra
mente, hacer innecesario el desafío políticamente difícil de nos a pequeños productores. Este
la 'reforma agraria. Chile pareció ser un modelo para este cuatro factores: los altos niveles de
proceso. Bajo el gobierno de Augusto Pinochet 0973- requeridos en el proceso de la pr
1990), cerca de la tercera parte de las tierras expropiadas minifundistas tienen una ventaja);
fueron restituidas a sus dueños terratenientes de gran es- mente muy fragmentada de la pro
cala, y la mayor parte del resto se asignó como parcelas esta parte de Guatemala; víncul
privadas promediando alrededor de 20 hectáreas de ex- procesadores que facilitaron tambi
tensión . Cuando el crecimiento despegó (luego de la crisis jo; y la habilidad de los granjeros p
económica de comienzos de la década de 1980), la expan- de auroaseguramiento mezclando
sión agrícola orientada a la exportación fue un componen- cosechas para comida.
te central. Durante la década de 1980, hubo una enorme En Paraguay, el patrón de adopt
expansión en agroexportaciones no tradicionales . trigo así como los cambios estructu
Chile no estaba solo. Otros casos -implicando la mayor excluyentes. Esto fue a causa de una
parte la asociación exitosa de granjeros pequeños y com- de factores técnicos (algunos culti
pañías de procesamiento y exportación- incluyen el desa- interacrividad de trabajo), las institu
rrollo de exportaciones no tradicionales, por ejemplo, minifundistas carecieron de los med
plantas decorativas, corazones de palma, y frutas tropica- ceso al capital de trabajo), y proces
les, en la costa atlántica de Costa Rica; la producción de ción de la tierra (la región de front
vegetales en Guatemala; las exportaciones exitosas a los relativamente grandes de tierra y u
Estados Unidos de fruta y verduras por granjeros de irri- que facilitó el cambio agrario desigu
gación en México septentrional; la producción de fruta y No hay garantía de que los pequ
verduras tropicales para mercados internacionales en el trabajadores rurales serán beneficia
Nordeste del Brasil; la producción de trigo en Paraguay; y bonanzas agroexportadoras. La ex
la expansión reciente de exportaciones de aceite de palma tos agrícolas puede favorecer a gran
en Colombia. Sin embargo, mientras sus proponentes vie- pobres, pero el grado en que esto
ron tales desarrollos como una fuente de crecimiento y tra- pende de factores técnicos y del conte
bajo, los críticos señalaron el efecto adverso que éstos que los minifundistas a menudo h
tuvieron sobre los pobres rurales, principalmente en la for- por la interactividad laboral en algu
ma de acceso reducido a la tierra, trabajo incierto, y pre- agroexporración y de propiedades
cios crecientes de alimentos. fragmentadas, la mayoría de las ten
Una comparación entre la agricultura orientada a la trabaja contra ellos. Esta tendenci
exportación en Chile, Guatemala, y Paraguay por Cárter, intensivo en mano de obra y en hab
Barham y Mesbah (1996) proporcionan elementos de re- de los procesos de producción, asu
flexión para la pregunta de quién se benefició de tales bo- precio-calidad, el car ácter pereced
nanzas agroexportadoras. El estudio encontró que los vos, los períodos prolongados de
resultados fueron contingentes de las condiciones inicia- inversiones, y la falta de mercados
les, los tipos de cosechas, los patrones de apoyo, y de los seguros. De modo semejante, como
procesos inducidos del cambio estructural. En Chile, por Petrolina-juazeiro en el Nordeste d
ejemplo, la bonanza agroexportadora fue dominada por 8), la producción exportable en g
medianos y grandes agricultores, en parte debido a los re- ser consistente con trabajo decente
quisitos de información, empaquetamiento y mercadeo de colas, pero esto nuevamente depend
la producción de fruta.' ? Con la nueva presión sobre los cional. En este caso, el asunto crític
productos tradicionales cultivados en el sector minifundista, las interacciones entre el movimien
hubo una cantidad sustancial de ventas a los grandes agri- jas modernas.
clusión social y dem and as continuadas de movimientos el apoyo de infraestructura, técnico e
establecidos (tal com o el Movimento Sem Yerra en Brasil y la medida de las condiciones locales e
los g rupos indígenas en muchos países). Tal vez más im- rar la competitividad .
portant e aun, la experiencia m ás reciente sugiere que esas
reform as ag rarias se pu eden diseñ ar par a ser efectivas y Fortalecer mercados de arrendatarios. C
reflejar las lecciones ap rendidas de los errores del pasado. mercado de arrendat arios en Am éric
Un enfoque qu e implica múltiples sende ros y activida- mente subdesarroll ado respecto a otr
des se resum e m ás adelante. No hay un a sola ruta de "alto especialmente cuand o se compa ra co
modern ismo", o de otra índole al desarrollo rur al y el cam - llados. Las razones pr imarias para e
bio ag rario. Se ent iende cada vez más qu e hay múltiples débiles de la propiedad y un a falta de
sende ros de salida fuera de la pobreza rur al, inclu yendo la lución de conflictos, a veces combinad
migr ación , la producción intensificada m inifundista, y el para alquilar (po r ejemplo, pre-1 99 2
trabajo calificado y (cada vez más) semicalificado en g ran- no de los ejidos). Sin embargo, el a
jas, en actividades rur ales distintas a las granjas y en pu e- mecanism o importante para la redi
blos pequeños. Las tr ansferenci as par a la redistribución y de la tierr a, con ganancias de eficien
la administración del riesgo pueden jugar también un pa- quil ar es también a menudo part e de
pel complementario y de tr ansición (ver el capítulo 9). adquisici ón de la tierr a para los produ
Esta complejidad implica la necesidad de evitar las solu- un argumento fuerte a favor de enf
ciones estandarizadas. Un ejemplo involucra el tam año de centivadores existentes para alq uila
las parcelas. Las parcelas "inviables" para la producción ag rí- ejemplo de México post- 1992). H ay
cola pu eden de hecho juga r un papel import ante en la gene- dad de experimentos qu e pro cur a ap
ración y diversificación de ing resos, aun cuando el 20% rios y merece un rastreo y evalu a
inferior de los hogares rurales obtiene típicamente sólo 30- ejem plos incluyen al Consor cio de Tr
50% de sus ingresos de la agricultura." Como es discutid o y la Bolsa de Aparcería y Arrendam
en el recuad ro 7.3, aum entar la tierra al rango de I -2 hec- así como arrendamientos de grupo e
táreas en México puede tener un impacto significat ivo sobre
la pobreza. Más ampliamente, logr ar la competitividad es Titulación de tierras. La insegurida
un factor de estrategias espaciales generales, de la participa- propiedad puede redu cir el crecimie n
ción local, y de las uniones ent re sectores agrícola y no-agrí- causa de est ím ulos reducidos para ef
cola, como lo enfatiza la "nueva ruralidad" (FAO y World y la habilid ad limitada para utilizar
Bank 2003). Además, como se men cionó ant es, el apoyo tía pa ra el crédito . Según encuestas r
para la producción minifundista implica tambi én enfrenta r y mediados de la década de 1990, c
distorsiones restantes que favorecen la producci ón a g ran ag riculto res en Chile , Colombia, H
escala y desarrollar infraestructura y servicios institucionales carecían de título legal par a su t ie
para apoyar la producci ón m inifundist a. Finalmente, el cam- 2000a). Trabajos empí ricos en H ond
bio agrari o a menudo se conecta ínt imament e con las des- identifi cado impactos significativos d
iguald ades basad as en la identid ad y las nec esidades ejemplo un aumento en ingreso por
subsiguientes y políticas sobre la incorporación social qu e H onduras. Sin embargo, la mayor p
fueron temas principales en los capítul os 3 y 7. fue capturada por g ranjas medi anas
Tant o los g ranjeros como los países a tr avés de Am érica sobr e Asia sugieren que la titulación
Latin a - así como el g rado en que la reform a ag raria está es insuficient e. Para cosecha r benefi
en el orde n del día político y económico a través de la re- titul ación debe ser complem entada
gión- varían mucho. Es impo rta nte distin guir entre países justo y efectivo, avalúos cata stra les
(y ent re áreas al inte rior de pa íses) con respecto a dond e se de mecanismos de cumplimiento de
disputan o no los derechos existente s a la tierra . Tales de- más de las acciones qu e aumentan
rechos son disputados en partes de Bolivia, Brasil, y de términos de infraestructura y ot ros s
Quintil de ingreso 2 17 6 1
en camino, notablemente el proyecto de Cedula da Yerra
Quintil de ingreso 3 18 9 1
en Brasil, pero no hay disponibles todavía evaluaciones ri- Quintil de ingreso 4 25 18 1
gurosas sobre ellos. Hay también desventajas en este enfo- Quintil de ingreso 5 25 62 4
que, especialmente los asociados con el costo fiscal. Además
de subsidios fiscales abiertos, aplica una obligación fiscal Nota: El coeficiente Gini de riqueza de viviend
contingente si los agricultores incumplen los pagos de los son no propietarios con riqueza de vivienda de
tanto estrictamente comparable con la partici
préstamos utilizados para la compra de la tierra. Estos cos- que es tenido por los varios quintiles de ingre
tos fiscales pueden limitar el potencial para aumentar la de Reis y otros (2000) y los otros datos son de
escala de la reforma agraria basada en la comunidad-o en
el mercado. No obstante, este enfoque puede ser un ins-
trumento valioso para algunos grupos de agricultores, es-
pecialmente bajo condiciones en las que hay la aceptación
mutua de la legitimidad de la propiedad de la tierra por indígenas en Ecuador y Bolivia ha
parte del vendedor y el comprador. derechos colectivos que implican la
mos antiguos. Cuando los mecanis
La recuperación negociada de tierras. Hay oportunidades bajan bien, tales enfoques pueden se
sustanciales pero subutilizadas para la recuperación de eficientes, pero hay también un
tierras para el uso por pobres a un costo relativamente inapropiada a procesos dinámicos d
bajo. Esto incluye la distribución potencial de tierras pú- nómico. Con el cambio rápido, los p
blicas. En Bolivia, el gobierno ha identificado 900.000 ridad, del conflicto, y del uso exc
hectáreas de tierra apropiadas para colonización; en la Re- común llegan a ser más importantes
pública Dominicana hay retrasos acumulados de tierra ya socioculturales indígenas pueden p
expropiada. Este enfoque puede implicar también la recu- tradicionales de desigualdad. El dis
peración de asentamientos ilegales, dadas las dimensiones ser formado de una manera que sim
potenciales del bienestar de este proceso . Hay también el cambio e integre procesos democ
oportunidades para tratos negociados en áreas donde el parentes para que las decisiones pue
título sobre la tierra es ambiguo, es decir, donde la libera- que la política local de tierras evolu
ción parcial de la tierra con título incierto se realiza a cam- la transición de tenencia colectiva d
bio de la titulación de la parte más pequeña. El alcalde de individuales de tenencia de tierras e
Brasilia tiene un esquema progresivo de esta clase, y un México. Las reformas agrarias de 1
esquema comparable está en camino en la República Do- cambios a la Constitución de 1917,
minicana. Muchas reformas latinoamericanas de la tierra un arreglo político entre aquellos re
tienen titulación incompleta y presentan nuevas oportuni- el sector de los ejidos y los propon
dades . Liberar tierra a cambio de mayor seguridad del te- miento completo a derechos de p
rreno restante puede ser un negocio atractivo para los híbrida resultante puede haber sido
terratenientes. El autogobierno de los ejidos se re
miento efectivo de su posición legal
La reforma agraria y los procesos indígenas y comunales. Un tónomo sobre asuntos internos, y en
aspecto de la reforma agraria que es de aplicabilidad parti- a sus miembros decidir acerca de la
cular a grupos indígenas involucra los derechos colectivos la tierra dentro de su entidad (inc
sobre la tierra. Las culturas indígenas a menudo tienen individual completa de la propied
maneras efectivas de administrar la propiedad que equili- tierra se sostuvo completamente y
bran la necesidad de proporcionar seguridad y estímulos ron pero fueron restringidas a otro
para la inversión con mecanismos para regular el uso exce- menos cuando una decisión de la co
sivo de recursos comunes. (~r el capítulo 1 en World Bank cambiar al dominio pleno, o sea, a
2003b para una revisión de tales métodos). Los grupos mente individualizados. Además, un
programa extenso de resolución de conflictos de tierra y y libera a los hogares con restricción
hay alguna evidencia de mayor transparencia y profun- que generar una suma fija para el alq
dización en la gobernabilidad al interior de los ejidos, que Esto puede ser importante en tiempo
han sido sujetos a influencia externa de los partidos y a plo, en Uruguay el 10% de las perso
desigualdades internas sustanciales en el poder. La agenda casa en la que viven tuvo que muda
sigue sin terminar, no obstante, especialmente en áreas económica para recortar los gastos d
donde las disputas de tierras y otros conflictos son severos; cios de vivienda también pueden ser
esto es especialmente el caso en los Estados meridionales, lidad aceptando inquilinos o a miem
que son más pobres y tienen una concentración más alta hogar. 19 Sin embargo, ser un propieta
de personas indígenas que en otras áreas. Sin embargo, el bién algunas desventajas, por ejemp
proceso de los ejidos representa todavía una reforma com- localizaciones desventajosas para el
pleja que puede facilitar un proceso de modernización sin debido al crimen o desastres naturale
la eliminación repentina de mecanismos existentes que líquidos son los mercados de viviend
proporcionan seguridad (World Bank 2001c). bres.
La mayoría de los gobiernos en e
políticas activas a favor de la propi
Tierra urbana y vivienda través de América Latina, éstos han
Con respecto a áreas urbanas, el enfoque se coloca aquí en
dos formas : subsidios a las hipoteca
el asunto de la vivienda, que tiene conexiones importantes
clases medias y altas, y el suministro
con asuntos de tenencia de la tierra. Para la mayoría de las
ingresos" de un tamaño y valor que e
personas en áreas urbanas, la vivienda es el ítem de propie-
allá de los medios de la población d
dad más valioso que alguna vez poseer án;" Para los po-
México, cerca del 1% del PIB es gas
bres y buena parte de la clase media, la propiedad de
vivienda que benefician en gran parte
vivienda y la acumulación de bienes de consumo durade-
altas , sustancialmente más de lo que
ros son estrategias típicas de acumulación de activos. Los
gastos en vivienda dan cuenta de un promedio del 25 %
dades, el mayor programa social foca
países desarrollados, por otro lado, h
del consumo del hogar. Lo que suceda a la distribución de
vivienda probablemente tendrá un impacto fuerte en la con sus políticas de propiedad de v
desigualdad de activos en un país dado. La propiedad de ejemplos son los Estados Unidos y el
vivienda en sí misma no presenta una correlación fuerte una tendencia secular de desigualdad
con los ingresos (ver tabla A.8). La propiedad de vivienda a queza ha sido asociada con la extensi
menudo, pero no siempre, aumenta junto con los ingresos res tales como vivienda y bienes de
del individuo. En la Argentina y Ecuador, por ejemplo, es (Davies y Shorrocks 2000).
más alta en el quintil más pobre que en el segundo y tercer La mayoría de las familias de bajos
quinriles. Además, la propiedad de vivienda aún entre los Latina adquiere vivienda por merca
muy pobres es bastante alta (por encima del 60 % para la principal característica es la adquisic
mayoría de los países), a excepción de Ecuador y Colom- de la vivienda. Se estima que la vivien
bia. U na proporción grande de propietarios pobres tiene ta de cerca de un cuarto de todos
ocupación informal; en México, por ejemplo, una encues- América Latina (Ángel 2000), varian
ta de los barrios pobres del país muestra que sólo cerca de 10% en Buenos Aires a un máximo
la mitad de los propietarios tenía un título formal sobre su (Eclac 2000). Las familias de bajos in
terreno. Aún en Argentina, donde el mercado de vivienda tradas en la vivienda informal por va
es bastante maduro, un 18 % de todos los propietarios ca- la regulación incómoda y los estánd
rece de un conjunto completo de títulos. A pesar del acce- llevar a casas sustancialmente más
so relativamente igualitario a la propiedad de vivienda, en Aires, por ejemplo, la casa o apartam
los países pata los cuáles hay datos disponibles, la distribu- sector formal cuesta 2,7 veces el in
es deficiente en realizar el papel de acción colectiva de ase- visión de vivienda. Esto requiere reform
gurar arreglos que hayan definido adecuadamente los de- para:
rechos de servidumbre, las propiedades apropiadamente
tituladas, y el acceso a servicios urbanos tales como agua y • Hacer más fáciles la regularización
saneamiento. La falta de una planeación apropiada de es- la tierra y las transacciones de tierra. P
tos aspectos significa mayores desembo lsos de capital en el plo excelente de reformas exitosas de
futuro, por ejemplo para reubicar familias lejos de áreas de más de cinco años, el proyecto de
alto riesgo (tales como las tierras inundables), volver a tra- 1,6 millones de lotes y registró más
zar derechos de servidumbre para que los vehículos de títulos al agilizar procesos administ
emergencia y transporte colectivo puedan conseguir acce- adoptar un enfoque de gran escala pa
so a las comunidades, y desenmarañar los reclamos legales des sectores de vivienda ilegal.
sobre las propiedades que pueden tomar años o décadas • Hacer más flexibles las regulacione
para resolverse. subdivisión de terrenos y permitir n
Una política pública efectiva y equitativa se debe basar reducidos. La experiencia en Brasil y
en una buena comprensión del sector informal, y debe pro- mostrado que con estándares flexibl
curar trabajar en los lados de la demanda y la oferta de los de construir en cerca de la mitad
mercados de vivienda y tierra. En gran parte, las políticas vivienda formal.
han evolucionado. En las décadas de 1960 y 1970, el sec- • Permitir y alentar la provisión progre
tor público buscó proporcionar directamente las viviendas tura, mediante la cual la la inversión
de bajos ingresos, típicamente a través del despeje de tra en la infraestructura troncal pri
tugurios y la reubicación de poblaciones en asentamientos residentes (en asociación con los urb
nuevos, que a menudo estaban en ubicaciones más lejanas ceso de instalar las conexiones a sus
y más baratas y que convirtieron en costosos e incómodos • Desarrollar innovaciones en material
el transporte y otros aspectos de la vida diaria. Como re- tos de instalación de sistema y de m
sultado, los pobres a menudo venderían sus casas nuevas y
se mudarían a los asentamientos informales más cercanos En el lado de la demanda, el objet
a la ciudad. Gradualmente, los proyectos comenzaron a aliviar las limitaciones financieras de
enfocarse más en mejorar los tugurios, pero los altos cos- puede hacer a través de esquemas peq
tos y la ausencia de políticas de recuperación de costos tu- juntando los ahorros del grupo en fidu
vieron como resultado que las agencias del gobierno se unir esas fiducias a programas naciona
quedaban sin recursos. La década de 1980 vio un mayor de vivienda; proporcionando acceso por
énfasis en reformar el financiamiento de vivienda y el des- vo a préstamos y ayuda técnica; alentan
empeño financiero de agencias gubernamentales relacio- empleo basada en la comunidad; y m
nadas. Hoy, las políticas públicas apuntan a un enfoque subsidios dirigidos en forma de donacio
más integrado y son adoptadas para sostener la demanda pital para personas que no pueden paga
a través de derechos de propiedad, la financiación de hi- Desarrollar estrategias de financiación
potecas, y la racionalización de subsidios a la demanda. manda para vivienda de bajos ingreso
Este enfoque ayuda a su vez a promover el desarrollo estimularel interés de los empresarios d
institucional y organizar la oferta al proporcionar la infra- el desarrollo y la construcción. Varios
estructura para el desarrollo residencial de la tierra, regu- mentado exitosamente con tales inter
lar el desarrollo de la tierra y la urbanización, y coordinar de la demanda. Quizás el ejemplo más
la industria edificadora. vención directa es el Programa de Su
Los altos costos de oferta son a menudo debidos, por lo Vivienda Básica en Chile, que matricu
menos en parte, a fallas regulatorias o de mercado . Mu- menores ingresos en un programa de
chas administraciones nacionales o municipales imponen tualmente les permite adquirir una casa
estándares mínimos de utilización de tierra y de vivienda ción de ahorros, una subvención direc
dad de Guatemala. En esta comunidad, una inversión énfasis actual en la inclusión social
pública media de US$1.200 por hogar ha estimulado au- administración municipal más re
mentos sustanciales en la inversión privada y ha resultado tiempo de hacer un esfuerzo para
en mejoras significativas en la calidad de vida (por ejem- mayor de estos instrumentos en
plo, las tasas de la mortalidad infantil cayeron de 80 a 20 Una estrategia tributaria nueva p
por 1.000 nacimientos vivos en cuatro años) y un aumen- camente a la reforma y el desarrol
to en el valor de la tierra por un factor de 11. En El del cambio agrario o el desarrollo
Mezquital, la participación de la comunidad se extiende
más allá de la simple contribución de trabajo hacia la parti-
cipación en la planificación, implementación, y la evalua- 7.3 Servicios de infraestructu
ción de todas las actividades. La capacidad administrativa distributivo de la privatizació
es promovida trabajando a través de la comunidad. Tanto Esta sección se refiere a la relació
la financiación del proyecto como su contratación se lle- infraestructura y las desigualdade
van a cabo directamente por una asociación comunitaria. estructura pueden tener efectos
Las organizaciones basadas en la comunidad aseguran que distribución de bienestar. Sin em
los costos de inversión se recuperan y que las familias pa- infraestructura está compenetrada
gan por el consumo de servicios urbanos . política de las sociedades latinoame

FIGURA 7.7
Impuestos sobre la propiedad como un porcentaje del PIB en América Latina y otros países

Impuestos a la propiedad como participación del PIS (porcentaje)


3,5

3,0

2,5 •
2,0


1,5
• Bolivia _Uruguay ••,
1,0 • •
.. lIalia " Fra
0,5 •
•• •Argentir:
• • ." E •
• España

5,5 6,5 7 ,5 9,5 1

Lag PIS per cápita (dólares EE. UU. 1995, promedio 1990-2000)

Fuente : Estimativos de los autores.


necesidad fuert e para mayor gasto y para la profundización electricidad, y transporte terrestre (carre
de las reform as al inte rior del sector público. y examinan la relación ent re expansiones
de infraestructura y cambios subsiguiente
Por qu é importa la infraestructura y la desigualdad. (Técnica me nte, esto
La infraestructura pu ede tener efectos directos e indirectos zando los métodos de datos de panel, ta
en el bienestar. El acceso y el uso de la electricidad, carrete- do Generalizado de Moment os para amin
ras, telefonía, agua po table y saneamie nto mejorado tie- de endoge neidad, así como para contro
ne un valor intrínseco: en muchas sociedades, el acceso a influencias).
por lo me nos algunas de estas catego rías de infraestructu- Estos estudios encuentran que más y
ra básica se consideran un derecho que debe ser extendido tura de calidad aumen ta el crecimient
a todos los ciudadanos. H ay tam bién efectos indirectos im- igualdad de ingresos. Con respecto a efec
portantes sobre los ingresos, vía la influencia de las carre- es la cantidad, y no la calidad, la que es
teras en el acceso a mercados y trabajos, y de la electricidad análisis econométrico. Después de contro
y la telefonía en la productividad de empresas pequeñas y de otras influencias en el crecimiento,
grandes. Finalme nte, están las influencias indirectas en la (2003) encuentran que cerca de un cua
salud , educación y seguridad, por ejemplo mediant e el ac- en el crecimiento latinoamericano en 1
ceso a escuelas y hospitales. Como se discutió en el capítu- a 198 1-85 puede ser explicado por dife
lo 2 y se ilust ra en la tab la 7.8, el acceso a la infraestructura infraestruct ura. Con respecto a la desigu
es tod avía desigual, especialmente en los países más po- la cantidad y calidad de la infraest ruct
bres tales como Bolivia y Ho nduras . Además, aún donde fluencia negativa significativa : más infr
el acceso es razonablemente igualitario hay diferencias g ran- jor calidad se asocia con menor desigu
des en el consumo que tienen correlación con los ingr esos. contro lar por otras influencias (tal como
A men udo las diferencias en el acceso son aumentadas por educación, activos financieros y salud).
diferencias en la calidad, con menor calidad en áreas periur- (2004) estiman que un aumento en la in
banas y rur ales. La expansión de la infraestructura tiene el valente a moverse un cuar til hacia arriba
potencial para igu alar los ingr esos y otras dimensiones de global de stocks de infraestructura se aso
bienestar si integra cada vez más los g rupos más pobres en ción en el coeficiente Gini de 2,2 punto
sistemas regionales y nacionales de prod ucción, comercio, cinco años y 12 puntos en los subsig ui
y de provisión de servicios. La evidencia acerca de la in- efecto tan a largo plazo es equivale nte a

TABLA 7.8

Acceso a servicios escogidos para los quintiles superior e inferior, países escogidos (porcentaje)

País Agua Alcantarillado Electricidad

(ranqueado Ouintil Ouintil Ouintil Ouintil Ouintil Ouintil


por ingreso) superior inferior superior inferior superior inferior s

Uruguay (1989) 98 80 82 28 100 89


Brasil (1992) nla nla 87 17 99 60
México (1992) 96 63 91 28 99 75
Colomb ia (1996) 96 60 92 35 98 81
Bolivia (1996) 86 26 49 4 93 21
Honduras (1990) 89 49 55 4 80 15

Fuente: Encuestas nacionales de hogar analizadas para este informe.


tratar con la endogeneidad de infraestructura" ofrece apoyo Notas : Se refiere sólo a empresas que o
adicional a la idea de que conseguir acceso a la electricidad, pótesis nula de la igualdad de ganancias
el ag ua y la telefonía tiene g randes y significativas influen- cubiertas es rechazada en todos los casos
nificancia.
cias sobre los ingresos : la expa nsión de estos servicios a las
Fuente : Cálculos del Banco Mundial usando
poblaciones pobres, de cobert ura insuficiente, puede lle- tituto Nacional de Estadística, Guatemala),
var a igual ar los aum entos de ingresos . De modo semejan-
te, en El Salvador, los datos de panel de ingresos en áreas
rur ales encuentran una asociación ent re infr aestructura
ampliada e influencias próximas en ingresos (tales com o problemas de infraestructura en
tiempo al merc ado), con ga nancias desproporcionadas acu- vas int electuales diferentes acerca
mul adas a g rupos más pobr es (World Bank, en pro ceso de sas públicas o pri vadas, y disting
publicación). En un análisis del efecto de la rehabilitación (La Port a y López-d e-Silanes 199
de caminos rur ales en Perú, Escobal y Ponce (2002) en-
cuent ran un impacto significativo de la calidad de los ca- • El punto de vista del "bienes
minos en los ing resos, especialmente en términos de empleo empresas públicas pu eden segu
asalariado. (Este estudio busca cont rolar para causalidad gobiernos que reflejan los int e
inversa, es decir de ingr esos a cami nos rurales , emparejan- sociedad (incluyendo aquellos
do hogares en áreas cercanas a caminos rehabil itados con dad), en comparación con los
aquellas en otras áreas qu e no se beneficiaron de la inte r- de lucro en las firm as pr ivadas
vención). • El punto de vista de la "age nci
Esta revisión selectiva de evide ncia macroeconóm ica y los económicos son cruciales a la
microeconómica apoya la prem isa de que la infraestructu- de los dire ctivos) y el suminis
ra imp ort a con respecto al nivel y distribución del bienes- fíos especiales para proporcion
tar. Otro trabajo proporciona evidencia en dim ensiones de "alto poder".
adicionales, notablemente edu cación y salud (ver Hada y • El punto de vista de la "econo
otros 200 3). Este hallazgo complement a el papel de otros los dueños y los directivos de
activos (tal como educación y tierr a), como se ilustra, por vad as est án compenetrados e
ejemplo, en la discusión acerca de la ag ricultu ra en México reflejan los g rupos y las alianza
en el recuadro 7.3. El resto de est a sección discute proble- ellos form an part e.
mas en la provisión de la infraestructura.
La pr imera perspect iva, del b
base ideológica explícita para la n
Problemas latinoamericanos en el suministro des de servicio público y, en mu
de infraestructura: financiación e instituciones partes del sector industr ial tr ansa
La crisis de la deuda de la década 1980 tu vo como result a- ha estado ligado de cerca a ideolo
do la culm inación de viejos problem as en la pro visión de la en México), o proyectos "populist
infraestructura en América Latin a. Aunque las condicio- ga me nte socialistas o nacionalist
nes variaran a tr avés de la región , los síntomas prima rios Peronismo en la Argentina). Sin
de infraestructu ra insuficiente fueron los niveles bajos y la todas sus variad as form as es esen
provisiones desiguales de servicios de infraest ructura, cali- dad pública pod ría p roteger mejo
dad abism al, y falt a de financiamiento. Este malest ar se sostener la expansión del empleo
pu ede ver com o el producto de condiciones institucionales nes y los servicios para tod os.
más profundas, como se discut ió en el capítulo 5. A través Par a las décad as de 1970 y
de la región , la infraestructura era tradicionalmente pro- de 1980 , los sectores de empre
porcionada por dep art amentos g uberna ment ales o empre- Am érica Latina esta ba n cada ve
sas públicas de servi cios. Es por tanto útil coloc ar los racterizados por baja productivid
política. menes políticos diversos. Éstos inclu
La provisión pública de la infraestructura estaba típica- Murillo (2002, p. 462), "no sólo regím
mente compenetrada en patrones clientelisras más amplios como el de Pinochet en Chile, el de
de las relaciones que por mu cho tiempo definieron las gua, y el de Calderón Sol en El Salv
interacciones Estado -sociedad. En la mayor parte de la re- viejos partidos populistas como el
gión a mediados del siglo XX, la nacionalización formó la Peronist a en Argentina, y el PRI en
parte del proceso más amplio de incorporación de varios bezaron el esfuerzo hacia la privatiz
grupos internos al Estado (ver el capítulo 5). La nacionali- habían sido previamente los campeo
zación implicó generalmente la expropiación de actores ción". El poder ejecutivo y los diseño
extranjeros, mientras los beneficiarios incluyeron los em- ron indudablemente papeles importa
presarios domésticos (como proveedores y consumidores de reforma. Sin embargo, un recuen
de bienes y servicios a precios bajos), trabajadores forma- diseño de las políticas revela las pref
les, y consumidores urbanos (Murillo 2002) . Esto tuvo bio como productos de electorados p
como resultado una dinámica específica de conducta de lización de creencias a la luz de nueva
parte de estas emp resas para propósitos clientelisras (Fosrer 2002) . Además, es un error ver el mun
2002, World Bank 2003a). como uno de beneficios difundidos, l
Los políticos mantuvieron el control sobre el sector pú- rentas y de la influencia desigual que
blico al nombrar y despedir a los directivos y suministrar ticas del modelo proteccionista, clie
subsidios para apoyar empresas insostenibles . A cambio reforma.
de este patrocinio, las empresas de servicios públicos fue- Bajo la privatización , se otorgaron
ron obligadas a hacer favores políticos en la forma de su- nancias a grupos particulares -especi
ministrar trabajos, mantener bajas las tarifas, y asignar la merados e individuos ricos nacional
inversión nueva y los contratos de obras públicas median- utilizadas por los políticos para soste
te criterios políticos. Este patrón socavó los incent ivos para o crear nuevos. Las creencias, las cris
el desempeño eficiente y, en cambio, tuvo como resultado nes externas, y una cultura común en
costos altos, exceso de emp leo, y una falta de recursos in- en la región facilitaron la convergen
ternamente generados para financiar las muy necesitadas manera en la que las creencias se act
expansiones en el cubrimiento del servicio. Con las crisis por las puntos de vista y experiencia
fiscales de la década de 1980, el dinero del presupuesto las élites políticas, llevando a tendenc
nacional también se agotó. Los clientes tuvieron poco o en el diseño de la privatización. Chile
ningún poder de hacer a los proveedores directamente res- un enfoque que fue amistoso al cap
ponsables por los servicios y las elecciones nacionales eran confiado del control del Estado, y
un mecanismo demasiado amp lio para expresar el descon- regularoria de gran cubrimiento. Mé
tent o con empresas de servicios públicos específicas. cionalista y estatista en su tradición,
La mayoría de los países respondió a esta crisis en la nes a la participación extranjera (eI93
provisión del servicio con reformas institucionales signifi- fue a empresarios domésticos , según S
cativas. La privatización dominó el discurso de finales de más estructuras regulatorias. La Arg
la década de 1980 y la década de 1990, aunque formó sólo nos nacionalista y tenía una tradició
un elemento de las reformas seguidas. Éstas también inclu- tismo, estuvo abierta al capital extra
yeron la descentralización de suministro de agua (principal- regulación fuerte e independiente (
mente a nivel municipal) y las tentativas a corporativizar través de las agencias). Estas decision
las empresas nacionales de servicios públicos que se que- afectado la evolución subsiguiente de
daron en el sector oficial. Sin embargo, la privatización es ¿Cuáles fueron las pautas generale
de interés particular a la luz de su centralidad en los deba - ro, hubo una expansión sustancial de
tes sobre la relación entre reformas y desigualdad. Para sus especialmente en telecomunicacione
proponentes, la privatización pareció ofrecer una solución menor grado en agua, en carreteras y
cional en la provisión de infraestructura relativa a puntos pular. Esto se hizo evidente en las ca
de comparación. En relación con los "tigres" del Este asi á- en junio 2002, cuando ocurrieron
rico," la brecha de infraestructura subió sustancialmente. en contra de la privatización planea
Por ejemplo , con respecto a la capacidad generadora de y electricidad. El plan de privatiza
energía eléctrica, la mediana del stock de infraestructura en traición , una venta de activos nacio
el Asia Oriental creció de ser el 90 % de su equivalente en ciaría a los ricos y, muy probablem
América Latina en 1980 a ser el 230 % en 2000; con res- vos dueños. Tales sentimientos han
pecto a carreteras pavimentadas, la proporción subió del región, desde la visión dominantem
780 % al 1.560% (Calderón y Servén 2003). de la privatización de la electricidad
Segundo, las expansiones en el acceso al servicio ocu- greso mexicano hasta los sentimient
rrieron debido a la inversión privada y pública (figura 7.9). violenta contra el fracasado proces
Los impactos de esta inversión en las desigualdades en el acueducto en Cochabamba, Bolivia
acceso variaron dependiendo de las condiciones iniciales. la privatización se refleja también e

FIGU RA 7.8

Inversión pública V privada en sectores escogidos de infraestructura en América Latina, 1980-98

Porcentaje de PIS
4,5
1- Total - - Público - Privado 1
4,0

3,5

3,0

2,5

2,0

1,5

1,0

0,5

0,0 +---,-----.----,--r---.--,---r---,----,r--,---.----,-----.----,--r---.-
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1

Nota: Promedio ponderado por PIS para Argentina , Bolivia , Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México , Perú y RB de Venez
Fuente : Cálculos de autores usando base de datos de inversión en infraestructura del Banco Mundial. Ver también Calderó
50
40
30
20
10 1 .... 1985-86
O
2 3 4 5 6 7 8 9
Deciles (gasto de hogar per cápita)

b. Argentina: teléfonos

Porcentaje de hogares con acceso


100
90
80
70
60
50
40
30
20
10 1 .... 1985- 86
O
2 3 4 5 6 7 8 9
Deciles (gasto de hogar per cápita)

c. Nicaragua: electricidad

Porcentaje de hogares con acceso


100
90
BO
70
60
50
40
30
20
10 1.... 199
O
2 3 4 5 6 7 8 9
Deciles (gasto de hogar par cápita)

Fuente: Estimativo de los autores a partir de infor mación de en cue stas de hogares.
electricidad al 6% para el agua (Es
Los efectos de la privatización de infraestructura distribuyeron estas ganancias entr
Varios trabajos han examinado el impacto de la priva- jadores, firmas y el gobierno? Con
tización de empresas de servicios públicos y otras compa- nómico de la privatización y la desi
ñías en la rentabilidad, eficiencia, una variedad de efectos proyectos recientes de investigaci ó
de distribución, y financiamiento. La mayoría de los tra - latinoamericana."

FIG URA 7. 10

Opiniones sobre la privatización en América Latina en momentos diferentes en el tiempo

América Latina 1_ 2003 D 2002 _

Costa Rica

Panamá

Argentina

8 S3lvador

Guatemala

Uruguay

Bolivia

Ecuador

Nicaragua

Perú

Paraguay

Colombia

Honduras

Chile

México

RB de Venezuela

Brasil

O 10 20 30 40 50 60 70
Proporción de entrevistados que dicen que pensaban que la privatización
había beneficiado a su país

Fuente: Latinobarómetro (2003) .


análisis son del tipo antes-y -después con intentos de reali- Un análisis del impacto general de
zar comparaciones aproximadas cuando esto es posible. en la pobreza y la desigualdad sugie
mente pequeños , en gran parte porq
Los consumidores can sólo partes pequeñas de su presu
Los impactos de la privatización en los consumidores se infraestructura." En todos los casos,
debe a efectos en tres áreas: aumento de acceso, de precios, igualdad fueron menores . En todos e
y de calidad. Tales efectos tienden a alcanzar a consumido- tos en la pobreza fueron positivos p
res que son en promedio más pobres que los que ya tienen ejemplo, en Argentina el acceso a la e
acceso; como se mencionó antes, la extensión de la orien- fonía y los efectos de precio se asociaro
tación a la pobreza depende de la distribución inicial. Los res sobre la desigualdad de ingresos
críticos a menudo argumentan que la privatización lleva 1-1,5% en la pobreza. En Bolivia, la p
los precios a niveles más altos, que a su vez financian ma- en La Paz/El Alto también estuvo asoc
yores ganancias. De hecho, los cambios de precios varían bios en la desigualdad y una reducci
dependiendo mucho de las condiciones y patrones inicia- pobreza. En contraste, los grandes a
les del cambio , especialmente con respecto al equilibrio que siguieron al proyecto de privat
entre ganancias en eficiencia, la necesidad de compensar Cochabamba aumentaron la pobreza
los precios históricamente subsidiados, y el marco regu - N icaragua, grandes aumentos en el
latorio e institucional que determinan las ganancias. Ge- ganaron acceso a la electricidad (del o
neralmente puede argurnentarse también la conveniencia los tres deciles inferiores de la distri
de reequilibrar las tarifas para que éstas reflejen los costos fueron aproximadamente contrarresta
(por ejemplo, entre cargos locales y de larga distancia para el bienestar, que a su vez se debieron
la telefonía, a trav és de sectores para el agua y la electrici- cios para los que ya tenían acceso.
dad, y entre cargas de conexión y consumo en todos los Un estudio significativo por Galia
casos). En un estudio de cuatro países (McKenzie y grodsky (2002) en la Argentina estim
Mookherjee 2003), se notó una gran variedad de efectos, privatización del agua en la mortalid
con precios que caen en cinco de los diez casos estudiados dida no monetaria clave del bienestar,
y suben en los otros cinco (tabla 7.10). Aún al interior de ción en el tiempo y el espacio entre m
de Bolivia, hub o contrastes agudos entre descensos reales agua privatizad a. La mortalidad infan
de precios en el agua en la región de La Paz/El Alto y gran- adicion al en áreas con servicios priv
des aumentos relacionados con el tristemente célebre pro- aproximadamente un 24 % en los mu

TABLA 7. 10
Cambios de precios después de privatización

Argentina Bolivia México

Antes Después Antes Después Antes Después A

Teléfonos 100 84 100 92 100 148


Electricidad 100 67 100 126 1
Agua 100 84 100 109
La Paz/El Alto 100 90
Cochabamba 100 143

Nota : La tabla muestra índices de precios reales relativos al índice de precios del consumidor. con precios anteriores a la privati
Fuente : McKenzie y Mookherjee (2003) .
rica Latina. Un estudio a través de países llevado a cabo
por el Banco Internacional de Desarrollo (Internacional Efectos fiscales
Development Bank) (Chong y López-de-Silanes 2003) es- Las ganancias fiscales fueron una d
tima las pérdidas totales en el empleo de compañías priva- ras de la privatización. A menudo
tizadas desde cerca del 23-25 % en la Argentina, Chile y nancias fiscales por las ventas, segui
Perú, hasta alrededor del 40 % en Colombia y más de 50 % de impuestos a las compañías priv
en México. Los efectos específicos a la firma pueden ser gresos de capital subieron a US$25
más grandes. Ennis y Pinto (en proceso de publicación) gentina y US$3 mil millones en
estiman pérdidas de 75 % en empresas de servicios públi- distributivos de estos recaudos dep
cos privatizadas en la Argentina (es decir, electricidad, gas usados por los gobiernos , la mayor
natural, agua, telecomunicaciones, líneas aéreas y vías fé- lizó parte de las ganancias para pa
rrea), e indica que si esos trabajadores que fueron despedi- los efectos positivos de estabilizaci
dos recibieron ingresos de cero, la pobreza habría subido la reducción en el servicio de deud
de 29,5 al 32,0% . para la expansión en el gasto soci
Sin embargo, los efectos o despidos netos dependen del mayoría de las economías en la déc
mercado del trabajo y la situación macroeconómica. Todos discute en el capítulo 9, esta expa
los estudios encuentran que los efectos netos de empleo son generales fuerte o ligeramente a fa
menos adversos que las pérdidas brutas, y son a veces po- embargo, es digno de mención que
sitivos. En el caso de México, López-Calva y Rosellón (2002) minaron la década con deudas más
utilizaron las encuestas de datos de panel para seguir las grandes recaudos de capital por la p
experiencias de trabajadores individuales. Ellos encontra- notablemente el caso en Argentina
ron que el 45-50 % de trabajadores despedidos encontró consecuente con el uso de expansio
trabajo en el mismo sector dentro del año siguiente, sin biernos para aplazar las luchas distr
pérdida alguna de seguridad social o beneficios de salud. (ver el capítulo 8), lo que hace todav
Sólo 0,5 % de los trabajadores estuvo desempleado por un de lograr el crecimiento con equida
año completo. Este patrón de ganancias generalmente Finalmente, las privatizaciones
positivas es común para el mediano plazo . En el sector prendido con una transparencia m
peruano de telecomunicaciones, el empleo subió de 13.000 fue dramáticamente el caso en Nic
a 34.000 trabajos entre 1993 y 1998. Cerca de 145.000 ríodo de privatización activa en la
trabajos nuevos fueron creados en el mismo sector en Bra- recaudos llegaron al 2,5 % del PIE
sil durante ese período. Aún en Argentina, que tuvo pér- tuvo implicaciones fiscales ni efecto
did as grandes debido a un mercado de trabajo flojo, la social. Dada la posición pobre de N
participación del empleo en empresas de servicios públicos de corrupción, es sumamente prob
privatizadas se había recuperado casi a sus niveles anterio- desapareció fue a parar a manos de
res a la privatización (alrededor del 7%) para 1996, sugi- o grupos ricos. La más reciente priv
riendo que la trayectoria a largo plazo del empleo era cidad generó un 5% del PIE, del c
semejante a la del empleo general. mente se causó a las reservas de gobi
Los efectos en salarios han sido variados. En Argentina, público futuro, si no el presente (Fr
los salarios para la economía en su conjunto subieron lue-
go de la privatización, aunque el impacto de la privatización Efectos sobre el sector empresar
en sí misma podría haber sido ligeramente depresivo por- él.lev ó la privatización a ganancias
que los trabajadores del sector público gozaban de una listas domésticos y extranjeros? En
prima del 10%. Sin embargo, no es probable que el im- las ganancias efectivamente subier
pacto haya sido significativo, y habría sido contrarrestado partir de una posición inicial inso
por el aumento en las horas de los trabajadores que se cam- Además, una fuente próxima de esta
biaron al sector privado (Ennis y Pinto, en proceso de pu- pido a gran escala de trabajadores e
estudio más reciente que se concentra en las empresas de superfluos. Hay también evidencia de
servicios públicos encuentra evidencia sugestiva de ganan- zaciones llevaron al acceso aumentad
cias más altas en los sectores no-competitivos que en los pobres, que los aumentos del precio
sectores competitivos luego de la privatización en Chile, menudo como subieron, y que los ef
México y Perú, pero no en Colombia (Chong y L ópez-de- empleo fueron a menudo positivos al i
Silanes 2003). Sin embargo, el aumento en las ganancias Además, los pagos de cesantía amortig
que siguió a la privatización no fue más grande en el sector en parte el golpe de los despidos de tra
no-competitivo que en sectores competitivos. En la medi- tos acumulados en la desigualdad de i
da en que existieron ganancias excesivas, es probable que muy pequeños. Los impactos en la po
reflejaran fallas regulatorias, las preferencias de los gobier- pre beneficiosos y pueden ser signific
nos por ganancias más altas para sostener su base tributaria, rren aumentos grandes en el acceso, con
o las características específicasdel diseño de la privatización. excepciones (Cochabamba en Bolivia
otro lado, hay evidencia también de qu
A veces, se establecieron garantías explícitas o implícitas
ha asociado con mayor poder de los c
de ganancias para atraer a los inversionistas o para
maximizar los beneficios fiscales por precios de venta más socios extranjeros, asícomo con ganancia
altos. Los casos típicos involucran a los sectores mexicano en sectores no-competitivos. Finalmen
cuentes acusaciones acerca de favores
y peruano de telecomunicaciones, donde se garantizó un
período especificado de monopolio. Como se dijo antes, de corrupción que sucedieron durante e
los precios aumentaron en el caso anterior. En 2002, la zación. Tales ganancias concentradas p
estructura de cargos seguida por las telecomunicaciones res, hechas legal o ilegalmente, combin
peruanas llegó a ser una fuente de controversia pública ya los trabajadores, ayudan a explicar la p
que era mayor que los estándares latinoamericanos, aun- que la privatización es profundamente
que esto había sido acordado legalmente como parte de la menudo ha rendido beneficios signific
venta original. Finalmente, se sabe mucho menos acerca dores también ahora esperan servicio de
de las ganancias ilegales, aunque las acusaciones han sido sas de servicios públicos, y ya no usan lo
comunes (como se señaló previamente con respecto a los del servicio de la década de 1980 como
millones de dólares perdidos en Nicaragua). (Estache 2003).
¿Quién ganó el control de los activos privatizados? Hay
alguna evidencia de la consolidación de ganancias por con- Políticaspara la expansión equitat
glomerados domésticos, junto con un número relativamen- de la infraestructura
te pequeño de compañías internacionales. Schamis (2002) Las privatizaciones por sí mismas no
ha documentado los conglomerados como los conglome- ciamiento y malestar institucional que
rados domésticos y las élit es empresariales de grandes fir- de la infraestructura en la década de
mas en Argentina, Chile y México fueron protagonistas y importancia de la infraestructura tant
beneficiarios principales del proceso de privatización. En to como para la equidad, hay necesid
el caso de Chile bajo Pinochet, esta situación se asoció con restaurar el suministro por el sector púb
una puerta giratoria de individuos moviéndose entre gran- fortalecido de política y regulación pa
des conglomerados, el Estado, y las compañías recién pri- vado. Puede argumentarse a favor de
vatizadas . En México, tales condiciones formaron parte de de subsidio con motivos distributivo
una larga tradición de conexiones cercanas hacia adelante público y privado.
y hacia atrás entre las empresas y el Estado (ver Haber
2002b), pero marcaron también un cambio en los patro-
nes de la alianza. Mientras la influencia histórica de las Restaurar el gasto público y extend
asociaciones empresariales que representan a las firmas la reforma del sector público
medianas (que fueron juzgadas como retrógradas y pro- El argumento a favor de restaurar el
teccionistas) se vio reducida, aumentaron las conexiones fraestructura pública es ilustrado vívid
mente al esfuerzo tributario relativamente bajo de Améri- tores no-competitivos, pero en té
ca Latina y su carga de deuda relativamente alta. Como se todavía no realizan el papel centra
discute en el capítulo 9, aumentar los impuestos de mane- público, especialmente cuando los
ra que aminoren los costos de eficiencia y los efectos regre- tienen un interés común en ganan
sivos es central a un sendero más equitativo de desarrollo, tos altos asociados (Estache 200 3).
con tal de que los recursos se utilicen efectivamente. Los los problemas clásicos de captura
cargos al usuario que reflejan los costos pueden hacer una relativa, especialmente en el conte
contribución esencial, aunque esto se tenga que equilibrar privadas con personal altamente ca
con objetivos de distribución (ver abajo). Asegurar la independencia legal, p
El uso efectivo de recursos en el sector de la infraes- sonal de los reguladores puede ayu
tructura depende igualmente de problemas institucio- ejemplo, un marco legal más fuer
nales . Resolver los obstáculos relacionados con agencia y electricid ad y gas ha sido asociado
evitar el uso clientelisra de empresas de servicios públi- regulatorio que el visto en otros s
cos -dos factores que fueron motivos importantes para Foster 2003).
la privatización- siguen siendo desafíos principales para También es importante el proces
el sector público. Las obras públicas son todavía un mismo. La estructura del mercad
instrumento clásico de clientelismo. Las reformas institu- influ ida por el grado en el cual una
cionales pueden traer ganancias en términos de eficiencia rísticas de monopolio natural, pero
y equidad bajo auspicios públicos, especialmente si se bién por el diseño. Ahora se recon
toman acciones para separar a los diseñadores de las po- privatización de electricidad en Ch
líticas de los proveedores bajo un acuerdo fuerte , au- Gran Bretaña) creó firmas con pod
mentar la transparencia, y fortalecer la voz directa de polio, con lo cual se perdió una op
todos los consumidores, especialmente los que han sido mercado más competitivo. Es un
excluidos previamente. sistema se privatiza, puede ser difí
La evidencia indirecta para este proceso es proporciona- ra. Esto no sólo aumenta la influen
da otra vez por el caso boliviano, en que la empresa priva - política), pero puede hacer la tarea
tizada de acueducto de La Paz/El Alto se comparó con la más difícil.
empresa cooperativa de acueducto en Santa Cruz . Obtuvo Las preguntas de transparencia y
un mejor desempeño, pero las ganancias fueron aprecia- plementarias a las especificidades
blemente más pequeñas que las vistas en una comparación proceso de privatización (para ap
de antes-y-después. Otro ejemplo del mismo sector es la aminorar la corrupción) y en la prod
empresa de acueducto de Lima conocida como Sedapal. pueden implicar el compromiso p
Aunque la empresa hasta ahora ha quedado bajo propie- con influencia débil. Por ejemplo,
dad pública, ha emprendido una serie de reformas (inclu- de acueductos por Aguas Argentin
yendo con respecto a la corporatización y la extensión) y del enfoque al acceso después de qu
ha logrado mejoras sustanciales tanto en la eficiencia como nivel local (Estache, Foster y Wod
el acceso. Por otro lado, una revisión reciente de la expe- importantes factores tales como la
riencia en la regulación de empresas de acueducto munici- de entidades de veeduría o "perros
palizadas concluyó que muchas adhieren a un modelo sis independiente como un medio d
clientelista, aunque a niveles locales (Foster 2003). Esa re- ción y el debate público. La parti
visión discute también la necesidad de mejorar y ampliar los estímulos para la colusión ent
la sociedad civil, fortalecer la regulación (así como el cono- ñadores de políticas (potencialmen
cimiento de la sociedad civil acerca de decisiones y proce- y privados). En Francia, la expres
sos regulatorios), y alinear las finanzas centrales con la -vía el potencial para votar la salid
realización de metas regulatorias. san en el diseño de acuerdos efectiv
tarifas específicas reflejan las necesidades de costos debe CAS) para determinar los subsidios
ser equilibrado con los objetivos distributivos de asegurar ahorros sustanciales de esparcir el ca
niveles básicos de suministro a todos los grupos . ¿Debe- la evaluación de medios a través de
rían ser manejadas tales metas de distribución por el siste- Colombia tiene un sistema de focali
ma general de impuestos y beneficios? De hecho, existen sado en la clasificación de un área ge
buenos argumentos para incluir explícitamente considera- municipio en uno de varios estrato
ciones de equidad dentro de las políticas tarifarias de las pesar de este método aparentemen
empresas de servicios: la mayoría de las sociedades ve por esquemas chilenos y colombianos tie
lo menos algunos servicios de infraestructura como necesi- lares de focalización: son progresivos
dades básicas, y por tanto se preocupa por el consumo efec- errores significativos de exclusión e in
tivo de esos servicios públicos; los sistemas generales de y Contreras 2000). El diseño de subs
bienestar social distan de ser perfectos; y poner atención a to ser formado alrededor de las carac
las preocupaciones sociales puede ser esencial para la acep- un servicio particular, y ser suscepti
tación social de la producción privada (G órnez-Lobo y luación regulares.
Contreras 2000).
Como se señaló antes, durante la década de 1980, mu-
chas empresas de servicios públicos tuvieron políticas 7.4 Conclusiones
tarifarias malas tanto para la eficiencia como para la equi- Este capítulo se ha enfocado en activ
dad. Los precios no cubrieron los costos, pero los subsidios cipales: la educación ; los derechos de
rara vez llegaron a los pobres, quienes típicamente no rra, y vivienda; y la infraestructura. L
tuvieron acceso a los servicios. Las políticas regresivas de área han acentuado las conexiones ín
subsidios han persistido a veces, especialmente en algu- nes (en el sentido amplio en el que l
nas entidades de servicio público. En México, los subsi- este informe). Estas tres áreas son ind
dios a la electricidad son grandes (sustancialmente mayores cativas en cualquier búsqueda para m
que el programa bandera de lucha contra la pobreza, Opor- complementariedades fuertes entre el
tunidades) y regresivos, aunque algo menos que en el pa- no es una lista completa de los aspe
sado. plorar; otras áreas relacionadas a la
Los subsidios para asegurar el acceso y los niveles bási- son también importantes, y la salud
cos de consumo para los pobres son deseables, pero pre- portante aquí. Aunque este capítul
sentan desafíos con respecto a la focalización que son problemas y opciones en estas tres ár
comunes a los sectores sociales (ver el capítulo 9). Aunque bargo ha apoyado la opinión que un
la discusión de detalles de diseño esté más allá del alcance y redistributivo para promover la dis
de este capítulo, algunos puntos generales se pueden ha- vos es verdaderamente factible y ex
cer aquí. para las estrategias de la creación de
Es generalmente deseable tener tarifas de conexión ba- nas tanto para el crecimiento como
jas para alentar la recepción, así como subsidios para alen- ciorarse de que esto suceda requiere
tar los niveles básicos de consumo. Si la posición fiscal de críticos y complementarios relaciona
un país lo permite, es también deseable incluir los subsi- lítica a favor de la igualdad y la ag
dios en el presupuesto público , para que las empresas de potencialmente a cambiar los ciclos
servicios públicos no necesiten emplear subsidios cruzados ciosos a virtuosos.
"tasando" a otros consumidores (como el caso de Chile,
por ejemplo). Sin embargo, hacerlo así no siempre será Notas
posible, especialmente en casos en los que la posición fiscal 1. Paulo Freire (970) es un ejemplo clá
es apretada. Al valorar el desempeño precrisis de las em- 2. Algunos sesgos son inherentes a estas
presas de servicios públicos privatizadas en la Argentina, nas menos educadas, más pobres en promedi
Estache (2002) discute si las ganancias de eficienciase trans- 3. l-ér tabla 4.2 en de Ferranti y otros (20
inrerregionales son basadas en datos de Bar
orientadas al mercado que se adoptaron comúnmente en Amé rica La- inferior de la pob lación se unió con otros ho
tina a finales de la década de 1980 y comienzos de la década de 1990 . tos de vivienda.
Ver el capítulo 8 pa ra una discusión . 20 . Esto incluye el gasro por el gobierno
8. Un aná lisis reciente de Colombia hace un ajuste para caracterís - citos de financiación proporcionados por l
ticas de la tierra (ver World Bank 2003b). Sin embargo, esto lleva sólo prestamistas de vivienda cuasipúblicos Info
a una reducción modesta en el coeficiente Gini para la distrib ución de financian por repagas de préstamos y ahorro
la tier ra de 0,93 a 0,85 nómina) de empleados del secto r privado y
9 . Hay un cuerpo grande de literat ura en este punto (ver el capítu- 2 1. La endogeneidad puede surgir ya qu
lo 1 de World Bank 2003a) para una revisión. también de la mayor rentabilidad al uso de
10. Esta síntesis se basa en comentarios de José María Caballero. blicos modernas. El aná lisis utilizó el acce
Para una revisión, ver Chavas (2001). como un instrumento pa ra enfrentar este pr
11. Para una de m uchas síntesis generales (ver World Bank 1993). cialmente.
Para un enfoque q ue acentúa la centralidad del apoyo político del cam - 22 . Hong -Kong (China), Indonesia, Rep
pesinado, ver Teranishi (1997). Singapur, Taiwán (China) y Tailandia .
12. Ver Klein (1992) para una histo ria general y Gray -Molina (2002) 23 . Estimaciones de una síntesis por ID
sobre los hijos de la revolución de 1953 . aná lisis extenso del proceso de priva tización
13. Ver Seligmann (1995) para una histo ria etnográfica de la refor- López-de-Silanes (1999), que identifica las
ma agra ria y sus repercusiones en un área pobre de la prov incia de ciencia en sectores competitivo y no-compe
Cusco en los Andes . McClintock (998) discute a Sendero Luminoso 24. Estos se realizaron bajo los auspicio
en un análisis compararivo con El Salvador Development Economics Research (Inst ituto
14. Así como Pronaso l fue en parre un instrumento para reuni r gación en Economía del Desarrollo , o Wider
votos rurales para el presidente Salinas, en México en la década de IDB (2002), Chong y López-de-Silanes (20
1990, así tam bién fue a veces el fondo social Foncodes en Perú . Al Caribbean Economic Association (Lacea)/Wo
igual que con muchos fondos sociales, Foncodes combinó éxito genuino Inequality and Poverty (Red sobre Desigua
en la provisión del servicio y una orientación fuerte a favor de los pobres en McKenzie y Mookherjee 2003). Para un
con la meta de mantener apoyo político . J.-ér Schady (2000) y Paxton y tema, ver Galal y Shirley (994) y Estache, F
Schady (2002), pa ra más sobre este y otros puntos relacionados. 25 . Para cuantificar los efectos del acces
15. Es también importante notar que la base de grandes éxitos se precios "virtuales" asociados con racionar el
estableció en pa rte por proyectos gubernamentales que se lanzaron de precios que causaría un consumo de cero
STE CAPÍTULO DISCUTE LA RELACIÓN ENTRE MERCADOS Y DESIGUALDAD. EN TÉRMIN

E
ceptual presentado en los capítulos 1 y 6 (ver la figura 1.1), tal exploración imp
políticas que afectan las distribuciones de activos (el sujeto del capítulo 7) a po
sobre los retornos del mercado a estos activos. A su vez, debe considerarse el pape
instituciones, aquellas ligadas directamente a resultados de mercado. El sujeto de
parte de la pregunta m ás amplia de cómo y hasta qu é punto las instituciones influyen sob
p apel central de las instituciones políticas y sociales se discutió en el cap ítulo 5). Las conexi
factores se considerarán y nos refereriremos a ellas en varios puntos a través de este capítu
La pregunta acerca del impacto de las reformas orientadas al mercado sobre la desigu
áreas m ás polémicas del debate en América Latina. El asunto a menudo se encuadra en té
negro: ¿Han sido las reformas de políticas orientadas al mercado (y macroeconómicas) u
curación para las enfermedades latinoamericanas de crecimiento lento y alta desigualdad ?
una posición menos radic al. Como la estructura de esta tercera parte del informe lo indic a,
afectan los mercados son sólo un campo de la política económica pertinente a la distribució
por supuesto). Es también importante mirar separadamente distintas instituciones relacio
do, y reconocer que las consecuencias de los mercados dependerán de la estructura de la p
así como de estructuras sociales y políticas.

Este capítulo mira primero la evidencia general acerca 8.1 Mercados y desigualdad
de la relación entre reformas estructurales basadas en el Durante las pasadas dos décadas, la
mercado y la desigualdad. Luego inspecciona brevemente en América Latina ha emprendido
los problemas en el mercado laboral, reconociendo que esta de políticas que han abierto sus eco
área en particular justifica un tratamiento mucho más influencia de mercado. Los cambios
completo que el que permite el espacio disponible aquí. cluido la liberalización sustancial del
El enfoque particular se coloca en la relación entre crisis financiera doméstica, la apertura de
macroeconómicas, las respuestas de política, y la desigual- la privatización de compañías estata
dad, que es una preocupación mayor en América Latina. tarias que traen consigo tratamiento
La revisión de la evidencia y el trabajo nuevo emprendidos formes y una dependencia más grand
para este informe apoyan el punto de punto de vista que valor agregado. La sección siguiente
afirma que las crisis financieras serán típicamente regresi- generales (ver el capítulo 7 para un t
vas, un hecho que subraya la importancia de políticas llado de la privatización de la infrae
fortificantes para evitar las crisis y de desarrollar tanto las El conductor inicial para las ref
políticas como las instituciones que aseguran resoluciones América Latina fueron la crisis econ
más equitativas a crisis cuando éstas ocurren. de restaurar el crecimiento. Hay n
FIGU RA 8.1

La extensión de las reformas de política en América Latina. con variaciones de país V política

a. índice medio de reforma para países escogidos

índice medio de reformas

0,8

0,6

0,4

0,2 __ Brasil _ Chile


. . . Uruguay __ RB de Venezuela

0~=;:::==;:::=::;:::=::;:::=::;:::=:;::=:;::=:;::::=:;::::=:;::::=~r--r--r--'---''---''---'r----1r----1r----1--
....0.,'\'"

b. índices de reforma por área de política

índices de reforma por área de política

0,9

0,8

0,7

0,6

0,5

0,4

0,3

0,2
__ índice de reforma financiera - índice de libera
0,1 cuenta de capit
__ índice de privatizaci ón e-e-- índice de reforma tributaria

° (1,'"
....
0.,
(1,'1-
....
0.,
(1,'>-
....
0.,

Nota: El índice medio de reforma es el promedio sencillo del índice de la reforma en las cinco áreas de política para cada paí
un área de política es el promedio sencillo de todos países.
Fuente : Morley (2001l.
experimentó menos cambios, aunque sucedieran procesos determinante poderoso del crecimiento
de privat ización importantes y de alto perfil en algunos tes continúen acerca de la importancia
países. relativas de "las instituciones" y las po
Segundo, hay un consenso algo más débil de que la re- mercado que fomentan la mayor integ
forma tuvo un impacto positivo en el crecimiento, pero Algunos autores discuten en un extrem
que este efecto fue más débil de lo esperado originalmen- ciones gobiernan sobre las políticas", m
te. Las reformas ayudaron, pero no levantaron a América que el papel de las instituciones se exa
Latina hacia senderos de crecimiento del estilo del Este literatura reciente sobre el crecimiento
asiático. Un análisis reciente que incluye los índices de re- declaración justa quizá sea que ambas p
forma así como otros factores estructurales tales como edu- tan y que hay correlaciones causales e
cación y gobernabilidad (2003) sugiere que la respuesta ción. El asunto de preocupación aquí
de reforma de los países en América Latina ha estado en potencial de reformas orientadas al mer
línea con resultados basados en la experiencia global. Sin dad , un tema acerca del que hay visio
embargo, lograr el crecimiento rápido requiere mucho más cuadro 8 .1 resume dos puntos de vista
que un conjunto específico de reformas orientadas al mer- de los cuales es intelectualmente coher

RECUADRO 8.1
Puntos de vista alternativos acerca delimpacto potencial de las reformas orientadas al mercado V la desiguald

Las expectativas teóricas de la relación entre la reforma y titución de importaciones; y a las a


la desigualdad son diversas. A riesgo de presentar una sivas en capital de producción antes
perspectiva leventemenre caricaturizada, dos de lascorrien- taciones intensivas en mano de obra
tes de pensamiento predominantes en los debates en Amé- (3) Acceso a mercados. Profundizar lo
rica Latina (así como en otras partes) son resumidos aquí. dría significativos efectos positivos s
En el rineón azul. Las reformas de liberalización del ya que casi siempre los pobres son.
mercado actúan a favor de la igualdad para tres razones que tienen acceso más débil al merc
centrales:
(1) Reducción de las rentas . Una panoplia de controles En elrincón rojo. Las políticas neoliber
estatales sólo sirvió para crear "rentas ," es decir, opor- la igualdad porque desmantelan los sist
tunidades para ganancias basadas en privilegios pro- protección que nutren el crecimiento
tegidos que fueron apropiados sistemáticamente por porcionan apoyo institucional para la ag
los ricos y poderosos. Estas rentas trajeron consigo litan el sum inistro socia! amplio . Los v
también costos de eficiencia. La liberalizac ión de competencia internacional dañan al déb
mercado reduce las rentas y las oportunidades para fuerte. Esto es especialmente verdadero
la corrupción, permitiendo a las personas recibir in- ñías e individuos con una base inicial p
gresos que están en línea con su valor económico, no nómica en términos de capital económ
su influencia. acceso a sistemas financieros, y a las con
(2) Reducción de distorsiones . La protección del comer- cionales y domésticas, y que están p
cio, la regulación doméstica, y la represión financie- posicionados para beneficiarse de las o
ra mantienen un sesgo sistemático contra el trabajo, mercado. La liberalización reduce tamb
incluyendo al trabajo no calificado, lo que promue- trabajo, haciendo al capital más accesib
ve a la industria antes que a la agricultura; a la sus- protecciones legales a los trabajadores.
El capítulo 2 presentó los patro nes de cambio en la des- 4
+ VEN
igu aldad de ingr esos a lo largo de la década pasada y revi- 2
+ URU EO.J
só la literatura acerca de la evide ncia de décadas pr evias. + Gi l + COL • CSA
BOL .. • JAM
Algunos pat rones surgen de ese análisis, con varios países
+ MÉX
mostrand o mejoras leves distr ibutivas en la década de 1970, - 2 + B
muc hos experime ntando un empeoramie nto en la década +HO N +
- 4 +-----,-----,-----,-
de 1980, y un subcon junto de países sudamericanos mos-
0,1 0,2 0,3
trando un leve empeoramiento en la década pasada. Sin
Cambio en índice general d
embargo , el pat rón dominante es de alta desigualdad per-
sistente bajo una amplia gama de regímenes de política.
Fuente: Cálculos del autor basado en M
Además , cada patrón tiene su excepción. En la década
desigualdad reportadas en el apéndice
pasada, Brasil y México aplicaron reformas importantes y
experimentaron, respectivament e, una reducció n pequeña
en la desigualdad y ninguna tendencia clara. En la década
de 1970 y la décad a de 1980, Chile experi mentó una cre-
braya con frecuencia, esto es sólo
ciente desig ualdad de ingresos . El ansia por una explica-
igualdad, que es de interés. Los ca
ción dominante quizás atr ibuya esta tendencia al cambio algunas ganancias importantes en
vigoroso hacia las polí ticas orientadas al mercado bajo el
to y el acceso a servicios asociado
régimen de Pinochet , empezando en la década de 1970.
han ayudado a reducir las desigu
Sin embargo, había muc ho más pasa ndo en Chile que la
oportunidades). Varios estudios a
liberalización de mercado. La junta militar p rocuró inver-
lítica orientadas al mercado se han
tir explícita me nte las medi das redistr ibutivas del go bierno
te las asociadas con la Cepal (o E
previo y destruir el poder sindica l. La variedad de expe-
inglés) (ver en part icul ar a Morl
riencias de p aís sugiere un a m ult iplicida d de historias
notables las revisiones a través de
distri butivas a tr avés de países relat ivam ente hom ogéneos.
un análisis a través de países de e
La falta de algún patrón dramático u obvio es adicional-
de salarios po r Behrman, Gavi ri
me nte ilustrada al mirar las relaciones sencillas bivariadas
estu dio importante adicio nal es
entre el esfuerzo de reforma y cam bios en la desigu aldad
Morley (1998), aunq ue se enfoca
de ingresos. En la figura 8.2, el cambio en el índice medio
mas sobre la pobreza antes que s
de reforma ent re 1980 y 199 5 es comparado por país, con
Estos estu dios comparan gene
el cambio en la desig ualdad de ingresos med ida por el co-
medidas de la desigualdad de ing r
eficiente Gi ni a comienzos y al final de la década de 1990.
bios en las políticas, ut ilizando los
(Esta es una aproxi mada de cálculo que tiene en cuenta
como los propuestos por Lora (20
rezagos posibles entre reformas y efectos. Una falta seme-
figura 8.l) u otros trabajos semej
jante de relación bivariada se encontró ent re el nivel de
de países en particular explota las
reforma y el cambio en la desig ualdad) . Com o se indica ,
de reformas diferentes para busc
no surge ningún patrón claro. cas con cambios en la desigualdad
resultados de este enfoque, junto
Las tentativas para descifrar los efectos sugieren emprendido en el Banco Mundial
los efectos modestos y mixtos este informe) en un a base de datos
Con las palabras de adve rtencia dadas ante riorme nte , pue- Este últi mo fue realizado dentro d
den examinarse las tentat ivas para descifrar los efectos de que el estudio de crecimiento ante
reformas de política orientadas al mercado en la dime n- otros 2002).
sión de ing reso de la desigualdad . La falta de un pa trón La mayoría de los estudios enc
obvio bivariado, como queda ilustr ado en figura 8.2, pue - m odesto s sobre la desig ualdad de
de oculta r efectos causales más complejos. (Como se su- hogar, en por lo menos algunas ár
Reform a tributaria + +
Privatización O
mercio, en donde aquellos países con
Todas O + calificada relativamente abundante (en
habrían experimenta do un aumento en
Nota: (+ ) significa aumento de desiguald ad; - indica la desigualdad redu-
ciéndo se. O significa ningún efecto robusto.
cal mano de obra y aumentos subsiguie
Fuent e: Morley (2001) Y Behrm an y otros (2001) para América Latina ; López de los no calificados." Según este recue
(2003) utiliza una base de datos globa l. demanda relativa para la mano de ob
Amé rica Latina habr ía sido ocasionada
los mercados mundiales de tales giga
caso Sin embargo, los efectos no son siempre estadísti- mano de obra como Bangladesh, China ,
camente robustos y estudios diferentes encuentran efectos De hecho, el análisis económico ide
distintos para categorías diferentes de reformas de políti- diferente de tendencias generalizadas c
ca. Por ejemplo, Morley (200 1) encuentra efectos levement e obra no calificada y a favor de la calific
negat ivos de la liberalización del comercio sobre la distri- dustrias más y menos intensivas en m
bución de ing resos, mientras Behrman, Birdsall y Székely proporciona apoyo para el punto de vis
(2001) encuentran influencias positivas de la liberalización fuente domi nante de los cambios obse
del comercio pero efectos negativos de la liberalización fi- los economistas se refieren como cambio
nanciera en la desigualdad salarial. las habilidades (skill-biasedtechnical cban
Parece que las reformas de políticas basadas en el mer- inicialesen inglés).Se debe notar que tale
cado no han sido ni una ma ldición ni una curación para la a las habilidades pueden venir de muc
desigua ldad de ing resos, como los puntos de vista opues- yendo avances tecno lógicos en el signif
tos presentados en el recuadro 8.1 habrían sugerido. En palabra (por ejemplo, debido a la infor
ge neral, la evidencia sugiere efectos leves cont ra la igual- cambios en la composición profesional
dad. Efectos modestos y comp lejos bien se pudiero n haber organización laboral que favorecen a g ra
perdido en un mar de otras variables que producen cam- secunda ria o universitarios.
bios en la desigualdad, en térmi nos de activos económicos Aunque no hayan ocurrido cambios s
yel conjunto más amp lio de variables políticas y sociocultu- políticas de mercado laboral, hay algun
rales qu e pueden ser fuerzas para sostener o cambiar las algunos cam bios han acent uado las ten
diferencias de ing resos. cientes diferenciales salariales, deb ido e
Aunque los estu dios ge nerales a través de países no lle- censos en la sindicalización y un salario m
ven a conclusiones firmes, una catego ría de trabajos es más (especialmente en el caso de Colombia)
persuasiva . H ay un consenso naciente acerca de que la in- te, es posible que la combi nación del a
teg ración económica es una fuerza detrás de la transmi- capital y las crisis periódicas hayan deb
sión de cambio técnico sesgado hacia las habilidades en los negociación de los trabajadores (ver la se
mercados laborales de muchos países. Esto se basa en un sobre este pu nto).
análisis cuidadoso de tendencias del mercado laboral con- Finalmente, aunq ue no hayan ocurrid
ducidas a través de un prisma de interaccio nes entre la cos del comercio en la desigualdad sala
oferta relativa y la demanda relativa de categorías diferen- y la liberalización económica -incluyend
tes de habilidad. Varios estudios de país y el tr abajo nuevo comercio, la liberalización financiera, y
realizado el año pasado en el informe del Banco Mundial Inversión Extranjera D irecta (IED)- par
(de Ferranti y otros 2003) han aplicado ese marco de ofer- fluencia mediadora que ha promovido c
ta y demanda.' Ya que dicho enfoque se discut ió en detalle cos, de sector, y de la orga nización del tr
en ese inform e, sólo se propo rciona aquí un resume n breve llevaron al crecimiento rápido en la dem
de los result ados. las habilidades.
Es evidente sin ambigüedades que muchos países han Esto es probablemente la evidencia m
experiment ado dem and as crecient es por tr abajadores edu- yar el punto de vista qu e sostiene qu
cados al nivel terciario, típicamente superando los aumen- promueven la int egra ción económica a
notar también que los aumentos en la desigualdad salarial modelo japonés del capitalism
no se han asociado sistemáticamente con la desigualdad con la intervención fuerte del
creciente de ingresos en términos de rentas por habitante tica industrial con previsión es
a nivel de hogar, como es discutido en los capítulos 2 y 6. una vez que la economía jap
mal en la década de 1990, el p
para favorecer el modelo de E
,'Qué puede hacerse para que las reformas basadas
do opera presumiblemente p
en el mercado tengan efectos más positivos fuera del sistema en por lo me
sobre la igualdad? EE. uu. el sector agrícola es
Los efectos de abrir los mercados y la integración econó- tante que nuevamente ilustra
mica son complejos, y algunos de ellos pueden ser por- de terminar la protección de un
una-sala-vez o temporales. Sin embargo, la existencia de fluyente.
presiones económicas con probables efectos contra la igual- El cambio de las políticas es un
dad en sociedades ya sumamente desiguales es un asunto influida por el diseño económ
importante. ¿Qué se puede hacer para compensar esos efec- ca. Sin embargo, este informe
tos contra la igualdad? Las políticas potenciales se pueden original en este asunto, no ha
organizar en cuatro categorías, a saber: clara del trabajo existente. Sin
gerir que estos factores pueden
(1) Medidas complementarias queproporcionan activos másiguales vos a veces. Por ejemplo, abrir
a través de hogares y grupos. de cambio alta y fija (con desc
Los activos que poseen los individuos, hogares, y gru- precio del capital en la Arge
pos tienen una influencia poderosa sobre su capacidad resultados) puede haber contr
de responder a oportunidades de mercado nuevas. Esto des de trabajo entre trabajado
es ilustrado por los distintos retornos a los niveles edu- lificados. Clarificar estos asun
cativos, pero aplica también a otros activos económi- de un trabajo mucho más cuid
cos tales como la tierra y la infraestructura. Las políticas (3) Medidas para proporcionar la red
deben facilitar una expansión rápida del logro educati- El proceso de la destrucción d
vo en respuesta a la demanda aumentada para las pri- pérdidas temporales o perma
mas ofrecidas por las habilidades, y apoyar un acceso efectos adversos en varios aspe
más amplio a la tierra y la infraestructura (como es dis- y psicológico. Una parte cent
cutido en el capítulo 7). mercado en buen funcionam
(2) Secuenciar los cambios depolítica. redes de seguridad para agar
El desarrollo económico implica un proceso de crear y "lazos" de seguridad para ayud
destruir empleos, firmas y actividades económicas. Parte la medida en que éstos existen
de la dinámica que indican las tendencias empíricas es tendido a ser desiguales en el
una destrucción más rápida que la creación de activi- reforma se discuten en el capí
dades para la mano de obra no calificada. Algunos paí- (4) Mercados másprofundos y un amb
ses han logrado crear actividades productivas nuevas Los mercados no son de ningun
mientras protegen simultáneamente otras más viejas, respecto a su alcance y efectos
y menos productivas. Esto es quizá más dramáticamente del objetivo de lograr efectos m
ilustrado en el caso de China, donde las actividades reformas de política orientada
dinámicas no estatales (por ejemplo, las empresas de profundizar mercados para p
pueblos y aldeas) y las firmas privadas se ampliaron des más iguales para todos los
apreciablemente en la década de 1980 y década de do potenciales. Hacer esto req
1990, mientras muchos trabajos improductivos en fir- factores económicos, políticos y
mas de Estado se preservaran. tribuyen a los efectos desigual
calidad, es importante para el enfoque presente. Un bien
público implica que sus beneficios serían los mismos para • •
todos y las acciones de algunos agentes no afectarían la po-
sición de otros. En la mayoría de las sociedades de América Bajo 0,0 +--------,----
-2,0 0,0
Latino, es más práctico hablar de una serie de ambientes de
índice de voz democrática y ren
inversión para grupos diferentes de firmas, que son influi-
Bajo ...I I ( ! - - - - - - - -
dos por la estructura de mercado, los derechos de propie-
dad, las características de la empresa, la influencia política,
Fuente : Hellman y Kaufmann (2003), World E
y conectividad social (discutida en el capítulo 5). En otras
(Resumen Ejecutivo) para 80 países.
palabras , los ambientes de inversión están compenetrados
en estructuras políticas y socioculturales desiguales. 5
Será necesario poner más atención a factores que influ-
yen en las desigualdades en el ambiente de inversión y el
acceso al mercado, y las desigualdades entre individuos y datos de gobernabilidad del Banco M
hogares. Hacer esto requerirá de un análisis empírico cui- alto de tendencia de amiguismo ocurr
dadoso que combine los enfoques de la ciencia económica niveles intermedios de democratizació
y social. Un análisis reciente por Hellman y Kaufmann la mayor parte de América Latina . Ap
(2003) acerca de la relación entre "las desigualdades de influencia ventajosa a los grandes y p
influencia " en el sector de los negocios y la calidad del cia de amiguismo se asocia también
ambiente institucional es sugestivo de la importancia de instituciones públicas, como es discut
estos asuntos . Este problema está también estrechamente En sociedades con niveles altos de ten
relacionado con uno de los temas generales de este infor- mo, las firmas confían y utilizan los
me: hay una relación circular entre instituciones débiles y pagan menos impuestos, y tienen der
desigualdades de poder, riqueza y posición. Hellman y menos seguros; el soborno es también
Kaufmann (2003) construyen un índice de "la tendencia La figura 8.4 ilustra este problem
de amiguismo" o tráfico de influencias que es "percibida extensión de actividades económicas ex
por la firma como la diferencia entre la caracterización de y Kaufmann (200 3) sugieren que est
la firma acerca de la influencia de individuos O firmas con llevar a una dinámica autofortalecedo
vínculos cercanos y personales con líderes políticos, y la nor apoyo para las instituciones pú
influencia de su propio negocio o asociación comercial so- debilidad de las instituciones y, a su ve
bre leyes, reglas y regulaciones recientemente decretadas bilidad más grande de su captura po
que afectan su negocio" (Hellman y Kaufmann 2003, p. yentes.
9). En casos extremos, el resultado es la captura del Esta- Como siempre, uno debe ser cautelo
do, o el uso de medios ilegales por grupos privados para interpretar los resultados a través de pa
obtener políticas favorables. Este fenómeno se ha docu- nuevos trabajos exhaustivos para expl
mentado bien en el caso de Rusia y otros Estados sucesores mos aún más. Sin embargo, vale la p
de la antigua Unión Soviética, pero hay también evidencia temas considerados aquí son coheren
de análisis globales y encuestas empresariales recientes actual en la literatura política de la eco
que atestiguan por lo menos la percepción de su impor- nes distributivas nuevas que surgieron
tancia en muchos otros lugares. (~r Kaufmann, Kraay y zación y podrían aprovecharse de m
Mastruzzi 2003 para un resumen de los resultados de en- asegurar mejores tratos. (~r Schamis (
cuestas). cusión en este punto en el contexto de
Una encuesta global encuentra una relación en forma Un asunto complementario concie
de U invertida entre el índice de la tendencia de amiguis- asociaciones de negocios, especialmen
mo y un índice de la voz y la responsabilidad democrática, presentan a las firmas pequeñas y medi
como es indicado en la figura 8.3, y utilizando la base de cionó arriba, el índice de la tendencia
cera It alia", no fue un prod ucto d
sino de la activida d asociativa vib
los servicios específicos a las firm as
Bajo 0,0 +----==----------,----------,
sos de formalización y recon ocim ie
0,0 0,5 1,0
tra bajadores (ver recuad ro 8.2).
índice de tendencia al amiguismo
Bajo .....l--------------i.~ Alto

8.2 Políticas de mercado labo


Fuente: Hellman y Kaufmann (2003), World Economic Forum (2003)
(Resumen Ejecutivo) para 80 países .
y desigualdad'
¿Puede n las polí ticas y las instituc
señadas llevar a mayor igualdad si
en eficiencia? Al igual que con las
generales, allí están divididas agu
gran pa rte un producto de las pe rcepcio nes de estos gru- sobre esta pregunta. U na escuela d
pOS. Trabajos relacionados de comparación entre países que las inflexibilidades en el me rca
encuentran un a relación positiva entre la importancia y la tos de pro tección y privilegio para
actividad de tales asociaciones y medidas del desempeño les son fuentes de desigualdad más
institucional. Esto es consecue nte con la evide ncia de estu- interior del sistema" (insiders) y los "
dios de caso acerca del papel po tencial de tales asociacio- respecto a polít icas de tr abajo e ins
nes en tr ansiciones que se alejan de relaciones clientelistas como fue ntes del crecimiento más
ent re el go bierno y los empresarios . Existe literatura sobre jos. Otra escuela de pe nsamiento
este asunto en países desarrollados, mientras que Angell, laborales del Est ado son esenciales
Lowden y Thorp (20 01) docum entan patrones relaciona- nes de tr ab ajo decentes, redu cir el
dos en su análisis comparativo de expe riencias en distintas de los vulnerables, y proporciona
ciudades inte rme dias colombianas. segur ida d de ing resos cont ra la pé r
La agen da de políticas relacionada con la tend encia al medad y vejez. Descifrar estos asun
amiguismo involucra construi r la base institucio nal para un a de (e importante) (ver Wo rld B
mayo r tr ansparencia, menos corrupc ión, mejor go bierno discusión ge neral). El diseño de la
corpo rativo, y regu lación más efectiva. Esto prob ablem ente plejo, y la lite ratura sob re el asu
imp lica alianzas entre formas nuevas de go berna bilidad especificidades deben ser tr abajada
(como es discu tido en el cap ítu lo 5) y las asociaciones em - textos pa rticulares. Al igual que c
presariales, especia lmente aque llas que repr esentan a las biertos en este informe , la discus ión
firmas peq ueñas y medianas. a unos pocos temas generales de p
Aunque al reduci r la influencia desig ual en "la cima" y La política y las instit uciones la
reforzar la eficacia de las insti tucio nes proporcionará apo - arreglo "impío" en gran pa rte de
yo general para el tra tamiento más igual a tr avés de las medida en que aque llas hacen una
firmas, hay que considerar también probl em as especia les sultados del mercado laboral, esta
relacionados con el sector informal. Los participantes son el contexto de cubrimiento parcial. A
suma mente heterogéneos, inclu yendo a tr ab ajadores au- se asocia con privilegios diferencial
tónom os junto con empresas m icro y pequeñas, así como implícitos a los outsiders; las provi
firmas medianas y g randes con prácticas informa les (espe- social en muchos países son un eje
cialmente con respecto al emp leo). Existe un a exte nsa lite- tam bién áreas en donde las instituc
ratura acerca de condicio nes y políticas, y se pu eden hacer resultados inflexibles e injustos .
dos pu ntos clave en este contexto. Primero, hay un a age n- Los sindicatos de maes tros son u
da de medid as proactivas para mejorar el ambiente em- tu ción laboral que a menudo (aun
presarial y de inversión para las firm as pequeñas y medianas siempre) ha sido un esto rbo a refor
de 1950, situándose en el puesto 40 entre las 95 provin- con el crecimiento de la productivida
cias italianas en términos de ingreso por habitante, a es- proponente importante para condicion
tar a la cabeza de la lista en 1980 y ser una de las áreas nas y organización eficiente. El princi
más ricas en Europa. jnento utilizado fue 10 que Criscuolo
Parte de esta historia proporciona lecciones acerca de cargas para el desarrollo" o la provisió
la dinámica de las firmas pequeñas en países en desarro- servicios administrativos (en las área
llo hoy día. Como Criscuolo (2002) argumenta en un administración de nómina, y asesor
estudio de caso de firmas en Bolonia y Modena, el creci- orientado a la producción (en las área
miento dinámico no surgió en la forma de favores espe- productores, parques industriales, y c
ciales de gobierno ni en alivio de cargas ni desregulación vación). Estas actividades ayudaron a
generalizadas. En el contexto de países en desarrollo , ñas a conformarse a las regulaciones for
Tendler (2002) ha discutido que tales enfoques se arries- recomendó y a sostener los niveles alt
gan a confinar al sector de pequeña empresa a la política de productividad.
social, y lo dejan vulnerable ál intercambio de favores o Un sector de pequeña-escala not ab
alivios por apoyo político. Dos elementos del diagnósti- surgió como producto de la movilizac
co de Criscuolo (2002) son destacables aquí. Primero, la tral del apoyo deliberado, proactivo y
actividad asociativa vigorosa fue cent ral a la dinámica asociación. Esto ayudó a las firmas de
del sector y sus interacciones con el Estado. La Confe- el "camino alto " al desarrollo de la p
derazione Nazionale dell'Art ígianaro (la Confederación Mientras el contexto institucional e
Nacio nal de Artes anos, o CNA) surgió de la resistencia específico a la geografía y la historia,
antifascista en las décadas de 1930 y 194 0, y tuvo cerca- tencialmente valiosas por aprender pa
nas conexiones con el movimiento comunista. Llegó a mercados en América Latina.
ser el actor clave para el sector de pequeña-escala en
t érmin os de interacciones con los g obiern os en la Fuente: Criscuolo (2002).

educación de mayor calidad y más equitativa , un área de países lat inoamericanos son razonabl
la impo rtancia fundamenta l pa ra la expansión de capaci- los ajustes generales del mercado labo
dades más iguales. (Tales casos reflejan un "acaparamiento ferencias import ant es ent re, por ejemp
de la oportunidad," en el idioma de los sociólogos). Más flexible México y la Argent ina), pero
generalmente, mientras los sindicatos a menudo han ayu- otro lado de la moneda de tener grand
dado a mejorar las condiciones de trabajo de sus miem- les cubiertos débilment e por condicio
bros, esto lleva rarament e a mayor igu aldad. Los efectos males. Los salarios mínimos generalm
estimados son generalmente insignificant es. En el caso de modestos y ligeram ent e a favor de l
Brasil, los sindicatos parecen llevar a mayor desigu aldad estru ctu ra de salarios, pero esto es co
de salarios. Esto ocurre porque, en cont raste con los países ducciones en el empl eo, especialme nt
de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Econó- jóvenes, poco calificados y mujeres (W
mico (OECD por sus iniciales en inglés), los trabajadores Donde es significativa su exigibilidad
sindicalizados tienden a esta r en los sectores más califica- lombia, los salarios mínimos probable
dos y mejor pagos de la distri bución salarial general. a bajar los niveles del emp leo formal.
El Otro lado de esta situació n muestr a que segmentos Los sectores informales grandes son s
grandes de la fuerza laboral no son cubiertos por la acción crecimiento del emp leo formal y una r
sindical, ni protegidos en términ os de está ndares de salud , beneficios de form alización, tant o para
de la discriminación, ni del abuso, ni se les proporcionan para trabajadores. Sin embargo, esto
siquiera formas básicas de seguridad de ingresos. Muchos trabajadores en el sector informal esté
susceptible a desigualdades socialmente basadas. Como Costa Rica tiene más rigidez (cuya
argumentan Heller y Mahoney (2003), debido a que el un índice de los costos de despido
sector informal está en gran parte por fuera del alcance del niveles más bajos de informalidad q
Estado y las transacciones en su interior son en gran parte nicana . En una comparación exha
extralegales, el éxito es a menudo dependiente de redes y laborales en estos dos países, Itzigs
mecanismos no-institucionalizados de reducir los costos de este patrón es el producto de una
la transacción. En otras palabras, "El acceso al capital, el Costa Rica que ofreció más apoyo a
control del espacio y mercados, la exigibilidad de las tran- jador y las condiciones de trabajo
sacciones, y mantener redes de compradores y vendedores, República Dominicana. Los efectos
todas implican por lo tanto controlar el acceso a un recur- por tanto resultado del impacto en
so o una red erigiendo barreras fuertes de etnia, género, instituciones, así como de los detal
comunidad, y raza. Las redes criminales, con sus profun- Tercero, las reformas en el área
dos lazos de sangre, rituales de asociación, y altos costos de deben seguir siendo implementad
existencia son sólo el caso extremo" (Heller y Mahoney lograr una forma más equitativa d
2003, p. 41). riesgo para todos los trabajadores
Se muestran aquí varias direcciones que se podrían to- tulo 9).
mar para lograr una política laboral más equitativa, en el Cuarto, los sindicatos tienen un
espíritu de buscar extender derechos laborales a todos y gar en el puesto de trabajo y en la so
aumentar la flexibilidad en aquellos sectores del mercado to en el que aquellos funcionan in
laboral que están relativamente protegidos. Estas políticas distributivos de sus actividades. D
pueden ser encuadradas generalmente en términos de in- han convertido en medios para p
centivos crecientes para la formalización por reducción de imponen costos en otros --especialm
costos y beneficios crecientes. tunados- entonces más flexibilidad
Primero, las políticas que sostienen el sector informal un contraste entre los movimiento
son necesarias (como fue notado en la sección anterior). En corporaron efectivamente en estruc
particular, los países latinoamericanos deben buscar ma- tado (México, por ejemplo) y aq
neras innovadoras de aumentar la productividad de las horizontales más fuertes (como en
firmas en este sector y facilitar su participación en institu- tienen más probabilidad de actua
ciones formales. El sector informal no se debe ver exclusi- ses de grupos más amplios de trab
vamente como un pool de trabajadores excluidos del empleo bres . (Esto no quiere decir, sin emb
formal debido a regulaciones excesivas, sino como un gru- todavía defender vigorosamente los
po de empresarios, y de sus empleados, que necesitan apo- bros).
yo y políticas amistosas para crecer y triunfar. Tales políticas Finalmente, no hay contradicció
incluyen la reducción de costos de transacción, la disponi- dicatos, regulación del Estado, y la
bilidad del crédito y mecanismos formales a través de los nomía global por la vía de una "ruta
cuales éste pueda operar, y, más importante, las leyes labo- Esto es ilustrado por un caso de p
rales que permitan a las firmas adaptarse a condiciones cultivos de alto valor orientados
económicas cambiantes. Nordeste del Brasil (recuadro 8.3).
Segundo, las leyes de mercado laboral y los procedi- elemento importante de un cambio
mientos de fijación del salario mínimo deben valorarse con integración que ha beneficiado tanto
cuidado en cada país. Los objetivos duales deben ser des- a las firmas, especialmente a nivel
montar la rigidez excesiva y reducir el impacto del salario específica. Los casos en que la produ
mínimo en el desempleo. Más específicamente, desmontar la cooperación a nivel nacional so
la rigidez excesiva quiere decir darles a empleadores y a difíciles de encontrar en América L
empleados mecanismos eficientes para adaptarse al ciclo ejemplo, con el papel del movimie
empresarial, que entonces se reflejarían en tasas de empleo desarrollo de ese país (de Ferranti y
índice de rigidez del mercado laboral

Fuente : Heckman y Pagés-Serra (2000) y la base de datos de Laborsta.

8.3 Desigualdad y crisis macroeconómicas distributivas de las crisis? ¿Ofrece la


La inestabilidad macroeconómica ha sido el gran enemigo informe nuevas luces acerca de posible
del desempeño económico a largo plazo en América La- ca que sean mejores para reducir la de
tina. Las crisis periódicas han sido fuentes de cicatrices las crisis? Cada una de estas cuestion
sociales penetrantes y profundas sociales. En decenios re- orden.
cientes, la crisis de la deuda de la década de 1980 trajo el
fin de un período prolongado de crecimiento que había
ocurrido en gran parte de la región, aunque dicho creci- ~'Qué causa las crisis macroeconómi
miento había ocurrido en términos sumamente desigua- Factores próximos y profundos
les. Para principios de la década de 1990 , la mayoría de los Partes anteriores de este informe explo
países pareció haber alcanzado una situación de política tituciones débiles y desiguales pueden
macroeconómica más sana y las reducciones de deuda ba- con respecto a procesos a largo plazo d
sadas en el mercado habían ayudado a reducir el efecto nes subyacentes de política. Alguna
latente de dicha deuda. Sin embargo las crisis continuaron tucionales pueden ser verdaderamente
golpeando la región en la década subsiguiente. Las crisis poderosos. ¿Pueden las instituciones
de 1994-1995 en México y de 2001-2003 en Argentina se ser también fuente de inestabilidad m
recordarán tanto como las ganancias constantes en salud y resolución desigual de las crisis? Los
educación que ocurrieron a través de la región durante este para la causación de las crisis han sid
tiempo. las políticas macroeconómicas defectu
Las causas de crisis -así como de las políticas macroeco- las asociadas con el gasto público exces
nómicas, financieras, y de administración de deuda ópti- sobrevaloradas, y manejo monetario la
mas para prevenir y manejar las crisis- son un área inmensa bien documentadas entre tales factores
del estudio. La literatura y los debates no están resumidos flación alta, y crisis cambiarias y banca
aquí, pero en cambio se examinan las crisis mediante el bido correctamente atención significati
prisma de las preocupaciones y contenidos de este infor- parte de instituciones financieras inte
me. ¿Hay alguna conexión causal entre instituciones débi- objetivo de lograr mejores políticas ma
les y desiguales y crisis? ¿Cuáles son las consecuencias prevenir las crisis. Tras la crisis de deu
importante en el cambio de prácticas laborales que ofre- escala de Brasil del Sudeste con ex
cen mejores condiciones de trabajo y a lavezlogran mayor ciación colect iva, en contraste co
productividad -así como, de manera.' errante, alta azúcar a g anescala más trad icion
calidad- enunárea exitosa de la agr iciil \t:l.e la expor- estaban a brados a relacione
tación . Este resultado fue facilitado por una com bina- flictivas de .trabajo.
ción de condiciones de mercado y la estrategia e historia
de actores institucionales. La importancia crítica del Fuente: Damiani (2003) .

1980, las tasas de cambio realistas, polít icas monetarias des de la moneda. Estos problemas
prudentes y manejo fiscal sano fuero n cent rales a las plata - do a su vez la insolvencia corpo rat
formas de la política recome ndadas pa ra, y eventualmente das recesiones.
adop tadas por, los países en América Lat ina. Hubo ganan- Un tema de relevancia para es
cias importantes asociadas, en pa rticu lar, con reducciones brayar aquí. Como en muchas á
gr andes en la inflación. La mayoría de los estudios encu en- capítulos, los procesos económ icos
tra que la inflación más baja tiende a tener efectos positi- ciones insti tuciona les. Las instituc
vos en la distr ibución de ingresos. relacionadas con la desig ualdad e
Las ganancias sustanciales en estas áreas de política pa- los capítu los 4 y 5) puede n tener
recieron llevar a un período de esta bilidad. Sin embargo, la ocurrencia de las crisis. H ay u
esto ha cambiado con la crisis de 1994-1 995 en México, entre instituciones débi les e inestab
los efectos de las crisis de Asia del Este y Rusia en 1997 y como queda ilust rado por la relac
1998, y dificult ades macroecon órnicas en países tales como medida del gr ado en que el Ejec
Arge nt ina, Bolivia y Venezuela empezando en 200 0. Cla- institu ciones nacionales y la desvia
ramente todos los problemas no se habían resuelto. En el miento en el produ cto interno b
campo de la economía, estas y otras crisis (incluyendo las Esta asociación no dice nada ace
que ocurrieron en Europa durante la década de 1990) algunos estudios proporcionan un
ayudaron a crear una gama de pensa miento nuevo. Las inferencia de algu nos procesos cau
perspectivas recientes han subrayado los problemas de Un ejemplo del trabajo empíri
asimetrías de información en los me rcados financieros, la estudio reciente de Acemog lu y o
posibilidad de equilibrios múlt iples equilibrios con altos y las relaciones entre políticas macro
bajos flujos de capital externo los flujos externos bajos de nes, e inestab ilidad macroeconóm
la capita l, discrepancias entre los balances gube rnamenta- taleza de las instituciones es una fu
les y los de los sectores corporativos y financieros , y la dé- y principal detrás de la inestabilid
bil regulación y desempeño del sector financiero. " festar por políticas macroeconómi
Aun cuando las políticas monetarias y fiscales son razo- cuadro 8.4) .
nableme nte sanas (como lo era n en gran pa rte del Este de Este análisis es útil , pero no exp
Asia antes de desat arse la crisis), las olead as en influjos de pecíficos de crisis. D os son probab
capitales reforzadas por la libera lización prematura o mal cia y yacer en la int ersección de
diseñadas de la cuenta de capitales, así como la regu lación desigualdad: la administración de
y la supervisió n pru denciales débiles, han llevado a la acu- y la relación entre la influencia desig
mul ación excesiva de deuda externa y bonanzas crediticias del sistema financiero.
a corto plazo retumban . Este patr ón se invirtió rápidamente Con respecto a la admi nist ració
cuando terminaron las bonanzas, y llevó a descensos agu- tivo, hay un a tr adición del tr abajo
dos de precios domésticos de activo y devaluaciones g ran- las peleas entre g rupo s pueden ten
15

• ••
10

•• •
5 !
• •
O+----....,------r------r-----r-----.------.r-------.--
O 2

Fuente: Cálculos de autores, utilizando estadísticas del Banco Mundial y la base de datos Polily IV para limitaciones sobre el

en el conducto de la política macroeconómica. (~r Bates veles de la deuda- llegan a ser pronos
1981 para un trabajo seminal sobre este tema) . La interac- cantes del desplome del crecimiento un
ción entre la lucha distributiva y la debilidad institucional las medidas del conflicto e institucion
es ilustrada en el trabajo a través de países por Rodrik administración del conflicto. Las discus
(999). Ese análisis procura explicar los impactos varia- me (especialmente en los capítulos 4 y
bles de los choques de la década de 1970 en el crecimien- to de vista de que América Latina es
to, en términos de la interacción entre el conflicto social región de grandes fisuras sociales e in
latente o luchas distributivas por una parte, y las institu- incluyendo limitaciones débiles al poder
ciones para la administración del conflicto por la otra. El se compara con el Este asiático y los pa
estudio mira en particular las diferencias en el crecimiento Completar este tipo de historia requer
durante 1960-1975 y 1975-1989, períodos en los que la cuidadosa sobre estudios de caso. Un e
mayor parte de América Latina sufrió un descenso signifi- ráneo vívido es Venezuela, donde el con
cativo en el crecimiento económico mientras Asia Orien- co y un paro relacionado de la industria d
tal de hecho experimentó una aceleración del crecimiento; directamente a una caída de aproxim
esta diferencia ocurrió a pesar de que ambas regiones ex- PIB entre marzo de 2002 y marzo d
perimentaran los choques. menos dramáticos ocurrieron también
Los países que experimentaron los descensos más gran- dad del gobierno para dirigir "pactos
des en el crecimiento no fueron necesariamente los que más agotada a partir de mediados de
sufrieron los golpes más grandes, sino aquellos con una una tendencia a su vez limitó la habil
combinación de sociedades más divididas (medido por ín- para resolver los conflictos distribu
dices de desigualdad o diferencia social entre grupos) e ins- semicorporatistas. Esto es un ejemplo
tituciones débiles para la administración del conflicto (cuya mente porque la democracia venezola
variable sustitutiva son los indicadores de calidad de insti- bre la base de un pacto explícito entr
tuciones gubernamentales, el imperio de la ley, derechos élites, así como el uso deliberado de
democráticos, y redes de seguridad social). En el análisis distributivas -pero no redistributivas-
de Rodrik (999), las influencias más convencionales en la los recursos públicos abundantes cread
vulnerabilidad económica - incluyendo la apertura econó- petróleo . Este esquema trabajó por un r
mica, la participación del consumo del gobierno, y los ni- siguió mantener estabilidad macroec
macroeconómica, así como menor crecimiento, en las el período colonial. Esta medida
pasadas décadas. La pregunta es si el final de la historia ambiente tiene correlación con m
es que los gobiernos cometen el "el error" de escoger recientes, pero no hay ningún mot
políticas malas que luego causan inestabilidad. ner alguna influencia directa en p
U n punto de vista alternativo es que las opciones de m icas actuales.
política así como la inestabilidad económica reflejan am- Cuando el análisis de influencias
bos debilidades institucionales fundamentales. Por ins- emprende utilizando la mortalidad
tituciones, los autores entienden un "grupo de arreglos un instrumento para identificar el
sociales que incluyen los límites constitucionales y socia- históricamente determinado de c
les sobre el poder de los "políticos" y la " élite", el impe- nales recientes, la relación entre po
rio de la ley, las provisiones para mediar las brechas macroeconómica desaparece en gr
sociales, la aplicación fuerte de los derechos de propie- medidas de fuerza institucional si
dad, un mínimo de igualdad de oportunidades, y el ac- mente sign ificativas. Esta tendenc
ceso de base amplia a la educación, etc. "a (ver también la en que las políticas macroeconóm
discusión en el capítulo 5). El argumento clave en esta exógenas (lo que generalmente s
consideración es que las debilidades institucionales para favorecer la influencia de tales
tenderán a bajar la inversión y aumentar la inestabili- riables son verdaderamente endóge
dad y políticas, por ejemplo a través de la incapacidad valores rezagados de políticas mac
para manejar las luchas distributivas. La evidencia a tra- zan como instrumentos. Hay apoy
vés de países a favor de este argumento es proporcionada de la sobrevaloración de tasa de ca
explorando la relación empírica entre políticas macroeco- papel de la infl ación ni de medid
nómicas -un indicador de la fuerza institucional que y déficit. Los autores sugieren que
utiliza un índ ice de limitaciones sobre el Ejecutivo de lidades institucionales fundamenta
la base de datos Polity IV- y las medidas de inestabili- tenderse a las crisis en varias m
dad econ ómica, incluyendo la desviación estándar del mecanismos ge política macroeco
crecimiento y descensos más grandes en la producción. rutas microecon órnicas. Esto es
El desafío empírico es que las políticas y las inst itucio- trado por los estudios de caso de A
nes macroeconómicas probablemente son endóge-
nas , o reflejan la influencia de variables omi tidas. Para
tratar con esto , los autores utilizan una estrategia de a. Acemoglu y otros (2002), p. 4.
identificación basada en el punto de vista sustantivo Fuente: Acemoglu y OtrOS (2002).

niveles bast ante respetables de crecim iento durante las carte ras mañas de crédito). Esto e
décadas de 1960 y 1970. cular a interpretaciones de alg unas
La segunda área en donde las debilid ades institucionales tes q ue no se basaron en negligen
se pu eden asociar con las crisis es por las conexiones ent re referidos aquí no son de ninguna m
la influencia desigu al del secto r corporativo y el fun ciona- en la investigació n empírica de in
miento del sistema financiero. Como se señaló en la sec- cas m acro, inst itu ciones, e ines ta
ción 8. 1, "la tend encia al amig uismo" se asocia con un a análisis a tr avés de países y, quizá l
ga ma de de bilidades en institu ciones. En la medid a en qu e te, estudios de caso en profundida
este fenóm eno debilita las prácticas de préstam os y la con- una literatura económica extensa s
duer a prude ncial del secto r financiero, puede tener un a ya existe. Las cuestiones relacionad
influencia perni ciosa en la causalidad de crisis (vía la ex- conexiones inst itu cionales con la de
pansión excesiva del crédito) y la din ámica de crisis (por sólo algun os de los mecanism os di
macroeconómicas igualdad en este período.
Las crisis macroeconóm icas afectan a la sociedad de múlti- Morley (2001) encontró que durant
ples maneras. Cuatro canales económicos de influencia se las recesiones llevaron típicamente a a
subrayan en la mayoría de las investigaciones : el impacto gualdad, mientras las recuperaciones
de la demanda reducida sobre los trabajos, salarios, y en nor desigualdad. Sin embargo, Morle
los ingresos de la empresa; los cambios en precios; el recor- ningún patrón claro de respuest a a la
te del gasto público; y los cambios en el valor de los acti- micas durante la década de 1990 . B
vos." Al tiempo que los hogares y comunidades responden mundial, Ravallion y Chen (997) no
a estos efectos, los efectos secundarios pueden ser sentidos nes generales de cambio en la distribu
en términos de decisiones de hogares sobre educación o rante episodios de caídas macroeconó
salud , el trabajo aumenta do de mujeres y otros trabajado- de las regiones, con aumentos y desc
res secundarios, el agotamiento de activos financieros, y la proporción aproximadament e semeja
dependencia en redes sociales de apoyo. ción en la década de 1990 fueron los
Muchos observadores subrayan también los costos de la antigua Unión Soviética, que expe
las crisis macroeconómicas al tejido social, cuando los in- tos significativos en la desigualdad d
dividuos son forzados hacia actividades ilegales, o cuando caída a gran escala de los ingresos . (E
hombres y mujeres jóvenes se adaptan a oportunidades ramente con los cambios institucional
adversas cambiando a las culturas de drogas , de la violen- sucedieron durante la transición desde
cia, o de la prostitución antes que a la adquisición de habi- Bank 2000d»).
lidades y trabajo productivo. Los efectos adversos pueden Aunque hay alguna evidencia de que
ser persistentes (un fenómeno conocido como "hisr éresis"
la desigualdad, algunas veces, la may
en la jerga de economistas), por ejemplo por pérdidas en el
sultados sugieren que no hay un patró
capital organizacional, humano o social, que pueden to-
cia de choques adversos sobre la dist
mar tiempo considerable para reedificar. Como un ejem-
(por lo menos no en la parte de la dis
plo, es sorprendente que la violencia personal en América
por encuestas ; ver abajo). Esto es adic
Latina aumentó en la década de 1980 y luego no bajó aun
por evidencia de estudios de caso, por
cuando las economías se recuperaron en la década de 1990 .
to al contraste entre México y la Arge
(Para más sobre este tema, ver Fajnzylber, Lederman y
años. Con respecto a la crisis mexicana
Loayza 2000).
Tequila ", López-Acevedo y Salinas
Esta sección mira tres categorías de evidencia relaciona-
pérdidas relativamente altas en el dec
da con los efectos de las crisis macroeconómicas. Primero,
tribuci ón de ingresos, para quienes la
se resumen los resultados de estudios sobre la distribución
gresos totales disminuyó del 42,3 % e
de ingresos, med ida por encuestas de hogar y vía el gasto.
1996. Esto fue la fuerza principal det
Segundo, se discute la información sobre la distribución
coeficiente Gini de 0,534 a 0,519 dura
entre el trabajo y el capital. Tercero, se consideran los as-
tabla 8.2 muestra el patrón de caída
pectos distributivos de la resolución de crisis por canales
entre 1994 y 1996 .
del sector financiero . Pese a que estas dos últimas fuentes
¿Por qué perdieron los grupos más
son relativamente nuevas y representan esfuerzos iniciales
rante la crisis? Quizá se podría esperar
de investigación, tienen una particular relevancia en los
golpeados con especial fuerza por pér
asuntos discutidos a través de este informe.
nancieros tras los descensos del precio
ciados con la crisis cambiaria y financie
Los efectos en la distribución de ingresos haber ocurrido lo contrario, por lo me
¿Se distribuyen desigualmente los costos de las crisis? A descenso en la participación de los
menudo se afirma que los pobres sufren más cuando una impul sado por descensos agudos en ga
crisis golpea . Trabajos pasados revelan de hecho un retrato el sector financiero y otros sectores de
mixto en esta consideración. Con respecto a influencias en dos. En contraste, la contribución de
6 7,6 -20,0
Es posible que esto haya ocurrido a causa de ganancias 7 6,0 -20,9
sobre dinero que fue sacado exitosamente fuera del país, 8 8,6 -22,6
justo antes de la crisis y que consecuentemente experimentó 9 8,7 - 21,5
ganancias de capital cuando la tasa de cam bio se desplo- 10 14,5 -24,1
mó. Esto es sólo un retrato parcial. Ocurrieron también 5% superior 17,5 -24,7
grandes movimientos de precios de activos que impus ie- 1% superior 18,4 -23,9
ron pérdidas de capital a los tenedores de activos mexica- Fuente : Cálculos de los autores a partir de en
nos, especialmente aquellos activos denominados en pesos. de hogares en México.
(El papel del sector financiero en la redistribución se dis-
cute más adelante).
El resultado que afirma que las ganancias laborales se nanzas altamente remunerados, que
volvieron ligeramente más iguales durante la crisis mexi- por la crisis.
cana es consecuent e con hallazgos por Sánchez-Páramo y En contraste, la Argentina cambi
Schady (2002) en un estudio de seis países latinoamerica- de alto desempleo aún durante los
nos importantes, que indicó que la prima colocada a la buenos de la década de 1990. Este c
educación terciaria tiende a caer durante las crisis. Esta desempleo involuntario alto debido
premisa es también coherente con un análisis internacio- flexibilidad relativa de precios relat
nal de influencias en la distribución de ingresos por López con un a tasa de cambio fija y baja in
(2003) que encuentra que las crisis banc arias tienen efec- te, la influencia de las polít icas de
tos proigualdad en ingresos medidos después de controlar crisis argentina aumentó el desempl
para un a ga ma de otros factores . Nuevamente, para la lo al 21 ,5% en mayo de 2002 ant es
mayoría de los países, los ingresos medidos del hogar son en octubre de ese año. La sub ida en
domin ados por ingr esos laboral es, y los ingresos de capita- la devaluación de la tasa de cambio
les son severamente subreportados. En la Argentina, la crisis censos gr andes de los salarios reale
reciente ha llevado hasta ahora a un empeoramiento sus- en la pobreza .
tancial en la desigualdad, con un aumento en el coeficien- U na comparación entre Argentin
te Gini de 0,49 en 1999 a 0,55 en 2002. (En contraste con lección general: la manera como las
México, los ingresos financieros informados en la Argenti- bución a través de hogares es cond
na son tan pequeños que son inverosímiles y por tanto no del mercado laboral, la incidencia s
son analizados. I I Como resultado, la razón de ingresos entre versos, y la manera como el mercad
los deciles superior e inferior subió de 15 veces en 1999 a La discusión ant erior se refiere a l
28 veces en 2002 (comparada con 11 veces en 1990). Las cias de ingresos medida en encuesta
diferencias entre los dos casos son indudablemente com- ra tres canales de influencia: los
plejas, pero uno de los cont rastes más llamativos está en laboral, los precios relativ os, y los
los ajustes del mer cado labor al. México tiene hace mucho capital no humano. Aunque ningún
tiemp o un patrón de ajuste en el fondo del mercado labo- tos distributivos sea evidente, es im
ral en el que las firmas y los trabajadores ajust an por re- los impactos en la pobreza son ind
ducciones en salarios reales -ya sea basado en cambios hacia sos, ya que los descensos en ingresos
tr abajos menos bien-pagados (por ejemplo, en el sector sonas no pobres hacia la pobreza y
informal), o descensos en los salarios reales que son facili- de los que ya lo son antes de una c
tados por la inflación. Durante la crisis Tequila, el desem- proporcional en ingresos a tr avés d
pleo despegó , pero luego disminuyó rápidamente al 3% gresos probablemente le dolerá má
un par de años más tarde . En la cima de la distribución de fondo ; una disminución de 10% en
ganancias laborales, en contraste, el período de la precrisis en la pobreza es más costoso en térm
había visto aumentos grandes. Esto era especialmente ver- estos últimos que para los que está
dadero en sectores líderes tales como los servicios y las fi- partes superiores de la distribución
5 65,3 67,5 2,1 2,8
6 107,4 90,4 2,9 3,0
7 141,0 134,9 3,2 3,8
8 161,8 147,2 2,8 3,3
9 257,3 264,7 3,2 4,2
10 1.444,1 1.535 ,0 7,1 10,0
5% superior 2,524 .1 2.833,4 8,8 13,1
1% superior 7,416.5 8.448 ,1 13,1 19,4

Fuente : Cálcu los de los autores a partir de encuestas de ingresos y gastos de hogares en México.

Este resultado aplica con fuerza aún mayor a hogares Esta tendencia a su vez afecta la ca
que viven en la pobreza extrema, que tienen generalmente déficit y aument a el lastre del servicio
recursos insuficientes para comprar alimentos adecuados o de depreciaciones de tasa de cam bio p
pagar gastos médicos, especialmente durante recesiones jera y doméstica denominada en dóla
profundas o prolongadas. (Vér de Ferranti y otros , 2000). mas de riesgo. Durante la desaceleració
Además, ciertos individuos y hogares pueden experimen- de la década de 1990, dos excepcione
tar caídas mucho mayores en ingresos, un fenómeno que Chile, que había desarrollado la credib
se esconde en datos basados en promedios . Los descensos presupuestarios para ejecutar una pol
grandes de ingresos para individuos y hogares son preocu- Bolivia, un país dependiente de financ
paciones distintas a la pobreza crónica en términos de bien- y que por tanto evitó las vicisitudes de
estar y políticos. (Vér Pritchett (2001) para un análisis de mercado privados. En el caso de Boliv
Indonesia) . Este hecho tiene implicaciones para el diseño 3,5-3 ,7% del PIE en 1999 y 2000 a 7
de instrumentos de redes de seguridad, como es discutido programas del Fondo Monetario Inte
en el capítulo 9. Segundo, cuando las crisis inducen
El otro canal principal que se ha estudiado en investiga- hay una tendencia a proteger las cate
ciones pasadas concierne a la distribución del gasto públi - son prácticamente, legal, o políticam
co y la distribución consecuente de servicios y transferencias. ajustar. Esto incluye el servicio de de
Dos procesos generales son importantes en esta considera- las crisis son muy profundas y los paíse
ción. Primero, en el agregado, el gasto público en la ma- empleo público permanente, y derech
yoría de países latinoamericanos tiende a ser procíclico, cial (notablemente pensiones para tr
expandiéndose en los buenos tiempos y contrayéndose en de sector público). Mantener a los ma
los malos (ver el capítulo 9). Esta tendencia es impulsada en la nómina pública puede ayudar a
por presiones políticas para aumentar el gasto cuando la cios sociales básicos, aunque pueda ha
situación es boyante, la naturaleza procíclica de los senti- cuando las crisis son profundas y los
mientos de mercado privados, y la propensión para "los ben sus salarios, o cuando los descens
frenazos repentinos " en flujos de mercado cuando la situa- llegan a ser muy costosos en términos d
ción se deteriora (ver de Ferranti y otros (2000) y Calvo y complementarios.
Reinhart (2000) para más sobre este punto). Las reversio- Además, hay evidencia de que los re
nes agudas en flujos de capitales se asocian también con la porcionadamente a los programas (e
falta de credibilidad dada a políticas fiscales contracíclicas cionales) que son relativament e pro
a causa de problemas de información asimétrica : es difícil muchos programas tienden a funcio
que los mercados distingan entre una política fiscal, distrib ución de ingresos cuando se a
contracíclica y prudente y la negligencia fiscal, especial- incluyen a grupos más pobres (ver el c
mente cuando los gobiernos no han probado ser capaces tes de gasto trabajan en sentido opuesto
de producir los superávit en los buenos tiempos. y 2002) . De particular preocupación
cional de ingresos entre trabajadores y dueños del capital turales. En particular, el comercio c
en vez de la distribución personal a través de hogares. Hay capitales, y los déficit fiscales se as
la evidencia de que la participación del trabajo en los in- nes más altas del trabajo en tiempo
gresos disminuye durante las crisis y que hay alguna per- bién con caídas grandes .en parti
sistencia en esta redistribución. 13 cuando ocurren las crisis.
Las fuentes subyacentes de información sobre partici- ¿Cuáles son los mecanismos detr
pación del trabajo y el capital en las cuentas nacionales son Hay explicaciones próximas y prof
diferentes a las contenidas en las encuestas de hogares. factores próximos, durante las cris
Mientras estas últimas preguntan a los miembros de ho- los canales de precios , por una comb
gar en dónde trabajan, cuánto ganan, y en qué gastan el censos de salario y empleo, tiende
dinero, las cuentas nacionales se basan principalmente en desproporcionada en la participaci
información de fuentes de producción (es decir, encuestas que los trabajadores obtienen. Los
de firmas, estimaciones de producción agrícola, y estadís- los hogares -ya sea por cambios a t
ticas de ventas). Típicamente sólo se dispone periódica- pagados o por la participación aum
mente de información detallada acerca de la composición secundarios en la fuerza laboral- no
del valor agregado -por ejemplo, a través de censos agrí- relativamente adversos en las cond
colas e industriales y encuestas especiales de sectores de pleo . (Si lo hace, no se captura en l
servicio-, así que es probable que las estimaciones de la al capital, la mayoría de los paíse
distribución funcional de ingresos contengan inexactitu- confiado significativamente en ah
des sustanciales. Este es especialmente el caso cuando el nanci ar la inversión (dejándolos co
sector informal es significativo. y vulnerables a fuga de capitales) y
Los datos sobre participaciones del trabajo proporcio- des de precios de activos cuando l
nadas aquí cubren primariamente al trabajo formal. A causa Típicamente las tasas de interés se
de todas las limitaciones discutidas en el capítulo 2, las la fuga de capital, con lo cual prote
encuestas de hogares son el instrumento preferido para sos financieros domésticos.
obtener medidas directas del bienestar de los hogares y de En un nivel más profundo, la in
cambios en el tiempo. Sin embargo, las fuentes de cuentas sas depende del punto de vista sub
nacionales pueden ser superiores para capturar lo que le se determinan los resultados del m
sucede a todas las fuentes de ingresos , incluyendo rentas mundo en el que los salarios son
de capital. El hecho de que los ingresos de capital y los in- ductividad marginal - y son por ta
gresos de los ricos aparent an estar relativamente mal captu- ples influencias institucionales o l
rados por las encuestas agrega otra dimensión a la con las políticas sobre los salarios ,
interpretación de lo que sucede durante los episodios de al pago de cesantías-, la explicaci
crisis. Para que los patrones del cambio en la distribución descenso desproporcionadamente a
de ingresos en las cuentas nacionales reflejen cambios ver- del trabajo, relativo al retorno del
daderos , cualesquiera influencias o inexactitudes tienen que rante las crisis. No es claro por qué
ser las mismas durante el ciclo entero. Esto puede no ser el Alternativamente, si las relacione
caso durante caídas económicas si, por ejemplo, los ingre- ampliamente, del poder, son una in
sos del trabajo informal se subestiman y la participación los salarios privados y públicos, la e
relativa de esta fuente de ingresos aumenta. descenso en el poder relativo de lo
Con estas advertencias ya familiares acerca de la calidad una crisis. Bajo esta premisa, las cr
de los datos en mente, se pueden examinar los patrones mecanismos para la resolución de
resultantes. Utilizando una base de datos global, Diwan que no se han afrontado durante tie
(2001 Y2002) examina la relación entre crisis (monetaria, nos. Esta última es la interpretaci
bancaria o ambas) y la participación del trabajo. Estos es- (2001 Y 2002), quien ve las crisis
tudios encuentran que la participación del trabajo cae las sociedades utilizan para "digerir
llegado aún . En contraste, la crisis
Ahorro y Préstamos (Savings and Loans
El impacto de los "ajustes" del sector financiero dos durante la década de 1980 apena
en la distribución de ingresos PIB.
Mientras la evidencia estudiada aquí proporciona una par- ¿Cuáles son las dimensiones distri
te importante del retrato, omite todavía algunos de los financieras? ¿Son rescatados los partic
asuntos más grandes en juego . En particular, las crisis sector financiero a costa de grupos m
monetarias y financieras son a la vez impulsadas por, y la del sistema financiero? ¿Ganan (relat
causa de, grandes movimientos dentro del sistema finan- los participantes más ricos dentro del
ciero, que a su vez tienen consecuencias fiscales significati- reciben ellos niveles más altos de la
vas para el futuro . Según una encuesta de 40 crisisbancarias, pérdidas , cuándo ocurren las crisis? E
los costos fiscales promedio fueron del 14,7% del PIB. Estos cedentes para este informe, Halac y
costos se contrajeron a causa de una variedad de instru- encontraron evidencia de efectos distr
mentos de resolución, incluyendo garantías para deposi- crisis por cuenta de ambos efectos. Lo

FIGU RA 8.7
La evolución de la participación del trabajo en Chile, México y Perú

a.Chile b. México
Ingresolaboralcomo participación Ingresolaboral como participación

-
de ingresototal de ingresototal
60 60
55 55
50 50
45 45
40 40
35 35
30 30
25 25
20 +-rr...,--."-.--rr...,--."....,rrT""T-.-rr...,--.,,, 20 -hrrT""T-.-rr...,--."-.--rr...,--.,,....,r
roo, ~" ~'?> ~", ~'\ ~o, ro" ro'?> ro'" ¡{;- roo, RJ" RJ'?> RJ'" RJ'\
"C!J "o, "o, "o, "o, "o, "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J ~ ~ , , , , , , , , , ,
0,'00, 0,'\" q¡.'?> q¡.'"0,1' 0,'\0, 0,'0" 0,'O'?> 0,'0'" o,{} 0,'00, 0,0

c. Perú

I-- Año de crisis I Ingresolaboralcomo participación


de ingresototal
60
55
50
45
40
35
30

25 -tI
20 ""T..,..,..,..,..,..,r-r-1,...,....,...,....rrrrT""T""T""T'"~~«~
roo, ~" ~'?> ~", ~'\ ~o, ro" ro'?> ro'" ¡{;- roo, RJ" RJ'?> RJ'" ~
"C!J "o, "o, "o, "o, "o, "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J "C!J

Nota: Los años de crisis se definen como años en los que por lo menos dos de tres de los siguientes ocurren: un 25% de
crecimiento negativo, e inflación del 50%.
Fuente: Cálculos de autor, basados en datos de cuentas nacionales.
se estima en $112 mil millones (Honohan y Klingebiel dores eran predominantemente de
2000), con una importante cantidad adicional gastada para distribución (incluyendo algunos d
tratar de prevenir la ocurrencia de la crisis con respecto al tras los perdedores estaban esparci
apoyo de liquidez, intercambios (swaps) de bonos sobera- bución, con una tendencia proba
nos, y financiamiento de inversionistas grandes que reti- pobres.
ran dinero de proyectos. Halac y Schmukler (2003) utilizan La crisis argentina en curso propo
el descenso de US $23 mil millones en las reservas del Banco Los efectos de la crisis todavía está
Central entre febrero y diciembre de 1994 como unaproxy, diseño y los costos fiscales finales d
con la cual estiman el costo total, fiscal y cuasifiscal de la todavía desconocidos. Sin embarg
crisis en $ 135 mil millones . Esta cantidad representa cerca cambios que ocurrieron dentro de
de un cuarto del PIB de México en 2000 y unas cuatro contexto de muy grandes reducci
veces los $33 mil millones recaudados en capital por la aumentos en la desigualdad) asoc
privatización durante la década de 1990. creciente, la caída de salarios, y r
Los ganadores y los perdedores en las grandes transfe- elemento central de la administr
rencias financieras en México pueden ser valorados aproxi- "pesificación" asimétrica de prést
madamente examinando las características de distintos deudores gozaron de una conversió
grupos sociales. Aquellos cuyas pérdidas fueron parcial o a una tasa de un peso por dólar , m
enteramente compensados por los planes de solución eran convirtieron a una tasa de 1,4 pes
accionistas , depositantes y prestatarios. Los accionistas en mercado del dólar era en ese mom
México son principalmente individuos y familias ricos. Con Los depositantes encararon tam
respecto a los dep ositantes, la evidencia de la distribución ros de dinero efectivo en cuentas b
de dep ósitos para la Ciudad de México en 2000 encontró ron una reprogramación forzada d
que sólo el 14% de la población tiene una cuenta de aho- pesificados. Debido a que el peso
rros/débito y una proporción mucho más más pequeña tiene dólar en 2002 (antes de estabilizar
una cuenta corriente o de depósito a plazo fijo. Entre los dólar en el primer trimestre de 2
que tienen cualquier tipo de cuenta, el 84 % de los depósi- sufrieron una pérdida adicional de
tos es tenido por individuos en la mitad superior de la dis- el contrafactual de una conversión
tribuci ón, con el 36 % de individuos que vienen del 10%
superior de la distribución.
Las tenencias de depósitos están claramente muy TABLA 8.4
sesgadas aún dentro de la Ciudad de México, que es una
Costos fiscales totales de crisis financ
parte relativamente próspera del país. La mayoría de pres-
tatarios era del sector formal y, en particular, del sector
corporativo a gran escala. Los dueños de este sector son País y episodio (e
típicamente ricos y sus trabajadores vienen del centro de
la distribución de ingresos. La mayor parte de los benefi- Argentina, 1980-82
ciarios de las transferencias financieras era por tanto prós- Brasil, 1994-96
Chile, 1981-83
pera para estándares mexicanos. Es posible que hubiera
Ecuador, 1996-13 ,0
beneficios secundarios en empleo resultante de las medi- México, 1994-19,3
das de apoyo financiero, pero en la evidencia internacional AB de Venezuela, 1994-97
sobre rescates no se encuentra ninguna asociación entre el Indonesia, 1997-
tamaño de una resolución y la producción. Corea , 1997-
Las transferencias que sucedieron fueron financiadas por Estados Unidos, 1981-91
super ávit presupuestarios más altos de los que habrían sido
Nota : Los costos se refieren tanto a desem
necesarias en ausencia de la crisis financiera . Es difícil juz- fiscales y son la suma acumulada .
gar la distribución entre mayores impuestos y menores Fuente: Honohan y Klingebiel (2000).
sitos de pesos como para los denominados en dólares (figura Los países en América Latina tienen ni
8.8) . Los grandes depositantes sacaron dinero de sus depó- altos de inestabilidad macroeconómica
sitos en pesos y dólares entre diciembre de 2000 y marzo nado con crisis, y existe evidencia para
de 2001, con bastante anterioridad al descalabro final de de vista que afirma que las razones fun
la economía en diciembre de 2001 (y antes del derrumbe anterior parten de instituciones débile
cambiario y los ajustes del sector financiero que causaron chos países están en un sendero de m
las pérdidas de capital ocurridas). Aunque los retiros se mayor desigualdad, con una mayor pr
hicieron más comunes durante 2001, los pequeños depo- disruptivos de redistribución. Otros, n
sitantes continuaron manteniendo dinero en el país en de- han desarrollado mecanismos fuertes
pósitos denominados en dólares. ción económica y coaliciones ampliame
La escala de la fuga de capitales sumó cerca de US $12,9 manejan efectivamente los conflictos
millardos en el año que terminó en diciembre de 2001 tenciales (ver el capítulo 5), y permiten
(figura 8.9). Los que sacaron su dinero , experimentaron tivamente rápido y constante con un
ganancias de su capital grande, en términos de poder ad- persistente.
quisitivo en Argentina, una depreciación verdadera escar-
pada de la tasa de cambio. Los activos privados extranjeros ¿Qué implica este patrón para las o
netos en el primer trimestre de 2002 eran equivalentes al La administración macroeconómica cla
94% del PIB, superior al 20-30% de años anteriores. Como política con la cual se facilita el ejerc
se especula en líneas anteriores, es posible que un fenóme- "poder de cliente" sobre la entrega del s
no semejante pueda haber estado detrás de aumentos en go, debe haber un papel para el debate
los ingresos financieros del decil primero durante la crisis indirectamente sobre los diseñadores
Tequila de México, como se refleja en los (indudablemente bién sobre la relación entre el diseño
incompletos) datos proporcionados por las encuestas de actores o las organizaciones que manej
hogares. 15 tamente (tal como los ministerios de F

FIGU RA 8.8
Cambio cumulativo del porcentaje en depósitos a plazo fijo (por residencia V tamaño) en Argentina

Diciembre 2000-marzo 2001 Diciembre 2000-noviembre 2001


21,7
10.1 16,9
5,6 6,4 1.3 3,2

-56,8

Hasta 5 5-20 20-100 100- 500 Más Residentes Hasta 5 5-20 20-100 100- 500 Más
de 500 extranjeros de 50
(en miles de dólares US) (en miles de dólares US)

• Depósitos en pesos • Depósitos en dólares

Fuente : Banco Central de Argentina, y Halac y Schmuckler (2003) .


Dic. 2000 Mar. 01 Jun.Ol Sep. 01 Dic. 01 Mar. 02 Dic. 2000 Mar. 01 Jun.Ol Sep. 01

Fuente : Ministerio de Economía, Argentina.

centrales, y los reguladores financieros) . La discusión si- una continua y debilitante corrupc
guiente organiza las implicaciones de política en cuatro fíciles entre el Ejecutivo y el Poder
áreas, con el énfasis colocado primero en el papel de aspec- mas interactuaron con errores de po
tos sociales y políticos fundamentales, y de las sugerencias a la divisa equivocada y aplicar p
dadas luego para tres áreas que pueden ayudar a superar la sionistas durante la bonanza eco
brecha aparente entre soluciones próximas y profundas. tructurales profundos (tal como
dolarizado de facto), y un ambient
bil- para producir la crisis profun
Los fundamentos sociales y políticos
del pasado reciente. (J;ér Perry y S
El diagnóstico que afirma que las instituciones importan
revisión de las causas económicas
con respecto a crisis quizá lleve naturalmente a arreglar las
Donde las crisis son producto d
instituciones, de acuerdo con el punto de vista de que el
mundo acepta fácilmente tales soluciones. Algunas de las políticas subyacentes, la solución a
medidas de los pasados 15 años han sido tomadas en este car cambios en estos campos o, co
orden de ideas. Los ejemplos incluyen el otorgamiento de ha llamado, el movimiento hacia u
autonomía a los bancos centrales, las políticas sobre reglas lítico" . Hacer lo anterior involucra
fiscales a nivel nacional o local, mayor transparencia en de otro tipo efectivas, incluyentes y
cuentas fiscales y financieras, y reforzar la base institucional que está ligada de cerca con afront
de los sistemas financieros . Aunque estos pasos a menudo nados con la desigualdad en la in
han tenido efectos posit ivos, el análisis aquí sugiere que miento y en la riqueza, restringir l
tales medidas no serán panaceas en las situaciones que y los abusos del poder (como fue
involucran problemas subyacentes complejos e institucio- lo 5).
nes débiles. En un equilibrio político bueno
Un ejemplo llamativo de tales situaciones es Argentina, bien. Las alternativas de políticas y
que durante la década de 1990 fue un alumno ejemplar específicos son de gran importancia
para la comunidad financiera internacional. Este papel te- tos del régimen y no como un mec
nía una base fuerte, ya que Argentina parecía haber salido la sociedad de los caprichos de po
de su inestabilidad y pobre desempeño crónicos a través prueba de los políticos" (como lo e
de una serie de medidas que movieron al país por un sen- Esto es completamente consistent
dero más prudente. Sin embargo , los problemas se vertie- acerca del funcionamiento económ
ron en otras direcciones en un ejemplo del efecto "sube y sencia de soluciones específicas gen
baja". En otras palabras, cuando los conflictos subyacentes institucionales a los desafíos econó
y las debilidades institucionales no se resuelven, los cam- éxitos ocurren cuando las sociedade
pos de acción son empujados hacia áreas nuevas (Acemoglu, que encuadren con los contextos
Johnson y Robinson 2002). (2003) para una discusión en esta
Las manifestaciones de esta tendencia en la Argentina son, por supuesto, restringidas por
fueron los controles fiscales débiles sobre las provincias, tica y las condiciones económicas fu
de los pocos países en América Latina que ha logrado se- outsiders.
guir políticas contrac íclicas durante tiempos buenos, y Tales consideraciones de economí
adoptó recientemente una regla fiscal que institucionaliza necesidad de instituciones más comp
este enfoque. Estos procesos son producto de un equilibrio tración del riesgo que apelen a grupo
político razonablemente efectivo. como a los pobres y que proporcion
dad " para un segmento amplio de
sólo una red muy focalizada para los
Instituciones de manejo de riesgo y Pritchetr (997), Sumarto, Suryaha
distributivamente incluyentes La combinación de programas dep
La importancia de las redes de seguridad para mitigar los ciones en países específicos, pero ta
costos de las crisis son un tema de inter és tradicional de los picamente transferencias compren
asesores de política , especialmente tras la crisis de deuda aceptables para los que están en la po
de la década de 1980 (ver World Bank 1990) y la del Este blemente aquellas ligadas a la formac
asiático. no), varias formas de medidas basad
El apoyo para las redes de seguridad ha llegado a ser el obras públicas hasta el seguro de de
estándar en programas apoyados por el Banco Mundial y para jóvenes y viejos que puedan ser a
el FMI. Ya que es una mala idea crear instituciones y tiempos de la recesión. (Estos aspecto
programas nuevos durante una crisis, se ha discutido que tensamente en el capítulo 9).
dichas redes de seguridad deben desarrollarse independien- Poner a la administración del ries
temente de una crisis, y ser diseñadas para entrar en ac- el centro de las políticas que se van a
ción automáticamente cuando las crisis golpean. (Para más lario importante en la política macro
sobre esto, ver de Ferranri y otros (2000), Ferreira, Pren- y el desempeño de redes de segurida
nushi y Ravallion (1999), y World Bank (2000b». cia poderosa sobre las opciones de polí
El problema es que esto raramente ocurre y las redes de (Bourguignon 2000). Diseñar insti
seguridad generalmente están fiscalmente restringidas (es- ministración del riesgo con base am
pecialmente durante las crisis) y son inadecuadas frente al pérdidas y los conflictos distributivos
problema. Hay también riesgos de que tales programas te a la política macroeconómica para r
focalizados sean capturados y explotados políticamente. temente a los choques. 16
El programa de "Trabajar" establecido bajo la administra-
ción de Menem en la Argentina, era justificadamente re-
nombrado por su altamente efectiva focalización hacia los Políticas para cuando no se está e
pobres (ver Jalan y Ravallion 1999 y 2003) . Sin embargo, ejercitando "superprudencia'' en
el programa llegó a ser también conocido por su captura financiera y de deuda
política local, y perdió apoyo político con el cambio de El material inspeccionado aquí sugier
gobierno en 1999 . Esto llevó a demoras significativas en simista acerca de la capacidad de las
construir un programa modificado y más extenso, conoci- ca Latina para manejar efectivame
do como Jefas y Jefes de Hogares, algún tiempo después manera tendiente a la igualdad. Cua
de presentarse la nueva crisis. rren , los dados están cargados en con
Las redes de seguridad para los pobres a menudo son y las conductas discrecionales que fa
tratadas como un componente adicional de política. En más pobres. Los grupos ricos y podero
este aspecto, el asunto se puede ver como parte del carác- mación y más influencia; cuando to
ter incompleto de la inclusión de grupos subordinados en fuerzan por proteger su riqueza e ingr
los arreglos sociales y políticos generales en una sociedad. esta influencia sea ejercitada. Este p
Como lo afirma O'Donnell (1999a), mientras el aprovi- resultados iniciales de los patrones d
sionamiento amplio contra el riesgo fue central al proceso ción de las soluciones dentro del se
de inclusión de las clases obreras en Europa, este mismo cubrimiento relativamente limitado d
ta como un enfoque distributivo progresivo, ya sea en implicación es que el mejor camino
buenos o malos tiempos. Aunque siempre habrá juicios ca macroeconómica en la regi ón, de
específicos hechos acerca de los impactos distributivos de de reducir la pobreza y la desigua
una gama de opciones de política fiscal y monetaria, el mentar los ahorros del sector públic
análisis aquí sugiere que tomar una posición "superpru- regulatorias y de supervisión superp
dente" a lo largo del ciclo proporciona la esperanza más financiero durante tiempos económi
grande de sostener un patrón más igual de desarrollo. En mo tiempo aumentar el nivel de a
un nivel, esto fortalece poderosamente la prescripcíon co- mías , desarrollar los mercados dom
mún para romper las posiciones de política procíclicas . La largo plazo, mejorar el manejo de d
prudencia macroeconómica anticipada facilitará los estabili- tasas de impuestos. Ya que tomará t
zadores automáticos y un aligeramiento sensato de las po- timos objetivos, los autores recomie
líticas a ser aplicadas de una manera disciplinada cuando superávit cíclicamente-ajustados de
ocurren choques adversos. Por tanto, es prioritario cons- espacio de tiempo para países con c
truir reglas e instituciones fiscales que ayudan a vencer la para reducir su vulnerabilidad a cho
presión relacionada con la economía política para agotar de la crisis.
los superávit potenciales durante los buenos tiempos, así Esta recomendación implica la i
como los problemas de asimetría de información -y por atención a la deuda del sector privad
consiguiente mejorar la credibilidad de políticas fiscales dades de moneda en los balances, y a
contracíclicas durante períodos negativos (Perry 2003). Esta cias de capitales. Hay también un
estrategia en particular proporcionaría la fundación macro- para administrar los flujos de capital
económica para redes de seguridad de base amplia capaces que todavía no hay un juicio definit
de ensancharse por sí mismas. cas para poner impuestos a dicho
La política fiscal contracíclica, aunque eminentemente aplicada en Chile, han tenido efectos
deseable, ha sido infrecuente en América Latina, domés- deros. Los asuntos técnicos en la via
ticamente para razones de economía política y externa- medidas para manejar los flujos capit
mente a causa de los virajes similares a la conducta de . informe. Desarrollar mercados de ca
manada del sector privado (de Ferranri y otros 2000). En moneda doméstica es también crític
2002 y comienzos de 2003, la región estaba en la parte biernos sino también para el sector
descendiente de un ciclo de préstamos privados. Esto de vencer el dilema entre enfrentar
agudizó las presiones de nivel macro, forzó estrategias quidez monetarios o de refinanciarn
monetarias defensivas y aumentó los costos domésticos. U na postura superprudente impli
Pero la retirada de América Latina de recursos privados de flictos distributivos en las decisiones
préstamos ha tenido el efecto positivo de dejar los influjos que se hacen durante los buenos tie
externos distintos al comercio de la región dominados por deuda en la década de 1970 y la déca
la inversión extranjera directa y las remesas, siendo ambos países latinoamericanos -a pesar de l
fuentes mucho menos volátiles de financiamiento (con les de las privatizaciones del último p
las remesas a menudo demostrando un patrón contrací- las luchas distributivas, como los caso
clico), lo que forma una base sana para el desarrollo a lar- na ilustran. La deuda también perm
go plazo. el gasto social sin implicar prestacion
Sin embargo, la historia sugiere que cuando el próximo no pobres (tal como los compromisos
auge ocurra, los prestamistas privados estarán de regreso y el sector público de Brasil), y de hec
los prestatarios (especialmente en el sector corporativo pri- pansiones en el gasto (especialmente
vado) estarán felices de recibir sus préstamos. Hay alguna y provincial en ambos países). Sin em
evidencia de que una interrupción estructural ocurrió des- sólo desplazó los conflictos distributi
pués de la crisis rusa , y que es improbable que durante un En casos en los que la política fisc
tiempo los flujos vuelvan a los niveles que prevalecieron menos a corto plazo, la política de
te contractual y regulatorio sano, controles rigurosos que las políticas de resolución aumentan
fomenten el conocimiento acerca del riesgo, requisitos de reducir los descensos de la produ
capital basados en riesgo (incluyendo los riesgos que sur- Klingebiel 2000). Esto implica redi
gen de incompatibilidades de moneda), y requisitos de ras a favor de los relativamente ricos,
aprovisionamiento contracíclicos. Los bancos en promedio cuentemente citadas de protección d
crean demasiadas pocas provisiones en tiempos prósperos Sin embargo, probablemente surg
y entonces quedan obligados a aumentarlos durante las un sistema financiero se desploma, c
recesiones cíclicas, aumentando así las pérdidas (Laeven y portantes en términos de condicion
Majnoni 2002). Un buen ejemplo de requisitos contra- miendo que es necesaria alguna a
cíclicos de aprovisionamiento es el sistema establecido a desplome financiero, écu áles diseños
fines de 1999 por el Banco de España (Banco de España teratura sobre crisis bancarias acent
1999) . La regulación española procura tratar con el movi- una resolución pronta para reducir l
miento de riesgos de solvencia a través del ciclo económi- limitar los costos generales Y Una re
co, requiriendo "provisiones estadísticas de pérdida de los tricta reduce la probabilidad de que
préstamos", además de provisiones generales y específicas apuesten a la resurrección y detenga
para préstamos clasificados como de dudoso recaudo. En prestatarios que incurren en pérdidas.
otras palabras, deben apartarse provisionespara cubrir tran- gar apoyo de liquidez a institucione
sacciones que no han sido específicamente identificadas presentan problemas de solvencia, co
como activos dudosos, pero para las cuales la experiencia blemas de liquidez y solvencia pued
indica que puede existir un riesgo. Estas provisiones son gunas garantías para depositantes so
construidas en tiempos prósperos y después desplazadas a conveniente que éstas no sean genera
áreas específicas de provisión en tiempos malos (sin pasar diciones sean determinadas ex ante.
por el balance de ingresos) al tiempo que decae la cartera rescate comprensivo ofrecido por la
de crédito. También es importante el diseño del seguro de cesario, aun considerando que las aut
depósitos y la conveniencia de tener sistemas de seguro de parte del efecto de balance contab
depósito explícitos, limitados, y financiados en vez de pro- devaluación). Limitar un rescate red
tección comprensiva, sin importar si esta última es explíci- solución y los efectos de señales adver
ta o implícita. tricciones puede crear problemas de
futuro .
Resoluciones distributivas al interior de las crisis Con respecto a transferencias den
Ahora es un consejo estándar proteger el gasto a favor de ciero, es nuevamente importante tom
los pobres y aumentar el gasto en redes de seguridad en una crisis para aumentar la transpar
tiempos de crisis. Aunque los pasados resultados no son problemas de asimetría de informaci
buenos (capítulo 9), moverse en la dirección de institucio- una contabilidad buena y estándares
nes ampliamente-basados de administración de riesgo y formación apropiados. Una vez que
superprudencia durante los buenos tiempos aumentará la mino, el problema se convierte en c
probabilidad de que esto ocurra. En el frente fiscal, se po- medidas de congelación o reestructur
dría dar más atención a mayores impuestos temporales a minar a través de depósitos por el tip
los bienes de lujo, tal como automóviles y otros de consu- Torre, Levy Yeyati y Schmukler 200
mo duradero. Incluso si el impacto cuantitativo no es gran- rante la crisis reciente en el Uruguay,
de, esta acción serviría como una señal política de los dieron concentrar las reservasdel banc
esfuerzos de un gobierno por distribuir la carga de la crisis a la vista completamente respaldados
más equitativamente, y pueden facilitar también negocia- mados para preservar el funcionaient
ciones en otras esferas. El riesgo es que estas medidas no se gos. En contraste, los depósitos a pla
quiten después de pasar la crisis. Por tanto, es sabio enfo- emproblemados fueron reestructura
carse en muy pocos artículos de alto perfil por un tiempo enfoque de política podría ser compl
Ya que los aumentos en impuestos estándar, el recorte del cal Studies (Instituto de Estudios
gasto, y la inflación causan pérdidas a individuos fuera del Unido).
sistema financiero, los gobiernos podrían considerar esque- Segundo, hay implicaciones para
mas de financiamiento alternativo (tal como un impuesto versus discreción en la política mac
de plusvalía) que podrían potencialmente desplazar parte fue notado antes. El apoyo aument
del costo al sistema financiero y a sus participantes de al- guren mayor prudencia y credibilida
tos ingresos. al "niño revoltoso " del manejo de
Aunque se pueden proponer herramientas de política "inmaduros". Esto es ilustrado por l
para aminorar las transferencias financieras, los factores de les (en niveles nacionales y locales);
economía política juegan también un papel importante en ria argentina en la década de 1990 (
políticas regulatorias y relacionadas con la resolución. En surreales de reglas de autodisciplina
el caso de México, por ejemplo, los prestatarios bancarios tativa desesperada de prevenir la cri
se organizaron y forzaron al gobierno a reasignar parte de administración de la Rúa ); y en regla
los recursos fiscales para sostener la restrucruración de deu- teger categorías del gasto social. L
da (ver De Luna-Martínez 2000). 19 En la Argentina, a fi- un impacto positivo cuando son bi
nales de 2001 la congelación de depósitos fue impulsada centivos circundantes, incluyendo in
en parte por los problemas de liquidez de los bancos del fuertes. " El ajuste fiscal vigoroso d
Estado, y ayudó a las autoridades para recircular liquidez club del euro en la Unión Europe
de bancos privados más líquidos. La legitimidad de la anterior ; este caso ocurrió en el con
pesificación-y por tanto los efectos últimos de la crisis- doméstico para estar en el centro de
fueron susceptibles a la influencia sobre los diseñadores de ley de responsabilidad fiscal de Br
política por parte de poderes diferentes, tal como el Con- mente un útil instrumento gener
greso, los gobernadores, el Poder Judicial y' los grandes parte del centro político de poner
deudores ." Aunque el impacto específico de factores de zas del Estado. Los Fondos de Es
economía política en medidas de política y transferencias en Chile y la reciente regla de exced
financieras sea difícil de predecir, a menudo las partes con buenos ejemplos de cómo incorpo
mayor poder y capacidad de organización son las que tie- cíclicos subrayados aquí. Las reglas
nen la probalidad de ejercer la mayor influencia. trario, tendrán poco valor. Las leyes d
en la Argentina y Perú , al fijar me
deuda que no eran ajustadas cíclica
8.4 Conclusiones convirtieron en inviables en el am
En la medida en que las causas y las consecuencias distri- 2000-2001, y fueron por tanto ab
butivas de las crisis macroeconómicas son funciones de ins- dramática fue la experiencia con la c
tituciones débiles y desiguales, el cambio a un mejor mo de convertibilidad de la moneda
equilibrio no ocurrirá de la noche a la mañana. Como un jó bien mientras el ambiente exter
comentario final, hay dos corolarios de las conclusiones de una vez que Argentina sufrió los ch
política trazadas anteriormente. sos importantes después de la crisis
Primero, una línea de pensamiento en las pasadas dos brasileña, llevó a una sobrevaloració
décadas se ha enfocado en la necesidad de dar mayor auto- cambio y una recesión prolongada
nomía al manejo de nivel macro y del sector financiero fiscal requerido (que debería habers
para proteger esos campos de política de las presiones in- durante los tiempos prósperos) resu
constantes, miopes, o desinformadas de la opinión pública aun contraproducente. En fin, la re
y los políticos. Esto es correcto a medias. Hay un campo nible pero los costos de abandonar
grande de análisis técnico en la administración macro y amplificados por un mal manejo de
financiera. Hay también un argumento fuerte a favor de muestra que no hay atajos a la cre
crear instituciones que proporcionan incentivos para la todavía cuando esto se procura a t
de 1970 a mediados de la década de 1990. Esta situación los pa trones de instituciones débiles y desigu
era, de hecho, una ilusión, ya que los préstamos y los supe- presentado como centrales al desempeño de
rávitdomésticos del gobierno se escondían en el sistema 9. ~r una variedad de autores, incluyen
financiero. La regla del presupuesto fue en cambio endógena Inchauste (2002), Ferre ira, Prennushi y Ravall
At inc y Walton ( 1998).
al temor de hiperinflación e inestabilidad entre la élite
10. Las encuestas son secciones tr ansversa
gobernante tras la conflagración macroeconómica y social presentativas de ganancias en partes diferente
de mediados de la década de 1960. Los poderes políticos no rastrean cam bios en los mism os hogare s, co
estuvieron dispuestos a entregar el manejo de las políticas de datos de panel.
a los tecnócratas cuando los prob lemas de nivel macro lle- 11. Esta declaración se basa en est ad ística
garon a ser una amenaza . Las reglas bien diseñados tienen 12. La inflación y la dev alu ación son a m
realizar los ajustes salari ales reales; la flexibil i
un papel importante por jugar, pero son un complemento
cia aba jo es típic amente limitada o lenta.
antes que un sustituto para el desarrollo de las institucio- 13. Est a sección ut iliza en particular en D
nes fiscales y monetarias sanas y conductas políticas que 14. ~r también Harrison (2002) y Orteg a
faciliten mayor prudencia y resoluciones distributivas más t rabajo sobre determinantes de part icipacione
justas . zo, dentro de un a m arco general algo parecid
15. Los datos de encues ta de hog ares en A
fue ntes creíbles de información de ingresos fi
Notas tr an descensos g randes pre crisis en tales ing re
l . Por ejem plo, a com ien zos de la décad a de 1990 e! Índice de 199 0, lo que es cont radictorio co n la evide nc
Reform a Fin anciera no pon deró suficiente me nt e la regul ación y la su- cuent as nacion ales .
pervisión y lue go exag eró la ex rensió n de la reforma. 16. Esto es consecuente con el hallazgo de
2. Est e aná lisis a tra vés de pa íses ha ut ilizado una variedad de me- indi ca qu e un a ma yor seg ur ida d social se aso
didas de! desempeño institu cion al y ha prestado particular ate nció n a baja a la crisis. Para más sobre este tema, ver
explora r las influencias exóg enas , o ind ep end ientes, ya que se espera- 17. ~r, por ejemplo, Sheng ( 1996), D ziob ec
ría qu e la calida d de ins titucion es mejore con el des arrollo econ ómi co De Luna -M artÍnez (2000), y H onoh an y Klin
ge neral. ~r Acemoglu, Johns on y Rob inson (200 1 Y2002); Easterly y 18 . H on ohan y Klingebie l (2000) p rop or
Levin e (200 2); Rodrik, Subraman ian y Trebbi (2002); Do llar y Kraay rica par a ind icar que políticas de ga ra ntías
(2002 b), ent re otr as cont ribucio nes a este de ba te. Kaufmann, Kr aay y rantías ilimitadas d e d ep ósi tos , apo yos in
Mastruzzi (2003) han discutido qu e los análisis a tr avés de países indi - recapitalización repetida, rescat es de deud ores
can qu e, aunq ue mejore s institucion es lleven a mejor fun cion ami ento aumentan los costos fiscales ge nerales en un
econó mico a largo plazo, no hay ev idencia de qu e ese crecim iento sea Proporcion ar apoyo ind efinido y exte nso de liqu
un a fue nte independiente de la mejor a inst ituc ion al. a los costos fiscales 6,3 puntos porcentuales d
3. ~r Sán chez-P áram o y Sch ad y (2002) y de Ferr anti y otros (2 003) 19 . Los deud ores im pidieron también las re
par a aná lisis y sínt esis de países m últ iples. H ay un a varieda d de tr ab a- ven cia qu e habr ía hecho más fácil a los banco
jos esp ecíficos a países en la reg ión . Algunos ejem plos son Cr agg y ran tí as, y al go bierno ve nde r ráp id am ente
Epe lbaum (1996) pa ra México, G aliani y Sang ui net ti (2000) para la adq uiridos .
Argentin a, Rob bins (1994) para Chile, Robbins y G indli ng (1999) 20 . Como part e de un a disput a larga, la C
para Costa Rica, Sanr am ar ía (2000) pa ra Colom bia, y Sanguinetti, Ar im un a resolución qu e decl aró inco nstitucio nal la
y Pantan o (200 1) par a U ruguay. redolari zación de la mayor ía de las ob ligacio n
4. Esto s arg um entos se basan en modelos en la tr ad ición de H echs- cambi and o ap reciableme nte la asig nac ión de
ker-Ohlin y, en particul ar, en e! teorema de Stolper-S amue!son . ~r a go bierno respondió co n una te ntativa fallida
Wood ( 199 7) par a arg ume ntos en esta tr adi ción. magistrados.
5. Se debe not ar que Evans (1995) ut ilizó el término "com penetrada" 2 1. ~r Perr y (2003) par a una revisión de p
tembedded) de un a m an era d iferente pero relacion ada, también en e! a favor de regl as con un elemento cont racíc
co ntex to del desarrollo industr ial. El discutió que los go bierno s asiáti- redu cir las presi ones de econ om ía política par
cos m anejaron una com bi nació n de alguna autono m ía de acció n con cesiva en tiempos pr ósp eros.
N EL FONDO DE LA REPRESENTACIÓN ESQUEMÁTICA DE CÓMO SE DETERMINAN LOS

E
hogares (introducida en la figura 1.1 en el capítulo 1 y desarrollada posteriormente
del capítulo 6), hay una conexión clara entre la distribución primaria de ingresos, q
por recompensas del mercado a los activos y esfuerzos privados de individuos, y
secundaria, que se refiere a los ingresos disponibles para el consumo y ahorros de
conexión, que se describe simplemente como "redistribución" , se refiere al hecho de que, en v
las sociedades modernas, el Estado toma algunos ingresos de los hogares por varios tipo
retorna algunos ingresos a los hogares por varios tipos de transferencias. Después de conside
política en los campos de la reforma institucional y redistribución de la ventaja en los capítu
capítulo 9 se enfoca en las iniciativas de reducción de la desigualdad que son convenientes par
en las áreas de impuestos, los gastos públicos generales y, en particular, transferencias de in
Los Estados recaudan impuestos para financiar varias responsabilidades, de las que -siguie
clásica de Musgrave (1959}- hay tres tipos básicos: estabilización, asignación y distribuci
refiere al papel contracíclico que el gobierno puede jugar con respecto al ciclo de negocios, q
la fluctuación en la actividad y el consumo económicos. Si los hogares son adversos al ries
mejora el bienestar.

El segundo se refiere a la provisión de bienes públicos y proporcionados públicamente en espec


la interiorización posible de externalidades. El tercero se las naciones. Esto puede o no ser efic
deriva de la noción aceptada por largo tiempo de que las mente no es distributivamente neutra
sociedades necesitan no necesariamente tienen que acep- extensamente que aun la provisión p
tar la distribución primaria de ingresos como definitiva y bienes y servicios en especie puede te
pueden, por un proceso decisorio colectivo, procurar progresiva, si la calidad se raciona y
redistribuir los ingresospara alcanzar una distribución más ricos de la sociedad optan por fuera de
deseable del bienestar.1 compran sustitutos de más alta-cali
Por una variedad de razones, los recaudos de impuestos (Besley y Coate 1991).
se utilizan para financiar una gran variedad de participa- Para proporcionar una referencia d
ciones públicas a través de los países. Tales razones van participación redistributiva por el Es
desde las históricas a las políticas e incluyen niveles dife- plazo, la tabla 9.1 proporciona las esti
rentes de capacidad administrativa, la naturaleza de los igualdad de ingresosantes y después de
bienes públicos, y la calidad de información acerca de in- ferencias para un conjunto de sociedad
gresos individuales disponibles al gobierno. Las tareas bá- Es probable que haya errores estándar
sicas, tal como la defensa nacional y la aplicación del orden de estimaciones tales como éstas (ver la
público, son financiadas por rentas públicas virtualmente la incidencia del impuesto en la secc
en todas partes. Sin embargo, varios bienes privados, tal cidad del Estado en países ricos para
como los servicios de educación y la salud, también son tribución es mucho mayor que en A
Aleman ia 43,6 28,2 de gastos iguales a las rent as de
Italia 51 ,0 34,S positivo del gobierno sirven como
Japón 34 ,0 26 ,5
del gasto público to tal dedicado a
Países bajos 42,1 25,3
Suecia 48,7 23 ,0
yendo la seguridad social).
Estados Unidos 45,S 34,4 Son aparentes grandes diferenci
tre países . La Argentina, Brasil y
Fuente: OeDE reportada por Burniaux y otros (1998).
veles altos del gasto social como
producto nacional bru to (PNB), p
les generales de gasto y dedican las
embargo estas diferencias son sign ificativas, y muestran a prog ramas sociales. Como resul
que las sociedades muy igualitarias (po r ejemplo en presenta más del 20% del ingreso
Escandinavia) son mucho menos iguales antes de imp ues- raciones algo diferent es del gasto
tos que después de imp uestos. del gasto social, Chile, Costa Rica
¿Cuál es la evidencia acerca del impac to de los impues- bién niveles de gasto social del 1
tos y el gasto social en la desigualdad en América Lat ina? Bolivia a pesar de sus ingresos bajo
¿Ha mejorado la desig ualda d, en términos del acceso a ser- de cambios radicales en las priorid
vicios? ¿Existen programas y esfuerzos de financiación es- la década de 1990 y sustancial ap
pecíficos que guarden una promesa significativa para ia otro extremo están la República D
redistribución, aumentando al mismo tiem po las oportu- y Perú, que tienen bajos niveles ag
nidades del crecimie nto, o por lo menos teniendo bajos ticipaciones bajas del gasto social,
costos de eficiencia? greso nacional. Guatem ala, H ond
Este capítu lo proc ura contes tar estas pregu nt as, utili- tambi én gasto social not ablemente
zando la información que está disponible. Se orga niza como naciones variables de gas to agrega
sigue. La sección 9 .1 mira el nivel y la composición de los part icipaciones bajas del gasto soci
imp uestos; la sección 9.2 considera la estrucrura y la inci- sean influidas por el nivel general
dencia de los compo nentes sociales del gasto público; y la mía, esto es sólo parte de la histor

TABLA 9.2

Tipología de países latinoamericanos por posición fiscal y gasto social. 1998

Gastos como participación Prioridad fiscal: participación en el total de gasto público a se


en el PNB Menos de 40% Entre 40 Y 60% M

Más de 30% Nicaragua (12,7) Costa Rica (16,8) A


Colomb ia (15,0) B
Panamá (19,4) U

Entre 20 Y 30% Hondu ras (7,4) Bolivia (16,1) C


Venezuela (8,6)

Menos de 20% El Salvador (4,3) Guatemala (6,2)


República Domin icana (6,6) México (9,1)
Perú (6,8) Paraguay (7,4)

Nota : Los números en paréntesis corresponden a la part icipac ión porcentual del gasto social en el producto nac
Fuente: Cepal (2001).
En las décadas de 1950 y 1960, las discusiones de la menores impuestos relativos al comerc
política tributaria en América Latina reflejaron las visio- tendencia hacia el uso de impuestos a
nes del "desarrollisrno" comunes en la era de la posguerra IVA) y ha puesto presión hacia la baja
y el naciente enfoque reformista de los asesores y consulto- factores de producción internacionalm
res en gran parte entrenados en EE. UD. financiados por la blemente el capital y la mano de obra
Alianza para el Progreso y la Agencia de Estados Unidos da. Al mismo tiempo, en muchos país
para el Desarrollo Internacional (Usaid por sus iniciales en fiscales de la descentralización han lleg
inglés). Los dos objetivos capitales de los impuestos eran mayor (IDB (BID) 1998, World Bank
recaudar renta -y mucha- para financiar al Estado como Reflejando esta "nueva visión" las t
el "motor del desarrollo " y para redistribuir los ingresos y renta sobre personas y empresas fuero
la riqueza. Se pensaba generalmente que ambas metas po- mente y ahora están casi universalme
dían ser logradas en gran parte imponiendo altas tasas efec- 20-30% a través de América Latina (
tivas de impuestos a los ingresos. Los efectos deprimentes inicial de alrededor del 50 y el 40 %
de los impuestos en la inversión y ahorros se juzgaron pe- renta personal y corporativo, respectiv
queños . de la década de 1980), como es el caso
De hecho, se discutió a veces que la ventaja extra de los mundo (Shome 1999). La figura 9 .1
impuestos altos es que hacen más fácil de dirigir a los en las tarifas del impuesto de renta pe
inversionistas privados por la mano muy visible de los es- para los rangos de ingreso más altos,
tímulos fiscales bien diseñados hacia aquellos canales más 1980 y el presente. Este descenso estu
necesitados para los propósitos de desarrollo. La mayoría un aumento en la tasa personal de exe
de los analistas tomaron como un hecho cierto que un im- en el rango de ingresos al cual aplican
puesto sobre la renta sumamente progresivo (con tasas Los aranceles al comercio tamb
marginales que llegaron tan alto como al 60 %) sostenido drásticamente, desde un promedio de
por un impuesto de renta corporativo sustancial (a menu- alrededor del 11 % entre mediados de
do de 40-50 %) constituía algo similar a un sistema tribu- mediados de la década de 1990, al tiem
tario "ideal". Los impuestos de consumo -que en ese tiempo tos de exportación se eliminaron enre
consistían capitalmente en impuestos indirectos, derechos lado, el IVA ahora se ve como la base d
de aduana, e impuestos en cascada sobre las ventas de los do en la región, reflejando -o anticip
fabricantes- fueron aceptados a regañadientes como nece- dencias globales (Ebrill y otros 2001). L
sarios para propósitos de renta. Nadie hablaba acerca de los patrones de tasas de IVA, que sub
impuestos locales, ya que casi toda la acción sucedió en el 10% cuando fue introducido por pri
nivel central del gobierno. Además, nadie parece haberse años) a cerca del 15% en 2001. Esta co
preocupado mucho acerca del contexto internacional, y la de impuesto de renta y aranceles de c
política tributaria casi invariablemente se consideró un tes, y de impuestos domésticos indire
asunto en gran parte doméstico. dió aumentos modestos en los reca
Las visiones acerca del papel y la estructura apropiados impuestos a través de la región. Entre
de impuestos comenzaron a cambiar en las décadas de 1970 y 2000 , el promedio no ponderado de
y 1980. Hoy, la mayoría de los economistas y diseñadores agregado subió en cerca de 2 puntos p
de política consideran que los impuestos altos no sólo ducto interno bruto (PIB) al 14% del
desalientan y distorsionan apreciablemente la actividad gura 9.3) . Los impuestos a bienes y se
económica, sino que son en gran parte ineficaces para parte IVA) fueron la fuente primaria de
redistribuir los ingresos y la riqueza. Esta visión es la base que compensando los descensos en imp
para la preferencia actual por un impuesto de base amplia Los recaudos del impuesto de renta su
al consumo, con pocas exenciones e impuestos más altos pesar de la reducción en las tasas. Pes
escogidos para artículos que llevan externalidades negati- el nivel general de impuestos, América
vos o se consideran "malos" para la sociedad (tal como la ne una tasa de participación consider
10 10

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~ es> (,o <:)0 <l)Cj 0~'If ~o ~ <ti' ,'5 ~0<:'
,.,<'J' ",ó0
~ ~
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• Datos de 1992 envezde 1986.

b. Mayor tarifa de impuesto de renta empresarial

Porcentaje de impuesto gravable Porcentaje de impuesto gravable


70 45
60 40
35
50
30
40 25
30 20
15
20
10
5
0-1----
Promedio regional no

1_1986 _ 2001 a 2002 1

Fuente: Slolsky y WoldeMariam (2002).

queña de la producción total que los países más ricos. La blemente estén sesgados especialm
tabla 9 .3 compara la renta total y su composición en Amé- rentas municipales.
rica Latina en dos puntos en el tiempo, con los promedios Las diferencias en los niveles de
pertinentes para países desarrollados. La característica más latinoamericanos y los más ricos so
llamativa de la comparación con sociedades más ricas es el que los economistas llaman la ley
recaudo mucho menor del impuesto de renta. Esto es es- ción es que los gastos del gobierno
pecialmente debido a niveles bajos de impuesto de renta del PIB tienden a subir con el ing
personal (y no corporativo), que representan menos del embargo, como la figura 9.4 lo ilu
1% del PIB en América Latina comparado con más del tarios latinoamericanos tienden a e
7% en países desarrollados. medio aún en relación con niveles d
La otra diferencia significativa es el mucho mayor re- de Nicaragua y el Uruguay (Brasil
caudo de impuestos de seguridad social en países más ri- la norma). Esto es especialmente c
cos, lo que se asocia con un Estado benefactor mucho más rentas privadas y recaudo de impue
desarrollado. Las sociedades desarrolladas también tasan como las contribuciones de seguri
menos al comercio y obtienen más del IVA e impuestos refleja el bajo alcance de la segurid
sobre las ventas. Los impuestos sobre la propiedad in- En términos de comparaciones a
mobil iaria son bajos en países desarrollados e incluso más tina, hay diversidad considerable en
bajos en América Latina, aunque estos resultados proba- composición de impuestos, pero ta
Promedio regiona l no ponde

I• En su introducción • 2001 I
Productividad de recaudo dellVA

Porcentaje Porcentaje
0,70 0,45
0,60 0,40
0,35
0,50
0,30
0,40 0,25
0,30 0,20
0,15
0,20
0,10
0,10 0,05
0,00 0, 0 0 + - - - - -
??~#~~/##/~/~?~~~? Promedio regional no ponde
qf' <Q
e¡,0'1' c;ao ~ ~~ «-c,~ r_;¡f' ~0 é' ~ .r!f0 ~'I'~'I>~ v'~~~0'V
~ ~~ ~&~ ~ ~- ~
~ v ~
#r'f
q
<?:-'lJ
<?:-0
• Productividad de recaudo del IVA (último año)

Fuente : Slolsky y WoldeMariam (2002).

varnente alto de consistencia en el tiempo. Los países que puede haber espacios grandes entre la
tuvieron proporciones relativamente altas de impuestos al temas tributarios incorporados en est
final de la década de 1970 estaban todavía encima del pro- tarias de impuestos y los pagos verda
medio regional en la década de 1990 . Entre los países con los individuos responden a los impue
relativamente altos impuestos, los cambios mayores ocu- salarios y los precios cuando pueden,
rrieron en Nicaragua (a comienzos de la década de 1980, puestos para ellos mismos y desplazar
siguiendo un cambio del régimen) y en Brasil (temprano La mayoría de los estudios de incidenc
en la década de 1990). No hay patrones definidos entre los curre a suposiciones sumamente simp
países de impuestos moderados, y sólo aumentos modes- tales respuestas (ver recuadro 9.1), así q
tos en razones tributarias en los países de bajos impuestos. deben tomar con el cuidado debido.
Antes de pasar a las alternativas posibles de política que Una revisión reciente de estudios
quizá se consideren en el área de la política tributaria, es incidencia tributaria en países en desar
importante entender la incidencia de los impuestos en y Gupta 2000) encuentra que los imp
América Latina . ralmente un efecto redistributivo pe
Latina, en gran parte a causa de la fue
t:'Quién paga los impuestos? impuestos indirectos en la mayoría
La pregunta de quién paga los impuestos es sorprenden- autores del estudio encuentran que l
temente difícil de contestar, a pesar de décadas de trabajo puestos es el factor más importante p
económico en impuestos. Esto es esencialmente porque resultado , ya que los impuestos sobre
8

o
ImpuestoS/PIS Impuesto del ingreso Impuestos a bienes Impuestos al comercio Otros impuestos C
/PIS y servicios/PIS /PIS /PIS seg

Fuente: Base de datos World Development Indicators (Indicadores de Desarrollo Mundial).

básicamente como progresivos y los impuestos del consu - las exenciones de comes tibles básic
mo no. La mayoría de los estud ios asume que impuestos tengan peso alto en la canast a de
sobre la renta e impuestos específicos en artículos "de lujo" pueden hacer que los im puestos de
son progresivos, el impuesto a la propiedad rnarginalmenre canos a neu tr ales o aú n ligeramen
prog resivo, y los demás generalmente reg resivos (aunque D ada la baja importancia de los
ta y sobre la propiedad inmobiliar
mericanos, se espera que la capacid
TABLA 9.3
del siste ma tr ibutario en la mayor
Estructura tributaria en la década de los 90. América latina peq ueña o aú n negati va. Por ta nto
V países desarrollados (en porcentaje del PID, gobierno el est udio de Chu, D avoodi y Gu
central consolidado)
trabajo muy anterior de Bird y De
América Latina Países
ron poca evidencia redistrib utiva
Categoría y el Caribe desarrollados Am érica Latina, a pesar de los cam
tributaria impuestos experimentados por mu
1990-94 1995-99 1991-2000
mas tres décadas. Un est udio re
Impuestos a la renta 3,6 3,4 9,7 Gemmeel y Morrissey (2002) enc
Individual 0,5 0,9 7,1 siste mas tri butarios en la reg ión va
Corporativo 1,9 1,7 2 ,3 sivos a levem ente reg resivos. Su re
Seguridad social 2,5 2,9 7,8
vidua les recientes revela conclusion
Impuestos a los
bienes y servicios 5,6 7,4 9,5 9.4) .
IVA y ventas 3 ,2 4,8 6,5 En uno de los estudios más cuid
Excises 2,1 2,3 3,0 aho ra, Engel, G alet ovic y Raddatz
Impuestos al comercio 2,2 1,8 0,3 los imp uestos de Chile son levem
Importaciones 1,9 1,8 0,3 coeficiente Gini antes de im puesto
Exportaciones 0,1 0,0 0,0 0,496 después de impuestos). Est
Impuestos a la propiedad 0,4 0,3 0,8
que el sistema tributario chileno
Todos los impuestos 14 ,2 16 ,1 28 ,7
Am érica Lat ina," el que más reca
Fuente: Stotsky y WoldeMar iam (2002) y base de datos Government Finance la renta, y el que tiene las mayores
Statistics (Estadísticas de finanzas gubernamentales). el 45 %, com parado con el 25-30
Nicaragua.

0,25
• •
• • •
• •
0,20
• Costa Rica


-.Chile • • Estados Unid

M é~OO\ • •
0,15
• ~ominica~a
Perú.

• • República
Boliv ia-
Colombia . . •


Argenti na
0,10
Guatema la •

0,05

0,00
4,5 5,5 u ~ U U 10,5
Lag PIS per cápita (en US dólares constantes de 1995)
Promedio 1990-2000

Fuente: Cálculos de los autores a partir de base de datos World Development Ind icators (Ind icadores de Desarrollo Mundial)

RECUADRO 9, 1
¿Significan mucho los números sobre incidencia tributaria?

No es claro que "la evidencia" proporcionada aún por altos de sus productos, a los trabaja
estudios cuidadosos de incidencia como el de Engel, más bajos, y alas dueños de la tierr
Galerovíc y Ra(ldatz (1998) sean de muchovalor. De- bajos de la tierra. La mayoría de los a
claraciones tales como "la mayor parte de la carga del cias de impuestos aplican un enfoque
sistema tributario recae en los dos quintiles inferiores de cial basado en suposiciones de elastici
ingresos" se basan en una serie de suposiciones acerca de y oferta (las medidas verdaderas de
la incidencia (le los rustintos impuestos que son invaria- son raras en el análisis de la incidenc
blemente sujetos a disputa considerable" (Whalley Dependiendo de estas suposiciones
1984). Además, en la práctica -aunque no en la mayoría impuestos son transferidos hacia adel
del analisis- estas declaraciones dependen de muchos fac- da se asume menos elástica que el su
tores específicos a un país particular en un tiempo parti- atrás . A veces, las suposiciones son a
cular, por ejemplo con respecto a las estructuras de asume que los impuestos sobre la rent
mercado y condiciones macroecon órnicas.' dos en absoluto (de ahí que la mayor
Lo que importa realmente es por supue sto la inciden- estima un efecto progresivo) y se asum
cia económica y no la incidencia legal de los impuestos. tos de ventas y el IVA son pasados tot
Por regla general, la incidencia económica de u~ impuesto sumidores. Como resultado, la mayor
(por lo menos en el largo plazo) es determinada por con- estima un efecto levemente regresivo qu
diciones de mercado y no por si el impuesto se impone atemperado por la exención de comesti
legalmente en el comprador o el vendedor. Los negocios artículos de consumo (tal como la rop
procuran transferir los impuestos a otra persona siempre vivienda) que pesan bastante en las c
que pueden, incluyendo a consumidores por precios más mo de los pobres.
. ní '
(Continúa
dolo así mantiene constante-lo que simplemente no puede es simplemente que no importan m
ser mantenido constante (Meerman 1980). Sin embar- de política tributaria casi nunca e
go, el análisis de la incidencia del impuesto con c:GEs la pregunta "quien paga cuánto?"
está plagado todavía por una variedad de suposidpnes. sente;sino, la pregunta pertinente
(Éstos incluyen el "cierre" del modelo y la elección de siempre "quien pagará -más (o meno
conrrafactual, ambos normalmente .crfricos al resultado bio particular se hace?" . Si el camb
final; la mayoría de los ejercicios utilizan los modelos pequeño, será posible asumir que lo
estáticos de CGE, en que los efectos en la inversión y el cambiarán.y llevar a cabo un análi
cambio tecnológico son descartados o muy simplifica- brio parcial. Generalmente, sin em
dos, y muchos parámetros, incluyendo elasticidades, no alguna forma del análisis de equilib
se miden pero son asumidos). la sensibilidad relacionada a elecc
Para ilustrar las dificultades inherentes al análisis de mecanismos de despeje, y similare
la incidencia, considere la incidencia de impuesto de renta reciente excelente, ver el estudi
corporativo (que compone la mayoría del impuesto de Rutherford, Light y Barrera 2002)
renta en muchos países latinoamericanos). La incidencia Cualquier método que se utiliza
dependerá de factores como la apertura general de la das partes más significativo y más
economía; afluencias y fugas de capital de inversión y el líticas analizar la incidencia de impu
grado en el cual el capital se mueve entre los sectores antes que "en promedio". Esto es e
corporativos y no incorporados; la intensidad en capital mo argumento presentado, por e
relativa de las corporaciones; la elasticidad de la deman- Stern (1991) con respecto a la ma
da para bienes producidos por corporaciones y orros.ne- ficancia de analizar "lareforma trib
gocios; y la.elasticidad de la oferta para insumes (el más que "la política tributaria óptima"
importante es el trabajo). Ninguno de estos factor~s es nesnecesarias son menos heroicas,
fácil de medir, y tampoco lo es por tantola.incidencia medición y más creíbles, y los resu
del impuesto de renta corporativo. Además, ya que las a responder la pregunta er írica del
condiciones económicas son variables .en países diferen - de las propuestas de reformas a las
tes esto significa que los impuestos que tienen la misma todos los problemas del análisis de
incidencia legal pueden tener una incidencia económica importante hacerlo mejor posible
bastante diferente (Shah y Whalley 1990), por lo que no exagerar lo que es posible alcan

países). Los autores del estudio también encuentran que si sultados diversos. Mientras las fig
el impuesto de renta se hiciera mucho más progresivo eli- tabla 9.1 no han sido desagregadas
minando todas las concesiones tributarias y todas las sub- ferencias, en estudios de países ind
facturaciones (estimadas) de ingresos, el coeficiente Gini nes de esta división van desde los im
caería a sólo 0,484 y la proporción de ingresos entre los cuenta de la mayor parte de la r
deciles superior inferior quedaría virtualmente igual en marca, a muy poco en el Reino U
13,4. Engel, Galetovic y Raddatz (1998) discuten tam- medio, con la tercera parte de la red
bién que mientras más desigual la distribución antes de buible a impuestos."
impuestos, mayores los costos de la distorsión y menor el Las dificultades empíricas que e
efecto redisrriburivo de tributaciones progresivas. Ellos típicos de incidencia de impuestos
concluyen que el factor más importante que afecta el im- dro 9.1) pueden ser algo descorazo
pacto distributivo del sistema tributario es cuánta renta hay también un mensaje algo más
genera para la redistribución potencial por el sector públi- esos argumentos: en las reformas
co. Las estimaciones de países desarrollados entregan re- preocupaciones con niveles que c
Berry y Soligo Colombia 1970 Ingreso y gastos Todos Directos e No indicado Pr
(1980) de hogar indirectos su

Santana y Rathe República 1989 Ingreso y gastos Todos Directos e indirectos No indicado Un
(1993) Dominicana pr

Galper y Ramos Guatemala 1992 Ingreso y gastos Todos Sistema tributario No indicado Pr
(1993) general

Bahl, Martlnez- Guatemala 1994 Ingreso y gastos Todos Sistema tributario No indicado Pr
Vázquez y Wallace (es!.)
(1996)

Hicks Y Lee (1997) Guatemala 1992 Ingreso y gastos Todos Directos e indirectos No indicado M
de hogar pr

Gil-Ofaz (1984) México 1972 Ingreso permanente Todos Directo, indirecto No indicado Pr
1980 de hogares e inflación inc

Escobal et al. Perú 1985-90 Todos Impuestos al No indicado El


(1993) combustible pr
qu

Fuente : Chu, Davoodi y Gupta (2002).

posible estar más seguro acerca de los efectos marginales vamente bajo. Hay sólo principios gen
de tales cambios. Aunque la influencia dominante de los una recomendación concreta puede h
impuestos en la distribución sea probablemente su contri- que el contexto país-específico ha sid
bución a las capacidades redistributivas generales de un damente. Con estas advertencias en la
gobierno, hay casi ciertamente algún potencial para hacer proponen seisprincipios generales para
los sistemas tributarios algo más progresivos, aunque el que incrementan la 'equidad en Amér
grado en que esto sea posible dependerá tanto de asuntos gue :
relativos al consenso general, político y social como de los
detalles de los instrumentos tributarios. (1) La base gravable debe sertan amplia
impuesto al consumo de base ampl
alentará todavía el esfuerzo de tra
Las implicaciones para la política tributaria cionesentre bienes y serviciostrans
¿Cómo pueden ser un poco más progresivos los impuestos no se alterarán si todos son sujetos d
en América Latina, sin ceder excesivamente las ganancias pocos artículos (tal como gasolin
en la eficiencia económica que se han alcanzado en los úl- tabaco y el alcohol) pueden ser e
timos 30 años por la reducción en impuestos, ampliación tributarias diferencialmente más
de base gravable, y otras reformas? regulatorias o porque la demanda
Primero debe reconocerse que el diseño de impuestos es tos es relativamente insensible a lo
un campo de la política en el que es improbable que des- resultado, en cualquier tarifa de
aparezcan las disyuntivas entre eficiencia-equidad. En este costos de eficiencia serán relativam
aspecto, allí realmente no existen los almuerzos gratis, y es tas relativamente altas. Las bases d
probable que los esfuerzos por hacer más equitativos los ta deben ser también tan amplias
impuestos, en la mayoría de los casos, tienen algunos cos- tratar todos los ingresos, sin imp
tos de eficiencia. Los principios resumidos a continuación uniformemente como sea posible.
están por tanto sólo como sugerencias de aspectos de la (2) Los impuestos deben sertan bajos como
política tributaria que posiblemente pueden hacer los im- recauden renta suficiente para finan
puestos marginalmente más progresivos a un costo relati- piados del gobierno. Por supuesto
en una base amplia de contribuyentes, que dividir la a los pocos de quienes efectiva
base en segmentos y tasas diferenciales para cada uno . puesto. Un aumento en las tar
En la práctica, por supuesto, estas consideraciones de- tadas probablemente será ac
ben ser equilibradas contra el argumento de la equi- mejoras en la administración d
dad para imponer tarifas tributarias escalonadas. cubrimiento más completo, m
(3) Los impuestos indirectos no tienen que ser regresivos. avalúos y multas exigidas para
En particular, el IVA -que es generalmente preferible discusión detallada reciente de
a impuestos de ventas o de importación- a menudo tos sobre la tierra y la propieda
puede ser hecho menos regresivo con unas pocas exen- y Slack 2002).
ciones clave." Del mismo modo, reducir o quitar los (6) En muchos casos los impuesto
impuestos de ventas obviamente regresivos (así como afectan a los pobres no son los
los derechos de importación), por ejemplo en artículos el presupuesto del gobierno, pe
de alimentos o queroseno, es otra medida obvia. Se bien implícitos, que incluyen s
debe recordar también que la incidencia tributaria en de varias clases (ver Prud'hom
el alcohol y el tabaco es muy variable, y en algunos impuesto de la inflación. Como
casos se puede argumentar con motivos de equidad tido en Bird (1991), los impue
para moderar los aumentos de la tasa de impuestos también muchos casos de "reg
impulsados por la eficiencia. Para compensar por la tos", tal como cuasiimpuestos
renta perdida de cualquiera de estas medidas, hay a troles al comercio, los precios,
menudo buenas razones para considerar niveles más los mercados de capital.
altos de tributos en el transporte privado. Por otro lado,
es mejor evitar los impuestos de exportación por mo- Los autores reconocen, por supue
tivos de eficiencia y equidad. ingresos por impuesto sobre la prop
(4) Hay campo para incrementar el recaudo de impuesto sobre la renta, así como reequilibrar la com
renta. Las recaudos de impuestos sobre la renta son tos indirectos para que ellos se aleje
bajos en América Latina, aun cuando se comparan con relativamente más intensivamente
países con el mismo nivel de ingresos (figura 9 .5). Esto por ejemplo, el transporte privado,
sugiere que hay campo para aumentar tales rentas, por delicado. Últimamente, el monto e
supuesto dado que con esa renta se financien gastos vados sigue siendo una elección polí
socialmente útiles, y ojalá progresivos . La experiencia tura de mercados de capitales, com
de Chile indica que esto es verdaderamente posible débiles de control internacional de im
cuando hay voluntad política y buena administración. gravar a los ricos intensamente. Sin
A la luz del punto (2) anterior, las rentas más altas de que si quisieran, muchos países la
deben ser buscadas primero cerrando los "agujeros" hacer más en este aspecto, como lo
legales que hacen posible eludir la tributación y exi- de Chile con los impuestos sobre la
giendo un mayor cumplimiento, y sólo posteriormen- la mayoría de los países podría hace
te a través de mayores tasas marginales. El impuesto de para gravar menos a los pobres
de renta debe aplicar a personas y a corporaciones . Para media de una manera más justa y m
evitar la evasión de impuestos sería prudente mante-
ner la tasa marginal máxima del impuesto sobre la
renta bastante cercana a la tasa del impuesto de renta 9.2 Gasto social público y dist
corporativo, lo que significa que probablemente no será El objetivo de cobrar impuestos, co
tan alta . es generar recursos que se pueden g
(5) Los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria están subuti- lo ahora mira la evolución, la com
lizados actualmente y debe procurarse quegeneren más ren- del gasto público en América Lat
ta. Los impuestos a la propiedad cuentan sólo por cerca que es conocido como "gasto" socia
0,08
• ••

0,06

0,04

0,02 • •
.- ••

• • • Fl>rú Costa Rica u.ruguay •


O
• •
Colombia
• á Brasil • Argent ina

4,5 6,5 7,5 8,5 9,5 10

-o'~j
Log PIS per cápita (en US dólares constantes de 1995)
Promedio 1995-2000

-0,04

Fuente: Cálculos de autores basados en base de datos World Development Indicators (Indicadores de Desarrollo Mundial) y
Government Finance Statistics (Estadistica de Finanzas Gubernamentales del FMI).

nes exactas de esta categoría del gasto varíen de país al c ápita más que se duplic ó. En países
país, el térm ino incluye generalmente los gastos en la se- relativamente altos del gasto, específ
guridad social, la educación, la salud, la protección social, Brasil, Costa Rica y Panamá, el aume
ayuda social, y los programas activos del mercado del tra- mente de 30% sobre el curso de la dé
bajo. A veces, también incluyen subsid ios de vivienda y Tres factores explican el aumento e
gastos en servicios e infraestructura urbanos básicos (por blico per c ápira durante la década de
ejemplo, el agua y el saneamiento). Primero se consideran económico en el PIB per cápita (que d
las tendencias generales en el gasto social, seguido por los madamente el 40 % de la ganancia);
aspectos distributivos del acceso a varios programas. La total como una parti cipación del PIB
sección concluye con un examen breve de los efectos de composición del gasto para beneficia
ciclos económicos . partic ipación creció de 42 al 48 %). M
crecimiento fue especialmente impor
Los cambios en el gasto social público mitad de la década , el impacto de cam
En la década de 1990, según un análisis de 17 países lati- cia el sector social importó más duran
noamericanos realizado por la Cepal (Eclac 200 1), el gasto Este cambio permitió a la mayoría de
público social anual per c ápita aumentó en promedio en el gasto social per c ápita, aunque las
un 50% entre 1990-1991 y 1998 -99 , del equivalente de vieran bien.
US$360 a US$540 per cápit a a precios de 1997 (figura El gasto social como un porcentaj
9.6).10 Pese a que la magnitud exacta del increment o en el 10,4 en 1991-1992 a 13,1 en 1998-
gasto público social varió a través de los 17 países, el in- una parte desproporcionada del aume
cremento fue bastante generalizado. Fue mayor enlos paí- de gastos sociales al PIB y en la par
ses con niveles inicialmente bajos y medios del gasto social social en gastos totales se debió al aum
per cápita, notablemente Colombia, la República Domi- embolsos pensionales (tabla 9.5) . Seg
nicana, Guatemala, Paraguay y Perú, donde el gasto per Cepal (Eclac 2001), cuando la segurid
N
.¡:..
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FIGURA 9.6

El gasto público social en América Latina: gastos per cápita, como participación en el gasto público V el PNB, década de los 90 "'C'"i
en

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">
a. Gasto social público per cápita en
dólares de 1997
b. Gasto social públicocomo participación
en gasto públicototal
c. Gasto social público como
participación en el PNB
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Panamá

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Colombia 158 381 Guatemala _ 2 9,9 8 15 ('"l
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Venezuela Costa Rica 38,~' 1 Nicaragua 9,1 r-
República 39,7 >
Perú 6,5 8,6 :r:
Bolivia
República
Dominicana
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Venezuela
I
1 7,4
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Perú 31 .1 38,3 - - 3,1 :;
Dominicana ParaguaYC=,4
Paraguay RB de 37.3
Venezuela 34 Honduras 7,9
6,8
Guatemala 37 Perú
Nicaragua 35,4 ""
Colombia 28,8 35,5 República ; 6,6 H
El Salvador
Dominicana - ; ",~
Honduras Honduras ~i,5 Guatemala ". 6,2

Nicaragua El Salvador ] 21 ,327 El Salvador


540 _•
_•_•
_•_•10•
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41 .847,8
1
América Latina • • • •
-360 América Latina] I• I I I I I I 1 América Latina ] I I j I I
r==t==. I I I I I I ¡

~ n~ ~~ r~~ n..~ ~~ n~ ~~~ Q~ 'O~~ o 10 20 30 40 50 60 70 80 O 5 10 15 20 25


'v 'V V " ",v " " "
Porcentaje Porcentaje
US dólares

1_ 1998-99 • 1990- 91 1

Fuente : Cálculos de autor a partir de microdatos de encuestas de hogares.


Cepal 1990-91 212 30,5
Cepal 1998-99 304 33,1
FMI GFS 1991 218 27,4
FMI GFS 1998 289 28,7

Fuente: Cepa l (2001) y estimativos propios del autor a partir de IMF Government Finance Statistics (Estadística de Finanzas Guber
ocho países sobre los cuales existe información disponible.

del gasto social, el aumento como una participación del ¿Quién utiliza los servicios públicos?
PIB es sólo de 1,5 puntos porcentuales, contra 2,7 puntos Aunque buena parte del gasto social-
porcentuales cuando la seguridad social se incluye. Esti- cionado con mejor salud y educación
maciones hechas para este informe, basadas en la base de ingresos sólo con rezagos largos, pue
datos Government Finance Starisrics (Estadísticas de Fi- recto para el bienestar y puede ensanc
nanzas Gubernamentales o GFS por sus iniciales en in- de grupos diferentes. Valorar apropia
glés) del Fondo Monetario Internacional (FMI), proporciona cia de los gastos públicos, es necesa
resultados que son bastante cercanos a aquellos en el estu- primero quién se beneficia del acceso
dio de la Cepal, con una ganancia aun más pequeña en el valorar este acceso en términos equ iv
gasto social durante la década de 1990 cuando la seguri- Conceptualmente, es crítico distingu
dad social (y el gasto en prestaciones según la clasificación cia promedio y la incidencia margin
del FMI) es excluida del análisis (ver http://www l. world incidencia media del beneficio se refier
bank.org/publicsector/pe/crosscountry data.htrn). a (y la valoración de) los servicios en
A pesar de una tendencia común hacia el gasto público incidencia marginal del beneficio se re
más alto en sectores sociales a través del tiempo, hay toda- neficia de aumentos en el acceso que e
vía diferencias grandes en los niveles de gasto entre países. aumentos de gastos en el margen o s
Los países con altos niveles del PIB per cápita tienden a tiempo. Hay dificultades involucradas
tener los niveles más altos del gasto social como una parti- (ver recuadro 9.2).
cipación del PIB (en parte debido a desembolsos más altos
La mayor parte de la reducción en m
de seguridad social). Además, en muchos países la partici-
dad ajustadas para transferencias en
pación aumentada del gasto social ha sucedido a costa de
gasto en educación y salud . Con resp
la inversión pública en infraestructura, con la probabili-
Wodon (2003) estimó los niveles del u
dad de efectos adversos en el crecimiento y la desigualdad
de la educación por quintil de ingreso
a largo plazo (ver el capítulo 7). Mientras en algunos países
noamericanos: Bolivia (1999), Brasil (1
este cambio fue una consecuencia deliberada de la partici-
Colombia (1999), El Salvador (1997),
pación más alta del sector privado en la infraestructura, en
otros durante la década de 1990 un efecto ocurrió "exclu- 1999), Honduras (1999), México (
yente " (crowding out) de la inversión de infraestructura por (1998) , Perú (1997 ).y Venezuela (1998
pensiones más altas y otros gastos sociales (ver varios capí- brutas de matrícula fueron calculadas
tulos en Easterly y Servén 2003). ¿Por qué los aumentos gresos y por ciclo educativo (es decir,
grandes en el gasto social no se tradujeron en una caída de primaria, y escuela secundaria) . 11
la desigualdad de ingresos? Hay dos razones. Primero, el Aunque estas estimaciones se realiza
gasto social no es necesariamente progresivo (y puede ser en áreas urbanas y rurales, y para las p
bastante regresivo en el caso del gasto en la seguridad so- nas y femeninas, sólo los resultados na
cial). Segundo, una buena parte del gasto social es en espe- aquí. Además, ya que la información e
cie, así que incluso si afecta la distribución de servicios (y sobre educación pública contra educac
de hecho, de las capacidades), no tiene un impacto a corto ba disponible, el análisis no hace esa d
plazo en ingresos. resultado, la progresividad de los bene
aumentos marginales en la matrícula hasta 17 años de edad la enseñanza secundaria es apenas
eran también progresivos, aunque los hogares en los regresivo. Sin embargo, una vez qu
quintiles 2 y 3 se beneficiaran más que los más pobres matrícula son aumentadas (como d
(que sin embargo se beneficiaron más que los quintiles 4 y adicionales en cobertura llegarán
5). Las matrículas marginales no fueron progresivas, sin mayoría de los países después de un
embargo, para las edades de 18-24 años ni para los de so aumentado a la educación tercia
menos de 5 años (ver también discusión en el capítulo 2). sumamente regresivo y permanece
La historia es suficientemente clara. Cuando las tasas años en la mayoría de los países.
generales de matrícula son bajas (como lo son para la edu- retornos privados mucho más alto
cación preescolar y terciaria), el acceso aumentado benefi- ria que en la educación secundaria
cia a los ricos más que a los pobres . Cuando las tasas y otros 2003), estos resultados in
generales de matrícula son ya altas, al contrario, el acceso presentes de asignación de recursos

RECUADRO 9.2
Tópicos en la valoración de servicios públicos

Suposiciones fuertes se utilizan para valorar la distribu- escuelas asistidas por los pobres rec
ción de los beneficios del gasto público. Sería mejor teó- ción. Por otro lado, si los ricos van
ricamente basar las valoraciones en estimaciones de este factor no es tenido en cuenta e
funciones de demanda subyacente para servicios públi- parte de la desigualdad en la distr
cos. Sin embargo, en la práctica el análisis de la inciden- cios de la educación pública se pue
cia del beneficio se hace típicamente con valoraciones Demery (2003) destaca otros do
basadas en el costo unitario gubernamental, que se asu- dos en el análisis de la incidencia d
me implícitamente es el equivalente a los beneficios del (como fue observado en el análisis
gasto. Esta suposición presenta problemas acerca de la de los servicios de asistencia médica
eficiencia en el gasto público y diferencias en la calidad condicional a una enfermedad o he
de servicios (ver abajo). hogar. En encuestas, las enfermed
Otros problemas están relacionados con límites en los a menudo autoinformadas sólo cua
datos disponibles de las encuestas de hogares para em- una enfermedad o la herida son
parejar el costo unitario a hogares . Con respecto a la edu- uso de facilidades de salud. Si alg
cación, por ejemplo, es práctica común multiplicar las no informan las enfermedades o la
tasas de matrícula por el nivel (es decir, primario, secun- sideran tales acontecimientos com
dario, o terciario) entre varios grupos de ingresos, o den - mún, puede resultar una tendenc
tro de áreas geográficas, por una estimación media del estimación de los beneficios del
costo al Estado de proporcionar la educación por nivel. médica para los pobres . Segundo,
Sin embargo, si las escuelas en áreas rurales -<londe una gares, aunque representativas al
proporción más alta de la población es pobre- tienden a den no ser representativas de cie
estar menos bien equipadas y con menor calidad de per- población, tal como los que asiste
sonal que las escuelas urbanas, la desigualdad en la dis- Los tamaños pequeños de la mue
tribución de los beneficios del gasto público en la llevar también a un sesgo en la esti
educación se subestimará. Lo mismo será verdad si las cia del beneficio.
ría de los beneficios medios tiende a acumularse a los ricos el cubrimiento de los servicios que ya
en un mayor índice que a los pobres. Por ejemplo, las tasas del acceso puede ser bastante signific
de inmunización entre niños de edad 12-23 meses aumen- trado por el impacto progresivo de la
tan junto con los activos. 12 cación básica y la salud en América Lat
En promedio, cerca del 50,6 % de todos los hogares ob- de 1990. Esto es alentador, pero se d
tienen todas las vacunas para sus niños, mientras el 5,6 % bién que en el mejor de los casos esto
no obtiene ninguna inmunización. Sin embargo, la tasa hogares pobres al cubrimiento rutina
de la inmunización para los hogares más pobres es sólo hogares más prósperos ; en otras pala
78 % de la media para todas vacunas (un valor de 0,8 en la no se debe interpretar como evidenci
figura 4.6) , mientras es del 112 % para los hogares más es suficientemente a favor de los pob
ncos . el cubrimiento de muchos servicio
El cuidado antenatal y los servicios de parto son utiliza- educación secundaria y terciaria, el al
dos también desproporcionadarnente por hogares más prós- lecomunicaciones) no es alto todavía
peros. Por ejemplo, los hogares en el primer quintil (más tinoamericanos, su expansión inicial p
los pobres e incluso puede tener un efec
bajo) de ingresos tienen un 50 % menos de probabilidad
que se emprendan esfuerzos focaliz
que el promedio de tener a un médico presente en un na-
los niveles del acceso en el fondo de l
cimiento, mientras los hogares en el quintil cinco tienen
gresos.
45 % más probabilidad. Como se esperaría, el uso de faci-
lidades privadas se asocia aún más fuertemente con los ac-
tivos de hogar. Los hogares más pobres capturan cerca del Valorando la distribución del gasto
14% Ylos hogares más ricos capturan el 254 % del prome- Siguiendo el análisis del acceso a serv
dio general. Mientras hay menos desigualdad en el uso de guntarse cuál es el valor de dicho acce
facilidades públicas, los beneficios son todavía mayores para pientes. Esto nos dirige a la pregunta
hogares más prósperos. beneficios del gasto público a través d
A pesar de esta tendencia, las expansiones en el uso de ingresos. La valoración de bienes públi
servicios de salud tienen mucha más probabilidad de ser bién la de los bienes privados pública
progresivas, como en el caso de la educación básica. La dos, está todavía en su infancia. El rec
figura 9.7 ilustra esto por un gráfico de dispersión de la dificultades principales encaradas al
razón entre la incidencia promedio y la incidencia margi- en este tema. Aunque esté más allá
nal del beneficio de 15 servicios de la salud para el primero capítulo cubrir dicho asunto complejo
y cuarto quintiles, en términos de la distribución de acti- de dudas metodológicas serias, hay su
vos de los 9 países latinoamericanos (como un promedio estudios de casos existentes para argu
no ponderado) para los que este análisis se ha realizado. iniciales. El primer punto es que la in
U na proporción de 1 quiere decir que el primer quinril de los beneficios del gasto social público
tiene el mismo indicador del acceso que el cuarto quintil. a través de programas. Esto es bien ilu
En la figura, en la izquierda, aparte de unos pocos indica- plo mexicano, utilizando el trabajo po
dores tales como el tratamiento para la diarrea, la mayor pleando datos de encuestas de hogar de
parte de las observaciones está bien debajo de 1, signifi- de costos administrativos a nivel de u
cando que el acceso a servicios de salud para el primer el gasto público en educación (prima
quintil está bien debajo que para el cuarto quintil. secundaria, terciaria , y los niveles de
En la figura de la derecha, para la incidencia marginal salud (utilizando los datos sobre las in
del beneficio, las proporciones tienden a ser mucho más ridad social que sirven a trabajadores
grandes que 1, sugiriendo que en el margen los primeros del Estado, así como los datos sobre
quintiles se benefician más de los aumentos en el acceso cionados por el Ministerio de Salud a
que el cuarto quintil. La figura muestra también que mien- gurada); pensiones de seguridad soci
tras más alto el nivel del acceso al servicio (el eje horizontal distintos a la salud; y otros subsidios
Atención
1,5 Cuidado prenatal 1,5 al nacimiento: +
+ Tratado por público
dos o más
diarrea
visitas
1,0 1,0 +
+ + + +
0,5 + 0,5
+ +Tratado
por diarrea
0,0 +-----.-------r-----~---~ 0,0
15 35 55 75 95 15 35 55
Tasa de acceso (%) Tasa de acceso (%)

Fuente : Ajwad y Wodon (2003).

FIGU RA 9 .8

Incidencia V marginal del beneficio para el acceso al agua en América Latina

a. Agua, urbana b. Agua, rural


Participación de cubrimiento promedio Participación de cubrimiento promedio
2,0 2,0

1,6 1,6

1,2 1,2

0,8 0,8

0,4 0,4

0,0 +-.......- .......-...,....-...,....-...,....-...,....-...,....-...,....-.......----.


2 3 4 5 6 7 8 9 10 2 3 4 5 6 7
Oaciles Oeciles

- - Observada (marginal) - Estimada (marginal) - Incidencia promedio del beneficio

Fuente : Ajwad y Wodon (2003) .

cluyendo programas focalizados hacia los pobres (tal como comparando el costo para los hoga
Oportunidades, previamente conocido como Progresa, un ducción publicados por el gobierno
programa de becas condicionales a la participación en pro- Un índice de desigualdad en la i
gramas de educación , nutrición y de salud) y los granjeros el coeficiente de la concentración,
(tal como Procampo, un proyecto de construcción de ca- zando la misma fórmula que el coe
pacidad). Se incluyeron también subsidios para la elec- individuos situados según sus ing
tricidad residencial, y estos últimos fueron medidos coeficiente Gini , éste puede ser ne
de concentración, lo que implica que los desembolsos pú- (por lo menos cuando sus beneficiario
blicos son regresivos. Los valores entre cero y el valor del prueba de medios económicos, como e
Gini para la desigualdad de ingresos son todavía regresi- el Uruguay). Los programas focalizad
vos en términos absolutos, pero son menos desigualmente den a ser también sumamente redistr
distribuidos que los ingresos. Los gastos públicos en edu- plo en Argentina, Chile, México y Uru
cación secundaria alta y electricidad, por ejemplo , son re- el desayuno escolar y programas de
gresivos, pero no tan mal distribuidos como los ingresos subsidios de alimentos, parecen ser m
mismos. Los gastos en educación terciaria y pensiones son vos en alcanzar a los pobres y contrib
casi tan mal distribuidos como los ingresos, y por lo mismo en la desigualdad.
altamente regresivos, o peores, como es el caso de las pen- En algunos otros casos, no hay patr
siones del Issste (para trabajadores del sector público). vés de países. El impacto de los progra
Aunque las características de incidencia varíen a través la desigualdad, por ejemplo , varía m
de países -además de a través de programas dentro de un rural de vivienda en Uruguay es sumam
país-, algunas pautas comunes surgen (ver tabla 9.6) . La con un GlE de -1 ,61 , y los programas
educación básica, por ejemplo, tiende a ser progres iva en ra de favelas en Brasil tienen ambos
todas partes, con una participación más alta del total del embargo, los beneficios de varios otro
gasto dirigiéndose a la parte más baja de la distribución de correlación positiva con los ingresos y
ingresos. Las elasticidades de ingresos de Gini (GIE por sivos.
sus iniciales en inglés) (definidas en el recuadro 9.3) son Los subsidios para el agua y la elect
negativas con respecto al total del gasto para la educación la mayoría de los casos correlación po
pública en la Argentina (-0,28), Chile (-0,44) , México sos. Estos subsidios tienden a ser asign
(-0,06) y el Uruguay (-0,30). Como se esperaba, el gasto bral de consumo de "cuerda salvavidas
en la educación primaria es sumamente redistributivo, con agua o la electricidad se venden a un
las GIEs entre -0,91 y -0,34, el gasto en la educación bargo esta "cuerda salvavidas" es pu
terciaria es regresivo, con GIEs que van de 0,54 a 1,25 (el un nivel relativamente alto. La eviden
valor más alto se observa para Brasil). En promedio, los cios de desempleo (vía seguro o ayudas
beneficios del gasto en la educación secundaria tienden a Algunos programan alcanzan a los po
ser distribuidos de una manera neutral en promedio, con bajas de cobertura (la ayuda de desem
GIEs que van desde -0,3 3 a 0,32, dependiendo de la tasa ejemplo), mientras otros programas es
inicial de cobertura; esta distribución es más progresiva en bajadores del sector formal y sus bene
países con niveles más altos de cobertura. rrelación positiva con los ingresos . L
Los datos para salud son más débiles que los datos en benefician de entrenamiento en el traba
educación, pero hay indicaciones de que el gasto total de la mitad de la distribución de ingresos.
la salud se distribuye de una manera neutral en términos les, esta comparación refuerza la enorm
generales, con variaciones grandes entre países. El GIE es impacto redistriburivo de distintos prog
negativo (es decir, a favor de los pobres ) para programas aplica para programas individuales den
en Chile y Colombia, cero en Brasil y el Uruguay, y positi- para programas semejantes a través de
vo en México. Sin embargo, las comparaciones entre paí- res explican tales disparidades. Los pr
ses se deben tratar con cuidado. En general, el gasto por pera tengan eventualmente alcan
los ministerios -que tiende a atender a los no asegurados- redistributivos (y sus aumentos marg
es a menudo redistributivo, mientras que el gasto en pla- mente progresivos) cuando la tasa pres
nes de salud ligados a la seguridad social tiende a favorecer alta, pero son regresivos (aun margina
a los hogares más prósperos. tasas del acceso son bajas. Así, la expa
Las pensiones tienen correlación cercana con los ingre- con tasas relativamente bajas de acce
sos, con los beneficios típicamente distribuidos de modo pañada de mecanismos de focalizació
tan desigual como otras fuentes de ingresos. Los GIEs re- los pobres participen de los beneficios
Subsidio a la electricida
Salud(lmss)
Trabajadores activos(lmss
. - Educación secundaria superior
• Todos (excluyendo pensionados)
Subsidioleche (Liconsa)
Procampo _

Educación secundaria inferior _


Torti11 a (Fidelist)
Educación primaria
Salud(SSA)
Desayuno escolar (DIF)
Oportunidades de escuela
Oportunidades de nutrición

-0,8 -0,6 -0,4 -0,2 0,0 0,2 0,4


Coeficientes de concentración

Fuente : Scott (2003).

TABLA 9.6

Síntesis de estudios de caso utilizando estimaciones de la elasticidad de ingresos de Gini (GlE)

GIE (Gini income elasticity, elasticidad de ingresos de Gini)

Argentina Brasil Chile Colombia

Educación -0,28 0,39 -0,44 -0,05


Primaria -0,52 -0,34 -0,58
Secundaria -0,19 0,32 -0,29
Terciaria 0,54 1,25 0,67
Salud -0,25 0,06 -1 ,05 -0,5
Pensionados 0,7 0,91/-0,58'
Cuidado infantil (para servicios de desarrollo infantil) -0,6 -0 ,6 -0,44
Asignaciones familiares -1 ,03
Transferencias de efectivo -0 ,78
Prestaciones de desempleo (seguro o asistencia) 0,17
Nutrición -1 ,06 -0,47
Programas de vivienda -0,08 0,59 -0,56
Infraestructura y transporte 0,35
Subs idios -0,35
Agua -0,35
Electricidad 0,53

Pensiones no contributorias.
Transferen cias de comida de Progresa (-0,99) y becas de Prog resa (-1,25) .
Fuente : Wodon y otros (2000) .
negativa, implicando que las personas en la parte más baja mayor que uno implica una distribución
de la distribución se benefician del aumento en el gasto que la asociada con ingresos.

Esto lleva al segundo punto inicial de esta sección: en correctamente focalizados pero tienen
muchos países, parece existir una disyuntiva entre la cober- entre los pobres. Los programas cerc
tura a los pobres y concentrarse en los pobres. En otras pala­ rior izquierdo (agua, salud pública,
bras, los programas que se acercan efectivamente al alcance preprimaria y primaria) tienden a ser u
universal explican la mayor parte de los efectos redistri- programas cerca del rincón superior de
butivos actuales del gasto público social (es decir, la edu­ gramas bien focalizados y que cubren
cación básica en la mayoría de los países y la salud básica los pobres. Estas pautas ilustran claram
en muchos). Mientras tanto, varios programas bien focali­ entre focalización y cobertura en Brasil
zados que son bastante costo-eficientes en redistribuir los sea la cobertura entre los pobres, má
ingresos u otros beneficios son generalmente pequeños y fugas hacia los no-pobres; en contraste
cubren sólo una fracción pequeña de los pobres. Este apa­ trictamente focalizados son pequeños
rente dilema entre focalización y cobertura refleja proba- cobertura baja aún entre los pobres.
blemenre limitaciones administrativas y de economía El tercer punto principal de esta sec
política que deben ser tenidas en cuenta en el diseño y de la variación grande en la incidencia
"empaquetamiento" de los programas. Un ejemplo exce­ gasto social público a través de tipos de
lente de esta disyuntiva es el caso de Brasil, documentado la evidencia sugiere que el gasto públi
por von Amsberg, Lanjouw y Nead (2003). Estos autores general, a reducir la desigualdad. Esto e
consideran el gasto social público para servicios de educa­ dad, como se discutió antes, con respec
ción y salud, los servicios urbanos, la infraestructura (agua ños, a la educación primaria, y a la asiste
potable, saneamiento, transporte y vivienda), y la protec­ En muchos casos, es también cierto pa
ción social (pensiones y seguro de desempleo). Para cada cundaria y para programas de vivienda
tipo del gasto o servicio, se calcularon tres aspectos: (1) la Más generalmente, sin embargo, el
cantidad del gasto gubernamental; (2) la participación del los gastos sociales tiende a ser distribui
gasto causado a los pobres urbanos (es decir, focalización o mente que los ingresos (como lo indica
incidencia de beneficios en los pobres); y (3) la cobertura el caso de México), y por tanto contrib
del servicio entre los pobres urbanos. Los autores presen­ ción de la desigualdad general, tan sól
tan también un ranking de programas según la eficacia en todos los programas públicos se pudie
transferir recursos a los pobres. En la figura 9 1 0 , cada gresos del hogar. Sin embargo, tal eje
burbuja es proporcional al tamaño de una categoría o pro­ de dificultades (como lo resumió en par
grama de gasto. El eje horizontal mide la participación de No obstante, en los pocos casos donde
los beneficios que se causan al quintil inferior, mientras el mente) intentado, los resultados sugi
eje vertical mide la cobertura del programa dentro de este general de los gastos públicos en sectore
grupo (es decir, la porción de hogares en el quintil inferior tor de la desigualdad. Tal es el caso, po
que se beneficia del programa). Los programas en el rin­ vo, Contreras y Millán (2002), quienes
cón inferior izquierdo (pensiones, seguro del desempleo, de transferencias del gobierno en efect
provisión de sistema de agua residual, y educación secun­ Chile y compararon la distribución de
daria) son deficientes en la focalización y no alcanzan a a la distribución de ingresos monetari
muchos de los pobres. Los programas en el rincón inferior cias públicas del dinero efectivo incluy
derecho (por ejemplo, programas de ayuda social) están familiares, las pensiones no contributiv
0,6
a Alimentación escolar

0,4
Jardín infantil
Asistencia social
Alcantarillado

Pensiones
Educación secundaria LOAS
Seguro de
Educación adulto
desempleo Guardería infantil
0,2 0,4

Participación en el gasto del programa causada al 20% inferior de la p

Nota: El tamaño del círculo es proporcional al presupuesto del programa .


a. Lei Orq ánica da Asslst éncía SociaV Beneficio de Prestacáo Continuada.
Fuente : World Bank 2000e, ver capítulo 9.

servicios públicos y otros, y las prestaciones de desempleo. grande como los ingresos monetario
Las transferencias en especie surgen de gasto público en pesos por mes por persona). Los s
educación, salud y en la vivienda. Para estimar el valor de la educación fueron los principale
los beneficios en especie proporcionados por los gastos del ducción en la desigualdad (el 59,9
gobierno, Bravo, Contreras y Millán (2002) realizaron un tales), seguidos por la salud (el 25
análisis detallado de los varios subcomponenres de cada monetarias (el 11,1 %), y vivienda
tipo de programa de gasto y desarrollaron criterios de va- reducción de 6 puntos porcentuale
loración. Por ejemplo, se identificaron 17 categorías de lucionaria, es bastante sustancial.
salud (tal como cirugía, servicios dentales, pruebas de la- este orden de la magnitud sea rep
boratorio, chequeos preventivos, radiografías, servicios de ses en el continente, ya que Chile t
la emergencia y gastos del hospital) y, para cada una de de incidencia más progresiva del
estas categorías, se estimaron valores mensuales prome- Latina. En el caso de Colombia, po
dio. Se identificaron más de 25 subcomponentes para la (2003) encontraron un coeficiente
educación y 6 para vivienda. el gasto público social total de -0
La conclusión principal de este análisis es que el gasto términos absolutos los subsidios
público social creciente y progresivo más que compensa el manera marginalinente progresiv
aumento observado en la desigualdad de ingresos durante representaron una redistribución
la década de 1990 (figura 9.11). Los autores argumentan trón desigual de la distribución de
que incluir transferencias en efectivo y en especie en el sunciones hechas acerca de la va
agregado del bienestar reduce el índice de desigualdad de contribuyó a una reducción en el í
Gini por 6 puntos porcentuales, de 0,56 a 0,50. En el pri- puntos porcentuales.
mer quintil de ingresos, por ejemplo, el valor de las trans- Una vez más, hubo diferencias
ferencias 07 .000 pesos por mes por persona) era casi tan que los programas fueron redistrib
5
una recesión . Sin embargo, la inestabilidad macroeco-
o
nómica es un hecho desgraciado pero ubicuo de la vida 1990 1994 1996
latinoamericana, y la manera como el gasto social se com-
porta a través del ciclo económico es un atributo clave por ~ Sin transferencias públicas • Con tra
considerar. ¿Proporciona dicho gasto socialalguna medida
de seguro contra riesgos aumentados durante periodos Fuente : Bravo y otros (2001).
recesivos? ¿O agrava la inestabilidad del ciclo?

La falta de gasto focalizado contracíclico durante


las recesiones rrió debido a la reducción en el PIB p
Los choques macroeconómicos han plagado a los países mitad por el aumento en el número de
latinoamericanos desde la década de 1980. Los pobres son pación en el PIB del gasto focalizado p
especialmente vulnerables a estos choques , ya que ellos mente estable. Durante las expansio
están típicamente más expuestos al riesgo y tienen menor gasto social aumenta como una partic
acceso a instrumentos apropiados de manejo de riesgo. 14 gastos, pero es preferible ahorrar por
Los sistemas de protección social, incluyendo las redes de fondos públicos durante las expansio
seguridad, deben ayudar a los pobres a tratar con los ries- mejor a los pobres durante las recesion
gos producidos por choques económicos, así como con ries- biernos traten de estar a favor de los p
gos idiosincrásicos. Según el marco del manejo de riesgo nos ser prosociales)siempre que pueden
descrito en de Ferranti y otros (2000), el gasto público de una manera miope que no sostiene
social diseñado para manejar los riesgos debería subir du- guridad durante las crisis. En un sentid
rante las crisis económicas. Pero lo contrario parece ser carácter procíclico en el gasto público e
verdad. Es difícil proteger a los pobres durante las recesio- binado de tres factores (Perry 2003)
nes porque varias fuerzas se combinan para poner presio- caracter procíclico de las rentas de imp
nes hacia abajo en la cantidad de transferencias públicas impuestos a PIB es más alta durante bo
que se pueden asignar por persona pobre. Primero, debido a causa de la alta dependencia en impu
a naturaleza altamente procíclica de la política fiscal en exportación de commodities. En segundo
muchos países Iatinoamericanos," la participación del PIB de economía:política que llevan a gasta
dedicado al gasto público general tiende a disminuir en los vit potencial en épocas de prosperidad
malos tiempos . Segundo, el mismo PIB disminuye en una procíclico durante bonanzas económica
crisis, así que incluso si la participación del PIB dedicado carácter procíclico y los problemas de
al gasto público social se queda constante, todavía habrá mación en los mercados financieros, en
menos recursos disponibles. Estos dos factores tienden a pecto a la "verdadera" naturaleza de l
hacer procíclico antes que contracíclico el gasto público otras palabras , los mercados no pued
agregado focalizado a los pobres . Tercero, la pobreza au- políticas contracíclicas responsables y
menta durante una crisis, así que los recursos acumulados postura fiscal intertemporal, especialm
disponibles focalizados hacia los pobres tienen que ser dis- periencias anteriores en bonanzas han
tribuidos entre un conjunto más grande de solicitantes, Estos tres factores se combinan para
teniendo como resultado un gasto más bajo por persona mayores de gasto durante recesiones de
pobre. financiamiento. En países con ningún
En promedio durante la década de 1990 en América financieros privados, el carácter procíc
Latina, una disminución del PIB de 1 punto porcentual buido parcialmente a deficiencias en
llevó a una reducción de por lo menos 2 puntos porcen- de ajuste. De ahí que, vencer los probl
tuales en el gasto público focalizado por persona pobre el carácter procíclico de los gastos soc
(Wodon y otros 2003). Cerca de la mitad del impacto ocu- truir instituciones apropiadas (incluye
Siguiendo la discusión de los patrones de tendencias e inci- del consumo y virtualmente toda
dencia del gasto público social total, esta sección avanza mento redistributivo progresivo.
hacia un subcomponente específico del gasto público, el Con esto en mente, ¿cómo se c
de las transferencias directas de efectivo a los hogares. Mien- cias -yen verdad, la seguridad so
tras que los gobiernos quizás escojan gastar dinero en edu- con las de otros países? ¿Son siste
cación, programas de mercado laboral, o aun vivienda de riesgo? ¿Aumentan también la
puramente por razones de eficiencia (que tienen que ver compara los gastos oficiales de la
con interiorizar externalidades, por ejemplo), las trans- un porcentaje del PIB) a través d
ferenci as de dinero efectivo parecen, al menos a primera Los gastos de la seguridad social so
vista, tener más probabilidad de ser impulsadas por pre- siones, asistencia médica , y otros (e
ocupaciones de equidad. En efecto , en la mayoría de los social) según las definiciones ofici
países desarrollados el grueso de las transferencias de di- Internacional del Trabajo (OIT). L
nero efectivo forman parte de lo que es conocido como indican que los países ricos (en Eu
"sistemas de seguridad social" que se han asociado históri- y en Oceanía) asignan una particip
camente con preocupaciones distributivas. Cuando aque- producto a los gastos sociales gen
llas se desarrollaron en el curso de la última mitad del nan los países en desarrollo.
pasado siglo, llegó a ser evidente que los sistemas de segu- En el 8,8 %, la participación en
ridad social eran más fundamentalmente acerca del riesgo na que se destina a la seg ur idad s
(es decir, la desigualdad a través de estados de la naturale- parte de la participación europea
za) que acerca de la desigualdad per se (es decir, una sec- mitad que la de Nortearnérica y O
ción transversal de la desigualdad). Tres riesgos principales sustancialmente más alta que en
parecen captar la mayoría de los recursos públicos: el ries- dad, los gastos generales de la seg
go de no tener suficientes ahorros para la vejez y, en parti- países latinoamericanos están alre
cular, de caer en la pobreza durante la vejez; el riesgo de raría para su nivel de ingresos per c
incapacidad; el riesgo del desempleo; y el riesgo de pérdi- Además, una porción grande de la
da de ingresos por mala salud. En los países desarrollados, al 3,9 % del PIB , es asignada a "otr
todos los pagos de la seguridad social representan típica- ayuda social. Si se utilizan bien, es
mente casi la mitad del gasto público total, o aproximada- potencial verdadero para la redistr
mente un quinto del PIB. Las pensiones de vejez, tina.
incapacidad, y de sobrevivientes representan algo menos La tabla 9.8 presenta alguna inf
que la mitad de esas participaciones en la OCDE. ca de los gastos de seguridad social
Sin embargo, sería claramente inexacto, o por lo menos rica Latina. Esta información se
incompleto, caracterizar estas transferencias de la seguri- circunspección, ya que es generalm
dad social simplemente como "seguros". Mientras que la a través de programas de segurida
incidencia del desempleo, incapacidad y enfermedad tiene social en países en desarrollo que e
verdaderamente componentes aleatorios (aunque grupos La razón para esto es que una gran
diferentes de ingresos pueden enfrentar probabilidades di- rara vez se integran y no todos lo
ferentes), la vejez es razonablemente (si no perfectamen- documentados. Aun los datos bá
te) previsible. Además, los niveles de transferencias no son criterios de elegibilidad de los prog
idénticos entre personas que enfrentan preocupaciones disponibles. Además, las transfere
idénticas, ya que las prestaciones están generalmente suje- parecen haber sido utilizadas trad
tas a un examen de la situación económica del posible be- extensión en países menos desarro
neficiario para determinar su elegibilidad, para lograr así sarrollados; en vez de eso, varios
incidencia progresiva. En otras palabras, las transferencias seguridad en países pobres distri
dependen no sólo de la realización de la variable aleatoria bienes . Aunque las estampillas de
de interés, sino también de ingresos privados. Algunos ti- son también comunes en países d
2. Gastos de asistencia médica cubren servicios de asistencia médica.
3. Otros gastos cubren accidentes laborales y beneficios de enfermedad, familia, vivienda y beneficios sociales de ayuda en efe
do gastos administrativos .
4. Gastos totales de la seguridad social cubren las pensiones, la asistencia médica y otros aspectos.
Fuente: Tabla publicada originalmente en ILO (2000), Anexo Estadístico, tabla 14.
Los promedios regionales son ponderados por el producto nacional bruto evaluado en Price and Purchasing Parity (PPP). V
english/protection /socsec/publ/ css/table 14.htm.

son prominentes en los Estados Unidos- estos países tien- hecho aumentan, en vez de dismin
den a confiar más en transferencias de dinero efectivo que pensional que recompensa a próspero
los países en desarrollo. tado a costa de los contribuyentes m
La seguridad social como una participación en los gas- El caso del seguro de desempleo
tos públicos totales va en América Latina desde el 14 % en por lo menos a primera vista . Se po
Belice al 68 % en Uruguay, con heterogeneidad igualmen- desempleados est én sobrerrepresent
te impresion ante entre áreas dentro de países individuales. ferior de la distribución de ingreso
Como es el caso con otros gastos públicos, la eficacia y la desilusionante comprobar que este gr
incidencia de gastos de seguridad social varían considera- participación más baja de desembol
blemente a través de y dentro de los países. Las tr ansferen- seis veces menos que el quintil m ás ri
cias de dinero efect ivo bajo el encabezado general de la adicional, sin embargo, la razón es c
"seguridad social" incluyen programas muy dispares, con dores en el sector formal califican pa
patrones de incidencia muy diferentes . En el caso de Méxi- empleo, y los más pobres de los pobres
co, por ejemplo las transferencias de dinero efectivo inclu- en el sector formal.
yen algunos de los programas públicos más progresivos Más de la mitad de la fuerza labor
(tal como Oportunidades), y tambien algunos de los más tación firm ada de trabajo y está sobr
regresivos (tal como las pensiones pagadas por el Issste, y el 20 % más pobre de la población. La
los subsidios generalizados de electricidad) (ver la figura un recordatorio de la naturaleza eliti
9 .?). Lo mismo ocurre en Brasil (ver el capítulo 6 para una sistem as de seguridad social que desa
discusión sobre la regresividad de las subsidios a pensiones Latina en el curso del siglo XX. No o
de jubilación de funcionarios del Estado), pero ahí existen de algunos programas de ayuda soci
otros componentes, tal como las pensiones rurales y los (tal como Oportunidades en México
pagos hechos bajo el esquema BPC/LOAS, que son de he- en Colombia, Trabajar en Argentina
cho bastante progresivos. Brasil) que realizan transferencias de
Desgraciadamente, la evidencia sugiere que en la ma- realmente alcanzan a parte de los ciu
yoría de los pa íses, los componentes regresivos del "Estado en sus países respectivos, y por tanto
benefactor" en América Latina actual dominan cuantitati- incidencia sumamente progresivas, g
vamente a los elementos progresivos. La tabla 9 .9, toma- de una reforma seria del hist óricame
da de Paes de Barros y Foguel (2000), ilustra este punto benefactor". También dignas de men
mediante datos sobre pensiones de jubilación y seguro de vas en algunos países que consolidan
desempleo en Brasil. bles p ara programas sociales de ay
El 20 % inferior de la distribución brasileña de ingresos Ejemplos de lo anterior son la ficha CA
recibe apenas el 3 % de los desembolsos totales por seguros (Sistema de Selección de Beneficiarios
de desempleo, y una participación aún más pequeña de los ciales) en Colombia. Tales esfuerzos ll
pagos de pensión. En el caso de pensiones de vejez, esta ficativos en costos administrativos
baja participación refleja en parte distintos niveles pasados conjunto de programas sumamente p
de contribuciones durante los años de trabajo. Sin embar- Algunos de estos programas (tal
go , como fue indicado ~n el capítulo 6, esas diferencias de sucesor Jefes y Jefas de Hogar en la
0,20 • Uruguay
• •
0,15

0,10

0,05
• •• • •
• -Jéxico

0,00 +-----__,.___--=O_:::..-"""""T'"-----.,---......-~-----_r_----__,.___-
7 B 9 10
Log PIS per cápita (en dólares US constantesde 1995),
promedio para la década de 1990

Fuente: Cálculos de autores basados en microdatos de encuestas de hogar, la Base de Datos de World Development I
Desarrollo Mundial) elLO (2000) .

cialmente esquemas de empleo público. Jefes y Jefas trae nen las características de las TCDEs
consigo condiciones y complejidades adicionales, pero la nuado de transferencias es condicio
esencia del programa sigue siendo la autos elección por los inviertan en la posición de educació
pobres urbanos en un programa que proporciona una trans- bros, en particular los niños. Con alg
ferencia correspondiente a un sueldo bajo, a cambio de tra- cutidas abajo), estos programas se d
bajo comunitario o de otro tipo. Aunque estos programas típicamente por el gobierno federal
corran el riesgo de ser utilizados para propósitos clientelistas, dades y hogares participantes son e
Trabajar ha sido evaluado como sumamente efectivo para rios de programas situados en el g
focalizarse en los ciudadanos más pobres Galan y Ravallion transferencias van directamente a lo
1999, 2003). Aunque no sean una panacea, y sufran de pasar por los presupuestos provinci
algunas fugas hacia los no pobres y un cubrimiento in- Se ha esperado que este arreglo el
completo de los pobres, esta familia de programas tiene necesaria inherente a muchos program
una historia larga y varias características dignas de elo- el potencial para la corrupción. Los p
gios. (~r Galasso y Ravallion 2003 para una discusión del serie de métodos de focalización (po
impacto de Jefes y Jefas durante la crisis de 2002 en Ar- geográfica y comunitaria o proxy-mean
gentina). A continuación se presenta una discusión breve gurar que los beneficios del program
de una familia relacionada de programas conocida como res más pobres. A menudo se discute
Transferencias Condicionales de Dinero Efectivo o TCDE, fina" puede tener como resultado un
(también conocidas como Conditional Cash 1ransfers o CCT las clases medias excluidas, y así af
por,sus iniciales en inglés). sostenibilidad política de los progra
muchos casos el argumento de que el
1ransferencias inteligentes: una nueva generación a los que están muy necesitados, co
deprogramas de asistencia social no pobres , se utiliza para generar apo
En los últimos años, muchos países en desarrollo, especial- mente, así como para conseguir apo
mente en América Latina, han tomado un enfoque relati- ciones internacionales de desarrollo
vamente innovador frente a las redes de seguridad social: A pesar de un aumento en el sum
ahora conocido genéricamente como de transferencias con- salud (ver la sección 9.2 anterior),
dicionales de dinero efectivo." U na de las claves que defi- muestra claramente que los hogar
Chile 5,9 2,3 3,1 11,3
Colombia 0,9 5,1 0,1 6,1
Costa Rica 6,8 13,0
Cuba
Dominica 1,4 0,4 3,0 4,8
República Dominicana 1,8 2,5
Ecuador 1,2 0,3 0,5 2,0
El Salvador 1,3 1,3 1,0 3,6
Granada 2,8
Guatemala 1,7
Guyana 0,9 4,3 0,6 5,8
Jamaica 0,3 2,5 1,7 4,5
México 0,4 2,8 0,5 3,7
Nicaragua 1,4 4,3 3,4 9,1
Panamá 4,3 5,6 1,4 11,3
Perú 2,2
Trinidad y Tobago 0,6 2,5 3,5 6,6
Uruguay 8,7 2,0 11,7 22,4
Promedio simple 2,5 2,9 2,9 8,0

- No disponible.
Notas : a. Los gastos de la pensión cubren pensión de vejez, incapacidad y sobrevivientes. b. Los gastos de asistencia médic
asistencia médica. c. Otros gastos cubren accidentes laborales , beneficios de enfermedad , familia, vivienda y beneficios sociales
especie, incluyendo gastos administrativos . d. Los gastos totales de la seguridad social cubren las pensiones, la asistencia méd
Fuente: Tabla publicada originalmente en ILO (2000) , Anexo Estadístic o, tabla 14. Verhttp://www.i10.org/publiclenglish/protectionlso

TABLA 9.9 Condicionar las transferencias fo


Distribución de gasto gubernamental en pensiones y seguro efectivo al acceso a servicios y facilid
de desempleo en Brasil por quintil (porcentaje) ma efectivamente transferencias pura
pital humano- es una respuesta de po
Quintiles de Pensiones seguro problema. " No obstante el acceso, a
ingresos de desem pleo dición necesaria para la acumulación
mismo insuficiente . La acumulación d
Primero 2,4 3,0
Segundo 6,4 21,0 quiere que dicho acceso sea complem
Tercero 9,7 20,2 de calidad. Por esta razón, muchos pr
Cuarto 16,5 36,3 rencias incluyen un componente del l
Quinto 65,1 19,5 reforzar el impacto de los subsidios a
Una de las atracciones principales
Fuente: Paes de Barros y Foguel (2000). del lado de la demanda es que pued
una disminución sostenida en la pobre
las transferencias en sí mismas, ademá
sustancialmente más bajas de utilización, un hecho que nución inmediata en la pobreza. Esta
refleja el alto costo de oportunidad del acceso (por ejem- seño del programa se puede utilizar ta
plo, ganancias perdidas y el costo del transporte, de los apoyo político para transferencias má
uniformes y de los materiales educativos). Las intervencio- puede discutir que las transferencias c
nes del lado de la oferta no son por tanto muy efectivas nes en hogares necesitados (es decir, "d
aisladamente para convencer a los hogares pobres de tener que ellos mismos se levanten" en vez d
acceso a estos servicios. que son un complemento o componen
programas, es decir, aquellos para los cuales hay informa- formados de las operaciones del pro
ción suficiente acerca de su diseño, implementación, e im- responsabilidades, ellos deben reg
pacto. Para este propósito, nos enfocamos en detalle en los puestos de salud. La prueba de m
programas que han sido aplicados en Brasil (Programa sentar para recibir el pago en efect
Nacional de Bolsa Escola, de ahora en adelante denotado luego en bases de datos electrónicas
como BE, y Programa Bolsa Alimentacdo, de ahora en ade- miten de la oficina de Progresa en e
lante denotado como BA); 18 en Honduras (Programa de oficina central de la organización. L
Asignación Familiar, de ahora en adelante denotado como de salud y escuelas es controlada y
PRAF); Nicaragua (Red de Protección Social, de ahora en dores de servicios, y esta informaci
adelante denotado como RPS); y México (Programa de Edu- dos meses a la oficina central. Los n
cación, Salud y Alimentación, luego denotado como Progre- de los hogares se calculan basados e
sa y ahora conocido como Oportunidadesy.'? La tabla 9.10 comunican a los hogares en puntos
resume información acerca del tamaño de estos programas vía el sistema telegráfico nacional.
de transferencias , incluyendo el Subsidio Único Familiar Uno de los asuntos que surgieron
(SUF) en Chile y el de Alimentos para la Educación (Food tación del programa y el proceso d
for Education o FFE por sus iniciales en inglés) de Bangladesh portancia de asegurar que la eficacia
para propósitos de comparación, pero excluye a BA, para de control se evaluara continuamen
el cual los datos no estaban disponibles. La columna 1 pre- formidad de beneficiario no puede
senta información acerca del cubrimiento de los progra- únicamente en evaluaciones de imp
mas , mientras la columna 2 describe el tamaño de sus penden de lo que reportan los hoga
presupuestos. Las columnas 3, 4 y 5 muestran el presu- mente un estímulo para informa
puesto anual como una participación del PIB de un país, Semejantemente, los proveedores d
el gasto público total (GPT), y el gasto total del gobierno ner incentivos para informar falsam
en la educación, respectivamente. cia, por ejemplo a causa de presión d
consecuencias de retirar los benefic
bres, y de la necesidad de evitar la c
Implementacion de programa y selección puestos de salud.
de beneficiarios Aunque una evaluación prelimin
Como se indicó arriba, un elemento distintivo de muchos trol indicó que también existieron
de los programas de transferencias es la relación directa portes veraces (por ejemplo, moni
entre el gobierno federal o central y los beneficiarios . En el que sí se conforman a las reglas, u
caso de Progresa, por ejemplo, una vez que el programa proveedores de servicios para mejo
identifica cuáles comunidades y hogares tienen derecho a tal humano, y el hecho de que hay
recibir los beneficios del programa, se tiene una asamblea incumplimiento por razones de sa
general en la comunidad para informar a los hogares de su sistemáticamente el proceso.
elegibilidad, para explicar el funcionamiento del pro- Todos los programas considerad
grama con respecto a derechos y responsabilidades de los atención particular a la necesidad d
hogares, y para contestar cualquier pregunta sobre la ope- neficios alcancen verdaderamente a
ración del programa o sus objetivos. tino. Esto se ha logrado utilizando
Aunque Progresa, PRAF, y los programas de RPS son métodos de focalización para esco
fuertemente centralizados tanto en términos del diseño La mayoría de los programas utiliza
como de la implementación, sus estructuras tienen en cuen- sos para determinar la elegibilidad
ta también la participación directa de la comunidad. Por nando alguna forma de focalización
ejemplo, en las asambleas generales de Progresa, los parti- de proxy-means, categóricos, o comun
cipantes escogen una beneficiaria mujer para actuar como En Progresa, la primera etapa de
"promotora comunitaria" . Esta persona juega el papel de implica escoger las comunidades
t al de 297) en los cuales hay más des nutrición. La letrinas y a las tasas de analfabetismo
focalización geog ráfica en el programa piloto de la RPS se entonces se dividieron en cuatro gru
basó en tasas de pobreza y en el acceso a la infraestruc tu ra índice. En principio, todos los hogar
social y la capacidad organizativa. Utilizando estos crite- "más pob res" qu e contenían a la may
rios, dos depa rtamentos fueron inicialme nte escogidos. dades marginales, tenían derecho a p
Dent ro de estos dos departamentos, 6 (entre 20) munici- go, durante la imp lementación se deci
pios se escogieron ut ilizando criterios semejantes de po- del 2% de los hogares que se consi
breza y operacionales . Todas las 59 comarcas (localidades) causa de la propiedad de un vehículo
rurales dentro de estos municipios tenían derecho a parti - rables. En las localidades restantes
cipar en el programa. menos marginales, el 20 % de hogare
Una vez que las localidades participantes se identifican, en predicción de niveles de consumo.
cada programa emprende una nueva focalización utilizando
métodos de proxy-means, categóricos, o comunitarios. En I
Progresa, un censo de la comunidad se realiza en todas las Estructura de beneficios
localidades. Los datos socioeconómicos sobre hogares resul- Una característica que define los pro
tantes se utilizan luego para calcular un pun taje de proxy- que para los beneficiarios recibir las
means para cada hogar (utilizando análisisdiscriminante , con debe n emprender una serie de accion
ingresos como la variable de lado izquierdo) y entonces cla- mentan la posición de capital huma
sificar los hogares como "pobres" (es decir, elegibles para el del hogar. En algunos programas, los
programa) o "no pobres" (es decir, no eligiblerr" tes reciben dos conjuntos de transfere
En los 70 mu nicipios pa rticipantes escogidos por el demanda. Uno es el subsidio de la ed
PRAF, sólo son elegibles los hogares con mujeres encintas, diciona a la asistencia regular al coleg

TABLA 9.10

Transferencias condicionales de dinero efectivo: comparación de tamaño de programas

Presupuesto Pres upuesto


Presupuesto como como porcentaj
tota l anual porcentaje del gasto
Programa Cubrimiento (US dó lares) del PIS público total

Progresa (México), 2,6 millones de 998 millones en 2000 0,2 1,6


introducido en hogares en 1997
agosto de 1997
PRAF (Honduras), 47,8 miles de 12,5 millones en 2001 0,2 2,0
introducido a finales hogares
de 2000
RPS (Nicaragua), 10 mil hogares 10 millones en 0,2
piloto introducido en 2001 2001-2002
en octubre de 2000
FFE (Bangladesh), 2,1 millones 77 millones en 1999 0,2 4,2
introducido en 1993 estudiantes en 2000

SUF (Chile), 1998 954.000 familias 70 millones 0,1 0,9


BE (Brasil), 2001 5 millones de familias 680 millones 0,15 0,7

Fuente: Morley y Coady (2003).


mayor fecundidad, así como por el hecho de que las tasas de parte de recipientes, no erosion
de matrícula educativa para los primeros dos grados son autoayuda, y evitar los estímulos a
muy altas aún para las poblaciones focalizadas "pobres". En Progresa, este tope se fijó en 750
La estrucrura de beneficios tiene varias características im- cias de educación y salud combina
portantes. Las transferencias aumentan según el grado de transferencias a los hogares de los b
esrudios (principalmente a causa de un costo de oporruni- ciales, constituyendo alrededor del
dad más alto para niños mayores) y son más altas para tal de los hogares. En el PRAF, los
niñas en la escuela intermedia (grados 7-9). Los mayores máximo tres transferencias de educ
subsidios para niñas en la escuela intermedia reflejan un cias de salud. En promedio, las tra
deseo por reducir el sesgo de género en la educación, así menores que el 5% de los gastos to
como interiorizar las externalidades sociales extensamente beneficiarios. .
documentadas que proceden de, la educación femenina. En la RPS, la transferencia es fija
Cada niño elegible recibe tambi éri-una remuneración para res y no es dependiente del número
materiales de escuela, fijada en 160 pesos anualmente para promedio, las transferencias totales
niños de escuela primaria y en 205 pesos anualmente para ficiarios están apenas sobre el 20 % d
secundaria. Esta información se resume en la tabla 9.11. hogar. En el BE Yel BA, los hogare
Los subsidios de educación en otros programas tienen ferencias para un máximo de tres
una estructura más sencilla. En la RPS, sólo hogares con un tope de transferencias de 45 rea
niños de edades 7-13 que no han completado más que el pecto. a BE se ha estimado que las
cuarto grado de escuela primaria tienen derecho a recibir recibidas por los hogares de benefi
las transferencias, que en 2000 se fijaron en una tasa men- del 5% de los ingresos totales para
sual de 120 córdobas por hogar y una transferencia anual deciles inferiores de ingreso naciona
de 275 córdobas para financiar los gastos adicionales de la Una de las diferencias clave ent
educaci ón, Todos aquellos niños en las familias deben man- manera como se coordinan con la p
tener una tasa de asistencia de escuela de 85%. A diferen- oferta de los servicios de educación y
cia de Progresa, las transferencias por la RPS no están sa, BE y BA no tiene un componente
indexadas a la inflación . oferta en sus intervenciones de educa
En el PRAF, todos los hogares con niños de edades de sonal del programa se coordina con
6-12 años que no tienen completado más allá del cuarto les de Educación y Salud para planear
grado tienen derecho a las transferencias. Cada niño que del lado de la oferta en las áreas don
participa recibe una transferencia mensual de US$58/12 ran, y donde por consiguiente se esp
reais, con un máximo de tres transferencias semejantes por manda por servicios. Sin embargo,
hogar. Todos los niños en este grupo de edad deben alcan- PRAF tienen componentes explícito
zar una tasa de asistencia del 85 %. Bajo el BE, los hogares En la RPS, cada estudiante benefici
con niños de edades de 6-15 años reciben una transferen- rencia mensual de 5 córdobas, que e
cia mensual de 15 reais por niño, hasta un máximo de tres al momento de la matrícula. Se espe
transferencias y condicional a una asistencia del 85%. Con cia se partirá uniformemente entre e
respecto a transferencias de alimentos (es decir, subsidios y los recursos educativos . En el lado
de salud) , en Progresa se fijaron para cada familia en 250 información y servicios de salud son
pesos por mes en la segunda mitad de 1999 y fueron con- ganizaciones no gubernamentales (O
dicionadas a que los hogares hicieran visitas regulares a los En el PRAF, las escuelas reciben
centros de salud para una gama de chequeos preventivos ferencias ligadas al número de esrud
de salud y a la asistencia a sesiones mensuales de informa- van desde US$1.600 a US$23 .00
ción sobre nutrición e higiene. Además de la transferencia promedio de US$4 .000. Estos fon
de dinero en efectivo, los hogares de beneficiarios con ni- bién por los cuerpos coordinadores
ños bajó la edad de 3 años reciben un suplemento ONGs y a los padres, y se espera
IMPUESTOS, GASTO PÚBLICO Y TRANSFERENCIAS 259

sobre cómo se gasta el dinero. Sin embargo, en la práctica TABLA 9. 11


parece que, por razones legales, las escuelas no han recibi- Estructura de beneficios de Progresa, julio-diciembre 1999
do los fondos directamente pero han tenido que colocar (pesos/mes)
órdenes para materiales por canales convencionales esco-
lares. En el lado de nutrición y salud, los recursos son dis- Becas educativas Niños Niñas
tribuidos tanto a los centros de salud como a los grupos de Primaria
promoción de la salud en la comunidad. El tamaño de es- Grado 3 80
tas transferencias depende del tamaño de la población cu- Grado 4 95
Grado 5 125
bierta y va desde US$3 .318 a US$15 .000, con un tope de Grado 6 165
US$15.000 y un promedio de US$6.020. Al igual que Materiales (anual) 160
con el lado de la oferta de la educación -y posiblemente a Secundaria
un grado mayor- el programa de nutrición y salud ha en- Grado 7 240 250
contrado muchos problemas imprevistos para aplicar las Grado 8 250 285
Grado 9 265 305
medidas del lado de la oferta. Materiales (anual) 205 205

e'Puncionan las transferencias condicionales? Transferencias de comida 125 por familia


Uno de aspectos más innovadores de muchos programas Tope de beneficios 750 por familia

de TCDE es el énfasis puesto desde el principio en tener Nota: El tope en los beneficios totales que un hogar puede recibir es aplica -
un proceso integrado creíble de evaluación. La evaluación do a la suma de las becas de la educación y las transferencias de alimentos
de Progresa fue quizá la más extensiva de ellas. Aunque la (es decir, excluyendo las transferencias para materiales).
Fuente : Skoufias (2001) y Morley y Coady (2003) .
decisión de evaluar el programa fue "de cosecha propia ",
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) jugó tam-
bién un papel clave para facilitar y alentar discusiones so-
bre el diseño, la implementación y la evaluación. Otra característica que define la evaluación de Progresa
El énfasis se hace aquí en la evaluación de Progresa, una es su carácter extensivo en términos del uso de técnicas
discusión que se complementa ocasionalmente con resul- cuantitativas y cualitativas de evaluación y la gran varie-
tados para la RPS. Para estos programas, los diseños expe- dad de asuntos atendidos. En el centro de la evaluación
rimentales de la evaluación se construyeron dentro de su cuantitativa estaba la recolección de las encuestas de "lí-
estructura desde el comienzo y los resultados de evaluacio- nea de partida" y de seguimiento durante el período no-
nes están ahora públicamente disponibles. Algunos estima- viembre 1997-noviembre 1999. Estas encuestas reunieron
tivos para el BE obtenidos con una metodología alternativa información socioeconómica detallada de 24.000 hogares
se reportan también. en las 506 comunidades de evaluación. En total, se reco-
En Progresa, 506 comunidades fueron identificadas por gieron cinco rondas de datos, una en 1997 y dos cada una
el método de focalización geográfica como las más margi- en 1998 y 1999 . Estos datos concedieron la oportunidad
nales y por tanto elegibles para el programa (Behrman y de emprender una evaluación científica que podría pro-
Todd 1999b, Skoufias 2001) . De éstas, 320 fueron escogi- porcionar una estimación limpia de los impactos del pro-
das aleatoriamente como comunidades de tratamiento (es grama, ya que la presencia de un grupo de control permitió
decir, aquellas que recibirían los servicios del programa), y a los evaluadores "lavar y remover" los factores de confu-
186 como comunidades de control para propósitos de com- sión, por ejemplo los sesgos inherentes de tiempo y cho-
paración. La justificación para retener los beneficios del ques exógenos. Al final, tener un grupo de control fue
programa del grupo del control era que había limitacio- crucial porque el área del programa atravesó un choque
nes presupuestarias y operacionales que se relajarían con económico en la forma de una sequía -que causó mucha
el tiempo, y que una introducción gradual del programa pena y afectó adversamente muchos de los resultados con-
era por tanto necesaria. siderados en la evaluación- que era exógena al programa
Con esto en mente, la expansión secuencial de Progresa inismo. Como una anotación final, el diseño de la evalua-
debido a tales limitaciones presentó la oportunidad para ción de la RPS era muy semejante al de Progresa (Ifpri
una evaluación rigurosa del impacto del programa, com- 2002) .
parando los resultados de las comunidades participantes
con aquellos de las comunidades de control que debían ser Resultados de la focalización
incorporadas en el programa en una etapa posterior. El El desempeño de la focalización en los programas de TCDE
grupo del control se incorporó eventualmente a finales de ha sido bastante impresionante. La tabla 9.12 presenta la
noviembre de 1999, dos años después que el programa fue distribución de los beneficiarios del programa a través de
lanzado inicialmente. La decisión de mantener un grupo los deciles de consumo para cuatro programas. El porcen-
del control predeciblemente generó un fuerte debate pú- taje de beneficiarios del programa en el 40% inferior de la
blico, pero los funcionarios del programa estuvieron deter- distribución nacional del consumo varía desde más del 62%
minados a defender esta decisión, ya que se vio como crucial para Progresa a casi el 89% para SUF. En otras palabras,
para mantener la integridad del proceso de evaluación del los hogares clasificados como pobres reciben entre 1,55 y
programa. 2,22 veces sus participaciones en la población.
260 DESIGUALDAD EN AMÉRICA LATINA . ¿ROM PIEN D O CON LA HISTORIA ?

Impacto en capital humano ferencias van a niños en hogares muy pobres que habrían
Los impactos en la educación de las TCDEs que 'se han eva- asistido a la escuela en todo caso, especialmente en niveles
luado son muy impresionantes. Antes del programa de Pro- primarios, mientras algunos niños en hogares de no po-
gresa, las matrículas primarias en las comunidades evaluadas bres que no asisten a la escuela se excluyen del programa.
estaban en cerca del 93% en todos los grados de primaria. Si programas como éstos se deben diseñar para llevar al
Las tasas de matrícula caían sustancialmente después del máximo los impactos en cambios en la asistencia a la es-
nivel primario final de la escuela (grado 6), con tasas de cuela o para reducir la pobreza extrema, es una evaluación
matrícula en la escuela intermedia (es decir, los grados 7-9) que se tiene que hacer en un contexto país-específico.
cayendo al 67 % para niñas y al 73 % para niños. Las tasas de Ambos objetivos importan -yen este informe el peso sig-
matrícula en la escuela secundaria mostraban otra caída, con nificativo es dado al segundo objetivo de extender el siste-
sólo el 58 % de los que completaron exitosamente la escuela ma social actual de protección a los pobres-, pero habrá
intermedia matriculándose en la secundaria. Este es el mo- disyuntivas entre ellos.
tivo principal para aumentar las becas en alrededor del 50% Las evaluaciones de Progresa y la RPS encuentran tam-
para niños en la escuela intermedia, comparado con el nivel bién que los programas han reducido el trabajo infantil.
disponible a estudiantes de primaria. Los resultados para Progresa indican que el programa lle-
Como se esperaba, los impactos en la matrícula prima- vó a una reducción sustancial en la incidencia de trabajo
ria fueron pequeños, con el programa aumentando las ta- infantil entre niños y niñas tanto en actividades asalaria -
sas de matrícula por 0,74-1,07 puntos porcentuales para das como en las actividades sin salario. Por ejemplo, las
niños y 0,96-1,45 puntos porcentuales para niñas (Schultz tasas de participación en la fuerza laboral para niños dis-
2000a-d, Behrman, Sengupta y Todd 2000a-b). Este cam- minuyeron en 15-25 % debido al programa. Sin embargo,
bio relativamente pequeño refleja las tasas iniciales altas un número sustancial de niños continúa combinando el
de matrícula y capturan una gama de impactos, incluyen- trabajo con la escuela. Con respecto a la RPS, Maluccio
do mejoras en fechas de iniciación, tasas de progresión, y (2003) informa una disminución en la incidencia de traba-
tasas de terminación de primaria. En países con menor ma- jo infantiles de 8,8 puntos porcentuales (desde el 27 %)
trícula primaria, se esperarían impactos más grandes. para los niños de 10 a 13 años de edad. Para los niños que
El mayor impacto fue en las matrículas de la escuela trabajan, el número de horas trabajadas también disminu-
intermedia, con tasas de matrícula para niñas que aumen- ye por 9 horas "en la semana previa" (de un nivel inicial de
tan en 7,2-9,3 puntos porcentuales (es decir, del 67 % a alrededor de 24 horas) . Los niveles de niños que sólo asis-
alrededor del 75 %) Y para niños en 3,5-5,8 puntos por- ten a la escuela aumenta sustancialmente, del 59 % al 84 %,
centuales (es decir del 73 % a alrededor del 78 %). La ma- con este impacto atribuido principalmente a los niños que
yor parte de este aumento vino durante el año de transición no estaban en la escuela ni trabajando antes del comienzo
de primaria a la escuela intermedia (es decir, del grado 6 al del programa de la RPS.
7). Entre los estudiantes que completaron exitosamente la Resultados comparables no están disponibles para el BE
escuela primaria, Progresa aumentó las tasas de matrícula en Brasil debido al diseño no-experimental del programa.
en el primer año de la escuela intermedia en 14,8 puntos No había elemento aleatorio en la asignación de tratamien-
porcentuales para niñas y 6,5 puntos porcentuales para to a las comunidades. Un enfoque alternativo, adoptado
niños. Hay también evidencia de que buena parte de este por Bourguignon, Ferreira y Leite (2003), es simular al
aumento general en tasas de educación es debido a un au- impacto de las transferencias condicionales en decisiones
mento en tasas de continuación (es decir, la matrícula con- ocupacionales por las familias de los niños que calificarían
tinuada por aquellos ya matriculados), y no por haber para el programa. Utilizando un modelo estimado econo-
alentado a regresar a los que se hab ían retirado de la es- métricamente en datos de encuesta de hogares de Brasil
cuela antes del programa. en 1999 y luego simulando los par ámetros del programa,
El efecto acumulado del aumento en la escolaridad en esos autores encuentran que el BE ha tenido un sustancial
los grados 1-9 es consecuente con un aumento medio en el impacto en la matrícula tal como ocurrió con Progresa y la
logro educativo de 0,66 años para el grado 9, o de un pro- RPS. Aproximadamente, el 8,9 % de los niños de edades
medio de 6,2 a 6,9 años de escuela . El impacto en niñas es 10-15 años en hogares clasificados como pobres no se
más alto , 0,72 años extras de escuda comparado con 0,64 matriculó en la escuela en 1999. Los resultados de la si-
años para niños . Se ha estimado que estas ganancias edu- mulación sugieren que este número sería reducido en casi
cativas son consecuentes con un aumento del 8 % en los el 60 % al 3,7 % bajo las reglas de transferencias y cantida-
ingresos de estos niños cuando alcanzan la edad adulta. El des estipuladas en el BE.
uso de transferencias condicionales parece también ser un . Sin embargo los resultados para el trabajo infantil son
inst rument o mucho más rentable para generar mejoras algo menos claros en el caso del BE. La participación de
educativas que el aumento en construcción de escuelas que niños matriculados en la escuela y no trabajando subiría
acompañó al programa de Progresa (Coady y Parker 2002). en 4 puntos porcentuales, del 68 % al 72 %. La incidencia
Sin embargo, un estudio explora si el programa podría ser más grande de trabajo infantil se quedaría en la categoría
más efectivo con respecto al objetivo de meter los niños a la de niños que estudian y trabajan, lo que daría cuenta de
escuela, y encuentra campo para mejoras sustanciales (de aproximadamente un cuarto de todos los niños de 10-15
Janvry y Sadoulet 2003). Esto sucede porque muchas trans- años de edad que viven en hogares pobres. Los impactos
mento se debe principalmente a mayores gastos en fruta, deben privarse de cualquier transferenc
en las verduras, y en la carne y otros productos animales, programas. Debido al potencial para l
es consecuente con mejoras sustanciales en la disponibili- gares que reducen los ingresos y el con
dad de micro nutrientes esenciales. ingresos reducidos por trabajo infantil,
Para noviembre de 1999, la mediana del valor calorífi- ta de trabajo adulto, o reducciones en t
co de dietas del hogar había aumentado también en un das), esto significa que el efecto de l
7,1 %, acompañado de un sentimiento claro entre los ho- consumo y el bienestar puede de hecho
gares que ellos estaban comiendo mejor. Aún controlando (Para más acerca de trabajo infantil y
para la cantidad de la transferencia del programa, hay evi- de trabajo, ver Skoufias y Parker (200
dencia de que la adquisición de calorías de fruta , verduras transferenci as privadas, ver Teruel y D
y productos animales aumentó consistentemente con un Por ejemplo, hay evidencia de que
cambio en la conducta de consumo , que es uno de los ob- hogares que reciben transferencias de o
jetivos de las reuniones de información de nutrición. Hay gobierno disminuyó debido a Progres
también evidencia de que esta dimensión del programa ha los ingresos recibidos por niños de 8
tenido efectos positivos de expansión a los no-beneficiarios (Skoufias 2001). Las simulaciones que
en la misma comunidad. Finalmente, no hay evidencia de puestas sugieren que, en estas comuni
que el suplemento nutricional haya desplazado el consu- disminuye el índice de la brecha de pob
mo de calorías de otros alimentos. severidad del índice de pobreza en 45 %
Progresa también ha aumentado sustancialmente las de la Vega 2001) . Las estimaciones de r
visitas de asistencia médica preventiva, incluyendo un au- do los resultados verdaderos (que inco
mento del 8% en visitas de mujeres en su primer trimestre tas) encuentran que los índices de la b
del embarazo. Esto a su vez llevó a mejoras sustanciales en de pobreza disminuyen en 36% y 46%
la salud de bebés y mujeres embarazadas. Ha habido tam- lo que sugiere que los efectos indirectos
bién una disminución sustancial en la incidencia de enfer- sos son insignificantes (Handa y otros 20
medades, que va desde una disminución del 25 % entre Esta interpretación es sostenida por res
recién nacidos, un 19% de disminución para niños de edad tran que las tasas de participación en
0-2 años, a un 22 % de disminución entre niños de 3-5 hombres y mujeres no han disminuido
años de edad. La altura de los niños ha aumentado entre 1 y la participación en Progresa (Skoufias y
el 4 % y los niños están en promedio 3,5% más pesados. La más, un estudio no encontró ninguna ev
frecuencia de la anemia entre niños de 24-48 meses ha dis- que las transferencias de programas e
minuido en 19%. El estado de salud parece haber mejorado cias públicas previamente existentes (T

TABLA 9.12
Distribución cumulativa de beneficiarios a través de deciles nacionales de consumo, en porcentajes

Deciles PRAF (Honduras) RPS (Nicaragua) Progresa (México)

1 22,1 32,6 22
2 42,5 55 39,5
3 66,9 70,2 51,9
4 79,5 80,9 62,4
5 88,6 89,6 70,9
6 93,5 94,3 80,5
7 97 97,1 87,8
8 97,3 99,1 93
9 97,7 99,8 98
10 100 100 100

Fuentes : Para Chile Mideplan (1998): para Honduras , Nicaragua y México, Mnptsg (2002) .
ma surgió de su habilidad de proteger los ingresos de ho- Desde este punto de vista norm
gares en la presencia de un choque económico adverso . verdad que la mayoría de los país
Como en el caso del trabajo infantil, los resultados si- niveles inadecuados de impuestos
mulados para el programa BE sugieren un impacto menos modestas en el esfuerzo tributario
pronunciado en niveles actuales de pobreza. Bourguignon, tes, incluyendo tan recientemente c
Ferreira y Leite (2003) encuentran que, bajo las suposicio- Sin embargo, muchos países en Am
nes en su modelo, la incidencia de la pobreza en Brasil davía niveles de impuestos sustanc
caería en 1,3 puntos porcentuales (del 30 ,1%) y que la lo que se necesita para sostener el
medida FGT (2) de severidad de la pobreza caería de 7,9 al nómico rápido y la redistribución
6 ,8 % debido al programa BE. Ya que se asume una nores a los que prevalecen en país
focalización perfecta en la simulación, estos impactos mo- niveles semejantes de ingreso per c
destos son evidentemente debido al tamaño pequeño de riación sustancial entre los países.
las transferencias. Descensos grandes de la pobreza se ob- países de ingresos medio-superior
tuvieron para presupuestos de programa más grandes (si- su esfuerzo triburario alto y Méxic
mulados). Como una anotación final, se deben considerar impuestos; entre países de ingresos
también los costos de programas condicionales de transfe- un caso de esfuerzo alto y Guatem
rencia de dinero efectivo. La evidencia disponible sugiere impuestos.
que a pesar de sus varios éxitos, estos programas no son ¿Se pueden recaudar los impues
especialmente costosos. Coady, Pérez y Vera-Llamas (2002) progresiva? Los autores han estado
encontraron que los costos administrativos de Progresa de estudios de incidencia media, m
dieron cuenta de menos del 9 % de los costos totales del bién que es importante atender a l
programa, implicando que dicho esquema costÓ menos de tivas de la reforma tributaria. El
un peso por cada diez pesos transferidos a los hogares . Este sugiere que en la mayoría de los
número es relativamente bajo comparado con lo calculado reducir la carga de impuestos a lo
para otros programas tales como Liconsa (subsidio a la le- de la sociedad y recaudar más de l
che) y Tortivales (subsidio a la tortilla), que cuestan 40 y rida de los grupos de ingresos más
14 pesos por cada 100 transferidos a beneficiarios, respec- bablemente incluirá eliminar o red
tivamente. Además, ya que Progresa tiene grandes costos informales , tal como el impuesto
abiertos de establecimiento, este número debe disminuir rrupción local. Implica revisar el d
con el tiempo. Por ejemplo, si se retiran los costos asocia- indirectos para reducir las tarifas
dos con los métodos de focalización geográfico y de proxy- especialmente regresivos y para
means del hogar, cuesta menos de 6 pesos transferir 100 exenciones del IVA para artículos
pesos a los beneficiarios. proceso implica también hacer exi
puesto de la propiedad y el impues
mayoría de las exenciones y esca
9.4 Conclusiones mentar necesariamente las tasas m
Como se discutió en los capítulos 7 y 8, las reformas pro- impuesto. En el lado del gasto, hay
fundas en las instituciones y políticas económicas y un pa- vés de países y variación todavía m
trón más amplio e igualitario de la propiedad de activos mas. Mucha parte del gasto es reg
son dos componentes fundamentales en el proceso de rom- es menos regresiva que los patrone
per con una historia larga de desigualdades persistentes en mas pensionales se destacan por su
América Latina. Este capítulo ha considerado un tercer también es el caso de la educació
elemento clave: una reforma en el papel redistributivo del mas de salud asociados a sistemas
Estado en sí mismo a través de impuestos y gasto público. términos generales, sin embargo,
En todas las áreas, este proceso de reforma debe ser com- disminuir la desigualdad. El imp
plementado por camb ios en las instituciones políticas, como grande viene generalmente de pro
con aumentos grandes en desembolsos de pensiones -que (TCDEs) no son una nueva panacea. E
en América Latina están en promedio tan mal distribuidas más exitosos cuando se combinan con
como los ingresos-, hubo también grandes aumentos eb pro- del lado de la oferta que mejoran la
gramas de educación básica y salud así como de asistencia calidad de los servicios públicos en los q
social focalizada. De hecho, los aumentos significativos en tienen que participar. Dichas interven
los programas sociales más grandes (es decir, la educación del lado de la oferta y de la demanda so
básica y la salud) fueron altamente redistributivos, ya que el ren de capacidad administrativa consid
acceso por familias de ingresos medios y altos era ya signifi- TCDEs existentes son relativamente
cativo y la mayor parte del aumento en el acceso benefició a pecto a poblaciones nacionales) y cate
los dos quintiles inferiores en particular. ción. Debido a que la participación está
América Latina ha experimentado con una variedad de a ciclos educativos anuales y otras estru
programas y mecanismos focalizados. Algunos de éstos han de beneficiario no es generalmente m
sido sumamente exitosos en alcanzar a los pobres, mientras
I
puede dañar su eficacia como programa
en otros la fuga de subsidios a los no pobres es bastante manejo de riesgo). No obstante, dadas
grande. Desgraciadamente, los programas mejor focali- rísticas atractivas, se están haciendo
zados tienden a ser pequeños, y por tanto tienen cobertura pliar el cubrimiento y refinar las TCD
limitada aún entre los pobres (con algunas excepcionesalen- proporcionen mejor cubrimiento cont
tadoras tales como el programa de Oportunidades en Méxi- agregado o idiosincrásico."
co). Por lo mismo parece haber una disyuntiva entre el Los programas de TCDE han prob
grado de focalización efectiva y el grado de cubrinÜento alcanzar las partes más pobres de la po
de los pobres. Esto puede ser explicado parcialmente por nera que otros programas no pudieron.
limitaciones administrativas , pero en su mayor parte por esfuerzos apuntados a mejorar la distr
consideraciones de economía política: aunque se han pro- de activos porque aumentan el sumini
puesto programas mejores y más progresivos, los benefi- salud y educación a los pobres. Las TCD
ciarios de los gastos más antiguos, más grandes y regresivos tan menos problemas de incentivos qu
están bien organizados y resisten las reducciones ~n sus tradicionales e incondicionales. Sipueden
presupuestos. Bajo fuertes restricciones presupuestales ge- proporcionar cobertura social universal
nerales, persiste la disyuntiva entre los programas grandes prueba actualmente en Brasil-, bien p
y los bien-focalizados. lugar como uno de los pilares de un nue
Es difícil lograr apoyo para ampliar los programas alta- ridad social más incluyente en América
mente focalizados, precisamente porque aquellos no bene- junto con instituciones más abiertas y
fician a los gtupOS de ingresos medios. Obviamente (como mercados más profundos, y distribucio
se discutió en el capítulo 5), tales limitaciones pueden ser igualitarias de la ventaja, representaría u
vencidas por el liderazgo político y el adecuado "amonto- con la historia de desigualdad de la regi
I
narniento" de programas para incluir aquellos de cubri-
miento universal con los que presentan alta focaliz~ción.
En particular, la expansión de los programas que procuran Notas
el cubrimiento universal se puede emparejar exitosamente 1. La frase "no necesariamente debe" delibe
con transferencias condicionales y focalizadas (tal corno ficialmente sobre siglos de debat e, en la filoso
Oportunidades en México o Bolsa F(lmília en Brasil) que mía polít ica, sobre lo que const ituye la justic
proporcionan transferencias de dinero efectivo a los pobres papel óptimo del Estado en la redistribución.
desde el punto de vista que sostiene que el E
con la estipulación de que las familias mantengan los ni-
sólo para corregir alguna injusticia pasada o
ños en la escuela y asistan a programas maternales, infan- (Nozick 1974), a la opinion de que la iguald
tiles y otros programas relacionados con la salud. propio derecho a la que se debe dar peso inde
La tercera parte de este capítulo se concentró en los pro- vel implicado . En el medio , una variedad de v
gramas de TCDE. Una revisión de la evidencia sugiere que can que el bienestar social depende de la dis
I
la República Dominicana). 17. Aunque las transferencias se pag
3. Para otras revisiones recientes, ver Martínez-Vázquez (2001) y que son condicionales al "consumo" de
Gemmell y Morrissey (2002). Para un examen anterior y derallado de la como asistir a las escuelas públicas o vi
incidencia de impuestos en América Latina, ver Bird y De Wulf(1973). médica) las vuelve subsidios. En visra d
4. Para ilustrar, Harberger (2003) sugiere que Engel, Galetovic y mente ya se proporcionan libres de cost
Raddarz (1998) subestiman el carácrer regresivo del sisrema chileno COStOs indirectos (por ejemplo, el transpo
porque sobres riman la progresividad del impuesto de renta corporari- dad del consumo. Es clave entre estos úlr
vo en una economía abierra. del riempo de asistencia de un niño a la
5. Engel, Galetovic y Raddarz (1998) reconocen esre argumento, nancias del trabajo infantil perdidas o el
pero sugieren que no es pertinenre en el caso de Chile, que es visto méstico. Ya que las transferencias son su
esencialmente más como un país europeo (es decir, desarrollado) que de mercado que las hace preferibles a t
como un país larinoamericano. de dinero efecrivo; de orro modo, se podr
6 . Como una ilustración pequeña de esra eficacia, nótese que la rasa tomar las decisiones óptimas por sí mism
de evasión del IVA en Chile se estima en cerca del 20 %, comparado con les. Se piensa que tres razones justifican
la gama del 30 % (Uruguay) al 68 % (Perú) que se estima para otros esras condiciones: (1) se generan extern
países latinoamericanos grandes (Sour 2003). Similarmente, Lledo, niños saludables y en la escuela; (2) la sa
Schneider y Moore (2003) notan que la economía a la sombra en Chile nes de educación son el resultado de un
es el 20 % del PIB, comparado al promedio latinoamericano del 41 %. tanto no necesariamente óptimas desde e
7 . Los resulrados para Dinamarca vienen de un estudio danés (como las rasas de descuento en familias muy pob
fue informado en la traducción en un comentario a un borrador de miope.
este informe por Andreas Blom), mientras los estudios para el Reino 18. Bolsa Escala y Bolsa Alimentafao -j
Unido y el Canadá se reportan en Bird (2003). mas más pequeños- fueron integrados en
8. Teóricamente, para minimizar las pérdidas de eficiencia , distin- como Bolsa Familia, a finales de 2003.
tos impuestos deben imponerse en cada bien, con mayores tarifas de datos de cuando los programas individua
impuestos recayendo sobre los bienes y servicios para los que los cam- separadamente.
bios en la conducta son los más pequeños. Para hacer eso, sin embar- 19. Aunque programas semejantes ex
go, se requiere mucha más información acerca de cómo los impuestos rica Latina (por ejemplo, Subsidio Único
alteran la conducta de lo que está disponible en la mayoría de los en Acción en Colombia, Bono Solidario
países. Además, este enfoque no torna las preocupaciones administra- para el Avance por la Salud y la Educac
tivas y de equidad en cuenta. Por estas razones, en la práctica "parece through Hea!th and Education} en Jamaica
generalmente conveniente imponer una tarifa tributaria uniforme a la disponible acerca de su diseño, implemen
extensi ón más grande posible. detalles acerca de los programas derallados
9 . Para ilustrar, como lo muestran Bird y Miller (1989) en el caso (200 1) y Coady (2000) sobre Progresa ; M
de Jamaica, eximir apenas cinco artículos específicos del IVA reduce sobre RPS; Ifpri (2001) sobre PRAF; B
por la mirad la carga impuesra en el 40 % más pobre de la población. (2003) sobre BE; e Ifpri (2003) sobre BA
10. El análisis de Cepal interesa especialmente porque en varios de 20. Inicialmente, alrededor del 50 %
los pa íses más grandes y descentralizados (incluyendo Argentina, Bra- en las comunidades más marginales fue c
sil y Colombia, pero no México) , los autores pudieron incluir el gasto bargo, después de discusiones con líderes
por gobiernos locales en las esrimaciones del gaseo social total. que la proporción de hogares clasificados
11. Las rasas neras de matrícula son la proporción de niños que baja . Esto reflejó el carácter crudo de los
asisren a la escuela en un nivel particular y en la edad apropiada para empleados y el hecho de que rener niños f
el nivel en relación a todos los niños de esa edad; las rasas bruras de resultado de la clasificación, que efectivam
matrícula incluyen a niños de rodas las edades asisriendo a la escuela darnente a las parejas muy pobres de pers
en un nivel particular. sin niños . Así se decidió que la tasa de ele
12. Las variables de inmunización consideradas aquí son el porcen- aumentada a alrededor del 80 % , con el r
raje de niños en el grupo de edad apropiado que recibe la vacuna de gares previamente excluidos ahora se inc
sarampión, tres dosis de Difreria, Pertussis y Térano (DPT), o todas 21. ~r, por ejemplo, Camargo y Ferre
las vacunas (es decir, Bacilo de Calmette-Gu érin (BCG), rres dosis parte la consolidación de los programas
cada una de DPT y la polio oral, yel sarampión). efecrivo de Brasil en Bolsa Família en 200
Estas estadísticas y otros resultados del estudio se actualizan
periódicamente con información nueva.
Verr http://www.depeco.econo.Alp.edu.ar/cedlas/wb/
1996 ENE Nacional 7.6 No sr
1999 ECH Nacional 13,031 8.1 sr sr
Brasil 1990 PNAD Nacional 306,493 144.7 No sr
1995 PNAD Nacional 334,106 155.8 No SI
2001 PNAD Nacional 378,837 172.6 No sr
Chile 1990 CASEN Nacional 105,189 13.1 No sr
1996 CASEN Nacional 134,262 14.4 No sr
2000 CASEN Nacional 252,748 15.2 No sr
Colombia 1992 ENH·FT Urbano 13,936 36.4 No sr
1996 ENH·FT Nacional 137,423 39.3 No sr
1999 ENH·FT Nacronal 152,298 41.6 No sr
Costa Rica 1990 EHPM Nacional 36,272 3.0 No sr
1995 EHPM Nacional 40,613 3.3 No Sí
2000 EHPM Nacional 40,509 3.6 No sr
Rep. Dominicana 1995 ENFT Nacional 23,730 7.7 No No
1997 ENFT Nacional 15,842 8.0 No sr
Ecuador 1994 ECV Nacional 20,873 11.2 sr sr
1998 ECV Nacional 26,129 12.2 sr sr
El Salvador 1991 EHPM Nacional 90,624 5.4 No Sí
1995 EHPM Nacional 40,004 5.7 No sr
2000 EHPM Nacional 71,665 6.3 No sr
Guatemala 2000 ENCOVI Nacional strn 11.4 sr sr
Honduras 1990 EPHPM Nacional 47,056 4.8 No No
1995 EPHPM Nacional 29,804 5.6 No No
1999 EPHPM Nacional 33,n2 6.4 No sr
Jamaica 1990 JSLCILFS Nacional 8,269 2.4 sr SI
1996 JSLClLFS Nacional 8,280 2.5 Sí Sí
1999 JSLC/LFS Nacional 8,921 2.6 Sí Sí
México 1992 ENIGH Nacionar 50,862 86.4 SI sr
1996 ENIGH Nacional 64,916 92.7 SI sr
2000 ENIGH Nacional 42,535 98.0 Sí sr
Nicaragua 1993 EMNV Nacional 25,162 4.3 Sí Sí
1998 EMNV Nacional 22,423 4.8 sr Sí
Panamá 1991 EH·MO Nacional 38,000 2.4 No Sí
1995 EH-MO Nacional 40,320 2.6 No Sí
2000 EH-MO Nacional 39,562 2.9 No Sí
Paraguay 1990 EH-MO Urbano 4,795 4.2 No sr
1995 EH-MO Nacional 21,910 4.8 No sr
1999 EPH Nacional 24,193 5.4 No sr
Perú 1991 ENNIV Nacional 11,845 22.0 sr sr
1994 ENNIV Nacional 18,662 23.1 sr sr
2000 ENNIV Nacional 19,961 25.7 sr sr
Trinidad y Tobago 1992 ECV Nacional 6,220 1.2 sr No
Uruguay 1989 ECH Urbano 31,766 3.1 No sr
1995 ECH Urbano 64,930 3.2 No sr
2000 ECH Urbano 57,984 3.3 No sr
RB de Venezuela 1989 EHM Nacional 224,172 18.9 No No
1995 EHM Nacional 92,450 21.8 No sr
1998 EHM Nacional 80,311 23.4 No sr

= = =
Nota: EPH Encuesta Perma nente de Hogares; EIH Enc uesta Integrada de Hogares; ENE Encuesta Nac iona l de Empleo; ECH =
PNAD =Pesquisa Nacional por Amost ra de Domicilios; CASEN =
Encuesta de Caracterizac ión Soc ioeconómica Nac iona l; ENH-FT=
Fuerza de Trabajo; EHPM =Encuesta de Propós itos M@ iples ; ENCOVI =
Encuesta Nacional sob re Condiciones de Vida; ENFT = E
Trabajo ; ECV =
Encuesta de Condiciones de Vida; EPHPM =
Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múij iples ; JSLC = Jam
= =
(Encuesta de Condiciones de Vida de Jama ica) ; LFS Labor Force Survey (Encuesta sobre la Fuerza Laboral); ENIGH Encuesta Nac
=
Hogares; EMNV y ENNIV Encuesta Nacional de Hogares Sobre Medic ion de Niveles
= =
de Vida ; EH-MO Encuesta de Hogares-Mano de Obra; EHM Encuesta de Hogares por Mueslreo.
Naciona l
1996 0.5 1.5 2.6 3.7 5.0 6.4 8.4 11.1 16.4 44.4 81
1999 0.3 1.0 2.3 3.6 5.1 6.8 8.9 11.9 17.8 42.3 143
Brasil
1990 0.8 1.5 2.2 3.0 4.1 5.4 7.3 10.4 16.5 48 .7 63
1995 0.8' 1.6 2.4 3.3 4.3 5.5 7.4 10.3 16.3 48.1 56
2001 0.9 1.7 2.5 3.4 4.5 5.8 7.5 10.4 16.1 47.2 54
Chile
1990 1.3 2.3 3.0 3.8 4.8 6.0 7.6 10.1 15.4 45.8 36
1996 1.2 2.2 3.0 3.8 4.7 5.9 7.6 10.3 15.7 45.5 36
2000 1.2 2.2 2.9 3.7 4.7 5.8 7.4 10.0 15.2 47.0 40
Colombia
Bogotá
1992 1.0 2.2 3.0 3.9 4.9 6.3 8.1 11.0 16.8 42.7 42
1996 1.7 2.6 3.4 4.2 5.2 6.4 7.8 10.2 16.1 42.5 25
Nacional
1996 0.9 2.1 3.0 3.9 5.0 6.2 7.9 • 10.4 15.1 45.4 50
1999 0.8 1.9 2.8 3.7 4.8 6.1 7.7 10.3 15.4 46.5 57
Costa Rica
1990 1.3 2.9 4.1 5.1 6.3 7.8 9.7 12.3 16.4 34.0 25
1995 1.4 2.9 4.0 5.1 6.3 7.7 9.6 12.2 16.5 34.2 24
2000 1.4 2.8 3.9 5.0 6.1 7.6 9.5 12.2 16.7 34.8 25
Rep. Dominicana
1995 1.5 2.6 3.5 4.4 5.4 6.7 8.3 10.9 15.6 41.2 26
1997 1.4 2.6 3.6 4.6 5.8 7.1 8.9 11.5 15.8 38.6 28
Ecuador
1994 0.9 2.2 3.1 4.1 5.2 6.6 8.2 10.6 15.5 43.7 51
1998 0.7 1.9 2.9 3.9 5.0 6.4 8.3 10.8 t5 .9 44.2 63
El Sa lvador
1991 1.1 2.3 3.3 4.3 5.4 6.7 8.5 11.1 t5 .7 41.5 37
1995 1.0 2.4 3.4 4.5 5.7 7.1 8.9 11.4 16.1 39.6 38
2000 0.9 2.0 3.1 4.2 5.5 6.9 8.8 11.4 16.5 40.6 47
Guatemala
2000 0.7 1.7 2.6 3.6 4.7 6.1 7.8 10.4 15.6 46.8 63
Honduras
1990 0.9 1.8 2.7 3.6 4.7 6.0 7.9 10.5 15.7 46.1 52
1995 1.0 2.0 2.8 3.8 4.9 6.3 8.0 10.8 16.2 44.2 44
1999 0.9 1.9 2.8 3.9 5.1 6.7 8.5 11.4 16.7 42.2 49
Jamaica
1990 1.2 2.3 3.3 4.2 5.4 7.1 9.1 11.5 15.7 40.1 32
1996 0.9 2.1 3.1 4.0 5.3 6.7 8.2 10.9 16.2 42.7 46
1999 1.1 2.3 3.3 4.3 5.5 7.0 8.9 11.5 16.1 40.1 35
México
1992 1.0 2.1 3.0 4.0 5.0 6.3 7.9 10.4 15.6 44.8 47
1996 1.0 2.2 3.2 4.1 5.2 6.5 8.2 10.8 15.6 43.3 41
2000 1.0 2.1 3.1 4.1 5.2 6.5 8.2 10.7 16.0 43.1 45
Nicaragua
1993 0.8 1.8 2.8 3.8 4.9 6.5 8.6 11.4 16.5 43.0 55
1998 0.8 1.9 2.9 4.0 5.2 6.6 8.3 11.0 15.6 43.9 56
Panamá
1991 0.5 1.5 2.7 3.8 5.0 6.4 8.6 11.9 17.7 42.0 80
1995 0.6 1.7 2.7 3.8 5.0 6.5 8.5 11.6 17.0 42.5 69.
2000 0.7 1.7 2.7 3.8 4.9 6.3 8.3 11.3 17.0 43.3 62
Paraguay
1995 0.7 1.5 2.4 3.4 4.5 6.0 7.8 10.5 15.6 47.5 67
1999 0.6 1.6 2.7 .3.8 5.0 6.5 8.4 11.2 16.5 43.8 70
Perú
Reg iones
1991 1.1 2.5 3.8 5.1 6.5 8.1 9.9 12.6 16.8 33.7 30
1994 1.0 2.5 3.7 4.9 6.1 7.8 9.7 12.2 16.4 35.6 34
Nacional
1994 1.0 2.4 3.6 4.9 6.1 7.6 9.7 12.2 16.6 35.9 36
2000 0.8 2.3 3.6 4.8 6.3 7.8 9.5 12.0 16.0 36.9 46
Trinidad y Tobago
1992 0.9 2.3 3.6 4.9 6.0 7.4 9.2 11.9 17.2 36.6 40
Uruguay
1989 2.0 3.4 4.5 5.6 6.8 8.0 9.7 11.9 15.7 32.4 16
1995 1.8 3.2 4.4 5.5 6.7 8.0 9.7 12.2 16.4 32.1 17
2000 1.8 3.0 4.1 5.2 6.4 7.8 9.5 12.1 16.6 33.5 18
RB de Venezuela
1989 1.7 3.1 4.2 5.3 6.5 7.9 9.7 12.2 16.3 33.2 19
1995 1.5 2.8 3.8 4.9 6.2 7.6 9.4 11.9 16.3 35.6 23
1998 1.3 2.7 3.7 4.9 6.1 7 .6 9.4 12.0 16.7 35.6 28

Notas: Columna (xi) = razón de ingresos entre los deciles 10 Y 1; columna (xii) = razón de ingresos entre percentiles 90 y 10; columna (xi
percentiles 95 y 60. Datos para la República Dominicana (1995) y para Honduras, Trinidad y Tobago, y para la RB de Venezuela (1969) incluy
de fuentes de trabajo.
Fuente: Cálculos del autores basados en microdatos de encuestas de hogar.
Brasil
1990 61.2 0.767 2.062 0.310 0.511 0.739
1995 60.0 0.735 1.875 0.299 0.494 0.722
2001 59.0 0.713 1.866 0.289 0.481 0.714
Chile
1990 55.9 0.668 1.944 0.262 0.430 0.655
1996 56.1 0.652 1.803 0.261 0.431 0.651
2000 57.1 0.703 2.022 0.274 0.447 0.674
Colombia
Bogotá
1992 54.6 0.569 1.440 0.246 0.434 0.778
1996 52.4 0.540 1.422 0.224 0.374 0.551
Nacional
1996 56.1 0.707 2.811 . 0.270 0.447 0.701
1999 57.6 0.721 2.191 0.282 0.469 0.728
Costa Rica
1990 45.6 0.381 1.111 0.173 0.321 0.581
1995 45.7 0.383 1.111 0.173 0.319 0.573
2000 46.5 0.389 1.083 0.177 0.326 0.581
Rep. Dominicana
1995 51.5 0.542 1.578 0.221 0.371 0.563
1997 49.7 0.498 1.520 0.207 0.359 0.580
Ecuador
1994 54.8 0.627 1.758 0.255 0.436 0.706
1998 56.2 0.658 1.866 0.269 0.463 0.755
El Salvador
1991 52.7 0.585 1.867 0.236 0.402 0.655
1995 51.3 0.526 1.511 0.223 0.393 0.669
2000 53.2 0.582 1.914 0.241 0.422 0.699
Guatemala
2000 58.3 0.697 1.823 0.285 0.482 0.739
Honduras
1990 57.8 0.733 2.295 0.283 0.466 0.696
1995 56.1 0.653 1.793 0.264 0.444 0.678
1999 55.0 0.586 1.525 0.251 0.440 0.705
Jamaica
1990 51.7 0.520 1.406 0.222 0.388 0.637
1996 54.4 0.583 1.535 0.247 0.427 0.685
1999 52.0 0.585 1.954 0.232 0.394 0.627
México
1992 55.9 0.667 1.935 0.264 0.441 0.685
1996 54.4 0.616 1.864 0.249 0.424 0.683
2000 54.6 0.609 1.692 0.251 0.429 0.693
Nicaragua
1993 55.9 0.629 1.711 0.263 0.454 0.719
1998 55.9 0.693 2.202 0.270 0.455 0.719
Panamá
1991 56.4 0.603 1.518 0.267 0.483 0.784
1995 55.9 0.593 1.465 0.261 0.469 0.771
2000 56.4 0.613 1.531 0.265 0.466 0.748
Paraguay
1995 59.5 0.728 1.830 0.297 0.497 0.742
1999 56.8 0.690 2.370 0.277 0.477 0.760
Perú
Regionsl
1991 46.5 0.394 1.131 0.182 0.344 0.642
1994 47.9 0.444 1.338 0.196 0.362 0.666
Nacional
1994 48.6 0.453 1.344 0.200 0.371 0.676
2000 49.4 0.477 1.358 0.211 0.392 0.721
Trinidad y Tobago
1992 49.5 0.472 1.480 0.208 0.383 0.687
Uruguay
1989 42.2 0.364 1.383 0.151 0.268 0.457
1995 42.7 0.326 0.982 0.149 0.275 0.487
2000 44.6 0.357 1.040 0.161 0.293 0.497
RB de Venezuela
1989 44.2 0.360 1.087 0.161 0.294 0.521
1995 46.9 0.418 1.230 0.183 0.327 0.571
1998 47.6 0.420 1.216 0.188 0.345 0.626

=
Nota: CV coeficiente de var iación. A (E) se refiere al índice de Atkinson con una función CES con el parámetro E. E (E) se refiere al índ
=
el parámetro E. E (1) Theil. Datos para la República Dominicana (1995) y Honduras, Trinidad y Tobago, y Venezuela (1989) incluyen sól
de trabajo.
Fuente : Cálculos de autores basados en microdatos de encuestas de hogar.
1999 0.3 1.1 2.5 3.9 5.5 7.2 9.1 12.1 17.6 40 .7 126
Brasil
1990 0.9 1.7 2.4 3.2 4.3 5.7 7.5 10.5 16.6 47.3 53
1995 1.0 1.8 2.6 3.5 4.5 5.7 7.6 10.4 16.3 46.6 48
2001 1.0 1.9 2.8 3.7 4.7 5.9 7.7 10.5 16.1 45.7 45
Chile
1990 1.4 2.5 3.2 4.0 4.9 6.0 7.6 10.1 15.3 45 .0 32
1996 1.4 2.4 3 .1 4.0 4.9 6.0 7.7 10.3 15.5 44 .7 32
2000 1.3 2.3 3.1 3.9 4.8 5.9 7.4 10.0 15.0 46 .3 . 37
Colombia
Bogotá
1992 1.1 2.4 3.3 4.1 5.2 6.7 8.4 11.2 17.0 40 .5 36
1996 1.8 2 .8 3.6 4.5 5.4 6.5 7.9 10.2 15.9 4 1.4 23
Nacional
1996 1.0 2.3 3.3 4.2 5.3 6.5 8.1 10.5 14 .9 43.9 44
1999 0.9 2.1 3.1 4 .0 5.0 6.3 7.9 10.4 15.3 45.0 51
Costa Rica
1990 1.4 3 .1 4.4 5.5 6.6 8.0 9.8 12.2 16.2 32 .9 22
1995 1.5 3.1 4 .3 5.4 6.6 7.9 9.7 12.1 16.2 33 .1 21
2000 1.5 3.0 4 .2 5.3 6.4 7.8 9.7 12.2 16.4 33 .5 22
Rep . Dominicana
1995 1.6 2.7 3.6 4.6 5.5 6.8 8.5 10.8 15 .6 40 .2 24
1997 1.5 2.8 3.8 4.9 6.0 7.3 9.1 11.6 15.8 37 .3 25
Ecuador
1994 0.9 2.3 3 .4 4.3 5.5 6.8 8.4 10.7 15.2 42 .3 45
1998 0.7 2.1 3.2 4.2 5.3 6.7 8.5 10.9 15.8 42 .6 57
El Salvador
1991 1.2 2.6 3.6 4.7 5.7 7.0 8.7 11.2 15.5 39 .7 32
1995 1.1 2.6 3.7 4 .8 6.0 7.3 9.0 11.4 15.9 38 .1 33
2000 0.9 2.2 3.3 4.4 5.7 7.2 9.0 11.5 16.2 39.6 43
Guatemala
2000 0.8 1.9 2.9 4 .0 5.1 6.4 8.2 10.6 15.6 44 .6 54
Honduras
1990 1.0 2.0 3.0 3.9 5.0 6.4 8.2 10.9 15.9 43 .9 45
1995 1.1 2.1 3.1 4.1 5.2 6.6 8.4 11.0 16.0 42 .5 39
1999 1.0 2.0 3.0 4.2 5.4 7.0 8.8 11.6 16.7 40 .3 42
Jamaica
1990 1.4 2.6 3.5 4.5 5.7 7.4 9.3 11.6 15.5 38.4 28
1996 1.1 2.3 3.3 4.4 5.7 7.2 8.9 11.0 16.0 40 .1 37
1999 1.3 2.5 3 .6 4.7 5.9 7.4 9.4 11.9 16.1 37.1 28
México
1992 1.1 2.3 3.3 4 .2 5 .3 6 .5 8.1 10.5 15.5 43 .2 40
1996 1.2 2.4 3.4 4.3 5.4 6.7 8.3 10 .8 15.6 41.8 36
2000 1.1 2.3 3.3 4 .3 5.4 6.7 8.5 10.9 15.9 4 1.5 39
Nicaragua
1993 0.9 2.0 3.0 4.0 5.2 6.8 8.8 11.6 16.4 41.4 48
1998 0.8 2.0 3.1 4.2 5.5 6.8 8.6 11.1 15.5 42 .3 50
Panamá
199 1 0.6 1.6 2.9 4.0 5.3 6.8 8.8 11.9 17.5 40 .5 71
1995 0.7 1.9 3.0 4.1 5.3 6.8 8.7 11.7 16.8 41.0 60
2000 0.8 1.9 3.0 4.1 5.2 6.6 8.5 11.4 16.9 41 .5 53
Paraguay
1995 0 .8 1.7 2.6 3.6 4 .8 6.3 8.1 10.6 15.4 46 .1 58
1999 0.7 1.7 2.9 4.2 5.3 6 .8 8.6 11.3 16.4 42 .1 60
Perú
Regiones
1991 1.1 2:6 . 4.0 5.3 6.7 8.2 10.1 12.6 16.6 32.7 28
1994 1.2 2.7 4.0 5.3 6.4 8.0 9.9 12.3 16.3 33 .9 29
Nacional
1994 1.1 2 .6 4.0 5.2 6.4 7.9 9.8 12.3 16.5 34 .2 31
2000 0.9 2.4 3.8 5.1 6.5 8.1 9.7 12.0 15.9 35.6 41
Trinidad y Tobago
1992 1.0 2.6 3.9 5.2 6.3 7.7 9.4 12.1 17.0 34 .8 35
Uruguay
1989 2.3 3.7 4.7 5.7 6.8 8.1 9.7 11.8 15.5 3 1.7 14
1995 2.1 3.5 4.7 5.7 6.8 8.1 9.8 12.2 16.2 31 .0 15
2000 2.0 3.4 4.4 5.5 6.6 7.9 9.6 11.9 16 .4 32 .3 15
RB de Venezuela
1989 1.9 3.4 4.5 5.6 6.8 8.2 9.9 12.3 16.0 31.4 16
1995 1.7 3.1 4.2 5.3 6.5 7.9 9.6 12. 0 16.0 33 .8 20
1998 1.4 2.9 4 .0 5.2 6.4 7.9 9 .6 12.1 16 .5 34 .0 24

Notas : Columna (xi) = razón de ingresos entre deciles 10 Y 1 ; columna (xii) = razón de ing re s os entre percentiles 90 y 10 , Y columna (xii
percentiles 95 y 80. Datos para la República Dom inicana (1995) y Honduras, Trinidad y Tobago, y Venezuela (1989) incluyen sólo los ing re s
trabajo.
Fuente : Cálculos de autor basados en microdatos de encuestas de hogar.
1990 59.5 0.717 1.916 0.293 0.486 0.710
1995 58.3 0.684 1.752 0.280 0.466 0.690
2001 57.2 0.665 1.780 0.271 0.453 0.681
Chile
1990 54.7 0.635 1.837 0.251 0.412 0.632
1996 54.9 0.624 1.722 0.251 0.414 0.631
2000 56.1 0.681 1.955 0.265 0.432 0.655
Colombia
Bogotá
1992 52.4 0.510 1.295 0.226 0.407 0.761
1996 50.8 0.508 1.374 0.211 0.354 0.525
Naciona l
1996 54.3 0.662 2.735 0.253 0.423 0.677
1999 55.8 0.676 2.102 0.266 0.446 0.706
Costa Rica
1990 43.9 0.350 1.039 0.160 0.300 0.559
1995 44.0 0.352 1.043 0.160 0.298 0.545
2000 44.6 0.354 1.008 0.163 0.304 0.553
Rep. Dominicana
1995 50.2 0.516 1.524 0.210 0.354 0.543
1997 48.1 0.462 1.438 0.194 0.339 0.557
Ecuador
1994 53.0 0.585 1.670 0.240 10.415 0.688
1998 54.3 0.606 1.709 0.252 0.441 0.740
El Salvador
1991 50.5 0.536 1.726 0.218 0.375 0.626
1995 49.4 0.490 1.462 0.207 0.368 0.641
2000 51.8 0.558 1.839 0.230 0.404 0.681
Guatemala
2000 56.0 0.632 1.659 0.263 0.450 0.713
Honduras
1990 55.6 0.664 2.083 0.262 0.438 0.672
1995 54.1 0.598 1.657 0.245 0.417 0.653
1999 53.0 0.537 1.414 0.234 0.415 0.680
Jamaica
1990 49.6 0.484 1.362 0.206 0.362 0.611
1996 51.5 0.518 1.406 0.222 0.391 0.648
1999 49.0 0.513 1.756 0.206 0.357 0.584
México
1992 53.9 0.612 1.773 0.246 0.415 0.659
1996 52.5 0.571 1.770 0.233 0.398 0.655
2000 52.7 0.558 1.568 0.233 0.404 0.665
Nicaragua
1993 54.2 0.583 1.602 0.246 0.431 0.697
1998 54.1 0.639 2.008 0.253 0.432 0.699
Panamá
1991 54.7 0.561 1.423 0.252 0.460 0.766
1995 54.0 0.549 1.378 0.244 0.443 0.749
2000 54.4 0.565 1.440 0.246 0.437 0.721
Paraguay
1995 57.8 0.693 1.808 0.282 0.473 0.717
1999 54.9 0.640 2.314 0.259 0.451 0.735
Perú
Regiones
1991 45.2 0.369 1.061 0.172 0.329 9.625
1994 45.9 0.399 1.207 0.179 0.335 0.635
Nacional
1994 46.4 0.406 1.213 0.183 0.344 0.647
2000 47.7 0.443 1.284 0.198 0.371 0.700
Trinidad y Tobago
1992 47.2 0.415 1.277 0.188 0.355 0.661
Uru9uay
1989 40.8 0.344 1.359 0.142 0.250 0.425
1995 40.9 0.297 0.923 0.136 0.252 0.448
2000 42.5 0.324 0.980 0.146 0.266 0.454
RB de Venezuela
1989 41.7 0.317 0.989 0.144 0.266 0.484
1995 44.5 0.374 1.138 0.165 0.300 0.539
1998 45.5 0.382 1.133 0.173 0.321 0.598

=
Notas: CV coeficiente de variación. A (e) se refiere al índice de Atk inson con una función CES con el parámetro e. E (e) se refiere al Ind
=
el parámetro e. E (1) Theil. Datos para la República Dominicana (1995) y Honduras. Trinidad y Tobago, y Venezuela (1989) incluyen
fuentes de trabajo.
Fuente : Cálculos de autor basados en microdatos de encuestas de hogar.
México 53.9 52.5 52.7 -1. 2
Nicaragua 54.2 54.1 --{l.1
Panamá 54.7 54.0 54.4 -o.a
Perú 45.7 46.4 47.7 2.0
Uruguay 40.8 40.9 42.5 1.7
RB de Venezuela 41.7 44.5 45.5 3.8

Promedio (no ponderado) 50.5 50.7 51.4 0.9


Promedio (ponderado) 51.9 51.2 51.5 --{l.4

Rep. Dominicana 50.2 48.1


Ecuador 53.0 54.3
Guatemala 56.0
Paraguay 57.8 54.9
Trinidad y Tobago 47.2

Notas: Los coef icientes Gini para Bolivia y Colombia para comienzos de década de
1990 fueron estimados extrapolando los camb ios en el Gini para áreas urbanas (ver
tabla 3.5). Un procedimiento similar se aplicó al Perú utilizando las áreas cubiertas en
1991 . Para computar el promedio latinoa mericano para med iados de la década de 1990,
se as umio un Gini de 54,1 para Nica ragua .
Fuente: Cálculos de auto r basados en microdatos de encuestas de hogares.
TABLA A.7 N
.....¡
N
Distribución deconceptos distintos de ingreso de hogares entre individuos. coeficientes Gini
el
m
ti>

Ci
e
Ingreso Ingreso Ingreso Ingreso Ingr eso Ingreso Ingreso >
t"""
Ingreso Ingreso Ingreso Ingreso Ingreso Ingreso Ingreso Ingreso Ingreso per cápita s610 per cápita total equivalado equivalado equivalado equivalado el
Percápita equivalado equivalado equivalado equivalado equivalado per cápita per cápita per cápita per cápita moneta rio trabajo urba- de A A A A >
ingreso A B C D E sólo urbano s610 rural s610 tr abajo s610 monetario por tr abajo no monetario hogares edades 0-11 edades 20-30 edades 40-50 edades 60-70 el
m
Pars (i) (iij (iii) [IV) (v) (vi) (vii) (viii) (ix) (x) (xi) (xii) (xijij (xiv) (xv) (xvi) (xviij
Z
>
:;::
Argentina m,
1992 44.7 42.6 41.9 41.9 41.3 :->
43.0 44.7 44.5 44 .7 44 .5 44 .5 44.2 42.9 40 .0 44 .1 41.8
1996 48.2 45.8 44.8 45.0 44.1 46.3 48.2 47.9 48 .2 47 .9 47 .9 45.3 45.0 43 .8 48 .0 42.7
n
>
2001 52.2 50.4 49.4 49.6 48.8 50.8 52.2 53.3 52.2 53.3 53.3 47.9 51.9 46 .5 50.7 47.2 r-
>
Bolivia ..;
Urbano Z
1992 49.5 47.7 47.2 47.1 46.6 47.9 49.5 49.3 49.5 49.3 49.3 48.7 47.1 46.6 49 .7 48.9
>
1996 51.1 49.3 48 .7 48.5 48.1 49.3 51.0 51.3 51.1 51.3 51.3 51.0 49.2 47 .8 48 .7, 49.5 :->
Nacional o
:;::
1996
1999
57.6
57.8
55.8
55.9
55.4
55.3
55.1
55.2
54.8
54.8
55.8
56.1
50.7
48.2
59.1
63.0
57.4
58.3
57.6
57.7
57.4
58.4
51.1
48.9
58.0
56.8
54.9
57.0
52.4
50.3
57.5
55.6
61.7
60.9
""
¡;;
Z
Brasil o
el
1990 61.2 59.5 58.7 58.9 58.2 59.9 58.6 53.9 61.0 61.2 61 .0 58.5 58.3 59.6 56.0 59.9 82.0 o
1995 60.0 58.3 57.5 57.6 56.9 58.6 58.0 54.2 60.6 60.0 60 .5 58.2 56.9 57.8 55.7 58.8 57.4 o
2001 59.0 57.2 66.4 56.5 55.8 57.5 57.7 53.1 59.9 59.0 60 .0 58.3 55.8 56.7 54.2 56.9 56.4 z
r-
Chile >
1990 55.9 54.7 54.1 54.3 53.8 54.9 54.9 58.2 56.8 57.1 55.5 55.4 55.7 52.7 54.4 55.1 :r:
1996 56.1 54.9 54.4 54.6 54.1 55.2 55.2 49.9 58.0 57.6 56.4 55.3 56.1 52.9
v;
54.9 53.7 ..;
2000 57.1 56.1 55.5 55.9 55.3 56.4 56.5 52.4 58.5 57.8 56.9 55.5 57.9 52.6 59.4 52.7 o
:->
Colombia ;;:
Bogotá ' V

1992 54.6 52.4 51.6 52.2 51.3 52.9 54.6 55.4 56.0 55.5 55.5 51.7 52.5 50.7 52.2 55.0
1996 52.4 50.8 50.3 50.1 49.8 51.0 52.4 52.6 53.1 52.9 52.9 51.8 49.7 48 .0 53.0 49.5
Nacional
1996 56.1 54.3 53.5 53.4 52.9 54.5 53.6 50.2 55.0 56.9 55.3 52.9 54.4 53.1 51.2 55.4 57.7
1999 57.6 55.8 55.0 55.2 54.4 56.3 55.1 55.0 57.2 58.6 57.7 55.9 55.1 55.1 52.0 58.9 58.2
Costa Rica
1990 45.6 43.9 43 .3 43.2 42.7 44.0 42.9 43.2 45.5 45.6 45 .5 43.2 45.0 43.8 41 .2 42 .9 46.8
1995 45.7 44.0 43 .3 43.3 42.8 44.1 42.9 43.7 45.5 45.7 45 .5 43.1 44.9 44.8 40 .1 45 .1 45.1
2000 46.5 44.6 44 .1 43.8 43.4 44.8 44.2 44.0 46.4 46.5 46.4 44.7 46.4 44.0 42 .7 43.4 48.6
Rep. Dominicana
1995 51.5 50.2 49 .6 49.7 49.2 50.5 53.5 44.4 51.5 51.5 51.4 53.4 50.3 49.0 48.0 53.2 52.4
'1997 49.7 48.1 47 .5 47.3 46.9 48.3 48.0 47.5 48.8 50.0 49 .0 47.5 49.7 46.5 45 .1 47.3 52.2
Ecuador
1994 54.8 53.0 52.2 52.3 51.6 53.3 51.8 51.5 54.0 55.3 55.3 52.2 52.8 53.8 50.4 55.3 53.7
1998 56.2 54.3 53.5 53.6 52.9 54.8 52.2 54.1 55.1 57.3 56.6 52.1 54.4 52.6 50.8 55.1 60.8
El Salvador
1991 52.7 50.5 49 .7 49.5 48.9 50.7 49.5 47.8 54.9 52.7 54.9 50.0 50.8 49.4 48 .6 51.1 54.3
1995 51.3 49.4 48 .6 48.5 47.9 49.6 47.4 44.1 51.5 51.3 51.5 47.4 49.7 49.6 46 .6 50.2 50.8
2000 53.2 51.8 51.0 51.0 50.4 52.2 50.3 46.8 52.8 53.2 52.8 50.8 51.3 48.2 49 .0 50.6 59.2
Guatemala
2000 58.3 56.0 55.3 54.8 54.3 56.2 54.2 50.7 57.5 59.0 58 .0 54.0 55.8 54.1 53 .7 56.3 61.6
Honduras
1990 57.8 55.6 54.8 54.8 54.1 55.9 55.3 49.4 57.8 57.8 57.8 55.3 55.2 52.6 54.9 57.6 64.1
1995 56.1 54.1 53.3 53.2 52.6 54.4 52.2 55.5 56. 1 56.1 56.1 52.2 53.6 51.9 50.4 57.3 54.3
1999 55.0 53.0 52.3 52.2 51.6 53.3 50.2 53.2 55.0 55.0 55.0 50.2 52.9 52.9 50.3 53.5 54.8
Jamaica
1990 51.7 49.6 48.7 48.8 48.1 49.9 49.8 52.4 52.6 51.7 52.6 50.3 48.8 49.5 48 .9 49.1 45.9
1996 54.4 51.5 50.3 50.4 49.4 51.7 59.1 48.0 58.0 54.4 58.0 61.5 50.4 45.3 50.4 52.6 52.4
1999 52.0 49.0 47.4 47.9 46.5 49.7 54.9 46.8 55.4 52.0 55.4 57.3 48.2 46.5 46 .8 54.8 49.1
México
1992 55.9 53.9 53.0 53.1 52.3 54.2 52.7 52.4 56.3 55.2 55.5 52.4 52.8 52.6 52.5 56.8 59.5
1996 54.4 52.5 51.5 51.8 50.9 52.9 51.7 50.8 55.7 53.8 55.0 51.8 50.3 51.8 50.9 53.4 52.4
2000 54.6 52.7 51.8 52.0 51.3 53.0 50.9 52.1 55.0 54.6 54.9 50.8 51.3 51.2 49 .9 53.6 57.6
Nicaragua
1993 55.9 54.2 53.3 53.6 52.9 54.6 52.5 53.9 56.3 57.7 57.6 54.4 53.4 54.1 52.2 53.4 53.1
1998 55.9 54.0 53.5 53.4 52.9 54.2 53.0 54.3 55.5 58.4 57.8 54.8 55.4 52.4 49 .3 62.4 53.9
Panamá
1991 56.4 54.7 53.8 54.0 53.3 55.1 54.4 56.4 54.4 54.0 54.9 51.0 55.5 57.0
1995 55.9 54.0 53.2 53.3 52.6 54.4 51.5 52.7 55.1 55.9 55.1 52.5 53.5 54.8 49 .9 53.3 55.5
2000 56.4 54.4 53.6 53.5 52.9 54.7 52.2 54.2 56.9 56.4 56.9 53.2 54.4 53.6 50.6 52.5 59.0
Paraguay
1995 59.5 57.8 57.3 57.0 56.6 57.8 53.3 56.7 59.9 50.7 48.7 56.7 57.2 53.5 58.4 58.2
1999 56.8 54.9 54.3 53.9 53.5 54.8 50.3 59.9 57.2 65.7 65.2 54.3 53.2 51.4 56.8 52.9
Perú
Regiones
1991 46.5 45.2 44.9 44.8 44.5 45.4 42.8 48.7 46.5 47.1 47.0 43.4 47.5 46.5 42 .8 46.0 51.2
1994 47.9 . 45.9 45.2 44.9 44.5 46.0 44.0 49.8 48.4 48.3 48.7 45.3 46.9 45.2 43 .1 46.7 46.2
Nacional
1994 48.6 46.4 45.8 45.5 45.0 46.6 44.2 49.3 48.8 48.9 49.2 45.4 47.2 45.9 43 .7 47.4 46.2
2000 49.4 47.7 47.4 46.9 46.7 47.8 43.8 45.7 49.5 49.5 49.6 44.4 49.9 48.5 45 .8 46 .6 49.2
Trinidad y
Tobago
1992 49.5 47.2 45.7 46.5 45.2 47.8 51.4 47.8 49.5 49.5 49.5 51.4 43.7 46.4 44 .6 44 .2 81 .8
Uruguay
1989 42.2 40.8 40.2 40.3 39.9 41.0 42.2 45.0 43.3 46.1 46.1 43.2 41.5 37.6 40 .2 41.8
1995 42.7 40.9 40.2 40.3 39.8 41.3 42.7 46.2 44.0 47.8 47.8 42.3 42.0 38.7 40 .7 39.7
2000 44.6 42.5 41.5 41.8 41.0 43.1 44.6 47.9 45.8 49.5 49.5 42.0 43.0 40 .9 41 .6 40.6
RB de Venezuela
1989 44 .2 41.7 40.6 40.7 39.7 42.1 42.3 42.6 44.2 44.2 44.2 42.3 40.7 40.7 39 .0 43 .5 44 .2
1995 46.9 44.5 43.7 43.4 42.8 44.7 45.4 45.3 46.7 46 .9 46.7 45.1 45.1 42.7 42.4 43 .8 46.2
1998 47.6 45.5 44.7 44.7 44.0 45.9 46.4 45.4 47.9 47.6 47.9 46.9 46.0 45.1 43 .5 44 .9 47.4
>
"el
"'
Z
.
O
Notas: ingreso equivalado A= 8 = 0.9, Ctl = 0.5Y Ct, = 0.75; B: 8=0.75, Ct, = 0.5 Y Ct, = 0.75; C: 8 = 0.9, Ct, = 0.3 Y Ct, = 0.5; O: 8=0.75, Ctl = 0.3 Y Ct, = 0.5: E: Amsterdam. El equivalente adulto a 0.98 para hombres de edad 14-17; 0.9
paramujeres mayores de 14, 0.52 para niños menores de 14 y 1 para todos los demás. ñ
Fuente: Cálculos de autores basados en microdatos de encuestasde hogares. '"
'"
'"
..;
>
O
C¡;'
..;
ñ
O

N
'-.J
VoJ
Costa Rica - 0=
Rep. Dominicana + +
Ecuador
El Salvador +
Guatemala +
Honduras +
Jamaica
México + +
Nicaragua +
Panamá + +
Paraguay +
Perú +0 = +
Uruguay +0=
RB de Venezuela + +

Nota: Los signos se refieren a cambios en el coef iciente Gini de la dist ribuc ión de ingreso de hogares per cáp ita.
Fuent e: Altim ir (1994 y 1996b) , Morley (2001), Londoño y Székely (2000) ; Székely (2001) .

TABLA A.9
Percepciones acerca de injusticia en la distribución de ingresos, encuesta Latinobarómetro para 2002

¿Piensa usted que la distribución de Ingresos es•••? C

Nivel alrededo
Muy Justa Justa Injusta Muy Injusta Total de 2000
(1) (11) (111) (Iv) (v) (vi)

Argentina 1.0 2.3 42.4 54.3 100.0 50.4


Bolivia 1.6 6.3 57.3 34.8 100.0 55.9
Brasil 0.8 12.8 50.7 35.7 100.0 57.2
Chile 1.7 9.4 52.3 36.5 100.0 56.1
Colombia 0.6 3.5 41.4 54.5 100.0 55.8
Costa Rica 1.3 14.2 51.9 32.7 100.0 44.6
Ecuador 3.2 6.6 57.9 32.3 100.0 54.3
El Salvador 1.8 13.5 49.1 35.7 100.0 51.8
Guatemala 0.7 13.1 57.9 28.2 100.0 56.0
Honduras 1.5 6.6 61.8 30.1 100.0 53.0
México 1.3 14.4 51.2 33.1 100.0 52.7
Nicaragua 2.1 13.3 54.7 29.9 100.0 54.1
Panamá 0.4 4.7 40.8 54.0 100.0 54.4
Paraguay 0.8 4.1 40.0 55.1 100.0 54.9
Perú 1.3 4.0 57.7 36.9 100.0 47.7
Uruguay 1.1 6.8 60.5 31.6 100.0 42.5
RB de Venezuela 6.3 21.1 48.1 24.5 100.0 45.5
Promedio 1.7 9.4 51.7 37.3 100.0

Fuente: Latinobarómetro (2002) y tabla 3.5.


1996 0.192 0.543 57.6 0.178 0.50
1999 0.200 0.630 57.8 0.188 0.58
Brasil
1990 0.245 0.634 61.2 0.236 0.61
1995 0.239 0.629 60.0 0.230 0.59
2001 0.229 0.460 59.0 0.221 0.42
Chile
1990 0.208 0.478 55.9 0.202 0.45
1996 0.195 0.482 56.1 0.189 0.45
2000 0.190 0.458 57.1 0.183 0.43
Colombia
Bogotá
1992 0.200 0.504 54.6 0.189 0.46
1996 0.190 0.425 52.4 0.183 0.39
Nacional
1996 0.183 0.422 56.1 0.172 0.39
1999 0.195 0.462 57.6 0.185 0.43
Costa Rica
1990 0.146 0.430 45.6 0.137 0.39
1995 0.147 0.414 45.7 0.137 0.38
2000 0.155 0.442 46.5 0.145 0.41
Rep. Dominicana
1995 0.187 0.475 51.5 0.181 0.45
1997 0.163 0.446 49.7 0.156 0.42
Ecuador
1994 0.196 0.496 54.8 0.185 0.46
1998 0.197 0.547 56.2 0.185 0.50
El Salvador
1991 0.175 0.455 52.7 0.162 0.42
1995 0.163 0.446 51.3 0.151 0.41
2000 0.166 0.485 53.2 0.156 0.46
Guatem ala
2000 0.209 0.567 58.3 0.193 0.52
Honduras '
1990 0.209 0.519 57.8 0.196 0.48
1995 0.190 0.483 56.1 0.178 0.44
1999 0.189 0.496 55.0 O.ln 0.46
Jamaica
1990 0.168 0.492 51.7 0.155 0.44
1996 0.185 0.448 54.4 0.163 0.43
1999 0.171 0.473 52.0 0.155 0.44
México
1992 0.190 0.489 55.9 0.178 0.46
1996 0.185 0.490 54.4 0.176 0.46
2000 0.178 0.480 54.6 0.170 0.45
Nicaragua
1993 0.204 0.569 55.9 0.194 0.53
1998 0.194 0.532 55.9 0.183 0.49
Panamá
1991 0.207 0.587 56.4 0.195 0.54
1995 0.199 0.537 55.9 0.186 0.49
2000 0.202 0.566 56.4 0.189 0.52
Pa raguay
1995 0.213 0.590 59.5 0.201 0.54
1999 0.225 0.609 56.8 0.214 0.56
Perú
Regiones
1991 0.144 0.409 46.5 0.137 0.39
1994 0.151 0.461 47.9 0.143 0.43
Nacional
1994 0.158 0.471 48.6 0.148 0.43
2000 0.146 0.423 49.4 0.136 0.40
Trinidad y Tobago
1992 0.161 0.445 49.5 0.151 0.41
Uruguay
1989 0.130 0.352 42.2 0.126 0.34
1995 0.136 0.385 42.7 0.130 0.36
2000 0.151 0.426 44.6 0.144 0.39
RB de Venezuela
1989 0.135 0.392 44.2 0.125 0.36
1995 0.144 0.418 ·46.9 0.132 0.38
1998 0.149 0.440 47.6 0.139 0.40

Notas: EGR·Esteban, Grad rn y Ray (1999).


Fuente: Cálculos de autores basados en microdatos de encuestas de hogares.
1989 386 183 281 86 77 1.1 4.3 3.9
1994 294 209 231 77 57 1.4 6.8 7.8
1997 281 244 197 89 59 2.0 6.7 6.9
Brasil
1979 389 168 296 86 72 1.5 7.5 3.8
1990 343 174 240 81 62 2.2 4.6 3.3
1996 382 214 280 78 63 2.5 4.9 3.9
Chile
1990 528 157 404 74 83 1.6 12.9 2.7
1994 544 155 290 65 79 1.5 15.4 6.2
1998 457 158 331 58 86 1.6 17.0 7.2
Colombia
1980 428 208 55 64
1994 345 208 68 55
1997 287 182 71 53
Costa Rica
1981 198 173 195 73 82 1.5 2.7 3.4
1994 208 162 177 85 69 1.1 6.1 6.5
1997 150 161 132 86 58 1.6 8.8 8.9
Ecuador
1990 171 214 143 104 67 1.4 4.5 4.2
1994 228 179 210 90 63 1.4 5.6 8.5
1997 220 190 217 97 63 1.9 6.0 7.5
México
1984 308 183 277 92 33 0.2 6.2 3.3
1994 416 216 314 68 36 0.5 9.0 4.4
1998 444 168 285 76 39 0.9 6.6 5.8
Panamá
1979 116 243 89 35 2.1 4.6
1991 236 188 154 82 45 0.8 7.4 3.6
1997 275 179 207 73 53 1.0 10.8 3.6
Paraguay (Asunción)
1986 290 223 245 84 61 1.7 6.1 7.8
1990 303 138 241 76 86 2.1 5.5 8.3
1996 294 181 200 86 69 1.4 4.8 8.5
Uruguay
1981 347 147 293 60 42 1.6 3.9 4.6
1990 279 177 207 86 51 1.9 5.1 5.0
1997 235 200 200 94 47 1.7 6.5 5.9
RB de Venezuela
1981 153 196 145 91 69 1.5 5.2 6.4
1990 264 147 211 80 79 2.6 5.8 6.0

1997 311 161 261 67 84 1.9 6.1 6.1

Nota: En el panel 1, el ingreso es relativo al ingreso ocupacional promedio.


Fuentes : Cálculos de autor basados en Eclac (2000) .
Profesionales/ejecutivos 108 127
Pequeños empresarios 100 100
Trabajadores formales 41 46
Trabajadores informales 38 28

3. Ingreso relativo equivalado del hogar


Capitalistas 136 140
Profesionales/ejecutivos 113 140
Pequeños empresarios 100 100
Trabajadores formales 51 50
Trabajadores informales 48 35

4. Participación de ingresos
Capitalistas 4.8 4.1
Profesionales/ejecutivos 10.0 15.5 1
Pequeños empresarios 10.5 11.3 1
Trabajadores formales 40.4 44.2 3
Trabajadores informales 34.2 24.9 3

5. CoelicienteGini al interior para ingreso individual


Capitalistas 37.1 53.1 5
Profesionales/ejecutivos 34.1 34.2 4
Pequeños empresarios 40.9 40.9 4
Trabajadores formales 33.1 36.3 4
Trabajadores informales 39.9 43.1 5

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y Pesquisa Nacional por Amostra de Dom ic

TABLA A.13

Estructura de ingresos individuales y clase en la Argentina (1992, 20011 Y Brasil (1995, 20011

Argentina, 1992 Argentina, 2001

Clases Clases

Ejecutivos Pequeños Trabajadores Trabajadores Ejecutivos Pequeños


Deciles Capitalistas profesionales empresarios formales Informales Declles Capitalistas profesionales empresarios

1 0.3 1.0 5.3 5.8 16.9 1 0.3 0.7 2.1


2 1.2 0.5 1.1 11.0 11.1 2 0.0 0.8 4.1
3 0.7 0.6 3.2 10.8 11.1 3 5.7 1.4 2.4
4 1.3 1.2 3.0 11.8 9.8 4 0.1 1.0 3.4
5 0.2 4.0 1.7 11.1 10.5 5 0.3 2.1 6.3
6 5.7 3.9 8.1 10.6 10.2 6 3.2 3.1 6.9
7 2.2 6.6 8.0 12.0 8.3 7 6.7 7.0 6.5
8 7.1 11.2 8.9 11.2 8.6 8 9.6 6.1 12.3
9 27.0 22.3 20.6 9.6 7.5 9 20.7 21.4 18.0
10 54.4 48.7 40.0 6.0 6.0 10 53.4 56.6 38.0
Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Total 100.0 100.0 100.0

Brasil,1995 Brasil,2oo1

Clases Clases

Ejec ut ivos Pequeños Trabajadores Trabajadores Ejecutivos Pequeños


Deciles Capitalistas profesionales empresarios formales Informa les Deciles Capitalistas profesionales empresarios

1 1.0 0.1 0.4 3.2 16.8 1 1.6 0.1 0.6


2 1.1 0.4 0.6 6.1 14.6 2 2.2 0.4 0.8
3 1.9 0.5 0.7 8.4 12.9 3 1.5 0.6 1.1
4 2.8 0.7 1.3 10.2 11.5 4 2.5 0.8 1.8
5 3.6 1.5 3.1 10.9 10.8 5 3.5 1.7 2.8
6 3.0 2.8 2.7 13.7 8.7 6 3.0 2.2 3.7
7 5.9 5.2 6.8 14.2 7.7 7 5.8 5.2 8.6
8 7.5 10.4 . 12.3 13.4 7.4 8 6.1 10.1 9.8
9 14.1 23.6 21.1 12.7 5.9 9 17.0 24.5 22.7
10 59.1 54.8 SO.9 7.0 3.8 10 56.9 54.6 48.1
Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Total 100.0 100.0 100.0

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de Encuesta Permanente de Hogares (EPH ) y Pesquisa Naciona l por Amostra de Dom i
Brasil
1990 100 100 100 100 100 100
1995 108 111 112 115 137 141
2001 113 120 120 124 133 140
Chile
1990 100 100 100 100 100 100
1996 148 147 148 150 142 142
2000 161 157 157 153 153 149
Costa Rica
1990 100 100 100 100 100 100
1995 116 116 116 118 119 118
2000 123 121 122 123 125 123
Rep. Dominicana
1995 100 100 100 100 100 100
1997 112 116 114 108 119 123
Ecuador
1994 100 100 100 100 100 100
1998 100 97 95 83 96 93
El Salvador
1991 100 100 100 100
1995 120 123 122 115
2000 126 125 122 110
Honduras
1990 100 100 100 100
1995 103 107 107 109
1999 101 108 106 98
México
1992 100 100 100 100 100 100
1996 98 101 101 99 78 80
2000 116 120 119 114 104 107
Nicaragua
1993 100 100 100 100 100 100
1998 108 108 108 108 111 111
Panamá
1991 100 100 100 100 100 100
1995 111 112 114 118 128 129
2000 123 123 127 143 130 130
Paraguay
1995 100 100 100 100 100 100
1999 92 99 96 B6 90 96
Perú
1991 100 100 100 100 100
1994 112 107 107 101
2000 124 118 115 97 114 108
Uruguay
1989 100 100 100 100 100 100
1995 116 115 115 110 100 99
2000 123 118 118 114 112 107
RB de Venezuela
1989 100 100 100 100 100 100
1995 109 104 104 98 90 B6
1998 109 102 101 85 94 88

Nota: Ver Lambert (1993) para deta lles sobre las funci ones agr egadas de bienestar. Atk (e) se ref iere a la función propuesta por Atkinson
con un parámetro Igual a (e). Primera observación pa ra ca da pars = 100. I
Fuente: Cá lcul os de auto r basados en microdatos de encuestas de hogares y PIB per cápita de Worl d Bank (2000b ) y bas e de dato
(Indicadores de desarrollo mun dial) .
Mediados de la décadade 1990 62.1 64.5 Mediados de la décadade 1990 25.1
Finalesde la décadade 1990 61.4 40.1 Finalesde la décadade 1990
Brasil México
Comienzos de la década de 1990 46.3 46.3 46.7 16.5 Comienzos de la década de 1990 19.3 16.2
Mediados de la década de 1990 43.5 44.7 36.7 Mediados de la década de 1990 19.7 21.2
Finales de la década de 1990 41.3 12.9 Finalesde la década de 1990 21.2
Chile Nicaragua
Comienzos de la décadade 1990 31.0 32.4 46.1 10.1 Comienzos de la década de 1990 70.7
Mediadosde la décadade 1990 16.3 26.0 Finalesde la década de 1990 72.7
Finales de la décadade 1990 16.1 2.2 Panamá
Colombia Comienzos de la décadade 1990 46.4 47.6
Comienzos de la décadade 1990 23.6 42.4 53.6 17.2 Mediadosde la décadade 1990 47.6
Mediadosde la décadade 1990 36.6 52.2 Finalesde la décadade 1990 36.6
Finalesde la décadade 1990 37.6 17.0 Paraguay
Costa Rica Comienzos de la década de 1990
Comienzos de la décadade 1990 24.7 34.2 11.2 Mediados de la década de 1990 52.1
Mediadosde la décadade 1990 22.1 26.7 Finalesde la décadade 1990 61.1
Finalesde la década de 1990 30.5 9.2 Perú
Rep. Dominicana Comienzos de la décadade 1990 41.9
Comienzosde la décadade 1990 49.5 22.6 Mediadosde la décadade 1990 35.0 44.0
Mediadosde la década de 1990 36.1 47.4 Finalesde la décadade 1990 42.4
Finales de la décadade 1990 34.5 6.4 Trinidad y Tobago
Ecuador Comienzos de la décadade 1990
Comienzos de la décadade 1990 49.2 13.9 Finales de la década de 1990
Mediados de la décadade 1990 49.5 55.2 Uruguay
Finales de la décadade 1990 46.0 13.6 Comienzos de la décadade 1990 23.2
El Salvador Mediados de la décadade 1990 16.6
Comienzos de la década de 1990 21.6 Finalesde la década de 1990 13.6
Mediadosde la décadade 1990 56.6 RB de Venezuela
Finalesde la década de 1990 64.0 16.6 Comienzos de la décadade 1990 14.3 12.6
Guatemala Mediados de la décadade 1990 13.4 15.2
Comienzosde la décadade 1990 26.5 Finalesde la décadade 1990 20.6
Finalesde la décadade 1990 25.1
Guyana
Comienzosde la décadade 1990 27.2
Finales de la décadade 1990 12.6

Notas: La Ifnea de pobreza en Londoño y Székely (1997), Székely (2001), y Sala i Martin (2002) es US$2 por dfa. En Wodon y otros (2001), la
a dos veces la línea de pobreza de alimentos, que se basa en el costo de canastas de alimentos específicas para países que proporcionan 2.2
Fuente: Sala-i-Martin (2002), Londono y Székely (1997), Székely (2001), Wodon y otros (2001).
1992 49.5 0.406 0.8 (48.8, 50.4) 1990 51.7 0.691
1996 51.1 0.529 1.0 (50.3, 52.1) 1996 54.4 1.216
Nacional 1999 52.0 1.245
1996 57.6 0.360 0.6 (56.9, 58.4) México
1999 57.8 0.573 1.0 (56.8, 59.1) 1992 55.9 0.493
Brasil 1996 54.4 0.383
1990 61.2 0.134 0.2 (60.9, 61.5) 2000 54.6 0.508
1995 60.0 0.119 0.2 (59.8, 60.3) Nicaragua
2001 59.0 0.113 0.2 (58.8, 59.2) 1993 55.9 0.4
Chile 1998 55.9 0.9
1990 55.9 0.281 0.5 (55.3, 56.4) Panamá
1996 56.1 0.360 0.6 (55.4, 56.7) 1991 56.4 0.294
2000 57.1 0.435 0.8 (56.4, 58.1) 1995 55.9 0.293
Colombia 2000 56.4 0.283
Bogotá Paraguay
1992 54.6 0.451 0.8 (53.7, 55.4) 1995 59.5 0.401
1996 52.4 0.496 0.9 (51.4, 53.3) 1999 56.8 0.516
Nacional Perú
1996 56.1 0.377 0.7 (55.3, 56.8) 1991 46.5 0.416
1999 57.6 0.375 0.7 (56.9, 58.3) 1994 48.6 0.475
Costa Rica 2000 49.4 0.387
1990 45.6 0.297 0.7 (45.0, 46.2) Trinidad y Tobago
1995 45.7 0.250 0.5 (45.3, 46.2) 1992 49.5 0.950
2000 46.5 0.234 0.5 (46.1, 47.0) Uruguay
Rep. Dominicana 1989 42.2 0.391
1995 51.5 0.407 0.8 (50.6, 52.2) 1995 42.7 0.137
1997 49.7 0.497 1.0 (48.7, 50.6) 2000 44.6 0.147
Ecuador RB de Venezuela
1994 54.8 0.545 1.0 (53.8, 55.9) 1989 44.2 0.137
1998 56.2 0.494 0.9 (55.2, 57.2) 1995 46.9 0.237
El Salvador 1998 47.6 0.213
1991 52.7 0.272 0.5 (52.1,53.1)
1995 51.3 0.331 0.6 (50.7, 51.9)
2000 53.2 0.664 1.2 (52.1, 54.7)

Nota : Estimac ión hecha uti lizando la técn ica bootstrap con 200 répl icas .
Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.
Europa Oriental 25.1 24.6 25.0 28.9

Diferencias en puntos Gini: LAGvs.


Átrica Subsahariana 3.3 0.9 6.3 2.4
Medio Oriente y África del Norte 11.9 7.1 9.3 11.3
Este de Asia y el Pacífico 15.8 9.2 11.1 11.2
Surde Asia 17.0 15.1 14.7 17.4
Países industriales y países en desarrollo
de altos ingresos 18.2 14.3 16.5 15.6
Europa Oriental 28.2 24.4 24.7 20.4

Fuente: Dein inger y Squ ire (1996).

TA BLA A.18

Distribución deingreso de hogar por habitante, años escogidos porla región: coeficientes Gini

Estadísticas no ponderadas Estad ísticas po

1950 1960 1970 1980 1992 19SO 1960 1

Participación quintil interior


África 5.4 5.4 5.3 5.3 5.1 6.8 6.8
Asia 6.0 6.1 6.1 6.0 6.1 6.3 6.5
América Latina 4.3 4.2 4.2 4.0 4.0 4.2 4.1
Europa Oriental 6.8 6.8 6.8 6.8 6.8 7.0 6.9
Países desarrollados 5.0 5.0 5.2 5.3 5.4 4.7 4.7
Participación quintil superior
África 54.2 54.2 55.0 55.3 55.5 49.1 49.2
Asía SO.O 48.8 49.0 49.7 49.8 48.7 48.0
América latina 59.2 59.6 61.2 62.0 62.0 59.7 60.1
Europa Oriental 45.7 45.7 45.7 45.7 45.7 44.4 44.6
PaIses desarrollados 45.9 45.7 44.6 44.3 44.5 45.8 45.8
Coeficiente Gini
África 46.5 46.5 47.3 47.6 48.0 40.8 41.0
Asia 41.7 40.7 40.9 41.5 41.6 40.3 39.5
América Latina 51.9 52.3 53.4 54.2 54.2 52.4 52.8
Europa Oriental 37.2 37.2 37.2 37.2 37.2 35.8 38.1
Países desarrollados 39.5 39.3 38.2 37.8 37.8 39.8 39.8

Diferencia en puntos Gini: AméricaLatina vs.


África 5.4 5.8 6.1 6.6 6.3 11.6 11.8
Asia 10.1 11.7 12.5 12.8 12.7 12.1 13.3
Europa Oriental 14.7 15.1 16.2 17.1 17.1 16.6 16.8
Países desarrollados 12.4 13.0 15.1 16.5 16.5 12.6 13.0

LAG: Países latinoamerica nos y del Caribe.


Fuente: Cálculos de autores basados en Bourg uignon y Morrison (200 2).
Asia 1.2 26.2
Europa Oriental, FSU 31.5 9.2
Europa Occidental, Norteamérica, Oceanla 20.0 19.0

LAC: América Latina y el Caribe .


No ta: Coeficientes calculados en distribuciones de individuos para los pa íses que
estaban en la muestra en ambos años.
Fuente: Milanovic (2002) .

TABLA A.20

Pobreza en regiones diferentes del mundo: razón headcount

Según Chen y Ravallion (2001)

1987 1998 Cambio 1987-98

Asia Oriental 67.0 48.7 218.3


Europa Oriental y Asia Central 3.6 20.7 17.1
América latina y el caribe 35.5 31.7 23.8
Oriente Medio y África del Norte 30.0 20.9 29.2
Asia del Sur 86.3 83.9 22.4
África Subsahariana 76.5 78.0 1.4
Tolal 61.0 57.9 23.1

Según Sala-i-Martin (2002)

1970 1980 1990 1998

Asia 60.3 48.3 29.7 15.6


América latina y el Caribe 22.2 10.5 14.0 10.5
África 53.0 55.2 57.9 63.6
Tolal 41.0 34 .6 25.8 18.6

Fuen te: Che n y Ravallion (2001) Y Sala-i-Martin (2002).


1996 89.6 10.4 6.6 2.6 53.5 52.8 52.8
Nacional
1996 89.6 tO.4 4.0 6.4 2.3 55.7 55.7 55.7
1999 87.9 12.1 2.0 10.1 4.1 56.4 56.3 56.7
Brasil
1990 85.4 14.6 3.9 10.7 10.7 62.0 60.2 60.2
1995 82.8 17.2 3.1 14.1 13.6 59.2 58.6 58.5
2001 78.7 21.3 2.8 18.5 17.8 57.1 56.4 56.4
Chile
1990 78.4 21.6 11.2 10.3 9.5 57.7 53.0 53.0
1996 82.6 17.4 9.5 7.9 7.0 60.9 54.5 53.7
2000 80.0 20.0 11.5 8.5 7.5 61.8 55.0 53.8
Colombia
Bogotá
1992 86.9 13.1 51.9 49.7 50.2
1996 83.7 16.3 51.7 50 .1 50.3
Nacional
1996 82.8 17.2 0.9 16.3 52.5 50.0 50.3 48.4
1999 82 .9 17.1 5.4 11.7 6.7 53.9 52.1 52.7
Costa Rica
1990 91.1 8.9 8.9 44.4 41.4 41.4 41.2
1995 89.8 10.2 10.2 5.7 46.1 43.0 43.0
2000 89.6 10.4 10.4 5.6 45.8 41.8 41.8
Rep. Dominicana
1995 100.0 48.9 48.9 52.2
1997 85.5 14.5 1.8 12.7 2.9 48.8 43.9 44.0
Ecuador
1994 96.0 4.0 1.4 2.6 55.6 53.8 55.9 53.4
1998 92.8 7.2 3.3 3.9 58.7 54.5 56.8 53.7
El Salvador
1991 79.3 20.7 9.8 10.9 2.0 51.3 48.6 48.6
1995 84.8 15.2 49.5 47.4 47.4 46.4 56.3
2000 85.0 15.0 3.3 11.7 5.4 52.2 49.1 49.1
Guatemala
2000 86.9 13.1 2.7 10.4 3.2 57.3 55.8 56.5
Honduras
1990 100.0 55.0 55.0 55.0
1995 100.0 53.3 53.3 53.3
1999 100.0 53.9 53.9 53.9
Jamaica
1990 98.6 1.4 42.0 42.1 42.1
1996 97.0 3.0 44.9 45.2 45.2
1999 98 .3 1.7 41.9 42.4 42.4
México
1992 93.9 6.1 1.6 4.5 2.8 54.3 54.3 53.3
1996 91.4 8.6 1.6 7.0 2.9 53.4 53.7 52.5
2000 89.9 10.1 1.6 8.5 5.2 54.5 52.7 52.2
Nicaragua
1993 96.2 3.8 0.5 3.3 1.3 51.9 51.3 52.9
1998 89.3 10.7 2.5 8.3 0.9 55.4 53.8 56.4
Panamá
1991 78.9 21.1 1.9 19.2 13.2 54.1 47.9 47.9
1995 78.7 21.3 1.6 19.7 9.4 55.2 49.5 49.5
2000 78.7 21.3 1.6 t9.6 13.7 53.7 47.9 47.9
Paraguay
1995 892 10.8 2.7 8.1 4.0 56.6 55.5 43.9
1999 87.0 13.0 2.4 10.6 5.4 51.6 50.5 43.8
Parú
Regiones
1991 89.6 10.4 2.4 8.0 6.0 48.1 47.4 48.4
1994 84.2 15.8 2.2 13.7 6.5 48.3 47.6 48.3
Nacional
1994 84.6 15.4 2.1 13.3 6.1 48.5 47.9 48.6
2000 85.6 14.4 2.0 12.4 7.0 50.0 48.9 49.1
Trinidad y Tobago
1992 100.0 42.6 42.6 42.6
Uruguay
1989 75.8 24.2 4.2 20.0 19.6 48.1 44.5 45.9
1995 71.5 28.5 3.3 25.1 21.7 47.0 46.1 47.8
2000 68.4 31.6 3.4 28.2 23.7 46.3 45.9 47.6
RB de Venezuela
1989 100.0 36.9 36.9 36.9
1995 92.9 7.1 2.1 5.0 45.3 41.9 41.9
1998 92.8 7.2 1.8 5.4 46.3 44.4 44.4

=
Nota: Ingresos no laborales capital y utilidades más transferencias. Transferencias =pensiones más otras transferencias públicas y privad
Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.
TABLA A.22 N
00
Años de educación para adultos de edades de 25-65, por quintil de ingresos equivalados, por edad y porgénero +-
el
tT1
ti>

Por edad y género C'i


Por quintiles de ingresos equivalados e::
(25-65) (10-20) (21-30) (31-40) (41-50) (51-60) (61+)
>
r-
el
País 1 2 3 4 5 Promedio femen. Mascul. femen. Mascul. femen. Mascul. femen. Mascul. femen. Mascul. femen. Mascul. femen. Mascul. >
el
tT1
Argentina z
>
1992 7.5 8.0 8.7 9.8 12.2 9.5 9.4 9.6 7.9 7.6 11.0 10.9 10.2 10.0 9.3 9.4 8.2 8.9 7.2 7.9 ~
tT1-
1996 7.3 8.1 9.0 10.0 12.8 9.8 9.8 9.9 7.7 7.4 11.3 10.8 10.5 10.3 9.7 9.8 8.7 8.9 7.3 8 .2 ~

2001 7.3 8.3 9.2 10.6 13.4 10.1 10.3 10.2 7.9 7.5 11.7 11.0 11.0 10.6 10.2 9.9 9.1 9.6 7.3 8.2
;:;
>
Bolivia r-
Urbano
..,>
1992 6.3 7.3 8 .2 9.3 11.5 8.7 7.8 9.7 7.6 7.7 9.7 10.9 8.3 9.9 6.8 9.3 6.1 8.2 4.3 7.1 Z
?-
1996 6.5 7.6 8.1 9.7 12.4 9.1 8.1 10.3 7.6 7.7 9.7 11.2 8.7 10.5 7.6 10.3 5.8 9.1 4.6 7.3
~
Nacional O
~
1996 2.8 4.7 6.3 7.6 10.7 6.7 5.6 7.6 6.3 6.6 7.8 9.2 6.3 8 .2 5.0 7.2 3.1 5.8 2.4 4.1 :::!
tT1
1999 2.8 4.9 6.6 8.9 11.4 7.3 6.2 8.3 6.8 7.1 8.9 10.4 7.2 8 .9 5.4 7.7 4.0 6.6 2.4 4.1 Z
Brasil el
O
1990 1.9 2.9 4.1 5.5 8.9 5.1 5.1 5.2 4.4 3.8 6.8 6.3 5.8 5.8 4.2 4.5 3.1 3.7 2.2 2.5 ()

1995 2.3 3.4 4.5 6.1 9.7 5.6 5.6 5.6 4.9 4.2 7.0 6.4 6.5 6.3 5.3 5.3 3.7 4.1 2.5 3.0 O
z
2001 3.0 4.2 5.3 6.9 10.4 6.4 6.5 6.3 6.0 5.4 8.0 7.3 7.2 6.7 6.3 6.3 4.8 5.0 3.0 3.4 r-
Chile >
:r:
1990 6.6 7.2 7.9 9.2 11.8 8.8 8.6 9.0 8.3 8.0 10.4 10.2 9.4 9.8 7.9 8.5 6.7 7.3 5.4 6.0 ..,Vi
1996 6.7 7.7 8.8 10.0 12.3 9.3 9.2 9.5 8.3 8.0 11.1 11.1 10.1 10.1 8.6 9.3 7.0 7.5 5.7 6.2 O
~
2000 7.4 8.3 9.2 10.6 13.2 10.0 9.8 10.1 8.4 8.2 11.6 11.5 10.6 10.7 9.8 10.2 7.7 8.3 6.0 6.5 :;:
Colombia
Bogotá
1992 6.8 7.1 7.9 9.4 12.4 9.0 8.7 9.4 7.0 6.5 10.0 10.3 9.4 9.9 7.5 8.7 6.4 7.7 5.4 6.6
1996 6.3 7.2 7.8 9.1 12.2 8.8 8.6 9.1 7.6 7.1 10.1 9.8 9.2 9.7 8.1 8.9 6.7 7.6 4.9 6.1
Nacional
1996 3.7 4.8 5.8 6.9 10.1 6.6 6.6 6.7 6.2 5.6 8.2 7.8 7.4 7.4 5.9 6.4 4.6 4.9 3.5 3.9
1999 4.4 5.2 6.1 7.3 10.5 7.0 7.1 7.1 6.6 6.1 8.7 8.3 7.8 7.7 6.7 7.0 5.0 5.7 3.8 4.3
Costa Rica
1990 5.0 6.2 6.8 7.8 11.1 7.6 7.6 7.8 6.8 6.6 9.2 8.9 8.4 8 .6 6.6 7.1 5.0 5.8 4.1 4.1
1995 5.6 6.5 7.3 8.4 11.6 8.2 8.2 8.3 7.1 6.8 9.3 9.2 9.1 9.1 7.8 8.0 6.2 6.5 4.5 4.7
2000 5.4 6.6 7.4 8.4 11.6 8.2 8.2 8.3 7.1 6.7 9.2 8.8 9.0 9.0 8.4 8.5 6.2 7.0 4.5 4.5
Rep. Dominicana
1995 5.2 6.1 7.0 8.0 10.3 7.5 7.3 7.5 7.1 6.5 9.2 8.4 8.1 8.3 6.5 7.1 4.6 5.6 3.3 4.1
Ecuador
1994 4.2 5.2 6.7 7.5 10.6 7.1 6.8 7.3 6.7 5.3 8.9 8.9 7.6 7.9 5.9 6.8 4.3 4.8 3.2 4.2
1998 4.8 6.1 7.1 8.2 11.4 7.8 7.5 7.9 6.9 5.7 9.3 9.3 8.6 8 .7 6.8 7.7 4.8 5.9 3.4 3.9
El Salvador
1991 2.4 3.0 4.1 5.4 8.5 5.0 4.6 5.5 5.7 5.6 6.7 7.2 5.2 6.4 3.8 4.9 2.8 3.4 1.8 2.5
1995 2.1 2.8 4.1 5.8 9.4 5.3 4.9 5.8 5.3 4.9 7.0 7.3 5.7 6.6 3.9 5.3 3.2 3.9 1.9 2.3
2000 3.8 4.4 5.3 6.5 9.0 6.1 5.8 6.7 5.7 5.6 8.0 8.2 6.6 7.4 5.1 6.5 3.8 4.9 2.3 2.9
Guatemala
2000 1.4 2.2 2.8 4.1 8.5 4.2 3.4 4.7 3.9 4.2 4.6 5.9 3.8 5.3 3.2 4.5 2.0 3.0 1.7 2.2
Hond uras
1990 1.8 2.1 2.8 4.0 7.5 4.0 3.9 4.1 4.5 4.1 • 5.5 5.4 4.5 4.7 3.1 3.5 2.0 2.6 1.8 2.1
1995 2.5 3.1 4.1 5.4 8.0 4.9 4.7 5.0 5.1 4.7 6.4 6.2 5.4 5.7 4.0 4.7 2.6 3.1 1.9 2.3
1999 2.8 3.4 4.5 5.9 9.1 5.5 5.1 5.2 5.1 4.7 6.6 6.1 5.9 5.7 4.7 5.1 3.3 3.6 1.8 2.2
Jamaica
1990 7.2 7.3 7.7 8.1 9.4 8.1 8.2 8.2 8.3 8.1 10.2 9.9 9.0 8.6 7.2 7.3 6.4 6.6 5.6 5.8
1996 8.5 9.0 9.0 8.9 10.5 9.3 9.5 9.2 8.4 8.2 10.8 10.6 10.1 9.8 9.4 8.9 8.0 7.3 6.5 5.6
1999 8.5 8.5 8.7 9.0 9.7 9.0 9.2 9.1 8.1 7.9 10.3 9.9 9.9 9.6 9.1 9.0 7.3 8.2 6.7 5.6
México
1992 2.7 4.1 5.1 6.6 10.0 6.1 5.6 6.5 6.5 6.3 7.6 8.3 6.1 7.2 4.5 5.7 3.9 4.6 2.5 3.1
1996 3.4 4.6 5.8 7.2 10.7 6.7 6.3 7.2 6.6 6.6 8.4 8.8 6.9 8 .0 5.2 6.4 3.8 4.7 2.7 3.2
2000 3.5 5.3 6.8 8.1 11.6 7.4 6.9 8.0 7.0 6.9 9.0 9.5 7.5 8.6 6.5 7.8 4.7 6.2 3.0 3.5
Nicaragua
1993 2.3 3.5 4.5 5.6 7.3 4.9 4.4 4.8 4.3 4.0 5.9 5.7 4.9 5.5 3.3 4.0 2.4 2.6 1.8 1.9
1998 2.7 3.6 4.7 5.6 6.1 5.2 4.9 5.2 5.0 4.4 6.5 5.8 5.4 6.0 4.4 5.0 2.7 3.4 2.1 2.0
Panam á
1991 4.7 6.5 7.8 9.2 12.0 8.5 8.4 8.2 7.2 6.8 10.2 9.5 9.3 9.0 7.7 7.7 6.3 6.4 4.9 4.8
1995 5.3 7.1 8.3 9.8 12.6 9.1 9.0 8.7 7.2 6.7 10.2 9.6 9.9 9.6 8.4 8.4 7.1 6.8 5.0 5.2
2000 6.6 7.9 9.0 10.0 13.1 9.7 9.9 9.5 7.5 7.1 10.9 10.1 10.7 9.9 9.7 9.7 8.3 8.5 7.2 7.2
Paraguay
1995 3.7 4.6 5.5 6.8 9.8 6.4 6.2 6.6 5.5 5.2 7.6 7.6 6.8 7.2 5.8 6.3 4.3 5.1 3.2 4.0
1999 4.0 5.1 6.2 7.7 10.1 7.0 6.6 7.0 6.1 5.8 8.1 8.3 7.2 7.6 6.0 6.6 5.0 5.4 3.5 4.2
Perú
Regione s
1991 7.6 9.0 9.5 10.3 11.5 9.8 9.2 10.2 7.6 7.8 10.8 11.2 9.8 10.8 8.3 10.1 7.4 8.3 6.8 7.5
1994 6.8 8.5 9.3 10.7 12.5 9.9 9.6 10.1 7.8 7.8 11.0 11.4 10.5 10.9 8.7 9.9 7.7 8.1 6.8 7.7
Naciona l
1994 6.4 8.0 9.2 10.2 12.2 9.6 9.3 9.8 7.5 7.6 10.6 11.1 10.0 10.6 8.4 9.5 7.4 7.8 6.6 7.4
2000 5.9 7.5 9.1 10.4 12.5 9.4 8.7 10.0 7.5 7.4 10.8 11.2 9.6 10.5 7.9 9.7 6.5 8.8 4.9 6.7
Trin idad y Tobago
1992 6.6 6.8 7.6 8.3 10.3 8.2 8.1 7.9 7.7 7.3 9.8 9.2 8.8 8.3 7.2 7.6 6.1 6.3 5.1 6.3
Uruguay
1989 5.9 6.7 7.6 8.6 10.4 8.1 7.9 8.3 7.3 7.2 9.8 10.0 9.1 9.3 7.9 8.3 6.5 6.9 5.1 5.4
1995 6.5 7.1 8.0 9.2 11.6 8.7 8.7 8 .7 7.7 7.4 10.5 10.1 9.8 9.5 8.8 8.8 7.4 7.6 5.5 5.7
2000 7.0 7.8 8.6 9.8 12.1 9.3 9.3 9.2 9.2 8.7 10.8 10.2 10.1 9.9 9.5 9.3 8.3 8.2 6.3 6.5
RB de Venezu ela
1989 4.6 5.6 6.4 7.4 10.0 7.2 6.9 7.4 6.5 5.9 8.6 8.2 7.7 7.8 6.2 7.1 4.4 5.9 2.7 4.0 >
5.2 5.9 6.7
1995
1998 6.0 6.5 7.1
7.7
8.4
9.9
11.1
7.4
8.1
7.3
8.1
7.4
8.0
7.1
7.3
6.3
6.5
9.0
9.7
8.4
8.7
8.2
8.9
7.9
8.4
6.9 7.2 5.2 6.2 3.2 4.1 ""zm-
7.8 7.9 5.7 6.9 3.5 4.6 el
ñ
'"
Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar. '"
U'>
...;
>
el,
¡;;
:::!
o
O

IV
00
Vl
1999 5.0 6.5 7.4 7.9 8.4 7.0 5.2 7.7 9.0 10.8 12.6 9.7 3.2 5.6 7.
Brasil
1990 2.3 3.4 4.3 5.3 6.0 4.1 3.0 4.4 5.7 7.3 10.1 6.6 2.2 3.4 4.
1995 2.7 3.8 4.8 5.7 6.6 4.5 3.4 4.8 6.1 7.6 10.3 6.7 2.7 4.1 5.
2001 4.0 5.1 6.1 6.9 7.6 5.7 4.3 5.7 7.2 8.8 11.2 7.6 3.4 4.8 6.
Chile
1990 7.3 7.8 8.2 8.8 9.0 8.1 8.1 9.0 10.0 11.0 12.9 10.3 7.2 8.0 8.
1996 7.3 7.8 8.4 8.8 8.9 8.2 8.4 9.7 10.8 11.9 13.7 11.1 7.4 8.7 9.
2000 7.6 8.0 8.5 8.8 8.9 8.3 9.2 10.2 11.3 12.4 14.2 11.6 8.0 9.1 10.
Colombia
Bogotá
1992 6.0 6.6 6.7 7.5 7.3 6.8 8.3 8.9 9.4 10.4 12.4 10.1 7.1 7.5 8.
1996 6.5 6.8 7.8 7.9 8.2 7.4 7.9 8.5 9.2 10.5 12.5 10.0 6.7 7.8 8.
Nacional
1996 4.6 5.3 6.0 6.8 7.3 5.9 5.2 6.3 7.4 8.6 10.8 8.1 4.2 5.4 6.
1999 5.2 5.8 6.4 7.1 7.7 6.4 6.1 6.9 7.8 8.9 11.1 8.5 4.9 5.9 6.
CostaRica
1990 5.7 6.1 6.5 7.3 7.9 6.6 6.8 7.5 8.3 9.3 11.7 9.0 5.7 6.6 7.
1995 5.9 6.3 6.8 7.4 8.1 6.8 6.6 7.3 8.1 9.7 11.9 9.1 6.3 7.3 8.
2000 5.8 6.5 6.9 7.3 8.1 6.9 6.0 7.2 8.0 9.3 12.0 8.8 6.3 7.3 8.
Rep. Dominicana
1995 6.0 6.3 6.7 7.3 8.1 6.8 7.1 7.6 8.6 9.1 10.9 8.8 6.0 7.0 7.
Ecuador
1994 5.5 6.1 6.6 6.9 7.8 6.5 6.2 7.2 8.8 9.5 11.2 8.9 4.4 5.9 7.
1998 5.6 6.5 6.8 7.3 8.2 6.8 6.9 7.9 8.7 9.8 12.1 9.4 5.6 6.8 7.
El Salvador
1991 4.5 4.9 5.5 6.4 7.3 5.7 3.9 4.4 6.0 7.8 10.4 7.0 2.8 3.6 4.
1995 3.7 4.1 5.1 6.2 7.0 5.1 3.5 4.4 5.8 8.0 11.0 7.2 2.4 3.3 4.
2000 4.7 5.1 5.6 6.4 7.3 5.7 5.8 6.4 7.2 8.5 10.8 8.1 4.4 5.2 6.
Guatemala
2000 2.61 3.1 3.84 4.95 6.57 4.18 2.27 3.17 4.09 6.15 9.44 5.49 1.56 2.33 3.5
Honduras
1990 3.2 3.6 3.9 4.7 5.8 4.2 3.0 3.6 3.9 5.5 8.4 5.4 2.1 2.4 3.
1995 4.0 4.2 4.6 5.3 6.2 4.9 3.8 4.5 5.7 6.8 8.7 6.3 3.0 3.6 4.
1999 4.0 4.4 5.0 5.6 6.5 5.1 3.6 4.7 5.8 6.8 9.6 6.7 3.3 4.1 5.
Jamaica
1990 8.0 8.0 8.1 8.6 8.8 8.2 9.7 9.0 10.0 9.7 10.8 10.0 7.5 7.3 8.
1996 8.2 8.0 8.3 8.7 8.4 8.3 10.3 10.0 9.9 10.3 11.5 10.6 9.0 9.6 9.
1999 7.7 7.8 8.3 8.5 8.5 8.1 9.3 9.5 10.0 10.2 10.5 10.0 9.0 9.3 9.
México
1992 4.9 6.0 6.7 7.2 7.7 6.4 4.5 6.2 7.2 8.7 11.1 8.0 3.0 4.5 5.
1996 5.1 6.2 7.0 7.4 7.6 6.6 5.4 6.7 8.0 9.3 11.4 8.6 3.9 5.2 6.
2000 5.6 6.6 7.2 7.7 8.3 7.0 5.6 7.6 8.7 9.7 12.5 9.2 4.2 6.1 7.
Nicaragua
1993 3.0 4.2 4.4 4.9 5.5 4.4 3.3 4.8 6.1 6.7 8.2 6.1 2.4 4.0 4.
1998 3.2 4.0 5.2 5.4 6.4 4.8 3.6 4.9 6.0 7.3 8.8 6.3 3.1 4.2 5.
Panamá
1991 5.8 6.7 7.4 7.7 8.2 7.0 6.9 8.7 9.7 10.9 12.4 10.0 5.6 7.1 8.
1995 5.7 6.7 7.2 8.0 8.2 7.1 7.0 8.4 9.7 11.1 12.5 10.1 6.2 8.0 9.
2000 6.2 6.9 7.6 8.1 8.3 7.3 7.6 8.8 10.2 11.2 13.5 10.6 7.3 8.7 9.
Paraguay
1995 4.3 4.7 5.4 5.9 6.9 5.4 4.8 5.7 6.5 8.2 10.2 7.6 3.9 5.0 6.
1999 4.8 5.4 6.1 6.7 7.7 6.1 5.4 6.3 7.5 9.2 11.3 8.5 4.5 5.8 7.
Perú
Regiones
1991 6.9 7.6 8.0 8.1 8.2 7.7 9.2 10.3 11.1 11.8 12.1 11.1 7.8 9.6 10.
1994 6.8 7.5 7.8 8.4 8.9 7.8 8.8 10.2 11.0 11.9 13.2 11.2 7.4 9.2 10.
Nacional
1994 6.5 7.2 7.5 8.2 8.7 7.6 8.0 10.0 10.6 11.6 12.9 10.9 6.9 8.5 10.
2000 6.5 7.0 7.9 8.1 8.4 7.5 8.2 9.5 10.9 11.9 13.3 11.0 6.5 8.4 9.
Trinidad y Tobago
1992 7.1 7.3 7.5 7.8 8.0 7.5 8.1 8.7 9.1 10.2 11.3 9.5 6.6 7.0 8.
Uruguay
1989 6.3 7.1 7.6 7.8 8.2 7.3 7.6 8.5 9.7 10.7 11.7 9.9 6.7 7.9 9.
1995 6.8 7.3 7.8 8.1 8.4 7.6 8.0 9.1 10.1 11.0 12.5 10.3 7.4 8.2 9.
2000 7.9 8.8 9.1 9.8 10.1 8.9 8.1 9.3 10.4 11.2 13.1 10.5 7.5 8.3 9.
RB de Venezuela
1989 5.2 5.8 6.2 6.8 7.5 6.2 6.5 7.2 7.7 8.6 10.5 8.4 5.0 6.1 7.
1995 5.9 6.2 6.6 7.3 8.0 6.7 6.9 7.3 8.1 9.2 10.8 8.7 5.8 6.5 7.
1998 6.0 6.4 6.9 7.3 8.2 6.9 7.2 7.9 8.6 9.7 11.8 9.2 6.6 7.3 7.

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


2.3 4.9 6.1 8.5 10.8 6.7 1.8 3.1 4.2 5.9 9.6 5.3
1.4 2.1 3.3 4.5 8.2 4.4 1.0 1.5 2.4 3.5 6.6 3.4
1.8 2.8 3.9 5.6 9.6 5.3 1.2 1.8 2.8 3.9 7.8 3.9
2.6 3.9 4.9 6.6 10.5 6.3 1.6 2.3 3.2 4.7 8.9 4.8

5.7 6.4 7.1 8.5 11.5 8.2 4.7 5.0 5.7 7.3 10.2 7.0
6.0 7.0 8.5 9.6 12.0 9.0 4.4 5.2 6.3 7.6 10.5 7.3
7.2 8.2 8.9 10.7 13.4 10.0 5.0 5.9 6.7 8.2 11.6 8.0

5.4 6.0 7.0 8.8 12.0 8.1 5.4 5.3 5.7 7.6 10.1 7.0
5.7 6.6 7.4 8.6 12.1 8.5 4.4 5.2 5.7 6.4 10.6 7.0
3.1 4.2 5.1 6.4 9.7 6.1 2.5 3.2 3.8 4.6 8.0 4.7
4.0 4.7 5.4 6.9 10.5 6.7 3.1 3.5 4.1 5.1 8.9 5.2
4.4 5.5 5.8 6.5 10.4 6.8 2.9 4.2 4.1 5.1 8.9 5.3
5.2 6.1 6.9 7.8 11.4 7.8 4.2 4.4 5.1 6.0 9.8 6.2
5.8 6.9 7.4 8.4 11.5 8.4 3.7 4.4 5.3 6.5 10.1 6.4
4.5 5.3 6.2 6.9 10.1 6.8 3.4 3.9 4.2 5.5 8.3 5.2
3.8 4.5 5.1 6.5 10.1 6.4 3.1 3.0 4.3 4.3 7.7 4.6
4.2 5.4 6.2 7.2 11.4 7.3 3.1 3.8 4.3 5.5 9.2 5.4

1.9 2.6 3.5 4.4 7.7 4.3 1.3 1.5 2.2 3.2 6.0 3.1
1.7 2.4 3.6 4.9 8.3 4.5 1.2 1.5 2.2 4.1 7.0 3.5
3.6 3.8 4.8 5.7 8.2 5.5 2.3 3.0 3.4 4.1 7.6 4.4
1.07 2.36 2.32 3.15 8.19 3.94 0.56 0.69 1.12 1.95 6.7 2.54

1.5 1.6 2.2 3.0 7.1 3.2 0.9 1.2 1.5 2.0 5.2 2.2
2.3 2.4 3.3 4.8 7.6 4.4 1.3 1.6 2.0 3.0 5.8 2.9
2.6 2.9 4.0 5.3 8.8 5.2 1.3 2.1 2.7 4.1 7.5 3.8
5.8 7.0 6.6 7.1 8.3 7.1 6.3 5.7 6.7 6.8 7.4 6.7
8.0 8.4 8.0 8.6 10.2 8.9 6.9 7.6 8.2 7.4 9.3 8.0
8.2 8.2 8.6 8.4 9.5 8.7 7.9 7.1 7.2 7.2 7.4 7.3

2.2 3.3 4.0 5.3 9.3 5.1 1.4 2.6 3.3 4.2 8.2 4.3
2.7 3.8 5.0 6.2 10.1 5.8 1.8 2.3 3.4 4.4 7.9 4.2
3.3 4.3 6.2 7.5 11.6 7.2 1.7 3.0 4.5 5.3 10.5 5.5
1.7 3.0 3.6 4.7 5.9 3.9 1.5 1.7 2.3 2.7 4.7 2.7
2.3 3.2 4.2 5.1 8.1 4.9 1.7 1.9 2.6 2.8 6.1 3.2

4.1 5.6 7.1 8.1 11.7 7.9 3.2 4.4 5.7 7.0 10.4 6.5
4.6 6.2 7.2 9.2 12.4 8.7 3.3 4.8 6.1 7.6 11.6 7.3
6.1 7.5 8.5 9.8 13.1 9.7 5.0 6.3 6.9 7.8 12.0 8.4
3.4 4.1 5.2 6.4 9.6 6.1 2.6 3.4 3.7 4.5 8.4 4.7
3.5 4.6 5.6 6.9 10.3 6.5 2.9 3.4 4.9 5.6 8.2 5.4

6.7 8.8 9.0 - 10.1 10.4 9.2 7.1 7.1 7.4 7.8 9.2 7.8
5.7 7.7 8.8 10.2 12.1 9.3 5.3 6.3 7.2 8.2 10.5 8.0
5.6 7.0 8.5 10.0 11.9 9.0 5.3 5.8 7.0 7.7 10.3 7.8
5.4 6.7 8.9 10.1 12.0 8.9 4.0 5.6 7.1 8.2 10.7 7.7

5.8 6.0 6.7 7.6 9.7 7.5 6.2 5.3 5.1 5.7 7.8 6.2

5.7 7.0 7.6 8.7 10.3 8.1 4.4 5.3 6.1 6.9 8.9 6.7
6.4 7.2 8.2 9.6 12.0 8.8 5.1 5.8 6.7 7.8 10.3 7.5
7.1 8.0 8.7 10.1 12.3 9.4 5.7 6.8 7.2 8.5 11.1 8.3

3.9 5.0 5.6 6.9 9.7 6.6 2.7 3.6 4.2 5.1 8.1 5.1
4.8 5.4 6.4 7.5 9.5 7.1 3.3 4.0 4.6 5.6 8.5 5.7
5.7 6.1 6.6 8.0 11.0 7.9 4.2 4.1 5.3 6.3 9.4 6.3
TABLA A. 24 N
00
00
Escolaridad en países latinoamericanos: participación de población mayor de 25 años, por el nivel de la educación y años promedio
de escuela om
en
Ci
e
% de no escolaridad % de escuela primariacompletada % de secundaria completada Promedio añosde escolaridad >
r-
O
1960 1970 1980 1990 2000 1960 1970 1980 1990 2000 1960 1970 1980 1990 2000 1960 1970 1980 1990 2000 >
O
m
Z
Argentina 12.0 8.3 7.1 5.7 5.8 19.9 30.6 33.0 34.6 30.1 1.8 2.4 3.7 7.2 11.9 5.0 5.9 6.6 7.8 8.5 >
Barbados 0.0 1.1 0.8 1.9 2.6 22.5 9.3 17.6 13.4 10.7 0.7 ;;::
0.8 2.2 5.4 8. 1 5.2 9.1 6.8 8.2 9.1 m·
~
Bolivia 50.2 51.2 44.8 36.8 30.9 5.1 6.8 8.9 10.0 11.0 2.5 2.6 4.2 6.7 9.8 4.2 3.7 4.0 4.7 5.5 ¡:;
Brasil 43 .2 42.6 32.9 22.4 21.2 11.8 19.4 4.9 12.4 11.5 1.4 1.4 3.4 4.9 5.7 2.8 2.9 3.0 3.8 4.6 >
r-
Chile 20.2 12.4 9.4 5.8 5.3 22.1 14.2 12.8 10.7 9.6 1.4 2.6 4.9 8.4 10.7 5.0 5.5 6.0 7.1 7.9 >
Colombia 35.1 39.2 24.5 24.5 19.8 10.9 10.8 12.0 11.0 10.8 1.3 1.4 2.9 4.7 6.7 3.0 2.7 3.9 4.4 5.0 ::!
z
Costa Rica 17.7 20.6 14.5 10.8 9.4 21.0 12.1 16.0 14.0 13.6 1.8 2.1 5.7 9.4 12.7 3.9 3.6 4.7 5.6 6.0 >
Rep. Dominicana 43 .4 40.1 35.7 28.8 25.7 13.8 4.3 10.2 11.2 10.3 0.5 1.3 2.9 6.1 9.8 2.4 2.9 3.4 4.3 5.2 ~

Ecuador 37.8 37.6 25.4 20.0 17.7 13.6 18.0 34.1 14.3 13.1 1.0 1.3 5.2 11.9 12.7 3.0 3.2 5.4 5.9 6.5
o
;;::
El Salvador 61.8 54.2 36.0 37.1 35.0 5.1 8.0 11.5 10.2 10.1 0.3 1.3 2.2 4.3 7.2 1.7 2.3 3.3 3.6 4.5 ~
m
Guatemala 69.2 68.4 54.7 52.9 47.1 7.2 6.2 8.0 8.0 8.3 0.3 0.7 1.5 3.0 4.0 1.4 1.5 2.3 2.6 3.1 z
o
Guyana 13.7 12.2 8.1 9.6 7.3 23.0 21.5 20.2 16.0 14.6 0.4 0.7 1.2 1.4 2.7 3.5 4.0 4.7 5.4 6.0 o
90.2 83.5 77.0 57.0 54.4 1.4 1.8 3.2 7.2 7.1 0.2 0.2 0.5 0.6 0.8 0.7 0.9 1.5 2.4 2.7 n
Haití o
Hondura s 60.9 61.9 49.0 31.9 25.9 6.9 7.9 8.6 11.5 12.4 0.4 0.6 1.2 3.1 4.4 1.7 1.7 2.3 3.7 4.1 z
r-
Jamaica 18.8 5.1 3.2 3.5 3.3 20.8 24.0 22.1 17.7 15.1 0.3 0.7 1.4 1.8 2.8 2.5 3.0 3.6 4.6 5.2 >
México 46 .0 35.0 34.2 18.8 12.4 10.4 15.3 17.2 19.9 19.4 0.8 1.5 3.2 5.4 6.6 2.4 3.3 4.0 5.9 6.7 :z:
Nicaragua 59.0 53.9 48.9 41.3 31.7 9.1 7.9 8.7 9.0 9.5 1.7 3.1 3.8 5.4 6.0 2.1 2.6 2.9 3.6 4.4 ..,C;;
o
Panamá 28.0 24.9 18.3 12.9 11.4 24.4 16.4 23.2 21.6 21.0 1.8 2.9 5.7 11.4 13.5 4.3 4.6 5.9 7.3 7.9 ~

Paraguay 26.4 19.6 14.2 8.7 9.8 16.8 10.3 15.4 20.7 20.7 1.0 1.7 2.7 6.0 6.6 3.4 3.7
;:
4.6 5.8 5.7
Perú 42.8 35.0 24.0 20.5 13.8 11.7 16.1 17.2 10.3 8.8 1.8 3.1 6.9 9.6 15.3 3.0 3.9 5.4 5.9 7.3
Trinidad y Tobago 14.7 11.6 1.3 4.5 5.1 18.6 21.9 42.6 16.3 12.8 0.7 0.8 2.0 2.3 3.1 4.2 4.5 6.6 6.7 7.6
Urugu ay 14.1 13.9 7.3 5.5 3.2 18.4 22.8 20.5 13.2 12.3 3.5 3.9 5.1 7.9 8.5 5.0 5.2 5.8 6.7 7.2
RB de Venezuela 49.1 47.1 23.5 21.2 15.7 15.7 9.5 10.6 12.2 12.6 1.0 1.8 4.8 8.0 12.2 2.5 2.9 4.9 4.9 5.6
Total 37.1 33.9 25.9 21.0 18.0 14.4 13.7 16.5 14.1 13.3 1.2 1.7 3.4 5.9 7.9 3.2 3.6 4.4 5.2 5.9
Oriente Medio 65.9 60.8 52.6 39 .2 28.7 10.2 9.2 9.5 11.0 11.2 1.3 1.7 3.7 6.2 7.9 2.3 2.7 3.8 5.2 6.3
YNorte de África
África Subsahariana 76.3 73.4 63.0 53.5 46.0 5.5 5.1 6.9 7.8 8.4 0.2 0.4 0.5 1.2 1.7 1.2 1.4 2.0 2.7 3.4
América latina y 37.1 33.9 25.9 21.0 18.0 14.4 13.7 16.5 14.1 13.3 1.2 1.7 3.4 5.9 7.9 3.2 3.6 4.4 5.2 5.9
el Caribe
Asia del Este y 51.5 41.7 31.4 26.0 18.1 15.7 16.2 18.9 19.4 19.0 1.7 2.2 3.4 5.2 8.5 3.1 3.7 4.8 6.1 7.3
el Pacífico
Asia del Sur 78.1 76.6 69.8 62.7 54.5 3.0 6.7 5.3 6.5 8.3 0.5 1.0 1.2 1.7 2.2 1.2 1.5 2.0 2.5 3.0
Países avanzados 5.8 5.1 4.5 3.1 3.3 34.8 32.3 23.4 19.9 17.1 3.1 4.2 6.9 9.4 12.5 6.6 7.2 8.2 8.8 9.5
Promedio mundial 46.3 43.0 36.0 29.8 24.8 15.7 15.1 14.3 13.5 12.9 1.4 2.0 3.4 5.2 7.1 3.2 3.6 4.5 5.3 6.1

Fuente: Versión actualizada de Barro y Lee (2000).


Argentina 34.4 34.9 31.1 32.5 29.4
Bartlados 25.3 27.9 18.0 19.1 29.6
Bolivia 51.9 54.6 55.7 56.4 55.9
Brasil 60.0 56.4 50.8 42.9 44.5
Chile 36.5 36.6 33.0 33.2 31.5
Colombia 53.4 49.3 50.9 46.0 47.2
Costa Rica 39.9 40.5 41.0 39.2 40.6
Cuba 44.6 46.0 31.7 34.0 32.2
Ecuador 51.3 51.5 51.1 47.0 39.3
Guatemal a 75.8 75.2 74.3 73.2 63.8
Guyana 32.3 34.9 32.7 35.0 32.5
Ha~r 92.7 91.7 85.1 84.6 78.0
Honduras 67.2 65.3 62.3 59.0 56.9
Jamai ca 35.2 38.6 28.9 31.3 31.7
México 56.0 56.9 51.0 49.8 49.7
Nica ragua 70.0 67.9 66.1 64.1 63.0
Panamá 43.7 46.2 47.4 46.4 38.0
Paraguay 41.6 41.5 39.6 38.9 38.0
Perú 56.8 58.0 50.4 50.3 42.5
Trinidad y Tobago 35.7 36.0 33.7 33.9 23.9
Uruguay 38.8 38.1 39.2 34.9 35.8
RB de Venezuela 58.3 55.9 61.2 59.4 44.0

LAC =Amér ica Latina y el Caribe.


Fuente: Cálculos del autor basados en Thomas y otros (2002).
1999 43.4 26.2 28.1 38.2 45.7
Brasil
1990 47.6 39.3 36.3 43.3 51.6
1995 45.2 36.4 34.7 40.0 48.1
2001 41.1 30.2 30.4 36.5 42.1
Chile
1990 29.5 21.6 20.7 25.4 32.3
1996 27.1 21.0 18.4 22.2 28.9
2000 24.2 20.2 16.1 20.1 24.0
Colombia
Bogotá
1992 29.3 24.4 21.8 26.7 32.9
1996 28.1 22.4 20.5 25.2 30.8
Nacional
1996 38.3 29.2 28.9 34.5 41.4
1999 37.3 27.8 27.7 32.8 39.5
Costa Rica
1990 32.3 23.3 23.3 27.9 35.2
1995 30.0 22.4 23.8 25.4 31.2
2000 29.7 22.8 25.7 25.7 28.6
Rep.Dominicana
1995 36.7 26.6 27.4 32.5 39.3
Ecuador
1994 38.4 25.3 26.2 35.0 42.1
1998 35.3 23.5 24.2 30.5 38.4
El Salvador
1991 52.3 32.5 40.9 46.8 54.7
1995 52.4 37.9 39.2 47.0 55.5
2000 47.3 33.9 34.1 42.7 49.5
Guatemala
2000 61.8 42.9 48.7 57.7 65.2
Honduras
1990 55.8 36.1 42.5 50.2 61.0
1995 48.5 31.0 35.3 43.3 51.9
1999 47.7 30.6 36.7 42.6 50.0
Jamaica
1990 20.3 17.5 11.7 17.6 19.2
1996 16.8 17.6 11.0 12.0 17.7
1999 16.2 17.0 10.6 12.7 16.5
México
1992 42.8 25.5 30.3 39.1 46.1
1996 40.0 25.0 26.6 35.6 44.3
2000 36.6 23.1 24.7 31.4 38.7
Nicaragua
1993 53.0 41.2 41.0 50.3 58.4
1998 48.3 37.6 37.4 42.9 53.7
Panamá
1991 32.2 24.3 22.7 27.8 34.4
1995 29.6 23.7 22.1 25.2 31.9
2000 24.7 22.7 20.3 21.8 25.5
Paraguay
1995 35.8 28.8 28.0 33.1 37.2
1999 34.5 26.9 27.8 30.8 35.6
Perú
Regiones
1991 25.361 20.235 17.009 22.905 28.471
1994 26.433 20.512 18.318 23.037 29.272
Nacional
1994 27.342 21.218 19.51 24.248 30
2000 30.049 22.158 19.816 25.939 31.782
Trinidad y Tobago
1992 26.9 22.0 19.7 25.1 28.0
Uruguay
1989 29.0 23.4 21.4 25.0 28.1
1995 26.3 20.7 18.3 21.5 25.5
2000 24.2 27.5 19.2 21.4 23.0
RB de Venezuela
1989 33.4 26.1 24.6 29.2 35.9
1995 31.4 24.3 23.0 27.1 32.1
1998 30.9 24.1 24.0 27.0 31.7

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


1996 0.60 0.76 0.85 0.90 0.96 0.82 1992 0.66 0.83 0.88
1999 0.58 o.n 0.88 0.91 0.97 0.83 1996 0.70 0.82 0.91
Brasil 2000 0.70 0.87 0.93
1990 0.51 0.68 0.82 0.91 0.97 0.81 Nicaragua
1995 0.59 0.73 0.85 0.93 0.98 0.84 1993 0.38 0.52 0.64
2001 0.67 0.79 0.87 0.95 0.99 0.87 1998 (a) 0.46 0.57 0.69
Chile 1998 (b) 0.60 0.67 0.78
1990 0.91 0.92 0.94 0.97 0.99 0.95 Panamá
1996 0.90 0.93 0.96 0.98 0.99 0.96 1991 0.74 0.85 0.91
2000 0.92 0.94 0.96 0.98 1.00 0.E!6 1995 0.78 0.89 0.93
COlombia 2000 0.94 0.96 0.98
Bogotá Paraguay
1992 0.96 0.98 0.98 0.99 0.99 0.98 1995 0.68 0.79 0.83
1996 0.96 0.98 0.99 0.99 0.99 0.98 1999 0.79 0.86 0.92
Nacional Perú
1996 0.90 0.94 0.95 0.97 0.99 0.96 Regiones
1999 0.91 0.93 0.96 0.96 0.99 0.96 1991 0.81 0.90 0.94
Costa Rica 1994 0.74 0.88 0.92
1990 0.70 0.83 0.83 0.88 0.96 0.85 Nacional
1995 0.76 0.84 0.88 0.91 0.97 0.88 1994 0.74 0.87 0.90
2000 0.76 0.86 0.88 0.92 0.97 0.89 2000 0.82 0.89 0.94
Rep. Dominicana Trinidad y Tobago
1995 0.83 0.88 0.90 0.93 0.97 0.91 1992 0.71 0.74 0.81
Ecuador Uruguay
1994 0.74 0.85 0.86 0.91 0.96 0.87 1989 0.88 0.91 0.95
1998 0.78 0.86 0.90 0.93 0.98 0.90 1995 0.91 0.93 0.96
El Salvador 2000 0.93 0.96 0.97 0
1991 0.49 0.57 0.68 0.76 0.88 0.69 RB de Venezuela •
1995 0.52 0.60 0.72 0.64 0.93 0.75 1989 0.78 0.86 0.90 0
2000 0.64 0.71 0.79 0.66 0.93 0.80 1995 0.82 0.88 0.92 0
Guatemala 1998 0.86 0.90 0.93 0
2000 0.40 0.52 0.59 0.72 0.91 0.65

Nota: Datos para Nicaragua 1993 y 1998 (A): participación de adultos con menos de tres años de educación formal ; para Nicaragua 1
autorreportada.
Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.
1996 62.2 25.3 12.6 65.1 20.8 14.2 59.1 23.8 17.1 70.5 18.0 11.5
1999 54.1 30.0 15.8 59.0 22.6 18.4 52.7 25.9 21.5 64.8 19.6 15.6
Brasil
1990 76.4 17.6 6.0 75.8 16.5 7.8 76.1 16.1 7.7 75.4 16.8 7.8
1995 73.8 19.9 6.4 73.1 18.8 8.1 74.3 17.8 7.9 72.0 19.7 8.3
2001 64.6 27.9 7.5 66.1 24.7 9.1 67.9 23.6 8.5 64.5 25.8 9.8
Chile
1990 43.7 42.7 13.6 50.0 37.6 12.4 43.7 40.2 16.1 46.2 40.0 13.8
1996 37.7 45.9 16.4 38.5 44.7 16.9 37.6 44.0 18.3 39.3 45.2 15.5
2000 33.1 48.3 18.6 33.0 47.0 20.0 32.5 46.2 21.3 33.5 47.7 18.9
Colombia
Bogotá
1992 42.6 39.0 18.3 43.2 34.7 22.1 40.5 33.8 25.8 45.6 35.4 19.0
1996 43.5 41.1 15.5 45.0 36.9 18.1 44.1 36.6 19.3 45.8 37.2 17.0
Nacional
1996 62.8 28.9 8.2 63.8 26.1 10.0 63.8 25.3 10.9 63.8 26.9 9.3
1999 57.8 31.9 10.4 59.6 28.1 12.4 60.0 26.7 13.3 59.1 29.3 11.6
Costa Rica
1990 59.4 29.4 11.2 59.7 27.5 12.8 59.3 27.5 13.1 59.9 27.5 12.6
1995 55.4 30.6 14.0 54.9 29.5 15.6 55.2 28.7 16.1 54.6 30.3 15.1
2000 55.2 30.7 14.1 58.6 27.6 13.9 58.5 27.8 13.7 58.6 27.4 14.1
Rep. Dominicana
1995 57.9 30.6 11.5 59.7 26.8 13.5 60.3 25.7 14.0 59.1 27.8 13.0
Ecuador
1994 61.4 27.1 11.5 64.1 21.9 14.0 63.3 21.8 14.9 64.9 22.1 13.1
1998 56.5 30.3 13.2 56.9 27.1 16.1 56.3 26.6 17.1 57.4 27.6 15.0
El Salvador
1991 67.9 24.8 7.3 70.9 21.4 7.7 67.0 23.8 9.2 74.1 19.5 6.4
1995 67.0 26.0 7.1 69.1 22.4 8.5 65.0 24.9 10.1 72.4 20.5 7.2
2000 59.5 30.6 9.9 61.6 26.7 11.7 57.7 29.4 12.9 64.7 24.5 10.8
Guatemala
2000 79.8 14.9 5.4 81.1 12.6 6.4 77.9 13.4 8.7 83.8 11.9 4.3
Honduras
1990 84.0 12.8 3.2 80.2 14.9 5.0 80.0 13.5 6.5 80.4 16.1 3.6
1995 79.4 17.1 3.5 73.6 21.1 5.3 73.2 19.9 6.9 74.0 22.1 3.9
1999 77.8 17.7 4.6 73.1 20.5 6.5 73.5 18.5 8.1 72.7 22.1 5.2
Jamaica
1990 38.7 56.1 5.2 41.1 52.8 6.1 42.6 52.3 5.1 39.7 53.3 7.0
1999 31.1 63.1 5.8 27.8 65.7 6.6 26.7 67.5 5.9 28.8 64.0 7.2
México
1992 62.5 28.1 9.4 67.6 22.1 10.4 64.3 22.0 13.8 70.6 22.2 7.2
1996 56.6 32.8 10.7 59.0 28.8 12.2 55.8 29.0 15.2 62.0 28.6 9.4
2000 50.3 35.8 14.0 51.6 33.9 14.5 48.1 33.5 18.4 54.8 34.1 11.1
Nicaragua
1993 77.7 18.7 3.6 77.2 17.7 5.2 76.6 16.9 6.5 77.7 18.3 4.0
1998 74.9 20.8 4.3 74.9 19.8 5.3 73.9 19.9 6.2 75.7 19.8 4.5
Panamá
1991 49.0 37.5 13.5 49.3 34.2 16.4 51.4 32.9 15.7 47.4 35.4 17.1
1995 45.2 39.9 14.9 44.7 37.6 17.7 46.5 36.9 16.6 42.9 38.3 18.9
2000 39.0 43.0 18.0 38.5 40.7 20.7 40.7 40.8 18.5 36.5 40.6 22.9
Paraguay
1995 71.0 22.0 7.0 71.7 20.1 8.2 70.1 21.7 8.2 73.3 18.5 8.2
1999 65.1 27.0 7.9 67.4 23.5 9.2 65.5 25.8 8.7 69.2 21.2 9.6
Perú
Regiones
1991 34.2 48.2 17.6 36.8 41.5 21.8 32.2 42.8 25.1 41.1 40.2 18.6
1994 34.2 45.1 20.7 35.7 39.7 24.7 33.1 40.5 26.4 38.1 38.9 23.0
Nacional
1994 37.7 43.3 19.0 39.2 38.2 22.6 36.5 39.4 24.1 41.8 37.1 21.1
2000 37.5 42.7 19.8 37.9 39.4 22.8 32.1 43.8 24.1 43.2 35.3 21.6
Trinidad y Tobago
1992 49.8 42.2 8.0 52.9 38.4 8.8 54.3 35.9 9.9 51.6 40.8 7.7
Uruguay
1989 53.5 35.3 11.3 51.3 35.9 12.8 49.7 36.6 13.7 52.8 35.3 12.0
1995 45.4 41.4 13.2 43.4 40.8 15.8 43.7 41.6 14.7 43.1 40.2 16.7
2000 41.6 41.9 16.5 39.5 43.0 17.6 40.0 44.6 15.4 39.1 41.5 19.5
RB de Venezuela
1989 61.0 30.4 8.6 61.9 27.5 10.6 61.2 27.3 11.6 62.6 27.7 9.7
1998 52.6 33.6 13.8 52.7 32.3 15.0 54.1 32.1 13.9 51.5 32.4 16.1

Nota : Baja educación; menos de 8 años de escuela; media; entre 9 y 13 años de escuela; alta; más de 14 años de escuela.
Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos.•~e encuestas de hogar.
1996 54.3 54.3 54.3 54.3 52.5 52.4 48.6
Nacional
1996 57.0 53.8 56.9 53.8 56.8 57.2 47.9
1999 60.9 55.9 61.7 56.7 57.2 57.5 SO.8
Brasil
1990 60.2 58.8 60.3 59.0 59.2 58.2 54.0
1995 58.8 57.7 59.1 58.0 59.1 58.2 53.9
2001 57.4 56.6 57.6 56.8 58.0 57.6 53.7
Chile
1990 56.8 56.0 56.8 56.0 57.7 57.1 SO.4
1996 56.3 55.7 56.3 55.7 56.8 56.3 49.0
2000 55.8 55.4 55.8 55.4 57.5 57.5 49.5
Colombia
Bogotá
1992 51.5 51.5 51.5 51.5 51.5 SO.3 48.5
1996 52.3 52.3 51.9 51.9 53.5 52.4 49.6
Nacional
1996 52.2 SO.3 51.7 49 .5 51.8 51.7 45.9
1999 54.1 51.3 54.1 51.3 55.0 55.0 48.2
Costa Rica
1990 42.1 42.2 42.2 42.4 41.7 42.1 40.9
1995 42.6 41.7 42.8 41.8 41.6 42.3 39.4
2000 43.2 44.0 43.2 44.0 42.2 41.9 41.2
Rep. Dominicana
1995 49.1 52.2 49.1 52.2 48.1 47.2 42.8
1997 45.6 46.3 45.6 46.4 44.7 46.0 41.7
Ecuador
1994 54.1 SO.9 54.6 51.6 52.7 54.0 47.3
1998 54.3 53.0 53.3 52.2 SO.9 51.7 44.1
El Salvador
1991 54.0 49.6 SO.6 48.4 49.5 49.8 41.8
1995 49.2 48.6 47.6 47.4 45.3 45.2 39.1
2000 48.4 48.9 48.0 48.9 45.1 45.4 38.6
Guatemala
2000 56.9 55.3 56.6 56.1 54.7 56.3 51.6
Honduras
1990 56.2 55.7 56.1 54.7 54.7 55.1 47.9
1995 54.7 52.6 55.5 52.7 56.1 55.9 41.3
1999 56.3 53.0 57.7 54.3 57.5 57.8 47.1
Jamaica
1990 42.5 41.2 42.5 41.2 39.8 41.9 36.0
1999 43.0 45.5 43.0 45.5 39.6 41.9 45.5
México
1992 55.6 53.2 56.3 54.1 56.7 55.3 48.5
1996 54.9 52.4 55.5 53.3 55.4 55.1 49.4
2000 54.1 51.2 53.9 51.6 54.0 53.2 49.0
Nicaragua
1993 53.2 50.4 53.1 SO.3 55.7 56.1 47.1
1998 56.6 56.2 56.8 57.1 58.8 58.3 53.9
Panamá
1991 48.1 48.4 47.7 46.4 45.7
1995 49.3 48.3 49.0 48.1 49.1 48.7 46.0
2000 50.0 48.8 SO.8 49.6 51.7 51.0 46.2
Paraguay
1995 59.0 56.7 57.2 54.8 57.3 57.8 45.1
1999 52.7 SO.6 53.1 51.2 52.5 52.2 44 .1
Perú
Regiones
1991 SO.9 48.3 SO.5 48.4 47.6 45.5 39.4
1994 51.8 49.5 51.4 49.5 SO.1 49.1 41.6
Nacional
1994 51.6 49.3 51.2 49.1 SO.O 49.0 41.3
2000 52.5 SO.O 52.4 50.2 SO.2 SO.O 42.8
Trinidad y Tobago
1992 43.3 46.1 43.3 46.1 40.4 37.7 38.3
Uruguay
1989 43.4 43.4 42.0 42.0 40.7 38.3 35.9
1995 44.4 44.4 45.2 45.2 44.6 42.9 40.8
2000 44.7 44.7 45.3 45.3 44.7 42.7 39.7
RB de Venezuela
1989 37.1 36.5 37.1 36.5 36.5 35.9 33.7
1995 43.8 43.2 43.8 43.2 43.0 42.2 35.6
1998 46.6 44.9 46 .6 44.9 46.2 46.3 43.2

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


1996 2.1 3.8 1.7 México
1999 2.1 3.7 1.7 1992 2.2
Brasil 1996 2.2
1990 2.2 5.8 2.6 2000 2.7
1995 2.6 6.2 2.4 Nicaragua
2001 2.8 6.5 2.3 1993 1.7
Chile 1998 2.5
1990 2.8 3.8 1.4 Panamá
1996 2.8 4.6 1.7 1991 2.2
2000 3.1 5.2 1.7 1995 2.3
Colombia 2000 2.3
Bogotá Paraguay
1992 2.5 4.0 1.6 1995 2.0
1996 3.2 4.6 1.4 1999 2.1
Nacional Perú
1996 2.6 4.8 1.8 Regiones
1999 2.5 4.7 1.9 1991 1.3
Costa Rica 1994 1.6
1990 2.1 3.2 1.5 Nacional
1995 2.1 3.0 1.4 1994 1.6
2000 2.0 2.9 1.5 2000 1.9
Rep. Dominicana Trinidad y Tobago
1995 2.0 2.7 1.3 1992 2.0
1997 1.9 2.5 1.3 Uruguay
Ecuador 1989 1.6
1994 2.0 2.6 1.3 1995 1.9
1998 1.8 3.0 1.7 2000 1.9
El salvador RB de Venezuela
1991 2.0 3.4 1.6 1989 1.7
1995 2.1 3.4 1.6 1995 1.5
2000 2.0 3.1 1.6 1998 2.0

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


Nacional
1996 0.283 0.177 0.882 0.201 0.244 0.843 0.010 0.166 1.025 0.097
1999 0.129 0.413 0.766 0.184 0.664 0.782 0.264 0.073 0.800 0.114
Brasil
1990 0.505 0.415 0.847 0.509 0.500 0.933 0.493 0.478 0.870 0.525
1995 0.459 0.412 0.885 0.459 0.594 1.030 0.458 0.426 0.941 0.399
2001 0.399 0.392 0.942 0.329 0.376 0.903 0.382 0.395 0.996 0.297
Chile
1990 0.107 0.383 0.808 -<l.007 0.716 0.952 0.109 0.380 0.835 -<l.024
1996 0.057 0.425 0.966 0.099 0.652 1.091 0.040 0.445 0.934 0.005
2000 0.084 0.388 0.942 0.115 0.473 0.971 0.088 0.398 0.932 0.015
Colombia
Bogotá
1992 0.141 0.661 0.891 0.262 0.640 0.804 0.094 0.743 0.874 0.469
1996 0.088 0.453 0.990 0.169 0.576 0.966 0.096 0.473 1.020 0.098
Nacional
1996 0.204 0.478 0.840 0.255 0.598 0.777 0.134 0.400 0.943 0.128
1999 0.202 0.429 0.905 0.227 0.521 0.859 0.094 0.407 0.875 0.054
Costa Rica
1990 0.142 0.440 0.694 0.211 0.505 0.668 0.130 0.523 0.670 0.014
1995 0.157 0.368 0.688 0.196 0.428 0.716 0.178 0.352 0.694 0.361
2000 0.077 0.380 0.665 0.023 0.461 0.694 0.055 0.440 0.748 0.155
Rep. Dominicana
1995 0.216 0.114 0.862 0.392 0.485 1.198 0.266 0.033 0.904 0.393
1997 0.246 0.107 0.711 0.280 0.553 0.955 0.169 0.181 0.746 0.129
Ecuador
1994 0.212 0.399 0.558 0.008 0.641 0.721 0.144 0.529 0.515 0.196
1998 0.306 0.378 0.645 0.124 0.649 0.567 -<l.050 0.470 0.691 -<l.253
El Salvador
1991 0.235 0.351 0.539 0.185 0.537 0.538 0.176 0.436 0.556 0.268
1995 0.156 0.433 0.668 0.159 0.737 0.729 0.196 0.382 0.622 0.333
2000 0.141 0.351 0.531 0.234 0.221 0.589 0.203 0.265 0.408 0.298
Guatemala
2000 0.356 0.652 0.498 0.307 0.876 0.515 0.370 0.693 0.552 0.193
Honduras
1990 0.368 0.622 0.714 0.349 1.177 0.655 0.376 0.580 0.738 0.342
1995 0.243 0.616 0.851 0.384 0.892 0.478 0.207 0.527 0.745 0.321
1999 0.330 0.655 0.659 0.409 0.797 0.587 0.331 0.626 0.765 0.391
Jamaica
1990 0.762 0.116 1.000 -<l.032 0.386 0.534 0.231 0.280 0.946 0.378
1999 0.000 0.296 0.943 0.005 0.478 1.385 0.431 0.090 0.983 0.071
México
1992 0.326 0.504 0.755 0.217 1.051 0.173 0.239 0.573 0.683 0.221
1996 0.303 0.686 0.575 0.283 0.858 0.389 0.306 0.641 0.649 0.285
2000 0.347 0.449 0.840 0.195 0.663 0.416 0.259 0.459 0.846 0.210
Nicaragua
1993 0.190 0.296 0.435 0.098 0.288 0.379 0.236 0.219 0.576 0.043
1998 0.350 0.290 0.771 0.136 0.236 0.823 0.269 0.418 0.696 0.222
Panamá
1991 0.081 0.377 0.805 0.273 0.815 0.743 0.193 0.509 0.750 0.255
1995 0.232 0.424 0.851 0.223 0.799 0.797 0.271 0.472 0.841 0.193
2000 0.182 0.365 0.956 0.256 0.534 0.712 0.126 0.310 0.936 0.159
Paraguay
1995 0.193 0.543 0.822 0.163 0.703 0.647 0.269 0.473 0.723 0.325
1999 0.250 0.425 0.837 0.335 0.439 0.983 0.333 0.349 0.821 0.401
Perú
Regiones
1991 0.300 0.139 0.360 0.047 0.285 0.458 0.118 0.342 0.314 -<l.167
1994 -<l.005 0.332 0.513 0.151 0.299 0.410 0.125 0.400 0.510 -<l.224
Nacional
1994 0.016 0.321 0.496 0.180 0.286 0.407 0.077 0.391 0.492 -<l.096
2000 0.156 0.370 0.637 0.021 0.368 0.727 0.167 0.189 0.690 0.078
Trinidad y Tobago
1992 0.208 0.252 0.601 -<l.027 0.682 0.965 0.152 0.379 0.563 0.309
Uruguay
1989 0.088 0.338 0.600 -<l.010 0.433 0.544 0.088 0.336 0.599 -<l.012
1995 0.140 0.426 0.626 0.088 0.608 0.627 0.129 0.462 0.593 0.054
2000 0.150 0.403 0.689 0.097 0.511 0.688 0.215 0.407 0.681 0.082
RB de Venezuela
1989 0.257 0.338 0.504 0.327 0.521 0.480 0.095 0.322 0.522 0.151
1995 0.215 0.355 0.444 0.172 0.278 0.371 0.098 0.261 0.483 0.240
1998 0.192 0.347 0.510 0.092 0.246 0.408 -<l.020 0.418 0.638 -<l.018

Notas : Las regresiones son estimadas por el procedimiento de dos etapas de Heckman . Variable dependiente: logaritmo del salario por
individuos en edades de 25-55 . Variables explicativas : dummies educativos, edad, edad al cuadrado, dummies regionales, y dummy urbano/r
mismas variables mas número de niños y asistencia a la escuela.
Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar .
Urbano 1999 0.967 0.902 0.626
1992 0.764 0.915 0.676 0.695 0.765 Jamaica
1996 0.736 1.013 0.663 0.666 0.601 1990 0.638 0.560 0.524
Nacional 1999 0.615 0.603 0.606
1996 0.953 0.944 0.656 0.702 0.792 México
1999 1.009 1.131 0.669 0.764 0.776 1992 0.783 0.621 0.644
Brasil 1996 0.790 0.634 0.662
1990 0.606 0.764 0.735 0.702 0.636 2000 0.738 0.930 0.609
1995 0.770 0.927 0.669 0.665 0.625 Nicaragua
2001 0.746 0.727 0.660 0.636 0.693 1993 0.930 0.795 0.664
Chile 1998 0.960 0.631 0.769
1990 0.760 0.914 0.662 0.616 0.699 Panamá
1996 0.735 1.010 0.624 0.625 0.754 1991 0.756 0.659 0.567
2000 0.727 0.602 0.577 0.574 0.777 1995 0.665 0.673 0.563
Colombia 2000 0.696 0.656 0.567
Bogotá Paraguay
1992 0.856 0.836 0.750 0.774 0.625 1995 0.698 0.929 0.603
1996 0.716 0.670 0.597 0.536 0.602 1999 0.815 0.631 0.565
Nacional Perú
1996 0.795 0.742 0.553 0.519 0.622 Regiones
1999 0.675 0.609 0.606 0.574 0.867 1991 0.786 1.051 0.676
Costa Rica 1994 0.770 0.657 0.609
1990 0.634 0.671 0.562 0.514 0.770 Nacional
1995 0.634 0.676 0.525 0.535 0.769 1994 0.764 0.656 0.628
2000 0.629 0.669 0.553 0.554 0.645 2000 0.667 0.916 0.663
Rep. Dominicana Trinidady Tobago
1995 0.716 0.953 0.626 0.603 0.625 1992 0.637 0.700 0.573
1997 0.664 0.929 0.595 0.606 0.629 Uruguay
Ecuador 1969 0.604 0.667 0.535
1994 0.653 0.940 0.683 0.752 0.754 1995 0.667 0.666 0.565
1996 0.638 0.947 0.661 0.700 0.798 2000 0.662 0.657 0.574
El Salvador RB de Venezuela
1991 0.649 0.606 0.601 0.597 0.806 1969 0.552 0.547 0.476
1995 0.606 0.716 0.539 0.627 0.762 1995 0.722 0.663 0.593
2000 0.691 0.830 0.628 0.596 0.615 1996 0.614 0.926 0.667

Notas : Dispersión en los no observables =desviación estándar del término de error en ecuaciones de Mincer de la tabla A.31. La brech
promedio del sueldo contrafactual que los hombres ganarían si ellos fueron pagados como mujeres, sobre el sueldo medio verdadero
altos en la columna (v) significan una brecha más estrecha de género en salarios por hora.
Fuen te: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.
1996 40.0 49.2 49 .1 52.4 1990 44.2 40 .7
Nacional 1999 29.7 42 .9
1996 53.3 48.9 48.8 57.2 México
1999 58.7 44.1 48 .6 57.5 1992 48.4 48 .6
Brasil 1996 45 .6 49.8
1990 49.7 47.0 41.9 58.2 2000 45.0 42.2
1995 48 .7 46.7 44.9 58.2 Nicaragua
2001 45 .6 47.6 48.0 57.6 1993 54 .2 48 .4
Chile 1998 53.1 49.0
1990 50 .3 48 .2 53.7 57.1 Panama
1996 43.1 46 .5 53.0 56.3 199 1 38.2 39.0
2000 39.8 45 .8 55.6 57.5 1995 37.4 41.2
Colombia 2000 39.7 44 .9
Bogotá Paraguay
1992 39.0 42.5 39.7 50.3 1995 55.3 51.4
1996 39.0 40.1 44.7 52.4 1999 53.4 40 .4
Nacional Peni
1996 42.2 42.5 42 .7 51.7 Regiones
1999 44.9 47.6 45.4 55.0 1991 43 .0 46.0
Costa Rica 1994 44.0 47.3
1990 34.5 34 .7 36.7 42.1 Nacional
1995 34.8 34.7 37.0 42.3 1994 46.0 46 .7
2000 33.2 38.1 36.7 41.9 2000 48.7 43.1
Rap. Dominicana Trinidad y Tobago
1995 41.2 44.5 45.5 47.2 1992 32.2 31.9
1997 42 .6 41.7 43.3 46.0 Uruguay
Ecuador 1989 31.8 36.1
1994 51.7 46.2 48.2 54.0 1995 34.0 38 .7
1998 44.3 50.1 45.5 51.7 2000 34.9 38.3
El salvador RB de Venezuela
1991 46.6 41.6 41 .7 49.8 1989 30.8 32.1
1995 38.7 37.2 37.0 45.2 1995 39.1 39.5
2000 40.4 41.6 42.8 45.4 1998 40.7 40.8

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


2001 -{).1916' --{).1758 ' 40.2 44.0 40.2 41.6 1999 -{).1336' -{).2261,
Bolivia Jamaica
Urbano 1990 --{).0872' --{).1035 '
1992 -{).1355' -{).1359' 50.8 48.7 41.1 48.3 1999 -{).0666' --{).0525
1996 -{).1872' -{).2472 ' 48.9 48.1 41.9 47.2 México
Nacional 1992 -{).1267' --{).1787 '
1996 -{).1776' -{).2479 ' 48.6 47.9 41.4 47.5 1996 --{).1290' -{).1437'
1999 --{).2094' -{).2484 ' 49.6 50.0 42.2 48.4 2000 -{).1361' --{).2006'
Brasil Nicaragua
1990 --{).0718' -{).1368' 44.5 41.7 41.1 43.8 1993 -{).1563' -{).1677'
1995 -{).0915' -{).1356' 44.7 42.5 42.1 44.0 1998 -{).1456' --{).1756'
2001 --{).1081 , -{).1276' 44.5 43.1 42.2 43.9 Panamá
Chile 1991 -{).1164' --{).1713'
1990 -{).1581' -{).2322' 50.4 50.5 45.6 49.6 1995 --{).1078' -{).1462'
2000 --{).1507' -{).1856' 48.0 49.0 46.0 48.0 2000 -{).1237' --{).1705'
Colombia Paraguay
Bogotá 1995 -{).1642' -{).2746'
1992 -{).1986' -{).2142' 49.1 46.8 44.8 47.4 1999 -{).1591' --{).1960'
1996 --{).1809' -{).2157' 49.3 48.2 45.6 48.3 Perú
Nacional Regiones
1996 --{).1m' --{).2390' 48.2 47.1 44.2 47.5 1991 --{).2170' -{).2321,
1999 --{).1280' --{).2709' 47.5 46.9 44.1 46.9 1994 --{).2417 ' --{).2098'
Costa Rica Nacional
1990 -{).1655' -{).1853' 47.3 47.7 44.6 47.1 1994 -{).2371 , -{).2169'
1995 -{).1653' -{).1662' 45.8 47.7 45.3 46.3 2000 -{).2137' --{).2085'
2000 -{).1795' --{).2:>i5' 46.7 48.1 45.6 46.9 Trinidad y Tobago
Rep. Dominicana 1992 -{).1493 ' --{).1904'
1995 -{).1144' -{).1526' 44.1 43.2 42.8 43.7 Uruguay
1997 -{).1841' -{).2221 , 43.4 43.2 41.2 43.1 1989 --{).0583' -{).1221,
Ecuador 1995 -{).1139' --{).1101 '
1994 -{).1153' -{).1359' 44.0 46.4 43.6 44.5 2000 --{).0927' --{).1095'
1998 --{).1057' -{).1866' 44.7 49.3 45.9 46.1 RB de Venezuela
El Salvador 1989 --{).1180' --{).183S'
1991 --{).0582 ' -{).2361, 48.1 48.2 43.2 47.7 1995 -{).1344' -{).2186'
1995 -{).1575' --{).3035' 48.0 47.3 42.7 47.4 1998 -{).1359' -{).1832'
2000 -{).1551 , --{).1718' 44.3 46.6 42.7 44.8
Guatemala
2000 --{).1603' --{).2060 ' 51.0 50 .3 46.7 50.7

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


99 .7
1999 15.9 84 .1 0.0 100.0 0.3 99 .7
Bras il
1990 35 .0 65.0 1.2 98.8 0.6 99.4
1995 33.6 66.4 1.2 98.8 1.4 98 .6
2001 32.3 67 .7 0.6 99.4 1.7 98 .3
Chile
1990 16.1 83 .9 1.0 99 .0 1.7 98 .3
1996 24.1 75.9 0.4 99 .6 2.1 97 .9
2000 24.7 75.3 1.3 98 .7 1.8 98 .2
Colombia
Bogotá
1992 32 .7 67.3 1.6 98.4 0.7 99.3
1996 36 .9 63 .1 1.5 98 .5 1.7 98 .3
Naciona l
1996 32.2 67 .8 0.1 99.9 0 .5 99 .5
1999 28.7 71 .3 0.0 100.0 0.8 99 .2
Cos ta Rica
1990 28.0 72 .0 0.1 99.9 0.9 99 .1
1995 25.9 74.1 0.0 100.0 0.6 99.4
2000 24.2 75.8 0.3 99.7 0.8 99.2
Rep. Dominicana
1995 17.0 83 .0 0.2 99.8 1.0 99 .0
Ecuador
1994 12.1 87.9 0.6 99.4 1.4 98 .6
1998 17.5 82 .5 0.7 99.3 0.5 99 .5
El Salvador
1991 16.9 83 .1 0.3 99.7 0.3 99 .7
1995 29.6 70 .4 3.1 96 .9 0.3 99.7
2000 14.9 85 .1 1.5 98.5 0.6 99.4
Guatemala
2000 32 .8 67.2 1.4 98.6 0.9 99 .1
Honduras 1990 26.6 73.4 0.1 99 .9 0.4 99 .6
1995 22.6 n .4 1.0 99 .0 1.6 98 .4
1999 16.6 83.4 0.4 99 .6 0.6 99 .4
Jamaica
1990 4.8 95 .2 6.5 93 .5 1.1 98 .9
1999 12.4 87 .6 0.3 99 .7 1.4 98.6
México
1992 24.2 75.8 0.5 99 .5 1.2 98.8
1996 25 .0 75 .0 0 .5 99.5 0.3 99.7
2000 31 .0 69.0 1.2 98.8 2.6 97.4
Nicaragua
1993 11.1 88.9 0.3 99.7 1.9 98.1
1998 19.7 80 .3 1.1 98.9 0.4 99.6
Panamá
1991 27.6 72.4 0.2 99 .8 2.2 97 .8
1995 25.0 75 .0 0.4 99 .6 3.0 97.0
2000 18.9 81.1 0.0 100 .0 1.4 98 .6
Paraguay
1995 15.0 85.0 0.3 99.7 1.2 98 .8
1999 16.2 83 .8 0.4 99.6 0.4 99.6
Perú
199 1 5.7 94 .3 0.0 100.0 0.1 99 .9
1994 13.9 86. 1 0.8 99 .2 1.2 98 .8
2000 14.7 85.3 0.1 99 .9 0.7 99 .3
Trinidad y Tobago
1992 27.0 73 .0 1.0 99 .0 1.8 98 .2
Uruguay
1989 14.5 85.5 3.0 97.0 0.9 99. 1
1995 20.2 79.8 0 .7 99.3 0.8 99 .2
2000 17.3 82.7 0.3 99.7 1.5 98 .5
RB de Venezue la
1989 21.7 78 .3 0.9 99 .1 1.4 98.6
1995 10.7 89 .3 0.3 99.7 0.6 99 .4
1998 14.1 85 .9 0.8 99 .2 0 .8 99 .2

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hoga r.


Nacional
1996 82.4 65.9 72.0 67.5 87.6 76.9 1.0 3.4 3.4 1.7 2.1 1.9 3.1
1999 79.1 62.3 71.1 62.5 84.1 72.8 1.5 5.3 3.0 2.9 2.8 2.9 4.1
Brasil
1990 63.9 71.4 85.0 46.6 87.6 66.5 2.2 3.4 1.4 1.5 3.3 2.4 3.6
1995 68.4 72.1 85.1 55.2 86.2 70.2 3.8 5.5 2.3 3.9 4.3 4.1 0.6
2001 64.9 69.1 82.8 53.8 82.1 67.4 5.9 8.8 3.7 6.9 6.2 6.6 0.7
Chile
1990 50.5 55.0 69.5 34.1 78.0 55.0 4.4 5.6 3.7 3.6 6.2 4.8
1996 54.9 60.6 69.0 39.7 81.2 59.8 3.0 4.3 2.6 3.1 4.0 3.5 1.9
2000 52.2 57.7 68.4 41.0 76.0 57.9 6.2 7.6 4.5 5.4 7.8 6.6 3.6
Colombia
Bogotá
1992 64.1 64.2 81.9 53.4 84.2 67.4 4.8 6.4 4.2 5.9 4.6 5.3 6.5
1996 62.2 65.4 76.2 52.1 81.4 65.7 7.1 7.5 5.6 7.2 6.8 7.0 5.6
Nacional
1996 60.2 61.7 80.3 43.2 83.6 62.3 4.7 8.5 5.2 6.0 5.6 5.8 5.9
1999 59.1 56.5 75.6 43.3 78.5 60.0 8.1 15.2 10.2 11.1 10.1 10.6 7.5
Costa Rica
1990 57.0 62.6 72.2 34.3 87.5 60.3 2.0 3.2 2.0 1.7 2.9 2.3 3.3
1995 57.8 62.6 73.6 37.2 86.9 61.5 2.3 3.7 2.4 2.2 3.3 2.7 3.0
2000 57.6 64.2 76.1 39.5 86.1 62.2 3.3 3.1 1.8 2.6 3.5 3.0 3.9
Rep. Dominicana
1995 55.9 55.0 72.5 34.6 81.9 57.5 8.7 12.7 9.6 11.7 8.3 10.0 0.9
1997 57.8 58.6 72.4 36.3 83.6 59.5 8.9 13.6 12.6 12.9 8.0 10.5 1.1
Ecuador
1994 73.7 69.9 81.3 56.6 90.3 73.4 0.9 2.8 2.5 1.4 1.7 1.6 1.2
1998 74.2 69.7 81.6 58.2 90.3 73.9 1.9 3.6 2.5 2.1 2.9 2.5 1.9
El Salvador
1991 58.1 63.6 69.0 41.7 82.8 60.3 4.7 6.6 4.6 3.5 7.2 5.2 4.6
1995 60.7 63.5 76.3 45.2 83.4 62.5 3.9 6.3 3.2 2.6 6.8 4.5 3.3
2000 61.5 63.0 72.8 49.2 79.6 63.1 3.9 6.2 3.6 2.0 7.7 4.6 1.0
Guatemala
2000 68.1 70.5 83.7 46.2 92.2 67.7 0.8 2.5 1.2 0.8 1.3 1.2
Honduras
1990 61.6 63.2 68.8 36.5 89.6 62.0 2.5 8.3 7.3 2.9 4.0 3.4 4.3
1995 61.7 64.7 73.9 37.5 90.4 62.6 1.6 3.7 2.4 1.3 2.8 2.0 3.8
1999 66.4 69.9 75.0 47.6 90.5 67.4 2.1 3.2 2.8 1.6 3.1 2.3 2.2
Jamaica
1990 68.3 63.4 79.7 53.4 78.9 65.9 7.2 13.6 3.7 14.9 6.4 10.7 9.7
1999 69.2 72.4 86.8 59.2 82.9 70.6 5.4 8.5 1.9 9.4 5.0 7.3 8.6
México
1992 52.4 60.1 69.6 32.7 81.5 56.2 1.5 2.7 2.7 1.0 3.0 2.0
1996 59.6 64.0 73.8 42.2 85.1 62.5 1.8 3.7 3.7 1.5 3.8 2.6
2000 61.9 65.7 73.1 43.2 86.7 63.8 0.8 1.7 1.6 0.6 1.9 1.2
Nicaragua
1993 50.3 54.1 70.9 35.2 70.3 51.7 12.8 16.2 15.2 9.3 18.1 13.5 5.2
1998 56.1 54.7 63.0 35.8 76.4 56.1 5.9 9.4 9.6 5.6 7.9 6.8 2.0
Panamá
1991 53.4 51.9 67.5 34.5 76.0 54.8 6.6 15.4 11.4 9.9 11.2 10.5 10.
1995 56.9 58.8 74.0 39.5 81.1 60.2 7.0 13.2 9.1 10.0 9.6 9.8 8.7
2000 56.9 57.1 75.2 40.3 79.8 60.3 5.9 9.5 5.6 5.6 9.0 7.4 6.4
Paraguay
1995 79.2 76.9 88.8 66.1 92.9 79.4 1.5 3.7 2.0 1.8 2.2 2.0 5.3
1999 66.7 68.7 83.4 50.9 86.5 68.6 2.9 5.3 2.6 3.1 4.0 3.5 5.
Pero
Regiones
1991 68.4 61.0 73.6 52.5 ' 80.2 65.6 1.5 4.0 3.3 2.4 3.2 2.8
1994 69.3 59.7 71.2 51.3 81.3 65.4 1.6 4.1 4.1 2.3 3.9 3.0
Nacional
1994 71.0 61.2 71.8 52.5 82.9 66.9 1.4 3.9 4.1 2.1 3.6 2.8
2000 75.1 67.4 73.6 60.0 84.1 71.6 1.7 4.5 4.8 3.1 3.9 3.5 1.
Trinidad y Tobago
1992 47.0 53.9 77 .1 36.2 69.1 52.4 13.3 14.7 4.7 10.1 16.3 13.2
Uruguay
1989 60.3 70.7 79.1 49.9 85.2 66.1 3.4 6.5 4.6 4.9 4.3 4.6 5.
1995 59.9 70.8 80.9 53.0 83.3 67.2 5.5 8.2 3.5 6.9 5.8 6.3 5.
2000 59.3 70.1 74.0 54.0 80.0 68.3 9.7 10.3 8.8 10.6 8.8 9.8 7.
RBde Venezuela
1989 56.4 58.8 73.4 36.7 80.3 58.5 6.3 6.1 4.4 3.0 9.0 6.0 7.
1995 60.0 62.7 75.5 41.1 82.4 61.8 6.0 7.6 6.4 6.0 7.3 6.6 9.5
1998 62.7 65.0 72.7 47.5 82.2 64.9 7.2 8.8 6.9 6.6 8.8 7.7 8.

Nota : Datos para Brasil, 1995 y 2001 : la duración se refiere a promedio de meses desde que los trabajadores dejaron sus últimos trabaj
Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar .
1996 4.1 6.7 6.1 11.5 71.7 5.1 6.6 8.7 25.9 53.6 7.7 11.3
Nacional
1996 0.4 2.6 7.2 9.4 80.4 0.4 4.9 10.1 20.1 64.6 2.1 8.6
1999 0.5 2.0 5.9 15.7 75.8 0.0 1.9 5.8 14.4 n.9 1.7 6.4
Brasil
1990 1.4 3.2 5.8 10.9 78.7 3.4 6.1 8.4 15.5 66.6 0.0 3.8
1995 0.5 1.5 3.8 9.6 84 .6 2.6 7.3 11.4 16.2 62.6 7.6 10.6
2001 3.2 3.4 4.5 10.5 78.4 2.0 6.0 11.6 17.4 62.9 9.7 10.9
Chile
1990 0.0 0.0 1.1 9.7 89.1 4.7 9.3 15.3 25.2 45.5 23.4 22.5
1996 2.8 8.1 16.6 25.8 46.7 28.7 26.6
2000 2.4 7.1 14.6 23.8 52.1 33.0 29.0
Colombia
1999 2.0 3.2 5.5 13.5 75.7 0.4 3.4 7.8 16.6 71.9 5.4 8.5
Costa Rica
1995 5.4 8.6 13.0 19.8 53.2 10.7 10.4
2000 6.6 8.7 10.3 18.2 56.2 11.0 10.5
Rep. Dominicana
1997 4.4 6.4 8.8 16.4 63.9 3.6 6.5 6.0 9.8 74.1 6.2 9.7
Ecuador
1994 2.4 4.1 11.5 17.1 64.9
1998 1.2 3.1 4.5 8.7 82.5
El Salvador
1991 1.1 2.5 5.3 9.9 81.2 1.6 4.2 9.4 21.9 62.8 4.7 8.7
2000 2.1 3.2 4.0 9.9 80.8 1.4 6.3 11.4 17.9 63.0 11.1 13.8
Guatemala
2000 0.1 0.2 1.4 2.3 95.9 0.7 2.3 5.9 12.9 78.2 2.1 5.4
México
1992 1.8 3.8 5.8 17.2 71.4 1.5 11.6 13.4 21.0 52.5 5.0 11.4
1996 1.4 4.0 5.3 9.1 80.2 1.8 8.5 14.8 24.0 50.9 3.4 11.5
2000 1.6 1.8 6.0 7.1 83.4 1.3 5.9 9.9 12.3 70.5 10.5 11.0
Nicaragua
1993 1.8 13.3 4.5 6.0 74.4 8.9 12.9 17.2 19.5 41.4 3.1 4.9
1998 0.2 0.8 1.3 4.1 93.6 3.9 3.2 10.7 19.0 63.2 3.7 7.8
Panamá
1991 4.7 5.4 7.3 13.2 69.4 0.7 4.6 9.5 21.1 64.1 18.4 20.7
1995 2.3 3.4 7.3 12.7 74.3 0.8 4.4 9.5 20.5 64.8 8.2 10.6
2000 0.7 2.4 8.4 9.1 79.3 0.7 3.6 7.8 19.0 69.0 12.1 13.7
Paraguay
1995 0.1 0.9 2.7 ' 8.2 88.1 0.2 10.6 7.5 16.5 65.3 5.1 7.5
1999 1.1 1.8 3.9 11.4 81.7 0.5 1.9 12.0 19.2 66 .4 6.2 14.4
Perú
1994 0.8 1.8 5.8 5.8 85.8 1.8 5.8 15.7 22.1 54.6 5.4 10.8
2000 0.8 2.9 5.6 12.3 78.5 0.4 3.5 9.3 22.6 64.1 4.7 9.5
Uruguay
1995 1.1 2.6 6.2 13.1 76.9 5.7 13.1 17.7 22.6 40.9 12.3 15.1
2000 0.6 2.2 5.2 10.8 81.2 3.7 9.6 15.5 23.3 47.9 13.7 16.3
RB de Venezuela
1995 5.0 5.8 10.9 11.5 66 .8 10.5 11.7
1998 3.6 7.4 8.9 12.1 68.1 8.7 10.8

Fuente: Cálculos del autor basados en microdalos de encuestas de hogar.


na (ii) muestra valores de alrededor de 1981 . Brasil 0.83
Fuente: Deininger y Olinto (2000) y UNDP (1993). Colombia 0.85
CostaRica 0.81
Chile
Rep. Dominicana 0.80
Ecuador 0.86
El Salvador 0.83
Granada 0.78
Guatemala 0.86
Guyana
Honduras 0.75
Jamaica 0.81
México 0.59
Nicaragua 0.80
Panamá 0.71
Paraguay 0.86
Perú 0.94
PuertoRico 0.73
Surinam 0.73
Trinidady Tobago 0.68
Uruguay 0.82
RB de Venezuela 0.92

Nota : Los valores para cada país corresponden


en el período 1950-1979 y en la columna (ii) a la
perIodo 1980-1994.
Fuente: Cálculos del autor basados en Deininge
1996 0.89 0.71 0.60 0.53 0.57 0.66 1.3 1.4 1.7 1.7 2.1 1.7 3.8 3.8 3.
1999 0.88 0.70 0.55 0.54 0.61 0.65 1.4 1.6 1.7 1.8 2.0 1.7 3.5 3.3 3.
Brasil
1990 0.69 0.68 0.66 0.68 0.70 0.68 2.1 2.0 2.0 2.1 2.1 2.1 2.6 2.4 2.
1995 0.62 0.65 0.67 0.68 0.71 0.67 2.1 2.0 2.0 2.0 2.1 2.0 2.7 2.3 2.
2001 0.62 0.65 0.68 0.69 0.73 0.68 2.0 2.0 1.8 1.9 2.0 1.9 2.6 2.2 1.
Chile
1996 0.53 0.56 0.60 0.64 0.56 0.58 2.1 2.3 2.5 2.6 3.0 2.5 2.4 2.1 1.
2000 0.61 0.63 0.67 0.68 0.65 0.65 2.3 2.4 2.5 2.7 3.0 2.6 2.2 2.0 1.
Colombia
1996 0.73 0.63 0.58 0.58 0.63 0.63 2.8 2.9 3.1 3.2 3.8 3.2 2.1 2.0 1.
1999 0.71 0.60 0.55 0.57 0.60 0.60 2.8 2.9 3.0 3.3 3.8 3.2 2.1 2.0 1.
Rep. Dominicana
1995 0.82 0.79 0.75 0.75 0.68 0.76
1997 0.89 0.63 0.79 0.71 0.65 0.76 2.9 3.2 3.2 3.4 3.9 3.4 1.8 1.6 1.
Ecuador
1994 0.77 0.73 0.66 0.66 0.63 0.68 1.6 1.8 2.0 2.0 2.4 2.0 3.6 3.6 3.
1998 0.79 0.68 0.64 0.62 0.59 0.66 1.7 1.9 1.9 2.1 2.4 2.0 3.2 3.3 3.
El Salvador
1991 0.61 0.55 0.58 0.60 0.67 0.61 1.2 1.3 1.4 1.6 2.1 1.6 5.0 4.6 4.
1995 0.65 0.60 0.62 0.64 0.71 0.65 1.3 1.3 1.5 1.7 2.2 1.6 4.6 4.4 3.
2000 0.69 0.65 0.65 0.63 0.70 0.66 1.8 1.8 1.9 2.0 2.3 2.0 3.7 3.3 3.
Guatemala
2000 0.82 0.72 0.69 0.64 0.66 0.70 1.4 1.4 1.6 1.7 2.2 1.7 4.8 4.5 4.
Honduras
1990 0.84 0.76 0.71 0.64 0.62 0.71 1.2 1.2 1.3 1.5 2.0 1.5 5.7 5.4 4.
1995 0.83 0.74 0.69 0.69 0.69 0.72 1.3 1.4 1.5 1.6 2.1 1.6 5.3 4.8 4.
1999 0.80 0.76 0.65 0.62 0.63 0.69 1.4 1.6 1.7 1.8 2.2 1.8 4.8 4.2 3.
Jamaica
1990 0.80 0.76 0.73 0.71 0.55 0.69
1996 0.64 0.65 0.65 0.62 0.53 0.60 2.9 2.8 2.9 2.8 2.9 2.9 2.3 1.9 1.
1999 0.64 0.54 0.64 0.57 0.49 0.56 2.6 2.7 2.9 2.8 2.6 2.7 2.4 1.8 1.
México
1992 0.51 0.56 0.57 0.60 0.68 0.59 1.5 1.7 1.8 2.0 2.1 1.9 4.2 3.6 3.
1996 0.48 0.56 0.63 0.66 0.67 0.61 1.6 1.7 1.9 2.0 2.1 1.9 4.0 3.4 2.
2000 0.48 0.63 0.63 0.66 0.69 0.62 1.7 1.8 1.9 2.0 2.2 1.9 3.5 2.9 2.
Paraguay
1995 0.89 0.82 0.77 0.75 0.67 0.77 1.8 1.8 1.9 2.1 2.3 2.0 3.8 3.2 2.
1999 0.89 0.84 0.78 0.81 0.75 0.81 2.0 1.9 2.1 2.2 2.4 2.1 3.4 2.9 2.
Perú
Regiones
1991 0.81 0.79 0.73 0.71 0.66 0.74 2.9 3.3 3.4 3.7 3.7 3.4 2.4 2.1 2.
1994 0.78 0.71 0.68 0.70 0.70 0.71 2.8 3.1 3.4 3.7 4.5 3.6 2.7 2.2 1.
Nacional
1994 0.77 0.7 0.67 0.69 0.69 0.70 2.7 3.0 3.3 3.6 4.4 3.4 2.6 2.4 2.
2000 0.84 0.74 0.73 0.72 0.73 0.75 2.7 3.0 3.2 3.7 4.4 3.5 2.4 2.2 2.
Trinidad y Tobago
1992 0.26 0.34 0.38 0.39 0.51 0.39 2.4 2.5 2.6 2.7 2.6 2.6 2.6 2.3 2.
Uruguay
1989 0.62 0.65 0.68 0.67 0.73 0.67 1.9 1.9 2.0 2.1 2.2 2.0 2.3 1.8 1.
1995 0.64 0.68 0.70 0.71 0.75 0.70 2.0 2.0 2.0 2.0 2.0 2.0 2.2 1.8 1.
2000 0.57 0.65 0.68 0.70 0.76 0.68 2.0 2.0 2.0 2.0 2.0 2.0 2.4 1.9 1.
RB de Venezuela
1989 0.83 0.81 0.75 0.73 0.69 0.75 2.5 2.6 . 2.7 2.8 2.9 2.7 3.1 2.7 2.4
1995 0.86 0.85 0.82 0.80 0.79 0.82 2.3 2.3 2.4 2.4 2.4 2.4 2.8 2.7 2.
1998 0.84 0.84 0.83 0.81 0.80 0.82 2.2 2.2 2.3 2.4 2.3 2.3 2.8 2.6 2.4

Nota: En la mayoría de los casos , "cuartos" se refiere al número de cuartos usados s610 por el hogar, excluyendo la cocina y los cuartos de
Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de enc uestas de hogar.
1996 2.09 2.13 2.26 2.09 1.93 2.10 2.27
1999 2.61 2.18 2.03 1.86 1.61 2.06 2.47
Brasil
1990 2.13 1.90 1.72 1.55 1.42 1.74 1.90
1995 1.89 1.66 1.47 1.32 1.18 1.50 1.65
2001 1.63 1.41 1.27 1.13 0.97 1.28 1.43
Chile
1990 1.59 1.59 1.51 1.38 1.43 1.50 1.55
1996 1.55 1.52 1.46 1.35 1.32 1.44 1.48
2000 1.44 1.41 1.37 1.24 1.30 1.35 1.45
Colombia
Bogotá
1992 1.67 1.56 1.35 1.14 1.20 1.38 1.6 1
1996 1.28 1.29 1.36 1.19 1.11 1.25 1.43
Nacional
1996 1.97 1.67 1.61 1.50 1.29 . 1.61 1.76
1999 1.77 1.70 1.56 1.37 1.24 1.53 1.69
Costa Rica
1990 2.06 2.00 1.94 1.72 1.88 1.92 2.02
1995 2.05 1.77 1.80 1.67 1.51 1.76 1.93
2000 1.86 1.68 1.64 1.57 1.30 1.61 1.75
Rep. Dominicana
1995 1.51 1.64 1.69 1.62 1.58 1.61 1.61
1997 1.54 1.61 1.57 1.68 1.53 1.59 1.64
Ecuador
1994 2.30 2.05 2.12 1.86 1.56 1.98 2.29
1998 2.07 2.21 1.86 1.77 1.55 1.89 2.17
El Salvador
1991 2.43 2.32 2.20 2.05 1.82 2.16 2.40
1995 2.28 2.15 1.86 1.82 1.64 1.95 2.17
2000 1.90 1.81 1.83 1.76 1.65 1.82 2.05
Guatemala
2000 2.98 2.97 2.81 2.41 1.95 2.62 2.87
Honduras
1990 3.00 2.85 2.68 2.53 2.28 2.67 2.85
1995 2.75 2.71 2.40 2.46 1.94 2.45 2.64
1999 2.70 2.47 2.19 2.08 1.80 2.25 2.50
Jamaica
1990 1.62 1.24 1.10 1.41 1.53 1.38 1.36
1996 1.45 1.33 1.05 1.29 1.40 1.31 1.27
1999 1.18 1.24 1.10 1.19 1.04 1.15 1.20
México
1992 2.59 2.22 2.14 1.93 1.75 2.13 2.37
1996 2.32 2.14 1.85 1.67 1.51 1.90 2.19
2000 2.15 1.81 1.62 1.63 1.40 1.72 1.94
Nicaragua
1993 3.11 2.60 2.66 2.39 2.16 2.58 2.85
1998 2.61 2.60 2.44 2.28 2.05 2.40 2.64
Panamá
1991 1.86 1.70 1.73 1.51 1.38 1.64 1.89
1995 1.84 1.65 1.61 1.30 1.24 1.53 1.81
2000 1.76 1.55 1.48 1.23 1.17 1.44 1.67
Paraguay
1995 2.70 2.60 2.11 2.08 1.95 2.29 2.50
1999 2.48 2.27 2.16 2.04 1.72 2.14 2.41
Perú
Regiones
1991 2.30 1.97 2.04 2.06 1.76 2.02 2.29
1994 2.57 2.34 2.10 1.94 1.65 2.12 2.68
Nacional
1994 2.59 2.43 2.15 2.09 1.71 2.19 2.70
2000 2.48 2.25 1.93 2.01 1.68 2.07 2.45
Trinidady Tobago
1992 1.96 1.52 1.59 1.62 1.67 1.67 1.84
Uruguay
1989 1.48 1.47 1.46 1.26 1.42 1.42 1.53
1995 1.45 1.38 1.28 1.28 1.30 1.34 1.47
2000 1.33 1.33 1.26 1.11 1.11 1.23 1.46
RB de Venezuela
1989 2.35 2.23 2.10 1.84 1.65 2.03 2.28
1995 2.13 2.22 1.96 1.72 1.47 1.90 2.16
1998 1.99 1.95 1.80 1.74 1.50 1.80 2.03

Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


Nacional
1996 4.38 4.43 4.53 4.15 3.61 4.19 4.22
1999 4.47 4.74 4.64 4.19 3.63 4.29 4.44
Brasil
1990 4.95 4.43 4.13 3.96 3.44 4.11 4.25
1995 5.00 4.14 3.81 3.66 3.24 3.89 4.01
2001 4.80 4.07 3.41 3.33 3.00 3.62 3.74
Chile
1990 4.66 4.37 4.03 3 .89 3.53 4.06 4.17
1996 4.42 4.30 3.95 3.82 3.43 3.95 4.02
2000 4.52 4.28 3.90 3.65 3.24 3.86 3.96
Colombia
Bogotá
1992 4.79 4.33 4.29 3.74 3.36 4.04 4.34
1996 4.46 4.22 3.80 3.75 3.38 3 .88 4.00
Nacional
1996 4.87 4.74 4.43 4.02 3.52 4.25 4.36
1999 4.87 4.82 4.39 4.09 3.37 4.23 4.39
Costa Rica
1990 4.75 4.71 4.48 4.32 3.71 4.36 4.47
1995 4.56 4.52 4.31 4.02 3.51 4.15 4.25
2000 4.31 4.40 4.24 4.05 3.54 4.08 4.09
Rap. Dominicana
1995 5.07 4.64 4.43 4.17 3.76 4.38 4.31
1997 4.77 4.55 4.31 3.96 3.60 4.19 4.20
Ecuador
1994 5.10 5.40 5.10 4.78 3 .88 4.79 5.05
1998 4.72 5.23 4.80 4.47 3.71 4.53 4.75
El Salvador
1991 5.60 5.33 5.03 4.54 3.88 4.79 4.95
1995 5.31 5.26 4.83 4.45 3.86 4.68 4.84
2000 5.11 4.77 4.62 4.27 3.53 4.39 4.53
Guatemala
2000 5.90 5.76 5.44 5.02 4.17 5.18 5.36
Honduras
1990 6.19 6.07 5.77 5.39 4.36 5.47 5.50
1995 6.20 5.95 5.57 5.12 4.34 5.35 5.36
1999 5.80 5.59 5.39 4.99 4.14 5.11 5.18
Jamaica
1990 6.07 5.47 4.64 4.50 2.92 4.44 4.17
1996 5.67 4.58 4.56 3.85 2.58 3 .97 3.59
1999 5.14 4.30 4.34 3.72 2.47 3.76 3 .59
México
1992 5.75 5.38 4.93 4.54 3.83 4.79 5.04
1996 5.67 5.18 4.84 4.25 3.62 4.60 4.85
2000 5.11 4.68 4.27 4.07 3 .43 4.24 4.37
Nicaragua
1993 6.71 6 .28 5.97 5.43 4.68 5.72 5.79
1998 5.97 5.75 5.64 5.10 4.71 5.39 5.56
Panamá
1991 4.62 4.82 4.74 4.06 3.42 4.26 4.42
1995 4.59 4.65 4.18 3.88 3.26 4.03 4.16
2000 4.36 4.34 4.10 3.63 3 .11 3.84 4.03
Paraguay
1995 5.82 5.11 4.75 4.41 3.76 4.68 4.83
1999 5.73 4.99 4.66 4.32 3.69 4.58 4.80
Perú
Regiones
199 1 5.42 5.48 5.50 5.35 4.73 5.28 5.39
1994 5.82 5.49 5.13 5.89 4.35 5.09 5.45
Nacional
1994 5.77 5.67 5.22 4.91 4.34 5.13 5.46
2000 5.24 5.21 5.17 5.04 4.38 4.98 5.09
Trinidad y Tobago
1992 5 .54 5.10 4.78 4.26 3.09 4.37 4.20
Uruguay
1989 3.89 3 .35 3.25 3.15 2.86 3.27 3.19
1995 4.11 3.41 3 .18 3.03 2.72 3.23 3.13
2000 4.49 3.53 3.13 2.81 2.54 3.17 3.14
RB de Venezuela
1989 6.45 5.87 5.36 4.96 3.95 5.16 5.30
1995 5.59 5.52 5.03 4.65 3.93 4.86 5.11
1998 5.37 5.22 4.88 4.61 3.86 4.72 4.98

Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


1992 0.7516" 0.2248" 0.0638" 0.2122" 1996 0.6898" 0.59
1996 0.6749" 0.3529" 0.0805" 0.2027" 1999 0.7125" 0.49
Nacional México
1996 0.7584" 0.1698" 0.1264" 0.2265" 1992 0.7017" 0.32
1999 0.8119" 0.1335" 0.1369" 0.2769" 1996 0.6985" 0.22
Brasil 2000 0.7366" 0.32
1990 0.7452" 0.4493" 0.0985" 0.1594" Nicaragua
1995 0.7300" 0.5077" 0.1594" 0.1487" 1993 0.7239" 0.21
2001 0.7151" 0.3466" 0.1386" 0.1485" 1998 0.6623" 0.61
Chile Panamá
1990 0.7390" 0.4770" 0.0970" 0.3341" 1991 0.7458" 0.46
1996 0.7392" 0.4672" 0.0981" 0.3479" 1995 0.7262" 0.32
2000 0.7388" 0.4579" 0.1081" 0.3130" 2000 0.6585" 0.54
Colombia Paraguay
Bogotá 1995 0.7303" 0.22
1992 0.7783" 0.6230" 0.1713" 0.3009" 1999 0.7280" 0.31
1996 0.7596" 0.5002" , 0.1522" 0.1824" Perú
Nacional Regiones
1996 0.7538" 0.4354" 0.0817" 0.2006" 1991 0.7370" 0.23
1999 0.7384" 0.2066" 0.0763" 0.2034" 1994 0.7162" 0.43
Costa Rica Nacional
1990 0.6735" 0.3569" 0.0959" 0.1403" 1994 0.7073" 0.30
1995 0.6436" 0.4362" 0.0862" 0.1793" 2000 0.7178" 0.38
2000 0.6406" 0.3951" 0.0745" 0.1004" Trinidad y Tobago
Rep. Dominicana 1992 0.5856" 0.51
1995 0.6938" 0.3940" 0.0597" 0.2368" Uruguay
1997 0.6680" 0.4168" 0.0333 0.1432" 1989 0.5287" 0.43
Ecuador 1995 0.6193" 0.36
1994 0.7710" 0.2378" 0.1356" 0.1883" 2000 0.5953" 0.30
1998 0.7689" 0.2863" 0.1889" 0.2689" RB de Venezuela
El Salvador 1989 0.7197" 0.35
1991 0.6977" 0.2501" 0.0441" 0.1368" 1995 0.7036" 0.23
1995 0.7169" 0.4435" 0.0581" 0.2261" 1998 0.6921" 0.13
'2000 0.7118" 0.2896" 0.0673" 0.1681"
Guatemala
2000 0.7419" 0.3183" 0.0665" 0.1546"

"Significativo al 5%.
Fuente: Cálculo s del autor basad os en microdatos de encu estas de hogar.
1992 7.2 9.0 8.9 10.2 9.4 8.8 Jamaica
1996 8.7 10.4 13.1 13.7 8.5 10.9 1990 0.7 2.3 1.8
Nacional 1996 0.8 0.0 0.9
1996 61.7 26.8 18.6 17.5 12.1 29.3 1999 0.0 1.5 0.0
1999 60.3 32.0 16.9 20.2 10.0 29.1 México
Brasil 1992 9.0 5.9 4.1
1990 25.0 21.3 15.0 11.6 7.2 17.3 1996 14.6 10.2 7.5
1995 30.5 20.8 15.6 11.4 6.8 18.8 2000 9.3 7.1 4.5
2001 19.1 11.5 9.1 6.8 4.4 11.6 Nicaragua
Chile 1993 9.2 10.5 8.4
1990 1.2 0.7 2.1 1.3 0.9 1.2 1998 18.1 11.1 10.8
1996 1.2 1.9 2.4 1.0 1.6 1.6 Panamá
2000 1.2 1.9 0.6 1.0 0.3 1.1 1995 5.2 2.0 1.8
Colombia 2000 2.9 2.0 0.6
Bogotá Paraguay
1992 6.3 4.2 3.5 0.8 6.1 4.4 1995 49.9 35.4 30.6
1996 4.0 2.7 5.1 1.2 7.0 4.0 1999 19.5 12.7 9.6
Nacional Parú
1996 16.0 10.8 11.6 8.4 7.7 11.3 Regiones
1999 10.7 8.0 7.6 5.8 5.8 7.9 1991 24.2 13.0 9.2
Costa Rica 1994 36.4 18.2 9.1
1990 8.0 6.5 6.6 7.1 1.2 6.1 Nacional
1995 10.6 11.3 7.5 6.2 3.0 8.3 1994 38.8 21.1 12.5
2000 4.3 4.0 4.3 2.5 1.4 3.5 2000 52.7 26.1 19.2
Rep. Dominicana Uruguay
1995 5.0 3.4 5.6 5.5 3.5 4.6 1989 9.2 9.8 4.3
1997 7.3 3.2 3.3 5.2 4.7 4.9 1995 9.7 12.4 7.8
Ecuador 2000 7.2 3.8 1.3
1994 35.1 26.1 31.9 30.0 21.3 29.4 RB de Venezuela
1998 46.3 32.7 33.5 28.7 22.7 33.8 1989 5.5 3.8 3.4
El Salvador 1995 3.6 3.6 3.7
1991 14.3 16.8 16.6 15.7 12.5 15.3 1998 3.6 3.4 4.2
1995 12.7 11.3 11.4 9.6 6.4 10.7 2000 10.5 8.6 8.9

Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encue stas de hogar.


200 1 0.511 0.527 0.457 0.474
Guatemala
2000 0.524 0.530 0.448 0.512
Perú
2000
Trinidad y
0.438 0.485 0.415
....
.{lA 9?
",o

Tobago
1992 0.241 0.223 0.358
, ".'" .-0.4 ~4

Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hoga r.

TAB LA A .46

Confianza interpersonal e institucional en América latina, por edad, educación, ingresos subjetivos y percepción
de la desigualdad. 1996-2001

Confianza
Interpersonal

Edad 18-30 0.423


31-55 0.426
56-65 0.446
más de 65 0.466

Educación Ninguna educación 0.436


Alguna primaria 0.437
Alguna secundaria 0.403
Alguna terciaria 0.400

Ingreso subjetivo Grandes difICUltadespara financiar costo de vida 0.394


No suficiente para financiar costo de vida 0.417
Financia costos de vida 0.444
Financia costos de vida y ahorro 0.469

Percepción de distribución de ingreso Muy injusta 0.390


Injusta
Justa 0.435
Muy justa 0.510
Interpersonal 0.508

Fuente: Cá lcu los del autor ba sados en microdatos de Latinobarómetro.


TABLA AA 7
Tasas de matrícula escolar. por edad y quintil de ingresos

3 a 5 años de edad 6 a 12 añosde edad 13 a 17 añosde edad 18 a 23 años de edad

Pais 2 3 4 5 Promedio 2 3 4 5 Promedio 2 3 4 5 Promedio 2 3 4 5 Promedio

Argentlna
1992 0.22 0.34 0.29 0.43 0.51 0.34 0.97 0.99 0.98 0.99 0.99 0.98 0.73 0.74 0.77 0.81 0.94 0.78 0.33 0.34 0.35 0.44 0.54 0.41
1996 0.22 0.26 0.35 0.42 0.48 0.32 0.98 0.98 0.99 1.00 1.00 0.99 0.67 0.76 0.85 0.80 0.97 0.79 0.26 0.29 0.41 0.49 0.62 0.42
2001 0.34 0.43 0.44 0.54 0.54 0.44 0.97 0.98 1.00 1.00 0.99 0.99 0.87 0.91 0.95 0.95 0.99 0.92 0.36 0.36 0.45 0.57 tz
O. 0.49
Bolivia
1996 0.89 0.96 0.96 0.97 0.99 0.95 0.39 0.59 0.65 0.66 0.77 0.61 0.08 0.28 0.35 0.36 0.49 0.33
1999 0.40 0.38 0.60 0.53 0.74 0.50 0.87 0.96 0.97 0.96 0.97 0.94 0.41 0.62 0.76 0.75 0.89 0.68 0.13 0.40 0.32 0.48 0.62 0.42
Brasil
1990 0.25 0.29 0.36 0.47 Q~ Q~ 0.70 0.79 0.81 0.92 0.96 0.83 0.52 0.56 0.65 0.75 0.84 0.65 0.14 0.16 0.21 0.26 0.40 0.24
1995 0.24 0.28 0.32 0.39 Q~ Q~ 0.81 0.89 0.93 0.96 0.98 0.90 0.64 0.68 0.74 0.82 0.91 0.74 0.20 0.23 0.24 0.30 0.48 0.29
2001 0.36 0.40 0.44 0.52 Qn Q~ 0.93 0.95 0.97 0.98 0.99 0.96 O.Bl 0.83 0.87 0.91 0.96 0.86 0.32 0.30 0.31 0.34 0.55 0.36
Chile
1990 0.24 0.23 0.29 0.35 0.48 0.31 0.96 0.96 0.98 0.97 0.99 0.97 0.79 0.81 0.81 0.88 0.94 0.83 0.25 0.22 0.25 0.32 0.52 0.31
1996 0.30 0.32 0.41 0.43 0.63 0.40 0.96 0.98 0.99 0.99 1.00 0.98 0.82 0.84 0.90 0.95 0.97 0.89 0.27 0.29 0.35 0.43 0.63 0.39
2000 0.37 0.39 0.45 0.50 0.65 0.46 0.98 0.98 0.99 0.99 1.00 0.99 0.87 0.89 0.93 0.96 0.98 0.92 0.26 0.31 0.38 0.45 0.64 0.40
Colombia
1996 0.16 0.18 0.23 0.26 0.26 0.21 0:86 0.90 0.93 0.96 0.98 0.91 0.64 0.73 0.74 0.81 0.83 0.75 0.20 0.25 0.26 0.29 0.47 0.31
1999 0.18 0.18 0.21 0.27 0.29 0.22 0.88 0.90 0.93 0.96 0.97 0.92 0.66 o.n 0.74 0.81 0.85 0.75 0.22 0.22 0.23 0.28 0.46 0.29
Costa Rica
1990 0.83 0.89 0.88 0.88 0.94 0.88 0.45 0.53 0.56 0.60 0.82 0.58 0.16 0.15 0.17 0.24 0.42 0.23
1995 0.22 0.25 0.35 0.37 0.43 0.32 0.93 0.95 0.96 0.98 0.99 0.96 0.58 0.61 0.62 0.69 0.89 0.67 0.22 0.17 0.22 0.28 0.46 0.28
2000 0.28 0.38 0.41 0.36 0.56 0.38 0.94 0.96 0.97 0.97 0.98 0.96 0.59 0.63 0.63 0.70 0.84 0.66 0.20 0.25 0.27 0.35 0.55 0.34
Rep. Dominicana
1995 0.26 0.30 0.25 0.31 0.51 0.32 0.92 0.94 0.94 0.95 0.96 0.94 0.85 0.87 0.88 0.89 0.91 0.88 0.37 0.38 0.35 0.37 0.47 0.39
Ecuador
1994 0.22 0.23 0.30 0.32 0.48 0.30 0.78 0.82 0.91 0.91 0.95 0.86 0.47 0.57 0.60 0.68 0.77 0.61 0.22 0.26 0.24 0.30 0.39 0.29
1998 0.18 0.25 0.33 0.36 0.47 0.31 0.91 0.92 0.95 0.98 0.99 0.94 0.50 0.65 0.68 0.74 0.85 0.68 0.19 0.24 0.21 0.29 0.48 0.29
Elsalvador
1991 0.12 0.14 0.20 0.35 0.54 0.24 0.64 0.69 0.76 0.86 0.92 0.75 0.47 0.51 0.59 0.66 0.74 0.59 0.14 0.14 0.19 0.26 0.39 0.24
1995 0.21 0.23 0.31 0.46 0.70 0.35 0.74 0.77 0.84 0.91 0.96 0.83 0.53 0.58 0.64 0.71 0.80 0.64 0.17 0.14 0.19 0.27 0.43 0.25
2000 0.22 0.21 0.26 0.33 0.47 0.29 0.79 0.83 0.86 0.92 0.97 0.86 0.61 0.68 0.71 0.77 0.81 0.70 0.24 0.21 0.22 0.23 0.42 0.27
Guatema la
2000 0.06 0.08 0.08 0.13 0.29 0.11 0.67 0.71 0.78 0.86 0.93 0.77 0.42 0.44 0.49 0.57 0.75 0.53 0.09 0.12 0.13 0.19 0.40 0.21
Honduras >
...,
1990 0.73 0.70 0.78 0.88 0.91 0.79 0.38 0.33 0.40 0.49 Q~ Q~ 0.04 0.07 0.09 0.16 0.31 0.15 tTl'
1995 0.83 0.84 0.89 0.91 0.96 0.88 0.40 0.41 0.45 0.53 Q~ Q~ 0.06 0.10 0.08 0.19 0.31 0.16 Z
0.40 0.43 Q~ Q~ 0.07 0.13 0.18 0.18 0.34 0.20 O
1999 0.78 0.84 0.85 0.91 0.92 0.85 0.52 0.58 ¡:;
tTl
tTl

~O
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o
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>
Jamalca :s::
1990 0.79 0.72 0.75 0.75 0.84 o.n 0.98 0.99 0.98 0.96 1.00 0.98 0.81 0.77 0.85 0.81 0.79 0.80 0.05 0.02 0.03 0.04 0.03 0.04 .".
:=
1996 0.85 0.73 0.73 0.87 0.90 0.82 0.99 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 0.88 0.87 0.84 0.92 0.94 0.89 0.14 0.08 0.09 0.12 0.14 0.12 ¡:;
1999 0.96 1.00 0.96 0.97 0.98 0.97 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99 0.87 0.86 0.88 0.95 0.96 0.90 0.13 0.14 0.29 0.18 0.18 0.19 >
México e-
1992 0.39 0.53 0.66 0.78 0.83 0.62 0.86 0.94 0.96 0.96 0.97 0.93 0.48 0.54 0.65 0.63 0.84 0.61 0.12 0.15 0.19 0.24 0.40 0.23 >
...¡
1996 0.55 0.75 0.84 0.88 0.95 0.77 0.91 0.96 0.97 0.98 0.99 0.96 0.47 0.58 0.67 0.74 0.88 0.65 0.07 0.14 0.21 0.28 0.46 0.23
2000 0.67 0.84 0.94 0.92 0.92 0.85 0.93 0.95 0.98 0.98 1.00 0.96 0.57 0.63 0.70 0.78 0.90 0.70 0.16 0.15 0.29 0.28 0.52 0.29
Z
Nicaragua
:--
~.

1993 0.11 0.19 0.26 0.33 0.54 0.28 0.93 0.95 0.98 0.98 0.99 0.97 0.54 0.70 0.74 0.78 0.86 0.72 0.21 0.23 0.20 0.29 0.41 0.28 :a
1998 0.22 0.37 0.38 0.40 0.54 0.37 0.73 0.81 0.88 0.94 0.95 0.85 0.45 0.58 0.66 0.66 0.79 0.62 0.13 0.20 0.31 0.28 0.42 0.28 O
Panamá :s::
...,
1991 0.30 0.43 0.43 0.58 0.76 0.47 0.93 0.95 0.98 0.97 0.98 0.96 0.56 0.76 0.83 0.87 0.88 0.76 0.14 0.24 0.32 0.38 0.53 0.33 ¡;;
1995 0.29 0.46 0.63 0.79 0.83 0.56 0.95 0.96 0.98 0.99 1.00 0.97 0.63 0.78 0.84 0.92 0.87 0.79 0 .16 0.26 0.30 0.37 0.50 0.33 Z
2000 0.52 0.58 0.79 0.88 0.91 0.69 0.96 0.97 0.99 0.99 1.00 0.98 0.70 0.82 0.85 0.91 0.96 0.83 0.22 0.29 0.34 0.44 0.65 0.39 el
O
Paraguay ()
1995 0.02 0.07 0.12 0.14 0.17 0.10 0.84 0.89 0.89 0.91 0.96 0.89 0.48 0.56 0.67 0.64 0.76 0.61 0.10 0.14 0.21 0.21 0.35 0.22 O
1999 0.11 0.17 0.16 0.17 0.17 0.15 0.90 0.93 0.97 0.98 0.99 0.95 0.60 0.69 0.75 0.83 0.84 0.73 0.13 0.27 0.21 0.31 0.49 0.30 Z
Perú r-
Regiones >
1991 0.99 0.99 0.99 1.00 1.00 0.99 0.87 0.94 0.96 0.93 0.95 0.93 :t
1994 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99 0.88 0.91 0.94 0.93 0.96 0.92 0.41 0.42 0.46 0.44 0.56 0.46 c;;
...¡
Nacional O
1994 0.98 0.99 0.99 0.99 0.99 0.99 0.84 0.88 0.90 0.92 0.95 0.89 0.35 0.37 0.45 0.41 0.56 0.43 ~
0.71 0.80 0.67 0.99 0.99 0.99 0.98 1.00 0.99 0.86 0.88 0.93 0.92 0.96 0.91 0.25 0.35 0.31 0.45 0.56 0.39
2000 0.63 0.59 0.70 ~
Trinidad y Tobago
1992 0.53 0.62 0.74 0.70 0.73 0.66 0.98 0.96 1.00 1.00 0.98 0.98 0.69 0.76 o.n 0.89 0.93 0.79 0.07 0.19 0 .18 0.24 0.30 0.19
Uruguay
1989 0.24 0.39 0.56 0.67 0.85 0.50 0.96 0.98 0.98 0.98 0.99 0.98 0.68 0.76 0.78 0.89 0.92 0.78 0.17 0.23 0.29 0.36 0.50 0.32
1995 0.36 0.50 0.59 0.73 0.86 0.57 0.98 0.99 1.00 0.99 1.00 0.99 0.66 0.71 0.82 0.85 0.95 0.77 0.18 0.23 0.30 0.39 0.59 0.34
2000 0.51 0.60 0.70 0.80 0.91 0.65 0.98 0.99 0.99 1.00 1.00 0.99 0.68 0.78 0.86 0.92 0.98 0.81 0.17 0.24 0.36 0.42 0.68 0.36
RB de Venezuela
1989 0.25 0.32 0.34 0.42 0.55 0.36 0.86 0.91 0.93 0.96 0.97 0.92 0.65 0.72 0.74 0.75 0.84 0.73 0.24 0.24 0.24 0.30 0.43 0.29
1995 0.45 0.45 0.50 0.58 0.67 0.51 0.94 0.95 0.97 0.98 0.97 0.96 0.75 0.75 o.n 0.80 0.89 0.78 0.28 0.29 0.30 0.36 0.48 0.35
1998 0.45 0.46 0.50 0.59 0.68 0.52 0.94 0.96 0.96 0.97 0.99 0.96 0.72 0.75 0.76 0.80 0.91 0.78 0.27 0.28 0.30 0.37 0.54 0.35

Nota: Algunas estadlslicas de pafsen el primerpanel se refieren a escuela para la edadde niños de 5 y másaños, yaque ningunainformación se registra para niños másjóvenes. Verhttp://www.depeco.econo.unlp.edu.ar/
cedlaslwblpara detalles.
Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.
Nacional 1996 3.0 19.3 20.3
1996 1.1 10.7 26.3 43.5 2000 2.3 18.6 18.7
1999 1.1 8.6 28.7 38.6 Nicaragua
Brasil 1993 7.2 13.5 29.4
1990 15.2 20.4 38.1 65.2 1998 5.7 13.7 25.3
1995 3.2 24.6 40.1 69.8 Panamá
2001 1.0 26.2 50.1 69.7 1991 2.0 14.7 35.8
Chile 1995 1.7 14.0 32.0
1990 6.9 9.1 26.9 47.6 2000 0.9 10.3 26.7
1996 0.3 7.2 22.7 43.5 Paraguay
2000 0.4 5.8 - '"25.6 46.5 1995 1.6 15.6 27.7
Colombia 1999 1.0 11.4 32.3
Bogotá Perú
1992 2.8 3.5 17.8 34.1 Regiones
1996 1.9 7.0 23.1 38.5 1991 0.7 5.0 25.6
Nacional 1994 1.0 5.1 27.5
1996 2.9 8.3 24.1 49.9 Nacional
1999 2.3 8.4 29.8 49.6 1994 1.0 7.1 25.1
Costa Rica 2000 0.9 5.5 30.5
1990 2.0 24.5 19.4 53.9 Trinidad y TOOa9O
1995 1.3 22.1 18.2 51.9 1992 1.2 11.9 58.4
2000 1.5 19.2 20.8 51.8 Uruguay
Rep. Dominicana 1989 2.1 12.5 36.2
1995 0.8 8.6 20.4 46.9 1995 1.5 14.0 18.9
Ecuador 2000 1.4 12.8 17.4
1994 3.2 24.1 24.3 48.9 RB de Venezuela
1998 7.5 17.2 30.6 54.6 1989 3.2 13.5 24.0
El Salvador 1995 3.7 11.8 17.7
1991 6.1 10.8 20.1 61.8 1998 3.3 11.9 19.8
1995 11.4 8.9 17.1 55.9 2000 4.8 8.6 21.6

Nota: 1. Niños entre 9 y 12 años; (ii) jóvenes entre 15 y 17 año s que term ina ron la escuela primaria; (iii) jóvenes entre 19 y 21 años que te rmi
los jóvenes ent re 19 y 21 años.
Fuente : Cálculos del auto r basados en microdatos de encuestas de hogar.
Nacional México
1996 0.828 0.799 1992 0.905
1999 0.838 0.799 1996 0.905
Brasil 2000 0.86a
1990 0.827 0.763 Nicaragua
1995 0.808 0.762 1993 0.860
2001 0.844 0.795 1998 0.828
Chile Panamá
1990 0.918 0.862 1991 0.867
1996 0.914 0.823 1995 0.850
2000 0.922 0.834 2000 0.893
Colombia Paraguay
Bogotá 1995 0.846
1992 0.911 0.829 1999 0.851
1996 0.930 0.838 Perú
Nacional Regiones
1996 0.845 0.794 1991 0.938
1999 0.842 0.812 1994 0.923
Costa Rica Nacional
1990 0.854 0.806 1994 0.917
1995 0.853 0.778 2000 0.898
2000 0.856 0.766 Trinidad y Tobago
Rep. Dominicana 1992 0.964
1995 0.885 0.871 Uruguay
Ecuador 1989 0.923
1994 0.852 0.815 1995 0.907
1998 0.824 0.782 2000 0.900
El Salvador RB de Venezuela
1991 0.865 0.786 1989 0.831
1995 0.844 0.774 1995 0.857
2000 0.819 0.793 1998 0.843
Guatemala
2000 0.799 0.735

Fuente : Cálculos de autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


Nicaragua 68.8 66.6 52.5 48.5 29.7 56.0 20.12 18.4 14.2 11.4 6.5
Paraguay 57.2 50.0 59.0 39.4 20.1 46.6 20.13 5.9 4.3 4.0 1.8
Perú 110.0 76.2 48.0 44.1 22.1 68.4 20.25 16.7 7.8 4.6 1.9
América Latina
y el Caribe 97.3 80.8 68.1 52.2 36.8 71.7 20.17 19.0 13.4 10.5 6.6
Este asiálico, Pacífico 84.0 62.9 53.7 41.1 27.1 57.1 20.19
Asia Central 82.5 64.5 69.8 57.5 40.2 64.9 20.09 17.8 14.2 11.0 7.8
Oriente Medio 140.6 117.8 92.2 80.1 50.4 100.3 20.17 30.1 26.5 22.0 19.6
África del Norte
Surde Asia 144.2 152.6 136.1 110.8 71.7 126.6 20.11 56.8 52.9 49.5 42.2
África Subsahariana 191.7 190.9 174.3 156.6 112.4 168.4 20.09 36.2 32.9 29.5 26.2
Todos los paises 148.3 140.8 126.8 110.0 77.4 124.2 20.12 32.2 28.3 24.9 21.2

b. Tasas de cubrimiento de Inmunización completa y frecuencia de diarrea

Tasas de cubrimiento de Inmunización completa Frecuencia de dia

Palslreglón 2 3 4 5 Promedio CI 2 3 4

Bolivia 21.8 24.9 21.0 33.4 30.6 25.5 0.08 21.8 19.8 20.5 17.9
Brasil 56.6 74.0 84.9 83.1 73.8 72.5 0.07 18.3 12.9 12.7 9.3
Colombia 53.8 66.9 68.1 70.6 74.1 65.5 . 0.06 18.4 19.8 16.8 14.9
Rep. Dominicana 28.0 30.2 46.9 42.6 51.7 38.7 0.12 17.9 16.4 17.8 14.1
Gual emala 41.2 43.0 47.1 38.3 42.5 42.6 0.00 22.8 21.5 23.3 17.7
Haití 18.8 20.1 35.3 37.9 44.1 30.2 0.17 30.9 27.1 24.4 31.6
Nicaragua 61.0 74.6 75.3 85.7 73.1 72.6 0.05 16.1 14.0 14.2 14.4
Paraguay 20.2 30.8 36.4 40.7 53.0 34.2 0.18 9.8 8.5 9.2 7.4
Perú 55.3 63.8 63.5 71.7 66.0 63.0 0.04 21.4 20.3 18.6 14.1
América Lalina
y el Caribe 39.6 47.6 53.2 56.0 56.5 49.4 0.09 19.7 17.8 17.5 15.7
Este asiático, Pacífico 48.3 56.8 60.3 64.6 72.9 59.3 0.08 10.5 9.9 9.9 8.6
Asia Central 64.2 67.9 71.8 75.7 77.4 70.9 0.04 19.0 15.6 15.0 14.6
Oriente Medio 42.2 53.3 62.5 73.2 81.1 61.0 0.17 21.0 20.3 19.1 17.2
África del Norte
Sur de Asia 29.8 31.4 41.6 49.8 64.4 42.0 0.17 17.0 14.4 14.3 15.3
África Subsahariana 33.6 42.0 . 44.4 53.1 66.9 47.3 0.17 24.5 23.3 22.5 22.6
Todos los países 38.3 45.8 50.3 57.2 66.6 50.7 0.14 21.2 19.6 19.1 18.5

c. Cuidado básico prenatal y nac im iento asistido

Tasas de cuidado básico prenatal Tasas de nacimiento asiático (por una persona c

Palslreglón 2 3 4 5 Promedio CI 2 3 4

Bolivia 38.8 57.8 70.4 88.6 95.3 65.1 0.17 19.8 44.8 67.7 87.9
Brasil 67.5 87.7 93.4 96.9 98.1 85.6 0.08 71.6 88.7 95.7 97.7
Colombia 62.3 81.1 89.8 95.4 95.9 82.5 0.09 60.6 85.2 92.8 98.9 9
Rep. Dominicana 96.1 98.2 99.0 99.2 99.9 98.3 0.01 88.6 96.9 97.3 98.4
Guatemala 34.6 41.1 49.3 72.2 90.0 52.5 0.19 9.3 16.1 31.1 62.8 9
Hailf 44.3 60.0 72.3 83.7 91.0 67.7 0.14 24.0 37.3 47.4 60.7
Nicaragua 67.0 80.9 86.9 89.0 96.0 81.5 0.07 32.9 58.8 79.8 86.0
Paraguay 69.5 79.5 85.6 94.8 98.5 83.9 0.07 41.2 49.9 69.0 87.9 9
Perú 37.3 64.8 79.1 87.7 96.0 67.3 0.17 13.7 48.0 75.1 90.3
América Latina
y el Caribe 57.5 72.3 80.6 89.7 95.6 76.0 0.11 40.2 58.4 72.9 85.6
Este asiático, Pacífico 64.9 80.7 86.9 91.4 96.2 81.9 0.08 30.5 53.0 68.4 80.6
Asia Central 78.2 84.7 86.8 93.3 96.3 86.9 0.05 82.7 92.3 95.1 98.6
Oriente Medio 13.7 21.1 . 33.4 49.3 73.0 35.2 0.32 12.8 21.7 37.7 58.6
África del Norte
Sur de Asia 16.8 23.2 28.8 43.0 70.9 34.6 0.30 5.3 8.1 11.7 21.9 4
África Subsahariana 61.1 69.5 74.9 84.2 93.6 75.7 0.10 24.6 32.9 41.2 59.2 8
Todos los países 55.0 64.8 71.1 80.6 9 1.0 70.8 0.13 31.2 42.1 51.6 66.2

Cl : índice de concentración.
Fuente: Demographic and Heallh Surveys (encuestas demográficas y de salud ) (DHS) 2002.
México 2.3 2000 Census
Nicaragua 12.3 1995 Census
Panamá 1.5 1990 Census
Paraguay 1.0 1992 Census
Perú 13.1 1993 Census
SanVicente y las 7.2 1991 census
Granadinas
Uruguay 16.0 1992 Survey

TABLA A.n
Visión general detipos de incapacidad. participación entotal de población discapacitada

Auditiva
Pala Vlaual y de habla Flales Mental Otra Fuente

Barbados 23.8 14.1 26.1 12.9 28.3 Bamod


Chile 26.9 32.9 21.2 13.1 5.9 Mideplan
Colombia 48.0 31 .7 24.0 17.0 NA Corporación de síndrome de Down
Costa Rica 26.5 4.8 18.9 8.1 41.7 Consejo Nacionalde Rehabilitación y Educa
El Salvador 22.2 2 1.0 29.4 16.2 NA lnstítutosalvadoreñode Rehabilitación de In
México 28.6 21.0 44.9 14.6 0.7 XII CensoGeneral de Población y Vivienda
Nicaragua 63.1 14.1 8.5 4.0 9.6 Universidad Autónoma Nacional de Nicaragu
Paraguay 11.0 20.2 19.5 13.2 36 .1 Ministeriode SaludPública y Bienestar
Perú 9.0 20.0 49.0 22.0 NA Conadis
Uruguay 11.6 16.0 45.0 19.0 NA Comisión Nacionalde Incapacidad
Colombia 0.13 0.00
Costa Rica 0.02 nla
Rep. Dominicana 0.08 0.38
Ecuador 0.20 nla
El Salvador 0.07 nla
Guatemala 0.06 nla
Honduras 0.04 nla
México 0.06 0.23
Nicaragua 0.06 nla
Panamá 0.06 nla
Paraguay 0.04 0.00
Perú 0.00 nla
Uruguay 0.03 0.00
RB de Venezuela 0.07 0.33
América latina 0.08 0.25
EstadosUnidos 0.01 0.36
Democracias industriales 0.04 0.18
Mundo (sin América Latina) 0.06 0.18

Nota: Porcentaje de curules políticas asignadas a distritos que no recibirían esas


curules en el caso de su perfecta distribución, 1999.
Fuente: Sarnuals y Snyder (200 1).

TABLA 1..54
Victimización del crimen a través de quintiles
Pars 2 3 4

Argentina 34.1 37.7 34.5 40.4


Bolivia 33.0 32.9 37.8 37.7
Brasil 34.1 34.5 32.0 40.5
Colombia 29.4 34.3 34.9 39.4
Costa Rica 33.7 35.5 36.0 43.2
Chile 27.8 32.2 27.2 33.2
Ecuador 42.0 39.7 45.5 42.6
El Salvador 45.3 38.5 47.5 41.6
Guatemala 54.8 50.9 52.5 58.9
Honduras 28.4 27.8 39.7 44.3
México 40.3 39.1 44.5 . 48.2
Nicaragua 29.7 32.9 34.9 40.9
Panamá 25.9 26.4 34.1 29.6
Paraguay 27.2 32.1 37.5 38.9
Perú 34.9 33.8 35.4 44.0
Uruguay 20.1 17.5 23.9 31.5
RB de Venezuela 37.9 42.3 47.0 45.8
España 9.4 13.3 15.2 17.3

Nota. Porcentaje contestando sr a la pregunta · ¿Usted o cualquier miembro de su familia tue asaltado, robado o viclimizado en cualquier man
meses?",
Quintiles de Indice soc1oeconómico construidos a partir de la propiedad de bienes duraderos y caracterrsticas del hogar.
Fuente: Gaviria y Pagés (1999).
w
......
O'

o
'"
V>
Ci
e
>
e-
o
>
o
'"z
>
:s:m-
TABLA A.55 ~
()
>
Acceso a agua, baños higiénicos, electricidad y teléfono r-
>
>-l
Agua Baños higiénicos Electricidad Teléfono Z
~
País 1 2 3 4 5 Promedio 1 2 3 4 5 Promedio 1 2 3 4 5 Promedio 1 2 3 4 5 Promedio
:e
O
Argentina :s:-e
1992 0.93 0.97 0.96 0.98 1.00 0.97 0.74 0.85 0.87 0.91 0.97 0.88 ;;
1996 0.94 0.96 0.98 0.99 1.00 0.98 0.75 0.87 0.91 0.96 0.99 0.91 Z
2001 0.96 0.98 0.99 1.00 1.00 0.99 0.60 0.81 0.87 0.96 0.99 0.87 0.98 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 O
Bolivia O
()
Urbano O
1992 0.75 0.77 0.82 0.87 0.94 0.84 0.69 0.68 0.72 0.76 0.85 0.76 0.92 0.93 0.94 0.95 0.98 0.95 Z
1996 0.78 0.83 0.89 0.92 0.95 0.88 0.60 0.69 0.80 0.87 0.94 0.79 0.92 0.95 0.96 0.98 0.99 0.96 ....
Nacional >
1996 0.45 0.60 0.75 0.84 0.91 0.72 0.26 0.40 0.60 0.74 0.86 0.59 0.21 0.55 0.77 0.85 0.93 0.68 :t
1999 0.20 0.58 0.75 0.81 0.90 0.66 0.24 0.55 0.75 0.83 0.90 0.67 0.22 0.63 0.85 0.90 0.95 0.72 0.01 0.08 0.18 0.31 0.58 0.25 V;
>-l
Brasil O
1990 0.17 0.35 0.56 0.73 0.87 0.56 0.60 0.82 0.93 0.98 0.99 0.88 :e
1995
2001
0.23
0.33
0.41
0.52
0.58
0.64
0.75
0.79
0.89
0.90
0.60
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0.88
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0.95
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0.99
1.00
1.00
0.92
0.96
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0.37
0.10
0.52
0.23
0.76
0.61
0.93
0.22
0.59
~
Chile
1996 0.79 0.88 0.92 0.96 0.98 0.91 0.55 0.70 0.81 0.90 0.97 0.80 0.89 0.95 0.96 0.98 0.99 0.96
2000 0.83 0.91 0.94 0.97 0.99 0.93 0.65 0.78 0.86 0.92 0.98 0.85 0.95 0.97 0.98 0.99 1.00 0.98 0.29 0.44 0.59 0.75 0.91 0.62
Colombia
Bogotá
1992 0.97 0.98 0.99 0.99 1.00 0.99 0.99 0.99 1.00 0.99 1.00 0.99 0.74 0.81 0.83 0.89 0.97 0.86
1996 0.98 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99 0.97 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99 1.00 0.99 0.99 1.00 0.99 0.99 0.88 0.89 0.92 0.93 0.94 0.91
Nacional
1996 0.60 0.78 0.86 0.91 0.96 0.84 0.54 0.76 0.84 0.90 0.97 0.82 0.81 0.91 0.94 0.96 0.98 0.92 0.13 0.24 0.35 0.51 0.71 0.41
1999 0.70 0.80 0.86 0.92 0.96 0.86 0.65 0.77 0.85 0.91 0.96 0.84 0.87 0.93 0.95 0.96 0.98 0.94 0.24 0.37 0.50 0.63 0.80 0.53
Ecuado r
1994 0.40 0.46 0.59 0.65 0.80 0.59 0.42 0.53 0.68 0.75 0.90 0.67 0.70 0.86 0.90 0.93 0.96 0.88 0.05 0.04 0.13 0.15 0.37 0.16
1998 0.55 0.62 0.68 0.78 0.86 0.71 0.55 0.68 0.76 0.83 0.96 0.77 0.81 0.92 0.95 0.97 0.99 0.93 0.06 0.11 0.16 0.26 0.56 0.25
ElSalvado r
1991 0.19 0.27 0.40 0.55 0.76 0.46 0.05 0.12 0.23 0.38 0.64 0.31 0.42 0.55 0.69 0.81 0.91 0.70 0.01 0.01 0.03 0.06 0.23 0.08
1995 0.22 0.29 0.38 0.56 0.77 0.47 0.08 0.13 0.25 0.43 0.71 0.35 0.51 0.64 0.76 0.88 0.96 0.77 0.02 0.03 0.07 0.16 0.41 0.16
2000 0.22 0.29 0.40 0.54 0.77 0.47 0.68 0.77 0.87 0.92 0.98 0.86 0.17 0.21 0.28 0.39 0.63 0.36
Guatemala
2000 0.57 0.60 0.68 0.75 0.92 0.72 0.08 0.17 0.23 0.38 0.74 0.35 0.49 0.64 0.76 0.84 0.93 0.75 0.01 0.04 0.07 0.15 0.48 0.18
Honduras
1990 0.43 0.50 0.59 0.69 0.85 0.63 0.05 0.09 0.16 0.30 0.62 0.27 0.15 0.22 0.35 0.59 0.80 0.45
1995 0.73 0.70 0.81 0.84 0.92 0.82 0.27 0.36 0.43 0.53 0.76 0.49 0.33 0.53 0.69 0.77 0.87 0.66
1999 0.79 0.83 0.89 0.93 0.97 0.89 0.26 0.31 0.48 0.59 0.82 0.51 0.41 0.60 0.75 0.90 0.94 0.74
Jamaica
1990 0.33 0.38 0.49 0.54 0.65 0.50 0.27 0.36 0.45 0.42 0.60 0.45 0.52 0.50 0.62 0.67 0.76 0.64 0.03 0.04 0.05 0.08 0.14 0.08
1996 0.46 0.47 0.50 0.57 0.71 0.57 0.32 0.34 0.46 0.40 0.65 0.47 0.70 0.64 0.69 0.70 0.87 0.74 0.19 0.18 0.16 0.21 0.40 0.25
1999 0.54 0.44 0.65 0.62 0.72 0.61 0.32 0.40 0.52 0.50 0.68 0.51 0.74 0.69 0.80 0.83 0.84 0.79 0.26 0.28 0.34 0.40 0.48 0.37
México
1992 0.63 0.81 0.88 0.93 0.96 0.86 0.28 0.54 0.70 0.80 0.91 0.68 0.76 0.93 0.96 0.98 0.99 0.93 0.03 0.08 0.14 0.27 0.54 0.24
1996 0.80 0.90 0.93 0.96 0.98 0.92 0.32 0.53 0.71 0.84 0.93 0.70 0.85 0.95 0.98 0.99 1.00 0.96 0.05 0.10 0.21 0.35 0.60 0.29
2000 0.74 0.88 0.95 0.96 0.98 0.91 0.35 0.70 0.85 0.90 0.96 0.78 0.92 0.98 1.00 1.00 1.00 0.98 0.06 0.20 0.33 0.51 0.74 0.40
Paraguay
1995 0.687 0.71 0.79 0.85 0.95 0.81 0.09 0.24 0.48 0.66 0.87 0.50 0.42 0.64 0.82 0.90 0.97 0.78 0.00 0.01 0.04 0.10 0.37 0.12
1999 0.708 0.78 0.85 0.92 0.97 0.86 0.16 0.39 0.60 0.75 0.89 0.60 0.73 0.88 0.94 0.97 0.97 0.91 0.02 0.06 0.14 0.34 0.59 0.26
Perú
Regiones
1991 0.56 0.74 0.77 0.82 0.88 0.76 0.67 0.81 0.87 0.90 0.93 0.84 0.50 0.79 0.89 0.93 0.97 0.82 0.076 0.093 0.101 0.189 0.248 0.145
1994 0.55 0.71 0.78 0.85 0.91 0.77 0.55 0.76 0.82 0.92 0.96 0.81 0.49 0.78 0.87 0.91 0.95 0.81 0.01 0.048 0.095 0.208 0.389 0.163
Nacional
1994 0.43 0.63 0.71 0.80 0.87 0.70 0.50 0.71 0.77 0.89 0.94 0.78 0.39 0.68 0.80 0.88 0.92 0.75 0.008 0.026 0.085 0.176 0.36 0.145
2000 0.51 0.64 0.79 0.85 0.93 0.75 0.60 0.72 0.85 0.90 0.97 0.82 0.53 0.66 0.84 0.89 0.96 0.78 0.033 0.072 0.199 0.358 0.623 0.271
Trinidad y Tobago
1992 0.60 0.62 0.61 0.81 0.88 0.73 0.43 0.48 0.56 0.68 0.83 0.63 0.86 0.93 0.98 0.95 0.96 0.94 0.261 0.227 0.359 0.508 0.6 0.42
Uruguay
1989 0.84 0.93 0.96 0.98 0.99 0.95 0.89 0.96 0.99 1.00 1.00 0.97
1995 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 0.71 0.86 0.93 0.97 0.99 0.91 0.96 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99
2000 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 0.76 0.89 0.95 0.99 1.00 0.93 0.97 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99
RB de Venezuela
1989 0.82 0.88 0.92 0.95 0.97 0.92 0.70 0.80 0.86 0.91 0.96 0.86 0.92 0.95 0.97 0.98 0.99 0.97
1995 0.88 0.90 0.92 0.96 0.98 0.93 0.75 0.80 0.87 0.92 0.97 0.87 0.98 0.98 0.99 0.99 1.00 0.99 0.15 0.17 0.24 0.33 0.52 0.30
1998 0.87 0.91 0.93 0.96 0.97 0.93 0.759 0.822 0.885 0.936 0.969 0.882 0.97 0.98 0.99 0.99 0.99 0.98 0.19 0.23 0.31 0.39 0.61 0.36

Notas: La variable agua se refiere a la disponib ilidad de una fuente de agua en la casa o terreno. La variab le baño es igual a 1 cuando el hogar tiene un baño con un lavabo conectado al sistema del agua residual o a un tanque
séptico. La variable electricidad inciuye todas las fuentes de la electricidad. Teléfono incluye teléfonos fijos y celulares. >
"el
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Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar. Z
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el
TABLA A.56
>
el
tTl
Acceso a agua, baños higiénicos, electricidad y teléfono. Sólo áreas urbanas Z
>
:;::
tTl·
Agua Bañoshigiénicos Electricidad Teléfono ::<l
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País 2 3 4 5 Promedio 2 4 5 Promedio 2 3 4 5 Promedio 2 3 4 5 Promedio >
e-
Argentina ~
1992 0.93 0.97 0.96 0.98 1.00 0.97 0.74 0.85 0.87 0.91 ' 0.97 0.88 Z
1996 0.94 0.96 0.98 0.99 1.00 0.98 0.75 0.87 0.91 0.96 0.99 0.91 >
2001 0.96 0.98 0.99 1.00 1.00 0.99 0.60 0.81 0.87 0.96 0.99 0.87 0.98 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 ::<l
Bolivia O
Urbano :;::
""<:J
1992 0.75 0.77 0.82 0.87 0.94 0.84 0.69 0.68 0.72 0.76 0.85 0.76 0.92 0.93 0.94 0.95 0.98 0.95 ;;
1996 0.78 0.83 0.89 0.92 0.95 0.88 0.60 0.69 0.80 0.87 0.94 0.79 0.92 0.95 0.96 0.98 0.99 0.96 Z
Nacional el
1996 0.79 0.78 0.85 0.90 0.94 0.88 0.62 0.59 0.70 0.84 0.92 0.79 0.86 0.93 0.94 0.96 0.98 0.96 O
(j
1999 0.86 0.91 0.87 0.89 0.94 0.91 0.67 0.76 0.83 0.87 0.93 0.86 0.98 0.97 0.97 0.98 0.99 0.98 0.12 0.17 0.22 0.35 0.63 0.39
Brasil O
Z
1990 0.32 0.49 0.65 0.79 0.90 0.70 0.89 0.95 0.98 1.00 1.00 0.98 r-
1995 0.38 0.53 0.66 0.79 0.91 0.71 0.94 0.97 0.99 1.00 1.00 0.99 0.03 0.05 0.11 0.25 0.62 0.26 >
2001 0.48 0.62 0.72 0.83 0.92 0.76 0.97 0.99 0.99 1.00 1.00 0.99 0.24 0.43 0.58 0.79 0.94 0.67 :t
Chile
1996 0.96 0.98 0.99 0.99 0.99 0.99 0.76 0.85 0.91 0.95 0.98 0.91 0.98 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99
..,C;;
O
2000 0.97 0.98. 0.99 0.99 1.00 0.99 0.84 0.90 0.93 0.96 0.99 0.94 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 0.36 0.51 0.65 0.78 0.93 0.69 i:!
Colombia >
Bogotá
1992 0.97 0.98 0.99 0.99 1.00 0.99 0.99 0.99 1.00 0.99 1.00 0.99 0.74 0.81 0.83 0.89 0.97 0.86
1996 0.98 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99 0.97 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99 1.00 0.99 0.99 1.00 0.99 0.99 0.88 0.89 0.92 0.93 0.94 0.91
Nacional
1996 0.95 0.96 0.98 0.98 1.00 0.98 0.89 0.93 0.96 0.97 0.99 0.96 0.99 0.98 0.99 0.99 0.99 0.99 0.38 0.42 0.50 0.63 0.78 0.61
1999 0.96 0.98 0.98 0.99 0.99 0.98 0.90 0.94 0.97 0.98 0.99 0.97 0.99 0.99 1.00 0.99 1.00 0.99 0.56 0.62 0.69 0.76 0.88 0.74
Ecuador
1994 0.62 0.62 0.67 0.75 0.85 0.74 0.79 0.78 0.84 0.89 0.97 0.88 0.98 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99 0.14 0.10 0.18 0.21 0.44 0.26
1998 0.77 0.77 0.78 0.87 0.90 0.84 0.86 0.85 0.86 0.90 0.98 0.91 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 0.18 0.17 0.21 0.31 0.61 0.36
Elsalvador
1991 0.40 0.50 0.62 0.73 0.89 0.72 0.21 0.31 0.46 0.58 0.79 0.58 0.78 0.86 0.92 0.96 0.99 0.94 0.02 0.03 0.06 0.09 0.28 0.14
1995 0.44 0.48 0.55 0.68 0.83 0.67 0.26 0.31 0.44 0.57 0.79 0.57 0.83 0.90 0.93 0.96 0.99 0.95 0.07 0.07 0.12 0.21 0.47 0.26
2000 0.54 0.56 0.61 0.69 0.85 0.69 0.92 0.92 0.95 0.96 0.99 0.96 0.37 0.36 0.39 0.47 0.68 0.50
Guatemala
2000 0.81 0.77 0.84 0.84 0.97 0.89 0.40 0.47 0.52 0.58 0.85 0.67 0.80 0.88 0.90 0.94 0.98 0.94 0.06 0.11 0.15 0.24 0.58 0.35
Honduras
1990 0.67 0.72 0.76 0.79 0.90 0.82 0.20 0.31 0.36 0.45 0.75 0.54 0.65 0.75 0.77 0.88 0.95 0.86
1995 0.83 0.79 0.81 0.86 0.94 0.87 0.50 0.47 0.52 0.63 0.83 0.65 0.78 0.86 0.93 0.94 0.98 0.93
1999 0.90 0.88 0.94 0.94 0.99 0.95 0.52 0.49 0.60 0.69 0.88 0.71 0.90 0.89 0.95 0.99 1.00 0.97
jamaica
1990 0.60 0.79 0.80 0.83 0.81 0.79 0.50 0.62 0.72 0.62 0.74 0.67 0.64 0.68 0.76 0.79 0.82 0.77 0.10 0.10 0.06 0.10 0.20 0.13
1996 0.72 0.88 0.87 0.79 0.88 0.84 0.56 0.60 0.78 0.61 0.80 0.70 0.83 0.75 0.89 0.77 0.93 0.86 0.33 0.36 0.30 0.33 0.58 0.43
1999 0.83 0.77 0.80 0.87 0.93 0.87 0.55 0.65 0.67 0.72 0.83 0.73 0.83 0.78 0.80 0.86 0.88 0.85 0.42 0.51 0.49 0.59 0.65 0.57
México
1992 0.85 0.89 0.91 0.95 0.97 0.93 0.54 0.70 0.79 0.86 0.95 0.82 0.96 0.98 0.99 0.99 0.99 0.99 0.09 0.11 0.17 0.30 0.57 0.31
1996 0.90 0.93 0.95 0.97 0.99 0.96 0.56 0.69 0.81 0.89 0.96 0.83 0.95 0.99 0.99 1.00 1.00 0.99 0.11 0.15 0.25 0.39 0.64 0.37
2000 0.86 0.92 0.97 0.97 0.99 0.96 0.67 0.83 0.92 0.93 0.97 0.91 0.95 1.00 1.00 1.00 1.00 0.99 0.12 0.26 0.37 0.53 0.76 0.49
Paraguay
1995 0.68 0.81 0.87 0.90 0.95 0.89 0.30 0.46 0.65 0.78 0.92 0.75 0.78 0.92 0.96 0.97 1.00 0.96 0.02 0.04 0.07 0.14 0.42 0.21
1999 0.89 0.87 0.88 0.95 0.99 0.93 0.49 0.62 0.72 0.87 0.94 0.81 0.95 0.97 0.96 1.00 0.98 0.98 0.09 0.11 0.19 0.42 0.65 0.39
Perú
Regiones
1991 0.81 0.83 0.82 0.86 0.89 0.85 0.85 0.89 0.92 0.93 0.94 0.92 0.85 0.92 0.94 0.98 0.98 0.95 0.18 0.12 0.12 0.21 0.26 0.18
1994 0.80 0.81 0.86 0.88 0.94 0.87 0.84 0.85 0.89 0.95 0.98 0.92 0.83 0.92 0.96 0.97 0.98 0.95 0.03 0.06 0.11 0.23 0.41 0.21
Nadonal
1994 0.75 0.79 , 0.84 0.86 0.92 0.86 0.80 0.85 0.86 0.94 0.97 0.91 0.78 0.89 0.95 0.96 0.97 0.94 0.03 0.04 . 0.11 0.20 0.39 0.20
200Q..-0.87 0.83 0.88 0.92 0.96 0.91 0.86 0.90 0.97 0.97 0.98 0.96 0.86, 0.89 0.97 0.97 0.99 0.96 0.12 0.13 0.27 0.42 0.66 0.40
Trinidady Tobago

Uruguay
1992 0.64 0.76 0.68 0.83 0.96 0.81 0.59 0.65 0.70 0.74 0.91 0.75 o.r 0.93 0.98 0.95 0.96 0.94 0.37 0.35 0.50 0.54 0.71 0.53

1989 0.84 0.93 0.96 0.98 0.99 0.95 0.89 0.96 0.99 1.00 1.00 0.97
1995 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 0.71 0.86 0.93 0.97 0.99 0.91 0.96 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99
2000 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 0.76 0.89 0.95 0.99 1.00 0.93 0.97 0.99 1.00 1.00 1.00 0.99
RB de Venezuela
1989 0.98 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 0.97 0.98 0.99 0.99 1.00 0.99 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00
1995 0.96 0.99 1.00 1.00 1.00 1.00 0.92 0.98 0.99 0.99 1.00 0.99 1.00 0.99 1.00 0.99 1.00 1.00 0.34 0.25 0.31 0.39 0.67 0.49
1998 0.96 0.99 0.99 0.99 1.00 0.99 0.97 0.98 0.99 1.00 1.00 0.99 1.00 1.00 0.99 0.99 1.00 0.99 0.32 0.28 0.36 0.43 0.72 0.54

Notas: La variableaguase refierea la disponibilidadde unafuentede agua en la casa o terreno. La variable bañoes igual a 1 cuando el hogartieneun bañocon un lavabo conectado al sistema del aguaresidual o a un
tanque séptico. La variable electricidad incluye todaslas fuentes de la electricidad. Teléfono incluye teléfonos fijos y celulares.
Fuente: CálcUlos del autorbasados en microdatos de encuestas de hogar.

>
""
t!>-
Z

"
ñ
rI1
rI1

~
"
~'
ñ
o

"'"
l-<
-O
=--
50

45
• •
40+--------,----------
Comienzos de Mediados de Comienzos de Comienzos de Mediados de
década del 90 década del 90 década de 2000 década del 90 década del 90

. . . Argen tina .... Bolivia Brasil ""';(- Chile I ... Costa Rica ..... El Salvador - X-
..... ..amaica __ México .... Nicara
..... Colomb ia ~ Perú Uruguay - - Venezuela

Fuente : Cálculos de los autores basados en microdatos de encuestas de hogar.

FIGURA A.2

Ingreso de hogares equivalente

Argentina , México y Brasil

Coeficiente Gini
65

60

55

50

45

40

Fuente : Cálculos de los autores basados en microdatos de


encuestas de hogar.
1992 1996 1998 2001 1990 1995

c. O1ile d. Costa Aica


índice de bienestar social índice debienestar social
170
120
150
110
130

110 100

9O-+--------r------.---------, 90
1990 1996 2000 1990 1995

e.El Salvador f.México


índicedebienestarsocial índicedebienestarsocial
130
120 120

110 110
100
100
90
8O+--------r------.--------, 90
1991 1995 2000 1992 1996

g. Panam á h. Perú
índicedebienestarsocial índicedebienestar social
140 130
130 120
120
110
110
100 100

9O+--------r------.---------, 9O-+--------r------.-
1991 1995 2000 1991 1994

i. Uruguay j. ABde Venezuela


índicedebienestar social índice debienestar social
130 120
120 110

110 100

100 90

9O+--------r------.---------, 8O+--------r------.-
1989 1995 2000 1989 1995

I ~ PIB parcápita - - 53n ....... Atk (1) -o- Atk (2) I


Nota : Ver Lambert (1993) para detalles sobre las funciones agregadasde bienestar. Atk(e) se refiere a la función propuesta
decir, una funcion CES con parámetro igual a e. Primera observaciónpara cada pais = 100.
Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar y PIB per cápita de World Bank (2000b) y la B
Development Indicators (Indicadores de Desarrollo Mundial).
50

40

30

20

10

O
'I>~ . ~0

.v\v
~v <Y

Fuente: Cálculos del autores basados en Székely (2001).

FIGURA A.5
Ingreso relativo de cada percentil de distribución al interior de una clase

a. Arge nt ina, 2001 b. Brasil, 2001

Ingresos en pesos Ingresos en reais


600 900
800
500
700
400 600
500
300
400
200 300
200
100
100

O O
5% 25% 50% 75% 95% 50/0 25% 50% 75

.... Capitalistas .... Profesionales/ejecutivos ....... Pequeños empresarios -o- Trabajadores formales - Trabajador

Nota : Ingresos relativos a la mediana de la distribución de ingresos para empresarios pequeños. Ver texto de recuadro
clases.
Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y de Pesquisa Nacional po
(PNAD).
Jamaica - - -. .

:::=~~
Panamá

Ecuador

Honduras···········
-2 -1 o 2 3 4
Horas

I• Alrededor de 1990 • Alrededor de 2000 I


Fuente : Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogares .
o
-1

-2
-3

-4

-5

-6

Nota: Las tasas de desemp leo en esta figura se refieren a la razón de desempleados para la población adulta total.
Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.

FIGURA A.S
Diferencia en propiedad de vivienda entre quintiles 'superior e inferior, porpuntos porcentuales

Puntos porcentuales I- Alrededor de 1990 _

22
16
14

10

6
2

-2
-6
-10
-14

-16
-22
-26

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


60

50

40

30

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.

FIGURA A.IO

índice intergeneracional de movilidad educativa para jóvenes

lndíce
1,00
I• Alrededor de 1990 • Alrededor de 2000 I
0,95

0,90

0,85

0,80

Fuente: Cálculos del autor basados en microdatos de encuestas de hogar.


Documentos de antecedentes _ _o 1998. "From Clientelism ro Coopera
Los siguientes trabajos o notas fueron comisionados para este estudio Parricipatory Policy, and Civic Organizing
y no han sido publicados hasta ahora. Pueden obtenerse copias Politics and Society 26 (4): 511-37 .
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