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(Elinor Ostrom) El Gobierno de Los Bienes Comunes PDF
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EL GOBIERNO
DE LOS BIENES COMUNES
La evolución de las instituciones
de acción colectiva
TRESMODELOS INFLUYENTES
Se supone que la idea de que los grupos tienden a actuar para apo-
yar sus intereses de grupo deriva lógicamente de esa premisa am-
pliamente aceptada sobre su comportamiento racional y egoísta.
En otras palabras, si los miembros de algún grupo tienen un interés
o un objeto común, y si todos estuvieran mejor si se lograra ese ob-
jetivo, se ha pensado que, lógicamente, los individuos en ese grupo,
si fueran racionales y con intereses propios, actuarían para lograr
ese objetivo (Olson, 1965,p. 1).
PRESCRIPCIONES
ACTUALES DE POL~TICA
I 1
,
tuida una entidad central, qué autoridad debe tener, cómo de-
ben mantenerse los límites a su autoridad, cómo obtendrá in-
formación o cómo deben seleccionarse sus agentes, cómo se
les debe motivar para que hagan su trabajo y cómo debe ser
1 supervisado y premiado o sancionado su desempeño. La afir-
! mación de que es necesaria la imposición de derechos de pro-
piedad privada no dice nada acerca de cómo se definirá ese haz
de derechos, cómo se medirán los distintos atributos de los bie-
nes implicados, quién pagará los costos de impedir el acceso a
los no propietarios, cómo se adjudicarán los conflictos sobre
derechos o cómo se organizarán los intereses residuales de los
derechohabientes en el propio sistema de recursos.
\ Una importante lección que se aprende al analizar el creci-
miento de la cantidad de estudios sistemáticos de académicos
asociados con "el nuevo institucionalismo" es que estos "deta-
lles institucionales" son importante^.^^ Si son o no posibles cier-
tos equilibrios y si un equilibrio significaría o no una mejora
para los participantes (o para otros que a su vez son afectados
por estos individuos) dependerá de las estructuras particulares
de las instituciones. En un sentido más general todos los arre-
glos institucionales pueden considerarse como juegos en forma
extensiva. Como tales, las opciones particulares disponibles, la
secuencia de esas opciones, la información proporcionada y las
'
54 REFLEXIONES SOBRE LOS COMUNES
UN RETO
NOTAS
Prisionero 2
jugadas y que carecen de estrategias dominantes para los jugadores son más
capaces de captar muchos de los problemas implicados en el manejo de los
recursos de uso común.
'Hardin recomienda "coerción mutua, acordada de manera mutua" como
solución al problema, pero el significado de "acuerdo mutuo" es ambiguo en
virtud de su énfasis en el papel de los reguladores centrales; para una crítica,
véase Orr y Hill(1979).
Durante un tiempo se desató un tremendo debate sobre si el número de
participantes involucrados estaba relacionado de manera positiva, negativa o
de ninguna manera con la cantidad de bienes generados (Buchanan, 1968;
Chamberlin, 1974; Frohlich y Oppenheimer, 1970; McGuire, 1974). Russell
Hardin (1982) resolvió en gran medida la controversia señalando que el efecto
del número de contribuyentes dependía ampliamente del tipo de beneficios
colectivos generados, ya sea que cada unidad del bien pudiera o no ser sustraí-
da. Así, el debate inicial no condujo a una clarificación hasta que se explicitaron
los enunciados implícitos sobre el tipo de bien en cuestión.
J. A. Moore (1985, p. 483). al presentar un inForme sobre el proyecto de
educación para la Sociedad Americana de Zoólogos.
Véase, por ejemplo, Berkes (1987). Berkes y Kislalioglu (1989). Berkes y
Pocock (1981), A. Davis (1984). K. Martin (1979), Matthews y Phyne (1988).
Para fuertes críticas a la política canadiense véase Pinkerton (1989a, b) y Ma-
tthews (1988).
'Michael Taylor (1987) analiza la estructura de la teona de Hobbes para
mostrar que propone la creación del Leviatán con el fin de evitar el equilibrio
de situaciones estructuradas como dilemas del prisionero. Véase también
Sugden (1986).
Stillman (1975, p. 13) señala que aquellos que ven "un gobierno central
fuerte o un gobernante fuerte" como una solución, asumen implícitamente
que "el gobernante será un altruista sabio y ecológicamente consciente", aun
cuando estos mismos teóricos suponen que los usuarios de los RUC serán mio-
pes, egoístas y hedonistas ecológicamente inconscientes.
En la literatura sobre economia de recursos se hace referencia a la forma
de regulación utilizada en el juego 2 como un "esquema de pura cuota". Ins-
trumentos normativos alternativos que con frecuencia se proponen son un
"esquema de pura autorización" y un "esquema de puro impuesto". Sin em-
bargo, como señalan Dasgupta y Heal (1979). en cada uno de estos esquemas
es el gobierno quien controla el recurso y determina el esquema normativo.
"En cada caso la idea es que el gobierno se haga cargo del recurso de uso
común e introduzca reglas dirigidas a la obtención de una eficacia distributiva"
(Dasgupta y Heal, 1979, p. 66). Todos los modelos de estos diversos esquemas
suponen que los costos de su sustento son cero (como en el juego 2). Dasgupta
y Heal reiteran que estos costos no son cero en situaciones concretas y que
pueden afectar, ya sea que alguno de ellos resuelva un problema de comunes o
la eficacia relativa de un esquema versus otro. Pero las cuidadosas adverten-
cias de Dasgupta y Heal sobre la importancia de los costos relativos de diver-
sos arreglos constitucionales son raramente atendidas en la literatura sobre
políticas.
'O De manera más exacta la suma de los dos tipos de errores debe ser me-
nor a 0.50, dados los parámetros fijos de este juego para que, una vez restruc-
turado, tenga un equilibrio (C, C). Agradezco a Franz Weissing la sugerencia
de este tipo de análisis para ilustrar el problema de información incompleta
de la entidad central.
REFLEXIONES SOBRE LOS COMUNES 63
tribunal formal y oficial. Véase Galanter (1981) para una revisión de la exten-
sa literatura sobre disposiciones o reglas privadas.
20 Las estructuras y los resultados formales de juegos teóricos de este y de
otros tres conjuntos de reglas para la adjudicación de áreas de pesca se anali-
zan en Gardner y E. Ostrom (1990).
2 1 Véase, por ejemplo, los casos en el National Research CounciI (1986),
McCay y Acheson (1987), Fortmann y Bmce (1988).Berkes (19891, Pinkerton
( 1 9 8 9 ~ )Ruddle
. y Akimichi (1984), Coward (1980) y Uphoff ( 1 9 8 6 ~ )Además
.
de estas colecciones, véanse también las citas en F. Martin (1989) para la ex-
tensa literatura contenida en libros, monografías, artículos e informes de in-
vestigación. También hay instituciones de propiedad común que se vienen abajo
cuando son desafiadas por un crecimiento muy rápido de la población o por
cambios en el mercado de valores de los productos explotados por los RUC. Sin
embargo, como se examinó en el capítulo V, la fragilidad de los sistemas de
propiedad común es mucho más probable cuando estos sistemas no son reco-
nocidos por los regímenes políticos formales de los que son parte.
22 Stillman (1975, p. 14) señaló que la "lógica implacable" es inherente a los
supuestos de Hardin, más que ser un resultado empírico: "Pero la búsqueda
de una solución no puede encontrarse dentro de los parámetros del problema.
Más bien, la solución sólo puede encontrarse cambiando uno o varios pará-
metros del problema y cortando el nudo gordiano en lugar de desatarlo".
23 Véase Shepsle ( 1 9 7 9 ~ 1989a),
. Shepsle y Weingast (1987), Williamson
(1979, 1985). North y Weingast (1989) y North (1981).
24 Puede buscarse de manera detenida y cuidadosa en la literatura sobre el
desarrollo, sin encontrar mucha discusión sobre la importancia de los siste-
mas de tribunales como ayuda para que los individuos se autoorganicen para
ello. La primera vez que le mencioné a un grupo de funcionarios de AID la im-
portancia de contar con un sistema de tribunales efectivo como estrategia de
intervención para alcanzar el desarrollo, se hizo un silencio sepulcral en el
salón. Uno de ellos señaló que en dos décadas de trabajo de desarrollo nunca
había escuchado que se hiciera semejante recomendación.