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Las sociedades devenidas unipersonales

por Rafael Mariano Manóvil

I. Introducción: la normativa que debió ser y la que fue

El objeto de esta contribución es modesto: se limita a la pretensión de


sostener, en cuanto a las sociedades unipersonales, la solución que estimo más
adecuada a algunas de las dudas y contradicciones generadas por las inopinadas
injerencias del Poder Ejecutivo en el texto redactado por la Comisión Redactora
del Proyecto convertido en nuevo Código Civil y Comercial. La Comisión se había
enrolado en la tendencia decididamente permisiva inaugurada con el Proyecto de
Unificación Civil y Comercial de 19871 y continuada con diversos matices en
todos los proyectos, ya fueran de unificación de los códigos, como de reformas a la
legislación societaria propiamente dicha. Esa tendencia surge clara de la lectura de
los inalterados Fundamentos del Anteproyecto con los que el Poder Ejecutivo
envió el Proyecto al Parlamento en marzo de 2012. Se lee allí el pensamiento de la
Comisión: “se recepta la sociedad de un solo socio. La idea central no es la
limitación de responsabilidad, sino permitir la organización de patrimonios con
empresa –objeto-, en beneficio de los acreedores de la empresa individual de un
sujeto con actividad empresarial múltiple. En esto se han seguido, con alguna
innovación, los lineamientos de anteriores proyectos de unificación y la línea
general propiciada por la doctrina. La Comisión consideró conveniente dejar esta
norma en el ámbito societario y no incluirla como norma general en materia de
personas jurídicas, como también se propuso. La razón fundamental es que se
trata de un fenómeno fundamentalmente societario y no se da en las asociaciones,
fundaciones u otras personas jurídicas privadas que no son sociedades
comerciales. También se ha considerado conveniente limitar la cuestión a una
norma permisiva, dejando librado a la iniciativa privada el resto de los
desarrollos. Por ello se ha omitido una regulación más detallada, que podría
obstaculizar la utilización del instituto. Además, cabe tener en cuenta que la
mayoría de los problemas que se pueden presentar, tienen solución con las reglas
generales” 2.

1
Para los antecedentes, ver ALEGRÍA, Héctor, La sociedad unipersonal, RDCO, Año 27,
1994, págs. 3/5.
2
Con esta última expresión de los Fundamentos se aludía al habitual argumento de que
las sociedades unipersonales sirven para facilitar el fraude, concepto que el propio
Ministro de Justicia expresó en el seno de la Comisión Bicameral cuando fue preguntado
al respecto. Como bien se ha apuntado, en el mensaje de elevación Nº 884 con el que la
Presidente, el Jefe de Gabinete y el Ministro de Justicia elevaron el Proyecto al
Congreso, se alude a “la creación de la figura de la sociedad unipersonal que facilita la
asignación de una porción del patrimonio a un proyecto productivo”, pero enfatizando
-2-

La traducción normativa de esta proyectada admisión general de las


sociedades unipersonales consistió en solo muy escasas modificaciones al Art. 1º y
al Art. 94, inc. 8º, de la Ley de Sociedades. La primera de estas normas alteraba su
comienzo, al expresar que “habrá sociedad si una o más personas en forma
organizada conforme a uno de los tipos …”. Respecto de la disolución, el nuevo
inciso 8º disponía exactamente lo contrario que el texto original, es decir, que “la
reducción a uno del número de socios no es causal de disolución”. En ambas
normas se había previsto el caso especial de las sociedades cuyo tipo exigía la
presencia de dos categorías distintas de socios: los dos tipos de sociedades en
comandita y las de capital e industria. Así, en el Art. 1º se incluía una frase final
que decía que “cuando el tipo social prevea dos clases distintas de socios, los
socios deberán ser dos o más”. En el Art. 94, inc. 8º, se establecía la no disolución
por reducción a uno del número de socios; sin embargo, lo era “imponiendo la
transformación de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por
acciones, y de capital e industria, en sociedad de responsabilidad limitada, si no
se decidiera otra solución en el término de tres meses”. Nada había proyectado la
Comisión para modificar lo relativo a la exclusión de socios.

Lo propuesto por la comisión significaba, a no dudarlo, un genuino e


importante progreso para la libertad de configuración de los negocios3, además de
un avance conceptual del derecho societario4 y un enfoque puesto en el patrimonio

luego que una persona “podrá realizar un determinado negocio limitando su


responsabilidad patrimonial a lo que decide invertir en el mismo, reduciendo de tal
manera el grado de riesgo de la inversión”. Véase FUSHIMI, Jorge Fernando, Reflexiones
sobre la empresa unipersonal en el proyecto de unificación del Código Civil y Código de
Comercio, XII Congreso Argentino de Derecho Societario y VIII Congreso Iberoamericano
de Derecho Societario y de la Empresa, 25 al 27 de septiembre de 2013, Ed. UADE-
Cámara de Sociedades Anónimas, T. I, pág. 261, autor que subraya que “una divergencia
de objetivos no puede llevar a un buen único resultado”.
3
ODRIOZOLA, Carlos S., Limitación de la voluntad contractual expresada en el estatuto
social ¿Por qué no?, LL, T. 2006-D, pág. 1308, donde alude a que “desde un punto de
vista axiológico, no es posible desconocer en el estudio de este requisito (el de la
pluralidad) la evolución doctrinaria y legal que ha llevado a prescindir de esa pluralidad y
a admitir la sociedades de un solo socio”. Ver también la interesante la exposición de
antecedentes en el derecho comparado, especialmente anglosajón y particularmente
norteamericano, así como en el argentino, aunque sin adelantar posiciones sobre la
temática específica de este trabajo, en MARZORATI, Osvaldo, La sociedad unipersonal,
la corporación y la legislación comparada, LL, T. 2015-A, págs. 892//915. En contra,
VÍTOLO, Daniel, Las sociedades unipersonales y la reforma de la ley 19.550, en LL, T.
2012-C, págs.. 959 y sigtes., donde, opiniones al margen, se pueden encontrar
interesantes referencias a los antecedentes.
4
Al respecto es interesante leer a Dasso: “Focalizada en la línea de máxima de las
figuras que aspiran a la separación patrimonial en orden a la limitación de
responsabilidad según no ya la pertenencia del patrimonio sino la vinculación dirimente
en orden a la actividad. La agresión a los principios fundamentales; el patrimonio ya no es
prenda común de los acreedores, sino un componente de la actividad. Aparece como una
-3-
afectado a la actividad productiva de la empresa societaria5. La amplitud del
frustrado proyecto admitía que toda clase de sociedades pudiera ser unipersonal,
sea en forma originaria, sea en forma sobreviniente, y en ambos casos con aptitud
de pasar a la pluralidad, o a recuperarla, sin alteración alguna de su estructura6. Es
más: aunque pueda parecer extraño a la luz de los antecedentes nacionales y
también del derecho comparado, ello incluía a las sociedades colectivas e incluso a
las comprendidas en la Sección IV. La Comisión Redactora había cambiado la
perspectiva de apreciación de la unipersonalidad: colocó en un plano secundario la
cuestión de la limitación de la responsabilidad del socio único 7 y priorizó la
identificación del patrimonio afectado a la actividad empresaria8, destinado éste a

de las notas caracterizantes en el mundo del derecho societario de hoy el


direccionamiento doctrinario y positivo la crisis del concepto tradicional del patrimonio
único como atributo de la personalidad (Zacharie, Aubry y Rau) dirigido a la limitació de la
responsabilidad del sujeto económico a través de instrumentaciones que van desde la
configuración de hipótesis legales, como la sociedad unipersonal, prácticamente
impuesta ya en el mundo de los negocios en los países de avanzada, hasta la
demarcación del límite en razón de la actividad” (DASSO, Ariel Á., El socio único y sus
figuras conexas: la responsabilidad de los administradores, director único y la agresión al
concepto dogmático de patrimonio, en Derecho Societario y Concursal Panamericano,
Primer Congreso Panamericano de Derecho Societario y Concursal, Asunción,de octubre
de 2013, pág. 321). En posición contraria a la sociedad unipersonal, CABANELLAS de
las CUEVAS, Guillermo, La sociedad unipersonal en el anteproyecto de reforma de la Ley
de Sociedades, Jurisprudencia Argentina, en Análisis crítico del anteproyecto de reforma
de la Ley de Sociedades Comerciales, Lexis Nexis, Número especial, 2004, págs. 4/11. A
favor de la admisión conceptual de la sociedad unimembre: OTAEGUI, Julio C.,
Tendencias reformistas del régimen societario, su pro y contra (En recuerdo de Carlos
Suárez Anzorena, ED, Temas de Derecho Societario, separata en adhesión al VI
Congreso de Derecho Societario, Mar del Plata, noviembre de 1995, págs.. 11/12.
5
RICHARD, Efraín Hugo, La incentivación de la actividad empresaria y la sociedad
unipersonal, en "Los aspectos empresarios en el nuevo Código Civil y Comercial de La
Nación", II Congreso nacional e Internacional, Mar del Plata, marzo de 2015, págs. 44/6,
donde explica el punto, plantea la pregunta fundamental: “¿Personalidad en beneficio de
quién?” y escribe que “la operatoria de una sociedad, con su personalidad jurídica, no
solo beneficia al que constituye el nuevo ente, sino fundamentalmente a los terceros que
se vinculan con la misma”.
6
Como bien se apuntó en la doctrina, “desde el punto de vista de la dogmática, el
ordenamiento argentino no excluye la existencia de sociedades comerciales
unipersonales. En el derecho argentino, personalidad jurídica no es identificable con
pluralidad de integrantes de la persona” (AGUIRRE, Hugo A., Tres temas de derecho
societario argentino, Revista de Derecho Comparado, Nº 13, (Junio de 2007), pág. 11.
7
Si el socio de una sociedad con responsabilidad no limitada de los socios es único, es
indiferente que esa responsabilidad sea solidaria o mancomunada: en ambos supuestos
aquél responde por el total del pasivo social.
8
En mi opinión, esta es la otra cara de la aceptación en algunas legislaciones de las llamadas Trucking shares,
o Spartenaktien. A este respecto, véase PATRONI GRIFFI, Ugo, Le azioni correlate, Nápoles, Ed. Scientifiche
Italiane, 2005, que trata sobre el modificado Art. 2350 del Cód. Civil italiano según decreto legislativo N 6 del
año 2003. En la doctrina argentina, FARGOSI, Horacio P., Acciones "Relacionadas", LL, T. 2007-B, págs.
1298/1301, comenta la misma novedad legislativa italiana y propone una interpretación dinámica de la LSC, con cita
de Ferri y otros autores italianos, así como de Halperín, Zaldívar, Roitman y Rouillón en cuanto no se oponían a la
emisión de clases de acciones diversas. No obstante, la unipersonalidad, incluso dentro de un grupo de sociedades,
supera objeciones que caben a las acciones relacionadas a una actividad empresaria determinada, como los
-4-
responder a los acreedores de esa actividad con prioridad a los acreedores del
socio único.

Lo proyectado por la Comisión Redactora no prosperó, como es sabido: el


Proyecto enviado al Congreso y convertido en ley invirtió totalmente la ideología
y, en lugar de un régimen amplio y permisivo, ajustado a las necesidades del
progreso y del devenir histórico de la actividad productiva, instaló un sistema
restrictivo, temeroso, intervencionista, torpe y complicado, sin haberse
mencionado siquiera el hecho del cambio, y mucho menos sus motivos, en las
“Modificaciones del Poder Ejecutivo Nacional al Anteproyecto de Reforma del
Código Civil elaborado por la Comisión de Reformas”. Se contravino así lo más
esencial del derecho mercantil: su dinámica histórica, la presencia de sus
características propias al margen de cualquier metodología legislativa y de la
unificación del derecho privado patrimonial, la arrolladora fortaleza de las fuerzas
productivas para superar barreras jurídicas artificiales, siempre contraproducentes9.

Solo para recordarlas, no para tratarlas, menciono los puntos salientes de


las reglas limitativas del CCyC sobre sociedades unipersonales:

a. Contra lo que ha sido natural en todas las culturas jurídicas, en las que se
focalizó la unipersonalidad, en primer término, en las sociedades de
responsabilidad limitada, sólo se admiten como unipersonales las sociedades
anónimas10. Además, una sociedad unipersonal no puede ser constituida por otra
sociedad unipersonal (dos últimos párrafos del Art. 1º LGS). Empero, la norma no
prohíbe que una persona, natural o jurídica, constituya un ilimitado número de
sociedades unipersonales. Nada prevé, tampoco, como lo hacía el Proyecto de
Reformas de la LSC de 2005, qué ocurre cuando una sociedad participada por una
sociedad unipersonal, deviene unipersonal.

conflictos de intereses, el modo de cálculo de la utilidad de la actividad separada dentro de la empresa social, el
derecho de voto de los titulares de esas acciones (¿alcance limitado, con voto como clase, Art. 250, o voto en toda la
sociedad?), el derecho a los dividendos de la actividad cuando el resto de la empresa da pérdidas, etc.
9
PEREYRA, Alicia Susna, La sociedad anónima unipersonal, en "Los aspectos
empresarios en el nuevo Código Civil y Comercial de La Nación", II Congreso nacional e
Internacional, Mar del Plata, marzo de 2015, pág. 133, escribe que el cambio “destruyó la
sociedad unipersonal como medio para permitir la organización de patrimonios de un
empresario con actividad múltiple”.
10
VÍTOLO, Daniel R., Desacertada regulación de la sociedad unipersonal en el proyecto
de reforma de la ley 19.550 de Argentina, en Derecho Societario y Concursal
Panamericano, Primer Congreso Panamericano de Derecho Societario y Concursal,
Asunción 3 y 4 de octubre de 2013, págs. 324/5 también comienza por criticar la elección
del tipo, incluso por una razón de transparencia por la necesidad de inscribir las
transmisiones de cuotas en el Registro Público. En el mismo sentido, BDIL, Noemí
Rebeca y OSSO, María Cristina, Sobre ciertas cuestiones de la unipersonalidad originaria
y sobreviniente, en Los aspectos empresarios en el nuevo Código Civil y Comercial de La
Nación", II Congreso nacional e Internacional, Mar del Plata, marzo de 2015, págs. 24.
-5-
b. El capital de la sociedad anónima unipersonal debe ser totalmente
integrado en el acto constitutivo, incluso para los aportes en dinero (Arts. 11º, inc.
4º, 186, inc. 3º y 187), sin gozar de la franquicia de la integración de hasta el 75 %
en un plazo de hasta dos años, como las sociedades anónimas de dos o más
accionistas.

c. Como si fuera un estigma, ciertamente innecesario, la denominación


social debe indicar que se trata de sociedad anónima unipersonal (Art. 164).
Aunque el incumplimiento de esta norma no prevé sanción alguna, esto obligará a
modificar la denominación social cuando a la sociedad originalmente unipersonal
ingrese un nuevo accionista, y a volver a hacerlo cuando la sociedad retorne a
tener un solo accionista.

d. Lo más grave: con el claro designio de poner obstáculos y restricciones a


la utilización de la sociedad anónima unipersonal, se agregó un inciso 7º al Art.
299 LGS, por el cual quedan incorporadas al régimen de fiscalización estatal
permanente, sin importar la dimensión o la actividad de la sociedad11. Ello
determina la necesidad de que la sociedad cuente con un directorio compuesto de
por lo menos tres miembros (Art. 255, primer párrafo, in fine), así como con una
Comisión Fiscalizadora colegiada en número impar (Art. 284, segundo párrafo)12,
o sea, integrada, como mínimo, por tres síndicos. Es de hacer notar, sin embargo,
que la sociedad controlante de o controlada por la anónima unipersonal, si fueran
anónimas, no quedarán encuadradas en el Art. 299, porque el inc. 6° de este
artículo solo se refiere a las que están sujetas a fiscalización “conforme a uno de
los incisos anteriores”, pero no al nuevo inciso 7° agregado.

e. Aunque no se modificó la disposición según la cual “la reducción a uno


del número de socios no es causal de disolución” (en el Proyecto era un nuevo
inciso 8° del Art. 94, en la LGS es el Art. 94 bis), para las sociedades que por su
tipo requieren dos categorias de socios y, por tanto, descartan la posibilidad
estructural de existir con un solo socio, o sea, para las comanditas y de capital e
industria, se prevé la transformación de pleno derecho en sociedad anónima
unipersonal si no se adopta otra solución en el plazo de tres meses. Si la
transformación de pleno derecho en sociedad de responsabilidad limitada que
preveía el Proyecto podía generar algunas dudas, la de que esa transformación
automática sea en sociedad anónima unipersonal es de concreción práctica
imposible: no solo el capital no está dividido en acciones, sino que, de operar la

11
BUTTY, Enrique Manuel, Acerca del control estatal sobre las sociedades comerciales, en Sociedades ante la
IGJ, LL, 2005, pág. 172, quien no era favorable a admitir sociedades unipersonales y que era restrictivo en
materia de limitación de responsabilidad, se declara aquí a favor de las facultades estatales de control del acto
que se inscribe, pero nunca de incluirlas en el régimen de control permanente por el solo hecho de ser
unipersonales.
12
VÍTOLO, Daniel R., Desacertada regulación …, citado, pág. 326, si bien aplaude que se
la obligue a tener sindicatura, califica de exceso la exigencia de una Comisión
Fiscalizadora.
-6-
transformación en forma automática, no podrán haberse estructurado los órganos
colegiados de administración y fiscalización como lo exige la ley.

f. Al no contemplarse especialmente el supuesto de reducción a uno del


número de socios de la sociedad de responsabilidad limitada, de la sociedad
colectiva, ni de la sociedad a secas de la Sección IV, la conclusión que sostendré
en este trabajo es que en ninguno de esos casos hay otra consecuencia para ese
supuesto más que la ininterrumpida e inalterada continuidad de la sociedad, tal
cual había funcionado como pluripersonal.

El resultado de estas distorsiones se proyecta no sólo sobre las dificultades


que continuarán enfrentando quienes se ven privados de utilizar este instrumento,
sino también sobre los esfuerzos interpretativos de una normativa incoherente.

II. Repaso de los proyectos antecedentes

Las normas societarias sancionadas en 1972 demostraron su calidad al


perdurar durante más de cuarenta años con sólo una reforma significativa, la de la
ley 22.903, del año 1983, la cual, como lo habían previsto los autores de la LSC, y
en particular Halperín, requeriría de ajustes luego de una década de vigencia. Con
lo importantes que fueron algunas de las innovaciones de 1983 –baste recordar que
allí se gestó el tercer párrafo agregado al Art. 54, primera norma del derecho
comparado que legisló concretamente sobre el levantamiento del velo corporativo,
la desestimación de la personalidad societaria, o la inoponibilidad de la persona
jurídica- la cuestión de la sociedad unipersonal aún no tuvo allí cabida. La verdad
es que, a juzgar por los temas tratados en los tres Congresos de derecho Societario
que le precedieron, no había habido un reclamo de la comunidad jurídica al
respecto, probablemente como consecuencia de la tolerancia generalizada en la
utilización de segundos socios poco significativos y a veces directamente
simulados.

Las cosas se modificaron a partir de que la Cámara de Diputados nombró


una Comisión Asesora, compuesta por reconocidos juristas13, para producir, en
Nación ingresado el 2 de junio de 1987. A partir de éste, todos los proyectos
admitieron las sociedades unipersonales, tanto en forma derivada, como a partir de
su constitución14. En esta dirección deben citarse no sólo los Proyectos de

13
La integraron los Dres. Héctor Alegría, Atilio A. Alterini, Jorge H. Alterini, Miguel Carlos
Araya, Francisco A. de la Vega, Horacio P. Fargosi, Sergio Le Pera y Ana Isabel Piaggi.
14
Se tomó así partido por la sociedad unipersonal en detrimento de la empresa individual o unipersonal de
responsabilidad limitada. Esta tuvo y tiene, sin embargo, varios adherentes. Uno de ellos es GARCÍA
BELSUNCE, Horacio, Sociedad de un solo socio, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos
Aires, Noviembre de 1999, pág. 65. Otro es MOISÁ, Benjamín, Empresa unipersonal de responsabilidad limitada,,
RDCO, Nº 205, 2004-B, págs. 73/83. Además de preferir esta figura por sobre la sociedad unipersonal, proponiendo
admitir que la pueda constituir una sociedad, cita los conocidos antecedentes: Liechtenstein, 1926, Costa Rica en el
-7-
Unificación de la Comisión del Decreto 468/92, los de 1993 y 1998, sino también
los de Reformas a la LSC (Resolución MJ 465/91) y de 2005 (Resolución MJ y
DH 112/02). No me detendré aquí en otros aspectos relativos a las reformas
societarias que trajo ese proyecto de 198715, sino solamente en el dato de que, por
primera vez, se preveía autorizar las sociedades unipersonales. A tal fin:

a. Se modificaba el Art. 1º LSC, que, al comenzar diciendo que“habrá


sociedad a los fines de esta ley cuando una o más personas ...”, daba cabida a las
sociedades unipersonales. La intención del legislador fue admitir que ellas fueran
solo de responsabilidad limitada (socio único, únicamente persona física, Art. 146)
y anónimas (socio único persona física o jurídica, Art. 165). Sin embargo, a la luz
del genérico enunciado del Art. 1°, podía llegarse a interpretar que también era
admisible una sociedad colectiva unipersonal16. Recuérdese, por fin, que el mismo
Art. 1º restringía el ámbito de aplicación de la LSC exclusivamente a los tipos
regulares legislados en ella, por lo que no había modo de extender la permisión de
sociedades de un solo socio a la sociedad residual o general legislada en el cuerpo
del Código Civil.

b. El texto que se proponía como segundo párrafo agregado al inc. 8° del


Art. 94 LSC preveía que la disolución por reducción a uno del número de socios,
salvo reconstitución de la pluralidad de ellos en el término de tres meses, “no será
aplicable cuando el socio único lo sea de una sociedad anónima o de
responsabilidad limitada”17. Es de hacer notar que respecto de este último tipo, la
unipersonalidad sobrevenida no estaba condicionada a que el socio único fuera
persona física.

En varios aspectos, como la metodología del tratamiento de la sociedad


general o residual, o la exclusión de la aplicación de la Parte General de la Ley de
Sociedades a las que no fueran sociedades regulares del Capítulo II, el proyecto de

Código de Comercio de 1964, Código de Comercio de El Salvador de 1970, Perú 1974, Ley del Comerciante del
Paraguay de 1983, Ley portuguesa de 1986, Colombia en la ley 222 de 1995. Entre los que admiten la sociedad
unipersonal, Dinamarca, 1973, Brasil, 1976 (Subsidiaria integral), Alemania 1980, Francia 1985, Bélgica 1986 (srl),
Italia 1994, España, ley de srl de 1995. Es interesante, en esta disputa, lo resuelto en la ley chilena de Empresas
individuales de responsabilidad limitada, Nº 19.857 del 24 de enero de 2003. Esta ley es breve y sencilla. La figura es
sólo utilizable por personas naturales, pero una sociedad devenida unipersonal puede transformarse en empresa
individual de responsabilidad limitada. Al respecto puede leerse en Foro de Derecho Mercantil (Legis) Nº 1, Bogotá,
Octubre-Diciembre 2003, págs. 165/8. Sobre el tema, ver también VERÓN, Alberto Víctor, La empresa unipersonal
de responsabilidad limitada, LL, T. 2006-C, págs. 1058/71, con desarrollo comparativo de ambas soluciones.
15
Lo hice en otra ocasión, a la cual me remito: MANÓVIL, Rafael Mariano, Las simples
sociedades y otras cuestiones críticas del proyecto de unificación civil y comercial en
materia societaria, Revista Jurídica de Buenos Aires (Facultad de Derecho y Cs.
Sociales, UBA, Nº 1988-III (separatas de Abeledo Perrot.
16
En contra podía argüirse que el inc. 8° del Art. 94 solo exceptuaba de la disolución a las
anónimas y de responsabilidad limitada.
17
A título de mero ejemplo de la universalidad de estas normas, para Venezuela, véase
MORLES HERNÁNDEZ, Alfredo, El régimen venezolano de las sociedades comerciales,
Revista de Derecho Comparado, Nº 13, (Junio de 2007), págs. 91/4.
-8-
reformas a la LSC preparado en 1993 por la comisión designada por Resolución
MJ 465/9118, siguió las ideas del Proyecto de 198719. En lo relativo a las sociedades
unipersonales, aunque tampoco se apartó substancialmente del precedente, produjo
algunas innovaciones interesantes. Así, en su Art. 1° un tercer párrafo disponía en
forma clara y positiva que “sólo las sociedades de responsabilidad limitada y
anónimas pueden ser constituidas por una sola persona física o jurídica”. El Art.
94, inc. 8°, también exceptuó a la sociedad anónima y a la de responsabilidad
limitada de la disolución por reducción a uno del número de socios. Es interesante
destacar que en este proyecto se incluyó una Sección VII en el Capítulo I (Arts.
308/321), que regulaba la Sociedad Anónima Simplificada, siguiendo la idea de la
ley francesa20. Al declarar supletoriamente aplicables las normas de la sociedad
anónima, en cuanto fueran compatibles, también podían ser constituidas y subsistir
con un solo accionista. Para las sociedades unipersonales se disponía de una
mínima reglamentación, v.gr., el tercer párrafo del Art. 73, que disponía sobre las

18
Integrada por los Dres. los Dres. Edgardo Marcelo Alberti, Miguel Carlos Araya, Héctor
Pedro Fargosi, Sergio Le Pera, Héctor Mairal, Ana Isabel Piaggi y Efrain Hugo Richard
19
La ideología de este proyecto tendía a dar mayor margen a la libertad de los socios en
la conformación de las estructuras societarias. Resulta de interés recordar un párrafo de
las Notas Explicativas de este Proyecto, donde se hace referencia a la política legislativa
en los Estados Unidos posterior a la crisis de 1930: “esta política se funda en la
observación de que esas restricciones formales sólo sirven para molestar y sofocar la
creatividad cuando no son necesarias, y no son para nada útiles en tiempos de crisis o
cuando existe la voluntad de no observarlas, ya que hay muy pocas que no puedan ser
eludidas con el auxilio de un buen asesoramiento”. Por otra parte, vale la pena leer a
GARCÍA VILLALONGA, Julio C., La justificación de la unipersonalidad societaria en el
análisis económico del derecho, elDial del 24.4.2007, quien destaca la tensión entre la
organización empresaria y los costes de transacción y señala que ninguna de las razones
para la admisión de la limitación de responsabilidad “es excluyente para convalidar la
creación de un centro de imputación diferenciado, constituido por una única voluntad:
devendría ineficiente en el plano económico que quien dispusiese del capital necesario y
la posibilidad de financiar un emprendimiento comercial con recursos genuinos –o
aportados por terceros-, y deseare limitar su responsabilidad frente a determinados
riesgos de la actividad, encontrase acotada su alternativa organizativa a la constitución
de una sociedad de génesis plural” (pág. 4). Véase también RIVERA, Julio C., Las
sociedades como instrumento para el fraccionamiento del patrimonio, Revista de Derecho
Comparado, Nº 13, (Junio de 2007), págs. 131/36; también AGUIRRE, Hugo A., Tres
temas … , citado, en la misma publicación, págs. 12/13.
20
Para la evolución posterior de la SAS en Francia, SAINTOURENS, Bernard, Les
réformes du droit des sociétés par la loi du 4 août 2008 de modernisation de l'économie,
Revue des Sociétés, Julio-Septiembre 2008, N 3, págs. 477/92, donde se caracteriza como
un festival veraniego de legislación societaria la tendencia a a suprimir exigencias y a facilitar
el uso de la SAS, incluso la unipersonal, simplificándola al extremo de derogar a su respecto
la obligatoriedad del comissariat aux comptes. Ponderando idéntico instituto en Colombia,
MARZORATI, Osvaldo, La sociedad unipersonal …, citado, LL, T. 2015-A, pág. 910. Para
este régimen, establecido por la ley 1258 del 5 de diciembre de 2008, que admite la
constitución por una o varias personas naturales o jurídicas, ARCILA SALAZAR, Carlos
Andrés, - Pluralidad de asociados: rompimiento de un axioma, por Carlos Andrés
Arcila Salazar, Foro de Derecho Mercantil (Legis), Nº 30, Enero Marzo 2011, págs. 154/62.
-9-
resoluciones del socio único21.

En el nuevo Proyecto de Reformas al Código Civil elaborado por la


comisión designada por Dcto. 468/9222, el tratamiento de las sociedades
unipersonales fue casi idéntico al de 1987: sustitución de la exigencia de dos por la
de una o más personas en el Art. 1°; en el Art. 94, inc. 8°, excepción para las
sociedades anónimas y de responsabilidad limitada a la disolución por reducción a
uno del número de socios; limitación a las personas físicas como socio único de la
sociedad de responsabilidad limitada (Art. 146), y admisión de la constitución
también por persona jurídica para la anónima (Art. 165)23. Este proyecto no fue
acompañado por fundamentos ni notas en este particular aspecto.

La denominada Comisión Federal24 que elaboró el Proyecto ingresado en la


Cámara de Diputados el 28 de julio de 1993 dio un tratamiento muy parecido a la
recepción de la unipersonalidad societaria. Pese a que mantuvo en el Art. 1° de la
LSC la caracterización de la sociedad como integrada por dos o más personas,
agregó un segundo párrafo que establecía que “las sociedades de responsabilidad
limitada y anónimas pueden ser constituidas por una sola persona física o
jurídica”. Se admitió, entonces, que el único socio de la de responsabilidad
limitada pudiera ser también una persona jurídica. El inciso 8° del Art. 94 se
proyectaba también exceptuando a las sociedades de esos dos tipos de la
disolución por reducción a uno del número de socios. Por lo demás, no se dispuso
reglamentación ni característica alguna que diferenciara una sociedad unipersonal
de una pluripersonal.

Vale la pena transcribir partes del ilustrativo, claro y explícito Informe al


Proyecto recién reseñado porque demuestra la necesidad de adoptar la figura y la
coherencia de este paso con lo que ocurría ya entonces en el derecho comparado:
“siguiendo lineamientos de la doctrina y de parte de la legislación comparada, se
permiten sociedades anónimas y de responsabilidad limitada constituidas por una
persona física o jurídica. El tema ha merecido debate en la doctrina en punto a

21
“El socio único podrá adoptar las resoluciones que por ley, acto constitutivo o estatuto
corresponden a los socios sin necesidad de previa convocatoria. Las resoluciones que
adopte lo serán por escrito y asentadas en los libros sociales; se cumplirán además en lo
pertinente las otras formalidades que para esas resoluciones establecidas en la ley”.
22
Integrada por los Dres Augusto César Belluscio, Salvador Darío Bergel, Aída
Kemelmajer de Carlucci, Sergio Le Pera, Julio César Rivera, Federico Videla Escalada y
Eduardo Zannoni.
23
Es de hacer notar que en la edición de este Proyecto de la Editorial Astrea,
inexplicablemente no figura el segundo párrafo del Art 165 LSC aludido en el texto.
24
Integrada por Héctor Alegría, Jorge Horacio Alterini, Miguel C. Araya, María Aztieda de
Duré, Alberto Mario Azpeitía, Enrique G. Banchio, Alberto J. Bueres, Osvaldo Camisar,
Marcos M. Córdoba, Rafael Manóvil, Luis Moisset de Espanés, Jorge Mosset Iturraspe,
Jaun Carlos Palmero, Ana Isabel Piaggi, Efrain H. Richard, Néstor E. Solari, Félix Trigo
Represas y Ernesto Wayar.
- 10 -
considerar si resultaba necesario crear un tipo específico para estas situaciones
(por ejemplo, la figura de la limitación de la responsabilidad del empresario
individual o la empresa individual de responsabilidad limitada), o bien era
conveniente admitir derechamente que la sociedad (o algunos tipos societarios )
podía constituirse por una sola persona, manteniendo el carácter típico de la
clase de sociedad elegida (anónima o de responsabilidad limitada). La comisión
ha optado por esta última solución. No sólo milita en este aspecto la opinión
doctrinaria y leyes comparadas en este sentido, sino un elemento de practicidad
indudable: se evita constituir tipos especiales y prever farragosos cuerpos
legislativos, recurriendo sencillamente a tipos ya existentes, conocidos y
utilizados”. A la crítica de que así “se desnaturalizaría e concepto contractual de
la sociedad al admitírsela constituida por una sola persona”, se contesta en el
Informe que “en realidad, la identificación genética de la sociedad como contrato,
puesta en duda por alguna doctrina no predominante, no necesariamente predica
que necesariamente ese momento genético deba siempre ser contractual para que
surja un ente societario con los caracteres que la ley le otorga. Es claro que
cuando su origen sea contractual se respetarán las cualidades emergentes de ese
origen; cuando no lo sea, el aspecto genético se independizará de ese carácter;
pero en ambos casos podrá reconocerse una sociedad con los caracteres típicos
de la clase elegida. Por lo demás, la concepción del llamado “negocio indirecto”
por alguna doctrina, trataba de explicar y otorgar validez al subterfugio de
recurrir a socios ínfimamente minoritarios para asegurar la pluralidad personal,
cuando la realidad muestra que son innumerables los casos en los que puede
reconocerse la persistencia real de un solo socio”. También se agregó otro
argumento decisivo: “esta categorización permite que una sociedad anónima y de
responsabilidad limitada nazcan con un solo socio e incorporen después a otros; y
a la inversa, sin modificar su tipo ni exigir transformación. La sencillez de la
solución no puede encontrar reparo sólo en un concepto teórico que obligue a la
pluralidad personal incluso allí donde realmente no existe”. El Informe concluye
en el reconocimiento de la realidad, presupuesto de toda legislación mercantil:
“extremando el análisis, podría decirse que las sociedades de un solo socio (real),
tienen ya tipicidad social, cuyo reconocimiento no debe detenerse sólo por
pruritos técnicos, los que hallan soluciones adecuadas con una inteligente
adaptación”.

El texto literal de este Informe fue expresa y literalmente adoptado y


reproducido en los Fundamentos del Proyecto de 1998, lo cual demuestra que
también los juristas que la integraron25 coincidieron con lo atinado del contenido
de aquél. En todo caso, este Proyecto siguió literalmente el mismo camino en la
redacción de los Arts. 1° y 94, inc. 8°, de la LSC, y ninguna reglamentación

25
Fueron ellos Héctor Alegría, Atilio Aníbal Alterini, Jorge Horacio Alterini, María Josefa
Méndez Costa, Julio César Rivera y Horacio Roitman, como firmantes, aunque hubo
otros distinguidos integrantes que se retiraron antes de la conclusión de los trabajos.
- 11 -
específica. Sin embargo, es importante resaltar que en el cuerpo del Código este
Proyecto, siguiendo el reciente Código Civil de Quebec, incluyó como Título II
del Libro II la novedad de una desarrollada regulación general de la persona
jurídica. En la Sección Cuarta, incorporó como Art. 145 la regla de que “las
personas jurídicas se constituyen por voluntad de una sola persona, salvo
disposición especial que exija pluralidad”26, y como Art. 159 la de que “la persona
jurídica no se disuelve por reducción a uno del número de sus miembros, excepto
que la ley especial exija la pluralidad para su existencia, caso en el cual tendrá un
plazo de tres meses para incorporar nuevos miembros”. Mientras la primera de
esas normas no fue reproducida en el CCyC, la segunda es, de algún modo, la
fuente del inc. g. de su Art. 163 y del Art. 94 bis de la LGS, como luego se verá.

Recién el Proyecto de Reformas a la LSC de 2005, elaborado por una


comisión ministerial designada en 200227, además de admitir las sociedades
unipersonales, estableció alguna reglamentación específica para ellas 28. En este
Proyecto se mantuvo la genérica exigencia de pluralidad en la caracterización del
Art. 1° de la LSC, pero se le agregó un tercer párrafo que establecía que “las
sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades anónimas pueden ser
constituidas por una sola persona”. Y en el Art. 94, inc. 8°, se establecía como
causal de disolución no solo la “reducción a uno del número de socios”, sino
también la “reducción de los socios a una sola categoría en los tipos sociales que
requieren dos”, con el consabido plazo de tres meses para reconstruir la pluralidad
de socios o de categorías de ellos. También, como en los precedentes, se estableció
que “esta causal no es aplicable a la sociedad anónima ni a la de responsabilidad
limitada, a menos que el socio remanente sea una sociedad unipersonal”. Los
puntos reglamentados, en rigor, las restricciones establecidas, fuente intelectual de
las adoptadas por la ley 26.994, fueron:

a. En el espacio que dejaba la derogación de la incapacidad de derecho que


afectaba a las sociedades por acciones para ser socia de sociedades que no lo

26
En los Fundamentos del Proyecto, numeral 25, se lee que la permisión de que “las
personas jurídicas pueden constituirse con un solo miembro, excepto que la ley exija
pluralidad”, lo es “respondiendo a un reclamo del derecho comparado y la doctrina
nacional”. También se lee en el numeral 21 que las normas generales se aplican a las
personas jurídicas que tienen reconocimiento en las leyes, “pero en forma supletoria a
sus regímenes especiales, debiéndose integrar las innovaciones que se introducen sólo
en los aspectos no regulados”.
27
La integraron los Dres. Jaime Luis Anaya, Salvador Darío Bergel y Raúl Aníbal
Etcheverry.
28
Tal vez las restricciones contenidas en este Proyecto deriven del esencial rechazo a la sociedad unipersonal
que siempre postuló Anaya (véase, v.gr., ANAYA, Jaime Luis, Sociedades inicialmente unipersonales, ED, T.
124, pág. 725). Pero a la hora de legislar, con la hidalguía de un maestro, se avino a la figura al reconocer el
reclamo de la realidad (véase ANAYA, Jaime Luis, Lineamientos del anteproyecto de reformas a la ley de
sociedades comerciales, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, noviembre de
2003). Para una descripción del régimen italiano, sin duda tenido en cuenta en este Proyecto, GALGANO,
Francesco y ZANELLI, Pietro, Le novità del diritto italiano sulla costituzione della società per azioni, en Revista de
Derecho Comparado, Nº 13, (Junio de 2007), págs. 33/9.
- 12 -
fueran, se disponía que “una sociedad unipersonal no puede ser socia de otra
sociedad unipersonal. Cuando esta situación resulte de la reunión en una sola
mano de todas las participaciones de una sociedad que tenía pluralidad de socios,
las unipersonales deben fusionarse o la participada disolverse, a menos que una
de ellas incorpore nuevos socios en el término de tres meses” (Art. 30, segundo
párrafo), lo cual coincidía con la previsión proyectada para el inc. 8° del Art. 94,
ya citado.

b. Debía agregarse a la denominación social la designación “unipersonal”


(Arts. 147 y 164).

c. El capital de las sociedades unipersonales “debe ser integrado


totalmente al constituirse o en ocasión de cada aumento” (Arts. 149, cuarto
párrafo, y 187, tercer párrafo).

d. Para la sociedad de responsabilidad limitada unipersonal, el Art. 158,


segundo párrafo, establecía la sindicatura obligatoria cuando el socio único era una
persona jurídica. Para las sociedades anónimas unipersonales, el Art 284, quinto
párrafo, prohibía la prescindencia de la sindicatura, con lo que ésta era siempre
obligatoria. Pero no se las encuadraba en el Art. 299, o sea, no era obligatoria la
Comisión Fiscalizadora, ni el número mínimo de tres directores.

e. Los créditos personales del socio o accionista único contra la sociedad


“están subordinados al previo pago de los créditos de terceros” (Arts. 150 y 163,
últimos párrafos).

En mi opinión, excepto la última, que no fue tomada por la ley 26.994 29,
estas disposiciones reglamentarias y restrictivas no tienen otra justificación que un
preconcepto que ve en la sociedad unipersonal un instrumento apto para el fraude
a terceros. Algunos autores han propuesto trabas aún mayores: limitación al
número de unipersonales que puede constituir la misma persona, prohibición de
contratar la sociedad con el socio único30, responsabilidad subsidiaria del socio
único en caso de insolvencia, criterio éste rechazado por toda la legislación
comparada, incluso la argentina, para los supuestos de control. Como lo he
subrayado en varias oportunidades, la comisión de ilícitos por las sociedades no
depende del número de socios: lo que puede hacer uno, lo pueden hacer dos o

29
Ello es criticado por VÍTOLO, Daniel R., Desacertada regulación …, citado, págs. 325/6.
30
TEDESCO Ricardo Luis y RAMAVÓN, María, Prohibición de contratar por parte del
socio único con la sociedad unipersonal, en "Los aspectos empresarios en el nuevo
Código Civil y Comercial de La Nación", II Congreso nacional e Internacional, Mar del
Plata, marzo de 2015, págs. 101/106. El título se explica por sí mismo: los autores
reclaman una prohibición absoluta, salvo “cuando exista una regulación específica
relativa a grupos de sociedades que responden a una sola voluntad”.
- 13 -
más31. Por otra parte, para los desvíos de cualquier clase, el derecho privado
argentino en general, así como en especial el societario y el concursal, están
dotados de instrumentos particularmente sólidos, en muchos aspectos más fuertes
que los previstos en la mayor parte del derecho comparado. En cambio, como ya
se dijo en la parte transcripta supra de las Notas Explicativas del Proyecto de
Reformas a la LSC de 1993, esas reglas tienen el inconveniente de entorpecer lo
que constituye una de las principales ventajas de la sociedad unipersonal por sobre
la empresa individual de responsabilidad limitada: la flexibilidad para el ingreso y
egreso sucesivo e ininterrumpido de socios y accionistas, propio de la dinámica de
la moderna vida empresaria32.

Ya anticipé que la subordinación de los créditos del socio único es la única


regla material con cierta justificación, aunque ella debería derivarse de las normas
concursales y aplicarse a situaciones de control, sea el socio uno o sean varios.
Además, debería contemplar ciertos matices, como la causa del crédito y la
situación de la sociedad al tiempo de su origen. No es igual un crédito nacido de
un préstamo sustitutivo de un aporte de capital, que el nacido en el curso ordinario
de los negocios, como un suministro o un adelanto de fondos para una provisión.

III. El concreto problema de las sociedades devenidas unipersonales

A. Las normas involucradas

La exposición precedente sirve para no perder de vista que las normas


incorporadas al CCyC y a la LGC responden a más de un cuarto de siglo de
antecedentes, cuya diversidad, sumada a los criterios contradictorios de su
elaboración, han dado lugar a las dificultades para establecer con claridad qué
corresponde decidir en cada situación concreta. Como señalé al principio, me
propongo presentar soluciones para los supuestos más fáciles de imaginar. A tal
fin, comenzaré por hacer una enumeración comentada de las normas de ambos
cuerpos legales que tienen relación, o pueden tenerla, para establecer la
interpretación más adecuada.

(i) En esta tarea será preciso partir de la consideración de las disposiciones


del CCyC, especialmente en materia de personas jurídicas. Entre ellas:

31
Cfme.: AGUIRRE, Hugo A., La pluralidad de socios …, citado, págs. 6/8. No obstante,
sigue habiendo voces que se niegan a ver esta realidad. Así, entre muchos, CULTRARO,
Gustavo, Los problemas que nos plantea la sociedad unipersonal, en Derecho Societario y
Concursal Panamericano (Congreso en Asunción, Paraguay), Legis, 2013, págs. 301/6.
32
Así, el ingreso de un segundo accionista, o su posterior egreso, requerirían modificar cada vez el estatuto
para adaptar la denominación. Se argumentará que en parte del derecho comparado, v.gr. el Código Civil
italiano, se reglamenta la unipersonalidad societaria de modo similar. Así se lee, por ejemplo, en la Exposición
de Motivos del Proyecto de 2005. Pero el razonamiento lógico-jurídico tanto como la apreciación de la práctica
justifica estas restricciones tan poco allí como aquí y la experiencia de los países que han admitido lisa y
llanamente las sociedades unipersonales sin restricción alguna, demuestra que los riesgos y conflictos no han
sido mayores que en los ordenamientos que rechazan o condicionan su uso.
- 14 -

a. El Art. 150 que, respondiendo a la premisa que se lee en los


Fundamentos del Proyecto33, establece que “las personas jurídicas privadas que se
constituyen en la República se rigen: a) por las normas imperativas de la ley
especial o, en su defecto, de este Código; … c) por las normas supletorias de leyes
especiales, o en su defecto, por las de este Título”. O sea, de modo que no deja
duda alguna34, la ley especial, es decir, en el presente análisis, la ahora Ley General
de Sociedades, prevalece siempre sobre las normas del CCyC, sean estas
imperativas o supletorias.

b. El inc. g. del Art. 163, que para las personas jurídicas en general dispone
que “la persona jurídica se disuelve por: … g) la reducción a uno del número de
miembros, si la ley especial exige pluralidad de ellos y ésta no es reestablecida
dentro de los tres meses”. En razón de lo dispuesto en el Art. 150, esa disposición
no es aplicable a las sociedades porque la misma materia está reglada en la ley
especial, la LGS, en su Art. 94 bis. Además, porque la ley especial, como se verá,
no exige la pluralidad de socios para la subsistencia de la sociedad.

c. El Art. 12, segundo párrafo, en cuanto establece que “el acto respecto
del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un resultado
sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se considera
otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la norma
imperativa que se trata de eludir”. Esta norma es relevante para dejar en claro que
el análisis que se hace en el presente trabajo está destinado a resolver los supuestos
en que se produce el paso de una sociedad genuinamente pluripersonal35 a la

33
“Se establece un orden de prelación en la aplicación a las personas jurídicas privadas
de principios y normativas, lo que viene requerido en virtud de la existencia de diversos
ordenamientos especiales y la fuerza jurígena de la voluntad de sus miembros en la
creación y funcionamiento de las personas jurídicas”. Compárese, de todos modos, con la
parte transcripta más arriba en nota de los Fundamentos del Proyecto de 1998 y la
subsidiariedad de las normas generales a que alude.
34
La disposición es mucho más categórica que su antecedente inmediato, el Art. 146 del
Proyecto de 1998, que disponía que “las personas jurídicas privadas se rigen: a) por las
normas inderogables de la ley especial o de este Código”, mientras que el inciso c) era
igual al del CCyC.
35
Dejo de lado la cuestión de la sociedad de comodo, del pacto fiduciario, tradicionalmente defendidas por
autores clásicos como Yadarola, Satanowsky y Otaegui, por exceder los límites de este trabajo. De todos
modos, véase el excelente y reflexivo trabajo de CAPUTO, Leandro, La pluralidad efectiva de socios según la
jurisprudencia de la Inspección General de Justicia. Sobre la exigencia de la ficción por razones dogmáticas, en
"Sociedades Comerciales", Suplemento de La Ley, Director Julio César Rivera, Diciembre de 2004, págs. 37/48. En
parte, este trabajo se inserta en el debate acerca del modo arbitrario en que la IGJ administró en esos años la
persecución de sociedades uno de cuyos socios fuera muy minoritario. Un ejemplo al azar es el de la Res. IGJ
1619/04 del 27.12.04, Volkswagen Argentina SA, en Revista de las Sociedades y Concursos, Nº 32, Enero-Febrero
2005, pág. 362. En ese caso se dijo que procedía excepciona (sic) la exigencia de pluralidad sustancial de socios
para una filial argentina "cuando ésta exhibe una elocuente solvencia económica y financiera … máxime cuando,
conforme a las expresas manifestaciones del profesional dictaminante la sociedad extranjera controlante de la filial
argentina no rehuirá las responsabilidades patrimoniales que podrían supuestamente derivarse de un hipotético
incumplimiento por parte de su sociedad controlada de las obligaciones sociales contraídas". De donde se deriva que
lo que siempre había sido planteado como un problema jurídico, de pronto se convirtió en un problema de solvencia,
- 15 -
condición de unipersonal.

d. El Art. 2°, que con alcance a todo el derecho dispone que “la ley debe
ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes
análogas”, en ese orden, y también “los principios y los valores jurídicos, de modo
coherente con todo el ordenamiento”. Esto significa, ante todo, que cuando las
palabras de la ley son claras, debe estarse a ellas. Como se verá, la lectura de las
normas de la LGS y la del Art. 150 del CCyC, llevan a una conclusión unívoca.
Pero, además, la interpretación de esas normas es la que coincide con los
principios y valores establecidos en la Constitución Nacional, en particular en los
Arts. 14, 16, 17 y 19.

(ii) En la ahora denominada Ley General de Sociedades, como ley especial,


que prevalece sobre las del CCyC, las normas relevantes para el razonamiento son:

a. Primero y ante todo, el Art. 1° de la LGS, cuando dispone que “habrá


sociedad si una o más personas …”. De ello resulta que la unipersonalidad es
admitida por la ley como principio general. En realidad, las sociedades
unipersonales ya fueron admitidas por la legislación anterior, y funcionaron sin
inconveniente alguno. No me refiero sólo al caso de la ley de Sociedades del
Estado de la ley 20.70536, sino también a los supuestos de sociedades devenidas
unipersonales por aplicación del régimen concursal del llamado cram down37, y del

criterio absolutamente inaceptable. Lo mismo pudo predicarse de la Res. IGJ 618/05, 13.6.05, Telecom Personal SA,
en Revista de las Sociedades y Concursos, Nº 35, Julio/Agosto 2005, págs.353/4: “No constituye un supuesto de
sociedad de cómodo o sociedad sustancialmente unipersonal, cuando se trata, la requirente de la inscripción de un
determinado documento societario, de una sociedad anónima constituida dentro del procedimiento de privatización
de ENTel (dec. 62/90 y sus modificaciones), cuyas normas regulatorias obligaron a su controlante, a tomar una
participación del 99,99% de aquélla, ante el requerimiento legal de prestar el servicio específico a través de una
sociedad separada, siendo razonable y entendible el argumento expuesto por ésta de constituir una entidad
totalmente controlada para evitar otorgar una participación accionaria significativa a terceros". Ver también VAN
THIENEN, Augusto y DI CHIAZZA, Iván, Asociación civil como accionista. Socio de cómodo y finalidad de lucro:
análisis crítico al fallo "Boca Crece SA”, ED, T. 227, págs. 815/22 (el fallo en ED, T. 223, pág. 626. También es
interesante el correcto concepto del voto del juez Heredia en Cám. Com., Sala D, 5.11.08, Simancas c. Crosby, ED,
T. 231, pág. 491, y LL T. 2009-B, pág. 652, con comentario de VERÓN, Alberto Víctor, Nulidad del acto constitutivo,
sociedad unipersonal y acción social de responsabilidad. El voto citado es especialmente valioso en cuanto señala
que la cantidad de la participación del segundo accionista es indiferente porque, citando a De Gregorio, lo relevante
es que la sociedad funcione como tal, con organización administrativa y económica y con autonomía. El tema dio
lugar a posturas muy variadas, como la de RICHARD, Efrain Hugo, Pluralidad de socios (y cuestiones conexas),
RDCO, Nº 214, Sept./Oct. 2005, págs. 341/88, en la cual, entre otras cuestiones, parece insinuar que las sociedades
de cómodo podrían ser consideradas como de objeto ilícito. El mismo autor, en un trabajo posterior, Unipersonalidad
jurídica (En torno a la sociedad de cómodo en etapa constitutiva o en su funcionalidad), en La estructura societaria y
sus conflictos, Jornada de Mar del Plata de Marzo de 2005, Ad Hoc, pág. 19, se inclina por que, en supuestos de
pluralidad simulada, se puede aplicar la inoponibilidad del Art. 54, tercer párrafo, LSC, pero no declarar la nulidad de
la sociedad. Esta última fue la posición que sostuve en MANÓVIL, Rafael Mariano, Grupos de sociedades en el
derecho comparado, Bs. As., Abeledo Perrot, 1998, págs. 1042/48.
36
Su Art. 2° establece que “las sociedades del Estado podrán ser unipersonales y se
someterán, en su constitución y funcionamiento a las normas que regulan las sociedades
anónimas …”.
37
Arts. 48 y 48 bis de la LCQ. AGUIRRE, Hugo A., La pluralidad de socios en las
sociedades comerciales, en "Sociedades Comerciales", Suplemento de La Ley, Director
Julio César Rivera, Diciembre de 2004, pág. 5, sostiene, sin embargo, que al acreedor único
que obtiene la transferencia de la totalidad de las participaciones del deudor concursado se
- 16 -
régimen de exclusión derivado del control casi total contenido en el Régimen de
participaciones residuales de la legislación sobre Mercados de Capitales38. La
situación de éstas frente al nuevo ordenamiento también debe ser resuelta.

b. En segundo término, el mismo artículo, cuando en su segundo párrafo


dispone que “la sociedad unipersonal sólo se podrá constituir como sociedad
anónima”, lo mismo que el tercero, al mandar que “la sociedad unipersonal no
puede constituirse por una sociedad unipersonal”. Si resalto el verbo constituir es
porque en este caso, a la luz de los antecedentes, en particular del Proyecto de
Reformas a la LSC de 2005, es claro que el legislador se ha referido a ese acto y
no a la participación no originaria. Contra lo que han escrito algunos autores, el
supuesto es de naturaleza absolutamente distinta al previsto en el Art 123 para las
sociedades constituidas en el extranjero y la jurisprudencia y doctrina que lo
interpretaron.

c. El ámbito de aplicación de la Sección IV de la LGS, cuyo título es “De


las sociedades no constituidas según los tipos del Capítulo II y otros supuestos”,
que, según lo dispone el Art. 21, incluye a “la sociedad que no se constituya con
sujeción a los tipos del Capítulo II, que omita requisitos esenciales o que incumpla
con las formalidades exigidas por esta ley”. Como lo ha dicho abundante doctrina
respecto del régimen de irregularidad derogado, y como espero haberlo
demostrado en otro trabajo39, esta normativa se aplica únicamente a las situaciones
genéticas, o sea, constitutivas de la sociedad, pero nunca a hechos sobrevinientes a
la adopción, con todos los recaudos substanciales y formales, de uno de los tipos
regulares del Capitulo II40.

le aplicaba por analogía lo dispuesto en el Art. 94, inc. 8° de la LSC. Al respecto, también,
JUNYENT BAS, Francisco y CHIAVASSA, Eduardo, El salvataje de la empresa, el
cramdown en la ley 25.589, La Ley, Bs. As, 2004, pág. 312.
38
Ley 26.831, cuyo Art. 94 prevé la declaración de voluntad de adquisición del capital
remanente, la cual “convierte de pleno derecho a la persona controlante en titular de las
acciones y títulos convertibles” (Art. 95), con la expresa aclaración de que “respecto de
las sociedades bajo control casi total que hayan sido objeto de la declaración de
adquisición reglada en el presente artículo, no regirá lo dispuesto en el inciso 8 del
artículo 94 de la ley 19.550 de sociedades comerciales y sus modificaciones”. Textos
éstos que son idénticos a los de la normativa anterior del Decreto delegado 677/2001,
Arts. 28 y 29).
39
MANÓVIL, Rafael Mariano, La modificación de las sociedades irregulares y de hecho,
Revista del Derecho Privado y Comunitario, 2015-II, en edición.
40
Esta interpretación se hizo ya para las normas originales sobre irregularidad societaria
sobre la base del texto del Art. 21 de la LSC. Puede verse: ZALDÍVAR, MANÓVIL,
RAGAZZI, ROVIRA, Cuadernos de Derecho Societario, Bs. As., Abeledo Perrot, Vol. IV,
1ª reimpresión, 1978, págs. 298/9; ROITMAN, Horacio, Ley de Sociedades Comerciales
Comentada y Anotada, Bs. As., La Ley, 2011, 2ª ed., T. I, págs. 495 y 509/11, aquí con
cita de jurisprudencia; ROMERO, José Ignacio, Sociedades irregulares y de hecho,
citado, 2ª ed., 2012, págs. 316/7. En el mismo sentido un relevante fallo de Enrique Butty,
confirmado por la Sala A de la Cám. Com. García, Amador c. García, María y otros
- 17 -

d. El Art. 94 bis, en cuanto, con claridad meridiana y en forma terminante,


establece exactamente lo opuesto al derogado inc. 8° del Art. 94: “la reducción a
uno del número de socios no es causal de disolución”. Este es el imperativo
principio estatuido en la norma para todas las sociedades, incluidas las de la
Sección IV. También incluye a las sociedades cuyo tipo requiere la presencia de
dos categorías de socios, solo que para éstas impone una solución especial, la cual,
buena o mala, es solo aplicable a las sociedades en comandita, simples o por
acciones, y a las de capital e industria: reducidas a un socio, quedan sujetas a “la
transformación de pleno derecho … en sociedad anónima unipersonal, si no se
decidiera otra solución en el término de tres meses”.

e. En refuerzo de la aplicación estricta de esta norma, el Art. 93, que prevé


que “en las sociedades de dos socios procede la exclusión de uno de ellos cuando
hubiere justa causa, con los efectos del art. 92; el socio inocente asume el activo y
pasivo sociales, sin perjuicio de la aplicación del art. 94 bis”41. Esto quiere decir,
exactamente, que cuando la reducción a uno del número de socios se produce por
causa de exclusión de un socio, la sociedad no se disuelve, y si fuera en comandita
o de capital e industria, fracasada la búsqueda de una solución distinta en los tres
meses, se transformará de pleno derecho en anónima. No hay otra interpretación
posible para esa remisión a la norma que estatuye el principio de no disolución42.

(24.6.94, ED, T. 164, pág. 990, con comentario de Ignacio A. Escuti, La batalla en contra
del artículo 30 de la LS), en el cual se dijo que la irregularidad “es insusceptible
conceptualmente de constituir vicisitud social sobreviniente a la constitución” y que “el
duro esquema represivo concebido para castigar la displicencia de los socios que
soslayaron el régimen de publicidad social este régimen … ya ha sido cumplido” (El caso
se refería al supuesto sancionado en el inciso h) del Art. 386 LSC con quedar “sujetas al
régimen de las sociedades no constituidas regularmente”. Crítico de la sentencia,
NISSEN, Ricardo A., Sociedades irregulares y de hecho, Bs. As., Hammurabi, 2ª ed.,
2001, págs. 34/8 y 43/4. Sin embargo, con relación a la nueva Sección IV, el mismo autor
sostiene que el Art. 21 “está referido a las sociedades que no se constituyan o que omitan
requisitos o incumplan con las formalidades y no a aquellas por circunstancias
sobrevinientes” (NISSEN, Ricardo A. Debe limitarse la constitución y actuación de las
sociedades unipersonales incorporadas a nuestra legislación a las "Sociedades
Anónimas Unipersonales" ..., debiendo descartarse la afirmación que la reducción a uno
del número de socios, en cualquier otro tipo societario permita su continuación en esas
condiciones, en Los aspectos empresarios en el nuevo Código Civil y Comercial de La
Nación, II Congreso nacional e Internacional, Mar del Plata, marzo de 2015, págs.. 37/9.
41
RICHARD, Efraín Hugo, La incentivación de la actividad empresaria …, citado, pág. 47,
destaca especialmente “la absoluta congruencia” del Art. 93 y del Art. 94 bis de la LGS.
42
Sin facultades para ello, contra lo que surge del texto expreso de las normas, con
redacción torpe, el Art. 201 de la RG IGJ 7/2015, aunque reconoce que la exclusión en
sociedades de dos socios “no implicará causal de disolución de pleno derecho”, pretende
imponer que dentro de los tres meses se resuelva “la transformación en sociedad
anónima unipersonal cumpliendo con los requisitos …”. La norma es, además,
- 18 -
Más aún: la misma solución se aplicará por analogía a los demás supuestos de
resolución parcial en sociedades de dos socios, sea por retiro de un socio, por
receso o por muerte de uno de ellos.

f. Desde la sanción de la LSC, la unanimidad de la doctrina calificó al Art.


100 (“en caso de duda sobre la existencia de una causal de disolución, se estará a
favor de la subsistencia de la sociedad”) como el pilar del principio de
conservación de la empresa. Desde la sanción de la ley 26.944 la norma se halla
reforzada por un nuevo primer párrafo que consolida el principio: “las causales de
disolución podrán ser removidas mediando decisión del órgano de gobierno y
eliminación de la causa que le dio origen si existe viabilidad económica y social
de la subsistencia de la actividad de la sociedad”. Esto es determinante para la
interpretación finalista de las normas en análisis: la ley no puede ser interpretada
en el sentido de forzar la extinción de una actividad productiva porque ello
repugnaría también a “los principios y los valores jurídicos” y a la interpretación
hecha “de modo coherente con todo el ordenamiento” (CCyC, Art. 2°).

A ello debe agregarse la consideración esencial del costo, extremadamente


gravoso en términos de dispendio de valores y de cargas fiscales, de una
liquidación forzada que se impusiera al socio único en razón de una interpretación
distorsionante y antifuncional de las normas jurídicas, dato que la condena sin
necesidad de extensos desarrollos o de un profundo debate sobre los detalles.

Es a la luz de estas normas que se analizarán los principales supuestos que


pueden presentarse.

B. Sociedad anónima originariamente unipersonal no inscripta y


otros supuestos anómalos de unipersonalidad originaria

Este supuesto no es, naturalmente, un caso de sociedad devenida


unipersonal. Pero entiendo necesario verbalizarlo porque da la pauta de la flexible
variedad de situaciones que quedan comprendidas en el nuevo régimen societario.
La sociedad es tal y adquiere su personalidad jurídica desde el momento mismo de
su constitución. Ello ha sido reconocido así por la doctrina, al margen de
anteriores discusiones43, a más tardar a partir de la reforma de la LSC por la ley
22.903, cuando se estableció la continuidad ininterrumpida del sujeto de derecho

jurídicamente inoperante, porque no existe efecto ni sanción legítima por no cumplir con
ese trámite.
43
Al respecto remito a ZALDIVAR, MANÓVIL, RAGAZZI, ROVIRA y SAN MILLÁN,
Cuadernos de Derecho Societario, Bs. As., Abeledo Perrot, 1ª reimpresión, 1978, T. I,
págs.142 y 146, donde en nota se presentan las opiniones encontradas con la de
SUÁREZ ANZORENA, Carlos, en el Capítulo III de la misma obra, Personalidad de las
sociedades. Ver también NISSEN, Ricardo A., Ley de Sociedades Comerciales, Bs. As.,
Ábaco, 2ª ed., 1996, pág. 62.
- 19 -
entre la sociedad anónima en formación y la sociedad anónima regular (Art. 184).
Surge ahora, además, de lo dispuesto en el Art. 142 del CCyC cuando establece
que “la existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución”,
norma coherente con el régimen societario, para el cual la inscripción registral solo
es condición para la regularidad (LGS, Art. 7°)44.

Sentado, entonces, que la sociedad anónima unipersonal es sociedad y


sujeto de derecho desde el momento mismo de su constitución, la falta de
inscripción como sociedad regular no afecta su existencia. Resulta así que del
texto del Art. 21 LGS se desprende la inclusión de este caso en el régimen de la
Sección IV por tratarse de una sociedad que solo ha incumplido “con las
formalidades exigidas por esta ley”.

Empero, esta simple y sencilla conclusión, que deriva del texto legal,
¿podrá ser trasladada a la constitución de otros tipos sociales por una sola persona?
Se deben compaginar aquí dos textos del mismo Art. 1° LGS. El primero es el que
caracteriza a la sociedad: “habrá sociedad si una o más personas”, del cual deriva
que hay sociedad aunque el socio sea uno solo. Se descarta, así, la hipótesis de la
inexistencia de la sociedad. El segundo es el que limita la constitución de la
sociedad unipersonal a la anónima. Creo válido comenzar por señalar que la
constitución de una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada unipersonal,
al no estar permitida, descartada su inexistencia, sería nula. Sentada esta premisa,
es de advertir que, aunque la unipersonalidad originaria no admitida en razón del
tipo no es, estrictamente, un caso de atipicidad, la situación es similar en su
esencia, y que para este supuesto el Art. 17 LGS prevé que la sociedad en
infracción a las reglas de la tipicidad “no produce los efectos propios de su tipo y
queda regida por lo dispuesto en la Sección IV”. De todos modos, este sendero
desemboca en el Art. 21 LSG, que incluye todos los supuestos en que se “omita
requisitos esenciales”, entre éstos la falta de pluralidad de socios en tipos que no
pueden constituirse sin ella.

En conclusión, también una sociedad colectiva o de responsabilidad


limitada constituida por un solo socio será sociedad y sujeto de derecho,
encuadrada en el régimen de la Sección IV del Capítulo I de la LGC 45. La solución
no es disvaliosa, como puede alegar algún crítico, porque en términos de
responsabilidad por las obligaciones sociales, el socio único responde siempre en
forma ilimitada con todo su patrimonio; visto desde los acreedores sociales, ellos

44
En el seno de la Comisión Redactora de la nueva normativa se discutió la modificación
de este criterio, pero se desechó. El texto que estuvo en discusión preveía que el Art. 2°
de la LGS dijera que “las sociedades legisladas en el capítulo II, o en leyes especiales,
son personas jurídicas con el alcance fijado en esta ley, a partir de su inscripción en el
Registro y concluye con la cancelación”.
45
Cfmes.; DUPRAT, Diego A. J. y MARCOS, Guillermo A., Sociedades anómalas,
informales, atípicas, simples o residuales, LL, T. 2015-D, 7.7.2015
- 20 -
cuentan con el patrimonio de la sociedad con prelación a los acreedores
personales, lo cual les protege. En cambio, con esta solución se gana en abrir el
cauce para que a la sociedad ingresen nuevos socios, para que la sociedad se
subsane adecuándose a las exigencias de un tipo regular permitido, incluida la
anónima, sin obligar a la interrupción de una actividad productiva. No debe
olvidarse que, para los supuestos de uso patológico de la sociedad en estas
condiciones, el ordenamiento cuenta con el poderoso recurso de la declaración de
inoponibilidad de la personalidad jurídica del Art. 54 LGS.

Al correr de la pluma surge la pregunta acerca de si el razonamiento


expuesto no sería el mismo si se tratara de la constitución de una sociedad en
comandita, simple o por acciones, o de una sociedad de capital e industria,
constituida por una sola persona. No hay fundamentos para otra respuesta que la
afirmativa: el desarrollo lógico-jurídico es exactamente el mismo, y así lo ha
señalado la doctrina de algunos autores46.

C. Sociedad anónima unipersonal preexistente al nuevo régimen

Como adelanté más arriba, existen desde antes de la entrada en vigencia


del nuevo ordenamiento una cantidad de sociedades unipersonales como resultado,
por una parte, del régimen de los Arts. 48 y sigtes. de la LCQ, y, por la otra, de la
exclusión de accionistas minoritarios en las sociedades con oferta pública de sus
acciones por aplicación del régimen de control casi total de la legislación sobre
Mercados de Capitales.

Estas sociedades, aunque unipersonales, estaban legítimamente


encuadradas en el régimen ordinario correspondiente a su tipo, sin diferenciación
alguna respecto de las que contaran con pluralidad de socios o accionistas. Si se
ejemplifica con el caso de una sociedad anónima que excluyó a los accionistas
minoritarios, hasta el 31 de julio ella podía denominarse simplemente sociedad
anónima, contar con una sindicatura unipersonal o con un directorio unipersonal,
integrar sus aumentos dinerarios de capital hasta en un 75 % en hasta dos años,
incluso podía transformarse en otro tipo social. No conozco que ello haya ocurrido
en algún caso, pero en el plano de lo posible, esta transformación pudo haber
ocurrido antes de la entrada en vigencia del nuevo régimen y la compañía subsistir,

46
Aunque crítico del resultado, conforme, VÍTOLO, Daniel R., Desacertada regulación …,
citado, págs. 329/30. Señala que podrían adquirir bienes registrables, lo cual a la luz de la
normativa es correcto, y que podrían limitar su responsabilidad haciendo oponible el
contrato a terceros, lo cual no tiene fundamento alguno en el régimen de la Sección IV,
que solo permite agravar la responsabilidad de los socios mancomunadamente
responsables por partes iguales, cuando el tipo social elegido en el acto constitutivo
imponga la solidaridad de los socios por las obligaciones sociales (Art. 24, inc. 3, LGS). El
tema lo traté en MANÓVIL, Rafael Mariano, La modificación de las sociedades irregulares
y de hecho, Revista del Derecho Privado y Comunitario, 2015-II, en edición.
- 21 -
por ejemplo, como sociedad de responsabilidad limitada unipersonal. ¿Cómo las
afectan las nuevas disposiciones de la LGS? ¿Mantienen su status, o deberán
adecuarse a las nuevas normas, incluso, en la última hipótesis planteada,
transformarse en sociedad anónima?

Coincido con algunos autores en lamentar la ausencia de disposiciones de


derecho transitorio específicas y en la inseguridad que genera la escueta
disposición del Art. 7° del CCyC47. Esta norma establece que las nuevas leyes “se
aplican a las consecuencias de las disposiciones y situaciones jurídicamente
existentes”. ¿Puede decirse, sin más, que el régimen legal aplicable a una persona
jurídica es una situación jurídica? ¿O que, sin norma expresa que obligue a ello,
los nuevos recaudos, v.gr., en materia de denominación social o de Comisión
Fiscalizadora, exigen una actividad de adaptación, modificando el estatuto?
¿Encuadraría ello en la noción de consecuencia de una situación jurídica
existente?

Opino que todas las situaciones que hacen a las características y atributos
de una persona jurídica societaria constituyen parte de su patrimonio y encuadran
en el concepto de derecho adquirido, al que no puede alcanzar un nuevo régimen
que expresamente no obligue a adaptarse a él48. Lo contrario sería imponer una
suerte de retroactividad interpretativa condenada por el propio Art. 7° CCyC
citado que vulneraría lo dispuesto en los Art. 17 y 19 de la Constitución Nacional,
el último en cuanto garantiza que nadie está obligado a hacer lo que la ley no
manda ni privado de lo que ella no prohíbe49.

47
Sobre el tema, véase HEREDIA, Pablo D., El derecho transitorio en materia contractual,
Revista Código Civil y Comercial, Año 1, Nº 1, págs.. 3/15; KEMELMAJER de
CARLUCCI, Aída, El artículo 7 del Código Civil y Comercial y los expedientes en trámite
en los que no existe sentencia firme, LL, T. 2015-B, pág. 1146, y Nuevamente sobre la
aplicación del Código Civil y Comercial a las situaciones jurídicas existentes al 1 de
agosto 2015, LL, T. 2015-C, diario del 2.6.2015; RIVERA, Julio César, Aplicación del
nuevo código civil y comercial a los procesos judiciales en trámite (y otras cuestiones que
debería abordar el Congreso), LL,, T. 2015-C, diario del 4.5.2015; en particular sobre la
materia societaria, VÍTOLO, Daniel R., Derecho transitorio aplicable a las sociedades, LL,
T. 2015-C, diario del 10.6.2015.
48
De este modo discrepo, para este caso, con la autorizada explicación de Moisset de
Espanés, también citada por Duprat y Marcos, aunque con referencia a otra cuestión,
(DUPRAT, Diego A. J. y MARCOS, Guillermo A., Sociedades anómalas, informales …,
citado, LL, T. 2015-D), en cuanto a que respecto del estatuto legal formado por las
normas imperativas indisponibles que rige ciertas relaciones jurídicas, “cuando se trata
del reemplazo de un “estatuto legal” por otro distinto, no hay dificultad en conceder
·efecto inmediato” a la nueva ley, sin que pueda tildársela de retroactiva” (MOISSET de
ESPANÉS, Luis, La irretroactividad de la ley y el nuevo art. 3º Código Civil, Universidad
Nacional de Córdoba, Córdoba, 1976, págs.. 29/30.
49
En materia de contratos existen precedentes jurisprudenciales que apoyan lo sostenido
en el texto (CSJN, Fallos Fallos 137:47; 144:219; 152:268; 163:155; 178:431; 238:496.
- 22 -
En conclusión, en supuestos de sociedades anónimas legítimamente
devenidas unipersonales con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley 26.944:

a. No están obligadas a modificar su denominación social para agregarles


la expresión “unipersonal”.

b. No están obligadas a establecer una Comisión Fiscalizadora de número


impar y pueden mantener su Sindicatura del modo en que la tuvieren organizada.

c. Si se hubieran transformado en sociedad de responsabilidad limitada, u


otro tipo, no están obligadas a volverse a transformar en sociedad anónima.

d. En caso de hallarse pendiente la integración de un aumento de capital


resuelto con anterioridad, el plazo para ello sigue inalterado.

e. En cambio, por tratarse de una nueva situación jurídica, un aumento de


capital que se resuelva en el futuro deberá ser integrado totalmente en el acto de la
suscripción.

D. Sociedad anónima devenida unipersonal

Va de suyo que si se reduce a uno el número de socios durante la vigencia


del régimen establecido por la ley 26.994, por aplicación del Art. 94 bis la
sociedad anónima no se disuelve. Este supuesto es diferente del anterior porque no
preexiste un derecho adquirido al status de sociedad unipersonal legítimamente
regido por el mismo régimen ordinario de cualquier sociedad anónima. Por
consiguiente, deberá adaptar su estatuto a las exigencias legales, aunque no hay
plazo legal para hacerlo, ni sanción prevista por no hacerlo50.

Lo mismo será aplicable al supuesto de que la reducción a uno del número


de socios hubiera ocurrido antes de la entrada en vigencia de la ley 26.994 y
estuviera pendiente el plazo de tres meses para la incorporación de nuevos socios
(Art. 94, inc. 8°, derogado, de la LSC). En este caso, el socio único ya no será
responsable solidario por las obligaciones contraídas por la sociedad luego de la
entrada en vigencia del nuevo ordenamiento.

E. Sociedad en comandita o de capital e industria devenida


unipersonal

50
DUPRAT, Diego A. J. y MARCOS, Guillermo A., Sociedades anómalas, informales …,
citado, LL, T. 2015-D, sostienen que la falta de adaptación a sus exigencias puede dar
lugar a las sanciones del Art. 302 de la LGS y a las responsabilidades de su Art. 305,
criterio que no comparto, excepto en cuanto al cambio de la denominación para incluir la
sigla SAU, que reconocen que no tiene sanción.
- 23 -
Desaparecida la pluralidad de socios con la natural consecuencia de ya no
contar la sociedad con socios de las dos categorías exigidas en estos tipos, aunque
la sociedad no se disuelve, tampoco puede subsistir como unipersonal en esas
condiciones.

Ya apunté más arriba que en el Proyecto de Reformas a la Ley de


Sociedades de 2005, el Art. 94, inc. 8°, preveía como causal de disolución no solo
la “reducción a uno del número de socios”, sino también la “reducción de los
socios a una sola categoría en los tipos sociales que requieren dos”, manteniendo
el plazo de tres meses para reconstruir la pluralidad de socios y la integración de
sus categorías. El nuevo Art. 94 bis no hace mención a esta solución, pero es claro
que el ingreso de un nuevo socio y la reconstrucción de las dos clases de socios
dentro de los tres meses cabe dentro de la previsión de que “se decidiera otra
solución”.

Como se ha señalado en doctrina51, estas otras soluciones fuera de la


incorporación de un socio de la categoría faltante, ya sea por aumento de capital o
por enajenación de una parte, puede derivar de una fusión, de una combinación de
fusión y escisión, de una transformación voluntaria y, ¿por qué no?, de disponer la
disolución y liquidación de la sociedad. Un autor se ha planteado la cuestión de si
es aceptable la recomposición de la pluralidad en las sociedades en comandita y de
capital e industria producida luego de los tres meses previstos en el Art. 94 bis. Su
respuesta es que, por el principio de conservación de la empresa establecido en el
Art. 100, ella debe ser admitida52. Por supuesto que idéntico razonamiento vale
para los otros medios de solución de la carencia de socios de alguna de las dos
categorías.

La particular respuesta que la norma da al caso de que estas sociedades


encuentren reducido su número de socios a solo uno, es que, si no acuden a una de
esas soluciones, se les impone “la transformación de pleno derecho … en sociedad
anónima unipersonal”53. Ya señalé que también la Comisión Redactora había
previsto una transformación de pleno derecho, pero en sociedad de
responsabilidad limitada. La transformación automática era viable en el caso de
que el nuevo tipo hubiera sido este último. Su simplicidad orgánica permitía,
habiendo un solo socio, asumir la gerencia, y un funcionamiento sencillo de su

51
MOLINA SANDOVAL, Carlos A., Sociedades anónimas unipersonales, LL, T. 2014-F,
págs. 1214/5.
52
RICHARD, Efraín Hugo, La unipersonalidad en el Proyecto de Ley General de
Sociedades, XII Congreso Argentino de Derecho Societario y VIII Congreso
Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa, septiembre de 2013, Ed. UADE-
Cámara de Sociedades Anónimas, T. I, pág. 326.
53
Se ha señalado “la forma discriminatoria con que se consideran los otros tipos sociales
que no sean los mencionados en ese art. 94 bis” (VÍTOLO, Daniel R., Desacertada
regulación …, citado, pág. 327).
- 24 -
órgano de gobierno, incluso mediante la adopción de resoluciones por el régimen
de consultas escritas admitidas por el Art. 159. Es cierto que el capital debía ser
dividido en cuotas pero, por lo menos, ningún elemento propio del tipo que
estuviera ausente del contrato social hubiera sido impeditivo del funcionamiento
normal de la sociedad.

En cambio, la obstinación en tratar de impedir una sociedad unipersonal


eficiente y adaptada a las necesidades del tráfico, que terminó teniendo por
resultado la limitación de la posibilidad de utilizarlas a las sociedades anónimas de
envergadura, determinaron una apresurada adaptación de esta previsión para
ordenar una transformación en sociedad anónima, cuya declaración de pleno
derecho es impracticable54. No solo el desarrollo orgánico del tipo anónimo es
superior, sino que el encuadre dispuesto en el nuevo inciso 7° del Art. 299 entre
las sociedades sujetas a control estatal permanente, la obliga a una Comisión
Fiscalizadora con tres miembros titulares y tres suplentes (LGS, Art. 284, segundo
párrafo), así como a un directorio compuesto como mínimo por tres miembros
(LGS, Art. 255). Cumplir con estos recaudos, además del de alterar la
denominación social, requiere de una actividad en cuya ausencia el efecto deja de
producirse55. Mas la ley tampoco prevé sanción alguna por esa falta de actividad ni,
ante lo categórico del Art. 94 bis, la sociedad estará disuelta. La improvisación
legislativa ha generado un callejón sin salida que, si no se tratara de tipos sociales

54
Cfme., VÍTOLO, Daniel R., Desacertada regulación …, citado, págs. 327/9, donde
sugiere que debió haberse previsto la obligación de transformarse bajo apercibimiento de
alguna sanción. SOLARI COSTA, Osvaldo, Modificaciones de la Ley 26.994 a la Ley de
Sociedades, LL, T. 2015-C, diario del 27.5.2015, señala que será inexorablemente
necesaria alguna documentación, “pues en la actuación en los negocios, en el
cumplimiento de la tipología de la anónima, en las transacciones cotidianas será
necesario un documento que refleje esa esa “transformación de pleno derecho” y que
contemple las exigencias documentales, formales y tipológicas de la SAU”. DUPRAT,
Diego A. J. y MARCOS, Guillermo A., Sociedades anómalas, informales …, citado, LL, T.
2015-D, dan por sobreentendido que deben cumplirse los requisitos legales de la
transformación, aunque no indican el plazo en que ello debería suceder. Para el supuesto
de incumplimiento de esa actividad, estos autores postulan que la sociedad queda
encuadrada en la Sección IV, de lo cual disiento por los mismos motivos que expondré en
el acápite siguiente. En contra, NISSEN, Ricardo A., Debe limitarse la constitución y
actuación …, citado, págs. 36/37. Escribe este autor que, aunque la figura de la
transformación de pleno derecho no está legislada, ello significa que pasados los tres
meses de la reducción a un socio “se le aplicarán directamente, en sus relaciones
internas como externas, las normas de las sociedades anónimas unipersonales, sin
necesidad de ningún acto societario interno ni registración alguna”. No veo cómo esto
pueda ocurrir en la práctica.
55
La reciente Resolución General IGJ 7/2015, trató la materia en su Art. 202. Dispone que
en el caso, “no obstante los efectos de pleno derecho asignados por la ley citada,
requerirá iniciar el procedimiento de transformación ante este Organismo”. Ello no
resuelve el tema, es obvio, porque el efecto de pleno derecho establecido en la ley no
puede ser desconocido por el organismo, y de hecho lo reconoce, y nada puede hacer
respecto de la estructura de la sociedad si ésta no cumple con la presentación exigida.
- 25 -
de muy poca utilización, podría generar serios problemas prácticos.

F. Sociedad colectiva o de responsabilidad limitada devenida


unipersonal

Algunos autores pregonan que las sociedades colectivas y de


responsabilidad limitada, producida la reducción a uno del número de socios,
quedan comprendidas en la Sección IV, por lo menos si no adoptan otra solución,
como la reconstitución de la pluralidad, la transformación del tipo o la fusión, para
lo cual la ley no prevé plazo alguno56. Otros, con mayores o menores argumentos,
sostienen que esas sociedades continúan su existencia como unipersonales sin
alteración alguna en su régimen57. También se ha escrito que, aunque el Art. 94 bis
diga lo contrario, la sociedad devenida unipersonal queda disuelta58. En otro
trabajo, más reciente, referido al régimen de las personas jurídicas en el CCyC, el
56
SOLARI COSTA, Osvaldo, Modificaciones de la ley …, citado, LL, 2015-C. MOLINA
SANDOVAL, Carlos A., Sociedades Anónimas unipersonales, citado, LL, T. 2014-F, pág.
1213, quien escribe que “el razonamiento lógico formal sería entender aplicable el art 17
LGS que –indirectamente- las sujeta al régimen de sociedades innominadas en las que la
responsabilidad deviene como simplemente mancomunada” (art. 24, LGS)”; a lo que
agrega que “una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada devenida unipersonal
podrá subsanar su defecto mediante la aplicación del art. 25 LSG, que expresamente
regula la subsanación”, aunque reconoce que no hay responsabilidad solidaria durante el
período de unipersonalidad y que “durante ese plazo la responsabilidad del tipo societario
originariamente elegido se mantiene, sin que pueda presumirse solidaridad u otra
solución que amplíe la responsabilidad del socio único” (pág. 1214). Como ya adelanté y
surgirá del texto, el encuadre en la Sección IV es inadmisible porque, de conformidad con
el texto legal, su régimen se aplica solo al momento constitutivo. En la misma línea,
DUPRAT, Diego A. J. y MARCOS, Guillermo A., Sociedades anómalas, informales …,
citado, LL, T. 2015-D, sin otro fundamento que este: “si bien la intención originaria de la
comisión redactora del Anteproyecto fue permitir la unipersonalidad bajo otras formas
societarias, el Código sancionado impuso otra solución, que es la que debe respetarse”.
De modo dubitativo, pero solo para la sociedad de responsabilidad limitada, RICHARD,
Efraín Hugo, La incentivación de la actividad empresaria …, citado, pág. 47
57
BALONAS, Daniel, La unipersonalidad sobreviniente, en Las Reformas al Derecho
Comercial en el Proyecto del Código Civil y Comercial de la Nación, Primer Congreso
Nacional de análisis y debate sobre el Proyecto, Bs. As., Ed. Legis, 2012, pág. 271. En un
trabajo posterior limita la solución al supuesto de que la reducción a uno no haya sido
voluntaria (BALONAS, Daniel, Las sociedades de un solo socio en la reforma de la ley
19.550 dispuesta por la ley 26.994, citado por NISSEN, Ricardo A., Debe limitarse la
constitución y actuación …, citado, pág. 38).
58
NISSEN, Ricardo A., Debe limitarse la constitución y actuación …, págs.. 37/9. Lo funda
en que aceptar soluciones diferenciadas para la unipersonalidad originaria y la derivada
sería dejar sin efecto las normas de protección contra los riesgos que genera la sociedad
unipersonal, y en que otra interpretación que la disolución sería inadmisible por lo
dispuesto en el segundo párrafo del Art. 1º. Critica también a los autores que remiten al
régimen de la Sección IV, en razón de que el Art. 21 “está referido a las sociedades que
no se constituyan o que omitan requisitos o incumplan con las formalidades y no a
aquellas por circunstancias sobrevinientes” (punto de vista, el último, con el que, como
señalo en el texto, concuerdo, aunque sólo para excluir esta interpretación).
- 26 -
mismo autor quiere ver en el Art. 163, inc. g, del nuevo Código una “valiosa pauta
interpretativa de la ley de sociedades, cuando ella pierda la pluralidad de
integrantes y no se trate de una sociedad anónima unipersonal”. Agrega que
“reducida a uno en el número de socios, cualquier sociedad no constituida como
unimembre deberá necesariamente disolverse y liquidarse por aplicación
supletoria del art. 163, inc. g) del CCyCN”, excepción hecha, naturalmente, de las
comanditas y de capital e industria que tienen su solución propia59.

La RG IGJ 7/2005 establece en su Art. 203 que, dentro del plazo del Art.
94 bis, o sea tres meses, no recompuesta la pluralidad de socios, la sociedad debe
resolver “su transformación voluntaria como sociedad anónima unipersonal” o, en
su defecto, “su disolución y nombramiento de liquidador”60. Si no cumple con la
adopción de ninguna de estas dos decisiones, “se considerará a la sociedad bajo el
régimen de responsabilidad establecido para las sociedades de la Sección IV del
Capítulo I de la ley Nº 19.550”.

La norma es extremadamente curiosa: no dice que la sociedad queda


disuelta (no podría hacerlo porque la ley dice lo contrario), no dice que no siga
siendo una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada que funciona de
acuerdo a las reglas del tipo, ni dice tampoco que se rige por la Sección IV, porque
el organismo debe reconocer que ese régimen se aplica sólo a sociedades que en el
período de su constitución no han cumplido con todos los recaudos substanciales y
formales para ser sociedades de los tipos del Capítulo II, y nunca a sociedades que
fueron regularmente constituidas conforme a éstos. Cuidando el lenguaje,
entonces, la norma dice que a las sociedades colectivas y de responsabilidad

59
NISSEN, Ricardo Augusto, Estudios sobre el Código Civil y Comercial de la Nación. Las
personas jurídicas, ED, diario del 7.7.2015, numeral 5. En este trabajo también sostiene
que, pese a que el inc. g) del Art. 163 del CCyC no contiene la sanción de
responsabilidad del miembro único de la persona jurídica que contenía el derogado inc.
8º del Art. 94 de la LSC, tal responsabilidad ilimitada y solidaria debe tenerse por vigente,
porque “desaparecida la pluralidad de miembros cuando esta es requerida como requisito
indispensable para la existencia de aquellas, no puede hablarse entonces de persona
jurídica, por lo que corresponde aplicar el principio general de derecho previsto por el art.
743 del cód. civil y comercial, que ratifica el principio de universalidad del patrimonio”,
concluyendo que “”al quedar reducida la persona jurídica a un solo miembro, es obvio
que este sujeto de derecho pierde la razón de su existencia, convirtiéndose su único
integrante en el único responsable patrimonial de las obligaciones que fueron contraídas
por la persona jurídica”. No puedo dejar de señalar mi absoluta discrepancia con este
razonamiento, que no solo no toma en cuenta múltiples normas del derecho vigente, sino
que parece fundado en la contemplación estática de alguna posible situación, pero con
completo olvido de la dinámica de los negocios, de los diversos intereses en juego (v.gr.,
los de los acreedores del socio único, los de todos los interesados en la preservación de
la actividad empresaria, etc.).
60
Esto pese al texto terminante del Art. 94 bis, en cuanto dice que la sociedad no se
disuelve por la reducción a uno del número de socios. Es evidente la absoluta ilegalidad
de la norma, resultado de que el organismo se arroga facultades que no tiene.
- 27 -
limitada se las considerará “bajo el régimen de responsabilidad” de las de la
Sección IV. Pero dicho así, salta a la vista lo inocuo de la disposición, ante todo,
porque la IGJ, como cualquier ente de la Administración Pública, carece de toda
competencia y facultad para establecer responsabilidades de derecho privado, ni en
forma general ni en forma particular. Hacerlo es violar la Constitución Nacional en
cuanto a la división de los Poderes del Estado. Por lo tanto, puede tenerse a la
norma por no escrita. Además, respecto de las sociedades colectivas, terminaría
constituyendo un reenvío, porque el socio único de ésta es ilimitada y
solidariamente responsable de acuerdo a las normas del tipo.

Frente a tanta variedad interpretativa y a los apuntados desvíos de


autoridad, me parece necesario tratar de contribuir al orden para lo que estimo es
una correcta lectura de los textos legales, aunque al hacerlo incurra en alguna
reiteración.

No quisiera comenzar ese breve razonamiento antes de recordar que


Fargosi escribió hace ya tiempo que “resulta preciso señalar que la constitución
originaria de la sociedad por un solo socio presenta una diferencia sustancial con
la hipótesis de la validez de que una sociedad constituida originariamente por dos
o más personas, respetándose así, el contractualismo clásico con que se admitió el
nacimiento de una sociedad, porque aquí el jurista se encuentra con una
problemática distinta del primer caso. Se rompe algo que incluso fue una suerte
de mito”61. También, como dice el mismo autor, que “no se trata de la sociedad
originariamente unipersonal sino de la admisión de la subsistencia de la persona
jurídica que, en cuanto titular de un patrimonio, perdura en las relaciones con
terceros, más allá de la desaparición del contrato constitutivo”62, además de que,
con cita de Giàcomo Auletta, “al regular la constitución de la sociedad el
legislador ha reconocido un poder real a la colectividad de personas, que destina
un complejo patrimonial a un objetivo de producción. Para que la reducción de la
colectividad de socios a uno solo importe la extinción de la personalidad jurídica,
sería menester demostrar que ello implica el fin de la esfera autónoma de
intereses. Pero ello no acontece, ni por voluntad legislativa, ni por una necesidad
lógica”. Termina Fargosi diciendo, con Tulio Ascarelli, en que “desaparecida la
pluralidad, no tiene más sentido, naturalmente, que se hable de contrato social,
pero económicamente y jurídicamente tiene significado hablar de persona jurídica
y de patrimonio autónomo”63. Lo mismo ha escrito Yadarola: “una vez puestos en
funcionamiento … hecha la organización de la empresa, … -la pluralidad de

61
FARGOSI, Horacio P., Apuntes sobre las sociedades unipersonales, Revista de
Derecho Comercial, del Consumidor y de la Empresa, Año III, Nº 5, Octubre de 2012,
pág. 120.
62
FARGOSI, Horacio P., Apuntes sobre las sociedades unipersonales, citado, pág. 121,
con cita de Paolo Greco en un artículo del año 1932 intitulado La societá di “comodo” e il
negozio indiretto.
63
FARGOSI, Horacio P., Apuntes sobre las sociedades unipersonales, citado, pág. 121,
- 28 -
socios- queda reducido a la categoría de un elemento puramente formal, mientras
que la personalidad jurídica se presenta como una realidad viva y actuante; esta
organización ha superado el mero contrato y se ha convertido en sujeto de
derecho”64

Con estas referencias procuro establecer una nítida diferencia conceptual


entre el momento de constituir una sociedad (que es lo único que limitan el
segundo y tercer párrafos del Art. 1º LGS cuando el instituyente es uno solo), del
momento en que se reduce la pluralidad a un solo socio, y sus efectos. La ley
distingue entre una y otra situación porque se trata de cuestiones disímiles, y la
interpretación de esta diferencia en la aplicación del nuevo régimen no debe ser
pasada por alto con construcciones simplistas o afirmaciones tendenciosas, como
si ella no existiera.

No obstante, tampoco puedo dejar de señalar que el propio régimen legal


establecido en la LGS, al permitir la constitución de una sociedad anónima
unipersonal, ya rompe con los paradigmas tradicionales sobre la indivisibilidad del
patrimonio y la naturaleza contractual del acto constitutivo de la sociedad. Por ello
viene al caso destacar que, “en nada obsta a la normativa propuesta, que la
sociedad haya sido considerada tradicionalmente como un contrato, y que no se
conciba contrato con una sola persona. La ley bien puede definir a la sociedad
como originada en un contrato celebrado por dos o más personas, o instituida por
un acto unilateral de una sola persona. Como bien dijo Ferrara: “Si en este punto
la sociedad, de contrato deviene institución, es argumento de discusión … (y)
“recurrir a las figuras típicas conocidas tiene indudables ventajas: admite su
mejor reconocimiento por los interesados, permite la recomposición de su número
plural, la reducción a uno de sus socios, sin alterarse ni la figura ni el tipo; evita
crear nuevos tipos societarios sobre la base únicamente del número de socios que
componen el ente y, por otro lado, no encierra a las sociedades de un solo socio
en tipo único, etc.”65.

Más aún: para aceptar la sociedad unipersonal ni siquiera es necesario


renunciar a los caracteres más salientes de la calificación de la sociedad como una
clase especial de contrato, el plurilateral de organización, concepción

64
YADAROLA, Mauricio, Sociedades Comerciales en Homenaje a Mauricio Yadarola, T.
II, pág. 349, donde se reproduce el prólogo de Yadarola al libro de Roberto Goldschmidt,
Problemas jurídicos de la sociedad anónima, citado por RICHARD, Efraín Hugo, Las
relaciones de organización: adquisición de la personalidad jurídica, la sociedad
unipersonal y la no personalidad de los contratos asociativos, Revista de Derecho
Comercial, del Consumidor y de la Empresa, Año III, Nº 5, Octubre de 2012, pág. 135.
65
ALEGRÍA, Héctor, La sociedad unipersonal, RDCO, Año 27, 1994, pág. 6. El trabajo
merece consulta por la reseña de legislación comparada, así como por el completo
catálogo de la doctrina escrita sobre el tema hasta ese entonces.
- 29 -
expresamente aceptada por los redactores de la LSC66, y respecto de la cual existe
generalizada coincidencia en adosarle algunos efectos relevantes67. Entre ellos, en
lo que aquí importa, se destaca el hecho de que la estructura del contrato permite,
sin límites y de modo indefinido, el ingreso y egreso de partes. También, por su
carácter de sujeto de derecho, es característico que los vínculos de los socios se
establecen con la sociedad y no entre los socios. El elemento organizativo de la
caracterización legal se refiere a la organización jurídica, es decir, a la necesidad
imprescindible de dotar al nuevo sujeto de derecho nacido del acto constitutivo, de
una mecánica que sirva para formar su propia voluntad y expresarla en el mundo
jurídico externo a la sociedad. La voluntad que debe poder formarse mediante esa
mecánica va más allá de la administración de los negocios y alcanza al gobierno
social, incluso en la reformulación de sus propias reglas, o sea, en las
modificaciones al contrato o estatuto: ya éstos no son actos de los socios como
sujetos independientes, sino del órgano social de gobierno, del cual los socios
forman parte.

La esencia es, pues, la estructura jurídica creada, que se independiza del


acto constitutivo y cuya pluralidad o unilateralidad termina siendo indiferente
tanto en el momento inicial como durante la vida de la sociedad 68. No debe
olvidarse tampoco que el acto constitutivo resultante de una escisión de sociedades
es también un acto unilateral de la sociedad escindente, y no de un contrato69. A
partir de la creación de la estructura, ella funciona por sí misma, como lo
destacaron los autores citados más arriba, haya sido celebrado el acto constitutivo
por una persona única o por una pluralidad de ellas, se mantengan éstas o aquélla,
se haya invertido la singularidad o la pluralidad, todo lo cual es manifiestamente
indiferente, se haya llamado al acto constitutivo contrato70 o, en su caso, acto

66
Exposición de Motivos, Sección I, numeral 2.
67
En especial, y como contraste con los contratos de cambio, que 1. las obligaciones de
los socios no se entrecruzan, sino que concurren a un fin común; 2. el cumplimiento de
las prestaciones no agota el contrato; por el contrario, permite poner en marcha la vida
del mismo; 3. el incumplimiento no autoriza la resolución del contrato sino la exclusión del
incumplidor; 4. no es aplicable la exceptio non adimpleti contractus; 5. se establece una
igualdad cualitativa de derechos y obligaciones al margen de la desproporción
cuantitativa de cada partícipe.
68
Como señala Richard, “la declaración unilateral de voluntad como negocio constitutivo
de una sociedad, permite la plurilateralidad devenida sin alterar la naturaleza del medio
elegido, cualificando las relaciones internas. Es un acto unilateral de gestación de
sociedad-persona, apto y abierto a una posterior relación plurilateral (devenida)”
(RICHARD, Efraín Hugo, Las relaciones de organización: …, citado, RDCCyE, Año III, Nº
5, Octubre de 2012, pág. 135).
69
RICHARD, Efraín Hugo,. , Las relaciones de organización: …, citado, RDCCyE, Año III,
Nº 5, Octubre de 2012, pág. 133.
70
Es clásica la reiteradamente repetida cita de BONELLI, Gustavo, A propósito de la
sociedad con un solo socio, Rivista di Diritto Commerciali, 1912-I, pág. 257, donde señala
que “el contrato es el acto creativo de la sociedad, no es la sociedad; la subjetividad
jurídica es un efecto del contrato pero nada impide que el efecto sobreviva a la causa”
- 30 -
unilateral o instituyente: siempre se estará en presencia de una estructura
plurilateral de organización.

A ello se añade que en el caso del Art. 123 se trata del cumplimiento de
formalidades registrales, mientras que en el supuesto aquí analizado se trata de una
genuina incapacidad de derecho. Estas últimas son de aplicación restrictiva, por lo
tanto no susceptibles de interpretación extensiva o analógica71. Ya se hizo notar,
además, que cuando la propia LGS se quiere referir a una situación permanente y
no a un acto, lo dice expresamente. Ejemplo de ello es el nuevo Art. 30 LGS que,
al limitar la capacidad de las sociedades anónimas y en comandita por acciones
dice que “sólo pueden formar parte de sociedades por acciones y de
responsabilidad limitada”72.

La sociedad colectiva o de responsabilidad limitada devenida unipersonal,


de acuerdo a lo que surge de la interpretación más coherente de las normas
involucradas, continúa su existencia y funcionamiento sin alteración alguna. El
razonamiento que me lleva a esta conclusión es el que sigue.

a. En primer término, la letra del Art. 94 bis, palabras de la ley que


constituyen el primer criterio de interpretación de la ley establecido en el Art. 2º
CCyC. La norma dispone, al margen de toda posible distorsión de su contenido,
que “la reducción a uno del número de socios no es causal de disolución”. Ello
invierte por completo la solución del derogado inc. 8° del Art. 94. Ninguna
sociedad se disuelve, en consecuencia, por la reducción a uno del número de
socios, lo cual, como ya apunté, se halla reforzado por el nuevo agregado al Art.
9373.

b. La definición de sociedad contenida en el Art. 1º LGS: “habrá sociedad


si una o más personas …”. Surge del claro texto de la ley, entonces, que aún con
un solo socio una estructura jurídica que tuvo pluralidad de socios, sigue siendo
sociedad cuando queda un solo socio. Esta conclusión no requiere de aclaración

71
Va de suyo que un organismo de la Administración Pública no tiene competencia para
establecer incapacidades, y menos de derecho, ya sea en forma particular como general.
Esto ya lo prediqué hace una década con motivo de otras resoluciones. Pero ahora es
preciso señalar con énfasis que es ilegal y, por tanto inconstitucional, la norma del Art.
198 de la RG IGJ 7/2015 en cuanto luego de repetir que la sociedad unipersonal no
puede constituir una sociedad unipersonal, también pretende prohibir que ella pueda
“adquirir acciones de otra sociedad unipersonal”.
72
La norma equivalente en el Proyecto de Reformas a la LSC de 2005 también se refería
a una situación y no al acto constitutivo: “una sociedad unipersonal no puede ser socia
de otra sociedad unipersona”, Si el legislador modificó el lenguaje es porque quiso decir
algo distinto, y ello da apoyo a lo que sostengo en el texto.
73
“En las sociedades de dos socios procede la exclusión de uno de ellos cuando hubiere
justa causa, con los efectos del art. 92; el socio inocente asume el activo y pasivo
sociales, sin perjuicio de la aplicación del art. 94 bis”.
- 31 -
alguna. Sin embargo, debe subrayarse el contraste con los proyectos anteriores,
especialmente el más inmediato, el de Reformas a la LSC de 2005, que mantenían
en la definición de sociedad la pluralidad de socios y establecían la
unipersonalidad como excepción a esa regla.

c. En razón de lo dispuesto en el Art. 150 CCyC, no son aplicables al caso


las normas sobre disolución de personas jurídicas establecidas en el Art. 163
CCyC. El primero de estos artículos dispone que “las personas jurídicas privadas
que se constituyen en la República se rigen: a) por las normas imperativas de la
ley especial o, en su defecto, de este Código; … c) por las normas supletorias de
leyes especiales, o en su defecto, por las de este Título”. Al existir disposiciones
sobre disolución en la LGS, que no solo no se complementan sino que dicen
exactamente lo opuesto que las del CCyC, no se aplica la causal de disolución del
inc. g. del citado Art. 163 (“la persona jurídica se disuelve por: … g) la reducción
a uno del número de miembros, si la ley especial exige pluralidad de ellos y ésta
no es restablecida dentro de los tres meses”).

d. La no disolución de la sociedad colectiva o de responsabilidad limitada


devenida unipersonal se condice con lo que surge de otra regla interpretativa del
Art. 2º del CCyC, que manda tener en cuenta “los principios y los valores
jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento”. No solo están en juego
los principios y valores generales derivados de las libertades y garantías
constitucionales, como señalé supra, sino los específicos del ordenamiento
societario, a saber, el principio de conservación de la empresa claramente
establecido en el Art. 100 en su versión original: “en caso de duda sobre la
existencia de una causal de disolución, se estará a favor de la subsistencia de la
sociedad”. Ahora el principio se halla reforzado por su nuevo primer párrafo: “las
causales de disolución podrán ser removidas mediando decisión del órgano de
gobierno y eliminación de la causa que le dio origen si existe viabilidad
económica y social de la subsistencia de la actividad de la sociedad”.

e. Probado que la colectiva o de responsabilidad limitada en ningún caso se


disuelve, es preciso rechazar los intentos de establecer soluciones distintas a la
única que surge del régimen legal, que es la continuidad inalterada de la
personalidad societaria. Así, en primer lugar, la de que se transforme, de pleno
derecho o no, en sociedad anónima unipersonal. Tal manda está solo prevista en el
Art. 94 bis LGS para las sociedades en comandita, simple o por acciones, y las de
capital e industria, porque la tipología de éstas exige dos categorías diferentes de
socios. Nuevamente, la letra de la ley (Art. 2º, CCyC) hace inaplicable esa
pretensión a otros supuestos que no obedecen al criterio al que responden los
expresamente enumerados en aquella norma.

f. No es aceptable tampoco el argumento fundado en que el segundo


párrafo del Art. 1º dispone que “la sociedad unipersonal sólo se podrá constituir
- 32 -
como sociedad anónima” y que tal prohibición se extendería a la noción de existir,
o continuar. Se pretende sostenerlo sobre la base analógica de la interpretación
jurisprudencial y doctrinaria del Art. 123 LGS, que establece que “para constituir
sociedad en la República (las sociedades constituidas en el extranjero), deberán
previamente acreditar ante el juez de registro …”74. Pero no hay analogía posible.
Los criterios interpretativos de esa norma obedecen, en primer término, a que su
propósito es imponer una registración de sujetos de derecho extranjeros que
participan en la actividad económica del país a través de su participación en una
sociedad local. Se trata de una cuestión de publicidad registral en interés de
quienes participan del tráfico en el país. En cambio, en el caso del Art. 1º LGS, se
trata de una incapacidad de derecho, del mismo tipo y naturaleza que la del Art. 30
LGS, abundantemente estudiado en su versión original, con idéntica proyección
sobre su nuevo texto. Las incapacidades de derecho son de aplicación restrictiva,
como lo tiene dicho en forma unánime la jurisprudencia y la doctrina.

g. Por último, la tesis de que la colectiva o de responsabilidad limitada


quedaría incluida en la Sección IV del Capítulo I de la LGS tropieza con el
inconveniente, derivado de la letra de la ley y de lo dicho por la doctrina respecto
de las normas que se sustituyen: las disposiciones de esta sección se aplican a la
etapa constitutiva de la sociedad, nunca a situaciones sobrevinientes. Ya señalé
que el título de la Sección IV es “De las sociedades no constituidas según los
tipos del Capítulo II y otros supuestos”. El acento está en la constitución, lo mismo
que en el Art. 21, que incluye en el régimen a “la sociedad que no se constituya
con sujeción a los tipos del Capítulo II, que omita requisitos esenciales o que
incumpla con las formalidades exigidas por esta ley”. Las características del tipo
se mantienen hasta la finalización de la liquidación de la sociedad (LGS, Art. 101),
sin que importen los avatares de su existencia, ni siquiera las sanciones de las que
puedan hacerse pasibles la sociedad, los socios, o sus administradores.

En ausencia de otros argumentos jurídicos que puedan ser invocados,


reitero la conclusión a la que lleva el juego armónico de las normas citadas: las
sociedades colectivas y de responsabilidad limitada devenidas unipersonales,
siguen su vida jurídica regidas por las normas propias del tipo y por su contrato
social, en forma inalterada e ininterrumpida.

G. Sociedad de la Sección IV devenida unipersonal

Este supuesto no ha merecido mayor atención por la doctrina, pero su


solución es sencilla: rige lo expresamente dispuesto en el Art. 94 bis de la LGS, y

74
El tema ha sido extensamente tratado en ROITMAN, Horacio, Ley de Sociedades
Comerciales Comentada y Anotada, Bs. As., La Ley, 2011, 2ª ed., T. II, págs.. 601/15,
con explicación de los fundamentos de los diversos fallos.
- 33 -
la sociedad no se disuelve, incluso si se trata de una sociedad de hecho75. Seguirá
existiendo inalteradamente como tal, con todas las consecuencias del régimen de
los Arts. 21 a 26 LGS.

H. Participación sobreviniente de una sociedad anónima


unipersonal en otra sociedad anónima unipersonal

A mi juicio sin fundamento, se ha escrito que “el verdadero sentido de la


norma no apunta sólo a la constitución, sino que lo que no quiere es que una
sociedad unipersonal mantenga participación total en otra unipersonal. Incluso la
prohibición de la participación se mantiene no sólo cuando un accionista ha
adquirido todas las acciones de la sociedad, sino cuando en virtud de una
reducción del capital social (o incluso su amortización) la sociedad deviene en
unipersonal”76. Pero ello desconsidera que el caso puede presentarse en la práctica
de diversos modos. En primer término, tanto la participada como la sociedad socia
pueden devenir unipersonales como consecuencia de una adquisición voluntaria o
forzada de las acciones de los demás accionistas. Esto último puede suceder como
consecuencia del ejercicio por estos últimos de una opción de venta (put option) o
del resultado de una Oferta Pública de Adquisición (OPA) obligatoria reglada en la
Ley de Mercados de Capitales Nº 26.831, Arts. 87 a 90, por una escisión societaria
con separación de socios e, incluso, como consecuencia de haber sido la sociedad
cotizante requerida a ejercer, o haber ejercido voluntariamente el squeeze out, o
exclusión de accionistas minoritarios en supuestos del llamado control casi total
(ley 26.831, Arts. 93 a 96). Inversamente, también puede devenir unipersonal la
sociedad anónima única accionista de una sociedad cuya unipersonalidad es
preexistente.

En el acápite F. ya he señalado la necesidad de interpretar restrictivamente


el término constituir empleado en los párrafos segundo y tercero del Art. 1º de la
LGS, así como la inaplicabilidad del razonamiento jurisprudencial y doctrinario
respecto del Art. 12377. Ya señalé que en este último supuesto se trata del
cumplimiento de formalidades registrales que hacen al conocimiento de la
comunidad jurídica en la que se inserta la sociedad constituida en el extranjero
para participar en la vida de sociedades argentinas. En cambio, en la hipótesis aquí
75
BALONAS, Daniel, Sociedad de hecho unipersonal, en Las Reformas al Derecho
Comercial en el Proyecto del Código Civil y Comercial de la Nación, Primer Congreso
Nacional de análisis y debate sobre el Proyecto, Bs. As., Ed. Legis, 2012, pág. 275
76
MOLINA SANDOVAL, Carlos A., Sociedades anónimas unipersonales, citado, LL, T.
2014-F, pág. 1216
77
Es el único que reiteradamente utilizan HAGGI, Graciela y NISSEN, Ricardo A.,
Necesarias modificaciones en materia de sociedades unipersonales, Las Reformas al
Derecho Comercial en el Proyecto del Código Civil y Comercial de la Nación, Primer
Congreso Nacional de análisis y debate sobre el Proyecto, Bs. As., Ed. Legis, 2012, pág.
266, y luego Nissen en otras publicaciones. También MOLINA SANDOVAL, (loc. cit. en
nota precedente) busca inopinado auxilio en esa inexistente analogía.
- 34 -
analizada de la prohibición del tercer párrafo del Art. 1º LGS, se trata de una
genuina incapacidad de derecho. Las incapacidades de derecho no son susceptibles
de interpretación extensiva o analógica78. Ya se hizo notar, además, que cuando la
propia LGS se quiere referir a una situación permanente y no a un acto, lo dice
expresamente. Ejemplo de ello es el nuevo Art. 30 LGS que, al limitar la
capacidad de las sociedades anónimas y en comandita por acciones dice que “sólo
pueden formar parte de sociedades por acciones y de responsabilidad limitada”79.

Ha llegado a plantearse, para peor, que la prohibición constitutiva de una


sociedad anónima unipersonal por otra de la misma clase se haría extensiva al
supuesto de que una constituyente pluripersonal tuviera por único socio a otra
sociedad anónima unipersonal. Es lo que se llamaría unipersonalidad indirecta.
Para ello se pretende hacer una analogía con la calificación de control indirecto
contenida en el encabezamiento del Art. 33 LGS80. Se alude a la necesidad de tener
en cuenta los, por cierto no definidos, “fines que la ley procuró con dicha
prohibición y que los efectos no queridos por la ley también podrían lograrse con
la participación indirecta”. Pero se termina bajando el tono del argumento al
aludir a la falta de razonabilidad y a lo no aconsejable de “que una sociedad
unipersonal participe indirectamente (a través del control de otra sociedad) en
otra sociedad anónima unipersonal”. El fundamento me parece inaceptable, entre
otros relevantes motivos, porque se trata, otra vez, de la aplicación extensiva de
una incapacidad de derecho y porque, más allá de que el tema no tiene conexión
con el control societario, el Art. 33 LGS no impide la cadena de controlantes y
controladas. Por fin, ello no es aceptable porque si el fundamento normativo fuera
evitar el fraccionamiento sucesivo del patrimonio, ello no que ocurre cuando entre
dos sociedades unipersonales existe una sociedad pluripersonal cuyas
participaciones pertenecen a diversos sujetos.

Algunos autores, cuya opinión tampoco comparto, sostienen que la

78
Va de suyo que un organismo de la Administración Pública no tiene competencia para
establecer incapacidades, y menos de derecho, ya sea en forma particular como general.
Esto ya lo prediqué hace una década con motivo de otras resoluciones. Pero ahora es
preciso señalar con énfasis que es ilegal y, por tanto inconstitucional, la norma del Art.
198 de la RG IGJ 7/2015 en cuanto luego de repetir que la sociedad unipersonal no
puede constituir una sociedad unipersonal, también pretende prohibir que ella pueda
“adquirir acciones de otra sociedad unipersonal”.
79
La norma equivalente en el Proyecto de Reformas a la LSC de 2005 también se refería
a una situación y no al acto constitutivo: “una sociedad unipersonal no puede ser socia
de otra sociedad unipersonal”, Si el legislador modificó el lenguaje es porque quiso decir
algo distinto, y ello da apoyo a lo que sostengo en el texto.
80
“El tema podría quedar atrapado por el sentido que impone el art. 33, LGS, que regula
el control societario. Esta norma no sólo califica en forma indirecta, sino también “por
intermedio de otra sociedad a su vez controlada. … También lo enfatiza la ley en las
participaciones recíprocas” (MOLINA SANDOVAL, Carlos A., Sociedades anónimas
unipersonales, citado, LL, T. 2014-F, págs. 1216/7).
- 35 -
sociedad participada quedaría encuadrada en la Sección IV81. Por una parte, me
remito a lo ya desarrollado más arriba en cuanto a que este régimen se aplica solo
a situaciones genéticas originadas en la constitución de la sociedad, pero nunca
como consecuencia de hechos sobrevinientes. Por la otra, una sociedad anónima,
unipersonal o no, está sometida, precisamente, a la incapacidad de derecho del Art.
30, que le impide ser socia de otras sociedades que las regulares de los tipos
autorizados excluyendo, por lo tanto, la capacidad de que sea socia de una
sociedad regida por la Sección IV. La interpretación de una ley nunca puede
conducir a una situación que la propia ley castiga con la nulidad.

En consecuencia, la conclusión de este razonamiento es que, a falta de


norma que disponga algo diferente82, la situación sobreviniente de participación de
una sociedad unipersonal en otra no produce ninguna modificación en su status
regular previo83.

Demás está decir, por último, que la incapacidad de derecho establecida en


el Art. 1º, tercer párrafo, LGS, sólo aplica a sociedades constituidas en la
República Argentina, y no a sociedades constituidas en el extranjero. Recuérdese
que el Art. 118, primer párrafo, LGS, somete el estatuto de las sociedades a las
leyes del lugar de su constitución. La doctrina ampliamente predominante
estableció este criterio para la incapacidad, ahora amenguada, del Art. 30 LSC 84.
En consecuencia, una sociedad unipersonal extranjera no tiene restricciones para
constituir en el país una sociedad anónima unipersonal.

I. La salvedad de la elusión de la ley

Sin perjuicio de mi opinión personal en cuanto rechazo los excesos


reglamentarios que, generalmente sin provecho, traban el libre desarrollo de las
fuerzas productivas, como anticipé en el acápite A. de este capítulo, cuanto llevo
expuesto es válido sólo para los casos en que, genuinamente, el devenir de la vida
de las sociedades llevan a las diferentes situaciones comentadas.

81
DUPRAT, Diego A. J. y MARCOS, Guillermo A., Sociedades anómalas, informales …,
citado, LL, T. 2015-D, y autores allí citados.
82
Recuérdese que el Proyecto de Reformas a la LSC de 2005 luego de prever en su Art.
30 que “una sociedad unipersonal no puede ser socia de otra sociedad unipersonal”,
disponía que “cuando esta situación resulte de la reunión en una sola mano de todas las
participaciones de una sociedad que tenía pluralidad de socios, las unipersonales deben
fusionarse o la participada disolverse a menos que una de ellas incorpore nuevos socios
en el término de tres meses”.
83
Cfme.: BALONAS, Daniel, La sociedad unipersonal como titular de una sociedad
unipersonal, en Las Reformas al Derecho Comercial en el Proyecto del Código Civil y
Comercial de la Nación, Primer Congreso Nacional de análisis y debate sobre el
Proyecto, Bs. As., Ed. Legis, 2012, pág. 269.
84
Permítaseme remitirme, una vez más, a MANÓVIL, Rafael Mariano, Grupos de
sociedades …, citado, págs. 872/81, y la doctrina y jurisprudencia allí citados..
- 36 -

Podrá discutirse en todos y cada uno de estos supuestos, cuál es el real


interés protegido con las restricciones a la amplia admisión de las sociedades
unipersonales, originarias o devenidas tales, y llegarse a la posible conclusión de
que no existen razones de interés público general que justifiquen las normas, pero
ellas existen y deben ser respetadas. Por ello, si ya en el momento constitutivo de
una sociedad se preconcibe una pronta reducción a uno de su número de socios,
corresponderá aplicar el Art. 12, segundo párrafo, del CCyC cuando dispone que
“el acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un
resultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se
considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la
norma imperativa que se trata de eludir”.

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