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El origen de la arquitectura al igual que el origen de la edificación empezó cuando el hombre tuvo
la necesidad de protegerse y estar cerca de su fuente de alimentación: la tierra, donde cultivaba
sus alimentos. El primer edificio, que nace de esta necesidad, es la cabaña que emerge del terrero
y se eleva sobre el o edifica.
CONCLUSIONES
La esencia de la arquitectura se basa en los conceptos de menhir y cueva, estos se complementan
y polarizan a la vez, ayudando a lo largo del tiempo a descubrir y perfeccionar la arquitectura.
· Tanto el menhir como la cueva representan el origen de la arquitectura, mientras que uno es un
monumento primigenio, con capacidad comunicativa, lejana a ser ocupada o habitada; el otro es el
centro de la actividad arquitectónica, nace con la necesidad de protección, pero sin significado.
· Podemos consideran como verdaderos menhires de nuestros días, las modernas edificaciones,
como; los rascacielos, entre otros; siendo grandes ejemplos de menhir contemporáneo.
· Los sepulcros son tomados como punto de partida, logrando una división de las cuevas, La
primera, La Cueva Tomémica y la segunda La Cueva Funeraria.
· El hombre requirió construirse un alojamiento que lo proteja sin enterrarlo y utilizo materiales de
su entorno para realizarlo. Los materiales más utilizados fueron: el barro, la piedra y la madera.
· En épocas como las de la arquitectura renacentista se utilizaron este tipo de falsos dinteles, ya
que aparentemente adoptaron las formas de dinteles, pero en realidad trabajan como arcos.
· La primera cabaña fueron los claustros celtas edificadas en zonas elevadas del terreno con la
finalidad que el hombre se proteja de otras tribus. Estos tienen forma circular en planta y techo de
paja.
· El origen de la arquitectura al igual que el origen de la edificación empezó cuando el hombre tuvo
la necesidad de protegerse y estar cerca de su fuente de alimentación: la tierra, donde cultivaba
sus alimentos. El primer edificio fue la cabaña que emerge del terreno y se eleva sobre él.
Una cueva o caverna es una cavidad natural del terreno causada por algún tipo de erosión de
corrientes de agua, hielo o lava, o menos común, una combinación de varios de estos factores.
En el más común de los casos, las cuevas se forman por la disolución de la roca caliza por parte
del agua ligeramente ácida. A veces es apta para servir de cobijo a animales y seres humanos,
pudiendo ser acondicionada para vivienda en forma de casas cueva y otros usos antrópicos.
Generalmente son húmedas y oscuras; en algunas solo cabe una persona, mientras que en otras,
como la red del Parque Nacional de Mammoth Cave (Kentucky), tienen kilómetros de extensión.
Hay cavernas muy profundas como en Abjasia, donde se alcanza el mayor desnivel en Krubera-
Voronya con más de 2000 m bajo el nivel de la superficie.
Cuevas primarias o volcánicas[editar]
Artículo principal: Cueva volcánica
Algunas cuevas son formadas al mismo tiempo que la roca circundante. Estas reciben el nombre
de cuevas primarias o cuevas singenéticas, según la clasificación de J. Montoriol-Pous.1
Un tubo volcánico se forma durante la actividad eruptiva a la vez que la roca encajante (carácter
singenético) por desplazamientos de lava fluida entre lava ya consolidada (carácter reogenético) y
son las más comunes de estas cuevas primarias. La lava expulsada por un volcán fluye hacia
abajo y cuando la superficie se enfría se endurece, actuando como aislante térmico bajo el que la
lava sigue fluyendo hasta que la erupción termina y acaba por dejar un hueco vacío en el interior
del tubo.
El más importante tubo de lava se encuentra en Hawaii. La cueva Kazumura, ubicada cerca la
ciudad costera de Hilo, es el tubo más largo y profundo del mundo y además es la octava cueva
más larga en los Estados Unidos.
Cuevas secundarias[editar]
La playa de cabo San Jorge, en Caleta Cordova, afectada por muchas cuevas.
Las cuevas secundarias o epigenéticas se originan dentro de las rocas después de que ellas
mismas se han formado, por procesos en los cuales la roca encajante se descompone
(meteorización) y se pierde material por medio de la erosión y, ejemplo más corriente, por
karstificación o pseudokarstificación (fenómenos químicos de disolución de la roca).
La karstificación propiamente dicha se da en calizas y dolomías, quedando otras rocas como
la cuarcita, halita o yeso vinculadas a procesos de pseudokarstificación o epechepe.
También se forman cuevas secundarias por procesos tectónicos que no descomponen la roca,
sino que la fracturan, como las diaclasas y los Trollegater.
Las cuevas marinas son muy comunes a lo largo de las costas del mundo, pero están
restringidas a aquellas zonas en donde el oleaje desgasta las rocas de las costas y son
generalmente más pequeñas. Pueden encontrarse en cualquier clase de roca.
Las cuevas de hielo se producen debajo de un glaciar por derretimiento. También pueden
formarse por una muy pequeña corriente en el hielo la cual tiende a cerrar las cuevas
nuevamente.
Las cuevas kársticas se forman en macizos calcáreos (calizas, dolomías) por disolución de
la roca encajante. El agua fitrada por las fracturas se encuentra cargada de CO 2 y el pH ácido
que adquiere (H2CO3) va disolviendo la roca lentamente, en un proceso que puede durar
millones de años. Este proceso también crea formaciones rocosas como estalactitas y
estalagmitas. El mayor sistema de cuevas conocido de este tipo es Mammoth Cave, en
EE.UU., con más de 590 km de galerías interconectadas. En España, el Sistema
del Mortillano (Cantabria) alcanza los 114 km de desarrollo. La más profunda de
las simas kársticas conocidas es Krubera-Voronya, en Abjasia, con 2190 m de profundidad y
actualmente es la única cavidad del planeta que supera los 2000 metros de desnivel.
Las cuevas como testigos de la evolución del hombre.
Cueva de Molinos
Se sabe que el territorio que hoy ocupa Aragón comenzó a poblarse hace unos 100.000 años,
cuando el hombre de Neandertal caminaba por estas tierras primero en solitario y después
coincidiendo con nuestro antecesor directo, el homo sapiens también llamado hombre de
Cromañón. Los primeros restos óseos fosilizados humanos fueron encontrados en la Cueva del
Moro, de Gabasa (Huesca). Se trata de varios molares que tienen una antigüedad de 45.000
años. Antes, e incluso en la misma época, las cuevas eran habitadas por animales como el oso
de las cavernas, del que también se han encontrado huesos en La Cueva del Oso en Tella
(Huesca).
Los primeros restos fósiles encontrados del homo sapiens se hallaron en las cuevas de las
Graderas de Molinos (Teruel); una mandíbula datada en más de 5.000 años. Esta especie es muy
similar al ser humano actual y vivía como nómada habitando en cuevas para protegerse del
adverso clima producido por las glaciaciones. Son los primeros seres que pintan en las paredes
de las cuevas, que decoran con escenas de caza, animales con los que conviven y, además,
dejan la huellas de sus manos y dibujan figuras humanas, como queriendo dejar testimonio de su
paso por la historia de la Tierra.
Especialmente importante son los hallazgos del abrigo de la Fuente del Trucho en Colungo
(Huesca), ya que forman un conjunto único en Península al reunir pinturas de tres épocas
diferentes, paleolítico, arte levantino y estilo esquemático. Las pinturas del paleolítico están
fechadas hacia el 22.000 antes de Cristo y son las únicas de esta época encontradas en Aragón.
En ellas se distinguen varios caballos pintados en rojo y manos en rojo y negro. Todo el conjunto
está declarado Patrimonio de la Humanidad.
En Aragón se encuentra un tercio de todas las pinturas rupestres de estilo levantino encontradas
hasta ahora. Estas se ubican ya en abrigos orientados al sur que reciben la luz natural y otros
agentes atmosféricos, lo que ha provocado que nos hallan llegado peor conservadas. Numerosos
lugares en Aragón guardan estas joyas de la prehistoria, especialmente la provincia de Teruel;
Obón, Alcaine, Alcañiz, Cretas, Alacón o Albarracín. En esta última localidad encontramos unas
espectaculares pinturas con algunos aspectos curiosos, jabalíes, cabras, toros y caballos en rojo
y negro y aquí está lo extraño de color blanco, únicas en la Península de este color. También se
representan figuras humanas más esquemáticas, en escenas de caza.
Destacar por la variedad de pinturas y la cantidad de restos hallados, la Cueva de los Moros, en
Gabasa, donde aparecen pintados numerosos caballos y ciervos junto a especies como la hiena
de las cavernas, extinguida hace miles de años.
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