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Universidad de Antioquia

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Departamento de Antropología

Áfricas y AfroColombias: 2017-2

Ramiro Delgado Salazar

Docente

Ejercicio evaluativo

Juan Esteban Echeverri Echavarría

Medellín, Colombia

2017
Para el seminario Áfricas y AfroColombias se propuso hacerle un seguimiento a un
medio de comunicación impreso durante el transcurso de un tiempo determinado.
Para tal tarea –y teniendo en cuenta la gran presencia de ciudadanos afrocolombia-
nos en Medellín- enfoqué mi mirada en el periódico medellinense Universo Centro,
en el que su temática es, según el mismo periódico, “La ciudad y las ciudades, la lite-
ratura, las universidades, los deportes a ras de piso, la política desde arriba, las tien-
das viejas, los antros nuevos, la moda sin maniquí, las preguntas que suscita la cró-
nica roja, los libros, la comida barata […]” (UniversoCentro). El seguimiento que hice
fue desde agosto hasta octubre, que fue la circulación que tuve disponible al mo-
mento del mismo.

Acerca del periódico

Universo Centro es un periódico independiente de la ciudad de Medellín que lleva


ocho años en circulación. Para mantener la constante impresión de veinte mil pe-
riódicos mensuales (UniversoCentro), el periódico se financia con suscripciones
anuales, pautas comerciales y donaciones.

Según el mismo periódico “el público más entusiasta de Universo Centro son, sin
duda, los estudiantes universitarios. En segundo lugar, todas las personas dedicadas
a oficios y ocios creativos. En ese caso, Universo Centro es una vitrina y una oportu-
nidad para mostrar sus trabajos.” Y que éste “va un paso más allá de la información
y la opinión. Universo Centro es una "gaceta" que tiene a la creación su principal
interés y su activo más importante.” (UniversoCentro).

En diciembre del presente año el periódico llega a la edición número 93 y se han


llevado a cabo iniciativas de recolección de fondos para conmemorar la centésima
edición.

Acerca de los ejemplares revisados

Fueron tres los ejemplares revisados para este trabajo. Los meses de agosto, sep-
tiembre y octubre fueron el centro de mi atención para llevar a cabo la revisión. Elegí
estos ejemplares porque fueron los que tuve a más fácil disposición en el transcurso
del seminario, ya que su distribución es gratuita en los escenarios de la universidad.
Ejemplar #89 (mes de agosto)

 Bala perdida
Comenzando el periódico, con su primer relato “Bala perdida” de Omar Mau-
ricio Vélez se hace una mención de un trabajador caleño radicado en la ciudad
de Medellín, empleado de la Siderúrgica de Medellín, que murió en un acci-
dente durante una fundición de armas del EPL, destinada a un monumento a
la paz por Rodrigo Arenas Betancur. Este trabajador caleño era de ascenden-
cia africanocolombiana y le llamaban “Negro” sus compañeros del sindicato,
hombres de ideas comunistas que, según el autor fueron siendo exterminados
en extrañas circunstancias. Jorge Lemus Aguilar –nuestro protagonista- era
“[…] un negro alto y macizo” caleño que vivía en Bello. Ya muerto recordaban
de éste su “pelo quieto” y bigote, su risa y acento (Vélez, p.3).
La presencia de éste personaje en este relato es algo secundaria ya que hace
parte de la conversación del narrador con su padre. Una conversación que
buscaba exorcizar el temor a la muerte del hombre de ochenta y cuatro años
que estaba a punto de entrar a su primera cirugía.
Acerca de la población afrocolombiana en la ciudad no se dice nada más, su
visibilidad –en el presente ejemplar- se limita únicamente a una víctima de
un accidente laboral, que hacía parte de la izquierda sindicalista de la ciudad.

Ejemplar #90 (mes de septiembre)

 Elogio cargado de los argentinos


En las páginas cuarta y quinta de este ejemplar se hace una especie de oda a
lo argentino, un tipo de declaración amorosa a un país por un antioqueño, que
dice lo parecidos que son los antioqueños y los argentinos por su supuesto ego
elevado.

Habla con la mayor autoridad el escritor de temas de historia, de política, de


economía, del papa y del tango, que es –a modo de coda- el tema central de
su escrito, de su oda. Dice este autor que el tango que se escucha en Medellín
carece de clase, que es un tango “para el consumo”.
De manera muy accesoria dice que en Medellín vivió un bandoneonista argen-
tino negro que fue amigo de Manuel Mejía Vallejo y que una vez le pregunta-
ron sobre la diferencia del bandoneón y el acordeón y que éste respondió: “el
bandoneón es un instrumento musical… Y que me perdonen los vallenatólo-
gos.” (Escobar, p.5)

La presencia de lo afrocolombiano en este escrito parece ser nula, la breve


mención de un argentino negro, a manera de accesorio y de anécdota, com-
prueban esto, que quise resaltar en este punto.

 Salinas
Es éste un relato con tinte histórico que narra unos sucesos en la provincia de
La guajira. Se habla de los indígenas de la región y de su carácter indómito y
fuerte. Se dice de ocupaciones francesas y holandesas en la región.
Acerca de lo africano y lo africanocolombiano se habla de manera exagerada-
mente superficial, donde éstos se equiparan con la mercancía que habría de
salir en uno de los puertos de esa época en la región (Alzate, p. 20).
 El papa de mi sueño
Esta narración se centra en un sueño del escritor de la misma alrededor de la
venida del papa Francisco I a Colombia. En el sueño el narrador y el papa se
encuentran, como viejos amigos, en la estación Cisneros del metro de Mede-
llín, allí hablan sobre una entrevista de la W al jefe del Ku Klux Klan y de su
“boludez” según el papa del sueño, pues sus declaraciones en contra de los
afroamericanos, los inmigrantes latinos y los judíos era una clara muestra de
odio.
La mención que aquí se hace de los negros es la declaración del jefe del Ku
Klux Klan, en la que los cataloga como esclavos de los blancos, como sub-evo-
lucionados, como criminales y más adjetivos peyorativos.
Ejemplar #91 (mes de octubre)

 Pauta comercial “Confiar”


En la página séptima de este ejemplar nos encontramos con una pauta publi-
citaria de la cooperativa Confiar, donde una mujer afrocolombiana sonríe sin
preocupaciones, con su cabello muy bien arreglado en trenzas negras y grue-
sas. Dice el anuncio: “Confiar cooperativa financiera es cosechar, ahorrando
con paciencia y gastando con parsimonia”.
 Caído del zarzo
En esta breve bitácora se relata un viaje a Cartagena, específicamente a un
pequeño hotel en Bocagrande. Se habla de lo bueno que es visitar el mar, a
pesar de los “nativos” que buscan siempre vender algo, de las “Negras locua-
ces que te invitan a masajes en las piernas y los pies” y que “te promete, si eres
mujer, hacerte un peinado de trencitas”.
Dice el autor que la belleza del mar se empieza a notar a medida que se em-
piezan a marchar los vendedores. No se hace más mención de los habitantes
cartageneros. Menos de los afrocolombianos.
 La negra Luisa se alisa el pelo
En esta obra, se ve a una mujer claramente afrocolombiana retratada de ma-
nera similar a la Gioconda de Leonardo da Vinci. En este retrato la “negra
luisa”, con claras facciones afro como lo son los gruesos labios, la oscura piel
y la ancha nariz. Además, se le pinta en un contexto distinto al de la Mona
Lisa, rodeada de verduras, en una sabana un poco desértica, y de pescados en
el primer plano. Tiene también su vestido coloridos detalles, que se enmarca-
rían, posiblemente, en el contexto estereotipado de la feminidad afrocolom-
biana.
La descripción del dibujo en el periódico es ésta:
“Marcadores y lápiz negro sobre tela lino de tapicería, marco con tela de tapi-
cería y piedras de fantasía. Montería, Córdoba.
* Esta obra hace parte del V Salón BAT de arte popular”
 De pasaje en pasaje
Este es un escrito que habla sobre los pasajes del centro de Medellín y las gen-
tes que los frecuentan y habitan de alguna u otra manera. En un aparte se
relata lo siguiente: “Saliendo a Bolívar y pasando bajo el viaducto del metro,
se encuentra el pasaje Metro 2, un lugar un poco más austero, menos tumul-
tuoso y, por lo tanto, más placentero, en cuyo centro hay una cafetería de co-
mida vallecaucana que se llena hasta los bordes, como si se tratara de una
homilía de Viernes Santo. Allí atiende Juliana la Negra, quien reparte almuer-
zos y cervezas mientras menea las caderas al ritmo de las canciones que rebo-
tan de pared a pared desde el Rincón Vallenato.”
Aparte de esta mención, sobre la presencia afrocolombiana en el centro de
Medellín no hay nada más que pueda ser tratado en este artículo.

Son pocas las menciones sobre la presencia africanocolombiana en la ciudad de Me-


dellín, y eso haría pensar al incauto y al foráneo que son pocos los afrocolombianos
que viven en la ciudad. Cosa que de cierto tiene poca, y que es en el centro de ésta en
el que podemos presenciar que no son pocas las gentes africanicolombianas que vi-
ven el centro que relata el periódico, incluso el centro que el periódico no ha podido
conocer o mostrar. Cabría preguntarnos si esta omisión tiene algún propósito polí-
tico/cultural/económico o si –confiando en la buena fe de los editores- ha sido pa-
sada por alto esta presencia por la inmensa cantidad de temas que pueden ser trata-
dos al hablarse del complejo centro de la ciudad.
Referencias

Vélez, O. (2017). Bala perdida. UniversoCentro #89, p. 3.

Escobar, E. (2017). Elogio cargado de los argentinos. UniversoCentro #90, pp. 4-5.

Alzate, C. (2017). Salinas. UniversoCentro #90, pp. 20-21.

Vásquez, L. (2017). El papa de mi sueño. UniversoCentro #90, pp. 30-31.

Obregón, E. (2017). Caído del zarzo. UniversoCentro #91, p. 9.

Támara, J. (2017). La negra Luisa se alisa el pelo. UniversoCentro #91, pp. 16-17.

López, M. (2017). De pasaje en pasaje. UniversoCentro #91, p. 18.

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