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12 Sermones de Mayordomía PDF
12 Sermones de Mayordomía PDF
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Expediente
Títulos de los sermones
SERMÓN 1. LA IGLESIA EN ÉFESO
SERMÓN 2. APRENDIZAJE
SERMÓN 3. RESTITUCIÓN
SERMÓN 4. ENTREGA COMPLETA
SERMÓN 5. LA ESCUELA DE LA VIDA
SERMÓN 6. UNA VIDA DEDICADA A LA CAUSA DE DIOS
SERMÓN 7. SUEÑOS
SERMÓN 8. LA SABIDURÍA
SERMÓN 9. MÁS QUE UN DÍA DE DESCANSO
SERMÓN 10. CUÍDATE DE NO OLVIDARTE DE JEHOVÁ TU DIOS
SERMÓN 11. LA INVITACIÓN DE DIOS
SERMÓN 12. GENEROSO, TODO AQUEL QUE CRECE EN GRACIA
LA IGLESIA EN ÉFESO
CINCO FACTORES DE CRECIMIENTO DEL REINO DE DIOS
INTRODUCCIÓN
C – Los discípulos:
- No fueron presuntuosos.
- Estaban dispuestos a crecer en el conocimiento de Dios.
- Estaban inconformes con un conocimiento superficial de Dios.
- Eran sumisos a los nuevos conocimientos.
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D – El ejemplo de esos discípulos nos debe motivar a estudiar cada vez más las
Escrituras, tomando en cuenta que nunca sabremos todo con respecto a Dios
y su revelación. La actitud positiva de un eterno aprendiz se condice con un
cristiano que quiere estar en constante crecimiento espiritual.
B – Pablo llegó a Éfeso para mostrar que el Dios del cielo era más poderoso
que Diana.
C - El Espíritu vino, en este caso, como provisión para la gran obra que estaba a
punto de transformar a Éfeso de una ciudad devota a la diosa Artemisa (Diana),
a un lugar conquistado para Cristo, al punto de convertirse en un polo cristiano
para toda la región que la rodeaba, por varios siglos (Comentario Bíblico Ad-
ventista del Séptimo Día).
Una ciudad de difícil acceso al cristianismo que se convirtió en una de las ciuda-
des más cristianas de la antigüedad. Con el poder del Espíritu Santo, cualquier
Reino de Dios.
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A - Invocar. Desde tiempos muy remotos, la literatura tradicional de los judíos
atribuía grandes resultados a la declaración del nombre incomunicable de la
Eliseo destruyó a los mofadores del nombre de Yahvé. Es fácil entender que,
después de ver los resultados del uso del nombre de Jesús por Pablo, esos “ju-
díos, exorcistas ambulantes” intentaran curar en ese mismo nombre (ver com.
de Hech. 3:16). (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día).
1 – Solo hablar en nombre de Cristo sin tener intimidad con él no genera nin-
gún tipo de poder espiritual.
2 - Usar el nombre de Jesús sin tener intimidad con él, no solamente está mal,
sino que también es peligroso.
3 – Los demonios se burlan de los cristianos falsos.
4 – Los demonios huyen de los cristianos verdaderos (Sant. 4:7).
1 – Conozco a Jesús. Del gr. ton lèsoun ginõskõ, “Jesús yo reconozco”. Ginõs-
kõ, en este caso, no sugiere mero conocimiento personal, sino el reconocimien-
to de la autoridad (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día).
2 – Sé quién es Pablo. Del gr. ton Paulon epistamai, “estoy familiarizado con
Pablo” (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día).
3 – Pero vosotros, ¿quiénes sois? Literalmente, “y ustedes, ¿quiénes son us-
tedes?
temía al nombre de Jesús cuando lo profería alguien como Pablo, pero no tenía
el mismo temor delante de los impostores (Comentario Bíblico Adventista del
Séptimo Día).
4 - Los falsos cristianos de la actualidad también son un obstáculo en el avance
del reino de Dios.
A – La conversión de muchos
solamente en el precio de los libros, lo que cita Lucas, pero también en la pér-
dida de dinero en potencial, que podrían recibir por medio de la práctica de las
“artes mágicas”. Cincuenta mil denarios.
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B – Todas las personas realmente convertidas estarán dispuestas a abandonar
todo lo que en sus vidas esté en desacuerdo con la voluntad de Dios.
A – Todas las señales maravillosas de esta historia bíblica se dieron por la actua-
ción del Espíritu Santo en la vida de Pablo y de la iglesia en Éfeso.
CONCLUSIÓN
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Sermon 2 DEUTERONOMIO 10:14
APRENDIZAJE
1. Hay una gran diferencia entre actuar por ignorancia y actuar en la igno-
rancia. Actuar por ignorancia tiene que ver con la falta de conocimiento;
pero actuar en la ignorancia es saber algo y hacer lo contrario. Los dos
tienen consecuencias.
2. No es necesario que nos quedemos con la duda. Jesús le dijo a Tomás:
“Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi
costado; y no seas incrédulo, sino creyente” (Juan 20:27).
3. Un hombre llamado Claudio se desveló de madrugada y comenzó a
desesperarse. Cuando la duda acecha, le genera miedo y angustia.
Claudio buscó un médico, amigo de la infancia. El médico dijo que el
problema era la falta de paz. Claudio estuvo de acuerdo con eso, ya que
estaba así desde que descubrió la verdad sobre el diezmo.
4. El profeta dice que aquellos que están lejos de Dios “son como el mar
en tempestad, que no puede estarse quieto...” (Isaías 57:20).
5. Muchas personas entienden, creen y practican el acto de diezmar, pero
por otro lado, hay personas que tienen dudas. Quieren saber el porqué
de la devolución del diezmo.
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4. Lo primero que hay que saber es quien es el dueño de todo. En el libro
de Job, Dios mismo pregunta y da la respuesta: “¿Quién me ha dado a
mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es
mío” (Job 41:11). Dios es el dueño del mundo.
5. “y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído
esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder
1. Claudio hacía muchas preguntas. El Dr. Mauro leyó Génesis 2:16-17 “De
todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien
y del mal no comerás” y preguntó: “¿Por qué Dios prohibió comer de un
árbol?”. Respuesta: “Para que la pareja aprendiera la lección de que
eran criaturas y dependientes”.
2. ¿Y eso qué tiene que ver con el diezmo? Respuesta: El Edén fue llevado
y en lugar de aquel árbol Dios dejó el diezmo, para que todos reconoz-
can quién es el Creador.
3. El árbol del conocimiento del bien y del mal, así como el diezmo, se
declaran como uso exclusivo de Dios, y que el hombre no debe tomar
para sí. Dios espera que el ser humano demuestre obediencia.
4. Debido a esa desobediencia hubo consecuencias. Primero, la separa-
ción entre el hombre y Dios: “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, por-
que estaba desnudo; y me escondí” (Gén. 3:10). Después, una división
entre el hombre y la mujer: “La mujer que me diste por compañera me
dio del árbol, y yo comí” (Gén 3:12). Finalmente, una división entre el
hombre y otro hombre: “Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo
mató” (Gén. 4:8).
5. Dios creó al ser humano para ser feliz. Para rescatarlo, Dios dio a su Hijo,
en la cruz. Pero, allí en el Edén, de rapidamente proveyó un cordero: “Y
Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió”
(Gén. 3:21). La justicia de Cristo es la única forma de salvación.
CONCLUSIÓN
2. Dios es muy claro sobre lo que quiere de nosotros: “Traed todos los diezmos
al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová
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de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Mal. 3:10). “Porque donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat. 6:21).
3. Todo lo que usted tiene, desde el día en que nació es prestado. “Para pro-
veernos lo necesario, nuestro Padre celestial tiene mil maneras de las cuales
nada sabemos” (El ministerio de curación, p. 382). Luego de mucha conversa-
ción, Claudio no tenía más dudas sobre el diezmo.
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Sermon 3 MALAQUÍAS 3:7-10
RESTITUCIÓN
INTRODUCCIÓN
Invito a todos a abrir sus Biblias en el libro de Malaquías 3:7-10. El texto nos
dice así:
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- Despreciar los privilegios divinos, Mal. 2:1-9
- Matrimonios con mujeres paganas, Mal. 2:10-12
- Contaminación del sacerdocio, Mal. 1:6
- Arrepentimiento hipócrita, Mal. 2:13
- Divorcio de las esposas, Mal. 2:14-16
- Opresión a los pobres, Mal. 3:5
- Robo de los diezmos y ofrendas, Mal. 3:7-10
Vean que se trata de un contexto muy parecido al de los profetas del Antiguo
Testamento: rebeldía, pecado, distanciamiento de Dios, etc...
Esta es una historia que se repite cada tanto. Nosotros pecamos y, por eso,
recibimos las consecuencias de nuestros pecados, y después culpamos a Dios.
de sus errores.
bendiciones del mismo. Si ellos querían volver a recibir las bendiciones del
el pasado.
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Amigos, lo que sucede hoy no es diferente. Dios realmente quiere bendecir a
sus hijos, pero muchas veces, nuestra desobediencia impide que Dios derrame
sus bendiciones sobre nosotros. Tenemos como ejemplo la historia de Moisés.
El sueño de Dios era que él entrara en la Tierra prometida, pero él golpeó la
piedra, en vez de hablarle junto a las aguas de Meriba (Num. 20); este pecado
impidió que Dios cumpliera su sueño en la vida de Moisés. Hay muchas historias
que dejamos de vivir a causa de nuestros pecados.
El pueblo decía “¡El Señor no nos está bendiciendo!”. Dios decía; “¡yo Jehová
no cambio!” (Mal. 3:6) Si ustedes no están siendo bendecidos, la culpa es de
ustedes. Vuelvan a mí y recibirán las bendiciones.
Ellos dejaron de devolver los diezmos y las ofrendas por dos motivos: primero
porque comenzaron a mirar a los impíos (Mal. 3:15) y llegaron a la conclusión
fe. Como estaban viviendo una crisis tanto económica como espiritual, y la
económica era consecuencia de la parte espiritual, tuvieron miedo de que les
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3. La infidelidad de Israel ¿estaba justificada?
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les promete lluvia y sobre eso habla él. La palabra ventanas, se podría traducir
como “compuertas de los cielos”. Es la misma expresión que se usa en Génesis
en ocasión del diluvio, donde se dice que Dios abriría las compuertas del cielo.
¿Entienden? Dios está hablando de lluvia, no de dinero. Ellos estaban
reclamando que la lluvia no llegaba, por eso sufrían. Entonces Dios les dijo:
“Yo soy el mismo, yo no cambié. ¿Recuerdan mi pacto? Dice que si ustedes
Este es otro detalle importante: ¿será que obedecemos para ser bendecidos u
obedecemos porque fuimos bendecidos? ¿Qué viene primero: la bendición
o la obediencia? En el texto bíblico, la bendición siempre precede a la
obediencia. Dios primero nos bendice, después nosotros lo obedecemos. En lo
los diezmos? Porque Dios primero nos dio la bendición del trabajo. Antes de
la bendición del trabajo, nos dio la fuerza, la salud física, para trabajar. Nadie
podría devolver el diezmo si antes Dios no lo hubiera bendecido.
les mandaba lluvias, pero ellos primero dejaron de obedecer, y por eso Dios
dejó de enviarles las lluvias.
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quiero que me des lo que te pedí”. Como si fuera posible hacer un trato
de esos con el Señor. ¡Claro que no! ¿Quiénes somos nosotros para querer
probar a Dios? Nosotros debemos ser probados por él. Dios no necesita que
real.
Dios acusa al pueblo de Israel de robo. ¡Esa es una acusación muy seria! Quien
robando a Dios. Esa frase debería causar pavor en cualquier cristiano, pero
desgraciadamente parece que algunos no se asustan con ella, y viven dentro
de la iglesia, queriendo recibir las bendiciones del Señor, pero sin devolverle
lo que le pertenece. Tal vez hoy le estoy hablando a alguien que es adventista
devuelvo el diezmo, pero aun así estoy recibiendo las bendiciones del Señor”.
tiempo, y las lluvias seguían cayendo, pero llegó un día en el que las lluvias no
cayeron más. Llegará un momento en el que las bendiciones dejarán de caer
sobre usted y, si eso no sucede aquí en la tierra, sepa que la mayor bendición
que Dios tiene para nosotros es la salvación, y vea lo que Dios nos dice a
través de Elena de White: “El tiempo pasa rápidamente hacia la eternidad.
No retengamos de Dios lo que le pertenece. No le rehusemos lo que, aun
cuando no puede ser ofrecido con mérito, no puede ser negado sin ruina...”
(Los hechos de los apóstoles, p. 452). Elena de White está diciendo que nadie
será salvo porque devuelve los diezmos, pero que muchos se perderán por no
devolverlo. Entonces, podemos concluir que el diezmo no es tema de salvación,
pero sí de perdición.
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2. Si alguien robó, debe devolver lo que fue robado
El mensaje es muy claro: aquellos que retuvieron el diezmo del Señor, deben
devolverle lo que le pertenece, porque se apropiaron de algo ajeno mediante
un fraude. Eso es robo.
Ahora ¿será que todos deben devolver los diezmos atrasados? Hay dos
situaciones en las que esto no se aplica. En primer lugar, a quienes no conocían
este mensaje, o sea, vivían en el tiempo de ignorancia (Hechos 17:30). Estos no
lo devolvían no porque no querían, sino porque no sabían que era necesario.
Dios no les reclamará eso. Hay una segunda situación en la que Dios no exigirá
la restitución. Vea lo que dice Elena de White:
esto no puede hacerse, orad con humildad y contrición que Dios, por
amor a Cristo, perdone vuestra gran deuda. Comenzad ahora a actuar
como cristianos. No presentéis excusas por haber dejado de dar al
Señor lo que le pertenece. Ahora, mientras aún se escucha la dulce voz
de la misericordia, mientras aún no es demasiado tarde para corregir
los errores, mientras se dice hoy, si oís su voz no endurezcáis vuestros
corazones” (Consejos sobre mayordomía, p. 105).
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Puede haber situaciones en las que no sea posible la restitución, por ejemplo,
alguien que se arrepienta y, por algún motivo no tenga más recursos, o alguien
Es bueno dejar en claro que son excepciones a la iglesia, Dios juzgará a cada
posibilidad, aunque lleve muchos años, Dios espera que redimamos el pasado
y restituyamos lo que le pertenece.
CONCLUSIÓN
Queridos, el deseo de Dios es bendecirnos cada día más. Vea qué linda es la
promesa que tenemos en el libro de Isaías:
“Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto,
será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es
Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. Ciertamente
el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene
misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo,
tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus
maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este
es el camino, andad por él“ (Isa. 30:18-21).
Este texto dice que primero, Dios es justo. Segundo, él tendrá piedad de
sus hijos y nunca más permitirá que lloren. Tercero, felices son los que en él
les mostrará el camino para salir de esa situación. A estos les dirá: “Este es el
camino, andad por él”.
El llamado del Señor es: “Vuelvan a mí”. Amigos, Jesús es el camino, volver a
él es estar en el camino. ¿Dónde está usted en su caminata cristiana? ¿Por qué
camino ha andado usted? Si por esas cosas de la vida usted ha andado lejos
del camino que Jesús quiere que recorra, pare donde se encuentra y vuelva de
manera urgente a los caminos del Señor. Y Malaquías dice que si usted vuelve
a Dios, él volverá a usted.
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Sermon 4 LUCAS 19:1-10
ENTREGA COMPLETA
INTRODUCCIÓN
En los tiempos de Jesús, presenciamos dos grandes milagros: la cura del ciego
Bartimeo y el episodio que marcó la vida de Zaqueo.
Zaqueo tenía todo para ser feliz: mucho dinero, poder, influencia, familia y sa-
lud. Lo increíble es que no era feliz. Había un vacío en su alma del tamaño del
universo, y solamente un ser mayor que el universo podía llenar ese vacío. Y
ese ser era Dios.
C – Árbol de esperanza:
1) Delante de la oposición, no renunció a sus sueños, buscó alternativas...
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2) No era de las personas que desisten fácilmente, salió del medio de la
multitud...
3) Quería tener un encuentro con Jesús
4) Jesús contempló el anhelo secreto del corazón de Zaqueo mientras se
escondía en el árbol.
a misma.
A – Ya no será la misma.
1) Jesús no quería entrar solo en la ciudad, sino en el hogar de Zaqueo.
2) Zaqueo reunió a toda la familia, porque Jesús deseaba salvar a toda la
familia.
3) Ejemplo de hogares transformados por Jesús:
a) Hogar de Pedro, la salud de su suegra.
b) Marta y María, les trajo alegría al resucitar a Lázaro...
c) Jairo recibió a su hija de nuevo...
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2) Jesús dijo que llegó la salvación a esa casa, porque él tuvo acceso al
corazón de cada persona.
1) Ejemplos:
a) viuda pobre Mar.12:43,44;
b) Caín, la mejor ofrenda, la que Dios pidió;
c) Bernabé, Hechos 4:36;
d) Abraham, dispuesto a entregar a su propio hijo;
e) Dios Padre al entregar a su Hijo, Juan 3:16;
CONCLUSIÓN
No hay una verdadera conclusión sin una entrega completa. La conversión qui-
ta el egoísmo, nos hace altruistas y liberales en la causa del Señor.
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Sermon 5 GÉNESIS 22:8
LA ESCUELA DE LA VIDA
INTRODUCCIÓN
Podemos también decir que las “tentaciones” pueden ser usadas por el ene-
migo de Dios para despertar lo peor que hay en nosotros, mientras que las
pruebas son usadas por el Espíritu Santo para sacar lo mejor de nosotros.
de la promesa.
Él estaba convencido de que pasara lo que pasara, Dios estaría con él. Se cen-
traba en su presencia y su esperanza era que lo mejor estaba por venir. ¿Será
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que usted y yo tenemos esa misma esperanza cuando sufrimos los golpes de
la vida?
Muchos son los relatos de personas que enfrentaron duras pruebas y que en la
Pedro Humberto, volvió a la tierra donde había sido criado, después de aban-
donarla en busca de nuevos horizontes en la gran ciudad. Pero volvió con las
heridas de una vida de pecado, enfermo, tosiendo con sangre. Los vecinos al
ver aquella escena, pensaban que no les quedaba más que sepultarlo junto a
sus padres cuando muriera.
Él volvía a una tierra que parecía maldita. Hacía casi tres años que no llovía en
el lugar. Era una tierra que no producía nada ya, y todo lo que crecía moría de
hambre y sed. Pedro Humberto resistía más de lo que se esperaba.
Cada sábado salía arrastrando el cuerpo enfermo por una calle de tierra, por
12 km, hasta la ciudad más cercana. ¿Qué iba a hacer allí? Eso era lo que se
preguntaban los vecinos. Parecía que iba a un lugar milagroso, ya que en repe-
tidas ocasiones veían la escena de su regreso, después de que el sol se ponía,
con menos tos.
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3. UN RELATO EMOCIONANTE
Cuando vivía en la ciudad grande, descubrió que quien no tiene dinero, vale
poco, y que ganarlo honestamente sería muy difícil. Fue allí cuando decidió
aceptar propuestas indecentes, y llegó a involucrarse en el mundo del narco-
tráfico. Un día lo atraparon en el aeropuerto de la capital de su país cuando
intentaba embarcar a Miami con 5 kilos de cocaína.
Una vez preso, tuvo una sensación terrible; pensaba que iba a morir, ya que
entre los internos se esparció una epidemia de tuberculosis. Fue en esas cir-
cunstancias cuando Pedro se encontró con el Señor Jesús.
Al comienzo, él decía: “Yo no quería saber nada con respecto a Jesús, pero a
medida que mi salud empeoraba, se me ocurrió que tal vez Dios podría hacer
algo por mí. Fue en ese momento en el que le entregué mi vida a Jesús y me
bauticé en la cárcel”.
4. EL REGRESO
Volvió al lugar donde se había criado porque entendió que no podía morir sin
ver nuevamente el verde de los campos y los pájaros que cantan y vuelan. Lo
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que sucedió fue que al volver se encontró con un pueblito sufrido por la sequía,
que ya no producía nada, y en el que los animales que había morían de hambre
y sed.
5. UNA PRUEBA DE FE
Al día siguiente, los vecinos vieron a Pedro Humberto arando la tierra, se mo-
lestaron un poco, y una señora hasta se le acercó y le preguntó por qué razón
estaba arando la tierra. Él le respondió: “para sembrar, señora”. Pero, ¿para
sembrar qué si la sequía no dejaba que nada creciera?. En ese momento él
le dijo que había hecho un pacto con Dios. La señora le preguntó qué era un
pacto, y él le explicó que era un acuerdo con Dios que es el Dueño de todo y
que todo lo puede.
6. SUCEDIÓ EL MILAGRO
Una noche cuando la mayoría dormía, Pedro estaba en oración y el cielo es-
taba azul, pero repentinamente el cielo se fue oscureciendo, y comenzaron
los estruendos de truenos y relámpagos que rasgaban el cielo. Las miradas
asustadas se asomaban a las ventanas y, al mismo tiempo, rostros repletos de
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alegría presenciaban las primeras gotas de la lluvia que regaba la tierra, lo que
proporcionó una gran cosecha aquel año.
Lo único que hizo Pedro fue reconocer la soberanía de Dios. Quien conoció a
Pedro unos años atrás, sucio, desilusionado y preso en una celda, no podría
haber imaginado cómo la “soberanía de Dios” sería capaz de revelarse por
medio de una vida tan impactada por el pecado; sin embargo, la gracia y la
misericordia de la sangre del Cordero no solo lo tocó, sino que lo transformó
CONCLUSIÓN
En Ezequiel 36:24 al 30, el Señor tiene una promesa para sus hijos:
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y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os guardaré
de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré
hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos,
para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones”.
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Sermon 6 2 CORINTIOS 8:1-5
INTRODUCCIÓN
El misionero lloró cuando entendió la enormidad del sacrificio que hacía la fa-
milia. Estaban dispuestos a soportar la pobreza con tal de contribuir a la obra
de Dios.
EJEMPLOS A SEGUIR
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cuando un hombre se le aparece en una visión a Pablo y le suplica: “Pasa a
Macedonia y ayúdanos” (Hech. 16:9).
Cuando era joven, Jaime White era maestro. Luego se convirtió en minis-
tro cristiano en Maine. Aceptó la visión de Guillermo Miller sobre el segun-
do advenimiento y tuvo éxito predicando la doctrina del pronto regreso del
Señor Jesús. Él era un buen líder, un misionero talentoso y capaz; predicaba el
evangelio con poder. Jaime White fue el editor del primer periódico publicado
por los adventistas. También fue el presidente mundial de la Iglesia Adventista
por doce años, entre 1865-1967, 1869-1871 y 1874-1880.
“Durante una reunión, el Señor le reveló a la Sra. White, en ese entonces con
21 años, que debía comenzar a publicar un pequeño periódico. Al principio se-
ría pequeño, pero después tendría éxito. Sería como corrientes de luz que cir-
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cundarían el mundo. Ella llamó a su esposo y le transmitió el mensaje de Dios.
Sin embargo ¿cómo prepararían ese periódico si no poseían ningún recurso?
revista que llevaría como título Present Truth (la verdad presente). Sería una
publicación de ocho páginas y su formato sería muy simple y modesto (15,5
por 24 cm).
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posible excusa que podamos poner para no dar generosamente a la causa de
Dios. Como Jaime White, podemos permitir que nuestras pruebas nos enseñen
la preciosa lección de que este mundo no es nuestro hogar, y todo lo que pasa
por nuestras manos es temporal. Más que todo, nuestro juicio inminente debe
desafiarnos a invertir nuestro tesoro en el cielo.
SU POBREZA EXTREMA
“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la es-
peranza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo,
que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, gene-
rosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que
echen mano de la vida eterna” (1 Timoteo 6:17-19).
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su pobreza le dio el primer bocado a Elías, Elena G. de White hace el
siguiente comentario: “La viuda de Sarepta compartió su poco alimen-
to con Elías; y en pago, fué preservada su vida y la de su hijo. Y a
todos los que, en tiempo de prueba y escasez, dan simpatía y ayuda
a otros más menesterosos, Dios ha prometido una gran bendición. Él
no ha cambiado. Su poder no es menor hoy que en los días de Elías”
(Profetas y reyes, p. 96).
Algunas personas de nuestro pueblo pueden estar pasando por pruebas y de-
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lencian todas nuestras protestas para dar, y callan todas nuestras excusas, hasta
que somos obligados a confesar que nuestro egoísmo y la autopreservación
son lo que nos impide dar generosamente a la causa de Dios.
Preguntas para responder: ¿qué hizo de los cristianos macedonios una iglesia
tan generosa y alegre que no necesitaban coerción para dar? ¿Qué les hizo
pedir al apóstol que les diera el privilegio de participar en el ministerio de dar?
¿Qué hizo de Jaime White un hombre tan dispuesto a dar lo que poseía y en-
tregarse por la causa? ¿Cuál era el secreto?
El secreto es ponerse cada día en el altar del Señor. Poner a Dios en primer
lugar en nuestro corazón y nuestra vida. Cuando Jesús, por su Espíritu, toma
el control de nuestro corazón, las cosas de esta vida pierden su valor, y el cielo
pasa a ser nuestro mayor anhelo. El Dios eterno desea darnos a victoria sobre
el egoísmo.
solo hecho por nosotros, nuestro corazón será movido a dar una retribución:
el amor despierta amor. De hecho, lo amamos porque él nos amó primero. Su
amor nos impulsará a dar.
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2- Ellos se dieron a sí mismos primero al Señor
Nosotros solo invertimos dinero en las cosas que nos parecen importantes.
Por esta razón, Jesús declara que nuestro corazón sigue a nuestro tesoro. Para
Jaime White, dar generosamente a la causa de Dios era evidencia de que él
apreciaba la misión de la iglesia y quería que esta fuera victoriosa a cualquier
costo. Dios le había dado pasión por las almas perdidas.
Hubo una madre que solo preparó cinco panes y dos peces pequeños para
su hijo que iba a escuchar al predicador itinerante, Jesucristo. Cuando llegó
la hora de comer, Jesús decidió usar esa merienda para darle una fiesta a la
multitud. Pero ¿cómo eso podría alimentar a aproximadamente 13 mil per-
sonas? Sin embargo, cuando le trajeron a Jesús el almuerzo del niño, él lo
bendijo y alimentó a la multitud. Además sobró una gran cantidad. El mensaje
es claro: todo lo que necesitamos es darle a Jesús nuestros diezmos y ofren-
das, independientemente de cuán pequeña sea la cantidad. Él lo bendecirá,
multiplicará, apoyará y financiará la comisión evangélica.
LLAMADO
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Sermon 7 GÉNESIS 28:20-22
SUEÑOS
INTRODUCCIÓN
A veces las soluciones vienen disfrazadas de problemas, pero para ver eso, de-
en nuestras vidas.
La profecía era clara: el más joven sería el señor del más grande. Así como Dios
había elegido a Isaac (el segundo hijo), y no a Ismael (el primogénito), también
eligió a Jacob, el segundo en nacer, y no a Esaú, el primero. La decisión sobe-
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rana de Dios fue contraria a la tradición humana, pero recordemos que Dios
nunca se equivoca. Cuando se trata de salvación, Dios “quiere que todos los
hombres sean salvos” (1 Tim. 2:4); pero, cuando el tema es el servicio, Dios
elige a quien quiere, como sucedió en la elección de los doce apóstoles: “subió
al monte, y llamó a sí a los que él quiso”
elecciones divinas para nuestra vida.
sea por una buena causa, desagrada a Dios y trae consecuencias dolorosas. A
veces queremos darle una “ayuda” a Dios, y el resultado es que, en vez de re-
solver un problema, creamos dos. Rebeca tuvo que separarse de su hijo y murió
sin verlo nunca más. Por lo tanto, no descuide la obediencia a Dios, confíe en
su dirección y crea en su palabra.
de Jacob no era “¿será que esto está bien?” y sí “¿será que funcionará?”. Le
preocupaba más que lo descubrieran que hacer lo correcto. El pecado es así:
intenta desviar la atención de lo que es realmente importante para que entre
en el enredo y, después que entra, la tendencia es hundirse en mentiras hasta
atascarse completamente. Cuando ya se había vestido con la ropa de Esaú,
tener éxito.
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Nunca es demasiado tarde para arrepentirnos y volver atrás, pero cuanto
1. Las consecuencias del pecado (Gén. 28:1-9) – Todo pecado tiene sus con-
secuencias. Después de que Jacob engañó a su hermano y su padre y pecó
contra Dios, Esaú lo amenazó de muerte; la salida más prudente fue huir y
refugiarse con la familia de su madre con el pretexto de buscar una esposa que
temiera a Dios, y así no casarse con las mujeres idólatras de Canaán.
Jacob no tenía más hogar, ni familia, ni tenía seguridad en cuanto al futuro y
estaba comenzando una caminata de casi 800 km hasta Harán para huir de su
hermano enojado.
3. La respuesta y el perdón de Dios (Gén. 28: 12, 16, 17) – No hay un ge-
mido, por más inexpresable que sea que Dios no escuche. No hay un susurro
de clamor a Dios que él no perciba. “No se derraman lágrimas sin que él lo
note” (El camino a Cristo, p. 86). Dios respondió la oración de Jacob a través
de un sueño en el que vio una escalera de ángeles que subían y bajaban entre
une cielo y Tierra, quien “Si no hubiese salvado por sus méritos el abismo
37 -
- 35
producido por el pecado, los ángeles ministradores no habrían podido tratar
con el hombre caído” (Patriarcas y profetas
-
Dios se limitaba a la casa de sus padres que había quedado atrás, por eso su
expresión de espanto y sorpresa fue: “Ciertamente Jehová está en este lugar,
y yo no lo sabía” (Gén. 28:16).
38 -
- 36
tir de ahora, todas mis elecciones y actitudes se basarán en la Palabra de Dios,
pues solamente él sabe lo que es mejor para mí”.
Dios en su vida y decidió vivir para adorarlo, una de sus primeras actitudes fue
devolver lo que le pertenecía a Dios. Jacob también, cuando aceptó la sobera-
todo lo que llegara a sus manos: “de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré
para ti” (V-22). Dios primero en mis bienes.
través de los diezmos, también decidió adorar al Señor a través de las ofrendas
de gratitud.
IV. – CONCLUSIÓN
Es posible que yo le esté hablando ahora a alguien como Mario, que se sintió
abandonado por Dios y tuvo ganas de rendirse; debe saber una cosa: Dios nun-
ca nos abandonó y nunca lo hará. “Jehová de los ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de Jacob” (Sal. 46:7).
39 -
- 37
Sermon 8
LA SABIDURÍA
INTRODUCCIÓN
Ilustración: Unos días antes de fallecer, don Martín Cáceres, llamó a su hijo
Samuel Cáceres al cuarto, en medio de los dolores, y sosteniendo la mano de
su único hijo varón, le dijo: – Sé sabio hijo mío. Coloca a Dios en primer lugar y
todo te irá bien. – ¿Qué quieres decir? –preguntó el muchacho, intrigado. Por-
que su padre no era un hombre religioso. Nunca lo había visto ir a la iglesia, ni
cosa parecida.Dios nos ha bendecido porque sin que tu madre sepa, yo siem-
pre le he devuelto los diezmos. – ¿Diezmos? – Sí. La décima parte de nuestras
entradas le pertenece a Dios, y yo he respetado lo que es suyo.
Samuel reconoce que Dios es dueño de todo, de esta manera: “Mi padre me
enseñó en el lecho de muerte”.
- 40
38 -
“Del Señor, es la tierra y todo lo que en ella hay, el mundo y los que en él ha-
bitan” (Salmo 24:1)
a.
universo, es decir: Dios; pero teóricamente, conoce poco.
- Lo que poca gente sabe es que gente exitosa como Samuel Cáceres, sin
mucha teoría, vive el principio del principio.
c. La vida posee principios. Son estos los que generan fuerza, para bien, o para
mal.
b.
nuestro Padre, actuará en el tiempo perfecto y con la bendición perfecta en la
vida de quienes confían plenamente en Él.
“Por lo tanto les digo: No se preocupen por su vida, ni por qué comerán o
qué beberán; ni con qué cubrirán su cuerpo. ¿Acaso no vale más la vida que
el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que no
siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y el Padre celestial las alimen-
ta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que ellas? ¿Y quién de ustedes, por
mucho que lo intente, puede añadir medio metro a su estatura? ¿Y por qué
-- 39
41 --
se preocupan por el vestido? Observen cómo crecen los lirios del campo: no
trabajan ni hilan, y aun así ni el mismo Salomón, con toda su gloria, se vistió
como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo
y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de
poca fe? Por lo tanto, no se preocupen ni se pregunten “¿Qué comeremos, o
qué beberemos, o qué vestiremos?” Porque la gente anda tras todo esto, pero
su Padre celestial sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas. Por
lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas les serán añadidas” (Mateo 6:25-33).
c.
uno pueda incurrir en deudas, como producto de decisiones alocadas. Las deu-
das son olas gigantescas que te arrastran destructivamente si no las enfrentas
a tiempo.
los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, pero esta no se vino
abajo, porque estaba fundada sobre la roca. Por otro lado, a cualquiera que
me oye estas palabras y no las pone en práctica, lo compararé a un hombre
soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, y esta se vino abajo, y su ruina fue
estrepitosa” (Mateo 7:24-27).
a. El único que puede hacer y cumplir los pactos es Dios, por ser autosuficien-
te, y ser soberano. El ser humano solo puede cumplir sus votos, con la ayuda
de Dios.
En Mateo 6:24-27, en solo tres versículos el Señor repite la expresión “Lo digo
42 -
- 40
b. El ser humano solo debe creer y someterse por fe al pedido de Dios.
Review and
Herald, mayo 16, 1893).
I V. CONCLUSIÓN Y LLAMADO
“Por cuantiosas o reducidas que sean las posesiones de una persona, esta
debe recordar que las ha recibido tan solo en calidad de depósito. Debe rendir
cuenta a Dios de su fuerza, habilidad, tiempo, talento, oportunidades y recur-
sos. Esto constituye una obra individual; Dios nos da para que seamos como él,
generosos, nobles y benevolentes al compartir lo que tenemos con otros. Los
que olvidan su misión divina procuran tan solo ahorrar o gastar para complacer
el orgullo o el egoísmo; estos pueden ser que disfruten de los placeres de este
mundo, pero ante la vista de Dios... son desventurados, miserables, pobres,
ciegos y desnudos (Review and Herald, mayo 16, 1882. Consejos sobre Mayor-
domía Cristiana, p. 25).
43 -
- 41
Llamado: En una mañana lluviosa y fría le sucedió a Samuel algo extraño. La
ciudad era un caos completo. El tránsito pesado enervaba a los conductores.
En medio de ese tránsito infernal, Samuel conducía su automóvil último mo-
delo. Los carros no avanzaban. La procesión se extendía por varios kilómetros.
Repentinamente, sintió un golpe en la ventana. Un muchacho de la calle había
roto con una piedra la ventana lateral y se apoderó de una valija negra donde
Samuel guardaba documentos importantes. El robo duró pocos segundos y
cuando él tomó conciencia de las cosas, el muchacho ya corría llevando el
maletín.
Samuel se agarró la cabeza y exclamó. –¡No, por favor, el maletín no! Enton-
ces sucedió lo verdaderamente inesperado. El muchacho interrumpió la fuga,
regresó corriendo, lanzó el maletín por la ventana y gritó. –Discúlpeme, Señor.
Y se perdió entre los vehículos.
provee la sana sabiduría a los rectos: es escudo a los que caminan rectamente.
Él es que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos”
(Proverbios 2:7,8).
- 44
42 -
Sermon 9
MÁS QUE UN DÍA DE DESCANSO
INTRODUCCIÓN
Todos los seres humanos, en algún momento de la vida, nos llenamos de pre-
guntas para las cuales no tenemos respuestas.
Algunos buscan soluciones para sus inquietudes y vacíos sirviendo a los nece-
sitados, buscando el amor de una persona, en noches con ritmos estridentes o
incluso en la sensación engañosa del alcohol.
En Juan 14:6 dice: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí”.
Esta verdad es que Jesús, está en la Palabra de Dios, es capaz de hacer cam-
bios en nuestra vida.
- 43
45 -
1 – UN ENCUENTRO FIJADO PARA RECONOCER AL CREADOR
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en
él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni
tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová
los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el
séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.
El Dios Creador de los cielos y la Tierra, el mismo que dio la orden de que Adán
y Eva labraran la tierra, fue también el Creador del trabajo.
En realidad, es mucho más que eso, guardar el sábado significa tener un en-
cuentro con el Creador.
- 46
44 -
2 – LA ADORACIÓN A DIOS EN EL DÍA ELEGIDO POR ÉL IGUALA A LOS
SERES HUMANOS
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con
sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó
se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo
es el todo, y en todos”.
Las personas que están revestidas de Cristo, que lo reciben con alegría en su
vida, pasan a vivir una vida de igualdad. Ya no hay distinción de personas.
Por eso, sin excepción y sin acepción de personas, todos están invitados a
adorar a Dios el sábado conforme al mandamiento, como mencionamos antes.
Cristo cumplió ese papel de nivelar, igualar, a la raza humana. Él rompió las
barreras del estatus, las clases sociales, el racismo. Ese fue el ideal que él soñó,
y no fue el fruto de una lucha en favor de los pobres; sí fue el resultado de ha-
cer de Dios el centro de la experiencia humana. Cristo era el Señor y usaba el
sábado como herramienta de nivelación al hacer de este un día de adoración
para todos.
Dios descansó, no porque estaba cansado, sino para enseñarle al ser humano a
encontrar reposo. El reposo no venía del día en sí, sino del encuentro con Dios.
47 -
- 45
En Mateo 11:28 leemos: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y carga-
dos, y yo os haré descansar”.
-
dor y sustentador de todo el Universo.
-
dado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo
a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu
sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está
dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuér-
date que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá
con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado
que guardes el día de reposo”.
Cuando leemos el texto, vemos algo que ya se dijo: guardar el sábado, pero
encontramos algo más.
Con el accidente del pecado en la vida de los seres humanos, pasamos a nece-
sitar un Rescatador, porque nosotros éramos esclavos.
Con la observancia del sábado, recordamos que Dios, a través de Cristo, es
nuestro Redentor. Nadie puede decir que acepta a Jesús como Redentor y no
guardar el sábado.
- 48
46 -
Cada sábado descansamos en la seguridad de la redención en Jesús y lo reco-
nocemos como nuestro Redentor, y eso es motivo de adoración a Dios.
Porque Jesús es nuestro Redentor, lo adoramos como aquel que nos garantiza
la vida eterna.
Podemos decir que el sábado no era solo un día para guardar, fue también un
pacto de amor con el ser humano.
Es como si Dios le hubiera dicho a Adán y Eva: “Ustedes necesitan tiempo para
vivir y les confiaré ese tiempo a ustedes, pero entiendan que el tiempo no les
pertenece; es mío. Se los voy a prestar. Para que no se olviden que el tiempo es
mío, úsenlo como si fuera de ustedes, pero haremos un pacto. Pueden usarlo
para sus actividades, pero devuélvanmelo el SÁBADO. Mientras respeten el
sábado como un día santo, yo sabré que recuerdan que soy el Dueño del tiem-
po y que ustedes son solo administradores. Si respetan ese pacto, yo seguiré
siendo el Dueño del tiempo, y si tienen problemas, hablen conmigo, yo los
ayudaré a resolverlos.
CONCLUSIÓN:
Oremos.
- 49
47 -
Sermon 10 DEUTERONOMIO 8:10-20
CUÍDATE DE NO OLVIDARTE
DE JEHOVÁ TU DIOS
INTRODUCCIÓN
Mateo Henry, el famoso autor del comentario que lleva su nombre, fue asal-
tado por unos ladrones que le robaron su billetera. Entonces él escribió lo
siguiente en su diario: “Señor, ayúdame a estar agradecido; primero, porque
nunca antes he sido robado; segundo, porque aunque se llevaron la billetera,
no me quitaron la vida; tercero, porque aunque se llevaron todo lo que yo te-
nía, no era mucho; y cuarto, porque fui yo quien fue robado y no quien robó”.
La tierra que Israel iba a heredar como su herencia era una tierra de gran abun-
dancia. En los versículos 7–9 Moisés describe la fertilidad de la tierra y enumera
sus riquezas agrícolas y minerales. La tierra de Canaán era una tierra que tenía
agua en abundancia. Esta abundancia de agua es un marcado contraste con la
experiencia del desierto donde Israel sufrió sed.
La tierra de Canaán era una tierra donde había una abundancia de productos
agrícolas. En Canaán, Israel iba a tener comida en abundancia. Allí, no come-
rían pan con escasez o como en el original dice “pan con pobreza”, así como
habían comido durante su jornada por el desierto.
50 -
- 48
I. CUÍDATE DE NO OLVIDARTE DE JEHOVÁ TU DIOS (V.11)
a. Esta es una decisión que está en tus manos, tú tienes que elegir.
c. Ahora Dios, antes que entren a la tierra de la abundancia, lleva a Israel al re-
cuerdo del “desierto”. Les invita a recordar su milagrosa liberación de Egipto,
lo que fue su casa de servidumbre por generaciones..
e. La provisión del maná fue una prueba para ver si Israel dependería de la
palabra de Dios. Tal dependencia produce humildad. El pueblo podía evitar
el orgullo por su riqueza y fuerza si constantemente recordaba al Señor y la
lección que recibió en el desierto. Todo en la vida es un regalo de Dios y nada
es posible sin él.
experiencia en el desierto.
a.
están en lo alto, seres celestiales. Hay una inclinación en la raza humana de
“querer ser como Dios”. El pecado del orgullo pretende llevarnos a la imagina-
ción de ser como Dios. A un sentido de importancia extremo.
-- 49
51 --
b. El pecado original fue la IMPORTANCIA y nuestros padres de Adán y Eva,
quisieron lo mismo, la importancia. Nosotros le damos el nombre de desobe-
diencia, pero fue la adopción de la mentira del diablo, de querer “ser igual a
Dios”.
c. Lo más importante que ocurrió en la vida de los personajes bíblicos fue que
se hicieron humildes y esto se contrapone a lo que el ser humano anda bus-
cando.
e. Lo que Cristo está tratando de modelar es “yo soy manso”. Lo contrario nos
está invadiendo. Mírenme mientras les muestro cuán enamorado estoy de mi
Padre que me encanta estar en su presencia. Yo les amo pero Ustedes aún no
han comprendido les dijo a sus discípulos, uno quiere estar a mi derecha y el
otro a mi izquierda, justo es de eso lo que Cristo nos quiere alejar.
a. Este verbo “acordar” se utiliza por primera vez cuando cayó el diluvio y Dios
se acordó que Noé y su familia estaban en el Arca, y en ese momento las aguas
bajaron.
b. Cuando Dios te pide que te acuerdes de algo, cuando te pide que no lo olvi-
des, te está diciendo que lo practiques. Te está diciendo que lo hagas, porque
al hacerlo tu Fe se fortalecerá.
c. Dios estableció el sistema del diezmo y la ofrenda como una práctica, una
manifestación tuya de que Dios es tu Creador, una demostración que eres de-
pendiente de ÉL. Una manifestación de que has hecho planes para la eterni-
dad. Una manifestación de que la eternidad es el lugar de tus grandes anhelos.
¿Cuánto tiempo hablas de Él? ¿Cuánto tiempo meditas en Él?
52 -
- 50
IV. “TE HIZO CAMINAR” (V. 15)
c. También implica, “retirar”. Aquí hay otra obra maravillosa que Dios hace en ti:
Él te dice, mientras te llevaba de un lugar a otro, iba retirando de tu vida aquellos
elementos que amenazaban tu felicidad, aquellos ingredientes en tu carácter que
están convirtiéndose en pesadillas para ti y los que te rodean. Estos ingredientes
que solo lastiman a tus seres queridos; estos rasgos que tú lo puedes cambiar.
f. La provisión del maná fue una prueba para ver si Israel dependería de la pa-
labra de Dios (Éxo. 16:4). Tal dependencia produce humildad. El pueblo podía
evitar el orgullo por su riqueza y fuerza si constantemente recordaba al Señor
y la lección que recibió en el desierto: todo en la vida es un regalo de Dios y
nada es posible sin él (v. 18).
c. Es la misma voz que se paseó por el huerto del Edén. Cuando Dios llamó a
Adán y Eva en el huerto y ellos no atendieron la voz de Jehová.
53 -
- 51
e. El peligro que corremos es cuando no obedecemos la voz de Dios, tal vez,
es porque nos estamos escondiendo en el mismo árbol de Adán y Eva. La dife-
rencia aquí es terrible: no tenemos “miedo” como ellos, preferimos levantar
la cabeza en alto y decir “mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta
riqueza”.
CONCLUSIÓN
LLAMADO
de nuevo y retirar todo aquello que me separa de Él. Soy consciente que dejar
de reconocerle en las riquezas es pecado. Ahora quiero dejar este pecado, y
¡¡¡sino quieres abandonar este pecado es porque lo amas!!!
54 -
- 52
Sermon 11 MALAQUÍAS 3:7-12
LA INVITACIÓN DE DIOS
INTRODUCCIÓN
Por casi 1500 años, Dios se comunicó con Israel por medio de profetas. La
iglesia de Dios del siglo V a.c se había apartado de Él, viviendo de modo equi-
vocado en muchas áreas de la vida. En su misericordia, Dios envió el profeta
en los diezmos y ofrendas, pues solo así podremos reclamar sus bendiciones.
Los sacerdotes y todo el pueblo, la “nación toda” (v.9), tuvieron esta actitud
rebelde de pecar y burlarse de Jehová. Todos se habían colocado contra los es-
tatutos de Dios, a través de los cuales él había revelado su deseo y su voluntad
55 -
- 53
(Dt. 4:4-8). Si las palabras dichas por Oseas: “el pueblo es como su sacerdote”
(4:9) se aplica a esta nación que estaba en rotunda desobediencia.
Por esta situación, el profeta hace la invitación de Dios diciendo: “volveos a mí,
y yo me volveré a vosotros”. Mismo así, “los israelitas, dice Elena G. de White,
titubeaban en entregar sus orgullosos corazones en una obediencia presta y
amante para una cooperación cordial” (PR.522).
Fe y obediencia fueron apenas episodios pasajeros en la vida de la iglesia en el
pasado. El Señor se alegra cuando obedecemos su Palabra.
“Me habéis robado”. Aquí el principio es la honestidad, pues robar las posesio-
nes materiales del otro es un gran pecado. Todo robo es pecado. En la literatura
hecho de estar robando por “la fuerza” a Dios lo que le pertenece por derecho.
Mismo así, el pueblo rechaza en admitir su culpa (v.8). El pueblo está aneste-
siado, no siente la gravedad de su pecado. No había disculpa. Solo no fueron
1:17; He. 13:8). Dios jamás había fallado con su pueblo, quien estaba en falta
era la nación. Por eso la severa reprensión: “Malditos sois”. La maldición seguía
la desobediencia, así como la bendición seguía la obediencia.
En nuestros días dice Elena G. de White que: “su pueblo no le da los diezmos y
las ofrendas que le pertenecen. Este robo perpetrado contra Dios, practicado
tanto por ricos como por pobres, ha llevado oscuridad a las iglesias” (CMC 92).
Pero, este robo será severamente castigado. “Quienquiera que se apodere
para su propio uso de la porción que Dios se ha reservado... Perderá no solo lo
que ha retenido de Dios sino también lo que se le dio como suyo” (CMC 93).
Es un mal negocio retener todo el dinero y recursos para sí mismo. Somos lla-
mados a no defraudar a Dios, pues: “defraudar a Dios es el delito más grande
que un hombre pueda cometer; y sin embargo este pecado está muy arraigado
y extendido”. RH, oct. 13, 1896.
La iglesia pregunta: “¿En qué te hemos robado? Dios responde: En los “diez-
mos”. La devolución del diezmo es una orden de Dios (Lv 27:30,32; Nm. 18:21).
56 -
- 54
que los diezmos y las ofrendas constituyen nuestra obligación, y desea que de-
mos en forma regular y sistemática…” (CMC. 86). Los israelitas fueron ladrones
de las cosas divinas, un crimen agravado. Solo un necio intentaría robar a Dios,
pero ellos no dudaron en hacer exactamente eso.
Hoy Dios invita a su iglesia para que: “su diezmo sea llevado a su tesorería. De-
La iglesia pregunta: “¿En qué te hemos robado?” Dios responde: en las “ofren-
das”. La iglesia de Dios no solo estaba robando en los diezmos, mas también
en las ofrendas que eran exigidos por la ley (Nm 18:21-24). Elena G. de Whi-
te menciona algunas de las características de cómo debe ser la ofrenda: “El
asunto de la dadivosidad no ha sido librado al impulso. Dios nos ha dado ins-
Cuando ofrendamos, Dios mira nuestro corazón. Él sabe que no podemos dar
de lo que no tenemos, pero desea que seamos generosos de acuerdo con las
bendiciones recibidas, “según haya prosperado” (1Co.16: 2). La ofrenda nace
de un corazón agradecido, por todo lo que Cristo hizo por nosotros, especial-
mente en la cruz del calvario (Jn. 3:16). Ofrendar es un acto de adoración a
Dios (Sal. 96:8).
57 -
- 55
Dios dice: “En mí casa”. Dios pide para que su pueblo lleve los diezmos y las
ofrendas hasta “su casa” y no a otro lugar. La “casa” mencionada en Malaquías
es la misma descrita en Nehemías, que es llamada de “Cámaras de la Casa de
Dios” o “Cámaras de la Casa del Tesoro” (Ne. 10:37 al 39). Los israelitas no
por Dios, o sea llevar todos los diezmos y ofrendas consagradas al Señor a la
tesorería centralizada en el Templo. Después debían ser almacenadas y conta-
bilizadas para luego ser redistribuidos para el mantenimiento de los equipos
sacerdotales y de los levitas en todas las regiones de Israel (Ne. 12:44).
Así como en los días de Malaquías, Dios invita a su iglesia para que: “estos (diez-
mos y ofrendas) deban colocarse en su tesorería y considerarse sagrados para
su servicio tal como Él lo ha designado” (CMC. 106).
“Traed todos los diezmos…”. Hay una gran responsabilidad por parte del
donante. Debe “traer” los diezmos y las ofrendas consagradas a la “Casa
del Tesoro”. El donante no puede retener ni darse el derecho de adminis-
trar la donación. Quien debe gestionar algo donado es el receptor, la iglesia
y nunca el donante.
58 -
- 56
(2) La responsabilidad de la autoridad de la iglesia – 10 b
Al traer el diezmo a la casa del tesoro, sus hijos no solo están sustentando y
“alimentando” el ministerio del Templo, más también están dando gracias
a Dios por la provisión abundante de sus necesidades.
Hay grandes bendiciones para los que le obedecen. “Todos los que deciden
obedecer a Dios de todo corazón; los que no se apoderen de los fondos reser-
vados a Dios… los que devuelven la parte que él reclama como suya, recibirán
bendiciones de Dios…” (CMC 97).
“Abriré las ventanas de los cielos”. El Dios del cielo promete abrir las ven-
tanas del cielo para bendecir. No solo habría lluvia para remover todo
59 -
- 57
temor de la sequía, pero a través de estas ventanas la bendición divina sería
derramada en abundancia (Lv. 26: 3-5).
Hoy en día “Dios tiene un cielo lleno de bendiciones para los que cooperen
-
plimiento de sus promesas” (Or. 366).
Dios promete prosperar y bendecir a quienes dan con liberalidad (Lc. 6:38;
2 Co. 9: 6-11; Pr. 11:25). Dios deseaba que su pueblo fuera feliz, bienaven-
turado, siendo una lección objetiva al mundo de los resultados de la obe-
diencia.
CONCLUSIÓN
Cuando Dios mira nuestra vida y ve que no estamos caminando en sus caminos,
60 -
- 58
Él desea que reconozcamos nuestros descaminos y que, arrepentidos, volva-
mos a Él en busca de su bendición. La invitación del Señor es “volveos a mí…, y
yo me volveré a vosotros” (Zac. 1:3). Así, si damos un paso en dirección a Dios,
Él vendrá a nuestro encuentro y nos bendecirá con Su salvación y también con
todo lo que sea necesario para esta vida. “Jehová es mi Pastor y nada me fal-
tará” (Sal. 23: 1).
-
ba de sus promesas. “El Dios del cielo ruega a sus hijos errantes que vuelvan a
Aceptemos hoy, antes que se tarde, la invitación de Dios para nuestra vida.
¡Amén!
-- 59
61 --
Sermon 12 MARCOS 10:17-21
INTRODUCCIÓN
b) Hay una cultura general instalada en la vida humana, donde uno aprende
desde temprana edad, que es la cultura de los resultados. Es decir, todo
lo que hacemos produce resultado. Eso está bueno, pero hace con que
siempre seamos llevados por el riesgo de perder el verdadero enfoque de
las cosas y la motivación ideal de la vida, pasando a hacer las cosas única-
mente por sus resultados.
- Estudiar para los exámenes más por los resultados o apenas por ellos que
para aprender y tener conocimiento;
- Hacer ejercicios físicos más por perder peso y mejorar medidas que por
una buena salud;
c) Fácilmente trasladamos este concepto de hacer para obtener, antes del ser
para la vida espiritual. Queremos hacer las cosas para ser cristianos, hacer
para ser salvo. Eso nos lleva a la misma pregunta que el hombre hizo a
Jesús: ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?
62 -
- 60
I – GRACIA – v 17, 18
2.
que pueda salvarse por sí mismo.
3. La gran verdad desde el inicio dicha a Adán y Eva es que si comiesen del
fruto, desobedecían, pecaban y como resultado morirían (Génesis 2:17),
lo mismo que dice el profeta de manera clara y en directo – el alma que
peque, ésa morirá (Ezequiel 18:4). Concepto ampliado en el nuevo testa-
mento por el conocido texto de Romanos 6:23.
C) Maestro bueno
63 -
- 61
triste, no lo reconoció. Revela su egoísmo, no puede ser generoso aquel
que no reconoce que pertenece a Dios y que él debe ser el centro de su
vida para ser bendecido y ser un canal de bendición.
2. Otro intento de Jesús – Bueno, solo uno, Dios – Lo bueno para la sal-
vación está en Dios. Para heredar la vida eterna apenas por Dios. No hay
otra manera.
II - CRECER – v 19, 20
Sabemos que cuando uno para de crecer ya está muriendo. Así lo es también
en la vida espiritual. Es imperativo a la vida cristiana crecer en la gracia, en el
conocimiento. Como crecer:
64 -
- 62
guardar, no hacerlo para ser y sí ser y por eso hacer. Necesitas conocer el
“Bueno”, relacionarse con él, conocer su carácter para que en tu relación
con Dios tú seas bueno y encuentres el verdadero sentido de la vida.
3. Guardar los mandamientos no limitado por el hacer de la tradición judai-
ca y sí de manera amplia y linda como Jesús lo presenta en Mateo 5, en el
sermón del monte, donde uno sigue no la letra de la ley y sí su esencia que
está enfocada en Cristo y su gracia.
Hay que decidir: Estás creciendo día tras día en la gracia de Cristo Jesús,
¿puedes vender todo y dar a los pobres? ¿Puedes seguirlo, cueste lo que cues-
te? ¿El centro de tu vida está en ti mismo o en Cristo? Crecer en la gracia es
un llamado que Dios nos hace hoy, en este momento. ¿Cuál es tu respuesta?
III – GENEROSIDAD – V 21
“Entonces al mirarlo Jesús, le amó y le dijo: — Una cosa te falta: Anda, vende
todo lo que tienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo. Y ven;
sígueme”.
65 -
- 63
3. Lo que más le estaba pidiendo Jesús era su corazón, corazón éste que
estaba en sus posesiones y abandonarlas poniéndolas en su verdadero
puesto era necesario para conocer a Jesús la más valiosa joya que uno
puede tener y la única manera de heredar la vida eterna.
pierde una herencia eterna en el reino de gloria” (The Review and He-
rald, 22 de enero de 1895; publicado en Consejos sobre Mayordomía
Cristiana, p. 91).
4. Uno no tiene que ser generoso para heredar la vida eterna. Uno tiene
que aceptar a Jesús y va a heredar la vida eterna. Es Jesús que quita de
nuestro corazón el pecado y en su lugar siembra la bondad y el amor, la
gracia y la generosidad para que sean cultivadas en el Camino rumbo al
cielo.
CONCLUSIÓN
a) El mismo llamado Dios nos hace para abandonar lo que sea que nos impide
de estar en el Camino, qué decidimos ¿irnos triste o aceptarlo?
b) Llamado.
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