Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sermones
Temas de la semana:
Tu momento ha llegado
Texto Clave: “Entonces uno de los criados respondió diciendo: He
aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente
y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y
Jehová está con él” (1Rey. 16:18)
Introducción
A los 16 años mi madre me regaló una guitarra. No era nueva,
estaba un poco usada, pero la acepté con mucho cariño. Desde entonces
inicié esa emocionante y desafiante relación con la música. Al principio
no sabía cómo funcionaba, y, es más, no existía YouTube. Sin embargo,
ya había visto a mi hermano mayor tocar la guitarra alguna vez. Así que
me aventuré a aprender a tocar a mi manera. Un amigo del colegio era
fanático de los Guns N´ Roses, un grupo de rock muy popular en los
años 80’, y él me regaló mi primera revista “String Alone”, era un
cancionero con las letras y acordes de las canciones más populares de
rock de los 90’. Así que me inicié tocando canciones seculares. Por
supuesto, mis padres no sabían que yo tocaba esas canciones. En mi
hogar nunca se escuchaba música que no sea cristiana. Así que,
practicaba en mi habitación o cuando mis padres no estaban. No mucho
tiempo después descubrí que la yema de mis dedos comenzaba a
hincharse, enrojecerse y aparecieron los primeros callos. Entendí que si
uno quiere conseguir algo necesitamos pagar el precio. Y cuando pude
tocar mi primera canción, el dolor de los dedos ya no importó. Estaba
comenzando a cosechar los frutos de mi esfuerzo. La emoción de poder
hacer que la guitarra suene de manera melodiosa me entusiasmó, y
comencé a soñar con cantar en el salón de clases, o en públicos más
grandes, incluso multitudes. ¡Me sentía un gran guitarrista!
Un año después entré en la universidad, y quise mostrar mi
talento, sobre todo delante de las chicas. Pero no obtuve los resultados
esperados. Por el contrario, descubrí que apenas era un aprendiz y que
había muchachos que tocaban muy bien, incluso profesionalmente. Uno
de esos días, mientras yo intentaba acercarme a los músicos y estar en
ese ambiente, para aprender de ellos y mejorar mi estilo, un muchacho
me dijo: “no puedes tocar con nosotros, porque ni siquiera sabes agarrar
bien la guitarra”. Esas palabras fueron un golpe de realidad que me
ayudó a descubrir que, ciertamente era un aprendiz. E incluso tuve que
admitir que tenía serios problemas al intentar tocar la guitarra al revés.
¿Alguna vez has deseado conseguir alguna cosa y te has frustrado o
desanimado porque no lo lograste?
Conclusión
Han pasado muchos años desde aquella vez que toqué la guitarra por
primera vez. Jamás imaginé que terminaría convirtiendo ese talento en
un fructífero semillero de decenas de canciones que han servido a la
iglesia en melodías que escribí para semanas de oración, campañas
evangelistas, campamentos o composiciones para cantantes cristianos
del Perú y otros países hispanohablantes. Hay mucha gente que jamás
imaginaría que detrás de las músicas que la iglesia canta, hubo un
muchacho inseguro que pensó que no tenía talento. Pero Dios ha
permitido que vea con mis propios ojos, cómo los años afirmen aquello
que al principio parecía pequeño e insignificante. Por eso no escatimes
lo pequeño que puedas tener ahora.
Es posible que tengas hermosos sueños, grandes expectativas de
tu futuro, pero necesitas saber que, todo llegará en su debido momento.
Si ahora no ocurre es porque quizá necesitas aprender alguna lección
útil que te ayudará a asumir con mayor éxito las responsabilidades que
vendrán más adelante. No escatimes las pequeñas lecciones del hoy, que
mañana serán de gran bendición. Y un día Dios te dirá al oído: “¡Tu
momento ha llegado!”
Tema 3
Un corazón puro
Texto Clave: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar
contra ti” (Salmos 119:11)
Introducción
Mi primer día en el colegio estatal fue el más tenso de mi vida.
Siempre había estudiado en un colegio adventista. En la primaria mi
madre había sido mi maestra juntamente con otras profesoras que eran
rostros muy conocidos para mí. Pero ahora me encontraba en un lugar
nuevo, un colegio muy grande y numeroso, me sentía extraño.
Aquel primer día en el patio del colegio, allí en la formación
comencé a notar cada vez más la diferencia. Había un profesor
encargado de la disciplina, y tenía en la mano un puntero de madera. Se
veía muy enojado, y golpeaba en la pierna a cualquiera que no esté
alineado en la formación. Yo estaba muy asustado. Mis manos me
sudaban y estaba nervioso. ¡Como deseaba regresar a mi escuela
anterior! Pero ya no podía, estaba en el segundo de secundaria, y no
había vuelta atrás.
Ese año en aquel colegio vi cosas que nunca antes había visto.
Había algunos muchachos que se amarraban una pañoleta en la cabeza
y pasaban repartiendo besos a otros muchachos. Al ser un colegio de
varones, esto me parecía muy extraño. Las bromas en doble sentido, y
peor aún los baños. Me acuerdo que había muchos mensajes y dibujos
obscenos en las puertas y paredes de los baños. Algunos muchachos
hablaban con mucha naturalidad palabras groseras y contaban historias
sobre temas inmorales que realmente me asustaban.
Sin embargo, el momento más agradable para mí, donde yo
podía sentirme un tanto de regreso al ambiente donde me había criado,
era el curso de religión. Aunque el sacerdote venía una vez a la semana,
yo disfrutaba esos momentos. Ese medio año que pasé en ese colegio
me hizo tomar la decisión de permanecer fiel al Señor. Le pedí al Señor
que me diera un corazón puro. Que me alejará de las malas influencias
y que me ayude a mantener mi fe intacta.
3. Un corazón puro
Si hay una gran lucha que tuvo que enfrentar Sansón fue con su
propio corazón. Hoy vivimos en una sociedad con muchas tentaciones,
sobre todo para los ojos. La tecnología se ha encargado de generar toda
clase de recursos digitales que permiten mostrar una apariencia hermosa
y perfecta más allá de la realidad. Instagram, Facebook, Tiktok y toda
suerte de recursos digitales diseminan diariamente mucha información
audio visual que marca la tendencia de la mente de millones de jóvenes.
Los así llamados influencers consiguen millones de vistas, pero sin
comunicar contenido valioso, porque el énfasis está en lo superficial.
Los famosos consejos del día, provienen de personas que nadie sabe a
ciencia cierta si tienen o no formación o educación al respecto. Nadie
conoce su vida. Solo son voces a imágenes que miles singuen sin dudar
ni preguntarse si son reales. Toda esta cultura llena de fantasía y falsa
realidad, me hace recordar a Dalila.
Dalila fue la mujer de la que Sansón se enamoró. Pero al igual que la
primera mujer que tuvo como esposa, ella también aparentaba ser algo
que no era.
Cuando los filisteos descubrieron que Dalila era la esposa de
Sansón, conspiraron para que ella lograse revelar el secreto de su fuerza.
Sansón había guardado ese secreto por mucho tiempo. Sin embargo
Dalila logró persuadir a Sansón de que le revelase el secreto.
Finalmente, dormido en los brazos de su esposa, los filisteos le cortaron
el cabello. Para cuando Sansón despertó, era un hombre más del resto.
Hay dos lecciones que podemos aprender de esta escena:
Primero: Sansón, incluso con el paso de los años, mantenía un corazón
inclinado al mal. Tenía buenas intenciones, pero sus acciones seguían
siendo erradas. Cuando en tu corazón no reina el Señor, no importa cuán
buenas intenciones tengas, terminarás alejándote de su propósito.
Segundo: Sansón no era honesto con Dios. Él sabía que Dios lo había
llamado para librar a su pueblo, tenía una responsabilidad espiritual
sobre sus hombros, pero aun así prefería obedecer la voz de su corazón.
Algunos piensan que tener el corazón puro es tener un corazón libre de
malos pensamientos. Y es cierto. Pero la pureza de corazón tiene que
ver principalmente con hacer las cosas conforme a la voluntad de Dios
y no conforme a tu voluntad.
Conclusión
Dios desea que tengas un corazón limpio, libre de vicios, de
pensamientos o malas intenciones. La lucha más grande que tenemos
todas las personas es decidir a quién le entregaremos nuestro corazón
¿Quién lo poseerá?
Dios quiere hoy limpiar tu corazón. Dios quiere ayudarte a tomar sabias
decisiones. Dios quiere darte un limpio corazón.
Si hay cosas en tu corazón que sabes que no están bien, que sabes que
necesitas abandonar, que sabes que necesita Dios entrar a limpiar, Dios
lo puede hacer hoy.
Tema 4
Sé el mejor
Texto clave: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el
Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”
(Colosenses 3:23-24)
Introducción:
La historia de mi padre siempre me inspiró. Nació en un hogar muy
pobre en el departamento de Huancavelica. A los 3 años de edad su
padre lo abandonó, y quedo solo con su madre. Vivió en extrema
pobreza durante su infancia, mirando desde lejos la vida de otros
muchachos que si tenían mejores oportunidades.
Cuando entró en la escuela, se dio cuenta que a la hora del recreo todos
iban a la tienda a comprar, pero él no podía porque no tenía dinero.
Cerca del colegio estaba la estación del tren, así que un día se le ocurrió
salir tan pronto como pudiera para alcanzar el momento en que el tren
recogía pasajeros en la estación. Corría cerca de un kilómetro, y llegaba
para ayudar a los viajeros a subir o bajar sus cosas. De esa manera se
ganaba algunas pequeñas monedas.
Los años pasaron y trabajó en diversos lugares, procurando ganarse la
vida de alguna forma. A los 17 años fue contratado para cuidar las
lanchas en el puerto del callao. Como armas le entregaron un silbato y
una linterna. Tenía que pasearse de lancha en lancha todas las noches
asegurándose que todo estuviera en orden, y lo hizo por espacio de 6
meses. Lo sorprendente era que él no sabía nadar, incluso hasta ahora.
Escuché sus historias y aventuras por muchos años, pero jamás escuché
alguna palabra de queja o de lamento por lo que tuvo que vivir. Él
siempre mantuvo una actitud optimista ante la vida, pero además de eso,
depositó siempre su confianza en el Señor.
1. Pronóstico de un fracaso
Si uno quisiera pronosticar un final desastroso para una historia, la
vida de José sería la más apropiada. José nació en un hogar con
problemas, su padre tenía cuatro mujeres. Ya de entrada esa era una
receta para las rencillas entre las mujeres de Jacob y también entre los
hijos de ellas.
Desde su infancia fue un niño muy querido por su padre, pero no
por sus hermanos. Esto debió haberle generado momentos tristes a José.
Una muestra de la diferencia que su padre hacía entre José y sus
hermanos fue el hecho de que un día su padre le regaló una túnica de
colores, una túnica especial. Esto alegró mucho a José, pero despertó los
celos de sus hermanos.
No pasó mucho tiempo para que los celos contra José aumenten, en
la medida en que José iba mostrando evidencias de un don especial: el
don de interpretar sueños. Lo fascinante del don de José es que cuando
comenzó a tener sueños de parte de Dios, él mismo no tenía idea de la
magnitud de su don. Jamás imaginó que usando ese don salvaría a su
familia y a toda una nación.
En este punto podemos resaltar dos lecciones que nos deja la historia
de José en esta etapa temprana de su vida:
- Aprendamos a alegrarnos con los talentos y dones que otros
tienen.
- Los problemas familiares no pueden determinar tu futuro.
José a su temprana edad tuvo que aprender a vivir en un medio
hostil, donde había gente a su alrededor que no buscaba su bien.
En este punto, vale la pena recordar lo que Jesús le dijo a sus
discípulos:
“Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed
astutos como las serpientes e inocentes como las palomas.” (Mateo
10:16)
Vivimos en una época que es hostil a nuestra fe, a los valores. Una
época donde los hijos de Dios tienen que aprender a ser firmes en sus
principios, pero uno nunca sabrá hasta qué punto es tu fidelidad hasta
que sea probada.
2. El camino a Egipto
No pasó mucho tiempo para que el panorama se oscurezca en la vida
de José. Un día su padre lo envió a ver a sus hermanos. Jacob sabía que
sus hijos no andaban bien, que descuidaban su trabajo, y confío en José
como su mensajero.
Cuando José encontró a sus hermanos, ellos ya habían planificado
deshacerse de él. No podemos negar que detrás de los celos y el odio de
sus hermanos estaba el diablo. La Biblia sostiene que:
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir” (Juan
10:10)
Satanás es un ladrón de sueños y de futuros gloriosos. Satanás vive
procurando truncar cualquier posibilidad de éxito.
Aquella tarde cuando José se encontró con sus hermanos, ellos no
dudaron en apresarlo, golpearlo y arrojarlo a un pozo sin agua. Desde el
fondo del pozo José se habría preguntado ¿Por qué me ocurre esto a mí?
En su corazón sabía que estaba procurando hacer lo correcto delante de
Dios, y no entendía la razón de su sufrimiento. Pero aun así José se
aferró al Señor.
La muerte era lo que habían planificado para José, pero Rubén en
un intento por salvarlo, sugirió que sería mejor venderlo a los
mercaderes árabes. Finalmente, José fue vendido. Su túnica fue
manchada con sangre y presentada a su padre con una mentira: una fiera
atacó y devoró a tu hijo – informaron sus hermanos a Jacob.
Hay situaciones duras en la vida que uno no busca ni planifica pero
que pueden ocurrir. Vivimos en un mundo imperfecto, por tanto, las
posibilidades de que las cosas salgan mal son muy altas.
A su temprana edad José descubrió que lo único que le quedaba,
después de haber sido vendido por sus hermanos y alejado de su padre,
era su confianza en Dios. Los salmos dicen:
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las
tribulaciones” (Salmos 40:1)
Caminó esa larga travesía encomendándose al Señor Dios, entre
lágrimas José aprendió a esperar en el Señor, y decidió hacer todo lo que
esté a su alcance para agradar a Dios.
Conclusión:
La vida como adolescente puede ser tan complicada como la de
José. No elegimos que familia tener, ni que hermanos tener o donde
vivir. Pero Dios puede hacer de cualquier circunstancia por más
complicada que parezca, una oportunidad para bendecirte y pasa hacer
que tu luz brille para su gloria.
El tiempo pasó, y un Día José se convirtió en el segundo hombre más
poderoso de todo Egipto. Cuando por fin se dio a conocer a sus
hermanos, le dijo las siguientes palabras que deseo que siempre
recuerdes cada vez que pienses que todo va mal en casa o en tu vida:
“Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá;
porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros”
(Génesis 45:5)
Dios está preparando algo maravilloso para ti. Confía en Él y has tu
mejor parte para su gloria.
Tema 5
Descubre tu llamado
Texto clave: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de
los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1
Timoteo 4:12)
Introducción:
Henry White fue el hijo mayor de Elena G. de White. Era un joven que
disfrutaba mucho cantar en casa. Durante algún tiempo sus padres
tuvieron que dejarlo con una familia de amigos, debido a que, por sus
viajes, no podían llevar todo el tiempo a sus hijos a los diferentes
lugares. Los hijos de Elena de White sufrieron las calamidades de vivir
una época con muy poco avance en la medicina. Hacia el año 1863, el
año en que la Iglesia Adventista se organizó formalmente, Henry se
enfermó. Al regresar de una larga caminata por el río, Henry se acostó
sin pensar y durmió sobre unos paños húmedos que se usaban para
respaldar las cartas de papel. Un viento frío soplaba desde una ventana
abierta. Esta indiscreción resultó en un resfriado severo que
posteriormente se convirtió en una neumonía. Henry ayudaba a sus
padres a fabricar los carteles para enseñar las profecías, pegando las
partes en un soporte de tela. Sin embargo, aquel hijo ayudador enfermó
y la medicina de su tiempo no pudo hacer mucho por él.
Con el paso de los días empeoró, y Henry sabiendo que su final se
acercaba renovó su entrega al Señor. En una ocasión mientras su madre
Elena lo cuidaba, le dijo que lamentaba no haber puesto mayor empeño
y dedicación a las cosas del Señor, pero que ahora le había entregado su
corazón por completo al Salvador.
Cerca de su muerte, Henry le dijo a su padre: “Padre, estás perdiendo
a tu hijo. Me vas a extrañar, pero no llores. Es mejor para mí. Me
librare de ser reclutado para el ejército y no presenciare las 7 últimas
plagas. Morir tan feliz es un privilegio”. Mirando a su madre le dijo:
“Madre, te encontrare en el cielo en la mañana de la resurrección,
porque yo sé que tu estarás allí”. Henry White murió a los 16 años, y
sus últimas palabras fueron: “El cielo es dulce”.
¿Te has preguntado para qué Dios ha permitido que vengas a este
mundo? ¿Tendrá Dios una misión para ti?
1. Un joven misionero
Había un joven llamado Timoteo, hijo de una mujer judía llamada
Eunice y un padre griego. Lo primero que salta a la vista es que el
nombre Timoteo significa: “el que honra a Dios” (timo Theus) un
hermoso nombre para un joven fuerte y vigoroso.
Timoteo conoció el evangelio desde temprana edad. Como había
nacido en Listra, creció viendo a muchos viajeros y comerciantes que
pasaban por su ciudad, que era una ruta comercial muy concurrida
aquella época.
Desde joven sintió que Dios lo llamaba para ser un predicador.
Había escuchado de como Dios había usado a los discípulos como Pedro
y Juan para ser sus portavoces, y sin duda ese anhelo por servir a Dios
fue creciendo.
Dios está colocando sueños y anhelos en los corazones de la
juventud. Y este punto es el que deseo resaltar.
Hay casos en la Biblia en que Dios decide dejar a un hombre viejo,
y lo reemplaza por un joven o incluso un niño. Nos acordamos de Joas
y Josías, ambos fueron reyes en diferentes épocas, pero fueron niños.
También David era un adolescente cuando el Señor lo llamo y Daniel,
Misael, Ananías y Asarías estaban en plena juventud temprana. Pero
¿Por qué Dios tendría que llamar a los niños o a los jóvenes y no a los
adultos?
El profeta Joel anuncia en su profecía que:
“Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda
carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos
soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28)
La experiencia de Samuel y Elí ilustra lo que puede estar ocurriendo.
Samuel era niño y había sido llevado el templo conforme al voto que su
madre había hecho a Dios. Y una noche Dios llamó por tres veces al
niño, y Samuel escuchó la voz de Dios, pero no Elí.
Aquí tenemos un claro ejemplo de la brecha entre una generación a
otra. Dios habla a sus hijos, pero cuando no hay alguien disponible Dios
llama a la juventud. Elí es el típico adulto que conoce de Dios pero que
ya ha cumplido su ciclo como profeta. Ahora corresponde dejar la posta,
y Samuel está respondiendo al llamado.
La razón por la que Dios llama a la juventud a servirle es porque el
ciclo de la vida demanda una constante renovación. El evangelio
necesita seguir siendo anunciado, pero los predicadores envejecen, se
enferman y mueren. Hacen falta nuevos líderes, nuevos misioneros,
nuevos mensajeros que lleven adelante la obra de la predicación.
2. Consejos de un mentor
Timoteo encontró en el apóstol Pablo, un amigo y consejero.
Encontró un mentor. La Biblia dice que Timoteo dedico un tiempo para
viajar con el gran predicador a las diferentes ciudades a donde Pablo iba
anunciando el evangelio. Desarrolló habilidades de liderazgo al lado de
este experimentado evangelista.
Un día, abrumado por sus propios temores, debido a que había
personas mayores que cuestionaban su juventud y liderazgo el apóstol
Pablo le escribió algunos consejos:
• Aviva el fuego del don que hay en ti. Todos hemos
recibido algún talento de parte de Dios. Solo necesitamos
ejercitarlo. Mucha gente jamás imagina cuanto podría hacer
para bendecir a otros, hasta que lo intenta. El principio es
ejercitar lo que tengas. Usa lo que tienes para hacer el bien.
• Recuerda que Dios da poder, amor y dominio propio:
Cuando aprendemos a caminar con Dios, Él nos da poder
para vencer las tentaciones que surgen en el diario vivir.
Dios hace que el amor fluya en nosotros, para hacer el bien
de manera genuina. Y Dios te da dominio propio para poder
administrar tus emociones, sentimientos, pensamientos y
palabras.
• No te avergüences del evangelio: Cuando estas con Dios,
entiendes que el evangelio es poder para salvación. Brilla
por tu fidelidad a Dios. Hacer las cosas correctas de la mano
de Dios tiene grandes recompensas.
• Aférrate a la sana enseñanza: Estudia la Biblia. Dedica
un tiempo para conocer lo que Dios desea para ti. Busca
ayuda en algún amigo que pueda enseñarte más de Jesús.
Reúnete en un grupo cristiano y desarrolla tu fe.
Conclusión:
Dios te está llamando para ser un líder que brille por la luz de Cristo
entre sus amigos y compañeros. Pero necesitamos reavivar nuestro
llamado. Dios está llamando a la juventud para poner sus dones y
talentos a su servicio. Un día todos pasaremos al descanso, pero ¿Cómo
quisieras haber vivido tu juventud? Te invito a que entregues lo mejor
al Señor.