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Revista independiente Hellinger

Marzo 2006
Traducción de Patricia Sánchez

Hombre y Mujer: material para el módulo, la pareja del curso


de 1º grado de especialista en constelaciones familiares.
Maracay-Venezuela 2013.

7. Amor y orden en la pareja

Del amor o del orden ¿cuál es el más valioso, el más importante? ¿Cuál viene primero?
Muchos creen que si aman lo suficiente, todo encontrará su lugar. Muchos padres por
ejemplo piensan que si aman a sus hijos lo suficiente, pues se desarrollaran como se lo
imaginan. Sin embargo, a menudo se quedan decepcionados a pesar de su amor.
Aparentemente el amor sólo no es suficiente.

El amor tiene que integrarse a un orden. El orden precede el amor. Esto es lo que vemos en
la naturaleza: un árbol crece según un orden contenido en él. No es posible cambiarlo. Sólo
dentro de este orden puede crecer el árbol. Ocurre lo mismo con el amor y las relaciones
humanas: sólo dentro de un orden puede el amor florecer. Este orden es una precondición,
un prerrequisito al amor. En cuanto conocemos algo de los órdenes del amor, nuestras
relaciones y nuestro amor tienen mayor posibilidad de expandirse plenamente.

El primer orden del amor en una pareja pide que el hombre y la mujer, aunque sean
distintos, se consideren iguales. Cuando reconocen esto, su amor tiene más probabilidades
de ser logrado.
El segundo orden consiste en el equilibrio entre dar y tomar. Cuando uno de los dos tiene
que dar más, se altera la relación. Ella precisa de este equilibrio. Cuando el requisito de esta
armonización entre dar y tomar se junta al amor, el uno en la pareja, al recibir del otro le
devuelve un poco más que lo equivalente. Así es como crece el intercambio entre ellos y,
conjuntamente, la felicidad para los dos.
Esta necesidad de equivalencia vale también para lo negativo. Cuando uno en la pareja le
hace daño al otro, surge en el otro la necesidad de dañarle también. Se siente herido. De ahí
nace su creencia de tener derecho a herirle a su vez. Esta necesidad es irresistible.

Muchos de los que han sufrido una injusticia se sienten el derecho de provocar lo mismo. A
la necesidad de compensación se agrega algo más: la impresión que el haber sufrido una
herida me da derechos especiales. Entonces uno se autoriza no sólo a devolver el daño sino
a incrementarlo. Aquel que lo recibe, de la misma forma lo devolverá con algo más. Así es
como crece en una relación el intercambio de daño. En una relación así, en vez de la
felicidad aumenta la infelicidad. Podemos reconocer la calidad de una relación en que el
intercambio del dar y tomar se ubica en lo negativo o en lo positivo.

La pregunta es ¿Cuál sería aquí la solución? La solución sería pasar del intercambio en lo
negativo al intercambio en lo positivo nuevamente. ¿Pero cómo puede esto lograrse? Hay
un secreto: uno se venga del otro con amor. Quiere decir que uno le hace daño- pero un
poco menos de lo que ha recibido. Entonces se detiene el intercambio en lo negativo y
puede empezar otra vez un dar y un tomar en lo bueno.

Esto es un componente importante de los órdenes del amor. Si se conoce y luego se hace
uso de ello, pueden cambiar para bien muchas cosas en las familias.

Un orden más del amor requiere atención, ya que su olvido conlleva efectos de profundo
alcance.
Una mujer que se ve superior a su madre no puede estimar a los hombres. Tampoco les
puede entender ni les necesita en el fondo. Generalmente, cuando se siente superior a su
madre, esto quiere decir: soy la mejor mujer para mi padre. Ya tiene a su hombre y no
precisa de ningún otro. ¿Cómo llega una niña a ser mujer para luego estimar a un hombre y
tomarlo? Pues cuando se coloca al lado de su madre, como la más pequeña.

Evidentemente, esto vale también para los hombres: un hombre que no estima a su padre y
piensa que él es mejor para su madre, no puede estimar a la mujer. Él ya tiene la suya y no
precisa de otra. ¿Cómo llega un varón a ser hombre, a estimar a una mujer y a tomarla?
Pues colocándose al lado de su padre, como el más pequeño. Así es como el hombre
aprende con su padre a tener consideración hacia la mujer y la mujer aprende con su madre
a tenerle consideración al hombre.

¿Qué pasa cuando un hombre, hijo de su madre se casa con una mujer, hija de su padre? El
hijo de la madre no es disponible para su mujer y la hija de su padre tampoco lo es para su
marido. Se dan poca estima mutua. Por esto se tiene que conseguir primero el orden en sus
familias de origen, hasta que el hombre pueda tomar a su padre y la mujer a su madre.

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