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A. R.

Buzzi
Doctor en Ciencias Políticas y Sociales

LA TEORIA
POLITICA
DE
ANTONIO GRAMSCI

Ciencias del hombre n. 0 7 -e.ri BARCELONA, 1969 .


Advertencia
h' Traducido al castellano por Enrique
Malina, del original francés La
Théorie Politique d' Antonio
Gramsci, publicado por Éditions
Nauwelaerts, Lovaina Bélgica.

Para las citas de las obras de Antonio Gramsci hemos utilizado las
abreviaturas siguientes:
I. = Gli intellettuali e l'organizzazione della cultura.
R. = Il Risogimento.
M. = Note sul Machiavelli, sulla politica e sullo Stato moderno.
Ms. = Il materialismo storico e la filosofía di Benedetto Croce.
Ln. = Letteratura e vita nazionale.
Pp. = Passato e presente.
Le. = Lettere dal carcere.
On. = L'Ordine nuovo.
En los textos citados, los entrecomillados y las pala-
bras en bastardilla son todos de Gramsci. Al final
del volumen hallará el lector un resumen bibliográ-
fico.

Primera edición: marzo 1969 j


Número de registro: 395-68
Depósito legal: B. 15.808 · 1969
Impreso por Tipografía Catalana,
Vic, 10 - Barcelona

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1
© Editorial Fontanella, S. A. 1969
Escorial, SO - BARCELONA - 12
Impreso en España • Printed in Spain

7
El estudio de la teoría política de Gramsci, que emprendemos en esta
tercera parte, nos sitúa en el centro mismo de todo su sistema. Un sis-
tema se construye por etapas. Y permanece como un todo por la fuerza de
una intuición fundamental que está presente en todas las fases de su cons-
trucción. La política es lo que forma el núcleo central del pensamiento de
Gramsci, lo que da un sentido y un encadenamiento a todas sus investi-
gaciones históricas y sus reflexiones filosóficas.
- Si en la primera y en la segunda parte de nuestra disertación hemos
tratado de construir inductivamente el pensamiento político de Gramsci,
en la exposición de esta tercera parte recorreremos el mismo camino, pe-
ro a la inversa. La política de Gramsci será deducida de los fundamentos
históricos y filosóficos de su pensamiento. De hecho, la política está ya
contenida toda entera en la primera y la segunda partes, como la conclu·
sión de un silogismo lo está en sus premisas. Hay una ligazón necesaria
entre la conclusión y las premisas. La claridad de la conclusión depende de
la solidez de su antecedente. Se recorren las premisas para convencerse de
la conclusión; ellas son un camino gnoseológico y pedagógico. Nosotros
hemos seguido este método. La intención primera era exponer la política
de Gramsci, pero exponerla sin sus fundamentos históricos y filosóficos
nos parecía sacar la conclusión sin decir cómo habíamos llegado a ella. La
exposición presentaría así una traza dogmática, y lógicamente mal funda-
memada. Establecidas las premisas, es decir, expuestos los fundamentos
históricos y filosóficos, llegamos a la conclusióón, esto es, a la teoría políti-
ca, que será más rica, más densa, pero más breve que las premisas.

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l. La noción de viciad del hombre, creadora de todos los valores, incluidos los valores cien·
tí:ficos, ¿qué sería la «objetividad»? Un caos, es decir, nada, el vacío." 2 La
"política" praxis es inaprehensible en su unidad; es un océano infinito de posibilida-
des, y en la historia se manifiesta como economía, como filosofia, como
política. Está toda entera presente, sin agotarse en ellas, en cada una de
esas manifestaciones. Hay, por tanto, una convertibilidad entre política,
economía y filosofía, "una traducción recíproca, cada una en su propio
lenguaje específico, de cada elemento constitutivo. Uno está implícitamen·
te contenido en el otro, y todos juntos forman un círculo homogéneo." J
Pero la política tiene la preeminencia porque el acto político engloba el
pasado, el presente y el porvenir, supone la economía y consuma la filoso-
fía, religa en bloque histórico la estructura y la superestructUra realiza la
unión de la teoría y la práctica, la actividad consciente y organizada que
La política es el núcleo central del pens':miento dade lGram~~a~or;¡~ye hace la historia.
. . . , vasta rofunda y compleJa en to a rea . La obra de Gramsci debe, pues, ser interpretada siempre desde un
tiene una mser':wn d ! p b esa realidad para hacer que aparezcan punto de vista político. De ahí hay que partir para comprender a nuestro
or así decirlo, esescom rar ' , · .
que, P . d d alidad de política que ella contiene. En otros termmos. autor. "En toda personalidad hay una actividad dominante y predominan-
la can_ti. a y 1a e . , tan rica que se identifica materialmente con la te: en esa actividad es donde hay que buscar su pensamiento, implícito
la pohtica es una nocwn d fini . , d l
alid d misma Si ya toda esta tercera parte es una e Cion e a casi siempre y a veces en contradicción con el pensamiento expresado ex
~~líti~a, tratare~os primeramente de definirla por el lugar que ocupa en professo." ~
Presente en todas partes, la política conduce de algún modo todas las
la realidad. Marx se hallan pocos textos "políticos", de suerte que actividades Para aprehenderla en lo que es, conviene verla en sus diferen-
En tant? q~w ;~ada como económica más que como po].ítica, en Gram- tes relaciones.
~~i~:;!: ;~lí~ca que _economía~ ::t~u:i:t~ ~~~ s~ o:: :~!tezr:e~t~~ e;; a) Gramsci adopta respecto al problema religioso la misma posición
mo política. Si el marxis~o ~~r;olíti~a ~/una realidad inauténtica, una
fundamental de Croce, quien negaba a la religión toda realidad trascenden-
te y la definía como una norma de vida práctica. Nuestro autor sigue a
M~, ~a que para es e. ·r la osición de Gramsci, que se tiene por Croce cuando escribe que la religión es "una mudad de fe entre una con-
ahenacwn, que hay que ~ufn: i~spi~ación ¿no da principio a otra inter- cepción del mundo y una norma de conducta conforme a esa concepción". 5
fun~_entalmente ~~~a. or arte de l~s intérpretes del pensamiento La concepción del mundo de la religión está hecha, según él, de un conjun-
pretacwn de Marx. ~~ s ~ristlanos o «Sindicalistas revolucionarios»- to heterogéneo de nociones no justificadas críticamente. Es la fe lo que
de Karl_ Marx dm~~~: ;n la filosofía o bien en la doct~na económic~ sostiene la cóncepción del mundo de la religión, una fe no reflexiva, sino
!!e han mteres~b~o el ensamiento político de Marx ~ mcluso s~ c:"- inmediatamente vivida, traducida en una norma práctica de vida. "Pero
~~aM¿~~ ~~l~ica- ~o ?a sido jeto, que, ~osotros sepamos, de mngun
o? ¿por qué llamar a esa unidad de fe «religión», y no llamarla <<ideología» o
. f 1 plenamente satisfactono. francamente «política»?" 5
estudi~ p~t~~~ :~ma un lugar esencial en ~l sistema de nuestro autor, no Gramsci despoja así a la religión de toda característica propia y la re-
· L p áli' · t·o'dicos de las funciOnes concretas de los Estados, duce simplemente a la política. Pero ¿por qué es política la religión? La
a causa de an SIS me 1 1 , .
. , d.e las diferencias que existen entre ta y cua regimeJ1 respuesta nos conduce a lo que constituye el núcleo mismo de la política
de su evo lucion, . · · t todo
olítico -análisis que Gramsci no ha emprendido nunca-, smo an e , . para Gramsci. La religión es política, no por su concepción crítica o acríti-
p d , •tu políti'co de que está invadida su obra. Y este espintu ca del mundo, sino porque cimenta las voluntades en el obrar conforme
a causa e1 espin , ·· ·nau-
. invade su obra es el de la política actual, que el cnt1ca no co~o. 1 a la concepción del mundo de la religión.
q;re . a sino como rebasada por otra más progresista. En .~l l~ polít~ca no Nuestro autor critica la concepción del mundo de la religión, pero se
~:U~~ca inauténtica, es siempre auténtica por su relacwn mmediata Y sirve del modelo de unidad entre teoría y práctica en la religión para defi-
necesaria a la realidad económica subyacente. nir la política. Observa que en el momento en que una concepción se
ha convertido en "religión", es decir, ha suscitado un obrar conforme a esa

1. LAS RELACIONES DE LA POLÍTICA


2. Ms., p. 55.
Gramsci descubre toda la realidad partiendo de la praxis. "Sin la acti- 3. Ms., p. 92.
4. Ms., p. 92.
es idées politiques, PUF, París, 1962, vol. Il, p. 663. 5. Ms., p. 5.
1. J. TOUCHARD, Histoire d
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concepción, se convierte inmediatamente en problema político: el del me- mal Y por consiguiente a su carácter imperativo cuando ellas producen
dio de conservar la unidad ideológica en todo el cuerpo social que por esa normas de conducta. En esas referencias está, por el contrario, contenida
ideología está unido en la acción, en la vida, en la historia. "La fuerza de implícitamente la afirmación de la necesidad de nuevas creencias populares,
las religiones, y sobre todo de la Iglesia católica, ha consistido y consiste es decir, de un nuevo sentido común y en consecuencia de una nueva cul-
en que ellas sienten enérgicamente la necesidad de la unión doctrinal de to- tura y de una nueva filosofía que arraiguen en la conciencia popular con
da la masa «religiosa>> y luchan para que los estratos intelectualmente supe- la misma fuerza Y. el mismo carácter imperativo que las creencias tradi-
riores no se separen de los estratos inferiores. La Iglesia romana ha sido cionales." 8 He ahí el aspecto político del sentido común: unifica las vo-
siempre tenaz en la lucha por impedir que se formen oficialmente dos re- luntades, hace estable y homogénea la vida colectiva, en la acción y en el
ligiones, la de los intelectuales y la de las «almas simples» ... Los jesuitas pensamiento. El sentido común es político justamente en esa fuerza que
. han sido indudablemente los más grandes artífices de ese equilibrio, y tiene de uniformizar el obrar de las voluntades conforme a una norma.
para conservarlo han impreso a la Iglesia un movimiento progresivo que
e) La ideología es una concepción crítica del mundo, de universali-
tiende a dar satisfacción a las exigencias de la ciencia y de la filosofía, pero
dad limitada porque es propia de un grupo social. Si el grupo es domi-
con un ritmo tan lento y tan metódico que las mutaciones no son percibi- nante, la ideología e~ momentáneamente de universalidad ilimitada por-
das por la masa de los «simples», aunque parezcan «revolucionarias» y que puede unificar a todos los miembros de la sociedad. Como un grupo
demagógicas a los integristas." 6
social se hace dominante por el lugar que ocupa en el terreno de la pro-
Modelo de unidad entre teoría y "práctica, la religión es también un ducción, la validez y la eficiencia de la ideología que acompaña al grupo
ejemplo de unidad entre intelectuales y masa. Mantener esta unión por vía están estrechamente ligadas a su disposición económica. Si no, sería una
de autoridad o de persuasión es siempre hacer política, y el éxito de la Igle- ideología no orgánica, arbitraria, racionalista. La ideología tiene una sig-
sia de Roma en esa política ha suscitado frecuentemente la admiración nificación más elevada que la "religión" y el "sentido común", no en cuan-
de nuestro autor, pese a su oposicióp. a la religión como tal y a la manera to realiza una mayor unidad entre teoría y práctica; o entre las diversas
como la Iglesia obtiene la unión entre intelectuales y masa, entre teoría y voluntades individuales, sino en cuanto "concepción del mundo que se
práctica. manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad eco-
b) Gramsci entiende el sentido común como una concepción del mun- nómica, en todas las manifestaciones del a vida intelectual y colectiva". 9
do y una norma de vida conforme a esa concepción. Que el sentido común El aspecto político de la ideología hay que buscarlo en su fuerza de
pueda ser un conglomerado de diversas concepciones, no es cosa que se organizar la vida social en todos sus peldaños. La ideología, si está críti-
haya de considerar aquí. Lo que hay que observar es que el sentido común camente elaborada y sostenida por intelectuales eminentes, llega a tener
se elabora en el contacto directo con la realidad. Por esta adherencia a !a la solidez y la energía de una fuerza material. Ella responde primera-
experiencia empírica, el sentido común es muy superior a la religión. El mente a las necesidades de unificación y de organización de los grupos
sentido común no se deja desviar por reflexiones científicas ni pseudocien- sociales. Cuando una clase se hace dominante, el cometido de la ideología
tíficas. En una serie de juicios, identifica la causa exacta, simple, al alcance es histórico: ella reagrupa a la sociedad en una unidad nacional. Por esta
de la mano. No hay que deducir de ello que el sentido común sea un dato reducción de la ideología a una función _de unidad social, nuestro autor
constante, pues está en devenir histórico. "Por lo demás, «Sentido común» llega fácilmente a identificarla con la política: ella es acto político en el
es un nombre colectivo, como «religión»; no existe más que un solo senti- pleno sentido del término, porque es instrumento de acción, de unifica-
do común, pues también él es un producto y un devenir histórico." 7 No sola- ción, de organización, de dirección social. Si toda ideología es política, la
mente cada época tendrá su propio sentido común, sino que el de cada política, por el contrario, no toda es ideología. :Ésta no agota la riqueza
época será un conjunto de viejo y nuevo, una mezcla de datos de toda es- de aquélla, que en una crisis momentánea de la ideología dominante pue-
pecie: científicos, pseudocientíficos, folklóricos. Así, pues, no se podrá nun- de, mediante el ejercicio de la fuerza física, impedir el ascenso de otras
1, ca tomar el sentido común como prueba de verdad, aunque contenga una ideologías y mantener la organización social existente.
li serie de verdades, porque la ciencia o el devenir histórico pueden siem-
pre matarlo para crear otro.
d) La filosofía es la justificación racional de la realidad. Su univer
salidad se mide por su poder de explicación de lo real, por su capacidad
~
1:
El aspecto político del sentido común no se refiere a la validez de su
contenido, sino a la fuerza que posee de suscitar una acción conforme a su
de elucidar cada elemento de la realidad. Las filosofías del pasado inten-
taron toda esa justificación, pero abstractamente, no realmente. La más
!!1· contenido. "Se halla a menudo en Marx una alusión al sentido común y a la avanzada, la más universal de esas filosofías fue el idealismo alemán. Sin
firmeza de las propias creencias. Pero se trata de una referencia, no a la embargo, pese a su pretensión de realidad, la universalidad de la filosofía
!! validez de contenido de esas creencias, sino precisamente a su robustez for- clásica alemana sigue siendo abstracta. Concretamente, esta filosofía per-
11
tenece a un grupo y no a toda la humanidad. Pese a su proyecto de uni-

11 6. Ms., pp. 7-8. 8. Ms., p. 123.


11 7. Ms., p. S. 9. Ms., p. 7.
·¡
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·! 151
11

11
más ideología. Hacer filosofía des- forma más consumada, no es una filiación directa del liberalismo, y si no
versalidad concreta, s~, hace, ~~da ~~~alíst~ significa para nuestro aut.or ha tenido, incluso en sus orígenes, muy pocas relaciones con la filosofía
filoso ~a de la praxis, relaciones que serían de todos modos extrínsecas y pur~­
Pue's de la especulacion ·'
ulaciOn, realizar1a en
la VI'da hacerla totalmente m-
• . d mente verbales." 13 El liberalismo pretende ser el resultado natural de la
h istorizar esa espec. · d una manera a
bsoluta Ése es el sentido e una
· , 1h e sociedad civil, y que el Estado no intervenga en su reglamentación. En
manente a la histona e . "El moviiniento obrero aleman es e er.-
tesis de las glosas a F~~erb~h. a" El heredero continúa al predecesor,_ realidad, el liberalismo es fruto de un programa de economía política.
dero de la filosofía cla~Ic~ eman". or ue deduce de él una voluntad "Pero como en la realidad efectiva sociedad civil y Estado se identifican,
pero lo continúa "practic~en~e , ~ e~ esa actividad práctica est~ ~on­ hay que convenir en que el sistema del libre cawbio es también una <<re-
activa, transformadora ~el .mun o.~e or otra parte, sólo en la actiVIdad glamentación» que lleva la impronta del Estado, introducida y mantenida
por las leyes y la constricción. Es el producto de una voluntad consciente
tem'do también el .conoclffilento,
. al" qno ' puro
p "esco1ast ..
ICIS mo" · lo de sus propios fines, y no la expresión espontánea, automática, del hecho
ráctica es "conoclffilento re y 1 "m'strumentales" contine la verda-
P La actiVIda . . d prac, t'ca
l de las e ases. l'dad no solamente en I·dea, económico." 1¿
, ntiene la umversa I , . . La negativa de nuestro autor a aceptar la política sindicalista como
dera filosofía, porqu~ . co Por eso la filosofía de la prxus es una
sino dentro de la reahdad concretad. s Es decir que es universal con- arma obrera se inspira en la misma negativa a aceptar el liberalismo co-
., una cultura e masa . '. . ,. mo organizac~ón natural de la sociedad. El sindicalismo, que acepta la
concepcion de masa, fil f' actual por su trabaJO cnticO con
cretamente, y no idealmente. Lafí os'os laque la 'filosofía del pasado, hace organización liberal de la sociedad, acepta también su concepción deter·
miras a JUStl . 'ficar esta filoso a, ma d . la universalidad . concret a. .....
í a minista de la historia. La teoría sindical sostiene los principios liberales
,. R aliza la filosofía, es ecir, . y no se propone nunca derribar la base de la organización liberal de la
obra pohtica. : "' . . " o uede ser considerada smo como ac-
actividad del filosofo mdiVIdual n, pf "' dividuo" no es directamente vida social.
io político. 11 Es cierto que el filo_so ~ m organizador de una universa- El economismo se presenta también en otras fonnas, tales como la
político, no es inmediatame~~e re~:au~rsk su elaboración intelectual y del abstencionismo electoral o la de la revolución permanente, cuya ca·
racterística fundamental es siempre la misma: el abandono de la organi-
lidad concreta. Pero .
es pohtico_ p q
lid d la masa no sa
bn'a actuar unitariamente, la
E .zación de la vida social a unas fuerzas que la sociedad no tendría el poder
crítica de la umversa a , , ca a ser un hecho político real. n
universalidad concreta no l~egana ~~ a De otra parte, la política es ~­ de controlar y de organizar.
conclusión, pues: la filosof~a es po 1 IC ll es lo que realiza la universah- Sin caer en un puro voluntarismo, pero afirmando que estructura y
losofía en un sentido supenor, porque e at ducción del término filósofo superestructura forman un "bloque histórico", Gramsci observa que el
Hay por tanto, una ra ,. h filo grupo dominante, estimulado por su prestigio económico, conquista pa-
dad de la fil osofí a. ' , f El 0 lít¡'co haciendo pohtica, ace -
a político, y d e1 ~~ lClíf o a filoso l . Revolución rusa fueron aconteclffilent os
o P • · · • ralelamente un prestigio cultural y político de organización de toda la vi-
sofía. La RevoluciOn frances:" y e:lizada es filosofía. De otra parte, el fi- da social, incluida la vida económica. En otros términos: si el prestigio
metafísicos: toda hege~oma r l'f . Hegel puede ser considerado co- político con el cual el grupo dominante organiza el conjunto de las rela-
lósofo, haciendo filosofía, hace po :sl~~erales del siglo XIX. 12 ciones sociales tiene un fundamento económico, no está subordinado a la
mo el precursor de las rev~lucwn , tá li ada al máximo de acciól}. Por economía. "Es una actitud por lo menos extraña la del economismo res-
La filosofía, más que la :de_olog¡ca~:smir~ a organizarla y a elevarla a pecto a las expresiones de la voluntad, de la acción y de la iniciativa po-
esta incidencia sobre la practlc~, di .d y al grupo para alcanzar a toda líticas e intelectuales: las considera como si no fuesen una emanación
una universalidad que rebase al m VI, ~o orgánica de necesidades económicas e incluso la única expresión eficaz de
. 1 fil fí se hace pohtica. la economía." 15 "La política, de hecho, es, en cada momento dado, el re-
la humamdad, a os?, ~, l 'fi de Gramsci no tenía otro objetivo que
e) La "especulaci,ond filoso ~a física idealista y materialista. Pues, se·
flejo de las tendencias de desarrollo de la estructura, tendencias de Ias
el de liberar la filo~~fía e a me ~~a inter retación determinada y me- que no se puede decir que necesariamente hayan de confirmarse." 16 La
dirección política organizadora de la sociedad, sin su sustrato económico
gu,n él ' toda metafísica conduce a
hi t · En una concepcwn
. , pmetafísica de la realidad, la
,. es ilusoria e ineficaz; pero la hegemonía económica por sí sola, sin la he-
~anicista. de la s o_na., de un modo automático. La acción política e_s-
vida socml se orga~ana asividad dado que el hombre se creena gemonía política, está ciega, no organiza la vida, no hace historia. "Hay
taría entonces reducida a la p , t ol Nuestro autor compara el que recordar al mismo tiempo la afirmación de Engels según la cual la
juguete de fuerzas que escapan a ~u con ~e. determinismo, que explican economía no es, en último análisis, sino el resorte de la historia ... afir-
economismo y las otras -~armas. ~o o~n::as leyes válidas desde siempre, mación que es necesario unir directamente al pasaje del prefacio a la
la organiza?ió?- de l_a VI la "sPocm s~ ha~' que ver si el economismo, en su
con el moVImiento libera . or e J
13. M., p. 29.
14. M., p. 30.
10. Ms., p. 232. 15. M., p. 30.
11. Cfr. Ms., pp. 232-233. 16. Ms., p. 97.
12. Cfr. Ms., p. 45.
153
152
la economía política en el que se dice que en el terreno de las . .gJ ~ reducción de todas las ciencias a la política es una consecuen-
ideologías es donde los hombres se hacen conscientes de los conflictos cia. mmediata de la reducción de toda la realidad a la historia d 1 hi _
que se manifiestan en el mundo económico." 17 tona a la. política.
. La política
. ' entonces , llega a ser tamb" y ec1encra,
ren una .a , · s
Si el economismo valora de vez en cuando la acción política, ésta pero la crencia por excelencia, porque conoce y crea la historia. En tanto
no es nunca considerada como autónoma, sino que permanece subordi- e? cuanto conoce la historia, la política es ciencia de la historia 0 ideolo-
nada siempre a la infalibilidad del proceso económico, el cual, y sólo él, ~a. E~ tanto ~n cuanto es creadora de la historia, es ideología, pero
conduce inexorablemente a la destrucción y la construcción de todo siste- 1deologra q~e tie~de, a. co~vertirse en filosofía por el hecho de que realiza
ma de vida social. Pero ·como la vida social no está determinada automá- ca~ ~ez mas la dialectica mmanente de la praxis, la unión de la teoría y la
ticamente por la economía, el economismo, pese a su pretensión del má- practrca.
ximo de eficacia, se revela de hecho como el má:timo de ineficacia y de El pensamiento que no está unido a la práctica, la ciencia que no
pasividad. transforma el mundo es ideologismo querido, creación arbitraria de la vo-
En conclusión: si nuestro autor pone la política en estrecha rela- ~~~d. de un individuo. Toda ciencia es el producto de la voluntad y de la
ción con la economía, de otra parte la afirma vigorosamente como autó- llll~Iatrv~ ~el ~~mbre. ¿Pero de qué voluntad? De una voluntad que rebasa
noma, liberada del determinismo y elevada al rango de acto humano li- el mteres mdi~dual. En ese rebasamiento se hace racional y útil a los'
bre y consciente. hombres. La c~encia es así creación del hombre por el hombre; creación
f) Después de haber visto suce'sivamente la relación· de la política d~l hombre, ~Iversal. ¿No es la ciencia misma "actividad política y pensa-
con la "religión", con la ideología, con la filosofía, con la economía, es fácil n:rento polítrco, en tanto en cuanto transforma a los hombres, los hace
de comprender la identificación que hace Gramsci de la historia y de la po- diferentes de lo que eran antes?" 1•
lítica. Mediante la política es como estructura y superestructura crean la . . ~ramsci es llevad? así a hacer una crítica severa contra la manera po-
historia. La acción política es toda la historia, porque al hacer el presente S~tivrsta ?e h~cer las cr:ncias en general y sobre todo las ciencias sociales. <o
debe necesariamente interpretar el pasado y preparar el porvenir. Se Una socw!ogra concebid~. según los cánones del positivismo significa la
pone el acento sobre la "acción", que es más que la economía y más que muerte mrsma de la polítrca. Pues tal sociología trata la sociedad de los
Ja filosofía (ideología), pero que en un sentido dialéctico crea a la una hombres como si fuese una sociedad de cosas. "Hay que observar que la
y a la otra, es decir, hace historia. "Si lo político es algo histórico, lo histó- acc~ó? política ti~nde precisamente a hacer que las masas salgan de su
rico es algo político, y en ese sentido la historia es siempre historia contem- pasrvrdad, es decir, a. destruir la ley de los grandes números. ¿Cómo se
poránea, es decir, algo político."n Es necesario que haya hombres para que p~ede, ~ntonces,_ ~on~Ide:~r es?' ley como una ley sociológica? Si se refle-
haya historia, y hombres que actúen los unos sobre los otros, sin lo cual no XIOna bren, la rervmd1cacwn mrsma de la economía según un plan esto es
hay historia sino autobiografía. Ahora bien, la acción de los hombres sobre de una economía dirigida, está destinada a romper la estadística' tomad;
los hombres es precisamente la política. Esa acción, aunque sea hecha en en el sentido mecánico." '
un momento presente, es una determinación del pasado porque no es un En cuanto a la ciencia misma, que de entrada parecería presentarse
:recién nacido sin padres. Y es también determinante para el porvenir co~o una pura noción objetiva, traductora de un mecanismo situado más
por el proyecto que trata de realizar. Así es como la política es toda la a~a ~e la voluntad del hombre, nuestro autor quiere que todo ese mundo
historia. Una acción que no es política no es histórica, no es nada, puesto Científico sea engendrado y desarrollado por la intervención creadora del
que la historia es la única realidad. hombre. No una acción de taumaturgo o de bruJ· o sino una acción políti-
Una vez reducidas la realidad a la historia y la historia a la política, ca. "Por9-ue ob rar es sre?Ipre
· obrar políticamente."' 21 Las ciencias, en la
las "pequeñas historias", las historias particulares como la del arte, la de perspectiva de la filosofía de la praxis, no describen la realidad de un
la literatura, la del derecho, etc., no escapan al influjo de la acción políti- mun~o objetivo ~ituado más allá del hombre y de su historia. Eso equi-
ca. Las demás historias que se ocupan de objetos que no son históric.:>s valdría a concebirlas como esencias fetichistas y naturalistas Para nues-
en sí mis~os -como, por ejemplo, de un teorema matemático- no esca- tro autor, "la ciencia, pese a todos los esfuerzos de los sabio~, no se pre-
pan tampoco a la política. Pese,a su intemporalidad, los objetos de esas senta nunca como una puta noción objetiva" es "una superestructura
una ideología" • Las ciencias no son sino part~s de una cierta totalidad'
22
historias no son reales sino en la medida en que han sido recibidos por
hombres, les han ayudado a actuar los unos sobre los otros, a modificar d.e un~. ci~rt~ t~;na de c?nciencia del hombre. Su objetividad no provien~
su modo de pensar y de obrar. Eso también es del dominio político. d~ ~ Ob]etrvo dado, smo de un subjetivo creado. La objetividad de las
Por esta inserción en la historia, no para perderse en ella sino para c1encras se mide por la "función" que ocupan en la unificación del género
crearla y dirigirla, la política aparece como la más noble y más rica activi-
dad del hombre, porque es actividad creadora de todo saber y obrar. 19. M., p. 90.
20. Cfr. Ms., pp. 126-128.
17. M., p. 32. 21. Ms., p. 6
18. Ms., pp. 217-218. 22. Cfr. Ms., p. 56.

154 155
políti~a se aproxima a la diplomacia, que se propone la solución de las
la creación de la historia. La "racionalidad científica" de las cuestiOnes que na~en en el interior de un equilibrio existente sin pensar
h·umano,
· esenJ·uzaada desde una cierta toma d e conciencia . . d e1 h omb re que
en rebasarlo mediante otro que llegue a crear relaciones radicalmente
ciencias acer su historia, alcanzar una cierta uruversal'd
"' · · 1 a
d soci'al . "El
de h nuevas.
nreten 'd 1 · · t o es rea1
h~ omb re e onoce obj' etivamente en la medi a en que e conocliD!en
.
l género humano histórzcamente unifi.cad o en un siS· t ema cu1....
•el-
. , b) "La gran política comprende las cuestiones ligadas a la funda-
Cion de ~~evos Estados y a la política de destrucción, de defensa y de
para t odo e . . .
'tario." 23 Para nuestro autor, la ciencia no es ntmca un puro conocr- conservacwn de estructuras orgánicas económico-sociales determinadas." z1
1
rauru
miento abstracto, sino siempre hió' st ~co,. un co~oc~en . . t o ~ue ayu d a ~1
La peque_ñ~ política, cabría decir, se esfuerza en conservar, en tanto que la
h bre a comprender y a hacer la histona; la crencm es as1 enfocada di- gran política se esfuerza en rebasar. Esta última es la dialéctica en mar-
re0:amente en función d elbombre•. y m~s prec~sa~~nte del h?mbr_e, político cha,_ la antítesis que destruye la tesis. Dicho en concreto: un Estado que
busca la realización y la racronalidad histonca, la unificacron de la sustituye a otro Estado, un humanismo a otro humanismo cada vez
que anidad. "Maquiavelo lo conduce todo a la política." u Así es como
h um más universal que los precedentes. La gran política de la fil~sofía de la
Gramsci reduce todo el saber a 1a polí' trca. praxis está guiada por las miras de una universalidad humana concreta
que se realiza en diversos planos y grados, pero que sustancialmente se
cumple en la medida en que es instaurada una unificación económica del
2. UNA POLÍTICA DEL "DEBER SER" pl~~ta po~ la abolición de la explotación del hombre por el hombre. La
política, onentada así por una intención, tiene su moral propia.
Cabría inclinarse a creer que la política de Gramsci, por estar toda
ella sumergida en la historia, necesariamente sería positivista y apuntaría e) La a~ción de ~a gran política es medida según un modelo no opues-
t~ a lo real smo extrardo de lo real, construido en contacto con la experien-
al ser "efectivo". Pero no: ya en otros diversos pasajes de nuestra diser-
tación se ha visto que la filosofía de 1a praxis considera la historia como Cia concreta. Un recurso a la moral idealista puede ayudar a comprender
una realidad por crear, más que como una realidad creada. Aquí se procu· la moral del deber ser de la filosofía de la praxis. En la filosofía idealista
rará, primeramente, indicar en c;oncreto el ser que la política se p~opo~e la acción del hombre es gobernada por una visión de totalidad y de univer~
sali?~d que está en el extremo de la historia. La moral del imperativo ca-
llevar a cabo, para venir, despues, al problema del deber ser. La histona
es una, porque es una presencia, pero una presencia desdobla~a, como l?s tegonco que de ello se desprende conserva siempre una validez universal
brazos de una cruz, uno mirando al pasado y el otro al porvemr; y lo mis- porque está desembarazada de las condiciones históricas cambiantes. Por
~tra parte, el imperativo categórico es situado en el interior del hombre.
mo la política. En consecuencia, puede haber dos políticas: la del presente
pasado y la del presente por venir. Gramsci llama a la primera pequeña El pone en marcha· una acción transformadora, revolucionaria no en rela-
política, y a la segunda gran política. La política ~e la filosofía de la praxis ción. a 1~ realidad exterior, sino en relaCión a la realidad ~terior, ¡a la¡
concrencm personal. ·
es gran política; se propone crear una nueva realrdad, llevar a cabo el ser
rebasando el ser objetivo dado. He ahí lo que justifica el nombre que Heredera del idealismo, la filosofía de la praxis tiene también una vi-
sión totalizadora de la historia. Pero ésta no es todavía es in fieri y la mo-
nuestro autor da a la política: política del deber ser.
a) La pequeña política comprende las cuestiones parciales. cot~dia­ ral del imperativo categórico que de ello se despren'de consist~ precisa-
mente en luchar para crear concretamente esa realidad totalizadora de la
nas política al día, política parlamentaria, de colores, de· intrigas entre
historia. Por otra parte, aquí, el imperativo categórico apunta a poner en
]as 'diversas facciones de una misma clase establecida en el poder. La pe-
marcha una lucha, una acción revolucionaria, no para modificar al hom-
aueña política se desenvuelve en el interior de una estructura ya consoli-
bre en su conciencia personal, sino para transformar las relaciones socia-
dada, y es esencialmente ~olítica de eq~brio, de conservación d~ una ,s~­
les. A medida que. las relaciones sociales se igualan, se hacen más universa-
tuación cualquiera, por rmserable que esta pueda ser. Esta pequena políti-
les, el hombre realiza la universalidad de la historia y su propia univer-
ca puede psicológicamente convertirse en gran política si la clase dirigente
salidad. · ·
logra atraer la atenciÓJ;J. ~~ la nación sobre ~os pequeños p:oblemas. :'Es
La lucha social es un hecho. Los grupos se enfrentan. Cada uno se
por consiguiente gran política tratar de_ exclurr la gran p~lítica ~~1 r~cmto
interior de la vida del Estado y reducrrlo todo a pequena política.
25
El cree en su der~cho. ¿Cómo cabe juzgar acerca de la equidad y la justicia
26 de ~a lucha, SI no hay un modelo a priori de justicia y equidad al que
ejemplo alegado por Gramsci es el del ministerio Giolitti. La pequeña
refenrse? Nuestro. autor parte de este principio concreto: las relaciones
sociales deben evol_ucionar hacia una universalidad cada vez mayor. Por
23. Ms., p. 142. tanto, el grupo social portador de una mayor universalidad es el que de-
24. M., p. 90. t~nta la razón "moral" de la lucha. "Ahora bien, precisamente, en un con-
25. M., p. 141. flicto, lo que hay que evaluar no son las cosas como son, sino el fin que
26. Giovanni GroLITTI (1842-1928) fue un hombre de Estado, de orientación libe-
ral cinco veces ministro de Gobierno. En su último ministerio (1920-1921) se esforzó
en' moderar la acción de los socialistas con una táctica de contemporización. Esta
«pequeña política» de Giolitti fue, efectivamente, a lo_s ojos . d: Gramsci, una «gran 27. M., p. 141.
política», pues impidió la realización de la gran política soctahsta.
15'7
156
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las partes en conflicto se proponen." 23 Siendo_ ~s~ que esa unive~salida~ valor? La apelación a la revolución, a un nuevo orden no podr1·a se · t.
no existe todavía, sino que debe ser creada, el JUICIO acerca de la morali- ficada po · · b' · • r JUSI-
. r _una Ciencia o Jetiva, pues ésta no permite ninguna concl · ·
dad" de la lucha no puede ser sino político. Es la polí!i~a _lo que j_n::ga :n rmperativo. De pr_e;IDisas ~n indicativo, decía Poincaré, no se podrí:s~~
acerca del fin y de las condiciones para alcanzarlo. S1 el ]lllClO es positivo, car runguna conclus10n en rmperativo.
la lucha es moral. "Un conflicto es «inmoral» en tanto en cuanto aleja del . _Pero si _se interpreta la obra de Marx según un riguroso método dia-
fin 0 no crea· las condiciones que acercan al fin (es decir, no crea medios lectico, negandose a separar las constataciones de hecho y los juicios de
más adaptados a la realización del fin), pero no es «inmoral» del hecho de valor, entonces ser Y deber ser se hallan inextricablemente unidos y en
otros puntos de vista moralistas." 29 con~e~~encia la cuesti?n ~e saber si la revolución socialista se ~da en
La fuente de una moral política son esas condiciones reales. Si esas los JUICI?s de hecho (ciencias) o en los juicios de valor (ética) no se pl _
condiciones favorecen la realización concreta de una universalidad mayor, t~a. Segun Goldmann, 32 las discusiones a las que fue arra~trado el m:
entonces la revolución que destruye las relaciones que mantenían una uni- X!sm? "~rtod~x~" (Kautsky, Plekhanov), 33 que ha creado el dualismo en~
versalidad limitada se convierte en un imperativo categórico. Por el con- tre .c1er;cm obJetiva y éti~a (políti~a o práctica) en el pensamiento de Marx,
trario, la lucha es "inmoral" si esas condiciones no existen. El deber ser est~ ligadas al pensamiento occidental no socialista de la segunda mitad
que gobierna esa lucha no es el de la moral tradicional concebida como el del s_Iglo XIX. La filosofía universitaria de finales del siglo xrx había "vuelto
bien de la persona que se cumple por la acción interior y exterior seg(m a la .I~e~ de una separación radical entre los juicios de hecho (ciencias) y
un modelo superior eterno. Para nuestro autor, el deber ser que gobierna lo~ _JUICIOS de valor". Los marxistas de la época fueron así llevados a ad-
la acción política es enteramente in fieri, y está basado en las relaciones ~tlr que la o~~ _de Marx contenía una ciencia objetiva, distinta y sepa-
sociales exteriores al hombre. Y por tanto, el juicio moral de ese deber ser
no puede ser sino político.
Si esa política que consiste en querer realizar una universalidad que
:1 Iable. de todo JUI':IO _d~ valor. Bajo la influencia del cientifismo de finales
~Ig!o xrx Y pnncipiOs del xx, el marxismo se alejó así de la tradición
alectlca del pensamiento clásico alemán de Kant, Hegel y Marx.
está todavía más allá de la historia actual merece que se la llame una po- J?e a_tenerse a la opinión de Goldmann, la obra de Lukács Historia v
lítica del deber ser, ¿cómo va a justificarse ese deber ser? Esta cuestión conczencza de clase (1923) fue la que denunció la no le<Titmu''d d d •
5e plantea no solamente a la filosofía de la praxis de nuestro autor, sino P aracwn .. t · · · .,. a e una se-
en re .JU:CI<? de ,~echo y juicio de valor, adoptando un método ri-
también primeramente al pensamiento de Marx. El problema no es nuevo. gurosamente dialect1co. El conocimiento de la vida soci'al e hi s t'onca
· no
"S • · · • .
Ha sido tratado frecuentemente por especialistas del pensamiento de ~- czencza smo c~n~~encza, aunque deba evidentemente tender a obtener un
1 1
Marx. "El problema de la existencia de una «ética» y de una «sociología» • g~r. Y una pr~ctsz_on comparables a las que alcanzan en el uso de la ob-
marxistas, o en una formulación más general, el problema de las relacio- ¡etzvzdad Zas. ~z~nczas de la naturaleza. Toda separación de los juicios de
nes entre los juicios de hecho y los juicios de valor, en el pensamiento dia- h_echo Y los ~Ul~IOs de_ valor, y, correlativamente, toda separación de lo teó-
léctico en general y en la obra de Marx en particular, está lejos de ser nue- r:co Y. lo practico es rrreal~able cuando se trata de la comprensión de la
vo. Entre los años 1904 y 1930 ha sido objeto, en la literatura marxista, de ~distor;~· Y por lo tanto su srmple afirmación tiene ya, como tal un carácter
una discusión larga y profunda en la que hc.m participado los principales 1 eolog¡co y deformante." 3 ' '

teóricos de las diferentes corrientes, en especial Karl Vorllinder, Karl La P_osición. de Gran:sc_i no difie.re apenas de la de Lukács. Aunque él
Kautsky, Adler y Georg Lukács, discusión que se ha desarrollado a través · h~ya temdo algun conocmuento del pensamiento de este .último as es ,
de numerosos artículos y un gran número de obras de una envergadura bien a través de la dialéctica de la filosofía de los distintos de C~oce e=~
científica." 30 ~~e~tro. autor rebasa el pretendido dualismo del pensamiento marxista
Los resultados de estos diferentes estudios son muy desiguales. Si se ~H~ntifismo ~ue dominaba a Europa en los comienzos del siglo xx cediÓ
ve en la obra de Marx una dualidad entre una "sociología científica" y una e! ~ItiO en Italia al historicismo croceano. Croce fue un pensador antiposi-
"ética revolucionario", como sugiere Maximien Rubel, 31 entonces el mar- tlVIsta y desarrolló una dialéctica que, en principio ya lo hemos visto
xismo se halla ante un problema que permanece insoluble en el interior tendía rebasar todos los dualismos del pensamie~to metafísico y ~i~~~~
de su propio marco: en nombre de una ciencia objetiva, la economía, Marx
apela a la lucha de clases, a la revolución, para cambiar una situación so-
cial dada. Ahora bien, ¿cómo hacer que de una simple constatación cien-
tífica surja un deber ser? ¿Cómo se puede justificar, desde el punto de vis-
ta del pensamiento lógico, el paso de un juicio de hecho a un juicio de

28. M., p. 142.


29. M., p. 143.
30. L. GoLDMANN, Recherches dialectiques, VI' éd. Gallimard, París, 1959, .P· 280.
31. M. RUBEL, Karl Marx, Maree! Riviere, París, 1957.

158
159
fista para llegar a un historicismo absoluto. La dialéctica de Croce, aunque ría y práctica, ciencia y conciencia. Por eso él prosigue afirmando que "si
no sea enteramente fiel al puro hegelianismo, ayudó al joven pensador las condiciones existen, la solución de las tareas llega a ser un «deber»
marxista Gramsci a concebir siempre la realidad como una unidad históri- la «voluntad>> llega a ser libre". 3 7 '

ca y dialéctica. Tamburrano, interpretando este texto según una gnoseología causati-'


Gramsci pretendía precisamente, con su Anti-Croce, perfeccionar el va, afirma que Gramsci evita tratar este problema: cómo pasar de una de-
hlstoricis.mo croceano, que lé parecía una metafísica prudentemente dis- mostración científica de la existencia de condiciones al deber de cambiar
frazada bajo el lenguaje de la filosofía del espíritu. Él descubría el dualis- esas condiciones mediante la voluntad, que al mismo tiempo llega a ser
mo .del pensamiento de Croce en el hecho de que este último no llegaba libre. 33 En la gnoseología dialéctica de nuestro autor, la preocupación
a identificar filosofía, política e historia. "La proposición que dice que de fundar una ciencia objetiva no existe. El texto citado más arriba no de-
el proletariado alemán es el heredero de la filosofía clásica alemana con- be ser interpretado, pues, según el método empírico empleado por el fí-
tiene justamente la identidad entre historia y filosofía. Y lo mismo la pro- sico, el químico, el biólogo. En efecto, el método dialéctico no admite
posición que dice que los filósofos no han hecho hasta ahora otra cosa que separación entre juicio de constatación y juicio de valor. ·
explicar el mundo y que de lo que se trata es de transformarlo. La própo- Enteramente distinta es la cuestión de la validez de semejante méto-
sición de Crece que afirma la· identidad de la historia y la filosofía es la do. Desde un punto de vista teórico, el método dialéctico queda como sim-
más rica en consecuencias críticas. l. Está mutilada si no llega a la iden- ple hipótesis; desde un punto de vista práctico, no pone a quienes lo pro-
tidad de la hlstoria y la política( ... ) y·2: Por consiguiente, del mismo mo- fesan al abrigo de lo arbitrario, pues en nombre de la exigencia de un dato
do, a la identificación de la política y la filosofía." 36 histórico (razón de Estado, nación) se pueden practicar, y de hecho se han
Esta identificación entre la política, la filosofía y la hlstoria afirma la practicado, políticas antihumanas severamente condenadas después (na-
unidad absoluta de la realidad. Aunque esa realidad esté compuesta de zismo, stalinismo) por la conciencia humana. Se puede decir, por tanto,
elementos constitutivos diferentes (los "distintos" en la terminología de que la práctka basada en el pensamiento dialéctico no, está siempre exen-
Croce), la identificación entre filosofía y política que examina la filosofía ta de un cierto maquiavelismo.
de la praxis niega la primacía a uno u otro de ellos en relación a los de-
más. Así, cuando nuestro autor habla del educador que tiene necesidad
de ser educado por el ambiente, y afirma por otra parte que el educador 3. EL TÉRMINO "TEORÍA POLÍTICA" ·
debe educar al ambiente, no hay que ver en ello un dualismo, pues éste
es rebasado siempre por la circularidad· de la dialéctica de los distintos. El título que encabeza nuestro trabajo, "la teoría política de AntoPio
Acaso pudiera decirse que la perspectiva moral es remplazada en Gramsci", no debe conducir al lector a esperar una exposición sistemáti-
Gramsci por una perspectiva histórica, por la visión de una historia en ca de las ideas políticas ni a reunir unos conocimientos a manera de rece-
parte hecha y en parte por hacer. La idea que estaría en la base de tal tas de fácil aplicación en el orden práctico. La expresión "teoría política"
perspectiva histórica es la de la totalidad o la universalidad de la historia que hemos escogido para indicar el pensamiento político de Gramsci me-
misma. En efecto, la historia se revela como un progreso hacia el reino de rece una breve justificación. Primeramente, la palabra "teoría" es la que
la libertad (Kant, Hegel, Marx). Para Gramsci, ese progreso es inevitable, parece traducir mejor las ideas políticas de nuestro autor, si se las entien-
pero un "inevitable" que incluye la acción consciente del hombre. de en un sentido ni demasiado abstracto ni demasiado empírico. El tér-
Los valores que constituyen ese progreso son inmanentes a la historia mino "teoría" pretende aquí determinar las características mayores par-
misma. Esta afirmación está justificada en el pensamiento idealista por tiendo de las cuales puede ser comprendida y dirigida la lógica interna de
el postulado de la identidad del objeto y el sujeto, y en la filosofía de Gram- la realidad, según Gramsci. No pretendemos justificar la conveniencia del
sci más exactamente por la identidad entre la filosofía y la política. No empleo deJa expresión "teoría política" con preferencia a otra. Eso condu-
hay objeto que no sea también inmediatamente conciencia. Entendiendo ciría a emprender una crítica del lenguaje científico que escapa a nuestro
.así el pensamiento de Gramsci es como se comprende por qué él cita propósito. Sin embargo, advertimos que si hubiese una expresión equiva-
tan a menudo la célebre afirmación de Marx: "La humanidad nunca se lente á. "teoría política", apta para traducir el pensamiento de nuestro
plantea sino problemas que puede resolver, pues, visto de más cerca, siem- autor de una manera quizá más eficaz, esa expresión sería la de "tipología
pre se hallará que el problema mismo no surge sino allí donde las condi- de la acción política".
ciones materiales para resolverlo existen ya, o al menos están en vías de En una y otra de esas expresiones, sin embargo, la palabra más im-
llegar a existir." Esta afirmación de Marx, invocada por Gramsci, sólo pue· portante es la segunda: "política" o "acción política". Ahora bien, como
de ser interpretada en el método dialéctico de su filosofía de la praxis, que no hay política pura ni acción política desencarnada, tampoco hay teoría
pretende. rebasar la dualidad entre objeto y sujeto, filosofía y política, teo- política válida eternamente para cualquier momento histórico y para cual-

36. Ms., p. 217. Para la relación entre filosofía e historia en el' pensamiento de 37. Ms., p. 98.
Gramsci, cfr. más abajo La metodología de la filosofía de la praxis, pp. 221 ss. 38. G. TAMBURR~NO, Antonio Gramsci, cit., p. 221.

160 161
11
quier sociedad. La teoría política de nuestro autor ha salido toda ella de
la sociedad occidental, o, más exactamente, de la sociedad italiana. Por tan- II. Los agentes de la
to, sólo en estas sociedades halla su plena aplicación. Gramsci ha estudia-
do la sociedad occidental italiana. Y partiendo de ese estudio construye teoría política
una teoría política justificada por el obrar mismo de esa sociedad. El
término "teoría", en ese contexto, no puede ser entendido, pues, en un sen-
tido idealista: contiene el peso, el espesor de la práctica de los hombres,
práctica siempre política, como ya hemos visto. Así es como en la expre-
sión "teoría política", el término "política" es más importante que el de
"teoría".
No obstante, la palabra "teoría" tiene también una función irrempla-
zable. Una vez establecida, la teoría guía y gobierna la práctica, sin ser,
empero, concebida como un arquetipo al que debería conformarse la ac-
ción. "Si se plantea el problema de identificación entre teoría y práctica, Cada época tuvo sus protagonistas, un grupo social dominante que
se plantea en este sentido: construir sobre tal práctica determinada una h_acía la historia, una historia limitada porque los otros grtlpos no parti-
teoría que, aun cuando coincida con los elementos de la práctica y se iden- Cipaban en ella conscientemente. Ciertamente que esos otros grupos no
tifique con ellos, acelere el proceso histórico en acto, con el fin de hacer estaban _r:ducidos al estado de cosas. Eran conducidos y educados por el
la práctica más homogénea, más coherente, más eficaz en todos sus ele- grupo dmgente y así tomaban conciencia de su situación subordinada
mentos, dándole una fuerza máxima. O bien, dada tal posición teórica, haciéndose, a través de ese aprendizaje histórico, la antítesis de la tesis:
organizar el elemento práctico indispensable para su utilización." 39 La El grupo social que ha llegado a ser antítesis del grupo dominante -es
teoría es válida en la medida en que viene de la práctica y va a la práctica. decir, de la tesis- no tiende a destruir a este grupo, sino a sustituirlo,
Es decir, que para comprender la teoría no basta la reflexión "intelectua- a suprimirlo como grupo dirigente rebasado por las fuerzas progre-
lista": la voluntad actuante es también esclaredente: "Hay que evitar que sistas de la historia. Así, el esclavo fue la antítesis del amo, el siervo del
la cuestión se plantee en términos «intelectualistas» y no histórico-políti- noble feudal, y actualmente el proletario del capitalista.
cos. Que la «claridad» intelectual de los términos de la lucha sea indispen- Al proletariado le está reservada la realización de la universalidad
sable, es cierto. Pero esa claridad es un valor político en la medida en que totalizadora -~e la historia. De alú proviene la pretensión de este grupo,
se hace pasión expansiva y en que es la condición primera de una fuerte de esta porcwn de la humanidad, de afirmarse como el total (¿en el sen-
volutad." ~u tido de que, más allá del horizonte de ese total, no hay nadan Esa pre-
Más que de definir las acciones, la teoría política de Gramsci se preo- tensión proviene de los principios mismos de la tesis (la burguesía), que
cupa de seguir la acción en su marcha dialéctica. No hay que esperar ha dado nacimiento a esa antítesis (el proletariado). La burguesía tenía
que cuando se institucionalice en forma de Estado, de partido, de socie- unos principios teóricamente universales. Si hubiese realizado esos prin-
dad civil, etc., pueda ser aprehendida entonces en unas categorías intelec- cipios prácticamente, la antítesis no habría nacido. Ahora bien, la antítesis
tuales bien _definidas. En una concepción dialéctica de la historia no hay ha nacido para realizar de una manera concreta los principios univer-
nada cumphdo, nada fijo, nada delimitado: todo está en movimiento, todo sales de la burguesía, contenidos en la filosofía clásica alemana, la políti-
está en interacción. Si cada elemento de la realidad es cambiante y mó- ca francesa y la economía clásica inglesa. Cuando sea realizada esa uni-
vil, si está en perpetua interacción dialéctica, entonces el pensamiento versalidad, entonces cesará el movimiento dialéctico de la historia por la
que se propone definir esa realidad debe hacer todo lo posible para que supresión de las contradicciones.
cada noción sea tan móvil, tan dialéctica, como los elementos correspon- No obstante, nuestro autor, como ya se ha advertido (pp. 130 ss. ) no
dientes de la realidad. utiliza_ el término "prolet~riad?" para designar el grupo social port~dor
y realizador de la filosofía universal concreta. Emplea los conceptos de
"clases subordinadas", "clases intrumentales" o simplemente "masa popu-
lar", que son más vagos y más amplios que ef de proletariado tomado en
su sentido estricto.

1. LAS CLASES SUBORDINADAS


1
Gramsci no nos da una historia de las clases subordinadas. Es im-
39. Ms., pp. 38-39. posible, dice él, pues no tienen historia propia. Siempre han sido conduci-
40. M., p. 72. 1
das por clases dominantes. :Éstas, a través del Estado, las han asociado
,162
16.3
a su propia historia, civil y política. "Las_ clases subordinadas no están t~ri~ de la _Revolución francesa hasta 1831 al menos). Todo vestigio de ini-
unificadas por definición, y no pueden unificarse en tanto en cuanto no Ciativa por parte de los grupos subordinados debería ser, por esta razón,
pueden llegar a ser «Estado»: su ~s.toria,_ por tanto, es~á ent;elazada a de un valor inestimable para el historiador que quiere ver la historia de
la de la sociedad civil. Es una func10n _«disgregada» y discontmua de la modo completo. De ahí resulta que tal historia no puede ser tratada sino
historia de la sociedad civil, y, por lo mismo, de la historia de los Estados por monografías, y que cada monografía exige tma acumulación muy oran-
o de grupos de Estados." 1 de de materiales difíciles de recoger." 2 "'
Si nuestro autor no nos ha dado una historia de las clases subordina- Si los grupos subordinados no tienen historia autónoma, se puede de-
das, sí nos ha dejado unas notas que pueden ayudar a trazar un croquis cir, sin embargo, que tienen una historia "disminuida", vivida paralelamen-
de esa historia. te a la de los grupos dominantes. En los mundos clásico y medieval, algunos
Hacer la historia de esas clases no significa enumerar las realizacio- grupos subordinados tenían su propia vida, con instituciones propias. "El
nes que ellas no hail. llevado a cabo. Las realizaciones históricas estuvie- único grupo privado de toda 11ida colectiva organizada propia era el de los
ron siempre inspiradas y guiadas por las clases dominantes. Se trata más esclavos (y de los proletarios no esclavos) en el mundo clásico. También
bien de caracterizar esas clases en sus rasgos fundamentales. el de los proletarios, tanto de los siervos de la gleba como de los colonos,
La aparición, la formación, la permanencia de los grupos subordina- en el mundo medieval."• En Roma, la clase dominante incluso tenía interés
do's están ligadas al mundo de la producción económica. Ahora bien, ese en no permitir a los esclavos darse a conocer públicamente como escla-
mundo está en movimiento progresivo, érea constantemente nuevas cla- vos. "En Roma, los esclavos no podían ser reconocidos exteriormente co-
ses y suprime otras. El mundo de la producción económica no fue nunca mo tales. Cuando un senador propuso en una ocasión que a los esclavos
estacionario, sino progresivo. Por la economía clásica liberal llegó a una les fuese dado un hábito que los distinguiese, el Senado se opuso a esa pro-
universalidad comparable a la de la filosofía clásica alemana. El movi- posición por temor de que los esclavos se hiciesen peligrosos si podían dar-
miento progresivo de la economía es, pues, el movimiento de emancipa- se cuenta de su gran número." 4
ción de las clases subordinadas. Si, en la Roma antigua, como a todo lo largo de la Edad Media, se
Nuestro autor diseña en algunas notas el movimiento de emancipa- puede, dice Gramsci, trazar una historia de los grupos subordinados para-
ción y de autonomía de las clases subordinadas. Y no mediante el estudio lela a la de los grupos dominantes, es porque ni el Estado antiguo ni el
anatómico de la economía, sino mediante el estudio de las formaciones Estado medieval gozaban de la concentración política territorial y social
políticas de esas clases y también de una cierta literatura de intelectua- del Estado moderno. "El Estado era, en un cierto sentido, un bloque me-
les que directa o indirectamente se han preocupado de los problemas con- cánico de grupos sociales y a menudo de razas diversas. En el interior
cretos de las masas populares. del círculo de comprensión político-militar, que no se hacía sentir fuerte-
El movimiento hacia la unificación y la autonomía de las clases su- mente más que en ciertas épocas, los grupos subordinados tenían su vida
bordinadas no es lineal, pues esas clases no son siempre las mismas. Hay propia, instituciones propias, etc. Y a veces esas instituciones tenían fun-
1ma montadura de una clase que aparece, sobre otra que desaparece. Esto ciones políticas que hacían del Estado una federación de grupos sociales,
provoca conflictos de ideologías y de intereses en el seno del mismo grupo. con funciones diversas sin subordinación recíproca. Esto, en los períodos
Así es como, lentamente, él grupo subordinado. adquiere plena conciencia de crisis, manifestaba con una viva claridad el fenómeno del <<doble go-
de su originalidad y de su misión :histórica. Esta toma de conciencia no bierno»." 5 Incluso hoy, pese al control permanente ejercido a través del
solamente es lenta sino _que está perturbada por la acción de los grupos Estado por el grupo dominante sobre toda la vida social, las clases subor-
dominantes que, para conservar indefinidamente la hegemonía social, tra- dinadas conservan una cierta autonomía y tienen su pequeña historia. "El
tan de destrozar todo esfuerzo de emáncipación de las clases subordinadas. Estado moderno sustituye el bloque mecánico de los grupos sociales por
"La historia de los grupos sociales subordinados es necesariamente espo- la subordinación de éstos a la hegemonía activa del grupo dirigente y do-
rádica y episódica. No cabe duda de que enla actividad histórica de esos minante. Con ello abroga ciertas autonomías, que renacen sin embargo en
grupos hay tendencia a la unificación, aun cuando no sea más que en pla.- otras formas, tales como partidos, sindicatos o asociaciones de cultura.'' 6
nos provisionales. Pero esta tendencia es continuamente machacada por Algunas comunas medievales italianas, como las de Bolonia y Siena,
la iniciativa de los grupos dominantes, y por consiguiente sólo puede ser ofrecen ejemplos de organizaciones políticas y militares formadas por ma-
demostrada una vez que sé haya cumplido el ciclo histórico, si éste se con- sas populares. Además de su oficio político-militar de defensa externa de la
suma con éxito. Los grupos subordinados sufren siempre la iniciativa de comuna, esas organizaciones tenían la función de asegurar a cada hombre
los grupos dominantes, incluso cuando se rebelan y se sublevan. Sólo la
victoria «permanente» rompe, pero no inmediatamente, la subordinación.
2. R., p. 193.
En realidad, incluso cuando parecen triunfantes, están solamente en un es-
3. R., p. 195.
tado de defensa alarmada (esta ve~dad puede ser demostrada por la his-
4. R., p. 196.
5. R., p. 195.
l. R., p. 191. 6. R., p. 1%.

164 165
del pueblo la protección contra las agresiones de los nobles y de los pode- de Tomás M~ro, Ciudad del Sol, de Campanella) y señala con ello el paso
de la exaltaCión de un tipo social feudal a la exaltación genérica de las
rosos. ~asas populares, con toda~ sus necesidades elementales (alimentarse, ves-
Sin embargo, esas organizaciones populares no tenían completa auto- tir~e, pr?~egerse, reproducrrse) a las que se trata de dar racionalmente
nomía, y ni siquiera pensaban en obtenerla. Eran ante todo movimientos satisfaccwn." 1o
de reivindicaciones, que no pretendían destruir los estatutos generales de Si los. autores de esta literatura utópica se relacionan formálmente
la comuna. Se proponían forzar a las autoridades comunales a que toma· con ~1 raciOnalismo socrático de la República de Platón, "sustanciálmente,
sen disposiciones legales en favor de ellas. El pueblo :participa así en la r~fl.eJan, muy deformadas, las condiciones de inestabilidad y de rebelión,
vida pública de la comuna,· de una manera, si no autónoma, al menos no
siempre l~tentes, de las grandes masas populares de la época. Esta litera-
enteramente pasiva. A la cabeza de esos movimientos populares se hallaba tu~a consiste en el fondo en manifiestos políticos de 'intelectuáles que
el "capitán del pueblo", elegido por éste. El capitán del pueblo era una qUieren alcanzar el Estado óptimo ... La Iglesia, con la Contrarreforma se
fuerza protectora de los intereses del pueblo cerca de la autoridad del separó definitivamente de la masa de los «hUinildes» para servir a los «p~dc­
Podesta.' rosos». Algunos intelectuales aislados intentaron hallar, por medio de las
Esta tendencia de las masas a elevarse, a querer participar activamente Utopía~, una solución a :una serie de problemas vitales para los humildes,
en la vida pública, a unirse a los protagonistas de la historia, se manifiesta es d~cir, buscaron un vmculo e~:J.tre intelectuales y pueblo. Éstos pueden
también en el plano cultural y religioso .. Así en los movimientos heréticos, c?ns1derarse, pues, c?:no los prrmeros precursores históricos de los jaco-
tanto como en los movimientos agrupados alrededor de san Francisco y hmos y de la Revolucwn francesa, es decir, del acontecimiento que puso fin
de santo Domingo. "Francisco se erigió en iniciador de un nuevo cristia- a la Contrarrevolución y difundió la herejía liberál, mucho más eficaz con-
nismo, de una nueva religión, y suscitó un entusiasmo extraordinario, se- tra la Iglesia que la del protestantismo". 11 Y así se llega a la Revolución
mejante al de los primeros siglos del cristianismo." a francesa, victoria de una clase subordinada, la burguesía, que se afirma
"Pero la Contrarreforma esterilizó esa proliferación de fuerzas popu- como clase dirigente de toda la sociedad francesa por intermedio del par-
lares: la Compañía de Jesús es la última gran orden religiosa de origen tido y del Estado.
reaccionario y autoritario, poseedora de un carácter represivo y «diplomá- La nueva clase subordinada, nacida de la sociedad liberal e industrial
tico», que ha señálado, con su nacimiento, el endurecimiento del organis· continuó una historia incorporada esta vez a la clase capitalista dominante:
roo católico. Las nuevas órdenes que han surgido a continuación tienen Pero ya comenzó a formar su "pequeña historia" a través de la forma-
una significación «religiosa» muy débil, pero una gran significación «disci- ció~ de or~a~is~os. de rei~dicación, como los sindicatos. Estas organi-
plinar>> sobre la masa de los fieles. Son ramificaciones y tentáculos de la zaciOnes reivmdicatlvas funciOnan sin embargo en el interior de la ideo-
Compañía de Jesús, o bien se han convertido en eso: instrumentos de lo~a y de la organización sociál de la sociedad impuesta por la clase do-
«resistencia» para conservar las posiciones políticas adquiridas, y no fuer- rrunante. La vía de emancipación y de autonomía de la clase subordinada
zas renovadoras de desarrollo. El catolicismo se ha convertido en «jesuí- actu~l no puede realizarse, en el ánimo de nuestro autor, sino a través del
tismo>>. El modernismo no ha creado «Orden religiosa», sino un partido po- partido por medio de los intelecutales y del Estado. 12
lítico: la democracia cristiana." 9 ·

La Contrarreforma señala, pues, un endurecimiento de la sociedad, una


afirmación de la autoridad, un aletargamiento de las fuerzas populares. Pero 2. EL PARTIDO POLíTICO
la aparición literaria de las utopías y de las novelas políticas manifiesta
tm deseo de reconstruir la civilización europea según un plan racional. Es- El desarrollo histórico de la sociedad dio nacimiento a un oraanismo
ta literatura atribuye a pueblos extranjeros las instituciones que se desea- el partido, pieza fundamental de la teoría política de Gramsci. La ~adure~
ría tener en el país. O bien hace la crítica de las instituciones de un pue-
blo que se supone existente en otra parte, para criticar las del propio 10. R., p. 217.
país. "Toda esta literatura ha tenido una importancia considerable en la 11. R., p. 219.
lústoria de la difusión de las opiniones político-sociales entre determina- 12. A propósito del cometido revolucionario de las diversas clases sociales se
das masas, y por consiguiente en la historia de la cultura. Se podría obser- puede c?mparar aquí 1~ posición de Gramsci con la de Marx y Lenin. En ger{eral
var que esta literatura política «novelada>> es una reacción contra la litera- el marxismo ~onte~poran7o afirma que para Marx el agente único de la revolución
es _el p~oletanado m?ustnal. El marxismo-leninismo asigna también un papel revo-
tura «caballeresca» en decadencia (Don Quijote, Orlando Furioso, Utopía, luc~onano al campesu;ado pobre. En su obra La Questione meridionctle (cfr. más
arr1ba, p. 27), Gramsc1 se acerca claramente a la posición de Lenin · la solución de
los problemas sociales i_taliar:os res~diría, según él, en la alianza de. los campesinos
7. Capitán del pueblo, capitana del popolo: Magistrado instituido en Florencia del Sur con el proletanado mdustnal del Norte. Esta misma tesis impera también
en 1250; fue el representante y el jefe del commune populi, es decir, de las asociacio- en las notas sobr_e_ el Rísorgimento. Pero, en general, en los Quademi, Gramsci no
!les de corporaciones ( arti) populares. aborda esta cuestlC~n; en ellos, e! agente de la revolución es indicado con los térmi-
nos «cl~ses subordmadas», «clases instrumentales». Estos términos pueden fácilmen-
8. Le., p. 91. te ser mterpretados como una continuación de la tesis de la Questione meridiona'le.
9. Ms., p. 10.
167
166
histórica actual es tal que sólo el partido es eJ condottiere válido, represen- ¿9~é partido? "El partido político que pretende (y que está racional e his-
tativo de las fuerzas progresivas de las clases instrumentales. El toncamente. fundado en ese objetivo) fundar un nuevo tipo de Estado." 11
condottiere político moderno no puede ya ser un individuo concreto. El Pm:tido al que Gramsci asigna la misión de fundar el nuevo Estado
"En el mundo moderno, sólo una acción histórico-política inmediata e in- ~s e~ partido de las clases subordinadas. Las investigaciones históricas v
minente, caracterizada por la necesidad de una marcha rápida, puede en- filosoficas de Gramsci hallan aquí su explicación fundamental. Esas inves-
carnarse miticamente en un individuo concreto." 13 Pero tal acción inme- tigaciones han mostrado las "tentativas hechas en el curso de los siglos
diata no puede ser de larga duración. Por su propia naturaleza "será casi para suscitar una voluntad colectiva y las razones de los fracasos sucesivos"
siempre una empresa del tipo restauración y reorganización, y no del tipo en la tentativa de fundar un Estado italiano más popular, más universal.
que caracteriza la fundación de nuevos Estados, de nuevas estructuras, La causa de esos fracasos hay que buscarla no solamente/en la estructura
nacionales y sociales. Semejante iniciativa es del tipo «defensivo», y no sino también y sobre todo en la superestructura, en la falta de dirigente~
creador, original". 1' de masas. He ahí por qué, en Livorno, Gramsci colaboró en la fundación
Algunos tipos de condottiere, tales como César y Napoleón, pertenecen, de un nuev? partido,. y l?s Quadern~ dal Carcere son un docúmento dejadq
pues, definitivamente, a una época conclusa. En el mundo moderno, son a ese partido para mdicarle las VIas por seguir hacia la fundación del
anacronismos. A este propósito, y con la intención de hacer una crítica del nuevo Estado que realizará la verdadera unidad nacional italiana.
condottiere político que fue Mussolini, Gramsci advierte que todo cesaris-
mo es, en una amplia medida, un compromiso entre fuerzas en lucha que se
equilibran de una manera catastrófica. Es una especie de revolución-restau- a) El origen del partido político
ración, una simbiosis de lo antiguo y de lo nuevo. Tiene un carácter pro-
gresivo si la persona que interviene hace que triunfen, aunque a pesar de "Todo partido no es más que una nomenclatura de clase." 1a "La histo-
determinados compromisos, las fuerzas progresivas. Si no, será más bien ~a de un p~rtido:, en suma, no podrá ser sino la historia de un grupo so-
regresiva. César y Napoleón son ejemplos de cesarismo progresivo; Napo- eral determmado. 19 Por tanto, en la base de cada partido hay un grupo
león III y Bismarck de cesarismo regresivo. "Así en Italia, en octubre de social. Es ése un criterio, cabría decir, gnoseológico y ontológico del par-
1922, hasta el desahucio de los «populares», después progresivamente hasta tido. Pero la realidad histórica vive ese criterio de una manera muy com-
el 3 de enero de 1925, y todavía hasta el 8 de noviembre de 1926, se tuvo un plicada. Los partidos, salidos de los grupos sociales, manifiestan concreta-
movimiento político-histórico en el que se sucedieron diversos grados de mente la vida de esos grupos. Ahora bien, los grupos no son cantidades
cesarismo, para alcanzar finalmente una forma más pura y permanente, matemáticas. yuxtapuestas. De ser así, se podría fácilmente indicar dónde
pero tampoco inmóvil ni estática." 15 Pero el tipo de cesarismo moderno acaba uno y dónde empieza otro. La realidad nos ofrece un conjunto or-
es, de hecho, diferente de los tipos del pasado. Los cesarismos del pasado gánico: la vida social. Los grupos entran en ella en cuanto partes integran-
fueron la consecuencia de unas fuerzas que podían fusionarse y unirse, tes que se entrecruzan hasta el infinito. "Sólo de un cuadro complejo de
"aun cuando fuese después de un proceso penoso y sangriento"; el cesa- todo el conjunto de la sociedad y del Estado (y a menudo con las inter-
rismo moderno es siempre regresivo, porque las fuerzas antagónicas en ferencias internacionales) podrá nacer la historia de un partido. Lo cual
presencia son de una oposición histórica incurable. El cesarismo moderno permite decir que escribir la historia de un partido no significa otra cosa
no hace más que profundizar la oposición de las fuerzas; su superviven- que escribir la historia general de un país desde un punto de vista mono-
cia histórica es justificada así: "Sin embargo, el cesarismo tiene, incluso gráfico para poner de relieve un aspecto característico del mismo." zo
en el mundo moderno, un cierto margen, mayor o menor, según los países Junto a esta interferencia mutua de los grupos, hay que advertir la exis-
y su peso relativo en la estructura mundial. Pues una forrria social tiene tencia de zon~s sociales neutras que cada grupo se esfuerza en conquistar
«siempre» posibilidades marginales de desarrollarse en el futuro, de im- Y controlar. Fmalmente, un tercer aspecto por considerar es el de la falta
plantar su organización. En particular puede contar con la debilidad re- de homogeneidad total de todo grupo social para las cuestiones que no
lativa de la fuerza progresiva antagónica, provocada por la naturaleza y el afecten a lo esencial de su vida.
modo de vida peculiar de ésta, debilidad que es preciso mantener. Por eso Resulta de ese cuadro complejo de la vida social que el grupo, precisa-
se ha dicho que el cesarismo moderno es más policíaco que militar." 16 mente para poder controlar ese cuadro complejo, se ramifica en diversos
Así pues, en la época moderna, es el partido y no un héroe personal partidos. Esa multiplicidad no destruye la verdad teórica según la cual a
quien desempeña el papel del condottiere político-de las fuerzas populares. cad~ clas.e corresponde _un s~lo partido. Responde a la necesidad que el
partido Siente de dar satisfacción en su seno a las diversas tendencias. Des-

13. M., p. 5. 17. M., p. 20.


14. M., p. 6. 18. M., p. 23.
15. M., p. 59. 19. M., p. 22.
16. M., p. 61. 20. M., p. 22.

168
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de un punto de vista exterior, es una maniobra táctica del grupo con el fin no se modifica a lo largo de todo el tiempo que él exista, hasta tanto no
de prolongar su influencia más allá de sus fronteras: no solamente para sobrevenga la síntesis. Así es como la sociedad y el partido convertidos en
acaparar las zonas sociales neutras, sino también para neutralizar los pro- Estado no se dejan absorber en el Estado. Pero aun cuando sufran, bajo
gramas de los partidos adversos. la fuerza de esa nueva realidad, una profunda modificación, sociedad y par-
"Aunque todo partido sea la expresión de un grupo social, y de un solo tido continúan estando, en un cierto sentido, opuestos al Estado y ejer-
grupo social, sin embargo, en unas condiciones determinadas, ciertos par- ciendo sobre él una influencia modificadora.
tidos determinados representan justamente un solo grupo social, en la me- La estructura del partido debe poner de relieve ese movimiento dia-
dida en que ejercen una función de equilibrio y de arbitraje entre los inte- léctico continuo entre el partido y la sociedad. En la medida en que ese
reses de su propio grupo y los de los demás grupos. Ellos hacen de suerte movimiento es orgánico, el partido prepara a la sociedad J?ara que se con-
que el grupo que representan se desarrolle con el consentimiento y la ayu- vierta libre y conscientemente en Estado. Con este trabajo de preparación
da de los grupos aliados, si no francamente con los de los grupos abierta- de la sociedad para que se convierta en Estado, el partido labora ya por la
mente hostiles." 21 Se ve, pues, que en el mundo moderno los partidos "fun- fundación del Estado como orden moral e intelectual salido del interior
damentales", cuando toca a las necesidades de la lucha interna y externa, mismo de la sociedad.
se dividen en fracciones, cada una de las cuales toma el nombre de "parti- 1) Existen en ciencia política unos elementos que hay que tener pre-
do" e incluso de partido independiente. Pero en los momentos decisivos
sentes siempre porque son realmente los pilares de la política, de cualquier
de la historia, cuando está en juego el interés fundamental del grupo, todos acción colectiva. "El primer elemento es la existencia real de gobernados
esos partidos "independientes" se reúnen y forman un bloque único. La y gobernantes, de dirigentes y dirigidos. Toda la ciencia y el arte políticos
multiplicidad tenía un sentido "reformista", es decir, que concernía a cues- se fundan en ese hecho primordial, irreductible (en ciertas condiciones
tiones parciales; pero nunca ponía en juego las cuestiones principales. generales)." Si ya la filosofía de Gramsci, por preocupación histórico-polí-
Los partidos constitucionales modernos, concluye nuestro autor, pese tica, era historia concreta, su política, aún más que su filosofía, está toda
a su rotación en el gobierno, se sienten como un "todo", como formando ligada a la realidad concreta. En política hay que partir del hecho de que
parte del mismo grupo social capitalista liberal, grupo de hegemonía, hay gobernantes y gobernados, dirigentes y dirigidos. Las elucubraciones
encarnado en el Estado. La fórmula "el rey reina pero no gobierna", el que pueden hacerse acerca del origen y de la desaparición de ese hecho no
principio de la no responsabilidad del jefe del Estado, pero de la respon- restan nada a la verdad de su existencia.
sabilidad ministerial, apunta a proteger la concepción liberal de la unidad Ya en su filosofía de la praxis trataba Gramsci de justificar la existen·
política: "El consentimiento de los gobernados a la acción del Estado, cia del partido como vanguardia, director y educador de las clases socia-
quienquiera que sea el personal que gobierne en lo inmediato y el partido leS. Habíamos advertido en esa ocasión que el elemento "partido" apare-
a que pertenezca." Los partidos constitucionales, pese a sus programas cía como un deus ex machina de su filosofía más que como una conclu-
parcialmente divergentes, se sienten todos identificados con el Estado, y sión natural de un razonamiento antecedente. 22 Más que una pieza de filo-
ello porque todos han salido del mismo grupo social de fondo. sofía teórica, el partido era para nuestro autor una pieza de filosofía prác-
tica, es decir, de política en acto. La homogeneidad del grupo social no
impide que haya gobernantes y gobernados, es un hecho. Que haya enton-
b) La estructura del partido político ces un partido que dirija al grupo, es una conclusión práctica que deriva
claramente de esa división: "Es preciso ver con claridad que, aun cuando
La existencia del partido está ligada al desarrollo de las relaciones en se remonte, en último análisis, a una división en grupos sociales, la divi-
el mundo de la producción. Es decir, que la sociedad civil, como tal, es la sión en gobernados y gobernantes existe sin embargo, siendo las cosas lo
causa originaria de los partidos. Cada partido se eleva inmediatamente que son, hasta en el seno de un mismo grupo, e incluso de un grupo social-
sobre las relaciones de ·producción, sobre la sociedad civil, y tiende a con- mente homog~neo. En un cierto sentido, se puede decir que esa división
Yertirse en Estado, a "imponer" a toda la sociedad una organización, una es una creación de la división del trabajo, que es un hecho técncio." 23
concepción de vida elaborada para su interés. En un sentido dialéctico, el Esa homogeneidad, ese mismo "espíritu" que anima al partido y al
partido es la sociedad y el Estado en miniatura. En un sentido dialéctico, hrrupo, no impide que pueda haber malentendidos, escisiones de "espíri-
decimos, pues la sociedad no es el partido y el partido no es el Estado. tu" entre el que manda y el que obedece. La homogeneidad originaria en-
Pero la sociedad se convierte en Estado a través del partido. Este pa-
so de la sociedad al Estado no es de tipo evolucionista voluntario o es.
pontáneo. Es un devenir de tipo dialéctico, en el que cada uno de los tér- 22. El partido es un postulado más que una conclusión lógica de los principios
minos, en su rebasamiento mutuo, tiende a identificarse en una síntesis de la filosofía de la pra."tis (cfr. más arriba, pp. 141 ss.). Pero desde un punto de
vista sociológico, su existencia y su función, tal como Grarnsci las concibe, pueden
superior a ellos. En este proceso de identificación o de síntesis, cada térmi- ser justificadas por el razonamiento siguiente: Toda sociedad es un conjunto orga-
nizado. No hay organización sin intelectuales. Los intelectuales son «organizadores»
de la vida social en la medida en que son partido dirigente de una masa activa.
21. M., p. 20. 23. M., p. 17.

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tre dirigidos y dirigentes, entre grupo y partido, ~e :nantiene, por consi- Entre el primero y el segundo elemento se sitúa el tercero un ele-
guiente, si los gobernantes fijan claramente el obJeti~o que _todos debe~ mento medio, compuesto por una categoría de gentes que pone al' primero
alcanzar si preparan a los dirigidos para obedecer b1en. As1 es como e, y al segundo en contacto, no solamente en contacto "físico", sino moral. e
partido ~ el grupo conservan su ho:nogeneidad ori~aria. La estru~tura intelectual. Este tercer elemento ejerce una función de articulación: gra-
de gobern~tes·gobernados, de partido-~po, e~ purificada, a trav~s. ?e cias a él, la masa de hombres y la minoría dirigentes de un partido forman
esa pedagogía, de todo espíritu individ~alista, s1empre fuente de diVI~lO­ un todo orgánico. Si un partido está constituido de esos tres elementos, su.
nes sectarias que. toman la forma de clientelas personales (lo que eqmva- existencia es de necesidad histórica: no puede ser destruido por medios
le a una falta de espíritu de partido, que es el elemento fundamental del normales.
"espíritu de Estado"). Demostrar que el espíritu de Pru:tido .es. el elem~nto 3) Esos tres elementos son del orden de la cantidad y de la calidad.
fundamental del "espíritu de Estado" es una de las tesis mas rmportantes. Desde el punto de vista de la cantidad, un partido alcanza un máximo de
Y, viceversa: el individualismo es un elemento de carácter animal, «que eficacia si, entre los tres elementos, se verifica el teorema de las propor-
causa la admiración de los extraños» como los retozos de los habitantes de ciones definidas. Gramsci utiliza este teorema de las proporciones defini-
un parque zoológico. u das para hacer más evidente y más claro su pensamiento. Él le da un valor
2) Los partidos no son otra cosa que una "nomenclatura de clase". metafórico, es decir, que no pretende aplicarlo mecánicamente a la reali-
Eso no quiere decir que, por el hecho de que exista una clase, ésta tiene ya dad social (pues en los agregados humanos el elemento cualitativo tiene
su partido. Para que exista un partido hace falta que confluyan tres ele- una función preponderante y no puede ser medido cuantitativamente).
mentos fundamentales: " ... Se puede decir que cada agregado humano tiene un principio óptimo de
"Un elemento difuso de hombre comunes, medios, que ofrecen como proporciones que le es propio." 29 La ley de las proporciones definidas
participación su disciplina, su fidelidad, pero no el espíritu de creadón y sirve para comprender cómo un movimiento se convierte en fuerza polí-
de alta organización." 25 Sin masa de hombres, el partido no existiría. La tica eficiente y duradera. Aplicada al partido, quiere decir que éste será
historia de un partido no puede desconocer a esa masa de hombres "que más o menos eficiente en la medida en que realice un equilibrio propor-
ha seguido a los promotores, los ha sostenido con su confianza, con .su cional de los tres elementos que lo constituyen.
lealtad, con su disciplina, y los ha criticado de una manera «realista», dis- Se podría traducir el pensamiento de Gramsci a otra imagen: la de
persándose o permaneciendo pasiva ante ciertas iniciativas." 26 La masa una pirámide de tres pisos. Hay una cantidad de masa óptima para cada
que forma un partido no está constituida solamente por adheridos-inscri- piso, determinada por la estrecha relación existente entre los tres pisos.
tos. Se desborda, más o menos conscientemente, sobre todo el grupo. Éste, Por. otra parte, la pirámides forma un solo bloque monolítico, animado
a su vez, no está aislado, sino que tiene sus amigos, sus simpatizantes, sus de una sola idea, de una sola forma, de un solo "espíritu". Lo mismo suce-
adversarios, en el plano nacional e internacional. de ·con el partido. El monolitismo de la pirámide no excluye el valor
Si es cierto que el partido no existiría sin ese elemento difuso, sin esa cuantitativo de la masa que la compone; el monolitismo del partido
masa de hombres, "también es cierto que el partido tampoco existiría no excluye la importancia de la cantidad· de hombres que lo componen. Pe-
<<únicamente» con ellos. Ellos constituyen una fuerza en la medida en que ro así como las diversas masas de ·la pirámide no toman forma y figura
se encuentren hombres que los centralicen, los organicen, los discipli..11en. de pirámides y de un solo bloque monolítico sino porque están anim&das
A falta de esa fuerza de cohesión, ellos se desparramarían y se aniquilarían de un solo proyecto arquitectónico, así, en la masa c:Ie hombre.s que for-
en una polvareda impotente". 27 La masa de hombres, el elemento difuso man el partido, los tres elementos cuantitativos del partido forman un
del partido, debe, pues, ser centralizada, ~cada. e~ una sola fuerza solo bloque monolítico porque están animados de un solo espíritu.
consciente y eficiente por un elemento cohesivo prmcipal. Este segundo La solidez monolítica del partido tiene su raíz en el prestigio que el
elemento del partido es superior al primero como los capitane~ del eJ~r­ grupo tiene en el mundo de la producción, en el terreno de la ideología y
cito son más importantes que los soldados. "Se habla de capitanes sm de la cultura. Pero las diferenciaciones de los grupos en el terreno de la
ejército, pero en realidad es más fácil formar un ejército que formar producción y de la cultura maduran lentamente. La consecuencia de ello
capitanes. Tan cierto es, que un ejército constituido es destruido si los es que el carácter monolítico del partido se resiente, que ese carácter no
capitanes llegan a faltar, en tanto que la existencia de un grupo de capita- es. siempre evidente, que su aparición no se produce sin crisis, todo lo
nes que se han concertado, puesto de acuerdo entre ellos, y reunido para cual determina multiplicidad de partidos en el seno del mismo grupo. 'Y a
unos objetivos comunes, no tarda en formar un ejército incluso allí don- hemos visto cómo explica nuestro autor la multiplicidad de los partidos
de no existe nada." 25 e~ el seno del mismo grupo. Esta multiplicidad no destruye la tesis del
monopolio .fundamental del partido-clase. La multiplicidad tenía una sig-
24. M., p. 20. nificación educativa, en el sentido de que elementos marginales colaboran
25. M., p. 23. a su manera, como fuerza antagónica, en el mantenimiento de la unidad
26. M., p. 22.
27. M., p. 24.
29. M., p. 78.
28. M., p. 24.
173
172
la esperanza de una edad maravillosa en la que todas las contradicciones
de todo agregado humano. Además, tenía sentido. táctico, el de una I?-a~o­
y las miserias presentes hallarán su solución y su remedio." aa
bra para penetrar en el campo adverso y destruir. ~u toma de c~nciencm,
etcétera. "Y de ahí la conclusión: en la construccwn de los part~dos, hay 6) Otra deformación del monolitismo viviente del partido puede ser
que basarse en el carácter «monolítico», no en cuestiones secund~nas. Y, en la causada por su organización burocrática. Gramsci- reconoce que el desa-
consecuencia, vigilar atentamente para que haya homogeneidad .e~tre r:ollo histór_ic~ de la sociedad en ~odos los sectores de la vida social, polí-
dirigentes y dirigidos, entre jefes y masa. Si en los momentos deciSivos tica y econom1ca, ha creado un tipo de funcionario "de carrera" técnica-
los jefes pasan a su «verdadero partido», las masas quedan cortadas en su mente preparado para el trabajo burocrático. "Está fuera de duda que ca-
impulso, inertes y sin eficacia alguna." 30 da forma social y política ha tenido su problema de los funcionarios, su
4) El carácter monolítico del partido es compatible no sólo con la manera de plantearlo y de resolverlo, su sistema de selección, su tipo de
funcionario por educar." 3 ~ Hay, pues, un problema búrocrático en toda
multiplicidad de partidos, sino también con ~a forma de J?artido que s~
llama partido de minoría. Éste no es un partido en el sentido de orgam- organización social. La burocracia tiende a crear un centralismo orgánico,
zación práctica, de instrumento con vistas a la solución de un problema pero de tipo burocrático, en el que las fuerzas dirigentes poco a poco se
o de una serie de problemas de la vida nacional o internacional. El partido petrifican en "capillas" que se esfuerzan en perpetuar sus privilegios en
de minoría no ejerce actividad política directa, sino una actividad política impedir el acceso a los puestos de mando de nuevos elementos de nu~vas
indirecta, como creador de la ideología general de la que se nutren todos fuerzas dinámicas qúe siempre vienen de abajo. '
los partidos del mismo grupo. El partido de minoría, aunque no organiza- 7) A este centralismo burocrático, Gramsci opone un centralismo or-
do políticamente, agrupa los elementos intelectualmente ma~ores de! gánico de tipo democrático, propio de todo organismo monolítico vivo. "El
grupo social. Está constituido por hombres de cultura cuya función es. di- organismo no puede derivar sino de un centralismo democrático, el cual
rigir el movimiento de los partidos emparentados desde el punto de VIsta es, por así decirlo, un <<centralismo» en marcha, es decir, una adaptaciór
de la cultura y de la ideología. "Esta función puede ser estudiada con continua de la organización al movimiento real, en la. que las impulsione">
más precisión si se parte del punto de vista de que un periódico (o un gru- de abajo se atemperan por el mandato de arriba y los elementos que
po de periódicos), una revista (o un grupo de revistas), son tam~ién «par- irrumpen abajo en la masa se van insertando sin .cesar en el cuadro sólido
tidos» o <<fracciones de partidos», o incluso representan la <<función de tal del aparato de dirección que asegura la continuidad y la acumulación re-
partido». Piénsese en la <<función» del Times en Inglaterra, en la que tuvo gular de las experiencias. Esto es «orgánico» porque se tiene en cuenta
en Italia el Corriere della Sera, y también en la función de lo que se llama el movimiento, que es, para la realidad histórica, el modo orgánico de
«prensa de información», pretendidamente <<apolítica», e incluso en el co- manifestarse, y no se incurre en una petrificación mecánica en la burocra-
metido de la prensa deportiva y de la prensa técnica." 31 Pero el ejemplo cia. Pero, al mismo tiempo, se tiene en cuenta lo que es relativamente es-
histórico que nutre, aquí también, el pensamiento de nuestro autor es el de table y permanente, o que al menos se mueve en una dirección fácil de
Croce, que fue el líder de ese partido liberal que desde 1876 se .presentó en prever, etc." 35
Italia como un "orden disperso" de fracciones y de grupos naciOnales Y re· La vitalidad de la estructura monolítica del partido es puesta a prueba
gionales. "Eran fracciones del libe.ralis~o político tanto e~ catolic~s~o concretamente en las épocas de crisis sociales orgánicas. La estructura
liberal de los popolari como el naciOnalismo (Croce colaboro en Polzttca, monolítica del partido crea una identificación entre grupo social -partido
de Rocco y Coppola); tanto las uniones monárquicas como el partido repu- da masa- partido de minoría (estado mayor -burocracia). El elemento
blicano y una gran parte del socialismo; tanto los radicales democráticos burocracia, que primeramente respondía a las necesidades vitales de la
como los conservadores; tanto Sonnino-Salandra como Giolitti, Orlando, clase, puede momificarse, hacerse anacrónico. Ésa es "una de las cuestio-
Nitti ... Croce fue el teórico de lo que todos esos grupos y grupitos, cama- nes más importantes que conciernen al partido político". El grupo social
rillas y mafias tenían de común. Él fue el jefe de esa oficina central de que nunca es burocratizado, que está siempre en el movimiento orgánico
propaganda de la que todos esos grupos se beneficiab,a.n y se servían. Él de la historia, debe afrontar y resolver las dificultades que el progreso
fue el líder nacional de los movimientos de cultura que nacían para reno- le impone constantemente, entre otras el riesgo de verse rebasado por su
var las viejas formas políticas." az grupo adversario. El partido es la institución "organizada" con vistas a
5) El monolitismo puede deformarse fácilmente en el partido de ma- ese afrontamiento. Si los partidos no van al mismo paso que los grupos
sa, pues esta masa, que no tiene conciencia de su situación histórica, se sociales, éstos se despegan de ellos, "es decir, que lo partidos tradiciona-
deja fácilmente maniobrar por los intereses de terceros. "La masa es sim- les, en la forma de organización que presentan, con los hombres bien de-
plemente una masa de <<m~niobra»; se la <<O?upa» co:: J?redicaciones I?-ora- terminados que los constituyen, los representan y los dirigen, no son ya
les, algunas canciones sentimentales y los mitos mesmmcos que mantienen reconocidos como la expresión propia de su clase o de. su fracción de cla-

33. M., p. 22.


30. M., p. 28. 34. M., p. 74.
31. M., p. 21.
35. M., p. 76.
32. Ms., pp. 172-173.
175
174
se. Cuando estas crisis se manifiestan, la situación inmedi_ata se hace de- el monopolio de ese estrato social; no obstante le conviene en particular a
licada y peligrosa, pues el campo queda abierto a las soluciOnes de fuerza, causa de la función social que ese estrato detenta y de las tendencias psi-
a la actividad de las potencias oscuras, representadas por los hombres cológicas que esa función determina o valoriza. Estos dos elementos dan
providenciales". 36 • , • • ,
al conjunto del grupo social una cierta homogeneidad, una cierta energía
Surge entonces la "crisis de autondad , la cnsis de la hegemo_ma,_ }a. en la dirección, y en consecuencia un valor político y una función a menu-
crisis del Estado. Esta crisis puede ser resuelta por una reorgamzacwn do decisiva para el conjunto del organismo social." Ja
rápida de los partidos que pertenezcan al mis~o gru~o fundamental. "El En el ánimo de nuestro autor, esta clase media no es una clase deba-
paso de las huestes de un gran número de partidos baJo _la bandera de un se. Ella no puede nunca aspirar sola a la hegemonía de la sociedad, porque,
partido único, que represente mejor y resuma las necesidad~s de la clase si detenta una función de mandato político, no tiene una función de di-
entera es un fenómeno orgánico y normal, aun cuando su ntmo sea muy rección económica. "Es decir, que en su arte de gobernar no entra la apti-
rápid~ y casi fulgurante en comparación con perío~os de _calma. E?e fe~ó­ tud para ordenar las «cosas», para ordenar «los hombres y las cosas», en
meno representa la fusión de todo un grupo social baJO una direccwn un todo orgánico, como quiere la producción industrial, pues ese grupo no
{mica considerada como la única capaz de resolver un problema mayor de tiene funciones económicas en el sentido moderno de la expresión." Es pro-
la exi~tencia y de alejar un peligro mortal." Si la crisis no halla esta so~':­ pietaria de una renta determinada jurídicamente. "Ese grupo social en-
ción orgánica, sino la del jefe "carismático", eso significa ~ue hay equih- cuentra sus límites y las razones de su debilidad profunda en su disper-
brio estático, "que ningún grupo, ni el grupo conservador m el grupo p_r,o- sión territorial y en su «no homogeneidad» íntimamente ligada a esa dis-
gresivo, tiene la fuerza de vencer, y que e! grupo conservador tambien persión. Eso es lo que explica también otras características: su «Volubili-
tiene necesidad de un maestro". 37 Y Gramsci rermte, como para confirmar dad», la multiplicidad de los sistemas ideológicos que ha seguido y a veces
su razonamiento al 18 Brumario de Bonaparte: la crisis fue entonces incluso la extravagancia de esos mismos sistemas." 39
~omentáneamente alejada por la intervención de un jefe, de un "César"', Pero si los intereses inmediatos de esta clase media coinciden con los
de un "Napoleón". Todo cesarismo, o bonapartismo, señala por tanto, _en intereses inmediatos de la clase alta, en seguida se manifiesta la "fuerza mi-
el ánimo de nuestro autor, una petrificación del partido que ha perdido litar" de este estrato social. A veces, habiéndose organizado, dicta su ley
la hegemonía de la sociedad, y de otra parte la inmadurez del partido pro- a la clase dirigente, al menos en lo que concierne a la "forma" de la solu-
c:.resista impotente para remplazarlo. ción, si no para el contenido. Este estrato social, por su fuerza político-
e Como ya se ha observado, el cesarismo puede ser progresivo o regre- militar más que económica, puede así imponer soluciones de crisis que
sivo. Puesto que hemos vuelto una vez más sobre este tema, aproveche- comporten sacrificios para las clases tradicionales. "En este sentido es
mos la ocasión para señalar que Gramsci admite la existencia de fuerzas so- como hay que entender la función de dirección de este estrato, y no en sen-
ciales que oscilen entre los dos grupos fundamentales que c~mponen. la tido absoluto. Pero eso ya es bastante." ¿o
sociedad en un momento histórico determinado. Estas fuerzas mtermedias Gramsci no previó el aumento de la burocracia en la vida moderna, en
desempeñan un papel decisivo en los períodos de crisis orgánicas, c~ando todos los sectores de la actividad económica, privada y pública. Él no co-
el grupo conservador no tiene ya fuerza para mantener su hegemoma so- noció la teoría de los "tres sectores". Pues bien, esa teoría muestra el au-
bre la sociedad y el grupo progresivo no la tiene todavía para tomar esa mento constante de los funcionarios y su importancia económica como
hegemonía . " . , factor de rendimiento y de consumo. Gramsci no evaluó, por tanto, el pe·
Gramsci parece apuntalar la fuerza de los gobiernos bonapartistas , so productivo de la clase de los funcionarios en el mundo económico mo-
o "cesaristas" con un estrato social intermedio, a medio camino entre las derno. En consecuencia, no evaluó tampoco su peso político; su acción
clases dirigentes tradicionale3 y las clases subordinadas progresivas q':e política, en general, se ejerce contra la clase obrera, pues ve en ésta,
aspiran a la hegemonía total. Esa clase intermedia es la pequeña y medm más que en la clase que detenta los medios de producción, una amenaza
burguesía rural, que participa en la vida del E~tado . como elem~nt_o bu- para su seguridad económica y sobre todo para su prestigio. La política
rocrático, civil y militar. "La primera cosa por mvestlgar es la sigmente: de nuestro autor ha tenido siempre como base inmediata la economía. Su
·existe en un país determinado un estrato social numeroso para el cual mundo económico está hecho de dos clases fundamentales: Ja clase instru-
la carrera burocrática, civil y militar, sea un elemento muy importante de mental y la clase que detenta los instrumentos, los medios de producción.
vida económica y de afirmación política (de participación efectiva en el Los empleados, que en las sociedades occidentales industrializadas cons-
poder, incluso indirectamente, haciendo uso del chant~je)? En ~a Europa tituyen el treinta, el cuarenta e incluso más del cincuenta por ciento de la
moderna se puede reconocer ese estrato en la pequena y medm burgue- población económicamente activa, no entran en el mundo económico de
sia rural más o menos numerosa en los diferentes países, según el desarro- Gramsci. Por tanto, él no los considera como importantes, ni desde el pun-
llo de l;s fuerzas industriales, de una parte, y de la reforma agraria, de to de vista económico ni desde el punto de vista político.
otra parte. Ciertamente que la carrera burocrática (civil y militar) no es
38. M., pp. 52-53.
36. M., p. 50. 39. M., p. 53.
37. M., p. 51. 40. M., p. 54.

176 177
111 Realización de la llamamos "prepolítica" es la de educación de las masas. La segunda que
llamamos etapa "política", será la de la educación de la sociedad e~tera.
teoría política: La tercera será la de la sociedad "regulada".
Los estudios de la sociedad italiana hechos por nuestro autor habían
fase prepolítica puesto de relieve el papel de los intelectuales en su orgaillzación, en cada
giro decisivo de su historia. Ahora hay que sacar la conclusión: la teoría
política de Gramsci comienza necesariamente por suscitar una minoría
selecta de intelectuales, los cuales, salidos o no de la clase subordinada
pero adoptando el punto de vista de la misma, elaborarán críticamente 1~
concepción del mundo contenida en la praxis de esa clase. Tal elaboración
se hará en contacto con las clases instrumentales. Así, la nueva minoría
selecta de intelectuales, aun elaborando críticamente la nueva cultura de
las masas, permanecerá continuamente en contacto con las masas, no so-
Se han visto aparecer a través de la histori:=t diferentes relac~~nes ~n­ lamente para recibir de ellas la inspiración filosófica, sino también para
tre el hombre y la naturaleza, diferentes relacmnes de produccwn, dife- llevarlas a vivir consciente e íntegramente la filosofía de su praxis.
rentes relaciones. sociales. Existe :una correlación mutua, enseña el mar-
xismo, entre el hombre y la naturaleza, por una parte, y entre h<:mb~~s
y hombres, por otra parte. La orgaillzación social, es decir, la org~mzacwn l. LA FORMACIÓN DE LOS IN'TELECTUALES
que determina las relaciones entre los hombres en tal o cual penado, de-
riva de la organización que determina las relaciones entre los hombres Y Los intelectuales forman uno de los centros alrededor de los cuales
la naturaleza, de la manera como el hombre se apodera productivamente pueden reagruparse la mayor parte de las notas de los Quaderni. A través
de la naturaleza. Esta interacción recíproca "hombre-naturaleza-hombre" del análisis de la vasta y compleja actividad desplegada por los intelec-
da nacimiento a relaciones de producción bien definidas y a diversos tipos tuales ha redactado Gramsci el cuadro de la historia de Italia. El intelec-
de sociedades. Si no hubiese más que una sola relación de producción, una tual es, en esa perspectiva, la clave de explicación de la historia del pa-
sola manera para el hombre de apoderarse productivamente de la natura- sado y la fuerza secreta de la historia presente y por venir. Los diversos
leza únicamente se habría visto el nacimiento y el desarrollo de un solo grupos dominantes dirigieron la historia precisamente por medio de la
tipo' de sociedad, la del amo y el esclavo, por ejemplo. Pero las relac~ones actividad de los intelectuales. La filosofía, la ciencia, el derecho, las orga-
de producción se modifican a través de la historia, y la consecuencia de nizaciones y las instituciones de la vida social, económica, política, mili-
ello es la modificación de las relaciones sociales, la aparición de diversos tar, todo aquello con lo que el hombre hace la historia, es intelectual. Si
tipos de sociedades. Un grupo social que monopolizaba los medios ~e para Hegel la historia es "el ardid" de la Idea, para Gramsci se podría
producción se ha visto, en un momento dado, rebasado por otro que m- decir que la historia es la Idea elaborada por el intelectual.
traducía otros medios de producción más progresivos, lo que ha causado Gramsci, ya lo hemos dicho, distingue dos categorías de intelectuales:
el derrumbamiento de toda la superestructura precedente, de su organi- la de los intelectuales ·"tradicionales" y la de los intelectuales "orgánicos".
zación y de su ideología, creadas y establecidas por el grupo social en vías Todo grupo social "esencial", es decir, todo grupo social que está, desde
de aniquilamiento. el punto de vista histórico, en condiciones de asumir el poder y de tomar
Las relaciones de producción del mundo moderno creadas por el libe- la dirección de las demás clases, trata de crear sus intelectuales orgáni-
ralismo industrial han hecho aparecer una clase subordinada enteramente cos: «Cada grupo social que nace en el terreno original de una función
especial: pues esta clase se atribuye la ~isión de realizar ~onc~~tame~te esencial en el mundo de la producción económica, crea al mismo tiempo
los principios generales de los que ha nacido la actual orgamzacwn social. que él, orgánicamente, uno o varios estratos de intelectuales que le dan
Esta clase subordinada ha tomado ya conciencia de ser la heredera que su homogeneidad y la conciencia de su propia función, no solamente en
quiere realizar concretamente la universalidad de la filos~fí~ cl~;>ica ale- el terreno económico, sino también en el terreno político y social. El jefe
mana la universalidad de la política francesa y la mundmhzacwn de la de empresa capitalista crea con él al técnico de la industria, al científico
econdmía inglesa. Gramsci quiere hacer de su política la política de esa de la economía política, al organizador de una nueva cultura, de un nuevo
clase, cuyo objetivo último es la realización de tal universalida~, en la derecho, etc., etc." 1 A medida que el grupo llega a ser dirigente de la so-
que cada individuo halle su plena identificación, no abstracta, smo con- ciedad entera, asimila también al grupo de intelectuales "tradicionales", es
creta. decir, a los intelectuales que en sí no pertenecen a ningún grupo esencial,
La política de nuestro autor no se realiza de la noche a la mañana, de tales como, por ejemplo, los médicos, los eclesiásticos. "Uno de los rasgos
improviso, sino lentamente, por etapas sucesivas. Pero esas etapas han de característicos de todo grupo que trata de alcanzar el poder es su lucha
ser entendidas en un sentido dialéctico: una está presente en la otra, den- por asimilar y conquistar «ideológicamente» a los intelectuales «tradicio-
tro de ese movimiento progresivo y dialéctico. En ese sentido es como
hablamos aquí de etapas de la política de Gramsci. La primera etapa, que l. J., p. 3.

178 179
veces, lo que se produce es justamente lo contrario: son las masas ins-
nales»: asimilación y conquista tanto más rápidas y eficaces cuanto que trumentales, al menos por intermedio de sus intelectuales «Orgánicos»,
ese grupo dado ha elaborado más, al mismo tiempo, a sus intelectuales las que ejercen una influencia política sobre los técnicos." s Así, pues,
orgánicos." 2 • " , • ,
Gramsci habla, no del intelectual que está enteramente empeñado 'en el
Gramsci no confía la formación de lo;; mtelectuales ~rgan~cos de mundo de la producción y que desplega una actividad intelectual
las clases. subordinadas a la fuerza espontane~ _del grup~: el qmere que para producir mejor, sino de un intelectual que está en el mundo de la
a formación esté en manos de la fuerza pohtlca orgaruzada del grupo, producción de una manera indirecta: este intelectual elabora la concep-
es decir en manos del partido. El grupo tiende a extraer de su seno el ción del mundo de la masa instrumental, y con tal actividad crítica ayuda
;~rtido, 'y éste no es otra· cosa que la vanguardia d~el grupo, la parte qut~ a la masa a alcanzar su conciencia y su unidad, a desarrollarse en pleni-
cede al todo. El partido precede al grupo, no 1rectamente en 1a ac I- tud dentro de una nueva cultura capaz de satisfacer todas sus necesidades.
;fáad económica sino en la actividad política. El lugar que un grupo so- El partido político, más aún de lo que está presente en la sociedad
cial ocupa en el' aparato de producción no lo constituye inmediat_amente económica, ejerce su acción sobre la sociedad civil. Ejerce sobre ésta una
como grupo dirigente de toda la sociedad; un ?rupo alcanza la ca~dad de función semejante a la que el Estado ejerce, en una medida amplia y
dirigente a través de la actividad políti~a que eJerce ~n cu~t.? part,Ido.. . más sintética, dentro de la sociedad política. El partido efectúa la solda-
El partido tiene su raz?n de se~ ~recta en la VId~ política. S_?lo mili- dura entre los intelectuales "orgánicos" de un grupo dado, el grupo do-
rectamente influye en la v1da econom1ca del gr~po. . Un ~omerc1:mte no minante, y los intelectuales tradicionales. "Y esta función la cumple preci-
entra en uri partido político para hacer comercio, m un mdustnal para samente bajo la dependencia de su función fundamental, que es elaborar
producir más y a mejores precios, ni ~ campesino para aprer:der ~uevos sus propios componentes, elementos de un grupo social que ha nacido y
métodos de cultivo, aun cuando, en ciertos aspectos, esas eXIgencia~ del se ha desan-ollado como «económico», hasta hacer de ellos intelectuales
comerciante, del industrial o del campesino puedan hallar ~.m.a satis~ac­ políticos cualificados, dirigentes, organizadores de todas las actividades y
ción en el partido político. Con ese objetivo, ~e.ntro de es,os _lírmtes, eXI~te de todas las funciones inherentes al desarrollo orgánico de una sociedad
e1 sindicato profesional, en cuyo seno la actividad economico-c,orporati:va integral, civil y política." 6 El partido, cabría decir, cumple esta función
del comerciante, del industrial, del campesino, halla su marc~ mas ap:o~m­ de modo más completo de lo que la cumple el Estado: un intelectual que
do. En el partido político, los elementos de un ~J?o. socml econ<;>micO entra en el partido político de un grupo social determinado se confunde
rebasan ese momento económico de su desarrollo histonco y se conVIerten con los intelectuales "orgánicos" de ese grupo, se liga estrechamente a ese
• en los agentes de una activida~ gener_al, de carácter na~ional e ~te_rnacio­ grupo, en tanto que cuando participa en la vida del Estado lo hace sola-
1
nal." 3 La atención de Gramsc1 se fiJa menos en la v1da econom1ca del
' grupo que en la vida política, es decir, en el partido. Gramsci .se interesa
más en la actividad de las superestructuras que en las de las mfraestruc-
mente de una manera mediocre.
Los miembros del partido político, por su función de realizar la sol-
dadura intelectual del cuerpo social, ¿son también intelectuales? La res-

l turas. Considera como más importante la actividad de las primeras, pese


a su necesaria dependencia respecto de las segundas, de suerte que las dos
actividades no forman más que una sola y no constituyen más que un
solo bloque histórico. .
puesta es evidente: todos los miembros de un partido son necesariamente
intelectuales. Pero el miembro-intelectual del partido no es formalmente
el intelectual "orgánico" del grupo. Las funciones pueden ser acumuladas,
pero difieren específicamente, sin separarse, no obstante. El partido es in-
1 La valoración de la actividad superestructural tiene como consecuen-
cia la precedencia del trabajo del intelectual respecto al del obrero. Dado
telectual, desempeña el papel de un condottiere, de un "organizador": "Lo
que importa es su función de dirección y de orgánización; por tanto, su
que el partido es una organización que trabaja en 71 plano de la superes- función educativa, su función intelectual." 7 En el ánimo de nuestro autor,
tructura de ello se sigue que deba preocuparse pnmeramente de formar el partido sería el intelectual san Pablo, organizador de una W eltanschau-
los órga~os de la actividad intelectual del ~rupo, es dec_ir, de I_o~ intelec- ung, en relación al intelectual Cristo, creador de una nueva concepción.
tuales "orgánicos". "Para ciertos grupos socrales, :I partido pohti~O _no es O también, el partido sería el mtelectual Lenin, realizador de una filosoña,
otra cosa que su propio modo de formar su propm categona orgamca de en relación al intelectual Marx, creador de una nueva concepción de vida.
intelectuales (los cuales se forman necesariamente, habida cuenta de los La función intelectual del partido podría ser comparada a la de los em-
caracteres generales y las condiciones de formación, de vida '!. de desa- presarios; al menos, a esa minoría que en los comienzos de la sociedad
rrollo de un grupo social dado) directamente en el terreno polít1co y filo- capitalista debió tener una capacidad de organización del conjunto de la
sófico y no en el terreno de la técnic~ productiv~." 4 • •, , sociedad.
Si la producción, como tal, no eJerce por SI ¡::msm~ una ~un~10n polí- Pero no es específicamente el intelectual miembro del partido quien
tica el intelectual que el partido debe formar no sera un tecruco de la interesa a Gramsci. Por otra parte, esto no podría ser así porque equival-
ind~stria: "Los técnicos de fábrica no ejercen ninguna función política so- dría a que Gramsci se estableciese por encima del partido, cqmo si él fue-
bre sus masas instrumentales, o al menos ésa es una fase ya rebasada. A
5. 1., p. 11.
2. 1., p. 7. 6. 1., p. 12.
3. 1., pp. 12-13. 7. 1., p. 12.
4. 1., p. 12.
181
180
se el creador del partido. Él no dice nunca cómo nace el partido, clase base de~ nuevo til?o. de intelectual." 10 ~i el c~ntenido de la intelectualidad
dirigente. Simplemente constata su existencia histórica como vanguardia de. Platon _er~ reh¡p.oso,. el _de Gramsc1 es__lmco. Partiendo, pues, del tra-
del grupo. El partido tiene, pues, un nacimiento tan misterioso como el baJo econom1co, de la tecmca de producc10n, es como el intelectual d 1
del hombre. Los Quaderni dal Carcere no hablan ni de uno ni de otro na- sociedad industrial se eleva a la concepción humanista de la historia. ~ a
cimiento. Hablan de la existencia del partido como de un corolario nece- .· Aunque el intelectual sea el producto de una relación determinada de
sario de la existencia de todo grupo "esencial". La existencia del inte- fuerzas productivas, su actividad se ejerce por encima de la economía di-
lectual "orgánico", aunque dada por el desarrollo de todo grupo social rectamente en la sociedad civil y política. En la sociedad civil, él e~ el
fundamental, es de naturaleza diferente. Lo que Gramsci quiere es crea- responsable del funcionamiento de los organismos que se dicen "privados"·
ción y la formación de intelectuales "orgánicos" subordinados a la acti- en la sociedad política, del funcionamiento del Estado. Pero no hay qu;
vidad del partido. imaginar el poder del intelectual como desligado de la economía. La fuer-
El partido que se propone fundar y mantener una nueva ciudad, una za intelectual es el complemento necesario de la fuerza económica. El pen-
nueva organización de la sociedad, no puede prescindir de los intelectua- samiento del intelectual que no está apuntalado en el prestigio económico
les. Los elementos de la ciudad que pretende formar no son piedras, sino de un grupo social, es siempre un pensamiento arbitrario.
voluntades humanas, hombres que se unifican por lo que piensan. ¿Cómo, Si la sociedad moderna es esencialmente industrial y está concentra-
pues, va el partido a disponer esas voluntades humanas y a amalgamar- da en las grandes ciudades, el intelectual "orgánico" moderno será necesa-
las en la unidad de comportamiento? Mediante el intelectual "orgánico". riamente de tipo urbano. Este tipo se desarrolla al mismo tiempo que la
Haciendo la critica de la conciencia del grupo, elaborando una cultura que industria y está ligada a la fortuna industrial. Al no constituir el campe-
anime toda la vida del grupo, el intelectual obtiene la homogeneización de sinado una clase social autónoma, el intelectual rural no es nunca "orgá-
todas las voluntades. Es, pues, él, el intelectual, quien prepara a la masa nico", sino "tradicional". Como la ciudad gobierna económicamente al
para la acción organizadora del partido. campo, el partido tendrá la dirección política del campo en la medida en
Gramsci compara esta función de los intelectuales a la que Mosca que el intelectual "orgánico" de su grupo asimile al intelectual rural. Este
atribuye a la "clase política", y aun la coteja con el concepto de "minoría" tipo de intelectual rural es "quien pone en contacto a la masa campesina
de Pareto.8 Pareto y Mosca habían intentado con esas diferentes nociones con la administración central o local (abogados, notarios, etc.). Con ello
interpretar el fenómeno histórico de los intelectuales y su función en la cumple una función político-social importante, pues es difícil separar la
vida del Estado y de la sociedad. En otro lugar 9 la función de los intelec- mediación profesional y la mediación política. Además, en el campo, el
tuales es comparada a la de los filósofos de la República de Platón, que intelectual (sacerdote, abogado, maestro de escuela, notario, médico, et-
debían ejercer una actividad de elevación y de educación, de dirección es- cétera), tiene un nivel medio de vida superior al del campesino medio, o
piritual de la polis. al menos un modo de vida diferente. Por eso representa para este último
El intelectual-filósofo de la República de Platón era de tipo religioso, un modelo social en su aspiración a salir de su condición y a mejorarla." u
pues la sociedad tenía entonces un carácter de religiosidad. El intelectual El campo depende de la ciudad, pero está directamente bajo la autoridad
de Gramsci es de tipo industrial, porque la sociedad de hoy es industrial. de los intelectuales rurales. "No es posible entender nada de la vida
"En el mundo moderno, la educación técnica, estrechamente ligada al tra- colectiva de los campesinos, ni de los gérmenes y los fermentos que en
bajo industrial, aun al más primitivo y más despreciado, debe formar la ella se hallan, si no se toma en consideración, si no se estudia de manera
concreta, si no se profundiza en esa subordinación efectiva del campesino
a los intelectuales. Todo desarrollo orgánico de ·las masas campesinas,
8. Las primeras décadas de nuestro siglo estaban dominadas por la expansión hasta cierto punto, está ligado a los movimientos intelectuales y depende
del comunismo y el brusco esplendor de los fascismos. Los intelectuales que trataban de tales movimientos." 12
de comprender este mundo pueden ser divididos en tres grupos: Primeramente, el
grupo que se esfuerza en reliasar, o al menos revisar, las ideologías corrientes. «Dos Uno de los rasgos característicos de todo grupo social que trata de
expresiones son de uso corriente: "más allá" y "neo": Más allá del marxismo alcanzar el poder es la lucha por formar una minoría selecta de intelec-
(Henri de Man, 1927), Más allá del nacionalismo (Thierry Maulnier, 1938)». Existe tuales "orgánicos" y por asimilar y conquistar "ideológicamente" a los
después el grupo de los intelectuales que hacen meditaciones sobre la decadencia intelectuales "tradicionales". La función más importante del partido será
de las naciones: Declive de Europa (Albert Demangeon, 1920), Decadencia de Occi-
dente (Oswald Spengler, 1920), Decadencia de la libertad (Daniel Halévy, 1931), Deca- precisamente la de lucha por la formación de intelectuales "orgánicos" y
dencia de la nación francesa (Robert Aran y Arnaud Dandieu, 1931). Finalmente, exis- por la asimilación de los intelectuales "tradicionales". Así es como ve
ten intelectuales como Vilfrido Pareto (1848-1923, italiano de madre francesa), Gae- Gramsci la posibilidad de integración del campo en la ciudad (que en
tano Mosca (1856-1941, italiano), Max Weber (1864-1920, alemán) y Robert Michels Italia toma la forma de integración del Norte y del Sur), la posibilidad de
(1876-1936), que teorizan la necesidad de las minorías selectas. Pareto escribe: «Toda
minoría selecta que no está dispuesta a librar batalla para defender sus posiciones hacer la revolución nacional popular con la participación activa de las
está en plena decadencia, no le queda sino dejar el sitio a otra minoría selecta que masas instrumentales.
tenga las cualidades viriles que a ella le faltan». La idea de «clase dirigente política»
( classe politica) fue extendida por Mosca a través de su libro Elementos de ciencia
política, cuya primera edición data de 1896. (Cfr. J. TouCHARD, Histoire des idées po- 10. 1., p. 7.
!itiques, vol. II, PUF, París, 1962, pp. 815-822.) 11. 1., p. 11.
9. Cfr. 1., p. 31. 12. 1., p. 11.

182 183
Pero esta revolución activa, cuya teoría había sido elaborada por Ma- trucción c~iga:': "La ~ase económica del hombre colectivo: ra .
quiavelo, fue intentada sin éxito durante el Risorgimento por Mazzini. cas, taylonzacwn, racionalización." 13 El punto de partida :ra ndes fabri-
Porque éste no halló una minoría selecta de intelectuales "orgánicos" ca- y educa: al hom~re colectivo será el mundo de la produc~ón e~ng~nd.rar
paz de sustraer las fuerzas populares a la empresa ideológica de los inte- el trabaJO. De ahi es de donde proviene la exigencia de una nueva ~o,rru~a,
lectuales del partido moderado. La teoría política de Gramsci querría ser, de una nueva moral, de una nueva cultura, de un nuevo humanism~sofía,
pues, la ·concretización de la revolución popular nacional entrevista por
Maquiavelo e históricamente inaugurada por Mazzini. Para llegar a ella, el Por tanto, el nuevo humanismo debe construirse sobre el a ·
ductivo: la vida colectiva e individual es organizada segun' laspar~to P~o­
"Príncipe" moderno, es qecir, el partido, tiene necesidad de intelectuales de la e eonomra.· ¿y d on· d e hall a Gramsci ese aparato productivoeXIgencias
más que de un ejército. q
mita indicar cómo disponer concretamente la formación intele~~cJer­
moral del hombre nuevo? En la forma de sociedad moderna que y
el aparato..:conómico más progresivo: en la sociedad capitalista am~~i~~
2. LA FORlvlACIÓN DEL HOMBRE COLECTIVO
n~ .. Para.dOJICam~nte: pues, es la sociedad con una superestructura más in-
di;r:t~uahsta Y mas hberal la que ha creado materialmente un mundo eco-
Gracias a los intelectuales, el partido se propone primeramente la nomic.o que puede ser la base de la emancipación del hombre, de su uni-
educación del ciudadano. No basta que los intelectuales hayan elaborado
v~rsa}lsmo concr.eto .. De ahí proviene el interés de Gramsci por el «ame-
la nueva concepción del mundo, que hayan criticado todo el pasado y jus-
nc~Isn:o», .? mas bien por el fordismo y el taylorismo como fonnas de
tificado la acción actual que las clases subordinadas deben emprender. El
ra~wnahzacwn o de organización más avanzada de la producción econó-
intelectual moderno debe comprometerse en la vida práctica, organizar nnca.14-
los aspectos prácticos de la cultura: debe ser un gran educador.
Si, en un primer momento, el trabajo del intelectual consistía en El americanismo es brevemente analizado por ~uestro autor en un
constituir "especulativamente" un nuevo universalismo, en sintetizar a Ro- sol~ punto: en su a~tiv!d.ad e~onómica. En este punto preciso, el ameri-
bespierre y a Kant, a Maquiavelo y a Croce, la filosofía y la política, en un canis~o, . base del lll?iVIduahsmo, como una fuerza social progresiva
segundo momento, el intelectual trabaja en la construcción concreta de que tecmcamente qwere superar la resistencia del mundo material
ese nuevo universalismo. El intelectual habrá de hacer, por tanto, un tra- Y de .la s?ciedad human_a. "De u~a manera general, se puede decir que el
bajo de creación die hombre universal, del "hombre colectivo", como pre- amencams?Io 1. el fordismo ~envan de .la necesidad inmanente de llegar
fiere decir nuestro autor. Este hombre colectivo no será creado ex nihilo; a la ?rgamzacwn de una sociedad plamficada. Los diferentes problemas
está ya prefigurado por el desarrollo histórico, y hay que ayudarle a llegar exan;mados deberían constituir los eslabones de la cadena que señalan
a ser él mismo por dentro y por fuera. Por dentro, haciéndole pensar y p:ecisamente el paso del viejo individualismo económico a la economía pla-
obrar según el nuevo universalismo. Por fuera, adaptando las instituciones mficada: estos problemas nacen de las diversas fonnas de resistencia que
de la sociedad a la realidad del nuevo hombre colectivo. Pero antes de el proce~o de desarr~llo encuentra en su desenvolvimiento, resistencias
pensar en las instituciones, Gramsci piensa en el hombre. Hay que pre- que prov:1enen de las dificultades inherentes a la societas rerum y a la socie-
parar al hombre a pensar universalmente, a obrar universalmente. En una tas hommum." 15 La "taylorización" de la vida económica halla obstáculos
palabra: hay que preparar al hombre a ser hombre colectivo. Si la filoso- que superar del lado de la naturaleza material y del lado de la sociedad
fía de la praxis es la filosofía del hombre colectivo, es tal en cuanto pro- ací?al, pü:sto que no sólo hay amplios estratos de la clase dominante que
yecto, no realizado, pero susceptible de realización porque la economía lo r:sisten, smo qu~ t~bién "las fuerzas subalternas, que deberían ser «ma-
anuncia, la especulación lo esclarece y la política lo puede realizar. n.Ipuladas>> y raciOnalizadas con vistas a nuevos objetivos, ofrecen necesa-
namente una resistencia".Is
La formación del hombre colectivo debe comenzar allí donde él se
anuncia como hombre colectivo, allí donde él halla el sólido fundamento ¿P~r qué Gramsci trata de fundar el humanismo de la filosofía de
de su universalidad. Este fundamento no viene de arriba, de una idea o 1~ _praxis ;o~re el modelo económico americano, y no sobre la organiza-
de la sugestión de un condottiere "carismático". En el pasado, el hombre cwn economica de Rusia, que era desde 1917 el país de la revolución de
hallaba su universalidad a través de la idea universal de la naturaleza hu- las ~lases subordinadas en el que todas las instituciones sociales deberían
mana, o bien a través de la impulsión de un héroe que obtenía y repre- servir de modelo para la formación del hombre colectivo, del hombre uni-
sentaba en sí mismo la unión de todas las voluntades. Pero como esta
unión era debida a factores externos, se componía y se descomponía con-
tinuamente. Hoy, la universalidad no puede darse sino a través de la eco- 13. M., p. 150.
nomía. "El hombre colectivo moderno, por el contrario, se forma esen- d 14. H~U:Y FoRD (1863-1947): industrial norteamericano, fundador de las fábricas
cialmente partiendo desde abajo hacia arriba, sobre la base de la posición e automovrles Ford, en l~s que aplicó la teoría del ingeniero Frederick Winslow
detentada por la colectividad en el mundo de la producción: el hombre "?AJLOR .<~.~-1915), .el taylo_nsmo: organización científica del trabajo que, eliminando
o a per I a de tiempo, rmpone al obrero la ejecución rigurosa y automática del
representativo tiene todavía hoy una función en la formación del hombre trabaJo.
colectivo, pero muy inferior a la que ocupaba en el pasado, de suerte que 15. M., p. 311.
él puede desaparecer sin que el cimiento colectivo se deshaga y la cons- 16. M., p. 311.

184 185
versal? Aquí, como en 1917, al comentar la revolución de Lenin bajo el tí- proteccionismo interior y exterior. Y así dice nuestro auto
tulo "La Revolución contra el Capital"P ¿quería insinuar nuestro autor an!es de 1926, los portadores de las nuevas exigencias i~~~~r~~eltalia,
que la revolución rusa no era marxista? ¿Pensaba él que Rusia no tenía mas modernas, fueron los obreros, que las proclamaron a s d s, las
el desarrollo económico capaz de hacer surgir de su mundo industrial y energía.20 Gramsci reconoce que después de 1926 hubo unu mofuo Y con
. d . .ó d 1 • . • . es erzo de
productivo el nuevo tipo de hombre colectivo, sino que trataba de crearlo roo errnza~I. n e aparato tecmco-econormco, por obra del corporat" ·
desde fuera, mediante la construcción de una armazón jurídica formal de Mussolim. IVIsmo
que guiaría desde fuera el desarrollo del aparato productivo, y, por consi- En América, observa nuestro autor, el americanismo es realizad0
guiente, dirigiría desde fuera la formación del hombre colectivo? una verdadera sociedad
. liberal capitalista;
. ésta ha sabido, pues , crearun
por
El marxismo de Gramsci pretende construir al hombre partiendo del ver dd
a ero E stado liberal, no en el sentido del liberalismo aduanero 0 d 1
trabajo productivo racionalizado, mecanizado. Partiendo de alri es como li~e:;alismo p~lít~c?, sU:o "en el s.en~ido más fundamental de la libre i~­
el hombre experimenta la necesidad íntima de ser universal, de ser colec- ciatiVa y del ~dlvidU~I?mo econo;mco que llega por sus propios medios,
tivo. Lo universal no es entonces abstracto ni está impuesto desde el exte- eJ?- cuanto «SOCiedad civil», en razon del desarrollo histórico mismo al ré-
rior sin relación con la realidad: surge con toda naturalidad de una base gunen de la concentración industrial y de los monopolios".21 En' Italia
siempre estable e indestructible: la base económica. "La hegemonía nace como en Europa en general, el liberalismo capitalista había creado ur{
en la fábrica y no tiene necesidad para ejercerse más que de un mínimo Estado liberal proteccionista, · dominado por una clase económicamente
de intermediarios profesionales de la política y de la ideología." 1a La es- parasitari~ ~ue impedía la .introducci~~ de los métodos americanos por-
tructura económica taylorizada fuerza al hombre a convertirse en masa, que eso SI~ificaba su propia destrucc10n. "En Europa, las diversas tenta-
a universalizarse. tivas para mtroducir ciertos aspectos del americanismo y del fordismo
Las reflexiones sobre el"americanismo" dan a nuestro autor la ocasión son obra de la anti~a plutocr~cia, q~~ querría conciliar lo que, hasta que
de evocar -durante su estancia en prisión- la expei:iencia del Ordine se pruebe lo contrano, parece mconclliable: la estructura social antigua y
Nuovo, para reasumir, no la teoría, sino el espíritu que animaba a los anacrónica de la demografía europea, de una parte, y de otra parte una
"consejos de fábrica" de Turín. Este espíritu era en cierta manera el que forma ultramoderna de producción y un modo de trabajar semejante al
animaba a Ford: hacer altamente racional cada elemento de la sociedad que ofrece el tip~ america.~o más pe~eccionado: la industria de Henry
económica, tanto el elemento técnico como el elemento humano. El fordis- Ford. Por eso la mtroducc10n del ford1smo encuentra tantas resistencias
mo es la mecanización y la automación más avanzada de todas las activida- «intelectuales» y morales»." 22 El "americanismo" exige una composición
des económicas: de producción, de transportes, de comercio; por consi- demográfica racional, es decir, que es incompatible con una muchedumbre
guiente, constituye también la educación de todas las fuerzas demográficas de parásitos sin función esencial en el mundo de la producción económica.
de la nación según las exigencias de la producción mecanizada. El fordismo Gramsci hacía estas observaciones antes de la última guerra mundial.
tiende a eliminar las actiVidades que no son productivas, que parecen La exactitud de las mismas no puede ser negada. Y si el capitalismo ha
ser productivas pero que de hecho son parasitarias. En esta misma pers- tomado en _Europa, después de la guerra de 1945, un esplendor "milagroso",
pectiva se insertaría el movimiento de los "consejos de fábrica" de Turín, el~o es debido a la guerra, que ha destruido instituciones anticuadas, y asi-
observa Gramsci, y el espíritu económicamente progresivo que le anima- mismo a la constante competencia americana, que obliga a la sociedad
europe~ a modernizarse, e;; decir, a racionalizarse, pese a las protestas de
ba no escapó a ciertos hombres de negocios italianos: "Agnelli hizo ten-
tativas para absorber al grupo del Ordine Nuovo, que sostenía una forma deterrmnados estratos socmles que querrían ver sus tipos anacrónicos de
propia de «americanismo>> bien vista por las masas obreras." 19 producción protegidos de la competencia por la intervención del Estado.
No :~ el hombre n~ci~o de la R~volución rusa de octubre el que llama
El forclismo quiere elaborar un nuevo tipo humano estrechamente vin- 1~ atencwn de Gramsci, smo el nacido del sistema de producción del for-
culado al nuevo tipo del proceso productivo. Eso mismo era lo que se d~~mo. Éste, además de su importancia y su significación objetiva, "es tam-
proponía el movimiento del Ordine Nuovo, que se mostraba más prógre- bien el mayor esfuerzo colectivo que se ha manifestado hasta ahora para
sista que la clase dirigente de la sociedad italiana. Gramsci no creía que crear, con una rapidez prodigiosa y una conciencia de su objetivo sin pre-
el capitalismo italiano fuese lo suficientemente fuerte como para empren- cedentes en la historia, un nuevo tipo de trabajador y de hombre"_23 Tay-
der la modernización de todo el aparato económico. La sociedad capita- lor expresa el fin de la sociedad americana de una manera brutal: hacer
lista italiana, como la sociedad europea en general, buscaba entonces el del trabajador un gorila amaestrado, es decir, "desarrollar al más alto
grado en el trabajador las aptitudes maquinales y automáticas, romper
17. «La revolución de los bolcheviques es una revolución contra El capital de el antiguo conjunto de vínculos psico-físicos del trabajo profesional cuali-
Karl Marx. El capital de Marx era en Rusia el libro de los burgueses más que de ficado, que reclamaba una cierta participación activa de la inteligencia, de
los proletarios. Era la demostración crítica de la necesidad fatal de que en Rusia
debía formarse una burguesía, iniciarse una época capitalista, instaurarse una civi-
lización de tipo occidental, antes de que el proletariado pudiese pensar en su riscos- 20. M., p. 322.
sa, en sus reivindicaciones de clase, en su revolución.» (Scritti Giovanili, p 150). 21. M., pp. 322-323.
18. M., p. 317. 22. M., p. 312.
19. M., p. 317. 23. M., p. 330.

186 187
la irnaginaciór:•, de la iniciativa del trabajador, y reducir las operaciones americano trata al obrero corno a una máquina cuya eficiencia física, neu-
24
de la produccwn
'd" a su,. solod aspecto físico "J maquinal." Esta adaptacwn ·' ro-muscular, hay que mantener. .
po~ as1 ec1~ a?-tornatlca el hombre a su trabajo, del hombre a la má- Si nuestro autor acepta el fordismo, no acepta la falta de conteNdo
quma, no. s1gmfi~a . degradación, sino disciplina y control personal del humanista con que es practicado. Por otra parte, él no cree que el indus-
hoJ:?bre_. Los. movrm1entos completamente adaptados al trabajo dejan libre trial americano pueda crear ese nuevo hu...JJ.anismo. "Esa «humanidad», 7sa
la mte}.1genc1a. Ésta,_ en vez de momificarse, alcanza un estado de libertad «espiritualidad», no pueden realizarse sino en el mundo de l_a producción
total. "}--? que ha sido . complet~ente mecanizado ha sido solamente el y del trabajo, en la «creación» productiva. Existían er: el mas alto ~ado
gesto fls1co. La memona del ofic1o, reducida a gestos simples repet"d 1 en el artesano, en el «demiurgo», cuando la personalidad del trabaJador
a una .ea d encm. · muy rap1 , ·da, h a «hecho su nido>> en los haces musculares
' os se reflejaba entera en el objeto creado, cuando el vínculo entre el arte
y nemosos, .deJando al cerebro libre y desembarazado para entregarse a y el trabajo era todavía muy ~uerte:" Las iniciatwas ):~uritan~s" de los
otras ocupacwnes: C_uando se cam~na no se tiene necesidad de reflexionar industriales americanos no estan anrmadas por el esp1ntu de· ese nuevo
en todos los movrm1entos necesanos para sincronizar la acción de todas hUlllanismo; se proponen conservar, fuera del trabajo, un cierto equilibrio
las . partes del c'-:etpo de. una determinada manera. Pues así es como se psico-físico que impida el hundimiento psicológico d~~ tr~bajador, ~~1?­
hacen, '.( se segmr.an hacien~o: en la industria, los gestos fundamentales tado al máximo por los nuevos métodos de produccwn. Es.te eqmlit;mo
del
t d 1
oficiO. Se camma . automatlcamente
" 25 • .
y se piensa, al mismo tiempo, en sólo puede ser exterior y mecánico, pero podrá llegar a ser mterno es s:
o o o que s7 qm~re. Los mdustriales americanos han comprendido, propuesto por el trabajador mismo y no impuesto d~sde fuer'!-, SI es
por tanto, la dialect1ca propi.~ de los nuevos métodos industriales. El gori- propuesto por una nueva forma de sociedad, con medios a~ropmdos Y
la amaestrado es una expreswn de alto contenido humano· ese trabajo d
al. ~ombre la po~~bilidad de pensar y de ser libre, una ~ez superada
cns1s de adaptacwn.
1: originales",2B "con una constricción de tipo nuevo, en la :n:edida en que,
ejercida por la minoría selecta de una clas~ sobre esa r:us~~ clase, no.
pueda ser más que una autocoerción, es decir, una autodiSClplina (Alfien
.,. ~l.obje~ivo, a que apunta la expresión de Taylor no es una novedad haciéndose atar a su silla)." 29
mdiVlduahsta : Es m~s _la desembocadura de un largo proceso puesto en Gramsci no niega el valor, y menos aún la necesidad, de un aparato
n;ar.cha por el mdustnahsmo, que exige un tipo de hombre altamente dis- coercitivo exterior que ejerza una presión física sobre el obrero para
c~plin~do dentro y f~era del trabajo. "La historia del industrialismo ha adaptarlo a la nueva manera de vivir y de trabajar. Ve. con b~enos
,'11 s1do siempre (y hoy :'Iene a serlo en una forma más acentuada y más rigu- ojos ese aparato coercitivo del industrial y del Estado amencano. S1 ese
aparato no educa al obrero por dentro, lo ~duca por fuer~, y ~o preserva
1'
,\ rosa) un~ ~ucha cont:nua contra el elemento «animalidad» del hombre; un
¡: proceso mmterrump1do, a menudo doloroso y sanmento de la s · ·' de la decadencia moral del pequeño hurgues y del bohenno ocwso .

l
de los in. st"m t os ("ms t"·mtos naturales, es decir, animales
"' y primitivos)
' UID1S1on
,.1~
a unas Pero la acción coercitiva del Estado no debería ser más que un com-
r~glas siempre nuevas, cada vez más complejas y más rígidas, a unos há- plemento de la acción educativa de las masas instrumentales, cuya inicia-
¡:
1'
bitos de ord~n, de exa~titud, de precisión, que hacen posibles las formas
cada vez mas com~lejas de la vida colectiva, consecuencias necesarias il
tiva se ejerce por el partido a través de los intelectuales antes de la to~a
del poder político. "La adaptación a los nuevos métodos de producc1~n
del desarroll? del Industrialismo." 26 Para obtener este nuevo tipo de
~•'l
y de trabajo no puede hacerse únicamente bajo el efecto de la constnc-
ho:nb;,e habr~a. q?-e. estudiar la significación de lo que se llama "altos sa- ción social." :ro Y Gramsci evoca la tentativa del Ordine Nuovo de educar
>1 lanos
· Yd las
1 ·
llllCiatiVas
F d que se dicen "puritanas" de los 1"ndustna · 1es ame- a las masas instrumentales en el nuevo humanismo por medio de la
ncanos e tipo or , que tratan de vigilar la vida civil del tr b · d persuasión. La coerción del Estado debería tener su apoyo, no en la fuer-
'Ford t ~ n'1a un cuerpo d e mspectores
· a aJa or.
que intervenían en la vida privada
subordinados y controlaban su manera de vivir y de gastar el salario e
de 1 za sino en el libre asentimiento de la sociedad, previamente educada.
F~rd había introducido los altos salarios para obtener del obrero el es-
do el esfuerzo de los, i~dustriales privados era insuficiente para c;ea~a~ t fuerzo de perfección técnica y de disciplina de vida, sin preocuparse de
los obreros
' 1 Eunos habitas
., de moralidad exicridos
.,... por 1a prod ucc1·ón, elaborar una nueva concepción del mundo propia de las masas que él
recurnan
f t a d stado.
d 1 '
He.,allí cómo la lucha contra el alcohol,emaspe- li
groso ac or e estruccwn de las fuerzas del trabajo, se convierte en empleaba.
Pero si los industriales americanos no han sacado a la luz el espíritu
asunto de Estado." 2'1 un contenido implícitamente en la praxis de las masas instrumentales que
Estas preocupaci~nes del industrial Ford hacia sus obreros no tienen ellos empleaban, han sentido fuertemente la necesidad de crear un nuevo
U? contemd~ hu.mamsta, no son una espiritualidad propia del obrero,
smo que estan dictadas desde el exterior, observa Grarnsci. El industrial
28. M., p. 331.
29. M., p. 329.- Vittorio ALFIERI (1749-1803): uno de los más grandes po~tas !rá-
24. M., p. 330. gi.cos italianos, que contribuyó con su actividad literaria al despertar de !taha. Sien-
do muy joven, deseoso de formarse por sí mismo una personalidad coro~ la de los
25. M., p. 337. héroes de Plutarco a los que admiraba, resolvió, para forzarse al estudio, hacerse
26. M., pp. 326-327. atar, durante cinco' o seis horas al día, a su silla, ante su escritorio.
27. M., p. 331.
30. M., p. 337.
189
188
, •tu capitalista, es decir, que la industria y el com~rcio, antes d7 ser IV. Realización de la
espin
un negocio,. sean un "servicio" · El Rotary. , Club quema el rebasarmento
, . ,
d e1 " cap1"talismo de rapiña" y la instauracwn de una nueva practica, mas
teoría política:
ro icia al desarrollo de las fuerzas econó rmcas.
· " 31 ASI' es c?mo e1 Rotary
t1ub ha creado una cierta honradez y ~ealtad en los negocws, basada ~n fase política
· fía del servicio: "Dar de uno rmsmo antes de pensar en uno rms-
1a fi1 oso • • • , ,
11
mo", con la convicción moral de que qmen sirve meJor, gana mas

En la fase prepolítica de la teoría política de nuestro autor, la acti-


vidad del partido se concentra sobre todo en la formación de una minoría
selecta de intelectuales y, por medio de ésta, en la educación de las masas
instrumentales para inculcarles el espíritu del nuevo humanismo, para
convertirlas interiormente a la concepción de la filosofía de la praxis. Por
esta acción política de su partido, el grupo subordinado se constituye ya
en una cierta medida como dirigente de la vida social por la hegemonía
parcial que ejerce sobre una parte mayor o menor de la sociedad. La hege-
monía prepolítica es parcial en un doble sentido: primeramente porque
no dirige todavía toda la sociedad, y después porque no se dirige única-
mente por sí misma, dado que debe pensar y obrar todavía bajo la hege-
monía del grupo que detenta el poder organizador del conjunto social, es
decir, el Estado.
En el ánimo de nuestro autor, la fase prepolítica de preparación para
la dirección intelectual y moral de la sociedad es absolutamente necesaria
al grupo si quiere llegar al poder y operar una revolución total en la que
la antítesis destruya la tesis sin ningún compromiso de orden económico
e intelectual. Este razonamiento no está formulado a priori, sino que pre-
tende basarse en un modelo histórico, el de la Revolución francesa, en la
que el grupo ascendiente, la burguesía, se apodera del Estado después
de haberse preparado intelectualmente para ejercer una completa hegemo-
nía, directamente por la fuerza, e indirectamente por la conducción intelec-
tual y moral de todos los ciudadanos.
Si el grupo subordinado no tiene esta preparación intelectual que le
da la conciencia crítica de ser la antítesis, se dejará absorber lentamente
por la tesis, es decir, por el grupo dominante de la sociedad. Ésta, a causa
de tal absorción, se transforma, pero no hasta el punto de perder la sus-
tancia de las instituciones otorgadas antes por el grupo dirigente. Grams-
ci da el nombre de transformismo o de revolución pasiva, o también de
revolución-restauración, a este tipo de evolución no dialéctica de la tesis
y de la antítesis.

l. LA REVOLUCIÓN-RESTAURACIÓN

La revolución-restauración, ¿será considerada como progresiva o como


regresiva? Gramsci constata la existencia histórica de este tipo de revolu-
31. M., p. 345. ción como movimiento progresivo. Analiza las características de la re-

190 191
volución pasiva teniendo ante los ojos el modelo de la revolución del vez le habría llevado a admitir teóricamente que, para ciertas sociedades
Risorgimento, en la que el partido de la acción popular, que representaba el ~rogreso soc_ial se produ;_:e en fonr:~ de un "transformismo" que s~
a las clases subalternas de la nación, fue guiado por el partido de los mo- realiza ~on ~entltud. H~ a.qm tma ~uestwn _qu~ .no fue analizada: "¿Puede
derados, que representaba a la clase dominante, no sólo durante las lu- el amencamsmo constrtmr una <<epoca» histonca, es decir, puede deter-
chas de la unificación italiana, sino también después de 1870 y 1876, cuan- minar una evolución gradual del tipo, examinado en otro lugar, de las
do la izquierda llegó al poder. Los moderados, estuviesen o no en el po- «revoluciones pasivas» propias del siglo pasado, o por el contrario no re-
der, lograron siempre imprimir a la nación un movimiento progresivo de presenta más que la acumulación molecular de elementos destinados a
tipo transformista. . producir una <<explosión», es decir, una conmoción del tipo francés?" a
"De la política de los moderados destaca claramente el hecho de que
puede y debe haber una actividad que tienda a la hegemonía, incluso an-
tes de la llegada al poder; y de que no hay que contar solamente con la 2. LA REVOLUCIÓN TOTAL
fuerza material que da el poder si se quiere ejercer una acción eficaz. Fue
precisamente la brillante solución ele estos problemas lo que hizo posible La revolución-restauración no es el tipo de renovación social histórica
el Risorgimento y en las formas y dentro de los límites que él ha tenido, a que apunta la política de la filosofía de la praxis. Este tipo, por muy
sin «terron>, como una «revolución sin revolución» o también como una progresivo que pueda ser, señala siempre un compromiso entre la tesis y
<<revolución pasiva», para emplear una expresión de Cuoco, pero en un la antítesis. La tesis, mediante determinados sacrificios, consolida su hege-
sentido algo diferente del que Cuoco quería darle." 1 Esta falta de prepara- monía sobre una nueva base. Que la fórmula revolución-restauración, aun-
ción ideológica de gran aliento que padecía el movimiento mazziniano hizo que haya dominado la historia política de Italia, no es la única forma re-
posible la penetración molecular de los moderados en las filas del partido volucionaria, lo han confirmado la Revolución francesa y, recientemente, la
de acción popular para dirigir éste desde dentro según sus intereses. Revolución rusa, en las que la antítesis ha destruido la tesis y conquistado
Conforme a este modelo de la revolución-restauración del Risorgimen- la hegemonía de toda la sociedad. ¿Por qué las fuerzas burguesas popula-
to, Gramsci juzga como dinámico este tipo de revolución, que modifica res de Francia llevaron a cabo en 1789 una revolución-renovación? ¿Por
pregresivamente la composición de las fuerzas, de suerte que éstas llegan qué las fuerzas populares del Risorgimento efectuaron una revolución-res-
a ser las "matrices" de nuevas modificaciones. El sentido progresivo de tauración? Las primeras tenían madurez histórica, no así las segundas.
la revolución pasiva es consecuencia de que la tesis es constreñida a Para efectuar una revolución total hace falta, pues, que las fuerzas revo-
"desarrollar todas sus posibilidades propias, hasta el punto de lograr lucionarias tengan una cierta madurez histórica. Para comprender mejor
incorporar una parte de la antítesis misma, para no dejarse, en suma, lo que nuestro autor llama madurez histórica, basta recurrir a la afirma-
«rebasar» en la oposición dialéctica; en realidad, sólo la tesis desarrolla ción de la filosofía de la praxis: estructura y superestructura forman un
todas sus posibilidades de lucha, hasta acaparar a los que se dicen "bloque histórico". Traducido a términos políticos, este principio significa
representantes de la antítesis: en eso precisamente es en lo que consiste que si las fuerzas revolucionarias pretenden llevar adelante una revolución
la revolución pasiva o revolución-restauración".2 Se ve, pues, que en este total, deben poder medirse con las fuerzas dominantes simultáneamente en
tipo de revolución la tesis confisca siempre el resultado para presentarse los diversos grados de la infraestructura y de la superestructura. Del mis-
en la escena política como una fuerza orgánica, con un partido formado mo modo que la filosofía de Ja pra'cis era el rebasamiento del idealismo
desde hace mucho tiempo y dotado de jefes racionalmente elaborados. y del materialismo, así la política que de ella se sigue evalúa de modo
El transformismo es por tanto un movimiento progresivo, pero no equitativo las fuerzas de la superestructura y las de la infraestructura: ha
completamente renovador: no es la única revolución progresiva que co- de ser una política que no se abandone ni al determinismo económico ni
noce la historia. Existe otra más profunda, más radical, no evolucionista, al voluntarismo ideológico.
sino dialéctica. La Revolución francesa es el ejemplar histórico de ésta. La Estos dos principios que sirven de base a nuestro análisis de la ma-
teoría histórica de Croce era criticada por Gramsci no porque ofrecía la durez histórica de las fuerzas antagónicas en presencia, principios de al-
teoría del transformismo, sino porque quería reducir toda la historia a cance filosófico e histórico, los hemos analizado en la parte filosófica de
un progreso de tipo transformista en el que . la tesis Ílo era nunca des- nuestra exposición. Aquí bastará recordarlos: "l. Una formación social
truida. no desaparece mientras que las fuerzas productivas que se han desarro-
Gramsci estaba desde luego eXcesivamente deslumbrado por el mo- llado en ella hallan todavía lugar para un movimiento progresivo ulte-
delo de la Revolución francesa y por el modelo de la revolución del Risor- rior; 2. La sociedad no se propone tareas para cuya solución no han sido
gimento. Pero, ¿es reducible la historia a esos dos modelos? Gramsci nunca todavía <<incubadas» las condiciones necesarias, etc." 4
examinó a fondo la historia progresiva del mundo anglosajón o del mundo Estos principios suponen la división en clases de la sociedad. Divi-
germánico. Las notas sobre el americanismo y el fordismo tenían como sión en clases antagónicas, no en el sentido de que una quiera destruir a
propósito deliberado examinar, entre otras, una cuestión cuyo análisis tal la otra, sino en el sentido de que una quiere dominar a la otra. La posibi-

l. R., pp. 70-71. 3. M., p. 312.


2. M., p. 71. 4. M., p. 69.

192 193
13
lidad concreta de una clase de constituirse como clase dominante de toda tacionarios. Siempre son signos de inestabilidad de las fuerzas producti-
la sociedad se mide por la cantidad de fuerzas de que dispone en relación vas. En un movimiento de coyuntura próspero, la clase social dirigente
a la otra. Se habla así de relaciones de fuerzas favorables o desfavorables. manifiesta que posee reservas vitales y que su deber histórico no está
"Relaciones de fuerzas favorables o desfavorables": este diagnóstico no todavía cumplido. Un movimiento de coyuntura regresivo no significa ne-
es el resultado de una intuición inmediata, sino la conclusión de un aná- cesaria o inmediatamente que el movimiento orgánico esté agotado.
lisis de esas relaciones de fuerzas en los tres momentos o grados simul- Las crisis de coyuntura, ocasionales, son síntomas. Indican que la
táneos de su constitución. La madurez histórica con vistas a una revolu- estructura orgánica de la sociedad tiene tendencia a cambiar, que está en
ción total existe si el análisis de los momentos económico, político y mili- movimiento hacia una modificación, pero no indican inmediatamente que
tar desembocan en la constataciqn de una relación de fuerzas favorable ese cambio vaya a producirse en un período determinado, !'le posible fijación
al grupo subordinado que proyecta hacer la revolución. anticipada. Las crisis de coyuntura ofrecen a las fuerzas antagónicas la
ocasión de medir sus posibilidades. Nunca tienen una significación causati-
va, es decir, no significan que operen necesariamente un cambio. "El error
a) Análisis de las fuerzas económicas en que se cae a menudo en los análisis histórico-políticos consiste en no
saber hallar la exacta relación entre lo que es orgánico y lo que es oca-
Las diversas fuerzas sociales que se apoyan todas en la economía son sional, y así se llega a presentar como inmediatamente operantes unas
más o menos potentes según el lugar que ocupan en el mundo de la pro- causas que, por el contrario, son operantes de una manera mediata, o
ducción. Hay, pues, relación directa entre la fuerza de un grupo y su fun- bien a afirmar que las causas inmediatas son las únicas causas eficientes;
ción económica. Ahora bien, la situación económica es una realidad obje- en un caso, se tiene el exceso del «economismo» o del doctrinarismo pe-
tiva ampliamente mensurable. Nadie puede modificar a su gusto el total dante; en el otro, el exceso del «ideologismo»; en un caso, se sobrestiman
de las acciones y el número de los individuos de que dispone una empre- las causas mecánicas, en el otro se exalta el elemento voluntarista e in-
sa, el número de ciudades con su población, etc. "Partiendo de esa dispo- dividua1."7 Las crisis económicas inmediatas no producen acontecimien-
sición fundamental de las fuerzas es como se puede estudiar si en una tos fundamentales; pueden crear un terreno propicio a la difusión de
sociedad existen las condiciones necesarias y suficientes para transformar ciertas maneras de pensar, de afrontar y de resolver las cuestiones que
esa sociedad. Partiendo de eso es como se puede controlar el grado de implican un desarrollo ulterior de la vida.
realismo y de posibilidad de realización de las diversas ideologías nacidas Sin adherirse completamente a la tesis de Mathiez, quien en un com-
en su terreno mismo, en el terreno de las contradicciones que ha engendra- pendio de historia de la Revolución francesa afirma que en 1789 la situa-
do en el curso de su desarrollo." 5 ción económica era buena y no podía justificar la catástrofe del Estado,
Si la realidad económica es mensurable en una amplia medida, eso Gramsci observa a este propósito: "En todo caso, la ruptura del equili-
no significa que sea fácil medirla. La economía es una realidad rebelde, no brio de fuerzas no se hizo bajo el efecto de causas mecánicas inmediatas
.solamente a la voluntad, sino también a la inteligencia. La realidad eco- de empobrecimiento del grupo social que tenía interés en romper el equi-
.nómica está en movimiento perpetuo. Un movimiento que a veces se re- librio y efectivamente lo rompió, sino que se hizo en el marco de los con-
vela como orgánico y relativamente permanente, y a veces como de co- flictos superiores al mundo económico inmediato, conflictos relativos al
yuntura, de permanencia ocasional. Pese a la dependencia de los movimien- «prestigio» de clase (intereses económicos venideros), a una exasperación
tos de coyuntura respecto a los movimientos orgánicos, hay que anotar que del sentimiento de independencia, de autonomía y del deseo de poder. La
la significación de los primeros no es de gran alcance histórico. Los movi- cuestión particular del malestar o del bienestar económicos considerados
mientos de coyuntura dan nacimiento a una política al día, porque plantean como causas de realidades históricas nuevas es un aspecto parcial de la
problemas que son solubles gracias a las reservas del grupo dirigente. cuestión de las relaciones de fuerza en sus diversos grados." 8
"Los fenómenos de coyuntura también dependen ciertamente de los mo- El sindicalismo, criticado por nuestro autor a todo lo largo de su
vimientos orgánicos, pero su significación no tiene un gran alcance histó- obra, es presentado aquí también como menos progresista que el libera-
rico: dan ocasión a una crítica política mezquina, al día, que arremete lismo vulgar. La concepción liberal vulgar, al dar importancia a la rela-
contra los pequeños grupos dirigentes y contra las personalidades que ción de las fuerzas políticas organizadas en las diversas formas de la
tienen la responsabilidad inmediata del poder. Los fenómenos orgánicos vida del partido (lectores de periódicos, elecciones parlamentarias y loca-
dan ocasión a la crítica histórico-social, que, por el contrario, se dirige a les, organización de masa de los partidos), era más avanzada que el sin-
las grandes agrupaciones, por encima del personal dirigente." 6 Los movi-
mientos orgánicos son, pues, los que ofrecen la base válida para la acción
del grupo subordinado que apunta a la subversión total de la organiza- 7. M., pp. 42-43.
8. M., pp. 48-49. - El compendio de historia de la Revolución francesa de Albert
ción social existente. Mathiez se titula La Revolution Franr;aise, Libr. A. Collin, 8.• ed., Paris, 1948; t. I,
Los movimientos de coyuntura pueden ser progresivos, regresivos o es- La Chute de la Royauté, t. II, La Gironde et la Montagne, t. III, La Terreur. En
efecto, Mathiez escribe: «La Revolución no estallará en un país agotado, sino, por
el contrario, en un país floreciente, en pleno esplendor. La miseria, que a veces de-
S. M., p. 45. termina revueltas, no puede provocar las grandes alteraciones sociales. Estas nacen
6. M., p. 42. siempre del desequilibrio de las clases» (t. 1, p. 13).

194 195
Estado, remplazar una clase dirigente por otra, concluye Gramsci debe
dicalismo, que daba una importancia primordial a la relación fundamental estudiar "en profundidad" cuáles son los elementos de la sociedad civil
económico-social y exclusivamente a ella. . . que corresponden a los sistemas de defensa en la guerra de posición.
La supervaloración de las. fuer~~s económicas por los movmnentos Gramsci relaciona también la teoría de la revolución permanente de
revolucionarios lleva a Gramsc1 a cnt1car a la v_~z a Trotsky y a Rosa, ~u- Trotsky con la supervaloración de la guerra de movinliento, es decir, del
ara ello se sirve de una comparacwn entre la lucha poht1ca elemento económico. Tal teoría no sería válida sino en los países en que
xemo b Urg. P .. d t 1 1
y la guerra militar. De esta co~~arac1on, nosotros es acamas os e e- los cuadros de la vida nacional, las condiciones económicas, culturales y
mentas útiles para nuestro proposlto. . . sociales son embrionarios y están relajados, de modo que no pueden con-
En el arte militar, existen, entre otras, una guer~a _de movmnentos Y vertirse en "trincheras y fortalezas".
una guerra de sitio o de posición. L::t guerra de moVIIDientos, en la es~ra­ Nuestro autor advierte entonces la exactitud de la estrategia de Le-
tegia militar, trata de hacer posible, con la ayuda so?re t;odo de la artille- nin: "Me parece que Ilitch había comprendido que hacía falta Ul1 cam-
. d ampaña una irrupción de las tropas en el mtenor de la defensa bio: pasar de la guerra de movimientos, aplicada victoriosamente en Orlen-
na ec '
· cra mediante la destrucción de sus lmeas . de resis
•t ·
encia. p ero 1a . te en 1917, a la guerra de posición, la única posible en Occidente, donde,
enemi"' , . · d · t
guerra de movimientos, si destruye la pnmera l~nea e res1s encm 71 ene- · d como observa Krasnov, los ejércitos podían acumular en poco tiempo
migo, no destruye inmediatamente tod7s l~s tnncheras y todo. el siste~a cantidades infinitas de municiones y los cuadros sociales eran todavía ca-
de organización y de industria del terntono que se halla detras del e~er­ paces de convertirse en trincheras inexpugnables." 12 Es interesante sub-
cito en posición. En los Estados más avanzados desde el .p~to de VISta rayar la expresión "me parece". Más adelante, Gramsci observa que Lenin
industrial y cultural, se debe consider~r la guerra de movinn~n~?s como no tuvo tiempo de profundizar su fórmula. Si lo había hecho, no habría
reducida a una función táctica, subordmada a la guerra de pOSICion. podido hacerlo más que teóricamente, y eso no era suficiente porque «la
En la lucha política, el elemento económico corresp?.r;t~e a la gu~rra tarea fundamental era nacional y exigía que se reconociese el terreno y se
de movimientos, y las superestructuras a la guerra de posiCI?n. Ahora bien, determinasen los elementos de trincheras y de fortalezas representados por
víctima de un cierto prejuicio "economista" y "espo~tane1sta", _Ro~a Lu- los elementos de la sociedad civil, etc.»P Así, pues, es bastante lógico
xembourg, en su librito La huelga de masas, el parttdo y lo~ sz11;~zc~~?s, decir que la vía revolucionaria de Gramsci no es la de Lenin. Lenin pone
descuida los elementos voluntaristas y los factores de orgamzacwn. ~1 el acento sobre la guerra de movimientos, en tanto que Gramsci lo pone
.,, sobre la guerra de posición.l 4 La sensibilidad histórica no abandona nunca
1 l!f elemento económico inmediato (crisis, etc.), es considerado como la arti-
'1\¡
1 fli llería de campaña que, en la guerra, a?re una ~recha..en la defensa ene- a nuestro autor: "En Oriente, por serlo todo el Estado, la sociedad civil
'1',¡ miga, brecha suficiente para ~acer posi~le. una rrrupcwn de l~s. tr~pas Y era primitiva y gelatinosa; en Occidente, entre Estado y sociedad civil
: :1'1¡: ara conse!!llir un éxito definitivo (estrategico), o al menos un eXIto Impar- había Ul1a exacta relación, y en un Estado vacilante se descubría en se-
P " 10 El
e1ement o economico
' . guida una robusta estructura de la sociedad civil. El Estado no era más
1 ll¡
tante en la"' dirección de la línea estrateg¡ca.
' •
m tiene su eficacia, observa nuestro autor. Pero sería reducir la. política a que una trinchera avanzada, detrás de la cual se hallaba una robusta ca·
"',,,"' una máquina creer que el elemento económico e~ capaz de abnr una bre- dena de fortalezas y de casamatas; esto variaba de un Estado a otro,
111
cha en la defensa enemiga, de sembrar la confusión en sus filas Y de aba- desde luego, y era precisamente lo que exigía un atento reconocimiento de
tir su confianza en sí mismo; capaz también de reorganizar sus. tropas, de carácter nacional." 1s
: ::¡ sustituir a tiempo por cuadros nuevos los puestos que permitan encua- La estrategia rusa de Lenin no es, pues, aplicable en Occidente, en paí-
ti¡
1
drar las tropas desorganizadas; capaz, final~ent~, de operar,_ c?n una ra-
pidez fulgurante, la unidad ideológica y la Identidad del obJetivo por al-
canzar. "Era una forma de determinismo histórico. implacable, con. 1~ 12. P. N. KRAsNov, Ot dvouglavago orla do krasnomou znameni (Del &guiJa bi·
circunstancia agravante de que los efectos eran concebidos como muy rapt- céfala a la bandera roja), novela, Berlín, Diakov, 1921.
dos en el tiempo y en el espacio; por eso s~ trataba de u~ ver~ade~o ~~~ 13 M., p. 68.
ticismo histórico, de la espera de una especie de fulguracwn nnstenosa. 14. Lenin, en el VII Congreso del PC, entrevió que la estrategia revoluciona-
Pero en los Estados avanzados, la sociedad civil ha llegado a ser una es- ria cuya teoría él había hecho, y aplicado en Rusia, no tenía curso en los países
en que el capitalismo había ya desarrollado una cultura y un sentido de la organi-
tructura muy compleja, y resiste las irrupc}~nes catas:róficas ~el ele- zación democrática en todos los ciudadanos. En un país corno Rusia era fácil co-
mento económico inmediato. Por tanto, la poht1ca que qmere dembar un menzar la revolución, tan fácil corno levantar una pluma. Pero Lenin no hizo la
teoría de la estrategia revolucionaria aplicable en países verdaderamente capitalis-
tas. No habría, pues, oposición entre Grarnsci y Lenin, pues la estrategia revolu-
9. Rosa LUXEl\lBOURG (1870.1919); socialista alem~na, de origen. polaco, que pro· cionaria del uno y la del otro no se oponen, por el hecho de que el término de
movió con K. Liebknecht el movimiento espartaqmsta Y fue a~esmada por _los na· referencia es diverso. Gramsci no critica la estrategia de Lenin aplicada en Rusia.
donalistas. Luxembourg mantenía en su obr~ fundament"':l (Dze Akkw;nulatwn ~es Antes al contrario, en muchas ocasiones afinna que Lenin es el realizador de la
Kapitals, Stuttgat, Dietz, 1912, 2 vol.; traducción francesa macaba?a: L accumulat_w_n Weltanschauung de Marx. Pero en ello no hay que ver inmediatamente la aprobación
du capital I, Librairie du Travail, 1935, XVI!I + 19? pp.) la fatalidad. _de ~na cns1s de la validez universal de la teoría revolucionaria leninista. Un problema que plan·
catastrófica del capitalismo. Para ella la úmca salida era la revoluciOn viOlenta, Y tea la divergencia entre Grarnsci y Lenin está en relación con Marx: ¿cuál de los
dos está más cerca del espíritu de Marx?
ésta sería total en un momento dado.
15. M., p. 68.
10. M., p. 65.
11. M., p. 65. 197
196
ses donde la sociedad burguesa ha alcanzado un nivel superior de cultura, guerra de posicwn, y lo Inismo sucede en el .arte político. El elemento
de organización civil y política. Lenin, en Rusia, halló un solo gran obs- económico, que corresponde a la noción de guerra de movilnientos, no
táculo: el Estado zarista. La sociedad rusa vivía prácticamente fuera de puede inmediatamente y por sí solo destruir la fuerzá antagónica, ni crear
ese Estado, en una forma de organización primitiva y amórfa. Ahora bien, y organizar de improviso una nueva sociedad. Del Inismo modo que tm
en Occidente, y concretamente en Italia, Gramsci constataba una relación Estado que quiere dominar a otro, industrial y civilmente más avanzado,
muy estrecha entre el Estado burgués y la sociedad civil: tanto el Estado debe prepararse a afrontar la guerra de posición, es decir, a dominarlo en
como la sociedad estaban fundamentalmente aburguesados. Por tanto, no permanencia, por su superioridad en el terreno de la producción y en el
era posible imitar a Lenin, apoderarse de la "trinchera", es decir, del de la organización político-militar, así sucede con un grupo subordinado
Estado, para poder ejercer influencia inmediata sobre la way of life de que quiere derribar al grupo dominante. El grupo subalterno debe poder
todos los ciudadanos. Gramsci propone que, en Occidente, el partido de medirse con su adversario en posición dirigente, no solamente en el terre-
las clases instrumentales aplique otra estrategia revolucionaria, la de la no de la producción económica, sino también en el de la superestructura,
guerra de posición, de la influencia cultural: operar, por medio de los la ideología y la organización política.
intelectuales, una profunda conversión ideológica de la población cautiva Analizar las fuerzas políticas de un grupo significa medir el grado de
del espíritu burgués. En suma, la estrategia revolucionaria de Gramsci homogeneidad, de autoconciencia, de organización, que ha alcanzado. En
consiste en arrebatar al Estado la dirección ideológica de la sociedad, en otros térlninos, eso significa: analizar las fuerzas intelectuales del grupo,
privar al Estado burgués del apoyo de la sociedad civil antes de abatirlo. creadoras de la homogeneidad crítica y consciente del grupo y de su or-
Nuestro autor reserva la vía revolucionaria, la toma del Estado por la vio- ganización superestructura!.
lencia sin una previa preparación cultural de la sociedad entera, a países Gramsci estudia la conciencia política de la colectividad según el gra-
subdesarrollados, para decirlo en un lenguaje más moderno. "Para ciertos do de universalidad concreta manifestado hasta aquí en la historia. Existe
grupos sociales, que antes de llegar a la vida política autónoma no han primeramente el grado de una conciencia política corporativa en la que
tenido un largo período de desarrollo cultural y moral propio e indepen- se desarrolla una conciencia de solidaridad profesional y se siente la nece-
diente... es necesario y mucho más oportuno un período de statolatria, sidad de organizarla. "Un comerciante tiene el sentimiento de deber ser
«estatolatría» que no es otra cosa que la forma normal de <<vida política», solidario de otro comerciante, un fabricante de otro fabricante, etcétera.
de iniciación, al menos, a la vida política autónoma y a la creación de una Pero el comerciante no se siente todavía solidario del fabricante. Lo que
<<Sociedad civil» que no había sido posible crear históricamente antes de se siente, en suma, es la unidad homogénea del grupo profesional, y el
llegar a la vida política independiente. Sin embargo, esa <<estatolatría» no deber de organizarla, pero todavía no la unidad de un grupo social más
debe ser abandonada a sí misma; no debe, sobre todo, convertirse en un amplio." En el segundo grado aparece una conciencia política más uni-
fantasma teórico ni ser concebida como perpetua." 16 Es fácil ver en este versal, pero de una universalidad relativa, porque la solidaridad de inte-
pasaje la condena de la "forma perpetua" que la Revolución rusa ha toma- reses solamente es sentida por todos los elementos del grupo. "En ese
do después de la muerte de Lenin. Si Gramsci admite un estadio de dicta- momento se plantea ya el problema del Estado, pero en un solo plano:
dura del Estado para "encuadrar" una sociedad civil amorfa en una forma llegar a la igualdad político-jurídica con los grupos dominantes, pues se
de vida moderna más avanzada, no admite que la sociedad civil sea siempre reivindica el derecho a participar en la legislación y en la administración
tratada por un gobierno de funcionarios y de policías como un niño per- y, llegado el caso, a modificarlas, a reformarlas, pero dentro de los mar-
petuamente en la cuna. En otro lugarP nuestro autor subraya lo que He- cos fundamentales existentes." 18
gel había dicho: la servidumbre es la cuna de la libertad. Para Hegel, "Un tercer momento es aquel en que se alcanza·la conciencia de que
como para Maquiavelo, el período dictatorial que caracteriza el comienzo los propios intereses corporativos, en su desarrollo actual y futuro, reba-
de todo nuevo tipo de Estado, y la servidumbre que le es inherente, están san los límites de la corporación, de un grupo puramente económico, y
justificados solamente en cuanto educación y disciplina del hombre toda- pueden y deben llegar a ser los intereses de otros grupos subordinados." 19
vía no libre. Eso es lo que hace decir oportunamente a Spaventa: "Pero la En este tercer grado se tiene una conciencia política colectiva universal,
cuna no es la vida. Algunos quisieran tenernos siempre en la cuna." íntegramente universal, porque la igualdad de todos los miembros es exi-
gida no sólo al nivel jurídico sino también al nivel económico. Los otros
dos momentos son, en relación a este tercero, menos políticos, dado que
b) Análisis de las fuerzas políticas los intereses económicos corporativos o de grupo dominan egoístamente
las voluntades.
En el arte militar hay que combinar la guerra de movimientos con la El tercer grado señala el paso neto de la estructura a la superestruc-
tura; lo cual determina la unicidad de los fines económicos y políticos, la
16. Pp., p. 166. unidad intelectual y moral. Este paso no se realiza sin tropiezos ni difi-
17. Cfr. 1., p. 116. - Bertrando SPAVENTA (1718-1883): filósofo hegeliano, fue el pri- cultades: las ideologías tradicionales y las ideologías nuevas entran en lu-
mero en introducir en Italia el idealismo alemán que él indicaba como el último
desarrollo de la filosofía moderna, nacida en Italia durante el Renacimiento. La frase
de Spaventa citada por Gramsci se halla en Principi di etica (en el apéndice), Na- 18. M., p. 45.
poli, 1904. 19. M., pp. 4546.

198 199
cha se enfrentan hasta el momento en que una sola ideología o una com- una nación dominada por él y que trataría de alcanzar su inde d ·
bin~ción tiende a tomar ventaja, a imponerse, a. extenderse -por t?da la en cuanto Estado. La relación de dominado y dominante no pen encra
·
militar, SIDO po1'ltlCO-mllitar,
· ·· . en una amplia med"d
y se exphca es puramente
área social, determinando una política no ya al mvel corporativo, SIDO en . ·- · l a por e1 es-
el plano universal. ta d o d e d rsgregacron socia1 del pueblo oprimido. La lucha po 1 · d ·
· h
dencm se ace a traves ' d r a rn epen-
En este tercer grado, "el Estado es en verdad concebido como. l_a or- , •
e un reagrupamiento de las fuerzas pol't" ..
1 lCO-mi11·
cranizacióri. propia de un grupo, como destinado a crear unas condiciOnes tares, que o-p?ndra, J?rrmera~ente a la fu~rza militar hegemónica una
favorables para la mayor expansión de ese grupo; pero ese desarr~llo y forma de accron pohtrca propra para determmar unos reflejos de carácter
esa expansión son concel:¡idos y presentados como la fuerz~ motn~ de militar en el sentido: "1, de que pueda disgregar en profundidad la efica-
una expansión universal, de un desarrollo de todas las energras «nacwna- cia guerrera de la nación hegemónica, 2, y de que obligue a la fuerza mi-
les» es decir, que el grupo domina.11te es coordinado concretamente a los litar hegemónica a dispersarse por un territorio extenso, anulando así una
inte~eses generales de los grupos subordinados, y la vida del Estado es gran parte de su eficacia guerrera".21 El ejemplo es hipotético, pero no
concebida como una formación continua y un continuo rebasamiento de tan abstracto que no haga pensar en la historia del Risorgimento, en cuyo
equilibrios inestables (dentro de los límites de la ley) entre los intereses análisis Gramsci señalaba precisamente la falta de dirección político-mi-
del grupo fundamental y los de. los grupos subord~ados, equilibri? en litar capaz de suscitar la acción de las fuerzas populares.
que los intereses del grupo domr~an~_e to~an ver;ta}a, pero ha~ta ,cierto
punto, es decir, no }l~sta el mezquiDo rnter~s e~onom:c? corpora~rvo .20 En d) Las relaciones internacionales
la historia real, estos ·tres grados de conciencm política colectiva hallan
una implicación recíproca, una montadura mutua horizontal y vertical. Hasta aquí, Gramsci había considerado las relaciones de fuerzas en-
Horizontal porque el progreso de la actividad económica no es simultá- tre el grupo dominante y el grupo subordinado dentro de un mismo Esta-
neo en una misma sociedad; es así como la producción artesana continúa do. Ahora bien, el Estado no tiene una independencia absoluta, sino rela-
junto a la producción mecanizada. Vertical porque en un mismo territo- tiva, especialmente el pequeño y el medio Estado. Cada Estado forma
rio se está ante diversos progresos. Estas implicaciones dan nacimiento parte siempre de una agrupación de Estados en la que su soberanía está
a organizaciones económicas y a conciencias políticas características que más o menos limitada por un sistema hegemónico supranacional. Las rela-
hay que tener en cuenta. ciones internacionales de un Estado son la consecuencia de las relaciones
"'ij
;:~
sociales fundamentales en vigor dentro del Estado. Si en un primer momen-
~1.1
to las relaciones sociales internas crean una agrupación determinada de
::¡""
... e) Análisis de las fuerzas militares Estados, en un segundo momento las relaciones internacionales tienden
a consolidar las relaciones sociales existentes dentro del país. Así, un sis-
•··'"
El tercer momento por analizar es el de la relación entre las fuerzas tema internacional puede inmovilizar las fuerzas internas de un Estado en
militares. Estas fuerzas no se identifican con las fuerzas económicas, pero el plano técnico-militar, económico y político. "Cuanto más subordinada a
Gramsci parece considerarlas como poseedoras de una potencia bastante las relaciones internacionales está la vida económica inmediata de una
?emejante, pues unas y otras son las que hacen oscilar cont~uamente el nación, más representa esa situación y la explota un partido determina-
desarrollo de la historia con la mediación de las fuerzas polítrcas. La fuer- do, con el fin de impedir a los partidos adversos que recuperen la ven-
za militar y la fuerza económica son factores que actúan a través de la taja (recuérdese el famoso discurso de Nitti acerca de la revolución
política. Sin ésta, serían fuerzas ciegas. La política no se reduce ni a la italiana técnicamente imposible)." 22
economía ni a lo militar: es mucho más. Pero la política no se hace sin Las relaciones internacionales se mezclan a las relaciones internas
una sólida base económica y sin el apoyo militar, que es el elemento in- del Estado, y eso crea nuevas combinaciones originales e históricamente
mediatamente decisivo en el derrocamiento o el mantenimiento de un concretas: las fuerzas económicas, políticas y militares no pueden ser
equilibrio dado. Ni las fuerzas económicas ni las fuerzas militares se en- analizadas como un "en sí" dentro del país. Tienen también centros de
cuentran en estado puro. Su organización es ya un acto político; ni unas determinación más allá de las fronteras geográficas de la nación. "Una ideo-
ni otras se presentan como algo confuso, pero tampoco como una cosa logía nacida en un país más desarrollado se difunde en los países me-
identificable inmediatamente en una forma esquemática. nos desarrollados, no sin incidencias en el funcionamiento local de las
Para la identificación de las fuerzas militares, Gramsci procede por combinaciones." 23 Las relaciones internacionales no ejercen la misma inci-
grados y distingue: un grado militar en sentido estricto o técnico-militar, dencia en toda el área social de la nación. Los sectores territoriales cuya
y un grado político-militar. La distinción surge lógicamente de lo que se estructura es diferente desarrollan unas relaciones internacionales dife-
afirmaba más arriba: la fuerza militar toma sigrúficación histórica a tra- rentes, y eso modifica las relaciones internas en todos los grados. Gramsci
vés de la política. En el curso del desarrollo de la historia, estos dos gra- recuerda a este efecto el ejemplo de la Vendée, que representaba, dentro
dos se han presentado en una gran variedad de combinaciones. Un ejem-
plo típico es el de la relación de opresión militar de un Estado sobre 21. M., p. 47.
22. M., p. 41.
20. M., p. 46. 23. M., p. 46.

200 201
de la unidad territorial francesa, las fuerzas reaccionarias internacionales. práctica ~el hombre, crea los primeros elementos de una in . . ,
mundo, liberada de toda magia y sortilegio. Da mot" twcwn del
ulterior de una concepción histórica, dialéctica del mun~~o Aal ddesarrollo
3. LA FUNCIÓN DEL NUEVO ESTADO prend er e1 mun d o. y . a «11egar a ser» el mundo' ' a valorar ·1a yu a a com-
suma de ·es
fu erzos y d e sacnficws que el presente ha costado al pasado .-
l a actu alI.da d como smtes1s
' · d 1 , a concebrr
En este parágrafo se examina la función del Estado: la noción que e pasado, de todas las generacion d
nuestro autor se forma de éste será abordada en el capítulo quinto. que se proyecta hacia el porvenír." 24 es pasa as,
El nuevo Estado de las clases subordinadas es esencialmente totali- Consecuente con. el espíritu de la filosofía
. de la praxis , que ante e
d o toma una actitud no de destrucción 1
tario, corno lo era el Estado hegeliano. Pero si el Estado hegeliano era pasa sino de rebasami·ento, Gramsci·
· · 1
totalitario en cuanto ideal por alcanzar, el Estado de nuestro autor es to- cnti~a os programas escolares del pasado por su falta de unidad entre
talitario hic et nunc, históricamente: es el Estado de las clases instru- la VIda y la escuela, por su contenido abstracto presentado de d
mentales, herederas de la universalidad de la filosofía clásica alemana, d ogma'ti". co. L a escue1a d el Ideal
. .
humamsta encarnada en Atenas IDO o
pero herederas que continúan "prácticamente" la obra de su predecesora, Roma, Ideal que era la expresión de un modo tradicional de vida m·ty len
tual
. Y m.oral, d e un e lima difuso
.
de la que ellas han deducido una voluntad activa, transformadora del en toda la sociedad, era un elementoe ec-de
mundo. Por tanto, el nuevo Estado no puede ser sino totalitario, corno lo VIda ~acwnal. Pero hoy e:e ideal humanista se ha hecho anacrónico. "Que
era el pensamiento idealista alemán. Pero con tina gran diferencia: la tal clima Y tal modo d~ VIda haya_n entrado en agonía, y que la escuela se
filosofía alemana era totalitaria en idea; el nuevo Estado de las clases su- haya ser,arado . de la VIda: he ~ lo que ha determinado la crisis de la
balternas es totalitario en la realidad social. escuela. 25 El Ideal del huma~I~mo tradici~nal está en crisis, pero nues-
En el espíritu de la filosofía de la praxis, el Estado no se limita a tr~ autor subraya el valor positivo que tema la enseñanza del latín y del
hacer universales la producción y la distribución de todo lo que es eco- ~e~o para l~. soci:dad tradicional, porque creaba en los alumnos ciertos
nómico. Para la filosofía de la praxis, el Estado realiza concretamente ha~Jlt~s de dil1~encm, d~ exactitud, de educación física, de concentración
la universalidad, sobre todo a través de las superestructuras, mediante la P~I9-mca. Ademas, el latm acostumbraba al niño a analizar un cuerpo his-
creación y la realización de una concepción del mundo única y totalitaria. t~nco como un cadáver q~e se po~ría descomponer y recomponer en
El Estado se presenta así como la concretización de una W eltanschauung VIda, lo. q~e c~eaba en ~1 nmo el sentido de la realidad histórica, el hábi-
única en la que el intelectual y el político no pueden ser separados uno to de distmgmr en la VIda lo general de lo particular.
del otro. Entre ambos no hay más que una división de un mismo trabajo La ense~~za del griego 'Y del latín, mediante la cual se transfundía
que se agota completamente en la organización de las relaciones sociales. 1toda la t~~dlciOr. cult~al de que vivía la sociedad, era en su tiempo una
.,¡ Si el Estado de Hegel es la Idea, que, más rica que cualquier mo- preparacwn ya~a la v1da. Pero la vida de hoy es profundamente distinta
::a mento de la historia, planea por encima de ésta, el Estado de Grarnsci y, por consigti_Iente, la cultura tradicional ha entrado en crisis con su
es el "intelectual" de las masas que piensan hic et nunc: su misión pri- escuela humamsta.
mera es llegar a que todos piensen de la misma manera y a que todos ."Hay qu~ remplazar el griego y el latín como base de la escuela for-
se conformen a la misma concepción. Es comprensible, por consiguiente, mativa, .Y seran ren:;plazados. Pero no será fácil disponer la nueva materia
que los Quaderni dal Carcere contengan extensas notas relativas a la or- o la sene de mate?as en un orden didáctico que dé resultados equivalen-
ganización de escuela y de la cultura. El leitmotiv de esas notas está tes pa~a la e_ducación y la formación general de la personalidad, partiendo
esencialmente contenido en la filosofía de la praxis: la unión de la teo- de la mfanc1a hasta el umbral de la elección profesional. Efectivamente
ría y de la práctica, la creación de un hombre colectivo, de un humanismo en ese período el estudio, o al menos la mayor parte de los estudios'
de masas que una la capacidad práctica a la capacidad teórica. El tono de no debe tener objetivos prácticos inmediatos: debe ser formativo a~
este humanismo lo da el trabajo, un trabajo cuya base es la industria, la c_uando sea «instructivO>>, esto es, rico en nociones concretas." 26 Si G~arns­
técnica, no un "más allá" del hombre, una idea general, sino un elemento CI c?mbate la escuela humanista tradicional, no es -como se ve por
concreto in fieri que sea la guía de toda actividad intelectual. la cita precedente- de aquellos que pretenden hacer de la escuela una
preparación inmedi~t,a para la vida profesional. Él no es de la opinión
de '!ue toda ed~c~cwn. deba,_ desde el principio, preocuparse de satisfa-
a) La organización escolar c~r mtereses prachco: mmedmtos. H_asta la edad de dieciséis .años apro-
Xlilladament~, Gramsc1 propone un tipo de escuela elemental media que
En lo que acabarnos de decír se pone de manifiesto cuál es el prin- prepare al JOVen para la elección profesional y le forme como persona
cipio en que debe inspirarse el Estado para su programa escolar. Un capaz. ~e pensar, de estudiar, de dirigir o de controlar a aquellos a quie-
nes dirige.
principio unitario: el trabajo en cuanto actividad teórica y práctica. Por
la técnica, el trabajo no solamente engendra el conocimiento y la organi-
zación de la societas rerum, sino que introduce también toda la superes- 24. 1., p. 107.
tructura compleja del orden social. "El equilibrio entre orden social y 25. 1., p. 109.
orden natural sobre el fundamento del trabajo, de la actividad teorético- 26. 1., p. 111.

202 203
"La crisis tendrá una solución que racionalmente habría de seguir la
línea siguiente: escuela inicial de cultura general, humanista, formativa, roanecer en el esc1itorio dieciséis horas seguida . . .
que equilibre justamente el desarrollo de la capacidad para el trabajo ma- hubiese adquirido por constricción, por coercí .s. SI dt;s~e su mfancra no
nual (técnico, industrial) y el desarrollo de la capacidad para el trabajo psico-físicos apropiados? Si se quiere selecci~~rme~=~ca, uno_s há~itos
intelectual. De este tipo de escuela única, a través de las repetidas expe- pre hay que partir de ese punto; y hace falta ejer g es_. sabws, Slem-
riencias dé orientación profesional, se pasa a una escuela especializada o al el área escolar para lograr que surjan esos millar~:r presron sobre toda
trabajo productivo." zr En la escuela unitaria, el trabajo manual y el tra- siquiera esas docenas de hombres de estudio de gr~n e::-~s ° 1 0
c~ntfnas, 0
bajo intelectual no deberían estar reunidos mecánicamente, como sucede toda civilización tiene necesidad." 29 • e os que
en ciertas escuelas progresistas de estilo "snob", individualista. La escuela Si, bajo el perfil
. .•
pedagógico.
y didáctico
f
arriba esbozado ,
el ·- es
nmo
unitaria se propone educar las clases instrumentales para un papel diri- 11eva do por constnccwn a un crerto con ·ormismo pasivo en otros
· d e 1os Qua d ernz· se trata de un conforrmsmo
Jes . • en el q pasa-
dinámico
gente en una sociedad concebida como un complejo único y no como un 1
conglomerado de individuos singulares. exigencias de ~irección y .~e orientación no deben sofocar la origin~~id=~
A esta escuela unitaria se dirige la atención de nuestro autor, porque y .la espontanerda?. del n.mo ..Nuestro autor quería situarse .a medio ca-
es ella la que crea la verdadera democracia política. La escuela profesio- romo entre el actlvrsmo rdeahsta y el conformismo "jesuítico". El resul-
nal, si se introduce desde el principio, eterniza las diferencias tradiciona- tado sería un conformismo dinámico.
les de clases. La multiplicación de escuelas profesionales diferentes desde Pa:a d~sp~és de la escuela .unitaria, cuando el niño pasa al trabajo, ya
el principio de la carrera escolar da ·la impresión de una tendencia demo- sea umversrtano, ya .sea profesronal, nuestro autor preconiza una autoedu-
crática, pues se tiene la opción entre una u otra de las diversas profesiones. cación creativa, es decir, que el niño habituado por la escuela elemental
Para que un programa escolar tenga una tendencia democrática intrínse- media al amor hacia los valores del nuevo humanismo, habría adquirido
ca, no basta que el peón pueda llegar a ser obrero cualificado; hace falta la autonomía moral y la autodisciplina para orientarse solo en la vida.
que cada "ciudadano" pueda llegar a ser "gobernante", al menos desde Después de la escuela unitaria, el maestro está junto al joven como guía
unas condiciones generales en que la sociedad le pone; la democracia polí- de trabajo y de investigaciones científicas.
tica tiende así a hacer que coincidan gobernantes y gobernados: todos los Las especializaciones que vienen después de la escuela unitaria son
ciudadanos pueden ser a la vez gobernantes y gobernados. El resultado de carácter científico (estudios universitarios) y de carácter inmediata-
es la democracia, es decir, un gobierno con el asentimiento activo de los mente práctico-productivo (industria, burocracia). Gramsci no habla de
gobernados. estas especializaciones. Sus escasas notas acerca de la Universidad revelan
La formación humanista tradicional se hacía en escuelas privadas, y admiración ~acia el sist~ma. universitario alemán, en el que los estudian-
eso era un signo de la división en clases de la sociedad. El nuevo Estado, tes se orgamzan en semmanos en torno a un maestro y a sus ayudantes.
que pretende realizar la unidad nacional, una sociedad sin clases, se en-
carga de la realización del programa escolar. "La función entera de la
educación y de la formación de las nuevas generaciones, de privada se b) La organización de la curtura
convierte en pública, pues solamente así puede la educación abarcar a to-
das las generaciones sin divisiones de grupos ni de castas." 28 El esfuerzo "El advenimiento de la escuela unitaria significa el comienzo de rela-
del Estado para la realización de ese programa se concentrará más en la ciones nuevas entre trabajo intelectual y trabajo industrial no solamente
formación del personal docente y en la creación de escuelas que rompan en la e~cuela, sino en toda la vida so~ial. El principio unÚario se habrá
definitivamente la tradición de castas del humanismo tradicional. Nuestro de refleJar para ello en todos los orgamsmos de cultura, transformándolos
autor aboga en favor de un tipo de escuela-colegio con dormitorios, re- y dándoles t;-n nuevo contenido." 30 La crítica de la literatura emprendida
fectorios, bibliotecas especializadas, salas adaptadas para el trabajo de por Gramsc1 era sobre todo, como ya hemos visto una crítica de la
seminarios, etc., una escuela que acoja a los niños para una vida colec- cultura más bien que una crítica literaria en sentido e~tricto. La literatura
tiva de día y de noche. italiana, en sus manifestaciones _más significativas, se inspiraba en una
La escuela unitaria no tiene el sentido de un. centralismo burocrático. cultura de casta: expresaba la vrda, no de la colectividad nacional sino
En la intención de Gramsci, debería ser un esfuerzo para elevar a toda de un grupo restringido. Tal literatura había sido posible por la faÍta de
la sociedad, con su participación activa, a un cierto nivel de cultura, para contacto entre el pueblo y los intelectuales. Los valores y el lenguaje
que pueda ser un organismo vivo, sin divisiones provenientes de progra- de los intelectuales eran inaccesibles a la población.
mas escolares diversos. ~n_a de las tareas de la filosofía de la praxis es poner en marcha un
La disciplina de esta escuela debe ser severa, sin excluir el recurso moVImiento de refor~~ cultural de las masas, crear una cultura que
,a la constricción para crear en los educandos unas actitudes psico-físicas c?ntenga una ~oncepcwn del mundo coherente, unitaria, de difusión na-
arraigadas. "Un hombre de estudio de cuarenta años, ¿sería capaz de per- cw~al, determmante del modo de vivir individual y colectivo. El Estado
realizador de esa filosofía habrá de apoderarse, por tanto, de todas las
27. 1., p. 98.
28. 1., p. 100. 29. 1., p. 109.
30. l., p. 103.
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organizaciones intelectuales para poner en marcha un movimiento de Sturm prevé una disminución constante de las horas de trabajo productivo, en
und Drang que conecte la cultura y la vida, los intelectuales y el pueblo. el sentido económico del término, y un aumento constante del tiempo no
Sin el control de todos los servicios intelectuales públicos, el Estado no productivo.34 La sociedad actual está lejos del ideal a que apunta Grams-
llegará jamás a la hegemonía total de la sociedad, a la democracia en ci, tan lejos que ese ideal parece utópico. Pero el progreso científico en
sentido moderno. "Servicios públicos intelectuales: además de la escuela los dominios de la producción, al liberar cada vez más al hombre de la
en sus dÍversos grados, ¿cuáles son los demás servicios que pueden de~ servidumbre del trabajo económico, parece prohibirnos considerar las
jarse a la iniciativa privada, pero que en una sociedad moderna deben ideas de nuestro autor -sobre la posible fusión de la baja y la alta
estar asegurados por el Estado y por las autoridades locales (ayuntamiento cultura, de la minoría selecta y la masa- como una ensoñación o como
y provincia)? El teatro, las bibliotecas, los museos de diversos géneros, una afirmación desprovista de fundamento. La sociedad actual no puede
las pinacotecas, los jardines zoológicos, los jardines botánicos, etc." s1 todavía entregarse a ese ideal. La política contemporáneá está toda con-
Las Academias deberían ser lugares de debates entre el trabajo inte- centrada en un programa científico y administrativo que gira casi exclu-
lectual y el trabajo industrial, entre aquellos que después de la escuela sivamente alrededor de la producción económica. Sin embargo, se puede
unitaria pasan al trabajo profesional y los universitarios. Y ello con el fin creer que en una fase aún por llegar, cuando ese programa haya sido rea-
de que los elementos sociales empleados en el trabajo profesional no cai- lizado, la sociedad se entregará a una política de educación y de eleva-
gan en la pasividad intelectual, sino que tengan a su disposición institutos ción cultural de todas las masas humanas.
especializados en todas las ramas de la investigación científica. La organi-
zación académica, como terreno de debate entre quienes despliegan activi-
dades intelectuales y quienes están orientados hacia la producción indus-
trial, tendrá, territorialmente, lo primero una centralización de competencia
y de especialización, después unos centros nacionales a los que estarán
agregadas las instituciones culturale<> ya existentes, y finalmente secciones
regionales y provinciales, círculos locales urbanos y rurales. La competen-
cia científica cultural en todos los dominios está representada por los
centros superiores. Los demás centros que no puedan tener todas las sec-
ciones científicas culturales se limitarán a crear las más importantes según
las regiones. "Cada círculo local debería tener necesariamente una sec-
ción de ciencias morales y políticas, y, poco a poco, organizar las demás
secciones especiales para discutir los aspectos técnicos de los problemas
'industriales, agrarios, de la organización y de la racionalización del tra-
bajo de fábrica, del trabajo agrícola y burocrático." 32 La organización de
la cultura sigue los mismos caminos que la escuela unitaria: fundamen-
talmente, apunta a llenar el foso abierto entre la alta y la baja cultura,
entre la minoría selecta y la masa, entre el trabajo intelectual y el trabajo
manual, entre la teoría y la práctica.
Nos preguntamos si estas ideas de Gramsci no son 'utopía. En primer
lugar, ¿es posible llevar a la sociedad entera a aceptar una sola concep-
ción del mundo? Nuestro autor cree que la filosofía de la praxis posee en
sí misma la fuerza de unir a millares de hombres de todas las edades y
de todos los tiempos. Gustosamente compara la fuerza de esa nueva con-
cepción con la de la Iglesia: "El objetivo es obtener una centralización
y un impulso de la cultura nacional que serían superiores a los de la
Iglesia católica." 33
En segundo lugar, ¿es posible, como quiere Gramsci, unir el mundo
del tra~ajo y el mundo de la cultura? Estos dos mundos, ¿no permane-
cer~ siempre separados? ¿La cultura no exige ocio, es decir, tiempo dis-
pomble? ¿El trabajo no se opone al ocio? Estas cuestiones pueden hoy ser
resueltas en la perspectiva de Gramsci. La teoría de los tres sectores

31. l., p. 124.


32. l., p. 104. 34. Cfr. J. FouRASTIÉ, ldées majeures - pour un humanisme de la societé scienti-
33. l., p. 105. fique. Coll. Idées, Ed. Gonthier, París, 1966, 246 pp.

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