Está en la página 1de 3

Nataly Marcela Díaz Gómez Universidad de La Sabana

0000147308 Seminario de Problemas políticos comparados

Aporofobia, el rechazo al pobre


Adela Cortina

Las cosas se nombran para poder llevarlas a la discusión colectiva, para poder llamarlas,
identificarlas, describirlas y estudiarlas. Es esta la razón por la cual, cuando una palabra nueva nace,
en la mayoría de los casos la reconocemos en nuestra forma de vida y somos capaces de involucrarla
con el contexto que nos rodea. Dar nombre a las cosas, es un comportamiento habitual del ser humano
para poder referirse a objetos, personas o fenómenos que afectan, irrumpen o coexisten en su vida.
Es por esto que Adela Cortina creo la palabra Aporofobia, ganadora de la palabra del año
Fundeú BBVA 2017 y la cual expone en su libro titulado de igual forma y que nos lleva a comprender
un fenómeno que hasta 2017 permanecía sin nombre: la aversión y rechazo a los pobres, a los
desamparados, a los menos favorecidos que en apariencia no pueden devolver nada a cambio (Cortina,
2017, pp. 14).
En el libro de Cortina, se afirma que no es el rechazo al extranjero [xenofobia] lo que despiertan
los refugiados y los inmigrantes extranjeros (haciendo especial alusión al caso español), debido a la
actitud de acogida y servicio en el caso de los turistas en las playas del país por parte de los locales o
los jugadores de fútbol de nacionalidad extranjera. Lo que molesta del inmigrante no es su proveniencia,
sino el tratarse de personas pobres, incluso de aquellas de la propia familia.
Aporofobia, es una palabra “capaz de transformar la realidad social”1 y que logra caracterizar
un fenómeno identificable en la vida cotidiana, una expresión de superioridad que surge desde un
sentimiento de rechazo a lo diferente, a lo que no posee capacidad de reciprocidad, que tiene una base
biológica y cultural. Para Cortina, la causa de las fobias proviene de un sentimiento del que odia, no del
que es despreciado y para ilustrar esto recurre a la explicación y análisis de dos patologías sociales:
los discursos de odio y los delitos de odio.
Los delitos de odio y los discursos de odio se presentan de forma constante en la cotidianidad,
se definen como aquellos actos de violencia y hostilidad hacia una persona que es percibida como
“diferente” por quienes actúan de esta manera y expresiones con la finalidad de esparcir o justificar el
odio hacia determinados grupos sociales, respectivamente. A la luz de la Aporofobia, el delito y el
discurso cobran importancias en la desnaturalización del individuo y la representación de la
colectividad. Las víctimas no se seleccionan por una identidad personal sino por su pertenencia a un
colectivo que el agresor desprecia. La víctima queda disuelta en el colectivo y quién comete del delito

1
cita de ted
de odio o pronuncia el discurso cree que hay una desigualdad estructural entre ellos y el discurso es
una forma de seguir manteniendo el “status quo” de superioridad entre él y ellos.
Esta naturaleza de distinción entre el yo y el ellos, entre la colectividad y el individuo es lo que
Cortina identifica como la naturaleza aporófoba. Esta naturaleza se explica en primera medida en el
desarrollo de la conciencia moral y a la asimetría entre el dicho y el hecho al cual se le llama debilidad
moral y que filosóficamente fue desarrollado por Kant, una gran influencia para la autora, en su doctrina
del mal radical la cual afirma que la tendencia natural de las personas es optar por el egoísmo frente al
deber moral. Esto se ilustra con la alusión de a autora al anillo de Gigs que ejemplifica la conciencia
moral de los individuos, haciendo referencia a que los hombres solo son justos por fuerza mayor ya
que en el momento que se identifica que la injusticia puede traer beneficios, se comete.
La aporofobia entonces tiene sus raíces en la naturaleza humana que se aqueja de un mal
natural, pero que adicionalmente tiene una explicación biológica en las neurociencias. En primer lugar,
por el autointerés, una autoproyección biológica dónde el individuo reconoce lo propio como “yo” y lo
externo como diferente. Es por esto por lo que el miedo al extranjero es natural, se teme a lo diferente,
a lo que no habla ni luce como el “yo”. El autointerés lleva biológicamente a un rechazo hacia lo que no
aceptamos como similar al propio y es aquí dónde Cortina encuentra una raíz biológica de la aporofobia.
Sin embargo, aunque la naturaleza nos diga que tenemos una tendencia hacia la aporofobia,
esto no implica una incapacidad de corrección. Además de la educación para la autonomía (que no ha
resultado exitosa) y a compasión y la construcción de instituciones, en los últimos años se ha dado la
posibilidad de recurrir a la biomejora moral para mejorar la capacidad de las actuaciones del hombre y
conducirlas o inducirlas a una mejora en la conciencia moral y en la naturaleza humana, buscando
trascender al hombre desde la genética al realizar modificaciones que no solo los afecten así mismos
sino mediante las cuales sean capaces de influir en su conjunto, su comunidad o sociedad. Con la
biomejora moral se podría evitar la aversión a ciertos grupos sociales o el impulso a la agresión violenta.
Ciertamente, aunque la biomejora moral sería un camino certero para la eliminación o
disminución de la aporofobia, la realidad nos indica que no solo la conciencia o la biología influencian
el comportamiento humano sino también los contextos, las disposiciones morales y el progreso moral
en el nivel cultural, por lo que la modificación genética no podría funcionar por sí misma.
Otras herramientas como reducir la desigualdad tienen mayor acogida e impacto en las
sociedades actuales, las que Cortina llama “sociedades del intercambio”, dónde los pobres no son
invisibles sino invisibilizados. El dotar a los pobres de herramientas para superar su condición es
también dotarlos de libertad para la autora, puesto que no puede existir una auténtica libertad sin la
superación de las necesidades básicas. Pero aún más importante que la lucha contra la desigualdad,
la autora considera que la pobreza es evitable y que las políticas antipobreza son esenciales para el
reconocimiento de los aporoi y su protección.
Cortina no deja de soñar, al igual que sus lectores, con una ciudadanía social cosmopolita dónde
se pueda vivir la privacidad y participar en los asuntos públicos, donde se viva en una sociedad
pluralista con distintas éticas de máximos y los Estados se conviertan en proveedores de derechos de
primera y segunda generación en la forma de un Estado social de justicia que además se encuentre
conectado con el muno. En este mundo la Aporofobia, como otras fobias sociales quedaría excluida y
se podría vivir en un mundo con mutuo respeto a la dignidad entre los individuos.
Lamentablemente estamos a años luz de una ciudadanía con una conciencia moral, pero
tenemos herramientas de reducción de las desigualdades, de unir el poder de la economía a los ideales
sociales reconciliando las necesidades de los menos favorecidos con las fuerzas que tiene la empresa
privada haciendo uso, por ejemplo, de la responsabilidad social empresarial y la promoción del
pluralismo.

BIBLIOGRAFÍA

Adela Cortina (2017) Aporofobia, el rechazo al pobre. Paidós, Estado y Sociedad.


Aporofobia, el miedo a las personas pobres (2017) Adela Cortina | TEDxUPValència.
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=ZODPxP68zT0
Bono, F (2017) “Aporofobia”, palabra del año para la Fundéu BBV, El País. Recuperado de:
https://elpais.com/cultura/2017/12/29/actualidad/1514541360_496844.html

También podría gustarte