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PERFIL CRIMINAL MODELO DEL FBI

vs PERFIL PSICOGEOGRAFICO DE
LIVERPOOL./CRIMINAL PROFILING
CANTER VERSUS F.B.I.

Mapa geográfico generado con el programa


Dragnet.
El perfil criminal es una hipótesis sobre la
personalidad, características demográficas
(edad, sexo, raza, nivel socioeconómico, etc.)
y estilo de vida del posible autor de un crimen.
Por si solo, el perfil no es capaz de señalar al
delincuente, pero sí que contribuye a estrechar el
ámbito de la investigación, ofreciendo a ésta nuevas
orientaciones y alternativas.

Los perfiladores se basan en el principio de


transferencia postulado por Locard en 1920,
que reza que “todo contacto deja un rastro”, de
manera que lo que ellos hacen es tomar como
objeto de estudio las huellas o rastros de
comportamiento que el autor deja en la escena de
un crimen.

Actualmente, existen tres tipos distintos de


perfiles.
1. El primero de ellos es el perfil de agresores
conocidos o método inductivo, en el que se traza
el perfil del delincuente desconocido a partir de
características conductuales y demográficas
compartidas por otros criminales estudiados en el
pasado y que encajan con el mismo patrón de
conducta del sujeto que se está persiguiendo.

2.El segundo es el perfil de agresores


conocidos o método deductivo. En este caso, no
se toman como referencia datos estadísticos
basados en casos similares anteriores, sino que se
realiza un análisis exhaustivo de la escena del
crimen, de la victimología y de los datos
proporcionados por la policía científica para deducir
las características psicológicas y conductuales del
criminal.

3.El tercer tipo de perfil es el geográfico, que


trata de relacionar la ubicación de la escena del
crimen con el lugar de residencia del autor,
basándose en la idea de que los agresores actúan
en un lugar y momento que tienen para ellos un
significado personal.

La técnica de perfilación del FBI

A finales de los años 70, los agentes del FBI Robert


K, Ressler, John Douglas y Roy Hazelwood
empiezan a analizar el comportamiento de asesinos
y violadores seriales, llevando a cabo un estudio con
entrevistas a más de 36 asesinos sexuales (25 de
los cuales eran seriales), tratando de averiguar las
claves de sus modus operandi, sus motivaciones y
las circunstancias de sus vidas que podrían haber
facilitado sus violentas carreras criminales.
En 1985, Robert Ressler inicia un estudio en
profundidad en el seno del programa VICAP
(Programa de Detección del Crimen Violento), en el
que se trata de coordinar toda la información
recogida por todos los cuerpos de seguridad de
Estados Unidos, analizando perfiles psicológicos de
los criminales, elementos comunes presentes en los
delitos y en los criminales, para así poder obtener
datos que permitieran la resolución de casos
análogos.

Así, la Unidad de Ciencias del


Comportamiento del FBI, creada para enseñar a
los agentes a negociar en casos de secuestros con
rehenes, evolucionó y pasó a encargarse de
elaborar perfiles de asesinos en serie, violadores
reincidentes, secuestradores de niños y otros
delincuentes sistemáticos, violentos y muy
peligrosos.

Los agentes del FBI siguen pautas de conducta de


criminales en casos anteriores para elaborar sus
perfiles, según método inductivo. Pero también
hacen uso de la metodología deductiva, al
considerar que la personalidad del criminal se
refleja en la escena del crimen: el autor deja
marcas sobre qué tipo de persona es en la escena
del crimen, al tiempo que también se lleva en su
psicología los efectos de lo que allí ha hecho.

Una de las teorías de perfilación más conocidas del


FBI es la distinción entre asesinos Organizados –
aproximadamente, un 75% de los asesinos seriales
pertenecen a este grupo, en el que se engloban
aquellos sujetos inteligentes, que planean sus
agresiones y tienen mucho cuidado de no dejar
ningún rastro en la escena de sus crímenes para no
ser hallados.
Desorganizados –entre los que se cuentan los
agresores que no planean sus ataques, sino que
actúan de manera impulsiva, eligiendo sus víctimas
al azar y descuidando las pistas que dejan en la
escena del crimen-.

Generalmente, la distinción entre asesino


organizado y desorganizado correlaciona con la
diferencia entre sujeto psicopático y psicótico. De
todas maneras, esta teoría ha sido muy criticada,
por lo que tras el caso de Jeffrey Dahmer, “el
carnicero de Milwakee”, el FBI incluye una nueva
categoría, la del asesino mixto, aunque seguirá
hablando de sujetos predominantemente
organizados o desorganizados.
Para realizar el perfil psicológico del criminal es
esencial poder comprender e interpretar el modus
operandi –aquellos actos que son necesarios para
llevar a cabo el crimen y salir lo mejor parado de la
situación- y la firma –algo que resulta innecesario
para cometer el delito, pero que responde a la
expresión de la fantasía del asesino- del autor.

El perfil geográfico de David Canter


Desde la Universidad de Liverpool, el psicólogo
David Canter ha supuesto una alternativa
metodológica a la técnica de elaboración de perfiles
criminales empleada por el FBI.
En un primer momento, Canter sigue con la idea
del FBI de que la personalidad del delincuente
queda marcada en la escena del crimen y postula su
principio de consistencia, según el cual no diverge
significativamente el modo como el delincuente
interactúa con la víctima a la manera como se
comporta en el resto de facetas de su vida.

Así, el psicólogo inglés, después de analizar cientos


de casos de delincuentes violentos, establece que es
probable que una persona que manifiesta en sus
crímenes un claro deseo de controlar y poseer
sexualmente a la víctima, siendo capaz de acercarse
a mujeres extrañas empleando un subterfugio, sería
un indicativo de que se trata muy probablemente de
un individuo casado, con una esposa sobre la que
ejerza su control diariamente. Por el contrario, un
hombre adulto que asalte sexualmente pero no
cometa otros delitos, que viole a la víctima e incluso
llegue a matar, será generalmente soltero.

Pero las investigaciones de Canter pronto empiezan


a distanciarse de la metodología del FBI y desarrolla
su técnica del perfil geográfico, basándose en la
idea de que el lugar de actuación del criminal tiene
para éste un significado personal.

De hecho, el psicólogo ha desarrollado el programa


informático Dragnet, que tiene el objetivo de
ayudar a establecer el lugar de residencia del
delincuente a partir de las distintas localizaciones de
sus ataques. Este programa informático se basa en
dos modelos teórico de David Canter: la teoría del
círculo y la distinción entre asesino merodeador y
viajero.
La teoría del círculo plantea que si trazamos
una línea recta que una las dos ubicaciones más
alejadas correspondientes a una serie de delitos
supuestamente obra de un mismo autor, y a
continuación dibujamos una circunferencia tomando
la recta como diámetro, la vivienda del culpable se
hallará dentro del círculo.

El modelo geográfico desarrollado por el mismo


autor es el que distingue entre lo que él denomina
asesino merodeador o marauder del viajero o
commuter.
La diferencia entre ambos es que el primero se
desplaza de una base central a la que regresa
después de cometer sus crímenes, mientras que el
segundo a un área para delinquir y después
regresa a casa.

Para Canter, no sólo tendrá relevancia el lugar de


residencia del criminal, sino que también se tendrá
que tener en cuenta la localización del trabajo de
éste, que podrá influir en los lugares elegidos para
atacar, así como en el tipo de víctima agredida.

Finalmente, este psicólogo identifica cinco


características predecibles del autor en relación con
su conducta:
1.la localización de la residencia (como hemos
visto, a partir del perfil geográfico).

2.La biografía criminal.

3. Las características sociales (ambas en base


al modo de comisión del crimen o modus
operandi).

4. Las características de personalidad (lo que


Canter denomina consistencias) y
5.La historia educativa y/o profesional del
criminal (a partir del análisis de su conducta
durante la agresión).

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