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En Torno A Aristóteles
En Torno A Aristóteles
Anécdotas
Preguntado en qué se diferencian los sabios de los ignorantes,
respondió: En lo que los vivos de los muertos.Decía que el saber, en
las prosperidades sirve de adorno, y en las adversidades de refugio.
Que los padres que instruyen a sus hijos son preferibles a los que
solamente los engendran, pues éstos les dan la vida, pero aquellos la
vida feliz. A uno que se gloriaba de ser de ciudad grande, le dijo: No
conviene atender a eso, sino a si uno es digno de una gran patria.
Preguntado qué cosa es el amigo, respondió: Un alma que habita en
dos cuerpos. Decía que unos hombres eran tan parcos como si fuesen
eternos, y otros tan pródigos como si luego hubieran de morir.
(Diógenes Laercio, Vidas de filósofos ilustres)
A uno que le preguntaba por qué con los hermosos conversamos más
largo tiempo, le dijo: Esa pregunta es de ciego. Preguntándosele qué
ganancia finalmente le había dado la filosofía, respondió: Hacer
espontáneamente lo que otros hacen por miedo de las leyes.
Preguntado asimismo de qué modo aprovechan los estudiantes,
respondió: Siguiendo a los ágiles y no esperando a los perezosos. A
un grande hablador, que después de haberlo mortificado con dicterios
le preguntó si lo había molestado mucho, le respondió: Por Dios que
no te estuve atento. Objetándole que había dado limosna a un hombre
malo (pues también se refiere así), respondió: No le he dado al
hombre, sino a la humanidad. Preguntado cómo debemos portarnos
con los amigos, respondió: Como deseamos se porten ellos con
nosotros.
Diógenes Laercio, Vidas de filósofos ilustres
Testamento de Aristóteles
"Haya salud; pero por si algo sucediese, dispone Aristóteles en esta
forma: ser ejecutor de todo y siempre Antípatro; y hasta que Nicanor
se halle en estado de administrar mis bienes, serán curadores
Aristómenes, Timarco, Hiparco, Dióteles y Teofrasto (si le pareciere
bien y conveniente el serlo) y de mis hijos, de Herpilis y de todo lo
restante. Cuando la muchacha sea casadera, se dará a Nicanor en
matrimonio; y si muriese (lo que no suceda) antes de casarse, o bien
después de casada, sin tener hijos, Nicanor será dueño de
administrar, no sólo por lo que mira a mi hijo, sino también las demás
cosas, ejecutándolo con la dignidad correspondiente a él y a mí.
Cuidará también Nicanor de la muchacha y del niño Nicómaco, de
modo que nada les falte, siéndoles como padre y hermano.
Si a Nicanor aconteciese el morir (lo que no suceda) antes de recibir
en mujer a la muchacha, o bien después de recibida antes de tener
hijos, según él dispusiere, así se cumpla. Si Teofrasto quisiese estar
con la muchacha, hágase todo como en Nicanor; pero si no, los
curadores se aconsejaran con Antípatro, y dispondrán de la muchacha
y muchacho según mejor les pareciere. Cuidarán, pues, mis curadores
y Nicanor de tenerme en memoria a mí y a Herpilis, puesto que fue
muy diligente para conmigo y demás cosas mías. Si quisiese casarse
nuevamente, no sea con hombre desigual a mí; y se le dará de mis
bienes, sobre lo ya dado, un talento de plata, tres criadas si las
quisiere, la esclava que tiene y el niño Pirreo. También si quisiera vivir
en Calcis, sea suya la hospedería que está junto al huerto; pero si en
Estagira, la casa paterna. Cualquiera de estas dos habitaciones que
elija, cuidarán mis ejecutores de amueblársela del modo que les
parezca decente y bastante a Herpilis.
Cuidará también Nicanor de que el muchacho Mirmeco sea devuelto a
los suyos con la decencia a mí correspondiente, junto con el equipaje
de él que recibí. Ambracis quede libre, y cuando se case se le den 500
dracmas y la esclava que tiene. También quiero se den a Tale,
además de la esclava que tiene comparada, 1000 dracmas.
Igualmente a Simo, además del primer dinero dado para comprar un
muchacho, se le compre otro, o se le dé el dinero. Tacon será libre
cuando case mi muchacha, como también Filón, y Olímpico con su
hijito. Ningún niño de mis esclavos será vendido, sino que de ellos
deberán servirse mis herederos, y en siendo adultos se les dará
libertad según convenga.
Cuidarán también de las imágenes mandadas esculpir a Grilón, y
cuando estén concluidas se colocarán; como igualmente la de
Nicanor, la de Proxeno que pensaba regalarle, y la de la madre de
Nicanor. La de Arimnesto, que ya está hecha, se colocará para que les
sirva de monumento, puesto que ha muerto sin hijos. La Ceres de mi
madre será colocada en el Nemeo, o bien dónde le pareciere. Cuando
se construya mi sepulcro, se depositarán en él los huesos de Pythia,
como ella ordenó. Pondránse también en Estagira los animales de
piedra, altos cuatro codos, que ofrecí por voto a Júpiter conservador y
a Minerva conservatriz".
Diógenes Laercio, Vidas de filósofos ilustres
Biografía de Aristóteles
Aristóteles nació en Estagira, en Tracia, el año 384-3 a. C.,
según Diógenes Laercio, quien nos dice que era hijo de
Nicómaco y Efestiada, y que su padre ejercía la medicina en
la corte del rey Amintas (II) de Macedonia, "por causa de la
medicina y por amistad", lo que se ha tratado de asociar con
el posterior interés naturalista de Aristóteles. Diógenes
Laercio nos describe a Aristóteles como "el discípulo más
legítimo de Platón, y de voz balbuciente... que tenía las
piernas delgadas y los ojos pequeños, que usaba vestidos
preciosos y anillos, y que se cortaba la barba y el pelo".
(Vidas de filósofos ilustres, libro V, 1).
Aristóteles en la Academia
Poco sabemos de la
educación recibida por Aristóteles en su juventud, aunque
debió ser la propia de los jóvenes griegos de su época. A los
diecisiete años, el 368 a. C., se trasladó a Atenas donde se
incorporó a la Academia de Platón en la que permanecería
durante veinte años. A pesar de algunas anécdotas que se
hacen eco de un supuesto enfrentamiento entre Platón y
Aristóteles, antes de la muerte de aquél, es poco probable
que tal enfrentamiento haya podido producirse, dado que
todas las referencias que tenemos de Aristóteles hacia Platón
hacen gala de un gran respeto y admiración hacia el maestro,
pese a las discrepancias teóricas que luego llevaron a su
separación doctrinal. El hecho de que la crítica
contemporánea haya puesto de manifiesto el carácter
histórico, evolutivo, de la obra aristotélica hace aún más
insostenible dicha hipótesis. Sabemos que Aristóteles
atravesó por una fase profundamente platónica antes de
desarrollar sus propias concepciones filosóficas, asumiendo
como propia, por ejemplo, la teoría de las Ideas de Platón,
antes de haber procedido a su crítica, como claramente se
pone de manifiesto en el diálogo aristotélico "Eudemo", una
de sus obras de juventud.
A la muerte de Platón, en el - 347, Espeusipo, sobrino de
Platón, se hizo cargo de la dirección de la Academia, bien por
designación directa de éste o bien por decisión de sus
condiscípulos, imprimiendo una orientación de carácter
místico-religioso a las actividades de la Academia, lo que no
fue del agrado de Aristóteles, quien la abandonó (ya fuera
por esta razón, ya por sentirse frustrado al no haber sido
designado él mismo como director, como sostienen otros
biógrafos).
La obra de Aristóteles
A diferencia de lo que ocurría con Platón, de quien
conservamos prácticamente todos sus diálogos, es decir, las
obras llamadas exotéricas por estar dedicadas al gran
público, y no las lecciones internas de la Academia, de
Aristóteles nos han llegado las obras escritas para uso
interno del Liceo, pero no las destinadas a la difusión de sus
doctrinas entre público en general. Conservamos, en efecto,
muchas de sus obras esotéricas, es decir, lo que
probablemente fueron las notas y apuntes de las lecciones
impartidas en el Liceo, destinadas a un círculo reducido de
alumnos, habiéndose perdido la práctica totalidad de las
obras destinadas al gran público, (o de las que sólo
conservamos algunos fragmentos), escritas, al igual que las
de Platón, en forma de diálogo.
Por lo general se tiende a contraponer Platón y Aristóteles en
cuanto al estilo utilizado en sus obras: más fluido y literario
en Platón, más tosco y abstruso en Aristóteles. Hemos de
tener en cuenta, sin embargo, que las obras que
conservamos de Aristóteles, al ser resúmenes de las
lecciones impartidas en el Liceo, no pueden presentar las
características de una obra cuidada y dirigida al gran público;
pero sí encontramos esa fluidez en sus diálogos, obras de
juventud realizadas a la sombra de su maestro Platón y que
no están exentas de ciertas gracias literarias. La
contraposición de estilos procede, pues, de la comparación
de obras destinadas a públicos diferentes y elaboradas con
criterios pedagógicos o literarios, también diferentes.
Además de esta distinción entre obras esotéricas y
exotéricas, se suele clasificar la obra de Aristóteles en
función de los períodos en los que fue elaborada, siguiendo,
por lo tanto, un orden cronológico. Dichas obras eran
conocidas por los miembros del Liceo, pero no fueron dadas
a conocer al público hasta el siglo I antes de Cristo por
Andrónico de Rodas, estableciendo una clasificación que se
mantuvo posteriormente durante siglos. Los estudios
realizados por los especialistas ( W. Jaeger o P. Aubenque,
entre otros) a lo largo de los siglos XIX y XX han permitido
esclarecer la evolución sufrida por el pensamiento
aristotélico, así como la correcta datación de algunos libros
que fueron agrupados por Andrónico de Rodas en la misma
obra y que pertenecen a periodos distintos. De acuerdo,
pues, con esta datación cronológica, podemos clasificar las
principales obras de Aristóteles como sigue.
3) Tercer período
(335-322): desde su retorno a Atenas, coincidiendo con su
actividad en el Liceo. A este período pertenecen la mayor
parte de las obras conservadas, destacando claramente la
orientación empirista y científica de su pensamiento en
contraposición a la filosofía de Platón. A pesar de la unidad
con la que se nos han presentado por los recopiladores
posteriores, las obras de Aristóteles de este período, tal
como las conocemos, son el resultado de las lecciones
impartidas en el Liceo, y fueron publicadas aisladamente
como tales; sólo posteriormente se las fue agrupando en
tales obras, en un trabajo de composición quizá iniciado ya
por Aristóteles pero continuado, con seguridad, por sus
discípulos en el Liceo. Podemos clasificarlas en cinco grupos,
ateniéndonos a las más significativas:
A) Lógica
B) Metafísica
C) Obras científicas
D) Ética y política
- "Gran moral" (Según algunos especialistas, como P.
Aubenque, no sería una obra de Aristóteles; otros, como
J. Ll. Ackrill, consideran que sí).
- "Ética a Nicómaco" (Obra que contiene la doctrina
ética de Aristóteles).
- "Política" (Exposición del pensamiento aristotélico
sobre la organización social y política).
- "Constituciones" (Análisis de numerosas
constituciones de las polis de su época).
E) Estética